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Facultad de Psicología

Universidad Diego Portales


Metodología de la Investigación

“PRACTICA PSICOANALITICA Y LA
ARTESANIA CIENTIFICA”
(Estado del Arte Sobre El Estatuto Científico del Psicoanálisis)

Profesor: Nicolás Schongut


Alumno: Rodrigo Nieto G.
Fecha: 26 Julio, 2015
Programa de Magister
INTRODUCCION Y COMENTARIOS INICIALES

Quisiera comenzar esta elaboración haciendo un pequeño recorrido de mi experiencia en el


proceso, de modo tal, que pueda describir como experimente el transcurso de este trabajo,
que sucedió antes, durante y después del mismo. De esta forma, podría abrirse la posibilidad
de que luego, en forma retroactiva, pueda dar cuenta de los elementos que constituyeron el
aprendizaje que me propuse al tomar el curso, o bien, como se fueron modificando o que
movimientos experimente en relación a los propios descubrimientos que se desprenden de las
enseñanzas en las distintas cátedras, lecturas y discusiones que se plantearon en clases, en las
cuales, participe con entusiasmo.

Comencé a preguntarme sobre qué conceptos, debates o temas fueron los que más me
apasionaron en el transcurso de las clases, dándome cuenta con ello que la discusión sobre el
estatuto científico del psicoanálisis despertó gran interés para mi, ya que desde siempre he
supuesto que el psicoanálisis es una ciencia, sin embargo, en clases se sostuvo una discusión al
respecto, donde algo dentro de mí se habría tensionado como resultado de tal discusión o de
la poca claridad que existiría sobre aquello (aparentemente), especialmente, pensando en que
realizamos una especialización en psicoanálisis. Recuerdo incluso, haber escuchado al Profesor
Nicolás decir que no se considera al psicoanálisis como una ciencia, recuerdo haber pensado:
“como el psicoanálisis no va a ser una ciencia?.. Es decir… surge, en primer lugar, de un
hombre formado en ciencias (Freud), las elevaciones teóricas del psicoanálisis se basan en la
propia observación de la práctica o del método analítico, tampoco podría decirse que el
psicoanálisis se basa en una especie de mística mágica… La misma formación en psicoanálisis
de este magister exige que los postulantes que ingresan a estudiar, sean profesionales
titulados (personas formadas en ciencias), entonces… como no va a ser una ciencia?...”, lo
anterior, solo por mencionar algunas de las cosas que pasaban por mi mente en ese momento.
Además, recuerdo que la misma discusión se sostuvo en otros espacios académicos, por lo que
se encendieron mis motores hacia una búsqueda con el objetivo de iluminar mejor este asunto
y así, poder no solo tener mayor claridad, sino que definir mejor una posición sobre aquello.

Dentro de los últimos 5 años de publicaciones no fue fácil encontrar bibliografía que
problematice respecto al estatuto científico del psicoanálisis, sin embargo, un artículo muy
interesante que pude encontrar, se llama: “La investigación en psicoanálisis y las versiones de
la ciencia” (2012), el nombre, en sí mismo, ya me pareció sugerente por lo que me sumergí en
la lectura y debí leerlo varias veces para sentir que entendía bien, no todo, lo que ahí se
presenta. Por lo anterior, es que logre advertir que, tal vez, no sería capaz de comprender todo
el texto, en especial, algunos fragmentos, ya que el lenguaje psicoanalítico y, en particular, el
lacaniano, a momentos se me presenta como algo muy encriptado en su articulación misma,
además es propósito del estudio en este magister, el ir profundizando mi comprensión en
psicoanálisis, por lo que me despreocupare de este asunto por ahora, y tomare todos los
elementos que me sirvan para realizar un trabajo que espero, resulte interesante y que
colabore hacia los fines de despejar/problematizar el planteamiento central que orienta al
mismo.
En primer lugar, me llamo la atención que los referentes principales a los que remite el artículo
que organiza esta producción, sean Freud y Lacan, ya que son los mismos referentes que
constituyen el vector central de mi formación en este programa de Magister, por lo cual, no
solo estaría abordando un tema de interés para mí; “el estatuto científico del psicoanálisis”
sino que además, podría aventurarme en aprender algo más, sobre estos referentes a los
cuales, me propongo esta especialización de postgrado.

