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SUMARIO
I.—Los condicionamientos para la regulación del derecho de extranjería.
II.—El derecho a la nacionalidad. 1.—La nacionalidad como derecho humano.
2.—El derecho a la nacionalidad en la jurisprudencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos. III.—La sentencia del Tribunal Constitucional de Repú-
blica Dominicana 0168/13, de 13 de junio de 2013. 1.—El problema migratorio
de haitianos en República Dominicana. 2.—La regulación de la nacionalidad en
República Dominicana. 3.—La incorrecta actividad interpretativa del TC. 4.—Los
efectos retroactivos de la sentencia. 5.—El criterio de residencia legal, y su valor en
materia de derechos humanos. 6.—El extranjero en tránsito. 7.—Especial protec-
ción al interés general del menor. IV.—Efectos de la sentencia. 1.—Una nueva
legislación específica para los extranjeros no inscritos o inscritos de manera irregular.
2.—Una nueva sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
V.—Bibliografía.
RESUMEN
El Tribunal Constitucional de República Dominicana, dictó en el año 2013 una sen-
tencia en revisión de amparo, en virtud de la cual negaba la nacionalidad dominicana a la
recurrente, nacida en República Dominicana, por ser hija de haitianos, residentes de manera
irregular durante más de cuarenta años, a los que considera en tránsito, y otorga efectos inter
comunis a dicha sentencia, solicitando la revisión de todas las inscripciones de hijos de hai-
tianos desde 1929 hasta 2007. La sentencia creó una situación de difícil encaje constitucional
y de efectos impredecibles, que ha exigido una importante labor legislativa para intentar
recomponer la situación, y ha supuesto la condena al Estado de República Dominicana por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, que reitera jurisprudencia previa.
Palabras clave: Tribunal Constitucional; nacionalidad; apátridas; naturalización; regu-
larización; inconstitucionalidad; amparo.
ABSTRACT
The Constitutional Court of Dominican Republic, ruled in the year 2013 in review of ampa-
ro, in virtue of which denied to the appellant Dominican nationality, born in Dominican Re-
public, being daughter of Haitians, residents of irregularly during more than forty years, which
considered in transit, and gives effects inter comunis to that judgmentrequesting review of all
registrations of children of Haitians from 1929 until 2007. The ruling created a situation of dif-
ficult constitutional lace and unpredictable effects, has demanded a significant legislative work
to try to mend the situation, which resulted in the condemnation of the State of the Dominican
Republic by the Inter-American Court of human rights, which reiterates previous jurisprudence.
Key words: Constitutional Court; nationality; stateless; naturalization; legalization; un-
constitutional; amparo.
1
Polo Sánchez, 1994: 25.
2
Carrillo Salcedo, 2000: 39.
3
Massó Garrote, 2001: 56.
4
Fernández Rozas, 1987: 20.
5
Artículo 1. Resolución de Santiago de Compostela Instituto de Derecho Internacional.
puesto que los marcos constitucionales han tendido a considerarlo más como
un estatus jurídico de la persona, que como un derecho. Si bien es cierto que
los distintos instrumentos internacionales, como es el caso de la Convención
Americana, han dejado un cierto margen de discrecionalidad para los Estados
en lo relativo a los modos de adquisición, lo que sí es un hecho, es que la na-
cionalidad es un derecho que no está supeditado a la voluntariedad política de
los Estados. La importancia de proteger y garantizar el adecuado ejercicio del
derecho a la nacionalidad es tal, que la pertinencia y viabilidad en la subsis-
tencia de muchos otros derechos, depende precisamente de la eficacia de este
derecho6.
El artículo 15 de la DUDH de 1948 establece que «todos tienen derecho a
una nacionalidad» y que «nadie tendrá derecho a ser privado arbitrariamente de
ella», aunque sean los Estados los que, mediante su legislación interna, determi-
nan quiénes son sus nacionales.
