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RADIACTIVOS
El almacenamiento definitivo de residuos radiactivos es uno de
los problemas más acuciantes que se presentan hoy en día en
muchas sociedades industrializadas. Desgraciadamente, el
alcance de este tema ha sido minusvalorado en casi todos los
países que durante los últimos años han ido produciendo y
acumulando considerables cantidades de residuos radiactivos
por procesos nucleares. Tan sólo en los últimos dos años se
han iniciado esfuerzos crecientes en diversos países, en
especial EE UU y Suecia, para llegar a controlar esta
preocupante situación. Los proyectos de almacenamiento de
residuos aún están en una fase de incipiente desarrollo,
especialmente en el caso de los residuos de alta actividad que
por sus especiales características hacen muy difícil la búsqueda
de un emplazamiento para su depósito final. Su mayor
problema es su alto contenido de sustancias radiactivas de
edad media muy larga y de toxicidad alta, como el plutonio 239.
Se considera que los residuos de alta actividad tienen que ser
aislados del medio ambiente por un margen de tiempo de miles
a millones de años, aceptando por regla general una duración
de aislamiento de 100.000 años como mínimo para los residuos
de alta actividad ya reprocesados. La radiación y las sustancias
radiactivas pueden encontrarse de forma natural en el medio
ambiente o ser de origen artificial. Tienen una serie de
aplicaciones beneficiosas, que van desde la producción de
energía hasta los usos en la medicina, la industria y la
agricultura. Estas actividades producen desechos radiactivos en
forma gaseosa, líquida o sólida. Los desechos son radiactivos
porque los átomos que contienen son inestables y emiten
espontáneamente radiación ionizante en su proceso de
transformación hasta que se vuelven estables. Esta radiación
ionizante puede tener efectos nocivos. Así pues, para proteger
a las personas y el medio ambiente y evitar que los desechos
se conviertan en una carga para las generaciones futuras, es
importante gestionarlos de forma segura.
¿QUÉ ES UN RESIDUO O DESECHO RADIACTIVO?
Los residuos radiactivos son aquellos materiales para los que no está
previsto un uso posterior y que contienen, o están contaminados, con
radio nucleídos en concentraciones superiores a unos niveles máximos
establecidos por las autoridades competentes.
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1. Residuos Radiactivos provenientes de aplicaciones
energéticas
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una aleación de circonio, y ensambladas en una estructura que conforma
el elemento combustible.
Durante el tiempo que está en el reactor, y debido al flujo neutrónico al
que está sometido, tienen lugar reacciones de captura neutrónica y de
fisión nuclear de parte del uranio y de otros radio nucleídos generados,
dando lugar a productos de fisión, productos de activación y a la
generación de plutonio y actínidos minoritarios.
El combustible gastado de los reactores nucleares, cuyo aspecto es igual
al del combustible nuevo, emite radiación alfa, beta y gamma, además de
generar calor como consecuencia de la desintegración radiactiva.
La diferencia entre ambos es su composición química. Mientras que el
combustible nuevo está constituido únicamente por óxido de uranio, tras
su paso por el reactor el combustible gastado presenta una composición
en la que, además del óxido de uranio inicial, están presentes casi todos
los elementos de la tabla periódica.
Las cantidades y características de los distintos componentes del
combustible irradiado dependen de su enriquecimiento inicial en U-235 y
del grado de quemado del combustible.
El combustible gastado también se puede reprocesar para recuperar
parte del uranio y el plutonio presente para ser utilizado nuevamente
como material energético, quedando a su ver un residuo restante a
tratar.
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Residuos generados en el desmantelamiento de las centrales nucleares
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período corto y de baja concentración, que, no obstante, deben
gestionarse siguiendo todos los criterios y normas legales previstos.
Los residuos procedentes de las dosis administradas y que son
eliminados por los pacientes ingresados son sustancias radiactivas
líquidas. Dada su vida media corta, en general, tras un período de espera
en depósitos protegidos pierden gran parte de su actividad, pudiendo ser
vertidos en la red de desagüe previa dilución, utilizándose sistemas de
vertidos lentos y controlados.