Lo que me propongo lograr en este trabajo, es elevar la discusión sobre si, el psicoanálisis
puede ser considerado una ciencia, desde una perspectiva psicoanalítica freudo/lacanianana.

Psicoanálisis y Ciencia en la Actualidad

Se ha tomado como eje central de este trabajo, al menos en una primera entrega, la
producción de un artículo de Murillo (2012), que intenta explorar las relaciones entre
psicoanálisis e investigación con el propósito de “Delimitar el campo de investigación en
psicoanálisis. A partir de las referencias de Freud y Lacan, se analiza la relación ciencia y
psicoanálisis, con énfasis en Lacan, respecto a la Estructura de los Discursos.” (Murillo, 2012)

En la introducción del texto, se toma como punto de partida la afirmación de J. Lacan: "Para
hacer nuestra ciencia, no hemos entrado en la pulsación de la naturaleza, sino que hemos
hecho intervenir letritas y numeritos… (…) no hay por el momento, y hasta nuevo aviso, ningún
modo de hacer un puente entre las formas más evolucionadas de los órganos de un organismo
vivo y esta organización de la ciencia (1967, p. 46-47)” (Murillo, 2012). De modo, que la
organización de la ciencia no depende de la naturaleza sino del orden simbólico.

En el apartado siguiente, La Organización de la Ciencia: su estructura de discurso, comienza


situando otra cita de Lacan: "Concluyo que el discurso científico y el discurso histérico tienen
casi la misma estructura, lo que explica el error que Freud nos sugiere de la esperanza de una
termodinámica en donde el inconsciente encontraría en el porvenir de la ciencia su póstuma
explicación (1974a, p. 523)” (Murillo, 2012)

Luego se presenta en el artículo: “Extraigamos de esto dos conclusiones: en primer lugar Lacan
señala que la ciencia es un discurso, o que hay un discurso de la ciencia; en segundo lugar, que
este discurso de la ciencia tiene una afinidad estructural con el discurso histérico”. (Murillo,
2012)

Un fragmento del texto que me parece un ingreso de lleno en la cuestión de este trabajo es:
“En la historia de la ciencia hay un momento inaugural donde un filósofo, de origen francés,
asocia discurso y ciencia: R. Descartes en su Discurso del método (1637). Descartes evidencia
que más allá de la palabra revelada por las autoridades de su época, hay métodos para
conocer, y sin tratar de indicar a otros cómo deben conocer, simplemente da cuenta de cómo lo
hizo él. Es decir que su discurso, da cuenta de su método: "… mi propósito no es enseñar aquí el
método que cada cual debe seguir para conducir bien su corazón, sino solamente mostrar de
qué manera he tratado yo de conducir el mío. (1637, p. 45). La posición cartesiana recuerda la
posición freudiana de Consejos al médico en el tratamiento psicoanalítico: "Las reglas técnicas
a continuación propuestas son el resultado de una larga experiencia (…) …si la técnica aquí
aconsejada ha demostrado ser la única adecuada a mi personalidad individual, no es imposible
que otra personalidad médica, distintamente constituida, se vea impulsada a adoptar una
actitud diferente ante los enfermos y ante la labor que los mismos plantean (1912, p. 1653)”
(Murillo, 2012)

“En el Seminario “El reverso del psicoanálisis” Lacan mismo asocia el surgimiento de la ciencia
a Descartes. Señala la operación por la cual surgen filosofía y ciencia, como discursos: la
filosofía surge cuando en la relación del amo al esclavo, el amo extrae, roba, sustrae el saber
del esclavo; el saber del esclavo se convierte entonces en saber del amo. "La ciencia sólo nació
el día que alguien, en un movimiento de renuncia a este saber, mal adquirido, si puedo decirlo
así, extrajo por primera vez la función del sujeto de la relación estricta de S1 con S2, me refiero
a Descartes. (1969-1970, p. 21). (Murillo, 2012)” El párrafo me recordó cuando en clases se
hablo sobre la “colonización del experto”, aunque entiendo que no es necesariamente a lo que
refiere el extracto.