También en diversos instrumentos jurídicos internacionales se afirma que la
cualidad de nacional es un derecho inherente a toda persona. El Pacto Interna-
cional de Derechos Civiles y Políticos de 1966, contiene una referencia a la
nacionalidad en el párrafo 3.º, de su artículo 24, reconociendo que «todo niño
tiene derecho a adquirir una nacionalidad». Todo ser humano, desde su naci-
miento, tiene derecho a una nacionalidad por tratarse de algo fundamental para
el desenvolvimiento de su vida familiar y personal y el libre desarrollo de su
personalidad.
El artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos del Niño7, esta-
blece que el niño tiene derecho desde su nacimiento a un nombre y a una
nacionalidad.
Por su parte, la Convención de los Derechos del niño, adoptada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, estable-
ce en su artículo 7:
6
Pérez Vera y Abarca Junco, 1996: 193; Pérez Vera, 1982: 23; Pérez Vera, 1980: 126.
7
A.G. res. 1386 (XIV), 14 U.N. GAOR Supp. (n.º 16), p. 19, ONU Doc. A/4354 (1959).
8
El apartado 2), del artículo 26 de la Constitución, establece que las normas vigentes de conve-
nios internacionales ratificados regirán en el ámbito interno, una vez publicados de manera oficial.
9
El Estado dominicano depositó el documento de ratificación de la Convención Americana
ante la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos el 19 de abril de 1978, y el
tratado entró en vigor el 18 de julio de ese año. El Estado reconoció la competencia de la Corte
el 25 de marzo de 1999.
10
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso IvcherBronstein vs. Perú. Sentencia de
6 de febrero de 2001.
11
Entre otras, Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso IvcherBronstein vs. Perú.
Sentencia de 6 de febrero de 2001; Opinión Consultiva OC-4/84 del 19 de enero de 1984 (solici-
tada por el Gobierno de Costa Rica). Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Castillo
Petruzzi y otros vs. Perú. Sentencia de 30 de mayo de 1999. Corte Interamericana de Derechos
Humanos, Caso Yean y Bosico vs. República Dominicana. Sentencia de 8 de septiembre de 2005
12
Un estudio muy profundo puede verse en Tejeda (2006).
13
No fue hasta el 21 de septiembre de 2001, que el Estado dominicano decidió otorgarles
el registro a las niñas Yean y Bosico, para que de esta manera pudieran adquirir de forma inme-
diata la nacionalidad dominicana. La reparación de los derechos humanos vulnerados prevista
en la sentencia de la Corte, no se limitó única y exclusivamente a las menores, sino también a
sus familiares. La Corte asumió la posición de que toda vez que los hechos acontecidos eran
imputables al Estado dominicano, este tenía el deber de reparar los daños efectuados, poniendo
los medios necesarios para hacer cesar los efectos de las violaciones, siguiendo el principio
restitutio in integrum.
14
República Dominicana. Tribunal Constitucional (Pleno) Sentencia TC 0168/13. Refe-
rencia: Expediente núm TC-05-2012-0077, relativo al recurso de revisión constitucional en ma-
teria de amparo incoado por la señora Juliana Dequis (o Deguis) Pierre, contra la Sentencia
núm. 473/2012 dictada por la Cámara Civil, Comercial y de Trabajo del Juzgado de Primera
Instancia del Distrito Judicial de Monte Plata, en fecha 10 de julio de 2012.
trabajado como cortador de caña en el país desde los 15 años y durante los últi-
mos 43 años sin regresar a Haití, han vivido todas estas décadas «en tránsito»,
por lo que se rechaza la acción de amparo de la accionante y se revoca la sen-
tencia del tribunal de primer grado.
También ordena a la Junta Central Electoral, en 10 días a partir de la notifi-
cación de la Sentencia, la entrega del acta de nacimiento de la accionante, pro-
ceder a someter al tribunal competente la validez o nulidad de su acta de naci-
miento; y, «proceda de la misma manera respecto a todos los casos similares al
de la especie, con el debido respeto a las particularidades de cada uno de ellos»,
pudiendo ampliar el indicado plazo de 10 días «cuando las circunstancias así lo
requieran». El tribunal instruyó a las autoridades realizar una auditoría de los
registros de nacimientos desde el 21 de junio de 1929 hasta la fecha, a fin de
identificar casos similares y despojar también a estas personas de su nacionali-
dad dominicana. Y dispone a la Dirección General de Migración que en un
plazo de 10 días, otorgue a la accionante «un permiso especial de estadía tem-
poral en el país», hasta que el plan de regularización previsto en la ley de migra-
ción «determine las condiciones de regularización de este género de casos».
