Professional Documents
Culture Documents
ISSN: 0188-6649
kgonzale@up.edu.mx
Universidad Panamericana
México
Boeri, Marcelo D.
ARISTÓTELES CONTRA PARMÉNIDES: EL PROBLEMA DEL CAMBIO Y LA POSIBILIDAD DE UNA
CIENCIA FÍSICA
Tópicos, Revista de Filosofía, núm. 30 bis, 2006, pp. 45-68
Universidad Panamericana
Distrito Federal, México
Marcelo D. Boeri
Universidad de lo s Ande s, Chile
m bo eri@uandes.cl
Abs traer
Thi s essay aims at p resenting a reading o f Aris to tle's cridcisms of
Par ménides at Physics. The author suggests that sorn e impo rtant issues that
Aristo tle rakes inrc account when determiniog the basic princip ies of th e scien ce
of nature arise From thos e criticisms. Boeri argues tha t, in spite of th e strong
disagreemene de clared by Ar isro ile at Pbysics 1 2 -3 with regard to the Eleatic
pos itions in gene ral and to Par mé nides" position in particular, Arisrod e takes ad-
vantage of bis discussion with Par m énid es in a constr uc tive manne r in favor of
bis own rheory of change an d, in gen eral term s, of the indispensab le con dirions
For the con stirution of a science o f nature. According te the autho r, one of th e
centr al pe ines o f Arist otl e's disagreement with Par m enid es (th e theo ry of be ing)
is at on ce on e of the m ost fertile issu es from the standpo int of Arisrotle's use of
such disagreement in a rd er to establish th e foun dation s of his physics.
Key words: Aristctle, Parménides, Physics, chang e.
Resumen
E ste ensayo se prop one presentlr urra lectura de las criticas de Ari stótel es a
Par m énid es en la Ffsi ca. El au tor sugiere que algunas import antes cuesti o nes
que Ar istóteles tiene en cuenta cuando determina lo s p rincipios básicos de la
ciencia de la natur aleza surgen de esas criticas, Boen argwnenta que, a pes ar del
fuer te desacu erdo declarado por Aristóteles en Ff sica 1 2-3 respecto de las posi-
ciones ele áticas en g eneral y la posición de Parménides en particular, Aristóteles
aprovecha su discus ión con Parm énid es de un mo do construc tivo a favor de su
po rp ia teoría del cambio y, en g eneral, de las condicione s indispensables para la
constituc ión de la ciencia de la n aturaleza..Según el auto r, un o de los P WltOS ceno
trales del desacuerd o de Ar istó teles con Parm énid es (la teoría del ser) es al mismo
tiempo una de las mis fértiles cuestion es desde el punto de vista del uso de Aris-
tóteles de tal desacuerdo para establ ecer los fundamentos de su física.
Palabras clave: Arist óteles, Par m énides, Ffsia. cambio.
1 AnPo. 72. 14-24; 75b30-32; 90b24-25. Cf. D e anima 402b 25-26. El modelo de
ciencia de Aristó teles en AnPo. es, claro está, el de cien cia demo stra tiva. es decir, aquella
cuyo o bjeto no puede ser de otro m odo (l e. es necesario ; A.nPo. 73a21-24) y aqu ella que
se carac teriza por ser " un sistema ded u ctivo axioma tizado que compren de un co njun to
finito de apodeíxei s o demostraciones" (Barn es [1975], p. 65).
2 Q ue " lo que sucede en la m ayor p art e de los casos" tiene qu e ver de modo di-
rec to co n lo co ntinge nte (Evat XE:a &n) es expresamente establecido por Aris tó teles (cf
An.Wricos Prim eros [AnPr.] 25b l 4-15).
