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QUÉ ES LA LIBERTAD?

El tiempo de la libertad exige una filosofía de la libertad que dé cuenta plena de él, que sea su
autoconciencia. La de Hegel pretende ser esa filosofía. En Hegel el derecho a la libertad está
fundado en la libertad misma. Sólo el ejercicio efectivo de la libertad nos hace poseedores de
tal derecho. únicamente la libertad nos hace libres. Dicho de otro modo: la libertad es un
derecho porque el derecho es ya la libertad. Eso es el derecho para Hegel: la libertad realizada

Uno puede creerse libre pero sólo lo será efectivamente cuando realice su voluntad en relación
con los otros en una comunidad.

¿«Voluntad libre»? Esta expresión es redundante, pues ¿qué es la voluntad sin libertad? Decir
«yo quiero» presupone «yo puedo querer», es decir, presupone mi libertad.

QUE ES LA CONCIENCIA?

Kant coincidía con Locke en cuanto a que el conocimiento nos llega desde afuera, mediante los
sentidos, pero el orden de esos conocimientos lo determinan mecanismos internos de la
conciencia.

Para Marx, es la realidad la que determina la conciencia y no a la inversa; la realidad es el factor


dominante de la conciencia. Mientras Lenin la concibe como reflejo de la realidad.

¿QUÉ ES LA VOLUNTAD PARA HEGEL?

La respuesta es: Inteligencia (Intelligenz). El espíritu es ante todo inteligencia y las


determinaciones por las que pasa su desarrollo –desde el sentimiento, a través de la
representación, hasta el pensamiento– constituyen el camino para producirse como voluntad,
la cual, en cuanto espíritu práctico, es la verdad próxima de la inteligencia.

QUÉ ES LA REGULARIDAD?

Dice Hegel en Lecciones sobre la Estética acerca de la regularidad: “La regularidad como tal es
en general igualdad en lo exterior y, más precisamente, la repetición igual de una y la misma
figura determinada que provee la unidad determinante para la forma de los objetos ”.
La regularidad es igualdad en lo exterior. Pensemos en un sencillo edificio de ventanas
rectangulares de igual tamaño; eso es igualdad en lo exterior.
La regularidad es la repetición igual de una y la misma figura determinada. La figura determinada
es, es en este caso, la ventana rectangular.

QUÉ ES LA LEY?

SEGÚN HEGEL.

Ley es un poder que tiene sujeta a la vida. En el régimen del destino, la ley es posterior a la vida.
Aquí el “destino” (¿castigo?) “es solamente un hueco en la vida, es la carencia de vida como
poder, y la vida puede volver a curar sus heridas”. La vida destruida se transforma en anhelo, se
siente como carencia y por tanto “se reconoce como una parte de sí mismo”.

La ley según Santo tomas de Aquino es una prescripción de la razón, en orden al bien común,
promulgada por aquel que tiene el cuidado de la comunidad
QUÉ ES EL DESTINO?

es el poder sobrenatural inevitable e ineludible que, según se cree, guía la vida humana y la de
cualquier ser a un fin no escogido, de forma necesaria y fatal, en forma opuesta a la del libre
albedrío o libertad.

La afirmación de que se trata de un poder sobrenatural no es aceptable debido a que hay que
demostrar esto por la vía científica. Mientras no sea así debe ser observada como un fenómeno
aun no explicado científicamente. Y aunque la ciencia no es la referencia expedita, posee un
potencial capaz de demostrar, si aplica su atención en ello, en cualquier cosa. La posición más
neutral, objetiva y abierta, indicaría que es un fenómeno natural pero aun no comprendido.

QUÉ ES EL FATALISMO?

El término fatalismo está formado a partir de la raíz latina fatum, que significa «destino». Por
tanto el «fatalista» cree en una necesidad que negando la libertad se impondría
irremediablemente al ser humano. En sentido corriente el fatalismo se refiere a la creencia en
el determinismo de los acontecimientos, dirigidos por causas independientes de
la voluntad humana, sea este determinismo procedente de fuerzas sobrenaturales como
los dioses, de las leyes naturales, del ambiente o de las experiencias adquiridas en el pasado

QUIÉN FUE HEGEL?

Jorge Guillermo Federico Hegel (1770-1831)

Gran filósofo idealista y dialéctico alemán. Conforme al sistema del idealismo de Hegel, la causa
del mundo es una cierta “idea absoluta”, objetiva, existente hasta la aparición de la naturaleza
y del hombre. Por su naturaleza, la “idea absoluta” es un principio activo, pero su actividad sólo
puede manifestarse en el pensamiento, en el autoconocimiento. El impulso de la idea a la
actividad, el autoconocimiento, lo da su naturaleza dialéctica. La “idea absoluta” es, en sí,
contradictoria; se mueve y cambia, se niega a sí misma y pasa a su contrario.

