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Instituto de Meteorología. Centro Meteorológico Provincial.

Pinar del Río

SISTEMA DE PREDICCIÓN Y VIGILANCIA DE LA


ENFERMEDAD MOHO AZUL DEL TABACO EN LA
PROVINCIA PINAR DEL RÍO
Carlos Manuel Lopetegui Moreno (Autor), Oscar Solano
Ojeda (Director)
PÁGINA LEGAL

Lopetegui Moreno, Carlos Manuel (Autor)


Sistema de predicción y vigilancia de la enfermedad moho azul del tabaco en la
provincia Pinar del Río / Carlos Manuel Lopetegui Moreno (Autor), Oscar Solano
Ojeda (Director) . – La Habana : Editorial Universitaria, 2015. -- ISBN 978-959-16-
2656-1.
1. Lopetegui Moreno, Carlos Manuel (Autor)
2. Solano Ojeda, Oscar (Director)
3. Instituto de Meteorología. Centro Meteorológico Provincial. Pinar del Río
4. Ciencias meteorológicas

Digitalización: Editorial Universitaria, torri@mes.edu.cu

(c) Todos los derechos reservados: Instituto de Meteorología. Centro Meteorológico


Provincial. Pinar del Río, 2015.

Editorial Universitaria
Calle 23 entre F y G, No. 564.
El Vedado, Ciudad de La Habana, CP 10400,
Cuba
Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente.
Instituto de Meteorología.
Centro Meteorológico Provincial. Pinar del Río.

Sistema de Predicción y Vigilancia de la enfermedad moho azul del tabaco


en la provincia Pinar del Río.

Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias


Meteorológicas.

CARLOS MANUEL LOPETEGUI MORENO.

Pinar del Río. Cuba.

2008.
Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente.
Instituto de Meteorología.
Centro Meteorológico Provincial. Pinar del Río.

Sistema de Predicción y Vigilancia de la enfermedad moho azul del tabaco


en la provincia Pinar del Río.

Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias


Meteorológicas.

Autor: Ing. CARLOS MANUEL LOPETEGUI MORENO.


Tutores: Invest. Auxiliar., Lic. Oscar Solano Ojeda, Dr. C.
Prof. Tit., Ing. Barbaro B. Zulueta Menéndez., Dr. C.

Pinar del Río. Cuba.

2008.
AGRADECIMIENTOS:

La posibilidad de arribar a un nivel de formación académica próximo a las

aspiraciones o a los sueños que nos motivan a trazarnos determinadas metas,

tanto en la vida como en el ámbito profesional, no solo se alcanza con el sacrificio,

la dedicación, la voluntad o el interés personal que se imponga a cada paso que

se requiere a lo largo de la senda por la cual debemos transitar; siempre se

necesita contar con incentivos, recomendaciones e incluso el apoyo moral y físico

que nos conduce a requerir el apoyo de muchas personas.

Hoy puedo ratificar que las metas propuestas se van cumpliendo, con la

satisfacción de que aquellas personas a las cuales recurrí, me brindaron el apoyo

que necesitaba y lo más importante es que puede contar con otros que me

ofrecieron su respaldo en cada momento que las condiciones lo requerían.

Conciente de que mencionarlos conlleva a correr el riesgo de omitir a alguien,

quien me falte, que se sienta representado por este grupo de personas a las que

me veo obligado a mostrar mi gratitud:

 Primero quiero agradecer a quienes con mucho amor, tienen la capacidad de

suministrarme y demandarme a la vez una indescriptible dosis de energía para

acometer cuanto me proponga, constituyen mi principal fuente de inspiración

MIS HIJOS: ISBEL, CARLOS Y JAVIER.

 A JULIA, mi esposa, por sustituirme tantas veces en la solución de muchos

problemas, esos que se generan diariamente en cualquier familia común y a la

vez tan especial como la nuestra, por acumular virtudes tan necesarias como la

paciencia y por todo su apoyo, que no es posible describir con calificativos.


 A mis padres, por ser los principales conductores de mi formación, a ellos les

tocó el tramo más complejo, pero a la vez el definitorio, el de los valores

morales, la conducta, la ética y la proyección ante la vida. Por no abandonar

ese papel y por estar tan cerca y disponibles cada vez que los necesito.

 A mis suegros, por sustituir como nadie es capaz de imaginar a los anteriores.

 A mi hermana y cuñados, con quienes he podido contar incondicionalmente.

 A mis compañeros de trabajo, por su capacidad de soportar caprichos, por

asimilar y responder a reclamos que en ocasiones resultaron exigencias.

 A Maydelin, Yusnel, Gerald, Liliam, Osmany, Ernesto, Arliet, por seguirme,

por aventurarse a creer en sueños que parecen inalcanzables, por inmiscuirse

en ellos, por la confianza compartida y por muchas cosas más que serían

incontables.

 Al Dr. Oscar Solano Ojeda (Tutor), por su apoyo constante, su orientación

certera y por la experiencia transmitida durante el riguroso proceso de revisión

de la tesis.

 Al Dr. Bárbaro Zulueta Menéndez, por las experiencias transmitidas y el

estímulo a encausar el presente trabajo.

 Al Dr. Rosendo Álvarez Morales, por las experiencias transmitidas durante la

revisión detallada en el proceso de oponencia para el acto de predefensa.

 Al Dr. Tomas Ramos Calderón, por lo que representó en el proceso de

predefensa y en el período posterior a la misma los señalamientos que con una

crítica rigurosa realizó al documento presentado.


 A la Dra. Guadalupe Gómez Isaguirre, por la extraordinaria significación del

doble papel que le ha tocado jugar, por compartir las primeras experiencias de

las investigaciones que gestaron el sistema que hoy defendemos en esta tesis

y por corresponderle ejercer la crítica científica en su papel de oponente del

acto de defensa, lo cual constituye un honor para mí.

 Al Dr. Braulio Lapinel Pedroso, porque además de darme la oportunidad de

compartir en múltiples ocasiones las experiencias relativas a sus resultados

investigativos, y constituir un ejemplo de conducta o patrón a considerar, le ha

correspondido desempeñarse como oponente de la defensa, lo cual prestigia el

proceso y a la vez me enorgullece.

 A directivos, especialistas y productores del sistema del MINAGRI,

especialmente a los de las Empresas tabacaleras de Pinar del Río, por

integrarse en el sistema propuesto, por su capacidad para asimilar los

argumentos transmitidos en las predicciones que se derivaron del sistema y

por acogernos como parte de sus propios colectivos.

 A los directivos y especialistas de las entidades responsables de la

producción tabacalera en la provincia Pinar del Río, espacialmente al Ing.

Virginio Morales Novo, quien también en el comportamiento ante la vida

constituyó un patrón a imitar y a la Ing. Mayté Rodríguez Mayuli, por todo el

apoyo brindado en la gestión de información productiva, por su sonriente

disposición a cuanto le demandamos y por ser tan asequible.

 A los directivos, especialistas y técnicos del Centro Provincial de Sanidad

Vegetal, por acogernos como parte de su propio sistema, especialmente a los


compañeros: MsC. Pabel Noa, MsC. Maritza Miranda, Ing. José Márquez y a

su Director Ing. Sergio Noa Cordero, por su capacidad de comprensión y

asimilación de las propuestas presentadas, por promover el proceso de

integración en el sistema de vigilancia, por escucharnos y contar con nuestras

recomendaciones en las decisiones de las Estrategias de Protección

Fitosanitarias de la provincia.

 A especialistas y técnicos del Laboratorio Provincial de Sanidad Vegetal,

especialmente a los Ing. Lorenzo Peñalver Hernández e Isabel Ponciano. A

Lorenzo, por compartir todas las experiencias en la implementación del

sistema desde sus inicios, por todos los conocimientos compartidos, por la

confianza demostrada y a Chavela, por todas las experiencias transmitidas,

por la entrega al trabajo durante la ejecución de los experimentos, por el cariño

profesado.

Para todos, mis sinceros agradecimientos.


DEDICATORIA:

 A mis hijos, Isbel, Carlos y Javier, con la seguridad de que todo este proceso

que hemos compartido, les ha transmitido las enseñanzas referentes al

sacrificio y la dedicación que es necesario imprimir a las metas que nos

proponemos y que constituirá un importante incentivo y a la vez un ejemplo de

cómo deben proyectarse ante la vida.

 A Julia, mi esposa.

 A mis padres.

A mis amigos y compañeros.


SINTESIS

En la presente investigación se estudió la aerobiología aplicada a la predicción

del transporte de esporas de Peronospora hyoscyami f. sp. tabacina (D.B.

Adam) en la región de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, considerando

las fechas de primeros reportes de la enfermedad provocada por ese agente

causal en cada campaña tabacalera del período 1980-2003. Se identificaron en

los mapas sinópticos los eventos meteorológicos capaces de propiciar la

liberación de esporas, el ascenso hasta niveles medios de la atmósfera, la

supervivencia en esos niveles, el transporte hasta las plantaciones de la

provincia Pinar del Río y la deposición sobre las mismas.

Se seleccionaron los patrones sinópticos más comunes y se modeló

gráficamente la trayectoria de transporte. Ellos constituyeron la base de

consulta para la predicción de las situaciones potencialmente peligrosas de

transporte de esporas desde la campaña tabacalera 1999-2000.

Se realizaron experimentos de muestreo de esporas, con los cuales se detectó

la presencia del patógeno en el ambiente, se midieron sus concentraciones, se

verificó su viabilidad y su capacidad de infección.

Se realizó el estudio del comportamiento histórico de las condiciones climáticas

para la evolución de la enfermedad moho azul del tabaco en el período 1981-

2003 y se zonificó la incidencia de las condiciones agrometeorológicas,

diferenciando cuatro zonas de peligro.

A diferencia de etapas anteriores se pronosticó el Índice de Peligrosidad

Modificado (IPM), indicador de la probabilidad de ocurrencia de condiciones


favorables para el desarrollo del moho azul con una antelación de cinco días y

abarcó a todas las unidades fisiográficas de la provincia. Con ello se estableció

la vigilancia de condiciones meteorológicas favorables para la aparición y

evolución de la enfermedad y se emitieron las señales fitosanitarias.

La confirmación de las predicciones se realizó mediante el seguimiento a los

primeros reportes de la enfermedad donde los modelos sugerían riesgos de

afectación.

El IPM pronosticado se reflejó en mapas de la provincia mediante la aplicación

de un Sistema de Información Geográfica, constituyendo una nueva

herramienta para facilitar a los productores la información del peligro de la

enfermedad.

Con la información de áreas afectadas en la provincia se ejecutó la

representación territorial de la incidencia de la enfermedad en el período

correspondiente a las campañas tabacaleras 1998-1999 hasta la 2002-2003.

Se estudió la relación entre la incidencia de las condiciones meteorológicas y la

velocidad de desarrollo del moho azul en el período correspondiente a las

campañas tabacaleras 1999-2000 hasta la 2002-2003, así como la relación

entre la evolución fenológica de las plantaciones en diferentes períodos de

cada campaña y la incidencia del moho azul del tabaco, corroborando la

importancia de las plantaciones tempranas, y el retardo de las primeras

apariciones de la enfermedad.

En las cuatro campañas tabacaleras evaluadas se evitaron pérdidas

equivalentes a unas 9,2 miles de toneladas de tabaco para un efecto


económico estimado de unos 38,02 millones de pesos Moneda Nacional. Se

garantizó la producción de 119,04 toneladas de capas para el torcido de unos

31,32 millones de habanos, equivalentes a unos 39,15 millones de dollares

estadounidenses.

Desde que se aplica este sistema, se exhiben índices inferiores de consumo

de productos fitosanitarios y ha disminuido hasta los más bajos niveles del país

el costo de productos/ha lo que sugiere un importante efecto económico y

ambiental.
Abstract

In the present research it was studied Aerobiology applied to Transport

predicction of Peronospora hyoscyami f. sp. tabacina (D.B. Adam) spore in

North Region, Central American and Great Caribean, considering the date of

diseases first reports by tobaco campain in 1980-2003 period. It was identified

on synoptic maps the metheorological events that pay.

The way to spores freedom, rise until atmospher mid levels, survive amont

them, transport to province plantations and deposition of them.

Common synoptic patterns were selected and transport trayectory was

graphically modeled. They constituted the consult data base to predict transport

situations potencially danger during tobacco campains 2001-2002 and 2002-

2003.

After predictions it was stablished favorable meteorologic conditions of watching

diseases evolution and were given Phytosanitary signals.

The confirmation of predictions were made following the disease first report

where models suggested affected risk. With the objective to corroborate

enviroment pathogenetic presence it was made experiment of spore capture, in

which were detected pathogenetic presence. It was mesure their concentration

in the enviroment. It was verified their viability and infection capacity.

Was studied the climatic conditions historical behavior for Tobacco blue mould

disease evolution in the period 1981-2003 and it was identified the

meteorological conditions incidence zones, stablishing the different of four

danger zones.
Unlike to previous stages it was forcast The Modified Danger Index for the

ocurrence of favorable conditions for the development of blue mould with five

days beforehand and enrolled all province phytosanitary units. That index was

validated with real behavior and it reached 73,3% of effectivity by campain

being January (maximum danger month) higher than 86%.

MDI forcasted were reffected on provincial maps through the application of

Geographic Information System, being a new way to facilitate producers the

disease danger information.

With provincial affected area information it was made Territorial representation

of blue mold incidence since 1998-1999 from 2002-2003 tobacco campains. It

was studied the relation between meteorological condition incidence and blue

mold development speed since 1999-2000 from 2002-2003 tobacco campains,

the same as the relationships between fenologic evolution of plantations in

different periods of each campain and the blue mold incidence, corroborating

the importance of early plantations and the delay of the disease first apperance.

It was avoid loses equal to 9,2 t (thousands) of tobacco for an estimated

economic effect of 38,02 millions of pesos National currency. It was indorsed

the production of 119,04 t cape for twisted of 31,32 millions of cigars equivalent

to 39,15 millions of USD.

Since this system is applied there are the lowest indexes of phytosanitary

products consumption and it has been diminished until the lowest levels of the

country the product cost, this suggest an important economic and enviroment

effect.
ÍNDICE
Páginas

INTRODUCCIÓN 1

CAPITULO I. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA 6

1.1. El cultivo del tabaco. Distribución mundial. Aspectos botánicos y 7

fenológicos del cultivo.

Características morfológicas más importantes de la planta de 8

tabaco

Fases y subfases fenológicas del cultivo del tabaco. 9

Fenología del cultivo en relación con el moho azul. 10

1.2. Generalidades sobre Peronospora hyoscyami f. sp. tabacina 11

(D.B. Adam).

1.2.1. Origen de la enfermedad y distribución geográfica: 11

1.2.2. Importancia económica 12

1.2.3. Etiología. 13

Agente causal. Nomenclatura y taxonomía. 13

Morfología 14

Patogénesis y ciclo de vida 14

1.2.4. Signos y síntomas 16

1.2.5. Rango de hospederos 17

1.2.6. Relación parásito/hospedante 18

1.3. Epidemiología. 19
1.3.1. Fuentes de inoculo. 20

1.3.2. Factores que influyen en el desarrollo del moho azul. 21

1.3.2.1. Esporulación. 24

1.3.2.2. Liberación de esporas 26

1.3.2.3. Diseminación. 26

1.3.2.4. Deposición. 27

1.3.2.5. Período de incubación. 28

1.3.2.6. Germinación. 29

1.3.3. Fuentes de infección. 29

1.4. Sistemas de pronósticos utilizados para Peronospora hiosciami. 32

1.4.1. Pronóstico de CORESTA. 32

1.4.2. Pronósticos climáticos. 32

Índice de peligrosidad modificado empleado por el 32

Sistema Nacional de Sanidad Vegetal de Cuba.

Umbral de lluvias empleado por el Sistema Nacional de 33

Sanidad Vegetal de Cuba.

Pronóstico a largo plazo empleado por el Sistema 34

Nacional de Sanidad Vegetal de Cuba.

1.4.3. Empleo de los principios de aerobiología en los sistemas 35

de predicción de agentes patógenos.

Principios del transporte y dispersión. 35

Aspectos generales de la circulación global atmosférica 36

en Cuba.
Identificación de patrones. 36

Modelo de simulación del moho azul empleado por el 38

Centro de Pronóstico del moho azul de la Universidad de

Carolina del Norte, Estados Unidos.

1.5. Muestreo, identificación y reproducción del patógeno. 40

1.6. Medidas de lucha. 41

1.6.1. Prácticas fitotécnicas 42

1.6.2. Resistencia varietal. 43

1.6.3. Control químico: 44

CAPITULO II. MATERIALES Y MÉTODOS 46

2.1. Evaluación de la influencia que ejercen las condiciones 48

meteorológicas en el transporte de esporas por la atmósfera.

2.1.1. Estudio sinóptico climatológico (1985-1998) 48

2.1.2. Aplicación práctica de las predicciones de transporte de 50

esporas.

2.2. Muestreo de esporas en la atmósfera. 50

Determinación de la capacidad de infección de las esporas 53

colectadas.

2.3. Evaluación de las aplicaciones del Índice de Peligrosidad 54

Modificado (IPM) para la predicción de Peronospora hiosciami

f. sp. tabacina (DB. Adam).

2.3.1. Evolución de la enfermedad moho azul del tabaco. 58

Zonificación Bioclimática.
a. Zonificación de las condiciones agroclimáticas para la 59

incidencia del moho azul, expresada en porcentaje de

incidencia del IPM.

b- Representación territorial de la incidencia de la 59

enfermedad.

2.3.2. Utilidad del sistema de predicción en la ejecución de la 59

estrategia fitosanitaria.