Quisiera hacer énfasis respecto a lo que a continuación destaco en negrita, sobre lo que dice
este autor: “hay una particular relación entre método y discurso en el desarrollo mismo de la
ciencia: se trata de un discurso que comienza a dar cuenta de un método, llamado científico.
Resulta fundamental subrayar esto porque significa que el discurso es secundario respecto al
método, y que el discurso no es necesariamente El método, sino una versión del mismo. A lo
largo de la historia se han construido diferentes versiones acerca del método científico, que
constituyen las llamadas epistemologías y metodologías de la ciencia. La de Descartes es una
versión, que recibió el nombre de racionalismo, pero también debemos contar el empirismo de
Locke, el historicismo de Vico, la dialéctica de Kant y Hegel, el positivismo de Compte, el
pragmatismo de Peirce, el falsacionismo de Popper, entre otras (Samaja, 1993, 1996). Esta idea
permite construir una particular temporalidad: en primer lugar debemos afirmar que hay
método o está la ciencia, como un hecho de la realidad humana (Lacan, 1953); en segundo
lugar, y sobre este primer tiempo, se funda un discurso del método como una versión acerca de
lo que él es, de cómo se investiga, de qué es la ciencia, etc; pero la historia ha mostrado que
hay además un tercer tiempo, donde constituida ya una versión de la ciencia, hay ahora la
posibilidad de prescribir acerca del método, es decir, indicar, recetar, cómo investigar (Ynoub,
2010). Por lo general los manuales de metodología de la investigación suelen tener esta
estructura, la de indicar cuáles son los pasos a seguir para hacer una investigación. Como ya
dijimos es esto precisamente lo que la posición cartesiana y freudiana rechazan: prescribir
standards, acerca del método o acerca de la técnica analítica. Lo que hacen entonces es
participar de una práctica, la de investigar en el caso de Descartes, la analítica en el caso de
Freud, y, a posteriori de dicha práctica, es que intentan dar cuenta de lo que hicieron, los
caminos, las carreteras por las cuales pudieron abrirse paso en dicha práctica; ese es su
discurso.” (Murillo, 2012)

“Hay discursos del método, o discursos de la ciencia, pero también debemos subrayar que la
ciencia tiene ella misma estructura de discurso. Lacan ha señalado a propósito de los discursos
que no se trata del discurso de un sujeto, sino de que el sujeto mismo está interesado, inscripto,
asentado, atrapado por un discurso (Lacan, 1959, 1967, 1969-1970, 1971-1972a). El sujeto no
es el agente del discurso, sino más bien su siervo o su empleado. Por ello la ciencia tiene una
organización que no es natural, sino simbólica, y cuya estructura es, por lo menos, análoga a la
de un discurso. La práctica científica en sí misma supone ya una estructura de discurso. Esto
admite diferentes posiciones del sujeto, pero no se trata sin embargo de que el sujeto
investigue, lo cual supone la ilusión imaginaria de ser agente del discurso. Y el sujeto
investigador es más bien un sujeto tomado por el discurso, un instrumento del discurso, alguien
que no domina el discurso para el que trabaja, que incluso muchas veces no sabe lo que está
haciendo, o los amos para los que trabaja. En el Seminario 17 Lacan subraya respecto del
lenguaje, que no se trata de un sujeto que habla, que emplea el lenguaje, sino más bien de un
sujeto que es empleado del lenguaje (1969-1970, p. 70).” (Murillo, 2012)

