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Control de lectura

El artículo inicia mencionando la relación existente entre la psicología y la educación. Para hacer
dicha relación, se comenta que no existe per se un campo aplicado llamado “psicología educativa”
sino, por un lado, una ciencia (o pretensión de ello) que es la psicología, y por otro, un campo
interdisciplinario, la educación, que tiene una dimensión de carácter psicológico. Así mismo, se
cataloga a la escuela como lugar paradigmático de representación institucional social donde se ejerce
la educación, más no así el único mencionando otras instituciones y organizaciones en las que se
destaca a la familia y a la iglesia. A pesar de estas instancias donde se pretende educar, se resalta que
el proceso de educación es un continuo de la vida que promueve, dirige y regula su ajuste a los
criterios y requisitos de la cultura y la estructura productiva de su entorno. En otras palabras, se afirma
que siempre, en todo momento y en todo lugar, se está educando.
Para entender el cómo la psicología puede incidir en esta interdisciplinar, Ribes la define
apuntando que la educación es el proceso mediante el cual una sociedad determinada reproduce su
cultura, en el sentido más amplio del término, a través de diversas instituciones, algunas formalmente
establecidas para este propósito (educar), y otras que lo hacen de manera informal. En dicha
definición, y como referencia el párrafo anterior, se otorga un papel fundamental a la escuela (en
todos sus niveles y especificidades que cada uno conlleva) ya que es la institución especialmente
creada para educar.
En ese sentido, se menciona que la psicología tiene como meta el comportamiento individual
en relación con el comportamiento de otros individuos, y los objetos y acontecimientos que lo rodean.
Por ello, Ribes señala que la contribución al proceso educativo radica en el análisis e investigación
del individuo que se educa, es decir, el individuo que aprende a ser competente en los distintos
ámbitos y niveles de organización de la vida social. Sin embargo, uno de los problemas con esta
tarea, es que el término “aprender” es vago e impreciso ya que éste se refiere más bien a algo que se
predica una vez que se cumple un criterio de logro o resultado. Por tanto, si se quiere hablar de
aprender, se tiene que aceptar que cada criterio de logro implica actividades y circunstancias distintas.
Ante dichas situaciones, la psicología debe contemplar la escuela como las circunstancias y
requerimientos del aprendizaje y su interés primordial consiste en examinar cómo debiera
estructurarse la escuela para propiciar los diversos tipos de competencias que la vida social demanda.
Posteriormente, en otro eje del artículo, se habla de la relación del análisis de la conducta,
como metodología de investigación básica y aplicada sustentada en la filosofía del conductismo, en
el campo de la educación. Se sostiene 4 criterios importantes que fundamentan la metodología que
son, de forma resumida: 1) el comportamiento se debe estudiar como fenómeno siempre referido a
organismo individuales, y su interacción con otros organismos; 2) El comportamiento se estudia en
tiempo real, creando y adecuando, si es necesario, las condiciones para poder observar, medir e
intervenir en periodos significativos con respecto a las variables analizadas; 3) El cambio en el
comportamiento es función de variables presentes en el ambiente, tanto como las características
funcionales del organismo; y 4) Los cambios de comportamiento de un individuo deben ser
contrastados en ese mismo individuo, tratando así de evitar el uso de medias y comparaciones
intersujetos, ya que no son muestras representativas del comportamiento en tiempo real.
Con lo anterior se plantea la posibilidad de estudiar los procesos básicos que subyacen al
aprendizaje a nivel experimental tanto como observacional. Y poder hacer, en situaciones in situ, la
evaluación de los procedimientos de enseñanza y técnicas instruccionales en los distintos ambientes
educativos.
Sin embargo, cuando se reflexiona sobre si la escuela puede cumplir con las condiciones
necesarias para cumplir su propósito de enseñanza, las respuestas a las que se llegan son no menos
que desalentadoras. Existen varios problemas que hacen que el sistema educativo sea ineficaz en su