2.4. Evaluación del sistema de predicción y vigilancia del moho azul. 59

2.4.1. Relación entre el comportamiento del Índice de 60

Peligrosidad Modificado y la evolución de la

enfermedad.

2.4.2. Relación entre la velocidad de incidencia de la 60

enfermedad (Tasa de Infección Logística) y la evolución

fenológica de las plantaciones tabacaleras de la

provincia en el período 2000-2003.

2.4.3. Evaluación de la incidencia del Sistema de Predicción y 62

Vigilancia del moho azul en la efectividad de aplicación

de productos fitosanitarios.

2.5. Evaluación del efecto económico, el impacto social y ambiental 63

del Sistema de Predicción y Vigilancia de la enfermedad moho

azul del tabaco.

Evaluación económica 63

Evaluación de indicadores de eficiencia de la estrategia de 64


protección nacional para el análisis de los criterios referentes al

impacto ambiental de la aplicación del Sistema de Predicción y

Vigilancia del moho azul.

Repercusión Social. 65

CAPITULO III. ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS 67

3.1. Evaluación de la influencia que ejercen las condiciones 68

meteorológicas en el transporte de esporas por la atmósfera.

3.1.1. Estudio sinóptico climatológico (1985-1998). 70

3.1.2. Aplicación práctica de las predicciones de transporte de 80

esporas.

3.2. Muestreos de esporas en la atmósfera. 88

Determinación de la capacidad de infección de las esporas 94

colectadas.

3.3. Evaluación de las aplicaciones del Índice de Peligrosidad 95

Modificado (IPM) para Peronospora hioscami f. sp. tabacina

DB. Adams.

3.3.1. Evolución de la enfermedad moho azul del tabaco. 96

Zonificación Bioclimática.

a. Zonificación de las condiciones agroclimáticas para la 96

incidencia del moho azul, expresada en porcentaje de

incidencia del IPM.

b. Representación territorial de la incidencia de la 97

enfermedad.
3.3.2. Utilidad del Sistema de Predicción en la ejecución de la 100

estrategia fitosanitaria.

3.4. Evaluación del sistema de predicción y vigilancia del moho azul. 107

3.4.1. Relación entre el comportamiento del Índice de 107

Peligrosidad Modificado y la evolución de la enfermedad.

3.4.2. Relación entre la velocidad de incidencia de la 116

enfermedad (Tasa de Infección Logística) y la evolución

fenológica de las plantaciones tabacaleras de la provincia

en el período 2000-2003.

3.4.3. Evaluación de la incidencia del Sistema de Predicción y 124

Vigilancia del moho azul en la efectividad de aplicación de

productos fitosanitarios.

3.5. Evaluación del efecto económico, el impacto social y ambiental 130

del Sistema de Predicción y Vigilancia de la enfermedad moho

azul del tabaco.

Evaluación económica. 130

Evaluación de indicadores de eficiencia de la estrategia de 131

protección nacional para el análisis de los criterios referentes al

impacto ambiental de la aplicación del Sistema de Predicción y

Vigilancia.

Repercusión social. 136

CONCLUSIONES 138

RECOMENDACIONES 141

143
BIBLIOGRAFÍA
LISTA DE TABLAS

Capítulo II

Tabla 2.3.1. Parámetros a considerar para el calculo del Índice

de Peligrosidad Modificado del moho azul (IPM):

Tabla 2.3.2. Clasificación del IPM de acuerdo a la puntuación

acumulada por las variables implicadas:

Capítulo III

Tabla 3.1.1. Descripción de la modelación gráfica

correspondiente a la trayectoria del transporte de

esporas, asociada a la circulación del Huracán

Michele. Campaña 2001-2002.

Tabla 3.1.2. Descripción de la modelación gráfica

correspondiente a la trayectoria del transporte de

esporas, asociada a la circulación del Huracán “Lili”.

Campaña 2002-2003.

Tabla 3.2.1. Resultados de los experimentos de muestreos de

esporas con el empleo del colector.

Tabla 3.2.2. Variables meteorológicas trihorarias registradas en

períodos de realización de experimentos de

muestreos de esporas de moho azul.


Tabla 3.3.1. Situaciones sinópticas favorables para el transporte

de esporas, por campañas tabacaleras, en la

provincia Pinar del Río.

Tabla 3.3.2. Resumen de la relación temporal entre las fechas de


emisión de la señal fitosanitaria y los primeros
reportes de moho azul en las provincias
occidentales.
Tabla 3.5.1. Resultado del análisis económico.

LISTA DE FIGURAS

Capítulo II

Figura 2.1. Área objeto de la investigación. Plantaciones

tabacaleras de Pinar del Río.

Figura 2.2.1. Esquema de Colector activo de partículas.

Figura 2.2.2. Procedimientos de preparación de la muestra e

identificación de esporas.

Figura 2.3.1. Temperatura media anual (ºC).

Figura 2.3.2. Humedad relativa media anual (%).

Figura 2.3.3. Precipitación acumulada media anual (mm).

Figura 2.4.1. Evolución fenológica de tabaco al sol. Variedad

“Criollo- 98”. Fecha de Plantación: 09-12-2000.


Capítulo III

Figura 3.1. Zonas tabacaleras que constituyen fuentes

primarias de infección en Estados Unidos, México,

Centroamérica y el Caribe.

Figura 3.1.1. Transporte de esporas por vientos de componente

norte del anticiclón continental posterior al paso de

un frente frío.

Figura 3.1.2. Transporte de esporas desde Centroamérica,

integración a la nubosidad del frente y deposición

por la lluvia. Transporte desde Norteamérica al

imponerse el anticiclón posterior al paso del

Frente.

Figura 3.1.3. Arrastre de esporas vinculado a la presencia de

una Baja en el sur de los Estados Unidos y al

establecimiento de vientos fuertes de componente

Norte al paso del sistema frontal asociado a ella.

Figura 3.1.4. Transporte de esporas desde Centroamérica, el

Caribe y otras zonas tabacaleras de Cuba por

vientos de componente sur de la circulación de

una Baja en el Caribe occidental y de componente

norte desde Texas, o plantaciones del sur de

Estados Unidos.
Figura 3.1.5. Transporte de esporas por vientos de componente

sur en la circulación de un organismo tropical

desde plantaciones de Centroamérica en las

campañas tabacaleras 1987-1988 y 1988-1989.

Figura 3.1.6. Transporte de esporas por vientos de componente

sur en la circulación de un organismo tropical

desde plantaciones de Centroamérica en las

campañas tabacaleras 1991-1992 y 1994-1995.

Figura 3.1.7. Transporte de esporas por vientos de componente

sur en la circulación del Huracán “Lili” desde

plantaciones de Centroamérica y de la Tormenta

Tropical “Marco” desde las provincias orientales de

Cuba en la campaña tabacalera 1996-1997.

Figura 3.1.8. Transporte de esporas por vientos de componente

sur en la circulación del Huracán “Mitch” desde

plantaciones de Centroamérica en la campaña

tabacalera 1998-1999.

Figura 3.1.9. Transporte de esporas por vientos de componente

sur en la circulación del Huracán “Irene” desde

plantaciones de Centroamérica en la campaña

tabacalera 1999-2000.

Figura 3.1.10. Trayectoria modelada del transporte de esporas.

Huracán “Michelle”. Campaña 2001-2002.


Figura 3.1.11. Trayectoria modelada del transporte de esporas.

Huracán “Lili” 2002-2003.

Figura 3.2.1. Esporas observadas en la muestra colectada.

Figura 3.2.2. Esporas observadas en la muestra colectada.

Figura 3.2.3. Comprobación de la viabilidad de las esporas

colectadas (germinación).

Figura 3.2.4. Comprobación de la viabilidad de las esporas

colectadas (germinación).

Figura 3.2.5. Esporas de otros agentes patógenos observadas

durante los experimentos. (Royas).

Figura 3.3.1. Incidencia de condiciones favorables a altamente

favorables evaluadas mediante el IPM en cada

campaña durante el período 1981-2003.

Figura 3.3.2. Zonificación según el porcentaje de incidencia del

Indice de Peligrosidad Modificado del moho azul

en el período 1981-2003.

Figura 3.3.3. Representación territorial de la incidencia del

moho azul en semilleros. Campañas 1998-2003.

Figura 3.3.4. Representación territorial de la incidencia del

moho azul en plantaciones al sol. Campañas

1998-2003.
Figura 3.3.5. Representación territorial de la incidencia del

moho azul en plantaciones tapado. Campañas

1998-2003.

Figura 3.3.6. Pronóstico del Índice de Peligrosidad Modificado

del moho azul. 06-10/01/2004.

Figura 3.3.7. Efectividad del pronóstico del Índice de

Peligrosidad Modificado del moho azul durante las

campañas 1999-2000 y 2000-2001.

Figura 3.3.8. Efectividad del pronóstico del Índice de

Peligrosidad Modificado del moho azul durante las

campañas 2001-2002 y 2002-2003.

Figura 3.3.9. Efectividad del pronóstico del Índice de

Peligrosidad Modificado del moho azul durante las

cuatro campañas evaluadas (1999-2000 hasta

2002-2003.

Figura 3.4.1. Días de condiciones favorables para la evolución

de la enfermedad/Tasa de Infección Logística del

moho azul en períodos de cinco días en semilleros

de tabaco.

Figura 3.4.2. Días de condiciones favorables para la evolución

de la enfermedad/Tasa de Infección Logística del

moho azul en períodos de cinco días en

plantaciones de tabaco al sol.


Figura 3.4.3. Días de condiciones favorables para la evolución

de la enfermedad/Tasa de Infección Logística del

moho azul en períodos de cinco días en

plantaciones de tabaco tapado. Campañas 1999-

2003.

Figura 3.4.4. Evolución fenológica de plantaciones de tabaco.

Campaña 2000-2001.

Figura 3.4.5. Evolución fenológica de plantaciones de tabaco.

Campaña 2001-2002.

Figura 3.4.6. Evolución fenológica de plantaciones de tabaco.

Campaña 2002-2003.

Figura 3.4.7. Relación Tasa de infección Logística del moho

azul/Evolución fenológica de las plantaciones

tabacaleras de la provincia Pinar del Río.

Campaña 2000-2001.

Figura 3.4.8. Relación Tasa de infección Logística del moho

azul/Evolución fenológica de las plantaciones

tabacaleras de la provincia Pinar del Río.

Campaña 2001-2002.

Figura 3.4.9. Relación Tasa de infección Logística del moho

azul/Evolución fenológica de las plantaciones

tabacaleras de la provincia Pinar del Río.

Campaña 2002-2003.
Figura 3.4.10. Relación Productos fitosanitarios aplicados/Área

tratada en semilleros de tabaco. Campañas 1998-

1999 hasta 2002-2003.

Figura 3.4.11. Relación Productos fitosanitarios aplicados/Área

tratada en plantaciones de tabaco al sol.

Campañas 1998-1999 hasta 2002-2003.

Figura 3.4.12. Relación Productos fitosanitarios aplicados/Área

tratada en plantaciones de tabaco tapado.

Campañas 1998-1999 hasta 2002-2003.

Figura 3.4.13. Relación Tasa de Infección Logística/Área tratada

con productos fitosanitarios en la provincia Pinar

del Río. Campaña 2000-2001.

Figura 3.4.14. Relación Tasa de Infección Logística/Área tratada

con productos fitosanitarios en la provincia Pinar

del Río. Campaña 2001-2002.

Figura 3.4.15. Relación Tasa de Infección Logística/Área tratada

con productos fitosanitarios en la provincia Pinar

del Río. Campaña 2002-2003.

Figura 3.4.16. Relación Evolución fenológica de las plantaciones

tabacaleras de la provincia Pinar del Río/Área

tratada con productos fitosanitarios. Campaña

2000-2001.
Figura 3.4.17. Relación Evolución fenológica de las plantaciones

tabacaleras de la provincia Pinar del Río/Área

tratada con productos fitosanitarios. Campaña

2001-2002.

Figura 3.4.18. Relación Evolución fenológica de las plantaciones

tabacaleras de la provincia Pinar del Río/Área

tratada con productos fitosanitarios. Campaña

2002-2003.

Figura 3.5.1. Área cosechada de tabaco por provincias.

Campañas 2000-2003.

Figura 3.5.2. Días con condiciones climáticas favorables para la

incidencia del moho azul. (%). Campañas 2000-

2003.

Figura 3.5.3. Índice de afectación por moho azul en las

provincias con menos incidencia. Campañas 2000-

2003.

Figura 3.5.4. Índice de afectación por moho azul por provincias.

Campaña 2002-2003.

Figura 3.5.5. Relación de Área Cosechada/Consumo Vs

Necesidad de Fungicidas por provincias. Campaña

2002-2003.

Figura 3.5.6. Relación Área Cosechada/Costo de productos por

hectárea por provincias. Campaña 2002-2003.


Figura 3.5.7. Consumo (kg/ha) de producto comercial e

ingrediente activo por provincias. Campañas 2002-

2003.
Introducción:

El tabaco es el cultivo de mayor importancia económica en la provincia Pinar del

Río por ser el principal rubro exportable del territorio, debido a que más de 50% de

la producción nacional se obtiene en ese territorio. Su excelente calidad es

reconocida mundialmente y numerosas familias tienen como principal sustento los

ingresos derivados del mismo.

El sistema de monocultivo imperante en la provincia propicia la permanente

presencia de diversas plagas, lo que ha obligado a la aplicación de una estrategia

fitosanitaria dirigida a su control y a introducir variedades resistentes que

posibiliten mantener la calidad alcanzada para que el tabaco pinareño mantenga

su bien ganada fama mundial.

El moho azul del tabaco, también conocido como el mildiu del tabaco, es una

enfermedad fungosa causada por Peronospora hyoscyami f. sp. tabacina (D.B.

Adam), se manifiesta como el mayor responsable de las preocupaciones de los

productores dedicados a la cosecha de la demandada hoja.

La enfermedad es capaz de reducir a la mínima expresión las perspectivas de

plantación de una campaña tabacalera al afectar significativamente los

rendimientos y la calidad del producto cosechado y beneficiado, a dichas

aseveraciones se suman las manifestadas por Main (1997), al considerarlo como

una de las enfermedades de esta planta de mayor interés, debido a que se

desarrolla tanto a nivel local como por epidemias de macroescala.

En Cuba se presentó por primera vez en la campaña 1958-1959 y como una gran

epifitótia en la campaña tabacalera 1978-1979 en la región central, para


manifestarse en la campaña siguiente en la provincia Pinar del Río (Rodríguez y

Gómez, 1983; Pérez y Gómez, 1984 y Espino, 1990). A partir de entonces,

sugieren Gómez, et al. (1998), se ha presentado sistemáticamente en todas las

regiones del país, lo cual le confiere su carácter endémico.

La década de los 90 fue particularmente severa para el cultivo del tabaco, pues la

enfermedad se manifestó como epifitótia en diferentes zonas, tanto en Cuba,

como en el resto de la región, pues se ha extendido peligrosamente por

Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, potenciando fuentes de inóculo

permanentes. Shoemaker et al. (2001) sostuvieron que la actividad del moho azul

ha aumentado de manera progresiva desde 1990 con las mayores epifitótias en

los Estados Unidos en 1995, 1996 y 1997. Por otra parte ha incrementado su

severidad, resistencia a productos y capacidad de propagación a largas distancias.

Estos fenómenos han afectado frecuentemente los rendimientos y la calidad de la

cosecha del tabaco en Cuba como consecuencia del transporte de esporas desde

esas regiones.

Durante la campaña 1996-1997 afectó a la región central de Cuba y tuvo una

incidencia devastadora en la campaña 1998-1999 en Pinar del Río (Lopetegui et

al. 2000).

De acuerdo con la persistencia mostrada por la enfermedad en los últimos años,

probablemente continuará la tendencia al crecimiento de las pérdidas en los

rendimientos y en la calidad de las hojas cosechadas, a menos que se apliquen

estrategias de protección que contribuyan a neutralizar los factores que favorecen

el desarrollo de epifitótias.
Los procedimientos empleados por el sistema nacional de Sanidad Vegetal en

interacción con entidades del Instituto de Meteorología y las Empresas

Tabacaleras han jugado un importante papel en cuanto al manejo del moho azul

del tabaco, sin embargo, las argumentaciones descritas acerca del incremento de

la incidencia de la enfermedad en la región corroboran el problema identificado

para la presente investigación, resulta insuficiente la Estrategia de Protección

Fitosanitaria contra la enfermedad moho azul del tabaco a partir del diagnóstico

diario del Índice de Peligrosidad Modificado para implementar las medidas

organizativas y de gestión anticipadas, para la aplicación racional de productos

fitosanitarios e incrementar la eficiencia de los métodos de prevención mediante la

reducción de las afectaciones a semilleros y plantaciones de tabaco.

Basado en la argumentación anterior se planteó la hipótesis, la cual sostiene: Si

se diseña un Sistema de Predicción y Vigilancia del moho azul del tabaco que

permita predecir con suficiente tiempo el transporte de esporas de la enfermedad

moho azul del tabaco y pronosticar la probable ocurrencia de condiciones

favorables para su evolución en semilleros y plantaciones, se podrá aplicar con

efectividad la estrategia de protección fitosanitaria en los momentos requeridos,

contribuyendo con ello al retardo de las primeras apariciones, a evitar la

intensificación de la enfermedad, a reducir él número de aplicaciones de productos

químicos y los costos de la campaña.