3"No hay ciencia a través de una demostración de lo que es por azaró pues lo que
es p or azar n o se da como lo nece sario ni com o lo que sucede en la mayor p arte d e
los caso s [... l, y Ia dem ostración lo es de una l.1 otra de estas cosas, pues toda ded uc-
ción (cru AA o ytcr¡J6 ~) se da a través de premi sas (npo 't'á crn <;:) necesarias o que suceden
en la mayor par te de lo s casos. Si las premisas son necesarias, tambi én es necesaria
la conclusión, y si tienen que ver con lo que sucede en la mayor parte de lo s casos, la
conclusión tam bién será de esa índole" (AnPo. 87b I 9-25; mi traducc ión). Cf. tam bién
AnPo. 96a8-19 y Met. 1027aI 9-24. Para una clara discusión de lo s dos tipos de premisas
(las necesarias y las que tienen que ver con lo que sucede en la mayor parte de los casos)
véase Cassini (1991), pp. 84·86 .
"U na útil expos ición sobre el carácter científico de la física p uede encontrarse en
Zagal Arreguí n (2005), pp. 177· 190.
50 wen (1975), p. 116.
Tópic o s 30 b is (2006)
A RISTÓ TELES CONTRA P ARMÉN ID ES 49
aristo télico podría resumirse del siguiente mod o : "sabe mos - po rque es
maní fiesto- que hay cambio, movimiento ; el p ro blema es, en todo caso,
explicarlo" . E so es, p recisame nte, lo que Aristó teles se propo ne hacer en
Fls. I (y algunos pasajes de Fis. II y VI II), do nd e pued e advertirse un
esfuerzo por mo strar ciertos aspectos de índo le m etodológica que tan-
to a H eráclito com o a Parméníde s se les habrían pa sado por alto en su
con side ració n del mu ndo natural /.
Es bien conocida la me todología arístotélica consistente en intro-
ducir la discusión de un problem a filosófico a pa rtir de la exposición
y exame n d e lo que o tro s pensadores han dicho sob re dicho p roblem a
filo sófico. La Física es un texto particularmen te fértil en lo que se re-
fiere a la aplicació n de la discusió n dialéctica de las posicion es de los
pen sadores anterio res (cf. especiaIm ente Fis. I 2-6). Esa me todología
suele asociarse al tratamiento dialéctico que Aristót eles aco stu mbra ha-
cer de las tesis y los argumen to s de los filó so fos que lo precedieron en
el tratamien to de un asunto que es en ese momento de su interés. Dicho
tratamiento dialéctico suele tener por lo ge neral la siguiente secuencia: (i )
exposició n del mo do en qu e el autor en cuestió n presenta el pro blema ;
(ii) exame n de los argumentos y punto s de partida y (iii) conclusión o
conclusion es (si la co nclusió n del autor examinado coincide co n la pers-
pectiva aristo télica, el aut o r en cuestión llega a esa conclusión como si
estuviera " forzado parla verdad", cf. Fis. 188b30; M et. 984b l 0-11; si no
coincide, el auto r "no llegó a adver tir el pro blema" , cf. Fís. 186a32); (i v)
ap rovechamiento p or parte de Aristóteles de aquello qu e resulta útil pa ra
su prop ia interp retació n del asunto s. E nt re lo s vario s filósofos examina-
7podr í:t argum en tarse que Aristó teles no aban dona nun ca esa preocup ación me-
todológica a lo largo de todo el tratado. Como vere mos al com en tar algun o s pa sajes
puntuales de Fís. VIII . Aristó teles de nuevo po ne én fasis en cier to s aspec tos de tipo
metod ológico que cualquier investigador aten to de la naturaleza no podría nunca pa sar
por alto.
8EI principio meto dológico de Aristóteles resp ecto de los pen sadore s ant eriores
es expre samente descrito en un cono cido p asaje de los Tópicos (Tóp.), do nde sugiere
que todos los juicios qu e p arecen verdaderos en todos o en la mayoría de los casos deb en
tomar se como un pr incipio o tesis aceptad a. Ta mbién esta blece qu e hay que escoger
entre los argumentos formulados por otro s p ensador es, hacer listas de cada clase de
argumento mientra s se las distingue y se les coloca nrulo s, me nc ionar expre sam ente las
o piniones d e c ada uno (com o, por ejemplo, qu e Empédoc1es sos tuvo que los elementos
de los cuerpos eran cuatro), " pues cualquiera pod ría adjudi carse como propio lo dicho
por alguien de reno mbre" (Tóp . l ü5bl ü-18; un pro cedimient o similar se lleva a a bo en
Met I 3-6 Yen D e anima I).
