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Curso: ENERGOTONÍA
Prof.: Gustavo Fernández
Lección 1: INTRODUCCIÓN
Esto, que puede parecer sólo una expresión de buenos deseos, es tanto
más creíble si nos preguntamos en cuanto a porqué algunas personas alcanzan
más fácilmente los objetivos que se proponen. Aquí no existen explicaciones
autocomplacientes del tipo “porque viene de mejor familia”, “nació con
buena estrella” o “es más inteligente”. La primera excusa no sirve pues, en
igualdad de ocasiones, no todos los logros se semejan. Ciertamente, la Historia
está plagada de ejemplos en los cuales precisamente aquél individuo más
jaqueado por las circunstancias, con más obstáculos en su vida, es quien deja
indeleble huella de su paso. La segunda porque, como escribiera Shakespeare,
“las estrellas inclinan pero no obligan”. Y la tercera porque, excepto en los
casos bien definidos de taras neurofisiológicas o patologías psíquicas, todos
los seres humanos cuentan, en potencia, con la misma capacidad intelectual.
Por cierto, existen razones para que en determinadas ocasiones en ciertas
personas esas capacidades se manifiesten más significativamente: en todos los
casos, esas circunstancias se corresponden a una mayor afectividad familiar, o
una educación que prioriza la creatividad y la espontánea manifestación de la
misma por el infante y, en ambos casos, comprobamos que fundamentalmente
se trata de mecanismos de flexibilización mental en vez de una rigidización
emocional con lo cual, rizando el rizo y volviendo al punto inicial,
comprobamos que lo que se hace es permitir la expansión psicológica natural
del individuo.
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Curso: ENERGOTONÍA
Lección 2
Minuta 1
MARQUE LAS CARACTERÍSTICAS QUE CORRESPONDEN A SU
TRABAJO:
1- Es cansador
2- no me gusta
3- No es redituable
4- Es aburrido
5- No tiene futuro
6- No tiene sentido
7- Es amenazante (el jefe, los otros compañeros, los clientes)
8- Lo puedo perder (crisis, errores, cierres)
9- Me toma demasiado tiempo
Minuta 2
MARQUE SU/S ESTRATEGIA/S COTIDIANA/S (HASTA HOY)
Minuta 3
MARQUE EL/LOS RESULTADO/S DE SU/S ESTRATEGIA/S
Minuta 4
REFLEXIONE
El trabajo es una faceta más de la vida, pero por la cantidad de horas que se le
dedica y la ingerencia económica en aquella, es demasiado importante, y así como la Luna
refleja la luz del Sol, otras facetas de nuestra vida sólo reflejan las actitudes tomadas en el
mismo. Y las estrategias que habitualmente desarrollamos en el trabajo así como los
resultados de su aplicación, son los que extendemos a otros aspectos de nuestra vida: la
familia, los amigos, el tiempo libre, con lo cual se multiplican sus efectos. Su relación con
el trabajo, según señaló en las minutas anteriores, dice mucho –aunque no le guste- de su
relación con la vida, por identificación o por oposición reactiva.
Ejercicio 1
Trate de desarticular, racionalmente y por escrito, la argumentación general
presentada en esta lección.
Ejercicio 2
Ídem, con el proceso de las cuatro minutas, en particular.
Ejercicio 3
Responda por escrito el siguiente cuestionario y guárdelo para leerlo dentro de
algunos meses: percibirá cómo cambia su concepción de las respuestas, señal que la semilla
del crecimiento ya ha comenzado a germinar:
Minuta final
ESTAS NO SON REFLEXIONES: SON ÓRDENES PARA LA ACCIÓN
NUEVAS PROPOSICIONES
La respuesta correcta
De las cinco figuras que aparecen abajo, seleccione aquella que sea realmente
distinta a todas las demás:
A B C D E
¿Qué es el éxito?. ¿Cuándo, cómo y porqué podemos decir que somos exitosos?.
Cada uno, seguramente tendrá su propia escala de valores. Para unos, habré triunfado si he
acumulado sustanciosas sumas de dinero. Para otros, si mi fama y popularidad ha
trascendido las fronteras. Para mí, cuando estoy en paz y disfruto lo que hago, cómo lo
hago y porqué lo hago y, también, todo ello me da la paz de permitirme cumplir mis
obligaciones, sustentar a los que amo y vivir cómodamente.
1
Engrama: en Energotonía, una estructura psicológica, natural o concertada por acción de la voluntad, con
energía y naturaleza propia que nuclea –si positiva o negativamente, eso queda al discernimiento de cada
individuo- las experiencias e ideas que son formal o simbólicamente asociables a la esencia de esa estructura.
laboral dado, ello estará revelando que nuestro inconsciente está aportando su concurso –
por ende, su energía- a la consecución del objetivo buscado.
Ley de Correspondencia
Tres mil doscientos años antes de Cristo, según cuentan los antiguos relatos
egipcios, finalizó el reinado de dioses y semidioses sobre la Tierra. En el valle
del Alto Nilo un rey de pastores, Menes, ascendió en ese entonces al faraonato
con el título de Menes I, El Tinita (por ser oriundo de la ciudad de Thinis).
Menes desarrolló, en su prolongado reinado, una vasta tarea de conquista y
culturalización para sacar a su pueblo de la condición pastoril y agrícola que
hasta entonces la caracterizaba. Hizo contratar especialistas en las más
variadas disciplinas provenientes de los más alejados puntos del mundo
conocido y, muy especialmente, agregó a su corte a un sabio caldeo,
arquitecto, médico, astrónomo y –lógicamente para ese entonces- mago,
conocido como Toth. Hasta avanzada su ancianidad, Toth se dedicó a volcar
sus conocimientos en diversos libros, algunos perdidos para siempre, otros
conservados fragmentariamente como el llamado “Libro de Toth”, compendio
de Teurgia o Alta Magia Blanca del que sólo sobrevivieron a la primera de las
siete destrucciones de la Biblioteca de Alejandría sus láminas ilustrativas,
exactamente setenta y ocho, y que conformaron al paso del tiempo la baraja
del Tarot o, en egipcio, “tarah ha’ Toth” (de donde por deformación proviene
el vocablo “Tarot”) y la “Tábula Esmeragdina”, o “Tabla de Esmeralda”, una
sucesión de aforismos que guardaban memoria del conocimiento filosófico de
los contemporáneos de este Toth que, al morir, fue elevado a la categoría de
dios –apoteosis común en esos tiempos- e, incluso, adoptado tardíamente por
los griegos con el nombre de Hermes Trimegisto (“el tres veces grande”).
Precisamente, lo de “filosofía hermética” proviene de su nombre helenizado.
El primer aforismo de la “Tabla de Esmeralda” expresaba el Principio de
Correspondencia, que enseguida explicaremos, con estas palabras: “Es verdad,
muy cierto y verdadero, que lo que es arriba es como lo que es abajo, y lo que
es abajo es como lo que es arriba, para hacer el milagro de una sola gran cosa
bajo el Sol”. En otros términos, la total identificación entre lo
macrocósmicamente grande y lo microcósmicamente pequeño.
La estructura de un átomo es, microcósmicamente, como el Sistema Solar
macrocósmico que lo contiene. La parte del todo refleja el Todo. Un ser
humano es 70% agua y 30 % materia sólida y vive, casualmente, en un planeta
que es 70 % agua y 30 % materia sólida. Además, su sangre tiene exactamente
la misma proporción de sal que la del agua del planeta. El iris de una persona
permite conocer el funcionamiento de todo su organismo porque, como
siempre, la parte de un Todo refleja ese Todo. Una carta natal astrológica
resume en su microcosmos, el macrocosmos de la vida y la personalidad del
sujeto al que pertenece. Las líneas de mi mano reflejan mi personalidad y mi
vida también, pues mi mano, como parte de un Todo integrado por mí y por mi
devenir, refleja el Todo. Una persona carismática y de fuerte carácter concita a
su alrededor a las personas de temperamento más débil, que imitan sus poses,
su manera de ser y tratan de vivir en función de aquél, lo que llamaríamos una
conducta heliocéntrica, donde hasta “la luz del Sol” (y recordemos que en
Astrología el Sol significa la personalidad manifestada) es “reflejada” por
quienes giren a su alrededor, actuando microcósmicamente como un sistema
planetario lo hace macrocósmicamente.
En Matemáticas es conocida una curiosidad llamada serie de Fibonacci,
planteada por el sabio homónimo, donde cada número resulta de la suma de
los dos anteriores. Tal el caso de la secuencia 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 56, 90...
etc. Pues bien, una figura que se repite en la naturaleza universal es la espiral
de Fibonacci, donde cada una de las espiras (vueltas) se distancia de la
anterior de acuerdo a esa progresión numérica. Esto es tan así, que lo
encontramos desde en la espiral macrocósmica de una galaxia, hasta la
microcósmica de un caracol e, incluso, si toman ustedes un repollo colorado y
lo cortan transversalmente, comprobarán que no sólo su disposición es en
espiral sino que respeta la serie de Fibonacci.
¿Un experimento práctico?. Supongamos que en casa alguien se lastima, se
corta, pierde sangre en cualquier accidente hogareño. Tenga preparada una
bolsita con sulfato de cobre (unas piedritas color verde azuladas que, entre
otros usos, se emplean para clorificar piscinas de natación) y rápidamente
diluyan en un vaso lleno de agua el mismo hasta el punto de saturación, es
decir, cuando por más que sigan agregando sulfato de cobre éste no se diwulve
más, o, por lo menos, cuatro o cinco cucharadas soperas colmadas. Entonces
introduzcan en él un trocito de algodón sucio de la sangre del herido,
dejándolo allí. Atención: no se trata de mojar la herida con la solución del
sulfato, ya que (a) si bien observarían efectos cicatrizantes, aquí la acción sería
comúnmente química –es el principio de las sulfamidas- y no esotérico, que es
lo que tratamos de probar, y (b) el ardor subsiguiente en la herida haría que la
víctima recordara el árbol genealógico del frustrado enfermero hasta la octava
generación.
Observaremos entonces un hecho fascinante: sin ningún tipo de acción
química en contacto con la herida, ésta cicatrizará varias veces más rápido de
lo que haría cualquier compuesto medicinal aplicado directamente sobre
aquella, actuando a distancia. Tan es así, que aunque se pongan centenares de
kilómetros entre el herido y su “muestra testigo” sumergida en la dilución,
seguirá actuando, y aún lo hará aunque el sujeto del experimento nada sepa del
mismo o no crea en él, lo que invalida la hipótesis de la sugestión.
Personalmente, además de haberlo empleado numerosas veces, cuento con el
testimonio de un odontólogo especializado en cirugía maxilofacial y otro
profesional de la salud, urólogo y cirujano, que desde hace años y por mi
recomendación vienen empleándolo con éxito en sus intervenciones
quirúrgicas. Es tanto como afirmar que la acción (química o energética, lo
mismo da) sobre la muestra de sangre se copia, se duplica en el original del
cual proviene porque, obviamente, la parte del todo (la muestra de sangre)
refleja al Todo del cual fue obtenida.
Así como existen ciclos cósmicos en la biología, de los cuales no nos ocuparemos
aquí por no responder a la esencia de este curso, existen ciclos cósmicos que sí afectan
nuestra tarea de todos los días. Este “Ciclo Mundano” tiene que ver con nuestros asuntos
personales y, obviamente, materiales, dentro de cada año.
El mismo tiene una duración de 365 días, es decir, se renueva y
comienza otra vez en cada uno de nuestros cumpleaños, por lo que la duración
de un Ciclo Mundano es el lapso de tiempo que va de un cumpleaños a otro.
Este ciclo está dividido en siete períodos, cada uno de 52 días, más o menos, y
algunas horas más, o sea más exactamente, cincuenta y dos días y un séptimo.
Esto quiere decir que cada año de nuestra vida, desde un cumpleaños a otro,
está dividido en siete períodos durante los cuales ciertas condiciones son
favorables o desfavorables para ciertas cosas que deseamos hacer y que
tenemos que hacer en el curso de nuestra existencia. Este ciclo es algo
complicado pero si se me sigue atentamente y se observa la tabla no se tendrá
ninguna dificultad para comprender y utilizar el mismo.
Como dije antes, este ciclo va de un cumpleaños a otro. No tiene nada
que ver con el calendario anual, o sea el año del calendario que comienza en
enero y termina el último día de diciembre. Esto quiere decir que cada
individuo tiene un ciclo que le es propio. La única manera en que dos o más
personas pudieran tener el mismo ciclo sería que estas personas hubieran
nacido en el mismo día. Si una persona, por ejemplo, ha nacido el 20 de
marzo, entonces su ciclo anual va desde el 20 de marzo hasta el 19 de marzo
del año siguiente. Si una persona ha nacido el 2 de junio, su ciclo irá desde el
segundo día de junio hasta el siguiente primer día de junio del año siguiente.