Solo será posible la materialización de la hipótesis planteada si se cumple el

objetivo de la investigación, consistente en: Aplicar un sistema de predicción y

vigilancia del transporte y dispersión de esporas del hongo causante de la


enfermedad moho azul del tabaco desde zonas tabacaleras afectadas hasta

las plantaciones sanas, su evolución posterior en las mismas por la

influencia de las condiciones agrometeorológicas favorables para su

desarrollo, con efecto en la relación entre el comportamiento del Índice de

Peligrosidad Modificado y la evolución de la enfermedad, en su incidencia

sobre diferentes períodos fenológicos de las plantaciones tabacaleras de la

provincia Pinar del Río, en la efectividad de aplicación de productos

fitosanitarios, en el impacto económico, ambiental y social de la aplicación

del sistema, lo cual se complementa con la satisfacción de los objetivos

específicos que comprenden:

1. Identificar patrones de situaciones sinópticas que sugieran la posibilidad

de transporte del agente causal del moho azul desde otras zonas

tabacaleras en las cuales se conoce la existencia de la enfermedad con

altos niveles de patogenicidad para la modelación gráfica de las

trayectorias probables de trasporte, dispersión y deposición de esporas,

como herramienta para la predicción de esos eventos.

2. Aplicar un procedimiento de muestreo para la identificación del agente

patógeno aerotransportado.

3. Evaluar las aplicaciones del Índice de Peligrosidad Modificado (IPM) para

la predicción de Peronospora hiosciami f. sp. tabacina (D.B. Adam) en la

estrategia de protección fitosanitaria en la provincia Pinar del Río a partir

de la zonificación del peligro según el comportamiento histórico del

índice y de la incidencia de la enfermedad; la efectividad de la predicción


de las condiciones agrometeorológicas favorables y la vigilancia de la

evolución de la enfermedad.

44.. Evaluar el efecto del sistema de vigilancia mediante la relación entre el

comportamiento del Índice de Peligrosidad Modificado y la evolución de

la enfermedad moho azul del tabaco, su incidencia en diferentes períodos

fenológicos de las plantaciones tabacaleras de la provincia Pinar del Río

y en la efectividad de aplicación de productos fitosanitarios.

55.. Determinar el impacto económico, ambiental y la repercusión social de la

aplicación del Sistema de Vigilancia y Predicción de la enfermedad

moho azul del tabaco.


CAPÍTULO I.
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA.
Capítulo I: Revisión Bibliográfica:

1.1 El cultivo del tabaco. Distribución mundial. Aspectos botánicos y

fenológicos del cultivo

El género Nicotiana comprende más de 60 especies entre las que se destacan por

su importancia comercial, Nicotiana rustica y Nicotiana tabacum, Espino (1988) y

CAB International (2004), siendo esta última la única que jamás ha sido

encontrada en estado silvestre (Akehurst, 1973 citado por Espino et al., 1998).

La cosecha de esta especie es una de las pocas que llega al mercado mundial a

base de la hoja y es la planta comercial no comestible que más se cultiva en el

mundo (Samora, 1997).

Según Espino (1988) la posible zona de origen de Nicotiana tabacum es el área

que ocupa la región pre montañosa de los Andes de la Bolivia actual, estando hoy

día distribuida por todo el mundo. Regiones tan disímiles desde el punto de vista

climático son grandes productoras de la aromática hoja; existen países con

grandes extensiones del cultivo como: Estados Unidos, China, India, Turquía,

Brasil, Japón, Grecia, entre otros.

En su crecimiento normal como planta anual, el tabaco es potencialmente un

vegetal perenne, leñoso y parecido a un arbusto. El sistema radical, fibroso y poco

profundo, a menudo ofrece un anclaje muy precario para la voluminosa parte

aérea de la planta (El Cultivo del Tabaco, 2004).

Según las últimas clasificaciones enunciadas por CAB International (2004), para el

cultivo del tabaco se establece como nombre científico: Nicotiana tabacum y se

ubica su posición taxonómica en: dominio Eukaryota, reino Viridiplantae, división


Spermatophyta, subdivisión Angiospermae, clase Dicotiledónea, orden Solanales,

familia: Solanaceae. Se sugiere por Cultivo del Tabaco (2004) que a partir de la

especie N. tabacum se han obtenido los actuales tipos de tabacos cultivados y sus

respectivas variedades, por diferentes vías y métodos genéticos.

Características morfológicas más importantes de la planta de tabaco (El

Cultivo del Tabaco, 2004).

Sistema radical.

El sistema radical de la planta de tabaco se clasifica como pivotante, aunque las

plantas que proceden de los semilleros tradicionales experimentan una

modificación, como consecuencia de la pérdida de la cofia al realizarse el

arranque. El sistema radical está conformado ademas por las raíces adventicias o

caulinares, que se originan a partir de la corteza del tallo (El Cultivo del Tabaco,

2004).

Tallo.

El tallo de la planta de tabaco es semileñoso, poco antes del desbotonado es

herbáceo en la parte superior, es el portador de los órganos funcionales (las hojas)

y se comporta como armazón protectora y como sistema conductor del agua, los

elementos tomados y las sustancias elaboradas (El Cultivo del Tabaco, 2004).

Hojas.

La hoja es el órgano de mayor interés para el productor de modo general, por lo

que el trabajo genético por una parte y el fitotécnico por la otra deben estar

encaminados a la obtención de plantaciones con hojas de alta calidad, sanas y

libres de plagas (El Cultivo del Tabaco, 2004). Las hojas contienen entre 85 y 90%
de agua y un conjunto de compuestos químicos cuya manipulación, por medio de

técnicas de cultivo y de curado, contribuye a crear una serie de efectos como el

aroma, el sabor, etc.; evidentes cuando el tabaco es consumido.

Inflorescencia.

La inflorescencia del tabaco es en forma de panícula terminal y puede presentar

algunas ramas florales subsidiarias debajo de la panícula principal. Pertenece al

grupo de inflorescencia racimosa. Puede ser diferente para los distintos tipos y

variedades (El Cultivo del Tabaco, 2004).

Fruto.

El fruto del tabaco es en cápsula, bilobulado con cáliz persistente y es portador de

2000 a 5000 semillas, lo que pone de manifiesto la alta capacidad reproductiva

que presenta esta planta a pesar de ser un anfidiploide natural (El Cultivo del

Tabaco, 2004).

Semilla.

Las semillas son renniformes, de superficie rugosa, color oscuro, higroscópicas,

ortótropas y de larga vida si se almacena en adecuadas condiciones (lugar frío y

seco).

Fases y subfases fenológicas del cultivo del tabaco.

Según Noval, et al. (2004), el cultivo del tabaco presenta diez fases fenológicas y

siete subfases en su ciclo de desarrollo, ellas son:

Fases: Germinación, formación de brotes superficiales, formación de hojas,

formación de brotes laterales aéreos, crecimiento del tallo, formación de botones


florales, floración, formación de frutos y semillas, madurez y secado de órganos de

la planta.

Subfases: Crecimiento de las hojas, brotes jóvenes o hijuelos, formación de la

inflorescencia (panícula), crecimiento de la inflorescencia, madurez técnica de las

hojas por pisos (inferior, medio y superior), madurez de las cápsulas de las

semillas y secado de las semillas.

Fenología del cultivo en relación con el moho azul.

La evaluación del efecto en el retardo de los primeros reportes de la enfermedad y

la reducción en los niveles de afectación por la misma como resultado de la

aplicación del sistema de vigilancia, ha estado centrado en la relación temporal

entre la evolución fenológica del cultivo y las medidas preventivas que han dado

tiempo al cumplimiento del plan de plantaciones y a la explotación casi total de los

semilleros establecidos, a la vez que permitieron al cultivo avanzar hasta estadíos

en que las variedades plantadas muestran sus potencialidades de resistencia, en

esos aspectos se encontró importantes argumentaciones teóricas propuestas por

varios autores como Schwabe, et al. (1984) y Populer (1978) citado por Rodríguez

y Gómez (1990) al afirmar que el patógeno puede alterar el crecimiento de la

planta de diversas maneras, como también el comportamiento o evolución del

huésped afecta el desarrollo del patógeno. Para que se produzca una enfermedad

es necesario, además de un agente patógeno y un ambiente adecuado, unos

tejidos vegetales susceptibles de ser infectados (Seem, 1988).

La sucesión de los diferentes estadíos vegetativos y reproductivos está

directamente influida por las condiciones agroclimáticas de la zona y a su vez,


condicionan el momento en que se producen las infecciones primarias (Viruega,

1999).

1.2- Generalidades sobre Peronospora hyoscyami f. sp. tabacina (D.B.

Adam).

1.2.1. Origen de la enfermedad y distribución geográfica.

Según Blanchard (1965) citado por Gómez y Muiño (1998), Hill (1966) y Lucas

(1975) citados por CAB International (2004), el moho azul del tabaco fue referido

por primera vez por Cooke, en tabaco cultivado en Queensland, Australia, en

1891. Blanchard (1965) citado por Gómez y Muiño (1998), refirió la observación

del mildiu en N. longiflora Cav; en Argentina en 1891 y argumentó que el moho

azul es endémico donde quiera que se exista Nicotiana nativa.

En los Estados Unidos de América, hizo su primera aparición en 1921, en canteros

de tabaco de Georgia y Florida, según reportes de Smith y Mc Kenney referidos

por Blanchard (1965) citado por Gómez y Muiño (1998) y no se presentó de nuevo

hasta 1931, que se refirió en Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte,

Virginia, Maryland y Louisiana. En 1932 se registraron epifitótias en todo el Sur de

Estados Unidos, y después en todas las zonas tabacaleras de América del Norte.

Esta aparición del moho azul fue provocada por negligencias en el riego, además

el patógeno se propagó del tabaco nativo de Texas al tabaco cultivado del

sudeste.

La aparición en Cuba se produce en el año 1957, probablemente a causa de las

esporas arrastradas por el viento desde la Florida, debido a ello se registraron

pérdidas considerables (Pandiello, 1958 citado por Espino, 1988). Se refirió en


México en 1964, al parecer también a causa de las esporas arrastradas por el

viento, esta vez desde el Valle de Río Grande. Posteriormente se fue propagando

por todos los países de América Central y el Caribe (Tood, 1980).

En Cuba el moho azul reaparece 19 años después, argumentaron Rodríguez y

Gómez (1983). En 1980 ocasionó pérdidas económicas de más de 90% de la

cosecha, reflejado en evaluaciones realizadas por (Pérez y Gómez, 1984 y

Espino, 1990).

Las referencias más actualizadas sobre la distribución geográfica del moho azul

las ofrece EPPO (2004) que ubica al patógeno en 37 países europeos, 18

asiáticos, ocho africanos; en Centro América y el Caribe refieren diez países, en

Norte América lo refieren en 25 regiones tabacaleras de México, Estados Unidos y

Canadá, en Sur América en siete países, mientras en Oceanía afecta en ocho

regiones tabacaleras.

1.2.2. Importancia económica.

El moho azul del tabaco, es considerado por Main (1997) entre las enfermedades

del tabaco de mayor repercusión, afecta tanto a las plantaciones independientes

como por epidemias en extensas regiones. Main y Keever (2000) anunciaron que

el Centro Norteamericano de Predicción de Enfermedades de las Plantas de la

Universidad Estatal de Carolina del Norte, proporciona apoyo de Internet a los

campesinos, previendo la cobertura geográfica de ciertas enfermedades.


1.2.3. Etiología.

Agente causal. Nomenclatura y taxonomía.

El moho azul de las hojas de Hyoscyami niger fue descrito como Peronospora

hyosciami L. por De Bary en 1863 en Europa según refirió Lucas (1975) citado por

CAB International (2004), la misma fuente cita también a Farlow, quien refirió la

fase esporángica del moho azul en Nicotiana glauca en California en 1885, e

identificó al hongo como Peronospora hyoscyami, mientras en 1898, Spegazzini

nombró como Peronospora nicotianae al hongo detectado en N. longiflora. Se cita

además a Adam (1933), quien indicó un hongo similar en Australia como la causa

de una severa enfermedad en las hojas de tabaco plantado. Debido a las

diferencias en cuanto al rango de hospederos y a las características de las

oosporas, Adam sugirió una nueva especie: Peronospora tabacina, al considerar

diferencias con Peronospora hyoscyami. Hoy el nombre mas comúnmente usado

es P. tabacina, (Hill, 1966), aunque el correcto es P. hyoscami f.sp. tabacina, Hall

(1989) citado en CAB internacional (2004), de acuerdo con esa fuente, se sugiere

considerar el nombre científico: Peronospora hyoscyami f.sp. tabacina (D.B.

Adam) Skalicky y otros nombres científicos como: Peronospora tabacina D.B.

Adam, Peronospora hyoscyami De Bary y Peronospora nicotianae Speg;

igualmente se mencionan varios de los nombres comunes o vulgares con los

cuales se denomina la enfermedad, como: fuego silvestre del tabaco, mildiu azul

del tabaco, mildiu del tabaco, moho azul del tabaco y mojo azul del tabaco. Según

CAB Internacional (2004), su posición taxonómica lo ubica en: dominio Eukaryota,


reino Chromista, phylum Oomycota, clase Oomycetes, orden Peronosporales,

familia Peronosporaceae.

Morfología.

Las características morfológicas del hongo son descritas por Main (1997), al

plantear que las esporas hialinas en forma de limón punteado (15 x 25

micrómetros) se insertan como en árboles de ramificaciones dicotómicas a los

esporangiosforos que terminan en ápices de curvatura aguda. Los

esporangiosforos surgen a través de los estomas en la parte inferior de la hoja en

grandes números y varían de 400 a 750 micrómetros de longitud. Las

esporangiosporas son frágiles y efímeras, son sensibles a la incidencia de las

radiaciones ultravioletas (UV) y cuando se exponen a la luz del sol la mayoría

mueren en el término de una hora. Ellas raramente se encuentran viables en las

lesiones más viejas, donde el rango comprendido para mantenerlas en esa

condición es de 72 a 96 horas.

El propio autor agrega que a veces se producen oosporas en el mesófilo de partes

muertas de la planta infectada. Las oosporas maduras son normalmente de un

color castaño rojizo, de 20 a 60 micrómetros de diámetro; su tamaño varía bajo

condiciones diferentes.

Patogénesis y ciclo de vida.

Se entiende por patogénesis la secuencia de procesos interactivos que

transcurren desde el primer contacto entre las esporas y las hojas hasta que se

completa el síndrome de la enfermedad (Viruega, 1999). El desarrollo y duración

del ciclo de vida del patógeno dependen de factores como la humedad, la


temperatura, las precipitaciones, la localización y el manejo de la plantación. Tales

aseveraciones constituyeron premisas claves en la aplicación del sistema de

vigilancia que se aplicó en la presente investigación.

Según Main (1997) las esporas del hongo moho azul se producen en cantidades

enormes en las hojas de las plantas infectadas, cuando las condiciones

ambientales son adecuadas. Estas son transportadas o llevadas por el viento a las

plantas vecinas (en casos excepcionales podrían superar la distancia de 1600 km

o más). Basado en tales argumentos, se concibió en el sistema de vigilancia la

investigación de las condiciones favorables para el transporte a larga distancia de

esporas de la enfermedad desde zonas con infecciones en la región. Si hay

humedad las esporas viables germinan rápidamente, penetran en la hoja y

producen una segunda cosecha de esporas en aproximadamente una semana.

Estas esporas inician a su vez ciclos secundarios de infección durante toda la

temporada de crecimiento. En algunas plantas se presenta la infección sistémica,

y en las regiones donde no imperen temperaturas de congelación son capaces de

ocasionar la muerte, el hongo persiste como micelio durante el invierno o toda la

temporada de seca. Con el retorno de las condiciones favorables al crecimiento en

la primavera, el hongo vuelve a producir esporas que reinician las infecciones.

Las oosporas también se forman en los tejidos. Existen indicios circunstanciales,

en el sentido de que las oosporas germinan para iniciar brotes primarios, aunque

el método de infección sigue siendo desconocido.


1.2.4. Signos y síntomas.

Pérez y Gómez (1984) describen los síntomas en plantas de semilleros con hojas

menores de 2 cm de diámetro, como si se apreciaran pequeños parches de

plantas con hojas erectas; en hojas de hasta 4 cm de diámetro. La primera

evidencia de la enfermedad son las áreas redondeadas amarillas de plantas

enfermas, mientras que las plantas más viejas se deforman mostrándose algunas

retorcidas y otras parcialmente muertas, por desarrollar lesiones irregulares,

primero cloróticas y luego necróticas. En plantación comúnmente se observa la

presencia de un halo clorótico antes de la aparición de los esporangióforos y ante

un ataque severo se forman parches necróticos que conllevan a que las plantas de

variedades susceptibles queden destruidas en el término de tres o cuatro

semanas.

Main (1997) coincide con los anteriores autores al argumentar que los síntomas

varían con la edad de la planta. Algunas de las hojas cubiertas exhiben un moho

velloso de color gris o azulado en el envés. El haz de las hojas infectadas puede

permanecer casi normal en apariencia durante uno o dos días antes que las

plantas empiecen a marchitarse y volverse castaño ligero. Las hojas enfermas se

pueden retorcer desde las capas más bajas hacia las superiores. En tales casos,

el color azuloso de las plantas enfermas se intensifica, sobre todo bajo las

condiciones húmedas cuando la esporulación es abundante.

En sus fases tempranas el moho azul puede confundirse fácilmente con la clorosis

por desnutrición o sequía (Main, 1997). La presencia de las manchas vellosas en


el envés de las hojas identifica la enfermedad rápidamente como el moho azul y lo

distingue de otros problemas.

En estudios realizados en varias provincias del país durante las campañas

tabacaleras 1979- 1983 por Gómez y Rodríguez (1990) se determinó que cuando

las condiciones son favorables para el desarrollo del moho azul, los síntomas son

observados rápidamente (tres días) consistiendo en acopamiento y clorosis de las

hojas con la presencia de esporangióforos tanto por el haz como por el envés. En

ocasiones, aún cuando la clorosis no es evidente se puede observar un síntoma

sistémico como consecuencia de la penetración del patógeno en la vena central y

las secundarias.