9E I má s fuer te de los cu ales es calificar a Par méni des de " débil men tal" . El text o di-
ce literalment e: "sosten er que todas las cosas se en cuentran en reposo (Tt6v r' T)pE¡.Iclv) y
buscar la explicación de esa afir mació n sin p restar atenc ió n a nuestra percep ció n co nsti-
tuye una ciert a deb ilidad de p en sami ento" (crppwo 'tiCt r íe ~lCtvoiCtc:; Pis. VIII 3, 253a32-
3 ~). Q uien sos tiene que tod o se encuen tra en reposo es, claramente, Parménides, aun que
Ari stótel es no lo mencio ne por su n ombre, como ya lo hab ía hecho ant es en el loc us
clásico en el q ue discu te fron talmente con los eleata s y co n Parméni des en p articular (cf
Fís. 1 2-3).
II
IODichas dificultades o ap orías físicas (<pumx Ctt ctTtOPlCtl; Fís. 185a18) so n el m ovi-
mien to, lo finito, lo infinito (cf. ltl et. 986b16-2 1).
" e f. Parménides B8, vv. 6 y 37-41 (D K); J\leliso B6-7 (DK) .
que no se podía ni siquiera pensar, a saber, que el ser es no ser (cf. Píe.
185b16-25 y Par ménides B2, v. 3, D K). D e lo dicho hasta aquí se sigue
aho ra que los ente s so n múl tiples en cuanto a su definición y hay que
admi tir que lo uno es múltiple y además que es po sible que uno y múlti-
ple sean lo mismo, sin por ello caer en ninguna co ntradicció n, ya que 10
uno puede serlo tanto en potencia como en acto (Fis. 186a l -3). Que ser
y uno so n tér min o s un ívocos es la falacia material que Aristóteles atribu-
ye a Parm énides. Pero además, también le atribuye la falacia formal (ii)
pues Par ménides concluye in co rrecta ment e, ya que, aun cuando se ad-
mitie ra que ser se dice en un solo sentid o - lo cual es falso- , de ello no
podría inferirse que todas las co sas se reducen a una sola12 . E n efecto,
si "s er" tuviese un solo significado, las cosas blanca s serían múltiples, no
una, ya que "b lanco" no será un a unidad ni po r continuidad ni por su
definició n, pues serán co sas distin tas el ser de "blanco" (Le. la blancura)
y el ser de lo que admite ser blanco (i.c. aquello que recibe en sí mism o
lo blanco, por ejem plo un p erro blanco). Lo blanco y aquello a lo que
le per tenece se diferencian p or su ser, una distinción funda mental que,
segú n Ari stó teles, Par ménides " no advirti ó" (Fís. 186a25-32)13
12Aristóteles atribuye las falacias material y form al tant o a Parm énides com o a Melisa
(cf. Pis. 186a6-8); aunque a éste último lo despacha rápid ament e - alegando que "el
argumento de Melisa es esp ecialmente grosero y no plantea ninguna dificultad"; Pis.
186a8-9- , la discusión de la crítica de Aristóteles a Melisa requiere de un comentario
especial que n o pu edo hacer aquí. Una exposición crítica de las objeciones de Aristóteles
a Meliso puede verse en Cherniss (1991), pp. 88-94. Para una discusión balanceada de las
críticas de Aristóteles a Melisa véase tambi én Rossi (2001), especialmente pp. 151-158.
