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Se cataloga en función de su tamaño y, en el ámbito de la calidad del aire, hablamos de partículas PM 10,
que serían las de mayor tamaño, cuya diámetro aerodinámico teórico sería de 10 µm (micrones de metro =
millonésima parte del metro) y las partículas finas conocidas como PM 2.5 cuyo diámetro sería de 2.5 µm.
El efecto en la salud de las partículas se producen a los niveles de exposición normal de la mayoría de la
población urbana y rural de países desarrollados o en vías de desarrollo. No hay que realizar una actividad
especial ni estar en un entorno especial. La exposición crónica aumenta el riesgo de enfermedades
cardiovasculares, respiratorias y cáncer de pulmón.
Recientemente, los científicos han comenzado a centrar sus investigaciones los efectos de las partículas
ultrafinas. Aunque estas partículas contribuyen muy poco a la masa de PM 10 y PM 2.5, están presentes en
gran cantidad. Algunos científicos han propuesto que las partículas ultra finas pueden ser especialmente
tóxicas ya que tendrían más probabilidades de penetrar e interactuar con células más profundamente en el
pulmón que las partículas más grandes, y se piensa que se mueven rápidamente a tejidos exteriores de las
vías respiratorias.
Mientras que la partículas PM 10 quedarían retenidas en las vías respiratorias, produciendo efectos a nivel
de sistema respiratorio, las partículas menores, como las PM 2.5, tienen la capacidad de pasar al torrente
sanguíneo por lo que pueden, potencialmente, dañar cualquier órgano o sistema. Se ha demostrado, por
ejemplo, que el pireno, hidrocarburo policíclico aromático, afecta al sistema inmune ya que puede inducir la
producción de proteínas inmunoreguladoras IL-4 e IL-8.Estas proteínas están relacionadas con el desarrollo
de alergias y de respuestas inflamatorias inducidas por estrés celular.
Si nos paramos un momento a pensar en que respiramos entre 5 y 6 litros de aire por minuto,
que en 24 horas serían entre 7.200 y 8.600 litros, basándonos en los objetivos de calidad del aire de la OMS,
que por supuesto no se cumplen, tendríamos que el objetivo para partículas de PM 10 es de 20 µg/m3 (micro
gramo por metro cúbico) y para las de PM 2.5 el objetivo es de de 10 µg/m3 esto implicaría que cada día
respiramos entre 144 y 172 micro gramos de partículas PM 10 y entre 72 y 86 micro gramos de las de PM
2.5. Puede parecer poco, pero si lo multiplicamos por días a la semana, al mes, al año, nos daremos cuenta
de la cantidad de sustancias tóxicas que respiramos y deberíamos tomar conciencia de lo importante que es
para nuestra salud.
Recientemente, el 17 de Octubre de 2013, el IARC (Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer),
órgano consultivo de la OMS, ha clasificado el aire contaminado de las ciudades como cancerígeno humano,
dentro del Grupo 1. (http://www.iarc.fr/en/media-centre/pr/2013/pdfs/pr221_E.pdf)
El formaldehído pertenece a los conocidos como compuestos orgánicos volátiles (COV) pero debido a sus
efectos en la salud y a su amplio uso por parte de la industria merece tratarlo de forma específica.
¿Cómo se produce?:
La principal fuente de formaldehído es su producción para los distintos tipos de uso. Sus características
conservantes y desinfectantes lo hacen ser muy utilizado en sanidad como el más conocido formol. Se
emplea en cosmética y productos de higiene, aunque sea un cancerígeno, donde se utiliza directamente o a
través de productos liberadores del mismo para cremas, champús, lociones, jabones, pomadas, laca de uñas,
dentífricos. Se emplea también en la producción de tableros de madera, resinas, adhesivos, lacas, pinturas,
en diversos procesos industriales, en la construcción donde lo encontramos en barnices, pinturas, aislantes
como la lana de roca o la fibra de vidrio, en la industrial textil para acabados textiles por ejemplo en los
vaqueros o en las sedas artificiales.