Intentando indagar por la cientificidad o la especificidad del psicoanálisis como una ciencia
inscrita en el discurso científico, se plantea: “La posición freudiana según la cual la ciencia
psicoanalítica no es una ilusión afirma desde ya que el psicoanálisis es una ciencia y en lugar de
preguntarse por esto, lo que se pregunta es: ¿es una ilusión? Ha sido Lacan quien con más
fuerza ha vuelto a instalar la pregunta: ¿es el psicoanálisis una ciencia? Se trata de una
pregunta que atraviesa al psicoanálisis desde su surgimiento mismo y hasta nuestros días. Sin
embargo la llamada ciencia o método científico no ha sido algo directamente abordado por el
psicoanálisis, sino más bien tangencialmente, lateralmente estudiado. Lo cual no quiere decir
que no pueda hallarse en la teoría psicoanalítica observaciones de interés respecto a este
tema. Pero lo que vale preguntarse es si existe en la teoría psicoanalítica una epistemología, o
una metodología de investigación, que le sea específica, lo cual lleva a la pregunta por la
específicidad de la investigación en psicoanálisis, admitiendo que el psicoanálisis incluya una
investigación, sea esta científica o no. En algún sentido la pregunta por la específicidad supone
que el psicoanálisis también porta alguna versión acerca de la ciencia, tal como lo hacen el
racionalismo, el empirismo, el positivismo, la dialéctica, etc. Sin embargo, sobre esto cabe
señalar que tanto Freud como Lacan fueron psicoanalistas, es decir, no fueron epistemólogos ni
metodólogos de la ciencia, tal como sí lo fueron Descartes, Kant o Compte, por ejemplo. Pero
por otro lado, dado que no hace falta ser un teórico de la ciencia para saber-investigar, tanto
Freud como Lacan sí fueron investigadores para el psicoanálisis, o al menos esa es la idea que
intentaremos desarrollar aquí. Con lo cual lo que la pregunta por la científicidad se interroga es
si las investigaciones freudianas y lacanianas son científicas, es decir, si su método lo es.”
(Murillo, 2012)

“Esta pregunta debe interrogarse ella misma, es decir los términos en los que está planteada.
En toda investigación las preguntas pueden funcionar como carreteras principales, pero
también como callejones sin salidas. Lo cual nos parece ser el caso de esta pregunta, en la
medida que su formulación misma esconde dos presupuestos que no se ponen en discusión: 1-
ya sabemos lo que es el psicoanálisis y ya sabemos lo que es la ciencia, 2-hay un acuerdo
generalizado respecto de estas dos definiciones. Con lo cual, frente a lo que ya sabemos, y
aquello que nos preguntamos, nos quedan dos posibilidades: o bien el psicoanálisis sí es una
ciencia, y aquí se abre el otro interrogante: dado que es una ciencia y es evidente que no opera
como las otras, cuál es su específicidad como ciencia; o bien el psicoanálisis no es una ciencia,
es decir, el método que sigue no es el método llamado científico.” (Murillo, 2012)

“Así formulada la pregunta entonces, la respuesta que debemos dar es: el psicoanálisis no es
una ciencia, pero tampoco lo contrario. Con lo cual lo que estamos rechazando son los términos
mismos en que está planteada la pregunta, y propondremos reformularla a partir de re-abrir,
re-instalar los interrogantes: a qué llamamos psicoanálisis, a qué llamamos ciencia. Respecto
del psicoanálisis no dudamos que sea en primer lugar una praxis (Freud, 1923; Lacan, 1976).
Sin embargo resulta menos claro que toda investigación llamada científica sea también, ella
misma, y en sus fundamentos, algo del orden de la praxis (Samaja, 1993; Ynoub, 2010). Lacan
mismo lo señala, cuando en el seminario de Los cuatro conceptos fundamentales del
psicoanálisis advierte que no hay que confundir agricultura con agronomía (Lacan, 1964a: p.
18), es decir aquello que delimita el campo de una praxis, en su ejemplo, la de cultivar la tierra,
de aquello que delimita un objeto de estudio, relativo a dicha praxis, es decir el estudio
aplicado a dicho objeto. En el caso de la ciencia, no debe confundirse lo que en ella es del orden
de la praxis, cuyo soporte es el sujeto investigador, de lo que ya hemos llamado las versiones de
la ciencia, montadas por los teóricos de la ciencia. De la misma manera que no son lo mismo un
sujeto que teoriza acerca del psicoanálisis, es decir que formaliza la experiencia a los fines de su
comunicación y transmisión, que un analista en función, es decir aquel que soporta en el
dispositivo clínico la transferencia analítica.” (Murillo, 2012)

