You are on page 1of 264

UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR

FACULTAD DE HUMANIDADES
LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA

"PERCEPCIÓN DE MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER, ENTRE 20 Y 40


AÑOS, EN RELACIÓN A SU PARTICIPACIÓN EN EL PROCESO PENAL EN CONTRA DE SU
AGRESOR."
TESIS DE GRADO

ELEONORA MONTENEGRO MURALLES


CARNET 12057-08

GUATEMALA DE LA ASUNCIÓN, DICIEMBRE DE 2013


CAMPUS CENTRAL
UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR
FACULTAD DE HUMANIDADES
LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA

"PERCEPCIÓN DE MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER, ENTRE 20 Y 40


AÑOS, EN RELACIÓN A SU PARTICIPACIÓN EN EL PROCESO PENAL EN CONTRA DE SU
AGRESOR."
TESIS DE GRADO

TRABAJO PRESENTADO AL CONSEJO DE LA FACULTAD DE


HUMANIDADES

POR
ELEONORA MONTENEGRO MURALLES

PREVIO A CONFERÍRSELE

EL TÍTULO DE PSICÓLOGA CLÍNICA EN EL GRADO ACADÉMICO DE LICENCIADA

GUATEMALA DE LA ASUNCIÓN, DICIEMBRE DE 2013


CAMPUS CENTRAL
AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR
RECTOR: P. ROLANDO ENRIQUE ALVARADO LÓPEZ, S. J.
VICERRECTORA ACADÉMICA: DRA. MARTA LUCRECIA MÉNDEZ GONZÁLEZ DE PENEDO
VICERRECTOR DE DR. CARLOS RAFAEL CABARRÚS PELLECER, S. J.
INVESTIGACIÓN Y
PROYECCIÓN:
VICERRECTOR DE DR. EDUARDO VALDÉS BARRÍA, S. J.
INTEGRACIÓN UNIVERSITARIA:
VICERRECTOR LIC. ARIEL RIVERA IRÍAS
ADMINISTRATIVO:
SECRETARIA GENERAL: LIC. FABIOLA DE LA LUZ PADILLA BELTRANENA DE
LORENZANA

AUTORIDADES DE LA FACULTAD DE HUMANIDADES


DECANA: MGTR. MARIA HILDA CABALLEROS ALVARADO DE MAZARIEGOS

VICEDECANO: MGTR. HOSY BENJAMER OROZCO

SECRETARIA: MGTR. LUCRECIA ELIZABETH ARRIAGA GIRON

DIRECTORA DE CARRERA: MGTR. GEORGINA MARIA MARISCAL CASTILLO DE JURADO

NOMBRE DEL ASESOR DE TRABAJO DE GRADUACIÓN


MGTR. TANIA ELIZABETH GUILLIOLI SCHIPPERS

REVISOR QUE PRACTICÓ LA EVALUACIÓN


MGTR. JOSE FRANCISCO JULIAN SINIBALDI GOMEZ
AGRADECIMIENTOS

A mi mamá, por apoyarme y estar presente todos los días de mi vida, pero sobre
todo por ayudarme a lo largo de este proceso. Gracias por formar parte de este
trabajo y animarme a seguir adelante.

A mi papá, por su apoyo incondicional.

A Fundación Sobrevivientes, por apoyarme en el trabajo de campo.

A las mujeres entrevistadas, por compartir sus historias de vida, ya que sin ellas
este trabajo no hubiera sido posible. Gracias por ser unas guerreras valientes y
romper el silencio.

A mi asesora, por su excelente trabajo y dedicación a lo largo de todo el año.


ÍNDICE

Resumen ......................................................................................................... 2
I. Introducción ................................................................................................. 3
1.1 Víctima .................................................................................................. 13
1.2 Violencia familiar .................................................................................... 14
1.2.1 Violencia Contra la Mujer .................................................................. 15
1.2.1.a. Violencia de Pareja ....................................................................... 19
1.3 Agresor.................................................................................................. 22
1.4 Proceso Penal ........................................................................................ 23
1.5 Medidas de Seguridad ............................................................................ 28
1.6 Sentencia............................................................................................... 29
1.7 Percepción ............................................................................................. 30
II. Planteamiento del Problema...................................................................... 32
2.1 Objetivos ............................................................................................... 33
2.2 Elemento de estudio ............................................................................... 34
2.3 Definición del elemento de estudio .......................................................... 34
2.4 Alcances y límites ................................................................................... 35
2.5 Aporte.................................................................................................... 36
III. Método ..................................................................................................... 37
3.1 Sujetos .................................................................................................. 37
3.2 Instrumento ............................................................................................ 38
3.3 Procedimiento ........................................................................................ 39
3.4 Diseño ................................................................................................... 40
IV. Resultados ............................................................................................... 41
4.1 Caso “A” ................................................................................................ 42
4.2 Caso “B” ................................................................................................ 53
4.3 Caso “C” ................................................................................................ 61
4.4 Caso “D” ................................................................................................ 70
4.5 Caso “E” ................................................................................................ 78
4.6 Caso “F” ................................................................................................ 83
4.7 Caso “G” ................................................................................................ 89
4.8 Caso “H” ................................................................................................ 94
V. Discusión de Resultados .........................................................................125
VI. Conclusiones ..........................................................................................141
VII. Recomendaciones..................................................................................144
VIII. Referencias ...........................................................................................147
IX. Anexos ....................................................................................................153

1
RESUMEN

El objetivo de la presente investigación fue determinar la percepción que tienen las


mujeres víctimas de violencia contra la mujer, entre 20 y 40 años, en relación a su
participación dentro del proceso penal en contra de su agresor. El estudio se llevó
a cabo por medio de una investigación cualitativa. La población estuvo
conformada por 8 sujetos de sexo femenino, entre las edades de 20 a 40 años y
todas llevaron un proceso penal en contra de su agresor. La elección de las
sujetos del estudio se realizó por medio de la muestra de “sujetos-tipo”. Para
recaudar la información se realizó un estudio de casos a través de una entrevista
semiestrucuturada.

Después de analizar los resultados, se concluyó que en cuanto al tipo de


información que tienen las víctimas sobre violencia contra la mujer y el proceso
penal únicamente dos de las mujeres estaban informadas sobre la violencia en la
cual estaba sumergidas. La mayoría de las mujeres recibieron información sobre el
proceso penal por parte del Ministerio Público. El haber llevado a cabo el proceso
penal cambió la percepción que las mujeres tenían en relación a la violencia
contra la mujer. En relación al acceso al Ministerio Público u otras dependencias
del Estado, se puede concluir que solamente tres mujeres no conocían a dónde
acudir para realizar la denuncia. La mitad de los casos describieron la orientación
recibida de manera positiva. En cuanto a la revictimización todas las mujeres, a
excepción de dos, tuvieron que relatar su historia de violencia más de una vez.
Refirieron sentirse mal al momento del relato, únicamente dos de ellas refirieron
sentir desahogo. Todas las mujeres sintieron miedo al momento de presentar la
denuncia. En relación a las medidas de seguridad y asistencia integral, la mayoría
de las mujeres tuvieron una percepción negativa de las mismas, debido a que
consideraron que no funcionan en estos casos. Con respecto a la declaración en
las instituciones de justicia, la percepción que tuvieron sobre la etapa de
declaraciones, fue en su mayoría negativa. En cuanto a la sentencia, la mayoría
de las mujeres se sintieron inconformes con la condena y manifestaron que
querían una condena mayor.

2
I. INTRODUCCIÓN

Antes del 2008, en Guatemala, la violencia contra las mujeres se encontraba


incluida dentro de lo que se conoce como violencia familiar, pero se identificó que
esta problemática afecta en su mayoría a las mujeres. De acuerdo con el Instituto
Nacional de Estadísticas de Guatemala -INE- (2013), el 91 por ciento de la
población víctima de violencia familiar son mujeres, siendo ésta la mayor causa de
muerte de las mismas. Por la gravedad de esta situación, se hizo necesario emitir
leyes específicas para tratar de disminuir y erradicar estas prácticas de violencia.
En el año 1996 el Congreso de la República de Guatemala emitió el decreto 97,
Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Intrafamiliar. La misma
regula la aplicación de medidas de protección de la vida, la integridad, seguridad y
dignidad de las víctimas de violencia familiar. De esta manera brinda protección
especial a mujeres, niños, niñas, jóvenes, ancianos y ancianas y personas
discapacitadas. A pesar de que esta ley fue aprobada para proteger a la mujer,
según algunas expresiones sociales de mujeres, no toma en cuenta a la mujer que
es víctima de la violencia ejercida hacia ella por su condición de género.

Considerando que es la mujer quien vive la situación más grave de violencia, en el


año 2008 se aprobó la “Ley contra el Femicidio y otras Formas de Violencia contra
la Mujer”, en la que sí se incluye esta situación. Esta ley tiene dos propósitos
generales. Primero, “garantizar la vida, libertad, integridad, dignidad, protección y
la igualdad de todas las mujeres ante la ley, y de la ley, particularmente cuando
por condición de género, en las relaciones de poder o confianza, en el ámbito
público o privado quien agrede, cometa en contra de ellas prácticas
discriminatorias, de violencia física, psicológica, económica o de menosprecio a
sus derechos”. Segundo, erradicar la violencia de cualquier tipo (física,
psicológica, sexual, económica), así como la coacción en contra de las mujeres,
para garantizar una vida libre de violencia. El objetivo de esta ley es disminuir los
casos de violencia contra la mujer, en sus diferentes expresiones, incluyendo el
femicidio (muerte violenta de mujeres). Se crea así una herramienta legal

3
específica para estos casos y se puede llevar a los tribunales de justicia a los
agresores (Instituto Interamericano de Derechos Humanos, 2009).

El problema de la violencia contra las mujeres es tan complejo que se requieren


políticas de Estado, así como la colaboración de la sociedad para lograr la
disminución y erradicación de la misma. Es fundamental la participación de los
sectores de salud, judiciales y policíacos, así como los educativos (Sargot y
Carcedero, 2000).

Uno de los problemas iniciales en Guatemala es que no existe el hábito de


presentar denuncias cuando se es víctima de cualquier tipo de delito, y en el caso
de las mujeres víctimas de violencia esta situación es mayor, por lo que se hace
imposible iniciar un proceso penal en contra del agresor, ya que no hay quien
acuse. Al no existir denuncias, las estadísticas sobre estos casos no son
apegadas a la realidad, por lo que la cifra negra de los casos de mujeres víctimas
de violencia es muy alta y contribuye a que todos estos hechos queden en total
impunidad.

De igual forma cabe mencionar que el problema no es únicamente el no


denunciar, sino también conocer los motivos por los cuales no se denuncia, entre
éstos se podrían mencionar algunos aspectos culturales que han llegado a
considerar la violencia como normal, la minimización del hecho por parte del
afectado, la percepción de la denuncia como una gestión inútil, el desconocimiento
en cuanto a que ciertos hechos sean denunciables, respuesta negativa de las
instituciones, temor a repesalias y la difícil accesibilidad geográfica a las oficinas
institucionales (Campos, 2010).

Por otro lado, existe un porcentaje de la población de mujeres víctimas de


violencia contra la mujer que deciden romper el ciclo, realizando la denuncia y
atreviéndose a llevar un proceso penal en contra de su agresor. En algunas
ocasiones las víctimas han recurrido a instituciones no gubernamentales con el fin

4
de obtener acompañamiento psicológico y legal a lo largo del proceso penal,
consiguiendo sentencias condenatorias. El concluir satisfactoriamente un juicio
ayuda a que las víctimas recuperen su dignidad y puedan rehacer su vida de una
manera más saludable. Esto contribuye a foratalecer su autoestima, a eliminar
culpas, a sentirse segura y a reincorporarse a su entorno social y familiar (Ruiz-
Jarabo y Blanco, 2004).

Con base a lo anteriormente expuesto, el objetivo de la presente investigación es


determinar la percepción que tienen las mujeres víctimas de la violencia contra la
mujer, entre 20 y 40 años de edad, en relación a iniciar y participar en el proceso
penal en contra de su agresor. Se planteó este objetivo porque se considera que
presentar una denuncia y llevar el proceso penal hasta el final, es una cuestión
fundamental para contribuir a erradicar la violencia contra las mujeres. No se
puede exigir cambios si la sociedad no aporta la parte que le corresponde, en este
caso, la denuncia. La violencia contra las mujeres es una situación que se vive a
diario en diferentes sectores del país. Es importante conocer cómo se percibe el
proceso penal para lograr determinar el trasfondo de la situación y encontrar
soluciones para alentar a las mujeres víctimas de este tipo de violencia a
denunciar y que sean procesados legalmente sus agresores.

A continuación se presentan algunos estudios realizados en Guatemala,


relacionados con la presente investigación. Las primeras cuatro se refieren a la
participación del Estado y en particular las instituciones judiciales, en temas de
violencia familiar y de violencia contra la mujer, la última se refiere al tema de
medidas de seguridad.

Guzmán (2011) realizó una investigación en la cual se tuvo como objetivo


establecer las consecuencias jurídicas para los docentes al no denunciar la
violencia de la que tenga conocimiento que son víctimas sus alumnos; analizar el
por qué de la omisión y cuál es el medio por el cual se solucionan, la necesidad de
hacerlo para evitar daños posteriores de mayor impacto social; y determinar si el

5
Ministerio de Educación tiene una política de protección integral que establezca el
procedimiento a seguir en estos casos. El diseño del estudio fue de tipo
monográfico-explorativo. Se realizó con maestros y maestras de Educación
Primaria de Escuelas Oficiales de la ciudad de Quetzaltenango, el cual se efectuó
mediante la aplicación de una encuesta estructurada, con una población de
veinticinco encuestados y encuestadas. Los resultados concluyeron que la omisión
de la denuncia sucede por el desconocimiento de las sanciones que existen.

De igual forma, Izaguirre (2010) presentó una investigación cuyo objetivo fue
determinar el acceso que tiene la mujer indígena al sistema de justicia estatal en
materia de violencia familiar, para lo cual se tomó la opinión de informantes claves
del departamento de Totonicapán. La investigación fue de tipo descriptiva. El
instrumento que se utilizó fue una entrevista documentada que se realizó a siete
personas consideradas informantes claves dentro del tema abordado. Se concluyó
que los principales factores por los cuales las mujeres no realizan la denuncia son:
la distancia, el temor y la ignorancia. Por otro lado, se estableció que existe una
falta de orientación por parte de los centros para guiar cómo debe de realizarse el
proceso de la denuncia adecuadamente. De igual manera, se pudo establecer que
una de las causas por las que no tienen acceso al sistema jurídico es el factor
económico.

Palacios (2011) realizó una investigación con el objetivo de conocer el grado de


atención y protección, que el Estado y las instituciones del sector privado prestan
a la niñez víctima de la violencia familiar. El diseño de la investigación fue
Monográfica del tipo Jurídica Descriptiva. Se realizaron entrevistas a informantes
claves, encuestas, observación y cuestionarios. Posteriormente, se realizó el
análisis de la información obtenida.

Los resultados concluyeron que el grado de atención que el Estado brinda a los
menores abandonados y víctimas de violencia familiar en el Municipio de
Huehuetenango, departamento de Huehuetenango, es mínimo, ya que

6
institucionalmente hablando sí se presta ayuda legal a los menores en caso de
vulneración a sus derechos, por parte de la Procuraduría General de la Nación, la
Procuraduría de Derechos Humanos y el Juzgado de la Niñez y Adolescencia y
Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal. También tienen intervención los
Juzgados de Paz de los municipios del Departamento en caso de medidas de
urgencia como rescates.

García (2012) realizó una investigación que tuvo como objetivo general establecer
en qué forma el juez de Paz dicta sus Resoluciones Judiciales en casos de
violencia familiar en el Municipio de Chiantla, Departamento de Huehuetenango.
Se realizó una investigación descriptiva, en la cual se utilizó como sujetos/
unidades de análisis expedientes de casos de violencia intrafamiliar comprendidos
de marzo a octubre del año dos mil ocho. El instrumento constó de una boleta de
estudio de casos, diseñadas por la investigadora, la cual contenía ocho
interrogantes.

Se concluyó que la violencia familiar es un flagelo que aqueja a la sociedad y


debido a ello es que las personas recurren a los órganos jurisdiccionales con el
objeto que se proteja sus bienes jurídicos tutelados. Para ello, es necesario que se
dicten resoluciones judiciales con sus requisitos y formalidades apegados a la ley,
por lo que se estableció que en relación a los autos que ponen fin en los casos de
violencia intrafamiliar cumplen con los requisitos de la ley del Organismo Judicial
según su artículo ciento cuarenta y tres, ya que éste es de significativa importancia
porque los autos deciden materia que no es de simple trámite.

Las siguientes investigaciones se refieren a la violencia familiar como tal. Bolaños


(2006) realizó una investigación cuyo objetivo general fue evaluar el nivel de
ansiedad de víctimas de violencia familiar / violencia doméstica. El diseño que se
utilizó fue de tipo descriptivo por observación con un diseño ex post factum. La
población estudiada comprendió un total de 12 mujeres que acudieron a la Oficina
de Atención a la Víctima de la Policía Nacional Civil (OAV-PNC), del Municipio de

7
Villanueva, que comprendieron entre 15-60 años de edad. Para llevar a cabo la
investigación se diseñó un cuestionario de datos generales y se utilizaron dos
instrumentos de evaluación: el Cuestionario CSR para el Índice de Abuso
Doméstico y el Inventario Autoevaluativo de Ansiedad (STAI) para evaluar los
niveles de ansiedad.

Se concluyó que el 67% de la población femenina que fue atendida en OAV-PNC


del Municipio de Villanueva, presentó una ansiedad estado alta y muy alta y que el
58% de la población atendida presentó ansiedad rasgo predominantemente
moderada o baja. El índice de abuso doméstico en víctimas de violencia familiar /
violencia doméstica atendidas en la OAV-PNC del Municipio de Villanueva reveló
preeminencia en un 67% de una relación seriamente abusiva.

De igual forma, Pisquiy (2012) realizó un estudio cuyo objetivo general fue
establecer el nivel de adaptación social y emocional de las víctimas de violencia
familiar que asisten a la Defensoría Pública y Penal de la Mujer, para identificar las
áreas adaptativas que más afecta el maltrato familiar y establecer propuestas de
intervención. Se utilizó una muestra de 36 mujeres, de nivel cultural elemental, que
asisten en busca de ayuda legal y psicológica a la Defensoría Pública y Penal de
la mujer. Dentro de las cuales, la mayoría están en la edad adulta, en similar
proporción de procedencia indígena y no indígena. A ellas se administró el
Cuestionario de Adaptación para adultos, el cual está conformado por cinco sub-
test: Adaptación Familiar, Adaptación a la Salud, Adaptación Social, Adaptación
Emocional y Adaptación Profesional. La investigación fue de tipo descriptiva ex
post-factum.

Se concluyó que la adaptación social de la muestra es normal, sin embargo, en el


área de adaptación emocional, la media de la muestra no tiene una puntuación
satisfactoria. Con esto se demuestra que el maltrato, sí afecta el nivel de
adaptación de las víctimas a su entorno social, emocional, a la salud, laboral y
familiar, pero a la vez, es posible tener una buena adaptación, dependiendo de la

8
fuerza de voluntad de la víctima y el apoyo que reciba.

Finalmente, esta última investigación está relacionada con las medidas de


seguridad.

Mendoza (2008) realizó un estudio el cual tuvo como objetivo establecer la


indeterminación de las medidas de seguridad en el Código Penal guatemalteco
vigente. Se realizó una investigación de tipo documental. Se utilizaron
herramientas bibliográficas, hemerográficas y archivísticas. De igual manera, se
utilizó como apoyo entrevistas, encuestas y observaciones. Posterior a esto se
realizó un análisis sobre los resultados obtenidos. Se concluyó que las medidas de
seguridad no responden a los fines y objetivos preventivos especiales, con los que
fueron creadas. Así mismo, se estableció que en ocasiones las medidas de
seguridad pueden llegar a violar el principio de inocencia del acusado.

En los estudios realizados a nivel nacional se concluye que algunos de los


factores por los cuales los ciudadanos no realizan una denuncia son:
desconocimiento de las sanciones que existen, distancia o accesibilidad a las
instituciones estatales, temor e ignorancia. Por otro lado, los estudios muestran
que, tanto la violencia familiar, como la violencia contra la mujer sí tiene
repercusiones sobre las víctimas, generando ansiedad y afectando el nivel de
adaptación en su entorno tanto social, como emocional, familiar y laboral.

A continuación se presentan algunos estudios realizados a nivel internacional que


se relacionan con la presente investigación. Las primeras dos investigaciones se
refieren a la violencia contra la mujer y violencia familiar en sí.

Bahamon (2005) realizó un estudio en Colombia. Con información de la encuesta


CEDE (Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico) 2003, realizada a 2,295
mujeres en Bogotá, Barranquilla y Barrancabermeja, se estudió los mecanismos
de reproducción de la violencia familiar, en particular, el maltrato físico severo

9
contra las mujeres, de una generación a otra. Mediante modelos probit, se
calcularon los determinantes de que una mujer sea agredida físicamente por su
compañero dado que él creció en una familia violenta o una familia no violenta, y
los factores que determinan que una mujer se divorcie de su compañero violento
dado que ella creció en una familia violenta o no violenta. Los resultados muestran
cómo la violencia familiar se transmite de generación en generación por
aprendizaje -experiencias vividas en la familia de origen-; sin embargo, existen
mecanismos que rompen el ciclo de violencia y disminuyen la proporción de
familias que reproducen las conductas agresivas en la siguiente generación.
Siguiendo la metodología propuesta por Pollak, citado por Bahamon (2005), el
divorcio es el mecanismo que más reduce el grado de violencia, pasando de tener
el 32.4% de las familias violentas, al 15.7% en el largo plazo, esto sumado al
supuesto de que las parejas se unen de manera ordenada, el nivel disminuye al
14.8%. Mediante ejercicios de simulación se observó que los aumentos en el nivel
educativo de las mujeres, las mayores oportunidades de empleo y el mayor
acceso a servicios de salud, disminuyen la fracción de familias violentas en el
largo plazo. También fueron analizadas otras variables de decisión de la familia.

Bañales (2010) realizó una investigación en México, la cual tuvo como objetivo
general establecer las relaciones y diferencias que presentan las personas en su
actitud hacia la violencia familiar (física, sexual, psicológica, emocional y
económica). Se realizó una investigación Ex - post facto descriptiva y de campo,
con un diseño intragrupo y multivariado. La muestra constó de 214 sujetos, 107
mujeres y 107 hombres, cuyas edades oscilan entre 18 y 48 años de edad,
residentes de la Unidad Habitacional “Rey Neza” en Ciudad Nezahualcóyotl, en el
Estado de México. Se les aplicó un cuestionario con tipo de respuesta escala
Likert. Se logró establecer una relación alta y positiva entre las subescalas
utilizadas. Los insultos fueron muy comunes; las amenazas y las burlas fueron
infrecuentes, al igual que los golpes con la mano o con algún objeto. Se concluye
que existe una correlación entre el tipo de violencia practicada y la frecuencia con
la que ocurre.

10
Las siguientes investigaciones que se presentarán fundamentan características de
mujeres víctimas que deciden romper con el ciclo de la violencia.

Concha (2003) realizó una investigación en Chile de tipo cualitativa-descriptiva. El


objetivo fue conocer las situaciones vivenciales o motivaciones que impulsan a
mujeres víctimas de violencia familiar a interponer una denuncia ante tribunales.
Esto se logró por medio de la aplicación de una entrevista en profundidad no
estructurada. Los sujetos fueron víctimas de violencia familiar pertenecientes a la
comuna de Valdivia que han interpuesto denuncia ante tribunales, que posterior a
ello han participado en los talleres de violencia familiar dictados en el Consultorio
Gil de Castro.

Se concluyó, por medio de los relatos, que se percibe la viciada relación conyugal
que se establece, en una unión de pareja disfuncional, donde la mujer oculta la
verdad de la relación para mantener su familia, como una forma de proteger a sus
hijos y a sí mismas de las críticas de una sociedad, que hace oídos sordos a un
silencio que de a poco se ha ido rompiendo, en espera de soluciones reales a las
necesidades que las víctimas demandan. De igual forma se encontró que los
hechos de violencia pueden desarrollarse y aceptarse por muchos años en la
relación de pareja como un medio de resolución de conflictos. Las víctimas no
denuncian las agresiones por miedo a las represalias, porque dependen
económicamente de sus maridos, por la enorme soledad con que desarrollan sus
vidas. Esto genera sentimientos de indefensión e imposibilidad de revertir la
situación, lo que favorece el aislamiento social, o sencillamente porque deben
seguir compartiendo el mismo techo con el agente agresor.

Sepúlveda (2005) realizó una investigación en Valencia, España, cuyo objetivo era
estudiar las circunstancias socio-vitales de las mujeres maltratadas que deciden
romper con la situación de violencia, diferenciándolas de aquellas que no toman la
decisión de romper en un principio, pero que finalmente acaban haciéndolo. El

11
estudio se llevó a cabo con una muestra de 678 mujeres que habían sufrido
maltrato físico y maltrato psicológico. La información social, psicológica y jurídica
obtenida se clasificó según fuese considerada como factor de riesgo o de
vulnerabilidad para ser víctima de violencia, o como factor protector. Los análisis
estadísticos consistieron en realizar un análisis bivariante entre las distintas
variables o factores y la variable dependiente "ruptura". Se utilizó la prueba c2, así
como un análisis multivariante en el que se realizó un análisis de regresión
logística para determinar la influencia de conjuntos de factores hacia la variable
dependiente "ruptura".

Los resultados indicaron que para poder manejar este tipo de situaciones y
confrontarlas con éxito para preservar su integridad física y psicológica, era de
vital importancia la percepción de la propia mujer víctima de malos tratos, así
como otros factores entre los que destacaba la cronicidad de los sucesos de
violencia, el cual aparecía como uno de los factores más importante a la hora de
poder romper con la situación de violencia. Se concluyó que la confrontación de la
violencia es un proceso mediatizado por diferentes esferas a nivel social, político,
cultural, económico y emocional, en el que es fundamental y necesario orientar a
la víctima de manera que se ajusten los objetivos de intervención profesional con
los personales de la mujer víctima de violencia sin invadir su realidad personal.

Finalmente, se presentará una investigación relacionada con los estilos de


afrontamiento de mujeres víctimas de violencia familiar.

González (2007) realizó una investigación en México, la cual tuvo como objetivo
conocer los estilos de afrontamiento del estrés utilizados por mujeres víctimas de
violencia doméstica, así como examinar si existían diferencias en cuanto
afrontamiento entre mujeres que permanecen en sus relaciones y mujeres que las
terminan. La muestra estuvo conformada por veinte mujeres a las que se les aplicó
un instrumento diseñado por el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y
Geografía) para verificar que sufrieran de violencia familiar; de igual forma se

12
recurrió al análisis de contenido de sus historias de vida. Finalmente, se utilizó un
instrumento para medir su afrontamiento al estrés de Fryndenberg y Lewis. Se
encontró que las mujeres víctimas de violencia familiar utilizan un gran número de
estilos de afrontamiento, ya sean activos o pasivos, y que las mujeres que
permanecen en su relación utilizan más estilos de afrontamiento pasivos en
comparación con las mujeres que terminaron la relación con su pareja violenta.

En los estudios realizados a nivel internacional resumidos con anterioridad, se


puede concluir que la problemática relacionada con violencia dentro de las
familias, es un conflicto a nivel mundial. De igual forma, se puede mencionar que
la mujer víctima de violencia contra la mujer, dentro de la violencia familiar, se ve
afectada no sólo por el maltrato por parte del cónyuge sino tambien por los
ámbitos sociales, culturales, mediáticos, entre otros. Algunas mujeres deciden
seguir con el ciclo y continuar con la relación de violencia debido a la dependencia
económica, la indefensión aprendida, miedo a represalias y soledad, por lo que
optan por el aislamiento social. Sin embargo, existen casos en los que las mujeres
deciden romper el ciclo y realizar una denuncia.

A continuación se presenta la descripción y definición acerca de víctima, violencia


familiar, violencia contra la mujer, violencia de pareja, el agresor, el proceso
judicial, medidas de protección, sentencia y percepción.

1.1 Víctima

La definición más completa de “víctima” es la formulada por la ONU (Organización


de las Naciones Unidas) en 1985, citado por Soria y Hernández (1994): “víctima es
aquella persona que ha sufrido un perjuicio (lesión física o mental, sufrimiento
emocional, pérdida o daño material, o un menoscabo importante de sus derechos)
como consecuencia de una acción u omisión que constituya un delito con arreglo a
la legislación nacional o del derecho internacional, o bien constituya un abuso de
lo poderes públicos”. De igual forma, los autores comentan que se entiende por

13
víctima toda persona, colectivo o institución que haya sufrido los efectos de una
acción delictiva, ya sea de forma física, mental o de alteraciones en su
funcionamiento diario: también se incluye la pérdida financiera de sus derechos
como persona.

Dentro del marco de víctima, se encuentra el concepto de revictimización o


victimización secundaria. Machiori, Biodo y Fortete (2009) lo define como aquella
que tiene lugar no como un resultado directo de la acción delictiva, sino como
consecuencia de la respuesta y el trato dado por las instituciones, el entorno social
y los medios de prensa que provocan un nuevo daño en la víctima.

Hay que unir la especial situación anímica y vulnerabilidad de la víctima de


agresiones sexuales, que hace que sea en general reacia a la denuncia y a la
colaboración con el sistema judicial por temor a la publicidad, a represalias, a lo
engorroso del proceso, etc. La susceptibilidad y desconfianza hacen que interprete
como hostiles trámites y diligencias rutinarias de la Policía. Cada actuación
procesal provoca efectos revividores del drama experimentado. Percibe en general
negativamente las actitudes de quien la interroga sobre el suceso, interpretando
en ocasiones la existencia de acusaciones veladas a su propia conducta (Ferreiro,
2005).

1.2 Violencia familiar

El término violencia familiar se define como “toda acción u omisión cometida por
algún miembro de la familia en relación de poder, sin importar el espacio físico
donde ocurra, que dañe el bienestar, la integridad física, psicológica o la libertad y
el derecho al pleno desarrollo de otro miembro de la familiar” (Sargot y Carcedo,
2000). Según los mismos autores la violencia familiar demuestra las
características siguientes:
 Se da en dos direcciones; hacia las mujeres y de adultos hacia menores.
 Preferencialmente, el espacio físico donde ocurre, es en la casa.

14
 En su mayoría la ejercen los hombres que viven en casa y con los cuales se
tiene algún parentezco o lazo consanguíneo.
 En su minoría la ejercen parientes lejanos, conocidos o extraños.
 Afecta fundamentalmente a las mujeres, niñas, niños y ancianos, sin
importar la edad, etnia, clase, nivel educativo o rol dentro de la estructura
familiar.

Por otro lado, Quintanela, Arandia y Campos (2004) definen la violencia familiar o
doméstica como la agresión física, psicológica o sexual cometida por el cónyuge o
conviviente, los ascendientes, descendientes, hermanos, parientes civiles o afines
en línea directa o indirecta, los tutores, o encargados de la custodia. Comentan
que la violencia familiar incluye el maltrato infantil, la violencia de pareja, el
maltrato al anciano y la violencia entre hermanos.

Según el Centro de Atención a Víctimas de Violencia Intrafamiliar de la


Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, citado por Whaley (2003), la violencia
son todos aquellos actos u omisiones que atentan contra la integridad física,
psicológica o sexual y moral de cualquera de los integrantes de una familiar.
Según ellos en el maltrato existen cinco características inherentes:
1. Que sea recurrente y constante
2. Que sea intencional
3. Que implique un acto de poder o sometimiento
4. Tendencia a aumentar la gravedad de la lesión
5. Se resolverá a partir de recibir apoyo profesional

1.2.1 Violencia contra la mujer

La violencia contra las mujeres no ha sido reconocida socialmente, sino hasta


hace poco tiempo. Se ha tomado como una situación natural y tolerada por la
sociedad como parte de la cultura.

15
De acuerdo con la Secretaría contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de
Personas -SVET- (2010), la violencia contra la mujer se define como: “Toda acción
u omisión basada en la pertenencia al sexo femenino que tenga como resultado el
daño inmediato o ulterior, sufrimiento físico, sexual, económico o psicológico para
la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación
aribitraria de la libertad, tanto si se produce en el ámbito público como en el ámbito
privado“ (pg.6, capítulo 3).

Existen diferentes tipos de violencia, las mismas se describen a continuación, en


base a lo mencionado en la Ley contra el Femicidio y Otras Formas de Violencia
contra la Mujer de Guatemala:

Violencia económica: Acciones u omisiones que repercuten en el uso, goce,


disponibilidad o accesibilidad de una mujer a los bienes materiales que le
pertenecen por derecho, por vínculo matrimonial o unión de hecho, por capacidad
o por herencia; causándole deterioro, daño, transformación, sustracción,
destrucción; retención o pérdida de objetos o bienes materiales propios o del
grupo familiar; así como la retención de instrumentos de trabajo, documentos
personales, bienes, valores, derechos o recursos económicos.

Violencia física: Acciones de agresión en las que se utiliza la fuerza corporal


directa o por medio de cualquier objeto, arma o sustancia con la que se causa
daño, sufrimiento físico, lesiones o enfermedad a una mujer.

Violencia psicológica o emocional: Acciones que pueden producir daño o


sufrimiento psicológico o emocional a una mujer, a sus hijas o a sus hijos, así
como las acciones, amenazas o violencia contra las hijas, los hijos u otros
familiares hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad de la
víctima, en ambos casos, con el objeto de intimidarla, menoscabar su autoestima o
controlarla, la que sometida a ese clima emocional puede sufrir un progresivo
debilitamiento psicológico con cuadros depresivos.

16
Violencia sexual: Acciones de violencia física o psicológica cuya finalidad es
vulnerar la libertad e indemnidad sexual de la mujer, incluyendo la humillación
sexual, la prostitución forzada y la denegación del derecho a hacer uso de
métodos de planificación familiar, tanto naturales como artificiales, o del derecho a
adoptar medidas de protección contra enfermedades de transmisión sexual
(Congreso de la República de Guatemala, 2008).

La Organización de las Naciones Unidas, citado por el Instituto Interamericano de


Derechos Humanos (2009), definen la violencia contra la mujer como "todo acto de
violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico,
sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la
coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida
pública como en la privada".

El Movimiento Manuela Ramos (2005) comenta que las mujeres víctimas de


violencia doméstica están sometidas a un ciclo que se repite constantemente. Es
importante recalcar que las mujeres víctimas de violencia contra la mujer no son
agredidas todo el tiempo ni de la misma manera, sino que existen fases para la
agresión, que tienen variada duración y diferentes manifestaciones, este proceso
es el llamado ciclo de la violencia. A continuación se presentan las fases:

 Fase I, aumento de la tensión: Puede durar días, semanas, meses o años.


En esta fase ocurren incidentes menores de agresión, por ejemplo gritos y
peleas pequeñas. Usualmente, la mujer trata de calmar al agresor, se
comporta de forma condescendiente y se anticipa a la explosión de la
violencia.

 Fase II, incidente agudo de agresión: Puede durar de 2 a 24 horas, se


producen descargas incontrolables de las tensiones que se han venido
acumulando en la fase anterior.

17
 Fase III, arrepentimiento y comportamiento cariñoso de parte del agresor:
Ésta es la fase de mayor duración, aquí se produce la reconciliación de la
pareja, este trato cordial y cariñoso dura por lo general poco tiempo.

El gráfico ilustra el ciclo de la violencia contra la mujer:

Gráfico 1: El ciclo de la violencia.


Sentimientos:
 Ansiedad
 Miedo
 Desilusión

Sentimientos:
 Miedo
 Odio
Sentimientos:  Impotencia
 Miedo  Soledad
 Confusión  Dolor
 Ilusión
 Lástima
 Culpa

Sentimientos:
 Culpas
 Vergüenza
 Confusión
RENEGOCIACIÓN  Miedo
 Lástima Propia
 Dolor
Fuente: Ruiz-Jarabo, C. y Blanco, P.(2004). La Violencia Contra Las Mujeres Prevención y detección. España: Díaz de
Santos Pg. 53.

18
Ruiz-Jarabo y Blanco (2004) mencionan que en el ciclo de la violencia, se puede
explicar la razón por la cual algunas mujeres retiran su denuncia que presentan
cuando se encuentran en la fase de agresión. Al encontrarse un hombre que se
arrepiente, que promete cambios y se encuentra en fase de “luna de miel”,
deciden retirar la denuncia. Por esta razón algunas mujeres después de verbalizar
lo que están sufriendo disculpan al hombre y minimizan su comportamiento
violento o, incluso lo justifican, volviendo de nuevo a la situación anterior.
Conforme va pasando el tiempo, la fase de agresión se vuelve más repetitiva o se
está constantemente entre tensión y agresión, sin que exista la “fase de
conciliación”. Cuando esto ocurre algunas mujeres deciden pedir ayuda. Si este
ciclo no se rompe a tiempo, las agresiones se repetirán con más frecuencia y
mayor intensidad y gravedad, aumentando el riesgo para la vida de la mujer. Es
muy posible que las agresiones lleguen al extremo de provocar la muerte.

1.2.1.a Violencia de pareja


La violencia de pareja se refiere al comportamiento de la pareja o ex pareja que
causa daño físico, sexual o psicológico, incluidas la agresión física, la coacción
sexual, el maltrato psicológico y las conductas de control (Instituto Interamericano
de Derechos Humanos, 2009).

Este tipo de violencia tiene varias características propias que la hace diferente a
otros tipos de violencia. Las consecuencias en la vida y en la salud de las mujeres
que la viven son diferentes de las que se producen en otro tipo de víctimas. A
continuación se mencionan algunas características de la violencia de pareja, en
base a lo que expone Nogueiras, mencionado por Ruiz-Jarabo y Blanco (2004):

- Los malos tratos los ejerce un hombre con quien la víctima mantiene o ha
mantenido un vínculo afectivo y amoroso, con el que comparte su vida e
incluso hijos. La víctima tiene sentimientos hacia él que son más complejos
que los que se producen ante la violencia cometida por una persona
extraña y desconocida, por lo tanto las secuelas son más graves.

19
- Los malos tratos son hechos que se prolongan durante un tiempo y van
debilitando las defensas psíquicas, físicas, generan miedo, impotencia e
indefensión.
- La mayoría de los malos tratos se producen en el ámbito doméstico, por lo
que muchas veces se convierten en invisibles para las personas que rodean
a las mujeres.
- Los malos tratos se ocultan tanto por lo hombres que la ejercen, como por
las mujeres que lo sufren.
- En la mayoría de los casos, los hombres agresores tienen una buena
imagen, pueden ser seductores y atractivos en espacios sociales. Es en el
ámbito privado en donde sienten la autorización para ejercer violencia.
- Las mujeres maltatadas sienten vergüenza de sufrir violencia, de no ser
capaces de pararla ni de protegerse. Pueden llegar a sentirse culpables por
ello y por haber elegido como pareja a un hombre violento, incluso de no
haber podido cambiarlo.
- La educación que se le ha brindado a las mujeres ha sido dirigida a
mantener y cuidar relaciones, para ser buenas esposas y madres. Por lo
tanto, las actitudes como la empatía, la comprensión, la tolerancia y el
perdón se han potencializado. En ocasiones estas actitudes pueden
volcarse en contra de las mismas mujeres, llegando a entender y justificar el
ejercicio de la violencia por razones de estrés o problemas de la infancia del
agresor, entre otras cosas.
- La desvalorización de las mujeres y su baja consideración social pueden
influir en las ideas y mitos que rodean a las mujeres maltratadas. Ellas son
las únicas víctimas de violencia que no son consideradas inocentes, sino
débiles, cómplices, consentidoras o responsables de la violencia que
sufren.
- La formación de los varones ha fomentado comportamientos violentos y el
ejercicio del poder de los hombres sobre las mujeres.

20
La mujer, al iniciar la relación de pareja con un hombre violento, ha asumido e
interiorizado el rol masculino tradicional. Por lo que puede llegar a interpretar que
el control de su pareja, las actividades, relaciones o incluso los celos son
manifestaciones de amor. Este tipo de violencia puede inciar en el noviazgo y
aumentar con los años o iniciar después del matrimonio. El rol que maneja el
hombre se caracteriza por ser cuidado, atendido, complacido y que la mujer debe
estar a su disposición. El rol que maneja la mujer se caracteriza por sentir que es
su deber y obligación cuidar, atender y estar disponible para el hombre. Al
principio de la relación, la mujer puede llegar a actuar de esa manera por su propio
gusto y refuerza su autoestima y autovalorización al sentir que está cumpliendo
con el ideal de la mujer interiorizado como valioso. Conforme la relación avanza el
hombre violento aumenta el control y llega a utilizar la violencia para conseguir
más de ella.

Algunos de los factores que influyen en que la mujer no pida ayuda desde el
principio se describen a continuación:
- Los efectos que produce el ciclo de violencia en la psicología y salud de una
mujer.
- Reconocerse como mujer maltratada es muy doloroso.
- Sentimientos de vergüenza y de culpa.
- La idea de que una mujer debe mantener la familia unida.
- Falta de apoyo familiar y social a la separación.
- El aislamiento al que ha sido sometida.
- El deterioro de su salud física, emocional y psíquica la hacen sentirse
incapaz de iniciar una vida por su cuenta.
- Dificultades económicas, sociales, procesos judiciales.
- Miedo a que la violencia continúe o incremente.

Por otro lado, existen factores que impulsan a las mujeres a tomar la decisión de
romper con el ciclo de violencia y pedir ayuda:

21
- Cuando ya no existe la fase de “luna de miel” y el círculo se convierte en
tensión y agresión.
- Cuando la violencia va dirigida hacia las hijas o hijos.
- Cuando el nivel de intensidad de violencia aumenta y la mujer lo percibe
como grave.
- Si existe apoyo familiar o de otras personas cercanas.

1.3 Agresor

De acuerdo a Cabanellas (1996), el agresor es aquel que acomete a otro


injustamente y con propósito de golpearlo, herirlo o matarlo. Es quien ataca
primero, en general, el que viola o quebranta el derecho ajeno e inicia un daño.

Según Walker y Meloy, citado por Álvarez (2007), se pueden distinguir tres tipos
de agresores: el agresor que utiliza la violencia como estrategia para obtener
mayor poder y controlar al otro cónyuge y a su familiar; el agresor cuya violencia
es resultado de un trastorno psiquiátrico que padece; y el agresor que padece de
un trastorno de la personalidad grave y que junto a la violencia familiar incurre a
otros actos criminales fuera de su familiar.

Por otro lado, Faulk, citado por Hyde (1995), describe que en un estudio sobre
hombres detenidos con motivo de agredir a sus esposas, se encontraron cuatro
tipos diferentes de personalidad:

1. Dependientes y suspicaces: el marido es extremadamente celoso y ése es el


detonante de la violencia.

2. Violentos y pendencieros: estos hombres utilizan la violencia para resolver los


problemas que se les plantean en muchos campos de su vida, entre ellos, el
matrimonio.

22
3. Dominantes: sienten gran necesidad de dominar a sus esposas y una aparente
insubordinación puede conducir a la violencia.

4. Dependientes y pasivos: en este caso, parece que la mujer domina la relación y


la violencia surge como consecuencia de un prolongado trato desconsiderado de
ella hacia él.

De igual manera, la agresión se define como todo comportamiento que lástima o


lleva perjuicio a otro. Bandura, citado por Moser (1992), describe que la agresión
consiste en administrar estímulos nocivos de fuerte intensidad que provocan
heridas físicas o morales. Algunos autores agregan el factor de intención, es decir,
la motivación del actor para agredir al otro.

De acuerdo a Moser, existen diversos tipos de agresión, entre éstos se encuentran


los siguientes:

A. Agresión activa:
a. Física: Puede ser directa (golpes y lesiones) o indirecta (golpes
contra un substituto de la víctima).
b. Verbal: puede ser directa (insultos) o indirecta (maldecir).

B. Agresión pasiva:
a. Física: Puede ser directa (impedir un comportamiento de la víctima) o
indirecta (rehusarse a participar en un comportamiento).
b. Verbal: Puede ser directa (negarse a hablar) o indirecta (no
consentir).

1.4 Proceso penal

De acuerdo a Puppio (2008), el proceso judicial parte de la definición de proceso,


que significa acción de ir hacia delante. Aplicado a lo judicial, define que son las

23
etapas, los avances, litigios o causas que se ventilan ante los Tribunales de
Justica. Comenta que es indispensable estudiar y aplicar principios y explicaciones
del por qué de las normas para demostrar científicamente y elaborar una tesis que
fije el criterio interpretativo, valorativo y aplicativo de los perceptos (reglas
establecidas).

Según la Constitución Política de la República (2006), el Estado de Guatemala se


ha organizado con el fin de proteger a la persona humana y a su familia,
planteando como fin supremo el bien común (art. 1). Para conseguirlo se propone
“garantizar a los habitantes: la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el
desarrollo integral de la persona” (art. 2, pag.5).

En todos los países del mundo existen conflictos y se cometen delitos que los
ciudadanos no pueden resolver por sí mismos y es por eso que es el Estado quien
tiene el deber de actuar y aplicar las leyes y acuerdos que existen para conseguir
protegerlos.

Por eso, se asigna a las distintas instituciones, las siguientes funciones:


1. A los tribunales de justicia, la autoridad de juzgar y promover la ejecución de
los juzgados (art. 203).
2. Al Ministerio Público, velar por el “estricto cumplimiento de las leyes y el
ejercicio de la acción penal pública “(art. 251).

Es el Derecho Procesal Penal el que regula el proceso penal desde el inicio hasta
el fin. Tiene las siguientes funciones: investigar, identificar al agresor, si fuera el
caso, y sancionar los delitos cometidos. El proceso penal tiene como fin
determinar si se ha cometido delito o no, terminando con una sentencia
condenatoria o absolutoria.

24
De acuerdo al Figueroa (2011), las leyes del país definen que la víctima de
cualquier tipo de delito tiene el derecho a intervenir en las distintas etapas del
proceso penal, siendo éstas:

1. Etapa preparatoria
2. Procedimiento intermedio
3. Posibilidad de aportar pruebas en el juicio

De igual forma, se da a la víctima el procedimiento para satisfacer de alguna


manera su pretensión dentro del proceso penal, o bien aliviar de alguna forma el
daño que un hecho delictivo pueda causarle, además de los derechos que se
encuentran en todos los códigos procesales, que se detallan a continuación:

 Denunciar (art. 297).


 Plantear querella (art. 302).
 Constituirse como querellante adhesivo (art. 116).
 Actuar como querellante exclusivo (art. 122).
 Participar como actor civil (art. 124).
 Plantear cuestiones de competencia (art. 56).
 Plantear recusaciones (art. 64).
 Interponer excepciones (art. 133).
 Renunciar a plazos instituidos en su favor (art. 153).
 Proponer consultores técnicos (arts. 141 y 230).
 Proponer temas para pericia (art. 231).

Además, se incluye la necesidad de contar con el consentimiento de la víctima


para realizar peritajes corporales (art. 241).

Durante el procedimiento intermedio, la víctima tiene derecho a:


 Adherirse a la acusación del Ministerio Público, y fundamentar sus
argumentos o manifestar que no acusará (los delitos de femicidio se

25
convierten en delitos de acción pública, es decir, que aun cuando la
persona agredida no quiera acusar, el proceso continúa a cargo del
Ministerio Público).
 Señalar los vicios formales del escrito de acusación.
 Señalar la omisión de algún imputado, hecho o circunstancia en la
acusación, pudiendo solicitar su ampliación o corrección.
 Recurrir el pedido de sobreseimiento o clausura.
 Solicitar al juez que practique los medios de investigación omitidos.

Durante el juicio, tiene el agraviado plenas facultades de ofrecimiento y producción


de pruebas (Figueroa, 2011).

En el 2008, el Congreso de la República emite la “Ley Contra el Femicidio y Otras


Formas de Violencia”, debido a los altos índices de violencia y muertes contra las
mujeres. Uno de los considerandos de la ley, dice lo siguiente: “Que las mujeres
guatemaltecas tienen derecho al reconocimiento, goce, ejercicio y protección de
todos los derechos humanos y las libertades consagradas en la Constitución
Política de la República e instrumentos internacionales en materia de Derechos
Humanos, y que el problema de violencia y discriminación en contra de las
mujeres, niñas y adolescentes que ha imperado en el país se ha agravado con el
asesinato y la impunidad, debido a las relaciones desiguales de poder existentes
entre hombres y mujeres, en el campo social, económico, jurídico, político, cultural
y familiar, por lo que se hace necesario una ley de prevención y penalización”
(decreto 20- 2008). El objetivo de la ley es el de garantizar la vida, libertad,
integridad, dignidad, protección e igualdad de todas las mujeres para protegerlas
de toda acción que menosprecie sus derechos. El fin de la misma es promover e
implemetar disposiciones orientadas a erradicar la violencia (física, psicológica,
sexual, económica, etc.).

Esta ley es especial para proteger a las mujeres, elaborando políticas públicas y
creando sanciones cuando se incumpla su derecho a una vida sin violencia. El

26
Código Penal ya tipifica el homicidio y los homicidios calificados, que algunas
personas consideran suficientes para incluir las muertes violentas de mujeres, sin
embargo, se omiten características específicas del femicidio como un homicidio
calificado, por la discriminación que existe en contra de las mujeres y por la forma
en que se cometen, en donde predomina el odio por el hecho de ser mujeres.

Por otro lado, es impotante mencionar que es obligación del Estado cumplir con lo
ordenado en la ley. Entre algunos de estos derechos, se mencionan dos que son
relevantes para esta investigación.

- Asistencia legal a la víctima: El Estado tiene la obligación de brindar la asistencia


legal en forma gratuita a la víctima o a sus familiares, debiendo proporcionarles los
servicios de una abogada defensora pública o abogado defensor público, para
garantizar el efectivo ejercicio de sus derechos.

- Derecho de la víctima. Es obligación del Estado garantizar a la mujer que resulte


víctima de cualquier forma de violencia, los siguientes derechos:

a. Acceso a la información: Es el derecho de la mujer víctima de violencia a recibir


plena información y asesoramiento adecuado a su situación personal, a través de
los servicios, organismos u oficinas que puedan disponer las instituciones
competentes, tanto públicas como privadas. Dicha información comprenderá las
medidas contempladas en esta ley, relativas a su protección y seguridad, y los
derechos y ayudas previstos en la misma, así como la referente al lugar de
presentación de los servicios de atención, emergencia, apoyo y recuperación
integral.

b. Asistencia integral: La mujer víctima de violencia, sus hijos e hijas, tienen


derecho a servicios sociales de atención, de emergencia, de apoyo, de refugio, así
como de recuperación. La atención multidisciplinaria implicará especialmente:
 Atención médica y psicológica

27
 Apoyo social
 Seguimiento legal de las reclamaciones de los derechos de la mujer
 Apoyo a la formación e inserción laboral
 Asistencia de un intérprete (Coordinadora Nacional para la Prevención de la
Violencia Intrafamiliar y contra las Mujeres -CONAPREVI-, 2009, pgs. 34,
45 y 46).

Finalmente, el artículo 17 consiste en el fortalecimiento institucional. Éste dicta que


la Coordinadora Nacional para la Prevención de la Violencia Intrafamiliar y contra
las Mujeres (CONAPREVI), es el ente coordinador, asesor, impulsor de las
políticas públicas relativas a reducir la violencia familiar y la violencia contra la
mujer.

1.5 Medidas de seguridad

Las medidas de seguridad son acciones que se otorgan cuando corre peligro la
vida de la persona, en este caso la vida de la mujer. De acuerdo al Código Penal,
las medidas de seguridad se aplican por tiempo indeterminado, sin embargo, en
cualquier tiempo podrán reformar o revocar sus resoluciones al respecto
(Congreso de la República de Guatemala, 2010). En el caso de la Ley Contra el
Femicidio y Otras Formas de Violencia Contra la Mujer, las medidas que se
otorgan son las mencionadas en el artículo 7 de la Ley para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia Intrafamiliar (Decreto 97-96). Esta ley crea una serie de
medidas, que denomina “medidas de seguridad”, destinadas a evitar los actos de
violencia familiar. Aunque la ley no sea clara al respecto, estas medidas parecen
tener una finalidad preventiva y se pueden aplicar a partir del momento en el que
se interpone la denuncia. La particularidad de estas medidas es que pueden ser
impuestas tanto por los jueces de orden penal (cuando hay delito o falta) como por
los de familiar. Estas medidas no pueden durar menos de un mes ni más de seis,
aunque el juez pueda prorrogarlas (Ministerio Público de la República de
Guatemala, 2001, pg. 184).

28
1.6 Sentencia

De acuerdo con la Real Academia Española (2001), la sentencia se define como


“declaración del juicio y resolución del juez, o la decisión de cualquier controversia
o disputa extrajudicial, que da la persona a quien se ha hecho árbitro de ella para
que la juzgue o componga”. Por lo tanto, sentenciar implica “expresar el parecer,
juicio o dictamen que decide a favor de una de las partes contendientes lo que se
disputa o controvierte”.

Según el Manual del Fiscal, “la sentencia es la resolución que el Tribunal emite,
después de realizado el debate y tras deliberación entre sus miembros, en la que
se resuelve el proceso mediante la condena del imputado o la absolución libre de
todo cargo” (Ministerio Público de la República de Guatemala, 2001, p.313).

La sentencia únicamente la pueden decidir los tres jueces que forman el Tribunal
de Sentencia, el artículo 389 del Código Procesal Penal determina los requisitos
de la misma.
1. Datos del Tribunal y las partes y fecha en la que se dicta sentencia.
2. La enunciación de los hechos objeto de la acusación o de su ampliación y
del auto de apertura a juicio, enunciar los daños reclamados y la reparación
que se solicita.
3. La determinación precisa y circunstanciada del hecho que el tribunal estime
acreditado.
4. Los razonamientos que inducen al Tribunal a absolver o a condenar.
5. La resolución de los jueces, con mención de las disposiciones legales
aplicables.
6. Firma de los jueces.
De acuerdo al Código Procesal Penal Concordado y Anotado con la
Jurisprudencia Constitucional, la sentencia implica únicamente los hechos que se
describen en la acusación. El Tribunal podrá imponer penas mayores o menores

29
que las pedidas por el Ministerio Público. Para que se pueda llegar a sentencia se
debe cumplir con una serie de requisitos. Los mismos se describen a continuación:

1. La mención del tribunal y la fecha en la que se dicta. Se debe identificar con


nombre y apellido al acusado, al querellante adhesivo, en caso hubiera. En
caso de que se trate de un actor civil, identificarlo de igualmente, así como
al tercero civilmente demandado.
2. Se deben nombrar los hechos y circunstancias por la que se está llegando a
este punto, así como el daño por el cual se reclama reparación.
3. Las razones por las cuales el tribunal decide condenar o absolver.
4. La parte resolutiva
5. La firma de los jueces.

Luego de decidir la sentencia, el Tribunal se pronuncia en una audiencia en


donde deben estar presentes todas las partes. Los jueces, como bien se menciona
anteriormente, puede tomar una de las dos decisiones: la absolución o la condena.
La primera se refiere a que el acusado queda libre de cargo, la segunda se refiere
a que el Tribunal lo encuentra responsable del delito que fue acusado y le fija
penas de acuerdo a la ley, así como las medidas de seguridad que correspondan.

En cuanto a las sentencias condenatorias en los casos de violencia contra la


mujer, las penas que se imparten son las siguientes:
 Violencia física o sexual contra la mujer: prisión de cinco a doce años.
 Violencia psicológica contra la mujer: prisión de cinco a ocho años.
 Violencia económica contra la mujer: prisión de cinco a ocho años
(Figueroa, 2011).

1.7 Percepción

Según Quintaela, Arandia y Campos (2004), se entiende por percepción la


interpretación de la realidad. Esto incluye las ideas, valores, creencias,

30
representaciones mentales, sentimientos, que se manejan socialmente. Comenta
que así como las percepciones influyen en los cambios de estructuras mentales,
también las estructuras influyen en el sistema de percepciones. De esta manera
describe dos niveles de percepciones: el nivel intelectivo (ideas, opiniones y
representaciones mentales) y el nivel emotivo (sentimientos, aversiones,
simpatías).

Por otro lado, Velázquez (2001) comenta que lo que se experimenta en la


percepción está determinado por el estímulo que la misma persona agrega para
complementarlo y que rectifica con la ayuda de los conocimientos previos
adquiridos por experiencias anteriores. Por lo tanto, define la percepción como un
conjunto de sensaciones completadas, corregidas e interpretadas por el sujeto con
la ayuda de sus conocimientos.

Anteriormente se presentaron los distintos conceptos de los elementos más


importantes en la presente investigación, esto con el fin de dar a concerlos y
comprender de lo que se hablará posteriormente. Es importante resaltar que la
violencia contra la mujer es un aspecto amplio que no solamente abarca la
violencia física, sino también otros tipos de violencia. Es necesario conocer la
importancia de la “Ley Contra el Femicidio y Otras Formas de Violencia Contra la
Mujer”, para que las mujeres conozcan sus derechos y tengan conciencia de que
existe una salida para romper el ciclo de la violencia.

31
II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

A lo largo de la historia, la violencia contra la mujer dentro y fuera del ámbito


familiar ha sido una problemática presente en los diferentes espacios sociales
alrededor del mundo. En Guatemala, es un tema al que no se la ha dado la
importancia que merece. Hasta el año 2008, no existía ninguna ley que protegiera
a las mujeres víctimas de violencia en general y del femicidio. Actualmente existe
la ley titulada “Ley Contra el Femicidio y Otras Formas de Violencia contra la
Mujer”. Ésta se creó debido a los altos índices de violencia que iban en aumento
año con año. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística de Guatemala (INE)
(2013), en el 2011 se registraron 33,484 denuncias por violencia familiar hacia las
mujeres. No se especifica si se inició o no un proceso penal, sin embargo,
empíricamente se conoce que un gran porcentaje no inicia un proceso penal en
contra de su agresor.