La exposición a formaldehído provoca irritación ocular irritación de las vías respiratorias, cefaleas e
irritación de la piel. La exposición a largo plazo, a niveles bajos en el aire, puede causar problemas
respiratorios similares al asma la exposición a través de la piel, por el uso continuado de cremas, puede
causar irritaciones de la piel como dermatitis y picores. Esta exposición prolongada es la causa del cáncer
nasofaríngeo y existen evidencias limitadas de su implicación en otros tipos de cáncer como el nasal o la
leucemia.
Las personas alérgicas o con especial sensibilidad deben procurar no utilizar los tejidos de planchado
permanente o duradero, así mismo deben evitar el uso de cremas, jabones, champús, que contengan
formaldehido o sus equivalentes.
Si sufre de asma también es posible que ésta esté provocada por una exposición a niveles bajos de
formaldehído en aire por lo que debería realizar un análisis.
Los límites establecidos en España para exposiciones laborales de corta duración (VLA-EC)son de 0,3
ppm o 0,37µg/m³. Este nivel lo hemos visto ampliamente superado en algunos hogares debido a la
utilización, en el parquet, de barnices de urea formol , los cuales deberían estar ya retirados del mercado. Así
mismo en muebles de reciente adquisición.
El CO2 produce el desplazamiento del oxígeno y en concentraciones altas, de más de 30.000 ppm, puede
producir asfixia. En aire interior el CO2 es un gran indicador de la calidad de aire ya que actúa como chivato
de la renovación de aire. Es sabido que a partir de concentraciones de más de 800 ppm en entornos
laborales, se comienzan a producir quejas debidas a olores.
Efectos en la salud:
El principal efecto que produce el CO2 es la asfixia por desplazamiento del oxígeno, pero esto se produce
por concentraciones muy altas capaces de desplazar el oxígeno y reducir su concentración por debajo del
20%. En concentraciones altas, cercanas a la 30.000 ppm, puede causar dolores de cabeza, falta de
concentración, somnolencia, mareos y problemas respiratorios. En entornos laborales, como oficinas, se
comienzan a tener quejas de olores a partir de las 800-1000 ppm.
Es importante señalar que las personas con problemas de asma o SQM deben proveerse de
un aire con bajas concentraciones de CO2.
Un grupo a tener en cuenta especialmente son los niños en los colegios. En España no hay normativa que
regule el nivel de CO2 en los colegios, como si lo tienen por ejemplo en Francia, y es bien conocida la
relación entre el bajo rendimiento escolar y los altos niveles de CO2. Además los niños debido a su
metabolismo y actividad producen mucho más CO2 que los adultos.
Principales Fuentes:
La principal fuente en ambientes interiores es la respiración humana. Se deben considerar otras posibles
fuentes debidas a combustión en casos de altos niveles de concentración.
Niveles habituales:
Los niveles habituales que podamos encontrar en un ambiente interior estará relacionado con las diferentes
variables que afectan a este factor como son: Niveles en aire exterior, fuentes interiores, niveles de
ocupación y tasas de ventilación.
En la legislación existente no hay un valor concreto que se dé como bueno. Existen diferentes
recomendaciones y valores límite ocupacionales. En el RITE por ejemplo en función del nivel de calidad de
aire exigible al local los valores de concentración van desde las 400 ppm hasta más de 1.000 ppm. El valor
límite de exposición profesional para exposiciones de 8 horas que vemos en las Guías del INSHT es de
5.000 ppm si bien este valor no se puede aplicar a entornos no industriales. Recordemos que en espacios
como oficinas a partir de 800 ppm se producen quejas por olores y se recomienda no superar las 1.000 ppm.
Lo ideal es que el cociente entre exterior e interior sea lo más cercano a 1 posible.
El dióxido de nitrógeno NO2 es un compuesto químico gaseoso de color marrón amarillento formado por la
combinación de un átomo de nitrógeno y dos de oxígeno. Es un gas tóxico e irritante. El NO2 junto al NO-
óxido nitroso- son conocidos como NOx y son algunos de los principales contaminantes en las ciudades.