15
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Niñas Yean y Bosico vs. República
Dominicana. Excepciones Preliminares. Sentencia de 8 de septiembre de 2005. También, Corte
Interamericana de Derechos Humanos, Caso Nadege vs. República Dominicana. Sentencia de 24
de octubre de 2012.
16
Amnistía Internacional, 2007.
17
National Coalition for haitian rights «Beyondthe Bateyes» (1995), expediente de anexos al
escrito de solicitudes y argumentos, anexo A02, fs. 2631 a 2677.
18
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Nadege Dorzema y otros vs. República
Dominicana. Fondo. Sentencia de 24 de octubre de 2012, Serie C n.º 251, párr. 39. También Organi-
zación de las Naciones Unidas. Informe Nacional presentado de conformidad con el párrafo 15 A)
del anexo a la Resolución 5/1 del Consejo de Derechos Humanos, República Dominicana, párr. 6).
19
La categoría de extranjeros en tránsito figura con naturaleza de excepción a la regla gené-
rica de aplicación del iussoli en todas las Constituciones posteriores, a partir de la del 20 de junio
de 1929: en el artículo 8.2 de las reformas constitucionales de 1934, 1942 y 1947; en el artículo
12.2 de las Constituciones de 1955, 1958,1960 (junio y diciembre), 1961 y 1962; en el artícu-
lo 89.2 de la Constitución de 1963; en el artículo 11.1 de las Constituciones de 1966 (vigente en el
momento de producirse el nacimiento de la demandante de amparo), 1994 y 2002; y, finalmente,
en el artículo 18.3 de la reforma constitucional del 26 de enero de 2010.
20
De acuerdo con la Ley de 1939, los extranjeros admitidos como inmigrantes pueden residir
indefinidamente en la República. A los no inmigrantes les será concedida solamente una Admisión
Temporal y esta se regulará por las condiciones prescritas en el Reglamento de Migración n.º 279,
del 12 de mayo de 1939, a menos que un extranjero admitido como no inmigrante pueda ser con-
siderado después como inmigrante mediante el cumplimiento cabal de los requisitos relativos a los
inmigrantes. Los jornaleros temporeros serán admitidos en el territorio dominicano únicamente
cuando soliciten su introducción las empresas agrícolas y esto en la cantidad y bajo las condiciones
que prescriba la Secretaría de Estado de Interior y Policía, para llenar las necesidades de tales
empresas y para vigilar su Admisión, Estada Temporal y regreso al país de donde procedieron.
21
Voto Razonado del Juez Antônio Augusto Cançado Trindade. Corte Interamericana de
Derechos Humanos. Caso de las niñas Yean y Bosico versus República Dominicana, citado reite-
radamente.
22
Los votos disidentes presentados por la magistrada Isabel Bonilla Hernández, y la magis-
trada Katia Miguelina Jiménez Martínez, solicitan el amparo y reconocimiento del derecho a la
nacionalidad dominicana de la recurrente por haber nacido en territorio dominicano.
ramericana, puesto que las interpretaciones que adoptan o hagan los tribunales
internacionales en materia de derechos humanos, constituyen precedentes vin-
culantes para los poderes públicos y todos los órganos del Estado.
Por su parte, el sistema de justicia constitucional dominicano se rige, con-
forme al artículo 7 LOTC, entre otros, por los principios rectores de efectividad,
favorabilidad, de manera que la Constitución y los derechos fundamentales de-
ben ser interpretados y aplicados de modo que se optimice su máxima efectivi-
dad para favorecer al titular del derecho fundamental, y cuando exista conflicto
entre normas integrantes del bloque de constitucionalidad, prevalecerá la que
sea más favorable al titular del derecho vulnerado, e interdependencia (los va-
lores, principios y reglas contenidos en la Constitución y en los tratados inter-
nacionales sobre derechos humanos adoptados por los poderes públicos de Re-
pública Dominicana, conjuntamente con los derechos y garantías fundamenta-
les de igual naturaleza a los expresamente contenidos en aquellos, integran el
bloque de constitucionalidad que sirve de parámetro al control de la constitucio-
nalidad y al cual está sujeta la validez formal y material de las normas infra-
constitucionales).