Los residuos sólidos provienen de fuentes de calibración gastadas,
jeringas contaminadas, tubos y viales utilizados en técnicas analíticas,
así como productos contaminados por los pacientes ingresados, como
ropas de cama, pijamas y otros objetos cuya contaminación será
previamente comprobada. Deben ser generalmente almacenados hasta
perder su actividad en recipientes con los blindajes apropiados, y sólo en
el caso de persistir esta actividad a niveles valorables serán retirados por
la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (ENRESA) para su
almacenamiento definitivo en lugares adecuados.
En cuanto a los residuos gaseosos, vapores o partículas radiactivas en
suspensión que se generan, habrá de tenerse en cuenta que los
trabajadores de estas instalaciones radiactivas no superen nunca los
límites permitidos de inhalación anual, utilizando sistemas de
ventilación adecuados.
Para la expulsión del aire contaminado deberá considerarse la posible
utilización de medios de dilución o filtros con objeto de no sobrepasar los
límites máximos permitidos de concentración de sustancias radiactivas
en el aire.
En los servicios de medicina nuclear, considerados por la legislación
como instalaciones radiactivas de segunda categoría, deben seguirse
unas normas de protección radiológica para evitar riesgos de irradiación
externa y de contaminación tanto en los pacientes como en el personal
que trabaja en el servicio. Así mismo deberán efectuarse una serie de
controles dosimétricos de contaminación de superficies, lugares y
personas con la periodicidad conveniente y tener previstas una serie de
actuaciones en caso de emergencia o accidente.
En los servicios de radioterapia se generan residuos sólidos en forma de
fuentes encapsuladas (pilas de cobalto, agujas, alambres o semillas de
material radiactivo) de muy poco volumen pero de actividad media. Debe
llevarse un registro de los movimientos de cada fuente, pruebas de
hermeticidad y tener previstas actuaciones ante incidentes o accidentes.
La retirada de las fuentes del servicio se realizará por la empresa
autorizada (ENRESA).
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Residuos radiactivos producidos en instalaciones industriales y centros
de investigación
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¿CÓMO SE CLASIFICAN LOS RESIDUOS RADIACTIVOS?
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1. Residuos de Baja y Media Actividad (RBMA)
Los residuos de baja y media actividad reducen su radiactividad a la
mitad en menos de 30 años. Pueden ser herramientas, ropa de trabajo,
instrumental médico Pueden ser herramientas, ropa de trabajo,
instrumental médico y otros materiales utilizados en algunas industrias,
hospitales, laboratorios de investigación y centrales nucleares. Estas son
sus características más distintivas:
Actividad específica baja
Emisores beta-gamma
Emisores alfa en concentraciones muy bajas
Periodo de semidesintegración menor de 30 años
No generan calor
La mayor parte de los residuos radiactivos generados en España son
residuos de baja y media actividad, producidos en hospitales, centros de
investigación, industrias y centrales nucleares.
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¿CÓMO SE GESTIONAN LOS RESIDUOS RADIACTIVOS?
El objetivo fundamental de la gestión de los residuos radiactivos es
proteger a los seres humanos (público y trabajadores) y al medio
ambiente mediante la aplicación de tecnologías y medios de acuerdo con
las normas legalmente establecidas. España dispone de una notable
infraestructura para llevar a cabo una gestión segura y eficaz de los
residuos radiactivos desde los puntos de vista administrativo, técnico y
económico-financiero. El sector nuclear español, es el único que dispone
de un plan general para la gestión de residuos radiactivos. En la
actualidad está vigente el VI Plan Nacional de Residuos Radiactivos
(PGRR), aprobado en 2006 por el Consejo de Ministros que lo revisa y
actualiza periódicamente cuando lo requiere el Ministerio de Industria,
Turismo y Comercio. La mayor parte de los residuos radiactivos
generados en España son residuos de baja y media actividad y su gestión
está resuelta con el almacén centralizado de El Cabril en Hornachuelas
(Córdoba) propiedad de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos
(ENRESA) que gestiona los residuos desde 1992.
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(Tarragona), Congosto de Valdavia (Palencia), Melgar de Arriba
(Valladolid), Santervás de Campos (Valladolid), Villar de Cañas
(Cuenca), Yebra (Guadalajara) y Zarra (Valencia).
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