La cultura guatemalteca es una cultura de “no denunciar” debido a la falta de


información, a la desconfianza de acudir a instituciones del Estado, al miedo a
sufrir represalias y a la impunidad. Por lo tanto, los ciudadanos están
acostumbrados a ser víctimas de cualquier delito y no denunciar. Lo mismo
sucede con las víctimas de violencia familiar: un alto porcentaje de personas no
realiza la denuncia, ya que las expectativas de obtener una respuesta o una
solución son bajas. Muchas veces existe temor de hablar acerca de su vida
privada, del agresor y a que las instituciones del Estado no den una respuesta a
su queja. Otros factores como baja autoestima, dependencia emocional y
dependencia económica obligan también a la mujer a soportar el maltrato físico y
psicológico, arriesgando su salud y vida. Sin embargo, existen aquellas personas
que muestran un cuadro diferente y rompen el ciclo de violencia, atreviéndose
iniciar un proceso penal en contra de su agresor. De acuerdo al INE (2013), en el
año 2010, hubo aproximadamente 75 sentencias condenatorias por los delitos
contemplados en la Ley contra el Femicidio y Otras Formas de Violencia Contra la
Mujer. En el 2011 los Juzgados y Tribunales de Femicidio dictaron 354 sentencias:

32
320 fueron condenatorias y en 34 se declaró como inocentes a las personas
señaladas como agresores.

Según Arias y González (2009), el mayor problema para erradicar la violencia


contra la mujer es la ausencia de denuncia que, muchas veces, está ligada a la
falta de información sobre los derechos. El miedo, acompañado de un autoestima
baja, solamente provoca una retroalimentación del círculo de violencia entre la
pareja. Mientras el agresor esté libre y la mujer no denuncie, la violencia
continuará afectando no sólo a la víctima sino también a su entorno familiar. El
núcleo familiar es la base de la formación de las personas, y si este núcleo se
encuentra dañado y se percibe como violento, es probable que la violencia se
generalice a la sociedad. Por estas razones se considera importante obtener más
conocimiento acerca de cómo las mujeres víctimas de violencia contra la mujer
perciben participar en el proceso penal contra su agresor. Al conocer su
percepción se puede determinar específicamente de qué manera se le podría
brindar apoyo para crear conciencia, trabajar los miedos y brindar información
adecuada acerca del tema, alentándolas a realizar la denuncia correspondiente.
Por lo tanto, cabe preguntarse: ¿Cómo las mujeres víctimas de violencia contra la
mujer, entre 20 y 40 años, que ya han concluido el proceso legal, perciben
participar dentro del proceso penal en contra de su agresor?

2.1 Objetivos
General:
Determinar la percepción que tienen las mujeres víctimas de violencia contra la
mujer, entre 20 y 40 años, que han concluido el proceso legal, sobre participar
dentro del proceso penal en contra de su agresor.

Específicos:
 Determinar el tipo de información que tienen las víctimas sobre violencia
contra la mujer y el proceso penal.

33
 Determinar la percepción que tienen los sujetos en relación a asistir al
Ministerio Público u otras dependencias del Estado.
 Establecer la apreciación que tienen los sujetos de “revictimización”, al
momento de relatar una y otra vez su historia de violencia.
 Establecer la percepción que tienen los sujetos en relación a las medidas
de protección y asistencia integral brindadas por el Estado.
 Establecer la interpretación de los sujetos sobre dar la declaración en las
instituciones del sistema de justicia.
 Determinar la apreciación de los sujetos con respecto a la sentencia
obtenida.

2.2 Elemento de estudio

Percepción del proceso penal.

2.3 Definición del elemento de estudio

Definición conceptual

La percepción del proceso penal se divide en dos conceptos: percepción y


proceso penal. El término percepción se refiere al resultado que una persona da al
registro de su entorno por medio de sus cinco sentidos (Giry, 2003). De igual
forma, Velásquez (2001) comenta que cuando se percibe una situación no sólo se
experimenta el estímulo de la misma, sino también se le atribuye los
conocimientos adquiridos por las experiencias anteriores. De esta manera, la
percepción se podría definir como “un conjunto de sensaciones completadas,
corregidas e interpretadas por el sujeto con la ayuda de sus conocimientos” (p.
141).

Por otro lado, de acuerdo a Figueroa (2011) el proceso penal tiene por finalidad
inmediata la averiguación, determinación y valoración de hechos delictivos, el

34
establecimiento, en sentencia, de la participación del imputado y la determinación
de su responsabilidad y la pena que le corresponde así como la ejecución de la
misma. Por lo que el proceso penal busca la aplicación de la ley para lograr justicia
y paz social.

Definición Operacional

En la presente investigación, la percepción del proceso penal se entiende como la


manera en que las mujeres víctimas de violencia contra la mujer, entre 20 y 40
años, que han concluido el proceso legal, interpretan la acción de realizar una
denuncia en contra de su agresor y continuar con el proceso legal que implica.
Esto abarca desde realizar una denuncia, hasta llegar a un proceso penal (en
donde se dicta una sentencia). Se determinó por medio de una entrevista hecha
por la investigadora, en la cual se indagó sobre los siguientes indicadores:
información sobre violencia contra la mujer y el proceso penal, acceso al Ministerio
Público y otras dependencias del Estado, revictimización, medidas de protección y
asistencia integral por parte del Estado y la declaración en las instituciones de
sistema justicia y sentencia obtenida.

2.4 Alcances y límites

El presente trabajo de investigación se realizó con mujeres víctimas de violencia


contra la mujer, entre 20 y 40 años, que participaron en un proceso penal en
contra de su agresor, en la ciudad de Guatemala o sus alrededores, por lo que los
resultados se pueden aplicar únicamente a ellas. De igual manera, debido al
número de sujetos que conforman la muestra estudiada, los resultados de la
presente investigación no son generalizables a la población general.

Dentro de las limitantes se pueden mencionar que no existe tanta bibliografía


relacionada con el tema específicamente, así como investigaciones similares
realizadas con anterioridad, tanto a nivel nacional como internacional. El término

35
de violencia contra la mujer, en ocasiones se sustituye por el término de violencia
familiar, por lo que puede resultar confuso. De igual manera, las sujetos fueron
difíciles de contactar, ya que hay muchos casos penales que se están llevando a
cabo, pero pocos concluidos. Además, la información de los casos es confidencial,
por lo que se tuvo que utilizar diferentes maneras para contactar a las sujetos.

2.5 Aporte

En la presente investigación se encontrarán datos importantes en relación a la


percepción que tienen las mujeres víctimas de violencia contra la mujer con
respecto a participar en el proceso penal en contra de su agresor. Se espera que
el estudio sea de utilidad a fundaciones o grupos de apoyo que brinden asistencia
en este tipo de casos. De esta manera podrán apreciar el proceso penal desde
una perspectiva diferente, es decir, desde la perspectiva de la víctima y no desde
afuera. Se podrán determinar sentimientos, dificultades, obstáculos que percibe la
víctima para poder mejorar la atención que se le da. Los resultados también
podrán beneficiar a las participantes de manera que sus testimonios servirán como
ejemplo para mujeres que se encuentran en una problemática como la que ellas
vivieron, además podrán expresar sus inconformidades en cuanto al proceso
penal. Dicha información también puede ser utilizada por psicólogos o psicólogas
al momento de recibir una paciente víctima de este tipo de violencia para brindar
apoyo más específico y comprender un poco más la perspectiva de una mujer en
esta situación. De igual forma, se espera despertar interés en estudiantes de
psicología y otras áreas, para realizar futuras investigaciones, así como a la
sociedad en general para crear conciencia al respecto y alentar a los ciudadanos a
presentar una denuncia o iniciar un proceso penal en el momento de ser víctimas
de cualquier delito.

36
III. MÉTODO

3.1 Sujetos

Las sujetos en estudio de la presente investigación fueron mujeres, entre 20 y 40


años, solteras, casadas o separadas, que tenían hijos y pertenecen a un nivel
socioeconómico bajo, medio y alto. Ellas fueron víctimas de violencia contra la
mujer y participaron y concluyeron un proceso penal en contra de su agresor,
quien fue su esposo. Únicamente una de las sujetos todavía se encuentra en un
proceso penal no concluido. Tenían un nivel educativo mínimo de 6to primaria y
vivían en la Ciudad de Guatemala y sus alrededores. Los sujetos se contactaron a
través de Fundación Sobrevivientes, personas que trabajan en instituciones del
Estado y contactos personales de la investigadora. Todas han recibido apoyo
psicológico posterior al proceso penal. La elección de los sujetos se realizó por
medio de la muestra de “sujetos-tipo”. Según Hernández, Fernández y Baptista
(2006), este tipo de muestreo se utiliza en investigaciones de tipo cualitativo, en
donde se tiene como objetivo la riqueza, profundidad y calidad de la información,
no la cantidad.

A continuación se muestra una tabla con los datos de las sujetos. Con el fin de
mantener el anónimato, se sustituyó el nombre real por una letra (ver tabla 3.1).
Tabla 3.1 Características de los sujetos.
Sujeto Edad Estado civil Escolaridad Ocupación
A 40 Separada Secretariado Bisutería
B 35 Separada Diversificado Ama de casa y madre
C 37 Soltera 2do. Básico Área doméstica
D 40 Soltera 3ro básico Recamarera
E 35 Soltera Cursando Maestría Abogada y Notaria
F 23 Separada 5to año de licenciatura Recursos Humanos
G 40 Separada 6to primaria Ama de casa
H 33 Soltera Licenciatura Dependiente de farmacia

37
3.2 Instrumento

En el presente estudio se utilizó una entrevista semiestructurada realizada por la


autora. La entrevista se define como una conversación en la que se realiza un
intercambio de información entre el entrevistado y el entrevistador. Existen
distintos tipos de entrevistas, en este caso, se utilizó una entrevista
semiestructurada. Valles (2007) la define como un conjunto de preguntas que
desean explorar algo en particular, sin embargo, ni la redacción exacta, ni el orden
de las preguntas está predeterminado y puede variar. La entrevista fue validada
por diferentes profesionales, entre éstos se encontraban psicólogos, abogados y
personas especializadas en el tema de violencia contra la mujer.

La entrevista tenía el objetivo de adquirir información relevante sobre el proceso


penal en el cual participaron las mujeres víctimas de violencia contra la mujer.
Estuvo basada en los indicadores del estudio, siendo éstos: información sobre la
violencia contra la mujer y el proceso penal, el acceso al Ministerio Público u otras
dependencias del Estado, la revictimización, las medidas de protección y
asistencia integral brindadas por el Estado, la declaración que se realiza en las
instituciones del sistema de justicia, así como la percepción de la sentencia. Se
realizaron 42 preguntas abiertas correspondientes a los indicadores antes
mencionados. Posterior a la realización de la entrevista, se llevó a cabo una
actividad de cierre con el objetivo de crear un cierre emocional para todas las
participantes (ver anexo 9.1).

De igual manera, se utilizó un diario de campo como una herramienta para la


entrevistadora. De acuerdo a Hernández, Fernández y Baptista (2006), el diario de
campo es una especie de diario personal, en donde se anotan descripciones del
ambiente, mapas, diagramas, cuadros y esquemas relacionados con la
investigación.

38
3.3 Procedimiento

 Se formuló la pregunta de investigación en base al interés sobre el tema,


teniendo como objetivo determinar la percepción que tienen las mujeres
víctimas de violencia contra la mujer en relación a participar en el proceso
penal en contra de su agresor.
 Se buscó información teórica sobre el tema, indagando en distintos libros e
investigaciones realizadas con anterioridad.
 Con base a los indicadores se realizó una entrevista semiestructurada que se
validó por medio de expertos.
 Se contactó con instituciones que brindan ayuda a víctimas de violencia
contra la mujer para realizar dicha investigación. Por medio de estas
instituciones y otras fundaciones, se contactó a psicólogas y trabajadores
sociales que allí laboran, para que colaboraran con la investigación.
 Se contactó, con ayuda de las instituciones y por conocidos de la
investigadora, a los sujetos que cumplieran con la descripción deseada para
que colaboraran con la investigación de forma voluntaria.
 Se establecieron citas individuales con los sujetos, coordinando un lugar de
su elección, para realizar la entrevista semiestructurada y se solicitó permiso
para grabar las mismas en audio.
 Al finalizar las entrevistas se realizó una actividad de cierre emocional.
 Se transcribieron las entrevistas realizadas con anterioridad.
 Se analizaron las transcripciones de las entrevistas a los sujetos, esto por
medio de la identificación de indicadores dentro de los textos, codificar la
información, marcar los textos y finalmente construir mapas conceptuales
para relacionar la información.
 Se realizó la discusión de resultados de la presente investigación, por medio
de la comparación de los resultados y la información obtenida en el marco
teórico y la introducción.
 Se realizaron las conclusiones y recomendaciones.
 Se redactó el informe final.

39
3.4 Diseño

La presente investigación es de tipo cualitativo. Bonilla-Castro y Rodríguez (2005)


lo describen como un estudio que explica procesos que no son accesibles a la
experiencia y que se definen en interrelaciones. Hernández, Fernández y Baptista
(2006) comenta que en el diseño cualitativo se utilizan los datos sin medirlos
cuantitativamente, con el fin de descubrir las preguntas de investigación.

Se utilizó un enfoque fenomenológico que, de acuerdo a Hurtado y Toro (2007),


estudia los fenómenos tal como los experimentan las personas. Por lo tanto,
permite un abordaje de la realidad interna del sujeto que la vive y experimenta.

40
IV. RESULTADOS

En el siguiente capítulo se presentan los resultados de la investigación a través de


un análisis de casos, en el que se incluyen los resultados cualitativos. Se inicia
con la descripción del contexto de las mujeres y la situación de vida, además se
agrega una descripción de las respuestas que fueron otorgadas en la entrevista
semiestructurada. La transcripción de las entrevistas se encuentra en los anexos.
La entrevista se basó en los seis indicadores a investigar, los cuales fueron: tipo
de información sobre la violencia contra la mujer y el proceso penal, acceso al
Ministerio Público u otras dependencias del Estado, revictimización, medidas de
seguridad y asistencia integral, declaración en las instituciones del sistema de
justicia y sentencia. Posterior a esto, se presentan los esquemas en donde se
detalla los resultados de manera concisa.

Las sujetos con quienes se trabajó fueron 8 mujeres víctimas de violencia contra la
mujer que llevaron proceso penal en contra de su agresor. Una de las mujeres no
ha concluido el proceso penal, debido a que el proceso se encuentra “entrampado”
por compadrazgos del agresor. Por esta razón, uno de los casos no tiene
resultados en el indicador de sentencia.

Es importante mencionar que los nombres de las mujeres entrevistadas fueron


sustituidos por una letra con el objetivo de conservar la confidencialidad y
anonimato. Los casos fueron identificados con las siguientes letras: A, B, C, D, E,
F, G y H. Esto se utilizó tanto en los resultados, como en los esquemas.

41
4.1 Caso “A”

La sujeto “A” es una mujer separada de 40 años de edad. Posee el título


Secretaria y trabaja en cuestiones de bisutería. Al momento de realizar la
entrevista comenta que vive con su hermana y sus cinco hijos, tres varones y dos
mujeres. La relación entre ella y sus hijos ha sido armoniosa. Refiere que con el
tiempo ha aprendido a ser mamá y que ha tenido que “volverse adolescente con
ellos”. Las dificultades que han tenido han sido debido a los diferentes caracteres
que tienen los hijos, por lo que en ocasiones difieren en ideales y le ha costado
“acoplar algunas situaciones entre unos y otros”. La sujeto “A” vivió violencia física,
psicológica y sexual por parte de su pareja, con quien mantuvo una relación
marital por aproximadamente 20 años.

Antes de poner la denuncia, comenta: “nunca pasó por mi cabeza que existía
violencia intrafamiliar, y el día que la empecé a vivir no sabía que tenía un
nombre, ni soñaba, ni me imaginaba… sabía que había una violencia, pero no
quería decir o por lo menos que de mi boca saliera “estoy pasando violencia”. La
primera persona a quien le compartió lo que estaba sucediendo fue su suegra,
quien le dijo: “lo que pasa es que son siete años de mala suerte”. La sujeto refiere
que ella pensó que su suegra también había vivido violencia intrafamiliar. “Siete
años decía yo, entonces, porque ella ya había pasado violencia, por las creencias
o, que decirle, tradiciones de nuestra Guatemala que son siete años de violencia,
entonces decía yo, pero ya llevamos cuantos años, ya me falta poco decía yo, ya
me falta poco. Llegué a los 10 años y la violencia cada vez iba en aumento”.

Cuando la sujeto estaba siendo abusada por parte de su esposo, la Ley de


Femicidio aún no había sido aprobada. Comenta que a partir del año 1997 decidió
denunciar a su pareja, pero en el juzgado, su caso no avanzaba. “Fui a poner una
denuncia por esto, fui a poner otra denuncia porque me golpeó tanto que perdí la
conciencia, fui a poner otra denuncia porque me violaba, fui a poner otra denuncia
porque tenía demasiados golpes, fui a poner otra denuncia porque ya no

42
soportaba la situación y nunca florecía, nunca caminaba, era imposible”. Ella
comenta que tiene más de cien denuncias, pero solamente una logró entrar en el
año 2008, cuando fue aprobada la Ley Contra el Femicidio y Otros Tipos de
Violencia Contra la Mujer. Se enteró de la existencia de esa ley debido a que su
denuncia finalmente fue tomada en cuenta en el juzgado y, luego de la
investigación realizada, se logró iniciar un debate.

Antes de iniciar todo el proceso legal la sujeto comenta que dudó mucho en
denunciar y llevar a juicio a su agresor. Ella comenta que pensaba mucho en sus
hijos, estaba segura que su pareja era una persona con mucho poder y muy
influyente debido a que era abogado. Refiere que “él era asesor de la policía, él
era asesor de este diputado ------------, él era servidor en ----------------. Él era un
hombre muy conocido pues, entonces decía yo ¿qué hago?”.

Lo que decidió hacer fue contar su historia. Comenta que hablaba con los pastores
de su iglesia sobre lo que su esposo hacía con ella, pero las personas no le
creían. Dijo que en una ocasión, había recibido muchos golpes en la cara, fueron
al juzgado y relata que “él llegaba con los jueces y decía que yo padecía de
trastornos mentales, „ella se pasa lastimando en las paredes, ella hace esto‟,
entonces yo me quedaba muda y me ponía a llorar, entonces como que yo
aceptaba que yo cometía el error porque yo no decía nada”.

Finalmente, la sujeto decide iniciar un proceso penal en contra de su agresor. Y


cuenta que la manera como se enteró del procedimiento a seguir, fue preguntando
en el Ministerio Público y en el Instituto de la Defensa Pública Penal. Cuenta que
allí varias personas le preguntaron si estaba segura de lo que haría, debido a que
su pareja es abogado. Comenta que fue difícil, tanto al inicio como durante todo el
proceso, debido a las influencias que él tenía. “Mire, yo me fui al Colegio de
Abogados, pero el Colegio de Abogados me dijo que las denuncias que yo estaba
haciendo no tenían fundamento legal. Tienen fundamento legal, porque tiene

43
esto y esto y esto y llegaba acompañado con copias y todo, pero me decían que
no. Toda la evidencia”.

Decidió ir a muchos lugares a presentar denuncias en contra de su pareja. La


primera denuncia que presentó fue en el Ministerio Público de Villa Nueva. Allí,
dice que su victimario era amigo del juez, por lo que la mandaron al Juzgado de
Amatitlán. “Resulta que la juez de Amatitlán era su compañera de estudios,
entonces, ahí fue cuando el expediente se perdió. Nos fuimos a vivir a San Lucas
Sacatepéquez, ahí puse varias denuncias, pero de ahí me mandan a La Antigua,
que era el de familia. En La Antigua era muy amigo del juez, y el juez ordena no a
la separación, sino que vivamos juntos porque los niños tienen que tener la
imagen de mamá y papá. Y en lo que se adapta al matrimonio, en lo que se
adapta digo yo, ya lleva casi 8 años y el matrimonio no se adaptaba”. Debido a
que las cosas no avanzaban en ningún juzgado al que asistía, la sujeto decide ir a
la Procuraduría de los Derechos Humanos. En este lugar le dijeron que el 75% de
los hombres en Guatemala son violentos, que era normal y que debía aceptarlo.
Cuando escuchó eso, ella cuenta que lloró y dijo: “si ustedes siendo los Derechos
Humanos me vienen a decir esto, qué puedo esperar ahora de mis hijos entonces,
que cuando ellos crezcan ya va a ser un 100%. Yo sé que en Guatemala no existe
el 75%, eso es mentira.” Para finalizar comenta que al momento de iniciar el
proceso, su pareja iba acompañado de personas que trabajaban en la
Procuraduría de los Derechos Humanos. Refiere, “es tan así, cuando ellos tienen
mucha amistad o cuando son muy conocidos dentro del medio”.

La primera denuncia que realizó fue cuando estaba a punto de perder a su tercer
bebé debido a una golpiza que había recibido por parte de su esposo. Comenta
que llegó al juzgado de Villa Nueva y que inmediatamente la enviaron con el
médico forense para que la examinara. Tuvo que quedarse ahí durante tres meses
para que todo estuviera bien con el bebé. La última denuncia que realizó fue en el
2010 debido a que su pareja la acosaba, persiguiéndola cuando se transportaba
en su carro. Le hacía escándalos en las empresas en donde trabajaba y causó

44
que la despidieran. Comenta que lo que ella hizo, fue preguntar en distintos
lugares; uno de ésos fue la Fundación Sobrevivientes, en donde le dijeron:
“denúncielo, él ya no puede venir aquí a quitarle a sus hijos”.

La sujeto comenta que en el Ministerio Público no recibió ningún tipo de ayuda.


Refiere que “ellos ven la violencia, tal vez porque la viven a diario, como algo
normal dentro de Guatemala”. Comenta que le hacían preguntas de este tipo: “¿y
la golpeaban?”, “si” “, “a vaya, cuantos hijos tuvo de él”, “5“ “a vaya, o sea que sí le
gustaba tener hijos”.

La sujeto “A” considera que cuando realizó la denuncia, acompañada de personas


de la Fundación Sobrevivientes, el trato recibido fue distinto. Sí tuvo acceso a la
institución en donde realizó la denuncia, por lo que comenta, “si no hubiera llevado
el nombre de la defensa pública, si no hubiera llevado el nombre de Fundación
Sobrevivientes que va acompañado, porque uno no va solo, mi proceso aún
estuviera ahí”. Ella afirma que la orientación que le dieron en las instituciones fue
muy deficiente, en los años de 1994 al 2007. Así también, dice que no encontró
apoyo, hasta que la Ley contra el Femicidio fue aprobada y además, ya contaba
con el apoyo de Fundación Sobrevivientes.

La sujeto decidió presentar la denuncia debido a los recurrentes maltratos por


parte de su pareja, tanto físicos como psicológicos y sexuales. Refiere que “las
primeras fueron siempre por golpes, como le digo la violencia siguió, después de
la física, empezó la psicológica, después la económica y cada una con sus
diferentes facetas, verdad. La última que fue la más dura, tal vez la física la
soporté pero la sexual fue la más cruel, fue la más cruel porque él abusaba de mí
con lo que encontrara. Él se preparaba con plátanos, con pepinos, él se preparaba
con muchas cosas, hasta con barras de margarina. Y dentro de lo sexual estaban
los golpes, lo psicológico, estaba tan completísimo eso que sus fantasías fueron
agrandándose tanto que él ya quería ser como, como qué decirle, una orgía”.
Cuenta que los pastores de su iglesia no creían que ella dijera la verdad, ya que

45
él se disfrazaba muy bien porque las personas que lo rodeaban y con las que
compartía no percibían el daño que le estaba haciendo a ella.

La sujeto relata que antes de entrar a un juzgado él le decía: “hay va a ver cómo
se defiende un abogado”. En ese momento ella pensaba que la dominaba, hasta
que un día comenta que “empecé a sacar fuerzas de flaqueza y decía yo: „ya va a
ver cómo se defiende una víctima‟. Él se va a ver con la verdad y de frente,
entonces dije yo, no voy a llorar”.

Lo que principalmente motivó a la sujeto para tomar la decisión de iniciar el


proceso penal fue la violencia diaria que vivía al lado de él. Comenta que “ya
estaba motivada con tanta violencia y el proceso llegó y siguió y siguió hasta que
un día dije esto ya no es para mí. Mejor no, porque ya van los años avanzando,
decía yo, mis papás no me han golpeado, con mis papás yo no viví una violencia.”

Otro factor que contribuyó a tomar esa decisión fue otra mala experiencia que vivió
con la pareja y sus hijos. En una ocasión, quedaron de reunirse para que le
otorgara una pensión alimenticia. “Ese día que llegamos con mis hijos, se ensañó
con el más grande, que en ese entonces tendría como 15 años. Y me dice: „este
niño yo lo miro muy callado, lo miro muy tímido, yo pienso que este niño tiene
tendencias de homosexual, entonces hoy lo voy a llevar a un lugar donde lo hagan
hombrecito.‟ Yo ya me había acostumbrado, creo, a esa mala vida que llevaba, a
pesar de eso yo ya no vivía con él. Pero cuando quiso ya agarrar a este niño en
eso, ya le dije no, allí si ya no”, relata. Comenta que luego de ese episodio, recibió
“una golpiza”. Posteriormente, el padre de sus hijos decidió llevárselos a Amatitlán.
Aparentó que los llevaba a comer helados y resultó un engaño, ya que su
intención era lastimarlos. La policía logró intervenir a tiempo para que no los
golpeara. Refiere que fue en ese momento en el que ella se dio cuenta que la
violencia había aumentado.

46
La sujeto “A” comenta que tuvo que contar repetidas veces su historia de
violencia, “muchísimas”. Refiere que se sentía muy mal al tener que contarla
tantas veces, ya que sentía que “volvía a vivir eso, volvía a vivir lo que estaba
pasando”. Relata que en una ocasión tuvo una mala experiencia con algunas
personas del juzgado, ya que al verla decían: “ahí viene la señora, a la que le
meten los pepinos en la vagina”. Esta experiencia le quitó los deseos de regresar
a ese lugar. Comenta que “algo que yo tenía así tan guardadito, que se lo conté a
mi líder de la iglesia y se los conté a ellos porque tenía que contárselo a alguien lo
que vivía para que no fuera un „dicen‟ y cuando me dicen: „ahí viene la señora de
los pepinos, de las zanahorias‟ y yo así, ve, qué terrible „yo espero no volver aquí‟.
Yo siento que ellos viven tantas cosas que ya lo sienten tan normal”.

Ella comenta que, al momento de presentar la denuncia, sentía miedo. “Sentía


miedo cuando ponía le denuncia y cuando tenía que llegar a mi casa. … yo sabía
que él, en cosa de una hora, él ya estaba enterado, porque como que todo el
mundo se comunicaba con él”. Comenta que al poner la denuncia sentía un miedo
terrible ya que no sabía qué sucedería después de todo esto. En efecto, cuando al
esposo le notificaron la primera audiencia, fue a buscar a la sujeto y la golpeó. Ella
refiere “cuando a él le notificaron la primera audiencia fue terrible porque dos días
antes de que nos presentáramos a la audiencia, él me golpeó fuertemente y me
dijo que si yo hablaba me iba a golpear aún más. Y cabal pues le funcionaba todo
eso porque yo a veces ya tenía miedo hasta de hablar”. Ese miedo que sentía la
hizo quedarse callada al inicio de las declaraciones, pero al recordar la situación
delicada en la que estaban sus hijos, finalmente logró salir para “seguir ayudando”
a sus hijos.

A lo largo de todo el proceso, a la sujeto “A” le otorgaron medidas de seguridad,


las cuales tenía que renovar cada 6 meses. Ella considera que las medidas de
protección no funcionaron en su caso, ya que a su pareja no le importaba que las
tuviera. Comenta que “él llegaba y me las quitaba, tal vez por él ser abogado,
pienso yo. Puede ser que a otras personas les funcione, pero yo sentí que a mí no

47
me funcionaban. Él no tenía pena ni temor de eso, a pesar de que es un hombre
conocedor de la ley”. Comenta que ella se protegía con las medidas, pero
“siempre tenía fotocopias, porque yo sabía que él me las quitaba y las rompía“.
Relata que al inicio, cuando supo que le iban a otorgar las medidas de protección
se sintió muy contenta, con el tiempo se dio cuenta que el esposo continuaba
acercándose, refiere que “cuando me las dieron la primera vez me sentí muy
contenta, dije yo: „nunca más se va acercar‟, y mentira, siempre estaba ahí. Yo le
dije „no se puede acercar porque tengo medidas‟ y él siempre me respondía con
malas palabras y o las medidas tal y tal cosa”.

Independientemente de la actitud del esposo frente a las medidas de protección, la


sujeto comenta que sí ayudaron para que ella continuara con el proceso penal.
Relata que el saber que contaba con esas medidas la hacían sentirse respaldada.
“Yo siempre decía „bueno, yo llamo a la policía‟, Dios mío, aunque la policía cuesta
un montón que llegue, pero ya había algo que ya yo me sentía como algo
protegida”.

En cuanto a la etapa de declaraciones, la sujeto “A” comenta que no recibió algún


tipo de preparación previo a declarar. Ella obtuvo asistencia de un abogado hasta
que la Ley de Femicidio y Otras Formas de Violencia Contra la Mujer fue
aprobada. Tuvo la asesoría de dos abogados, el primero del Ministerio Público y el
segundo se lo otorgó la Defensa Pública. Ella comenta que el abogado del
Ministerio Público la confundió, ya que llegaba uno distinto para cada audiencia.
En ocasiones le decían: “mire, yo no conozco su proceso, hasta ayer tarde me
notificaron que tenía que llevar su proceso”. Por otro lado, refiere que el abogado
de la defensa pública fue constante a lo largo del proceso, comenta que él “me
ayudaba mucho porque me daba mucha seguridad, me hablaba conforme la ley”.
Otro aspecto importante que menciona en cuanto a la asesoría legal, fue que en
algunas ocasiones le otorgaron abogados amigos de la pareja, por lo tanto ellos se
retiraban. “Algunos, resultaron los „finales‟, que eran amigos de él. Entonces me
dice: „mire, yo no voy a seguir llevando su caso porque yo soy amigo de J. ‟. La

48
verdad sí me costó un montón, entonces las audiencias a veces las cambiaban o a
última hora ya llegaba otro abogado”.

La sujeto “A” considera que la etapa de declaraciones es una etapa “desgastante”


y que fue un proceso “demasiado largo”. Comenta que se le dificultaba asistir a las
audiencias ya que debía pedir permisos laborales. “Me decían: „¿quién se va a
quedar en su lugar?‟, entonces había que llevar otra persona o simplemente mi
hermana se quedaba”. Otro factor que influyó en que esta etapa fuera desgastante
fue la presencia de la pareja. Ella comenta: “el llegar ahí y al verlo que estaba ahí,
lo miraba tan sonriente, tan bien arreglado. A mí me daba una cólera terrible
porque yo tal vez tenía que haber corrido un montón”. Relata que al escuchar sus
declaraciones se daba cuenta que la pareja estaba mintiendo. Ella refiere que
pensaba “nada que ver con lo que vivimos, siempre él se declaró inocente.
Siempre él decía que fue un buen padre, un excelente esposo, que siempre quiso
lo mejor para nosotros. Y tal vez muy en el fondo de su corazón posiblemente fue
así”.

La presencia de su pareja a lo largo de las diferentes etapas del proceso penal fue
difícil. La sujeto comenta que al inicio, en el juzgado le colocan un biombo para
que no pudiera tener contacto visual con el acusado, “porque de lo contrario no
podía hablar. Sólo de escuchar la voz de él a mí me temblaban hasta las rodillas, y
era aquello que yo le decía a la psicóloga que estaba siempre conmigo „siento que
no voy a poder hablar‟ “. Comenta que escuchar la voz de la pareja la afectaba de
sobremanera. La presencia de él influyó en el sentido que la hacía recordar lo que
había vivido, “al estar allí y escucharlo yo me recordaba realmente de las cosas,
de haberlas vivido y así daba las declaraciones, como que las hubiera vivido ese
mismo día”. Conforme fue pasando el proceso, la sujeto fue perdiendo miedo a
hablar frente al acusado. Relata que sentía una “lucha interna dentro de mí”, por lo
que pidió que le quitaran el biombo. Ella se decía a sí misma: “tengo que ser
fuerte, tengo que ser fuerte”.

49
Finalmente, llegó la sentencia. La sujeto “A” considera que esta etapa fue “difícil”
ya que se trataba del padre de sus hijos. Comenta que al esposo lo declararon
culpable de violencia contra sus hijos y contra ella. Lo condenaron a 15 años de
prisión. En ese momento ella refiere: “yo me levanté, yo me puse a llorar, yo
hubiera querido decirle, regresar el tiempo y decir, yo no hubiera querido esto,
porque al final, una persona que yo amé, realmente yo amé, pero que durante ese
proceso fue tan cruel que digo yo, no está en mí, no le deseo el mal. Pero, busqué
la justicia y la ley y ya está”. Comenta que ella no hubiera querido que las cosas
sucedieran así, ya que piensa que habían otras formas de solucionar lo que
sucedía, sin violencia. Ella dice: “lo lamento mucho por él, porque la verdad es un
gran profesional, lastimosamente no veo un ser humano en él, no lo veo”.

La sujeto considera que la decisión que tomaron los jueces la hizo tener
“emociones encontradas”. Comenta que se alegraba por la justicia que había
logrado; sin embargo, consideraba que la condena debió haber sido más alta, ya
que muchas de las denuncias que había puesto años atrás, no fueron tomadas en
cuenta. Ella refiere: “pienso yo que si se hubiera tomado desde el principio me lo
hubieran sentenciado a no se qué cantidad de años”.

Al hablar sobre la sentencia, ella comenta: “espero en Dios que en el lugar donde
esté, él reflexione y que piense en que la violencia no es buena. No es un hombre
de 20 años, es un hombre de 58 años verdad, entonces que no puede decir,
estaba empezando a vivir, me estaba equivocando, ya para la edad que tenemos,
bueno, yo ya soy una mujer madura y sé qué es la violencia y qué es hacer daño”.

Finalmente, al concluir el proceso penal, la sujeto comenta que se siente segura


de saber que la pareja ya está condenada. Por otro lado, le preocupa su seguridad
ya que en una ocasión, la pareja, quien está privado de libertad, ofreció dinero
para que la asesinaran. Ella afirma que “él, en el preventivo, estaba pagando
Q25,000.00 a quien me quitara la cabeza. Entonces, Fundación Sobrevivientes,
ellos me apoyaron en ese sentido, estuve en el refugio”. Comenta que luego de

50
esa experiencia confía en Dios para que no le suceda nada, asegura que “a la
hora de cualquier cosa, ahí si que lamentablemente, el único responsable va a ser
él”.

En cuanto al desarrollo de todo el proceso penal, la sujeto lo describe como “difícil”


y “bien complicado”. Considera que las cosas no estuvieron claras, ya que algunas
evidencias no fueron aceptadas y otras, se perdieron. “En relación al CD que yo
llevaba en donde estaban las denuncias, no me las aceptaron. Muchas denuncias
que se perdieron dentro del MP. El CD no me lo aceptaron, pero igual, lo
ingresaron dentro del expediente. Me confundió, dije “no lo aceptaron, pero está
dentro del expediente”, y al final se pierde el expediente”, afirma. Ella comenta que
sus testigos fueron los policías que rescataron a sus hijos y los profesionales del
INACIF (Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala). Refiere que los
policías no pudieron ser testigos ya que la pareja “se opuso, cuestionó”, por lo que
solamente pudo contar con las psicólogas del INACIF y los exámenes que
presentaron.

Después del proceso penal, la sujeto “A” comenta que se sentía mejor, con mayor
seguridad para salir a la calle y para que sus hijos salieran sin temor. Refiere: “yo
me encerré porque no quería salir, yo tenía miedo de salir, pero yo no sabía que
yo ya tenía el no sé qué de persecución”. La sujeto relata que el llegar a
Fundación Sobrevivientes la ayudó para fortalecerse, ya que ella sospechaba de
cualquier persona que se le acercara. “Yo decía, carro que se acercaba ya decía
yo „no es posible, ése me quiere matar‟. O gente que me miraba, pero yo miraba y
decía -qué tanto me miran-”, afirma. Ella comenta que la forma de solucionar este
problema, era enfrentándose a sí misma.

También explica que antes del proceso penal sentía que no iba a lograrlo, que no
podría llevarlo a cabo. Comenta que se sentía insegura al saber que la pareja era
un abogado, “quién va a poder con un abogado, conocedor de la ley, con alguien
que tiene tantas amistades, quién va a poder”, decía. Relata que sus padres no la

51
apoyaron para seguir el proceso, ellos le hablaban, “ mija, yo siento que te estás
muriendo en vida y eso no lo vas a lograr”. A pesar de esto, ella decidió continuar
con el proceso para terminar con el ciclo de la violencia y ponerle un fin a la vida
que estaba llevando. Afirma que pensaba, “si renuncio, toda la vida va a seguir
con la violencia y esto no va a terminar. Y esto tiene que tener un fin, yo sé que
tiene que tener un fin”.

Llevar a cabo el proceso penal cambió su vida. Al momento de realizar la


entrevista comenta que sale con libertad a la calle y ya no teme por la seguridad
de sus hijos. Relata que anteriormente, “teníamos que salir como que con mucha
cautela. Entonces hoy no, claro, yo salgo y mi Dios me guarda y me regresa y yo
sé que voy a regresar bien. Pero ya no es aquel temor que tenía antes, ya es
distinto”. Refiere que en ocasiones le sucede que cree ver a su pareja en algún
restaurante o lugar, sin embargo, él continúa en la cárcel. “Me ha pasado muchas
veces, por ejemplo, que paso por algún restaurante y miro como que él está
allí…es algo que espero algún día se me quite porque lo miro siempre en algún
lugar”.

La sujeto “A” considera que las mujeres víctimas de violencia contra la mujer que
no denuncian, sí tienen la capacidad de hacerlo. Ella afirma que la violencia “está
en uno poder cortarla”. Comenta lo siguiente: “si yo el primer día que sufrí la
violencia no le quise poner un nombre, pero yo estaba consciente que era
violencia, mi vida hubiera cambiado, desde la primera vez. Pero lo decidí 10 años
después, cuando la violencia ya tenía una familia enorme”. Ella explica que en la
actualidad existen muchos programas que hablan de violencia y de ayuda para las
mujeres que son víctimas. Piensa que la mujer “debe amarse a sí misma”. La
sujeto considera que el papel de la mujer dentro de la sociedad puede ser
multifacético; menciona que “somos mujeres bonitas, somos inteligentes, somos
luchadores. Sí podemos ser psicólogas, sí podemos ser abogadas, somos
chóferes, somos cocineras, tenemos tantas profesiones en una, pero nadie lo
sabe sólo nosotras, o muchas veces nosotras ni lo sabemos”.

52
La sujeto considera que no debe considerarse a los hombres como que son todo
en la vida de las mujeres. Considera que es importante proponerse metas y tener
sueños, cosas que ella, cuando estaba con su pareja, no las imaginaba. Comenta
que su pareja tuvo un cambio dramático al pasar de novio a esposo, afirma que “el
día que nos casamos, el novio que yo tenía se quedó ahí en esa puerta, porque
con el que yo me casé no es el hombre que yo había conocido, es otra persona”.

Finalmente, la sujeto afirma que su forma de pensar con respecto a la violencia


contra la mujer ha cambiado. Considera que antes tenía la creencia de que la
mujer tenía como objetivo complacer únicamente al esposo. ”Yo me encerré en un
círculo en donde yo decía como que habíamos nacido para ser, como decirle,
esclava”, comenta. Sin embargo, ahora se da cuenta que “la esposa puede
trabajar, puede ser ama de casa y puede realizarse como persona”. Ella
considera que las mujeres pueden tener muchos talentos y el llevar pan a la casa
para sus hijos, es uno de ellos. La sujeto relata que ahora ella habla con las
personas, no se siente destrozada, se siente alegre, sana y positiva. “Me ha
ayudado a sacar eso que me asfixió durante mucho tiempo, verdad. Antes yo no
podía ni hablar”, comenta. En el momento de realizar la entrevista ella considera
que no todos los hombres son malos y refiere que “hablan de los malos hombres
que hay en Guatemala, yo sé que no es cierto. Yo tengo tres hijos, que son muy
estudiosos y se trazan metas y las logran. Tengo un excelente papá y hermano, y
que decirle, los ministros de la iglesia. Digo yo hay mucha gente tan buena…uno
fue el que me hizo daño”.

4.2 Caso “B”

La sujeto “B” es una mujer casada de 35 años de edad. Estudió hasta nivel
diversificado y al momento de realizar la entrevista, se dedica a ser ama de casa y
madre. Vive con su madre y sus tres hijos. Dos de sus hijos son varones, y la
tercera es mujer. Esta última es su sobrina, pero la consideran parte de la familia,
ya que lleva 3 años viviendo con ellos.

53
La sujeto mantuvo una relación de 12 años con su pareja. Tanto ella como sus dos
hijos y su sobrina fueron víctimas de violencia familiar. La relación entre los
hermanos es armoniosa, pero ha sido difícil ya que estuvieron alejados entre ellos.
Comenta que debido al maltrato que tuvieron, han tenido secuelas a nivel
emocional. Por lo tanto, están llevando un proceso terapéutico, tanto sus hijos
como ella. Afirma que “todo ese maltrato que vivimos… estuvieron un poco así
como alejamiento entre los hermanitos, pero con ayuda psicológica, o sea, la
terapia, ha ido mejorando bastante”. La Fundación Sobrevivientes y el Grupo
Guatemalteco de Mujeres los han apoyado en brindarles terapia.

Antes de poner la denuncia, la sujeto “B” desconocía la violencia contra la mujer


que estaba viviendo. Refiere que estaba conciente de que estaba sucediendo algo
malo, pero no sabía que era maltrato. “La verdad no sabía lo que estaba pasando,
yo sabía que había algo malo en la relación, 12 años estuvimos casados, es decir
todavía estamos casados, pero viviendo juntos en matrimonio. En ese tiempo no
sabía que estaba sufriendo maltrato, como se le denominaba. O sea,
inconscientemente sabía lo que me estaba pasando, que no estaba bien, que no
era normal”.

Refiere que no conocía la Ley Contra el Femicidio y Otras Formas de Violencia


Contra la Mujer. Se enteró de la misma hasta el momento en el que se comunicó
con Fundación Sobrevivientes, y allí le brindaron toda la información necesaria.
Comenta que habló con diferentes personas, quienes le explicaron lo que era el
círculo de la violencia, y le informaron en qué consistiría el proceso y lo que
implicaría. Relata que “cuando ya hablé con Doña N, hablé con ella por teléfono
me recuerdo, fue de noche y me dijo que tenía que ir al Ministerio Público. Ya en
el Ministerio Público me iban a dar una orden para recuperar a mis nenes, y ya ahí
empezó todo lo legal. Al día siguiente ya me presenté a la fundación, me pasaron
primero con la psicóloga, ya hablé yo con una licenciada, con la trabajadora
social. Y así, empezaron explicando qué era el círculo de la violencia en el que
estábamos y ahí me enteré de todo”.

54
La sujeto “B” comenta que antes no quería denunciar y llevar a juicio a su agresor,
debido al miedo a la reacción de la pareja. Relata que había tenido ya varias
amenazas hacia su madre y su hermano, por parte de su agresor. “Me tenía
amenazada con que iba a hacerle algo a mi mamá y a mi hermano, que él sabe
que eran las personas más allegadas a mí, que eran los que me podían ayudar.
Que los iba a matar y que iba a hacer de todo y me iba a dejar de último a mí, que
me iba a matar de último a mí. Que siempre él se iba a quedar con los niños
verdad”, afirma.

Finalmente, la sujeto decide iniciar un proceso penal en contra de su agresor.


Comenta que se informó sobre todo lo que debía de realizar por medio de
Fundación Sobrevivientes. Allí le explicaron lo que tenía que hacer para iniciar el
proceso legal. Ella refiere que no tenía una idea clara de a dónde acudir para
poner la denuncia, y nuevamente Sobrevivientes fue quien le brindó esta
información.

Decidió presentar la denuncia debido a que el esposo no le permitía entrar a la


casa y ver a sus hijos. Relata que “él me sacó de la casa y ya no me dejó entrar a
la casa, no me dejó ver a los nenes, entonces, ahí ya empecé que una amiga me
dijo „mira, te voy a dar el número de Doña N.C.‟. Entonces, ya yo la llamé a ella, ya
era de noche, ya tenía 15 días yo de no ver a mis nenes”. La motivación principal
para realizar la denuncia fueron sus hijos, ya que se sentía en la obligación de
terminar con el estilo de vida en el que estaban. Refiere que “sabía que tenía que
sacarlos de ese círculo y que les tenía que, como te digo, romper ese círculo, y
que ellos no siguieran viviendo lo mismo. O sea, que fueran a heredar ese
maltrato, sabiendo que tenía derechos para poderles seguir dando un futuro
bien… no sólo económico, sino que también psicólogico“.
La sujeto presentó la denuncia en el Ministerio Público, acompañada de su
hermano. “Mi hermano fue el que me apoyó y él fue el que me llevó al Ministerio
Público y así”. Comenta que tuvo que pasar a una unidad especial de víctimas
mujeres, en este lugar están presentes licenciadas y psicólogas. Refiere que el

55
trato que le dieron estuvo bien, ya que “saben la crisis que estás pasando”. La
sujeto explica que la denunciar sentía temor a las represalias.

En el Ministerio Público le brindaron las medidas de seguridad, así como una


orden para poder recuperar a sus hijos, los cuales logró recoger con la ayuda de la
policía y Fundación Sobrevivientes. Relata que las cosas sucedieron de la
siguiente manera: “Fuimos en un panel que ellos tienen especial, contactamos con
unos policías y los policías en la patrulla. Llegamos al colegio y a los nenes los
subimos a la panel como para que no fuera tan traumático para ellos ver una
patrulla, ver policías”. Al momento de recoger a los hijos, la licenciada de la
Fundación Sobrevivientes le comentaba sus opciones: “aquí tenemos dos
situaciones, una es que usted nos dice a dónde desea que nosotros la
llevemos…la llevamos a su casa, pero una vez entra ya no podemos hacer nada
porque usted está aceptando algo. Ahora otra opción tenemos el alberge de la
fundación en donde puede pasar unos días en lo que vemos cuál va a ser la
reacción de él”. La sujeto refiere que no estaba segura de cómo proceder,
pensaba en toda la vida que tenía, en el hogar que había formado, en las cosas
materiales, en todo; sin embargo, decidió ir al albergue. “Me voy para el albergue”,
dije yo. “Lo material, bueno pues en mi caso, dije yo lo material pues se hace. Lo
importante, como pasé 15 días sin mis nenes, yo ya los tenía a ellos”.

En el Ministerio Público comenta que le brindaron un apoyo “amable”. En base a


su experiencia, ella afirma que “saben manejar muy bien la situación y cómo
hablarle a la mujer que está en ese estado”. Comenta que también allí le brindaron
información sobre las etapas del proceso penal y las consecuencias positivas y
negativas sobre la decisión de poner o no una denuncia. Agrega que el acceso a
la institución no fue difícil: “sabía cómo llegar y como mi hermano me acompañó,
entonces creo que fue más fácil por eso”.

La sujeto tuvo que contar repetidas veces su historia de violencia. En su caso esta
situación fue vista desde una perspectiva positiva. Relata que sintió “desahogo,

56
desahogo porque sí había alguien que te estaba escuchando realmente. Si es,
híjole, un desahogo increíble porque sabes que hay alguien que te comprende y
que te entiende en el momento”. Explica que la orientación que le dieron fue
correcta y acertada. “Tuvieron una forma muy sutil para decir las cosas. Lo hacen
sentir a uno bien, apoyado, que uno no está solo… . Porque ponele pues en mi
caso, no sé en el caso de otras mujeres, me decían, pensaba que era yo la que
estaba mal, porque te hacen creer que estás mal, que uno es tal vez loco, que no
le van a creer las cosas que uno está diciendo”.

Comenta nuevamente que al momento de poner la denuncia sentía miedo por las
amenazas de muerte que la pareja le había dado. Este miedo fue superado al
escuchar el testimonio de otras mujeres: “sabes qué me sirvió a mí mucho, haber
escuchado a otras mujeres…cuando estaban contando su testimonio yo decía
„¡Dios mío, estamos casadas con el mismo hombre!‟. Porque es el mismo patrón
de hombre, verdad. Uy no. Y al escuchar a las mujeres que ya lo habían superado
y decir „no me va a pasar‟, verdad. Sí hay leyes, hay medidas y todo para que no
te toquen y que te protegen más a ti y a tus hijos”.

Las medidas de protección que le brindaron fueron las medidas de seguridad en


las cuales la pareja no podía acercarse a ella, ni a sus hijos. Comenta que estas
medidas le brindaron “alivio”. Relata “saber que si algo me sucedía ya sabía la
policía o las autoridades quién había sido. Ese respaldo fue muy importante”. Ella
considera que las medidas de seguridad le brindaron seguridad y permitieron que
se sintiera más fuerte y más segura para continuar con su decisión de llevar a
cabo el proceso penal. Relata que las medidas influyeron “totalmente, porque
sabes que tenés un amparo, verdad, hay un respaldo que te está resguardando”.

Ya en la etapa de declaraciones, la sujeto contaba con el apoyo de un abogado


brindado por la Fundación Sobrevivientes. Él la acompañó a lo largo de todo el
proceso y le brindaba preparación previo a dar declaraciones. Comenta que “en mi
caso, mi esposo me decía: „mire, yo tengo el dinero suficiente y yo voy a comprar

57
abogados y compro todos los jueces que va a tener. Usted pierde, ni se desgaste.
Me va hacer nada más gastar y además usted no tiene el dinero para, los recursos
para, poder defenderse. Igual yo me voy a quedar con los niños porque usted no
tiene ni donde vivir‟ “. Debido a esto, el apoyo que le brindó la fundación con
respecto a la asesoría legal contribuyó a que continuara con el proceso. Refiere
que aparte de la asesoría legal, también contó con asesoría de una psicóloga,
quien la preparaba emocionalmente para declarar, incluso le recomendaba qué
postura tomar y reafirmaba su autoconfianza. “La psicóloga un día antes te
prepara, te dice „mire no se tiene que poner nerviosa‟. Te explica cómo hacer
respiraciones, en la posición que te tenés que sentar,” relata.

La asesoría del abogado fue muy buena, él le brindó explicaciones de cada paso
que debía seguir de una forma más fácil de entender, ya que para ella los términos
legales eran confusos. Comenta que “me explicó todos los pasos, porque son
términos legales que a una persona que no ha estudiado leyes, mucho menos que
vaya a saber de todo el proceso que viene. Hay términos muy, así como,
complicados”.

En cuanto a la etapa de declaraciones, la sujeto la describe como “dura” y


“desgastante”. Explica que “volver como que a recordar esa etapa y volver otra
vez a contar, es desgastante”. Una situación difícil para la sujeto fue la presencia
de la pareja en el juzgado. Comenta que sentía temor al saber que compartían la
misma habitación, por lo que le brindaron un biombo para que pudiera sentirse
más cómoda. “Verlo ahí sí es como que chocante, pero me pusieron un biombo
para no verlo, a pesar de que yo sabía que él estaba escuchando, verdad. El
biombo me ayudó mucho porque como que me podía, me podía desahogar, lo
visual, ellos como que con la mirada te atacan “. Refiere que la presencia de él
influyó de manera positiva para que pudiera hablar sobre lo que había sucedido.
“Me ayudó a desahogarme todo lo que yo sentía. Todo lo reprimido que tenía
adentro en contra de él, o sea, de lo que él mismo sembró”.

58
Finalmente, el caso llegó a sentencia. Ella considera que la condena que le dieron
pudo haber sido mayor, ya que no lo procesaron por violencia física, sino que
únicamente por violencia psicológica. Relata que “pudo haber sido mayor la
condena que él merecía, porque no recibió la sentencia que era. Sólo recibió
psicológica y lo mío había sido físico por tantos años, 12 años imagínate, físico.
Pero no lo logré demostrar porque quité una denuncia que había puesto en contra
de él…Tenía pruebas, tenía fotos de los golpes que me había dado, pero por
haberla quitado…”. La sujeto explica que años atrás había puesto una denuncia
en contra de su pareja por violencia física, debido al círculo de violencia en el cual
vivían; sin embargo, la sujeto se arrepintió y retiró la denuncia. “… por el mismo
círculo de la violencia, él me prometió que ya no lo iba a volver a hacer y todo eso,
bla, bla.. me enamoró y quité la denuncia. Ya no pude hacer nada por haberla
quitado”, relata. Refiriéndose a la decisión que tomaron los jueces, comenta que
se siente “satisfecha porque se estaba haciendo justicia”. Sin embargo, no fue “la
que hubiera querido”.

Con respecto al desarrollo de todo el proceso penal, ella considera que fue un
proceso largo, desgastante y lento. Ella comenta: “es larguísimo, es desgastante
porque igual el sistema es demasiado lento, muy, muy lento…como ahora hay
tantos casos y tantos procesos como que se retarda mucho y es desgastante”.
Antes de llevar a cabo el proceso penal, la sujeto refiere haberse sentido
“reprimida”. Comenta que “pensaba en mis hijos, porque también yo veía el
maltrato que ellos sufrían”, y al mismo tiempo se sentía “impotente”.

En el momento de realizar la entrevista, la sujeto considera que las cosas


cambiaron para mejor a partir de la finalización del proceso penal. Ella refiere
sentirse liberada, “ahora me puedo integrar mejor a la sociedad, mis hijos también,
ya no voy a tener ése, esa mortificación de que está ahí, de que todavía hay algo
pendiente”. Ya que finalizó el proceso penal, la sujeto se siente bien, piensa que
se llevó a cabo la justicia y no venganza. Comenta que “yo quería que las
personas no fueran a creer que era por venganza, sino que es algo que estás

59
pidiendo justicia, que se te está haciendo justicia y que está ayudando para que
otras mujeres no pasen el mismo proceso. Que se animen a romper ese silencio,
verdad”.

La sujeto “B” comenta que su vida cambió a partir de llevar a cabo el proceso
penal. Refiere que ahora es una persona más “extrovertida” y más “segura”.
Comenta que “antes tenía miedo de contar las cosas como eran y ahora, ahora sé
que fue un bien que le hice a mi vida... ahora sé que si yo no estoy bien, mis hijos
jamás iban a poder estar bien”. Ella se siente bien al saber que sus hijos “van a
romper ese patrón que traían”.

Con respecto a las mujeres víctimas de violencia contra la mujer que no


denuncian, la sujeto “B” considera que están cometiendo un gran error. Cree
firmemente que “ellas son las que tienen la última palabra… está en ellas el poder
salir, el tomar la decisión”. La sujeto piensa que las mujeres víctimas de violencia
puede llegar a sentir que merecen el trato que están recibiendo, y que también
muchas mujeres le prestan mucha importancia a las apariencias frente a la
sociedad. Refiere que “uno como que está enfrascado, estás creída de que te
mereces ese maltrato y como que sos tú la culpable de lo que estás viviendo, y no
es así… Lo que tenemos las mujeres es que somos muy sentimentalistas…
pensamos „ay no, qué va hacer de mis hijos, qué voy a hacer‟. O me va a ver la
sociedad como „ay que fracasada, una más que se está divorciando‟ ”.

La manera de pensar de la sujeto con respecto a la violencia contra la mujer ha


cambiado en el sentido en que ahora considera que las mujeres pueden salir
adelante. “La violencia es más que todo, empieza lo psicológico, luego te va a lo
físico y es de ponerle un alto pues. Es de parar, es de parar y ver a otras familias
que si realmente, y pensar que no son todos iguales”.

60
4.3 Caso “C”

La sujeto “C” es una mujer soltera de 37 años de edad. Estudió en la escuela


hasta el grado de 2do. básico. Se dedica a trabajar en el área doméstica y desde
hace algún tiempo vive en albergues. La sujeto es madre de dos hijas y tres hijos,
el mayor de 4 años, el que le sigue tiene 3 años y el menor 7 meses. Ella comenta
que no tiene mayor relación con sus hijas, ya que la mayor está casada y la otra
hija se crió con alguien más, por lo que considera que su familia actual, son sus
tres hijos y ella.

Desde el momento en el que llevó a cabo el juicio en contra de su agresor, la


sujeto se ha visto en la obligación de buscar albergues en donde vivir, ya que no
tiene casa propia y se le dificulta conseguir trabajo, por lo que no tiene ingresos
económicos. Su familia no le ha brindado apoyo y ella vive con temor de que la ex
pareja cumpla con las amenazas de muerte que le ha dicho; por lo tanto, ella se
siente más segura viviendo en un albergue. Sus hijos viven con ella, y en
ocasiones los manda con familiares que viven en el interior del país.

La sujeto “C” comenta que las dificultades que se le han presentado, en primer
lugar, fue la situación de violencia que vivió. Ella fue víctima de violencia física,
psicológica y sexual por parte de su ex pareja, quien la secuestró por cuatro días,
luego de que ella decidió separarse de él, debido a conductas violentas las cuales
ella empezó a notar. Por consiguiente, ella reconoce que sus hijos están pequeños
y ella no puede brindarles lo que necesitan. Comenta que en el albergue le
brindan las necesidades básicas; sin embargo, ella está conciente de que necesita
trabajar para salir adelante. Refiere que “aquí nos ayudan con lo básico, la casa, la
comida, pero hay cositas que se necesitan y no pueden cubrir con eso”.

Antes de poner la denuncia la sujeto comenta que nunca había sido víctima de
ningún tipo de agresión por parte de sus parejas. Cuenta que estuvo casada con
su primera pareja, con quien tuvo a sus primeras hijas; sin embargo, este

61
matrimonio no funcionó debido a diferencias entre ellos, pero nunca por violencia.
Relata que “yo nunca lo había vivido con mi pareja, porque antes… yo ya había
tenido otro hogar. Nos separamos, no por violencia, sino porque no estábamos de
acuerdo… pienso que ya no nos queríamos, entonces nos separamos”. Luego de
terminar esta relación, la sujeto empieza la relación con la pareja la cual se
convirtió en su agresor. Refiere que empezó a notar conductas violentas en él,
“quería presionarme y ordenarme”. Por lo tanto, decide separarse de él e irse de la
casa. “Yo decidí mejor alejarme cuando yo vi eso, que sí había violencia, pero
cuando yo me separé de él no había agresión física”.