Con estos planteamientos es evidente que la actividad interpretativa del Tri-
bunal Constitucional no responde a las exigencias constitucionales de defensa y
garantía de los derechos humanos, como emanación de la dignidad.
23
En el punto quinto de la parte resolutiva de la Sentencia, se dispone, además, que la Junta
Central Electoral ejecute las medidas que se indican a continuación: (i) Efectuar una auditoría
minuciosa de los libros-registros de nacimientos del Registro Civil de República Dominicana des-
de el veintiuno (21) de junio de mil novecientos veintinueve (1929) hasta la fecha, dentro del plazo
de un año contado a partir de la notificación de esta sentencia (y renovable hasta un año más al
criterio de la Junta Central Electoral) para identificar e integrar en una lista documental y/o digital
a todos los extranjeros inscritos en los libros-registros de nacimientos del Registro Civil de la
República Dominicana; (ii) Consignar en una segunda lista los extranjeros que se encuentran irre-
gularmente inscritos por carecer de las condiciones requeridas por la Constitución de la República
para la atribución de la nacionalidad dominicana por iussoli, la cual se denominará Lista de extran-
jeros irregularmente inscritos en el Registro Civil de República Dominicana. (iii) Crear libros-re-
gistro especial anuales de nacimientos de extranjeros desde el veintiuno (21) de junio de mil nove-
cientos veintinueve (1929) hasta el dieciocho (18) de abril de dos mil siete (2007), fecha en que la
Junta Central Electoral puso en vigencia el Libro Registro del Nacimiento de Niño/a de Madre
Extranjera No Residente en República Dominicana mediante Resolución 02/2007; y, luego, trans-
ferir administrativamente los nacimientos que figuran en la Lista de extranjeros irregularmente
inscritos en el Registro Civil de República Dominicana a los nuevos libros-registros de nacimien-
tos de extranjeros, según el año que corresponda a cada uno de ellos. (iv) Notificar todos los naci-
mientos transferidos de conformidad con el párrafo anterior al Ministerio de Relaciones Exterio-
res, para que este, a su vez, realice las notificaciones que correspondan, tanto a las personas que
conciernan dichos nacimientos, como a los consulados y/o embajadas o legaciones diplomáticas,
según el caso, para los fines legales pertinentes.
El tercer error está referido al argumento utilizado por los miembros del
Tribunal para negar la nacionalidad a personas como Juliana Deguis Pierre: que
sus padres tienen una «situación irregular». Es decir, hay que hacer pagar a los
Anuario Iberoamericano de Justicia Constitucional 203
ISSN-L: 1138-4824, núm. 19, Madrid (2015), págs. 185-219
http//:dx.doi.org/10.18042/cepc/aijc.19.07
REGULARIZACIÓN Y NATURALIZACIÓN DE INMIGRANTES IRREGULARES JUAN MANUEL GOIG MARTÍNEZ
24
Polo Sánchez, 1994: 59.
25
Fernández García, 2001: 25.
26
Cassese, 1991: 8.
27
Prieto Sanchís, 1990: 80.
pio del iussoli con dos excepciones constitucionales, que se refieren a los hijos
de personas en representación diplomática, o en tránsito en el país.
El Reglamento de Migración n.º 279 de 12 de mayo de 1939, para la aplica-
ción de la Ley de Inmigración núm. 95, de 1939, vigente en la época de los he-
chos, define «transeúnte» como el extranjero que trate de entrar en la República
con el propósito principal de proseguir a través del país con destino al exterior,
para lo cual se fija un límite temporal de no más de 10 días. Y la Ley núm.