1.2.5. Rango de hospederos.

Wolf, et al. (1934), citados por Peñalver (1988) observaron ataques de P.

hiosciami sobre semillas de Lycopersicum sculentum, S. melongena y Capsicum

annuum, mientras que Clayton y Stephenson (1943), citados por esta misma

autora determinaron que Nicotiana goodspeedii, N. longiflora y N. plumbaginifolia

eran susceptibles al ataque de este patógeno.

Por otra parte Vázquez de Ramallo (1976) citado por Rodríguez y Gómez (1990)

observó síntomas del moho azul en pimiento y berenjena. En Cuba el hongo fue

detectado en posturas de pimiento (Capsicum frutescens) en los años 1979, 1980

y 1981 en las provincias Pinar del Río, Holguín y La Habana respectivamente y en

plantas de Nicotiana rustica en la Estación Experimental del Tabaco Negro de San

Juan y Martínez, Pinar del Río, en el año 1980. En ese mismo año fue observado

en Nicotiana glauca, Nicotiana glutinosa y Nicotiana forgestiana en el Instituto


Nacional de Investigaciones de Sanidad Vegetal (INISAV) bajo condiciones

naturales muy favorables (Rodríguez y Gómez, 1985).

1.2.6. Relaciones parásito- hospedante.

Las esporas del moho azul germinan e invaden la hoja del tabaco desde la

superficie superior, por medio de la penetración directa a las células epidérmicas o

pelos de la hoja, aunque ocasionalmente el tubo germinativo de la espora en

germinación entra en la hoja por algún estoma, (Blanchard, 1965 citado por

Gómez y Muiño, 1998). Con tales argumentos coinciden Aylor y Taylor (1983)

citados por CAB Internacional (2004), quienes expresaron que las esporas

germinan en agua a temperatura de 10 a 16ºC en un término de tres horas. Al

hacer contacto el tubo germinativo con la superficie de la hoja, la punta del tubo se

alarga para formar un apresorio, desde el cual el taco hifal, semejante a una aguja,

penetra la pared exterior de la célula epidérmica. Tan pronto como este cordón de

infección ha pasado por la pared de la célula, se forma una vesícula intracelular, a

la cual fluye el protoplasma de la espora vieja y del tubo germinativo; solamente

de 15 a 20 minutos se requieren para esta transferencia. Ramas de haustorios e

hifales brotan de la vesícula y con rapidez invaden otras células. Después que los

tubos germinativos han penetrado en la epidermis, las hifas crecen de célula en

célula hasta llegar al mesófilo de la hoja.

El Centro de Cooperación de Investigaciones Científicas del Tabaco (CORESTA)

ha monitoreado durante 30 años los cambios en la patogenicidad de Peronospora

hiosciami mediante el uso de un set de diferentes cultivares con fuentes conocidas

de resistencia. Se han detectado cambios mayores, pues las variaciones en las


epidemias fueron atribuidas al comportamiento de los genes de los huéspedes, al

uso de fungicidas específicos y a factores ambientales. (Delon et al., 1996).

1.3. Epidemiología.

Entre los criterios que contribuyen al estudio de la epidemiología de Peronospora

hiosciami resulta de interés la aseveración de que el moho azul es más severo en

semilleros y en plantaciones de tabaco posterior al trasplante Rotem y Aylor

(1984), quenes agregan que el rango de infección declina debido al incremento de

las temperaturas, y a la manifestación de la resistencia de las plantas adultas, sin

embargo, la enfermedad puede incrementarse de nuevo con la infección latente.

La susceptibilidad es exacerbada por temperaturas nocturnas bajas, períodos

prolongados de humedad relativa y frecuentes precipitaciones; esos patrones se

modifican por las condiciones microclimáticas de los sistemas de cultivo, los

cultivares utilizados y por las prácticas fitotécnicas (Diana y Piccirillo, 1993;

Piccirillo et al., 1995).

El moho azul no es sólo un problema local, sino, regional y continental. Main

(1997) sugiere que el inóculo producido en una zona del continente se transporta

rápidamente a largas distancias vía atmosférica a otras áreas distantes. El tabaco

es un cultivo estacional, y sigue un período de cosecha anual. Las epidemias son

cíclicas (anualmente) y progresivas. En algunos años y áreas, los nuevos brotes

aparecen a centenares de kilómetros más allá del frente epidémico. Es raro que

no se experimente ningún caso de moho azul en un año dado, o que se presenten

áreas locales que periódicamente escapen de la enfermedad.


La pandemia de Peronospora hyoscyami introducida en Europa desde Australia en

1957 se extendió por Europa, Norte de África, Europa del Este y Unión Soviética

en la década de 1960 causando catastróficas pérdidas en cosechas de tabaco

(Lea, 1999).

1.3.1. Fuentes de inóculo.

Según refieren Pérez y Gómez (1984), al citar a Paddick (comunicación personal),

las infecciones de moho azul se trasmiten a través de Nicotiana silvestres a más

de 140 km donde la enfermedad es más destructiva. El hongo se caracteriza por

su rápida diseminación y una gran actividad patogénica. Sus esporas son

fácilmente transportadas por el viento a largas distancias y capaces de soportar

las condiciones durante la trayectoria (Main, 1996).

Su introducción en Cuba en la campaña 1957- 1958 fue relacionada con los

vientos y la corta distancia entre la Isla y las zonas continentales del Norte, así

como a la presencia de hospederos intermediarios capaces de producir

infecciones primarias masivas. Aylor y Taylor (1983) indicaron que el peligro de

que otras plantaciones sean afectadas por esporas escapadas de cultivos

infestados depende de la distancia entre los campos, la velocidad del viento y la

rapidez de liberación de las esporas desde la plantación enferma.

Hittier (1977) citado por Jacob (2001) aseveró que las esporas poco resistentes

son destruidas en pocas horas, aunque en condiciones favorables pueden

sobrevivir durante varios meses, pudiendo además reproducirse el hongo por vía

sexual, mediante oosporas, más resistentes que las esporas y capaces de

hibernar y contaminar las plantas jóvenes en la campaña siguiente. Miller (1967)


citado por Rodríguez, Gómez y Trujillo (1980) señalan que la germinación de las

oosporas es estimulada por las altas temperaturas, lo que permite una infección

precoz y la multiplicación del inóculo.

Al evaluar la primera gran epifitótia de moho azul, Rodríguez y Gómez (1983),

basados en los datos registrados en la campaña 1978- 1979 en Cuba plantearon

que la penetración de esporas de Pernospora hiosciami provino del Norte, debido

a los vientos fuertes y constantes en los primeros días de febrero, capaces de

arrastrar una considerable masa de estas, coincidiendo su arribo con el inicio de

un período crítico favorable para el desarrollo de la enfermedad.

1.3.2. Factores que influyen en el desarrollo del moho azul.

Hittier (1977) citado por Jacob (2001) planteó que la esporulación, diseminación,

supervivencia y germinación de las esporas del moho azul dependen de factores

tales como temperatura, humedad atmosférica, viento, insolación; mientras que

Pérez y Gómez (1984) plantearon que la producción de esporas y su liberación

dependen en gran medida de la humedad relativa y la presión de difusión de los

tejidos. Señalaron también que en la campaña 1979- 1980 en Cuba la epifitótia

estuvo íntimamente relacionada con la entrada de frentes fríos, los que

usualmente vienen acompañados de temperaturas frescas variables entre 12 y

24ºC, tiempo húmedo, lluvias ligeras y abundante nubosidad, condicionando el

comportamiento de la enfermedad y los daños que esta ocasiona entre otros

factores a: existencia de fuentes de inóculo (plantación de tabaco o huéspedes

silvestres) que garantizan las infecciones originales, la fecha de las primeras

infecciones en las plantas y la etapa de desarrollo en que esas infecciones


ocurren, la existencia de condiciones climáticas favorables para que se produzca

la enfermedad, particularmente temperaturas cercanas a 20ºC, días nublados,

lluviosos y alta humedad relativa durante un número prolongado de horas.

Maslak (1971), citado por Peñalver (1988) estudió la incidencia del moho azul en

plantas de tabaco durante 10 años y encontró que existía una estricta

dependencia de la primera aparición, su intensidad y sus progresos sobre los

factores meteorológicos. Vientos, alto porcentaje de humedad relativa, no muy

abundantes lluvias y una temperatura moderada (20-25ºC) fueron favorables para

el desarrollo de la infección. Las esporas transportadas por el viento fueron el

principal origen de la enfermedad.

Tanto la temperatura como la humedad pueden ser decisivas para la iniciación,

desarrollo y diseminación de la enfermedad; si una es constantemente favorable al

desarrollo del Moho azul, la otra se hace un factor limitante. Si tanto la

temperatura como la humedad fluctúan, ambas deben ser favorables en

momentos críticos; si lo son constantemente, la enfermedad se hace seria.

(Laboratorio Central de Cuarentena, 1990).

Main (1997) refiere que el hongo es muy sensible a las condiciones del tiempo.

Durante los período de tiempo fresco, húmedo y nublado la enfermedad se

desarrolla y extiende rápidamente debido a la multiplicación policíclica del

patógeno.

En la metodología de pronóstico y evaluación aplicada por Keever (2000), se

plantea que el riesgo de desarrollo de esta enfermedad puede ser: bajo, moderado

y alto, basado en factores como: esporulación desde la fuente, potencial de


supervivencia de esporas durante el transporte, potencial de esporas depositadas

y condiciones para la infección.

Por otra parte, Meulenert y García (1992) indicaron que el evento El Niño-

Oscilación del Sur (ENOS) ejercía una influencia sobre Cuba, al observarse, entre

otros aspectos, un aumento significativo de las precipitaciones por encima de los

totales históricos en el período poco lluvioso, fundamentalmente en el occidente

del país. Basada en tales afirmaciones, Fernández et al. (2000) investigaron desde

las campañas del cultivo 1929-1930 hasta la de 1989-1990 sobre la ocurrencia de

epidemias de Tizón tardío y Moho azul y las correlacionaron con la incidencia del

evento ENOS, lo que permitió a los autores predecir en noviembre de 1993 y

diciembre de 1994 la alta posibilidad de que en las campañas 1993-1994 y 1994-

1995 se desarrollaran epidemias de Phytophthora infestans y Peronospora

tabacina. Esto permitió que se tomaran las medidas adecuadas para disminuir los

daños potenciales que estos patógenos hubieran podido causar al cultivo.

Shoemaker et al., (2001) identificaron los factores agrometeorológicos implicados

en la ocurrencia de las más recientes epidemias y destacaron los siguientes:

elongación de los períodos de tiempo favorable para el desarrollo de la

enfermedad ocasionada por el moho azul; cambios en el hongo como resistencia a

los fungicidas (mutaciones); las prácticas productivas actuales; la comercialización

y producción de posturas ha reforzado el movimiento de posturas del infestador al

infestado, de las fuentes distantes a las locales, los invernáculos y sistemas

flotantes sirven como las incubadoras locales de moho azul durante los períodos

cuando las condiciones naturales no favorecen a la enfermedad; los


pulverizadores pobremente provistos; la superposición de las fechas de plantación

y las fases de cosechas; las prácticas culturales que prolongan el crecimiento

precoz o el retraso de la madurez.

1.3.2.1. Esporulación:

Al abordar las condiciones ambientales en que se desarrolla la enfermedad,

Blanchard (1965) citado por Gómez y Muiño (1998) planteó que P. hiosciami

requiere una fuerte humedad, aunque admitió el comienzo de infecciones, en

algunas épocas, por debajo de un 100% de humedad relativa. Consideró además

que la producción de esporas sobre hojas de tabaco infestadas tiene lugar a 20ºC

y con una humedad relativa permanentemente alta al menos durante seis horas.

Coincidió en que la temperatura representa un papel primordial en cuanto a la

duración del periodo de incubación, la densidad de fructificación y los porcentajes

de plantas y hojas esporulentas. Las variaciones de humedad relativa entre 85 y

95%, en comparación con la óptima, superior a 95%, no manifestaron reducción

alguna del período de incubación.

Por otra parte, Miller (1967) citado por Rodríguez, Gómez y Trujillo (1980) plantea

que existe una correspondencia entre la incidencia de la enfermedad y las medias

de las temperaturas. También afirmó que la incidencia del moho azul depende

sólo de la temperatura y aseguró que el sistema de pronóstico implantado desde

1947, en relación con la temperatura, resultó correcto.

En la epidemiología del moho azul fueron distinguidos por Mijailova (1972) citada

por Gómez y Muiño (1998), los dos períodos siguientes: el de formación intensiva

de esporas y el de infección masiva cuando el tiempo es húmedo; el de liberación


y dispersión masiva de esporas cuando el tiempo es de sequía y calor. Agregó

que en períodos de fuerte humedad relativa, el desarrollo de la enfermedad es

intensivo pero de naturaleza local. En los períodos de sequía que siguen a los

húmedos, son liberadas grandes cantidades de esporas.

Para la esporulación, Cruickshand (1958) citado por Pérez y Gómez (1984)

determinó un umbral de 97% de humedad relativa con formación de esporas al

amanecer y sugirió que la luz puede jugar un rol en este sentido, con una

temperatura ideal entre 15 y 23ºC. Coincidentemente, Hittier (1977) citado por

Jacob (2001) argumentó que ésta se produce normalmente en las primeras horas

de la mañana y es inducida por la oscuridad nocturna, siendo necesario un mínimo

de hora y media, la temperatura debe mantenerse entre los siguientes rangos:

mínima 1 a 2ºC, óptima 15 a 25ºC y la máxima 30ºC.

La experiencia conjunta derivada de la vinculación en un sistema de predicción de

la enfermedad, le han permitido a Keever (1997) y Main (1997) resumir que para la

esporulación en la fuente y la liberación de esporas debe existir una alta humedad

relativa (> 95%) por más de 1.5 horas durante la noche y un rango de temperatura

de 10 a 30ºC con un óptimo de 15 a 23ºC. Ellos argumentan que los primeros

síntomas de esporulación pueden ocurrir al otro día, pero normalmente ocurre en

la noche siguiente. Para aparecer las esporangiosporas la humedad relativa debe

exceder 95% durante tres horas y presentarse condiciones de oscuridad con una

duración mínima de 1.5 horas. La esporulación máxima ocurre con temperaturas

entre 15 y 23ºC, aunque algunas esporulaciones ocurren a temperaturas de 1 a

2ºC y a 35ºC. Sin embargo, con el incremento de la exposición a las temperaturas


altas (es decir, 35 a 40ºC) con períodos de incubación interpuesto de 20ºC, se

retarda el desarrollo de la lesión y la esporulación es completamente suprimida.

Temperaturas diurnas superiores a 30ºC durante más de 6 horas se han informado

como inhibidoras de la esporulación para la noche siguiente. Sin embargo, desde

1979 se ha documentado un estrato termofílico de P. tabacina que puede

sobrevivir y reproducirse a temperaturas tan altas como 35ºC.

Se precisa por Main (1997) que el hongo que ya se ha formado puede producir

tanto como un millón de esporangiosporas por centímetro cuadrado de superficie

de la hoja infestada. Estas esporangiosporas se sueltan, flotan en el aire y son

dispersadas fácilmente por el viento a largas distancias.

1.3.2.2. Liberación de esporas.

La liberación de esporas ocurre con un incremento de la temperatura, una

disminución en la humedad relativa, y un cambio en la presión de turgencia dentro

de la hoja, (Main, 1997). Los esporangióforos de P. hiosciami reaccionan al aire

seco, desecándose y torciéndose en sentido contrario a las manecillas del reloj.

Las ramas de esporangióforos se desenredan simulando un muelle y arrojan las

esporas mecánicamente de la superficie de la hoja. La radiación solar también

ejerce un efecto de importancia en el descargo de las esporas.

1.3.2.3. Diseminación.

El factor esencial en la diseminación de esporas es el viento; se inicia con el alba,

alcanza su máximo a mediados de la mañana y luego va decreciendo, precisó Hill

(1966) citado por Gómez y Muiño (1998), quien observó un máximo de liberación

entre las 9:30 y 11:00 am.


Aylor y Taylor (1982) señalaron que las esporas del hongo P. hiosciami son

liberadas en la mañana cuando la humedad relativa es baja, pero requieren agua

libre para la germinación.

Otra manera común de dispersión del hongo del moho azul es trasplantar posturas

infectadas. En algunos casos, pueden infectarse trasplantes que parecen

saludables realmente, refiere Main (1997) y agrega que las esporangiosporas

también pueden diseminarse por obreros, animales, automóviles, y aviones,

aunque en menos escala, se han implicado tales mecanismos en brotes a cientos

de kilómetros de las fuentes de inóculo conocidas.

1.3.2.4. Deposición.

Rossi et al. (2005) realizaron experimentos de colectas volumétricas de esporas

en los cuales la periodicidad diurna de esporas aéreas demostró un pico de

máxima alrededor del mediodía y de mínima en la oscuridad. El aumento en la

concentración de esporas fue correlacionado perceptiblemente con la reducción

de la humedad relativa posterior a registros altos de humedad en horas tempranas

y el aumento de la velocidad del viento en últimas horas de la mañana y primeras

de la tarde. Se encontró una correlación significativa entre los picos de

concentración de esporas y los días con temperatura del aire entre 15 y 25ºC y

humedad alta. Ante un período húmedo más largo, la ocurrencia de 10 horas o

más de uno o más días consecutivos con condiciones atmosféricas favorables

para la deposición de esporas, determinó un aumento en la concentración de

esporas aerotransportadas.
1.3.2.5- Período de incubación.