meta, como el de la creencia implícita de que el conocimiento se adquiere previamente al desempeño,
y es condición necesaria y suficiente para que éste tenga lugar posteriormente. O que el conocimiento
se adquiere solamente con contenido de tipo informativo sobre las cosas. También de que el
desempeño es sólo el reflejo de la aplicación del conocimiento adquirido. Y, por último, que la
adquisición directa de formas particulares de desempeño no involucra conocimiento genuino, sino
solamente habilidades verbales o motrices. Estos problemas están arraigados al sistema educativo
imperante, y es lo que lo ha vuelto inefectivo ya que se omiten multiplicidad de factores que son parte
importante, en algunos casos, críticos, del proceso educativo.
Como consiguiente, se explica el papel de intervención en el cual puede colocarse el análisis
de la conducta, y las características que lo destacan. Estas son, de forma resumida: 1) El AC siempre
identifica conductas “objetivo”; 2) El AC hace hincapié en la evaluación momento a momento en
tiempo real de las acciones del educador y sobre los efectos que tienen éstas sobre el educando; 3) El
AC insiste en la especificación de requerimientos de entrada para un programa; 4)El AC contempla
el proceso de enseñanza como una secuencia progresiva de objetivos y criterios a ser cumplidos; y
por último, 5) El AC considera indispensable especificar siempre consecuencias para todo desempeño
a ser aprendido.
Aunque la forma de trabajar del AC puede favorecer enormemente a la adecuación de
circunstancias donde se promueva el aprendizaje, se señala que el AC ha sido implementado sobre
las mismas condiciones que entorpecen el proceso educativo, ya que se mantienen los mismo criterios
y objetivos tradicionales en términos de rendimiento escolar.
Como parte final del artículo, se señala que la educación se debe entender como un proceso
lingüístico. Sobre todo, si se asume que todo comportamiento humano es funcionalmente lingüístico
a pesar de no contar en todos los casos con fonemas y grafos. Se menciona que la cultura, como medio
o ambiente humano, no sería posible sin lenguaje, y su reproducción, transmisión y modificación se
realiza como y mediante el lenguaje. En ese sentido, el aprendizaje humano sólo se puede ocurrir
estructurado y promovido a través del lenguaje de otros en primera instancia, y luego mediado por el
propio lenguaje que se aprende.
En dicho caso, Ribes identifica cuatro tipos de aprendizaje, en lo que toca a la naturaleza de
lo que se aprende. Estos son: 1) Aprendizaje del saber hacer y decir; 2) Aprendizaje del saber decir
como un hacer; 3) Aprendizaje del saber decir sobre el hacer; y 4) Aprendizaje del saber hacer como
un decir.
El autor termina el artículo mencionando el gran desafío con el que se encuentra la educación.
En el mismo se requiere una especificación de todas las competencias necesarias para un campo de
acción humana especifico, y los logros, criterios y desempeños que se definen para ser competente
en cada uno. También el ampliar los lugares donde se pueden establecer las competencias. Y, en
instancia mayor, la identificación de las condiciones que permitir repensar a la escuela en un lugar
más ad hoc para que se dé de mejor manera la educación.

Con todo lo anterior, espero de la clase poder identificar, o tener las herramientas conceptuales para,
la dimensión psicológica de la educación en distintos ámbitos, ya que considero que, si la educación
es un continuo, hacer una división de dimensiones psicológicas en otras problemáticas sociales (v.g.
salud, trabajo, etc.) y explicarlas de otra forma que no sea concorde a la educación, sería innecesario
ya que se “educa” en todas ellas. Posiblemente sea un problema del uso de las palabras en este caso.
También, después de que se exponga la grave problemática que azota al sistema educativo,
se podría identificar éstos y otros problemas que agobian a la escuela. Poder profundizar en cada uno
de los expuestos por el texto, y proponer de forma conjunta otros que tal vez no fueron considerados.
Asimismo, ir dando esbozos generales de cómo se podrían remediar si es que tiene remedio el asunto.
En todo caso, creo que se aprenderá el tipo de interacción que ocurre dentro del aula, así como su
impacto que tiene, y cómo ésta puede ser modificada en favor de un mejor proceso educativo.

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