95/39, conforme con la Constitución de 1966, y el sistema del iussoli —todos
vigentes en el momento de los hechos—, establece en su artículo 10 numeral
10, párrafo segundo que las personas nacidas en República Dominicana, son
consideradas nacionales de República Dominicana, sean nacionales o no de
otros países, por lo que deberán usar documentos requeridos a los nacionales de
República Dominicana.
Las Constituciones de 1955 y 1994, así como la de 1966, no expresaban que
las personas nacidas en territorio dominicano que fueran hijas de personas ex-
tranjeras en situación irregular no pudieran adquirir la nacionalidad dominicana
con base en tal circunstancia, y tampoco que, en relación con la adquisición de
la nacionalidad dominicana, hubiera una asimilación entre la irregularidad mi-
gratoria y el concepto de persona que esté en tránsito. Donde la Constitución no
instaura una identificación, no puede instaurarla el legislador, ni el TC, pues ello
implicaría una interpretación contra homine, que atenta contra los criterios de
interpretación de los derechos humanos.
Ya con anterioridad, una sentencia —sentencia n.º 453— de la Cámara Ci-
vil de la Corte de Apelación del Distrito Nacional dictada el 16 de octubre de
2003, estableció que «no puede asimilarse la condición de ilegalidad del extran-
jero al concepto de tránsito, por tratarse de figuras distintas». Como señaló la
Corte Interamericana en relación con el Caso de las niñas Yean y Bosico vs.
República Dominicana, «para considerar a una persona como transeúnte o en
tránsito, independientemente de la clasificación que se utilice, el Estado debe
respetar un límite temporal razonable, y ser coherente con el hecho de que un
extranjero que desarrolla vínculos en un Estado no puede ser equiparado a un
transeúnte o a una persona en tránsito», añadiendo que: «En un sistema de jus-
soli, solo hace falta el hecho de que un niño/a haya nacido en el territorio del
Estado y que la condición migratoria de sus padres no puede ser una condición
para el otorgamiento de la nacionalidad, exigir la prueba de la misma, constitu-
ye una discriminación».
Aunque el TC diferencia entre tránsito y «transeúnte», siguiendo el criterio
de la Suprema Corte de Justicia —entonces en atribuciones constitucionales—
que en sentencia de 15 de diciembre de 2005 entiende que «transeúntes» son
«los que no tienen domicilio legal (personas jurídicas) o carecen de permiso
legal de residencia (personas físicas), como hemos indicado anteriormente, «en
tránsito» se encontraría la persona que viaja de un punto a otro, y que hace es-
tadías por corto tiempo, antes de llegar a su destino final, y transeúnte es aquel
que está de tránsito en el país, por un periodo corto de tiempo.
La inclusión expresa, en la normativa constitucional dominicana, de la «re-
sidencia ilegal» de los ascendientes de personas nacidas en territorio dominica-
no como causal para negar a estas la nacionalidad dominicana, se efectuó en
2010, indicando en su artículo 18.3 que no serán dominicanas las personas na-
cidas en territorio nacional «hijos e hijas […] de extranjeros que se hallen en
tránsito o residan ilegalmente en territorio dominicano, lo que determina la dis-
tinción entre inmigrante ilegal, y transeúnte».
IV. Efectos de la sentencia
28
Proyecto de ley que establece un régimen especial para personas nacidas en el territorio
nacional inscritas irregularmente en el Registro civil dominicano y sobre naturalización. N.º Ini-
ciativa: 01878-2014-PLO-SE.
teria, provocando la difícil situación que enfrentan las personas que recibieron
del Estado dominicano la referida documentación29.
El TC, a pesar de lo erróneo del fallo, reconoce que los órganos de repre-
sentación política democrática tienen la obligación de buscar soluciones a los
problemas de la sociedad en base al interés nacional y guiados por los valores
enarbolados desde la fundación misma de la nación y que están plasmados en
el preámbulo de la Constitución, como son la dignidad humana, la libertad, la
igualdad, el imperio de la ley, la justicia, la solidaridad y la convivencia fra-
terna.