A los pocos días de ocurrida la infección, masas de esporangióforos aparecen en

la superficie inferior (envés) de las hojas. Los esporangióforos surgen de las hifas

dentro de la hoja y salen a través de los estomas. Se desarrollan también en la

superficie superior de la hoja si las condiciones de humedad son favorables, no

siendo raro encontrar esporas normales pegadas a los esporangióforos maduros

embebidos en el tejido de la hoja. Los esporangióforos y las esporas aparecen

dentro de los seis a diez días subsiguientes a la infección, coinciden (Blanchard y

Shew, 1991) y (Blanchard, 1965 citado por Gómez y Muiño, 1998).

También se aproximan Hill, Paddick y Green (1967) citados por Pérez y Rodríguez

(1990) y Blanchard (1975) citado por Gómez (1990) al plantear que los primeros

síntomas aparecen a los cuatro a ocho días después de la infección, mientras que

Rodríguez, Gómez y Trujillo (1980) en Cuba observaron su desarrollo en el campo

entre tres a diez días después de la primera señal emitida a través del pronóstico.

Una vez llegadas las esporas aerotransportadas a la superficie de la hoja, durante

las horas de la mañana, con el agua libre, la germinación puede ocurrir e infectar

en un período de tiempo de dos a cuatro horas (Main, 1997). La incubación se

retarda más con las condiciones menos ideales y con la edad de las plantas del

tabaco. El período latente para la esporulación generalmente es de cinco a siete

días.

Como resultado de investigaciones efectuadas desde 1980, Gómez, et al. (1999),

afirman que es necesario al menos tres o cuatro generaciones del hongo entre la

infección primaria y la detección de los primeros síntomas, aunque no se excluye


la posibilidad de que sean observados en algunos casos posteriores a un solo

período crítico, cuando inciden otros factores de predisposición propicios a la

temprana aparición de dicha patología, tales como demoliciones tardías en la

campaña anterior, ocurrencia de abundantes precipitaciones y otros que

contribuyan a la creación de un alto potencial de inóculo, como lo ocurrido en la

campaña 1996-1997 cuando la enfermedad se detectó a mediados de noviembre.

1.3.2.6. Germinación.

Se determinó, en estudios realizados in vitro por Shepherd (1962) citado por

Gómez y Trujillo (1990b), que el rango de temperatura óptima para la germinación

era de 15 a 20ºC, mientras que Gómez (1990) y Gómez y Trujillo (1990a y b)

obtuvieron una mínima por debajo de 5ºC, la óptima en 20ºC, la máxima de 30ºC y

una humedad relativa entre 90 y 100%.

La radiación solar también ejerce su acción sobre la germinación. En tal sentido

Bushi y Taylor (1983) plantean que en los días nublados la germinación se ve

reducida de un 83 a un 68% en el término de seis horas, mientras que en los días

claros y soleados la reducción fue de 46 a 60% en igual tiempo. Al respecto,

Gómez y Trujillo (1990c) determinaron que a las 24 horas de permanecer las

esporas bajo el efecto de los rayos solares, estos disminuyeron su capacidad

germinativa, encontrándose muy escasas esporas germinadas al término de

cuatro a cinco horas.

1.3.3. Fuentes de infección.

El tabaco comercial se cosecha de forma estacional en clima templado, fresco, y

zonas del cultivo húmedas de los Estados Unidos, de la parte sudeste y oriental de
Canadá, y países bañados por la cuenca caribeña. Siguiendo un período de

cosecha cada año, el tabaco en los EE.UU. está expuesto a las

esporanagiosporas asexuales, llevadas por el viento, originadas en las fuentes de

inóculo en el tabaco comercial de invierno y especies de Nicotiana silvestre en las

zonas tropicales al sur del paralelo 30ºN (Main, 1997).

Para las condiciones de Cuba, según Gómez et al. (1998), una parte del inóculo

podría mantenerse en restos de cosecha y provocar las infecciones primarias, en

las zonas donde la incidencia de la enfermedad es alta. Otra de las formas en que

se puede originar el inóculo primario es a través de los hospedantes

intermediarios, entre los que pudiera contemplarse algunas especies silvestres de

Nicotiana, (Munster, 1996), posibilidad que pudiera ser real en Cuba dada la

existencia de este tipo de plantas en zonas montañosas donde se mantienen

temperaturas frescas todo el año.

Según Blanchard (1975) citado por Gómez (1990), existen pruebas de que las

oosporas pueden persistir en el suelo por espacio de un año e iniciar brotes

primarios de la enfermedad. Sin embargo Gómez (1990) plantea que bajo

condiciones controladas éstas no fueron capaces de infectar plántulas de tabaco,

y señala que todo parece indicar que es necesaria una alta humedad en las hojas

para que las mismas puedan formarse. Spurr y Menetrez (1990) argumentaron

que se requiere un mayor conocimiento sobre el rango de hospedantes e

hibernación de oosporas en hospedantes salvajes en y fuera de las áreas donde

se cultiva el tabaco. El rol de las oosporas en la iniciación de epidemias, de

acuerdo a lo planteado por Gómez, et al. (1997) parece estar aún no muy claro.
La teoría más discutida y confirmada es el traslado de esporangios por el viento

desde las regiones cálidas. Fueron presentadas evidencias de transporte a largas

distancias desde fuentes de inóculo en poblaciones salvajes infectadas en plantas

de Nicotiana repanda en Texas Central y Sur por David y Main (1990), para

establecer un sistema de pronóstico y aviso del transporte de las esporas y

diseminación del moho azul (Main, et al., 1997). Estos autores determinaron la

presencia del patógeno en el tabaco de invierno en el Caribe, México y América

Latina y en Nicotiana repanda en el suroeste de EE.UU durante el invierno y los

primeros meses de la primavera. El primer reporte sobre tabaco comercial en

EE.UU ocurrió el 6 de mayo en la campaña de 1996 en Columbia y al norte de la

Florida. La fuente más probable de inóculo se le atribuye a las esporas

provenientes de campos infectados de la parte oeste de Cuba, alrededor del 29 de

abril, reportándose su presencia en Kentucky el 21 de mayo, aunque pudo estar

presente en invernaderos y en semilleros durante algunas semanas. Posterior al

24 de marzo un frente frío estacionario comenzó a establecerse en la mitad de la

región del Atlántico, dando inicio a un largo período de tiempo favorable para el

desarrollo de epifitótias de moho azul.

Se refiere por Gómez et al. (1998) que es muy posible también la diseminación de

las esporas en el área del Caribe hacia el Norte y viceversa, esta última como

posible fuente de inóculo primario, de ahí la importancia que se le atribuye al

inóculo pandémico sobre el local desde el punto de vista epifitotiológico en las

condiciones de Cuba.
Se planteó por Campbell (1999), que las epidemias de enfermedades, incluida el

moho azul, desarrollan ciclos de diseminación del propágulo, considerando las

infecciones iniciales a partir de estructuras de supervivencia formadas entre

estaciones del cultivo o durante los períodos cuando las condiciones del tiempo no

son convenientes para la iniciación de la enfermedad o bien a través del transporte

de propágulos a largas distancias a áreas donde las condiciones son favorables

para la ocurrencia de ciclos epidémicos continuos.

1.4. Sistemas de pronósticos utilizados para Peronospora hiosciami.

1.4.1. Pronóstico de CORESTA.

El Centro de Cooperación para las Investigaciones Científicas referentes al

Tabaco (CORESTA), en Europa, basa su pronóstico en alertas que emite a los

países miembros de esta organización, incluye la aparición de la enfermedad, su

grado de virulencia y niveles de resistencia a productos en los países miembros.

Igualmente informa en los reportes de moho azul, Jacob. (1999, 2001, 2002, 2003

y 2004) que esta enfermedad se extiende por todos los países productores de

tabaco de Europa y ha llegado a afectar hasta el 40% de las áreas dedicadas

fundamentalmente a tabaco Virginia y Burley.

1.4.2. Pronósticos Climáticos:

Índice de peligrosidad modificado empleado por el Sistema Nacional de

Sanidad Vegetal de Cuba.

Fundamentados en el modelo de pronóstico a corto plazo de Mogeni en Hungría o

“Índice de Peligrosidad”, Chumakov y Kajanov (1972) citados por Rodríguez y

Trujillo (1984) y Rodríguez y Trujillo (1984), después de haber realizado diversos


estudios biológicos en diferentes territorios del país sugirieron que las condiciones

mínimas necesarias para el desarrollo del moho azul en Cuba están determinadas

por valores de 80 a 90% de humedad relativa a las 7.00 horas del meridiano

75ºW; 19 a 21ºC de temperatura a las 7.00 horas del meridiano 75ºW; 25 a 28ºC

de temperatura máxima del día anterior y 1 a 10 mm de lluvia. Si durante tres ó

más días consecutivos se presentan tales condiciones climáticas, las primeras

manchas pueden observarse entre tres y diez días más tarde. Combinando estos

factores, dichos autores desarrollaron el método de cálculo del Índice de

Peligrosidad Modificado (IPM) y definieron que en días con valor del índice entre

30 y 75 puntos no hay condiciones favorables para la aparición de la enfermedad,

con puntuación entre 80 y 95 se presentan condiciones favorables, con valores

entre 100 y 130 puntos condiciones muy favorables y mayor de 130 puntos

altamente favorables. Gómez, et al. (2000) refieren que actualmente se utiliza este

método para señalar los primeros síntomas de la enfermedad en todas las

Estaciones Territoriales de Protección de Plantas (ETPP), con un alto porcentaje

de eficacia. En la presente investigación se emplea el IPM, con la diferencia de

que ahora se pronostica para los cinco días siguientes.

Umbral de lluvias empleado por el Sistema Nacional de Sanidad Vegetal de

Cuba.

Otro método que predice la ocurrencia de epifitótias, pero que no ha sido utilizado

en la producción es el umbral de lluvias propuesto por Padrón (1982). Se

fundamenta en una función de lluvias combinada con temperaturas máximas

inferiores a 28ºC. El autor determinó que la no aparición de la enfermedad puede


corresponderse con una (P= 0,05) mediante el mantenimiento durante 15 días

anteriores a la fecha de predicción de la combinación de temperaturas promedios

máximas y medias, superiores a 24 y 21ºC respectivamente, unido a acumulados

según una función de lluvias (f) inferiores a 20 mm en cuatro semanas o este

incremento, siendo f = (mm x d)/5, donde mm- lluvia acumulada en cinco días; d =

número de días con reportes de lluvia, incluyendo trazas.

Se trabajó en un sistema en que las temperaturas por debajo de 25ºC y la alta

humedad relativa juegan un papel fundamental (Mijailova, 1976, citada por

Padrón, 1982). Aquí la interpretación de los datos se hace 10 días antes de la

fecha de predicción, si durante este tiempo la temperatura a las 7,00 horas del

meridiano 75ºW ha estado entre 12 y 18ºC, la humedad relativa mayor que 90%,

con lluvias superiores a 10 mm y las máximas oscilan por debajo de 25ºC,

entonces puede decirse según esa autora, que hay condiciones favorables para el

desarrollo de epifitótias de moho azul.

Pronóstico a largo plazo empleado por el Sistema Nacional de Sanidad

Vegetal de Cuba.

Rodríguez y Gómez (1985) desarrollaron un modelo de pronóstico a largo plazo

basado en los datos climáticos de varias estaciones meteorológicas del país,

según los cuales existen condiciones anuales para el desarrollo del patógeno en

áreas tabacaleras en el período invernal, estando determinada la falta del inóculo

durante un gran número de años, a pesar de su presencia en el continente, al

parecer, por la ausencia de una solución de continuidad climática que asegurara la

producción de inóculo en octubre y noviembre en La Florida. Su posterior arribo a


Cuba estos autores lo atribuyen a una función aparente de la prolongación e

intensidad de los períodos con temperaturas máximas inferiores a 26,5ºC en la

segunda década de octubre, en la tercera o en ambas.

1.4.3. Empleo de los principios de aerobiología en los sistemas de predicción

de agentes patógenos.

Un número considerable de investigadores está dedicando importantes esfuerzos

al estudio y predicción de las condiciones meteorológicas favorables para el

transporte, dispersión y deposición de agentes patógenos y a la ejecución de

investigaciones en las cuales se emplean novedosas técnicas de muestreo de la

presencia de los mismos en el ambiente y de su deposición en regiones o

localidades con determinados niveles de susceptibilidad a sus efectos. Uddin

(2004), plantea que la aerobiología está constituyendo una ciencia que cada día

toma mayor fuerza, pues los mecanismos de diseminación de agentes patógenos

se producen en el ambiente atmosférico ya sea a microescala, a mesoescala o

macroescala.

Principios del transporte y dispersión:

El transporte y dispersión de contaminantes del ambiente están influenciados por

complejos factores, según sugieren (Martínez y Romieu, 2002), las variaciones del

clima influyen sobre el movimiento de los contaminantes; la dispersión de

contaminantes de una fuente depende de la cantidad de turbulencia en la

atmósfera cercana y la velocidad del viento puede afectar su concentración; el

movimiento vertical de la atmósfera afecta el transporte y dispersión de los

contaminantes; la concentración de contaminantes en el aire es afectada por la


radiación solar, precipitación, humedad relativa del aire; la contaminación del aire

producida en una región puede tener efectos adversos sobre otra.

Aspectos generales de la circulación global atmosférica en Cuba.

En el Golfo de México y el occidente de Cuba, los vientos predominantes en

superficie son del Este al Sudeste, (Lecha, 1987 citado por Lapinel, 1998). Esta

situación está dada por un cambio en la curvatura media de las isobaras sobre

Cuba. En el período invernal, la influencia anticiclónica subtropical, alterna

principalmente con al influencia de otros sistemas de latitudes medias (Lapinel,

1998).

Identificación de patrones.

El proceso de identificación de los patrones sinópticos está fundamentado en el

análisis subjetivo donde se clasifican cada una de las situaciones meteorológicas

mediante un examen cualitativo de la carta sinóptica. Este aspecto es uno de los

más discutidos a la hora de validar y emplear en la práctica cualquier resultado

que emane de un proceso de clasificación por técnicas subjetivas, ya que la

investigación puede generar tantos tipos como se consideren necesarios para

identificar la gama de procesos existentes en la atmósfera (Howell, 1953; Burluski,

1973; Amaro, 1984; Fernández, 1987 y Lapinel, 1988; citados por Fernández y

Díaz, 2005),

Las clasificaciones sinópticas de carácter no objetivo se fundamentan en la

evaluación cualitativa de cartas sinópticas, en un instante de tiempo determinado

(Fernández y Díaz, 2005). Los mismos autores refieren que la estructura de la


carta sinóptica en un instante determinado representa una fotografía instantánea

de los procesos atmosféricos que influyen en una determinada región. Teniendo

en cuenta lo anterior, en la presente investigación se ha efectuado el estudio de

los patrones sinópticos con la evaluación detallada de las situaciones

meteorológicas potenciales para el transporte de patógenos reflejadas en lo que

se denominó como fotografía instantánea, pero de cada mapa sinóptico que

tipifica la evolución de un patrón durante su persistencia en la región con la

inclusión de los niveles desde superficie hasta 500 hpa, para decidir la modelación

del proceso de transporte mientras persista la situación que lo originó según el

patrón.

En Cuba, se han desarrollado algunas experiencias en esta dirección como la de

Rubiera (1990), que fundamentó su metodología en un criterio de reconocimiento

objetivo de los patrones de circulación del nivel de 500 hPa y en la creación de

índices de circulación para el área geográfica del Caribe, para la predicción a largo

plazo. El mismo autor plantea que entre los sistemas superficiales, los frentes fríos

son uno de los mayores productores de lluvias en esta época del año. Agrega

además que la variabilidad del tiempo suele ser mayor en las provincias

occidentales debido a la relativa cercanía al continente.

Las precipitaciones que ocurren desde noviembre hasta abril están relacionadas

fundamentalmente con la llegada de los frentes fríos (Coffi y Rego, 1983; citados

por Rubiera, 1990).


La influencia de la circulación extratropical sobre el clima de Cuba en los meses

de la temporada invernal y su carácter determinante en la formación de los

estados del tiempo diarios, fueron demostrados desde el punto de vista

climatológico por (Lecha y Llanes, 1988).

Fernández (2004) realizó una investigación que le permitió explorar cómo el clima

y las condiciones atmosféricas afectan la difusión epidémica de una enfermedad

en la región de Santander, España en el período 1999-2000 centrando su estudio

en tres parámetros: la diversidad de los tipos atmosféricos de la circulación, las

rupturas que ocurren cuando los tipos de la circulación cambian, y la intensidad de

esas rupturas. Los resultados demostraron que los cambios atmosféricos de la

circulación fueron relacionados perceptiblemente con el número semanal de casos

de la enfermedad diagnosticados.

Modelo de simulación del moho azul empleado por el Centro de Pronóstico

del moho azul de la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos.

El patosistema continental del moho azul del tabaco opera como tal entre el

Caribe, América Central, y Norteamérica, argumenta Main (1997), quien aporta

los pronósticos de enfermedades de las plantas aplicando la información y

herramientas de la biología, aerobiología y meteorología. Se basa en el transporte

atmosférico a larga distancia de esporangiosporas de P. hiosciami usando el

Modelo de Dispersión de Transporte Atmosférico de los Estados Unidos (ATAD), y

una versión mejorada conocida como Modelo Ramal de Trayectoria Atmosférico

(BAT), que aporta el Laboratorio de Recursos Aéreos NOAA. ARL (Air Resources

Laboratory) y de la NOAA referidos en Air Resources Laboratory (2006), Transport


and Dispersion Model (2006), NOAA ARL HYSPLIT Model (2006) y se emplearon

también por Main y Keever (2000) en los pronósticos extendidos para las próximas

48 horas contenidos en el HY-SPLIT (Hybrid Single Particle Lagrangian Integrated

Trajectory model) que ofrecen capacidades de previsión promisorias.