“Psicoanálisis e investigación científica son dos formas de praxis. En segundo lugar, debemos
decir que ambas praxis, constituyen, y se constituyen por discursos. De allí que Lacan haya
formalizado el discurso psicoanalítico (1969-1970), y que ya hallamos definido a la ciencia
como un discurso. Siendo entonces psicoanálisis e investigación dos formas de praxis y de
discurso, la pregunta por hacerse es: ¿cómo se articulan entre sí? Y para esta pregunta sí
tenemos respuestas, tanto en Freud como en Lacan. En la conferencia de Milán de 1973 Lacan
señala: "Desde hace tiempo hacemos un pequeño esfuerzo por fundar una práctica del discurso
que se sostenga. A eso llamamos: la ciencia." (1973, p. 59). Adviértase que se trata aquí de una
versión lacaniana de la ciencia: la ciencia es una práctica del discurso que se sostiene. En lo que
leemos: 1- que la ciencia es una praxis, 2-que no se trata de cualquier praxis, sino de una praxis
de discurso capaz de sostenerse en los mismos términos en que se plantea. Respecto de este
punto Lacan señaló desde muy temprano en su enseñanza (1957-1958) que no hay
metalenguajes pero sin embargo sí formalizaciones. De modo que esta "práctica del discurso
que se sostiene", no se sostiene de ningún metalenguaje, sino de los términos mismos en que
ella halla su formalización. Esto resulta de interés, porque permite ubicar que la posición
histérica freudiana antes señalada, supone a la neurología o la medicina, es decir las llamadas
ciencias naturales, un meta-lenguaje del psicoanálisis, al esperar hallar en ellas la validación de
sus propios descubrimientos.” (Murillo, 2012)

Otra respuesta que hayamos también en Lacan destaca un dato histórico: "…es impensable
que el psicoanálisis como práctica, que el inconsciente, el de Freud, como descubrimiento,
hubiesen tenido lugar antes del nacimiento, en el siglo que ha sido llamado el siglo del genio, el
XVII, de la ciencia…" (1965, p. 835-836). "No es por casualidad que el psicoanálisis apareció
bastante después de la instalación del discurso científico. Es de la misma naturaleza que éste."
(1975, p. 138). Aquí está en juego otra versión de la ciencia en su relación al psicoanálisis: el
psicoanálisis no es un discurso científico, aunque sea de la misma naturaleza que dicho
discurso. Lo que interesa subrayar aquí es que hay razones de estructura por las cuales el
psicoanálisis tal como nació con Freud, no habría podido nacer, antes de que se instalara en la
realidad humana la práctica y discurso llamado científico. Esto no signífica necesariamente que
el psicoanálisis sea científico, pero sí lo ubica en una relación de filiación a la ciencia: el
psicoanálisis no es sin el discurso de la ciencia, aun cuando él mismo no sea científico.”
(Murillo, 2012)
“Debe destacarse que la pregunta por la científicidad es, curiosamente, una pregunta
formulada tanto por los detractores del psicoanálisis, por la comunidad en general, como por
los psicoanalistas mismos, comenzando por Freud y Lacan. Esto es para nosotros un indicador,
en primer lugar, de que el psicoanálisis no es algo naturalmente asimilable por el discurso de la
ciencia: es decir que se trata de un producto de la ciencia, pero de un producto que la misma
ciencia en la que nace, no puede re-absorberlo. En este sentido el psicoanálisis es un real de la
ciencia. En segundo lugar nos indica que no es cierto que la ciencia interrogue al psicoanálisis
por su científicidad, sino que es más bien el psicoanálisis quien por su posición histórica
interroga a la ciencia. Y esto en dos puntos, que aquí señalaremos como el sujeto localizado en
el significante, y el sujeto localizado en el objeto a (Lacan, 1959, 1965).” (Murillo, 2012)

ANALISIS Y ALGUNAS REFLEXIONES

Lo que puedo identificar de lo aquí expuesto, en la forma más general, es que se utilizan
conceptos psicoanalíticos desde un comienzo del mismo, además de estar soportado
transversalmente, por los referentes principales a los que se aluden (Freud y Lacan), se
apreciaría un abordaje desde un enfoque dialectico-estructural.