La sujeto comenta que ella sí conocía la Ley de Femicidio y Otras Formas de


Violencia Contra la Mujer, ya que se mantenía informada porque siempre pensó
que ella no soportaría el maltrato. Refiere que “yo siempre supe eso, porque yo
soy del pensar de que yo no sé cómo hay mujeres que pueden vivir con un
hombre que las maltratan, que las golpean y aún están ahí”. Relata que su madre
fue una de estas mujeres víctimas que no denuncian y que ella insistió en hacer
algo al respecto para que el agresor fuera a la cárcel; sin embargo, la madre no
quiso. “Yo siempre quise meterle eso a ella de que hay leyes, hay leyes, pero ella
se lo calló”.

Antes de iniciar el proceso penal, la sujeto comenta que sentía mucho miedo, pero
nunca dudó en hacerlo, ya que según ella no podría quedarse de brazos cruzados:
“yo sí no podía callármelo porque yo no soporto que alguien me golpee”. De igual
manera, este miedo la motivó para seguir adelante con el proceso penal, ya que
temía volver a pasar por la misma situación: “si no lo hago, va a ser peor para mí,
si yo no lo meto, en la calle en cualquier momento me lo encuentro. Si yo me
escapé gracias a Dios, y tal vez ya no voy a volver a correr con la misma suerte”.

Debido a esta situación, la sujeto decide presentar la denuncia en contra de su


agresor. Ella toma la decisión porque no quería volver a ser víctima de la violencia
que vivió. Ella comenta que dejó de vivir con su esposo debido a la violencia

62
verbal con la que todo inició, luego de esto la pareja la lleva a la fuerza con él y la
tuvo cuatro días encerrada en un cuarto. Relata que “me lo encontré en la calle y
me llevó a la fuerza a su casa, en contra de mi voluntad, o sea a golpes, a la
fuerza. Allí me tuvo encerrada cuatro días…”

Durante estos cuatro días de encierro, el agresor la violentó física, psicológica y


sexualmente, “abusando de mí, golpeándome, haciéndome lo que se le da la
gana, aguantando hambre y ni tomar agua ni nada”. Comenta que logró escapar
de la casa y estaba convencida de que tenía que buscar ayuda para que
castigaran a su agresor, “yo tenía que hacerlo, yo tenía que buscar ayuda”. Su
mayor motivación fue el miedo a vivir de nuevo esta experiencia aterradora, que
marcó su vida para siempre.

Antes de poner la denuncia formalmente en el Ministerio Público, la sujeto, al


escapar, se encontró con unos policías quienes la ayudaron y le dijeron lo que
debía hacer. La sujeto acudió al hospital, en donde pidió que la evaluara un
médico forense, permaneció allí por cuatro días. Al salir, acude al Ministerio
Público para poner la denuncia. La sujeto relata la historia: “cuando yo logré
escapar me encontré a unos policías, me llamaron una ambulancia. Yo estaba
bien golpeada, abusada, estaba embarazada de él (señalando al bebé), y los
agentes me dijeron de que cuando llegara al hospital pidiera que me evaluara un
médico forense, y que de ahí que iba a llegar al Ministerio Público. Bueno, cuando
llegué al hospital así fue, me evaluó el médico forense, llegó el Ministerio Público y
llegó la trabajadora social del hospital y, la trabajadora social me mandó al
Ministerio Público después de estar cuatro días internada en el hospital.”

Ella comenta que se informó de todo el proceso penal a seguir en el Ministerio


Público. Comenta que fue allí en donde puso la denuncia y fueron las señoritas
quienes le brindaron toda la información que necesitaba, incluso le dieron apoyo
psicológico y la refirieron a un albergue. Refiere que ella estaba informada sobre a
dónde acudir para poner la denuncia, ya que en ocasiones anteriores había puesto

63
varias debido a violencia por parte de su pareja, “cuando empezó eso, la agresión,
yo ya había ido a la policía a poner cinco denuncias”. Relata que la policía nunca
le prestó la atención que ella deseaba, y que incluso “hasta de loca” la trataron.
Comenta que “como ellos, hasta verlo a uno que ya está con sangre… varias
veces me sacaron de la policía, hasta de loca me trataron porque ya eran muchas
las veces que yo había ido a poner la denuncia…”.

La última denuncia que puso, la cual sirvió para llevar el proceso penal, la realizó
inmediatamente al salir del hospital. La sujeto comenta que el Ministerio Público
fue quien la recogió en el hospital para llevarla a poner la denuncia, “en el mismo
carro del Ministerio Público me llevaron porque yo tenía pánico, tenía miedo de
salir del hospital y yo sentía que al subirme a un bus la primera persona que iba a
ver iba a ser él”. Ella comenta que este temor se debía a las amenazas por parte
de la ex pareja: “cuando él me agredió siempre me decía que nunca fuera a decir
nada y que no fuera a la policía porque me iba a matar, entonces yo tenía miedo”.

La sujeto cuenta que al momento de presentar la denuncia sentía miedo y pena.


Esta pena se debía a que la sujeto pensaba en sus hijas mayores y en su familia.
Describe que “yo sentí mucha pena, porque yo ya tengo mis hijas que ya son más
grandes y yo también dije, tengo que hacer esto…también animarlas a ellas para
que sepan de que hay justicia”. Comenta que pensó mucho en sus hijas, y en la
posibilidad de que pasen por esto y tengan el ejemplo de no hacer nada para
detenerlo. Refiere que “algún día, tal vez ni quiera Dios que vayan a sufrir eso,
pero si ellas llegaran a sufrir eso, ellas ya saben lo que tienen que hacer. En
cambio, si yo me lo callo, igual de la misma manera ellas llegarán a sufrirlo, se lo
van a callar”.

Por otro lado, el miedo que sentía no la detuvo. Ella comenta que la psicóloga del
Ministerio Público la apoyó mucho, le dio ánimos y la incitaba a seguir adelante
mostrándole su apoyo. Refiere que “siempre me animaban y me llamaban
constantemente, casi a diario para animarme y decirme que no tuviera miedo,

64
porque me iban a ayudar, y que ellos estaban conmigo, que ya nada me iba a
pasar”. No tuvo que contar su historia repetidas veces, “sólo fue la primera vez
que yo llegué, y sólo fue una vez, pero me preguntaron si yo tenía ganas de hablar
de ello, si no, no. Pero, yo sí tenía ganas de hablar, para desahogarme“.

De igual forma, la sujeto comenta que el Ministerio Público le brindó apoyo una
licenciada y psicóloga. Ellas le brindaron no sólo ayuda profesional, sino también
otro tipo de apoyo. “Ella me ayudó bastante, yo pienso que más que profesional,
humanitariamente me ayudó porque me dio ropa, me dio cosas que yo necesitaba
porque yo no podía ir a mi casa… Yo no quería ir a mi casa y que me viera mi
familia que estaba golpeada y me envió a un albergue mientras a él lo
capturaban”. De igual manera, en el albergue donde podría estar, la sujeto estaría
sola, y comenta que la psicóloga del Ministerio Público consideró que no era lo
más apropiado, por lo que la llevó a su casa. “La psicóloga, ella no quiso que yo
me quedara sola, bueno, que no era bueno para mí estar sola y me llevó a su
casa. Es en contra de las leyes, que no era permitido que la víctima estuviera en
casa de alguien que trabajara ahí en el lugar, pero sí lo quiso hacer así”.

La sujeto considera que el acceso a la institución fue “fácil”, y en cuanto a la


orientación, describe que fue “de buena manera”. Comenta que no tuvo dudas en
ningún momento y que ellos la refirieron al albergue y se preocuparon porque
estuviera bien.

Las medidas de protección que le otorgaron se vencieron hace algún tiempo.


Refiere que debía renovarlas cada seis meses, pero solamente una vez las
obtuvo. Relata que “ya se me venció porque ésa la tengo que renovar cada 6
meses y yo sólo una vez la saqué y como yo me vine para acá, para este otro
albergue, ya no le puse mucha importancia a esto, pero sí yo necesito renovarlas”.
Las medidas de seguridad consisten en prohibirle al agresor el acercamiento a
cierta distancia. Tiene que permanecer lejos tanto del hogar, como del trabajo de
la víctima, esto cuando ella estaba laborando. La sujeto relata que a pesar de

65
tener las medidas de seguridad, tuvo un inconveniente con su bebé y la familia del
agresor. Cuenta que en una ocasión la familia de él le quitó a su hijo menor, “yo
cometí el error de que yo quería de que él conociera a su familia y yo misma lo
llevé con los abuelos para que lo conocieran y de ahí me lo quitaron”. Refiere que
con la ayuda del Ministerio Público, lo pudo recuperar.

La sujeto “C” describe las medidas de seguridad y protección “no son tan seguras”.
Ella considera que a pesar de tener la hoja en donde le prohíben al agresor
acercarse, sabe que la policía tarda mucho en llegar en caso de que fuera
necesario. Ella comenta: “no me siento tan segura con eso, para mí lo seguro es
estar lejos de donde ese hombre esté”. Refiere que las medidas de protección no
la hicieron sentir segura, “yo fui y cumplí con mi papel, que me dieran el papel,
pero para mí no es tan seguro eso”. A pesar de considerar las medidas de
protección como algo que no le garantice su seguridad, la sujeto siempre estuvo
segura de que quería llevar a cabo el juicio, nunca lo dudó. Refiere que “yo
siempre estuve segura de que quería llevar a cabo el proceso, yo sí quería hacer
eso, yo quería que él estuviera allí donde él está. Quería que pagara con cárcel”.

En cuanto a la asesoría legal, ella comenta que tuvo abogado únicamente durante
las audiencias y el juicio. Nadie la acompañó a lo largo de todos los trámites
legales. De igual manera no recibió ninguna preparación previa al dar
declaraciones. El abogado que la asesoró se lo brindó el Ministerio Público. Con
anterioridad le habían recomendado la asesoría de una abogada, sin embargo,
tuvo una mala experiencia por lo que solicitó que le cambiaran de asesoría. Relata
que “ella a mí no me pareció, porque ella empezó a hacerme preguntas que
empezó a hacerme sentir mal… empezó a preguntarme… que si no me parecía
que había tenido muchos hombres y que no sé qué, o sea un montón de cosas
que no iban al caso”. Refiere que la hacía sentir “como si se lo hubiera buscado”.
Por lo tanto, ella decidió quejarse y finalmente le otorgaron solamente el abogado
del Ministerio Público.

66
En la etapa de declaraciones, la sujeto “C” describe que fue “muy fuerte”, ya que
no deseaba ver a su agresor. Ella tuvo que llevar a su hijo recién nacido en brazos
y tuvo que asistir cuando recién había dado a luz a su hijo menor. Relata que “me
tocó que llevarlo en brazos y yo toda adolorida con una cesárea, sólo tenía como
diez días de haber dado a luz, para mí fue muy incómodo, entonces yo ya pedí de
que no lo quería ver”. Refiere que debido a la incomodidad le colocaron un
biombo para evitar el contacto visual. Ella comenta que “a la última audiencia, tal
vez el juez vio las condiciones en las que yo estaba, entonces yo ya no asistí
cuando lo sentenciaron”. Ella cuenta que la presencia de él le provocó miedo, que
a pesar de que estaba conciente de que no le haría nada, de igual forma pensaba
que podría hacerle daño. “Estaban los guardias ahí, pero yo dije, de aquí a que
vengan los guardias él ya me ha vuelto a golpear otra vez y yo no quiero eso”.
Describe la experiencia como “bien feo”.

Finalmente se otorgó la sentencia, la cual fue de 6 años. La sujeto no está


conforme con la sentencia obtenida, ya que considera que el agresor merecía más
años de cárcel. “Yo no estaba conforme, pienso que merecía más años…y me
tuvo encerrada…estaba abusando de mí y golpeándome, y sólo fueron seis años
los que le dieron. Para mí que no fue suficiente”.

En cuanto a la decisión que tomaron los jueces, la sujeto cuenta que a lo largo del
proceso hubo dos jueces debido a que se tuvo que hacer un cambio. El primer
juez lo describe como alguien que sí estaba conciente de la situación y considera
él hubiese dado más años de condena. Refiere: “yo sentí de que el juez que
llevaba el caso primero, que sí, él hubiera actuado eee, hubiera actuado un poco
mejor, viendo mi situación, cómo yo estaba, entonces él sí lo hubiera castigado
como se merecía”.
Por otro lado, el juez “final” lo describe como alguien a quien no le tenía confianza
“desde que yo empecé a hablar con él, yo sentí aquella confianza que él le pusiera
tanto sentimiento a lo que estaba pasando”. Comenta que considera que el juez
no fue justo al no tomar en cuenta las fotografías del médico forense en donde se

67
evidenciaba que había violencia física. Relata que “ni él viendo las fotos del
médico forense, vio como estaba y bueno, le dio igual y la licenciada, la defensora
del hombre ese, buenísima. Ella hasta me dijo que yo pude haberme hecho los
moretones”. Afirma que “no tomó el cuenta los golpes que me había hecho, sino
que él tomó en cuenta lo que estaba diciendo la abogada de él. No lo que me
había pasado, sino lo que decía la abogada”.

Ahora que ya concluyó el proceso penal, la sujeto “C” parece confundida.


Comenta que no está segura de lo que pasará, ya que continúa con miedo a pesar
de que el agresor esté cumpliendo su condena. Relata que “yo no sé…siento que
esto va a seguir, si yo no voy a poder regresar a mi casa. Media vez este hombre
esté vivo, siempre voy a tener ese temor”. A pesar de que el proceso penal duró
siete meses, la sujeto lo describe como “rápido, pero no justo”.

En cuanto a la etapa posterior al proceso penal, la sujeto no logró recuperar su


tranquilidad, ya que al poco tiempo de concluir el proceso sucedió la situación en
donde la familia del agresor le quita al bebé. La sujeto relata que la mamá
apoyaba que la familia se llevara al bebé, ya que según la sujeto “como que si no
lo querían, pero él no tiene la culpa”. Al inicio, ella decidió presentar el bebé a la
familia, luego las tías lo llevaban de paseo, pero un día que ella no estaba
presente, las tías llegaron y se llevaron al bebé con el consentimiento de la madre
de la sujeto. “Yo me fui a estar como una semana, pero todos los días la llamaba a
ella a preguntarle por ellos, „aquí están, están bien‟, pero ella me mintió”. Luego, al
regresar su viaje, la sujeto no encontró al bebé y se preocupó. “Eran como las 7
de la noche, no regresaba, ya me estaba preocupando y „mamá ¿desde qué horas
se lo llevaron?, „desde hace días‟, me dice, „desde que te fuiste‟ “. Finalmente la
sujeto logra recuperar a su hijo; sin embargo, fue una experiencia desagradable.

Antes del proceso penal la sujeto describe haberse sentido con miedo; por otro
lado, comenta que ella antes trabajaba y podía mantener a sus hijos, ahora ya no
lo hace. De igual manera comenta que su vida ha cambiado bastante luego de

68
haber concluido todo. Ella considera que siente como si estuviera huyendo, “yo
siento como que yo estoy huyendo, yo me estoy escondiendo, viviendo aquí. No
me quejo, si, porque es tranquilo aquí, pero no era lo que yo quería para mí”.

Al hablar sobre las mujeres víctimas de violencia que no denuncian, ella describe
que le dan “lástima”. La sujeto considera que estas mujeres callan la violencia
porque piensan que su agresor cambiará, sin embargo, ella está segura de que no
será así. “Ellas tal vez pensarán de que el agresor va a cambiar, y si lo hace una
vez lo va a seguir haciendo”. Afirma que la cantidad de muertes de mujeres, se
debe a que no denuncian a sus parejas quienes las agreden. “Por eso es de que
muchas mujeres han perdido la vida en manos de los padres de sus hijos o de sus
parejas, por eso mismo, por pensar que van a cambiar y no, eso es mentira”.

Su forma de pensar sobre la violencia contra la mujer no ha cambiado. Antes


consideraba que se debía denunciar al agresor, y se mantiene firme con esta idea;
refiere que “sigo pensando igual, de que hay que denunciar siempre”. Termina
comentando que las mujeres que callan la violencia, puede ser por miedo, ya que
los agresores tienden a amenazarlas de distintas formas con el fin de intimidarlas,
“muchas mujeres se lo callan, pero por miedo, porque siempre el que agrede
siempre amenaza”. Relata que su ex pareja le decía que la iba a matar, “me decía
que por mí no iba a ir a la cárcel, que me iba a matar, que me iba a picar y a tirar
no sé donde”. La sujeto considera que su ex pareja sería capaz de quitarle la
vida, es por eso que continúa con temor y con miedo de que llegue el día en que
salga de la cárcel, afirma que “si fue capaz de golpearme como me golpeó cuando
estaba embarazada, yo sé que es capaz de quitarme la vida, yo sé”.
4.4 Caso “D”

La sujeto “D” es una mujer de 40 años de edad, soltera. Estudió en la escuela


hasta 3ro básico y trabaja como recamarera en un hotel. Al momento de realizar la
entrevista, comenta que tiene dos hijas y dos hijos. La primera hija tiene 19 años
de edad, el segundo hijo 17, el tercero 12 y la cuarta 6 años. Ella y sus hijos, viven

69
en casa de su hermana con la familia de ella. La relación con sus hijos la describe
como “ni buena, ni mala”. Refiere que debido a las diferentes edades de los hijos
mayores, cada uno ha pasado por momentos de rebeldía, por lo que en ocasiones
han tenido conflictos, los cuales considera “normales” debido a la adolescencia.

Anteriormente, cuando aún estaba casada, comenta que el esposo le daba “un
trato malo”. La sujeto vivió violencia física y psicológica por parte de su marido.
Comenta que vivió muchos años soportando golpes, machetazos, patadas, así
como violencia verbal, ya que la pareja constantemente reafirmaba que “no servía
para nada”.

Antes de poner la denuncia, la sujeto “D” comenta que nunca pensó que sería
víctima de violencia. “A veces yo no pensaba eso, que a mí me iba a pasar eso,
¿entiende?, yo nunca pensé que me iba a pasar eso”. Relata que no tenía
información sobre qué era lo que debía hacer, “cuando a mí me sucedió eso, pues
yo estaba encerrada como un globo, que no sabía qué hacer, porque no sabía que
había un grupo de personas que lo pudieran ayudar a uno, para poder ver el
problema en el que uno está metido”. La sujeto cuenta que la situación que le
preocupaba era el bienestar de sus hijos. Pensaba que no podría criarlos y darles
de comer, ya que ella no tenía ingresos económicos. “Yo sólo pensaba „si yo me
quedo sola, ¿qué voy a hacer con mis cuatro niños?, ¿qué voy a hacer?, ¿cómo
los voy a mantener?, ¿cómo los voy a criar?‟ ”.

En esta época, la sujeto cuenta que la Ley de Femicidio y Otras Formas de


Violencia Contra la Mujer no se conocía tanto como a la fecha; por lo tanto, ella no
tuvo conocimiento de la ley, sino hasta que estaba ya llevando a cabo el proceso
penal.
La sujeto relata que antes de iniciar el proceso legal, ella dudaba mucho de poner
la denuncia y llevar a juicio a su agresor. Tenía dudas ya que le preocupaba la
familia política, “yo pensaba en su familia, en qué iba a decir la familia, pensaba en
los hermanos, que me los iba echar de enemigos, me entiende”. También

70
consideraba que no podría mantener a sus hijos ella sola. “Hubo un momento en
que decía yo „lo hago o no lo hago, sigo o no sigo‟ ”.

Luego de varios intentos de denunciar a su pareja, la paciente se anima y pone la


denuncia que llevar a juicio el caso. Años atrás, había puesto dos denuncias en
contra de su esposo por violencia física. La primera denuncia la retiró, ya que él la
amenazó de muerte, por lo que ella decidió omitirla. Refiere que “la desistí porque
me amenazó y me dijo que si yo lo metía preso, él al salir de preso, me iba a matar
o saber qué iba a hacer con mi familia”.

La segunda denuncia nunca la quitó, pero según ella refiere, las cosas no
avanzaron, ya que las autoridades no encontraron a la pareja para apresarlo.
Comenta que “él no estaba cuando lo llamaba nunca, entonces no se podía hacer
nada pues”. Debido a esto, la sujeto continúa viviendo con su esposo y luego se
entera que él estaba abusando de su hija que en ese entonces tenía 12 años, y la
deja embarazada. “Fue la noche de un martes que lo atrapé y yo quería decirle a
él lo que le había hecho a mi hija. Porque sinceramente mi hija fue la afectada
porque él abuso de mi niña, siendo su verdadero papá”.

Este acontecimiento provoca que la sujeto reafirme su decisión de denunciar a su


pareja, por lo que ocurren una serie de eventos en los que ella desea golpearlo y
la policía interviene llevándoselos a la comisaría a ambos. “Mi marido llegó y yo de
la furia que tenía lo alcancé en una bicicleta, lo alcancé en una carretera y me le
fui encima. Me le fui encima. Yo ya no iba pensando si me iba golpear o me iba a
pegar él, yo lo único que quería era descargar toda esa furia de lo que él había
hecho con mi hija. Entonces, la gente se amontonó ahí, me hicieron una rueda.
Incluso la gente llamó a la policía y ahí fue cuando a nosotros nos llevaron a la
comisaría”. En ese momento la paciente pone la denuncia, se lleva a cabo un
juicio y lo dejan a él libre esa noche. Al día siguiente, la sujeto asiste al Ministerio
Público para iniciar el proceso penal debido al abuso del padre hacia su hija y los
golpes hacia ella y su familia. Relata que “sí fueron duros los golpes…me dejó la

71
cara morada, el ojo cerrado, la boca reventada y todo”. De igual forma, describe
que su pareja “…nos dio una vida tan mal, porque él nos pegaba. Cuando me
pegaba a mí, le pegaba a mis hijos. Él me macheteaba la espalda, él me ponía el
filo del machete aquí en el cuello, él me agarraba a puño cerrado y de una vez me
dejaba morado, la espalda, las patadas. Todo eso, lo que una familia no quisiera
que pasara, pero hasta mis hijos sufrieron los golpes”. Su mayor motivación parar
presentar la denuncia fue la violencia que vivía, pero principalmente el abuso del
padre hacia su hija. La sujeto refiere: “ver que mi hija, todas las cosas que
pasó…eso fue lo que me motivó a seguir luchando para que me hicieran justicia”.

La sujeto se enteró de cómo tenía que llevar a cabo el proceso penal en el


Ministerio Público. Comenta que fue allí en donde le brindaron la información y la
refirieron a Fundación Sobrevivientes para que les brindaran apoyo. Comenta: “me
dijeron el proceso que íbamos a pasar, verdad, y aparte de eso cuando yo fui a la
Fundación, las señoritas ahí, desde la trabajadora social hasta donde era la
señora pues me dijeron los pasos que íbamos a seguir. Que era un proceso largo,
que íbamos a tener que tener paciencia porque no se iba a resolver de la noche a
la mañana, pero de que se iba a hacer justicia, se iba a hacer”.

La ayuda que recibió en el Ministerio Público, fue el recibirle la denuncia y


brindarle las medidas de seguridad y atención psicológica. Refiere que “en el
Ministerio Público nos atendieron y también nos escuchó una psicóloga también y
ella también la revisó “. La sujeto relata que las señoritas quienes la atendieron y
le brindaron el apoyo, le comentaron que el proceso sería difícil y lento, por lo que
tendrían que ser pacientes. Refiere que eran “buenas” y fueron ellas quienes les
brindaron la información sobre Fundación Sobrevivientes. Afirma que “en el
Ministerio Público las señoritas eran buenas, nos dijeron que si queríamos
nosotras que fuéramos a ese lugar para darnos una orientación de cómo iba a ser
el proceso, porque ahí en el Ministerio Público lo ayudan legalmente, pero tiene
uno que saber y empaparse cómo hacerlo… fue cuando me mandaron aquí a
Fundación Sobrevivientes”. La sujeto comenta que las personas quienes la

72
atendieron fueron amables y respetaban las decisiones que ella estaba dispuesta
a tomar; refiere que “nunca nos trataron mal, nunca nos hicieron hacer una cosa
que no queríamos hacer, nunca nos hicieron decir una cosa que no queríamos
decir”.

La sujeto relata que al momento de presentar la denuncia se sentía liberada, ya


que constantemente vivía con angustia y miedo. Refiere: “me sentí liberada de
toda la carga que yo tenía, porque siempre vivía con una angustia, siempre vivía
con un miedo de que un día de éstos íbamos a parar muertas las dos”. Sin
embargo, tuvieron que contar su historia de violencia repetidas veces. Esta
experiencia la describe como “desgastante porque estar en las mismas, recordar
lo mismo… le daba más tristeza a uno”.

Comenta que el día en que presentó la denuncia sentía miedo de que hubieran
represalias en su contra, ya que anteriormente, su esposo la había amenazado a
ella si llegaba a acusarlo de agresor. “Sentía miedo… porque él siempre me
amenazaba de que siempre me iba a matar, de que un día de éstos me iba a
matar y que iba a vengarse de lo que yo le había hecho”. Relata que este miedo
la hizo dudar, no sólo por el miedo a las represalias, sino también por el miedo de
saber que su pareja se iría a la cárcel. Ella dice: “yo tenía miedo porque él iba a
preso”. Afortunadamente, la sujeto contaba con el apoyo de su hermana, quien le
recordaba el trato que su pareja le daba. Ella le hablaba sobre el sufrimiento que
vivió debido a los malos tratos por parte de su esposo. La hermana decía:
“acordate, no lo podés dejar fuera de eso, acordate de todo el daño que te hizo. Te
trataba mal, te pegaba, te hacía sufrir, te decía un montón de cosas“. La sujeto
relata que su pareja la trató “como si fuera el trapeador de la casa, nunca me trató
como una mujer y una persona querida, siempre me trató de una manera tan
pedante”. Ella insistía en que su hermana la convencía para que continuara con el
proceso, ya que el esposo debía “pagar por lo que hizo”.

73
A lo largo de todo el proceso, a la sujeto y su familia le brindaron medidas de
protección y seguridad. Estas medidas le prohibían al agresor acercarse a la
familia y mucho menos hablarle a cualquier miembro. “Nos podía ver en la calle,
pero no nos podía ni hablar, pero ni la punta de la yema del dedo”. Comenta que
las medidas de seguridad la hicieron sentirse con “mucha fuerza de voluntad”, de
igual forma la hicieron sentirse “que no iba a estar sola”. Las medidas de
seguridad la influyeron en su disposición de seguir el proceso penal, sabiendo
todo lo que conlleva. Ella comenta: “yo estaba dispuesta a todo porque realmente
ya era demasiado que yo había aguantado a esta persona, y ya nunca cambió,
nunca hizo caso”.

Luego de poner la denuncia, viene la etapa de declaraciones. En esta etapa, la


sujeto comenta que siempre tuvo que decir la verdad y así lo hizo. Tuvo asesoría
de un abogado brindado por la Fiscalía de la Mujer. Describe que le brindaron tres
o cuatro abogados en total, sin embargo, fueron dos los que más apoyo le dieron.
“Habían dos abogados, la que era mera, mera abogada y el otro muchacho
también. Total que iban con tres o cuatro”. Ella describe la asesoría de los
abogados como buena, ya que estuvieron pendientes del caso y brindaron el
apoyo necesario. Refiere que “siempre fueron muy atentos con nosotras, nos
llamaba para tal cosa, cualquier cosa que él iba a hacer y teníamos que ir, pues
nos decía que necesitaba que llegáramos a tal hora y ya llegábamos nosotras”.
Incluso en una ocasión el abogado realizó una visita a su domicilio para conocer
las condiciones de vida.

En las diferentes etapas del proceso penal, el agresor tuvo que estar presente en
ocasiones. Esta situación le causó a la sujeto “un poco de miedo”. Comenta que
“uno lo tenía que ver y saber que ahí está, y saber que todo el daño que le ha
hecho. En un momento había odio, en un momento había miedo porque sabía que
él era de armas tomar y que en un momento tal vez él se iba a quedar libre, él se
iba a vengar de mí”. La presencia de él provocó tensión y “nervios” en ella, sin
embargo, ella logró obtener fuerzas internas para declarar. Describe que sentía

74
“…una tensión, así como con nervios, lo pone a uno nervioso en ese momento,
pero ya después dije yo „aquí es el momento de decir la verdad, y aunque él esté
ahí, él no me va a dominar a mí ya…‟ ”.

Finalmente, llegó la sentencia. La sujeto “D” refiere que la sentencia obtenida fue
poca para el daño que él había causado. Comenta que se tenían previstos ciertos
años y luego lo disminuyeron a la mitad. Relata que “para nosotros tal vez fue
poco la sentencia que tuvo porque eran 8 años y se convirtieron en 4 años”.
Refiere que esta decisión la hizo sentir insatisfecha, aunque la reconfortó saber
que se hizo justicia. “Con lo que sí me quedé satisfecha fue que se hizo justicia y
que no se rió de mí, él. Que no fue por gusto todo el esfuerzo de hacer todas esas
cosas y que él quedara libre”. Ella respeta la decisión que tomaron los jueces, ya
que considera que ellos son la autoridad.

Al concluir el proceso penal, la sujeto refiere que se siente liberada de todos los
complejos que desarrolló, debido a la violencia verbal por parte de su pareja.
Describe que se siente “libre de todas las cosas que a uno le asechan”. Ella relata
que su pareja le llenaba la cabeza de frases peyorativas que afectaban su
autoestima. “A uno le llenan la cabeza de decirle que uno es inútil, que uno no
puede hacer nada, que es una basura uno. Lo tratan como pestes y le dicen un
montón de cosas que uno no vale nada”. Luego del proceso penal, ella logró ver
las cosas de diferente manera y comenta que “uno se siente libre al saber que
puede salir adelante como mujer, que puede trabajar por sus hijos y que puede
mantener una casa”.

Por el contrario, antes de llevar a cabo todo el proceso, la sujeto “D” se describe
como una persona “acabada, sin ilusiones, sin deseos de poder superarse. Yo
decía que la vida era normal así como yo la tenía”. De igual forma, describe que
ella como mujer estaba “re mal”, ya que no tenía metas que proponerse. “Con
decirme hasta que yo era una basura, que no servía para nada. Eso es como que
lo mata a uno, pues, psicológicamente” relata.

75
Comenta que “antes, siempre tenía ese trauma de que me iba a pegar, porque yo
tenía ese trauma. No podía ver que iba entrar porque me ponía así con un miedo
profundo, yo era una hamaca de nervios”. Describe que estas situaciones en
donde sentía temor la hacían sentir inferior, refiere que “quiera que no eso lo hace
sentir a uno que es tan pequeñito, que no vale nada para ellos y que ellos pueden
hacer con uno lo que quieran. Incluso agarrarlo del pelo y sonarle a uno pues”.

En cuanto al desarrollo del proceso penal, la sujeto “D” considera que hubo
momentos en los que dudaba de la justicia ya que el tiempo pasaba y no veía
resultados. Refiere que “tal vez había momentos en que uno decía, peor si no va
haber justicia, peor si lo van a dejar suelto, porque ya tanto tiempo que ha
pasado…”

El proceso penal cambió la vida de la sujeto “D”. Comenta que pasó varios meses
viviendo en extrema pobreza, ya que ella no tenía empleo. Su familia le brindó
apoyo, y fueron ellos, junto a Fundación Sobrevivientes, quienes la ayudaron a
salir adelante. Describe que “yo me quedé sola, tal vez algunos meses sufrimos
penurias porque no teníamos para la comida, a veces nos hacía falta para una
cosita. Pero, siempre hay gente que lo ayuda a uno, como mi familia que siempre
me apoyó en ese sentido”. Relata que vivió un tiempo con su familia, sin embargo,
decidió irse ya que estaban iniciando conflictos como críticas hacia ella. Comenta
que sufrió, ya que no sabía lo que haría para salir adelante con sus hijos, por
alguna razón tardó aproximadamente dos años en conseguir empleo, finalmente lo
consiguió. Ella refiere que “llegó un momento en el que decía yo ‟¿qué voy a
hacer? ¿cómo les voy a dar de comer a mis hijos? ¿cómo los voy a mantener?‟…
„Aunque sea de lavar y planchar‟, decía yo „me voy a ir a trabajar‟. Gracias a Dios
no fue así, Diosito me puso un buen trabajo, donde yo pude desenvolverme como
mamá y como mujer”.

76
En cuanto a las mujeres víctimas de violencia que no denuncian, la sujeto
comenta que “quisiera que abrieran los ojos y que se dieran cuenta que vivir en
eso no es bueno. Que vivir en eso es, vivir como cerrarse un ciclo de su vida”. Ella
describe que le gustaría poder hablar con estas mujeres para hacerles ver que
deben terminar con el ciclo de la violencia y convertirse en mujeres independientes
y fuertes. Relata que “darle y estrecharle la mano y decirle „mire, hay muchas
cosas de superación, ahí no se quede porque ahí no es su lugar, vamos sigamos
luchando por lo que queremos y podemos sobrevivir ante una persona que no es
grata‟ “. Comenta que su esposo se convirtió en una persona desagradable para
ella, por lo que ella optó por terminar la relación. Refiere que ”esa persona para mí
ya no era grata, ya no me daba la vida que yo quería, me daba malos tratos y
pude salirme de ahí”.

Ahora, la sujeto considera que la violencia contra la mujer es una situación que no
debería ocurrir en los hogares, “no debería de pasar eso, que no debería de
suceder eso”. Comenta que la violencia no debería ser parte de la dinámica
familiar, ya que existen otras formas de resolver los conflictos, como lo es el
diálogo. Ella describe que ”una familia no es que le estén pegando a uno, que lo
estén tratando mal. Una familia es cuando si hay un problema, pues resolverla
entre los dos. Tratar la manera de llevarse bien, de comprenderse, que ante los
problemas grandes o pequeños uno siempre tiene que existir el diálogo pues. Si
no está bien cómo me peino, si no está bien cómo me visto, pues que me lo diga”.
Reafirma que las mujeres deben de estar conscientes de su independencia, ya
que “uno no es dueño de ellos, ni ellos de uno, ni de sus pensamientos”. La sujeto
dice que está agradecida por haber continuado con su vida y se siente bien al
saber que pudo sacar adelante a su familia, “pude lograr criar a mis hijos que
ahora ya están grandes, y son lo más importante. Pude conseguir un trabajo, y
hoy por hoy sigo trabajando. Espero que Diosito siempre me tenga en sus manos
y no me deje caer”.

77
4. 5 Caso “E”
La sujeto “E” es una mujer soltera de 35 años de edad. Estudió la licenciatura en
Ciencias Sociales y Jurídicas, y al momento de realizar la entrevista, está
cursando una maestría en Derechos Humanos. Es madre de tres hijos varones y
vive con dos de ellos. Uno está secuestrado por su ex pareja. La sujeto está
llevando a cabo un juicio, el cual se encuentra entrampado debido a influencias de
su ex esposo. Relata que “uno de ellos (su hijo) está secuestrado ilegalmente por
su papá desde hace 18 meses y debido a deficiencias de un sistema corrupto y
por los compadrazgos y porque es sobrino del ----------- es que no he podido
caminar dentro del proceso de la denuncia”. La sujeto mantuvo una relación de
violencia con su ex pareja, y está peleando porque se haga justicia. Algunas de las
dificultades que se le han presentado están relacionadas con el proceso penal que
se encuentra entrampado, ella refiere que “me fui al Tribunal de Honor del Colegio
de Abogados, en donde estoy pidiendo la inhabilitación de sus abogados por faltas
a la ética”.

Antes de poner la denuncia, la sujeto “E” comenta que “era un concepto


totalmente ajeno a mi persona”. Relata que en su hogar nunca presenció ningún
tipo de violencia entre sus padres, mucho menos hacia ella. Recuerda que su
padre incluso le mencionó, antes de casarse, “que recordara siempre de que el
trato de mi casa había sido de princesa y que yo no podía permitir un trato que
fuera menos de princesa, sino que princesa o reina, y no se refería al ámbito
económico, se refería al trato que yo siempre recibí”. Debido a su profesión, la
sujeto tenía conocimiento sobre la Ley Contra el Femicidio y Otras Formas de
Violencia Contra la Mujer. Ella tenía toda la información sobre lo que debía hacer y
cómo proceder. La sujeto refiere que considera que “las mujeres y los niños no
son vulnerables, el sistema y la sociedad los han vulnerabilizado y por eso es que
hay que tener una legislación mucho más fuerte para darnos una protección
mucho más fuerte, especialmente en una sociedad como la guatemalteca que es
una sociedad eminentemente machista”.

78
La sujeto comenta que antes, pensaba que denunciar y llevar a cabo un juicio
contra su agresor era “pérdida de tiempo y de dinero”. Refiere que “la justicia aquí
en Guatemala no camina, todavía lo sigo pensando. Dejé de ejercer mi carrera
precisamente por eso, porque me parece que la justicia es una prostituta, está
completamente prostituida porque se vende al mejor postor”. A pesar de su
opinión con relación a la justicia en Guatemala, decide denunciar a su agresor. La
sujeto realizó su primera denuncia en el año 1999. Comenta que para esa época
la situación legal era más tardada que ahora. Para otorgar las medidas de
protección, debía esperar seis semanas para poder tenerlas. Cuando llegó a poner
la denuncia por primera vez, los policías la culpabilizaban preguntando qué había
hecho para que el esposo la lastimara. Posterior a esto, continuó presentando
denuncias y en la actualidad, tiene medidas cautelares y medidas de seguridad.
La sujeto relata que “la primera vez que me pegaron, me asusté, me dio
vergüenza, no me atreví a decirle a nadie y así pasé como seis meses, sin decirle
a nadie, hasta que ya dije yo, me van a matar y fui a solicitar las primeras medidas
de seguridad que fue en el año 99”.

Actualmente, está llevando un juicio más en contra de su agresor. Comenta que


presentó la denuncia ya que “no me quisieron recibir mis medidas de seguridad si
no denunciaba de primero, tenía que denunciar para que me pudieran dar las
medidas de seguridad”. La sujeto tuvo que solicitar las medidas porque “se metía
al colegio de forma abusiva, irrespetuosa y ponía en peligro no sólo a mis hijos
sino al resto de los niños. El colegio fue el que me solicitó las medidas de
seguridad“. Para poner la denuncia, ella se presentó en el Ministerio Público y tuvo
que esperar algún tiempo para ser atendida. Manifiesta su inconformidad al relatar
que “tienen a tres fiscales sólo para eso. Después mira uno al resto de ventanillas,
con el fiscal comiendo, limándose las uñas, hablando por teléfono. Entonces dice
uno, pero por qué no me la recibe él”. De igual manera, describió este proceso
como “desagradable, porque separaron, cuando, cuando se llegan a poner las
denuncias al MP está el área que está „supuestamente‟ sólo para atender niños y
mujeres, para respetar su „intimidad‟ “. Por lo tanto, no logran rapidez, ni agilidad

79
en el proceso. En cuanto a cómo se sintió la sujeto al presentar la denuncia,
refiere haber sentido un poco de miedo “por las represalias” que podían haber por
parte de su agresor. Sin embargo, comenta que esto no influyó en su decisión de
continuar con el proceso penal aunque sí la ha “prevenido de plantear varias
acciones”.

El trató que recibió lo describe como “muy bien”, relata que considera que las
fiscales que están tratando este tipo de casos “están capacitadas y siempre hay
una psicóloga al lado”. A pesar del buen trato, la sujeto comenta que no recibió
“ninguna” ayuda del Ministerio Público; refiere que la ayuda que recibió “la he
buscado por mi parte”. La sujeto comenta que tuvo que contar su historia de
violencia repetidas veces, lo cual la hizo sentir “enojada, frustrada”.

Las medidas de protección recibidas fueron “medidas de seguridad porque las


medidas cautelares me benefician sólo a mí, las medidas de seguridad las tengo
para asegurarme de que el colegio tenga un respaldo legal para prohibirle la
entrada al colegio y que le cause cualquier daño a mis hijos”. Su percepción sobre
las medidas de seguridad es que “Guatemala todavía no tiene la infraestructura
para una movilización inmediata de los policías en momento en que una víctima
llama a pedir auxilio. Porque llegan por lo menos una hora tarde, y una hora a
veces es demasiado tarde para muchas personas”.

En cuanto a la orientación recibida, la sujeto la describe de manera positiva; relata


que “media vez uno pone la denuncia le dicen mire usted va ahí, pide esto, lo otro,
aunque yo soy abogada, entonces yo conozco el proceso”. Con lo referente a la
etapa de declaraciones, la sujeto considera que son “súper engorrosas”, ya que
“también tiene que esperar uno un tiempo horrible”. Ella comenta haber recibido
asesoría por parte de su abogado, quien era su socio. La asesoría la describe
como “excelente”, y fue él quien le brindó preparación antes de presentar sus
declaraciones. Sin embargo, comenta que las preparaciones las recibió “por parte
de mi abogado, de las instituciones del Estado, no”. Con relación a la presencia

80
de su agresor. La sujeto comenta haberse sentido “re mal”, ya que su ex esposo la
agrede verbalmente y los jueces “permiten que le digan a uno de todo…no todas
las personas tienen mi carácter que sí a veces me asusto y me intimido”. Comenta
que la presencia de él influyó de manera que “se pone uno más nervioso, más
sentimental”. De igual forma, relata que “aparte de todo estar oyendo todas las
groserías que le dicen a uno, insultos, ee, oír las mentiras que dicen”. La sujeto
comenta que en su caso, el agresor presentó una psicóloga especialista en
violaciones y abuso sexual. Describe que “presentó un informe y declaró de que a
mí me habían violado y de que eso me había traumado y eso había impedido que
mi mente evolucionara. Entonces, que yo no era una persona capaz, cuando a mí
nunca me han violado”.

Al momento en el que se realizó la entrevista, la sujeto no había llegado a


sentencia. Refiere que es necesario “que se le quiten los candados legales,
porque él está metiendo candados legales, amparos, nulidad, apelación, actividad
procesal defectuosa, todos los recursos que hay, hay un abuso de ellos, para que
no pase nada”. Debido a que su caso no avanza, la sujeto percibe que no ha sido
bueno el desarrollo de todo el proceso penal. Ella afirma que “no se debería
permitir, porque se están violando mis derechos…no hay justicia, es desgaste
económico, físico, psicológico, económico, emocional. Entonces, llega el punto en
el que uno dice „ahh para qué voy a seguir‟ “.

Antes de llevar a cabo el proceso penal, la sujeto comenta haberse sentido mal,
sin embargo después del proceso refiere sentirse “un poco peor”. Esto debido a
que “puse la denuncia, veo que cae gente por femicidio a diestra y siniestra, en
cuestión de días los tienen capturados, sentenciados rapidísimo, aquí ya está el
informe del INACIF, están todas las pruebas, y no pasa nada”. El proceso penal
cambió su vida de manera negativa. Ella comenta que casi no sale de su casa, ya
que le da temor estar en la calle. Relata que: “tengo estrés postraumático, eso no
se cura, sólo lo puede manejar uno. Me dan ataques de ansiedad, ataques de
pánico, no duermo“.

81
En cuanto a las mujeres víctimas de violencia que no denuncian, la sujeto
comenta que las comprende, “les doy la razón, porque para qué, no pasa nada”.
Sin embargo, considera que presentar la denuncia es algo muy importante.
Refiere que “a como están las cosas, aunque no pase nada, por lo menos hay que
ir a denunciar porque en una de ésas el sistema se logra reformar y readecuar
dadas las necesidades actuales y se van a poder evitar varias muerte”. Ella
considera que hasta que todas las mujeres no denuncien las cosas no van a
cambiar. Describe que existen varios motivos por los cuales las mujeres no
denuncian, y en el caso de su estrato social refiere que “gente de mi estrato social
“qué vergüenza”, “cómo vas a ir a denunciar eso, los trapos sucios se lavan en
casa”. Finalmente, afirma que considera que no importa de dónde sean las
mujeres, “todas tenemos que denunciar…si no nos van a matar”.

Finalmente, en relación a cómo ha cambiado su forma de pensar con respecto a la


violencia contra la mujer, la sujeto comenta que “es algo mucho más común de lo
que yo me imaginaba”. Ella considera que esta problemática probablemente sea
más común en los estratos sociales altos, que en los bajos. Refiere que “las
mujeres de niveles más bajos son más arrechas, en cambio las mujeres de
nuestro nivel están más acomodadas a que media vez tengan casa, carro, viajes,
joyas, se quedan callada la boca y aguantan”. La sujeto comenta que una de las
cosas más importantes sobre denunciar es el ejemplo que se le deja a los hijos,
refiere que “al final de la historia ellos van a imitar nuestro ejemplo, no nuestras
palabras ni consejos”. Finalmente afirma que “uno nunca piensa que le va a
pasar, porque empieza con un grito, un insulto y va en escalada, y cada vez es
peor y peor y peor hasta que lo matan a uno”.

4. 6 Caso “F”

La sujeto “F” es una mujer de 23 años de edad. Su estado civil es casada, pero
separada del esposo. Está cursando el último año de la licenciatura en Psicología

82
Clínica. Al momento de realizar la entrevista comenta que tiene una hija de 5 años
de edad. Ella y su hija viven en la casa de sus padres junto con sus dos
hermanos menores que ella. La relación con su familia la describe como “buena”, y
comenta que últimamente con su madre, la relación ha sido más cercana, incluso
“fusionada” de acuerdo a lo que ella dice. Refiere que debido al problema con el
padre de su hija, su madre está muy pendiente de ella y se preocupa por saber en
dónde se encuentra y qué está haciendo. Por otro lado, su padrastro ha sido un
factor importante en este proceso. Él le ha brindado apoyo y confianza para que
recupere la confianza que ha perdido en la imagen masculina. Luego, la relación
con su hermana y hermano la describe como “buena”. Comenta que al regresar a
vivir con ellos, sí hubo algún tipo de conflicto, ya que su hermana menor se sintió
desplazada por su hija. La sujeto comenta “ellos ya eran otra familia, yo ya era otra
familia, entonces como que mi hija y yo venimos a invadir su espacio”. Finalmente,
la relación con el hermano, también menor que ella, la describe como buena, sin
embargo, hubo una ocasión en la que él le reclamaba el no haberle pedido ayuda
con respecto a la violencia que estaba viviendo.

La sujeto “F” mantuvo una relación de 6 años con su esposo. Comenta que él
tenía características obsesivas como mantener en orden de color sus camisas,
que existiera una separación de una pulgada entre las serchas. Cualquier
situación que estuviera en desorden era un detonante para las agresiones
verbales. Ella describe haber vivido violencia verbal, psicológica, económica y
sexual. La sujeto se encargaba de los gastos del hogar; comenta que “absorbía
los gastos, el colegio de mi hija, el médico, el alquiler de la casa y él siempre me
decía que no tenía”. De igual manera, relata que él “siempre me gritaba o me
aventaba los platos… en ocasiones, cuando estaba muy agresivo, me halaba el
pelo o me agarraba fuerte la cara o el brazo”. Y por último, en cuanto a la violencia
sexual, ella describe que no deseaba tener relaciones sexuales porque sentía
“asco”, pero él la obligaba a tenerlas; comenta que “era en contra de mi voluntad”.

83
Antes de poner la denuncia, la sujeto “F” nunca pensó que sería víctima de
violencia contra la mujer. Tenía el concepto de “pobrecitas esas mujeres que
sufren”. Ella comenta que pensaba “a mí nunca me va a pasar eso”. Relata que el
caso de Cristina Siekavizza la dejó impactada, ya que ella nunca buscó ayuda y su
esposo terminó asesinándola. La sujeto considera que el concepto de violencia
contra la mujer era “bastante lejano” para ella debido a que constantemente se
repetía “a no, a mí nunca me va a pasar, nunca me va a pasar… pero así como
dicen, nunca digas nunca”.

Debido a un parentesco con una de las mujeres que impulsó la Ley contra el
Femicidio y Otras Formas de Violencia, la sujeto tenía conocimiento de esta ley.
Ella refiere: “sí la conocía y la verdad es que me pareció muy bien que la hayan
aprobado porque muchas mujeres que ahora ya las pueden ayudar… la ley las
protege totalmente. La sujeto comenta: “la conocía, sin embargo, me daba miedo
avocarme a ella”.

La sujeto “F” relata que antes de iniciar el proceso legal le daba temor denunciarlo
y llevarlo a juicio. “Me daba miedo que él reaccionara de mantera agresiva, no
tanto de que me agrediera físicamente o psicológicamente sino que me quitara a
mi hija”. Comenta que ese miedo “no me dejaba reaccionar”.

Finalmente, las amenazas por parte de su pareja se volvieron más fuertes.


Empezó a amenazarla a ella y sus padres de muerte y le explicaba un plan que
tenía al momento de mandar a matarla y salir libre de culpa. “Me amenazaba de
muerte a mí y a mi hija y a mi familia, diciéndome que el papá de él tenía pistola y
conocía unos sicarios… cuidadito y hacía cualquier movimiento porque me
mandaba a matar a mí o a mis papás”. Él la amenazaba con que tenía todo
planeado para cambiarse de identidad e irse fuera del país, por lo que saldría
limpio de la situación. Por lo tanto, ella optó por hacer algo al respecto, ya que la
situación se estaba poniendo delicada. De igual manera, empezó a notar cambios

84
de conducta de su hija en el colegio: “aruñaba a sus compañeritos… incluso ella
también tuvo que empezar a ir con psicólogo”.

Debido a todas estas amenazas la sujeto se sintió motivada para poner la


denuncia. Comenta que en un principio empezó a ir con un abogado civil para
resolver el problema por esa vía; sin embargo, comenta que “él se puso feo, con
estas amenazas de muerte”, por lo que se avocó a un abogado penal.

Los abogados de la sujeto fueron quienes le informaron sobre todo lo que debía
de hacer para iniciar el proceso penal. “Antes de iniciar el proceso me orientaron
teóricamente, o sea, me pusieron a leer la Ley Contra el Femicidio”. Refiere que
en ese momento se percató bajo qué tipos de violencia caía; considera que “caía
en todas prácticamente, caía en violencia económica, violencia física, violencia
sexual, psicológica, verdad”. De igual manera, los abogados fueron quienes le
brindaron información para saber a dónde acudir para poner la denuncia, ya que
ella no sabía. En un principio, la denuncia la realizó en el Juzgado de Familia, su
abogada la acompañó y fue quien la orientó en todo el proceso.

Para realizar la denuncia la sujeto llegó al juzgado y un fiscal fue quien la


entrevistó. Refiere que ella tuvo que contar el motivo de por qué estaba realizando
la denuncia y comenta que “le dije que llegaba a poner una denuncia en contra de
mi esposo porque sufría violencia psicológica, verbal, física, económica y le fui
explicando un poco de por qué sufría ese tipo de violencia”. Allí la ayuda que le
brindaron fueron las medidas de protección y la acompañaron para recoger toda
su ropa y algunos muebles a su casa para trasladarse a la casa de sus padres.
Ella relata que “el fiscal me mandó una patrulla… fuimos a mi casa, él no
estaba…. Agarré todas mis cosas junto con las de mi hija y todo, yo ya lo tenía
preparado”. Refiere que al finalizar de sacar todas sus cosas “le dejé pegada ahí
en la puerta del cuarto (refiriéndose a las medidas) y yo digo que con eso
entendió, entonces me fui con mis papás y ahí estoy segura”.

85
La ayuda se la ofreció el fiscal y la auxiliar. La sujeto comenta que considera que
el que conocieran a su abogada contribuyó a que todo fuera más directo. La sujeto
describe que “fueron bastante amables”; ella considera que debido a la aprobación
de la ley “se portaron mayormente amables”. Relata que “no tuve que ir a contar
todo mi trayecto de vida, sino los puntos así claves y ya con eso me pusieron las
medidas de protección”. La sujeto no tuvo que contar repetidas veces su historia
de violencia ya que tuvo que escribir un diario a su abogada resumiendo los 6
años de matrimonio.

En cuanto a la orientación, ella la describe como “superficial”. Considera que todo


lo relacionado con las leyes es “frío” y que ella hubiera esperado un trato distinto.
Refiere que “no se preocuparon así como un psicólogo digamos, sino que fue así
como „a si, muy bien, tenga aquí está su medida‟… como algo normal, así
empáticos no se portaron”. La sujeto comenta que en cuanto al tiempo que le tomó
realizar la denuncia no fue “efectivo”, ya que se encontró con bastantes mujeres
que sufren de violencia familiar, entonces le tomó algunas horas que la atendieran.
Relata lo siguiente: “me tomé más tiempo en hacer la cola que en poner la
denuncia”. La atención que le brindaron las instituciones fue buena, sin embargo
“superficial” como se comentó con anterioridad. Ella describe que “no me
atendieron de mala manera, sólo me hubiera gustado que fuera más personal”.

Al momento de realizar la denuncia la sujeto “F” sentía miedo. Comenta que al


percatarse de lo que estaba sucediendo sintió inseguridad y miedo. Refiere que
“verme ya involucrada en esos procesos sí es desgastante… es así como
inseguridad, miedo y no fue una experiencia agradable, pero sí uno tiene que
afrontar las situaciones”. Refiere que en ese momento “abrió los ojos” y cayó en
cuenta lo que estaba viviendo. Ella relata que “nunca me había dado cuenta hasta
ese momento en que comencé a contar mi situación, sí dije, a la gran sí cumplía
con todas”. El miedo que ella sintió la hizo dudar en ocasiones sobre continuar o
no con el proceso, “en varias ocasiones dije que me quería echar para atrás”. Sin
embargo, ella continuó firme con su decisión y comenta que “si uno ya tomó la

86
decisión, a ver para adelante y continuar y yo estaba dispuesta a continuar el
proceso… cualquier decisión que uno toma trae consecuencias, y estaba
dispuesta a afrontarlas”.

Las medidas de protección que le brindaron fueron específicamente para ella y su


familia. “Las amenazas de muerte fueron para mí y mis papás, entonces más que
todo contra nosotros tres, pero a mi hija no, como es su hija, de ella no me
quisieron poner y yo tampoco forcé”. No establecieron medidas de protección para
la hija, pero sí prohibieron que él pudiera llegarla a recoger al colegio. La sujeto
considera que las medidas de protección son muy buenas, ella se sintió contenta
al saber que le brindarían protección. Refiere que se sintió “más segura, más
tranquila”. Comenta que las medidas influyeron de manera que la “fortalecieron
más”.

La abogada con la que contó la sujeto era una abogada privada. Comenta que le
brindó preparación antes de dar su declaración y la asistió a lo largo de los
trámites judiciales. Refiere que la abogada “me acompañó a poner la denuncia”.
Comenta que tuvo dos abogadas, una civil y otra penal. Ambas las describe como
“bien buzas”. Cuando llega la etapa de declaraciones comenta que recibió
preparación por parte de su abogada penal, sin embargo, describe esta etapa
como “desgastante”. No tuvo que ver físicamente a su agresor durante las
diferentes etapas del proceso penal. Comenta que “nunca tuve que verlo, porque
mis abogados arreglaron para que no lo tuviera que ver, me pusieron un biombo,
él estaba allí, pero no lo tuve que ver a los ojos y creo que eso fue un gran alivio”.
Refiere que la presencia de él influyó de manera que se sentía “nerviosa”, sin
embargo, como no lo vio relata que “no tuve que afrontarlo”.

Finalmente, llega la sentencia. La sujeto comenta que se sentía mal debido a que
es el padre de su hija; sin embargo, está conciente de que él lo merecía. Describe
que “me sentía no tanto culpable como mal, porque es el papá de mi hija y que le
digan a mi hija que está en la cárcel, o yo, cómo decírselo a ella”. Refiere que se

87
sintió “feo”, sin embargo “fue por su gusto”. En cuanto a la decisión que tomaron
los jueces, la sujeto “F” considera que se hizo justicia y lo que más le reconforta es
que “ya no me molesta más… ya no siento ese miedo que sentía antes”.

Una vez concluyó el proceso penal, la sujeto considera que fue difícil asimilar todo
lo que sucedió. Relata que “en mi proceso individual... siento que sí me está
costando asimilarlo”. El desarrollo de todo el proceso penal lo describe como
difícil, ya que afectó todas sus áreas, incluso todavía se siente diferente. Comenta
que se le dificultaba concentrarse, prestar atención en sus estudios, disminuyó su
entusiasmo y que incluso la gente lo notaba. La sujeto describe que “me ha
costado concentrarme o dejo las cosas para última hora, en mis estudios… la
gente me dice „mira, te miras cabizbaja‟, porque yo soy una persona alegre y
entusiasta, entonces he cambiado”.

Antes del proceso penal, la sujeto comenta que “con él me sentía muy mal, no era
libre, él me tenía muy amarrada”. Constantemente la pareja la agredía de distintas
maneras, “estar recibiendo todo el tiempo agresiones, es así como muy
desgastante”. Por el contrario, después del proceso penal la sujeto se siente “más
tranquila, en paz”.

Llevar a cabo el proceso penal cambió su vida ya que la hizo reflexionar en cuanto
a que los problemas existen y que en cualquier momento se puede caer en la
violencia familiar. Refiere que “cambió mi vida en que la verdad, es de que no todo
es color de rosa… y que nunca hay que decir nunca porque sí me tocó vivirlo”. Ella
comenta que le gustaría participar en alguna organización para apoyar a mujeres
víctimas de violencia e incluso brindar testimonio para servir como ejemplo para
otras mujeres.

En cuanto a las mujeres víctimas de violencia que no denuncia, la sujeto comenta


que las comprende, ya que es una situación difícil, “a mí me costó 6 años tomar la
decisión, y no es fácil, o sea yo las comprendo 100%”. De igual manera refiere que

88
las mujeres tienden a justificar las agresiones, “uno no se da cuenta… se
acostumbra uno a eso “ay, es parte de” o “me tengo que aguantar, es el papá de
mis hijos”. Ella describe que la situación es complicada y que depende de la
actitud de cada persona el decidirse a romper el ciclo; refiere que “es muy
complicado, tienen que decidirse, pero es la actitud”.