Esto debe tenerse presente para que no haya confusión con el año común que
va de enero a enero; también debemos tener presente que este ciclo nada tiene
que ver con períodos astrológicos que comienzan y terminan alrededor del día
21 hasta el 23 de cada mes.
Por lo tanto, al calcular los siete períodos de cada uno de nuestros ciclos
anuales debemos comenzar por dividir nuestro propio año en secciones de más
o menos cincuenta y dos días cada una. Si hemos nacido, por ejemplo y como
dijimos, el 20 de marzo, comenzaremos con ese día y contaremos cincuenta y
dos días, y luego otros cincuenta y dos, y otros cincuenta y dos, y así
sucesivamente. Lo mismo sucedería si hubiéramos nacido el día 2 de junio, o
en cualquier otro día.
Para su comodidad al calcular esos períodos, he insertado un calendario
de 365 días. Este calendario es lo bastante exacto en su número de días para
emplearlo durante cualquier año ya sea bisiesto o no. Se observará que el
número de días de cada mes sigue de manera consecutiva después del nombre
de cada uno de ellos. Esto facilita el cálculo de los cincuenta y dos días para
cada periodo de nuestro ciclo vital o Ciclo Mundano.
Enero 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27
Febrero 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27
Marzo 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27
Abril 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27
Mayo 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27
Junio 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27
Julio 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27
Agosto 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27
Setembre 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27
Octubre 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27
Noviembre 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27
Diciembre 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27
Período 1
Período 2
Este período es muy diferente del anterior, porque durante estos cincuenta y dos días
todo tenderá a estar favorablemente dirigido hacia nuestros planes referentes a viajes,
especialmente aquellos que no duran mucho tiempo, sino aquellos que son breves y de
importancia inmediata más bien que de importancia en el futuro. Los viajes por tierra o
agua, más que por aire, son generalmente favorables en este período. También es una
oportunidad excelente para mudar nuestro hogar a otro sitio o para trasladar nuestro
negocio o cambiar de ocupación, si es algo que está bajo nuestra elección. Es decir, este es
un período para cambios que sean rápidos y que terminen pronto. En cuestión de negocios u
ocupaciones, este período será muy favorable para aquellas actividades que correspondan a
cosas movibles y a cosas que no tienen sitio determinado. El movimiento de carga, los
negocios de fletes, encomiendas, automóviles, camiones, transportes públicos, conferencias
públicas, representaciones, exhibiciones y cosas de esta índole tendrán muy buen resultado.
Por extraño que parezca, este período es también excelente para aquellos que se ocupan de
líquidos, sustancias químicas, leche, agua, fuerza hidráulica, energía, combustibles, etc.
Los tratos con personas que tengan negocios relacionados con las cosas
que hemos nombrado, tendrán mejores resultados en este período que en
cualquier otro. Inversamente, no debemos planear un cambio de nuestros
negocios o comenzar una nueva etapa de nuestros negocios, ni tratar de formar
o construir ninguna cosa permanente, tomando como base un cambio ocurrido
durante este período. La mudanza de nuestro hogar puede ser buena si se lleva
a cabo durante este período, pero al mismo tiempo la compra de un nuevo
hogar durante el mismo puede que resulte en un cambio futuro, porque los
cambos hechos durante este lapso particular no tienen permanencia. Por lo
tanto, todas las cosas hechas durante esta época deben ser de tal naturaleza que
comiencen durante el período y terminen poco después, algo que tenga que
ver con los meses presentes más bien con los años de un futuro mediato. Este
período es también bueno para personas que se ocupan en cosas como enseñar
a transeúntes, o en asuntos que tienen que ver con negocios fluctuantes, como
por ejemplo, hoteles, o asuntos de tráfico, o atender a personas que están
constantemente moviéndose o pasando. Es también un buen período para
contratar nuevos empleados o sirvientes y para comenzar desarrollos agrícolas
o nuevas siembras. Todos aquellos contratos, convenios, papeles legales y
otros asuntos que deban continuar durante un período de un año o que deban
ser permanentes, no deben comenzar ni terminarse durante este período. No es
un período favorable para prestar dinero ni para solicitar préstamos, y no es
bueno para la construcción de ningún edificio ni para comenzar ningún
negocio en que se haga una inversión considerable que dure mucho tiempo.
Es, sin duda alguna, un período desfavorable para especulaciones aventureras
en la bolsa o para juegos de cualquier clase.
Período 3
Aquí tenemos un período que puede ser afortunado o desgraciado, según la
aplicación de las fuerzas cósmicas y la discreción o juicio que la persona emplee. Este
período llena al individuo con un impulso casi incontrolable de querer hacer cosas grandes
e importantes, y la energía fogosa que circula por el organismo humano durante este
período desea expresarse de muchas maneras. Si se lo dirige cuidadosamente, este período
puede ser uno de los mejores del año para formar un negocio u ocupación y para llevar a
cabo aquellas cosas que requieren gran energía física, esfuerzo físico, resistencia, vitalidad,
resolución y persistencia. Por otra parte si la energía se emplea mal, o se la aplica sin juicio
y discreción pueden emprenderse grandes tareas que no se completarán en mucho tiempo, y
puede comenzar a hacerse demasiado para una persona debido a la energía errática que
desea expresarse. Es este un período excelente para dominar aquellos obstáculos, estados o
condiciones que en los períodos anteriores parecían impedir todo progreso, a causa de la
energía y del trabajo requeridos. Es un período excelente para comenzar cualquier cosa que
tenga que empezar de golpe y proseguir con gran impulso durante el primer mes o los
primeros dos meses de su carrera. Es sin duda un período excelente para ocuparse de
asuntos militares, o para tratar con aquellas personas o aquellas empresas que se ocupan de
cosas que requieren gran energía vital o gran energía muscular. Es igualmente un período
óptimo para la consolidación de un negocio o de intereses que traten con metales,
cuchillería, instrumentos de corte o cosas relacionadas con máquinas eléctricas, electrónica,
informática, hornos y fuego. Es también un buen período para tratar con enemigos,
competidores y rivales que hasta entonces han sido obstáculos en nuestro camino, y es un
período inapropiado para tratar de dominar esos obstáculos o a esas personas por medio de
contratos, papeles o convenios. Si la pura energía, la resolución y las largas horas de
actividad y de trabajo duro han de tener efecto en los competidores o en los obstáculos, éste
es el período en que pueden dominarse de ese modo.
Vale la pena tener presente que este período es desfavorable para tratar
con mujeres, y las mujeres deben tener presente que es ordinariamente un
período magnífico para tratar con hombres cuando deseen obtener favores,
preferencias o ayuda en cualquier asunto comercial o social. Es durante este
período cuando ocurren muchos pleitos, discusiones y desavenencias en todos
los asuntos, y deben evitarse porque puede que no terminen bien para ninguna
de las partes. Es un período excelente para vendedores, conferencistas y otras
personas que deben hacer uso de una oratoria fuerte o de una viva discusión
para poder convencer.
Período 4
Período 5
Éste es el que podría llamarse período del buen éxito en cada año, por lo
que respecta a nuestros asuntos personales y privados. Durante estos cincuenta
y dos días los impulsos de lo Cósmico y sus tendencias tienden a traer un goce
feliz y un fin fructífero a las cosas en que nos hemos estado ocupando o que
hemos planeado o que hemos tratado de llevar a cabo. Es durante esta época
que nuestros asuntos personales crecen, se desarrollan y aumentan en
prosperidad. La mente del individuo está llena de ideas superiores de cortesía,
religión, ciencia y derecho, y hay una tendencia hacia el compañerismo, la
sociabilidad, la benevolencia, la honradez y la simpatía. Es un período
excelente para tratar con abogados o jueces, funcionarios, sacerdotes,
médicos, comerciantes y capitalistas. Es también un buen período para
comenzar un largo viaje, diferente del buen período para los viajes cortos, que
es el segundo período de este ciclo. Este es también un período muy bueno
para renovar o comenzar nuestro interés en obras filosóficas, estudios
metafísicos, preparación de discursos o documentos legales, o aquella cosas
que requieran influencias muy favorables para obtener buen éxito, y por esta
razón es un buen momento para cobrar dinero que se nos deba o para comprar
con fines de venta, o para vender o especular y hasta para pedir préstamos. Sin
embargo, toda tentativa durante este período para tratar sobre asuntos dudosos
que no sean especulaciones legítimas, o para tratar sobre ganado o para vender
ganado, o relacionados con productos de la carne en gran escala, o toda clase
de asuntos marítimos, dará malos resultados.
Período 6
Este período puede llamarse el período de fiesta del año. Es una buena época para
las distracciones, placeres, descansos y entretenimientos. Esto no quiere decir, desde luego,
que los negocios no prosperen o que los asuntos regulares de la vida deban retenerse o
modificarse durante este período, pues todas las cosas que sean legítimas y de buena
voluntad continuarán casi con el mismo buen éxito que durante el período anterior. Sin
embargo, esta es la época para ocuparse específicamente de ciertos asuntos de la vida con
más intensidad que en otros períodos. Ahora es el momento oportuno para hacer visitas
largas o cortas de descanso o para renovar amistades, y es un período muy bueno para tratar
con mujeres o para que las mujeres traten con los hombres acerca de las cosas gratas de la
vida. Los viajes cortos serán felices y de buenos resultados durante esta época, pero no así
los viajes largos ni viaje alguno por agua. Este período es más afortunado para los hombres
que buscan preferencias, favores o convenios comerciales y cooperación de las mujeres, del
mismo modo que el tercer período de este ciclo es más afortunado para las mujeres que
traten de obtener éstos de los hombres. Es también un buen período para llevar a cabo
transacciones de índole especulativa o para comprar valores de bolsa, o para contratar
empleados y sirvientes.
Período 7
Muchas veces nos hemos enfrentado a nuestros propios miedos frente a los que
consideramos como desafíos que nos superan. Y en nuestra búsqueda laboral es
imprescindible contar con un sentimiento de autoestima óptimo que nos permitirá
desenvolvernos con naturalidad y creyendo en nuestras propias fuerzas.
En aquellas ocasiones en que intentamos una búsqueda de inserción –o
de reinserción- en el mercado, y nuestra autoestima está afectada (como
cuando expresamos “tengo la moral por el piso”), es muy probable que
lleguemos a un resultado insatisfactorio. Y cuando ese estado de autoestima
negativa se presenta en nosotros, y decimos “seguro que me irá mal”, estamos
nosotros mismos frenando las propias posibilidades de desarrollo. Y el
resultado probablemente lo reflejará; es el viejo tema de la profecía
autocumplida.
De lo que se trata entonces es de corregir la actitud mental.
Reemplazar el miedo por un sentimiento de autoestima suficientemente
positivo para que podamos obrar con la seguridad y convicción
necesarias. Elevar nuestra autoestima nos brindará la adecuada presencia
frente a las exigencias que el mercado laboral supone. La autoestima es el
conjunto de sentimientos que tenemos sobre nosotros mismos. Y por la
cual nos valoramos, es decir que colocamos en nosotros un cierto valor. Éste
se traduce muchas veces en una cierta idea que tenemos de nosotros mismos
(de que somos superiores, u otra, contraria, de que somos inferiores) como en
otras se manifiesta con ciertos comportamientos (por ejemplo, desistimos de
presentarnos a una entrevista de selección de personal porque no nos sentimos
capaces de superar esa prueba).
La autoestima no debe nunca ser exagerada, ni en su elevación ni en
su disminución. Por eso debemos hablar de su “optimización”. La gente
considera vanidosos o ególatras a quienes elevan demasiado su autoestima y
lo hacen público. La gente, también, suele pisar sin miramientos a quienes, por
el contrario, bajan tanto su autoestima que no se quieren nada y sólo tratan de
inspirar lástima.
Si nuestro sentimiento de autoestima no es el adecuado, sea porque se
halla en uno u otro extremo, es necesario que mostremos hacia nosotros
mismos una predisposición persuasiva. Y la persuasión debe situar nuestra
autoestima en el punto necesario para llegar con solidez anímica a la
búsqueda.
El logro de una óptima autoestima implica sortear una importante
cantidad de obstáculos que son mayoritariamente interiores. Pero cuyos
resultados se reflejarán también en el exterior.
En quienes padecen el desempleo o la desocupación, es posible que
encontremos una autoestima en disminución. Y entonces es cuanto más
debemos hacer por recordar los logros que hemos tenido, y que estos
recuerdos puedan mínimamente comenzar a devolvernos algo de la autoestima
perdida.
En la mayoría de los casos –pero no siempre- la autoestima suele ser el
producto de los resultados que obtenemos en la vida. Así, en una situación de
falta de ocupación que generalmente trae como consecuencia la imposibilidad
de hacer muchas cosas por la falta de recursos, no es de extrañar que nuestra
autoestima esté alicaída. Por lo tanto, debemos modificar los resultados en la
realidad exterior para que la autoestima pueda tener el aliciente necesario para
crecer. Pero, sucede a su vez, que si no se modifica esa “moral por el piso”
que acusamos, difícilmente podamos revertir el resultado en el exterior. Es
decir, que estamos frente a la eterna dialéctica del huevo y la gallina. Con la
diferencia que en nuestro caso, tenemos una respuesta precisa: primero se
debe corregir la autoestima.