Resulta interesante que el artículo intente una integración de las vertientes epistemológicas,
colaborando para su argumentación central que creo es; Las ciencias como tales son discursos
que toman posición de “amo” y que es en el acto mismo de la investigación/experimentación
donde ocurre o se manifiesta la ciencia, el resto es construcción simbólica de lo que ocurre en
ese acto al que se alude. Cuando el articulo hace coincidir las versiones de Freud y Descartes,
en relación a los métodos que cada cual uso para analizar/investigar, sin aspirar a recetar
procedimientos técnicos prescriptivos para el acto de investigar, sino que, y como remarca con
énfasis el artículo, solo dieron cuenta de sus propias formas de llegar a aquellas verdades de
saber que luego intentaron formalizar, como dice Lacan; “en palabritas y numeritos”. Como
dice el artículo “(…) el saber producido no toca la verdad que está en juego, en la base de la
división.” (Murillo, 2012). Lo anterior, considero, se encuentra en sintonía en relación a lo visto
en clases de metodología, sobre el “movimiento feminista”, en lo que se buscaría no una
propuesta metodológica o epistemológica nueva o diferente, sino mas bien “reapropiarse de la
noción de objetividad” (Nieto, R. 2015, apuntes de clases Metodología).

Lacan en Comentarios Sobres los Escritos Técnicos de Freud, Seminario 1: “Si hay que distinguir
los actos y comportamientos del sujeto de lo que viene a decirnos en la sesión, diría que
nuestros comportamientos concretos en la sesión analítica están igualmente distanciados de
las elaboraciones teóricas que de ellos hacemos” (1958, p. 10).

Habermas, en El Discurso Filosófico de la Modernidad, dice: “La modernidad ya no puede ni


quiere tomar sus criterios de orientación de modelos de otras épocas, tiene que extraer su
normatividad de sí misma” (1989, p. 18). Quisiera realizar una analogía entre este enunciado
con la idea que se presenta en el artículo, es decir que se hace ciencia con criterios propios
extraídos del propio acto de investigar y no de otros referentes, sino al mismo. Puedo estar
equivocado pero detecto que existe una similitud en lo que he planteado, lo que entonces
vuelve al psicoanálisis, como practica misma que se inscribe dentro de la “Edad Moderna”, ya
que como dice el artículo, no es posible pensar en que existiera la practica analítica antes del
surgimiento del discurso científico. Sin embargo, las ciencias positivistas tienen una lógica
particular y una relación con uno de los “amo” lacaniano, como se plantea en Taracena Ruiz:
“La racionalidad de la ciencia positiva es solidaria al proceso de industrialización (Velasco y
Pantoja).” (Gaulejac V. 2005. Pag, 224)

Otro elemento interesante, es el hecho de invertir la formulación de la pregunta misma que


impulsa mi trabajo, es decir, pasar del ¿Es el psicoanálisis una ciencia? a “¿Qué es una ciencia
que integre el psicoanálisis” (Lacan). El análisis de la estructura misma de cómo se formulan
ciertas problematizaciones, es algo que se demuestra clave en esta formulación, ya que la
misma pregunta por la cientificidad del psicoanálisis se esconden certezas (significantes) en las
premisas desde las cuales la formulación de la pregunta es construida. Por esta inversión, es
que se hace posible que el psicoanálisis pueda interrogar a la ciencia misma.

