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Abril 1995
La conocí.
/1
Una brisa fría sopla por la mansión, inesperado, ya que el verano está por
terminar. El viento anuncia la llegada del otoño y hace que quiera tomar un
paseo en la noche otra vez. Me estoy poniendo los zapatos cuando atrás de mí,
escucho una voz que me habla.
“Señorita Shiki, regrese temprano a casa”
Es Akitaka, mi sirviente. Ignoro las imposiciones de su siempre monótona voz,
como siempre y me dirijo al salón de la entrada. Pasando el patio, el jardín y
cruzando la gran puerta de la entrada, finalmente estoy fuera. La oscuridad se
impone más allá de este punto, ya que no hay luz afuera más que la de las
instalaciones principales. No hay ni visión ni sonido de alguna persona
además de mí.
Era medianoche y pronto será el primer día de Septiembre. Los matorrales de
bambú que rodeaban el perímetro de la mansión crujían con la brisa del aire,
trayendo a mi mente imágenes de perversos monstruos más allá de ellos.
Paseos por el inquieto silencio como este son la única cosa de la que obtengo
placer.
Mientras la noche se hacía más profunda, la oscuridad se acercaba. Creo que
camino por esta ciudad sin vida porque quiero estar sola. O quizás porque
quiero pensar que estoy sola. De cualquier forma, en este mundo, sería muy
complicado estar completamente solo. Pero la cuidad tiene sus maneras. Me
desvío de la avenida principal, dando vuelta en un callejón estrecho.
Cumplo dieciséis este año. Soy una estudiante de primer año en una
preparatoria privada. Es algo sin sentido, realmente. Sin importar lo que haga,
la mansión y la dinastía son mi futuro. Elegí esa escuela solo porque estaba
cerca de mi casa y eso reduciría mi tiempo de viaje, pero ahora que lo pienso,
eso pudo haber sido un error.
El callejón está oscuro, salvo por la luz de la calle parpadeando nerviosamente
como un faro. Me recuerda a alguien.
He estado un poco intranquila últimamente, incluso durante estos paseos
nocturnos. Todo por la culpa de ese chico, que sigue apareciendo en mi mente
cuando menos me lo espero y cuando menos quiero.
centro de todo hay un cadáver. Cualquier cara que haya hecho en la muerte
ya no puede ser vista. Sus brazos fueron cortados, y las piernas, las piernas
estaban hechas añicos por el área de la rodilla, torrentes presurizados de
sangre salían de ellas.
Un mundo tan diferente, incluso en la oscuridad de la noche estaba siendo
abrumada por la fuerte sangre carmesí. Me hizo tan feliz. Con gracia,
elegantemente toqué la sangre que corría por el callejón, las mangas de mi
kimono azul claro se tornaron a un rojo profundo. Me puse el líquido en mis
labios, y una gota se deslizó lentamente por mi cara. Mi cuerpo tiembla en
absoluto éxtasis, como si estuviera en un trance. El primer lápiz labial que tuve.
/2
Mientras las vacaciones de verano llegan a su fin, un nuevo semestre empieza.
Nada cambia realmente, mucho menos la escuela. Las prendas de los
estudiantes pasan a reflejar el acercamiento de los fríos de otoño, pero aparte
de esa insignificante cosa, no hay nada más. La misma vieja rutina, todos los
días.
Por otro lado, en toda mi vida yo nunca he vestido otra cosa que no sea un
kimono. Akitaka trató de hacer que vistiera “ropa propia para una mujer de
dieciséis años”, pero nunca pensé en siquiera ponérmelas. Para mi suerte, la
escuela a la que asisto te permite vestir lo que quieras, así que voy a la escuela
vistiendo mi vestido tradicional. De hecho, yo quería vestir el estilo formal del
kimono, pero si lo hacía, tendría que pasar toda la clase de educación física
cambiando de ropa (lo cual no estaría tan mal), así que me conforme con un
yukata de una sola capa.
Me preocupaba un poco acerca de qué es lo que vestiría en los fríos meses de
invierno, pero una solución se presentó por si misma ayer. Durante el
descanso él se acercó en su bruta manera habitual, preguntando si tenía frio.
“No ahora mismo,” respondí, “pero tal vez en unas semanas más.”
Frunció el ceño, como si leyera mi mente. “¿Vestirás eso en invierno también?”
Queriendo que la conversación terminara lo más pronto posible, respondí
directamente. “Por supuesto. Sin embargo, no hay necesidad de que te
preocupes. Después de todo puedo ponerme algo encima.”
“Wow, no me imaginaba que hubiera algo que pudieras vestir encima de un
kimono.” Con eso, se alejó, perplejo por mi respuesta. Era algo que había
ideado en ese momento, pero no quería mentir, decidí comprar una cálida
chaqueta de cuero. Me la pondré cuando llegue el invierno, pero por ahora,
se quedará en mi closet.
Y de esa forma, terminamos comiendo el almuerzo juntos todos los días. Él me
invitó y no podía rechazarlo por cortesía. Tuvimos el almuerzo en el tejado de
la escuela, donde había parejas de chicos y chicas como nosotros teniendo su
almuerzo.
El descanso para almorzar hoy es como cualquier otro y estoy ojeando a las
otras parejas cuando de repente me habla. Yo ya había planeado ignorarlo,
pero dijo algo que no pude ignorar.
“Un asesinato. Ocurrió el último día de las vacaciones de verano. Fue en la
zona este del distrito comercial. Aunque no se le ha informado a los medios,
por lo que aún no se ha reportado.
“… Eso no es muy agradable, ¿verdad?” digo nerviosamente.
“Si, también es un caso extraño. Aparentemente el sospechoso cortó las manos
y los pies de la víctima y lo dejó morir ahí. La escena del crimen era un desastre
y tuvieron que cerrar toda la zona. Lo que es peor es que el sospechoso sigue
en libertad.”
“¿Dijiste que le cortaron las manos y los pies? ¿La gente muere solo con eso?”
“La pérdida de sangre puede causar la falta de oxígeno en el cuerpo, pero en
este caso creo que un choque circulatorio vino primero,” dice él, mientras
mastica su comida. Por fuera él se ve como un calmado e inocente hombre,
pero al final supongo que este es el tipo de cosas que realmente quiere hablar.
Supongo que algunos de sus familiares están en las fuerzas policiales, o por lo
menos tiene conexiones ahí. Sin embargo no debería estar divulgando
información de esta manera. “Oh, lo siento, Creo que esto no tiene nada que
ver contigo, Shiki.”
“No hay problema… pero Kokutō, este no es un tema del que se deba hablar
en el almuerzo, ¿No lo crees?”
Simplemente asiente con la cabeza en respuesta, apenas registrando su metida
de pata. Demonios. Ahora gracias a él, no puedo comer el sándwich de tomate
que acabo de comprar.