A partir de las estrategias de estudio de la enfermedad moho azul del tabaco

propuestas por Spurr y Main (1990) citados por Main y Keever (2000), se

desarrolló un sistema de predicción de la enfermedad por (Main, 1996). Una red

de reporteros de la enfermedad la localiza en los Estados Unidos, así como en

México y Canadá. Una trayectoria probable se representa por un tramo del mapa

de la senda atmosférica futura de una nube aérea que contiene las esporas, es

una predicción de las posiciones espaciales y temporales de un centro de nube de

esporas para las 48 horas posteriores.

Una metodología para la elaboración y difusión de las predicciones propuesta por

Keever (2000) define diferentes niveles de amenaza de la fuente y de riesgos

potenciales que ellas implican para las plantaciones ubicadas a lo largo de la

trayectoria. La amenaza se relaciona con las condiciones de control, nivel de la

enfermedad, producción de esporas, potencial para el transporte a otras áreas a

niveles medios y altos de la atmósfera. El riesgo refiere la cobertura potencial y

desarrollo de la fuente y a lo largo de la trayectoria de previsión, el peligro de

desarrollo de la enfermedad a lo largo del curso de una trayectoria.


1.5. Muestreo, identificación y reproducción del patógeno.

Lighthart et al. (2004) y Main (1997) propusieron usar los principios y métodos de

la "Aerobiologia" para rastrear esporas en la capa límite atmosférica y prever la

cobertura temporal y espacial de las epidemias.

Resulta necesario validar la efectividad de los pronósticos con las confirmaciones

de existencia del patógeno en cuestión, en consecuencia, durante la investigacion,

uno de los objetivos principales fue la confirmación de las predicciones con los

muetreos de esporas depositadas en las plantaciones. En una investigación de

patentes encausada para ejecutar la presente investigación se encontró un

número considerable de autores que han concebido equipos y métodos de

muestreo entre los cuales figuran Marple, et al. (1987), Marple y Virgil (1989),

Baxter (1997), Brenizer (2000), Lee y Lee (2003), Jordan y John (2004), Larocca,

et al. (2001) y Letarte y Lagraff (2002), todos con patentes concedidas en las

fechas referidas.

Jothish y Themath (2004) colectaron esporas en diapositivas del colector Burkard,

como los componentes dominantes del aire contaminado. Por otra parte, Rossi, et

al, (2005) abarcaron el desarrollo de las epidemias causadas por Vesicarium

stemphylium al norte de Italia. Franz, et al. (2004) usaron el colector de cascada

de Andersen y demostraron que posterior al momento identificado, en todas las

localizaciones se detectó la presencia altamente significativa de actinomycetos y

dispersiones de aspergillus. Uddin (2004) aplicó la técnica de exposición de placa

de cultivo por dos estaciones consecutivas de cosecha y muestreó gran cantidad

de hongos fitopatógenos. García, et al. (2004) considerando la localización


geomorfológica y fitogeográfica de la región de estudio, investigaron las

diferencias en las concentraciones dentro y fuera de un corredor de 6 tipos de

esporas. Mc Cash, et al. (2003); Hirst, et al. (1967) citados por Rossi, et al. (2005)

refieren colectas que evidenciaron el transporte de esporas a largas distancias.

Por otra parte, Hasnain, et al. (2005) encontraron que independientemente de la

distancia entre la fuente y receptor, fueron identificadas numerosas especies.

Kellogg, et al. (2004) detectaron que millones de toneladas métricas de polvo del

desierto africano se transportan a través del océano Atlántico cada año, y sus

deposiciones cubren las zonas costeras de los Estados Unidos y el sudeste del

Caribe. Han demostrado que las muestras atmosféricas recogidas contienen

microbios vivos patógenos oportunistas de plantas y humanos y describieron 19

géneros de bacterias y 3 géneros de los hongos aislados de las muestras de aire

recogidas en una región conocida como fuente para las tormentas de polvo. Weir,

et al. (2004), reportaron que la aspergilosis que afecta a las Gorgonias es causada

por aspergillus de Sydowii, es frecuente en el Caribe, y aparece ya que el hongo

terrestre que la causa es transportado por las tormentas de polvo que se originan

en África, se ha adaptado al ambiente marino e influye en qué patógenos coralinos

potenciales se diseminen y depositen en los ambientes marinos del Caribe.

1.6- Medidas de lucha.

Según Hittier, et al. (1965) citados por Gómez y Muiño (1998), existen varios

métodos de lucha, tales como: medidas profilácticas, tratamientos antifúngicos y

cultivos de variedades resistentes. Entre las medidas profilácticas plantea: la

distribución de fuentes de infección, evitar el transporte de gérmenes patógenos


de un lugar a otro, desinfección de los suelos en semilleros, utilizar terrenos no

contaminados para plantaciones y evitar el abuso de fertilizantes nitrogenados.

Plantea el autor que entre muchos fungicidas probados los más interesantes

pertenecen al grupo de los dithiocarbamatos, los cuales por no penetrar en los

tejidos del vegetal, deben estar presentes sobre las hojas antes de la

contaminación. Shoemaker, et al. (2001) sugieren que cualquier práctica que

permita el establecimiento temprano del moho azul es particularmente peligrosa,

sin embargo, la enfermedad es controlable por la integración apropiada de

acciones preventivas.

1.6.1. Prácticas fitotécnicas.

Fernández, et al. (1990) propusieron como medidas preventivas y fitotécnicas el

transplante de posturas libres de patógeno, las siembras tempranas, eliminación

de plantas con síntomas visibles y eliminación de residuos post- cosecha. El

Centro Nacional de Sanidad Vegetal (2001) prohibió las siembras de cultivos de la

familia Solanaceae a menos de 200 m de las áreas de plantación de tabaco, no

permitir la entrada a campos infectados de personal ajeno a la actividad, en tabaco

tapado cerrar las puertas de entrada, y mantener un estricto control de la entrada,

no permitir áreas de autoconsumo; no utilizar productos de residuos de tabaco;

resembrar con posturas protegidas; reporte temprano de la enfermedad, en tapado

aplicar el control químico establecido.

El programa de defensa para la campaña (2003-2004) contempló: la siembra de

posturas sanas; fitotécnia correcta y un estado nutricional óptimo de las plantas;

no se permiten atrasos en la cosecha y saneamiento postcosecha; plantaciones


de tabaco tapado bajo pronóstico, comenzando las aplicaciones de fungicidas

sistémicos y de contacto tan pronto se emitió la señal, mientras que en los tabacos

al sol se procedió a la aplicación cuando aparecieron los primeros síntomas.

El exceso de humedad por el riego constituye una atenuante en la aplicación de la

estrategia fitosanitaria, en lo cual se coincide con criterios que ratifican que el

control de la enfermedad es ayudado por la restricción de la fertilización

nitrogenada y el riego, que en exceso favorece el desarrollo de la enfermedad por

la disminución de la temperatura e incremento de la humedad (Kucharek, 1987).

Sin embargo el déficit prolongado que provoca condiciones de sequía en las

plantaciones puede inducir estrés fisiológico que induce la vulnerabilidad de las

plantas al efecto de la enfermedad que está presente, en tal sentido se sugiere por

Kucharek, et al. (1996) que cuando las plantas padecen estrés hídrico, el riego

ligero reduce los niveles de moho azul en un 93 % en comparación con el riego

pesado.

1.6.2. Resistencia varietal.

La evaluación de la resistencia al moho azul se hace de dos formas: una mediante

la inoculación artificial y otra por el comportamiento de los distintos genotipos ante

la infección natural del patógeno, siendo esta última la que brinda una información

definitiva (Espino, 1988). Actualmente se cuenta con líneas avanzadas que

manifiestan alto grado de resistencia, además de poseer un alto potencial

productivo y valor comercial. Entre las variedades introducidas a la producción en

la última década, según Espino y Rey (1993), Espino, et al. (1998) y García, et al.

(2002) sobresalen: “Habana 92”, producto del cruzamiento entre la variedad


Corojo de origen cubano y la polaca “RxT”, de la cual hereda la resistencia al

moho azul; Habana 2000, que surge por el cruzamiento entre la variedad “Corojo”

y una variedad no comercial de tabaco negro cubano, la “Habana 2.1.1”, de quien

hereda la resistencia al moho azul; Criollo 98, se origina de un cruzamiento entre

las variedades “Habana 92” y “Habana- PR”; Corojo 99, es hermana de la variedad

“Criollo 98”, o sea, se originó del mismo cruzamiento.

1.6.3. Control químico.

El control químico del moho azul ha tenido en los ditiocarbamatos, como

fungicidas de contacto, un tradicional representante desde que el patógeno

reapareció en Cuba en la campaña 1978-1979 (Rodríguez, et al., 1984). Con la

introducción del sistémico Metalaxyl se logró un eficiente control hasta que en

1985 fueron reportadas las primeras manifestaciones de resistencia en la provincia

según se refirió por Muiño, et al. (1990) y Gómez y Muiño (1998) quienes

estudiaron las manifestaciones de resistencia al Metalaxil durante la epifitótia de

moho azul en la campaña tabacalera 1996/1997 en la región central de Cuba y a

partir de entonces la estrategia fitosanitaria se ha basado en el empleo de un

considerable grupo de fungicidas de acción sistémica combinados con fungicidas

de contacto y estimulantes de resistencia con un carácter predominantemente

preventivo, entre los que se destacan: Acrobat (MZPH- 69) cuyo ingrediente activo

lo componen Dimetomorf + Mancozeb; Positron DUO (PH-69) con ingrediente

activo compuesto por Iprovalicarp + Propineb; Verita (GD- 4.44 + 66.7) compuesto

por Fenamidonam + Fosetil Aluminio; Amistar (SC- 25) con Azoxistrobina como

ingrediente activo; Bión (6D- 50 con ingrediente activo a base de Acibenzolan + S-


Metilo; Ridomil (MZPH- 72) con mezclas de Metalaxil + Mancoceb como

ingredientes activos; manteniendo las aplicaciones intercaladas de fungicidas de

contacto como: Mancozeb (PH- 80); Folpet. (PH- 80) y otros.


CAPÍTULO II.
MATERIALES Y MÉTODOS.
Capítulo II. Materiales y Métodos.

La presente investigación se realizó en zonas tabacaleras de la provincia de Pinar

del Río, Cuba, (Figura 2.1) con la evaluación del comportamiento histórico de la

enfermedad fungosa provocada por P. hiosciami sobre semilleros y plantaciones

de tabaco durante el período 1980-1998 y la aplicación del sistema de predicción y

vigilancia para la estrategia de protección contra esa enfermedad desde la

campaña 1998-1999 hasta la más reciente, a las variedades de tabaco al sol que

se cosechan en la provincia, entre las cuales se destacan ³Habana 92´, ³Habana

2000´, ³Criollo 98´ y ³Corojo 99´.

Macizo
tabacalero.

Figura 2.1. Área objeto de la investigación. Plantaciones tabacaleras de Pinar del


Río.
2.1. Evaluación de la influencia que ejercen las condiciones meteorológicas

en el transporte de esporas por la atmósfera.

Para detectar la posibilidad de que se produjera transporte de esporas por la

atmósfera, se evaluó la influencia de las condiciones meteorológicas en los

niveles: superficie, 700 y 500 hPa. Este último fue seleccionado considerando lo

expuesto por Rubiera (1990), ya que es representativo de la troposfera media,

presenta características de los niveles que le anteceden y suceden y por su

estabilidad. Argumentos teóricos que avalan tales evaluaciones se enunciaron por

Wolf (1947), Mc Grath y Miller (1958), Hill (1962), citados por Pérez y Gómez

(1984), Blanchard (1965) y Mijailova (1972) citados por Gomez y Muiño (1998),

Main (1996), y se ratifican con lo que se sugiere por Martínez y Romieu (2002) al

aseverar que las variaciones globales y regionales del clima y las condiciones

topográficas locales afectan el transporte y dispersión de los contaminantes.

Métodos similares sobre la predicción de transporte y dispersión de agentes

patógenos se propusieron por Main (1996), Keever (1997), Main (1997), Keever

(2000), Main y Keever (2000) y Fernández (2004), con los cuales identificaron las

áreas de fuentes de inóculo primarias, sendas de movimiento de nubes de

esporas y evaluaron los niveles de riesgo, aunque en algunos aspectos difieren de

los aplicados en la investigación.

2.1.1. Estudio sinóptico climatológico (1985-1998)

Con fechas de primeros reportes de la enfermedad por campañas tabacaleras en

el período 1985-1998 se analizaron en los mapas sinópticos de archivos y los

procesados en la Base de Datos contenida en el Software CUBAFORCAST,


empleada por Fernández y Díaz (2005), las situaciones sinópticas que antecedían

a dichos reportes en los niveles: superficie, 700 y 500 hPa, se detalló

particularmente la identificación de eventos meteorológicos, las variables dirección

y velocidad del viento, así como la temperatura y se evaluaron las condiciones

meteorológicas que propiciaban: la liberación de esporas en plantaciones de

tabaco fuentes de inóculo del patógeno en la región; el ascenso de esporas por

vientos convectivos hasta niveles medios; las condiciones en esos niveles de

temperatura, dirección y velocidad del viento, humedad y nubosidad para que las

mismas se mantuviesen viables y para su transporte; la ocurrencia sobre las

zonas tabacaleras de la provincia, de condiciones de subsidencia o de algún

evento lluvioso, capaces de propiciar la deposición de las esporas transportadas.

De los mapas analizados, se seleccionaron los patrones sinópticos más comunes

enmarcados en un período de tiempo aproximado de un mes previo a la fecha

señalada en el primer reporte y se realizó la modelación gráfica mediante el

trazado de los segmentos de trayectoria por intervalos de seis horas, en sentido

inverso, iniciando el análisis de cada segmento a partir de la región donde se

vislumbraba la posible deposición, para repetir el proceso en la dirección real de la

trayectoria tomando varios puntos de inicio en la región fuente, en diferentes

horarios y días mientras persistiera el evento meteorológico. La distancia abarcada

por la modelación fue variable, dada la ubicación de las regiones fuentes desde

las cuales existiese condiciones para llegar hasta la región occidental de Cuba, en

unos casos las regiones fuentes se encontraban en plantaciones tabacaleras de


los estados del sur de los Estados Unidos, en otros en zonas tabacaleras de

Centroamérica.

Se confeccionó el archivo de patrones sinópticos y de modelación gráfica de

transporte de agentes patógenos para la identificación anticipada, con el empleo

de los modelos extendidos de predicción de las situaciones potencialmente

peligrosas para el transporte de esporas.

2.1.2. Aplicación práctica de las predicciones de transporte de esporas.

A partir de la campaña tabacalera 1998-1999, con los patrones y modelos

encontrados, se identificaron los eventos meteorológicos responsables del

transporte de esporas, desde otras regiones hasta las plantaciones tabacaleras de

la provincia Pinar del Río, para predecir los momentos de peligro de deposición de

esporas de moho azul.

Posterior a la fecha en que se predijo el arribo de esporas a la provincia se

estableció la vigilancia de las condiciones meteorológicas favorables para la

penetración en los tejidos del cultivo, incubación del patógeno, infección y

esporulación, apoyados en los criterios emitidos por (Rodríguez, et al., 1980; Hill,

et al., 1977 citados por Pérez y Rodríguez, 1990; Blanchard y Shew, 1991 y

Blanchard, 1965 citado por Gómez y Muiño, 1998). Se emitieron las predicciones,

a los productores como adelanto a la Señal Fitosanitaria que indica el momento de

aplicación de la estrategia de protección al cultivo.

2.2. Muestreo de esporas en la atmósfera.

Con el objetivo de corroborar la presencia del patógeno en el ambiente y con ello

la efectividad de las predicciones, se realizaron experimentos de muestreos y


captura de esporas, se midieron las concentraciones arribantes, se verificó su

viabilidad y su capacidad de infección.

Se realizaron cinco experimentos de muestreos en áreas aledañas al Laboratorio

Provincial de Sanidad Vegetal del municipio San Juan y Martínez, en períodos de

tres hasta seis horas en dependencia de las condiciones meteorológicas diarias,

comprendidos entre las 09:00 a 17:00 horas del meridiano 75ºW utilizando un

colector activo de partículas para el muestreo y captura de esporas para la

posterior identificación, reproducción y aislamiento de agentes patógenos

aerotransportados con el apoyo de la especialista en micología del Laboratorio

Provincial de Sanidad Vegetal. El colector diseñado por el autor (Figura 2.2.1)

comprende, según descripción presentada en documento de solicitud de patente,

una bomba eléctrica de succión (1), desde la cual se extiende una manguera o

conductor de flujo de aire (2), a la cual se conecta un aditamento medidor

(contador) del volumen de aire succionado (3), y está caracterizado por un

erlenmeyer de cristal con tapón de goma de dos orificios (4), en los cuales se

insertan, un tubo de cristal (5) que se conecta a la manguera procedente de la

bomba de succión (1) y penetra dentro del erlenmeyer y otro tubo de cristal (6)

cuyo extremo inferior se introduce en un volumen de 250 ml de agua destilada

estéril, mientras el extremo superior del tubo (6) se inserta a una manguera (7)

que se extiende para colectar el aire del ambiente mediante un embudo (8) que se

ubica en función de la dirección del viento predominante durante el período de

muestreo; se sustituyen los filtros, medios de cultivos, o materiales adhesivos,

para la colección de partículas, mediante el sistema integrado por el recipiente (4)


(erlenmeyer) y los tubos (5 y 6) para capturar las esporas en el agua destilada

estéril. (Figura 2.2.1).