Se ha expresado algo un tanto enigmático cuando se afirma, siguiendo a Lacan, que la


pregunta de si el psicoanálisis es ciencia es un tanto histérica, ya que lo compara con La Mujer,
que no existe, es decir: cuando una mujer se empieza a preguntar “que es ser mujer” deja de
serlo y se posiciona en el discurso de la histeria. Haciendo referencia al artículo: “Entonces:
cuando se investiga, no se sabe cómo se lo hace, y cuando se instala la pregunta, no se
investiga. La primera es la posición freudiana y lacaniana en el punto en que ninguno se
pregunta cómo investigar en su campo, sino que ya lo hacen, tienen un saber-hacer sobre ello a
tal punto que no tienen dudas al respecto. En todo caso sobre lo que sí han tenido preguntas es
sobre aquello que han investigado, pero no sobre su investigación misma: cuál es el sentido de
los sueños, cuál es la etiología de los síntomas neuróticos, cuáles son las manifestaciones de la
sexualidad infantil, cuál es la función de la palabra en la cura, qué es un padre, cómo se
constituye un sujeto, etc.” Concluye Heidegger, debemos advertir que el hecho de que nosotros
nos estemos haciendo la pregunta, qué signífica pensar, filosofar, es el signo de que no lo
estamos haciendo. Lo cual resuena con una observación que hace Lacan respecto de la histeria
y la feminidad, a saber, que cuando una mujer se pregunta qué es ser una mujer es el signo de
que su posición no es la de la feminidad, sino la de la histeria (Lacan, 1955-1956: p. 254).”
(Murilo, 2012)

Aquí, no solo muestra una posición de critica a las ciencias y a los supuestos insertos en los
significantes de las estructuras de los discursos que se analizan, sino que se interrogan como
tales; como discursos articulados desde una estructura, una estructura que posiciona a un
“amo”, al cual se debe satisfacer a través de protocolos y metodologías lineales en el orden de
cómo investigar, lo anterior situado con mayor énfasis en las Universidades, donde el articulo
refiere, “constituirían la función de encarnar el agente o siervo incluso, de alguna versión del
discurso científico, más que constituirse como lugares de “verdad”. (Murilo, 2012)

Esta configuración científica que es la que se elabora desde esta perspectiva psicoanalítica,
tiene efectos en los sujetos que hoy componen nuestra sociedad, así mismo, tendria un efecto
subjetivador del mismo, como plantea la siguiente publicación de referencia: “El lugar del
sujeto en la sociedad ha cambiado en los últimos cien años: ya no es el sujeto freudiano de la
religión, sometido a la represión propia de una moral que lo obliga a moderar su goce y a
entrar en los canales de los ideales que lo orientan. El sujeto que recoge en su diván
actualmente está desamarrado de sus anteriores ideales y es sujeto de la ciencia justamente en
el punto en que ésta no atiende a la subjetividad ni al sujeto sino desde una ambición de
objetividad. Recoge entonces lo que no es escuchado, lo desatendido por la ciencia. En una de
sus últimas afirmaciones, dice Lacan que la ciencia se constituye mediante una exclusión
fundante, la del sujeto, cuyos efectos de retorno pueden reconocerse en lo que Freud denomina
"El malestar en la cultura".” (Vucínovich, N., 2011)

Más adelante, en la misma publicación se plantea: “Este superyó freudiano queda marcado, en
la enseñanza de Lacan, por el estado actual de la civilización: como explica Miller (2006): "El
superyó freudiano produjo cosas como lo prohibido, el deber, hasta la culpabilidad, que son
términos que hacen existir al Otro, son los semblantes de otro, suponen Otro. El superyó
lacaniano produce un imperativo distinto: ¡Goza! Este es el superyo de nuestra civilización"
(pág. 19).” (Vucínovich, N., 2011)

“Este imperativo que comanda al sujeto en nuestra civilización, en tanto empuje a gozar sin
límites (del consumo, de la comunicación, de todos los preciosos objetos que el mercado pone
en sus manos, de su cuerpo y su sexualidad), es el mismo que parece imprimirle cierto impulso
ciego a la ciencia, diciendo: ¡conoce! ¡avanza!, sin rumbo”. (Vucínovich, N., 2011)