Sólo calibrando nuestro estado anímico y optimizando la autoestima
podemos pensar en el éxito para encontrar trabajo, sea éste en relación de
dependencia como sea también para iniciarnos en la actividad cuentapropista.
Levantando el ánimo
Los primeros ejercicios que debemos hacer, en los casos en que creemos
“no valer nada” y nos invade la desazón por no tener inserción laboral, es
comenzar por demostrarnos a nosotros mismos cuánto valemos. Es decir,
apuntalar nuestra autoestima. Vigorizándola. O, para decirlo en lenguaje
menos técnico, levantar el ánimo para demostrarnos lo que podemos saber si
estamos bien anímicamente.
“¿Cómo se hace?”, sería la pregunta de nuestros alumnos. Veamos un
sencillo par de ejemplos. Uno de ellos puede ser ponernos a cocinar o a
limpiar la vivienda (válido para hombres y mujeres). Es un ejercicio de mucha
utilidad. Porque lo primero que debemos demostrarnos es que hay cosas que
sabemos hacer. Y hacerlas bien. Pero NO hacerlo mecánicamente, como
hacemos habitualmente por obligación, sino en un acto de conciencia.
Pensando cada movimiento, observando lo que hacemos. Limpiar bien los
azulejos o el lavabo del baño, mostrarnos a nosotros mismos cómo hasta
donde hace poco había suciedad la hemos reemplazado por un reluciente
brillo, es un paso muy importante ya que nos permite ver la transformación de
los objetos. Sea que haya limpiado el piso o lavado nuestras camisas, estos
ejercicios concientes de transformación de las cosas que nos rodean y a las
que sentimos que nos pertenecen nos brindan por lo menos tres importantes
motivos para revigorizar nuestra autoestima.
El primero es ver que podemos hacer cosas, y que las hacemos bien.
Que sabemos trabajar, que somos útiles para quitar la mugre de una habitación
o de una prenda de vestir. El segundo es que retomamos nuestro mando sobre
las cosas que son de nuestra pertenencia. Esto, además de fortalecer la
autoestima, nos muestras que la desazón y la angustia no se justifican. Que
tenemos propiedad sobre las cosas, y que sólo nos falta saber usar estas armas
en la realidad exterior. Este ejercicio debe hacerse pensando en la satisfacción
que nos da alcanzar el resultado que anhelamos; y una tercera consecuencia
anímica de este ejercicio es que podemos analogar la experiencia a nosotros
mismos: que idéntica transformación podemos operar en nosotros,
reemplazando la angustia por un estado anímico renovado y luminoso.
Creando sabores
3
¿o acaso no es muy estimulante escuchar aquello de: “¡Un aplauso para el asador!”?
Es también importante remarcar que el primer paso tiene un alcance
muy grande. Porque aquí las matemáticas se dan de bruces con la realidad
anímica, y cuando en la escala del 1 al 10 estamos en 1, pasar al 2 suele ser
más difícil que ir del 2 al 7. ¿Por qué?. Porque cuando estamos invadidos por
los sentimientos negativos, lo que experimentamos es un bloqueo anímico.
Allí está la consecuencia de la más baja calificación (el 1). Una vez que
logramos levantar el bloqueo, las distancias anímicas no serán tan amplias.
No “achicarnos”
Como resulta claro, la principal batalla que libramos cuando estamos sin empleo, se
desarrolla en nuestra vida anímica. Suele invadirnos una gran cantidad de sentimientos
negativos, los cuales traen como consecuencia la reducción de nuestra autoestima. Éste es
el punto en el que debemos librar nuestro principal combate.
Por ello, para estar preparados, es que debemos detenernos en aquellos
sentimientos negativos que nos invaden, para poder reemplazarlos. Veamos a
modo de ejemplo. Una de las primeras cosas que nos pasan cuando no
logramos una rápida reinserción en el mercado laboral es la aparición de un
sentimiento de desazón, especialmente producto de experimentar una pérdida
de gran parte de nuestra autoestima.
Es útil precisar que al no tener ingresos con los que hasta aquí
contábamos –y como nos lo recuerda un personaje de Borges: “... el dinero es
un repertorio de futuros posibles...”, lo primero que nos acontece entonces es
que debemos reducir nuestras posibilidades en la vida de relación. Según los
casos, muchos tienen que depender de sus cónyuges, otros de sus padres (o
novios, o amistades) para determinados gastos. Y esto atenta, indudablemente,
contra nuestra propia autoestima. La incertidumbre se convierte muchas
veces en angustia. Tenemos que asumir que allí libramos nuestra principal
batalla. Porque sólo si podemos quitarnos la angustia de encima, podremos
tener un mejor contacto para emprender una adecuada búsqueda de reinserción
laboral.
El miedo al éxito –al que nos hemos referido ya- actúa de diversas
maneras. Una de las más habituales es cuando, por ejemplo, tenemos una
indisposición el día que debemos rendir un examen para el que nos hemos
preparado concientemente. En ese caso, nos juegan una mala pasada nuestros
intestinos. Pero la indisposición del organismo también debe ser entendida
como producto de un miedo psicológico al éxito. Cuando en la antigua Roma
se nombraba a un emperador, éste hacia el viaje de asunción denominado
“triunfo”; lo hacía en un carro sostenido por un esclavo que le recordaba “no
olvidéis, señor, que eres sólo un hombre”. Con esto quería decir que se trataba
de un ser humano y no de un dios, que por lo tanto aquello que era triunfo
podía dejar de serlo para trastocarse en derrota. Y en todos nosotros vive, a
veces sumergido en el inconsciente, el miedo a lo que los romanos
consideraban triunfo y el hombre moderno llama éxito. Y este temor subyace
cuando a veces hemos trabajado duramente en pos de una conquista.
Especialmente en el campo del trabajo. No siempre se manifiesta con un
malestar corporal. Muchas veces fallamos allí donde más seguros nos
sentíamos un par de días antes. Solemos creer que “el destino nos juega una
mala pasada” pero, en verdad, es el miedo que interiormente tenemos el que
nos ha hecho claudicar en el momento menos oportuno.
Una importante regla de la Psicología nos dice que “... cuanto más
aprendamos de nuestros sentimientos, más a gusto nos llevaremos con ellos”.
Tenemos que tratar de lograr que todos los sentimientos armonicen en nuestra
personalidad.
Para poder tener un adecuado conocimiento de los mismos, es útil que
sepamos indagar en nuestro interior. Reconocer qué envidiamos y de quién,
qué cosas nos producen fastidio y cuándo nos “apichonamos” porque algo nos
atemoriza.
Conocer nuestros sentimientos nos ha de ser útil para saber qué “tretas”
nos hacemos inconscientemente. Muchas veces nuestra gestión –en el amor,
en los estudios o el trabajo- fracasa porque no hemos podido armonizar lo que
verdaderamente sentimos con lo que decimos. Y creemos que podemos salir
airosos con una fórmula convencional, pero no. Trastabillamos porque en el
momento clave emerge inoportunamente –y con especial fuerza- el verdadero
sentimiento que habíamos ocultado en lo profundo; por ello, tenemos que
buscar dotar de coherencia a nuestra personalidad, logrando una
amalgama entre el sentimiento íntimo y ciertas creencias que tenemos al
respecto.
La empatía
Lo que comunicamos
Tomar contacto
Polifacéticos o especialistas
Lección nº 8: METAPROGRAMAS
No es posible a todos el ocupar altos cargos o lograr fama; pero es posible a cada
uno de nosotros obtener un verdadero éxito en el trabajo para el cual estamos mejor
preparados y, por tanto, es nuestra verdadera esfera de actividad. A uno se le da un talento;
a otro cinco, y así sucesivamente. Cada uno de nosotros está destinado a un servicio
diferente, y para cada uno hay un hueco en la vida que nadie más puede llenar. Algunos
siguen el comercio, otros las artes o la informática, pero sea el que sea el campo, habrá
dificultades que vencer.
Es difícil definir el éxito, pues la palabra no significa exactamente lo
mismo para dos personas distintas. Sin embargo, aunque el éxito pueda
significar para uno una cosa y para otro algo completamente diferente, hay
empero una definición amplia que se puede aplicar a todos. En este sentido
más amplio, el éxito significa la consecución en la vida de algo que sea
realmente digno para uno. También puede describirse como el predominio, no
sobre otras gentes, sino sobre la vida en general.
Esto implica vencer, lograr, de forma que cuando la vida termina, uno
tenga una razón honesta para sentirse satisfecho. Es de la incumbencia de
todos nosotros el hacer algo útil de nuestra vida.
No hemos venido a la vida para andar sin brújula y fracasar; sino que
hemos de vencer sus dificultades; ir contra la corriente y llegar a destino. El
éxito no consiste en “atesorar” riquezas; satisfacer aspiraciones egoístas, sino
que consiste en hacer algo en la vida realmente digno, que enriquezca al
mundo y agregue algo al bienestar común. El éxito y el triunfo de esta clase no
lleva consigo pesares ni remordimientos, sino que añade felicidad a la vida y
satisfacción en la hora de la muerte.
El éxito no es debido a las circunstancias externas, a la suerte o al
destino. No es del todo el fruto de las aptitudes, pues gente con mucho
ingenio a menudo fracasa en hacer un éxito de su vida; tampoco es debido a la
herencia o a las influencias, aunque todas esas cosas pueden ser útiles en un
momento dado.
El éxito es debido principalmente a tres cosas, a saber;: Fe, Visión y
Servicio. Primero, ha de haber fe en el propio poder de vencer, pues sin esto el
éxito es imposible. Si un hombre no tiene fe en sí mismo está en verdad en
una triste condición, y ningún éxito puede presentársele. Todos los que quieren
tener éxito en sus vocaciones han de tener fe en su poder para alcanzarlo. Han
de estar tan convencidos de esto que ningún fracaso o retroceso ha de poder
nunca hacer vacilar su confianza. Quien quiera tener éxito ha de tener tal fe en
su poder de vencer los obstáculos que, aunque todo el mundo esté en contra de
él, permanecerá impávido. Es posible que seres humanos que son verdaderos
triunfadores nada sepan del más grande Poder interno pero, instintivamente,
creen en él, disponen de él y lo emplean. Hay dos clases de creencia en uno
mismo: la creencia o presunción del tonto que cree en sus supuestas aptitudes,
de quien piensa que es competente para hacer cosas que están enteramente
más allá de su capacidad; los egoístas superficiales de este tipo creen en sus
yoes y están tan engreídos en su orgullo que no pueden ver sus propias
limitaciones. Pero está también la fe del ser humano fuerte y capaz que cree,
no tanto en sus aptitudes como en su fuerza interna, que es más grande que sus
poderes finitos. Éste se da cuenta de sus propias limitaciones y confía en algo
que tal vez él no comprenda, pero que sabe que está allí y puede confiar en
ello. Esta creencia en un poder interno, lo que yo llamo el “fuego sagrado”,
para vencer es realmente el verdadero secreto de una persona de recursos para
triunfar. Es lo que lo distingue del individuo ordinario que nunca puede
elevarse sobre el nivel de la mediocridad.
La fe, ya sea en los poderes internos de uno mismo o en su aptitud para
salir adelante, que imparte una creencia en el Poder interno es, pues, el secreto
de la consecución y el fundamento esencial del éxito. Uno que se encuentre
poseído de una confianza como ésta puede reírse de las tormentas de la vida.
No importa cuán a menudo haya de probar las amarguras del fracaso –y qué
persona, aunque haya triunfado, no las prueba a veces- se levantará otra vez y,
aprovechándose de la experiencia, edificará un éxito más grande que los
anteriores. La fe es tan necesaria en los asuntos mundanos como en los
conflictos del alma. Sin ella es imposible que la persona tenga éxito en la vida;
está condenada a abatirse ante sus dificultades. Los hombres y mujeres con fe,
cuando son azotados por la adversidad pueden caer, pero para levantarse de
nuevo. No se lamentan y jamás van a engrosarlas filas de los que habiendo
dejado escapar las oportunidades doradas de la vida vegetan hablando de los
éxitos que hubieran alcanzado si solamente no hubieran sucedido ciertas
cosas.
La fe y el valor son vitalmente necesarios para todos los que quieran
hacer algo de su vida y ser de alguna utilidad para el mundo. El éxito no se
obtiene sin esfuerzo; los grandes triunfos no son posibles excepto como
resultado de un esfuerzo sostenido. Desgraciadamente, muchos esperan un
sendero de rosas, pensando que pueden ir a través de la vida sin fracasos,
contrariedades y retrocesos. Esto es imposible. Todos los que obtienen éxito
han tenido sus fracasos y horas oscuras, cuando todo les pareció perdido. Son
puestos a prueba hasta el máximo. La diferencia entre los que triunfan y
consiguen y los que fracasan y no llegan a nada no está en las oportunidades o
la experiencia, sino en la manera en que afrontan las adversidades de la vida.