/3
Ha estado lloviendo muy fuerte desde en la mañana. El sonido de mis pasos en
el pasillo de la escuela se mezclaba con el sonido de las gotas de lluvia. La
escuela ya ha concluido y ni una sola alma puede ser encontrada en los
terrenos de la escuela. Normalmente, aun habría estudiantes realizando
actividades de su club, pero el incidente del asesinato que Kokutō me contó se
ha hecho público, y desde entonces las actividades de los clubes han sido
suspendidas. Akitaka, mientras me traía a la escuela en la mañana me contó
que ya han ocurrido cuatro asesinatos en solo este mes. El sospechoso sigue en
libertad, y cualquier personalidad, carácter o motivo por el que esté realizando
estos asesinatos es aún desconocido.
De hecho, marcar al sospechoso como un hombre podría ser algo muy
apresurado ahora mismo. No hay puntos en común que conecten a las
víctimas, excepto por el hecho de que todos estaban tomando un paseo un
poco tarde en la noche. Es realmente una historia diferente cuando esto está
pasando en tu ciudad y no en un remota y lejana. Los estudiantes dejaron de
pasar el rato en la calle después de la escuela e iban a casa inmediatamente y
todos iban a casa en grupos. La tenaza que el asesino tiene en la ciudad es muy
tangible que casi puedo tocarla. Incluso yo estoy siendo afectada, ya que la
policía empezó a hacer patrullajes a las 9 en punto de la noche. Ni siquiera
puedo salir a tomar mis paseos nocturnos.
“Cuatro asesinatos…” Susurro en voz baja. Cuatro veces, Yo he…
“¿Ryōgi?” de repente alguien me llama. Volteo hacia la dirección de la voz y
veo un hombre al que no reconozco. Él está vistiendo unos vaqueros azules y
una camisa blanca, ambos un poco simples e insatisfactorios. Él debe ser
alguien en un grado más avanzado que yo.
“Si, esa sería yo, ¿Qué pasa?”
“Oh, por favor no me veas con esos fríos ojos que tienes. ¿Estás buscando a
Kokutō?”
Qué hombre tan tonto. Puedo ver a través de su sonrisa falsa.
“Estaba a punto de irme a casa. No tengo idea de que tenga que ver Kokutō en
eso.”
Sin luz de la calle o luz de la luna, este lugar está en completa oscuridad. Esto
es lo mejor. Un líquido rojo está derramado por toda lo orilla del río, aun así
se ve casi de color negro por la ausencia de luz. Este sería el quinto. El pasto
de alrededor está muy largo, pero el cadáver se ve como una solitaria flor, roja
y artificial. La cara está en el centro, con los brazos y las piernas rodeándolo,
torcidas para parecer pétalos.
Me estoy acostumbrando a esto. Trago saliva y me doy cuenta de que tengo la
garganta seca. ¿Es tensión o excitación, me pregunto? Mi sed quema mi
garganta, pero no importa. Este lugar está impregnado de muerte y sonrío sin
palabras con despecho de mi misma. La sed se convierte en éxtasis gritando
dentro de mí, el placer es muy abrumador, pero me las arreglo para
mantenerlo. Contemplo al hermoso cadáver una vez más y siento que estoy
verdaderamente viva.
/4
Al principio de cada mes, es una costumbre en la dinastía Ryougi que la cabeza
de la familia y el heredero tengan un duelo de espadas de acero. En el pasado
diferentes maestros de la espada, eran invitados a participar en el duelo y
enseñaban sus habilidades. Pero entonces, cansado de tales actos, uno de mis
ancestros detuvo esta práctica hace mucho tiempo y creó a su manera su
propia escuela donde enseñaba las artes de la espada. En tal tradición en la
que nací, incluso una chica de la dinastía Ryougi debe tener cierto nivel con
la espada.
Mi padre era un hombre fuerte y habilidoso con su arma. En nuestro duelo,
hizo bailar a la espada como ningún otro y fácilmente me dominó. Es esta
diferencia de habilidad y fuerza lo que hizo que perdiera este duelo. Después
del duelo, no desperdicié tiempo en regresar al edificio principal de la
mansión, el cual se encuentra un poco distanciado del dōjo. El piso de madera
del recinto es inmaculadamente tratado y no hace ningún ruido mientras
camino sobre él.
En el camino, veo a Akitaka parado en el corredor esperándome. Akitaka es el
sirviente que se me asignó la familia desde mi infancia. Él es un obediente y
paciente hombre, especialmente conmigo. Probablemente está esperándome
para cambiar mis prendas empapadas en sudor.
“Hoy tuvo un duelo bastante cerrado. ¿Cómo está su padre?”
“Maldita sea, Akitaka, deja de seguirme todo el tiempo. Al menos puedo
cambiarme por mi misma. No es que estemos unidos por la cintura. Estarías
mejor si anduvieras atrás de mi hermano, ¿lo sabes? Después de todo, los
hombres son los que heredan la dinastía.”
A pesar de mi rudeza, Akitaka sonríe. “Está equivocada, señorita. No hay otro
sucesor de la dinastía más que usted, ya que usted fue la única que heredó el
don.”
La declaración me provoca una pequeña risa. “¿Un don? Lo que tengo, Akitaka,
es una maldición.
Dejando a Akitaka en el corredor, continúo mi camino al edificio principal.
Una vez que llego a mi habitación, instintivamente bloqueo la puerta e
inmediatamente me quito mi ropa de entrenamiento. Me echo una mirada a
“Shiki realmente odia ser llamada por su apellido. La llame ‘Ryougi’ una vez
solo para ver qué pasaba y me dio una mirada como si hubiera matado a su
perro mascota o algo. Insistió en que no la llamara por su apellido, así que
simplemente la termine llamando Shiki. Bastante aburrido, ¿No?”
“Si, eso creo,” finalmente lo admite después de un suspiro y cinco segundos
de demora. Se ve bastante decepcionado, haciéndome pensar en qué clase de
loca historia estaba pensando. “Entonces su encuentro en la entrada de la
escuela la semana pasada no fue nada, ¿verdad? Esto es una pérdida de tiempo
hombre, hablarte y esperar que me des los detalles. Debería callarme y
regresar al salón a terminar mi almuerzo.”
“Oye, espera. ¿Cómo sabes lo de la semana pasada?”
“Te lo dije, tú y Ryougi son famosos, más que nada por Ryougi pero eso no
importa. Su reunión el día lluvioso fue de lo que todos estaban hablando esta
mañana. Ya que se trata de Ryougi, todas las bocas en esta maldita escuela han
estado hablando de esto.”
Dejé salir un frustrado suspiro y eché una mirada melancólica al cielo,
silenciosamente rezando para que todo esto no llegue a oídos de Shiki. Ella me
mataría.
“Dicen que esta escuela tiene bastantes estudiantes entrantes que salen bien,
¿verdad? Estoy empezando a dudar si la gente aquí es lista realmente.” Digo
eso en tono de broma.