B Un a exposición má s de tallada d e los argum entos de Aristóteles co ntra Parménide s
puede encontrarse en Berti (1977), pp. 281-289. En Pis. 1 8 Aristó teles vuelve a polemizar
con Parménides, y esta vez su esfuerzo se concen tra en tratar de mo strar que la tesis
parmenídea niega el devenir. En este dificil capítulo Aristóteles procurar á mostrar en
con tra de Par ménides que es po sible (a) tanro la generación a partir de lo que es como
(b) la generación a par tir de lo que na es; (a) es p osible siempre y cuando no se considere
a lo que es en términ os absolutos: que algo se genera a partir de lo que es significa que
se genera a par tir de un sustrato. D icho sustrato presupone también la p rivación como
p rincipio del cam bio, privación que le p ermi te argumen w a Aristóteles que (b) h ay un
sentido en el cual puede decirse que se da la gener ación a partir de lo que n o es: si
bien nada se genera a par tir de lo que n o es en términ os absoluto s, sí h ay generación a
p artir de lo que no es en tan to n o es ato (Fis. 1 9 1b9 -1 9 ~ 13-16). Una discusión lúcida
Tópi co s 30 b is (2006)
A RISTÓ TELES CONTRA P ARMÉN ID ES 53
Volvamo s ahora al núcleo de la o bjeció n de Aristóteles: la misma
con siste en argwnentar que si lo que so stiene el eleatismo en general
y Parménid es en particular (que el ser es uno e inmóv il) es cier to, no
puede explicarse L> multiplici dad (de cosas físicas) ni tampoco el cam-
bio. Al sos tener la absoluta inmovilidad del ser lo que se está rechazando
es la existencia del devenir, una con dición esencial para la constituci ón
misma de la física como ciencia. Por otro lado, si se niega la multiplici-
dad (" el ser es uno"), también se niega implícitamente la distinció n entre
las co sas y sus principios y, por lo que comp ete a la física como cien-
cia, se niega también la existencia de los p rincipio s prop ios de la física.
E n co nt ra de la negación de la multiplicidad, puede co nstatar se que en
nuestra experie ncia ha bitual se nos apa recen múltiples ejemplos de mo -
vimie nto o cam bio, que además son evide ntes o manifiesto s: gene ració n,
destrucción , crecimiento, decrecimiento, alteració n, movimi ento locati-
vo. Cua ndo vemos el nacimiento, la muerte , el crecimiento o el proceso
de decrecimiento de una p lanta , o cuando vemos que una perso na se
desplaza de un punto a otro, o que una manzana cae de un árbol, o
que una planta florece y luego se marchi ta, tenemos una evidencia que
constituye una suerte de constataci ón empírica no sólo de que hay mul-
tiplicidad de entes, sino tam bién de qu e están en movimiento. No sólo
es confi able la pe rcepción sensi ble para dar cuenta de estos fenó menos,
sino que además es relevante el hech o de que dich a percepción es garan-
tía suficiente p ara confiar en la existencia del movimiento (cf. Pis. VII I
3), un ing rediente decisivo del mundo natural que debe ser esp ecialmente
tenido en cuenta por el físico. A tal punto es impo rtante el problema del
movimiento - toda vez que lo que uno se propone es h acer física- que
y de tallada de Fís. 1 8 puede verse en Loux (1992). quien . en tre otras co sas. so stiene
que en el argumen to, tal como es presenta do en 1 8. Aristóte les no invoca su propio
análisis de la semán tica del verbo ser o su prop io análisis del cam bio contra el dilema
de Parménides, y que esto es así p orque 10 que se p ropon e hacer Aristóteles es refu tar
el dilema (cf. sobre todo pp. 287-293). No me queda suficientemente claro qué quiere
decir Loux cuan do sugiere que Aristóteles no echa man o de su p rop io análisis del cambio
contra Par ménid es en 1 8. p orque para mostrar que h ay W1 sentido en el que sí puede
decirse que algo se genera de 10 que n o es se vale de la n oción de privación. W1 0 de los
tres principi os del cambio.
14So bre este PWltO cf Wiehod (1970). pp. 105-107, q uien ad emá s o bserva que la
tesis eleata implica el liso y llan o ab andono de los principios que so n supuestos p or
el que invest iga la natura leza. lo m al implica también h ab er ignorado el sentido de los
principios en la co ns titución de la cienc ia fiaica.