El hombre de fe y valor aprende lecciones de sus fracasos; comienza de
nuevo y aprovechándose de su experiencia dolorosa, edifica para sí un éxito
más estable y más duradero. El hombre de poca fe, por lo contrario, no trata de
sobreponerse a sus calamidades; rehúsa aprender la lección que el fracaso le
enseñaría, y nunca prueba otra vez. En lugar de reconocer que la causa de su
fracaso está dentro de él mismo, y de esforzarse para remediarlo, culpa a las
circunstancias y a los demás; condoliéndose como si fuera herido y maltratado
por la vida y sus semejantes. Tal persona nunca puede hacer de su vida un
éxito verdadero ni nunca conseguirá nada. La compasión de uno mismo es la
más destructiva de todas las prácticas negativas, y bloquea el sendero a todo
progreso y consecución. Quien se compadece de sí mismo reconoce, al obrar
así, que es un fracasado y que las circunstancias son demasiado fuertes para él.
Al compadecerse de sí mismo evidencia que no tiene fe en el poder interno
que es más grande que todas las circunstancias adversas.
Ésta es muy a menudo la única causa del fracaso de algunas personas. No tienen fe,
porque no tienen nada en qué creer. Tales necesitan darse cuenta que tienen un poder
interno que es parte del Poder Infinito, Único, Omnipotente. En cuanto se dan cuenta de
ello y buscan y confían en tal poder hallan que no hay dificultad que no se pueda vencer,
ningún desastre que no e pueda reparar, ningún fracaso que no pueda convertirse en un
peldaño a un éxito mucho más grande que jamás se creyó posible antes. Todas las
limitaciones del hombre son debidas a sus dudas o miedos, a su falta de creencia en el
poder interno. El ser humano limita lo Ilimitable por sus pensamientos, por su falta de fe y
por su perspectiva terrenal. Tiene el Infinito a su disposición; si se diera cuenta de esto
hallaría que “todas las cosas” son posibles.
La visión es la facultad más maravillosa que poseemos. Mediante ella, todas las
fuerzas invisibles de nuestra vida se enfocan y concentran en un punto hacia una
consecución definida. Mediante ella, todas nuestras acciones se dirigen inconscientemente
hacia la misma meta. Mediante ella, el hombre de ambición desmedida es apresado por
poderes que son más grandes que él mismo y forzado a desempeñar cargos de una
responsabilidad agobiante que lo convertirán literalmente en un esclavo. Encuentra,
entonces, que ni la riqueza ni la fama pueden compensarle la pérdida del esparcimiento, la
salud y los placeres sencillos de la vida. En medio de su éxito y fama su corazón está
enfermo de anhelo por una vida más sencilla y más feliz. Pero esto se ha hecho imposible;
está sufriendo los resultados de su visión demasiado ambiciosa y su fantasía mental.6
La visión es el poder más grande de la mente humana. Sea lo que quiera que se
mantenga en la mente bajo la forma de fantasía mental, con el tiempo se modela en la vida.
Si, por consiguiente, las imágenes mentales son de clase equivocada, muy grandes han de
ser los desastres en la vida. Hay un propósito Divino tras cada vida, un plan que es
infinitamente bueno. Si las imágenes mentales están en armonía con el propósito de la vida,
moldearán el verdadero éxito y la verdadera consecución.
Si, no obstante, hay un choque entre los dos, el único resultado posible es una
infelicidad extrema y lo que puede parecer externamente ser un éxito, en realidad es un
fracaso terrible. En las tempranas etapas de la nueva vida esta guía y propósitos divinos
podrán no ser discernibles; pero un buen sustituto es seguir los ideales más elevados y las
aspiraciones más altas como se presentan al alma en cada momento. Si se siguen las
aspiraciones más elevadas no se andará equivocado, y si se persiste pronto se recibirá una
guía más definida. Todo ideal ha de ser, por consiguiente, práctico.
Por el abuso de las fuerzas mentales el ser humano puede literalmente destruir su
vida. Al visualizar la riqueza, por ejemplo, y querer muy vigorosamente que la riqueza
venga a él, pone en acción fuerzas poderosas que se vuelven un poder irresistible en su
vida, haciéndole perder la estabilidad y haciéndolo girar como una veleta. La riqueza viene,
si el hombre es suficientemente fuerte en concentración y voluntad, pero con ella pueden
venir también desastres, pesares, mala salud y miseria indescriptibles. Además, para
realizar su ambición ha de sacrificar la vida de su hogar, todos sus placeres sencillos, la
compañía de quien ama, hasta que finalmente, habiéndose realizado su ambición, se siente
entre las ruinas de su felicidad, en una victoria pírrica, un hombre con el corazón deshecho,
desesperado y desilusionado.
5
Expresión tibetana para “forma de pensamiento”: como hemos analizado en otros cursos y artículos, el
budismo tibetano desarrolló la técnica de generar formas visibles y perceptibles en la realidad objetiva
generados sólo por la intensa concentración mental del practicante.
6
Las implicancias perniciosas de esto, así como la posibilidad que tales circunstancias nos hagan permeable a
otras formas de vulnerabilidad psíquica son analizadas en detalle en nuestro curso NIVEL SUPERIOR DE
AUTODEFENSA PSÍQUICA.
Es necesario emplear este poder de la visión, pues es imposible ordenar la casa o
construir un gallinero sin él. Lo que se necesita es que sostengamos en la mente imágenes
que estén en armonía con lo que nuestra intuición nos dice es lo más elevado y lo mejor. En
lugar de aspiraciones egoístas hasta saciarse de las cosas perecederas han de haber deseos
por una vida más sencilla, menos egoísta y más natural, combinada con el servicio a los
demás. Esta palabra, “servicio”, nos conduce a nuestro tercer punto, pero antes que
pasemos a él es necesario decir algo acerca del propósito, la constancia y la persistencia.
La visión mental, para que sea efectiva, debe ser continua. Es decir, si
sostenemos una imagen o ideal en la mente por un tiempo y luego nos
cansamos y la reemplazamos por otra, nada de valor conseguiremos o se
manifestará nunca. Si un hombre se propone construir un gallinero, debe
sostener la visión del gallinero en su mente hasta que haya reunido las
herramientas y el material y construya la cosa que desea hacer. Si, por el
contrario, sostiene en su mente la imagen de un gallinero durante un día y
luego la cambia por la de un reloj de pared y al día siguiente por la de una
biblioteca, nada tangible resultará nunca.
Si una dueña de casa decide limpiar una habitación de la planta baja y,
antes que su imagen mental pueda plasmarse la cambia por una de una
habitación de la planta alta, y luego antes que nada definido se haya efectuado
decide salir a dar un paseo, es claro que los resultados serán de carácter
negativo. Sucede lo mismo con los grandes problemas de la vida. La mente ha
de ser constante; se ha de adherir al propósito principal y rehusar apartarse de
la línea de esfuerzo que nos hemos propuesto. La visión debe ser constante y,
si se mantiene, se obtendrá una consecución definida.
Se verá, pues, que las circunstancias de la vida son en gran parte el
resultado de las imágenes mentales o visión. Así, como es cierto que la
ambición desmedida y el egoísmo y la visualización de riquezas, fama y poder
producen infelicidad y miseria, es igualmente cierto que las imágenes
temerosas de fracaso y desastre también traen consigo la correspondiente
manifestación externa del fracaso.
Aquellos que siempre están visualizando su propio fracaso nunca
pueden vencer en las cosas que emprendan. Sus imágenes mentales de fracaso
y desastre inconscientemente influyen en su conducta, acciones y juicio de
forma que producen estos estados negativos en la vida.
Imaginarse el fracaso y la pobreza es la causa que se materialicen en la
vida; por consiguiente, quienes sean propensos naturalmente a esta práctica
negativa deben transmutar sus imágenes mentales y ponerlas más en armonía
con la Verdad. El Infinito no conoce la pobreza ni el fracaso; tales cosas no
tienen lugar en la Mente Divina; por consiguiente, el hombre debe elevar sus
pensamientos y su visión y ponerlos más de acuerdo con la verdad real e las
cosas.
Finalmente, el verdadero éxito sólo puede venir mediante el Servicio. El
más grande entre nosotros debe querer servir al más humilde. Todo éxito en
realidad está basado en el Servicio, aunque pocos lo sospechen.
Centro de Armonización Integral
Curso: ENERGOTONÍA
Prof.: Gustavo Fernández
Autor de esta lección: Sebastián Vázquez
Lección nro. 10: EL WU- WEI FRENTE A LA VIDA PRÁCTICA. La acción en la No
Acción
CONQUISTANDO LA NO–EXCITACIÓN
Otro aspecto importante a considerar asociado al Wu–Wei es el de la no–
excitación. Habitualmente, la excitación es el punto de partida de la mayoría
de nuestros actos: excitación sensorial, sexual, emocional, mental, intelectual,
etcétera. De hecho, una de las causas principales de la infelicidad humana
reside, según los antiguos maestros, en la búsqueda incesante de nuevas
fuentes de excitación, es decir, de estímulos exteriores susceptibles de crear
reacciones en nosotros. Pero esta facultad reactiva, si bien supone una enorme
fuente de aprendizaje necesaria, es capaz de convertirse, incorrectamente
utilizada, en la mayor responsable de nuestra falta de libertad. Recuerdo una
ocasión en la cual, un maestro Zen que estaba de visita en España ilustró esta
enseñanza señalando al toro bravo, perennemente “excitado” por la muleta del
torero, como símbolo de la enorme capacidad de manipulación que la
excitación es capaz de provocar en el ser humano.
Los mejores argumentos y herramientas que podemos manejar para huir de la
terrible servidumbre que supone la excitación son la indiferencia y
desafectación frente a lo superfluo, lo estúpido o las múltiples y variadas
“muletas” que la vida diaria nos presenta como excitantes engaños que nos
conducen de un lado a otro, creyendo además que ejercemos nuestra voluntad,
cuando en realidad sólo respondemos mecánicamente a un juego de reacciones
que nos abocarán la mayoría de las veces hacia el dolor.
Este breve cuento hindú puede ilustrar este punto, principalmente en lo que se
refiere a las servidumbres emocionales:
Un buscador espiritual con una fuerte tendencia a dejarse manipular por
factores externos fue a visitar a un maestro para plantearle el siguiente
problema:
Maestro, no soy capaz de alcanzar la paz interior.
¿Cuál es el motivo? –interrogó el maestro.
Lo ignoro. Por eso estoy aquí, buscando tu sabiduría y consejo.
El maestro quedó pensativo unos instantes y dijo:
Vas a ir ahora mismo al cementerio. Allí te sentarás en medio de las
tumbas y pasarás la mañana elevando toda suerte de elogios a los
muertos.
El discípulo obedeció y, una vez que hubo cumplido la tarea, regresó.
¿Has hecho lo que te dije? –preguntó el maestro.
Así lo he hecho –respondió el estudiante.
Bien; pues ahora volverás al cementerio y pasarás la tarde vertiendo
insultos e injurias a los muertos.
El discípulo volvió a cumplir la orden del maestro.
Llegada la noche, regresó de nuevo.
Maestro, durante la mañana he ensalzado las virtudes de los muertos con
toda clases de elogios, pero por la tarde he ofendido gravemente a esos
mismos muertos con grandes insultos. ¿Puedes decirme ahora el objetivo
de tus mandatos?
¿Qué te contestaron los muertos? –preguntó a su vez el maestro–. ¿No se
mostraron satisfechos y se vanagloriaron con tus alabanzas?, ¿tal vez se
volvieron indignados y coléricos con tus insultos?
Pero, maestro, eso no es posible. ¿Cómo van a reaccionar si están
muertos?
Pues eso es exactamente lo que has de esperar de ti mismo: la ausencia
de reacciones, tanto ante las ofensas como ante las alabanzas. Si alguien
te insulta y enciende tu cólera, ¿no ves el poder que tiene sobre ti? Si
alguien te alaba e inflama tu vanidad, ¿no ves el poder que tiene sobre
ti? Tu paz interior la tienes ahora en manos de los demás o en poder de
los acontecimientos que te rodean. Ve y rompe esas cadenas, recupera tu
libertad y entonces encontrarás la paz interior.
Volvamos al Wu–Wei. Posiblemente no sea mala propuesta el ejercitarse en el
aprendizaje de esta acción sin–hacer, y aunque si bien la inspiración que nos deja la frase de
Chuang–Tse “La alegría y la felicidad perfectas sólo pueden encontrarse en la no–acción”
sea un poco elevada, sí que podremos reencontrarnos, aunque sea en un tono más modesto,
con algunos valores un tanto olvidados como los mencionados de la sencillez, tranquilidad,
ligereza y anonimato.
EL NO–HACER se expresa:
Libre de apegos Desde el anonimato Exclusivamente sobre el presente
Libre de propósito Desde la espontaneidad Sin forzar nada ni a nadie
Libre de objetivos Desde la sinceridad Sin manipular nada ni a nadie
Libre de interés Desde la sencillez Aprovechando el fluir de la
existencia
Libre de cálculos Desde la no excitación Poniendo la energía cada vez
en una única y real acción; lo demás son ondas de ese acto.