“Bien, si sirve de consuelo, la mayoría de los estudiantes que salen de aquí
obtienen trabajo rápidamente,” responde de manera casual. Estuve a punto de
decir otro chiste a expensas de la administración de la escuela cuando Gakuto
habla otra vez. “Seriamente, hay algo que aún no me queda claro, de entre
todas las bellezas de la escuela, ¿por qué Ryougi? De cualquier forma en que
lo veas, simplemente no va contigo.”
Recuerdo que un amigo de un grado más alto me dijo algo parecido. Me dijo
que una chica con los pies en la tierra me quedaría más, con la no tan sutil
Shiki era todo muy extraño. Las palabras son diferentes pero reconozco la
misma insinuación en lo que Gakuto dice, y eso me enoja un poco.
“Oh, vamos, Shiki no da tanto miedo como ustedes creen,” digo sin querer.
Gakuto de repente hace una enorme y estúpida sonrisa, como si estuviera
reclamando un lujoso premio.
“¿Solo una amiga, eh? Tranquilo, hombre, no hace falta que levantes la voz.
Es curiosidad, solo eso. Chicas aterradoras como ella no se ven muy seguido,
¿me entiendes? El que no puedas ver que tan fría es solo significa que ya estás
loco por ella.”
Él debe querer decir “cabeza dura y obstinada” cuando dice “fría,” porque esa
es la única manera en la que describiría a Shiki. Sé que Gakuto está en lo cierto,
así que finalmente lo admito.
“Ya lo sé, ¿está bien? Okay, me atrapaste, Cristo”
“¿Entonces que parte de ella te gusta? ¿Su apariencia? ¿Qué?” No tengo idea
de qué es lo que lo motiva y su impulso por hacer cada pregunta tan detallada.
Bien, está claro que Shiki es atractiva, no hay duda de eso. Pero eso no es lo
que atrae de ella. Shiki siempre parece como si estuviera escondiendo alguna
herida invisible, alguna parte frágil de ella que está al borde de romperla y
comerla desde dentro, matándola lentamente. Ves el vacío en su rostro, su
mirada perdida, ella necesita ayuda. No quiero ver que se lastime.
“Bueno, ella tiene sus lados tiernos,” Me atrevo vacilante. “Si la comparara
con un animal, ella sería un conejo, creo” Tan pronto como digo eso me
arrepiento. Es un gran golpe cuando, Gakuto, se ríe de buena gana al escuchar
lo que dije.
“¿Un conejo? Hombre, eso no es verdad y lo sabes. Si ella fuera un animal, ella
sería un halcón que te arrancaría los ojos, o alguna mierda como esa. Un
conejo tan solo…” intenta encontrar las palabras en medio de ataques de risa.
“tan solo está muy lejos de la escala. O espera, espera. ¿Tal vez ella sea de esas
aves que mueren de soledad?” Otra gran risa.
“Eso es todo, ya no volveré a hablar de chicas contigo.”
De repente la risa de Gakuto se detiene. “¿Sabes qué? Un conejo pudo haber
sido una buena comparación después de todo.”
Ahora es mi turno de reír, aunque logro controlar el impulso.
“Gakuto, un cambio rotundo tan rápido es muy sospechoso ¿no crees?”
“No, no, nada de eso. Solo recordé que algunos conejos pueden arrancarte la
cabeza si no eres cuidadoso.”
Después de pensar en eso más de lo que debería, respondo. “Tonterías.”
“Hombre, claro que son tonterías,” dice mientras estira los brazos y se dirige
a su asiento. “Estoy hablando acerca de videojuegos, hombre.”
Hay una pausa por un momento, mientras su cara se hacía más severa, como
si fuera el presagio de decir algo importante. “Aunque…estamos empezando
a estar fuera de sincronía, así que yo tomaría mis precauciones, si fuera tú.”
“¿Fuera de sincronía? ¿Eso significa que tú y Shiki se pelearon?”
“Me gusta como piensas que alguien puede tener una pelea con si mismo. Pero
no, no es como eso. Verás, cualquier cosa que haga, debe ser algo que las dos
queramos. Shiki está al mando aquí, así que salir contigo fue una decisión
mutua. Probablemente ella hubiera hecho las cosas de manera muy distinta.
Simplemente no está en ella el ir y llevarte en una cita. Puedes agradecerme
por eso.” Asiento sin realmente pensarlo, enfocándome más en lo que está
diciendo, en parte porque es interesante, y en otra parte porque no puedo
entender todo lo que dice. Shiki se ríe. “Ves, me gusta eso de ti. Shiki piensa
de otra forma. Eso es a lo que me refiero cuando digo que estamos fuera de
sincronía.”
La manera en que lo puso, no sé si a Shiki no le gusta el que no lo piense
mucho, o si a Shiki no le gusta que le guste a Shiki. Me gustaría creer que es
lo último, al menos por el bien de mi orgullo. De manera abrupta, Shiki se
levanta y pone el dinero de la comida que comió en la mesa.
“Bueno, eso es todo”
Se pone su chaqueta, y hace su camino hasta la puerta con feliz salto en su
camino, saliendo con solo una cosa que decir:
“Estas en lo correcto, hombre. Me agradas, así que nos veremos muy pronto.”
Después de despedirme de Shiki, empezó mi camino a casa. Una vez que llego
a la calle, me sorprendo de ver la ciudad bañada con el caliente brillo del sol.
Aunque todavía es temprano, hay menos gente en la calle principal gracias a
los asesinatos recientes.
Debo estar cansado después de hablar con Shiki por tanto tiempo, así que
entro a mi casa con solo un saludo superficial a mis padres. Estaba planeando
meterme al kokatsu y tener una siesta, pero encuentro a mi primo Daisuke,
un visitante frecuente y un buen amigo, quien ya ha usurpado la mesa. Sin
decir una palabra, iniciamos una batalla por la mesa, luchando con nuestras
piernas para obtener más terreno. Al final, no soy rival para él y mientras se
acuesta, con la mitad del cuerpo siendo calentado por el kokatsu, yo termino
poniéndome de pie.
“Debes estar ocupado estos días, Daisuke,” digo mientras como una de las
naranjas que están encima de la mesa.
“Si, bastante ocupado, que esperabas con cinco asesinatos en tres meses.
Perdón por llegar a tu casa de este modo. Recordé que la casa de tu padre
estaba más cerca de la estación de policía y solo tengo una hora libre antes de
regresar, así que ir a casa hubiera sido una pérdida de tiempo.”
Mi primo es un detective de homicidios en la policía local, una ironía ya que
él es “flojo.” Sus palabras, no mías. Porque el departamento pondría a un
hombre inadecuado en la posición de resolver un crimen es un misterio que
ni él puede resolver. Él es mi fuente para todo lo relacionado con crimen que
ocurre, una conveniencia que parece estar probando su valor con cada día
que pasa.