Finalmente, en cuanto a su forma de pensar con respecto a la violencia contra la


mujer, la sujeto considera que es una experiencia desagradable y complicada. Su
forma de pensar ha cambiado en cuanto a que ahora ella reconoce que la
violencia física no es la única que cuenta, sino todos los tipos de violencia son
igual de importantes e igual de penados por la ley. Refiere que en ocasiones “uno
sólo se quiere encasillar en la física… que si a uno le pegan o lo agreden
físicamente, pero no. Relata que “creo que yo por la ignorancia de o los otros tipos
de violencia es que también uno no cae en cuenta... pero sí, existe violencia
sexual, psicológica, económica, verdad y que yo caía mucho más en esas que en
la física, pero son igual de importantes”.

4.7 Caso “G”

La sujeto “G” es una mujer casada de 40 años de edad. Sus estudios llegaron
hasta 6to primaria y se dedica a ser ama de casa. Es madre de dos hijos varones,
el mayor de 28 y el menor de 22. Al momento de realizar la entrevista refiere vivir
junto con el hijo menor. Comenta que la relación entre ellos es distante, ya que
“…no hay tiempo para platicar, (su hijo) se dedica a su universidad y a su
trabajo…”

La sujeto “G” vivió violencia física y psicológica por parte de su pareja. Ha llevado
a cabo tres juicios. Al momento en que se realizó la entrevista, se encuentra en el
cuarto juicio y comenta que anteriormente han absuelto al agresor, por lo que ella
sigue intentando que se haga justicia.

89
Antes de poner la denuncia pensaba que la violencia contra la mujer estaba “…
muy mal”. Refiere que “uno se siente muy deprimido y le duele a uno porque es su
familia… le duele a uno que se comporten de la manera en que se comportan
tratándolo muy mal a uno”. La sujeto tenía conocimiento de la Ley de Femicidio y
Otras Formas de Violencia Contra la Mujer, ya que se informó por medio de la
televisión. Relata que “me enteré por la televisión y por todo lo que anuncian y que
uno debe denunciar el maltrato”.

Antes de denunciar ella consideraba que la justicia no existía, ya que “en muchas
ocasiones uno molesta a la justicia y no, es muy tardada en llegar. No responden”.
A pesar de tener esa percepción, decide presentar la denuncia e iniciar el proceso
penal. La denuncia la presenta debido a que el agresor la amenazaba, entraba a
la fuerza a su casa. Ella relata que “me aburrí de los malos tratos, de las
amenazas de muerte… de la forma violenta que llegaba a la casa... a meterse a la
fuerza y agredirlo a uno verbal, psicológico y con golpes”. Lo que la motivó
principalmente fue el miedo por las amenazas de muerte. Ella deseaba “parar un
poco la violencia”.

Para iniciar el proceso penal, se tuvo que informar buscando ayuda. Ella sabía que
debía presentar la denuncia en el Ministerio Público y allí fue en donde la
brindaron información y la refirieron a la Defensa Pública. Relata que “en el
Ministerio Público me dijeron que tenía que ir a la Defensa Pública a contarles la
situación para que ellos pudieran ayudarme y llevar el proceso”. En el momento
en el que realizó la denuncia cuenta que llegó al MP y preguntó en información, le
dieron un papel para esperar su turno y la atendieron en la ventanilla para tomarle
la declaración. La sujeto refiere que al momento de denunciar se sentía “a la vez
bien y a la vez mal”. Comenta que “uno se siente bien al pedir ayuda, pero a la vez
mal de ver que es demasiado lento y que primero lo matan a uno y después
averiguan”. De igual manera sentía “mucho miedo”. Este miedo la hizo dudar de
continuar o no con el proceso ya que “nunca tuve la ayuda necesaria que es como

90
de una profesional en psicología para que uno pueda seguir adelante y llenarse
uno de fuerza para poder continuar”; sin embargo, continuó.

La sujeto comenta que tuvo que contar su historia de violencia entre “veinte y
veinticinco veces”, lo cual la hacía sentir “mal”, porque repetir la historia “es como
volverlo a vivir”. Comenta que en el Ministerio Público no recibió ningún tipo de
ayuda, “sólo puse mi denuncia y me dijeron que esperara, que eso lo iban a remitir
a la Atención a la Víctima… ellos decidieron mandarme ahí para que yo sacara
medidas de seguridad”.

En cuanto al acceso a la institución, refiere que le fue “fácil llegar y platicar”. Sin
embargo, el trato que le dieron lo describe como bueno y malo a la vez. Relata
que tuvo una mala experiencia con una de las licenciadas que la atendieron.
Comenta que “ella sí me trató mal y me dijo que no estaban por dar abogados
porque ellas tenían que cuidar el presupuesto de la institución”. Sin embargo,
solamente fue ella quien no la trató como la sujeto hubiera querido. Refiere que
“las demás licenciadas muy buenas personas, me aconsejaron, estuvieron
conmigo”. Uno de las licenciadas “se portó finamente conmigo, muy buena
persona… le ayuda a uno psicológicamente, moralmente”. La orientación recibida,
la describe como “no muy buena”, ya que “no me dieron una orientación o una
ayuda psicológica como la que uno de víctima necesita”.

A lo largo del proceso, le brindaron a la sujeto medidas de seguridad. Ella


considera que las medidas “no sirven para nada, porque es un simple papel que
nadie le pone atención”. Ella relata que considera que “los dan a diestra y siniestra
sin averiguar en realidad quién es la víctima para que se los otorguen únicamente
a la persona que está siendo agredida”. Al recibir las medidas la sujeto refiere
haberse sentido “no muy segura” y afirma que “no ayudan en nada”. Ella
considera que las medidas no influyeron en continuar con el proceso y no
“ayudaron de ninguna manera en que yo me sintiera más protegida”. Lo que sí
influyó en continuarlo fueron los golpes. Relata que “me dio unos golpes en la

91
pierna, me agredió demasiado, entonces no tuve más remedio que extenderme las
medidas de seguridad”.

En cuanto a la etapa de declaraciones, la sujeto comenta no haber recibido


ninguna preparación antes de declarar. Sí tuvo asistencia de un abogado de la
Defensa Pública durante los trámites judiciales. La asesoría de los abogados la
describe como “mala” debido a que “uno platica con uno y resulta llegando a la
audiencia otro abogado que nada que ver”. Comenta que en su caso, el abogado
que llegó “no está enterado de lo que está sucediendo, y a quien usted le contó su
caso como 10 veces es el que menos llega”.

La etapa de declaraciones la describe como el momento en el que se debe decir la


verdad y ser honesto. Dice que “uno declara lo que es, la verdad, y cuando uno
declara la verdad yo creo que es cuando menos interés le ponen”. En esta etapa
le tocó coincidir con su agresor. Refiere que la presencia de él la hizo sentir “muy
mal, como intimidada... con miedo… con ganas ya de ni hablar”. El biombo se lo
colocaron “hasta después”. La sujeto “G” sintió que la presencia de él influyó de
manera que “cuando uno mira a una persona que es agresiva, y que no oye
razones ni nada, no se puede sentir uno nada bien viéndola”.

Como se menciona anteriormente, en este caso la sujeto ha llevado tres juicios, en


los cuales el agresor ha quedado absuelto. Al momento de realizar la entrevista,
se estaba llevando a cabo el cuarto proceso, por lo que el agresor estaba
detenido; sin embargo, ya ha vivido tres sentencias absueltas por lo que ella
comenta que las sentencias recibidas han sido “malísimas”.

Considera esto porque “presentamos todas la pruebas, todas las evidencias, que
él me pegó… lo detuvieron a él, llegaron a declarar los oficiales de lo que vieron y
el juez dijo que todo era mentira y lo dio absuelto”. Comenta que había evidencias,
incluso de un médico forense; sin embargo, no se dio la sentencia que ella hubiera
deseado. Ella refiere sentirse “re mal” con la decisión que tomaron los jueces,

92
describe sentirse “desamparada, decepcionada, desmoralizada”, dice que “hasta
ganas de quitarse uno la vida para que el agresor no tenga la sonrisa en la cara
que ellos le quitan la vida a uno”.

Ella considera que al concluir los procesos penales las cosas no iban a cambiar,
debido a la sentencia obtenida. “… pienso que si a él le dan salida, o si él llega a
salir absuelto de todo esto como que los jueces y la misma autoridad le dan esa
fuerza a él para seguir con esas ganas de molestar y hacer daño”.

En cuanto al desarrollo de todo el proceso penal, relata que “ahorita por él estar
detenido lo apresuran un poquito más, pero cuando ellos no están detenidos... le
dan la audiencia a uno dentro de 6, 7, 8, 9 ó 10 meses… imagínese usted lo que
le puede pasar a uno”.

La sujeto refiere que antes del proceso penal se sentía “mal, insegura” y que
después del proceso penal continúa sintiéndose de la misma manera. Comenta
sentirse “bastante mal, pero pidiéndole a Dios de no volverlo a ver, que no llegue a
la casa insultándome”. Refiere que “tengo mucho miedo de salir a la calle porque
él apedrea, de repente me da una pedrada mal puesta en la cabeza y me va a
dejar más mal”. El llevar a cabo el proceso penal cambió su vida de manera
negativa ya que refiere sentir “más angustia”, ya que considera que la justicia no
existe. Comenta que “ya me di cuenta en el trayecto de todos estos años que la
justicia no existe”.

Luego de vivir lo que le ha tocado vivir, la sujeto comprende la razón por la cual
las mujeres víctimas de violencia no denuncian. Ella considera que “se dan cuenta
que la justicia es demasiado lenta, y que mientras ellas lo hacen, ellos se dan
cuenta entonces con más ganas lo llegan a golpear o hasta matar”. La sujeto
afirma que ésa es la razón por la cual hay tantas muertes de mujeres en el país.
Relata que “uno no encuentra consuelo con la ley… uno denuncia a tiempo
esperando recibir una respuesta… pasan 6, 7, 8, 9, 1 año y nada, no responden”.

93
Finalmente, en cuanto a su forma de pensar con respecto a la violencia contra la
mujer, la sujeto refiere que ha cambiado, ya que comprende las razones por las
cuales las mujeres no llevan a cabo procesos penales. Describe que “me he dado
cuenta que las mujeres que denuncian lo hacen con mucho miedo y muchas
veces tienen la suerte de que les pongan atención”. Termina afirmando que “de
todas maneras ellos tienen más fuerza que uno de mujer y lo dominan y le pegan
y le dan maltrato a uno y cómo saben que no hay ley, entonces se quedan
tranquilos”.

4.8 Caso “H”

La sujeto “H” es una mujer soltera de 33 años de edad. Posee el título de


licenciatura en Psicología Clínica y trabaja como dependiente de farmacia. Al
momento de realizar la entrevista comenta que vive con su hermana. Su familia la
integran su hija, de 4 años, y ella. La relación entre ella y su hija la describe como
“distante”. Relata que “ella no vive conmigo, entonces la miro a veces y
últimamente se ha estado orinando en la cama cuando duerme conmigo”.

La mayor dificultad a la que se ha enfrentado fue el problema de violencia que


tuvo con su novio. Refiere que “desde que tuve el problema con mi novio, las
cosas se complicaron porque él no es el papá de mi hija, entonces me tuve que ir
de mi casa, y ahora que me peleé con mi amiga tuve que buscar en donde vivir”.
La sujeto “H” fue víctima de violencia física, verbal, psicológica y sexual. Comenta
que antes de poner la denuncia pensaba que nunca le tocaría vivir violencia
familiar. Refiere que “pensaba que nunca me iba a pasar a mí”.

Antes de poner la denuncia ella tenía conocimiento de la Ley de Femicidio y Otras


Formas de Violencia Contra la Mujer. Se informó por medio de sus amigas. Antes
de denunciar y llevar a juicio a su agresor, ella pensaba que merecía ser
castigado. Comenta que “para mí, que Dios me perdone, pero se merecía la pena
de muerte, porque no tenía por qué hacerle daño a una mujer”.

94
La sujeto decide presentar la denuncia debido a que el agresor la acosaba
constantemente. Relata que “era demasiado el acoso en mi casa mañana, tarde,
noche, trabajo, iglesia, donde yo me movilizaba él siempre me buscaba”. Lo que
principalmente la motivó para iniciar el proceso penal, fue una situación en la que
el agresor traspasó los límites. Refiere que “cuando yo llegaba a mi casa, en mi
casa hay una ventana y él abría la ventana y no respetaba mi intimidad… él abría,
él hacía, él tocaba, él gritaba, él pateaba, entonces puse un hasta aquí cuando me
golpeó mi pie”. De igual manera, el historial de violencia venía desde meses
antes. Comenta que la golpeó dos veces consecutivas: “la primera vez que me
pegó fue de julio a agosto y la segunda fue de septiembre a octubre, si llego a
diciembre me mata”. Ella considera que si no hubiera roto el silencio “no estaría
aquí”.

La sujeto decide poner la denuncia y lo primero que hace es llamar a la Policía


Nacional Civil. Ellos le dan el número del 1551 y llama a la operadora para contar
lo que estaba sucediendo: “ella me dijo que podía ir al Organismo Judicial, yo le
dije que tenía miedo, entonces me dijo que me fuera para el Ministerio Público”.
Por lo tanto, un día lunes, ella asiste a la institución y la atienden en la Oficina de
Atención a la Víctima, de ahí la refieren al INACIF para realizar los exámenes
forenses. La información acerca de la denuncia y del proceso penal la recibió en el
Ministerio Público: “me informaron en el MP a donde fuera, ellas me tomaron todo,
declaraciones, me dieron toda la información”.

Ella cuenta que al momento de poner la denuncia fue difícil, “me costó porque fue
una y mil veces con la excusa de que… me podían matar”. Al presentarla refiere
haber sentido miedo; sin embargo, tenía le fuerza para hacerlo. Relata que “tuve
miedo, pero a la vez dije que era momento de poner un hasta aquí, a eso de que
me estuviera como que minimizando... martirizando… frustrando”. La sujeto “H”
refiere que el miedo que sentía era “demasiado”. El miedo influyó en su decisión
de continuar el proceso penal debido a llamadas de sus abogados, intimidaciones
por parte de la familia del agresor, sin embargo, contaba con el apoyo de sus

95
amigos, quienes la animaban a seguir adelante. Ella cuenta que “siempre están
los amigos, que sabían que no me tenía que rendir porque yo no quiero que mi
hija pase por lo mismo, tengo que alzar la voz… lo importante es romper el
silencio, rompí mi silencio”. La sujeto comenta que tuvo que contar su historio de
violencia un “sin fin” de veces. Al contarla inicialmente se sentía “mal”, pero luego
comenta que lo tomó de manera positiva y “después como que eso me ayudaba a
ir liberando eso, a ir sacando eso que me estaba asustando”. Ella considera que al
ser víctima de violencia, el agresor llega a “mutilar” a la persona. Describe que “me
llegó a mutilar… cuando una persona sufre de eso se mutila, le mutilan dignidad,
le mutilan todo, le mutilan su autoestima y había quedado así… después lo
empecé a tomar más serenamente, no soy la única que lo ha vivido, gracias a Dios
que estoy viva, viéndolo positivo”.

La ayuda que recibió en las instituciones fue psicológica. Comenta que la enviaron
a “Alas de Mariposa” y fue en el Ministerio Público en donde la refirieron al
Juzgado de Femicidio. La ayuda fue recibida por parte del Ministerio Público y del
Juzgado de Femicidio. Ella comenta que la manera en que le ofrecieron la ayuda
fue “amable”. Relata que “fueron amables, todas las licenciadas en sí, pero hubo
una que si digo yo se entregó a lo que hace, con ella sentí el apoyo”.

El acceso a la institución en donde presentó la denuncia la describe como “bien”.


En cuanto a la orientación que le dieron, comenta no haber encontrado el apoyo
que esperaba en el Ministerio Público. Relata que “no encontraba así como que
mayor apoyo que digamos. Ahí solamente te miraban y te decían „ay si, ya va a
pasar…‟ “. Por otro lado, en el Juzgado de Femicidio relata que las licenciadas le
dieron más apoyo y la hacían ver que se iba a solucionar. La sujeto describe que
en el Ministerio Público sucedió que un hombre tomó su declaración por lo que
considera “les falta mucho prestarle más atención a uno de mujer, máxime si el
que está tomando la denuncia es hombre… demasiado difícil que le preste así
como que la atención”. La sujeto comenta que la atención que le dieron en el
Ministerio Público fue “pesado”, relata que en el Juzgado de Paz, la jueza se puso

96
del lado del agresor, describe que “yo pensaba no es justo porque ella es mujer y
yo mujer, entonces la jueza… fue la que le dio conmutable y fue como él pudo
obtener su libertad”.

Las medidas de protección que la sujeto “H” recibió fueron medidas de seguridad,
el agresor no podía acercarse a ella. Comenta que se cambió de casa y cambió su
número telefónico. Ella considera que las medidas de seguridad funcionan: “sí
funcionan, aunque en mi caso ni aunque hubieran las medidas él dejó de
acercarse”. De igual manera, comenta que las medidas deberían de “extenderlas
por más tiempo, tenerlas uno eternas porque ellos se confían que como son por 6
meses”. Al saber que le brindarían protección, la sujeto describe haberse sentido
“más tranquila, pero insegura, porque cuando llamaba a la policía tardaban un sin
fin en llegar a la casa”. Sin embargo, relata que en una ocasión, gracias a las
medidas de seguridad, el agresor fue llevado a la cárcel, “funcionó la medida
porque en la comisaría, yo presenté la hoja y el comisario me dijo que qué quería
yo… ahí fue donde le dije: la cárcel. Yo quería que él pagara lo que me había
hecho”. Comenta que las medidas influyeron en su decisión de continuar el
proceso de manera que le dieron mayor seguridad, “al menos si él se me acerca
tengo la hoja”.

En cuanto a la etapa de declaraciones, la sujeto la describe como “buena”. Ella


comenta que “son buenas porque te ayudan como que a darte más cuenta para
seguir adelante y aparte de eso te ayuda a darte más fuerzas para que esa
persona pague por lo que hizo”. La sujeto no recibió ningún tipo de preparación
antes de hablar. No contó con asistencia del abogado durante los trámites
judiciales, sino hasta el juicio. El abogado fue de parte del Instituto de la Defensa
Pública Penal. La sujeto describe la actitud de la abogada como “déspota”. Relata
que “al principio se portó así como „tanto tienes, tanto vales‟… cuando supo que
era licenciada en psicología… así como que „a bueno, estamos al mismo nivel‟ ”…
de ahí cambió un poco su actitud”.

97
La presencia del agresor durante las diferentes etapas del proceso penal la hizo
sentir culpable. Relata que “me sentía culpable porque decía, cómo yo si lo amo lo
puede ver ahí… cómo fui capaz… pero de ahí reaccionaba en ese momento”. Ella
comenta que siempre solicitaba el biombo porque “no quería verlo”. La presencia
de él influyó en el caso, pero más que todo la actitud del abogado, refiere que
“influyó bastante su abogado, para confundir a los abogados, incluso a la jueza”.

Finalmente, llega la sentencia. Al agresor lo sentenciaron a 5 años de prisión


conmutables, lo que significa que pudo pagar dinero en lugar de ir a la cárcel. Ella
refiere sentirse “mal, porque sólo le dieron 5 años de prisión conmutable, y el
cuate anda libre… como que no hizo nada”. Con respecto a la decisión que
tomaron los jueces, relata nuevamente sentirse mal debido a que considera que
“cómo es posible que tenés que estar golpeado para que de verdad lo sentencien
a más”. Agrega que “le dieron tan pocos años porque sólo era por violencia
psicológica”.

El desarrollo de todo el proceso penal, le dejó una perspectiva a la sujeto de que


“se vende mucho por dinero”. Al concluir el proceso penal, ella considera que fue
algo positivo, sin embargo, piensa que “tiene mucho resentimiento y va a buscar la
manera de vengarse”. Lo que la reconforta, es saber que está establecido en
Tribunales, que si algo le llegara ocurrir a ella, él es el culpable. Antes del proceso
penal la sujeto describe haberse sentido “peor” y ahora se siente “unos días bien y
otros días no tan bien… todavía vienen recuerdos a mi mente”.

La sujeto “H” relata que el proceso penal cambió su vida. Comenta que le enseñó
a valorarse a sí misma. Refiere: “me enseñó que tengo un valor, a que tengo
dignidad, a que no tengo por qué dejar que nadie me maltrate… a sentirme segura
de que cualquiera me agreda… y están los tribunales”. En cuanto a las mujeres
víctimas de violencia que no denuncian, considera que son “pobrecitas”. Relata
que “me gustaría llegar a ellas y decirles, „mire, rompa el silencio… nosotras nos
vamos más por el corazón… a mí me pasó por eso‟“. Ella agrega a su discurso la

98
descripción del círculo de la violencia, “te pego hoy, mañana te pido perdón con
rosas, me perdonas hoy, mañana te vuelvo a pegar. Me perdonas hoy, mañana te
digo que sos una tonta, mañana me perdonás. Te pateo hoy y mañana me vuelves
a perdonar, te violo hoy y mañana no pasó nada”. La sujeto piensa que muchas
mujeres no denuncian por sus hijos, sin embargo, afirma que “ellas mismas
pueden salir adelante”.

Finalmente, su forma de pensar con respecto a la violencia familiar ha cambiado


de manera que ahora sabe que “no podría vivir con alguien que me pegue
nuevamente… nadie tiene derecho… a venir y pegarme. Para eso existe un
diálogo, si lo dos caracteres no se llevan, aunque hayan hijos de por medio, es
mejor separarse”.

99
Esquema no. 1: Percepción de la violencia contra la mujer.

Tipo de información sobre violencia


contra la mujer y proceso legal

Percepción de la violencia contra la mujer

Sabía lo que estaba No sabía lo que estaba Nunca pensó que le


sucediendo sucediendo pasaría

c.C:"Yo nunca lo había c.A: "Nunca pasó por mi cabeza c.D: "Cuando a mí me sucedió eso,
vivido...decidí alejarme cuando que existía violencia pues yo estaba encerrada como en un
yo vi eso, que sí había intrafamiliar, el día que la globo... yo no pensaba en eso, que a
violencia". empecé a vivir no sabía que mí me iba a pasar eso".
c.G: “Pues que estaba muy tenía un nombre". c.F: “Yo siempre pensaba „a mí nunca
mal porque uno se siente muy c.B: "No sabía lo que estaba me va a pasar eso‟, y me pasó”.
deprimido y le duele a uno pasando". c.H: “Pensaba que nunca me iba a
porque es su familia”. c.E:"Para mí la verdad, era un pasar a mí”.
concepto totalmente ajeno a mi
persona... la primera vez que me
pegaron, me asusté, me dio
vergüenza, no me atreví a
decirle a nadie".

100
Esquema No. 2: Conocimiento de la Ley Contra de Femicidio y Otras Formas de Violencia Contra la Mujer.

Tipo de información sobre violencia contra la mujer


y proceso legal

Conocimiento de la Ley de Femicidio y Otras


Formas de Violencia Contra la Mujer

No conocía Sí conocía
Cómo se informaron

c.B: “… me enteré cuando


hablé con Doña NC”.
c.D: “… yo no me enteré
c.B c.A
sino que simplemente actué”.
c.D c.A: “… me enteré de la ley c.C
hasta que iniciamos un c.E
debate”. c.F
c.C: ”Yo siempre supe eso,”. c.G
c.E: “Como soy abogada”. c.H
c.F: La conoció debido a
parentescos con personas
que impulsaron la ley.
c.G: “Me enteré por
televisión”.
c.H: “Por medio de amigas”.

101
Esquema No. 3: Información sobre el proceso penal.

Tipo de información sobre violencia contra la mujer


y proceso legal

Conocimiento del proceso penal

Por medio del Ministerio Por medio de Fundación Por sus propios
Público Sobrevivientes medios

c.C c.B: “Me presenté a la c.A: “Una de las cosas


c.D Fundación, me pasaron que empecé a hacer
c.H primero con la psicóloga, ya fue preguntar”.
hablé yo con una c.E: Se informó sobre
c.G
licenciada… Me explicaron el proceso legal debido
todo lo que tenía que hacer a su profesión de
y cómo iba a ser todo”. abogada.
c.D: “Cuando fui a la c.F: Por medio de sus
Fundación… me dijeron los abogados privados.
pasos que íbamos a
seguir”.

102
Esquema no.4: Cambio en la percepción de violencia contra la mujer.

Tipo de información sobre violencia contra la


mujer y proceso legal

Cambio en la percepción de violencia


contra la mujer

Ha cambiado No ha cambiado

c.A:”Ha cambiado en ver muchas oportunidades que antes


c.C: “Sigo pensando igual, de que hay
no las tenía…me siento alegre sana mentalmente“.
c.B:”En que se puede salir adelante”. que denunciar siempre”.
c.D: “No debería pasar eso, una familia no es que le estén
pegando”.
c.E:”Creo que es algo mucho más común de lo que yo me
imaginaba… no es algo que se da sólo a un nivel bajo, es
más, creo que se da mucho más a nuestros niveles”.
c.F: “Hay diferentes tipos de violencia y a veces uno quiere
encasillar en la física… hay muchas más”.
c.G: “Ha cambiado porque me he dado cuenta que las
mujeres que denuncian lo hacen con mucho miedo”.
c.H: “A que no podría vivir con alguien que me pegue
Esquema no.a 5:que
nuevamente, Conocimiento
nadie tienede derecho…
la institución
a en donde
venir y presentar la denuncia.
pegarme”.

103
Esquema no. 5: Conocimiento de la institución en donde presentar la denuncia.

Acceso al Ministerio Público u otras dependencias del Estado

Conocimiento de la institución en dónde presentar la denuncia

Conocía a dónde acudir No conocía a dónde acudir

c.A: “La primera fue en Villa


Nueva”.
c.B: “En el Ministerio Público” (de
Gerona).
c.C: “La trabajadora social me
mando al Ministerio Público
c.A
c.C después de 4 días de estar c.B
c.D internada”. c.F
c.E c.D: “Cuando llegamos al
c.G Ministerio Público de Gerona a mí
c.H me tomaron las declaraciones”.
c.E: “En el Ministerio Público”.
c.F: “En el Juzgado de Familia”.
c.G: “… al MP”.
c.H: “… Ministerio Público”.

Instituciones en dónde presentaron la denuncia

104
Esquema no. 6: Percepción de la ayuda recibida por parte de la institución en donde presentó la denuncia.

Acceso al Ministerio Público u otras dependencias del Estado

Percepción de la ayuda recibida


Tipo de ayuda recibida Personas que
brindaron ayuda

c.B: “Ahí en el Ministerio Público,


las que me atendieron”.
Ninguna Apoyo Tomar Seguridad c.C: “Me atendió una licenciada y
psicológico y denuncia psicóloga”.
material c.D:”En el Ministerio Público las
c.B:“Me dieron señoritas”.
c.D:“Me recibieron las medidas de c.F: “La fiscal y la señorita que
c.A la denuncia… a él es como la auxiliar”.
seguridad…”.
c.E le dijeron que se c.F:Le brindaron c.H: “Del Juzgado de Femicidio y
c.G tenía que ir de la del Ministerio Público”.
las medidas de
casa”. seguridad y
acompañamiento
para salir de su
casa. Manera en la que
c.C:”Me ayudó porque me ofrecieron la ayuda
dio ropa, me dio cosas que
yo necesitaba…me envió a
un albergue.”
c.H: “Psicológica, me c.B: “Fueron muy amables… sí saben manejar la
mandaron a Alas de situación”.
Mariposa me refirieron para c.C: “…de buena manera”.
lo que es el Juzgado de c.D:”Fueron amables, nunca nos trataron mal”.
Femicidio”. c.F: “Fueron bastante amables”.
c.H: “Fueron amables… hubo una que si digo yo
se entregó a lo que hace, con ella sí sentí el
apoyo”.

105
Esquema no. 7: Percepción de la orientación recibida en el Ministerio Público u otras dependencias del Estado.

Acceso al Ministerio Público u otras


dependencias del Estado

Percepción de la orientación recibida

Positiva Negativa

c.A: “Durante el 94 al 2007-


c.B:” Muy acertada, muy 2008 muy mala. No encontré
correcta”. apoyo, no encontré ayuda”.
c.C: “Me orientaron de buena c.F: “Siento que fue como un
manera, no tuve dudas de poco superficial… es un poco
frío… no se preocuparon así
nada”. como un psicólogo digamos”.
c.D:”Yo siento que para mí fue c.G: “… no fue muy buena,
todo fácil, porque me porque no me dieron una
orientaron bien”. orientación o una ayuda
c.E:”Bien, ahí si bien, ya media psicológica…”.
vez uno pone la denuncia le c.H: “En el Ministerio Público
yo no encontraba así como
dicen miren usted v ahí…”. que mayor apoyo…”

106
Esquema no. 8: Percepción sobre el acceso a la institución en donde realizó la denuncia.

Acceso al Ministerio Público u otras


dependencias del Estado

Percepción sobre el acceso a la institución en


donde realizó la denuncia

Fácil Difícil

c.B c.A: “Si no hubiera llevado el


c.C nombre de la defensa pública, si
c.D no hubiera llevado el nombre de
c.G Fundación Sobrevivientes… mi
c.H proceso aún estuviera ah”.
c.F: “…como hay bastantes
mujeres… sí había un poquito de
cola, entonces sí me tardé un
poquito”.

107
Esquema no. 9: Motivo de presentar la denuncia.

Revictimización

Razón por la cual presentó la denuncia

Hijos Seguridad Amenazas Violencia

c.A: “Las primeras fueron siempre por


c.B:”Él me sacó de la c.E: “La presenté golpes… después de la física empezó
casa y ya no me dejó porque no me la psicológica, después la económica.
c.F: “Las amenazas por La última…fue la más dura, la sexual
entrar, no me dejó ver a quisieron recibir mis parte de mi esposo eran fue la más cruel. Él abusaba de mí con
los nenes”. medidas de seguridad bastante fuertes… me lo que encontrara”.
c.D: “Él se aprovechó de si no denunciaba amenazaba a mí y a mi c.C:”Yo ya no vivía con él. Me lo
ella (su hija), apenas primero, tenía que hija, y a mi familia”. encontré en la calle y me llevó a la
tenía 12 añitos…” denunciar para que me c.G: “Me aburrí… de las fuerza…allí me tuvo encerrada cuatro
pudieran dar las amenazas de muerte días, abusando de mi, golpeándome,
medidas de que me hacía” haciéndome lo que se le daba la gana”.
seguridad”. c.G: “Me aburrí de los malos tratos…”
c.H: “Era demasiado el acoso en mi
casa, mañana, tarde, noche, trabajo,
iglesia, donde yo me movilizaba él
siempre me buscaba”.
c.D: “Aparte de que nos dio una
vida tan mal porque él nos pegaba.
Él me macheteaba la espalda, él
me ponía el filo del machete aquí en
el cuello…”

108
Esquema no. 10: Percepción de la revictimización.

Revictimización

Repetición del relato de la historia


de violencia más de una vez

Sí lo repitió No lo repitió

c.A: “Me sentía muy mal


porque sentía que volvía a c.C: “No, sólo fue la
c.A: “Muchísimas vivir eso”. primera vez que yo
veces”. c.B:“Desahogo porque sí llegué”.
c.B: “Uy, sí”. había alguien que te estaba c.F: “Sólo una vez”.
c.D: “Sí”. escuchando.
c.D:“Desgastante porque
c.E: “Sí, me ha Cómo se sintió estar en las mismas,
tocado contarla recordar lo mismo”.
repetidas veces”. c.E:”Enojada, frustrada”.
c.G: “Ay, como c.G: “Mal… es como
unas 20 – 25 volverlo a vivir”.
veces”. c.H: “Al principio me sentía
c.H: “Ufff, sin fin”. mal… después lo empecé a
tomar como que más
serenamente”.

109
Esquema no.11 :Percepción de la atención en las instituciones de justicia.

Revictimización

Atención en las instituciones de justicia

Buena Mala

c.B: “Fueron muy amables… tuvieron una forma c.A: “Como algo normal… una de
muy sutil de decir las cosas”. las abogadas dijo: „ahí viene la
c.C: “Bien, no me puedo quejar”. señora, a la que le meten los
c.D: “Me atendieron siempre bien, nunca me pepinos en la vagina‟ ”.
atendieron mal.” c.G: “…a veces uno sí recibe
c.E: “El trato que dan está muy bien, las fiscales sí maltrato… (una licenciada) me trató
están capacitadas y siempre hay una psicóloga al
mal y me dijo que no estaban por
lado”.
c.F: “Bien… no me atendieron de mala manera, dar abogados porque ellas tenían
sólo me hubiera gustado que fuera más personal.” que cuidar el presupuesto de la
c.G: “Únicamente esa licenciada que me trató mal institución”.
ahora las demás… muy buenas personas”. c.H: “En el Ministerio Público
pesado… en el Juzgado de Paz, la
jueza se puso del lado de él…”

110
Esquema no.12: Sentimiento de miedo al momento de presentar la denuncia.

c.F: “Me abrió


De qué manera
influyó el miedo

Sentimiento de miedo al momento de c.A: “El miedo al principio me hizo


quedarme callada… (después) el miedo
presentar la denuncia me hizo salir”.
c.:E:”De continuar no, pero sí de plantear
varias acciones”.
c.C: “Sentí mucha c.F: “… en varias ocasiones dije que me
quería echar para atrás… pero no verdad”.
c.G: “… me ayudó no meter a mis hijos
grandes… amparándome con la ley…”
c.A: “Sí, sentía miedo”.
c.B: “Sí, por las amenazas de muerte que
tenía”.
c.C: “Sí”.
Cómo
c.D: “Sentía miedo de que él llegara a apoyaban otras
buscarme y me llegara a amenazar”. personas
c.E: “Un poco por las represalias”.
c.F: “Sí sentía… verme involucrada en esos
procesos si es ya desgastante”. c.B: “Me sirvió haber escuchado a otras
c.G: “Sí, mucho”. mujeres”.
c.H: “Demasiado”. c.C: “Siempre me animaban para decirme
que no tuviera miedo, que me iban a ayudar”.
c.D: “Siempre había alguien que me decía
„acordate el daño que te hizo‟ ”.
c.H: “Llamadas de los abogados.. . la familia
intimidando… pero siempre están los
amigos…”

111
Esquema no.13: Percepción de las medidas de seguridad.

Medidas de seguridad y asistencia integral

Percepción de las medidas de seguridad

Percepción positiva Percepción negativa

c.B: “Excelentes, alivio, c.A:”A mí no me funcionaron.. Él incluso


seguridad”. llegaba y me las quitaba”.
c.D: “Para mí fueron c.B: “Para mí que no son tan seguras, porque
bien porque ya no tuve cuando uno llama a la policía nunca llegan”.
ningún problema en ese c.E:”Guatemala todavía no tiene la
sentido”. infraestructura para una movilización
c.F:”Son muy inmediata de los policías en momento en que
buenas…Estuve una víctima llama a pedir auxilio”.
contenta con la c.G:”Para mí no sirven de nada, porque es
protección”. un simple papel que nadie le pone atención”.
c.H: “Deberían extenderlas por más tiempo,
tenerlas uno eternas porque ellos se confían
que como son seis meses”.

112
Esquema no. 14: Sentimiento que provoca las medidas de protección.

Medidas de seguridad y asistencia integral

Sentimiento provocado por las medidas de


protección

Seguridad Inseguridad

c.B: “Me sentí como, qué te digo, más


c.A.: Se sintió “contenta” al inicio, sin
fuerte, más segura”.
c.C: “Con mucha fe, con mucha fuerza de embargo, la pareja rompía las medidas
de seguridad por lo que luego sintió que
voluntad… que no iba a estar sola”.
c.E: Tuvo que realizar la denuncia para no funcionaban.
c.B: “No me siento tan segura con eso”.
conseguir las medidas de protección las
c.G: “No muy segura porque… no
cuales fueron entregadas y cumplieron
ayudan en nada”.
con el fin que ella deseaba, protegerse a
c.H: “Más tranquila, pero insegura,
ella y a sus hijos.
porque cuando uno llama a la policía
c.F: “Más segura, más tranquila”.
tardan un sin fin en llegar”:

113
Esquema no. 15: Influencia de las medidas de seguridad en continuar con el proceso penal.

Medidas de seguridad y asistencia integral

Influencia de medidas de seguridad en continuar el


proceso penal

Sí influyó No influyó

c.A: “En parte sí me ayudó, porque decía yo, c.C: “Yo siempre estuve
„bueno, ya me siento respaldada‟ “. segura de que quería llevar
c.B: “Sí totalmente, porque sabes que tenés a cabo el proceso”.
un amparo… hay un respaldo que te está c.G: “Las medidas no
resguardando”. ayudaron de ninguna
c.D: “Yo estaba dispuesta a todo”. manera en que me sintiera
c.E: “En cierta forma sí porque a eso iba, a más protegida… lo que más
que me dieran las medidas”. influyó fue los golpes”.
c.F: “Me fortalecía más, me sentí más
tranquila”.
c.H: “Mi seguridad… decir bueno, al menos si
él se me acerca tengo la hoja”.

114
Esquema no.16: Percepción del abogado.

Declaración en las instituciones del sistema de


justicia
Percepción del abogado/a

Contó con asistencia de Forma de contactar el


abogado durante trámites abogado/a
judiciales.

No Sí Privado Público

c.A: Le brindaron c.B


asesoría hasta que c.D c.C, el Ministerio
se aprobó la ley de c.B: La Fundación
c.E Público le brindó
Femicidio y Otras Sobrevivientes le
asesoría para las
Formas de Violencia brindó asesoría
audiencias, pero no
Contra la Mujer. legal.
para los trámites.
c.C. c.D: “Público, de la
Fiscalía de la Mujer”.
c.A, c.H. y c.G: Se
los brindó el Instituto
de la Defensa
Pública

115
Esquema no.17 : Percepción de la asesoría del abogado.

Declaración en las instituciones del


sistema de justicia

Percepción de la asesoría del abogado

Positiva Negativa

c.A: “Tuve dos abogados, del c.A: “El del MP me


MP y de la defensa pública. El confundió mucho porque
de la defensa pública me tenía en cada audiencia
ayudaba mucho”. un abogado diferente”.
c.B: ”Muy bien, me explicó c.H:”Al principio se portó
todos los pasos…”. así como „tanto tienes,
c.D :”Bien, siempre fueron muy tanto vales‟… De ahí
atentos con nosotras”. cambió un poco su
c.E: ”Excelente”. actitud”.
c.F: “Decidí irme con una c.G: “Fue mala, porque
abogada que fuera buza en ellos uno platica con uno y
todo este proceso”. resulta llegando otro que
nada que ver”.

116
Esquema no.18 : Motivación para presentar la denuncia.

Declaración en las instituciones del sistema


de justicia

Motivación para presentar la denuncia

Hijos Temor Violencia

c.B: “Mis hijos, porque sí sabía


que tenía que sacarlos de ese c.C: Yo dije ´si no lo hago va c.A: “Yo ya estaba
círculo…” a ser peor para mí… yo me motivada con tanta
c.D: “Ver que mi hija, todas las escapé… tal vez ya no violencia”.
cosas que pasó… eso fue lo que vuelvo a correr con la misma c.G: “Para parar un
me motivó a seguir luchando”. suerte´. Eso fue lo que me poco la violencia y el
c.E: “En virtud de que se metía al impulsó a buscar ayuda”. miedo”.
colegio de forma abusiva… ponía c.F:”Ya las amenazas de c.H: “No respetaba
en peligro no sólo a mis hijos, mi intimidad… puse
muerte eran bastante
sino al resto de los niños, el un hasta aquí
colegio me solicitó las medidas de fuertes”.
cuando me golpeó
seguridad”. A la sujeto no le
otorgaban las medidas de mi pie”.
seguridad sin antes presentar una
denuncia.
c.F: “Mi hija ya estaba teniendo
consecuencias”.

117
Esquema no.19: Sentimientos al presentar la denuncia.

Declaración en las instituciones del


sistema de justicia

Sentimientos al presentar la denuncia

Vergüenza Confusión Reflexión Sensación de


Miedo Libertad

c.A: “Sentía un c.C: “Sentí mucha c.G: “A la vez bien c.F: “Me abrió c.D: “Por una
miedo aún más pena”. y a la vez mal… Se los ojos, me parte me sentí
terrible”. siente bien pedir sentía triste, liberada de toda
c.B: “Tenía miedo, ayuda, pero mal ansiosa”. la carga que yo
tenía temor porque porque es tenía”:
no sabía cómo iba demasiado lento”.
a reaccionar él.”
c.H: “Tuve miedo,
pero a la vez dije
que era momento
de poner un hasta
aquí”.

118
Esquema no. 20: Percepción de la etapa de declaraciones.

Declaración en las instituciones del


sistema de justicia

Percepción de la etapa de declaraciones

Percepción negativa Percepción positiva Otra percepción

c.A: “Fue una etapa bien c.H: “Que son buenas… c.D: Considera que en
desgastante”. porque te ayudan como esta etapa se debe ser
c.B: “Es dura.. volver como que a darte más cuenta honesto y decir la
que a recordar esa etapa y para seguir adelante”. verdad.
volver otra vez a contar, es c.G: “Que uno declara
desgastante”. con la verdad”.
c.C: “Para mí fue muy
fuerte”.
c.E: “La verdad es que son
súper engorrosas”.
c.F: “Desgastante…”

119
Esquema no.21 : Percepción de la presencia del agresor en las diferentes etapas del proceso.

Declaración en las instituciones del sistema de justicia

Percepción de la presencia del agresor en las diferentes etapas del proceso penal

Reacción ante la presencia del Influencia del agresor en la


agresor víctima

Con biombo Sin biombo Positivo Negativo Otro

c.A: “Me pusieron un biombo, entonces c.D: “Con un poco c.F: “Estaba
trataba de estarme ahí porque de lo de miedo, porque c.A: “Influyó en el c.C: “Yo sentía nerviosa de que
contrario no podía hablar”. uno lo tenía que sentido que ya al miedo de que él tal vez nos
c.B: Verlo fue como chocante, pero me ver y saber que estar allí y de repente va a íbamos a topar”.
pusieron un biombo… el biombo me está ahí”. escucharlo yo me tirar esto y se me c.H: “Influyó más
ayudó mucho porque me podía como que c.E “Re mal recordaba va a tirar el abogado para
desahogar”. pues… a mí me realmente de las encima”. confundir”.
c.C: “Yo pedí que no lo quería ver, empieza agredir cosas”. c.G: “Mal porque c.D: “Como que
entonces me pusieron una división”.
c.F: “Nunca tuve que verlo… me pusieron
siempre c.B: “En mi caso cuando mira a la una tensión, así
verbalmente y la sí, me ayudó persona, uno no como con
un biombo”,
c.G: “Muy mal, intimidada con miedo, con mayoría de los porque como que se puede sentir nervios”
ganas ya de ni hablar… me pusieron un jueces permiten me ayudó a nada bien”. c.E: “Uno se
biombo hasta después”. que le digan a uno desahogarme pone más
c.H: “Me sentía culpable… como fui capaz de todo”. todo lo que nervioso, más
de hacerlo… pero de ahí reaccionaba”. sentía”. sentimental”.

120
Esquema No.22: Percepción de la sentencia obtenida.

Sentencia

Percepción de la Percepción de un
sentencia cambio de vida

Positivo Negativo
Conforme Inconforme
c.A: “Me preocupa porque el año
c.F:”… me siento mal c.B: “Estoy como pasado pues él mandó a
c.A: “Se hizo justicia… si
porque es el papá de mi liberada… me puedo ejecutarme”.
hubiera tomado desde el
hija… estuvo bien, se principio lo hubieran condenado
integrar mejor a la c.C: “Yo siento que esto va a
hizo justicia y él ya no sociedad, mis hijos seguir… media vez este hombre
a no sé qué cantidad de años” también”.
me molesta más”. c.B:“No recibió la sentencia que esté vivo, siempre voy a tener
c.D: “Por el momento han ese temor”.
era”.
caminado bien… no he c.E: A pesar de que no ha
c.C: “Yo no estaba conforme,
tenido problemas de concluido el proceso penal, la
pienso que merecía más años”.
nada”. sujeto describe que su vida
c.D: “Para nosotros tal vez fue
c.H: “Pienso que fue cambió de manera que “no salgo
poco la sentencia que tuvo”. positivo, pero pienso que
c.G: “… pienso que fue casi nada, me da miedo estar en
malísima, porque presentamos
tiene mucho resentimiento la calle… tengo estrés pos
todas las pruebas… y el juez
y va a buscar la manera traumático… me dan ataques de
de vengarse”. ansiedad, ataques de pánico, no
dijo que todo era mentira”.
c.H: “Mala, porque sólo le duermo”.
dieron 5 años de prisión c.F: “No todo es color de rosa…”
conmutable, y el cuate anda c.G: “Más bien de más angustia,
libre, verdad, como que no hizo porque yo ya me di cuenta…
nada”. que la justicia no existe”.

121
Esquema no. 23: Percepción del desarrollo del proceso penal.

Aspectos generales

Percepción del desarrollo del proceso


penal

Fácil Difícil Negativo

c.C: “Fue rápido, c.A: “Fue un proceso bien difícil, bien c.E: “Me parece que no es
pero no justo, complicado”. bueno… no hay justicia…”.
duró como 7 c.B: “Es larguísimo, desgastante porque c.G: “… cuando ellos no
meses”. igual el sistema es demasiado lento”. están detenidos… le dan
c.D: ”Había momentos en los que uno audiencia a uno dentro de 6,
decía, peor si no va haber justicia, peor 7, 8, 9, 10 meses a uno”.
si lo van a dejar suelto”. c.H: “Que se vende mucho
c.E: “…es desgaste económico, físico, por dinero”.
psicológico, emocional”.
c.F: “Del lado emocional, digamos, sí es
un poco difícil porque me afectó en
todas mis áreas, todavía me afecta”.

122
Esquema no. 24: Sentimientos antes y después del proceso penal.

Aspectos generales

Sentimientos relacionados con el


proceso penal

Previo al proceso penal Posterior al proceso penal

Positivo Negativo
c.A: “Yo sentía que no lo iba a lograr,
yo sentía que no podía”.
c.B: “Reprimida, pensaba en mis hijos..
impotente”. c.A: “Sentí que la carga emocional ya no la c.C: “No muy
c.C: “Con miedo”. tengo”. conforme”.
c.B: “Bien, bien…soy estadística de las c.E: “Creo que un
c.D: “Me sentía una persona acabada,
mujeres que lograron sobrevivir y que están poco peor porque
sin ilusiones, sin deseos de poder puse la denuncia… y
superarse”. adelante y que sí se puede hacer una vida
nueva”. no pasa nada”.
c.F: “… no era libre, él me tenía muy c.G: “Bastante mal,
c.D: “Libre de saber que puede salir adelante
amarrada y todo… estar recibiendo pidiéndole a Dios de
como mujer, que puede trabajar por sus hijos y
todo el tiempo agresiones… es muy mantener una casa”. no volverlo a ver,
desgastante”. c.F: “Me siento más tranquila… me siento en que no llegue a la
c.G: “Mal, insegura, con miedo, tengo paz”.
mucho miedo de salir a la calle…”. casa insultándome”.
c.H: “Me sentía peor”. c.H: “Unos días bien y otros días no tan bien,
que todavía vienen recuerdos a mi mente”.

123
Esquema no. 25: Percepción de las mujeres víctimas de violencia que no denuncian.

Aspectos generales

Percepción de mujeres víctimas de


violencia que no denuncian

Responsabilidad de Están equivocadas Las comprenden


cada mujer

c.A: “Yo pienso que la denuncia está c.B: “Están cometiendo un gran c.E: “Les doy la razón porque no
en uno poder cortarla… un hombre error, pero que son ellas las que pasa nada… pero, a como están las
no es todo en la vida”. tienen la última palabra”. cosas, aunque no pase nada, por lo
c.C: “Me dan lástima, porque ellas tal menos hay que ir a denunciar porque
vez pensarán que el agresor va a en una de ésas el sistema se logra
cambiar y si lo hace una vez lo va a reformar.”
seguir haciendo”. c.F: “Es muy complicado. Tienen que
c.D: “Uno como mujer quisiera que decidirse… tomar la decisión no es
abrieran los ojos y se dieran cuenta fácil… yo las comprendo 100%”.
que vivir en eso no es bueno”. c.G: “Cabalmente por eso lo hacen,
c.H:”Pobrecitas…muchas mujeres no porque se dan cuenta que la justicia
rompen el silencio por sus hijos, sin es demasiado lenta”
saber que ellas mismas pueden salir
adelante”.

124
V. DISCUSIÓN DE RESULTADOS

A continuación se presenta la discusión de resultados de la presente investigación,


que tuvo como objetivo determinar la percepción de mujeres víctimas de violencia
contra la mujer, entre 20 y 40 años, con relación al proceso penal en contra de su
agresor.

La violencia contra la mujer es una problemática social que afecta a muchas


mujeres a lo largo del mundo y ha sido estudiada por diversos investigadores.
Dentro de ellos se puede mencionar a Izaguirre (2010), quien presentó una
investigación cuyo objetivo fue determinar el acceso que tiene la mujer indígena al
sistema de justicia estatal en materia de violencia familiar. Otro estudio fue el de
Palacios (2011), quien realizó una investigación con el objetivo de conocer el
grado de atención y protección, que el Estado y las instituciones del sector privado
prestan a la niñez víctima de la violencia familiar. De igual forma, Bolaños (2006)
realizó una investigación cuyo objetivo general fue evaluar el nivel de ansiedad de
víctimas de violencia familiar / violencia doméstica. A nivel internacional, se
pueden mencionar algunas investigaciones como la de Bañales (2010), quien
realizó una investigación en México, la cual tuvo como objetivo general establecer
las relaciones y diferencias que presentan las personas en su actitud hacia la
violencia familiar. También Concha (2003) realizó una investigación en Chile con
el objetivo de conocer las situaciones vivenciales o motivaciones que impulsan a
mujeres víctimas de violencia familiar a interponer una denuncia ante tribunales.
Finalmente, Sepúlveda (2005) realizó una investigación en Valencia, España, cuyo
objetivo fue estudiar las circunstancias socio-vitales de las mujeres maltratadas
que deciden romper con la situación de violencia diferenciándolas de aquéllas que
no toman la decisión de romper en un principio, pero que finalmente acaban
rompiendo con la situación de violencia.

En esta investigación, se trabajó con mujeres víctimas de violencia contra la mujer


que llevaron a cabo un proceso penal en contra de su agresor. Se estudiaron seis

125
indicadores. El primer indicador que se estudió fue el tipo de información que
tienen las víctimas sobre violencia contra la mujer y el proceso penal. En este
indicador se consideraron dos temas, en primer lugar el conocimiento de la Ley de
Femicidio y Otras Formas de Violencia Contra la Mujer, y el proceso penal, y en
segundo lugar la percepción de la violencia contra la mujer.

De acuerdo a la Secretaría contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de


Personas -SVET- (2010), la violencia contra la mujer se define como: “Toda acción
u omisión basada en la pertenencia al sexo femenino que tenga como resultado el
daño inmediato o ulterior, sufrimiento físico, sexual, económico o psicológico para
la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación
aribitraria de la libertad, tanto si se produce en el ámbito público como en el ámbito
privado“ (pg.8, cap.3).

En cuanto a los resultados de la percepción de la violencia contra la mujer, las


sujetos dejaron el concepto en sí por un lado, y enfocaron su respuesta en su
experiencia de vida. Respondieron de tres formas: sabía lo que estaba
sucediendo, no sabía lo que estaba sucediendo y nunca pensó que le pasaría.
Dos de las mujeres afirman saber lo que estaba sucediendo. El c.C menciona que:
“yo nunca lo había vivido… decidí alejarme cuando yo vi eso, que sí había
violencia”. Lo mismo ocurre en el c.G al mencionar que “pensaba que estaba muy
mal porque uno se siente deprimido y le duele”. Por otro lado, tres de las mujeres
refieren que no sabían lo que estaba sucediendo. Esto se puede apreciar en el c.A
cuando relata que “nunca pasó por mi cabeza que existía violencia intrafamiliar, el
día que la empecé a vivir no sabía que tenía un nombre”, el c.B comenta que “no
sabía lo que estaba pasando”, mientras que el c.E describe que “para mí, la
verdad, era un concepto totalmente ajeno a mi persona”. Por último, tres de las
mujeres comentan que pensaban que nunca les tocaría vivir esa experiencia. El
c.F relata que “el concepto era bastante lejano… pensaba „a mí nunca me va a
pasar eso‟ ”. El c.D cuenta que “cuando a mí me sucedió eso, pues yo estaba
encerrada como en un globo… yo no pensaba en eso, que a mí me iba a pasar…”,

126
y por último el c.H manifiesta que “pensaba que nunca me iba a pasar a mí”. Esto
ya había sido estudiado por con Izaguirre (2010), quien concluyó que uno de los
principales factores por los cuales las mujeres no realizan la denuncia es la
ignorancia. Como se puede apreciar, la mayoría de las mujeres refieren no haber
sabido que estaban viviendo violencia por parte de su agresor. Estos resultados se
pueden explicar con lo expuesto por Nogueiras, citado por Ruiz-Jarabo y Blanco
(2004), quien describe que la mujer puede llegar a interpretar que el control de su
pareja, las actividades, relaciones o incluso los celos, como manifestaciones de
amor. Es posible que debido a ello, las mujeres no se den cuenta de lo que está
sucediendo. Por lo mismo, no presentan la denuncia.

En cuanto al cambio de percepción sobre la violencia contra la mujer a lo largo de


la experiencia vivida de cada sujeto, se pudo encontrar dos resultados: ha
cambiado y no ha cambiado. Solamente una mujer comenta no haber cambiado
su percepción con respecto a la violencia contra la mujer. El c.C menciona “sigo
pensando igual, de que hay que denunciar siempre”. Por el otro lado, los siete
casos restantes manifiestan haber cambiado su percepción con respecto a la
violencia contra la mujer. Esto se observa en el discurso de c.A al comentar que
“ha cambiado en ver muchas oportunidades que antes no las tenía… me siento
alegre”. El c.B refiere que cambió ya que ahora piensa que “se puede salir
adelante”, el c.D describe que “no debería pasar eso, una familia no es que le
estén pegando”. En cuanto al c.E menciona que ahora cree “es algo mucho más
común de lo que yo me imaginaba… no es algo que se da sólo a un nivel bajo, es
más, creo que se da mucho más a nuestros niveles”. El nivel socioeconómico es
un aspecto que se consideró dentro de la percepción. Éste ya ha sido considerado
en estudios como el Bahamon (2005), quien concluyó que los aumentos en el nivel
educativo de las mujeres, las mayores oportunidades de empleo y el mayor
acceso a servicios de salud, disminuyen la fracción de familias violentas en el
largo plazo.

127
Dentro de este cambio, se observa mayor conocimiento sobre el tema. El c.F ya
conoce que la violencia no es parte inherente de la familia. Sobre esto comenta
que “hay diferentes tipos de violencia y a veces uno quiere encasillar en la física…
hay muchos más”. Éstos tipos han sido descritos en la Ley Contra el Femicidio y
Otras Formas de Violencia Contra la Mujer: física, sexual, psicológica y económica
(Congreso de la República de Guatemala, 2008). Por el otro lado, continuando con
el cambio percibido, el c.G relata que “ha cambiado porque me he dado cuenta
que las mujeres que denuncian lo hacen con mucho miedo” y finalmente el c.H
menciona “que no podría vivir con alguien que me pegue nuevamente, a que nadie
tiene derecho a venir y pegarme”.

Como se mencionó anteriormente, por medio de este indicador también se


investigó sobre la información de la Ley de Femicidio y Otras Formas de Violencia
Contra la Mujer. Los resultados demostraron que dos de las mujeres, c.B y c.D, no
conocían la ley, mientras los casos A, C, E, G y H sí tenían conocimiento ésta.
Todas las mujeres se enteraron eventualmente en qué consiste la ley. Las
maneras en las que se informaron fueron diversas. Éstas se pueden ver
manifestadas en los discursos de las mujeres. El c.C afirma que siempre estuvo
enterada de la ley, “yo siempre supe eso, porque soy del pensar de que no sé
cómo hay mujeres que pueden vivir con un hombre que las maltrata”. Los casos B
y H se enteraron por otras personas. El c.B refiere que “me enteré cuando hablé
con Doña NC”, mientras que el c.H “por amigas”. El c.G comenta haberse
enterado por televisión. El c.A refiere haberse enterado hasta que inició el debate,
y finalmente el c. E tenía conocimiento por ser abogada.

En cuanto al conocimiento del proceso penal en sí, los resultados muestran que
las mujeres se informaron de las siguientes maneras. Los casos C, D, H y G
refieren haberse informado por medio del Ministerio Público, los casos B y D
comentan que fue por medio de Fundación Sobrevivientes, y los casos A, E y F,
comentan que fue por sus propios medios. Esto último quedó plasmado en sus
discursos. El c.A relata: “una de las cosas que empecé a hacer, fue preguntar”, el

128
c.F refiere haberse informado por medio de sus abogados privados, mientras la
sujeto E tenía el conocimiento debido a ser abogada. Los resultados se pueden
relacionar con lo mencionado en la Ley Femicidio y Otras Formas de Violencia
Contra la Mujer, artículo 13, al referir que es derecho de la víctima tener acceso a
la información. Con esto se refiere a que es obligación del Estado garantizar que
la mujer reciba información y asesoramiento adecuado a su citación personal, a
través de los servicios, organismos u oficinas que puedan disponer las
instituciones competentes. La información debe comprender las medidas
contempladas en la ley que son relativas a su protección y seguridad, entre otros
(Congreso de la República de Guatemala, 2008). Esto significa que corresponde al
Estado brindarle información a las víctimas, tanto de la Ley Contra el Femicidio y
Otras Formas de Violencia Contra la Mujer, así como información sobre el proceso
penal. Por medio de los resultados se pudo establecer que este artículo se cumple
en cuatro de los casos en lo referente al proceso penal.