Centro de Armonización Integral
Curso: ENERGOTONÍA
Prof.: Gustavo Fernández
... que no es lo mismo que verlo medio vacío, aunque algunos supongan que
sí, ya que en el primer caso nos estaremos retroalimentando positivamente.
Es lo que lleva a siempre intentar las cosas aunque el sentido común –de los
demás- afirme que es inútil. Cuando una persona se dice “¿para qué voy a
pedirle –preguntarle – sugerirle- algo a Fulano, si seguro me va a decir que
no?”, la actitud correcta es “entonces, si el “no” ya lo tengo, ¿qué puedo
perder?”.
8) Disfrutar lo conseguido
Dicen los chinos: “Si un problema tiene solución, ¿para qué te vas a
preocupar?. Y si no la tiene, ¿para qué te vas a preocupar?”.
3) vivir el presente.
4) El láser mental
“Cuando una sombra nos cubre, es porque en algún lugar hay una luz que la produce”
Dedicaremos esta lección a plantear una serie de tácticas de uso necesario para
provocar el crecimiento al cual aspiramos en este curso. Debemos, empero, reforzar un
concepto ya tocado oportunamente, y que consiste en comprender claramente las
diferencias entre “estrategias” y “tácticas”. “Estrategias” son, como dijimos, aquellos
que queremos, mientras las tácticas serán las formas o vías de lograrlo. Estas son,
entonces, tácticas, en tanto y en cuanto su implementación se traduce en la eficiencia a
obtener. Pero debemos resaltar una condición fundamental: estas tácticas, más que
recordatorios, deben ser verdaderas actitudes de vida. Esto implica dos cosas: (a) que
deben hacerse porque es lo correcto, y no subordinándolas a una promesa hipotética de
resultados promisorios. Esto último se evidencia cuando algunas personas dicen: “Está
bien, voy a tratar de hacer –o ser- como me enseñas durante un tiempo a ver si las cosas
cambian”. En primer lugar, los cambios radicales no se “tratan”: son. Esto es
fundamental. Si yo hago “como si” en lugar de “ser”, muy posiblemente el resultado final
será una simple parodia del ideal propuesto. Y en segundo lugar, si la ineficiencia de mi
conducta actual es producto de actitudes que deben ser cambiadas, éstas no pueden
“cambiarse por un tiempo”. O cambian –si definitivamente, eso sólo lo dirá el suceder de
los acontecimientos futuros- o no. Lo otro es una mentira a uno mismo.
Luego, (b) porque la eficiencia en el trabajo es más el resultado de cómo uno es que
el resultado de lo que uno hace. Uno no puede seriamente prometerse ser emprendedor,
con iniciativa, voluntarioso y aguerrido en su trabajo ocho horas por día si es un
pusilánime el resto de la jornada. Así que mejorar el trabajo implica, muchas veces,
modificar el carácter o la personalidad (que no son sinónimos). Y ello sólo lo lograremos
provocando el acondicionamiento, el reflejo, el hábito de adoptar nuevas actitudes que por
práctica y autoobservación pasen a ser automáticas y espontáneas en nuestro Yo.
Esto último va de la mano con dos condiciones que considero fundamentales para
aprovechar el potencial que su ser le ofrece en este momento. La primera de esas
condiciones nos dice que nunca es tarde para cambiar. Es falso que uno pueda refugiarse en
la edad para autojustificarse, como aquellos que dicen de sí mismos: “¡Mirá si a esta altura
de la vida voy a cambiar!”. Sí, se puede. Tengamos veinte, cuarenta, sesenta años, en
ningún lugar está escrito que si toda mi vida fui de una manera que hoy considero
insuficiente o errónea, esté por ello condenado a seguir siéndolo, como si la oportunidad
del cambio hubiera pasado para siempre. Mañana es el primer día del resto de mi vida, y
todo puede hacerse. Y la segunda condición es que no existe en el Universo nada ni nadie
que evite nuestro cambio excepto la parte oscura de nosotros mismos (“La Sombra”,
sobre la que volveremos a hablar). Podemos acobardarnos ante las consecuencias
imaginarias de nuestro cambio (pero seguimos siendo nosotros). Podemos perturbarnos
respecto a cómo Fulano o Mengana tomará nuestro cambio (pero seguimos, otra vez,
siendo nosotros mismos). Es, el cambio y simplemente, un acto de Voluntad sostenido en el
tiempo.
El mejor empleado
1) Ser un solucionador
2) Constancia en la eficiencia (Teoría General de los Besos)
3) Siempre 5 minutos antes
4) Mantenga la línea del respeto
El experimento de Berkeley
que la dejara en el jardín, tras lo cual le hacían pasar a una oficina –que,
casualmente, tenía un gran ventanal que daba al jardín donde era visible la
silla- mientras le decían que aguardara unos minutos para recibir su pago. En
el ínterin –siempre bajo observación clandestina de los científicos- mientras el
corriendo para detenerlo, pero es interceptado por uno de los psicólogos que,
que de todas formas le iban a pagar por su ya destruido trabajo. Hecho esto, le
Siete días después el carpintero regresa. Otra vez le hacen dejar la silla
en el jardín, otra vez le hacen pasar a la oficina para recibir su paga, otra vez
observa impotente como otro “alienado” la parte a golpes en el exterior. Es en
el momento en que otro de los científicos entra en la oficina, observa tranquilo
el espectáculo que se desarrollaba en el jardín, le explica al azorado trabajador
que se trata de “otro paciente” y le abona, esta vez, veinticinco dólares, “por
las molestias”, a la vez que le solicita hacer otra silla para una semana después
prometiéndole pagarle treinta dólares.
¿Imaginan que ocurrió?. El carpintero cobró sus treinta dólares, sí...
después de observar, ahora resignado, como un tercer “enfermo” rompía su
trabajo. Una cuarta vez le invitan a hacer una nueva, prometiendo pagar treinta
y cinco dólares y siete días más tarde, tras nuevo destrozo y cuando piden una
quinta por la que pagarían cuarenta dólares, el carpintero, rotundamente, se
negó. Se negó aún cuando subieron su oferta hasta sesenta dólares. El
experimento en su totalidad se repitió en distintas oportunidades, y todos los
carpinteros contratados, antes o después, terminaron rechazado los trabajos.
¿Qué nos enseña esto?. Que en el trabajo debe haber algo más que el
hecho de redituar dinero. No se trata que uno se auto convenza que lo hay:
este experimento demuestra que sí lo hay fuera de lo que pensemos cada uno
de nosotros. Seguramente, muchos diríamos que es un excelente negocio esto
de fabricar algo que destruyan ante nuestra vista si aumenta de manera tan
evidente el precio de la pieza siguiente, y seguramente en teoría los mismos
carpinteros habrán pensado que eso sería lo único importante hasta que les
tocó protagonizarlo. Allí, entonces, algo se quebró. Sospecho que es la
dignificación del hombre a través del trabajo. Las sillas, inconscientemente,
eran parte de ellos mismos, y no soportaron la afrenta de asistir a su
destrucción. De manera que si empíricamente hay en el trabajo algo más que
el resultado monetario, descubrirlo cuanto antes no sólo elevará la calidad del
resultado sino nos armonizará interiormente.
9) Afírmese
10) Crea en usted
Entrenamiento
Triple evaluación
7
En Argentina tenemos, literalmente, la expresión: “¡Qué va a ser importante ése, si vive a la vuelta de mi
casa!”.
La solidez de la imagen que construyamos de nosotros es lo que nos
posibilitará el éxito.
Y esto es válido tanto si se trata de una señorita que quiere ser modelo
como de otra que quiere ser actriz; de un joven que quiere ser cantante o de
otro que quiere ser deportista. Y también en los casos de la gran mayoría de
las personas que lleva a cabo profesiones con menor exposición en vidriera,
pero para las que son también necesarias dotes desarrolladas en áreas
específicas.
Son las aptitudes las que juzgan si, en última instancia, la imagen que trazamos de
nosotros es la adecuada. Si alguien, por ejemplo, construye de sí una imagen por la cual los
demás lo perciben como naturalmente hábil para resolver conflictos, es muy posible que
pueda desarrollar una ascendente carrera en el área de Recursos Humanos. Por lo que este
señor –o señora- debería prestar la mayor atención a los movimientos que se produzcan en
esta área en diferentes empresas, y tratar de poner la máxima energía en obtener allí su
empleo o inserción laboral.
Pero si alguien, por tomar otro ejemplo, no tiene aptitudes ni
condiciones de carácter para convencer y persuadir a los demás, es muy
posible que su perfil más adecuado esté muy lejos del que se necesita para ser
vendedor domiciliario. Y aún cuando este último puesto suele ser requerido en
los críticos tiempos de escasez de ofertas de trabajo, construirse una imagen
inadecuada no ha de prosperar si en el corto tiempo la misma se descascara.
La imagen que nos construimos y que “vendemos” al otro, tiene que ser
coherente con nuestras aptitudes y con la naturaleza del carácter.
Antes y después de entregar una copia de nuestro Currículum Vitae –
que es muy importante- no debemos obviar que nuestras propias aptitudes
son la mejor tarjeta de presentación para iniciar una práctica laboral. Sea como
empleados dependientes de una empresa, o en el emprendimiento personal el
resultado de nuestra carrera va a estar dado por la demostración práctica de las
aptitudes. Éstas confirmarán u obligarán a rectificar y rehacer nuestro perfil
laboral.
Se dice que cuando los indios norteamericanos vieron por primera vez a
un hombre montado a caballo creyeron que se trataba de una nueva criatura
con cuatro patas y dos brazos. A menudo, cuando nos enfrentamos a una
nueva situación o a un nuevo problema, nos basamos en experiencias
anteriores y nos formamos un juicio rápido y equivocado. Damos por sentado
mucho, averiguamos poco, y nos apresuramos hacia conclusiones erróneas.
Esta lección apunta a proveer un antídoto a cualquier mal hábito de
pereza mental o pensamiento inflexible. Los ejercicios serán seguramente más
divertidos y generarán mayor flexibilidad mental si se los encara en un grupo
pequeño. Una persona conocerá la respuesta y los otros harán preguntas para
buscar la solución. En la forma más estricta, el “Maestro de acertijos” dará
una sola de tres respuestas: sí, no, no importa. Quienes tienen más éxito son
las personas imaginativas y lógicas, que comprueban todas las deducciones y
que tratan de enfocar la cuestión cubriendo el campo con preguntas amplias
antes de pasar a los detalles. Contando con la compañía adecuada, el juego
puede ser intrigante, estimulante, hilarante y gratificante.
Los acertijos no tienen soluciones oscuras ni requieren conocimientos
especializados, ni están pensados para confundirlo deliberadamente. Estos
ejercicios fueron creados para probar la capacidad de hacer preguntas, sacar
deducciones y persistir en el esfuerzo. Si en un principio el enfoque directo no
lleva a ningún lado, debe intentar atacar el problema de costado; en otras
palabras –y por ello se llama así- mediante pensamiento lateral. Sea flexible.
No se lance de cabeza a las respuestas o perderá gran parte de la diversión.
Cuando se encuentre frustrado recurra a las claves. Las soluciones, al final de
la lección (¡y no se haga trampa!).
2) Padre e hijo
El padre de Tomás era más viejo que su abuelo. ¿Cómo pudo ser?
Claves:
Es imposible que un padre sea más joven que el hijo. Sin embargo, es
posible tener un abuelo que sea más joven que el propio padre.
Alternativamente, puede tenerse una abuela más joven que la propia madre.
Con todo, es imposible tener un abuelo y una abuela más jóvenes que los
propios padre y madre.
3) La caída portentosa
Un hombre que no llevaba paracaídas saltó de un avión. Cayó sobre terreno
duro pero no se mató ni resultó herido. ¿Cómo?.
Claves:
Pregunta: ¿Llevaba alguna ropa especial o un ala delta?
Respuesta: No.
P: ¿Era un hombre normal?.
R: Sí.
P: ¿Entró en contacto con algo durante la caída que detuviera la velocidad?
R: No. Cayó del avión directamente al suelo y aceleró por la fuerza de
gravedad durante todo el trayecto.
P: ¿A qué altura estaba el avión?.
R: A 1.500 metros sobre el nivel del mar (pero no volaba sobre el mar).
P: ¿El avión volaba rápido?
R: No.
4) Ir de compras es bueno
Un hombre se levantó a las 9 de la mañana. Se entretuvo tanto con la lectura
del diario que no tuvo tiempo de ir de compras tal como lo tenía planeado.
A las 11 de la mañana se fue a tomar una lección de vuelo. Cuidadosamente
siguió las indicaciones de su instructor hasta que llegó el momento de
aterrizar. Entonces ignoró a su instructor y estrelló el avión matando a
ambos. El accidente no habría sucedido de haber salido de compras. ¿Qué
sucedió?.