“¿Cómo va la búsqueda?” pregunto.
“No muy bien. No teníamos pistas, pero en esta quinta víctima, el sospechoso
nos lanzó un hueso, incluso si parece que es intencional.” Daisuke se sienta y
me mira de frente. “Lo que te voy a decir es confidencial, Mikiya. Tú no estás
del todo fuera de esto así que escucha bien. ¿Te conté acerca de la primera
víctima, verdad?”
Procede a describir la situación con la segunda y tercera víctima. Mientras
espero que no todos los policías sean tan lengua suelta, escucho esta historia.
La segunda víctima fue cortada verticalmente a la mitad desde la entrepierna
hasta la cabeza. El arma con la que se hizo eso es desconocida. Una de las
mitades fue pegada a la pared.
La tercera víctima tenía los labios cercenados y los brazos cosidos a las piernas.
La cuarta fue cortada en pedazos, con lo que parecía un símbolo o alguna otra
marca en la parte izquierda del cuerpo. El quinto fue arreglado de manera que
los brazos y las piernas formaban un símbolo manji.
“Obviamente alguien con algún tipo de enfermedad mental,” digo, tratando
de retener el asco en mi estómago.
“Muy obvio. Este chico tiene algún tipo de punto que dejar. ¿Qué opinas?”
“Hmm. No creo que haya algún tipo de significado en el hecho de que todos
hayan sido asesinados por un arma punzocortante. Otra cosa que no sea eso,
no lo sé. Pero…”
“¿Pero?”
“Se está acostumbrando a eso. Todas las victimas hasta ahora han sido en la
calle. La próxima podría ser en un interior.”
Daisuke pone su mano en la sien. Realmente me da lástima el estrés que le
ocasiona su trabajo. Sé que raramente tiene tiempo para el mismo. “No hay
motivo, ni un patrón,” él dice. “Y él podría intentar entrar en las casas la
próxima vez si no encuentra a nadie afuera al que pueda matar.
Cierra sus ojos, su mano derecha aun descansa en su cabeza, auxiliando una
herida invisible. ”Y por lo que te dije de todo esto… encontramos esto en la
escena del crimen de la quinta víctima. El sospechoso probablemente lo tiró.”
El saca una pequeña bolsa de plástico de su bolsillo; de las que se usan para
guardar evidencias y en el interior está nuestro emblema de la escuela.
Tenemos que pegarlo en algún lugar de nuestra vestimenta cuando vamos a
la escuela.
“El área tenía mucha vegetación, así que el sospechoso tal vez no se dio cuenta
que lo tiro. O puedo ser intencional, alguna clase de mensaje. No lo sé. Pero es
la única pista que tengo. Tal vez visite tu escuela en los próximos días,” Dice
Daisuke, casi como una premonición de mal agüero.
Antes de que cualquiera pudiera estar conforme y complacido con ello, las
vacaciones de invierno acabaron. La única cosa especial que sucedió durante
ese tiempo fue que hice una visita al templo con Shiki el día de año nuevo,
pero algo aparte de eso, nada más ocurrió.
Desde que las clases comenzaron, Shiki se aísla a sí misma cada vez más.
Incluso podría decir que ella está tratando de apartarse lo más posible de otras
personas. Al terminar las clases, le gusta mirar por la ventana cuando todos
los demás ya se han ido, pero siempre será Shiki la que espera, justo como hoy.
Le hago compañía, aunque no ha dicho que quiera que lo haga. Ella lo necesita,
creo.
Las noches de invierno llegan antes, y la puesta del sol que la anuncia baña el
salón en una luz de color rojo profunda. La luz brillante hace que las sombras
que se encuentran en los muros del salón sean mucho más oscuras, y la
sombra de Shiki no es la excepción. Ella se recarga contra la ventana antes de
empezar a hablar.
“Ey, Kokutō. ¿Alguna vez te dije que odio a la gente?”
“No realmente” Respondo con un tono que implica escepticismo hacia donde
está yendo este tema.
“Bueno, felicidades, ahora lo sabes. Shiki es una misántropa, ha sido una desde
que era niña. Mira, cuando eres un niño, no sabes nada aun,
¿verdad? Piensas que cada persona aleatoria que conoces en la calle te quiere,
tan simple como eso. Digo, te amas a ti mismo, así que es sentido común que
ellos también te quieran, ¿verdad?”
“Supongo. Cuando eres un niño, tú sigues confiando en los demás. Cuando
eres un niño le temes a los fantasmas. Cuando creces, estas asustado de otras
personas.”
“Correcto. Pero esa ignorancia es lo que realmente es importante, Kokutō.
Nunca ocurre el hecho de que tu mejor amigo podría ser un asesino, o que tu
vecino podría estar asesinando cachorros en su tiempo libre. Tú no sospechas.
Y como tú no sabes nada, otras personas te aceptaran. Y no importa que ten
falso sea eso, es importante, ya que serás capaz de querer a otras personas
también. Las personas solo pueden expresar las emociones que conocen,
después de todo.”
La puesta del sol pinta su cara de rojo, y sus ojos adquieren esa peculiar mirada
de ella. Ahora mismo, no puedo decir qué Shiki es ahora. Quizás ni siquiera
importe.
“Pero era diferente para mí. Desde el día que nací, Shiki me tenía dentro de
ella, así que ella ya conocía a otras personas. Yo no la amaba, y entonces ella
aprendió que era posible para las personas el no amar a nadie. Desde que era
una niña, ella aprendió que tan horribles pueden ser las personas por dentro,
y entonces ella no podía amar a nadie. Con el tiempo eso se convirtió en
rechazo, y después desinterés.”
Y así es como llegó a que las personas me disgustaran. Sus ojos parecían haber
concluido.
“Pero ¿no estabas muy sola de esa forma?” digo
“¿Por qué lo estaría? Shiki me tiene a mí, ¿no es así? Ella estaba aislada de la
sociedad, seguro, ¿pero sola? Nunca.” Ella hace su mejor intento para verse
como si de verdad se lo creyera. “Pero últimamente,” ella continua, “Shiki ha
estado actuando un tanto extraño. Ella ha estado intentando e intentando el
negar su anormalidad. Negar es lo que yo hago. Se supone que ella solo debe
afirmar.” Shiki ríe con amargura por su broma privada, su siniestra sonrisa
delatando la brutalidad debajo.
“Kokutō, ¿Alguna vez has querido matar a alguien?”
En ese momento, el sol brilló de una manera particular, haciendo que su cara
tomara una apariencia profunda, carmesí, casi manchada de sangre, e hizo
que mi corazón saltara.
“No realmente, no. Probablemente lo más cercano que he pensado es en
golpear a alguien.”
“Ya veo. Pero en mi caso, ese deseo es todo lo que tengo,” ella declara, mientras
su voz hace eco a través del salón vacío, ahora iluminado por un sol color rojo
ardiente.