“Este nuevo superyó condiciona una clínica moderna, con la que tenemos que trabajar: es la
clínica de la impulsividad, de los trastornos de la personalidad, de las adicciones, de las
conductas alimentarías, de los trastornos conductuales en los niños y adolescentes y el suicidio.
En el encuentro con estos pacientes se manifiesta un goce desamarrado del deseo, alocado,
ineducable según las tradiciones psicológicas cognitivo conductuales, y resistente según la
psicofarmacología. La perspectiva lacaniana nos permite escuchar a estos pacientes
atendiendo a dos vectores en juego: el imperativo de goce inherente al cuerpo y el lugar
estrecho que le queda al sujeto y su deseo, colapsado entre el discurso científico y el
capitalista.” (Vucínovich, N., 2011)

"En el camino de la ciencia moderna, los hombres renuncian al sentido" (Vucínovich, N., 2011).
Se recoge esta cita de Adorno, para ilustrar que existiría una reducción de la verdad a la
facticidad, “conductora de la colonización de la imagen de lo real”. Esto mismo, puede verse
en Murillo, donde se critica, en el fondo, cualquier tentativa de prescribir metodologías sobre
como investigar en psicoanálisis, ya que de algún modo, representaría la renuncia a la
inmersión de sentido y significados, contenidos en los propios sujetos particulares a los cuales
se les debe un abordaje particularizado y singularizado.
CONCLSIONES PRELIMINARES

Para finalizar, quisiera decir que hay muchos elementos que me gustaría seguir desarrollando,
a partir de lo expuesto, lo que se incluirá en la próxima entrega, ya que deben ser mejor
elaborados y pensados. Creo que el tema de elección para este trabajo no me favoreció en
poder hacer una entrega más completa, sin embargo, creo que el producto final podría ser
más satisfactorio, en cuanto a poder expandir y abarcar una temática de interés, por lo que me
siento muy motivado en seguir explorando las ideas que se plantean y trabajarlas, integrando
todo lo aprendido hasta el momento previo de la última entrega, además de sumar nuevos
antecedentes que aporte una inclusión más extensa de la bibliografía disponible, coherente
con los propósitos de de la discusión aquí planteada, en la perspectiva que se plantea. Sin
embargo, como conclusión preliminar final, podría decir que los discursos científicos son una
producción de lenguaje que incorpora signos que remiten significantes y que por su
estructuración, sitúa ubicaciones de posición que implícitamente conllevan a reacciones
automáticas de producciones “científicas” que no se logran desprender de sus significantes
para constituir una relación de operación y ejecución “limpia” de los discursos en los que
emerge, sino mas bien, se condicionan por los mismos.

En este sentido, considero que la labor del científico se parecería más a la del artesano, quien
porta un saber-hacer que nada tiene que ver con las prescripciones técnicas sobre cómo hacer
lo que se hace. Es entonces, que cada “artesano-científico” en su labor de praxis, porta un
saber hacer que se aplica a la singularidad de lo que se está tratando o investigando, por lo
que sería más apropiado y conveniente, tal como dijo el profesor Nicolás en la última clase
(antes de esta entrega), “usar estrategias de abordajes, más que técnicas de investigación”
(Nieto. R., 2015, Apuntes de clases Metodología de la Investigación).

Otro aspecto de relevancia, es la discusión implícita que se plantea aquí, respecto al par:
teoría-praxis, diada que siempre se ha enseñado como equivalentes de lo mismo, sin embargo,
dado lo expuesto en este trabajo, se abre una divergencia en ese sentido, ya que
aparentemente no habría un equilibrio fino en lo referente al: “concepto sin vida y vida sin
concepto”, aspecto que intentare explorar y desarrollar con algún grado de énfasis, en la
próxima entrega.
BIBLIOGRAFIA

 Murillo, M. (2012) La investigación en psicoanálisis y las versiones


de la ciencia.

 Vucínovich, N. (2011) Otra época, otro malestar en la cultura:


vigencia del psicoanálisis como crítica social.

 Gaulejac V., Rodríguez, S., Taracena, E. (2005) Historia de Vida.


Psicoanálisis y Sociología Clínica, México, Universidad Autónoma de
Querétaro.

 Lacan, J. (1954) Introducción a los comentarios sobre los escritos


técnicos de Freud.

 Habermas, J. (1989) El discurso filosófico de la modernidad.

 Nieto. R. (2015) Apuntes de clases, Metodología de la Investigación.

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