Cómo se produce:
En la naturaleza se produce por los incendios forestales o las erupciones volcánicas. También se produce de
forma natural por la descomposición de nitratos orgánicos. El volumen total que se produce de forma
natural es infinitamente menor que el que se produce por efecto del hombre.
La mayor parte tiene su origen en la oxidación del NO que se produce en la combustión de los motores de
los vehículos, fundamentalmente los diesel. El NO emitido por los motores, una vez en la atmosfera, se
oxida y se convierte en NO2. Es también un potenciador del material particulado, sobre todo de partículas
finas MP2,5 que son las más perjudiciales. En su reacción con la luz UV del sol es un precursor de O3
ozono troposférico.
La exposición continuada NO2 se relaciona con diversas enfermedades de las vía respiratorias como
disminución de la capacidad pulmonar, bronquitis agudas, asma y se considera el culpable de los procesos
alérgicos, sobre todo en niños. Se ha relacionado las exposiciones crónicas a bajo nivel con el enfisema
pulmonar. Otros efectos menores son la irritación ocular y de las mucosas. Existen algunos estudios que
apuntan a un incremento en la mortalidad aunque aún no está suficientemente bien establecido que la causa
sea solamente la exposición a NO2.
Se sabe que las personas con problemas previos de asma o alergias son más susceptibles a sufrir problemas
con exposiciones a menor concentración de NO2 que personas sanas. También los niños y las mujeres
embarazadas son más vulnerables a concentraciones bajas de NO2.
De forma indirecta, y puesto que es uno de los causantes del material particulado fino MP2,5 , se puede
relacionar con múltiples enfermedades como al autismo, fallos del sistema cardiovascular, Ictus,
enfermedades renales y con el cáncer ya que es un precursor del Material Partículado y éste fue declarado
cancerígeno humano del Grupo1 en octubre de 2013.
Referencias:
http://www.greenfacts.org/es/dioxido-nitrogeno-no2/
http://www.who.int/phe/health_topics/outdoorair/outdoorair_aqg/es/
http://www.eea.europa.eu/es/themes/air
Durante su proceso de oxidación en la atmósfera, este gas forma sulfatos. Estos sulfatos forman parte del
material particulado PM10. En presencia de humedad el dióxido de azufre forma ácidos en forma de
aerosoles y se produce una parte importante del material particulado secundario o fino (PM2.5). El SO2 es el
responsable de la lluvia ácida.
Tanto la exposición a sulfatos como a los ácidos derivados del SO2, comportan graves riesgos para la salud
ya que éstos pasan directamente al sistema circulatorio humano a través de las vías respiratorias.
¿Cómo se produce?:
El dióxido de azufre (SO2) también se ha asociado a problemas de asma y bronquitis crónica, aumentando
la morbilidad y mortalidad en personas mayores y niños. Los asmáticos y las personas con enfermedades
pulmonares obstructivas crónicas (EPOC) y con problemas cardíacos son los más sensibles a los efectos del
SO2. El azufre es un veneno altamente nocivo para la salud de las personas, si bien son las plantas las que
menos toleran sus efectos. Por ejemplo, un nivel de 300 µg/m3 (micro gramo por metro cúbico de aire) es un
valor que implica potencial riesgo para la salud humana, pero para los árboles, un valor de 200 µg/m3 ya es
muy grave. En las plantas el SO2 se introduce en las mismas produciendo una necrosis foliar. Por eso la
contaminación por los óxidos de azufre (SOx) están relacionados con el daño a la vegetación, deterioro de
los suelos, materiales de construcción, monumentos históricos en piedra -es lo que se conoce como el mal de
la piedra- y cursos de agua. Curiosamente, a pesar de ser un contaminante muy perjudicial, es también
un aditivo alimenticio muy utilizado al tener características conservantes y antibacterianas. Se conoce
como E220 y se emplea en vinos- los famosos sulfitos- cervezas, zumos, caramelos, yemas de huevo y
otros productos con huevo. En cuanto a los efectos de su consumo, en dosis bajas provoca irritaciones en el
tubo digestivo y hace inactiva la Vitamina B. En grandes dosis puede provocar dolores de cabeza, náuseas,
vómitos, alergia, irritación de los bronquios y asma.