“¿Qué quieres decir?”
“Todas las cosas que Shiki realmente quiere hacer, todas las cosas que ella se
guarda, yo las recibo con los brazos abiertos, es mi único significado y
propósito y no me hace infeliz el saber todo eso. Y es por eso que Shiki siempre
ha intentado suprimirme. Ella siempre intenta matar la mancha negra dentro
de ella que se llama Shiki. Me he matado a mi misma, una y otra y otra vez.
¿Te lo dije, verdad? ‘¿Las personas solo pueden expresar las emociones que
conocen?’ Bueno, la única emoción que he experimentado…es la de matar.”
Ella finalmente se levanta de la orilla de la ventana, y sin hacer mucho ruido,
ella se acerca a mí, y en ese momento, sentí miedo, miedo genuino en mi
corazón.
“Y esa es la razón, Kokutō. Shiki es la definición de matar,” ella hace una
pausa y se acerca a mi oreja, su murmuro es tan claro como un grito, “me está
matando. Ella mata todo lo que hace que yo quiera salir.”
Y con su sonrisa de bromista señalando el fin de nuestra conversación, Shiki
deja el salón de clases.
Al día siguiente, intenté pretender que nada sucedió. Hago lo que
normalmente hago, y por su puesto eso incluye invitar a Shiki a almorzar
juntos.
“¿Quieres estar conmigo un rato?”
“Pero…qué mier…” Su cara parece sorprendida, una cara que no había visto
que pusiera hasta ahora, y aun así con su voz vacilante, ella acepta de mala
gana, probablemente para preservar la rutina más que por otra cosa.
A Shiki siempre le gustó ir al techo, así nos dirigimos hacia ahí. Subimos las
escaleras con Shiki decidiendo permanecer en silencio, pero sabía que su
mirada puntiaguda de sorpresa y enojo está haciendo un hoyo en mi espalda.
Sé la razón por la que está malhumorada. Incluso yo pude leer entre líneas
acerca de lo que Shiki dijo ayer. Pero no es como si ella no haya estado
enviándome señales para que me aleje, pero lo tomo como algo usual.
Cuando abro la puerta que va al techo, nos dimos cuenta de que estábamos
solos. Parece que somos los únicos que queremos tomar el almuerzo bajo el
frío cielo que hay a finales de Enero.
“Hace frío,” dije. “¿Quieres ir a algún otro lugar?”
“Estoy bien. Si quieres comer en algún otro lugar, eres libre de hacerlo.”
No puedo hacer nada más que inclinar la cabeza afirmando lo que dice. Su
doble personalidad (o lo que sea) obviamente la hace algo extraña. “Claro que
lo hago.”
“¿Entonces, porque no lo captas? No soy alguien con la que puedas
simplemente andar todos los días y salir juntos normalmente.”
“¿Realmente importa si eres normal o no?”
Eso hizo que Shiki hiciera su segunda cara de sorpresa del día. Ella me mira
de frente y sin moverse, tanto que pensé que tal vez ella había dejado de
respirar.
“Pero…No puedo ser nada como tú,” dice Shiki. Ella se pasa la mano por el
pelo, haciendo que la manga de su kimono se resbalara hacia abajo revelando
una venda enrollada alrededor de su delgado brazo derecho, a la altura del
codo. Parece como si la hubieran puesto recientemente.
“Shiki, esa herida-“
De manera repentina Shiki se levanta antes de que pueda terminar mi oración.
Ella evita mirarme, deliberadamente viendo hacia un lugar lejano.
“Si las palabras de Shiki no entraran en ti, permíteme dilucidar sus palabras,”
dice ella. “Si esto continua, te asesinaré.”
Ahora era mi turno para estar sorprendido. No pude responder. Sin siquiera
tirar a la basura la bolsa de plástico de su sándwich de huevo, Shiki deja el
techo y regresa al salón de clases. Abandonado, recojo la basura que ambos
dejamos.
“Ahora todo terminó. Es justo como dijo Gakuto.” Fue todo lo que pude
decirme a mí mismo. Porque justo como Gakuto dijo, debo ser realmente un
idiota. No podía odiar a Shiki, incluso después de lo que dijo. De hecho, creo
que mi mente aclaró las cosas. En este punto, solo hay una razón por la que
me gusta estar con Shiki.
“Me he vuelto loco hace tiempo.” Si tan solo me hubiera dado cuenta antes. Si
solo me hubiera dado cuenta de que me gusta tanto Shiki Ryougi, que me
puedo reír del que me avisen de mi eventual asesinato.
Él entra por la puerta otra vez, y la cierra con un sonido de conclusión. Debido
a que ya está oscuro, decido ir a casa por hoy. Sigo pensando en Shiki, y en
qué podrá estar haciendo a estas horas. Decido no asumir lo peor. Es el mejor
camino a una pendiente resbaladiza de ansiedad paralizante.
El camino a la estación me toma una hora, pero en la entrada de la estación
me encuentro con mi antiguo compañero de grado superior. Me invita a cenar
en un restaurante, y, al no ser uno de negarse, voy con él. Terminamos
hablando hasta que la manecilla de mi reloj que marcaba la hora apuntaba a
las 10. Al contrario de mi amigo, sigo siendo un estudiante, así que necesitaba
irme pronto. Después de despedirme de él, compro un boleto para el tren
dentro de la estación. La manecilla de mi reloj se acercaba cada vez más al 11,
pero antes de poner el boleto en el torniquete, me permito a mí mismo pensar,
por un momento, si Shiki ya estaba en casa.
que imaginas saltara desde atrás y te atacara. ¿A qué edad empecé a remplazar
los fantasmas con personas?
Con cada paso que daba se hacía peor el pensamiento en mi cabeza, y sigo
recordando la terrible imagen que vi cuando Daisuke me contó del asesinato
reciente. Y mientras intento exorcizar esa molesta imagen, me topo con algo
en el camino que hace que mis pies se detengan.
Unos pocos metros después, una sombra blanca de una persona parada. Su
kimono es tan blanco que parecía que brillaba con la luz de la luna, pero está
manchado con algo, y continúa esparciéndose por la superficie del kimono.
Algo enfrente de ella está rociando líquido rojo en todas direcciones.
Dando unos pasos hacia adelante, se hace claro que la mujer es Shiki. Mientras
que el objeto el cual primero pensé que era una ¿especie de fuente?
Un cadáver, su forma está muy mutilada y sangrienta como para identificarlo
a primera vista. De alguna forma, no estoy impactado o sorprendido. Quizás
es porque la misma terrible premonición que insistía en mis pensamientos
hace unos momentos, en un instante, se volvió realidad. Ahora mi mente está
en blanco.
El cuerpo está fresco, de otra forma no estaría sangrando abundantemente. La
herida fatal empieza en el cuello. Y continua hacia abajo con un ángulo
delante del cuerpo en un solo, y limpio corte, como una macabra estola.