El segundo indicador estudiado fue el acceso al Ministerio Público u otras


dependencias del Estado. Según la Constitución Política de la República (2006), el
Ministerio Público tiene la obligación de velar por el “estricto cumplimiento de las
leyes y el ejercicio de la acción penal pública”, por lo que es allí a donde se
avocan las mujeres para presentar su denuncia y buscar apoyo. En esta
investigación, seis mujeres presentaron su denuncia en el Ministerio Público de
Gerona, una de ellas presentó su primera denuncia en el Ministerio Público de
Villa Nueva, posteriormente se trasladó el caso a la Ciudad de Guatemala. Con
base a las entrevistas realizadas, se encontró que tres de las mujeres no conocían
a dónde acudir para realizar la denuncia, esto se refleja en el c.B al mencionar que
“no tenía ni idea” y en el c.A al manifestar que “ yo iba a donde me decían”. Las
otras cinco mujeres, el c. C, c.D, c.E. c.G y el c.H sí conocían a dónde acudir para
realizar la denuncia. El c.C comenta que sí conocía ya que había acudido veces
anteriores a realizar cinco denuncias, y el c.E tenía el conocimiento debido a su
profesión de abogacía.

129
Cinco de las mujeres consideran que el acceso a la institución en donde
presentaron a la denunca fue “fácil”, solamente dos no lo consideran así. El c.A,
describe que “… si yo no hubiera llevado el nombre de Fundación
Sobrevivientes… mi proceso aún estuviera ahí”. De igual manera, el c.F comenta
que “como hay bastantes mujeres.. sì habìa un poco poquito de cola, entonces sí
me tardé un poquito”. La mayoría de relatos no concuerdan con lo expuesto por
Izaguirre (2010) en su investigación, en donde concluye que uno de los principales
factores por los cuales las mujeres no presentan la denuncia es la distancia de la
institución del Estado, ya que se pudo observa que solamente dos personas
describen el acceso al Ministerio Público como “difícil”, mientras cinco de ellas lo
describen como “fácil”. Tampoco con lo expuesto por Campos (2010), al comentar
que uno de los motivos por los cuales no se denuncia es la difícil accesibilidad
geográfica a las oficinas institucionales. Los resultados podrían no coincidir con los
autores, ya que las mujeres entrevistadas habitan en la Ciudad de Guatemala o
sus alrededores, por lo que las distancias no son tan largas. Si las mujeres
hubiesen vivido en el interior del país, es posible que los resultados fueran
distintos.

En cuanto a la percepción sobre la ayuda recibida en el Ministerio Público, cinco


de las mujeres refieren haber recibido ayuda. El c.B expone que “me dieron las
medidas de seguridad y me dieron la orden para que pudiera ir a traer a mis nenes
al colegio”. Lo mismo ocurrió con el c.D, ya que le dieron medidas de protección.
Esto se puede apreciar al momento en el que ella comenta que “me recibieron la
denuncia… a él le dijeron que se tenía que ir de la casa”. El c.F comenta que le
brindaron las medidas de seguridad y acompañamiento para salir de su casa. El
c.C comenta que “me ayudó porque me dio ropa, me dio cosas que yo
necesitaba… me envió a un albergue”, y finalmente el c.H expone “psicológica, me
mandaron a Alas de Mariposa… me refirieron para lo que es el Juzgado de
Femicidio”. Las cinco mujeres que sí recibieron ayuda, refieren haberla recibido
por parte de las “señoritas” del Ministerio Público y la “psicóloga”. Describen de
manera positiva la manera en la que les ofrecieron la ayuda. El c.B comenta que

130
“fueron muy amables… saben manejar la situación”. El c.C relata que el trato que
le dieron fue “de buena manera”. Lo mismo refiere el c.D al relatar que “fueron
amables, nunca nos trataron mal”. El c.F refiere que “fueron bastante amables” y
el c.H relata que “fueron amables… hubo una que si digo yo se entregó a lo que
hace, con ella sí sentí el apoyo”. Finalmente, tres de las mujeres comentan que no
recibieron “ninguna” ayuda. Los resultados positivos son relevantes, ya que de
acuerdo a Campos (2010) uno de los motivos por los cuales las mujeres no
denuncian es la respuesta negativa de las instituciones. Al observar que las
mujeres perciben la ayuda recibida de manera positiva, se puede concluir que al
continuar brindando el servicio de esta manera, las mujeres se sentirán más
cómodas a denunciar y a continuar con el proceso penal.

Continuando con la misma línea, las mujeres reflejan diferentes opiniones en


cuanto a la orientación que recibieron en la institución en donde realizaron la
denuncia. Cuatro de las mujeres percibieron la orientación de manera positiva,
esto se puede apreciar en el discurso del c.B al comentar que la orientación fue
“muy acertada, muy correcta”. Lo mismo ocurre con el c.C al referir que “me
orientaron de buena manera, no tuve dudas de nada”. El c.D comenta que “… me
orientaron bien”, y finalmente el c.E describe la orientación como “bien, ahí si
bien”. Ella comenta que luego de poner la denuncia le brindaron información sobre
lo que debía hacer para continuar con el proceso. Por el otro lado, las otras cuatro
mujeres percibieron la orientación de manera negativa. El c.A describe que
“durante el 94 al 07-08, muy mala, no encontré apoyo, no encontré ayuda”. El c.F
describe la orientación como “superficial”, el c.G refiere que “no fue muy buena,
porque no me dieron una buena orientación”, y el c.H relata que “en el Ministerio
Público yo no encontraba así como que mayor apoyo”. Los resultados concuerdan
parcialmente con lo expuesto en el estudio de Izaguirre (2010), quien estableció
por medio de su investigación, que existe una falta de orientación por parte de los
centros para guiar cómo debe de realizarse el proceso de la denuncia
adecuadamente. Esto sucede en la mitad de los casos, ya que como se pudo

131
observar en los resultados, cuatro de las mujeres percibieron la orientación
recibida de manera positiva y las otras cuatro, la perciben como negativa.

El tercer indicador que se estudió fue la percepción de la revictimización o


victimización secundaria. Según Machiori et al. (2009), esto se define como una
victimización secundaria que tiene lugar como consecuencia al trato dado por las
instituciones, el entorno social y los medios de prensa que provocan un nuevo
daño a la víctima. Lo expuesto por el autor, coincide con los resultados. En esta
investigación, las mujeres describieron la manera en la que se sentían al relatar su
historia de violencia repetidas veces. Todas, excepto dos, tuvieron que relatar su
historia más de una vez. De igual manera, la mayoría de las mujeres que sí
relataron su historia repetidas veces comentan haberse sentido “mal”. El c.A
refiere haberse sentido “mal porque sentía que volvía a vivir eso”. Relacionado con
esto mismo, el c.D describe la situación como “desgastante”, el c.E refiere haberse
sentido “enojada y frustrada” y el c.G manifiesta haberse sentido “mal… es como
volverlo a vivir”. En los cinco casos, las mujeres manifiestan sentimientos y
emociones negativas. Finalmente, existen dos excepciones, el c.B describe haber
sentido “desahogo” al momento de contar su historia, de igual manera el c.H relata
que inicialmente se sentía “mal”, pero luego “lo empecé a ver… más
serenamente”. Fueron las únicas mujeres que tuvieron una respuesta de
emociones positiva. Por otro lado, el caso C refiere no haber tenido que contar su
historia repetidas veces.

Los resultados se explican con lo que expone Ferreiro (2005), en donde menciona
que la suceptibilidad en la que se encuentran las víctimas y la desconfianza en las
entidades del Estado pueden ser circunstancias que provoquen victimización
secundaria debido a que cada situación procesal provoca efectos revividores del
drama que la víctima ha experimentado. Este efecto revividor puede verse
manifestado en el relato del c.A al referir que “sentía que volvía a vivir eso”. Por lo
tanto, es necesario y fundamental, como lo expone en su investigación Sepúlveda
(2005), orientar a la víctima de manera que se ajusten los objetivos de la

132
intervención profesional con los personales de la mujer víctima de violencia, sin
invadir su realidad personal.

El cuarto indicador estudiado fue medidas de seguridad y asistencia integral


brindadas por el Estado. Las medidas de seguridad son acciones que se otorgan
destinadas a evitar actos de violencia. Éstas “parecen tener una finalidad
preventiva y se pueden aplicar a partir del momento en el que se interpone la
denuncia” (Ministerio Público de la República de Guatemala, 2001, pg.184). Los
resultados muestran que cinco mujeres tuvieron una percepción negativa de las
medidas de protección. Esto se puede ver reflejado en el discurso del c.A al
mencionar que “a mí no me funcionaron… Él incluso llegaba y me las quitaba”. Lo
mismo ocurre con el c.B: “Para mí que no son tan seguras, porque cuando uno
llama a la policía nunca llegan”. De igual forma, el c.E expone que “Guatemala
todavía no tiene infraestructura para una movilización inmediata de los policías en
momento en que una víctima llama a pedir auxilo”. En la misma línea, el c.G
refiere: “Para mí no sirven de nada, porque es un simple papel que nadie le pone
atención”, y para terminar, el c.H afirma que “deberían extenderlas por más
tiempo, tenerlas uno eternas porque ellos se confían que como son por seis
meses”. Tres de las mujeres tenían una percepción positiva. Por ejemplo, el c.B
describe las medidas de seguridad como “excelentes”, mientras el c.D refiere
“para mí fueron bien porque ya no tuve ningún problema en ese sentido”. El c.F
comenta: “son muy buenas… Estuve contenta con la protección que me dieron”.
Los resultados coinciden con el estudio de Mendoza (2008), al concluir que las
medidas de seguridad no responden a los fines y objetivos preventivos especiales,
con los que fueron creadas, ya que la mayoría de mujeres tienen una perspectiva
negativa de las medidas de seguridad.

De igual manera los sentimientos que describen las mujeres víctimas de violencia
en relación a las medidas de seguridad se dividen en inseguridad y seguridad. La
mitad de las mujeres comenta haberse sentido seguras al saber que les brindarían
protección. Esto se puede ver plasmado en los relatos de los casos B, C, E y F. El

133
c. B expone que “me sentí como, qué te digo, más fuerte, más segura”. El c.C
refiere “con mucha fe, con mucha fuerza de voluntad… Que no iba a estar sola”. El
c.E describe que tuvo que realizar la denuncia para conseguir las medidas de
protección, las cuales fueron entregadas y cumplieron con el fin que ella deseaba,
protegerse a ella y a sus hijos. Finalmente, el c.F relata que se sentía “más
segura, más tranquila”. Por el otro lado, la otra mitad de las mujeres refieren
haberse sentido inseguras. El c. A comenta sentirse “contenta” al inicio; sin
embargo, la pareja rompía las medidas de seguridad por lo que luego sintió que no
funcionaban. Lo mismo sucede con el c.B al exponer que “no me siento tan segura
con eso”. El c.G comenta que “no muy segura porque… no ayudan en nada” y
finalmente el c.H relata que “más tranquila, pero insegura, porque cuando llamo a
la policía tardan un sin fin en llegar”. Esta inconformidad lleva a autores como
Campos (2010) a afirmar que la violencia familiar contra las mujeres es tan
compleja que se requieren políticas de Estado, así como la colaboración de la
sociedad para lograr una solución. Menciona que es fundamental la participación
de los sectores de salud, judiciales y policíacos, así como los educativos.

Por último, la influencia que tuvo las medidas de seguridad en continuar con el
proceso penal se dividieron en dos opciones, sí hubo influencia y no hubo
influencia. Seis de las mujeres afirman que las medidas influyeron de cierta
manera en su decisión de continuar con el proceso. Esto quedó manifestado en el
discurso del c.A al mencionar que “en parte sí me ayudó, porque decía yo, „bueno,
ya me siento respaldada‟ ”. El c. B responde: “Sí totalmente, porque sabés que
tenés un amparo… Hay un respaldo que te está resguardando”. Lo mismo
concuerda c.D al referir que “yo estaba dispuesta a todo”. El c.E dice: “en cierta
forma sí porque a eso iba, a que me dieran las medidas”. Lo mismo sucede con el
c. F al mencionar que “me fortalecí más, me sentí más tranquila”, y el c.H al
manifestar que “… mi seguridad… decir bueno al menos si él se me acerca tengo
la hoja”. Por otro lado, en dos de los casos, las mujeres niegan la influencia de las
medidas de seguridad en su decisión de continuar con el proceso penal. El c. C
refiere: “yo siempre estuve segura de que quería llevar a cabo el proceso penal”,

134
mientras que el c.G comenta que “las medidas no ayudaron de ninguna manera en
que me sintiera protegida… Lo que más influyó fue los golpes”.

El quinto indicador estudiado fue la declaración en las instituciones de justicia. Por


medio de éste se investigó la motivación de las mujeres al presentar la denuncia y
el sentimiento que tuvieron cuando presentaron la misma. Los resultados
demostraron que las mujeres se sintieron motivadas por diferentes razones: los
hijos, el temor y la violencia. Los casos B, D, E y F mencionan haberse sentido
motivados por sus hijos. Esto se puede ver plasmado en el discurso del c.A al
mencionar que “mis hijos, porque sabía que tenía que sacarlos de ese círculo”. De
igual forma, el c.D refiere “ver que mi hija, todas las cosas que pasó… eso fue lo
que me motivó a seguir luchando”. El c.E comenta que “en virtud de que se metía
al colegio de forma abusiva… ponía en peligro no sólo a mis hijos, sino al resto de
los niños, el colegio me solicitó las medidas de seguridad”, y el c.F dice que “mi
hija ya estaba teniendo consecuencias”. En cuanto al temor como motivación para
denunciar, se encuentran los casos C y F. El c.C relata que “si no lo hago va a ser
peor para mí… yo me escapé… tal vez ya no vuelvo a correr con la misma suerte.
Esto fue lo que me impulsó a buscar ayuda”, y el c.F comenta que “las amenazas
de muerte eran bastante fuertes”. Finalmente, en cuanto a las mujeres que se
sintieron motivadas por la violencia para presentar la denuncia, se encuentran los
casos A, G y H. El c.A menciona que “yo ya estaba motivada con tanta violencia”,
el c.G relata que se decidió con el fin de “parar un poco la violencia y el miedo”, y
el c.H comenta que “no respetaba mi intimidad, él abría, él hacía, él tocaba, él
gritaba, él pateaba… puse un hasta aquí cuando me golpeó mi pie”. Los
resultados se relacionan con lo mencionado por Nogueiras, citado por Ruiz-Jarabo
y Blanco (2004), al exponer que entre los factores que impulsan a las mujeres a
tomar la decisión de romper con el ciclo y buscar ayuda están: la violencia que va
dirigida hacia las hijas o hijos y el aumento de nivel de intensidad de violencia.

En cuanto cómo se sentían las mujeres al momento de presentar la denuncia, se


tuvieron cuatro resultados: miedo, confusión, vergüenza y sensación de libertad.

135
Los casos A, B y H refieren haber sentido “miedo” al momento de presentar la
denuncia, por la reacción del agresor. Este resultado se puede relacionar con lo
mencionado por Nogueiras, citado por Ruiz-Jarabo y Blanco (2004), al exponer
que uno de los factores que influyen en las mujeres para no denunciar es el
miedo. Este autor también menciona la vergüenza, la cual se vio manifestada en el
discurso del c. C. En cuanto a sentirse confundida, el c.G comenta que se sintió “a
la vez bien y a la vez mal… Se siente bien pedir ayuda, pero mal porque es
demasiado lento”. Éste fue experimentado por las mujeres a pesar de que
decidieron denunciar. Por otro lado, algunas experimentaron una sensación de
libertad. El c.F al menciona “me abrió los ojos”. El c.H refiere que “por una parte
me sentí liberada de toda la carga que yo tenía”.

Por medio de este indicador, también se investigó la percepción de la etapa de


declaraciones. Según la Real Academia Española (2001), la declaración en el
ámbito penal es la manifestación formal que realiza una persona con efectos
jurídicos, especialmente la que hacen las partes, testigos o peritos en un proceso.
Por medio de los resultados se pudo encontrar tres percepciones diferentes sobre
la etapa de declaraciones: percepción negativa, percepción positiva y otra
percepción. En cuanto a la percepción negativa, los casos A, B y F la describen
como “desgastante”. El c.C comenta que “para mí fue bien fuerte” y el c.E refiere
“la verdad es que son súper engorrosas”. Por el otro lado, una mujer tuvo una
percepción positiva de esta etapa. Esto se puede ver plasmado en el discurso del
c.H al referir: “Pienso que son buenas… porque te ayudan como que a darte más
cuenta para seguir adelante”. Finalmente, los casos D y G tuvieron una percepción
diferente. Esto se puede apreciar en el discurso al mencionar que en esta etapa
“uno declara la verdad” o “se debe ser honesto y decir la verdad”.

De igual manera, por medio de este indicador se evaluó la percepción de la


presencia del agresor en las diferentes etapas del proceso penal. De acuerdo a
Cabanellas (1996), el agresor es aquel que acomete a otro injustamente y con
propósito de golpearlo, herirlo o matarlo. En el caso de las mujeres la reacción que

136
sintieron ante la presencia fueron diversas. Los casos A, B, C y F comentan que el
biombo las ayudó a hablar con mayor tranquilidad, porque de esa manera no
tenían que ver a su agresor. El c. D refiere haber sentido “un poco de miedo”. El
c.H describe haberse sentido “culpable”, pero luego reaccionó. El c.E refiere
haberse sentido “re mal” debido a agresiones verbales por parte del agresor. De
acuerdo a Moser (1992), existe agresión activa y pasiva. En este último caso la
agresión activa verbal se aprecia en el discurso al referir: “él me empezó a agredir
siempre verbalmente”.

Por úlitmo, por medio de este indicador, se pudo investigar la percepción del
abogado y su asesoría. En primer lugar, se definió si las mujeres contaron con
asistencia de abogado durante los trámites judiciales. Los casos B, D, E, F y G, sí
contaron con asistencia, mientras los casos C y H no contaron con asistencia, y el
caso A tuvo asistencia hasta después de haber aprobado la Ley de Femicidio y
Otras Formas de Violencia Contra la Mujer. En algunos casos, este abogado fue
proporcionado por el Estado. Esto se debe a que, la Ley Contra el Femicidio y
Otras Formas de Violencia Contra la Mujer, en el artículo 19, establece que el
Estado tiene la obligación de brindar la asistencia legal en forma gratuita a la
víctima o a sus familiares para garantizar el ejercicio de sus derechos (Congreso
de la República de Guatemala, 2008). Los casos A, H y G recibieron asesoría por
parte de abogados del Instituto de la Defensa Pública, los casos C y D recibieron
asesoría por medio del Ministerio Público. Por el contrario, los casos E y F
recibieron apoyo de un abogado privado. Solamente el c.B recibió asesoría de una
institución específica. Ella refiere que la Fundación Sobrevivientes le brindó
asesoría legal.

En cuanto a la asesoría de los abogados, se tuvieron dos resultados, una asesoría


positiva o negativa. Los casos B, D y E refieren haber tenido una buena asesoría
por parte de sus abogados. La percepción negativa de la asesoría del abogado, se
puede ver manifestada en el discurso del c.H al mencionar que “al principio se
portó así como „tanto tienes, tanto vales‟… de ahí cambió un poco…” y en el c.G al

137
mencionar que “fue mala porque ellos uno platica con uno y resulta llegando a la
audiencia otro abogado que nada que ver”. Por el otro lado, el c.A comenta “tuve
dos abogados, del MP y de la defensa pública. El de la Defensa Pública me
ayudaba mucho… el del MP me confundió mucho porque tenía en cada audiencia
un abogado diferente”.

Finalmente, el sexto indicador que se estudió fue la sentencia, la cual se define


como “declaración del juicio y resolución del juez” (Real Academia Española,
2001). En esta etapa el juez decide finalmente lo que sucederá con el acusado,
puede dictar una absolución o una condena. En los casos estudiados en esta
investigación, seis mujeres han tenido sentencias condenatorias, una tuvo
sentencia absolutoria, y una no ha llegado a sentencia. En cuanto a esta última, el
c.E refiere que su proceso se encuentra “entrampado” debido a “compadrazgos
del acusado”. Todas las sujetos, menos una, manifiestan sentirse inconformes con
la sentencia, ya que piensan que el acusado debió ser castigado por mayor
cantidad de años. Esto se refleja en lo descrito por el c.B cuando comenta que “no
recibió la sentencia que era”. Lo mismo expresa el c.C cuando menciona que “yo
no estaba conforme, pienso que merecía más años”. De igual manera, el c.A
expresa que a pesar de que se hizo justicia “si hubiera tomado desde el principio,
lo hubieran condenado a no sé qué cantidad de años”. El c. D relata que “para
nosotros tal vez fue poco la sentencia que tuvo”. Lo mismo sucede con el c. G al
mencionar que “pienso que fue malísima, porque presentamos todas las
pruebas… y el juez dijo que todo era mentira”. Finalmente, el c.H relata que
considera la sentencia “mala, porque sólo le dieron cinco años de prisión
conmutable” por lo que el agresor obtuvo su libertad. Estos relatos reflejan la
inconformidad de las mujeres en cuanto a la sentencia obtenida, lo cual puede
resultar un factor negativo, ya que, según lo que menciona Ruiz-Jarabo y Blanco
(2004) el concluir satisfactoriamente un juicio ayuda a que las víctimas recuperen
su dignidad y puedan rehacer su vida de manera más saludable. Por lo tanto, el
que las mujeres se sientan conformes con la sentencia podría beneficiar aún más
su reincorporación en el entorno social y en todos los ámbitos de su vida diaria.

138
Esto ocurre en el c. F, ya que menciona que “se hizo justicia, y él ya no me
molesta más”.

Sin embargo, a pesar de sentirse inconformes con la sentencia, tres de las


mujeres sí perciben un cambio positivo en su vida luego de haber obtenido una
sentencia condenatoria. Ésta, es aquélla en la cual el juez fija penas al acusado y
medidas de seguridad y corrección que corresponden. Se determina la suspensión
condicional de la pena y, cuando es necesario, las obligaciones que debe cumplir
el condenado (Figueroa, 2011). Sobre esto, el c.B comenta sentirse “liberada”,
refiere que “me puedo integrar mejor a la sociedad, mis hijos también”. De igual
manera el c.D expresa que las cosas “han caminado bien”, y el c.H describe un
cambio “positivo”. Estos resultados coinciden con lo que menciona Ruiz-Jarabo y
Blanco (2004) al describir que el concluir satisfactoriamente un juicio contribuye a
fortalecer la autoestima de las víctimas, a eliminar culpas, sentirse seguras y a
reincorporarse a su entorno social y familiar.

Por el otro lado, cinco de las mujeres percibieron un cambio negativo en su vida.
Esto se puede ver reflejado en el relato del c.G quien al obtener una condena
absolutoria, comenta que tiene “más angustia”, ya que considera que “la justicia no
existe”. El c. F refiere que “no todo es color de rosa”. Lo mismo ocurre en el c.C al
mencionar que “yo siento que esto va a seguir…media vez este hombre esté vivo,
siempre voy a tener ese temor”. Similar a esto, es lo que comenta el c.A al decir
que “me preocupa porque el año pasado, pues él mandó a ejecutarme”. Este
temor, que continúa a pesar de haber obtenido una sentencia, se puede asociar a
las razones por las cuales las víctimas tardan tanto en denunciar, o algunas no
denuncian. Los datos coinciden con la investigación de Concha (2003), en donde
se obtuvo resultados que demostraron que las víctimas no denuncian las
agresiones por miedo a las represalias.

En cuanto al c.E que no ha concluido debido al entrampamiento por parte del


acusado, la mujer comenta percibir un cambio negativo en su vida. Refiere que “no

139
salgo casi nada, me da miedo estar en la calle, tengo estrés postraumático….me
dan ataques de ansiedad, ataques de pánico, no duermo”. Los síntomas que ella
presenta son consecuencia de la violencia que ha vivido. Esto concuerda con el
estudio realizado con 12 mujeres que asistieron a la OAV de Villanueva, en donde
se concluye que el 67% de la población femenina que fue atendida en a OAV-PNC
del Municipio de Villanueva, presentó una ansiedad estado alta y muy alta
(Bolaños, 2006). Por otro lado, Pisquiy (2012) en su estudio encontró que el
maltrato intrafamiliar sí afecta el nivel de adaptación de las víctimas a su entorno
social, emocional, a la salud, laboral y familiar.

En resumen, las mayoría de mujeres que participaron en el estudio no tenían


información sobre la violencia contra la mujer, a pesar de que sabían de la
existencia de la Ley Contra el Femicidio y Otras Formas de Violencia Contra la
Mujer. El proceso penal permitió que aumentaran el conocimiento en relación a la
violencia contra la mujer, y cambió su perspectiva de la misma. La mayoría de las
mujeres tenían conocimiento sobre a dónde acudir para presentar la denuncia y
casi todas recibieron apoyo por parte de la institución del Estado. Las mujeres que
participaron se sintieron mal al relatar su historia más de una vez, esto sucedió en
todos los casos a excepción de dos. La mayoría, percibe las medidas de
seguridad de manera negativa, ya que cuando las han necesitado, no les han
funcionado. Sin embargo, esta protección sí influye en su decisión de continuar
con el proceso penal, ya que las hace sentir respaldadas. La etapa de
declaraciones la perciben como desgastante y un factor que contribuye de manera
positiva es el biombo que colocan en el juicio. La situación que más motivo a las
mujeres a presentar la denuncia, fueron sus hijos. En cuanto a la sentencia, todas,
a excepción de una, se sintieron inconformes. El proceso penal cambió la vida de
todas las mujeres que participaron en este estudio.

140
VI. CONCLUSIONES

En cuanto al tipo de información que tienen las víctimas sobre violencia contra la
mujer y el proceso penal, se puede concluir que únicamente dos de las mujeres
estaban informadas sobre la violencia en la cual estaba sumergidas. La mayoría
de las mujeres tenía conocimiento sobre la Ley de femicidio y otras formas de
violencia contra la mujer. De igual manera, la mayoría de las mujeres recibieron
información sobre el proceso penal por parte del Ministerio Público.

El haber llevado a cabo el proceso penal, cambió la percepción que las mujeres
tenían en relación a la violencia contra la mujer. Luego del proceso penal, ellas
afirman saber que hay diferentes tipos de violencia, tienen conocimiento de que es
más común de lo que imaginaban, saben que se puede salir adelante y que no
tienen por qué vivir con alguien que las agreda.

En cuanto al acceso al Ministerio Público u otras dependencias del Estado, se


puede concluir que solamente tres mujeres no conocían a dónde acudir para
realizar la denuncia. La mayoría de las mujeres presentaron su denuncia en el
Ministerio Público de Gerona. En esta institución le brindaron ayuda a seis de los
casos, los cuales describieron amabilidad en cuanto a la manera en que les
brindaron el apoyo. La mitad de los casos describieron la orientación recibida de
manera positiva, mientras que la otra mitad la describió de manera negativa. La
mayoría de las mujeres perciben facilidad en el acceso a las instituciones en
donde presentar la denuncia.

En relación a la revictimización, las razones por las cuales las mujeres


presentaron su denuncia fueron los hijos, su seguridad, la violencia y las
amenazas. Todas las mujeres, a excepción de dos, tuvieron que relatar su historia
de violencia más de una vez. Refirieron sentirse “mal” al momento del relato, ya
que era como volver a vivir la violencia. Únicamente dos de ellas refirieron sentir
desahogo y tomaron una actitud positiva ante la repetición de la historia. Todas las

141
mujeres sintieron miedo al momento de presentar la denuncia, éste las hizo dudar
en cuanto a continuar con el proceso penal, sin embargo, continuaron con él. En
cuanto a la atención en las instituciones de justicia, cinco de las mujeres la
percibieron como “buena”, mientras tres la percibieron como “mala”.

En cuanto a las medidas de seguridad y asistencia integral, la mayoría de las


mujeres tuvieron una percepción negativa de las mismas, debido a que
consideraron que no funcionan en estos casos. Estas medidas provocaron
sentimientos de seguridad en cuatro de las mujeres, y sentimientos de inseguridad
en las otras cuatro. A pesar de eso, algunas de las mujeres se contradicen, ya que
la mayoría comenta que las medidas de seguridad sí influyeron en su decisión de
continuar con el proceso penal, ya que sentían un respaldo.

En relación a la declaración en las instituciones de justicia, la mayoría de las


mujeres contactaron al abogado por medio del Ministerio Público. Cinco de las
mujeres describieron la asesoría del abogado de forma positiva. Tres de ellas la
describieron de manera negativa y coincidieron en que la mayor dificultad fue que
iniciaba el caso con un abogado y en la siguiente audiencia le otorgaban un
abogado diferente. La motivación para presentar la denuncia fueron
principalmente los hijos, ya la mayoría refirió sentirse motivada por cuestiones
relacionadas con ellos. Tres de las mujeres se sintieron motivadas a iniciar el
proceso por la violencia y dos de ellas por el temor. Al presentar la denuncia la
mayoría de las mujeres sintieron miedo, también manifestaron sentir vergüenza,
sensación de libertad, reflexión y confusión.

La percepción que tuvieron con respecto a la etapa de declaraciones, fue en su


mayoría negativa, ya que se considera una etapa desgastante. Sin embargo, un
factor importante para contribuir a sentirse mejor durante esta etapa fue el biombo,
ya que de esta manera no podían ver al agresor. La mayoría de las mujeres
tuvieron este apoyo.

142
En cuanto a la sentencia, la mayoría de las mujeres se sintieron inconformes con
la condena y manifestaron que querían una condena mayor. Dos de los casos
fueron excepciones, ya que en uno el agresor quedó absuelto, y el otro juicio se
encuentra entrampado debido a compadrazgos del agresor. Todas percibieron un
cambio de vida a consecuencia del proceso penal. Solamente dos de los casos
manifiestan sentir un cambio positivo en su vida, el resto un cambio negativo.

143
VII. RECOMENDACIONES

A las mujeres víctimas de violencia contra la mujer se recomienda:


 Buscar información sobre la violencia contra la mujer, conocer que las
agresiones son un delito y que la principal institución en donde se debe
realizar la denuncia es en el Ministerio Público.
 Buscar ayuda en instituciones del Estado o fundaciones que brinden apoyo
para romper el ciclo de la violencia.
 Presentar la denuncia y llevar a cabo el proceso penal.
 Exigir el cumplimiento de las medidas de seguridad y asistencia integral al
Estado.

Al Ministerio Público se sugiere:


 Informar a las víctimas sobre sus derechos en base a lo que obliga la ley y
continuar y promover una buena orientación en cuanto al proceso penal, a
las mujeres víctimas de violencia que acudan a la institución.
 Continuar con el apoyo psicológico y acompañamiento a lo largo de todo el
proceso penal, así como también posterior al proceso penal.
 Cumplir con las medidas de seguridad y asistencia integral descritas en la
ley.
 Continuar con el apoyo de un biombo al momento en el que la víctima de
sus declaraciones.
 Los fiscales (abogados) encargados de asesorar y acompañar a la víctima
siempre deben estén informados sobre el caso.
 En los casos de violencia contra la mujer solicitar la pena máxima que
permite la ley.

A la Coordinadora para la Prevención de la Violencia Intrafamiliar y contra las


Mujeres –CONAPREVI- se recomienda:
 Realizar y continuar con campañas de prevención y concientización para
informar a la población acerca de la violencia contra la mujer, la Ley contra

144
el femicidio y otras formas de violencia contra la mujer, así como
información sobre el proceso penal y los pasos a seguir.
 Cumplir con lo establecido por la ley en cuanto al cumplimiento de
asistencia integral para las víctimas.

A Fundación Sobrevivientes se recomienda:


 Continuar con la labor tan importante que realiza, brindando apoyo a las
mujeres víctimas de violencia contra la mujer.

A psicólogos y especialistas de la salud mental se recomienda:


 Brindar información adecuada a pacientes que tengan relaciones de
violencia para promover el fin del ciclo de la violencia.
 Brindar apoyo psicológico a mujeres víctimas de violencia familiar que
hayan llevado a cabo procesos penales.
 Fortalecer y empoderar a las pacientes mujeres que asistan a consulta y
presenten un conflicto de este tipo, o se encuentren en riesgo de
presentarlo.
 Continuar investigando sobre temas relacionados con la violencia contra la
mujer, ya que no existen muchas investigaciones sobre este tema.

A otros investigadores se recomienda:


 Realizar estudios sobre las consecuencias de la violencia contra la mujer,
en la relación paterno-filial.
 Realizar un estudio de violencia contra la mujer en el área rural del país.
 Realizar estudios de violencia contra la mujer que se encuentren en las
edades de 50 a 70 años, para estudiar su percepción sobre el proceso
penal.
 Investigar acerca de las estrategias de afrontamiento que utilizan los hijos
para manejar la situación de que el padre se encuentre en la cárcel, debido
al proceso penal que llevó la madre.

145
 Realizar un estudio sobre cómo viven los hijos la violencia contra la mujer,
dentro de la dinámica familiar.
 Realizar estudios sobre la repercusión del proceso penal dentro de la
dinámica familiar.

146
VIII. REFERENCIAS

Álvarez, L. (2007). Derecho Internacional Penal (4ed.).Colombia: Fundación Cultural


Javeriana de Artes Gráficas.

Arias, R. y González M. (2009). Violencia Familiar. Colombia: Editorial Universidad


del Rosario.

Bahamon, L. (2005). Transmisión Intergeneracional de la Violencia Intrafamiliar:


Evidencia para las Familiar Colombianas. [En red]. Disponible en:
http://web.ebscohost.com/ehost/pdfviewer/pdfviewer?sid=b2d3a96b-
4688-49a7-bcd8-c8950ee9894e%40sessionmgr111&vid=5&hid=118

Bañales, N. (2010). Actitudes Hacia la Violencia Intrafamiliar. Tesis inédita,


Universidad Nacional Autónoma de México. Recuperado de:
http://bc.unam.mx/index-alterno.html.

Bolaños, Y. (2006). Evaluaciones de la Ansiedad en Mujeres Víctimas de Violencia


Intrafamiliar/Violencia Doméstica que Presentan su Denuncia en la
Oficina de Atención a la Víctima de la Policía Nacional Civil (PNC):
Propuesta de Intervención en Crisis. Tesis inédita, Universidad
Rafael Landívar, Guatemala.

Bonilla-Castro, E. y Rodríguez, P. (2005). Más allá del dilema de los métodos: la


investigación en ciencias sociales. Colombia: Grupo Editorial Norma.

Cabanellas, G. (1996). Diccionario Jurídico Elemental, Edición Actualizada,


Corregida y Aumentada por Guillermo Cabanellas Torres. Argentina:
Heliasta.

Campos, A. (2010). Violencia Social. Costa Rica: Universidad Estatal a Distancia.

147
Concha, P. (2003). Rompiendo El Silencio. “Vivenciando la experiencia de mujeres
agredidas, con posterioridad a la intervención judicial”. Tesis inédita,
Universidad Austral de Chile. Recuperado de:
http://cybertesis.uach.cl/tesis/uach/2003/fmc744r/html/index-
frames.html.

Congreso de la República de Guatemala. (2008). Decreto 22-2008 Ley Contra el


Femicidio y Otras Formas de Violencia Contra la Mujer. Guatemala:
Autor.

Congreso de la República de Guatemala (1996). Decreto 97-96 Ley para Prevenir,


Sancionar y Erradicar la Violencia Intrafamiliar. Guatemala: Autor.

Congreso de la República de Guatemala. (2010). Código Penal. Guatemala: autor

Constitución Política de la República. (2006). Guatemala: Tipografía Nacional de


Guatemala.

Coordinadora Nacional para la Prevención de la Violencia Intrafamiliar y contra las


Mujeres (CONAPREVI). (2009). Ley para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la violencia Intrafamiliar, Reglamento de la Ley Para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Intrafamiliar, Ley Contra
el Femicidio y Otras Formas de Violencia Contra la Mujer.
Guatemala: SERVIPRENSA.

Ferreiro, X. (2005). La Víctima en el Proceso Penal. Madrid: La Ley.

Figueroa, R. (Ed.) (2011). Código Procesal Penal Concordado y Anotado con la


Jurisprudencia Constitucional. Guatemala: F&G Editores.

148
García, T. (2012). Requisitos y Formalidades de las Resoluciones Judiciales
Dictadas en los Procesos que Terminan los Casos de Violencia
Intrafamiliar en el Municipio de Chiantla del Departamento de
Huehuetenango. Tesis inédita, Universidad Rafael Landívar,
Guatemala.

Giry, M. (2003). Aprender a razonar, aprender a pensar. México: Siglo veintiuno


editores.

González, T. (2007). Afrontamiento de Estrés en Mujeres Víctimas de Violencia


Doméstica. Tesis inédita, Universidad de las Américas Puebla.
Recuperado de: http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/
lps/gonzalez_b_t/.

Guzmán, A. (2011). Consecuencias Jurídicas de la Omisión de Denuncia de


Violencia Física y Sexual Intrafamiliar Infantil Cometida por Maestros
de Educación Primaria del Sector Oficial de la Ciudad de
Quetzaltenango. Tesis inédita, Universidad Rafael Landívar,
Guatemala.

Hernández R., Fernández, C. y Baptista, P. (2006). Metodología de la investigación


(4ª. ed). México: McGraw Hill.

Hurtado, I, y Toro, J. (2007). Paradigmas y métodos de investigación en tiempos de


cambios. Venezuela: CEC, S,A.

Hyde, J. (1995). Psicología de la Mujer. La otra mitad de la experiencia humana.


España: Morata.

149
Instituto Interamericano de Derechos Humanos. (2009). Acceso a la justicia y
derechos humanos de grupos vulnerables y excluidos en Guatemala.
Guatemala: Autor.

Instituto Nacional de Estadísticas en Guatemala. (2013). Violencia, Intrafamliar 2011,


Resumen de Resultados. Guatemala: Autor.

Izaguirre, N. (2010). Acceso de la Mujer Indígena al Sistema de Justicia Estatal en


Materia de Violencia Intrafamiliar. Estudio Realizado en el Juzgado
de Primera Instancia de Familia del Departamento de Totonicapán.
Tesis inédita, Universidad Rafael Landívar, Guatemala.

Machiori, H., Biodo, M. y Fortete, C. (2009) Victimología, la víctima desde una


perspectiva criminológica asistencia victimológica. Argentina:
Editorial Universitaria Integral.

Mendoza, F. (2008). Indeterminación de las Medidas de Seguridad en el Código


Penal Guatemalteco Vigente. Tesis inédita. Universidad de San
Carlos de Guatemala. Recuperado de:
http://biblioteca.usac.edu.gt/tesis/04/04_7523.pdf

Ministerio Público de la República de Guatemala. (2001). Manual del Fiscal (2ed.).


Guatemala: Autor.

Moser, G. (1992). La agresión (Lágression). México: Qué Sé.

Movimiento Manuela Ramos. (2005). Manual sobre violencia familiar y sexual. Perú:
Autor.

Palacios, A. (2011). Análisis Sobre la Falta de Atención por Parte del Estado y las
Instituciones del Sector Privado al Abandono de la Niñez y Víctima

150
de Violencia Intrafamiliar. Tesis inédita. Universidad Rafael Landívar,
Guatemala.

Pisquiy, F. (2012). Adaptación Social y Emocional en Mujeres Víctimas de Maltrato


Intrafamiliar (Estudio realizado en el instituto de la defensa pública
penal). Tesis inédita, Universidad Rafael Landívar, Guatemala.

Puppio, V. (2008). Teoría General del Proceso (4ª ed.). Venezuela: Universidad
Católica Andrés Bello.

Quintanela, M., Arandia, M. y Campos, P. (2004). De la Comunidad al Barrio


Violencia de Pareja en Mujeres Migrantes en Sucre. Bolivia:
Entrelineas.

Real Academia Española. (2001). Diccionario de la Lengua Española. España:


Espasa Calpe, S.A.

Rodríguez, G., Alonso, I., Tamalás, M. y Pulido, M. (2007). Responsabilidad y


reparación. Un enfoque de derechos humanos. México: Universidad
Iberoamericana.

Ruiz-Jarabo, C. y Blanco, P. (2004). La Violencia Contra las Mujeres Prevención y


Detección. España: Díaz de Santos

Sargot, M. y Carcedo, A. (2000). La ruta crítica de las mujeres afectadas por la


violencia intrafamiliar en America Latina. Chile: OMP/OPS.

Secretaria contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas -SVET- .


(2010). Compendio de Leyes, Secretaría contra la Violencia Sexual,
Explotación y Trata de Personas. Guatemala: Autor.

151
Sepúlveda, J. (2005). Estudio de los Factores que Favorecen la Continuidad en el
Maltrato de la Mujer. Tesis inédita. Universitat de Valencia.
Recuperado de:
http://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/10158/sepulveda.pdf;jsess
ionid=6A28BA690BCAE8B393F7E7F92EA5D22A.tdx2?sequence=1.

Soria, M. y Hernández, A. (1994). El agresor sexual y su víctima. España: Editorial


Boixareu Universitaria.

Stecca, C. (2004). Cerrando Ciclos Vitales. México: Editoriales Pax México.

Valles, M. (2007). Entrevistas Cualitativas. España: Centro de Investigaciones


Sociológicas.

Velazquez, J. (2001). Curso elemental de psicología. México: Compañía General de


Ediciones S.A.

Whaley, A. (2003). Violencia Intrafamiliar: Causas biológicas, psicológicas,


comunicacionales e interaccionales. México D.F: Plaza y Valdés.

152
IX. ANEXOS

9.1 Entrevista

Mi nombre es Eleonora Montenegro y soy estudiante de la Universidad Rafael


Landívar. Estoy realizando mi trabajo de tesis, el cual tiene como objetivo
determinar la percepción de víctimas de violencia contra la mujer en relación al
proceso penal en contra de su agresor. Agradezco su colaboración respondiendo
a las preguntas y autorizando la grabación. Le garantizo que se respetará la
confidencialidad y el anonimato.

DATOS GENERALES:
Edad:
Escolaridad:
Estado civil:
Ocupación:

1. ¿Con quién vive?


2. ¿Quiénes integran su familia?
3. ¿Cómo es la relación entre ustedes?
4. ¿Qué dificultades han tenido?
5. Antes de poner la denuncia, ¿qué pensaba sobre la violencia contra la
mujer?
6. ¿Sabía de la existencia de alguna ley que protege a las mujeres víctimas de
violencia?
7. ¿Cómo se enteró?
8. ¿Qué pensaba antes sobre denunciar y llevar a juicio a su agresor?
9. ¿Por qué presentó la denuncia?
10. ¿Qué la motivó para tomar la decisión de iniciar el proceso penal contra su
agresor?
11. ¿Cómo supo qué tenía que hacer para iniciar el proceso penal?

153
12. ¿De qué manera se informó sobre el proceso legal que tenía que iniciar?
13. ¿Sabía usted a dónde acudir para poner la denuncia?
14. ¿En qué institución presentó la denuncia?
15. Cuénteme, ¿cómo hizo para poner la denuncia?
16. ¿Qué tipo de ayuda recibió?
17. ¿Quién le ofreció la ayuda?
18. ¿Cómo le ofrecieron la ayuda?
19. ¿Contó repetidas veces su historia de violencia?
20. ¿Cómo se sintió al contar su historia repetidas veces?
21. ¿Cómo describiría la orientación que le dieron?
22. ¿Qué piensa sobre el acceso a la institución donde realizó la denuncia?
23. ¿Cómo la atendieron las instituciones en donde presentó la denuncia?
24. ¿Sentía miedo?
25. ¿De qué manera influyó esto en que usted continuara con el proceso?
26. ¿Qué medidas de protección recibió?
27. ¿Qué piensa de las medidas de protección y asistencia integral brindadas
por las instituciones?
28. ¿Cómo se sintió al saber que le brindarían protección?
29. ¿Cómo influyó esto en su decisión de continuar con el proceso penal?
30. ¿Cómo se sintió al denunciar la violencia de la cual fue víctima?
31. ¿Recibió algún tipo de preparación para dar su declaración?
32. ¿Cómo se sintió con la presencia de su agresor en el juicio?
33. ¿Cómo influyó la presencia de él?
34. ¿Qué piensa de la sentencia obtenida?
35. ¿Cómo se siente con respecto a la decisión que tomaron los jueces?
36. ¿Cómo piensa que van a cambiar las cosas ahora que concluyó el proceso
penal?
37. ¿Qué piensa del desarrollo de todo el proceso penal?
38. ¿Cómo se siente después del proceso penal?
39. ¿Cómo se sentía antes del proceso penal?
40. ¿De qué manera cambió su vida el llevar a cabo el proceso penal?

154
41. ¿Qué piensa ahora de las mujeres víctimas de violencia que no denuncian?
42. ¿Cómo ha cambiado su forma de pensar con respecto a la violencia contra
la mujer?

Actividad de cierre

La actividad de cierre se realiza al finalizar la entrevista. La misma consiste en llevar


a cabo una actividad de “cierre emocional”, descrita en libro Cerrando Ciclos Vitales.
Stecca (2004) describe los pasos a seguir para cerrar algún aspecto que la persona
desee. En base a esto, la actividad a realizar es la siguiente:
1. Escribir el aspecto con el que se decide cerrar: en el caso de las mujeres,
escribir los sentimientos negativos que vienen a la mente luego de haber
realizado la entrevista.
2. Hacer una lista de sentimientos agradables que se obtuvieron a partir de la
situación, en este caso el proceso penal.
3. Leer la lista de sentimientos negativos y se proceder a romperla manifestando
simbólicamente “dejar en el pasado”, lo que no se quiere tener en el presente.
4. Leer la lista de sentimientos positivos y se hace una reflexión sobre cómo se
quiere recordar la situación y sobre los beneficios que se tuvieron al haber
llevado el proceso penal.

Es relevante mencionar que es importante asistir a un proceso psicoterapeútico,


algunos de los lugares a los cuales puede asistir son Fundación Sobrevivientes,
Grupo Guatemalteco de Mujeres, Oficina de Atención a la Víctima y Centro de
Práctica Landivariano. Si necesita ayuda para contactarlos, yo la puedo apoyar.

155
9.2 Transcripciones

9.2.1 Sujeto “A”:

Edad: 40 años
Nivel de escolaridad: Secretariado
Estado civil: Separada
Ocupación: Bisutería

-Bueno, a ver cuénteme, ¿con quién vive?


Vivo con mi hermana y con mis cinco chicos.

-Y, ¿quiénes integran su familia?


Mi familia la integran mis tres hijos varones y mis dos niñas.

-Y, ¿cómo es la relación entre ustedes?


La verdad que muy bonita, la verdad que sí. He aprendido a ser mamá con ellos.
Cuesta mucho ser mamá, pero se involucra uno dentro de las tareas dentro del
diario vivir, y es una fase nada fácil - si porque no hay manual – No hay manual,
vuelve a ser uno adolescente con ellos. Para poder ser uno amigo de ellos tiene
que uno casi meterse en los zapatos de ellos que es lo que más cuesta, pero
gracias a Dios ahí vamos caminando juntos.

- Que bueno, y ¿qué dificultades han tenido?


Bueno, nuestras dificultades más que todo es porque los cinco tienen carácter
totalmente diferentes, verdad, entonces me ha costado un poquito acoplar alguna
situación entre unos y otros. Porque todos tienen sus ideales muy distintos, ése es
uno de los factores que me cuesta un poco.

-Antes de poner la denuncia, ¿usted qué pensaba sobre la violencia contra la


mujer?

156
Mire, nunca pasó por mi cabeza que existía violencia intrafamiliar, y el día que la
empecé a vivir no sabía que tenía un nombre, ni soñaba, ni me imaginaba…
sabía que había una violencia, pero no quería decir o por lo menos que de mi
boca saliera “estoy pasando violencia”, verdad. A la primera que le consulté y que
tuve la confianza de contarle fue a mi suegra. Mi suegra me dice: “lo que pasa es
que son siete años de mala suerte”, siete años decía yo, entonces porque ella ya
había pasado violencia por las creencias o que decirle tradiciones de nuestra
Guatemala que son siete años de violencia, entonces decía yo, pero ya llevamos
cuantos años, ya me falta poco decía yo, ya me falta poco. Llegué a los 10 años y
la violencia cada vez iba en aumento, verda, porque esa violencia procrea y es
como una madre y tiene hijos y los hijos vienen más crueles. Entonces, hasta hoy
en día no acepto eso, no acepto. Una pareja se casa para ser feliz, para vivir en
armonía, para formar una pequeña empresa y si las cosas no funcionan somos tan
inteligentes que podemos decir “esto finaliza”. El hombre es muy machista, el
hombre no quiere que la mujer sea más fuerte e independiente.

-¿Usted sabía de la existencia de una ley que protege a las mujeres víctimas
de violencia?
Sabía que existía.

-¿Cómo se enteró?
Pero cuando yo puse la denuncia, que yo estoy hablando del, yo me casé en el
94 y en el 97 fui a poner la denuncia, la ley todavía no había sido aprobada, fue
hasta en el 2008. Entonces, fui a poner una denuncia por esto, fui a poner otra
denuncia porque me golpeó tanto que perdí la conciencia, fui a poner otra
denuncia porque me violaba, fui a poner otra denuncia porque tenía demasiados
golpes, fui a poner otra denuncia porque ya no soportaba la situación y nunca
florecía, nunca caminaba, era imposible.

- Fueron varias denuncias que usted fue a poner.

157
Tengo más de 100 denuncias y sólo una logró entrar en el 2008, una, ahí las
demás se perdieron .

- Sí, porque en esa época todo estaba distinto-


Sí, porque me decía si llevé un proceso, y mi proceso llevó 18 años, entonces
para mí fue bien complicado porque decía yo, es verdad que existe la ley que
apoya a la mujer. Sí, pero dicen que está en proyectos, que se va aprobar y se
aprueba en el 2008, fue la última somatada que dio porque yo ya tenía años de no
vivir con él y ésa fue la única que logré hacer, ya con la ley, y las demás como que
se quedaron así, que terrible.

-*Y, ¿cómo se enteró de la ley cuando ya existía?


Me enteré de la ley cuando ya iniciamos un debate. Hasta ahí me enteré porque a
ese punto ya entró en el 2008, el proceso finalizó en el 2012, pero me enteré que
existía, yo ni idea. Yo seguía poniendo denuncias y corría a medidas de
seguridad, muchas medidas de seguridad, pero como él es abogado, entonces
agarraba las medidas de seguridad y me decía: “¿quiere ver sus medidas de
seguridad?”, y las rompía, “¿y qué son las medidas de seguridad?” y se reía. Y
decía yo, la verdad que sí pues era un papel, no me amparaba de nada.

- Y, ¿qué pensaba antes sobre denunciar y llevar a juicio a su agresor?


Mire, antes de denunciar lo pensé mucho, lo pensé mucho. Primero porque ya
tenía tres niños, lo pensé mucho porque él era asesor de la policía, él era asesor
de este diputado ------------, él era servidor en ------------------. Él era un hombre muy
conocido pues, entonces decía yo ¿qué hago?. Entonces lo que hice fue llegar
con mis pastores y les contaba él me hace esto, él me hace cosas bochornosas
difíciles. Mire yo recibí muchos golpes en mi cara, entonces él llegaba con los
jueces y decía que yo padecía de trastornos mentales, ella se pasa lastimando en
las paredes, ella hace. Entonces yo me quedaba muda y me ponía a llorar,
entonces como que yo aceptaba que yo cometía el error porque yo no decía
nada, entonces, pero siempre llegaba por favor ayúdeme, yo ya no quiero estar

158
allí, él me va a matar. Otras de las violencias que sufrí era la violencia sexual.
Imposible. Entonces, yo no quería tener tantos hijos, pero hoy yo no le puedo
decir a mis hijos: “hijos, ustedes son producto de una violencia sexual” y es
imposible verdad. Entonces, cinco niños y cada vez que yo quedaba embarazada
eran unas golpizas terribles, ni siquiera él los quería y yo menos. Entonces, hasta
que el proceso fue llegando y llegando y el expediente fue creciendo, pero yo
siempre puse la denuncia, yo siempre ponía la denuncia y cada vez decía yo,
esto está creciendo aún más, pero fue bien difícil.

- ¿Por qué presentó la denuncia?


Bueno, las primeras fueron siempre por golpes, como le digo la violencia siguió,
después de la física, empezó la psicológica después la económica y cada una con
sus diferentes facetas verdad. La última que fue la más dura, tal vez la física la
soporté pero la sexual fue la más cruel, fue la más cruel porque él abusaba de mí
con lo que encontrara. Él se preparaba con plátanos, con pepinos, él se
preparaba con muchas cosas, hasta con barras de margarina. Y dentro de lo
sexual estaban los golpes, lo psicológico, estaba tan completísimo eso que sus
fantasías fueron agrandándose tanto que él ya quería ser como, como que decirle,
una orgía. Entonces digo yo, yo mujer cristiana, que le oraba a Dios que le creía,
decía yo “¿será que estoy viviendo con un hijo de Dios?”

- Y él también
Él también, él llegaban a la casa y él ministraba gente, él decía que el Señor te va
ayudar y que esto. Y qué difícil que a usted le ponga las manos alguien que…
entonces eso me hacía correr y salir nuevamente.…………………………

Yo les contaba a mis líderes. Mis líderes me creían, los pastores no. Me decían,
pero es que como voy a creer si es un hombre tan impecable, decían. Porque él
decía: “vamos a orar, vengan pongan las manos en la Biblia”, la Biblia no iba a
hacer nada. Yo pensaba, si tan solo pudiera encenderse y agarrar fuego para
quemarle las manos. Porque decía yo, es que no puede ser, alguien lo tiene que

159
detener. Ellos deben de percibir, pero como se disfrazaba de bien. Antes de que
entráramos, porque cuando nos citaban en la iglesia o algún juzgado me decía:
“hay va a ver cómo se defiende un abogado”. Yo decía, ya me botó, ya me
dominó. Hasta que un día empecé a sacar fuerzas de flaqueza y decía yo: “ya va a
ver cómo se defiende una víctima”. Èl se va a ver con la verdad y de frente
entonces dije yo, no voy a llorar porque empezaba a llorar y lloraba. Y él
empezaba, “ella es mi vida, mi mujer, la madre de mis hijos”. Y yo pensaba, ay
que terrible, entonces yo me quedaba muda y no hablaba. Y él empezaba: “ella
tiene problemas, viene de padres divorciados, pobrecita, le está costando
adaptarse, le afectó la maternidad, tener niños tan rápido”. Entonces decía yo, “es
que no lo puedo creer, Dios dame sabiduría, tengo que ser más inteligente”, y
empecé a hablar, y cuando empecé a decir todo eso, me decían “¿eso te hace?”,
y les decía yo “sí”.

-Y, ¿qué me podría decir que fue lo que la motivó para tomar la decisión de
iniciar el proceso penal?
Mire, lo que me motivó… bueno yo ya estaba motivada con tanta violencia y el
proceso llegó y siguió y siguió hasta que un día dije “esto ya no es para mí, mejor
no, porque ya van los años avanzando”, decía yo. Mis papás no me han golpeado,
con mis papás yo no viví una violencia así, entonces la gente de casa de Dios
llamaron a una radiopatrulla, entonces en ese momento que llegó la radiopatrulla,
él agarró su playera, su ropa la desgajó toda y dijo que yo era, yo era la que lo
lastimaba. Lo que me salvó fue que yo estaba toda aruñada, toda golpeada.
Entonces dije yo: “mire si él tiene algún arañón ahí, yo no le hice nada”. Entonces
la policía se lo llevó. Pero fue cosa de minutos que estuvo preso, porque él era
asesor de la policía. Y como le digo, el proceso fue, iba de un lado, de un juzgado
a otro, de este juzgado lo mandaban para otro, pero era amigo de este juez que
era compañero de estudio de este otro, el proceso iba y venía hasta que llegó al
juzgado de femicidio a través de la Defensa Pública, a través de Fundación
Sobrevivientes y a través del MP, pero sólo el expediente, solito, se pierde en el
camino. Sí. porque muchas cosas que se me perdieron.

160
- ¿Cómo supo que era lo que tenía que hacer para iniciar el proceso penal?
Mire, una de las cosas que empecé a hacer fue preguntar. Cuando me llamaron a
la Defensa Pública me dijeron: “pero mire, él es abogado, usted no sabe quién es
él. No, no se preocupe”, Pero mire, yo me fui al Colegio de Abogados, pero el
Colegio de Abogados me dijo que las denuncias que yo estaba haciendo no tenían
fundamento legal. Tienen fundamento legal, porque tiene esto y esto y esto y
llegaba acompañado con copias y todo, pero me decían que no. Toda la
evidencia.

- Y, ¿de qué manera se informó sobre el proceso legal que iba a iniciar?
Fue cuando en el 2008 él me cita un 20 de octubre ahí a su casa. Supuestamente
me iba ayudar con una pensión alimenticia de Q300.00, pero ya tenía la
costumbre, tal vez venía de unos seis meses para atrás, en el 2008, de que había
que hacerle la limpieza a su casa, había que hacer esto y lo otro. Ese día que
llegamos con mis hijos, se ensañó con el más grande, que en ese entonces
tendría como 15 años. Y me dice: “este niño yo lo miro muy callado, lo miro muy
tímido, yo pienso que este niño tiene tendencias de homosexual. Entonces hoy lo
voy a llevar a un lugar donde lo hagan hombrecito.” Yo ya me había
acostumbrado, creo, a esa mala vida que llevaba, a pesar de eso yo ya no vivía
con él. Pero cuando quiso ya agarrar a este niño en eso, ya le dije no, allí si ya no.
Entonces les dije a mis hijos ahorita nos retiramos de acá y ya no más. Sin
imaginarme que ese día es cuando él me golpeó tan duro que ni pude ni caminar,
este hueso a mí me quedó saltado de la golpiza que me dio. Mi hijo se puso a
llorar y a gritar y ya dije yo: “no, nunca más. Ni se va acercar ni por Q300.00 voy a
estar yo padeciendo una situación tan horrible”. Pero fue cuando vi, que la
violencia empezaba con sus hijos. Entonces, ahí fue cuando puse la denuncia por
lo mío, por lo de él y una año más tarde el va a traer a mis hijos a Amatitlán para
invitarlos a un helado. Que si se los lleva ruta al Pacífico donde los quiso lastimar
y la policía los rescató. Entonces me di cuenta que ya la violencia había

161
aumentado aún más. Y allí fue cuando el proceso empezó a caminar aún más
rápido que cuando llegó al Juzgado de Femicidio.