Claves:
Pregunta: ¿Necesitaba comprar alguna droga o medicamento?.
Respuesta: No.
P: ¿Estaba totalmente consciente y alerta cuando estrelló el avión?
R: Sí.
P: ¿Ignoró deliberadamente las órdenes de su instructor?
R: No.
P: ¿Tenía algún tipo de impedimento o deficiencia?
R: Sí.
5) ¡Vista al frente!
Dos soldados se encontraban de guardia frente a una puerta. Uno miraba
hacia el norte para vigilar si alguien se aproximaba por ese lado; el otro
miraba en dirección contraria, hacia el sur, para ver si alguien lo hacía por
allí. De repente uno le preguntó al otro: “¿Por qué te sonríes?”. ¿Cómo supo
que su compañero sonreía?
Claves:
Pregunta: ¿Los dos centinelas miraban en direcciones opuestas?
Respuesta: Sí.
P: ¿Usaban espejos, lentes o cámaras?
R: No.
6) El viaje mortal
Un hombre conducía diariamente su auto hacia y desde su trabajo por un
sinuoso y peligroso camino de montaña. Sin embargo, conocía tan bien la
ruta que podía recorrerla rápidamente con total seguridad. Un día, cuando
aún estaba en el trabajo, unos ladrones abrieron el coche y robaron varios
objetos. Como el automóvil no resultó dañado, el hombre lo puso en marcha
y emprendió el camino de regreso. Nunca llegó a su casa. El coche se salió
del camino y el hombre murió. ¿Por qué?.
Claves:
Pregunta: ¿Se había modificado alguna parte mecánica o eléctrica en el
coche?
Respuesta: No.
P: ¿Fue la muerte un accidente?
R: Sí.
P: ¿Se había robado algo que pudo haber prevenido el accidente?
R: Sí.
P: ¿Era algo que usaba al conducir?
R: Sí.
7) Un hombre en el ascensor
José estaba de vacaciones. Se alojaba en el quinto piso de un hotel. Cada
mañana, a las 8, tomaba el ascensor hasta el vestíbulo, desayunaba, y luego
volvía en el ascensor hasta el quinto piso. Cada noche, a las 8, tomaba
nuevamente el ascensor hasta el vestíbulo, pero luego subía por la escalera
los cinco pisos hasta su habitación. No le gustaba subir escaleras así que,
¿por qué lo hacía?.
Claves:
Pregunta: ¿El ascensor funcionaba bien?
Respuesta: Sí.
P: Si deseba subir a su habitación en algún otro momento del día, ¿podía
hacerlo?.
R: Sí.
P: Los otros huéspedes, ¿usaban el ascensor para subir a sus habitaciones
por las noches?
R: Sí.
P: ¿José era físicamente normal?
R: Sí.
P: Cuando subía por las escaleras a las 8 de la noche, ¿iba solo?.
R: No.
P: ¿La subida cumplía con algún propósito útil?.
R: Sí.
8) Caminante metódico
Un sordo era muy metódico en sus hábitos. Se levantaba todos los días a las
ocho menos cuarto de la mañana y caminaba media hora hasta las ocho y
cuarto. En el transcurso de su caminata cruzaba una vía, pero se sentía
totalmente seguro ya que el primer tren pasaba a las nueve. Una mañana, a
pesar de seguir exactamente la misma rutina, fue arrollado por un tren.
¿Qué anduvo mal?.
Claves:
Pregunta: ¿El tren era un tren especial?
Respuesta: No.
P: ¿El tren estaba adelantado?
R: No.
P: ¿Era importante la sordera?
R: Sí, pero sólo porque no oyó venir al tren.
P: ¿Se había detenido su reloj?
R: No, tenía tres relojes y todos marcaban la hora exacta.
P: ¿Hubo algo especial ese día que modificó la hora de encuentro?
R: Sí.
9) Rejuvenecimiento
Esther tenía 20 años en 1980, pero sólo 15 años en 1985. ¿Cómo?.
Claves:
Pregunta: ¿Carlos era un ser humano normal?.
Respuesta: Sí.
P: ¿Había nacido un 29 de febrero?.
R: No.
P: ¿A medida que cada año transcurría se volvía un año más viejo?.
R: Sí.
P: ¿tienen algo que ver las fechas?
R: Sí.
10) Barril lleno
Un hombre llenó un barril vacío. Cuando finalizó, el barril era más liviano
que al comienzo. ¿De qué lo llenó?.
Claves:
Cuando empezó, el barril se encontraba vacío. Luego lo llenó de algo. Ese
algo no era un gas ligero ni nada más liviano que el aire. No hay trucos con
vacío u otros procesos físicos. ¡Todos pueden hacer lo mismo!
Las respuestas
2) Padre e hijo
Digamos que el padre de Tomás tenía 60 años, la madre 35 y el padre de
la madre 55. como todos tenemos dos abuelos, es posible que el abuelo
materno sea más joven que el propio padre.
3) La caída portentosa
El avión estaba estacionado en una pista de montaña.
4) Ir de compras es bueno.
El hombre no había comprado una batería nueva para sus audífonos. La
vieja batería falló en el momento en que iba a aterrizar y por lo tanto no
pudo escuchar las cruciales indicaciones de su instructor.
5) ¡Vista al frente!
Aunque los guardias miraban en direcciones opuestas no estaban espalda
contra espalda. Estaban cara a cara.
6) El viaje mortal
Las sofisticadas gafas de sol del hombre fueron robadas. Las usaba
normalmente para conducir. Al doblar una curva en la montaña el sol del
atardecer lo encandiló y se fue fuera del camino.
7) Un hombre en el ascensor.
José estaba de vacaciones con su esposa y su hijo de dos años. Ambos
descubrieron que la mejor manera de cansar al chiquito por las noches era
que subiese los cinco pisos por la escalera antes de irse a dormir. El niño lo
disfrutaba, pero para José era un sufrimiento.
8) Caminante metódico.
Esa mañana todos los relojes debieron adelantarse una hora por el horario
de verano. Aunque los tenía en la hora exacta, se había olvidado de
adelantarlos. Por lo tanto, cuando salió creyendo que eran las ocho menos
cuarto en realidad eran las nueve menos cuarto. Fue atropellado por el tren
de las nueve.
9) Rejuvenecimiento.
Esther había nacido en el año 2000 antes de Cristo. Así que en 1985 antes de
Cristo tenía 15 años y en 1980 A.C. tenía 20.
Introducción a la Meditación
Tratemos en primer lugar de explicar el ser. O el Ser, a través del acto de conciencia
que significa preguntarme sobre él. ¿Qué soy Yo?. Si digo que “Yo soy Gustavo
Fernández”, ¿por ventura dejaría de ser Yo si me llamara Juan Pérez?. Obviamente, no. Por
lo tanto, Yo no soy Gustavo Fernández. Bien, digamos que Yo soy escritor. ¿Yo sería menos
Yo si fuese albañil?. Nuevamente la respuesta es terminante: No. Yo seguiría siendo Yo. Por
lo tanto, Yo no soy escritor (o mejor aún, “un” escritor, o “el” escritor). Podría también
decir que Yo soy argentino. Ahí vamos de nuevo: ¿sería menos Yo si fuese mexicano?. Sin
hesitar: No. Por consiguiente, Yo no soy argentino (otra vez; Yo no soy “un” argentino o
“el” argentino). Hasta aquí, entonces, tenemos que el Yo no es el nombre, la actividad, la
nacionalidad, y podría seguir así, enumerando lo que son anécdotas del Yo. ¿Yo sería
menos yo si no fuese hijo de mis padres?. Seguramente mi aspecto exterior –y muchas de
mis vivencias- serían distintas, pero, ¿puedo percibir al Yo como algo distinto?. No. De
modo que el Yo seguiría siendo Yo, ya que sólo lo Cognosciente puede diferenciarse en el
conjunto de lo Cognoscible, de manera que el Yo que ahora percibe es algo independiente
de esos otros “yoes” menores que me formarían si hubiese nacido en otro vientre y de otra
semilla.
“Conoce que todas las cosas contingentes, las formas y demás modalidades
así percibe que él mismo es todas las cosas, pues no hay ninguna que sea
Swami Shankarâchârya
Regresando a la meditación...
Es evidente que la meditación tiene como objetivo –y razón de ser- adquirir convicciones
claras, que no sean puestas en duda por la manipulación de la gente que nos rodea,
manteniéndonos en “el” lugar que hemos adquirido. Finalmente, comprender objetivamente
cómo nos relacionamos con los problemas a solucionar. No podemos vivir sin problemas,
ya que lños problemas, como enseñáramos en otra lección, es el roce, la fricción de avanzar
por la vida. Todo ente dinámico genera fricción, y en el diario vivir eso se llama
“problema”. El buen negocio está en el equilibrio y con lo que gano en el avance. Es decir,
que lo que obtengo sea superior en mi escala de valores a lo que pierdo en la fricción; lo
contrario es lo que nos hace infelices. Debemos en meditación aprender a ser como un trozo
de corcho que siempre se mantendrá en la cresta de la ola del mar, esté éste en calma o
encrespado.
producen muchas rupturas o, para decirlo de otra manera, donde finalizó en esta rueda de encarnaciones
nuestro “trecho de camino compartido” porque deberemos ajustar nuestra rueda al giro de otras que vendrán y
que comenzarán su recorrido circunstancial –pero siempre funcional al aprendizaje universal- con nosotros.
agresiones)10 nos confunde y perturba, impidiéndonos ver claramente el
sentido de nuestros pasos. Nada más –pero también nada menos- que eso.
Y sólo tras una meditación pasiva espontáneamente generable tiene
sentido pasar a implementar una meditación activa y dinámica en cualquiera
de sus manifestaciones. Porque son muy variadas, y con distintos resultados
según cuál ejercicio específico apliquemos11. De todas formas y para todos los
casos, uno de los efectos comunes a cualquier técnica de meditación activa o
dinámica es focalizar nuestras energías en un ente –un pensamiento o un
objeto exterior- tanto para discernirlo como para trabajarlo.
Aunque no es específicamente lo que se busca, todos los especialistas
están de acuerdo que existe un baremo que define la corrección de la
aplicación de estas técnicas, baremo que se ilustra en el equilibrio, el punto de
unión armónica entre lo que intelectualmente pensamos que deseamos y lo
que, íntimamente, “sentimos desde el corazón” que debemos hacer.12 Una de
las formas es, luego de practicar meditación pasiva (condición sine qua non)
“tomar” mentalmente la idea, imaginar el peor escenario posible e
10
Perdiendo generalmente de vista el hecho irreductible que todo problema encierra necesariamente en sí
mismo el germen de la solución. En efecto, es obvio –pero en ocasiones tan obvio que pasa desapercibido-
que si algo nos afecta, si algo influye perjudicialmente sobre nosotros, esa misma relación que se establece
define parámetros del problema, y definidos los parámetros de un problema es la recombinación de algunos
de los elementos constituitivos del mismo lo que se clarifica a sí mismo como una solución. El problema,
generalmente, estriba no tanto en que no se pueda descubrir la solución sino en el hecho que exigimos que
esas soluciones respondan a nuestras reglas de juego y no las reglas de juego del problema, o bien
satisfagan expectativas que tienen más que ver con lo emocional que con lo práctico del obstáculo a superar.
Ejemplo: una persona está a punto de perder su casa porque no puede afrontar una hipoteca. Busca las
soluciones frente a cómo responder a esa hipoteca ahora –cuando la situación es extrema- de maneras que ni
siquiera pudo enfocar antes –cuando la situación no era tan límite-. Piensa en créditos usureros que sólo
patearán la dificultad para más adelante, piensa en pedir prestado a cuanto conocido, vender otras
propiedades, separarse –la casa será rematada igual, pero ¿cuánta gente ante situaciones como ésta sólo
encuentra forma de vahiculizar sus conflictos descargándolo sobre la pareja o huyendo de la misma como si
dejara hundirse el barco?-, suicidarse... Pocos, en este tipo de casos, acepta el hipotético hecho cierto que
simplemente es imposible y peor aún, inútil afrontar esa deuda a tiempo (recordemos el adagio chino que
dice “cuando un enemigo es demasiado grande, el no presentar batalla es en sí una pequeña victoria”) y
aplicar sus tiempos restantes, sus esfuerzos y los recursos económicos que pueda reunir –que siempre serán
menores que el pago de una hipotética donde el monto de lo “refinanciado” –por ejemplo- siempre será
enormemente mayor que el valor de la deuda en sí y en ocasiones que la propiedad misma- en adquirir una
nueva vivienda, más modesta quizás y por ello más “saneada” financieramente, o simplemente dejar pasar un
tiempo para reponer fuerzas y acometer una nueva adquisición, descubriendo, por fin, que más allá de
incomodidades varias y consecuencias negativas de descapitalización, la casa es sola una cosa y nuestro dolor
tiene más que ver con la imagen de “fracaso” que creemos dar ante los demás, el golpe para nuestro
autoestima –en definitiva, una forma de orgullo y egoísmo- todo lo cual lo disfrazamos de “responsabilidad
por el techo de la familia”, “preocupación por el futuro de los hijos” y un largo etcétera. Lo cual es sólo una
excusa, porque esa misma preocupación la podríamos canalizar generando otra propiedad o capital más
funcional en términos de nuestras actuales capacidades, que comprometer el futuro de los próximos años por
las limitaciones de nuevos endeudamientos supuestos solventes de futuros remotos.