sentido de "lo que precisamente es" (orrzp av ; Fís. 186a33-34; b5). Pero
si se sigue ese camino, inevitablemente hay que co ncluir que no hay mul-
tiplicidad ni movimie nto. Sin em bargo , dado que en la co nside ració n del
mu ndo natu ral no podemos ir en co ntra de lo s sentidos - que nos di-
cen no sólo que hay mu chas cosas, sino tambié n que hay movimiento-
Parménides de be estar equivoc ado. Ahora bien, no bas ta con el criterio
de la percepción sen sible cuando de lo que se trata es de justiJicar una
teoría del mundo natural; como Par ménides. ento nce s. Aristó teles se ve
en la necesidad de presentar una teoría del ser que dé sus tento al fenó -
me no de la multiplicidad y el movimiento. Es a teoría del ser no puede
ser otra que aqu ella que dice que "ser se dice de muchas maneras" (Mct.
1003b5, 1026a33, 1028alO et p assim ; cf. Fís. 185b5-6), pues es la única
que pe rmite ente nder que, efectivamente, hay multiplicidad de cosas en
movimiento. E n efecto, la teoría aristo télica del ser so bre la que se funda
la ob jeción má s seria en co ntra de Parménides per mite la predicació n y
co n ella un discurso que sea descrip tivo del verdade ro estado de cosas:
hay entes que nacen. crecen, decrecen y mueren. El hecho de que una
parte importante de las o bjecio nes que Aristóteles presenta co ntra Par-
ménides se base en su distinción de la multiplicidad de significados de
ser (ov) podría hacer p ensar qu e Aristót eles se vio forzado a desarrollar
su teo ría del ser y, junto con ella, su do ctrina de las categorías, como
una solución apropiada a la aporía en la que. necesariamen te en su op i-
nión. terminaba la visión parmcnidca del mu ndo. Por muy tentadora que
se nos presente esta interpretació n. creo que debe ser evitada pues son
varios los co ntextos en los que la doctrina aristotélica de las múltiples
significaciones de ser y de las catego rías desempeña un pap el decisivo. y
nada h ay en ellos que nos haga pensar que Aristót eles se vio forzado a
formular tales doctrinas en ocasió n de su intento de refut ació n de la tesis
eleata 15
ISEn Boeri (1997) he intentado m ostrar que el valor y func ión de la teoría de las ca-
tegorías radica. entre o tras co sas, en la posibilidad de resolver lo s p roblema s que h abían
quedado sin solució n en Otros pe n sadores. En efec to. el valor y función de 11 teoría ca-
tegorial se ve co n claridad en distin tas esferas de la filoso fía aristotélica (m etafísica, ética.
p sicología y física). En este sen tido la teoría re sultó un extraordinario descubrimiento
de Ari stótel es en el co ntexto de su propia filoso fa, ya que desde su propia perspe ctiva
Tópicos 30 bi s (2006)
56 M ARCELO D . B O ER I
y de acuerd o con los principios fundamentales de su pen samient o, pudo sup erar lo que
con sideraba in suficiencias insalvables de sus predecesores en el tratamie n to de los pro-
blema s filosó fico s que los conducían a apo rías insolub les. E n muchos casos Aristó teles
advierte que los pen sadores ant eriores han hecho un planteo erró neo de los problemas
y, consecuen tem en te, no han podid o llegar a un a solución satisfactoria; en más de un a
ocasión la doctrina de las categorías constituye el punto de partida adecuado que ha sta
ese momen to había sido pasado po.r alto, según Aris tóteles. Cf. Boeri (1997), pp. 85-86
Yespecialmen te pp. 98-102.
16Ésta es una razó n de pe so para pensar que la critica aristo télica al ser parmenídeo
es ilegítima pues, com o acertadamen te señala Cherniss, Ari stót eles está empeñado en
sostener la realidad exclusiva del ser fen oménico, r ealidad que Par ménides rechaza por
com p leto (cf. Chemiss [1991], p. 95). Parm énides y en general los eleatas están interesa-
dos en en fatizar la r ealidad inmutable del ser que se ma nifiesta en el p ensamiento y en
sus objetos.
