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Máster en Gestión de Empresas Marítimo Portuarias y Derecho Marítimo


Introducción a la Economía Marítima
Natalia Caralli Anselmi

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¿Qué estrategia emplearías con una flota de 6 vapores tramp en bandera neutral en
una coyuntura bélica de altos fletes? ¿Venderlos u operar en el mercado? Razona tu
respuesta y expón los argumentos a favor y en contra de cada una de ellas a partir
de la experiencia de las Navieras Vascongada, Marítima del Nervión y Sota y Aznar-
Aznar durante las dos guerras mundiales (Valdaliso 2006 y libro)
Las guerras crean, para algunos, grandes oportunidades de negocio, el hecho de tener un
buque con bandera neutral en una coyuntura bélica muy tensa, puede ser de mucha ayuda
si estás dispuesto a arriesgarte, ya que te permite seguir siendo productivo a pesar de estar
dentro de una complicada situación.
Lo ideal, considero, es seguir dentro del mercado y por supuesto, tener ingresos por más
bajos que sean, para así poder mantener a flote la empresa, ya que no estamos hablando
únicamente de una empresa, sino de todo lo que esto significa: los accionistas y
trabajadores que forman parte de la empresa, que deben obtener ingresos, al igual de la
importancia de mantener una reserva que ayude a dicha compañía de ser necesario y, por
supuesto, intentar no echar por la borda los sacrificios realizados al momento de iniciar
una nueva empresa, dentro de un mercado en el que no es sencillo (ni barato), entrar y
establecernos.
Con respecto a la pregunta realizada, de tener que emplear una estrategia en las
condiciones citadas, seguiría un patrón anticíclico, es decir, compraría buques en precios
bajos, y explotaría dichos buques, a pesar de que sea un gran riesgo, pero teniendo en
cuenta que los gastos variables no deben ser demasiado altos, ya que, de serlos, no podría
cubrir la inversión del buque, los gastos propios de la empresa y además tener un poco de
reserva, ya que habría que tenerlo presente.
Para ser más específicos, de tener 6 vapores en el negocio tramp, pondría 4 a navegar y
vendería 2 para poder invertir luego en vapores más nuevos o con mejores condiciones
que los anteriores, de esta manera estaría invirtiendo en un mercado que me dará frutos a
largo plazo. Y, de no tener buenas ofertas para comprar, los usaría para tener una reserva
y mantener mi empresa de pie, si la situación bélica llegase a afectarme directamente.
Considero que hay que aprovechar los momentos que son difíciles para otros, donde
tenemos ventaja a pesar de estar enfrentándonos a grandes riesgos. Se debe tener presente
que si estamos corriendo riesgos de que nuestra flota sea vulnerada por terceros, así
nuestro país no sea parte de la situación bélica, problemática o situación difícil, pero
ciertamente que nos afecta, debemos aprovechar de ganar mucho, y al menos cubrir los
riesgos de esta forma.
Teniendo en cuenta que las coyunturas sólo representan un tiempo que debe resistir la
empresa, o bien, producir la mayor cantidad de dinero que les sea posible, en mi opinión
se debería guardar un fondo para poder reponer los daños sufridos o mejorar la calidad y
nivel que tenia la empresa antes de que entrase en dicha situación, ya que es muy probable
que al decidir que se mantienen navegando los buques, ocurran accidentes donde se pierda
tonelaje, es decir, lo buques que hayamos decidido fletar, sean destruidos dentro de dicha
guerra. Al tener una reserva de dinero destinada específicamente a la mejoría o
recuperación de la flota de la empresa, me aseguro que mi empresa perdurará en el tiempo,
si por problemas no puedo fletar mis buques luego de haber usado este fondo, puedo