Shiki observa el cuerpo, parada como una estatua.
El rico color rojo de la sangre derramándose es suficiente para hacerme
desmayar, pero los órganos filtrándose sucesivamente por la enorme herida
hacen que el cuerpo se vea menos humano. Me repele y me disgusta mucho
que hace difícil mirarlo.
Aun así, Shiki continua observando, sin perturbarse y placida.
Mariposas rojas toman vuelo desde la herida, y descienden ligeramente sobre
la cara de Shiki, y en su fantasmal kimono. Sus labios empapados de sangre
toman una forma… ¿es de miedo, o de placer? ¿Ella es Shiki o Shiki? Intento
decir algo, pero mi voz se detiene, y caigo al suelo solo por el esfuerzo de
intentar hablar.
Vomito, mi estómago saca todo lo que contiene, toda la bilis. Deseo que
también sacara estos recuerdos, pero no hay tanta suerte. Vomito tanto que
empiezo a llorar, pero eso no me hace sentir más aliviado. El abrumador olor
de la sangre es tan fuerte que ahoga mi cerebro. Y finalmente, Shiki me nota.
Ella voltea su cabeza para mirarme, y ahora veo que esa figura de sus labios
era una sonrisa, una sonrisa materna que esta fuera de lugar con la escena
que me hace temblar.
Puedo sentir que mi conciencia empieza a dejarme mientras ella se acerca
hacia mí. Antes de que me desmaye, ella me dice algo.
“Sé cuidadoso, Kokutō. Una terrible premonición hace eco a una terrible
realidad.”
Creo que fui muy optimista. Me rehusé a si quiera pensar acerca de este
desenlace hasta que estaba cara a cara con él.
Daisuke ríe un poco y dice “Sí, tenía ese sentimiento también la primera vez.
No todos los cuerpos que se arrojan en esta ciudad son así, así que puedes estar
tranquilo.”
Oh, claro, seguro Daisuke. Puedo estar tranquilo por el hecho de que al menos
no todos los cadáveres que encuentras son horriblemente mutilados.
“Pero no sabía que eras amigo de la niña Ryougi, Mikiya. Es un mundo
pequeño.”
El conocimiento de que soy amigo de Shiki lo hace sonreír por una razón
desconocida, lo que me hace estar un poco nervioso. En el reporte, ellos
anotaron que este reciente incidente se trata del mismo perpetrador que todos
los demás, y ellos tomaron mi declaración de que estaba ahí en la noche del 3
de Febrero solo después de que sucedió el asesinato y el sospechoso había
huido. Ambos la familia Ryougi y yo no hemos dicho nada de Shiki, incluso
aunque ellos deben saber que yo lo sé por ahora.
“¿Así que investigaron a la familia o algo?” Le pregunto a Daisuke.
“Hey, yo quería, viendo que la hija Shiki va a tu escuela, pero ellos no querían
por alguna razón, y no puedo ir golpeando abajo su puerta cuando no tengo
un cargo contra ellos. No es que eso los haga automáticamente sospechosos o
nada, pero la única cosa que ellos me dijeron fue ‘lo que pase fuera de nuestra
propiedad no es de nuestra incumbencia.’ Bola de idiotas si me preguntas.”
Extraño. Esto combinado con el hecho de que pararon la investigación justo
afuera de las propiedades de la familia Ryougi y ni si quiera intentaron entrar
me hace pensar que los Ryougi tiene algún tipo de interferencia en la fuerza.
“Me preguntas, aunque, no creo que tengan algo que ver con eso,” Daisuke
dice repentinamente.
“¿Huh? ¿Porque?”
Incluso aunque lo tomo a la ligera la mayor parte del tiempo, la verdad es, que
tengo fe en las habilidades de detective de Daisuke. Él ha resuelto casos muy
difíciles en el pasado, y es indudablemente un valioso componente para la
división de homicidios, aparte del hecho de compartir información de la
policía con su todo curioso primo. Di por hecho que sospechó de Shiki aunque
sea un poco.
“Solo no puedo ver por qué cualquiera de ellos quisiera de repente matar
personas. No hay motivo, al menos no uno que pueda ver.” Entonces sus ojos
pierden su mirada de contemplación, y me sonríe. “A demás, no viste a alguien
como su hija matando a alguien, ¿verdad? Demasiado para un espectador que
eso pasara”
Suspiro, y pienso infructuosamente por qué un hombre tan despreocupado
tiene una ocupación tan severa. “Y es por eso que estarás soltero el resto de tu
vida,” respondo.
“Di algo más y pondré aprueba mi habilidad para bloquearte por 24 horas sin
causa probable.”
No hablamos por el resto del camino, pero estoy de acuerdo con Daisuke,
incluso sin sus “increíbles” poderes de intuición. Digo, estrictamente
hablando, realmente no veo a Shiki haciendo algo y me estoy apegando a ese
hecho, incluso si ella me dice otra cosa.
Ahora tengo algo que hacer.
En retrospectiva, esa fue la última vez por un largo tiempo en la que ocurrió
un asesinato como ese. La elusiva forma y figura del asesino serial no se haría
más clara hasta tres años después, y aun así todo parece como un mundo
aparte de mí ahora. Pero esa sería la primera vez en la que Shiki me encararía
con una cara tan aterradora como la que tenía esa noche.
/5
Justo afuera de las tierras de nuestra propiedad, en el camino de tierra que
lleva hasta la puerta, un asesinato tuvo lugar.
Mi paseo de esa noche es una recolección dispersada de momentos despierta
y momentos aparentemente en blanco, una tendencia que ha empezado hace
poco, pero conectando los momentos que recuerdo parece llevarme a la obvia
conclusión acerca de lo que hice.
El cadáver desfigurado derramó sangre en cada dirección, y con tan solo ver
el líquido carmesí hizo que mi cabeza girara y mis rodillas se debilitaran. Shiki
se sentía de la misma forma, pero imagino que por razones completamente
distintas. Peor, la sangre de esta persona era especialmente hermosa. La
manera en que la sangre penetró y fluyó entre los pequeños espacios en medio
de las piedras del camino me parecía la cosa más elegante que vería en toda
mi vida.
Pronto, noté que había alguien a poca distancia detrás de mí, vomitando por
el espectáculo ante él, y cuando volteé mi cabeza para verlo, resultó ser Mikiya.
No sabía la razón por la que él estuviera ahí a una hora tan tarde, y ni siquiera
pensé en eso en el momento. Después de eso, había otra avalancha de
inconciencia, pero creo recordar que regrese a la mansión. Descubrí que el
cuerpo fue descubierto mucho después, y extrañamente, no había ni una
palabra de mí estando ahí. ¿Era el Mikiya que vi una alucinación, algún
fantasma diseñado por mi mente? Ese hombre es muy honesto; no hay manera
de que él le mienta a la policía para cubrir al asesino real.