11
Recuérdese, sin más, la “danza de la grulla” y “danza del dragón” como ejercicios de meditación activa en
la materia Bioenergética de nuestro Profesorado en Parapsicología Aplicada.
12
Volvemos a recordar aquella máxima del Control Mental Oriental: “Las verdadera intuición no contradice
a la razón, sino que ambas se complementan entre sí”.
inmediatamente la mejor situación; darle vueltas, analizarla, buscarle errores y
defectos, componentes emocionales o ansiedad ante el “qué dirán”, sin prisa,
pero por períodos prolongados de tiempo (esto es fundamental: hemos
descubierto –si se me permite la expresión- que cuando alcanzamos el pico de
angustia ante el pensamiento de un problema aparentemente insolucionable,
cuando decidimos tratar de pensar en otra cosa, distraernos, cuando
metabolizamos la ansiedad en agresión hacia otros o hacia nosotros mismos,
es porque el inconsciente creativo está muy cerca de encontrar una
solución, pero ello es percibido por la Sombra y, en consecuencia,
“torpedeado” por ésta)13 es decir, en un esfuerzo de Voluntad, no ceder al
cansancio, al “lo dejo para mañana”, “no quiero pensar” sino es cuando más
tenemos que tocar la herida y disciplinarnos en seguir pensando en ello. Esto
es una “pulseada”14 amigos míos: o vence ella, la Sombra, o la parte luminosa,
creativa y próspera de nuestra personalidad.
El estado “Ku”
Existe sin embargo otra condición necesaria para mejorar nuestra calidad de vida, y
nunca mejor empleada esta expresión que en el contexto energotónico, donde la calidad
tiene que ver tanto con lo exterior, material, como lo interior, espiritual, donde descubrimos
los caminos para que uno sea reflejo de lo otro.
El estado “Ku” es una expresión japonesa que podría definirse como el
estado de la mente “vacía pero alerta”. Vacía de contenidos. Alerta ante lo que
ocurra. Es una estado de “expectación creativa”, o podríamos compararlo
como la actitud de la serpiente antes de atacar: balanceándose suavemente,
casi de manera hipnótica, para lanzarse como un rayo donde la oportunidad se
presente.
13
¿Porqué creen ustedes que a veces nos despertamos por la mañana con una solución?. ¿Y porqué creen
ustedes que cuando el problema se desata aunque sea de maneras desastrosas, dentro del caos siempre se
experimenta cierto alivio?
14
“Torcida” le dicen en algunos países.
15
Parte a su vez del Profesorado en Parapsicología Aplicada
espiritual, astral, bioplasmática- que experimentamos cuando resentimos el
pasado o esperamos angustiados el futuro16. Por lo tanto, acometer una acción
especulando sobre qué pasará y cómo (no me refiero a pensarlo previamente,
sino a que ello ocupe nuestra mente en el momento mismo de la acción) como
temiendo repetir alguna vieja situación sólo inunda nuestra visión mental con
distorsiones. De allí que debemos adoptar la actitud del practicante de artes
marciales, que frente a su contrincante no especula con qué brazo el mismo
atacará primero o con qué pierna pateará: si así lo hiciera, recibiría una
sucesión de golpes mientras está tratando de ordenar sus pensamientos para
contraatacar. Simplemente, observa con la mente vacía pero alerta,
simplemente actúa.
El efecto “Rumpeltilskin”
Otra de las aplicaciones específicas de la meditación dinámica tiene que ver con
clarificar las emociones en momentos de discusión –en este caso, por cuestiones
económicas, aunque puede aplicarse a cualquier contexto-.
Todos sabemos que pese a que “el dinero es sólo dinero”, cuando se
generan situaciones ríspidas (un deudor que no nos paga, un acreedor que nos
presiona) tendemos a perder el control, ya sea interiormente (nos sentimos
mal), ya sea exteriormente (insultamos y podemos llegar a la agresión, que si
es a los puñetazos o a través de un abogado sigue siendo una forma de
agresión como disimulo de lo que sentimos como impotencia, y disfrazamos
de “acto de justicia”) generalmente somos concientes de qué es lo que va a
pasar con nosotros: tendremos un acceso de furor, se nos nublará la vista y la
mente, sentiremos odio incontrolable, nos pondremos a llorar, nos
deprimiremos. Pues bien, entonces deberemos aplicar una variante de la
meditación dinámica que es el “efecto Rumpeltilskin”.
La mujer creyó que un rayo caía sobre su cabeza. Cualquier cosa sí, pero
jamás su hijo. De modo que se negó rotundamente. El gnomo, fastidiado, le
recordó su promesa de un año atrás, a lo que la joven respondió que si
hubiera sabido que ese “cualquier cosa” representaba esto jamás habría
aceptado. Comenzó entonces una larga discusión, que el duende terminó
abruptamente:
- Tendrás una nueva oportunidad. Te doy hasta mañana a la medianoche
para que averigües mi nombre. Si no lo sabes para entonces, me llevaré
a tu hijo a la fuerza.
Y desapareció.
Y así se sucedieron, minuto tras minuto, hora tras hora, los desesperados
intentos de la mujer por acertar con el nombre correcto. Abandonó los de
su propia cultura, comenzó a probar con nombres exóticos, creó verdaderos
anagramas verbales, probó todo tipo de onomatopeyas, desde las graciosas
hasta las escatológicas. Ninguno de los términos era el correcto. Agotada,
creyéndose vencida y con un odio reprimido, la mujer hizo el último
intento. Inventó un nombre cualquiera, ridículo, inexistente:
- ¡Qué se yo!. ¡Rumpeltilskin!
Recomendaciones
Una vez por mes se descargará la piedra, colocándola dentro de un vaso con agua y
tres puñados de sal gruesa, dejándola als ereno una noche de luna llena. Al otro día, a
cualquier hora, exponerla un par de ellas al Sol.
Cuando se necesite un “refuerzo” ante alguna situación a enfrentar particularmente
difícil, se reforzará la acción de la piedra sometiéndola a una defumación en artes iguales
de sándalo rojo, incienso, mirra, estoraque y almizcle durante tres o cuatro minutos,
sosteniéndola dentro del humo del preparado, y haciéndolo no más de seis horas antes de
cada situación puntual que haya que enfrentar.
24
Algunos alumnos han preguntado si no sería necesario algo más “contundente”, como espantarla con
defumaciones, exorcismos, puntos de fuga, etc. No. Lo que atrae a entidades “non sanctas” es nuestro propio
miedo. La persona temerosa padece una forma de SIDA espiritual: se le “pega” la menor negatividad con
efectos catastróficos.
Centro de Armonización Integral
Curso: ENERGOTONÍA
Prof.: Gustavo Fernández
Autohipnosis:
Desarrollo:
Nota: A pesar de que parece un poco complejo, este ejercicio se lleva a cabo
en menos de un minuto, y acaba asimilándose perfectamente en muy poco
tiempo. Pero, al principio es necesario repetirlo dos o tres veces al día; al cabo
de una semana conviene practicarlo a diario por lo menos una vez, al mismo
tiempo que se repite: “Me relajo... Me siento cada vez más relajado... Estoy
completamente relajado”. Posteriormente, cuando la práctica permita una
ejecución automática, basta con emplear la palabra “relajado”, mentalmente o
en voz alta, y entonces y en ese momento, “carga”2 la consigna: “Voy a
efectuar esa venta a Fulano de Tal”. “Voy a aprobar ese examen con excelentes
notas”, etc.
Centro de Armonización Integral
Curso: ENERGOTONÍA
Prof.: Gustavo Fernández
Ley de Correspondencia
Tres mil doscientos años antes de Cristo, según cuentan los antiguos
relatos egipcios, finalizó el reinado de dioses y semidioses sobre la Tierra. En
el valle del Alto Nilo un rey de pastores, Menes, ascendió en ese entonces al
faraonato con el título de Menes I, El Tinita (por ser oriundo de la ciudad de
Thinis).
Menes desarrolló, en su prolongado reinado, una vasta tarea de
conquista y culturalización para sacar a su pueblo de la condición pastoril y
agrícola que hasta entonces la caracterizaba. Hizo contratar especialistas en las
más variadas disciplinas provenientes de los más alejados puntos del mundo
conocido y, muy especialmente, agregó a su corte a un sabio caldeo,
arquitecto, médico, astrónomo y –lógicamente para ese entonces- mago,
conocido como Toth. Hasta avanzada su ancianidad, Toth se dedicó a volcar
sus conocimientos en diversos libros, algunos perdidos para siempre, otros
conservados fragmentariamente como el llamado “Libro de Toth”, compendio
de Teurgia o Alta Magia Blanca del que sólo sobrevivieron a la primera de las
siete destrucciones de la Biblioteca de Alejandría sus láminas ilustrativas,
exactamente setenta y ocho, y que conformaron al paso del tiempo la baraja
del Tarot o, en egipcio, “tarah ha’ Toth” (de donde por deformación proviene
el vocablo “Tarot”) y la “Tábula Esmeragdina”, o “Tabla de Esmeralda”, una
sucesión de aforismos que guardaban memoria del conocimiento filosófico de
los contemporáneos de este Toth que, al morir, fue elevado a la categoría de
dios –apoteosis común en esos tiempos- e, incluso, adoptado tardíamente por
los griegos con el nombre de Hermes Trimegisto (“el tres veces grande”).
Precisamente, lo de “filosofía hermética” proviene de su nombre helenizado.
El primer aforismo de la “Tabla de Esmeralda” expresaba el Principio
de Correspondencia, que enseguida explicaremos, con estas palabras: “Es
verdad, muy cierto y verdadero, que lo que es arriba es como lo que es abajo,
y lo que es abajo es como lo que es arriba, para hacer el milagro de una sola
gran cosa bajo el Sol”. En otros términos, la total identificación entre lo
macrocósmicamente grande y lo microcósmicamente pequeño.
La estructura de un átomo es, microcósmicamente, como el Sistema
Solar macrocósmico que lo contiene. La parte del todo refleja el Todo. Un ser
humano es 70% agua y 30 % materia sólida y vive, casualmente, en un planeta
que es 70 % agua y 30 % materia sólida. Además, su sangre tiene exactamente
la misma proporción de sal que la del agua del planeta. El iris de una persona
permite conocer el funcionamiento de todo su organismo porque, como
siempre, la parte de un Todo refleja ese Todo. Una carta natal astrológica
resume en su microcosmos, el macrocosmos de la vida y la personalidad del
sujeto al que pertenece. Las líneas de mi mano reflejan mi personalidad y mi
vida también, pues mi mano, como parte de un Todo integrado por mí y por mi
devenir, refleja el Todo. Una persona carismática y de fuerte carácter concita a
su alrededor a las personas de temperamento más débil, que imitan sus poses,
su manera de ser y tratan de vivir en función de aquél, lo que llamaríamos una
conducta heliocéntrica, donde hasta “la luz del Sol” (y recordemos que en
Astrología el Sol significa la personalidad manifestada) es “reflejada” por
quienes giren a su alrededor, actuando microcósmicamente como un sistema
planetario lo hace macrocósmicamente.
En Matemáticas es conocida una curiosidad llamada serie de Fibonacci,
planteada por el sabio homónimo, donde cada número resulta de la suma de
los dos anteriores. Tal el caso de la secuencia 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 56, 90...
etc. Pues bien, una figura que se repite en la naturaleza universal es la espiral
de Fibonacci, donde cada una de las espiras (vueltas) se distancia de la
anterior de acuerdo a esa progresión numérica. Esto es tan así, que lo
encontramos desde en la espiral macrocósmica de una galaxia, hasta la
microcósmica de un caracol e, incluso, si toman ustedes un repollo colorado y
lo cortan transversalmente, comprobarán que no sólo su disposición es en
espiral sino que respeta la serie de Fibonacci.
¿Un experimento práctico?. Supongamos que en casa alguien se lastima, se
corta, pierde sangre en cualquier accidente hogareño. Tenga preparada una
bolsita con sulfato de cobre (unas piedritas color verde azuladas que, entre
otros usos, se emplean para clorificar piscinas de natación) y rápidamente
diluyan en un vaso lleno de agua el mismo hasta el punto de saturación, es
decir, cuando por más que sigan agregando sulfato de cobre éste no se
disuelve más, o, por lo menos, cuatro o cinco cucharadas soperas colmadas.
