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BROMOCRIPTINA DE LIBERACION RAPIDA

La transmisión dopaminérgica regula el metabolismo de glúcidos y lípidos, se ha descrito que los


pacientes con diabetes presentan un tono dopaminérgico mas bajo de lo normal, especialmente a
primeras horas de la mañana. Como consecuencia de este bajo tono dopaminérgico, se activa el
eje-hipofisario-suprarrenal, lo que podría estar implicado en el desarrollo de resistencia a la
insulina. La bromocriptina, un agonista dopaminérgico, administrada por la mañana en forma de
comprimidos de liberación rápida, produce una activación dopaminérgica en forma de pulso de
corta duración, que imita el pico de actividad que se produce a esta hora del día en personas no
diabéticas. De este modo, se consigue mejorar una serie de alteraciones metabólicas
características de la diabetes tipo 2: reduce la hiperglucemia, especialmente en el estado
posprandial, sin modificar la secreción de la insulina, por lo que no produce incremento de peso
ni hipoglucemia. Además, es un fármaco seguro ya que desde hace más de 35 años se utiliza para
otras indicaciones en dosis mas altas que las indicadas para el control de la glucemia. La
bromocriptina de liberación rápida, sola o en combinación con otros fármacos ha sido aprobada
por la FDA para el tratamiento de la diabetes tipo 2.

PAUTAS DE TRATAMIENTO EN DIABETES MELLITUS DE TIPO 2

Como ya se ha mencionado, la diabetes de tipo 2 es una enfermedad compleja, que se caracteriza


por el deterioro progresiva de las células β y, por lo tanto, de la glucemia, así como por la presencia
de comorbilidades. Con frecuencia, estas comorbilidades se presentan en el contexto del
denominado síndrome metabólico, un conjunto de alteraciones que incluyen hígado graso,
obesidad, dislipidemia aterogénica e hipertensión, además de la hiperglucemia. Por otra parte, a
la propia complejidad de la enfermedad se le suma el hecho de disponer de numerosos fármacos
cuya indicación es el tratamiento de la diabetes, algunos de los cuales son relativamente nuevos,
por lo tanto, la decisión de que fármaco o combinación de fármacos va a utilizarse dependería del
criterio médico, teniendo en cuenta factores como la edad, el peso, las complicaciones y
comorbilidades, la fase de la enfermedad, el coste del tratamiento y los posibles efectos adversos.
Además de todos estos factores deben tenerse en cuenta también las necesidades y preferencias
de cada paciente. Por ello, los documentos mas recientes publicados por la ADA o la EASD no
son simples guías terapéuticas, sino más bien indicaciones genéricas que deberían aplicarse en
una aproximación en el paciente.

Las mas recientes recomendaciones de la ADA y la EASD reafirman a la metformina como el


agente inicial preferido, a no ser que haya contraindicaciones o intolerancia, ya sea añadida a las
modificaciones en el estilo de vida (dieta sana, pérdida de peso y ejercicio) en el mismo momento
del diagnóstico, o bien en el caso de que dichas modificaciones del estilo de vida por si solas no
hayan logrado el objetivo de glucemia perseguido. Si después de 3-6 meses de tratamientos con
metformina no se alcanzan o no se mantienen los objetivos marcados, se recomienda añadir un
segundo fármaco. La combinación de la que se dispone de mayor experiencia clínica es con
sulfonilureas, aunque también se pueden utilizar glinidas, tiazolidindionas , inhibidores de la
DPP-4, análogos del GLP-1 o insulina basal.

La elección del segundo fármaco dependerá sobre todo las características del fármaco y de las
preferencias del paciente, siendo el objetivo la mejora del control glucémico (se calcula que el
segundo fármaco añadido a la metformina puede reducir la HbAic, alrededor de un 1 % adicional),
disminuyendo la posibilidad de aparición de efectos adversos. En el mercado español existen
diversas especialidades farmacéuticas que combinan, en dosis fijas, la metformina con otro
fármaco antidiabético de administración oral facilitando así en tratamiento en pacientes diabéticos
polimedicados.

En caso de que la doble terapia no consiga el objetivo de glucemia o pierda la eficacia inicial, se
puede añadir un tercer agente. Este se elegiría teniendo en cuenta que su mecanismo de acción
sea complementario al de los fármacos en uso. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que al añadir
otro fármaco aumentan las posibilidades de interacciones y efectos adversos, a la vez que aumenta
el coste, Además, en la mayoría de los casos (especialmente en pacientes con diabetes de larga
duración y glucemias altas) es difícil que un tercer fármaco sea eficaz, por lo que debe
monitorizarse cuidadosamente la glucemia y reconsiderar la combinación si no llega al objetivo.
De hecho, habitualmente la mejor respuesta se consigue añadiendo insulina. Como aproximación
inicial, a no ser que la paciente hiperglicemia muy acusada y/o sintomatología asociada, suele ser
suficiente con añadir una sola inyección al día de insulina basal en dosis bajas en el momento del
día más adecuado en función del estilo de vida del paciente y de su perfil de glucemia. Se puede
considerar la adición de insulina prandial en el caso de que la glucemia en ayuno sea correcta pero
la HbAic siga por encima del objetivo después 3-6 meses de terapia con insulina basal, ya que
ello suele ser indicativo de que la glucemia proprandial no está controlada.

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