- Y, ¿usted sabía a dónde acudir para poner la denuncia?


Mire yo iba a donde me decían, “vaya a poner la denuncia al MP Gerona, vaya al
MP de Amatitlán”, pero yo sabía que todo se quedaba ahí. Iba a poner la
denuncia y a todos lados llegaba “mire yo puse la denuncia” y me decían: “a sí,
pero ese expediente ya se perdió”.

-¿En qué instituciones presentó las denuncias?


La primera denuncia la presenté en Villa Nueva, resulta que era amigo del juez.
Me fui de Villa Nueva. Me fui a vivir a San Lucas, ee en Villa Nueva me mandan
para Amatitlán. Resulta que la juez de Amatitlán era su compañera de estudios,
entonces, ahí fue cuando el expediente se perdió. Nos fuimos a vivir a San Lucas
Sacatepéquez, ahí puse varias denuncias, pero de ahí me mandan a La Antigua,
que era el de familia. En La Antigua era muy amigo del juez, y el juez ordena no a
la separación, sino que vivamos juntos porque los niños tienen que tener la
imagen de mamá y papá. Y en lo que se adapta al matrimonio, en lo que se
adapta digo yo, ya lleva casi 8 años y el matrimonio no se adaptaba. Las cosas
iban a cambiar. De ahí fui a los Derechos Humanos y ahí me dijeron que el 75%
de todos los hombres en Guatemala son violentos, que era normal y que debía
aceptar yo eso. Yo me puse a llorar y dije: si ustedes siendo los Derechos
Humanos me vienen a decir esto, qué puedo esperar ahora de mis hijos entonces.
Que cuando ellos crezcan ya va a ser un 100% y yo sé que en Guatemala no
existe el 75%, eso es mentira. Y cuando inicia el proceso, resulta que él va
acompañado de los Derechos Humanos porque lo van protegiendo. O sea, es tan
así, cuando ellos tienen mucha amistad o cuando son muy conocidos dentro del
medio.

- Y, haber cuénteme, ¿cómo hizo para poner la denuncia?

162
Mire, que decirle, la primer denuncia que yo puse fue cuando estaba a punto de
perder mi tercer bebé, tenía 6 meses de embarazo, a causa de la hemorragia
terrible de la gran pateada que me había dado. Yo llegué al juzgado de Villa
Nueva a contar lo que me estaba pasando. Me mandaron con el médico forense y
él me examinó y me dijo: “usted está a punto de perder su bebé”. Ahí fue la
primera denuncia que se quedó en el aire, no caminó, no funcionó, porque él era
amigo de medio mundo. Pero me tuve que quedar ahí porque si caminaba perdía
el bebé. Entonces, acostada, postrada durante, que, 3 meses más en lo que el
niño nacía. Ahí fue la primer denuncia, de ahí se vino el resto. Denuncia tras
denuncia.

-*Y,¿la última?
La última fue, no fue exactamente en el 2008, creo que fue en el 2010, porque
cuando estaba el proceso, él me andaba siguiendo, lo que hacía es que se me
acercaba en su carro y se acercaba con el mío. Me iba a sacar a las empresas
donde yo trabajaba a hacer escándalo. Entonces lo que hacían en las empresas
porque yo trabajaba en la Constructora, era que me despedían.

Entonces mientras tanto, él me fue a denunciar al Juzgado de la Niñez porque yo


a sus hijos los tenía secuestrados, alertaron al Alba Keneth, fueron a catear la
casa de mi mamá dos veces. Entonces les digo yo, pero si mis hijos están
conmigo, como va a ser que me están cateando la casa, pero era amigo de la de
la Juez de la Niñez. Entonces le dije, “si usted me sigue mandando personas, yo lo
voy a denunciar porque no es posible”.

Entonces, yo trataba de ir a preguntar, por ejemplo, aquí “denúncielo”, me decían,


él ya no puede venir aquí a quitarle a sus hijos. Entonces fui con ella y le dije yo
que me diera un expediente, un documento donde quedaba libre de todo eso y
que mis hijos no me los podía quitar. Pero tuve que enfrentarme como que a la
misma autoridad para ponerle un alto.

163
- Cuando usted fue a poner sus denuncias, ¿qué tipo de ayuda recibió?
Ninguna. Ellos ven la violencia, tal vez porque la viven a diario, como algo normal
dentro de Guatemala.

-¿Alguien le ofreció ayuda?


No.

- ¿Cómo le ofrecieron la ayuda?


(Se omite, debido a que no le ofrecieron ayuda)

- ¿Tuvo que contar repetidas veces su historia de violencia?


Muchas veces, muchísimas veces.

-Y, ¿cómo se sentía al contarla?


Me sentía muy mal porque sentía que volvía a vivir eso, volvía a vivir lo que
estaba pasando y cuando llegaba nuevamente, por ejemplo una de las señoras,
una de las abogadas o de las psicólogas pienso: “ahí viene la señora, a la que le
meten los pepinos en la vagina” decían. Entonces me hizo así como que: “yo aquí
ya no regreso”. Porque si se da cuenta cuando usted va a poner una denuncia hay
más gente. Entonces algo que yo tenía así tan guardadito, que se lo conté a mi
líder de la iglesia y se los conté a ellos porque tenía que contárselo a alguien lo
que vivía para que no fuera un “dicen” y cuando me dicen: “ahí viene la señora de
los pepinos, de las zanahorias” y yo así, ve, que terrible “yo espero no volver
aquí”. Yo siento que ellos viven tantas cosas que ya lo sienten tan normal.

- Y, ¿cómo describiría la orientación que le dieron?


¿En dónde?

- *En los lugares a donde fue a poner la denuncia.


Yo siento que durante el 94 al 2007 - 2008 muy mala. No encontré apoyo no
encontré ayuda, incluso cuando yo vine aquí fue distinto. Encontré una mano

164
amiga, encontré ayuda. Aquí me decían que había fundamento legal, que existían
las leyes, que existía la justicia. Entonces dije yo, ¿en dónde está la ley y la
justicia?. Me decían: “sí se va a llevar a cabo, sí se va poder”. O sea, encontré una
esperanza aquí, no pequeña sino que muy grande.

- Y ¿qué piensa sobre el acceso a la institución en donde realizó la


denuncia?
Emmm si no hubiera llevado el nombre de la defensa pública, si no hubiera llevado
el nombre de Fundación Sobrevivientes que va acompañado, porque uno no va
solo, mi proceso aún estuviera ahí.

-¿Cómo le atendieron en las instituciones?


Como algo normal, “¿y la golpeaban?”,“si” “, “a vaya, cuantos hijos tuvo de él”, “5“
“a vaya, o sea que sí le gustaba tener hijos”.

- *¿Nunca hubo una psicóloga presente?


No, nunca.

-¿Sentía miedo al momento de presentar su denuncia?


Sí. Sentía miedo cuanto ponía la denuncia y cuando tenía que llegar a mi casa.
Porque yo sabía que él en cosa de 1 hora él ya estaba enterado. Porque como
que todo el mundo se comunicaba con él.

-Y, ¿de qué manera influyó este miedo en que usted continuara con el
proceso penal?
El miedo me hizo al principio, el miedo me hizo quedarme callada y ya no seguir
hablando, pero al ver que la situación estaba muy delicada con mis hijos, ese
miedo me hizo salir. Y allí es donde me vi encerrada para poder salir y seguir
ayudando a mis hijos.

-¿Recibió algún tipo de medidas de protección?*

165
Sí, muchas medidas de protección.

- ¿Qué medidas recibió?


Las medidas de seguridad que le dan a uno cada 6 meses, pero igual cuando a él
le notificaban o él llegaba y decía: “usted no se puede acercar a nosotros, aquí
tengo las medidas”. Entonces siempre tenía fotocopias, porque yo sabía que él me
las quitaba y las rompía.

-¿Qué piensa de las medidas de protección brindada por las instituciones?


Mire, a mí no me funcionaron, la verdad que no me funcionaron. Él incluso, él
llegaba y me las quitaba, tal vez por él ser abogado, pienso yo. Puede ser que a
otras personas les funcione, pero yo sentí que a mí no me funcionaban. Él no
tenía pena ni temor de eso, a pesar de que es un hombre conocedor de la ley.

-¿Cómo se sintió al saber que le iban a brindar esas medidas de protección?


Bueno, cuando me las dieron la primera vez me sentí muy contenta. Dije yo:
“nunca más se va acercar”. Y mentira, siempre estaba ahí”. Yo le dije “no se
puede acercar porque tengo medidas” y él siempre me respondía con malas
palabras y o las medidas tal y tal cosa. Entonces, a él nunca le hicieron ni
cosquillas.

- El que a usted le brindaran protección, ¿influyó de alguna manera en su


decisión de continuar con el proceso penal?
En parte sí me ayudó, porque decía yo, bueno entonces ya me siento respaldada
porque ya el proceso ya está, verdad, y eso hizo que siguiera. Yo siempre decía,
bueno yo llamo a la policía. Dios mío, aunque la policía cuesta un montón que
llegue, pero ya había algo que ya yo me sentía como algo protegida.

- ¿Cómo se sintió al denunciar la violencia de la cual fue víctima?


Mire, cuando denuncié la violencia, sentía un miedo aún más terrible, porque yo
decía qué va a pasar después de esto. Y cierto, cuando a él le notificaron la

166
primera audiencia fue terrible porque dos días antes de que nos presentáramos a
la audiencia, él me golpeó fuertemente y me dijo que si yo hablaba me iba a
golpear aún más. Y cabal pues le funcionaba todo eso porque yo a veces ya tenía
miedo hasta de hablar.

-Cuando tuvo que ir a dar declaraciones, ¿recibió algún tipo de preparación?


No.

- ¿Tuvo asistencia de un abogado durante todos los trámites legales?


Fíjese que eso lo encontré, ya a decirle, tal vez cuando ya la Ley Contra el
Femicidio ya fue aprobada, pero antes de eso no.

- ¿El abogado que tuvo fue público o se lo dio alguna institución?


Así es.

-*¿Se lo dieron en el Ministerio?


Me lo dieron en la Defensa Pública.

- ¿Cómo fue la asesoría del abogado?


Mire, tuve dos abogados, el del MP y el de la defensa pública. El de la defensa
pública me ayudaba mucho porque me daba mucha seguridad, me hablaba
conforme la ley. El del MP me confundió mucho porque tenía en cada audiencia
un abogado diferente. Entonces, habían algunos que me decían: “mire, yo no
conozco su proceso, hasta ayer tarde me notificaron que tenía que llevar su
proceso”. Y algunos, resultaron los “finales”, que eran amigos de él. Entonces me
dice: “mire, yo no voy a seguir llevando su caso porque yo soy amigo de J. ”. La
verdad sí me costó un montón, entonces las audiencias a veces las cambiaban o a
última hora ya llegaba otro abogado.

- ¿Qué piensa de la etapa de declaraciones?

167
Mire, fue una etapa bien desgastante porque yo en ese entonces trabajaba, en un
consultora, entonces el pedir permiso para mí era tan complicado. Porque como le
digo, yo era atención al cliente, trabajaba en la recepción. Entonces, me decían:
“quién se va a quedar en su lugar”. Entonces había que llegara otra persona o
simplemente mi hermana se quedaba.

El llegar ahí y al verlo que estaba ahí, lo miraba tan sonriente, tan bien arreglado.
A mí me daba una cólera terrible porque yo tal vez tenía que haber corrido un
montón eee dejar a mis hijos, venirme del trabajo, venirme corriendo de donde
estaba él. Y que las cosas, yo sentía que no avanzaban. Porque las declaraciones
que él daba, decía yo: “nada que ver”. Nada que ver con lo que vivimos, siempre
él se declaró inocente. Siempre él decía que fue un buen padre, un excelente
esposo, que siempre quiso lo mejor para nosotros. Y tal vez muy en el fondo de su
corazón posiblemente fue así, pero yo sentía el proceso fue demasiado largo.
Muchísimo.

- ¿Cómo se sentía con la presencia de él durante las diferentes etapas?


Mire, al principio en el juzgado me pusieron un biombo, entonces yo trataba de
estarme ahí, porque de lo contrario no podía hablar. Sólo de escuchar la voz de él,
a mí me temblaban hasta las rodillas, y era aquello que yo le decía a la psicóloga
que estaba siempre conmigo “siento que no voy a poder hablar”. Sólo de
escucharlo a mí me afectaba hasta la presión. Y de ahí empezó en el proceso en
el que ya digo yo: “no, yo tengo que ser fuerte, tengo que ser fuerte”. Y les pedí a
ellas que me quitaban el biombo porque había una lucha muy interna dentro de
mí.

- ¿Cómo influyó la presencia de él?


Bueno, influyó en el sentido que ya al estar allí y escucharlo yo me recordaba
realmente de las cosas, de haberlas vivido y así daba las declaraciones, como que
las hubiera vivido ese mismo día.

168
-¿Qué piensa de las sentencia obtenida?
Mire la verdad es que es bien difícil. Es bien difícil porque siempre va a ser el papá
de mis hijos, el día que lo detuvieron y lo condenaron a 15 años yo hubiera
querido decir “bueno, lo logré se hizo justicia”, pero no fue fácil. Entonces, la juez
lo declara culpable por la violencia que hizo con sus hijos, por la violencia con mi
persona y lo declaran, lo procesan a 15 años. Yo me levanté, yo me puse a llorar,
yo hubiera querido decirle, regresar el tiempo y decir, yo no hubiera querido esto.
Porque al final, una persona que yo amé, realmente yo amé, pero que durante ese
proceso fue tan cruel que digo yo, no está en mí, no le deseo el mal. Pero, busqué
la justicia y la ley y ya está, y ya cuando están las cosas y se dieron dice uno: “qué
tremendo”. Yo al final sólo dije, bueno él se lo buscó, yo no hubiera querido eso. Él
es inteligente y hubiera dicho, solucionemos esto, tantas formas para solucionar
las cosas sin violencia, hay tantas formas. Lo lamento mucho por él, porque la
verdad es un gran profesional, lastimosamente no veo un ser humano en él, no lo
veo.

-¿Cómo se sintió con respecto a la decisión que tomaron los jueces?


Bueno, que decirle, como que fueran emociones encontradas. Primero, que se
hizo justicia, porque pienso yo que si se hubiera tomado desde el principio me lo
hubieran sentenciado a no sé qué cantidad de años. Espero, así con todo mi
corazón, espero en Dios que en el lugar donde esté, él reflexione y que piense en
que la violencia no es buena. No es un hombre de 20 años, es un hombre de 58
años verdad, entonces que no puede decir, estaba empezando a vivir, me estaba
equivocando, ya para la edad que tenemos, bueno, yo ya soy una mujer madura y
sé qué es la violencia y qué es hacer daño pues.

-¿Cómo piensa que van a cambiar las cosas ahora que concluyó el proceso
penal?
Mire, hay dos cosas. Una de que ya está sentenciado. La otra, me preocupa
porque el año pasado pues él mandó a ejecutarme. El 5 de septiembre, él en el
preventivo estaba pagando Q25,000.00 a quien me quitara la cabeza. Entonces,

169
Fundación Sobrevivientes, ellos me apoyaron en ese sentido, estuve en el refugio.
Quiero decirle desde septiembre hasta diciembre del 2012, entonces yo espero
que esa fase ya haya finalizado y que por su cabecita no pasen cosas terribles.
Pero igual, yo salgo y digo: “sólo Diosito me puede ayudar y que guarde mi
entrada y mi salida. Porque digo, a la hora de cualquier cosa, ahí si que
lamentablemente, el único responsable va a ser él.

-¿Qué piensa del desarrollo de todo el proceso penal?


Mire, fue un proceso bien difícil, bien complicado, porque habían muchas cosas
muy claras dentro del proceso. Yo pienso que todo estaba muy claro. En relación
al CD que yo llevaba en donde estaban las denuncias, no me las aceptaron.
Muchas denuncias que se perdieron dentro del MP. El CD no me lo aceptaron
pero igual, lo ingresaron dentro del expediente. Me confundió, dije “no lo
aceptaron, pero está dentro del expediente”, y al final se pierde el expediente.
Entonces, a pesar de las pruebas que habían, habían cosas no muy claras.

Uno de mis testigos fueron los policías que rescataron a mis hijos. Él se opuso, él
cuestionó, él dijo. Entonces mis únicos testigos fueron las psicólogas del INACIF.
Él dijo que no eran profesionales, que esto y él dijo que lo otro. Todo estaba muy
claro. Los médicos forenses que me examinaron, ahí estaban las pruebas de
todos los exámenes. Él dijo que dejaba mucho que desear en sus exámenes, y así
las cosas se fueron alargando muchísimo. Y pienso que si hay un documento, hay
un respaldo de un profesional, es porque es un profesional que hizo un examen,
¿verda?. Pero eso daba a lugar a que siguiera el expediente creciendo, pero tal
vez es parte del proceso verdad.

-Y, ¿cómo se siente después del proceso penal?


Mire, después que pase este proceso yo sentí que la carga emocional ya no la
tengo. El venir acá me ayudó un montón porque me dieron mucha seguridad. Yo
me encerré porque no quería salir, yo tenía miedo de salir, pero yo no sabía que
yo ya tenía el no sé qué de persecución. Yo decía, carro que se acercaba ya decía

170
yo “ no es posible, ése me quiere matar”. O gente que me miraba, pero yo miraba
y decía “que tanto me miran”. Dije yo, tiene que haber mucha seguridad en mí. Y
mire, yo les agradezco aquí a ellas que me ayudaron porque me decían,
“enfréntese”. Tenía que primero enfrentarme a mí misma verdad, porque yo salía a
la tienda y cualquier persona que llegaba decía yo: “qué casualidad que llegaban a
preguntar por repuestos, qué casualidad que alguien se equivocara”. Para mí
nadie se podía equivocar, verdad, o que alguien me preguntara la hora, yo así
“pero cómo me va a preguntar la hora si yo no uso reloj”. Yo misma me
cuestionaba todo eso, pero era la inseguridad que yo tenía.

-¿Cómo se sentía antes del proceso penal?


Antes del proceso penal yo sentía que no lo iba a lograr, yo sentía que no podía.
Yo decía, quién va a poder con un abogado, conocedor de la ley, con alguien que
tiene tantas amistades. Quién va a poder. Pero ahí estaba, decía yo, tiene que
llegar un final, mi familia me dijo “deja eso”. Mis papás me decían “mija, yo siento
que te estás muriendo en vida y eso no lo vas a lograr”. Y cada vez que yo iba a
una audiencia me decían “renunciá, ya no llegués”. Pero decía yo, si renuncio,
toda la vida va a seguir con la violencia y esto no va a terminar. Y esto tiene que
tener un fin, yo sé que tiene que tener un fin. Si todo tiene un principio y un fin,
esto tiene que tener un fin. Pero las cosas cambiaron ya cuando esa fase penal
casi finalizó.

¿De qué manera cambió su vida llevar a cabo el proceso penal?


Mire, con el simple hecho que él está guardadito. Yo digo, bueno, ahora ya salgo a
la calle, yo sé que no me andan siguiendo. Yo sé que mis hijos van y vienen,
porque si ellos tenían que salir al parque yo decía “tengan cuidado porque su papá
siempre anda en diferente carro, que no los vaya a ver, que no vaya a hacer esto”.
Entonces, teníamos que salir como que con mucha cautela. Entonces hoy no,
claro, yo salgo y mi Dios me guarda y me regresa y yo sé que voy a regresar bien.
Pero ya no es aquel temor que tenía antes, ya es distinto, verdad. Y me ha pasado
muchas veces, por ejemplo, que paso por algún restaurante y miro como que él

171
está allí, digo yo cómo se le parecen los trajes y lo pelón. Así le digo a mi
hermana, pero digo yo es algo que espero algún día se me quite porque lo miro
siempre en algún lugar. Digo yo, será que ya se salió.

¿Qué piensa ahora de las mujeres víctimas de violencia que no denuncian?


Mire, yo pienso que la violencia está en uno poder cortarla desde el principio. Si yo
el primer día que sufrí la violencia no le quise poner un nombre, pero yo estaba
conciente que era violencia, mi vida hubiera cambiado, desde la primera vez. Pero
lo decidí 10 años después cuando la violencia ya tenía una familia enorme,
verdad. Entonces, hoy hay muchos programas que le hablan de la violencia, hay
muchos programas de ayuda y yo digo la mujer debe amarse a sí misma. Somos
mujeres bonitas, somos inteligentes, somos luchadoras. Si podemos ser
psicólogas, si podemos ser abogadas. Somos chóferes, somos cocineras.
Tenemos tantas profesiones en una, pero nadie lo sabe, sólo nosotras, o muchas
veces nosotras ni lo sabemos. Entonces, somos capaces de amar, somos
capaces de si podemos amar a alguien nos podemos amar a sí mismas.
Entonces, esto no funciona, dar la vuelta y seguir otro camino.

Un hombre no es todo en la vida, verdad. Todo en la vida soy yo, y yo sé que


podemos ser excelentes mujeres, excelentes profesionales. Alcanzando metas. Yo
no tenía sueños, ni me imaginé yo trabajar en esto, ni me imaginé yo salir a la
calle. Porque cuando vivía yo con el papá de mis hijos, le preguntaban a él “y su
esposa es abogada”, “no es una simple secretaria”. Si supiera que el ser una
simple secretaria a mí me costó llegarme a ganar un pequeño cartón, que me
sirvió mucho. Pero nunca estuve a la altura de él, entonces eso hacía que también
como que me denigrara. Pero, qué difícil porque él sabía que era secretaria, que
no era abogada, pero no sé qué pasó en el camino, yo me pregunto “no sé qué
pasó”.

Un día le dije “del novio que yo tenía, al esposo que es nada que ver.” Entonces,
el día que nos casamos, el novio que yo tenía se quedó ahí en esa puerta, porque

172
con el que yo me casé no es el hombre que yo había conocido, es otra persona.
Quise preguntarle muchas veces por qué ese cambio, pero nunca tuve la
oportunidad que me respondiera.

-¿Cómo ha cambiado su forma de pensar con respecto a la violencia contra


la mujer?
Mire, mi forma de pensar ha cambiado en ver muchas oportunidades que antes no
las tenía. Yo me encerré en un círculo en donde yo decía como que habíamos
nacido para ser, como decirle, esclavas. Nacimos para estar dentro de una casa
trabajando. La esposa puede trabajar, puede ser ama de casa y puede realizarse
como persona. Yo me quejé, yo lloré, yo pataleé por haber perdido mi trabajo de
secretaria. Y hoy me doy cuenta que tenemos talentos, y eee, he tenido varios
talentos y el salir a la calle y el llevar pan a mi casa, a mis hijos, me ha ayudado
mucho. Digo yo, no es una oportunidad, son muchas de conocerlas a ellas y que a
veces me dan la oportunidad de llegar a un lado, me ha ayudado un montón. Me
ha ayudado a sacar eso que me asfixió durante mucho tiempo, verdad. Antes yo
no podía ni hablar. Yo hablaba y le contaba mi problema llorando y le digo yo:
“Padre, necesito un nuevo corazón, porque el que tenía estaba demasiado
lastimado”. Pero para poder usted hablarle a alguien, uno tiene que pasar esos
procesos tan duros. Yo le digo, mire mi corazón está sano totalmente. Todavía hay
cosas que faltan, pero dentro del proceso me siento libre. Para comenzar me
siento alegre, sana mentalmente y espero llevar un buen mensaje y positivo,
verdad. Porque eem nos hablan de los malos hombres que hay en Guatemala, yo
sé que no es cierto. Yo tengo tres hijos, que son muy estudiosos y se trazan
metas y las logran. Tengo un excelente papá y hermano, y que decirle, los
ministros de la iglesia. Digo yo hay mucha gente tan buena… uno fue el que me
hizo daño, no le puedo decir yo el 75% de los hombres son malos, no es cierto.
Sólo hay que aprenderlos a conocer, a saber de ellos pero hay que conocerlos
muy bien, verdad.

173
DIARIO DE CAMPO

La entrevista se llevó a cabo en Fundación Sobrevivientes. Estaba presente la trabajadora


social con el fin de que la sujeto se sintiera más cómoda.

Previo a la llegada de la sujeto, la trabajadora social comentó que era una señora a la cuál se
le había dificultado de sobremanera terminar el proceso penal. Al momento de realizar la
entrevista, la sujeto ya había llevado un proceso terapéutico. En Fundación Sobrevivientes le
brindaron terapia psicológica y trabajaron sobre todo el empoderamiento de la mujer y
autoestima.

La sujeto es una señora expresiva, alegre, traía un pantalón negro de vestir y un saco rojo.
Llevaba puesto maquillaje y bisutería. Ella misma comentó al llegar que cuando vivía con su
pareja “no se arreglaba” y que ahora ya lo hacía.

Al finalizar la entrevista se llevó a cabo la actividad de cierre. La sujeto la realizó sin ningún
inconveniente. En ningún momento la sujeto se desbordó, no tembló la voz, ni lloró.

174
9.2.2 Sujeto ” B”:

Edad: 35 años
Nivel de escolaridad: Diversificado
Estado civil: Casada
Ocupación: Ama de casa

-¿Con quién vivís?


Con mis nenes, mi mamá.

-¿Quiénes integran tu familia?


Mi mami y mis tres nenes. Bueno, uno de los nenes es mi sobrinita, los otros dos
sí son mis hijos, hijos. O sea, a la nena yo la tengo a cargo, ya tengo 3 años de
tenerla.

-¿Cómo es la relación entre ustedes?


Pues, es armoniosa. Ahí costó un poco, todavía estamos en proceso porque si ahí
a veces eee, pero creo que también es la edad más todo lo que vivimos, verdad.
Todo ese maltrato que vivimos. Entonces, estuvieron un poco así como
alejamiento entre los hermanitos, pero con ayuda psicológica, o sea, la terapia ha
ido mejorando bastante. A pesar del cambio que se sufre, porque no tan solo
aparte la separación, sino que también de las secuelas que trae el trato que
tuvimos.

-¿Estás llevando tu proceso psicológico? *


Sí, ahí en Sobrevivientes nos ha ayudado, a los tres mejor dicho, los cuatro.
También la nena está incluida, llevamos nuestra terapia psicológica y se terminó la
terapia psicológica y aún seguimos con esa terapia en Grupo Guatemalteco de
Mujeres. La jueza nos dio la oportunidad de seguir con ése, porque
económicamente no tenemos para pagar un psicólogo privado. Pero creo que son
los mejores, pero en la fundación excelente psicóloga fue la que nos tocó.

175
-Entrando un poco al proceso penal, antes de poner la denuncia ¿qué
pensabas sobre la violencia contra la mujer?
Pues la verdad no sabía lo que estaba pasando, yo sabía que había algo malo en
la relación, 12 años estuvimos casados, es decir todavía estamos casados, pero
viviendo juntos en matrimonio. En ese tiempo no sabía que estaba sufriendo
maltrato, como se le denominaba. O sea, inconscientemente sabía lo que me
estaba pasando, que no estaba bien, que no era normal, pero ahí si que por lo
psicológico lo oprimen a uno.

-¿Tú sabías de la existencia de una ley que protege a las mujeres víctimas de
violencia contra la mujer?
No, no sabía.

-¿Cómo te enteraste?
Cuando ya hablé con Doña N., hablé con ella por teléfono me recuerdo, fue de
noche y me dijo que tenía que ir al Ministerio Público. Ya en el Ministerio Público
me iban a dar una orden para recuperar a mis nenes, y ya ahí empezó todo lo
legal. Al día siguiente ya me presenté a la fundación, me pasaron primero con la
psicóloga, ya hablé yo con una licenciada, con la trabajadora social. Y así,
empezaron explicando qué era el círculo de la violencia en el que estábamos y ahí
me enteré de todo. Me explicaron todo lo que tenía que hacer y cómo iba a ser
todo.

-¿Qué pensabas antes sobre denunciar y llevar a juicio a tu agresor?


No, no quería porque tenía miedo de que él fuera a tomar represalias en contra
mía. Bueno, igual me tenía amenazada con que iba a hacerle algo a mi mamá y a
mi hermano que él sabe que eran las personas más allegadas a mí, que eran los
que me podían ayudar. Que los iba a matar y que iba a hacer de todo y me iba a
dejar de último a mí, que me iba a matar de último a mí. Que siempre él se iba a
quedar con los niños verdad.

176
-¿Por qué presentaste la denuncia?
Porque él me sacó de la casa y ya no me dejó entrar a la casa, no me dejó ver a
los nenes, entonces, ahí ya empecé que una amiga me dijo: “mira, te voy a dar el
número de Doña N.C.”. Entonces, ya yo la llamé a ella, ya era de noche, ya tenía
15 días yo de no ver a mis nenes. Y con miedo y encerrada estaba yo en la casa
de mi mamá.

-¿Qué te motivó para tomar la decisión de iniciar el proceso penal?


Mis hijos. Mis hijos, porque sí sabía que tenía que sacarlos de ese círculo y que
les tenía que, como te digo, romper ese círculo, y que ellos no siguieran viviendo
lo mismo. O sea, que fueran a heredar ese maltrato, sabiendo que tenía derechos
para poderles seguir dando un futuro bien. O sea, no sólo económico, sino que
también psicólogico.

-¿Cómo supo qué era lo que tenía que hacer para iniciar el proceso penal?
(Se omite porque se contesta anteriormente)-

-¿De qué manera se informó sobre el proceso legal que iniciaría?


(Se omite porque se contesta anteriormente).

-¿Tú sabías a dónde acudir para poner la denuncia?


Eeeee tenía idea, pero Doña N. fue la que me dijo a dónde tenía que ir.

-¿En qué institución presentaste la denuncia?


Primero, al Ministerio Público.

-Y, contame un poquito, ¿cómo hiciste para poner la denuncia?


Pues, como mi familia no sabía, entonces tuve que contarle a mi hermano. Mi
hermano fue el que me apoyó y él fue el que me llevó al Ministerio Público y así.

-Cuando llegaste, ¿con quién hablaste? ¿qué tuviste que hacer?*

177
Hay una unidad especial para las mujeres víctimas, y ahí ya lo pasan a uno. Te
dan un trato, pues saben la crisis que estás pasando. Había una psicóloga y una
licenciada me imagino, una auxiliar fiscal.

-¿Qué tipo de ayuda recibiste?


Ahí en el Ministerio Público, las que me atendieron, pues me dieron las medidas
de seguridad, y me dieron la orden para que pudiera ir a traer a mis nenes al
colegio y que me los entregara la persona que los tenía en su poder en el
momento. Ya luego, al tener yo esos documentos, ya la fundación me brindaron la
ayuda con una licenciada, que fue la que me acompañó. Fuimos en una panel que
ellos tienen especial, contactamos con unos policías y los policías en la patrulla.
Llegamos al colegio y a los nenes los subimos a la panel como para que no fuera
tan traumático para ellos ver una patrulla, ver policías. Se hizo de la forma, se trató
de hacer de la forma más normal para que ellos no tuvieran ese shock.

-¿Quién te ofreció la ayuda?


(Se omitió porque se contestó con anterioridad).

-Cuando te ofrecieron la ayuda, ¿de qué manera lo hicieron?


Fueron muy amables. Ahora en el momento, tienes tantas ideas en la cabeza y
está tan confusa la situación, que ahora vengo a reflexionar y caigo en cuenta que
sí saben manejar muy bien la situación y cómo hablarle a la mujer que está en ese
estado, verdad. O sea, no te dicen, mira que te presionen, siempre te dejan a tu
criterio cual es la decisión que puedas tomar. Te explican también que etapas
estás pasando, pues. Todo eso y las consecuencias que te puede ocasionar tomar
una decisión correcta o una decisión incorrecta.

-¿Qué piensa sobre el acceso a la institución donde realizaste la denuncia?


Pienso que pues estuvo bien, fue fácil. Sabía cómo llegar y como mi hermano me
acompañó, entonces creo que fue más fácil por eso.

178
-¿Contaste repetidas veces tu historia de violencia?
Uy, sí.

-Y, ¿cómo te sentiste a contarla repetidas veces?


Ay, qué desahogo, desahogo porque sí había alguien que te estaba escuchando
realmente. Si es, híjole, un desahogo increíble porque sabes que hay alguien que
te comprende y que te entiende en el momento verdad.

-¿Cómo la atendieron las instituciones en donde presentó la denuncia?


(Se omitió porque se contesta en la pregunta en la cual refiere que fueron muy
amables y que la trataron de una manera “amable”).

-¿Cómo describirías la orientación que te dieron?


Pues muy acertada, muy correcta, supieron eee, como te digo, tuvieron una forma
muy sutil para decir las cosas. Lo hacen sentir a uno bien, apoyado, que uno no
está solo. Te hacen sentir que no estás solo, aparte de tener a tu familia, pues
tenés un apoyo legal, verdad, legal y psicológico pues. Porque ponele pues en mi
caso, no sé en el caso de otras mujeres, me decían, pensaba que era yo la que
estaba mal, porque te hacen creer que estás mal, que uno es tal vez loco, que no
le van a creer las cosas que uno está diciendo.

-¿Sentías miedo al momento de presentar la denuncia?


Sí, sí por las amenazas de muerte que tenía.

-¿De qué manera influyó este miedo en que tú continuaras el proceso?


Sabes qué me sirvió a mí mucho, haber escuchado a otras mujeres, el testimonio
de otras mujeres y cuando estaban contando su testimonio yo decía: “¡Dios mío
estamos casadas con el mismo hombre!”. Porque es el mismo patrón de hombre,
verdad. Uy no. Y al escuchar a las mujeres que ya lo habían superado y decir “no
me va a pasar”, verdad. Sí hay leyes, hay medidas y todo para que no te toquen y
que te protegen más a ti y a tus hijos.

179
-¿Qué medidas de protección recibiste?
Eeee, las medidas de seguridad donde él no se puede acercar a nosotros. Ése fue
un gran alivio, o sea, saber de que si algo me sucedía ya sabía la policía o las
autoridades quién había sido. Ese respaldo fue muy importante. Y que es haber
eee, o sea ya decir, romper ese ciclo, poder abrir y contar abiertamente lo que uno
está pasando.

-¿Qué pensas de las medidas de protección que te brindaron?


Ay excelentes, alivio. (risas) Seguridad.

-¿Cómo te sentiste de saber que te iban a dar esa protección?


Muy bien, muy bien. Eeee me sentí como, qué te digo, más fuerte, más segura.

-¿Influyó esto de alguna manera en tu decisión de continuar el proceso


penal?
Sí, totalmente porque sabes que tenés un amparo verdad, hay un respaldo que te
está resguardando.

-Y, ¿cómo te sentiste al denunciar la violencia de la cuál fuiste víctima?


Tenía miedo, tenía temor porque no sabía cómo iba a reaccionar él en el
momento, verdad. Cuáles iban a ser las represalias de él.

Incluso me dijo la licenciada, cuando fuimos a traer al colegio, hablamos con el


director y nos los entregaron y todo. Cuando íbamos en la panel, porque en
Carretera El Salvador estudiaban ellos, en el colegio -----------, fue largo el camino,
entonces ella me fue explicando. Entonces ella ya me dijo: “Mire, doña “C”, aquí
tenemos dos situaciones, una es que usted nos dice a dónde desea que nosotros
la llevemos”. Entonces yo le dije, pensando, porque no tenía a dónde ir, no tenía
las cosas de los nenes, la ropa ni nada, verdad, entonces le dije “bueno, a la casa”
sabiendo que él allí estaba, pero me dijeron que lo sacaban de ahí, que él ya no
podía entrar a la casa en lo que se arreglaba toda la situación. Entonces me

180
explicó ella: “la dejamos en su casa, pero usted entrando a su casa nosotros nos
vamos y ya no nos hacemos responsables de lo que a usted le pueda suceder,
porque usted está aceptando entrar. Ahora tenemos otra forma, porque por lo que
nos ha contado de cómo es su pareja, como es su esposo tememos por la
seguridad suya y de sus niños… [empieza a llover, por lo que la entrevista
continua dentro de a la casa].

Pues entonces, ee me hizo caer en cuenta, pero así como te digo muy sutil supo
decirme las cosas, no te están presionando tampoco para decirte lo que tú tenés
que hacer, a sabiendas de qué es lo que está sucediendo. Me dice “la llevamos a
su casa, pero una vez entra ya no podemos hacer nada porque usted está
aceptando algo, ahora otra opción tenemos el alberge de la fundación en donde
puede pasar unos días en lo que vemos cuál va a ser la reacción de él”. Entonces,
así como que ponés en una balanza. Qué hago, híjole, tenés toda una vida hecha
y todo, pero es una decisión que tenés que tomar por. “Me voy para el albergue”,
dije yo. Lo material, bueno pues en mi caso, dije yo lo material pues se hace. Lo
importante, como pasé 15 días sin mis nenes, yo ya los tenía a ellos, entonces
vamos para el albergue. Entonces nos fuimos para el albergue.

-Entrando un poquito a la etapa de declaraciones, ¿recibiste alguna


preparación antes de ir a dar la declaración?
Sí.

-¿Tuviste asistencia de un abogado durante todos los trámites legales?


Sí, todo el tiempo.

-*¿Esto te lo brindó la Fundación?


Sí, la Fundación. Qué alivio porque pensás, fíjate pues. En mi caso mi esposo me
decía “mire, yo tengo el dinero suficiente y yo voy a comprar abogados y compro
todos los jueces que va a tener usted pierde, ni se desgaste. Me va hacer nada
más gastar y además usted no tiene el dinero para, los recursos para poder

181
defenderse. Igual yo me voy a quedar con los niños porque usted no tiene ni
dónde vivir”. Como que lo pensaba uno, pero ya viendo la fundación y que te están
apoyando y te están alentando a seguir adelante verdad, y no parar en el proceso.

Incluso las psicólogas a la hora de, como se fue a sentencia, se fue a juicio. La
psicóloga un día antes te prepara, te dice: “mire no se tiene que poner nerviosa”.
Te explica como hacer respiraciones, en la posición que te tenés que sentar.
Pues, a mí lo que me dijo la psicóloga, ponete así (entrelazando los dedos de las
dos manos y poniéndolo sobre las piernas), es como una forma de anclarse y te
hace sentir como con más seguridad. “Porque el juez o la juez que le toque va a
estar viendo sus movimientos y si está hablando realmente con la verdad o está
mintiendo”. Tips, verdad, porque son un montón de tips que te dan para hacerlo
bien. Que no te falle de que te coma ese temor.

-¿Cómo fue la asesoría del abogado?


Muy bien, me explicó todos los pasos, porque son términos legales que a una
persona que no ha estudiado leyes, mucho menos que vaya a saber de todo el
proceso que viene. Hay términos muy, así como, complicados. Entonces, te los
explica, verdad, paso a paso cómo va a ir el trámite. Que si la decisión del juez
dijo tal cosa, entonces a qué repercute esto, a favor de qué puede estar y todo.

-¿Qué pensás de la etapa de ir a dar declaraciones?


Es dura. Es dura porque como que estás recibiendo tu ayuda psicológica. Me
enfoco más en lo psicológico porque quiera que no te afecta. Eeee porque volver
como que a recordar esa etapa y volver otra vez a contar, es desgastante. Es
desgastante pero ni modo ahí si que hay que hacerlo porque es para un bien,
verdad. Es para un buen fin pues.

-¿Cómo te sentiste con la presencia de tu agresor en las distintas etapas del


proceso penal?

182
A mí me tocó en el Juzgado de Femicidio que estaba antes en la zona 1, que
ahora lo trasladaron a zona 10, pero estaba aquí en zona 1. Aparte de la
psicóloga de la fundación, hay una psicóloga ahí en femicidios, en el Juzgado de
Femicidios. Ella me platicó y todo el tiempo estuvo conmigo a pesar del tiempo. Y,
puchica dije yo, qué apoyo verdad, un apoyo moral tan importante. Porque estaba
a la par mía y yo dando la declaración a la juez. Y el temor mío era, porque yo
tenía un montón de tiempo de no verlo, un mes o un par de meses tal vez. Verlo
ahí sí es como que chocante, pero me pusieron un biombo para no verlo, a pesar
de que yo sabía que él estaba escuchando, verdad. El biombo me ayudó mucho
porque como que me podía, me podía desahogar, lo visual, ellos como que con la
mirada te atacan. Entonces, no verlo me ayudó un montón, y saber que él me
estaba escuchando me ayudó más. Porque sabía que él estaba escuchando toda
la realidad de lo que habíamos pasado y que él nos había hecho.

-¿Influyó de alguna manera el que él estuviera presente?


En mi caso sí, me ayudó porque como que me ayudó a desahogarme todo lo que
yo sentía. Todo lo reprimido que tenía adentro en contra de él, o sea, de lo que él
mismo sembró.

-¿Qué pensás de la sentencia obtenida?


Que pudo haber sido mayor la condena que él merecía, porque no recibió la
sentencia que era. Sólo recibió psicológica y lo mío había sido físico por tantos
años, 12 años imagínate, físico. Pero no lo logré demostrar porque quité una
denuncia que había puesto en contra de él. Tenía pruebas, tenía fotos de los
golpes que me había dado, pero por haberla quitado porque el mismo círculo de la
violencia. Él me prometió que ya no lo iba a volver a hacer y todo eso, bla, bla…
me enamoró y quité la denuncia. Ya no pude hacer nada por haberla quitado. Sólo
fue por lo psicológico, porque esa vez que él me sacó de la casa no me pegó.

-¿Cómo te sentís con respecto a la decisión que tomaron los jueces?

183
Un poco, bueno, eee que te digo. Satisfecha porque sí, sí se estaba haciendo
justicia, pero no la que hubiera querido.

-¿Cómo pensás que van a cambiar las cosas ahora que concluyó el proceso
penal?
Mejor, porque ya estoy como liberada. Como que es una etapa que tiene que
pasar cada mujer que es víctima de la violencia. Ahora me puedo integrar mejor a
la sociedad, mis hijos también, ya no voy a tener ese, esa mortificación de que
está ahí, de que todavía hay algo pendiente, verdad.

-Y, ¿qué pensás del desarrollo de todo el proceso penal?


Ay, que es larguísimo, es desgastante porque igual el sistema es demasiado lento,
muy, muy lento. A pesar de, ponele con la fundación, ellos ponen todo de sí para
que se vaya dando, pero como ahora hay tantos casos y tantos procesos como
que se retarda mucho y es desgastante.

-¿Cómo te sentís después del proceso penal?


Bien, bien, así como, cómo te digo. No fue tal vez, en algún momento pensé que
lo estaba haciendo por venganza y que era algo que yo quería que las personas
no fueran a creer que era por venganza, sino que es algo que estás pidiendo
justicia, que se te está haciendo justicia y que está ayudando para que otras
mujeres no pasen el mismo proceso. Que se animen a romper ese silencio,
verdad. Y que se que ahorita ya no soy estadística de las mujeres maltratadas,
sino que soy estadística de las mujeres que lograron sobrevivir, y que están
adelante y que sí se puede hacer una vida nueva, verdad. Hay una luz, hay una
esperanza.

-¿Cómo te sentías antes del proceso penal?


Reprimida, eee mis hijos ante todo, pensaba en mis hijos. Porque también yo veía
el maltrato que ellos sufrían. Y así como impotente, no podía hacer nada. Uy, sí se
siente reprimido uno.

184
-¿De qué manera cambió tu vida llevar este proceso?
Soy una persona más extrovertida, más segura. Antes tenía miedo de contar las
cosas como eran y ahora, ahora sé que fue un bien que le hice a mi vida. Sé que
si yo no salía, ahora sé que si yo no estoy bien, mis hijos jamás iban a poder estar
bien. Ahora sé que estoy bien y sé que puedo seguir sacando adelante a mis
niños. Y que ellos van a romper ese patrón que traían, verdad, y si quiere mucho
esfuerzo, pero es paciencia.

-¿Qué pensas ahora de las mujeres víctimas de violencia que no denuncian?


Que están en un gran error, pero que son ellas las que tienen la última palabra.
Porque a pesar de que te digan “mira tenés de los mejores abogados, tenés a la
mejor psicóloga eee tu familia te apoya y todo”, pero está en ellas el poder salir, el
tomar esa decisión, verdad.

Si, porque cualquiera te puede decir, pero si uno mismo no se da cuenta.


Sí es que se está uno como que está enfrascado, estás creída de que te mereces
ese maltrato y como que sos tú la culpable de lo que estás viviendo, y no es así. O
sea, tiene que hacer como un “click”, de ser sensata. Lo que tenemos las mujeres
es que somos muy sentimentalistas, metemos primero el corazón y pensamos “ay
no, qué va hacer de mis hijos, qué voy a hacer”. O me va a ver la sociedad como
“ay, qué fracasada, una más que se está divorciando”, o qué sé yo, para mantener
una apariencia de que todo está estable, porque todo es apariencia. La mayoría
siento yo que es apariencia nada más, ante la sociedad, pero está en ellas poder
salir.

-¿Cómo ha cambiado tu forma de pensar sobre la violencia contra la mujer?


En que sí se puede salir adelante. O sea, que la violencia es más que todo,
empieza lo psicológico, luego te va a lo físico y es de ponerle un alto pues. Es de
parar, es de parar y ver a otras familias que si realmente, y pensar que no son
todos iguales.

185
DIARIO DE CAMPO

La entrevista se realizó en el hotel en donde trabaja y vive la sujeto. El espacio en donde se


conversó fue al aire libre, habían mesas, plantas y estaba presente la trabajadora social de
Fundación Sobrevivientes. A lo largo de la entrevista hubo dos interrupciones por parte del
hijo de la sujeto. Luego, sucedió una interrupción debido a la lluvia, por lo que se realizó un
traslado a uno de los cuartos del hotel para continuar la entrevista.

La sujeto es una señora alta, de ojos claros y pelo castaño. Vestía un pantalón de lona y una
blusa color verde. Su actitud hacia la entrevistadora fue un poco cerrada al inicio, pero luego
se abrió más, ya que brindaba respuestas más largas. El trato fue de mucha confianza,
posiblemente por la edad. Se mostró cooperadora y participativa, es posible que se sintiera un
poco ansiosa. Esto se pudo notar, ya que en ocasiones se trababa al hablar y movía sus
manos.

Cuando se habló sobre el sentimiento de llegar al Ministerio y poner la denuncia, a la sujeto


se le llenaron sus ojos de lágrimas e incluso lloró por un momento la recordar lo bien que se
había sentido cuando fue escuchada por las autoridades.

Al finalizar, se realizó la actividad de cierre y se concluyó brindándole un discurso positivo. La


trabajadora social también intervino.

186
9.2.3 Caso “C”:

Edad: 37 años
Nivel de escolaridad: 2do. Básico
Estado civil: Soltera
Ocupación: Doméstico

- ¿Con quién vive?


Actualmente, éste es un albergue. Llevo alrededor de un año viviendo en
albergues, desde que estaba embarazada de él (señalando a su hijo de 6 meses).
Desde que yo tuve el problema, yo me he visto obligada a tener que vivir en
albergues. Ahora, yo tengo tres meses de estar viviendo acá, “----------”.

- ¿Quiénes integran su familia?


Bueno, yo cuento sólo con mis tres niños, sólo nosotros. Tengo otras dos hijas,
una ya es mayor de edad, la otra está estudiando, pero ella no se crió conmigo. La
que es mayor de edad ya se casó, entonces, bueno, yo sólo ellos tres y yo.
Nosotros cuatro.

- *Y, ¿cuántos años tienen sus hijos? P tiene 3, M 4 y J 7 meses.

- ¿Qué dificultades han tenido?


Por el momento, como usted verá ellos están muy pequeños, ahorita no tengo
trabajo. Aquí nos ayudan con lo básico, la casa, la comida, pero hay cositas que
se necesitan y no pueden cubrir con eso. Porque yo pienso que más de lo que
ayudan ya no pueden, pero sí yo necesito un trabajo.

- Antes de poner la denuncia, ¿qué pensaba sobre la violencia contra la


mujer?
Yo nunca había vivido eso, y yo soy de pensar… bueno, yo nunca lo había vivido
con mi pareja, porque antes de la persona con la que viví eso, mi agresor se
puede decir, yo ya había tenido otro hogar. Nos separamos, no por violencia, sino

187
porque no estábamos de acuerdo. Bueno, yo pienso que ya no nos queríamos,
entonces nos separamos.

Cuando yo viví eso, desde el principio, yo sentía eso, de que quería presionarme y
ordenarme, muchas cosas que no van al caso para mí. Yo decidí mejor alejarme
cuando yo vi eso, que sí había violencia, pero cuando yo me separe de él no había
agresión física. Ya después fue que, ya no tenía nada que ver con él cuando me
agredió. Yo me separé por eso mismo, porque yo noté que se estaba portando
así.

- ¿Sabía usted la existencia de una ley que protege a las mujeres víctimas de
violencia?
Sí.

- ¿Cómo se enteró?
Yo siempre supe eso, porque yo soy del pensar de que yo no sé cómo hay
mujeres que pueden vivir con un hombre que las maltratan, que las golpean y aún
están ahí. Mi mamá por ejemplo, ella sufrió de eso, ella se volvió a casa después
de mi papá y el esposo de ella también la agredía. De hecho, le fracturó una
pierna, o sea, es un extremo verdad. Yo siempre quise meterle eso a ella de que
hay leyes, hay leyes, pero ella se lo calló. Pero yo si no podía hacer eso, yo si no
podía callármelo porque yo no soporto que alguien me golpee.

- ¿Qué pensaba antes sobre denunciar y llevar a juicio a su agresor?


Yo tenía miedo, yo tenía mucho miedo, pero quizás el mismo miedo me impulsó a
hacerlo, porque yo dije “si no lo hago, va a ser peor para mí, si yo no lo meto, en la
calle en cualquier momento me lo encuentro. Si yo me escapé gracias a Dios, y
tal vez ya no voy a volver a correr con la misma suerte”, dije yo. Eso fue lo que me
impulsó a buscar ayuda.

-¿Por qué presentó la denuncia?

188
No entiendo su pregunta.

-*¿Por qué usted decidió presentar la denuncia en contra de su pareja?


Porque yo ya no quería que volviera a ocurrir lo mismo, porque así como le digo, si
yo corrí con suerte o Dios quiso darme esa oportunidad de poder escaparme de
ese lugar con vida, yo dije “otra vez, ya no me vuelve a ocurrir”. Porque le voy a
contar, yo ya no vivía con él cuando me agredió. Me lo encontré en la calle y me
llevó a la fuerza a su casa, en contra de mi voluntad, o sea a golpes, a la fuerza.
Allí me tuvo encerrada cuatro días, abusando de mí, golpeándome, haciéndome lo
que se le da la gana, aguantando hambre y ni tomar agua ni nada. Y, cuando yo
logré escapar de allí, yo sabía, yo tenía en mi mente, y bueno, yo tenía que
hacerlo, yo tenía que buscar ayuda. Porque si no, así como me llevó a la fuerza y
logré escapar, a la próxima igual me podría llevar a la fuerza y ya no escapar.

- ¿Qué la motivó para tomar la decisión de iniciar el proceso penal contra su


agresor?
(Se omite, ya que se contesta con anterioridad)

- ¿Cómo supo qué era lo que tenía que hacer para iniciar el proceso penal?
A mí me ayudó bastante el Ministerio Público, porque cuando yo logré escapar me
encontré a unos policías, me llamaron una ambulancia. Yo estaba bien golpeada,
abusada, estaba embarazada de él (señalando al bebé), y los agentes me dijeron
de que cuando llegara al hospital pidiera que me evaluara un médico forense, y
que de ahí que iba a llegar al Ministerio Público. Bueno, cuando llegué al hospital
así fue, me evaluó el médico forense, llegó el Ministerio Público y llegó la
trabajadora social del hospital y la trabajadora social me mandó al Ministerio
Público después de estar cuatro días internada en el hospital. (Se tuvo que
detener la entrevista, ya que el bebé empezó a llorar y tuvo que cambiarle el
pañal, se retoma la entrevista).

-*Entonces el Ministerio Público la ayudó mucho.

189
Sí, de hecho estoy aquí por el Ministerio Público.

- ¿De qué manera se informó sobre el proceso legal que iniciaría?


Ahí en el Ministerio Público, como le dije me ayudaron mucho ellos.

-¿Sabía usted a dónde acudir para poner la denuncia?


Eeee, sí, porque cuando empezó eso, la agresión, yo ya había ido a la policía a
poner cinco denuncias. Pero como ellos, hasta verlo a uno que ya está con
sangre. A mí varias veces me sacaron de la policía, hasta de loca me trataron
porque ya eran muchas las veces que yo había ido a poner la denuncia y yo ya no
vivía con él y él seguía molestándome. Y ya después fue que fui al Ministerio
Público, ahí fue la última.

- ¿En qué institución presentó la denuncia?


(Se omite, ya que se contesta con anterioridad).

- ¿Cómo hizo para poner la denuncia?


Después de cuatro días de estar internada en el hospital, en el mismo carro del
Ministerio Público me llevaron porque yo tenía pánico, tenía miedo de salir del
hospital y yo sentía que al subirme a un bus la primera persona que iba a ver iba a
ser él. Y como cuando él me agredió siempre me decía que nunca fuera a decir
nada y que no fue a la policía porque me iba a matar, entonces yo tenía miedo. “Si
yo logré escaparme, él está enojado, ahora sí me va a matar”, dije yo. Entonces yo
no quería ni salir del hospital porque tenía miedo, entonces el Ministerio Público
tuvo que sacarme y puse la denuncia formalmente.

- ¿Qué tipo de ayuda recibió?


A mí me atendió una licenciada y psicóloga C.G. Ella me ayudó bastante, yo
pienso que más que profesional, humanitariamente me ayudó porque me dio ropa,
me dio cosas que yo necesitaba porque yo no podía ir a mi casa. Yo no quería ir a
mi casa y que me viera mi familia que estaba golpeada y me envió a un albergue

190
mientras a él lo capturaban. En el albergue estuve dos meses mientras lo
capturaban y de ahí ya pude regresar a mi casa.

- ¿Quién le ofreció la ayuda?


(Se omite, ya que se contesta con anterioridad).

- ¿Cómo le ofrecieron la ayuda?


De buena manera.

- ¿Contó repetidas veces su historia de violencia?


No. Sólo fue la primera vez que yo llegué, y sólo fue una vez, pero me preguntaron
si yo tenía ganas de hablar de ello, si no, no. Pero, yo sí tenía ganas de hablar,
para desahogarme.

- ¿Cómo se sintió al contar repetidas veces su historia de violencia?


(Se omite, ya que se contesta con anterioridad).

- ¿Cómo describiría la orientación que le dieron?


Mmmm, me orientaron de buena manera, no tuve dudas de nada. De hecho,
cuando yo llegué en el albergue donde supuestamente yo iba a estar iba a estar
sola, no habían más personas. La psicóloga, ella no quiso que yo me quedara
sola, bueno, que no era bueno para mí estar sola y me llevó a su casa. Es en
contra de las leyes, que no era permitido que la víctima estuviera en casa de
alguien que trabajara ahí en el lugar, pero sí lo quiso hacer así. Humanitariamente
lo hicieron y sí me ayudó bastante, porque si yo me hubiera quedado sola saber
que hubiera pasado, me hubiera sentido tal vez pero de lo que ya me sentía.

- ¿Qué piensa sobre el acceso a la institución en donde presentó la


denuncia?
Me fue fácil llegar.

191
-¿Cómo le atendieron en las instituciones en donde presentó la denuncia?
Bien, no me puedo quejar.

- ¿Sentía miedo al momento de presentar la denuncia?


Sí.

-¿De qué manera influyó esto en que usted continuara con el proceso penal?
Siempre me animaban, siempre me animaban y me llamaban constantemente,
casi a diario para animarme y decirme que no tuviera miedo, porque me iban a
ayudar, y que ellos estaban conmigo, que ya nada me iba a pasar.

-*¿Quién la llamaba?
La psicóloga del Ministerio Público.

- ¿Qué medidas de protección recibió?


A mí me dieron unas hojas ahí, pero ya se me venció porque ésa la tengo que
renovar cada 6 meses y yo sólo una vez la saqué y como yo me vine para acá,
para este otro albergue, ya no le puse mucha importancia a esto, pero sí yo
necesito renovarlas.

-*¿En qué consisten estas medidas de protección?


Que no se acerque, ni al lugar en donde yo vivo, ni donde yo trabajo, pero
después de eso yo tuve otro problema. Después de que él estaba preso, cuando
el bebé nació yo tuve otro problema, porque yo cometí el error de que yo quería de
que él conociera a su familia y yo misma lo llevé con los abuelos para que lo
conocieran y de ahí me lo quitaron. Me lo habían quitado con la ayuda del
Ministerio Público, me lo tuvieron un mes y no querían ni que yo lo fuera a ver,
nada. Con la ayuda del Ministerio Público yo lo recuperé.

- *¿Alguna vez ha necesitado usarlas?

192
Sí, él está preso, dicen que son 6 años, pero como por buena conducta, que dicen
ellos o si quieren volver a…. o piden no sé qué cosa, de las disminuyen. Pero yo
tengo miedo de que eso vaya a pasar, porque sí, yo tengo mucho miedo, porque
él estando ahí me mandaba a amenazar. Me mandaba a amenazar
constantemente que cuando salga me va a matar, que no sé que, que el bebé yo
no tuve que haberlo sacado de la casa de la familia de él, que ahí se tenía que
quedar y así, un montón de cosas. Y, aún tengo miedo.

-¿Qué piensa de las medidas de protección y seguridad que le brindaron?


Para mí que no son tan seguras, porque cuando uno llama a la policía nunca
llegan. No sé, no me siento tan segura con eso, para mí lo seguro es estar lejos de
donde ese hombre esté, es lo más seguro para mí.

- ¿Cómo se sintió al saber que le brindarían protección?


Pues yo fui y cumplí con mi papel, que me dieran el papel, pero para mí no es tan
seguro eso, no es tan seguro.

- ¿Cómo influyó esto en su decisión de continuar con el proceso penal?


Yo siempre estuve segura de que quería llevar a cabo el proceso, yo sí quería
hacer eso, yo quería que él estuviera allí donde él está. Quería que pagara con
cárcel.