Figura 2.2.1. Esquema de Colector activo de partículas.

El procedimiento para el muestreo y captura de agentes patógenos

aerotransportados, se caracteriza por la activación de la bomba que succiona,

mediante un sistema de mangueras conductoras, el flujo de aire colectado del

ambiente por un embudo; que es forzado al producirse un vacío en el interior del

un erlenmeyer, por la succión generada en el extremo de un tubo a través de una

manguera, al activarse la bomba antes enunciada, los volúmenes de aire son

contados por un aditamento destinado para dichos fines y se capturan las


partículas colectadas del ambiente en el agua destilada estéril contenida en el

erlenmeyer.

Con el apoyo de la especialista en micología se ejecutó la detección, conteo e

identificación de las esporas colectadas de agentes patógenos, mediante lo cual

se evaluó la efectividad del método de muestreo concebido y del equipo diseñado.

Para ello se tomaron alícuotas de 0,1 ml del agua destilada estéril posterior a un

período de muestreo, se llevaron a la Cámara de Neubauer (Figura 2.2.2- a,b,d),

para observar al microscopio todas las secciones o campos focales de la misma y

contar todas las esporas observadas (Figura 2.2.2- c). Considerando las esporas

contadas en las alícuotas tomadas, el volumen de agua destilada receptora y de

aire medido en el aditamento adjunto a la bomba, se calcularon las

concentraciones de esporas/m3 de aire y teniendo en cuenta que la deposición de

las esporas se produce sobre la superficie del cultivo, se estimó la concentración

que se deponía en una hectárea, para expresar el resultado del muestreo en

esporas/m3 de aire/ha.

Determinación de la capacidad de infección de las esporas colectadas.

Para verificar la capacidad de infección, las muestras en que se observaron

esporas se colocaron en condiciones favorables de temperatura (Menos de 22°C)

y humedad (más de 95%) y en un período de 3 a 5 horas se observaron

nuevamente al microscopio para detectar la emisión del tubo germinativo y se

calculó la viabilidad expresada en porcentaje (Figura 2.2.2). En la tabla 3.2.2 se

muestran las variables meteorológicas trihorarias registradas en los cinco períodos

de realización de experimentos de muestreos de esporas de moho azul.


(a) (b)

(c) (d)

Figura 2.2.2. Procedimientos de preparación de la muestra e identificación de


esporas.

2.3. Evaluación de las aplicaciones del Índice de Peligrosidad Modificado

(IPM) para la predicción de Peronospora hiosciami f. sp. tabacina (DB.

Adam).

El IPM propuesto por Rodríguez, et al. (1984) se calculó diariamente, a partir de

las variables meteorológicas que se emplean en el mismo, obtenidas en las ocho

Estaciones Meteorológicas de Pinar del Río. Con ese índice se determinó la

ocurrencia de condiciones favorables para el desarrollo del moho azul (Tabla

2.3.1, Tabla 2.3.2). El IPM derivado de los pronósticos extendidos se reflejó

gráficamente en mapas de la provincia y se diferenció su puntuación por unidades


fisiográficas, constituyendo una nueva herramienta para facilitar información del

peligro de aparición o evolución de la enfermedad con una perspectiva de cinco

días.

Se evaluó desde el punto de vista climatológico la información correspondiente al

período octubre- abril desde 1981 hasta 1999, con la determinación porcentual de

la incidencia de condiciones favorables para la evolución de P. hiosciami en esas

campañas tabacaleras y se ejecutaron las predicciones con cinco días de

anticipación durante el período octubre- abril desde la campaña tabacalera 1999-

2000.

Para el cálculo del IPM por unidades fisiográficas de la provincia, se usó la

información climática obtenida de los coeficientes correspondientes a los mapas

de temperatura media, mínima y máxima, humedad relativa media, humedad

relativa a las 7:00 horas del meridiano 75ºW y lluvia diaria de la provincia,

derivados de la Caracterización Climática de la Cordillera de Guaniguanico,

(Lopetegui, et al., 2002). Se muestran en las Figuras 2.3.1 a la 2.3.3, tres de los

mapas empleados.
Tabla 2.3.1. Parámetros a considerar para el cálculo del Índice de Peligrosidad Modificado del moho azul (IPM):

HR (%) Índice Lluvia Día Índice Temperatura (ºC) Índice Temperatura Índice Temperatura Índice
(7.00 horas del anterior (mm) (7.00 horas del Media Día Máxima. Día
meridiano 75W) meridiano 75W) anterior (ºC) anterior (ºC)
96-100 40 > 10 15 12,0-15,0 30 15,0-19,9 35 < 25,4 30
91- 95 35 6- 10 10 15,1-18,0 25 20,0-22,0 15 25,5-28,4 25
< 90 30 0,1- 5 5 18,1-21,4 20 >22,0 0 > 28,5 0

Diariamente se suman los índices correspondientes a cada variable.

La aparición de los primeros síntomas puede suceder entre los cuatro o diez días posteriores a la ocurrencia de dos
días o más, de tres consecutivos con IPM superior a 80 puntos.

Tabla 2.3.2. Clasificación del IPM de acuerdo a la puntuación acumulada por las variables implicadas:

IPM Condiciones
< 80 No favorable

80-100 Favorable
101- 130 Muy Favorable
> 130 Altamente favorable

Fuente: Rodríguez, et al. (1984)


Figura 2.3.1. Temperatura media anual (ºC).

Figura 2.3.2. Humedad Relativa media anual (%).


Figura 2.3.3. Precipitación acumulada media anual (mm).

2.3.1. Evolución de la enfermedad moho azul del tabaco. Zonificación

bioclimática.

Haciendo uso de la información histórica sobre afectaciones en campañas

tabacaleras anteriores (desde 1981-1982), aportadas por el Centro Provincial de

Sanidad Vegetal de Pinar del Río, se realizó una evaluación de los siguientes

elementos:

 Momento y frecuencia de las primeras apariciones de la enfermedad, en cada

territorio, durante las últimas 22 campañas.

 Número de días en que el IPM correspondió a una evaluación de 80 puntos o

superior en los meses entre octubre y marzo de cada campaña. Del total de días en

que se calculó el IPM para cada campaña, se agruparon los días en que se
presentaban condiciones de Favorables a Altamente Favorables y se calculó la

relación porcentual.

a. Zonificación de las condiciones agroclimáticas para la incidencia del moho

azul, expresada en porcentaje de incidencia del IPM.

Se evaluó la frecuencia expresada en porcentaje de los diferentes niveles de

puntuación del IPM para cada una de las unidades fisiográficas de la provincia de

Pinar del Río, con lo cual se zonificó la incidencia de las condiciones climáticas

favorables, muy favorables y altamente favorables para la aparición y evolución de la

enfermedad.

b. Representación territorial de la incidencia de la enfermedad.

Se trabajó con los diferentes indicadores bioclimáticos relacionados con la

enfermedad (primera fecha de aparición de brotes, valores de IPM, total de focos y

áreas afectadas en grados ligero, medio e intenso), como se establece en el sistema

de reportes empleado por el Centro Nacional de Sanidad Vegetal, aportados por el

Centro Provincial de Sanidad Vegetal, los cuales fueron evaluados para zonificar la

enfermedad desde el punto de vista fitosanitario.

2.3.2. Utilidad del sistema de predicción en la ejecución de la estrategia


fitosanitaria.
Se confirmaron las predicciones mediante el seguimiento a los primeros reportes de

la enfermedad en regiones donde los modelos sugerían algún riesgo de afectación

(plantaciones tabacaleras receptoras del patógeno en la región occidental).

2.4. Evaluación del sistema de predicción y vigilancia del moho azul.


2.4.1. Relación entre el comportamiento del Índice de Peligrosidad Modificado y

la evolución de la enfermedad.

El análisis de la información biológica sobre la evolución de la enfermedad incluye el

cálculo y análisis del porcentaje de área afectada en grado ligero, medio e intenso en

intervalos de cinco días, así como el cálculo de la velocidad de la epidemia mediante

la Tasa de Infección Logística propuesta por Pérez y Rodríguez (1990), con el

aumento en el tiempo del área afectada en grado ligero, medio e intenso en

semilleros, plantación al sol y plantación tapado:

r = 1/T2 - T1*(ln X2/1-X2)- (lnX1/1-X1) donde:

 r - Tasa de Infección logística.

 T2 - T1 - Diferencia en días del período evaluado.

 X1 - Afectación por la enfermedad el primer día del período.

 X2 - Afectación por la enfermedad el último día del período.

A fin de evaluar cómo las condiciones agrometeorológicas incidían en la evolución de

la enfermedad, se procesó la relación de la cantidad de días con condiciones desde

favorables hasta altamente favorables y la velocidad de evolución de la enfermedad

mediante la Tasa de Infección Logística (TIL) en períodos de cinco días. Se

describen gráficamente las relaciones entre las manifestaciones de los mismos.

2.4.2. Relación entre la velocidad de incidencia de la enfermedad (Tasa de

Infección Logística) y la evolución fenológica de las plantaciones tabacaleras

de la provincia en el período 2000-2003.


Se procesaron las bases de datos sobre fenología de plantaciones, establecidas en

intervalos de diez días durante todo el período que comprenden las campañas

tabacaleras 2000-2001 hasta 2002-2003 aportadas por las Estaciones

Agrometeorológicas: Isabel Rubio, San Juan y Martínez y Paso Real de San Diego, y

se reflejaron gráficamente para representar su evolución temporal, lo que se

ejemplifica en la Figura 2.4.1. Estas se contrastaron con las informaciones de

reportes decadales de las empresas tabacaleras sobre área plantada.

Figura 2.4.1. Evolución fenológica de tabaco al sol. Variedad “Criollo- 98”. Fecha de
Plantación: 09-12-2000.

Con el objetivo de comprobar esa relación se evaluó la evolución de las fases

fenológicas de los volúmenes de tabaco plantados en diferentes momentos desde el

inicio de las campañas 1999-2000 hasta 2002-2003, para considerar lo recomendado

por Viruega (1999) respecto a que el conocimiento de los estados fenológicos es

fundamental para comprender el desarrollo de la enfermedad.


Desde el inicio de campaña se calculó el área total de plantaciones de tabaco que

existía en la provincia por cada década, representándolo gráficamente para apreciar

el porcentaje de áreas tabacaleras que se encontraban en diferentes fases al

producirse el primer reporte de la enfermedad.

Del resumen de la información fenológica se calculó el total de plantaciones que se

encontraban en las fases: formación de hojas, crecimiento vegetativo, reproductivas

y de madurez de las hojas por pisos. Se graficó la relación existente entre la Tasa de

Infección Logística y los porcentajes de área en las fases fenológicas agrupadas,

debido a que ningún procedimiento estadístico permitió justificar el efecto de uno

respecto al otro.

2.4.3. Evaluación de la incidencia del Sistema de Predicción y Vigilancia del

moho azul en la efectividad de aplicación de productos fitosanitarios.

Con el objetivo de valorar la incidencia de la aplicación del sistema de predicción y

vigilancia en la efectividad de la aplicación de productos fitosanitarios se utilizaron los

datos de reportes diarios de productos fitosanitarios aplicados y las áreas tratadas

con los mismos, aportados por el Centro Provincial de Sanidad Vegetal,

correspondiente a las campañas tabacaleras 1998-1999 hasta 2002-2003, se agrupó

la información correspondiente a niveles de aplicación y cobertura en área de

productos sistémicos, polvos humedecibles (de contacto), productos biológicos

estimulantes de la resistencia y enmendantes, en períodos de cinco días. La

información referida se relacionó gráficamente con la información ya procesada

referente a la evolución de la enfermedad y de los volúmenes de plantaciones

tabacaleras en diferentes períodos fenológicos.


2.5. Evaluación del efecto económico, el impacto social y ambiental del Sistema

de Predicción y Vigilancia de la enfermedad moho azul del tabaco.

Evaluación económica.

Para estimar el efecto económico del sistema de vigilancia se modeló la posible

afectación a las plantaciones de la provincia, considerando las fechas de primeros

reportes en otras provincias occidentales, que coincidieron con la fecha de emisión

de la señal fitosanitaria y comenzó la aplicación de la estrategia de protección en

Pinar del Río y la relación de dichas fechas con los primeros reportes en Pinar del

Río. Se dedujo un 30% de probabilidad de afectación en grado intenso diez días

posteriores a la fecha del reporte y se estimó un 50% de probabilidad de pérdidas al

volumen de afectación en grado intenso, considerando la experiencia de la campaña

1998- 1999, en la cual se comprobó por Lopetegui, et al. (2000), que diez días

después del primer reporte se afectaban en grado intenso más de 70% de los

semilleros y que prácticamente la totalidad de estos era necesario demolerlos, lo que

se ratifica por Main (1997) al argumentar que después de 7 a 10 días de incidencia,

cuando se ha producido suficiente inóculo secundario, ocurre una epidemia general y

el semillero entero se afecta en solo una noche y que cuando las condiciones del

tiempo son favorables, la infección del hongo puede aumentar e incrementarse el

número de plantas muertas por la enfermedad en grandes áreas,

Se calculó la diferencia entre los dos momentos y el valor resultante constituyó la

base para determinar la posible repercusión de las pérdidas en semilleros en el

cumplimiento del plan de siembras. A la cifra obtenida se le aplicó el rendimiento

medio por tipos de tabaco, el porcentaje de capas para exportación de puros en cada
campaña, el precio de compra del tabaco en ramas a los productores, el precio

promedio de ventas de puros en US$ y se obtuvieron los niveles de pérdidas

evitadas en toneladas métricas (t), en pesos y en US$.

Evaluación de indicadores de eficiencia de la estrategia de protección nacional

para el análisis de los criterios referentes al impacto ambiental de la aplicación

del Sistema de Predicción y Vigilancia.

Considerando la información aportada por los informes nacionales de resumen de las

Estrategias Fitosanitarias, correspondientes a las campañas 2000-2001, 2001-2002 y

2002-2003, se valoró de forma comparativa el comportamiento de los principales

indicadores de eficiencia de la estrategia de protección aplicada por provincias, entre

los cuales se destacan:

 Porcentaje de días con condiciones favorables según IPM por provincias.

 Índice de afectación por moho azul.

 Relación área cosechada y consumo real respecto a la necesidad de fungicidas

por provincias. El sistema de protección fitosanitaria concibe una planificación anual

de productos químicos para combatir la enfermedad moho azul del tabaco en función

del área planificada a cosechar por provincia a partir de los niveles medios históricos

por hectárea. Este análisis permite evaluar los niveles de eficiencia de la estrategia

de protección fitosanitaria al evaluar el consumo real respecto al planificado en el

programa:
 Relación área cosechada- costo de productos por caballerías. Constituye un

indicador que refleja los niveles de ahorro presupuestario con la aplicación de la

estrategia.

 Consumo en kg/ha de producto comercial e ingrediente activo por provincias.

Estos dos indicadores reflejan la magnitud de la reducción de niveles de productos

que pueden constituir residuales potenciales en las hojas cosechadas o vertidos al

medio.

Repercusión Social.

Este sistema se concibió con la participación de los activistas de base y los

productores para ejecutar:

 Capacitación a directivos y especialistas de empresas tabacaleras (campaña

tabacalera 1999-2000).

 Capacitación a extensionistas y productores asociados. Campaña 2000-2001.

 Estrategia de comunicación con productores tabacaleros.

 Transmisión de las predicciones mediante correo electrónico hasta las empresas

tabacaleras todos los lunes y jueves.

 Transmisión de la señal fitosanitaria del Centro Provincial de Sanidad Vegetal a

empresas tabacaleras mediante el sistema de radio del MINAGRI- lunes y jueves.

 Difusión de información de la empresa a los productores por los jefes de áreas

(extensionistas) y activistas de sanidad vegetal (campesino a campesino). Reuniones

de discusión del SPVA los martes y viernes.

 Divulgación por los medios de difusión masiva de las predicciones. Transmisión a

campesinos por el programa televisivo “El mundo de Hoy”, de Tele- Pinar, con
frecuencia semanal (lunes 16:00 horas del meridiano 75ºW). Transmisión simultánea

por programas radiales de Radio “Guamá” los martes y viernes en los horarios:

06:30, 07:30 y 12:00 horas del meridiano 75ºW.


CAPÍTULO III.
ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE LOS
RESULTADOS:
Capítulo III. Análisis y discusión de los resultados:

3.1. Evaluación de la influencia que ejercen las condiciones meteorológicas en

el transporte de esporas por la atmósfera.

El estudio de la aerobiología permitió evaluar con nuevas herramientas la influencia

que ejercen las condiciones meteorológicas en el transporte de esporas de P.

hiosciami desde plantaciones tabacaleras de Norteamérica, Centroamérica y el

Caribe hasta las establecidas en vegas de la provincia Pinar del Río o desde el

propio territorio (Figura 3.1).

Figura 3.1. Zonas tabacaleras que constituyen fuentes primarias de infección en

Estados Unidos, México, Centroamérica y el Caribe.