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venderlos y recuperar parte del dinero, además de que si puedo prever construirlos a un
precio bajo y luego logro tenerlo en mis manos en el momento indicado, puedo venderlos
a un precio más alto que supondrá ganancias de la forma mas “sencilla”.
A pesar de que mi decisión sea mantener la explotación de los buques, hay que tener
presente que la palabra riesgo está latente dentro de cada paso que se deba tomar para
hacer realidad esta situación, pero primero, hay que evaluar los pros y contras de cada
opción, explotar los buques o venderlos y cubrir los gastos de la empresa con las
ganancias de la venta.
Opción 1: explotar el buque
Si decidimos explotar el buque, los beneficios serán proporcionales a los riesgos, es decir,
podemos perder muchos buques como ocurrió en Bilbao en el periodo de la Gran Guerra,
entre 1914 y 1918, que de la flota bilbaína que habían decidido dejar navegando, se
perdieron un total de 53 buques, con más de 120.000 toneladas, lo que quiere decir que
es una gran pérdida.
Tal como le ocurrió a la Naviera Vascongada en la primera coyuntura (1914-1919), uno
de los principales riesgos es la perdida de flota por el conflicto, 3 de sus vapores fueron
perdidos por la guerra, al ser golpeados por torpedos. El problema aquí es que, si una
empresa decide poner en el mercado de fletamento sus buques, puede perderlos todos.
Nadie asegura que nuestros buques no serán atacados sólo por tener bandera neutral.
Siguiendo con la idea de la perdida de un buque, tenemos que tener presente que sin
seguro no podremos navegar, y un seguro que cubra riesgos de guerra tendrá una prima
muy alta que podría incrementar significativamente nuestros gastos variables, y no
obtendríamos una ganancia significativa.
Hay que tener presente que no todas las empresas tienen el mismo modelo de negocio y
es preciso ver que liquidez tiene la nuestra a la hora de enfrentar una coyuntura difícil, ya
que si no tenemos cierta estabilidad quizás no podremos enfrentarnos a una problemática
de tal magnitud. Así mismo, podemos encontrarnos con que legislativamente, no nos este
permitido la adquisición de buques, tal y como ocurrió en España en la segunda
posguerra, que se consideró no una medida proteccionista, sino todo lo contrario, una
medida prohibicionista, intentando recuperar los astilleros nacionales, cuando, con
seguridad, estos astilleros eran mucho más costosos que los internacionales, y no todas
las empresas tenían la capacidad de enfrentarse con este duro golpe al momento de
recuperar o iniciar una nueva empresa con nueva flota, o incluso, flota de segunda mano.
Si bien en la primera posguerra, se logró hacer la recuperación de flota, no todas las
empresas tenían esta facilidad para hacerlo luego y tampoco para mantener la empresa de
pie a pesar de tener vapores nuevos.
Por otra parte, considerando que dentro de esta coyuntura hay un flete alto, el explotar los
buques fletándolos propone una forma sencilla de mantener la empresa de pie, eso sí,
debemos tener presentes que hay que bajar lo más posible los gastos variables para poder
sacarle provecho a los viajes y poder mantener una empresa con todo lo mencionado
anteriormente. Una muy buena estrategia es limitar el las cantidades a transportar, para
así poder sacar más viajes, tal y como lo hizo la Naviera Vascongada en la Primera
Guerra. Invertir en un departamento que maneje de forma excelente los fletamentos es lo