- ¿Cómo se sintió al denunciar la violencia de la cual fue víctima?


Yo sentí mucha pena, porque yo ya tengo mis hijas que ya son más grandes y yo
también dije, tengo que hacer eso porque que yo llegué a mi casa y que mis hijas
me vean golpeada o para también animarlas a ellas para que sepan de que hay
justicia. Algún día, tal vez ni quiera Dios que vayan a sufrir eso, pero si ellas
llegaran a sufrir eso, ellas ya saben lo que tienen que hacer. En cambio, si yo me
lo callo, igual de la misma manera ellas llegaran a sufrirlo, se lo van a callar.

- ¿Recibió algún tipo de preparación para dar su declaración?

193
No.

-¿Tuvo asistencia de abogado durante los trámites judiciales?


No.

- *¿Nunca tuvo abogado, hasta el juicio?


Mire pues, me habían mandado con una licenciada de un lugar que se llama -------
----, donde supuestamente ella ayuda a mujeres que sufren de violencia. Pero,
cuando yo llegué con ella a mí no me pareció, porque ella empezó a hacerme
preguntas que empezó a hacerme sentir mal. Por ejemplo, ella empezó a
preguntarme de mis hijos, cuántos hijos tenía y del papá de ellos. Que si no me
parecía que había tenido muchos hombres y que no sé qué, o sea un montón de
cosas que no iban al caso, verdad. Entonces, yo hablé con las personas que me
habían enviado con ella, yo dije que yo no quería que ella me ayudara porque en
vez de ayudarme como si yo me lo hubiera buscado, así me hacía sentir ella.
Cuando yo llegué al Ministerio Público me quejé, entonces la licenciada, la que me
estaba ayudando ella me dijo que no tuviera pena, que no era la primera vez que
pasaba eso, y que de parte de esa abogada habían no sé cuantas denuncias por
acoso. Que ella empezaba a trabajar así y después empezaba a enamorar a las
mujeres, supuestamente, entonces como quien dice si yo la acepto entonces sí
me ayuda con el caso, y así. Entonces, ya no quise que ella me ayudara.

- *¿Entonces, le dieron otro abogado?


Sí, pero no precisamente que estuviera conmigo para los trámites, sino que lo
normal, en las audiencias y todo, lo que siempre le asignan a uno.

- ¿Cómo fue la asesoría de él durante esa etapa?


Para mí fue muy fuerte, de hecho, la antepenúltima audiencia que hubo él
(señalando al bebé) ya había nacido y me tocó que llevarlo en brazos y yo toda
adolorida con una cesárea, sólo tenía como diez días de haber dado a luz, para mí
fue muy incómodo, entonces yo ya pedí de que no lo quería ver, no quería verlo.

194
Entonces fue que pusieron una división entre él y yo, y tampoco lo escuché hablar,
sólo hablé yo, de ahí me sacaron del salón. Total que a la última audiencia, tal vez
el juez vio las condiciones en las que yo estaba, entonces yo ya no asistí cuando
lo sentenciaron.

- ¿Cómo se sintió con la presencia del agresor durante las diferentes etapas
del proceso penal?
(Se omite debido a que se contesta en la pregunta anterior).

- ¿Cómo influyó la presencia de él?


Siempre yo tenía miedo, yo sentía el miedo de que él de repente va a tirar esto y
se me va a tirar encima, si, bien feo. Estaban los guardias ahí, pero yo dije, de
aquí a que vengan los guardias él ya me ha vuelto a golpear otra vez y yo no
quiero eso. Me va abrir la operación, dije yo. Como fue bien feo lo que yo viví,
entonces a uno le queda eso.

-¿Qué piensa de la sentencia obtenida?


Yo no estaba conforme, pienso que merecía más años porque primero, yo ya no
vivía con él, él me llevó a la fuerza y me tuvo encerrada. Se puede decir que fue
un secuestro, y encima de eso estaba abusando de mí y golpeándome, y sólo
fueron seis años los que le dieron. Para mí que no fue suficiente.

- ¿Cómo se siente con respecto a la decisión que tomaron los jueces?


Bueno, mire pues, le voy a decir, cuando nosotros empezamos a ir a las
audiencias y había un juez de que sí, yo siento porque le voy a decir una cosa:
hay quienes trabajan y le ponen sentimiento, y hay quienes sólo por salir del
compromiso. Yo sentí de que el juez que llevaba el caso primero, que sí, él
hubiera actuado eee, hubiera actuado un poco mejor, viendo mi situación, cómo
yo estaba, entonces él sí lo hubiera castigado como se merecía. En cambio, el
otro juez no. Ése sí desde que yo empecé a hablar con él, yo sentí aquella
confianza que él le pusiera tanto sentimiento a lo que estaba pasando. Ni él viendo

195
las fotos del médico forense, vio como estaba y bueno, le dio igual y la licenciada,
la defensora del hombre ese, buenísima. Ella hasta me dijo que yo pude haberme
hecho los moretones, los golpes que yo tenía, porque dice que hay mujeres de
que cuando el hombre y no quieren vivir con ellas, hacen hasta lo imposible por
hacerlos parecer culpables. Todo es, él lo tomó en cuenta, no tomó en cuenta los
golpes que me había hecho, sino que él tomó en cuenta lo que estaba diciendo la
abogada de él. No lo que me había pasado, sino lo que decía la abogada.

- ¿Cómo piensa que van a cambiar las cosas ahora que terminó el proceso
penal?
Ay no sé, yo no sé. Yo siento que esto va a seguir, si yo no voy a poder regresar a
mi casa. Media vez este hombre esté vivo, siempre voy a tener ese temor.

-¿Qué piensa del desarrollo de todo el proceso penal?


Fue rápido, pero no justo, duró como 7 meses.

- ¿Cómo se siente después del proceso penal?


No muy conforme y aún más, preocupada cuando me quitaron al bebé. Yo cometí
el error de que lo conocieran y después llegaban las hermanas de él a mi casa
que “mire, que nos lo vamos a llevar a la ------------“. Que se lo lleven, pero no más
de 4 ó 5 horas. Y que “mire, que lo vamos a llevar un domingo a misa”. Vaya está
bien, decía yo. Entonces, yo les daba permiso vea, pero de ahí yo tuve que
dejarlos a ellos con mi mamá, tuve que hacer un pequeño viaje y desde que yo
salí mi mamá no me dijo de que a él se lo habían llevado. Yo me fui a estar como
una semana, pero todos los días la llamaba a ella a preguntarle por ellos, “aquí
están, están bien”, pero ella me mintió. De ahí cuando yo regresé del viaje y llego
y miro “mamá, ¿y el bebé?”, le digo. “Se lo llevaron a pasear”, me dijo ella. Eran
como las 7 de la noche, no regresaba, ya me estaba preocupando y “mamá
¿desde qué horas se lo llevaron?”, “desde hace días”, me dice, “desde que te
fuiste”. Yo le dije “usted sabe que yo no les doy permiso que se lo lleven de días,
sólo tres, cuatro horas”. “Pero, es que ahí va estar mejor”, ella quiso haberme

196
convencido. Es que como la relación del papá de él conmigo no fue buena,
entonces ella no estaba de acuerdo tampoco. Entonces, cuando el bebé nació yo
me di cuenta de que como que si no lo querían, pero él no tiene la culpa.
Entonces, ellos querían, mi familia quería que yo lo entregara a la familia de él,
pero yo no quería, es mi hijo.

- ¿Cómo se sentía antes del proceso penal?


Con miedo.

- ¿De qué manera cambió su vida el llevar a cabo el proceso penal?


Ha cambiado bastante porque, imagínese yo siento como que yo estoy huyendo,
yo me estoy escondiendo, viviendo aquí. No me quejo, si, porque es tranquilo
aquí, pero no era lo que yo quería para mí. Yo trabajaba, y mantenía a mis hijos,
pero con eso, menos, no puedo trabajar.

- Y, ¿qué piensa ahora de las mujeres víctimas de violencia que no


denuncian?
Me dan lástima, porque ellas tal vez pensarán de que el agresor va a cambiar, y si
lo hace una vez lo va a seguir haciendo. Por eso es de que muchas mujeres han
perdido la vida en manos de los padres de sus hijos o de sus parejas, por eso
mismo, por pensar que van a cambiar y no, eso es mentira.

- ¿Cómo ha cambiado su forma de pensar sobre la violencia contra la mujer?


Sigo pensando igual, de que hay que denunciar siempre. Muchas mujeres se lo
callan, pero por miedo, porque siempre el que agrede siempre amenaza “te voy a
matar, si le decís a alguien, si vas a la policía”. Por ejemplo, este hombre me decía
que por mí no iba a ir a la cárcel, que me iba a matar, que me iba a picar y a tirar
no sé donde. Si fue capaz de golpearme como me golpeó cuando estaba
embarazada, yo sé que es capaz de quitarme la vida, yo sé.

197
DIARIO DE CAMPO

La presente entrevista se realizó en el albergue en donde vive la sujeto. Al llegar, ella y


sus hijos estaban almorzando, por lo que se tuvo que esperar un momento. Cuando
finalizaron de comer, la sujeto sugirió que la entrevista se llevara a cabo en su habitación,
por lo que se hizo el traslado a la misma. Debido a la edad de su hijo menor (7m.) estuvo
presente, por lo que a lo largo de la entrevista se hicieron algunas interrupciones para
cambiar el pañal, traer algún juguete, calmar al bebé cuando lloraba.

La sujeto “C” es una mujer garifuna que habita en la Ciudad de Guatemala. Es alta,
elegante, seria. Vestía un pantalón de lona y una blusa color blanco. Su actitud fue
participativa, sin embargo sus respuestas fueron cortas y concisas, no quiso ahondar en
ningún tema, más allá de lo preguntado. La sujeto llevó y está llevando un proceso
psicoterapeútico brindado por Fundación Sobrevivientes.

Al finalizar la entrevista, se realizó la actividad de cierre. La llevó a cabo sin ningún


inconveniente. Sus respuestas fueron cortas y precisas. Se concluyó brindándole un
discurso positivo y animándola a seguir adelante.

198
9.2.4 Caso “D”:

Edad: 40 años
Nivel de 3ro. Básico
escolaridad:
Estado civil: Soltera
Ocupación: Recamarera

- Cuénteme, ¿con quién vive?


Ahorita estoy viviendo en la casa de mi hermana.

-Y, ¿quiénes integran su familia?


Mi familia, familia somos mis niños, mis cuatro niños y yo.

- *Y, ¿cuántos años tienen?


La primera tiene 19, el segundo tiene 17, el tercero tiene 12 y la cuarta tiene 6
años.

-¿Cómo es la relación entre ustedes?


Por el momento, como usted sabe que los hombres cambian su forma de… o sea,
cuando son niños uno ya los puede manejar a su modo y todo, pero cuando ya
llegan a una edad de jovencitos, pues se vuelven como más rebeldes y cambia su
forma de pensar. Ya no le quieren hacer caso a uno en cosas que uno les dice y
ahí vamos. Por el momento mi relación no está digamos, mala. Tenemos nuestras
bajas y nuestras altas, pero ahí estamos. Mi niña, la de 19 años, me comprende
en algunas cosas, pero en otras no, entonces ella misma se cierra. El varón por lo
consiguiente este, tenemos nuestras… porque yo lo regaño a él de cosas que él
no haga, o sea, póngale un ejemplo: de estar mucho pegado al teléfono, en esos
juegos y todas esas cosas, pero ahí va. A veces se enoja conmigo, pero yo no le
hago caso porque son cosas de jóvenes y no me voy a poner a pelear con ellos.
Ahora, el otro como está en una edad de 12 años como que entre jovencito y niño

199
todavía, entonces como que se ha portado así como que a veces no le gusta
hacer nada. Todo para él, ya no quiere seguir estudiando… pero ahí lo
empujamos porque a veces lo regaño que digo: “estudia papa porque el bien es
para ti no para mí, pues”. “Hay voy a hacer mi tarea”, dice, pero ahí vamos. Ahora
mi nena chiquita pues es más fácil de manejar porque si yo le digo “ponete esto”,
ella se lo pone. Ahí vamos, no estamos ni tan mal, ni tan bien, regular, lo normal.

-¿Qué dificultades han tenido?


Eeee, ¿por el momento o en el tiempo de antes?

*-En general.
Por el momento, no tengo ningún problema, en el pasado sí tuve problemas
verdad con mi esposo, porque aparte de eso que no nos tenía bien, y nos daba un
trato malo. No sólo a mí, sino que a todos mis hijos.

-Antes de poner la denuncia, ¿qué pensaba sobre la violencia contra la


mujer?
Como en esos tiempos no había mucho conocimiento en eso, no había motivación
para eso. Yo siento que, cuando a mí me sucedió eso, pues yo estaba encerrada
como un globo, que no sabía qué hacer, porque no sabía si había un grupo de
personas que lo pudieran ayudar a uno, para poder ver el problema en el que uno
está metido. A veces yo no pensaba eso, que a mí me iba a pasar eso,
¿entiende?, yo nunca pensé que me iba a pasar eso. Yo sólo pensaba “si yo me
quedo sola, ¿qué voy a hacer con mis cuatro niños?, ¿qué voy a hacer?, ¿cómo
los voy a mantener?, ¿cómo los voy a criar?”, verdad. Eso es lo que uno a veces
piensa.

-¿Sabía usted de la existencia de una ley que protege a las mujeres víctimas
de violencia?
Pues, cuando tuve conocimiento de mis problemas, no lo sabía, porque no estaba
muy avanzado esto. No como en estos días que ahora todo se sabe, pues.

200
-Y, ¿cómo se enteró usted?
Eeee, no, yo no me enteré, sino que simplemente actué porque llegó un momento
en mi etapa en que yo ya no podía callar más el problema que estaba viviendo.
Porque aparte que tenía problemas en mí misma, mi pareja, tenía problemas con
mi hija, ¿me entiende?. Ahí fui donde yo sufrí tanto, porque no hallaba qué hacer,
si ponerlo a la justicia, o callármelo, no hallaba qué hacer. Pero en ese momento
sí, yo me sentía como entre la espada y la pared, porque no hallaba una solución.
Incluso, todavía mi papá me dijo “¿qué vas a hacer?, ¿vas a denunciar a esa
persona o lo vas a dejar así?, o vos misma le diste el permiso para que lo
hiciera?”. Cosa que no era así verdad, yo en ese momento me sentía así como “si
yo tapo eso, me van a decir que yo ya lo sabía, y que eso no es así pues”.
Entonces, llegó el momento dado, en que sí, lo pensé y dije “bueno”. Llegó el
momento en el que también, él llegó a mi casa y me provocó esa furia que yo
tenía, porque no hallaba como expresarme, la verdad. Y sinceramente sí, lo
denuncié.

Fue la noche de un martes que lo atrapé y yo quería decirle a él lo que le había


hecho a mi hija. Porque sinceramente mi hija fue la afectada porque él abuso de
mi niña, siendo su verdadero papá. Entonces fue lo más duro que yo pude haber
sentido porque, ¿qué hacía?. En esos momentos no hallaba qué hacer porque no
tenía un trabajo, no contaba con dinero, no contaba con nada. Yo vivía en un lugar
bastante, bastante crítico. Tal vez usted ha oído, debajo del Puente del Incienso,
yo vivía. -mjm-. Mi vida era, tan, tan mal. Porque no teníamos, teníamos una
casita más o menos, pero no teníamos agua, no teníamos luz, no teníamos un
baño dignamente para una familia. Vivíamos en una extrema pobreza. En ese
momento yo decía “qué voy a hacer con mis hijos, cómo los voy a mantener
viviendo hasta aquí”.

Ese momento llegó en que, como le contaba, mi marido llegó y yo de la furia que
tenía lo alcancé en una bicicleta, lo alcancé en una carretera y me le fui encima.

201
Me le fui encima. Yo ya no iba pensando si me iba golpear o me iba a pegar él, yo
lo único que quería era descargar toda esa furia de lo que él había hecho con mi
hija. Entonces, la gente se amontonó ahí, me hicieron una rueda. Incluso la gente
llamó a la policía y ahí fue cuando a nosotros nos llevaron a la comisaría. Ahí en la
comisaría, todavía el de la patrulla me dijo: “mire señora, ¿usted está diciendo la
verdad?, ¿este señor abusó de su hija y está diciendo la verdad?”. “Sí”, le dije.
“Porque si usted no me está diciendo la verdad – me dijo- a usted la vamos a
meter presa por andar difamando”. “No”, le dije, “no soy yo la que voy a hablar, es
mi hija la que va a decir la verdad”.

Todavía en la patrulla venía él diciéndome que lo perdonara, que él se iba a ir,


pero que lo perdonara que no lo llevara preso. Entonces fue cuando yo le
contesté, ya con mi corazón lastimado y triste, porque yo sinceramente a esa
persona la quería, pero, lo que había hecho con mi hija tampoco era justo verdad.
Entonces me dijo que lo perdonara, que le perdonara lo que había pasado, que él
no lo quería hacer y que él no lo había hecho. Todavía él lo negaba. Entonces,
cuando llegamos al Ministerio Público, aquí en Gerona, a mí me tomaron mis
declaraciones y le tomaron las declaraciones a la nena y le tomaron las
declaraciones a él. En ese momento él todavía no quedó retenido. Lo dejaron salir,
pero yo ya en ese sentido yo seguí con mi lucha.

Al otro día cuando me citaron me dijeron, mire señora tiene que ir a tal y tal lugar.
Yo voy a ir, y al día siguiente anduve dando vueltas. Vine aquí a Gerona, de ahí a
Gerona me mandaron para el INACIF, de ahí del INACIF me mandaron para
forense, no se donde. Y me mandaron para aquí a un lugar, Fiscalía de la Mujer.
Pues gracias a Dios me atendieron bien, me tomaron mis declaraciones y todo,
me preguntaron qué me había pasado, la vida que había tenido. Incluso todavía
tenía golpes que él me había dado, verda, porque incluso él me reventó la frente
con un envase, aquí (señalándose la frente). Todavía cargaba una quemada que
me había dado aquí en la mano. Total que, ya estando aquí en Gerona, ya había
dado tantas vueltas, ya había dado todas las declaraciones en todos los lugares.

202
En la policía, en todos lados, ya había mandado mi hoja para que él lo buscaran,
porque realmente necesitaba que hicieran justicia verdad.

Ya cuando llegamos aquí a Gerona, una tarde, llegamos a medio día, me dijo la
señorita “mire señora, ¿a usted la están ayudando?, ¿ya fue a una institución de la
mujer?”. “No seño, yo sólo vine aquí porque a mí me dijeron que tengo que ver si
ya salieron mis medidas de seguridad y todo eso, vengo a ver” le dije yo. “Mire -
me dijo- le voy a dar una tarjetita, le voy a dar una dirección a donde usted se
puede dirigir para que le den ayuda psicológica y… y todo eso. Incluso, voy a
llamar ahorita para que la atiendan”. “Está bien, seño”, le dije. De ahí ya salimos
como a las dos y media de la tarde. Todavía le dije a la nena, “¿será que vamos a
ese lugar?”. “Sí mamá”, me dijo. Ese día nos fuimos en una 101 y bajamos por el
Parque Colón, y ya nos fuimos caminando buscando la dirección, y era Fundación
Sobrevivientes. Allí fue donde ellos nos abrieron toda la información que teníamos
que llevar, verdad. Tal vez no nos ayudaron con ayuda legal, pero si nos ayudaron
con la económica, psicológica y posiblemente hasta con esas cosas que la verdad,
no hay mucha gente que lo ayude a uno. Pero todo el proceso sí hubo gente que
me ayudó bastante. La Misión Internacional también nos ayudaron mucho, ellos
fueron los que nos dieron la ayuda legal en el caso.

Gracias a Dios nos hicieron justicia, tal vez no eran los años que queríamos, peor
al menos hice justicia en la forma de que yo me sintiera bien y por la dignidad de
mi hija. Porque sí, como le digo, él abuso de ella, se aprovechó de ella, apenas
tenía 12 añitos. Aparte de que nos dio una vida tan mal, porque él nos pegaba.
Cuando me pegaba a mí, le pegaba a mis hijos. Él me macheteaba la espalda, él
me ponía el filo del machete aquí en el cuello, él me agarraba a puño cerrado y de
una vez me dejaba morado, la espalda, las patadas. Todo eso, lo que una familia
no quisiera que pasara, pero hasta mis hijos sufrieron los golpes.

- *Cuándo usted puso la denuncia, ¿lo presentó por su hija, y por usted?

203
Más que todo por mi hija, también por lo que me hizo a mí, pero también por lo de
mi hija. Cuando llegamos a debate, ahí todo se dijo, todo lo que nos hacía cuando
estaba con nosotras.

Lo que pasó fue que yo ya había puesto dos denuncias antes. Después de esas
dos, ya no puse más porque yo tenía miedo de que me la iban a rechazar y me
iban a decir “mire, usted vino a poner sus denuncias y nunca cumplió con ellas”.
Porque la primera vez que tenía que ir, no estaba él, saber en dónde diablos
andaba, entonces dejé, la desistí porque me amenazó y me dijo que si yo lo metía
preso, él al salir de preso, me iba a matar o saber qué iba a hacer con mi familia.
Por el miedo de que él hiciera algo, porque yo sabía que era de armas tomar, lo
dejé así.

Volví a regresar con él otra vez. La segunda vez, igual yo fui a poner la denuncia,
pero a él si. Vine a dar mi, sí vine a atestiguar aquí a la Fiscalía de la Mujer,
incluso me dijo la señorita de ahí de la secretaría me dijo “hasta por la quemada,
póngalo ahí para que así lo frieguen bien”. Incluso, a él lo llamaron ese día, para
que viniera y él no vino porque no lo encontraron nunca. Él no estaba cuando lo
llamaba nunca, entonces no se podía hacer nada pues. Ya después, ya la tercera
vez que fue lo último con el problema más grande que pudo haber pasado.

- ¿Qué pensaba antes sobre denunciar y llevar a juicio a su agresor?


Hubo momentos en los que tenía yo, cómo decirle, dudas. Decía yo “si lo voy a
meter preso, qué va a pasar”. Yo pensaba en su familia, en qué iba a decir la
familia, pensaba en los hermanos, que me los iba echar de enemigos, me
entiende. Que por eso me iban a odiar toda la vida, pero ¿qué iba hacer?.

Hubo un momento en que decía yo “lo hago o no lo hago, sigo o no sigo”. Pero
siempre hay alguien que lo apoya a uno, que le diga “bueno a usted no le tiene
que importar, no le tiene que interesar lo que piense la familia de él. A usted no le
tiene que interesar lo que piense su familia, porque es su decisión”. Todo eso fue

204
lo que me hizo entender que estaba entre que yo lo quería, pero que yo lo quería
mucho porque era mi marido, pero también estaba lo de mi hija que era importante
balancear entre el amor de mi marido y el amor de mi hija. Y el amor de mi marido,
pues eso no era bueno pues, porque él había fallado en ese sentido por todos los
malos tratos que me había dado y en un ratito también... el corazón en sentir ese
resentimiento, ese… todo. Quiera que no sí, sí cambió mi vida.

-¿Por qué presentó la denuncia?


(Se omite, ya que se contestó con anterioridad).

-¿Qué la motivó para tomar la decisión de iniciar el proceso penal?


Ver que mi hija, todas las cosas que pasó cuando le tuvieron que hacer exámenes
de psicología, de todo. Que la tuve que llevar al hospital, a todo. Eso fue lo que me
motivó a seguir luchando para que me hicieran justicia.

-¿Cómo supo qué era lo que tenía que hacer para iniciar un proceso penal?
Porque en el Ministerio Público me dijeron el proceso que íbamos a pasar, verdad,
y aparte de eso cuando yo fui a la Fundación, las señoritas ahí, desde la
trabajadora social hasta donde era la señora pues me dijeron los pasos que
íbamos a seguir. Que era un proceso largo, que íbamos a tener que tener
paciencia porque no se iba a resolver de la noche a la mañana, pero de que se iba
a hacer justicia, se iba a hacer.

- ¿De qué manera se informó sobre el proceso legal que iniciaría?


(Se omite esta pregunta, ya que se contesta con anterioridad).

-¿Sabía usted a dónde acudir para poner la denuncia?


Este si, al principio, bueno, el proceso mío que yo llevé de primero fuimos a la
comisaría porque se volvió un problema cuando yo lo vi. Entonces, ya no tuve
necesidad de ir a poner la denuncia, sino que directamente puse la denuncia
porque nos trajeron a los tres aquí a la Torre de Tribunales. Allí fue donde nos

205
dijeron todo lo que teníamos que hacer, verdad, entonces ahí pasamos la primera
vez que yo di mi denuncia, él también y la niña también la dio. Entonces, así fue
como pasamos, ya no pasamos por procesos así

- ¿En qué institución presentó la denuncia?


(Se omite, ya que se contestó con anterioridad)

- Cuénteme, ¿cómo hizo para poner la denuncia?


(Se omite, ya que se contestó con anterioridad)

-¿Qué tipo de ayuda recibió?


Simplemente me recibieron la denuncia, nos atendieron para decir todo lo que
teníamos que decir, el juicio que nos hicieron en ese ratito. A él le dijeron que se
tenía que salir de la casa y todo verda, y que no nos tenía que andar tocando ni
nada de eso, que no nos podía hablar en la calle, que tenía que prohibidísimo eso.
Solamente, de ahí fue cuando fue pasando el tiempo y nos fuimos dando cuenta
de todo el proceso que llevábamos, verdad. Porque fuimos al hospital, ahí en el
Hospital General nos atendieron una psicóloga de ahí, le dieron una terapia a la
niña en ese momento cuando la llegué. Después aquí en el Ministerio Público nos
atendieron y también nos escuchó una psicóloga también y ella también la revisó y
nos dijeron que la lucha de eso no era rápida, de que iba costar, pero que de que
iba a salir, iba a salir.

-¿Quién le ofreció la ayuda?


En el Ministerio Público las señoritas eran buenas, nos dijeron que si queríamos
nosotras que fuéramos a ese lugar para darnos una orientación de cómo iba a ser
el proceso, porque ahí en el Ministerio Público lo ayudan legalmente, pero tiene
uno que saber y empaparse cómo hacerlo. Porque no es tan fácil. Entonces fue
cuando me mandaron aquí a Fundación Sobrevivientes, ahí fue donde nos dieron
una orientación de cómo iba a ser nuestro proceso, cómo íbamos a ir
evolucionando. Me mandaron a hacer exámenes, cualquier cosa nos decían en

206
dónde teníamos que presentarnos. Y ahí íbamos nosotras. Cuando nos atendieron
nos dieron una orientación de que ese proceso iba a ser largo.

-¿Cómo le ofrecieron la ayuda?


Pues bien, bien. Fueron amables, nunca nos trataron mal, nunca nos hicieron
hacer una cosa que no queríamos hacer, nunca nos hicieron decir una cosa que
no queríamos decir.

-¿Contó repetidas veces la historia de violencia?


Sí.

-¿Cómo se sintió al contarla repetidas veces?


Desgastante, a veces desgastante porque estar en las mismas, recordar lo mismo.
Uno recordando, le daba más tristeza a uno de imaginarse que nunca iba a
pensar yo que iba a pasar esos momentos tan terribles.

-¿Cómo describiría la orientación que le dieron?


Pues que fue algo bueno que uno aprende, que a la larga uno como mujer o como
madre tiene que desenvolverse y defenderse de esas cosas para que --- nunca,
nunca agachar la cabeza por nada. Siempre ir luchando por lo que uno tiene.

- *¿Cómo me diría que fue toda la ayuda en el Ministerio Público? ¿La


guiaron de buena manera?
Yo siento que para mí sí fue todo fácil, porque me orientaron bien, fue por fases
que fuimos pasando, cosas que yo no sabía, ni me imaginaba que iba a pasar, las
pasé. Siempre había alguien que lo orientaba a uno a esas cosas. No se queda
uno solo, siempre tiene a alguien que lo ayude de esa manera.

-¿Qué piensa sobre el acceso a la institución donde presentó la denuncia?


No me costó llegar, como pienso yo que en todos los lugares no siempre va a ser
uno los primeros, ni lo van atender de primero. Conforme va uno llegando, así le

207
va tocando llevar las cosas. Me atendieron siempre bien, nunca me atendieron
mal.

-¿Cómo la atendieron las instituciones en donde presentó la denuncia?


(Se omite, ya que se contestó con anterioridad)

-¿Sentía miedo al momento de presentar la denuncia?


Sentía miedo de que él llegara a buscarme y me llegara a hacer un problema, y
me llegara a amenazar. Porque él siempre me amenazaba de que siempre me iba
a matar. De que un día de éstos me iba a matar y que iba a vengarse de lo que yo
le había hecho. Gracias a Dios no ha pasado.

-¿De qué manera influyó esto en que usted continuara con el proceso penal?
Porque siempre había alguien que me decía, mi hermana me decía “acordate, no
lo podés dejar fuera de eso, acordate de todo el daño que te hizo. Te trataba mal,
te pegaba, te hacía sufrir, te decía un montón de cosas”. Porque realmente él me
trató como si fuera el trapeador de la casa. Nunca me trató como una mujer y una
persona querida, siempre me trató de una manera tan pedante. Entonces, me
decía mi hermana “acordate de todo el daño que te ha hecho, crees vos que ahora
se merece que vos le tengas un poquito de consideración y que lo vayas a dejar
libre. Él no se merece eso”, me decía, “que pague por lo que hizo”. Pero a veces a
uno le da miedo, porque me iba a echar de enemigo a todas su familia, a la larga
como que eso es sicológicamente de uno, verdad. Uno piensa eso, pero la demás
gente no.

-*Este miedo que usted sentía, ¿cómo influyó en su decisión de continuar


con el proceso penal?
Sí, en momentos, porque fue cuando empezó en el debate que ya estaba todo
declarado, ya estaba todo hecho, ya sólo era de escuchar todo lo que tenía que
decir y que cuántos años le iban a dar. Yo tenía miedo porque él iba a preso, y yo

208
decía “Diosito Santo, qué puedo hace, dime tú la verdad de qué debo hacer”. Ahí
está que Gracias a Dios me animé.

-¿Qué medidas de protección recibieron?


Que no se acercara él a nuestra casa, incluso que a cuantos metros. Nos podía
ver en la calle, pero no nos podía ni hablar, pero ni la punta de la yema del dedo.
Entonces, esas medidas.

-¿Qué piensa de las medidas que le brindaron?


Pues, para mí fueron bien porque ya no tuve ningún problema en ese sentido.
Nunca me llegaron a buscar a decirme que no lo metiera preso.

-¿Cómo se sintió al saber que le iban a brindar estas medidas?


Eee, con mucha fe, con mucha fuerza de voluntad, porque sabía yo lo que estaba
haciendo, pues. Que no iba a estar sola, que todo eso no lo iba a hacer sola.
Aparte de eso, uno a veces piensa que no tiene los recursos para poderse
movilizar, pero gracias a Dios la gente buena siempre lo ayuda en ese sentido.

-¿Cómo influyó el que le brindaran protección en su decisión o no de


continuar el proceso penal?
Con esto ya las personas le preguntaban a uno “¿usted está decidida a decir toda
la verdad?”, “sí, claro que sí” tiene que decir uno. Yo estaba dispuesta a todo
porque realmente ya era demasiado que yo había aguantado a esta persona, y ya
nunca cambió, nunca hizo caso.

-¿Cómo se sintió al denunciar la violencia de la cual fueron víctimas las dos?


Por una parte me sentí liberada de toda la carga que yo tenía, porque siempre
vivía con una angustia, siempre vivía con un miedo de que un día de éstos íbamos
a parar muertas las dos. Iba a parar muerta yo, o qué sé, lastimada, en un
hospital. Pero gracias a Dios, Diosito era tan bueno conmigo, siempre me cuidaba
de esa forma y pues, nunca llegué a parar al hospital, gracias a Dios por un golpe.

209
Si fueron duros los golpes, tal vez me dejó la cara morada, el ojo cerrado, la boca
reventada y todo. Eran cosas que realmente se veían verdad, que yo sé que
nunca iba a parar quebrada un brazo, o inválida, yo qué sé. Entonces, todo eso,
pues a uno le da la fuerza de voluntad para poder luchar por eso.

-Cuando usted fue a dar sus declaraciones, ¿recibió algún tipo de


preparación antes?
Sí.

-¿Tuvo asistencia de un abogado durante las diferentes etapas judiciales?


Sí.

-¿El abogado fue pagado por usted, público o de alguna institución?


Público, o sea, ahí en la fiscalía de la mujer me lo dieron. Fíjese que habían dos
abogados, la que era mera, mera abogada y el otro muchacho también. Total que
iban con tres o cuatro.

-¿Cómo fue la asesoría de los abogados?


Bien, siempre fueron muy atentos con nosotras, nos llamaba para tal cosa,
cualquier cosa que él iba a hacer y teníamos que ir, pues nos decía que
necesitaba que llegáramos a tal hora y ya llegábamos nosotras. A veces nos decía
que necesitaba bajar a nuestra casa, que necesitaba ver nuestra casa y cómo
estábamos, en qué condiciones vivíamos, todo eso. Incluso un día me dijo, “aquí
la hubieran matado y nadie se hubiera dado cuenta”.

-¿Qué piensa de la etapa de declaraciones?


Que muchas veces, aah, al menos en mis declaraciones que yo tuve siempre dije
la verdad de lo que pensaba, de lo que sentía y de lo que a mí me habían hecho.

-¿Cómo se sintió con la presencia del agresor en las diferentes etapas del
proceso?

210
Con un poco de miedo. Porque uno lo tenía que ver y saber que ahí está, y saber
que todo el daño que le ha hecho. En un momento había odio, en un momento
había miedo porque sabía que él era de armas tomar y que en un momento tal vez
él se iba a quedar libre, él se iba a vengar de mí. Sin embargo, que salió de preso
dicen que se había escapado y tal vez me iba a hacer daño, pero no.

-¿Cómo influyó la presencia de él?


Como que una tensión, así como con nervios, lo pone a uno nervioso en ese
momento, pero ya después dije yo “aquí es el momento de decir la verdad, y
aunque él esté ahí, él no me va a dominar a mí ya, yo soy más importante que él y
a pesar de todo, él va a seguir siendo el mismo y yo no”.

-¿Qué piensa de la sentencia obtenida?


Bueno, para nosotros tal vez fue poco la sentencia que tuvo porque eran 8 años y
se convirtieron en 4 años, eso fue lo único que uno no queda satisfecho. Pero con
lo que sí me quedé satisfecha fue que se hizo justicia y que no se rió de mí, él.
Que no fue por gusto todo el esfuerzo de hacer todas esas cosas y que él quedara
libre.

-¿Cómo se siente con la decisión que tomaron los jueces?


Pues bien porque total, yo no podía pedir ni más ni menos, porque ellos eran los
de la autoridad. Yo simplemente acataba las órdenes que ellos tenían que tener,
verdad.

-¿Cómo piensa que van a cambiar las cosas ahora que terminó todo el
proceso penal?
Pues, por el momento han ido caminando bien. No he tenido problemas de nada,
por el momento no sé nada de la persona. Él anda en su vida de por allá, ya no
me interesa tampoco. No quiero saber nada de él, sólo yo estoy inmiscuida con
mis hijos que es lo más importante que yo tengo. De ahí, lo que él haga con su
vida ya no tiene sentido, ya es pasado.

211
-¿Qué piensa del desarrollo de todo el proceso penal?
Pues yo digo que el desarrollo fue que nos enseñó a vivir, a escuchar y aprender a
aprender de las cosas que uno vive, del error que uno está cometiendo verdad. A
veces uno se cierra en su círculo y no sabe los problemas en que está metido y
uno no sabe cómo resolverlos. Eso es lo que le dan a entender a uno, le enseñan
a poder defenderse y a poder vivir, como se debe de ser. No tiene que tener uno
violencia por más mínima que sea, uno tiene que levantar su mirada y decir “no,
¡hasta ahí!”. Terminar con todo eso porque vivir con violencia es estar
acostumbrado a eso.

-*¿Cómo piensa que fue el proceso penal?


Tal vez había momentos en que uno decía, peor si no va haber justicia, peor si lo
van a dejar suelto. Porque ya tanto tiempo que ha pasado y cuando pasó eso,
porque a él lo agarraron en una Semana Santa del 2008, este… cuando a él lo
agarraron yo me sentí por un momento triste. Yo sabía que en el fondo de mi
corazón yo todavía lo quería, pero por otro lado decía “se lo merece”.

-¿Cómo se siente después del proceso penal?


Libre de todas las cosas que a uno le asechan, porque póngale a uno le llenan la
cabeza de decirle que uno es inútil, que uno no puede hacer nada, que es una
basura uno. Lo tratan como pestes y le dicen un montón de cosas que uno no vale
nada, pues. Que por mensa uno está con ellos porque uno no se puede
desenvolver, que porque uno no trabaja está acostumbrado a que lo mantengan a
uno. Eso es lo que uno dice, pero ya después de eso uno se siente libre al saber
que puede salir adelante como mujer, que puede trabajar por sus hijos y que
puede mantener una casa. No con comodidades, pero por lo menos.

-¿Cómo se sentía antes del proceso penal?


Me sentía una persona acabada, sin ilusiones, sin deseos de poder superarse. Yo
decía que la vida era normal así como yo la tenía, aguantar pobrezas, aguantar

212
hambre, aguantar cosas que uno tal vez ni se lo imagina que son importantes para
uno. Como mujer estaba re mal porque ya mis ilusiones, mis sentimientos, mis
ideas estaban muy […] porque él ya me había bajado todo eso. Con decirme hasta
que yo era una basura, que no servía para nada. Eso es como que lo mata a uno,
pues, psicológicamente. Pero ya después uno dice, eso no es cierto. Ellos son los
que se creen que porque son varones lo van a venir a tratar a uno así. Si todos
somos iguales, lo único que somos de diferentes géneros, verdad.

Antes, siempre tenía ese trauma de que me iba a pegar, porque yo tenía ese
trauma. No podía ver que iba entrar porque me ponía así con un miedo profundo,
yo era una hamaca de nervios. Entonces quiera que no eso lo hace sentir a uno
que es tan pequeñito, que no vale nada para ellos y que ellos pueden hacer con
uno lo que quieran. Incluso agarrarlo del pelo y sonarle a uno pues. Entonces ése
es el trauma que yo tenía. Por otra parte, yo lo quería, yo no quería que se fuera
de mi vida, pero como él me trataba así, entonces nunca tuvimos un acoplamiento
bien porque él era agresivo y yo no. Por eso nunca nos llevamos bien, porque él
siempre era de un carácter fuerte, agresivo y yo no. Yo era una persona paciente
que me gustaba las cosas, cómo le dijera yo, nosotras las mujeres somos tan
diferentes. Somos tan sensibles, el corazón nos lo quedamos y no nos
preguntamos si está bien o está mal. Ahí sí que tenemos un temperamento tan
fácil de entregar a los hombres.

-¿De qué manera cambió su vida llevar a cabo el proceso penal?


Pues como siempre, yo siempre he trabajado desde niña. Nunca me imaginé tener
una vida tan fuerte ya teniendo una pareja, mucho menos teniendo mis hijos,
verdad. Entonces cuando yo salí de mi proceso, ya mi vida me cambió. Porque yo
me quedé sola, tal vez algunos meses sufrimos penurias porque no teníamos para
la comida, a veces nos hacía falta para una cosita. Pero, siempre hay gente que lo
ayuda a uno, como mi familia que siempre me apoyó en ese sentido. Siempre le
dijeron aunque sea en el suelo pues, quédate aquí, siempre vas a tener un techo y
aunque sea un plato de comida para tus hijos. Yo incluso, después de eso, duré

213
tal vez unos dos años sin trabajo, pero pasando los dos años sin trabajo yo no me
sentía bien porque, usted sabe que cuando uno vive con su familia, como ellos le
dan comida, después sólo críticas. Entonces, yo ya me sentía incómoda porque yo
no conseguía trabajo, yo trataba de ir a buscar y no había para mí. Entonces,
llegué un momento en el que decía yo: ”¿qué voy a hacer? ¿cómo les voy a dar de
comer a mis hijos? ¿cómo los voy a mantener?”, pero como siempre Diosito no lo
desampara a uno. Aunque sea de lavar y planchar, decía, yo me voy a ir a
trabajar. Gracias a Dios no fue así, Diosito me puso un buen trabajo, donde yo
pude desenvolverme como mamá y como mujer. Gracias a Dios hoy por hoy, le
doy gracias a la vida porque me ha dado muchas cosas buenas. Pude lograr criar
a mis hijos que ahora ya están grandes, y son lo más importante. Pude conseguir
un trabajo, y hoy por hoy sigo trabajando. Espero que Diosito siempre me tenga en
sus manos y no me deje caer.

-¿Qué piensa ahora sobre las mujeres víctimas de violencia que no


denuncian?
Pues, uno como mujer quisiera que abrieran los ojos y que se dieran cuenta que
vivir en eso no es bueno. Que vivir en eso es, vivir como cerrarse un ciclo de su
vida. Es pasar el tiempo como no vivido, y me imagino que podría ser que uno
pudiera como mujer darle y estrecharle la mano y decirle “mire, hay muchas cosas
de superación, ahí no se quede porque ahí no es su lugar, vamos sigamos
luchando por lo que queremos y podemos sobrevivir ante una persona que no es
grata”. Como yo lo hice, esa persona para mí ya no era grata, ya no me daba la
vida que yo quería, me daba malos tratos y pude salirme de ahí. Hoy por hoy digo
yo, hay muchas personas que le dan a un mucho cariño sin necesidad de que le
hagan a uno daño.

-¿Cómo ha cambiado su forma de pensar con respecto a la violencia contra


la mujer?
Que no debería de pasar eso, que no debería de suceder eso. Porque una familia
no es que le estén pegando a uno, que lo estén tratando mal. Una familia es

214
cuando si hay un problema, pues resolverla entre los dos. Tratar la manera de
llevarse bien, de comprenderse, que ante los problemas grandes o pequeños uno
siempre tiene que existir el diálogo pues. Si no está bien como me peino, si no
está bien como me visto, pues que me lo diga. Además, uno no puede ser el
dueño de una u otra persona. Uno siempre tiene que ser, su vida tiene que ser
diferente como mujer y como hombre. Porque uno no es dueño de ellos, ni ellos
de uno. Ni sus pensamientos

DIARIO DE CAMPO

La entrevista se realizó en el hotel en donde trabaja la sujeto. El espacio en donde se


realizó la entrevista era abierto, era un patio, habían mesas, sillas, y plantas. A lo largo
de la entrevista solamente se tuvo una interrupción por parte de un huésped.

La sujeto es una mujer de estatura baja, pelo negro y ojos café oscuro. Vestía un
pantalón negro y una blusa blanca. Su actitud fue participativa, cooperadora y se
mostró abierta a contar su historia sin ninguna dificultad. En algunas ocasiones se
llenaban sus ojos de lágrimas e incluso lloró al mencionar que ahora reconocía que su
pareja no tenía derecho a lastimarla, sino a tratarla con amor.

Al finalizar la entrevista se realizó la actividad de cierre. La sujeto solicitó ayuda con la


escritura, ya que refiere que no tenía sus lentes. Ella decía lo que sentía y la
entrevistadora lo escribía. Al finalizar, se procedió a romper el papel y ella refirió
sentirse bien al dejar lo negativo en el pasado. Se concluyó brindándole un discurso
positivo y alentándola a seguir adelante.

215
9.2.5 Caso “E”:

Edad: 35 años
Nivel de escolaridad: Licenciatura en Ciencias Sociales y
Jurídicas, cursando Maestría en
Derechos Humanos
Estado civil: Soltera
Ocupación: Abogada y Notaria

- Cuénteme, ¿con quién vive?


Con mis hijos y con lo policías que me cuidan por órdenes de Washington.

-¿Quiénes integran su familia?


Mis tres hijos y yo, pero uno de ellos está secuestrado ilegalmente por su papá
desde hace 18 meses y debido a deficiencias de un sistema corrupto y por los
compadrazgos y porque es sobrino del ----------- es que no he podido caminar
dentro del proceso de la denuncia.

-*Me imagino que ésas han sido las dificultades que han tenido.
Dentro del sistema de la niñez y adolescencia sí, pero dentro del entrampamiento
que han cometido, se han dado, se ha salido a la vista la comisión de varios
ilícitos, razón por la cual ya pasó al campo penal en distintos tipos de áreas
verdad, porque hay asociación ilícita, colusión, complicidad en otros delitos y por
otro lado también el proceso de femicidio psicológico y femicidio económico y
también me fui al Tribunal de Honor del Colegio de Abogados, en donde estoy
pidiendo la inhabilitación de sus abogados por faltas a la ética.

- Bueno, y entrando un poquito a la denuncia, ¿cómo fue todo?


La verdad es que yo vengo poniendo la denuncia por violencia intrafamiliar
personalmente desde el año `99, Yo he pasado todo el proceso que se ha dado de
la evolución de esto y cuando yo empecé a solicitar medidas de seguridad, se
tardaban más o menos 6 semanas en otorgarlas. A la fecha las medidas de
seguridad no sirven de mucho porque la policía se demora demasiado tiempo en

216
llegar, las dan únicamente por un período de uno a seis meses y entonces se
vuelve engorroso el trámite y a mi criterio es una revictimización de la víctima
tener que ir a pedir la prórroga o si se pasa el periodo de la prórroga ir a solicitar
medidas nuevas que por ejemplo el viernes, a mí se me pasó el período de
prorroga, el expediente estaba entre apelación y primera instancia, entonces no
había quién conociera . Tuve que ir a solicitar medidas nuevas y estuve desde 3
de la tarde a 10 de la noche. Entonces, para una persona que es víctima creo que
eso evidencia que es un sistema fallido, y que no tiene como principal objetivo la
protección de la víctima. La verdad es que es bastante engorroso, bastante
desagradable, al final se las dan a uno, porque es obligación del Estado darle a
uno las medidas de seguridad por, está el decreto 97-90 que es la Ley para
prevenir, sancionar y erradicar la violencia intrafamiliar, lo cual me parece a mí que
es un decreto inservible. Pero lo que le da más fuerza ahorita a las medidas de
seguridad, es la Convención de Belén do Pará que fue la que provocó que se
legislara la ley Contra el Femicidio. Eso es lo que le está dando más fuerza a las
medidas de seguridad en la actualidad.

-Y antes, ¿usted qué pensaba sobre la violencia contra la mujer? … Antes de


poner su primera denuncia.
Pues para mí la verdad, era un concepto totalmente ajeno a mi persona. Yo soy la
única hija mujer en mi casa, sólo tengo hermanos hombres. A mí mi papá jamás
me pegó, ni me gritó, nunca presencié un pleito entre mis papás. Yo me daba
cuenta que mis papás se estaban peleando porque no se hablaban, pero de ahí,
nada. Entre mis hermanos y yo sí nos dimos, pero eso es normal entre hermanos,
pero nunca. Tanto así, que antes de casarme mi papá me dijo de que recordara
siempre de que el trato de mi casa había sido de princesa y que yo no podía
permitir un trato que fuera menos de princesa, sino que princesa o reina, y no se
refería al ámbito económico, se refería al trato que yo siempre recibí. La primera
vez que me pegaron, me asusté, me dio vergüenza, no me atreví a decirle a nadie
y así pasé como seis meses, sin decirle a nadie, hasta que ya dije yo, me van a
matar y fui a solicitar las primeras medidas de seguridad que fue en el año 99 en

217
el Juzgado Primero de Familia y fue todo un drama. Casi le cuestionaban a uno,
qué había hecho uno para provocar, cuando al fin uno llamaba a los policías y
llegaban cinco horas tarde le preguntaban: “mire seño y usted ¿qué hizo para
provocarlo?”. Terrible. A la fecha, no sé qué tan ágiles sean para llegar porque no
he tenido la necesidad de llamar a la policía, en virtud que yo gozo de las
medidas cautelares. Entonces, yo tengo un policía las 24 horas conmigo,
entonces tengo las medidas de seguridad porque las medidas cautelares me
benefician sólo a mí, las medidas de seguridad las tengo para asegurarme de que
el colegio tenga un respaldo legal para prohibirle la entrada al colegio y que le
cause cualquier daño a mis hijos. Él sabe que no puede entrar al colegio, pero
también ahí es donde incurrió uno de los delitos, porque él dijo que dejó de pagar
el colegio porque no puede entrar al colegio. Pero el colegio se puede pagar de
como cuatro formas distintas sin necesidad de ir. Entonces eso es violencia
económica dentro de la Ley de Femicidio.

-*Por lo que veo, usted ya conocía esta Ley de Femicidio y Otras formas de
violencia.
Lo que pasa es que como soy abogada tengo que estar, y mi especialidad
justamente es los derechos de la mujer, los derechos de los niños y los derechos
humanos, porque yo creo que los derechos humanos son base en cuanto al
adelanto para que la legislación que proteja a los grupos que han sido
vulnerabilizados, porque las mujeres y los niños no son vulnerables, el sistema y la
sociedad los han vulnerabilizado y por eso es que hay que tener una legislación
mucho más fuerte para darnos una protección mucho más fuerte, especialmente
en una sociedad como la guatemalteca que es una sociedad eminentemente
machista. Entonces sí tenemos que estar al tanto de eso y hay que recordar
verdad que los Derechos Humanos, están por encima de la Ley interna, por el
artículo 46 de la Constitución Política de la República, que establece claramente
que todos los tratados de Derechos Humanos aceptados y ratificados por
Guatemala tienen preeminencia sobre el derecho interno. Entonces, a la hora de

218
cualquier violación, tenemos que invocar las Convenciones de Derechos
Humanos, antes de la Ley Interna.

-Y.. antes, ¿qué pensaba sobre denunciar y sobre llevar a cabo un juicio en
contra de su agresor?
Pensaba que era una pérdida de tiempo y de dinero, porque la justicia aquí en
Guatemala no camina, todavía lo sigo pensando. Dejé de ejercer mi carrera
precisamente por eso, porque me parece que la justicia es una prostituta, está
completamente prostituida porque se vende al mejor postor. En Guatemala recibe
justicia la persona que pueda pagarla o la persona de súper escasos recursos en
donde no hay ninguna incidencia para el juez hacer el fallo conforme derecho,
pero cuando ya son personas de mi nivel socioeconómico, o figuras públicas
como mi caso y el del papá de mis hijos. Los jueces ya lo piensan dos veces. Por
eso le ponía el ejemplo del caso de mi hijo, ¿cómo va a pensar que van 18 meses
y el tipo tiene sustraído a mi hijo y no nada camina?. Entonces, la justicia y el
sistema está completamente prostituido, algo que por completo las convenciones
de Derechos Humanos claramente dicen: ninguna persona puede ser objeto de
injerencias arbitrales en su vida. Esto es una injerencia arbitraria en mi vida y en la
vida de mis hijos.

-Y, ¿por qué presentó la denuncia?


La presenté porque no me quisieron recibir mis medidas de seguridad si no
denunciaba de primero, tenía que denunciar para que me pudieran dar las
medidas de seguridad, o sea que fui obligada prácticamente a denunciar. Esto fue
el 8 de enero y no caminan las cosas, yo sigo viendo que en Femicidio, cae todo
mundo por femicidio menos el señor, entonces sigo pensando que la justicia y el
sistema en Guatemala están prostituidos.

-¿Qué la motivó a tomar la decisión de iniciar el proceso penal en contra de


su agresor?

219
Que me obligaron a sacarlo para poder tramitar las medidas de seguridad, que las
medidas de seguridad tampoco las había sacado porque yo me sentía tranquila
con el policía. Pero en virtud de que se metía al colegio de forma abusiva,
irrespetuosa y ponía en peligro no sólo a mis hijos sino al resto de los niños, el
Colegio fue el que me solicitó las medidas de seguridad para ellos poder tener un
respaldo legal y prohibirle la entrada al colegio.

-¿En qué institución presentó la denuncia?


En el Ministerio Público.

-Y ¿cómo hizo para ponerla?... ¿Cómo fue todo el proceso?


Es un proceso desagradable, porque separaron, cuando, cuando se llegan a poner
las denuncias al MP está el área que está “supuestamente” sólo para atender
niños y mujeres, para respetar su “intimidad”. Entonces, hace que se hagan colas
de 10 horas, la gente está hasta 10 horas ahí sentada y tienen a tres fiscales sólo
para eso. Después mira uno al resto de ventanillas, con el fiscal comiendo,
limándose las uñas, hablando por teléfono. Entonces dice uno, pero por qué no
me la recibe él, porque a usted se le tiene que respetar su privacidad. Entonces,
no hay un balance entre la privacidad y lo que establece la Convención de Belem
do Para, que es un proceso ágil y rápido, ante las instituciones de justicia, sino al
contrario se vuelve sumamente engorroso en la oficiosidad de proteger la dignidad
de la víctima. Porque lo meten a uno en una oficina a puerta cerrada, entonces
entrar a la oficina de atención permanente ahí está la cola. Y todas las demás
ventanillas vacías.

Y luego, eee, ¿cómo fue el trato que le dieron?


La verdad es que el trato que dan está muy bien, las fiscales que están tratando,
que están a cargo de recibir ese tipo de denuncia sí están capacitadas y siempre
hay una psicóloga al lado de uno, verdad. Entonces si, sí siento que en ese
sentido sí están bien. Lo que les hace falta es o agregar más personal o modificar
un poco el sistema porque sí está sumamente lento, no es ágil.

220
-¿Qué tipo de ayuda recibió?
Del MP ninguna, la ayuda que yo recibí la he buscado por mi parte.

-*¿No le ofrecieron medidas de protección?


No, si, por eso fue, las medidas de seguridad pero me pusieron la denuncia y me
dieron ya todos los oficios firmados y ya con los oficios firmados me trasladé al
Juzgado de Primera Instancia de Femicidio, que es de 24hrs, que está adentro del
MP en Gerona, a las 11:30 de la noche salí.

-¿Contó repetidas veces su historia de violencia?


Sí, me ha tocado contarla repetidas veces, incluso cuando me secuestraron y me
intentaron de matar el año pasado, de lo poco que me acuerdo cuando llegó el MP
a hacerme los exámenes al intensivo del hospital. Fue un examen sumamente
invasivo, revictimizándome. Eemm como hasta los 3 meses me llamaron a
ratificar, que es otra revictimización que tiene que ir uno a recordar todo y en 3
meses pues se van los detalles y uno, cuando pasa por un momento así de
traumático lo que uno quiere es olvidar todo, y después de que ratifiqué, como a
los 10 meses tuve que ir a recrear la escena del crimen, a crear otra victimización
y como a los 8 meses de eso me llamaron del INACIF para hacerme un examen y
ahí sí les dije que yo ya no.

-Y ¿cómo se sentía al contar repetidas veces su historia?


Enojada, frustrada…

-En general, ¿cómo describiría la orientación que le dieron cuando fue a


poner la denuncia?
Bien, ahí sí bien, ya media vez uno pone la denuncia le dicen mire usted va ahí,
pide esto, lo otro, aunque yo soy abogada, entonces yo conozco el proceso. No sé
cómo será con una persona primero, de escasos recursos que no tiene ni siquiera
educación de nivel medio, que no conoce sus derechos, mucho menos los

221
derechos humanos. Entonces, yo soy abogada, yo conozco verdad, y la verdad
es que estaba furiosa de tener que estar poniendo la denuncia pues, cuando es
obligación de ellos darme las medidas de seguridad, aparte que me daban miedo
las represalias también.

Sí, porque es distinto conocer el proceso a alguien que no.


Sí, es lo que siempre he repetido, si yo que soy una persona que tengo recursos,
que tengo educación superior, que soy abogada, que conozco mis derechos,
conozco el proceso, me han atropellado a diestra y siniestra, qué pasa con toda le
gente que no tiene lo que yo tengo.

-¿Sentía miedo al momento de presentar la denuncia?


Un poco por las represalias.

-Este miedo a las represalias, ¿influyó alguna vez en que usted continuara el
proceso?
Continuar no, pero sí me ha prevenido de plantear varias acciones.

-*Bueno, y ya me comentaba lo que pensaba de las medidas de protección y


asistencia ¿verdad?
Si le hace falta un cuadro, péguelo, si se le acaba el kleenex, use el mismo
kleenex, si su agresor llega agarre una chibola tíresela a ver si le pica el ojo y mire
si le da tiempo de salir corriendo. A mi criterio Guatemala todavía no tiene la
infraestructura para una movilización inmediata de los policías en momento en que
una víctima llama a pedir auxilio. Porque llegan por lo menos una hora tarde, y una
hora a veces es demasiado tarde para muchas personas. La otra cosa, llama uno
y no le contestan, o no hay unidades. “Cuando haya una unidad se le va a enviar”.
Las medidas de seguridad es precisamente para que presten el auxilio inmediato,
no cuando hayan unidades. Entonces, ahí Guatemala está incumpliendo con las
Convenciones de los Derechos Humanos, porque dentro, cuando un Estado parte,
acepta y firma una convención tiene que cambiar todo el sistema para readecuarlo

222
al estricto cumplimiento de la convención y no lo están haciendo. No hay un
sistema ágil y rápido, no hay asistencia inmediata por eso es que hay tantas
muertes. Que tengamos una Ley que bien, o sea, un montón de gente piensa que
porque hay leyes, que porque tenemos un Estado de Derecho hay justicia, eso no
es cierto. La justicia aquí, como dije, está prostituida al mejor postor.

-*Usted llegó a llevar un juicio ¿o no?


Uuu he llevado un montón.

-Y cuando tuvo que ir a dar declaraciones, porque me imagino que fue varias
veces, antes ¿recibió algún tipo de preparación?
No, las preparaciones que recibí fueron por parte de mi abogado, de instituciones
del Estado no. Es lo mismo, yo sí tengo clientes, yo les digo cómo se tienen que
preparar, qué tienen que decir, incluso los siento y practicamos con los clientes,
mis clientes. Ahí sí es una declaración de un menor, lo único que hacemos es:
“diga la verdad. Diga lo que está en sus sentimientos, diga lo que está en su
corazón y pida lo que quiera”.

- Y ¿como fue la asesoría de su abogado?


Excelente.

-¿Qué piensa de la etapa de declaraciones?