¿Y porque tuvo que ser perpetuado en frente de mi casa?
“¿Fuiste tú, Shiki?” Pregunte en voz alta, pero no hubo respuesta ni de adentro
ni de afuera. La grieta de desconexión entre yo y Shiki crecía más con cada
día que pasaba. Incluso si le entrego el control de mi misma, ambos queremos
algo que hacer. Pero ¿Por qué es que recientemente, cuando Shiki está al
mando, mi memoria se vuelve brumosa y borrosa?
Tal vez, solo tal vez, sin que lo notara, me he vuelto tan loca como los otros
miembros de la dinastía Ryougi.
Jesucristo, ¿Podrías parar de preocuparte? Así está la cosa: si estuvieras de
verdad pensarías qué estás tan loca, significa que no lo estas.
Su voz viene del interior y me regaña, pero está en lo correcto. Bueno, al menos
quiero pensar que está en lo correcto. Alguien enfermo no se cuestiona su
salud mental. Eso al menos me da algo de confort.
Un golpe viene desde la puerta de mi habitación, y la voz de Akitaka se oye
después, interrumpiendo mis pensamientos. “Señorita, ¿puedo hablarle por
un momento?” Le digo que pase, pero se rehúsa debido a la hora.
“¿Qué pasa?” Pregunto.
“Parece ser que hay alguien vigilando la mansión”
“Pero oí que mi padre hizo que los policías se fueran.”
Akitaka asiente “Los policías se retiraron cuando investigaron el edificio hace
una noche. Este es un asunto diferente.”
“Has lo que quieras. No me importa de quien se trate, él o ella no tienen nada
que ver conmigo.”
“Pero señorita, el que está vigilando parece ser su amigo de la escuela.”
Hasta escuchar eso, me levanto de la cama e inmediatamente me dirijo a la
ventana en mi habitación, desde donde se puede ver la puerta más allá de la
puerta de la mansión. Hago la cortina aun lado y miro hacia afuera,
observando más allá del muro. Es verdad, ahí estaba, una solitaria figura
situada entre los árboles. No sé si reírme o molestarme por su cómico intento
de ocultarse.
“Solo dígalo y le diré que se vaya.” Dice Akitaka.
“No, no esta noche, creo. Déjalo y no le hagas nada. No está causando
problemas.”
Salto ligueramente del piso a mi cama y me recuesto. Akitaka dice un formal
“buenas noches”, apaga las luces, y cierra la puerta.
Los próximos minutos consisten en intentar quedarme dormida y fallar,
mientras mi mente sigue a la deriva en la ventana y afuera. Con nada que
hacer, me rindo y me acerco a la ventana otra vez, estando segura de que sigue
ahí.
Y por supuesto, ahí está.
A pesar de su abrigo café, Mikiya está temblando por el aire frio. Nubes de
aire blancas emanan de su boca con cada respiro mientras continúa
observando a la puerta con solo un termo de café cerca de sus pies haciéndole
compañía.
Ahora realmente no hay forma de que el Mikiya que vi en mis fragmentados
recuerdos sea un sueño. Puedo adivinar la razón por la que está aquí: para ver
si soy realmente el asesino. Esto puede ser solo un tonto intento de su parte
para evitar que el asesino lo haga otra vez; algún sentido de responsabilidad
por su parte como testigo. Verlo desde esta ventana mientras pienso, me
muerdo una uña, como solía hacer cuando me enojo, creo que no hay nada
más que hacer que forzarme a dormir.
/6
Yo ya esperaba menos que el saludo de costumbre de Mikiya en la escuela, o
ninguno en lo absoluto, así que él dijo…
“Shiki, ¿quieres que almorcemos juntos?”
…como si nada hubiera pasado es más que un poco sospechoso. Y como
siempre, voy con él. Me siento como una mascota siendo sobornada a ir al
techo con comida.
Ya he decidido de antemano que intentaría ya no asociarme con él, pero
estaría mintiendo si dijera que no quiero saber qué es lo que él pensaba acerca
de esa noche. Acepté su oferta del almuerzo pensando que él seria el que
hiciera la pregunta obvia, pero solo está ignorando el asunto.
“¿Tu casa de verdad necesita ser tan grande? La última vez que fui, incluso
tenían un tipo de mayordomo.”
“Akitaka es más como el secretario privado de mi padre. Y me gusta llámalo
guardián en vez de un sirviente, Kokutō.”
“¿Así que después de todo si hay ese tipo de gente, huh?” dice, terminando su
oración con una risa nerviosa. Su voz exhibe un notable temblor. No puedo
juzgar por su actitud si ya sabe o no que nos dimos cuenta de su espionaje en
la casa, pero aun así, incluso dadas las circunstancias él está actuando muy
extraño. No hay manera de que él no me haya visto cubierta de sangre dado
lo cerca que él estaba parado de toda la cosa, pero ¿Por qué se sigue riendo y
hablándome como si todo fuera alguna clase de broma? Bien, si él no va a
hablar de eso, entonces tendrá que salir de mí.
“Kokutō, en la noche del 3 de febrero, estabas ̶ “
“¿Podemos no hablar de eso?” Y de esa forma, el elude la pregunta.
“¿Qué es exactamente de lo que no podemos hablar, Kokutō?”
Increíblemente. El ligero cambio de tono, los manierismos vocales, la manera
en la que pronuncié su apellido. Por un segundo, Shiki se adueñó de mi voz.
Incluso Mikiya lo noto; lo dice su cara. Extraño. Eso nunca había pasado, y me
aturde momentáneamente. Me tomo medio segundo componerme, limpiar mi
garganta y continuar. “Sé franco conmigo. ¿Por qué no le dijiste nada a las
autoridades?”
/7
Marzo ha comenzado, y ya parece que el frio está bajando. Después de clases,
Me quedo en el salón de clases y miro hacia afuera de la ventana. Se siente
como una eternidad desde la última vez que hice eso. Aquí, en esta ventana,
el mundo que veo desde lo alto en realidad me hace sentir segura. La vista de
un mundo al que no puedo alcanzar no me hace ninguna ilusión de alcanzarlo.
Y como una visión de viejos, y mejores tiempos, Mikiya entra al salón bañado
por la luz del sol de la manera exacta en la que solía hacerlo. A Shiki siempre
le gustó hablar con él de esta manera. A mí también me gustaba.
“Nunca pensé que sería invitado por ti a hablar después de clases otra vez,”
dice Mikiya “¿Vas a dejar de ignorarme ahora?”
“Es porque me di cuenta de que no puedo seguir haciéndolo que te llame.”
Sus ojos se sacuden un momento por la sorpresa. Incluso aunque Shiki está
haciendo su mejor esfuerzo para sobre pasarme y tomar el control, trato de
aguantar lo suficiente para decir lo que tengo que decirle a Mikiya.