Tópi co s 30 bi s (2006)
A RISTÓ TELES CONTRA P ARMÉN ID ES 57
III
Tópi co s 30 b is (2006)
A RISTÓ TELES CONTRA P ARMÉN ID ES 59
t8 p ero el ejemplo de los animale s contradice, en cierto mod o, la tesis general aristo-
télica de que el m ovimiento es eterno, porque si efectivament e hay por lo meno s un ente
en el mundo que se encuen tra en completo repo so y de repen te, po r 1:1s razones que fue-
re, comien za a moverse, entonce s, no es ciert o que el movimiento es eterno. Pan evitar
esta dificult ad Aristó teles tiene que m o strar qu e, en rigor, el movimien to de los animales
no cons tituye un caso genuino de "comienzo del movimien to" ; eso es, preci samen te, lo
que hace en Pis. VIII 2, do nd e argumenta qu e en el animal siempre hay alguna de sus
p art es connaturales que se encuentra en m ovimiento y la causa del movimiento no es él
mismo, sino tal vez su en torn o (el medio amb iente op en como principio causal del mo-
vimiento del animal pu es Ias condiciones del ent orn o activan en el animal movimi ento s
o cam bios en general). E n Pis. VI II 4, 254b 15-16 vuelve a sostener qu e los anim ales se
mueven a sí mismos y que su principio del m ovimiento reside en ellos (254b16).
Tópi co s 30 b is (2006)
A RISTÓ TELES CONTRA P ARMÉN ID ES 61
20H a habido cierta discusión erudita en torn o a cuál es la "disciplina común a todas
las ciencias"; hay cierto con senso para pens ar que esa disciplina común es la dialéctica
(cf. Irwin (1988], pp. 67-68) porque, com o establece Aristóteles en Tóp. 1 2 (101336-37;
b 2-4), la dialéctica es un arte útil par a todas las ciencias.
Tópi co s 30 b is (2006)
A RISTÓ TELES CONTRA P ARMÉN ID ES 63
21D e todo s mod o s. Aristó teles refina la tesis de Parménides (cf. arr iba el comienzo
de la sección 11 de este ar ticulo); en su sen tido técnico mis estricto. una refutación es
un tipo de argum ento dedu ctivo, Le. aquel que va acompañado de una contradic ción
en la conclusión (cf Refutaciones Soiinices 165302-3; 1673023-26). A sí. la tesis inicial de
Par ménides es que todo es un o; pero si "uno" significa "con tinuo", se sigue no que todo
es un o, sino múltiple. ya que lo continu o es divisible al infinito (que es la contradictoria de
la tesis de Parménides; cf Pi s. 185b 5-10). 1..0 que Aristóteles esta blece inductivament e
son las prem isas para hacer una refutación dedu ctiva dialéctica (sobr e este pun to cf
Bolto n [1995]. p. 18).
IV
BARNES, J. 1975: "Ari sto tle's Theory of D emo nstratio n" , en Barn es,
J., Schofield, M . y Sorabji, R. (eds.): Anides on Aristo tle 1. Scien ce,
Lo ndo n, pp. 65-87.
- - - 1997: "\'(le rt und Funktio n der Kategorienlehre bei Ari stó teles",
en Offenbe rge r, N. y Vigo, A. G . (ed s.): S üdam erikarusch e Beitriig e zur
modern en D eutung dcr A ristotelischen L ogik , Hild esheim -Z ürich-New
Yo rk, pp . 82-106.
B OLTON, R. 1995: "A risto tle's Meth od in N atu ral Scienc e: Pbysics 1",
en Judson, L. (ed.): Aristotle's Physics. A Collcction oi Ess ays, Oxfo rd
1995 (= 1991 1) .
CASSINI, A. 1991: " Pro blem as y limites del fu ndacio nismo clásico ",
Manuscrito, XIV 2 (1991), pp. 73-92.
Lo ux, M . J. 1992: "A risto tlc and Parm enides: A n Interp retation of
Physics A 8", en Cieary, Jo hn J. y Wians, William (ed s.): Proceedings
oi the Boston Colloq uium in Ancient Philosophy vol. 8, Lanham, pp .
320-326.
ROSSI, G . 2001: "Algunas notas sobre la discu sió n con los eléatas en
Física 1 de Ari stó teles", en Tópicos, 20 (2001), p p. 137-159.