Lo que pasa es que las declaraciones se dan en el MP y en el juzgado. La verdad
es que son súper engorrosas también porque tiene que esperar uno un tiempo
horrible. Por ejemplo, hoy la audiencia era a las 10 de la mañana y me recibieron a
las 11, entonces para qué están los plazos, para qué poner las horas.

-*Y en algún momento ¿estuvieron usted y su agresor en el mismo lugar? Sí.

-Y, ¿cómo se sintió al respecto?

223
Re mal pues, porque empiezan, a mí me empieza a agredir siempre verbalmente y
la mayoría de jueces son timoratos, por no decir una patanada, pero eso es lo que
son. Entonces permiten que le digan a uno de todo pues, y no todas las personas
tienen mi carácter que sí a veces me asusto y me intimido, sí he podido pararme y
defenderme, pero no todas las personas tienen mi carácter.

-Y, ¿cómo influyó la presencia de él? …¿Influyó de alguna manera?


Ah sí, se pone uno más nervioso, más sentimental, aparte de todo estar oyendo
todas las groserías que le dicen a uno, insultos, ee, oír las mentiras que dicen, o
sea nosotros llegamos al colmo que presentó una psicóloga especialista en
violaciones y abuso sexual, y dije yo: “¿y qué es esto pues?”. Ahh, la psicóloga
presentó un informe y declaró de que a mí me habían violado y de que eso me
había traumado y eso había impedido que mi mente evolucionara. Entonces, que
yo no era una persona capaz, cuando a mí nunca me han violado.

-*Y ser una persona capaz, ¿qué implicaba?


Que no puedo ser capaz, que no puedo tener la custodia de mis hijos porque soy
incapaz.

-¿Qué piensa de la sentencia obtenida?


No he llegado a sentencia.

-*Y ¿qué falta para llegar a la sentencia?


Que se le quiten los candados legales, porque él está metiendo candados legales,
amparos, nulidad, apelación, actividad procesal defectuosa, todos los recursos
que hay, hay un abuso de ellos, para que no pase nada.

-Y hasta el momento, ¿qué piensa del desarrollo de todo el proceso que ha


llevado?
Me parece que no es bueno, porque no se debería permitir, porque se están
violando mis derechos, se están violando las convenciones de derechos humanos,

224
no es ágil, no hay justicia, es desgaste económico, físico, psicológico, económico,
emocional. Entonces, llega el punto en el que uno dice “ahh para qué voy a
seguir,” o sea yo sigo porque a mí me sale gratis, pero la gente que sí tiene que
estar pagando.

-Y, pues ahora que ya puso la denuncia y está en todo este proceso, ¿cómo
se siente, comparada con antes?
Creo que un poco peor, porque una vez más digo yo puse la denuncia, veo que
cae gente por femicidio a diestra y siniestra, en cuestión de días los tienen
capturados, sentenciados rapidísimo, aquí ya está el informe del INACIF, están
todas las pruebas, y no pasa nada.

-¿De qué manera cambió su vida todo esto?


No salgo casi nada, me da miedo estar en la calle, si miro alguno de los carros de
él, ee me empiezo a sentir mal, tengo estrés pos traumático, eso no se cura, sólo
lo puede manejar uno. Me dan ataques de ansiedad, ataques de pánico, no
duermo.

-Y ¿qué piensa ahora de las mujeres víctimas de violencia que no


denuncian?
Les doy la razón, porque para qué, no pasa nada, porque lo que pasa es que
cuando denuncian y no tienen los recursos o no tienen el suficiente valor o por
ejemplo en mi caso todo el apoyo que tengo, mi abogado es socio mío, mi familia
ha estado ahí, hasta mi familia ha resultado demandada y denunciada, porque
están ahí apoyándome al 100%, entonces yo sí tengo todo un aparato que me
apoya y me ayuda. Pero viene una persona que no tiene todo esto, denuncia, el
sistema no actúa rápido, el victimario se entera de la denuncia y la paliza es peor,
hasta las pueden llegar a matar. Pero creo que a como están las cosas, aunque
no pase nada, por lo menos hay que ir a denunciar porque en una de ésas el
sistema se logra reformar y readecuar dadas las necesidades actuales y se van a
poder evitar varias muertes. O sea, por más que comprenda yo le abstinencia de

225
denuncias, yo creo que hasta que no denunciemos todas, porque es por un
montón de cosas, por ejemplo, gente de mi estrato social “qué vergüenza”, “cómo
vas a ir a denunciar eso, los trapos sucios se lavan en casa”. Todas tenemos que
denunciar, no importa de dónde seamos, si no nos van a matar. Mi caso, fue el
primer caso que se hizo público de violencia intrafamiliar a mi nivel
socioéconomico, y eso fue en el 2003.

Sí, porque los estereotipos, la presión social, a veces incluso la presión


familiar ¿verdad?
Exactamente, “qué vergüenza, que va a decir la gente, cómo hiciste eso”.

-Y, ¿cómo ha cambiado su forma de pensar con respecto a la violencia


contra la mujer?
Creo que es algo mucho más común de lo que yo me imaginaba, creo que no es
algo que se da sólo a un nivel bajo, es más, creo que se da mucho más a nuestros
niveles. Porque las mujeres de niveles más bajos son más arrechas, en cambio
las mujeres de nuestro nivel están más acomodadas a que media vez tengan
casa, carro, viajes, joyas, se quedan callada la boca y aguantan. En cambio las
mujeres de niveles más bajos no. Entonces, yo sí creo que no importa el nivel que
tengamos, tenemos manos, tenemos pies, tenemos cabeza y hay que trabajar
para poder salir de cualquier relación abusiva porque aparte de todo nosotros le
podemos decir lo que queramos a nuestros hijos, aconsejarlos en lo que sea, pero
al final de la historia ellos van a imitar nuestro ejemplo, no nuestras palabras ni
consejos. Los hijos de victimarios se vuelven victimarios y las hijas de victimarios
se vuelven víctimas, y es un círculo. Y es que tampoco está tan ajeno a uno. No,
uno nunca piensa que le va a pasar, porque empieza con un grito, un insulto y va
en escalada, y cada vez es peor y peor y peor hasta que lo matan a uno.

226
DIARIO DE CAMPO

La entrevista se realizó en la oficina de la sujeto. Se llevó a cabo en un salón privado, en


donde se pudo conversar con tranquilidad. Ella es una mujer alta, con pelo negro y largo.
Vestía pantalón de vestir negro, blusa negra y zapatos de tacón. Los labios los llevaba
pintados de color rojo y tenía maquillaje puesto en sus ojos.

La sujeto se mostró participativa, se pudo apreciar su inconformidad con el proceso que


está llevando. Por medio de la conversación se pudo observar sus conocimientos en
cuanto al tema de derecho.

Se habló con la sujeto acerca del apoyo psicológico y refirió que ha llevado y está llevando
proceso psicoterapéutico.

Se realizó la actividad de cierre y se concluyó con un discurso positivo, admirando su


trabajo y lo que está haciendo para conseguir justicia.

227
9.2.6 Caso “F”:

Edad: 23 años
Nivel de escolaridad: 5to año de licenciatura
Estado civil: Casada
Ocupación: Recursos Humanos

- ¿Con quién vives?


Ahorita con mis papás, con mis padres y mi hija y mis hermanos, mis dos
hermanos.

- ¿Quiénes integran tu familia?


Mi familia la integran primero que todo mis papás verdad, o sea mi mamá con su
segundo esposo, y eee también están mis hermanos. Mi hermano P y mi hermana
L que son más chiquitos que yo, y luego está mi hija T que va a cumplir 6 años
ahorita en diciembre.

- ¿Cómo es la relación entre ustedes?


Primero te voy a explicar la relación con mis papás. La relación con mis papás es
buena. Con mi mamá tal vez es un poco fusionada, hablando así en términos
psicológicos. Es un poco fusionada porque digamos, por lo mismo, por el miedo
que me generó la relación con el papá de T me volví un poco dependiente tal vez
de mi mamá, y todo, y me pegué mucho a ella. Entonces, yo dependo de ella y
ella también depende de mí. Todo el tiempo está así como preocupada “¿qué
estás haciendo?, ¿en dónde estás?, ¿estás bien?”. Entonces, si es un poco
dependiente. Digamos, con mi papá, con mi padrastro, porque es el segundo
esposo de mi mamá, es buena la relación, digamos. Él tal vez por ser del sexo
masculino como que me identifiqué con él y él es el que me está ayudando a
volver a tener confianza en esa figura masculina que yo perdí. Él me está
orientando y me demuestra mucho cariño, entonces como que me ha regresado
otra vez.

228
De ahí con mis hermanos, la relación es buena, verdad. Aunque ellos por tener
otra situación de vida, porque ellos no están casados verdad, y mi hermano si
tiene novia, y mi hermana no verdad. Quiera que no son otros intereses, otras
cosas, entonces la comunicación es tal vez es un poco distante, pero es buena, la
relación es buena verdad.

- ¿Qué dificultades han tenido?


Tal vez de parte de mi hermana, si tuve problemas de, pero ella no vino a quejarse
conmigo, sino con mi mamá, de que había invadido su espacio verdad. Porque
ellos ya eran otra familia, yo ya era otra familia. Entonces, que T y yo venimos
como a invadir su espacio digamos, y como ella era la consentida de mi mamá,
entonces, se sintió como desplazada por T. Porque mi mamá adora a mi hija pues,
entonces es su primer nieta verdad, entonces son sus dos ojos, entonces ella se
sintió como rechazada por mi mamá. Prácticamente celos, entonces peleaba
mucho con mi hija, sí peleaba mucho con ella, entonces allí, y eso que mi
hermana tiene 20 años verdad. Era un poco inmadura, pero eso más que todo.

De ahí mi hermano, sólo me decía “es que por qué permitiste tanto tiempo el
maltrato”, porque él es abogado, no es abogado, pero ya va a cerrar. Entonces,
me decía “por qué si pudiste acudir a mí, por qué nunca lo hiciste”. Entonces un
poco molesto en ese sentido, pero ahora ya me está apoyando.

- Bueno, y antes de poner la denuncia ¿qué pensabas sobre la violencia


contra la mujer?
Pues yo siempre pensaba “a mí nunca me va a pasar eso”, yo veía un montón de
casos, verdad, porque sí es bastante frecuente aquí en Guatemala por ser un país
machista, que se den esas situaciones de violencia psicológica, física o de algún
otro tipo, verdad. Pero yo decía “a no, a mí nunca me va a pasar, nunca me va a
pasar”, porque no, verdad. Pero, así como dicen “nunca digas nunca” y sí me tocó
y sí ese concepto que tenía de la violencia intrafamiliar era como de pobrecitas
esas mujeres o los niños que sufren. Y suponete lo del caso de Siekavizza a mí

229
me dejó muy impactada porque ella digamos nunca dijo nada pudiendo haberlo
dicho y que la ayudaran, la mató el esposo. Entonces, como que mi concepto de
violencia intrafamiliar era como bastante lejano. Los casos que yo veía eran feos,
pero, decía nunca me va a pasar, pero sí me pasó.

- ¿Sabías que existe una ley que protege a las mujeres víctimas de
violencia?
Fíjate que sí lo sabía, sí lo sabía y mi abuelita de parte de mamá fue una de las
mujeres que apoyó esa ley de femicidio, entonces tenía más contacto con esa ley
que hasta ahorita la aprobaron. O sea, mi abuelita desde hace como 15 años que
estuvo luchando por eso. Entonces, sí la conocía y la verdad es que me pareció
muy bien que la hayan aprobado porque hay muchas mujeres que ahora ya las
pueden ayudar, por cualquier cosita la ley las protege totalmente. La conocía, sin
embargo me daba a miedo avocarme a ella.

- ¿Cómo te enteraste de la existencia de la Ley?


(Se omite, ya que se contestó con anterioridad)

- ¿Qué pensabas antes sobre denunciar y llevar a juicio a tu agresor?


Pues me daba miedo que él reaccionara de manera agresiva. No tanto de que me
agrediera físicamente, psicológicamente, sino que él me quitara a mi hija o que
reaccionara de otra manera con los abogados y en lugar de yo salir beneficiada,
salir totalmente perjudicada, verdad. Entonces, ése es el miedo que no me dejaba
reaccionar.

- ¿Por qué presentaste la denuncia?


Presenté la denuncia porque ya las amenazas de parte de mi esposo eran
bastante fuertes. Digamos me amenazaba de muerte a mí y a mi hija y a mi
familia, a mis papás mas que todo. Diciéndome que el papá de él, o sea mi
suegro, tenía pistola y que también conocía a unos sicarios y que cuidadito hacía
cualquier movimiento porque me mandaba a matar a mí o a mis papás. Que ya

230
sabía cómo y que su papá ya tenía todo planeado para cambiarse de identidad e
irse fuera del país. Entonces, que no había problema, que él iba a salir limpio de
esta situación, entonces eso fue lo que me ayudó a tomar la decisión, y también
que mi hija ya estaba teniendo consecuencias de conducta en el colegio. Aruñaba
a sus compañeritos y no les pegaba, pero sí les aruñaba e incluso ella también
tuvo que empezar a ir con psicólogo.

- ¿Qué podrías decir que fue lo que te motivó a iniciar el proceso penal?
Al principio estaba yendo con un abogado de familia, mas bien, con un abogado
civil, porque yo quería tratar de resolver por esa vía, porque es la vía más fácil,
pero no. Él se puso feo, verdad y con estas amenazas de muerte, entonces si
mejor me avoqué a un abogado penal. No quería, porque realmente lo de la
cárcel, entonces no quería eso, porque tampoco quería el mal para él, pero ya si él
se puso con actitud negativa si mejor preferí.

- ¿Cómo supiste qué era lo que tenías que hacer para iniciar este proceso?
Los abogados antes de iniciar el proceso me orientaron teóricamente, o sea, me
pusieron a leer la ley contra el femicidio. Entonces, leí bajo qué violencia caía y
caía en todas prácticamente, entonces caía en violencia económica, violencia
física, violencia sexual, psicológica, verdad.

- ¿Tú sabías a dónde acudir para poner la denuncia?


No, no sabía si no hubiera sido por la ayuda de los abogados.

- ¿En dónde pusiste la denuncia?


La puse en el Juzgado de Familia, como hay que estar de 8 a 3, entonces me
tenía que esperar y llamé a la abogada y ella me acompañó. Tuve que decir que
me estaba amenazando de muerte a mí y a toda mi familia, entonces no sólo me
pusieron protección a mí, sino a mi familia.

- ¿Cómo hiciste para poner la denuncia?

231
Llegué al juzgado y me pusieron a un auxiliar, a un fiscal, y él me entrevistó.
Entonces yo le dije que llegaba a poner una denuncia en contra de mi esposo
porque sufría de violencia psicológica, verbal, física, económica y le fui explicando
un poco de por qué sufría ese tipo de violencia. Digamos la económica porque yo
realmente me cargué, absorbía todos los gastos, el colegio de mi hija, el médico,
el alquiler de la casa, todo y él siempre me decía que no tenía. Cuando me
prometía que yo no iba a tener que estudiar, a trabajar, perdón. Pero sí yo me tuve
que poner a trabajar porque si no, no salíamos adelante. Luego, en la violencia
psicológica que también ahí entra la verbal. Él siempre me gritaba, cualquier cosa
que yo hiciera, me gritaba o me aventaba los platos por ahí. Dañaba mi moral.
Luego, en la física, ésa tal vez no era tanto, pero en ocasiones, cuando estaba
muy agresivo, me halaba el pelo o me agarraba fuerte la cara o el brazo. Y sólo,
verdad. Y en la sexual, digamos, yo también creo que si sufrí de violencia sexual
porque digamos a mí no me daban ganas de tener relaciones sexuales porque era
muy agresivo y la verdad es que me daba como asco, verdad, y, entonces él a la
fuerza quería que… y ni modo yo para no enojarlo, verdad, no me gustaba, era en
contra de mi voluntad.

- ¿Qué tipo de ayuda recibiste?


Ellos me dijeron, bueno, me dieron el papel y todo que es la prueba que se tiene,
que me la dieron por seis meses, las medidas de seguridad. Luego, fueron, me
dijeron que me iban a acompañar, y yo también por trabajar en el M---- ahí el fiscal
me mandó una patrulla y otras más por trabajar en el M----. Entonces, fuimos a mi
casa, él no estaba, porque estaba trabajando. Agarré todas mis cosas, junto con
las de mi hija y todo, yo ya lo tenía preparado. Ya tenía preparado algunas cosas,
verdad, porque ya lo pensaba hacer verdad, entonces ya había ordenado un
poquito y todo sin que él se diera cuenta, porque si se daba cuenta, sí me hubiera
agredido verbalmente. Entonces, agarré mis cosas y todo y siempre con las
patrullas allí y con un camión de mudanzas y eché todo y me fui con mis papás.
Entonces, le dejé a él pegada, porque le dan a uno varias copias de la orden,

232
entonces, le dejé pegada ahí en la puerta del cuarto y yo digo que con eso
entendió. Entonces, me fui con mis papás y ahí estoy segura, entonces.

- ¿Quién te ofreció la ayuda?


Estaba el fiscal y la señorita que es como la auxiliar, pero como ya conocían a mi
abogada, a esta mi abogada, porque yo decidí también irme con una abogada que
fuera buza en todo ese proceso, pero tengo una abogada en el lado penal y la
civil, pero la civil fue la que me acompañó a poner esta denuncia, entonces bien
buza ella me ayudó y no tuve que hacer mayor cosa sino que fui más directamente
con el fiscal que estaba en ese momento de turno.

-¿Cómo te ofrecieron la ayuda?


Fueron bastante amables y yo siento que gracias a esta nueva ley se portaron
mayormente amables, porque sí protege completamente a la mujer y no necesita
uno decir mucho, o sea no tuve que ir a contar todo mi trayecto de vida, sino los
puntos así claves y ya con eso me pusieron las medidas de protección.

- ¿Tuviste que contar repetidas veces la historia de violencia?


No, no, no, sólo una vez. Es que lo que pasa es que sí es muy desgastante, muy
desgastante estarla contando todo el tiempo. Sí, sólo una vez antes de poner la
denuncia y de ahí mi abogada que fue la que, yo le tuve que hacer a mi abogada,
le tuve que escribir como un diario de todos los 6 años que estuve casada. Eeee
de los diferentes tipos de violencia.

- ¿Cómo te sentiste al contar tu historia repetidas veces?


(Se omite, ya que no se tuvo que contar la historia repetidas veces?

-¿Cómo describirías la orientación que te dieron?


Pues, siento que fue como un poco superficial, porque así es la ley, la ley es un
poco fría, entonces todo lo que sea legal es un poco frío, entonces no se metieron
a que yo les explicara, o sea que si les explicara que áreas de violencia cumplía

233
yo y porque, pero no así como, no se preocuparon así como un psicólogo
digamos. Si no que fue así como “a, sí, muy bien, tenga aquí está su medida, no
sé qué”, como algo normal, así empáticos no se portaron, todo frío.

-¿Qué piensas sobre el acceso a la institución donde presentaste la


denuncia?
Pues, la verdad es de que como hay bastantes mujeres que sufren de violencia
intrafamiliar, sí había como un poquito de cola ese día, entonces sí me tardé un
poquito, sí me tome como unas dos horas más o menos. O sea, en tiempo no es
tan efectivo, verdad, como cuando llegué ahí ya lo resolvieron rápido, me tomé
más tiempo en hacer la cola que en poner la denuncia y lo que estuve que me
dieran la orden y todo eso.

-¿Cómo te atendieron las instituciones en donde realizaste la denuncia?


Pues la verdad es que bien, o sea, como te dije fue un poco superficial, pero no
me atendieron de mala manera, sólo me hubiera gustado que fuera más personal.

- ¿Sentías miedo al presentar la denuncia?


Sí, sí sentía miedo porque como primero que todo yo tenía el concepto de
violencia intrafamiliar muy lejano, de que nunca me iba a pasar a mí, y verme ya
involucrada en esos procesos si es ya desgastante. Es así como inseguridad,
miedo y si no fue una experiencia agradable, pero sí uno tiene que afrontar las
situaciones.

- ¿De qué manera influyó este miedo en que tu continuaras con todo?
Pues yo dije “ay no”, en varias ocasiones dije que me quería echar para atrás, “ay
no, que estoy haciendo mejor me echó para atrás y regreso con él y ya fin de la
historia”. Pero no verdad, si uno ya tomó una decisión, a ver para adelante y
continuar y yo estaba dispuesta a continuar el proceso, aunque hubo unos
altibajos en que por miedo a como va a reaccionar él, mejor evitar los problemas.

234
Pero igual, cualquier decisión que uno toma va a traer consecuencias y estaba
dispuesta a afrontarlas.

-¿Qué medidas de protección recibiste?


Bueno, las medidas de protección que recibí, específicamente fueron para mí y
para mi familia, como te conté las amenazas de muerte fueron para mí y mis
papás, entonces más que todo contra nosotros tres, que sí a nosotros si no se nos
podía acercar, pero a mi hija no, como es su hija, de ella si no me quisieron poner
y tampoco yo forcé eso, sólo pedí que no la pudiera llegar a recoger al colegio.

- ¿Qué piensas sobre las medidas de protección?


Ay, la verdad es que son muy buenas, considero que son muy buenas. La verdad
es que sí estuve muy contenta con la protección que me dieron y se portaron
bastante bien en ese sentido.

- ¿Cómo te sentiste al saber que te iban a brindar estas medidas?


Me sentí más segura, más tranquila, porque yo antes pensaba, porque yo era
ignorante en este tema.

- ¿Influyó de alguna manera las medidas de protección en tu decisión de


continuar el proceso penal?
Me fortalecí más, sí me sentí más tranquila y la verdad es que me gustó bastante
bien cómo me orientaron.

- ¿Cómo te sentiste al denunciar la violencia?


Me abrió los ojos y me di cuenta de que no hay que decir nunca porque la verdad
es que sí sufría la violencia intrafamiliar. Nunca me había dado cuenta hasta ese
momento en que comencé a contar mi situación, si dije, ala gran sí cumplía con
todas, desde violencia física, económica, psicológica, o sea yo entraba en todas,
verdad porque me pusieron a leer los artículos y sí entraba por lo menos en dos,
verdad. En dos criterios de cada área de violencia y cuando contaba la experiencia

235
sí me sentía bastante triste, ansiosa, pero ni modo tenía que hasta manifestar, o
sea, ellos se dieron cuenta de mi lenguaje no verbal, verdad.

- ¿Recibiste algún tipo de preparación antes de dar tu declaración?


Sí.

- ¿Tuviste asistencia del abogado durante los trámites judiciales?


(Se omite ya que se contestó con anterioridad)

- ¿Fue abogado pagado por ti, público o de alguna institución en especial?


(Se omite, ya que se contestó con anterioridad).

- ¿Cómo fue la asesoría de la abogada?


(Se omite, ya que se contestó con anterioridad).

- ¿Qué piensas sobre la etapa de declaraciones?


Pienso que fue bastante desgastante, verdad, pero pues, si sé que es necesario,
tener que darlas porque si no, no se tienen pruebas de lo que yo estoy diciendo.

- ¿Cómo te sentiste con la presencia del agresor durante las diferentes


etapas del proceso penal?
La verdad es que nunca tuve que verlo, porque mis abogados arreglaron para que
no lo tuviera que ver. Creo que él sí estaba allí, pero no lo tuve que ver a los ojos
porque me pusieron un biombo y creo que eso fue un gran alivio.

- ¿Cómo influyó la presencia de él?


La presencia de él… pues sí estaba nerviosa de que tal vez nos íbamos a topar o
que lo iba a ver, pero por suerte pues no pasó, verdad, entonces no tuve que
afrontarlo.

- ¿Qué piensas de la sentencia obtenida?

236
Pues me siento no tanto culpable, como mal, porque es el papá de mi hija y que le
digan a mi hija que está en la cárcel, o yo, cómo decírselo a ella, verdad.
Entonces, sí se siente como feo, pero la verdad es que sí fue por su gusto,
entonces fue por su gusto.

- ¿Cómo te sientes con respecto a la decisión que tomaron los jueces?


Pues siento que estuvo bien, se hizo justicia y él ya no me molesta más, creo que
eso es lo más importante, que ya no siento ese miedo que sentía antes.

- ¿Cómo piensas que van a cambiar las cosas de ahora que concluyó el
proceso penal?
En mi proceso individual, digamos, siento que sí me está costando asimilarlo, pero
para todo eso, tengo que acompañarme de un psicólogo, eso sí es indispensable.

-¿Qué piensas del desarrollo de todo el proceso?


Del lado emocional, digamos, sí es un poco difícil porque me afectó en todas mis
áreas, todavía me afecta. Me cuesta concentrarme, eso que yo gracias a Dios soy
bastante organizada y todo eso, pero sí me ha costado concentrarme o dejo las
cosas para última hora, en mis estudios, verdad, sí me afecta porque en la
concentración y atención no avanzo tan rápido como antes. Eso sí, por más que
me afecte trato de entregarlo todo a tiempo, pero sí me ha afectado. Incluso
también la gente me dice “mira te miras cabizbaja”, no es igual tu entusiasmo, ya
no es lo mismo verdad, porque yo soy una persona alegre y entusiasta, entonces
he cambiado.

-¿Cómo te sientes después del proceso penal?


Me siento más tranquila porque con él me sentía muy, no era libre, él me tenía
muy amarrada y todo, entonces y también estar recibiendo todo el tiempo
agresiones, es así como muy desgastante. Haber tomado esa decisión ya me
siento tranquila, en paz.

237
-¿Cómo te sentías antes del proceso penal?
(Se omite, ya que se contestó con anterioridad).

- ¿De qué manera cambió tu vida llevar a cabo el proceso penal?


Cambió mi vida en que la verdad, es de que no todo es color de rosa y que si es
probable que yo sí hubiera caído en este tipo de violencia y que nunca hay que
decir nunca porque sí me tocó vivirlo. La verdad es que sí me gustaría como
apoyar y meterme así en alguna organización y dar testimonio o cosas así, para
las mujeres que dejan bastante tiempo sin denunciar o que incluso se muere el
esposo y nunca lo denunciaron, o como Siekavizza que se tuvo que morir ella y
nunca dijo nada.

- ¿Qué piensas ahora de las mujeres víctimas de violencia que no


denuncian?
Pues, ay, lo que pasa es que es muy complicado. Tienen que decidirse, pero es la
actitud, verdad, pero sí pienso que fue difícil, si para mí fue difícil, a mí me costó 6
años tomar la decisión, y no es fácil, o sea yo las comprendo 100%. Que también
uno no se da cuenta, uno dice “ah”, entra en una monotonía, se acostumbra uno a
eso “ay, es parte de”, o “me tengo que aguantar, es el papá de mis hijos”, o si no
tienen hijos es como “es mi pareja, ya se le va a quitar, ya se le va a pasar o él va
a cambiar”. Porque eso es lo que le tienden decir a uno “voy a cambiar, ya no le
voy a gritar, ya no la voy a insultar, ya no la voy a agredir, yo me voy a encargar
también de todos los gastos económicos”, pero no era así.

-¿Cómo ha cambiado tu forma de pensar con respecto a la violencia contra


la mujer?
Que es algo muy feo, es una situación bastante complicada y que hay diferentes
tipos de violencia y que a veces uno sólo se quiere encasillar en la física, que sólo
la física es importante, que si a uno le pegan o lo agreden físicamente, pero no.
Hay muchas más, que yo tal vez, por la ignorancia de los otros tipos de violencia
es que también uno no cae en cuenta, verdad. Pero sí, existe violencia sexual,

238
psicológica, económica, verdad, y que yo caía mucho más en ésas que en la
física, pero son igual de importantes.

DIARIO DE CAMPO

La entrevista se llevó a cabo en la casa de la entrevistadora. Se realizó en un espacio en


donde había privacidad. La sujeto “F” es una persona cercana a la entrevistadora, ya que
estudian en la misma universidad. Por este motivo, fue que la entrevista se realizó en este
lugar. La sujeto es una persona alegre, entusiasta. Vestía un pantalón de lona y una blusa
color beige.

Previo a la entrevista se obtuvo información sobre la relación entre ella y su pareja, se


habló sobre las características obsesivas de él y ciertos conflictos que tuvieron a lo largo
del matrimonio. Luego se inició con la entrevista. Al comenzar, la sujeto mencionó sentirse
avergonzada, sin embargo, se animó a contribuir con la investigación.

En el transcurso de la entrevista la sujeto no tembló la voz, lloró ni se desbordó. Comentó


que está llevando su proceso psicoterapéutico y su hija también. Ambas van con una
psicóloga privada.

Al finalizar, se realizó la actividad de cierre, la cual la sujeto ya conocía, y lo hizo sin


ningún inconveniente. Al concluir, se le dieron palabras de ánimo, apoyo y solidaridad.

239
9.2.7 Caso “G”:

Edad: 40 años
Nivel de escolaridad: 6to primaria
Estado civil: Casada
Ocupación: Ama de casa

-¿Con quién vive?


Con mi hijo de 22 años.

- ¿Quiénes integran su familia?


Mi hijo, una señora que ayudo y yo.

-¿Cómo es la relación entre ustedes?


Pues regular, porque no hay tiempo para platicar, se dedica a su universidad y a
su trabajo y no tiene tiempo de ponerle atención a uno.

- ¿Qué dificultades han tenido?


Eso que le comento que mi hijo casi nunca se toma el tiempo para platicarme, me
siento sola porque no tengo con quién hablar. Mi hijo más grande, pues hace años
que no nos hablamos mucho porque tuvimos un problema cuando yo lo regañé
porque le gustan mucho las mujeres, y él tiene esposa.

- Antes de poner la denuncia, ¿qué pensaba sobre la violencia contra la


mujer?
Pues que estaba muy mal porque uno se siente muy deprimido y le duele a uno
porque es su familia y le duele a uno que se comporten de la manera en que se
comportan tratándolo muy mal a uno.

-¿Usted sabía de la existencia de una ley que protege a las mujeres víctimas
de violencia?

240
Pues me enteré por la televisión y por todo lo que anuncian y que uno debe
denunciar el maltrato.

-¿Cómo se enteró?
(Se omite ya que se contestó con anterioridad).

-¿Qué pensaba antes sobre denunciar y llevar a juicio a su agresor?


Bueno, que no había justicia porque en muchas ocasiones uno molesta a la
justicia y no, es muy tardada en llegar. No responden.

-¿Por qué presentó la denuncia?


Porque me aburrí de los malos tratos, de las amenazas de muerte que me hacía y
de la forma violenta que llegaba a la casa a romper chapas a meterse a la fuerza y
a agredirlo a uno ahí adentro verbal, psicológico y con golpes.

-¿Qué fue lo que la motivó para tomar la decisión de iniciar el proceso


penal?
Pues parar un poco la violencia y el miedo hacia a lo que él me pudiera hacer, que
era la muerte porque siempre me ha dicho que me va a matar.

-¿Cómo supo lo que tenía que hacer para iniciar el proceso penal?
Buscar ayuda aquí en la Defensa Pública y me mandaron a una institución en
donde defienden a la víctima y a sus familiares.

-¿De qué manera se informó de todo el proceso que tenía que seguir?
Bueno, cuando fui al Ministerio Público me dijeron que tenía que ir a la defensa
pública a contarles la situación para que ellos pudieran ayudarme y llevar un
proceso hasta que lo pusieran a él en su lugar y dejara de fastidiarme.

-¿Sabía usted a donde acudir para poner la denuncia?


Sí, sabía que era en el MP.

241
-¿En dónde qué institución presentó la denuncia?
(Se omite, ya que se contestó con anterioridad).

- ¿Cómo hizo para poner la denuncia?


Me fui y ahí hay un rótulo en donde dicen que uno tiene que poner la denuncia,
entonces yo me dirigí ahí, pregunté en información y me dieron un papelito para
que esperara mi turno en una ventanilla del Ministerio Público.

-¿Qué tipo de ayuda recibió?


Ninguna, sólo puse mi denuncia y me dijeron que esperara, que eso lo iban a
remitir y que me viniera aquí a la Atención a la Víctima que se iban a concluir en
qué íbamos a hacer para continuar un debate o ver cómo podíamos hacer y ellos
decidieron mandarme ahí para que yo sacara medidas de seguridad.

-¿Quién le ofreció la ayuda?


(Se omite, ya que no le ofrecieron ayuda).

-¿Cómo le ofrecieron la ayuda?


(Se omite, ya que no le ofrecieron ayuda).

-¿Contó repetidas veces su historia de violencia?


Ay… como unas 20 – 25 veces.

-¿Cómo se sentía al contarla repetidas veces?


Mal, mal porque estar repitiendo lo mismo es como volverlo a vivir.

-¿Cómo describiría la orientación que le dieron?


Pues sinceramente, señorita, no fue muy buena, porque no me dieron una
orientación o una ayuda psicológica como la que uno de víctima necesita.

242
-¿Qué piensa sobre el acceso a la institución en donde realizó la denuncia?
Me fue fácil llegar y platicar, me atendieron pero muchas veces uno sí recibe
maltrato.

-*¿Como qué tipo de maltrato?


Como, a mí me trató mal la Licda. ------- ella sí me trató mal y me dijo que no
estaban por dar abogados porque ellas tenían que cuidar el presupuesto de la
institución.

-¿Cómo le atendieron las instituciones en donde realizó la denuncia?


Pues, únicamente esa licenciada que me trató mal, ahora las demás licenciadas
muy buenas personas, me aconsejaron muy bien, estuvieron conmigo. Una
licenciada que se portó finamente conmigo, muy buena persona que es la
licenciada de la Defensa Pública, es una magnífica licenciada, muy buena, le
ayuda a uno psicológicamente, moralmente. Ella es la que se levanta y lo ayuda a
uno para que le den un abogado.

-¿Sentía miedo al momento de presentar la denuncia?


Sí, mucho miedo.

-¿Cómo influyó este miedo en que continuara con el proceso penal?


Bueno, tal vez lo que me ayudó a continuar con todo esto fue no meter a mis hijos
grandes en problemas, sino que ver cómo lo solventaba yo, amparándome a la ley
para que no pasara a mayores, pero la ley es demasiado lenta.

-*Usted cuando sentía miedo, ¿en algún momento dudó de continuar con el
proceso?
Bastantes veces, porque nunca tuve la ayuda necesaria que es como de una
profesional en psicología para que uno pueda seguir adelante y llenarse uno de
fuerza para poder continuar el proceso.

243
-¿Qué medidas de protección recibió?
Sólo medidas de seguridad. Aquí lo malo en estas instituciones es que le dan a la
víctima y le dan al agresor, entonces la policía cuando uno los llama, no sabe para
donde agarrar. Si hacerle caso a la víctima o hacerle caso al agresor, porque ellos
también cargan medidas de seguridad y no las respetan.

-¿Qué piensa de las medidas de seguridad?


Para mí que no sirven para nada porque es un simple papel que nadie le pone
atención y los dan a diestra y siniestra sin averiguar en realidad quién es la víctima
para que se los otorguen únicamente a la persona que está siendo agredida.

- ¿Cómo se sintió al saber que le iban a brindar esa protección?


Pues no muy segura porque yo sé positivamente, que no, que no ayudan en nada.

-¿De qué manera influyeron las medidas de protección en continuar con el


proceso penal?
Pues lo que más influyó fue los golpes que él me dio para un 19 de enero, me dio
unos golpes en la pierna, me agredió demasiado, entonces no tuvieron más
remedio que extenderme las medidas de seguridad. Las medidas no ayudaron de
ninguna manera en que yo me sintiera más protegida.

-¿Cómo se sintió al denunciar le violencia de la cual fue víctima?


Pues no le sabría decir exactamente, a la vez bien y a la vez mal. Porque uno se
siente bien de ir a pedir ayuda, pero a la vez mal de ver que es demasiado lento y
que primero lo matan a uno y después averiguan.

- ¿Recibió algún tipo de preparación antes de dar su declaración?


No, ninguna.

-¿Tuvo asistencia de un abogado durante los trámites judiciales?


Eso sí, me brindaron el abogado la Defensa Pública.

244
- ¿Fue abogado pagado por usted, público o de alguna institución en
especial?
(Se omite, ya que se contestó con anterioridad).

- ¿Cómo fue la asesoría del abogado?


Fue mala, mala porque ellos uno platica con uno y resulta llegando a la audiencia
otro abogado que nada que ver, que no está enterado de lo que está sucediendo,
y a quien usted le contó su caso como 10 veces es la que menos llega. Llega otra
persona, otro abogado que nada que ver, va leyendo las cosas en el camino.

-¿Qué piensa de la etapa de declaraciones?


Ay bueno, pues uno declara lo que es, la verdad, y cuando uno declara la verdad
yo creo que es cuando menos interés ponen.

-¿Cómo se sintió con la presencia del agresor durante las diferentes etapas
del proceso penal?
Muy mal, como intimidada, como con miedo como con ganas ya de ni hablar, una
cosa bien fea que siente el ser humano en el cuerpo.

-*¿Le pusieron biombo?


Hasta después.

-¿Cómo influyó la presencia de él?


Pues mal, porque uno cuando mira a una persona que es agresiva, y que no oye
razones ni nada, no se puede sentir uno nada bien viéndola.

- ¿Qué piensa de la sentencia obtenida?


Mire, yo ya he llegado a sentencia en varios casos, del mismo caso. Y pienso que
fue malísima, malísima, porque presentamos todas las pruebas, todas las
evidencias que él me pegó en la Corte Suprema, delante toda la gente, en un

245
Juzgado de Familia, lo detuvieron a él, llegaron a declarar los oficiales de lo que
vieron, y el juez dijo que todo era mentira y lo dio absuelto. A pesar que había un
dictamen de médico forense, también, en donde él me lastimó la cara adentro de
la Corte Suprema, que es un lugar donde debe de haber respeto. Si no hay
respeto ahí imagínese que puede uno esperar en la calle.

-¿Cómo se siente con respecto a la decisión que tomaron los jueces?


Re mal, pero completamente mal, desamparada, decepcionada, desmoralizada,
hasta ganas de quitarse uno la vida para que el agresor no tenga la sonrisa en la
cara que ellos le quitan la vida a uno.

-¿Cómo piensa que van a cambiar las cosas ahora que han concluido estos
procesos penales que ha llevado?
Pues pienso que nada porque yo pienso de que si a él le dan la salida, o si él llega
a salir absuelto de todo esto, como que los jueces y la misma autoridad le dan esa
fuerza a él para seguir con esas ganas de molestar y de hacer daño.

- ¿Qué piensa del desarrollo de todo el proceso penal?


Pues ahorita, por él estar detenido lo apresuran un poquito más, pero cuando ellos
no están detenidos iiiiiii le dan la audiencia a uno dentro de 6, 7, 8, 10 meses a
uno. Mientras ese tiempo pasa imagínese usted lo que le puede pasar a uno.

*Entonces ¿usted ha llevado varios juicios?


Exactamente, con la misma persona, he llevado como unos 4 juicios y ha quedado
absuelto, ahorita estoy en el 4to y ahorita sí está detenido para ver que decide la
señora juez. Después de alrededor de unos 6 años, imagínese tiempo suficiente
para que comprueben si es cierto o mentira lo que uno dice.

-¿Cómo se siente después del proceso penal, por ejemplo cuando concluyó
el primero y lo dejaron absuelto?

246
Pues bastante mal, pero pidiéndole a Dios de no volverlo a ver, que no llegue a la
casa insultándome, rompiendo chapas, a poner escalera, pero no fue así. Siguió
otra vez y dijo que no le importaban las medidas de seguridad, y cómo se lo llevan
por desobediencia ya al rato va para afuera.

- ¿Cómo se sentía antes del proceso penal?


Mal, insegura, con miedo, tengo mucho miedo de salir a la calle porque él apedrea
y de repente me da una pedrada mal puesta en la cabeza y me va a dejar mas mal
de lo que ya me siento.

- ¿De qué manera cambió su vida llevar a cabo el proceso penal?


Mas bien de más angustia, porque yo ya me di cuenta en el trayecto de todos
estos años que la justicia no existe, entonces uno se siente con más angustia. Un
poquito de seguridad porque está encerrado, pero cuando menos me lo imagine le
dan la libertad.

-¿Qué piensa ahora de las mujeres víctimas de violencia que no denuncian?


Cabalmente por eso lo hacen, porque se dan cuenta que la justicia es demasiado
lenta, y que mientras ellas lo hacen, ellos se dan cuenta entonces con más ganas
las llegan a golpear o hasta matar. Porque ya ve tanta muerte de tanta mujer que
hay, es por eso, porque uno no encuentra consuelo con la ley. Uno denuncia a
tiempo, esperando recibir una respuesta buena también a tiempo, pero no. Pasan
6,7,8,9, 1 año y nada, no responden.

-¿Cómo ha cambiado su forma de pensar con respecto a la violencia contra


la mujer?
Bueno, ha cambiado bastante porque me he dado cuenta que las mujeres que
denuncia lo hacen con mucho miedo y muchas veces tienen la suerte de que les
pongan atención y los llamen a juicio a ellos y detengan un poco la violencia
contra la mujer, porque de todas maneras ellos tienen más fuerza que uno de

247
mujer y lo dominan y le pegan y le dan maltrato a uno y como saben que no hay
ley entonces se quedan ellos tranquilos.

DIARIO DE CAMPO

La entrevista se llevó a cabo en un comedor en la zona 1 de la ciudad capital. La sujeto


preguntó si se podría realizar la entrevista luego de tener un almuerzo, por lo que se comió
con ella para entablar una conversación introductoria.

La sujeto “G” es una mujer agradable. Vestía pantalón blanco, un suéter rojo y llevaba sus
labios pintados color rojo. Ella se mostró abierta a las preguntas, participó amablemente y
mostró interés por la investigación. Incluso fue ella quien ayudó a contactar a otra sujeto, ya
que ha asistido a talleres para víctimas de violencia familiar.

Al realizar la actividad de cierre, a la sujeto se le dificultó comprender las instrucciones, por lo


que se le repitió más de una vez. Se le explicó detenidamente lo que debía hacer y, finalmente
se llevó a cabo la actividad. Escribió sentimientos negativos en una hoja y sentimientos
positivos en otra. Al finalizar, se rompió la lista en donde se encontraban los sentimientos
negativos de manera simbólica para “dejarlos ir” y tener en el presente todo lo positivo.

248
9.2.8 Caso “H”:

Edad: 33 años
Nivel de escolaridad: Licenciatura en Psicología Clínica
Estado civil: Soltera
Ocupación: Dependiente de farmacia

-¿Con quién vive?


Con mi hermana.

- ¿Quiénes integran su familia?


Mi hija y yo.

-¿Cómo es la relación entre ustedes?


Pues un poco distante, ella no vive conmigo, entonces la miro a veces y
últimamente se ha estado orinando en la cama cuando duerme conmigo.

-¿Qué dificultades han tenido?


Pues desde que tuve el problema con mi novio, las cosas se complicaron, porque
él no es el papá de mi hija, entonces me tuve que ir de mi casa y ahora que me
peleé con mi amiga, entonces tuve que buscar en donde vivir.

- Antes de poner la denuncia, ¿qué pensaba sobre la violencia contra la


mujer?
Pensaba que nunca me iba a pasara a mí.

-¿Sabías que existía alguna ley que protegiera a las mujeres víctimas de
violencia?
Sí.

-¿Cómo te enteraste?

249
Por medio de amigas.

-¿Qué pensabas antes sobre denunciar y llevar a juicio a tu agresor?


Que si, para mí, que Dios me perdone, pero se merecía la pena de muerte, porque
no tenía por qué hacerle daño a una mujer, verdad.

-¿Por qué presentaste la denuncia?


Porque ya era demasiado el acoso en mi casa, mañana, tarde, noche, trabajo,
iglesia, donde yo me movilizaba él siempre me buscaba.

-¿Qué te motivó para iniciar el proceso penal?


La motivación fue que cuando yo llegaba a mi casa, en mi casa hay una ventana,
y él abría la ventana y no respetaba mi intimidad. Entonces, él abría, él hacía, él
tocaba, él gritaba, él pateaba, entonces puse un hasta aquí cuando me golpeó mi
pie.

-¿Cómo supiste lo que tenías que hacer para iniciar el proceso penal?
Fijate que llame a la Policía Nacional Civil, seguido de eso ellos me dieron un
número, el 1551, ahí me comunicó una operadora, lo tengo tan presente, y ella
me dijo que podía ir al Organismo Judicial. Yo le dije que tenía miedo, entonces
me dijo que mejor me fuera para el Ministerio Público. El día lunes lo hice, con mi
pierna hinchada, moreteada de mis brazos, todavía uno en mi cara porque él me
pegó dos veces. Entonces, para mí era mi todo, me entiendes, pero hubo algo en
mí cuando ella me dijo que no tenía por qué alguien me pegara, por qué estar
soportando eso y me motivó a hacerlo.

- ¿De qué manera te informaste sobre el proceso legal que iniciarías?


Ellas me informaron en el MP a donde fuera, ellas me tomaron todo, declaración y
me dieron toda la información.

-¿Sabías a dónde acudir para poner la denuncia?

250
Sí, al Juzgado de… no al Femicidio porque no sabía que existía eso, sino al de, al
que está en Atención a la Víctima adentro del Ministerio Público, y de ahí me
mandaron al INACIF a hacerme los respectivos exámenes.

-¿Cómo hiciste para poner la denuncia?


Al principio me dolió, me costó porque fue una y mil veces con la excusa de que
ponete, me podían matar.

-¿Qué tipo de ayuda recibiste?


Psicológica, me mandaron a Alas de Mariposa, y ahí me refirieron para lo que es
el Juzgado de Femicidio.

-¿Quién te ofreció la ayuda?


Del Juzgado de Femicidio y del Ministerio Público.

- ¿Cómo te ofrecieron la ayuda?


Mi historia, lo dañada que yo estaba psicológica y moralmente. Fueron amables,
todas las licenciadas en sí, pero hubo una que si digo yo se entregó a lo que hace,
con ella sí sentí el apoyo.

-¿Contaste repetidas veces tu historia de violencia?


Uuuu sin fin.

-¿Cómo te sentías al contar la historia repetidas veces?


Al principio me sentía mal, después como que eso me ayudaba a ir liberando eso,
a ir sacando eso que me estaba asustando. Como te decía eso me llegó a mutilar.
Tú sabes que cuando una persona sufre de eso se mutila, le mutilan dignidad, le
mutilan todo, le mutilan su autoestima y había quedado así porque no es como
que podes venir y decir “así vuelvo a confiar en alguien” porque pensás que te va
a pasar lo mismo. Después lo empecé a tomar como que más serenamente, no
soy la única que lo ha vivido, gracias a Dios que estoy viva, viendo lo positivo.

251
-¿Cómo describirías la orientación que te dieron?
En el Ministerio Público yo no encontraba así como que mayor apoyo que
digamos. Ahí solamente te miraban y te decían “ay si, ya va a pasar, no se
preocupe, ya lo tenemos todo bajo control, confíe en nosotros”. Y cuando ibas a
poner la denuncia, tú querías encontrar aquel auxilio y te decían “no, espérese, es
un proceso”. Pero mientras sentías tú que con las llamadas, con los mensajes, con
tal de que saliera libre te venían a frustrar, te venían a quitar como que la paz
interior. En cambio, cuando llegue al juzgado las licenciadas, verdad, empezaron
así como que “ay mire, hay casos peores, todo tiene solución”. Te preparaban
para las audiencias, verdad.

-¿Qué piensas sobre el acceso a la institución en donde realizaste la


denuncia?
Bien, sólo que si la justicia fuera otra en Guatemala, creo que hombres como él no
estarían libres. Yo la hice en el Ministerio Público, pero sí les falta mucho prestarle
más atención a uno de mujer, máxime si el que está tomando la denuncia es
hombre. Demasiado difícil que le preste así como que la atención.

- ¿Cómo te atendieron las instituciones en donde presentaste la denuncia?


En el Ministerio Público pesado, a pesar de que el juez que estaba recibiendo la
denuncia era hombre, la secretaria era mujer, entonces sólo se le quedaba viendo
así como “por qué le responde así”, o sea “busque una solución, dígale algo”. En
algunos juzgados, como lo es uno que está aquí en la zona 1, el Juzgado de Paz,
la jueza se puso del lado de él. Entonces yo pensaba “no es justo” porque ella es
mujer y yo mujer, entonces la jueza del Juzgado de Femicidio fue que le dio
conmutable y fue como él pudo obtener su libertad.

- ¿Sentías miedo al momento de presentar la denuncia?


Demasiado, máxime que el día que yo decidí presentar la denuncia me avisan que
mi abuela se había muerto, entonces eran un montón de sentimientos
encontrados. Pero yo tenía que poner un hasta aquí, porque nadie tiene derecho

252
de venir a maltratar mi vida. Fueron dos veces bien consecutivas, porque la
primera vez que me pegó fue de julio a agosto y la segunda fue de septiembre a
octubre, si llego a diciembre me mata. O sea, iba así como que un mes de por
medio y fechas de por medio, si yo me quedo con él, no estaría aquí.

-¿De qué manera influyó este miedo en tu decisión de continuar con el


proceso penal?
Llamadas de sus abogados, cada vez que iba a las audiencias su familia se me
quedaba viendo así como que “a la salida me las paga”, intimidando, más su
abogado. Pero siempre están los amigos, que sabían que no me tenía que rendir
porque yo no quiero que mi hija pase por lo mismo, tengo que alzar la voz, verdad.
Como que hay una cosa, en un programa que se llama “Lo que Callamos las
Mujeres”, ahí dicen que lo importante es romper el silencio, rompí mi silencio.

-¿Qué medidas de protección recibiste?


Medidas de seguridad, él no se podía acercar, cambiarme de casa, cambiar mi
número.

-¿Qué piensas de las medidas de seguridad?


Mmmm que las deberían de prolongar para toda la vida, porque ahí sale el término
de que puede dilatar 6 meses, entonces dice, “bueno, está protegida por 6 meses
no me le acerco”, pero a los 6 meses puede hacer algo. Deberían de extenderlas
por más tiempo, tenerlas uno eternas porque ellos se confían que como son por 6
meses. Pienso que si funcionan, aunque en mi caso ni aunque hubieran las
medidas él dejó de acercarse, porque a la iglesia entraba, llegaba a mi trabajo,
llegaba a mi casa.

-¿Cómo te sentiste al saber que te brindarían protección?


Más tranquila, pero insegura, porque cuando llamaba a la policía tardaban un sin
fin en llegar a la casa.

253
-¿Influyó esto en tu decisión de continuar con el proceso?
Al principio titileaba y decía que no, que no quería más porque era para mí, me
había dejado mutilada, suena feo, pero es la palabra. Y después fue cuando decidí
continuar. Y también mi seguridad, bueno, mi seguridad primeramente venía de
Dios y después eso de venir y decir a bueno al menos si él se me acerca tengo la
hoja, aunque la vez que lo detuvieron él tenía medidas de restricción conmigo y
me estaba agrediendo cuando cabal la policía lo detuvo. Sí funcionó la medida
porque en la comisaría, yo presenté la hoja, y el comisario me dijo que qué quería
yo. Yo así como que tomé fuerza y valor para poner un hasta aquí, que era lo que
le decía de romper el silencio y ahí fue donde le dije: “la cárcel”. Yo quería que él
pagara lo que me había hecho.

- ¿Cómo te sentiste al denunciar la violencia de la cual fuiste víctima?


Tuve miedo, pero a la vez dije que era momento de poner un hasta aquí, a eso de
que me estuviera como que minimizando, me estuviera martirizando, me estuviera
frustrando, me estuviera dando aquello de que “no servís para nada”, “no servís ni
para la cama”. Palabras que la persona a la que uno ama, oírlas, dice uno “ve con
que monstruo me junté”.

-¿Recibiste algún tipo de preparación para dar tu declaración?


No.

-¿Tuviste asistencia de un abogado para los trámites judiciales?


No, hasta después.

-¿El abogado fue pagado por ti, público o de alguna institución en especial?
Del Instituto de la Defensa Pública Penal.

-¿Cómo fue su asesoría?


Te soy sincera, pues al principio se portó así como “tanto tienes, tanto vales”,
verdad. Ya cuando supo que licenciada en psicología y todo el rollo, así como que

254
“aa bueno, estamos al mismo nivel”. Al principio si fue así como que “aa es usted,
espéreme ahí”. Déspota, ésa es la palabra. De ahí cambió un poco su actitud,
pero cuando yo le solicitaba hablar con ella me decía que la permitiera, o sea
estaba más accesible la licenciada en psicología que la propia abogada que
estaba llevando mi caso.

-¿Qué piensas de la etapa de declaraciones?


Que son buenas, la verdad son buenas porque te ayudan como que a darte más
cuenta para seguir adelante, y aparte de eso te ayuda a darte más fuerzas para
que esa persona pague por lo que hizo. Aunque yo sé que encerrados ahí no
pagan todo el daño que te dejan, pero aunque sea un poquito. Me pusieron un
biombo, siempre lo pedía porque no quería verlo.

-¿Cómo te sentiste con la presencia de él durante las diferentes etapas del


proceso?
Al principio te digo, me sentía culpable porque decía, cómo yo si lo amo lo puedo
ver ahí, cómo yo si él era para mí todo me entiendes, él era para mí mi papá, mi
mamá, mi hermano, mi amigo y verlo ahí. O sea, decís tú, cómo fui capaz, como
soy capaz de hacerlo. Pero de ahí reaccionaba en ese momento.

-¿Cómo influyó la presencia de él?


Influyó bastante su abogado, para confundir a los abogados, incluso la jueza.

-¿Qué piensas de la sentencia obtenida?


Mala, porque sólo le dieron 5 años de prisión conmutable, y el cuate anda libre,
verdad, como que no hizo nada.

-¿Cómo te sientes con respecto a la decisión que tomaron los jueces?


Mal, porque cómo es posible que tenés que estar golpeado para que de verdad lo
sentencien a más. Y le dieron tan pocos años porque sólo era por violencia
psicológica, y como tú sabes colega, futura psicóloga, en un individuo la violencia

255
que más afecta es la psicológica. Porque sacar a una persona de ese trauma
psicológico, eso te marca y te remarca y te da una y mil vueltas en la cabeza.

-¿Cómo piensas que van a cambiar las cosas ahora que concluyó el proceso
penal?
Pues, hasta aquí, salió en julio, lleva tres meses y nada. Él no me ha buscado, no
sé qué va a pasar. Por una parte pienso que fue positivo, pero pienso que tiene
mucho resentimiento y va a buscar la manera de vengarse. Aunque en los
tribunales, quedó claro que si a mí me pasa algo él es el culpable.

-¿Qué piensas del desarrollo de todo el proceso penal?


Que se vende mucho por dinero.

-¿Cómo te sientes después del proceso penal?


Me siento unos días bien y otros días no tan bien, que todavía vienen recuerdos a
mi mente.

-¿Cómo te sentías antes del proceso penal?


Me sentía peor.

-¿De qué manera cambió tu vida llevar a cabo el proceso penal?


Me enseñó a que tengo un valor, a que tengo dignidad, a que no tengo por qué
dejar que nadie me maltrate, tanto física como verbalmente. A sentirme segura de
que cualquiera me quiera agredir o cualquiera me agreda ahí está Dios
primeramente, y están los tribunales.

-¿Qué piensas ahora de las mujeres víctimas de violencia que no


denuncian?
Pobrecitas, es la palabra, o sea no te puedo decir que me dan lástima, sino que te
puedo decir pobrecitas. Me gustaría llegar a ellas y decirles “mire, rompa el
silencio”. Incluso, me compartía una colega y me decía, “sentite dichosa”. Yo decía

256
“mano, cómo es posible una psicóloga pasar por lo que pasé”. Ahí es donde le
decía “nosotras pensamos más con los sentimientos, nos vamos más por el
corazón”. A mí me pasó por eso, más por el corazón, entonces porque muchas
dicen hay un círculo, te pego hoy, mañana te pido perdón con rosas, me perdonas
hoy, mañana te vuelvo a pegar. Me perdonas hoy, mañana te digo que sos una
tonta, mañana me perdonas. Te pateo hoy y mañana me vuelves a perdonar, te
violo hoy y mañana no pasó nada. O sea, es un círculo, entonces muchas mujeres
no rompen el silencio por sus hijos, sin saber que ellas mismas pueden salir
adelante. A mí me gustaría llegar a ellas.

-¿Cómo ha cambiado tu forma de pensar con respecto a la violencia contra


la mujer?
A que no podría vivir con alguien que me pegue nuevamente, a que nadie tiene
derecho como te decía la primera vez, a venir y pegarme. Porque para eso existe
un diálogo, si los dos caracteres no se llevan, aunque hayan hijos de por medio,
es mejor separarse.

257
DIARIO DE CAMPO

En este caso se realizaron dos entrevistas, la primera fue en su trabajo; sin embargo, no se
concluyó ya que ella no se sentía cómoda. Por lo tanto, se reorganizó una segunda entrevista
dos días después, en la cafetería de la iglesia a la que ella asiste. Allí, la sujeto se mostró
abierta a las preguntas, se percibía mayor comodidad que cuando se encontraba en su
trabajo. En esta ocasión se realizó la entrevista desde el principio, tomando en cuenta
únicamente la segunda grabación.

La sujeto “H” es una mujer extrovertida. Mostró bastante confianza desde el inicio de la
conversación. Se asume que por su edad, el trató que se tuvo fue de “tú” desde el principio.
Ella tuvo un contacto cercano, contacto físico como abrazos y agradecimientos. En algún
momento de la entrevista se llenaron sus ojos de lágrimas. Se le sugirió que asistiera a apoyo
psicológico y refiere estar llevando un proceso.

Se realizó la actividad de cierre y ella la realizó de manera adecuada, comprendió las


instrucciones e incluso tenía idea de lo que debía hacer, ya que ella es psicóloga. Escribió
cinco sentimientos o cosas positivas y cinco negativas y al romper la lista de cosas negativas
comentó “las ponemos donde deben de estar”.

Posterior a la entrevista continúo la conversación y brindó información relacionada con su


familia. Comentó que ella es una persona que no tiene padres biológicos, ha vivido con una
amiga toda su vida y la familia de ella la ha adoptado como hija.

258

You might also like