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mejor que se puede hacer para tener una naviera exitosa, ya que de ellos dependerá el
éxito o fracaso de nuestra empresa.
Invertir en una flota nueva, para poder tener menores gastos en reparación o
mantenimiento de nuestros buques es un logro a largo plazo, quizás lo ideal es fletarlos
en un Time-Charter o en un Long Time-Charter para poder sacarle el mejor provecho
dentro de un momento caótico, nos encontraríamos con una responsabilidad menos
(buscarle viajes a nuestro buque) y obteniendo una entrada de dinero mensual que nos
ayudará a centrarnos en otra parte de nuestro negocio.
Dentro de todo lo dicho antes, considero que la visión que tienen los externos de nuestra
empresa es muy importante, y tener un buque navegando en una situación tensa muestra
el “valor” o “valentía” que pueden tener algunos empresarios en arriesgarse, así como
también lo pueden valorar los clientes por ayudarlos a hacer negocios cuando nadie más
lo hace. La demostración de quién es más fuerte o poderoso dentro de este negocio es
muy importante, ya que de eso dependerá la cantidad de clientes que podamos tener o lo
longeva que será nuestra empresa y con ella nuestro legado, tal como ocurrió con los
Aznar.
Opción 2: Vender nuestros buques
El primer “pro” que podemos tener presente dentro de la opción de vender los buques, es
que dependiendo del ciclo del mercado marítimo podremos adquirirlos a un precio bajo
o moderado y luego venderlos a un precio alto o al menos, mayor que el precio de compra.
Lo que nos ayudará a poder seguir con el negocio.
Vender los buques, también, puede ayudarnos al momento de crear una reserva y luego
hacer nuestro propio ciclo: vender a precios altos, crear una reserva económica destinada
únicamente a la inversión en nueva flota. Al bajar los precios de venta de los buques,
comprar o construir y más adelante vender, cosa que puede no parecerle comprensible a
todo el mundo, pero muchas navieras no explotan como tal sus buques y se dedican
únicamente a la compra y venta de los mismos, y explotan un mínimo de su flota, para
mantenerse en la empresa y poder demostrar que sin navegar también se puede sobrevivir.
Pero, antes de tener presente la venta, hay que notar que es la última opción, ya que no
todos venden los buques por negocio sino por necesidad, y antes de esto está el amarre
de nuestra flota, que supondrá un gasto enorme para la empresa, y se venderá el buque
para saldar las deudas adquiridas en el tiempo que tenemos los citados amarrados. El
negocio de venta hay que hacerlo cuando hay una necesidad de buques y no hay muchos
a la mano, es decir, cuando hay deseos de construcción y no todos los astilleros pueden
cubrir estas necesidades. Si bien es una tarea un poco difícil o complicada, el prever
cuando será el mejor momento para realizar una venta, será, viene, por supuesto de la
mano de buen equipo de trabajo en el que se debe invertir. El conocimiento y la
experiencia será la clave al momento de vender un buque.
Si nuestra empresa no está completamente especializada, podremos usar esta estrategia
para intentar especializarla, es decir, podremos vender aquellos buques que están dentro
de un negocio ciertamente más complicado o en el que no estamos completamente
preparados para abordar, y reservar el dinero o invertirlo en buques más especializados

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del negocio en el que seamos líderes. De esta manera nos estaremos afianzando y creando
un legado duradero dentro del negocio marítimo.
Estas opciones de vender o no hacerlo dependerán enteramente de la situación y de como
este nuestra compañía parada en el medio de todo esto, es decir, si podemos explotar
nuestros buques y hacer de ellos un buen negocio a largo plazo, es lo ideal hacerlo, pero
si poniendo todo en una balanza, nuestros buques serán únicamente un gasto, lo mejor es
ponerlos en venta y crear una reserva o invertirlos cuando el negocio esté en lo más
apropiado.
Considerando que no es nada sencillo tomar este tipo de decisiones, claro está,
dependeremos de la experiencia de otras compañías en el sector.
Conclusiones
Hay que evaluar que no todas las empresas están destinadas al mismo tipo de negocio y
las ventas dentro de ellos no son iguales, para poder decidir si queremos vender o navegar
hay que evaluar nuestros departamentos y en cuales tenemos fortaleza, las decisiones no
pueden hacerse al azar, porque si lo hacemos de esta forma, estaremos condenando
nuestra compañía al fracaso inmediato.
De igual forma, hay que diferenciar que una coyuntura bélica no es lo mismo que una
crisis en el mundo marítimo, es decir, no podemos aplicar las mismas estrategias como si
estuviésemos observando una disparidad entre oferta y demanda (vender buques, parar la
construcción y permitir darle un aire al negocio de los fletes limitando la oferta para hacer
subir la demanda), sino que es una cuestión externa del negocio y nosotros como
empresarios, armadores o navieros, deberemos enfocarnos en superar la situación sin
afectar nuestra compañía.
Lo ideal, para poder mantenernos en el negocio es invertir en otras empresas, tal como
vemos que hicieron los Aznar, pero, sin quitar del foco de atención nuestro negocio
principal. Tener varias manos dentro del negocio puede ayudarnos a pisar fuerte mientras
la tormenta pasa.
Quizás, si tenemos una flota muy grande, lo ideal sea vender los buques más viejos,
sacarle provecho a lo más nuevos y tener uno o dos fletados a largo plazo para poder tener
ingresos constantes sin importar lo que pase. De no arriesgar no podremos ver los frutos
porque no todos están realmente preparados, y no todos tendrán las mismas ideas para
poder mantenerse y sacarle provecho a cada una de nuestras fortalezas como empresa.
Si bien no estamos en las mismas condiciones de las Guerras Mundiales o la Guerra Civil,
no está de más mirar hacia el pasado para poder aprender de los errores de terceros o
aplicar sus mejores estrategias, como la inversión constante y continua en nuevos buques,
siempre y cuando sea a los mejores precios.

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