La Ley n.º 169/14 por la que se establece régimen especial para nacidos en
República Dominicana, inscritos irregularmente y naturalización30, toma en
consideración el alto interés y prioridad para el Estado dominicano en la adop-
ción urgente de medidas que posibiliten el derecho a la igualdad, al desarrollo
de la personalidad, a la nacionalidad, a la salud, a la familia, al libre tránsito, al
trabajo y a la educación, entre otros, de una población de República Dominica-
na integrada por: a) los descendientes de padres extranjeros en condición migra-
29
Estas deficiencias aludidas ponen de manifiesto cómo la legislación dominicana y la inter-
pretación que hacen de sus requisitos sobre ciudadanía las máximas autoridades civiles han soste-
nido la presunción de exclusión de los haitianos [sic] de la ciudadanía a nivel de los registros civi-
les locales. […] La negativa oficial a conceder la ciudadanía a hijos nacidos en República Domi-
nicana de inmigrantes haitianos ha creado una amplia categoría de apátridas de facto. Las dificul-
tades no se agotan en la obtención de documentos personales o de identidad, sino que se extienden
a la utilización de tales documentos, lo que, asimismo, tampoco es un problema reciente. En ese
sentido, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial emitió en 2008 sus observacio-
nes a los informes enviados por República Dominicana en los años 2000, 2002, 2004 y 2006 y
expresó su preocupación acerca de múltiples casos de ciudadanos dominicanos de ascendencia
haitiana a quienes les habían sido confiscados y destruidos certificados de nacimiento, cédula de
identidad y documentos de identidad electoral, o bien se les había negado una copia de ellos debi-
do a su origen étnico. Organización de las Naciones Unidas, Comité para la Eliminación de la
Discriminación Racial, Observaciones finales sobre los informes periódicos 13.° y 14.° de Repú-
blica Dominicana, párr. 16. También, Organización de las Naciones Unidas, Informe del Relator
Especial sobre las Formas Contemporáneas de Racismo, Discriminación Racial, Xenofobia y
formas conexas de intolerancia (Doudou Diène, y la experta independiente sobre las cuestiones de
las minorías, Gay McDougall, párr. 55).
30
La Ley tiene en consideración las siguientes normas: la Constitución de República Domi-
nicana proclamada el 26 de enero del año 2010, publicada en la Gaceta Oficial n.º 10561; la Ley
n.º 1227, del 4 de diciembre de 1929, publicada en la Gaceta Oficial n.º 4160; la Ley n.º 659, del
17 de julio de 1944, sobre actos del Estado Civil publicada en la Gaceta Oficial n.º 6114 y sus
modificaciones; la Ley n.º 1683, del 16 de abril de 1948, sobre naturalización, publicada en la
Gaceta Oficial n.º 6782; la Ley n.º 107/13, del 8 de agosto de 2013, sobre los Derechos de las
Personas en sus Relaciones con la Administración y de Procedimiento Administrativo publicada
en la Gaceta Oficial n.º 10722; el Decreto n.º 327/13, de fecha 29 de noviembre de 2013, El infor-
me de la Junta Central Electoral sobre el levantamiento del Registro Civil dominicano de fecha 7
de noviembre del año 2013.
El número de personas afectadas por la Ley núm. 169/14 no está claro. Un estudio llevado
31
a cabo por la Junta Central Electoral en noviembre de 2013 identificó a 24.392 personas que habían
sido «inscritas de forma irregular» entre 1929 y 2007, de las cuales 13.972 eran hijos de nacionales
haitianos. Sin embargo, otro estudio realizado en 2012 por la Oficina Nacional de Estadística halló
que el número de personas que vivían en República Dominicana cuyos progenitores eran extranje-
ros ascendía a 244.151. De ellas, 209.912 eran de ascendencia haitiana (padre y/o madre nacidos
en Haití). Datos ofrecidos por Amnistía Internacional. Informe de fecha 3 de junio de 2014.
a terceros todos los actos realizados por los beneficiarios de la presente ley con
los documentos que utilizaron bajo presunción de legalidad.
