Reyes Carmona Regina Valeria

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23/Oct/2018
Literatura Y Experimentación: Siglo XX
La narrativa experimental latinoamericana, da un giro de 180 grados a la narrativa
tradicional, ya bien conocida por todos. Esta innovación dada por diversos autores, se
viene desarrollando mediante diferentes aspectos y recursos. Claro que esta
innovación venia de la mano junto con el cambio en la concepción sobre la realidad en
la que vivimos, el mundo y el hombre.

Entre estos diversos cambios en el mundo, surgen descubrimientos científicos de la

física, la concepción del paso del tiempo y del espacio. Es entonces cuando el autor del
siglo XX entiende que el tiempo lineal y objetivo en correlato con el espacio, y asi
comienza a experimentar con los tiempos paralelos, la mezcla de lo fantástico con lo
real, la superposición de espacios, las dos historias en un cuento, y el efecto sorpresa
que es producido cuando el final de la historia secreta se nos muestra al lector. En “La
Noche Boca arriba” de Julio Cortázar, se nos presenta todo esto, con la historia de un
joven aparentemente normal que sale un día a dar un paso en moto, y tiene un
accidente a raíz de este accidente comienza a soñar que es un indio moteca huyendo
de ser atrapado por los guerreros aztecas, estos sueños comienzan a ser más
frecuentes y ahí se nos va a presentar poco a poco la verdadera historia secreta detrás
de la historia superficial, esta va a ir reluciendo con el uso de los tiempos paralelos, y
el espacio, también utiliza la recurrencia a imágenes olfativas para irnos adentrando a
el cuento. Cortázar es considerado el gran experimentador del tiempo narrativo como
lo conocíamos.

Otro ejemplo de experimentación, es Jorge Luis Borges con “La escritura del Dios” en
este cuento, se nos presenta una historia llena de simbolismos y con dos historias. El
cuento nos relata la historia de la búsqueda de la palabra divina implicada en el título
y del desciframiento por parte del mago de la pirámide de Qaholom, Tzinacán, pues el
descifrar la verdad divina le conferiría un poder casi divino que le permitiría salir del
encarcelamiento y liberar al pueblo. A medida que el libro avanza se nos presenta la
segunda historia según la Tesis del cuento en la que el sujeto,(Tzinacán) de alguna
manera, se convierte así en su propio oponente, a partir de la "unión con la divinidad"
al descifrar la divinidad, mejor dicho, a partir de la esa unión con la sabiduría, ya no es
él mismo, es otro: "porque ya no me acuerdo de Tzinacán"; "Ese hombre ha sido él y
ahora no le importa."

Como ultimo ejemplo en esta etapa de experimentación, tenemos la mini ficción de

Tito Monterroso “El eclipse”, este nuevo tipo de relata marca un cambio al llevar un
tipo de rasgos, entre los que destacan: su brevedad, puede ser creado a partir de un
hecho real o imaginario y puede llevar ironía. En este micro relato se utiliza cierta
ironía, en la que el Fray Bartolomé Arrazola trata de salvarse de un sacrificio
ayudándose de sus conocimientos de astronomía, al saber que habría un eclipse total,
amenazando a los indígenas de oscurecer el cielo si lo mataban, pero estos ya sabían
de las fechas, sin ayuda del gran Aristóteles.

Esta claro que las aportaciones y experimentación de los escritores del siglo XX,
marcaron un antes y un después en la literatura latinoamericana, y esta
experimentación en la literatura mucho tienen que ver con los cambios
socioculturales e históricos por los que estaba atravesando el mundo del hombre, el
que se encargaba de pensar, crear e imaginar arte en relación a los inquietudes y
curiosidad con respecto a su visión del mundo.

Esta nueva concepción de la realidad, nuevas visiones en la concepción del tiempo y el

espacio, el sujeto activo respecto del mundo e irrupción de lo popular en la literatura
de este siglo son unos de los cambios en el siglo XX, son los que marcan la ruptura con
las viejas estructuras de escritura, y entonces se da la búsqueda de nuevas formas de
expresarse que nos llevara al nacimiento de originales y peculiares propuestas en la
narrativa latinoamericanas.