Entonces introduzcan en él un trocito de algodón sucio de la sangre del herido,
dejándolo allí. Atención: no se trata de mojar la herida con la solución del
sulfato, ya que (a) si bien observarían efectos cicatrizantes, aquí la acción sería
comúnmente química –es el principio de las sulfamidas- y no esotérico, que es
lo que tratamos de probar, y (b) el ardor subsiguiente en la herida haría que la
víctima recordara el árbol genealógico del frustrado enfermero hasta la octava
generación.
Observaremos entonces un hecho fascinante: sin ningún tipo de acción
química en contacto con la herida, ésta cicatrizará varias veces más rápido de
lo que haría cualquier compuesto medicinal aplicado directamente sobre
aquella, actuando a distancia. Tan es así, que aunque se pongan centenares de
kilómetros entre el herido y su “muestra testigo” sumergida en la dilución,
seguirá actuando, y aún lo hará aunque el sujeto del experimento nada sepa del
mismo o no crea en él, lo que invalida la hipótesis de la sugestión.
Personalmente, además de haberlo empleado numerosas veces, cuento con el
testimonio de un odontólogo especializado en cirugía maxilofacial y otro
profesional de la salud, urólogo y cirujano, que desde hace años y por mi
recomendación vienen empleándolo con éxito en sus intervenciones
quirúrgicas. Es tanto como afirmar que la acción (química o energética, lo
mismo da) sobre la muestra de sangre se copia, se duplica en el original del
cual proviene porque, obviamente, la parte del todo (la muestra de sangre)
refleja al Todo del cual fue obtenida.
Ejercicio número 1:
Técnica de Refuerzo de mirada
Ejercicio número 2
Enfocar la atención a mejorar la relación con los problemas cotidianos
La vida del ser humano se asemeja a una senda con pendientes y asperezas que en
muchos tramos exige un esfuerzo especial para recorrerla. Para que esta senda no se
transforme de difícil en intransitable, uno ha de discernir con claridad las dificultades que
debe superar de los problemas que tiende a originar.
Las dificultades son propias de la vida y marcan los momentos que
exigen mayor atención y esfuerzo. Nadie está libre de dificultades: todos los
seres humanos tienen que luchar para subsistir, están sujetos a accidentes, a
enfermedades, a catástrofes naturales o no, a las limitaciones de la sociedad, a
la declinación y la muerte. Precisamente, las dificultades señalan los
obstáculos que es necesario superar para continuar desenvolviéndose.
Los problemas, en cambio, son originados por uno mismo al no saber
Ejercicio número 3
Refuerzo de la Voluntad
Y otra de un servidor:
Primer día:
CONCENTRACIÓN
En cierta ocasión vivía un maestro del arte de la lanza. En el momento de su muerte llamó a
su mejor discípulo y le declaró: "Te he transmitido todas las técnicas secretas de nuestra
escuela. Si piensas aceptar ahora a un discípulo, debes practicar enseguida con diligencia,
y cada día, con el sable de madera. La superioridad no es una cuestión de técnicas
secretas". Del mismo modo, en la enseñanza de un maestro de Renga, se dice que la
víspera del concurso de poesía debe calmar su espíritu y consultar una antología de
poesías. Es necesario saberse concentrar sobre una sola cosa. Todos los oficios deben ser
ejercidos con concentración.
Segundo día:
LA ACTITUD DURANTE LA TORMENTA
Existe lo que se llama la actitud durante la tormenta. Cuando uno es sorprendido por una
repentina tormenta, se puede o bien correr lo más aprisa posible o bien colocarse
rápidamente bajo los aleros de las casas que bordean el camino. De todos modos nos
mojaremos. Si uno ya estuviera preparado mentalmente a la idea de estar mojado, se estaría
a fin de cuentas muy poco contrariado con la llegada de la lluvia. Se puede aplicar este
principio con provecho en todas las situaciones.
Tercer día:
GANAR DESDE EL PRINCIPIO
Cuando ya era anciano, Tetsuzan hizo un día la reflexión siguiente: "Tenía tendencia a
pensar que el combate a manos desnudas difería del Sumo, debido a que no tenía
importancia ser tirado al suelo al principio, ya que lo esencial era ganar al final del combate.
Recientemente he cambiado de punto de vista. Se me ha ocurrido que si un juez tomaba la
decisión de parar el combate en el momento en que uno se encuentra en el suelo, os
declararía vencido. Hay que ganar desde el principio para salir victorioso siempre."
Cuarto día:
Un hombre que no para de calcular es un cobarde. Digo esto porque las suposiciones
siempre tienen una relación con las ideas de provecho y de pérdida; el individuo que las
hace está siempre preocupado por las nociones de ganancia o pérdida.
Morir es una pérdida, vivir una ganancia y es así que se decide a menudo no morir. Esto es
cobardía. Del mismo modo, un hombre que ha recibido una buena educación puede
camuflar, con su inteligencia y su elocuencia, su pusilanimidad o su estupidez, que son su
verdadera naturaleza. Mucha gente no se da cuenta.
Quinto día:
LAS DECISIONES
Sexto día:
LEVANTAOS A LA OCTAVA
DETERMINACIÓN
Cualquiera que sea la meta, nada es imposible de hacer cuando uno está determinado. Se
puede entonces remover cielo y tierra según convenga. Pero cuando el hombre no tenga "el
corazón en el vientre", no se puede persuadir de ello. Remover cielo y tierra sin esfuerzos
es una simple cuestión de concentración.
Es bueno desarrollar su potencia hasta la edad de cuarenta años. En cambio es aconsejable
"calmarse" a partir de los cincuenta. Cuando alguien os da su opinión, hay que saber
aceptar con gratitud incluso si no es de ningún interés. Solo con esta condición os
comunicará lo que ha oído decir de vosotros. Es bueno dar y recibir avisos de una manera
amistosa.
Si en el campo de batalla no dejáis a nadie al cuidado de conducir el asalto y sois vosotros
quienes tenéis la firme intención de penetrar en las filas enemigas, no caeréis, vuestro
espíritu será bravo y manifestaréis vuestro valor marcial. Este consejo es una herencia de
los antiguos. Por otro lado, si debéis ser derribado en el curso de un combate, estad
decidido a serlo frente al enemigo.
Lección nº 22: Los conceptos del manejo Yin Yang y el Tao en la cotidianeidad; un objetivo
no aparente
- HUMANISTA: está destinado a trabajar con las masas. Ellos son los
médicos, abogados, profesores, comerciantes y políticos del mañana.
Servirán a las masas, muy hiperactivos y extremadamente sociables.
Hablarán con todo el mundo, siempre en forma muy amigable. Tienen
puntos de vista muy definidos, con un cuerpo un poco torpe. Lectores
feroces.
- CONCEPTUAL: está más interesado en los proyectos que en la gente.
Serán ingenieros, arquitectos, diseñadores, astronautas, pilotos y
militares del mañana. Son muy atléticos, controladores, especialmente
de la madre si son niños y del padre si son niñas. Tienen tendencia a las
adicciones durante la adolescencia.
- INTERDIMENSIONAL: prematuros en su mentalidad, son ellos
quienes traerán nuevas religiones y filosofías al mundo. Pueden llegar a
convertirse en bravucones y jactanciosos porque son mucho más
grandes a menor edad.
- ARTISTA: es muy sensitivo y su cuerpo suele ser esmirriado o
pequeño. Más inclinados hacia el arte, son muy creativos y serán los
maestros y artistas del mañana. A cualquier cosa que se dediquen
siempre estarán orientados hacia la faz creativa. Si del campo médico se
trata, serán cirujanos o investigadores. Entre los 4 y 10 años se
involucran en variadísimas actividades, que luego abandonan.
1.- Ellos demandan mucha atención y sienten que la vida es demasiado valiosa para dejarla
pasar. Quieren que las cosas sucedan y con frecuencia fuerzan una situación a fin de lograr
sus expectativas. Los padres caen fácilmente en la trampa de “hacer cosas” por su hijo en
lugar de desempeñar el papel de ejemplo y de compartir con el niño.
2.- Pueden llegar a perturbarse emocionalmente por quienes no entienden el
fenómeno Índigo, como por no entender cómo otros operan en diferentes áreas
menos en el amor. Son extremadamente vivaces y tratan de ayudar a otros
niños necesitados aunque su ayuda es muchas veces rechazada.
3.- Con frecuencia son diagnosticados como niños con desórdenes de atención
o alguna forma hiperkinética. Ciertamente hay muchos casos en que el
diagnóstico es válido basados en causas químicas y genéticas, pero qué decir
de aquellos casos que son mal interpretados, sólo porque la ciencia académica
no acepta como terapéuticamente importante focalizar su atención en el
espíritu. La denominación de “hiperactivo” o “poseedor de desórdenes de la
atención” puede llegar a ser más traumática para una persona que el síntoma
mismo.
UECHI-RYU:
EL CAMINO DE LA CONEXIÓN INTERIOR
Así que, cuando uno, que no cree en la casualidad, descubre que una cadena
de acontecimientos menores en la vida sobre los que no los aburriré me pone
nuevamente en el camino de la práctica, de transpirar el "karategui", de
focalizar todas mis energías en la práctica del "sanchin", es porque, como
Ouroboros, la serpiente alquímica que se muerde la cola indicando el renacer
de los mismos ciclos del Universo, "algo" señala que debe caminarse por
viejos senderos con nuevos zapatos. Ya no soy un adolescente. Ya no me
interesa arruinarle la salud al prójimo. Pero otra vez estoy, aquí, haciendo
Uechi Ryu Shobukai.
Uechi Ryu no es sólo una letal forma de combate. Tiene una altísima dosis
de espiritualidad en su tradicionalismo, donde los movimientos combinados
conocidos como "katas" son efectivamente una forma de meditación en
movimiento. En Uechi Ryu cultivar el espíritu sano, no sólo significa formar
alma, sino también educar y perfeccionar la capacidad racional que permite
tener profunda reflexión y buen juicio, y cultivar actitudes que permitan llevar
a cabo su fe, actitudes que responden a distintos aspectos.
El "Dojo"
Las relaciones con sus estudiantes deben ser, por encima de todo, objetivas
y bien definidas. Sólo de esta forma se perpetúa el aprendizaje. Todas las Artes
Marciales apuntan hacia un proceso de auto-realización. Es un deber para el
Sensei poner un ejemplo para cada cosa, de forma que el alumno avance no
sólo técnicamente, sino en madurez también. Un Sensei aprende primero a
ayudarse a sí mismo, antes de hacerlo con otros.
para todos los alumnos. Los combates se suceden contra oponentes más
grandes, más fuertes o más pequeños y más débiles que uno, se les enseña a
Sanchin es el corazón...
El alma del Karate Uechi Ryu es el kata "Sanchin", que significa "Tres
Conflictos". El emblema Uechi incluye las tres esferas de movimientos,
Tierra, Hombre y Universo. Pero lo filosófico también está involucrado en lo
físico. Las esferas están conectadas por el fluir de los movimientos circulares
internos. Estas mismas curvas se usan como guía para los arcos básicos de
todos los bloqueos y para buscar los pasos de desplazamiento con su énfasis
en un centro inamovible de equilibrio que puede ser alcanzado por el
practicante. El Sanchin desarrolla ese centro de equilibrio con una
combinación de equilibrio físico (postura) y equilibrio psicológico (aplicación
del Zen).
Ahora bien: ¿por qué creo tan importante difundir la enseñanza y práctica
de Uechi Ryu?. ¿Por qué estoy seguro al afirmar que el crecimiento de un niño
o adolescente que ha pasado por Uechi Ryu le hará, más allá de un triunfador
en la vida –palabra cuyos parámetros siempre serán discutibles– un
"realizado", íntegro, estable y feliz, un Guerrero absolutamente preparado para
la victoria?. Simplemente, porque la práctica de Uechi Ryu Shobukai alienta,
como no he encontrado otra filosofía, el despertar en todos y cada uno de
nosotros el código del Bushido. En efecto, si algo puede salvar a esta sociedad
de su decadencia no pasará por largos y aburridos panegíricos con que
saturemos a los jóvenes. No dependerá de movimientos políticos o religiosos
seculares. Tan simple y tan verdadero: sólo con que un número suficiente
(pero no necesariamente grande) de nosotros viva el código de honor del
samurai, alcance esa "masa crítica" de la que tantas veces he hablado para
provocar el cambio de paradigmas tan esperado, y la Realidad –esta, en la que
estamos inmersos– podría ser tan distinta...
YU - Valor Heroico. Álzate sobre las masas de gente que temen actuar.
Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir. Un
samurai debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado. Es
peligroso. Es vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. El
coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte. Reemplaza el
miedo por el respeto y la precaución.
En Argentina:
AOUKA
Sucre 2336 1º "B" - Código Postal (1428) - Capital Federal
uechiryushobukai@aol.com
Estados Unidos:
Boston
Sensei Manuel Neves (7º Dan)
Colombia:
Cali
Sensei Jorge Chamorro (4º Dan)
Temuco
Jorge Luis Cuevas (2º Dan)
Buena Ventura
Sensei William (1er Dan)
Manizales
Sensei César Alzate (1º Dan)
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