32
Artículo 11. Medios de prueba. El nacimiento en el territorio nacional de las personas
comprendidas en el ámbito de aplicación de la presente ley se podrá demostrar mediante la pre-
sentación de uno o más de los siguientes medios de prueba, los cuales serán evaluados por la
unidad de aplicación de este reglamento: a) Constancia de nacido vivo emitida por un hospital
público o centro de salud privado, que indique el nombre de la madre, género de la criatura y la
fecha del nacimiento; b) Acto de notoriedad por ante notario público de siete (7) testigos domi-
nicanos hábiles que indiquen la fecha y lugar del nacimiento, así como el nombre del niño o niña
y los nombres de los padres; c) Declaración jurada mediante acto auténtico ante notario público
de la partera que recibiera al niño o niña, indicando la fecha y el lugar de nacimiento de esta, así
como el nombre de la madre; y e) Declaración jurada mediante acto auténtico ante notario pú-
blico de familiares dominicanos en primer o segundo grado que posean documentación nacional
dominicana.
1. Que la nacionalidad, «como vínculo jurídico político que liga una perso-
na a un Estado determinado, permite que el individuo adquiera y ejerza
los derechos y responsabilidades propias de la pertenencia a una comu-
nidad política. Como tal, la nacionalidad es un prerrequisito para el ejer-
cicio de determinados derechos».
2. Que el derecho a la nacionalidad es, además, un derecho de carácter in-
derogable de conformidad con el artículo 27 de la Convención.
3. Que la nacionalidad es un derecho fundamental de la persona humana
que está establecido en varios instrumentos internacionales.
4. Que la Convención americana recoge el derecho a la nacionalidad en un
doble aspecto: el derecho a tener una nacionalidad desde la perspectiva
de dotar al individuo de un mínimo de amparo jurídico en el conjunto de
relaciones, al establecer su vinculación con un Estado determinado, y el
de proteger al individuo contra la privación de su nacionalidad en forma
arbitraria, porque de ese modo se le estaría privando de la totalidad de
sus derechos políticos y de aquellos derechos civiles que se sustentan en
la nacionalidad del individuo.
33
Corte Interamericana de Derechos Humanos. El Hábeas Corpus Bajo Suspensión de Ga-
rantías (1987) (arts. 27.2, 25.1 y 7.6 Convención Americana sobre Derechos Humanos). Opinión
Consultiva OC-8/87 del 30 de enero de 1987. Serie A n.º 8, párr. 23.
34
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso de la Masacre de Pueblo Bello Vs.
Colombia. Sentencia de 31 de enero de 2006. Serie C n.º 140, párr. 119. También, Corte Interame-
ricana de Derechos Humanos. Caso González y otras («Campo Algodonero»), párr. 244.
35
La Sentencia de la CIDH, además de citar el Caso de las Niñas Yean y Bosico vs. República
Dominicana, párr. 141, indica también los siguientes casos: Caso Yatama. Sentencia de 23 de junio
de 2005. Serie C n.º 127, párr 135; Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumenta-
dos. OC-18/03, párr. 88, y Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño. Opinión Consultiva
OC-17/02 del 28 de agosto de 2002. Serie A n.º 17, párr. 44. Véase, en lo que se refiere al principio
de no discriminación en materia de concesión o denegación de la nacionalidad, otros sistemas e
instrumentos internacionales: Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Caso Genovese vs. Malta.
Sentencia de 11 de octubre de 2011 (discriminación entre hijos legítimos e hijos ilegítimos a efectos
de la adquisición de la nacionalidad por iussanguinis); Comisión Europea de Derechos Humanos,
Caso Slepcik vs. Países Bajos y República Checa, n.º 30913/96, Decisión de 2 de septiembre de
1996 (discriminación por razón de raza o etnia); Convenio Europeo sobre la Nacionalidad de 1997,
artículo 5; Convención para Reducir los Casos de Apatridia, artículo 9; Convención sobre los Dere-
chos del Niño, artículos 2.2, 7 y 8; Comité de los Derechos del Niño, Observación General n.º 6
(trato de los menores no acompañados y separados de su familia fuera de su país de origen) de 2005,
párr.12, Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación
Racial, artículo 5 (d) (iii); Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos
los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares, artículo 29; Comisión Africana de Derechos Hu-
manos y de los Pueblos, 54/91-61/91-96/93-98/93-164/07-196/97-210/98, Malawi AfricanAssocia-
tion, Amnesty International, Ms SarrDiop, Unioninterafricane des droits de l’homme and RADDHO,
Collectif des Veuves et Ayant-droit et Associationmauritanienne des droits de l’homme vs. Mauri-
tanie, párrs. 129 y 131 (desnacionalización de mauritanos de raza negra).