“Antes dijiste que yo no era una asesina.” Apenas puedo ver la cara de Mikiya
contra la luz roja de la puesta de sol, pero puedo ver que esta desilusionado
de que tengamos que hablar de esto. “Que mal. Soy una asesina. Estabas en la
escena del crimen, pero ¿porque no le dijiste nada a la policía?”
“Porque no hay nada que tenga que decir. ¿Tú no hiciste nada, verdad?”
“¿Incluso si te lo estoy diciendo en la cara ahora mismo?”
Él asiente. “Hey, tú fuiste la que me dijo que debería tomar todo lo que tú dices
a la ligera. No hay manera de que tú hayas sido la que hizo eso. Estoy seguro.”
“¿Por qué estás tan seguro? ¿Qué es lo que siquiera sabes de mí? ¿En qué parte
de mi puedes creer?” Involuntariamente, mi enojo contra él crece. Por su parte,
me da una sonrisa mal concebida.
“No tengo ningún fundamento, pero confió en ti. Verás, me gustas, así que
quiero seguir creyendo en ti.”
Y eso me hace detenerme como si corriera contra un muro. Esas palabras las
cuales probablemente no son nada para él son la mayor cosa que alguien me
“Shiki” le dirijo la palabra. Ella probablemente está afuera desde que la lluvia
empezó. Su kimono rojo esta tan húmedo que se pega a su cuerpo. Y su piel
esta tan fría al tacto. Sostengo mi sombrilla para cubrirnos a ambos mientras
observo mi mochila, buscando una toalla.
“Aquí, sécate con esto.” Extiendo mi brazo, con la toalla sobre mi mano. “¿Qué
demonios haces aquí afuera en la lluvia cuando tu casa está justo ahí?”
Le echa una mirada a mi brazo extendido, y hace una amarga y extraña risa.
Es recalcada por un sonido afilado cortando a través del aire de la noche vacía.
“Qu…” Pasó más rápido de lo que mi ojo puede percibir. Siento algo caliente
en mi brazo, e instintivamente doy un paso atrás. El color rojizo en mi brazo
está fluyendo hacia abajo como una serpiente, dividiéndose en dos y goteando.
¿Mi brazo?
¿Una cortada?
¿Por qué?
El dolor me perfora, recorre mi brazo, doliendo como nada que haya sentido
antes. Me entumece. No hay tiempo para pensar. No hay tiempo para tener
pánico.
Ella da un paso adelante, yo doy un paso atrás. Calmadamente. Tengo que
correr. Tengo que escapar.
No.
No hay tiempo de escapar. Me muevo rápido, pero ella es más rápida, como
un monstro. Otro sonido afilado, esta vez en mi pierna.
Rojo. El rojo se mezcla con los charcos en el camino. Mi sangre roja. La veo, la
cortada en mi pierna, siento el dolor. Colapso, bocarriba, viendo el cielo, la
lluvia cayendo. Mi espalda golpeando el camino de piedra. Jadeo por el
repentino impacto.
Ella se pone arriba de mí, apunta con su cuchillo a mi garganta. Calma. No
hay que entrar en pánico. El sonido de las gotas de la lluvia se retira,
ignorándolo. Solo cálmate.
Miro hacia arriba, y veo la oscuridad del cielo, y a ella contra esa oscuridad.
Sus ojos son negros e implacables, como un abismo, y me veo a mi mismo
reflejado en ese vacío.
Puedo sentir la punta del cuchillo, debajo de mi barbilla, el acero tan frio como
su piel. Como la sangre en mi pierna, pequeñas gotas de lluvia escurren por
su cara, una cara enmarcada por su cabello negro; como una máscara, está en
blanco, aterradora y lamentable, todo al mismo tiempo.
“Kokutō, di algo. Lo que sea.” dice Shiki. Mis últimas palabras. Ella las quiere
oír. La miro directamente a los ojos, y hablo con una voz temblorosa,
desesperadamente tratando de calmarme.
“Yo…no quiero…morir.”
De alguna manera, sentí que no le decía esto a Shiki, sino a la muerte que
estaba viniendo por mí.
Ella sonríe.
“Yo…yo quiero matarte.”
Fue una sonrisa muy gentil.
Epílogo
Es Julio de 1998, y sostengo un poco mi cabeza ya que terminé el trabajo de
hoy un poco antes, justo antes del almuerzo. Digo “trabajo” pero realmente,
soy más un secretario de Touko que otra cosa, más que nada haciendo el raro
trabajo que ella necesita que se haga. Tengo suerte de siquiera tener trabajo,
habiendo salido de la universidad a la mitad.
“¿Kokutō, no es hoy tu visita semanal?”
“Si, señora. Tan pronto como acabe esto, iré directo ahí.”
“Oh, no te preocupes por mí. Te puedes ir temprano. No hay nada más que
hacer aquí por hoy, de todas formas.”
Debo decir, el temperamento de Touko cuando tiene los lentes puestos es
mucho más preferible. Y después de todo, este es un buen día para ella
también; ya que es el día en el que limpia ese auto del que está tan orgullosa.
A ella siempre le gusta hacer eso.
“Gracias, señora. Regresaré en más o menos dos horas.”
“Tráeme un bocadillo o dos, ¿de acuerdo?” Me dice adiós con la mano justo
cuando cierro la puerta de su oficina.
Shiki Ryougi sigue en el hospital, sigue en coma incapaz de hacer algo. Yo sigo
yendo a visitarla todos los sábados por la tarde. Ella nunca me dijo nada sobre
algún dolor que la estuviera reprimiendo, o nada que ella pensara. Ni siquiera
sé por qué estaba intentando matarme. Pero al menos ella sonrió al final,
incluso si fue una falsa. Al menos ella sonrió y eso es suficiente.
Gakutō estaba en lo correcto hace tiempo. Yo ya estaba loco. Creo que eso es
porque estoy yendo a donde voy hoy incluso después de un encuentro con la
muerte.
Aún sigo recordando la última vez que nos paramos en la puesta del sol en el
salón de clases. Bajo ese ardiente y rojo cielo, Shiki me pregunto en qué parte
de ella creía. Y aún sigo recordando mi respuesta.
“No tengo ningún fundamento, pero confió en ti. Verás, me gustas, así que
quiero seguir creyendo en ti.”
Una respuesta prematura, quizás. Dije que no tenía ningún fundamento, pero
la verdad es, que lo tenía. Solo que no lo sabía en ese entonces. Ella no mató a
nadie. En eso, al menos, eso era en lo que podía creer. Porque Shiki sabía que
tan doloroso era matar. Ella, sobre todos los demás, conocía el sufrimiento por
el cual la víctima y el asesino pasaban.
Eso es el por qué creía en Shiki quien no podía expresarse, en Shiki quien no
tuvo la oportunidad de ser una persona, en Shiki, quien estaba alejada del
dolor, y en Shiki, quien no conocía nada más que el dolor.