En el proceso de su auto-desarrollo dialéctico, la “idea absoluta” atraviesa por tres etapas


fundamentales. La primera etapa del desarrollo de la “idea absoluta” es la lógica, cuando la “idea
absoluta”, aún actúa en su existencia “anterior al mundo y a la naturaleza”, como “elemento del
pensamiento puro”. En este estado, la “idea absoluta” aparece como un sistema de conceptos-
categorías lógicos, como un sistema de lógica. En la segunda etapa, la “idea absoluta” se
convierte en naturaleza, la que viene a ser como la otra vida de la “idea absoluta”. La naturaleza,
según Hegel, no se desarrolla en el tiempo, sino que sólo varía eternamente en el espacio. El
grado superior del autodesarrollo de la idea es el “espíritu absoluto”. En esta tercera etapa, la
“idea absoluta” niega la naturaleza y retorna a sí propia, su desarrollo originase, de nuevo, en el
dominio del pensamiento, pero ya del pensamiento humano. A esta etapa es que Hegel atribuye
el grado de la conciencia individual, el grado de la conciencia social y el grado máximo, en que
la idea, bajo forma de religión, arte y filosofía, llega al fin de su auto-conocimiento. Hegel declara
la filosofía como el grado final del auto-desarrollo de la idea.

Tal el sistema idealista filosófico de Hegel. Lo valioso de la filosofía idealista hegeliana es el


método dialéctico que la compenetra: la afirmación de que la idea se desarrolla sobre la base
de contradicciones dialécticas; que en el desarrollo se origina la transición de los cambios
cuantitativos a los cualitativos; que la verdad es concreta; que el proceso del desarrollo de la
sociedad humana, se realiza con sujeción a leyes, y no por la fuerza del arbitrio “de las
personalidades”. Sin embargo, la dialéctica hegeliana no está separada de su sistema idealista,
sino estrechamente ligado a él. De ahí que en la filosofía hegeliana surge una profunda
contradicción entre el método y el sistema, que la desgarra. El método dialéctico afirma que el
proceso de desarrollo del conocimiento es infinito; en cambio, el sistema idealista lleva a Hegel
a declarar su filosofía como el fin de todo desarrollo y como la verdad final, acabada de una vez
para siempre. El método dialéctico afirma que todo se desarrolla dialécticamente; en cambio, el
sistema idealista imagina la naturaleza como negación de la dialéctica.

Hegel fue un ideólogo de la burguesía alemana de principios del siglo XIX, progresista frente a
los problemas que tenía ante sí pero pusilámine e inconsecuente. En gran medida, por tal causa,
Hegel, dialéctico genial, se humillaba temerosamente ante la monarquía feudal prusiana y la
declaraba como etapa última y superior del desarrollo de la sociedad humana, a pesar de toda
su dialéctica. La dialéctica hegeliana, por su vinculación con el idealismo, está muy
desnaturalizada, desfigurada, recubierta de corteza idealista, de “hegelianismo”. Marx y Engels,
al fundar su doctrina filosófica –el materialismo dialéctico–, no podían tomar la dialéctica
hegeliana tal cual está, en Hegel mismo, sino que reelaboraron, colocándose “sobre sus pies”.
Caracterizando su método dialéctico, Marx y Engels se remiten, de ordinario, a Hegel como el
filósofo que formuló los rasgos fundamentales de la dialéctica. Esto no significa, sin embargo,
que la dialéctica de Marx y Engels sea idéntica a la de Hegel. En realidad, Marx y Engels tomaron
de la dialéctica de Hegel sólo su “grano racional”, desechando la corteza idealista hegeliana y
desarrollando la dialéctica hacia adelante, a fin de darle un aspecto científico moderno. “Mi
método dialéctico –dice Marx– no sólo difiere del hegeliano en su fundamento, sino que es su
directa oposición. Para Hegel, el proceso del pensamiento –que él hasta convierte, bajo nombre
de idea, en sujeto independiente–, es un demiurgo (creador) de lo real, lo que sólo constituye
su manifestación exterior. Para mí, por el contrario, lo ideal no es otra cosa que lo material
trasladado a la cabeza humana y en ella transformado” (Curso de historia).

Las principales obras de Hegel son: “Fenomenología del espíritu” (1807), “Ciencia de la Lógica”
(1812-1816), “Lecciones de Historia de la Filosofía” (1833-1836), “Enciclopedia de las ciencias
filosóficas”, “Pequeña lógica”, “Filosofía de la naturaleza”, “Filosofía del espíritu” (1817),
“Filosofía del derecho” (1821), “Filosofía de la Historia” (1837), “Estética” (1836-1838).

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