medidas afirmativas necesarias para asegurar una efectiva igualdad ante la ley
de todas las personas. La Corte también ha establecido que los Estados tienen la
obligación de garantizar el principio de la igualdad ante la ley y no discrimina-
ción independientemente del estatus migratorio de una persona en un Estado, y
dicha obligación se proyecta en el ámbito del derecho a la nacionalidad. En ese
sentido, ha dejado establecido que el estatus migratorio de los padres no puede
transmitirse a sus hijos.
A su vez, la Corte ha determinado que el derecho a la nacionalidad forma
parte de lo que se ha denominado derecho a la identidad, definido como «el
conjunto de atributos y características que permiten la individualización de la
persona en sociedad y, en tal sentido, comprende varios otros derechos según el
sujeto de derechos de que se trate y las circunstancias del caso»36
La Corte indica que la Ley n.º 169/14, al igual que la sentencia TC/0168/13
en la cual se basa, parte de considerar extranjeras a las personas nacidas en te-
rritorio dominicano que sean hijas de extranjeros en situación irregular. Ese
entendimiento, aplicado a personas que nacieron antes de la reforma constitu-
cional de 2010, implica en los hechos, una privación retroactiva de la naciona-
lidad que ya se determinó contrario a la Convención.
La Ley n.º 169/14 implica un obstáculo a la plena vigencia del derecho a la
nacionalidad de las víctimas. En tal sentido, no solo conceptualmente parte de
36
Convención Interaericana de Derechos Humanos. Caso Gelman vs. Uruguay, párr. 122. El
Tribunal ha indicado también que «el derecho a la identidad no se encuentra expresamente con-
templado en la Convención Americana. No obstante, el artículo 29.c de este instrumento establece
que ‘[n]inguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el sentido de […]
excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o que se derivan de la forma
democrática representativa de gobierno’. Al respecto, […] una fuente de referencia importante, en
atención al artículo 29.c) de la Convención Americana y al corpus iuris del Derecho Internacional
de los Derechos Humanos, lo constituye la Convención sobre los Derechos del Niño, instrumento
internacional que reconoció el derecho a la identidad de manera expresa. En su artículo 8.1 señala
que ‘[l]os Estados partes se comprometen a respetar el derecho del niño a preservar su identidad,
incluidos la nacionalidad… [(Opinión aprobada por el Comité Jurídico Interamericano sobre el
alcance del Derecho a la Identidad en el 71.° periodo ordinario de sesiones, CJI/doc.276/07 rev.1,
de 10 de agosto de 2007, párrs. 11.2, 12 y 18.3.3, aprobado en el mismo periodo de sesiones me-
diante Resolución CJI/RES.137 (LXXI-O/07), de 10 de agosto de 2007, punto resolutivo segun-
do)]. Al respecto, la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos ha señalado
«que el reconocimiento de la identidad de las personas es uno de los medios a través del cual se
facilita el ejercicio de los derechos a la personalidad jurídica, al nombre, a la nacionalidad, a la
inscripción en el registro civil, a las relaciones familiares, entre otros derechos reconocidos en
instrumentos internacionales como la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hom-
bre y la Convención Americana» (OEA, «Programa Interamericano para el Registro Civil Univer-
sal y ‘Derecho a la Identidad’», resolución AG/RES. 2286 (XXXVII-O/07) de 5 de junio de 2007;
resolución AG/RES. 2362 (XXXVIII-O/08) de 3 de junio de 2008, y resolución AG/RES. 2602
(XL-O/10) de 8 de junio de 2010, sobre seguimiento al programa, de 8 de junio de 2010).
V. Bibliografía