Professional Documents
Culture Documents
La elección del segundo fármaco dependerá sobre todo las características del fármaco y de las
preferencias del paciente, siendo el objetivo la mejora del control glucémico (se calcula que el
segundo fármaco añadido a la metformina puede reducir la HbAic, alrededor de un 1 % adicional),
disminuyendo la posibilidad de aparición de efectos adversos. En el mercado español existen
diversas especialidades farmacéuticas que combinan, en dosis fijas, la metformina con otro
fármaco antidiabético de administración oral facilitando así en tratamiento en pacientes diabéticos
polimedicados.
En caso de que la doble terapia no consiga el objetivo de glucemia o pierda la eficacia inicial, se
puede añadir un tercer agente. Este se elegiría teniendo en cuenta que su mecanismo de acción
sea complementario al de los fármacos en uso. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que al añadir
otro fármaco aumentan las posibilidades de interacciones y efectos adversos, a la vez que aumenta
el coste, Además, en la mayoría de los casos (especialmente en pacientes con diabetes de larga
duración y glucemias altas) es difícil que un tercer fármaco sea eficaz, por lo que debe
monitorizarse cuidadosamente la glucemia y reconsiderar la combinación si no llega al objetivo.
De hecho, habitualmente la mejor respuesta se consigue añadiendo insulina. Como aproximación
inicial, a no ser que la paciente hiperglicemia muy acusada y/o sintomatología asociada, suele ser
suficiente con añadir una sola inyección al día de insulina basal en dosis bajas en el momento del
día más adecuado en función del estilo de vida del paciente y de su perfil de glucemia. Se puede
considerar la adición de insulina prandial en el caso de que la glucemia en ayuno sea correcta pero
la HbAic siga por encima del objetivo después 3-6 meses de terapia con insulina basal, ya que
ello suele ser indicativo de que la glucemia proprandial no está controlada.