Professional Documents
Culture Documents
El capital extranjero: Inversiones en tres formas: inversiones en ferrocarriles, servicios públicos, en bancos compañas inmobiliarias y obras
portuarias. Las inversiones y la propiedad dieron prominencia a Gran Bretaña. El grupo de presión constituido por los ingleses era junto con los
ganaderos el más fuerte del país.
La inmigración:
Puede considerarse el año de 1889 como el punto máximo de la inmigración en la Argentina. El origen debe buscarse en la demanda de mano de
obra para las cosechas y los arrendamientos rurales. Muchos lograron movilidad social y otros quedaron en las filas de la clase obrera. Esta
inmigración fue alentada por el Estado en apoyo de la elite. La mayoría de la población europea trabajaba en estancias como arrendatarios. Los
inmigrantes se enfrentaban a dos situaciones:
Por un lado el deseo de la elite de atare inmigrantes pero impidiendo que los salarios alcancen su nivel real.
Por otro lado los inmigrantes estaban sometidos al fuerte influjo de la sociedad urbana: más oportunidades de movilidad social y de
habilidades y propiedades.
Estas características determinaron una fuerte concentración urbana y la saturación del mercado de trabajo. La elite no estaba interesada en
apoyar las aspiraciones económicas de los inmigrantes, no controlaba la distribución del empleo en las ciudades. Dado que no existía un nexo
ocupacional entre la elite y los inmigrantes el sistema político se inclinó a la represión, la restricción y la oligarquía. Estas condiciones sumergían a
los inmigrantes en la incertidumbre y como consecuencia no se naturalizaban. En definitiva, dichas condiciones que conspiraban contra la
radicación se materializaba en la imposibilidad de adquirir tierras, la inestabilidad ocupacional y la vida nómada. La clase dirigente no podía hacer
de los inmigrantes, el instrumento de control político para el apoyo del orden, por eso no alentaba la naturalización. La relación entre la elite y los
inmigrantes fue el rasgo más conflictivo de la sociedad argentina: lucha de clases: cuanto más bajo era el nivel social mayor era la cantidad de
inmigrantes que en el había.
La oligarquía
La elite adopto un sistema de represión disfrazada, con controles que reducían al mínimo la influencia política de otros grupos. El sistema político
giraba en torno al fraude organizado, el cual permitía mantener el mito de las libertades constitucionales, pero se lo privaba de todo contenido
práctico. También existía la práctica de crear lealtades políticas mediante recompensas personales. El principal mecanismo era la distribución de
cargos dentro del Estado. Este sistema de patronazgo oficial y distribución de cargos públicos, mantuvo cooptada a gran parte de la clase media,
obturando su acceso al poder político.
Las inversiones extranjeras eran un mecanismo económico para fortalecer alianzas. Estas inversiones se distribuían para el crédito y para
favorecer a determinadas zonas con la llegada del ferrocarril. Durante la década del `80 se produce la expansión uniforme dela oligarquía. A partir
de la presidencia de Julio A. Roca se termina de consolidar un Estado realmente unificado y un claro monopolio del poder y la autoridad. Desde
entonces, la autoridad presidencial deja de ser cuestionada. Realmente el sistema funcionó porque la expansión económica permitió ampliar la
base del PAN. Cuando el Partido Autonomista consigue el apoyo de las oligarquías provinciales, se transforma en una fuerza nacional, y así el
sustento del poder político estuvo asegurado.
El desafío de la oligarquía
Hasta 1900 la elite conservadora terrateniente era el único sector verdaderamente politizado, pero luego resulto socavado por la politización de
los sectores urbanos, la clase media nativa y los obreros inmigrantes. La presión de la clase media provenía de un nuevo partido: la Unión Cívica
Radical. Este sector, que agrupaba a una creciente proporción de clase media nativa, estaba controlado y manejado por un remanente de la
fracción que se había rebelado ante Juárez Celman en 1890.
Es decir que la U.C.R. nació como un segmento de la propia elite, que no podía acceder a instancias de poder ni había logrado ser cooptado por
la oligarquía. La fuerza del radicalismo provenía del apoyo de los grupos de clase media y planteaba un peligro para el régimen conservador: la
cierta posibilidad de desplazar a la oligarquía e instaurar una democracia popular. El radicalismo puede considerarse entonces, el primero de los
partidos de masas de la Argentina. Como resultado de la inmigración y la llegada de nuevas ideologías, pronto otra fuerte oposición al régimen se
concretó en el anarquismo que rápidamente sedujo a la clase obrera. Frente a esta realidad compleja, la elite se escindió: por un lado el ex
presidente Roca que seguía apoyando el régimen y aconsejaba reprimir toda oposición al mismo. Por otro lado Figueroa Alcorta que proyectaba
un gobierno representativo, más abierto y transparente.
Cuando la Unión Cívica Radical presiono a la élite conservadora para que promulgase las medidas de reforma (1912) y obtuvo la presidencia de la
Nación en 1916, una nueva era se inició en la Argentina. El radicalismo fue la primera fuerza política nacional importante en la Argentina, y uno de
los primeros movimientos populistas latinoamericanos. Tuvo sus orígenes, en la década de 1890, en una minoría escindida de la élite; sólo después
de iniciado el nuevo siglo desarrolló sus rasgos populistas, al convertirse en un movimiento de coalición entre el sector de la élite e importantes
sectores de las clases medias. Se pueden considerar cuatro etapas fundamentales en la evolución del partido: 1891-1896 / 1896 -1905 / 1905 –
1912/ 1912 – 1916.
1896-1905
Durante todo el período que se extendió entre la muerte de Alem y 1905, el radicalismo perdió posiciones. Hasta 1900, los sucesos más destacados
fueron, en primer lugar, el surgimiento de Yrigoyen como sucesor de Alem y, en segundo lugar, el hecho de que el eje central del partido volviera a
situarse en la provincia de Buenos Aires. Yrigoyen comenzó, alrededor de 1903, a planear otra revuelta. Se concretó en febrero de 1905, y puso de
manifiesto que si bien habían conseguido cierto apoyo militar, los altos mandos del ejército seguían adhiriendo al gobierno conservador. Dicho
fracaso sirvió para recordarle a la oligarquía que el radicalismo no estaba muerto: todos los gobiernos que se sucedieron se vieron asaltados
constantemente por el temor de que los radicales los derrocaran. También permitió que el radicalismo se diera a conocer a una nueva generación.
Hipólito Yrigoyen:
La gran novedad fue el surgimiento de Hipólito Yrigoyen como líder de un partido que había adquirido hacia 1912 su carácter populista. Yrigoyen
era un representante bastante típico de los primeros radicales, que aspiraban a crear una coalición popular para restaurar su suerte política.
Yrigoyen se hizo fama de figura misteriosa, salvo una vez, nunca pronunció un discurso. Pero por otro lado, hacía todo lo posible para auto
conferirse un aire de superioridad. Su estilo político consistía en el contacto personal y la negociación cara a cara. Esto le permitió crear una cadena
muy eficaz de lealtades personales. Yrigoyen, como estratega político, obligó a la oligarquía a conceder la reforma mediante la amenaza de
rebelión, al par que ampliaba su control del partido gracias a sus condiciones para organizar las masas. El radicalismo se desarrolló menos como
un partido político, en el sentido estricto de la palabra, que como un “movimiento de masas” que fundaba su fuerza en una serie de actitudes
emocionales.