Al realizar un estudio de los mapas sinópticos de los días que antecedían a las

fechas de primeras apariciones desde la campaña 1985-1986, se encontraron los

patrones sinópticos que influyeron en el transporte y se modeló gráficamente la

trayectoria de esporas para el citado período, desde zonas tabacaleras donde resulta

altamente probable la existencia de la enfermedad (Figura 3.1), hasta las

plantaciones de la provincia Pinar del Río, en lo cual se constató adecuada

correspondencia con las gráficas resultantes del empleo del modelo de transporte de

contaminantes propuesto por (Pérez, et al., 2003), se ratifica que el empleo de

patrones sinópticos en la identificación de situaciones meteorológicas favorables

para el transporte y dispersión de agentes patógenos constituye una importante

componente teórica a partir de la cual se pueden trazar las estrategias de vigilancia

de los eventos de contaminación biológica.

Como resultado de esos estudios, se creó una base de imágenes de consulta

sistemática, tanto de los patrones, como de la modelación, disponible para

emplearla en la elaboración de las predicciones desde el inicio del servicio de

vigilancia de la enfermedad, acumulando la información correspondiente a 23

campañas, lo que constituye un instrumento de valiosa aplicación para la

identificación en los modelos de pronósticos de las situaciones meteorológicas

potencialmente peligrosas para el transporte de esporas. Similares procedimientos

se emplearon por Main y Keever (2000), quienes declararon que las previsiones

archivadas durante los cinco años precedentes les sirvieron para usarlas como

ejemplos de instrucción realistas (patrones) en los cuales se documentan y resumen


las epidemias continentales cada año, mientras proporcionan información sobre los

primeros brotes por estados, fuentes probables, las condiciones de tiempo asociadas

y análisis de la climatología.

Con los resultados alcanzados se ratifican los aportes que se sugieren por Lecha y

Llanes (1988); Coffii y Rego (1983) citados por Rubiera (1990); Rubiera (1990);

Howell (1953), Burluski (1973), Amaro (1984) y Lecha (1987) citados por Lapinel

(1998); Lapinel (1998); Fernández (1987) y Lapinel (1998) citados por Fernández y

Díaz (2005); al desarrollar sistemas de predicción meteorológica basados en el

estudio de patrones y se ratifica una mayor coincidencia con las experiencias acerca

de las potencialidades de aplicación específica para la predicción de transporte y

dispersión de esporas, en el empleo de patrones por Fernández (2004), quien

estudió la diversidad de los tipos atmosféricos de la circulación, las rupturas que

ocurren entre los tipos de circulación, y la intensidad de esas rupturas, que afectaron

durante una epidemia provocada por esporas fúngicas.

3.1.1. Estudio sinóptico climatológico (1985-1998)

Se identificaron en varias de las campañas tabacaleras evaluadas, tres patrones

responsables del transporte de esporas de norte a sur, desde plantaciones

tabacaleras y otras zonas con especies de nicotiana silvestres de Estados Unidos y

México.

En campañas tabacaleras correspondientes al período 1979-1984, se identificaron

situaciones sinópticas que presumiblemente transportaban esporas desde

plantaciones tardías de Norteamérica o desde otras zonas del continente con

especies de Nicotiana silvestres por vientos de componente norte del anticiclón


continental posterior al paso de un frente frío, para producir su deposición en

plantaciones tempranas de la provincia; similar al período referido, se detectó en la

campaña 1997-1998 (Figura 3.1.1- c), en la cual se produjo el primer reporte el 14 de

noviembre, en las campañas 1989-1990 (Figura 3.1.1.a), en la cual se presentó la

condición de transporte desde el sur de los Estados Unidos por vientos de

componente norte, desde el 30 de noviembre hasta el 4 de diciembre y 1995-1996,

con dos situaciones que antecedieron al primer reporte, la primera entre el 9 y el 11

de diciembre y la segunda entre el 19 y el 24 del propio mes (Figura 3.1.1.b).

Entre el 11 y el 13 de Febrero de 1986, con la aproximación de un frente frío bien

estructurado asociado a una Baja en el Golfo de México, se manifestó el segundo

patrón de transporte desde el norte, con este patrón suelen presentarse dos

situaciones, primero la incidencia de vientos de componente sur que pueden

propiciar el ascenso y dispersión de esporas por niveles medios desde

Centroamérica hasta la zona del Golfo donde se encuentra el frente, integrarse a la

nubosidad del mismo y transportarse hasta el territorio de la provincia Pinar del Río,

en la cual se puede producir una deposición forzada por la lluvia que va dejando el

frente frío a su paso por el territorio, con tal situación se ratifica lo expuesto por Main

(1997), al referir que con la ocurrencia de la lluvia, se produce la deposición de las

esporas en un breve período sin tener en cuenta el viento y el aire se limpia

eficazmente. La segunda situación de transporte de este patrón puede presentarse al

imponerse el viento de componente norte del Anticiclón continental posterior al paso

del Frente Frío, para transportar esporas desde plantaciones de Norteamérica

(Figura 3.1.2). Las situaciones tipificadas por ese patrón se presentaron cinco días
antes que la fecha del primer reporte de la campaña 1985-1986 y se corresponden

con lo argumentado por Rodríguez y Gómez (1983), quienes platearon que la

penetración de esporas de Pernospora hiosciami en campañas precedentes provino

del norte, debido a los vientos fuertes y constantes en los primeros días de febrero,

capaces de arrastrar una considerable masa de esporas, coincidiendo su arribo con

el inicio de un período crítico favorable para el desarrollo de la enfermedad.

El tercer patrón evidencia el arrastre de esporas vinculado a la presencia de una Baja

en el sur de los Estados Unidos y al establecimiento de vientos fuertes de

componente norte al paso del sistema frontal asociado a ella. Ese patrón se encontró

en la campaña 1990-1991 entre el 8 y el 11 de diciembre de 1990 y el primer reporte

de la enfermedad se produjo el tres de enero de 1991 (Figura 3.1.3- a). De igual

manera, en la campaña 1993-1994, se presentó la condición descrita

aproximadamente un mes antes del primer reporte, entre el 29 de octubre y el 1° de

noviembre según se aprecia en la figura 3.1.3- b.

Baja en el Caribe occidental que puede transportar esporas desde Centroamérica, el

Caribe y otras zonas tabacaleras de Cuba hasta plantaciones de la región occidental

del país por vientos de componente sur y al internarse en el Golfo de México, el

transporte puede ser de componente norte desde Texas, donde existen especies

silvestres de nicotiana, o desde plantaciones del sur de Estados Unidos. Este patrón,

al presentarse entre el 27 y el 30 de noviembre de 1986, pudo ser responsable del

transporte de esporas que provocaron el primer reporte de la enfermedad en la

campaña 1986-1987 el 20 de diciembre (Figura 3.1.4- a). En la campaña 1992-1993

se produjo el primer reporte el 18 de noviembre de 1992, debido probablemente a la


situación de transporte tipificada por este patrón entre el 1° y el 6 de octubre de

1992, (Figura 3.1.4- b).

Entre los patrones más comunes se distingue la presencia de un organismo tropical

en el Caribe occidental. Estos sistemas durante su evolución son responsables del

transporte de esporas, primero por vientos de componente sur a través de su

circulación desde plantaciones de Centroamérica, región en la que se cosecha

tabaco la mayor parte del año y se reporta la presencia del patógeno con un alto

nivel de severidad y descartada resistencia a productos y después desde el sur de

Norteamérica por vientos de componente norte, de su propia circulación o al incidir el

anticiclón continental posterior a su ascenso hacia el norte por el Atlántico. Con este

patrón se detectó la probabilidad de transporte en la campaña tabacalera 1987-1988

entre el 1° y el 5 de noviembre de 1987, previo al reporte de la enfermedad el 9 de

diciembre del propio año (Figura 3.1.5- a) y en la campaña 1988-1989 entre el 20 y el

24 de noviembre de 1988 para incidir en el primer reporte que se produjo el 7 de

diciembre, (Figura 3.1.5- b).

En la campaña 1991-1992 se produjo una situación tipificada por el patrón de

transporte objeto de análisis entre el 12 y el 16 de octubre de 1991, posterior a dicha

situación se presentaron dos períodos de condiciones climáticas favorables para

provocar el primer reporte de la enfermedad el 6 de noviembre (Figura 3.1.6- a).

Al analizar las condiciones meteorológicas que precedieron a la fecha del primer

reporte de la campaña 1994-1995 correspondiente al día 21 de diciembre, se detectó

la incidencia del patrón que se ha venido evaluando entre el 13 y el 19 de noviembre

de 1994 (Figura 3.1.6- b).


a. Primer reporte de moho azul Campaña 1989- 1990
(20-12-1989)

c. Primer reporte de moho azul Campaña 1997-1998


(14-11-1997) b. Primer reporte de moho azul Campaña 1995-1996 (04-
01-1996)
Figura 3.1.1. Transporte de esporas por vientos de componente norte del anticiclón continental posterior al paso de

un frente frío.
Primer reporte de moho azul. Campaña 1985-1986 (18-02-1986)

Figura 3.1.2. Transporte de esporas desde Centroamérica, integración a la

nubosidad del frente y deposición por la lluvia. Transporte desde Norteamérica

al imponerse el anticiclón posterior al paso del Frente.


b. Primer reporte de moho azul Campaña 1993-1994
a. Primer reporte de moho azul Campaña 1990-1991 (03- (02-12-1993)
01-1991)

Figura 3.1.3. Arrastre de esporas vinculado a la presencia de una Baja en el sur de los Estados Unidos y al

establecimiento de vientos fuertes de componente norte al paso del sistema frontal asociado a ella.
b. Primer reporte de moho azul Campaña 1992-1993
a. Primer reporte de moho azul Campaña 1986-1987 (20- (18-11-1992)
12-1986)

Figura 3.1.4. Transporte de esporas desde Centroamérica, el Caribe y otras zonas tabacaleras de Cuba por vientos

de componente sur de la circulación de una Baja en el Caribe occidental y de componente norte desde Texas, o

plantaciones del sur de Estados Unidos.


a- Primer reporte de moho azul Campaña 1987-1988 (09- b- Primer reporte de moho azul Campaña 1988-1989 (07-12-
12-1987) 1988)
Figura 3.1.5. Transporte de esporas por vientos de componente sur en la circulación de un organismo tropical

desde plantaciones de Centroamérica en las campañas tabacaleras 1987-1988 y 1988-1989.


a- Primer reporte de moho azul Campaña 1991-1992 (6- b- Primer reporte de moho azul Campaña 1994-1995
11-1991) (21-12-1994)
Figura 3.1.6. Transporte de esporas por vientos de componente sur en la circulación de un organismo tropical

desde plantaciones de Centroamérica en las campañas tabacaleras 1991-1992 y 1994-1995.


Las mayores epifitótias reportadas en Cuba se han presentado en años en que estos

patrones se han manifestado y coincidente con los organismos de máxima severidad.

Entre los ejemplos más ilustrativos se muestra la coincidencia del huracán Lili que

afectó al Caribe occidental entre el 16 y el 19 de octubre de 1996 (Figura 3.1.7- a)

con la epifitótia más severa de la historia en la región central de Cuba y la incidencia

un mes más tarde de la tormenta tropical Marco por los mares al sur de Cuba (entre

el 21 y el 26 de noviembre) (Figura 3.1.7- b), como consecuencia de la cual unos

días más tarde se reportaron los primeros focos de la enfermedad en la provincia

Pinar del Río.

3.1.2. Aplicación práctica de las predicciones de transporte de esporas.

A partir de la Campaña 1998-1999, con patrones similares al del huracán Lili de

1996, se presentó el huracán Mitch entre el 26 de octubre y el 4 de noviembre de

1998 (Figura 3.1.8), con el cual se describió el patrón típico en que se manifiestan

estos organismos, ratificándose por su permanencia en la región durante un período

prolongado de tiempo que sugería la persistencia de afectación de las condiciones

más extremas para que se transportaran grandes volúmenes de esporas desde

Centroamérica, para producirse próximo al territorio, por la ocurrencia de vientos

subsidentes asociados a la periferia de un anticiclón, la deposición de las esporas

transportadas; y coincidir con Main (1997), cuando refería que la incidencia de viento

subsidente en el límite final de una trayectoria de transporte de esporas juega un

papel importante en su deposición. De lo anterior se deduce que es alto el nivel de

certidumbre para atribuirle la responsabilidad al patrón referido al Mitch en relación


con la ocurrencia de la severa epifitótia de moho azul en esa campaña en semilleros

y plantaciones de Pinar del Río.

En la Campaña 1999-2000 se encontró en los modelos de predicción la presencia de

uno de los patrones previamente identificados y se pronosticó el transporte de

esporas asociado a la circulación del huracán Irene (Figura 3.1.9), situación similar

se detectó en la Campaña 2000-2001 como consecuencia de una baja tropical en el

Caribe occidental, en la 2001-2002 por la ocurrencia del huracán Michelle y en la

2002-2003 los huracanes Isidore y Lili.

En la Figura 3.1.10 se muestra la trayectoria modelada del transporte de esporas

desde Centroamérica por la circulación del huracán Michelle en la campaña 2001-

2002. En la Tabla 3.1.1 se puede apreciar el kilometraje recorrido correspondiente a

cada segmento de trayectoria en intervalos de seis horas, para sumar los dos días de

duración del evento de transporte de esporas.

El incremento de la frecuencia de organismos tropicales en el Caribe occidental,

asociado a un período de alta actividad ciclónica, ha condicionado una mayor

cantidad de eventos de transporte de esporas como consecuencia del patrón que se

identifica vinculado a la circulación ciclónica.

En consecuencia, en la campaña 2002-2003, se avizoró el referido patrón, se ejecutó

la modelación y se alertó tempranamente mediante el sistema de predicción el

probable evento de transporte de esporas por los huracanes Isidore y Lili.

En la Figura 3.1.11 se muestra la modelación gráfica del transporte y en la Tabla

3.1.2, la descripción numérica de los segmentos de trayectoria de esporas desde

Centroamérica por el huracán Lili a inicios de la campaña 2002-2003.


a- Huracán “Lili” b- Tormenta Tropical “Marco”.
Primer reporte de moho azul Campaña 1996-1997 (10-12-1996)

Figura 3.1.7. Transporte de esporas por vientos de componente sur en la circulación del Huracán “Lili” desde

plantaciones de Centroamérica y de la Tormenta Tropical “Marco” desde las provincias orientales de Cuba en la

campaña tabacalera 1996-1997.


Primer reporte de moho azul Campaña 1998-1999 (2-12-1998)

Figura 3.1.8. Transporte de esporas por vientos de componente sur en la circulación del Huracán “Mitch” desde

plantaciones de Centroamérica en la campaña tabacalera 1998-1999.


Primer reporte de moho azul Campaña 1999-2000 (1-12-1999)

Figura 3.1.9. Transporte de esporas por vientos de componente sur en la circulación del Huracán “Irene” desde

plantaciones de Centroamérica en la campaña tabacalera 1999-2000.


Figura 3.1.10. Trayectoria modelada del transporte de esporas. Huracán “Michelle”.
Campaña 2001-2002.

Tabla 3.1.1. Descripción de la modelación gráfica correspondiente a la


trayectoria del transporte de esporas, asociada a la circulación del Huracán
Michelle. Campaña 2001-2002.
Nº Fecha Hora del Ubicación Dirección Velocidad Recorrido

meridiano del Viento (km/h) (km)

75ºW.

1 02/11/01 1.00 14,08ºN- 83,32ºW SW 15 90

2 02/11/01 7.00 15,02ºN - 82,20ºW SSW 15 90

3 03/11/01 1.00 15,53ºN- 81,20ºW SSW 15 90

4 03/11/01 7.00 17,11ºN- 80,47ºW S 15 90

5 03/11/01 1.00 18,37ºN- 85,27ºW S 25 150

6 03/11/01 7.00 21,19ºN- 81,11ºW SSE 50 300

7 04/11/01 1.00 22,36ºN- 83,33ºW NNE 50 300


Figura 3.1.11. Trayectoria modelada del transporte de esporas. Huracán “Lili” 2002-
2003.

Tabla 3.1.2. Descripción de la modelación gráfica correspondiente a la


trayectoria del transporte de esporas, asociada a la circulación del Huracán
“Lili”. Campaña 2002-2003.
Nº Fecha Hora del Ubicación Dirección Velocidad Recorrido

meridiano del Viento (km/h) (km)

75ºW.

1 29/09/02 7.00 14,03ºN- 83,43ºW SW 35 220

2 30/09/02 1.00 15,06ºN- 82,35ºW SW 35 220

3 30/09/02 7.00 17,12ºN- 82,14ºW SSW 35 220

4 30/09/02 1.00 19,03ºN- 81,40ºW SSW 50 300

5 30/09/02 7.00 21,26ºN- 82,56ºW SE 50 300

6 01/10/02 10.00 22,15ºN- 84,13ºW SE 50 300


La aplicación del sistema de predicción y vigilancia a partir del empleo de los

patrones y la modelación del trasporte constituyó una experiencia que permitió

apreciar la escasa posibilidad de que las fuentes de inóculo primarias fueran locales,

es poco probable que existan individuos de Nicotiana silvestres en zonas

montañosas de la provincia, pues en las cuatro campañas evaluadas en el período

1999-2003 se han presentado condiciones climáticas muy favorables y altamente

favorables para la aparición de los primeros síntomas en zonas montañosas de la

provicia Pinar del Río desde los mismos inicios de la campaña según la

manifestación del IPM y los primeros brotes se han reportado fuera de ellas. Por otra

parte, la rigurosa campaña de demolición de restos de plantas y saneamiento

posterior a las cosechas dejan muy pocas alternativas de supervivencia al patógeno

y contribuyó a. corroborar lo que se ha venido argumentando por Blanchard (1965) y

Mijailova (1972) citados por Gomez y Muiño (1998), quienes consideran al viento

como causante de la dispersión de esporas desde zonas con infecciones primarias;

por Wolf (1947); Mc Grath y Miller (1958); Hill (1962), citados por Pérez y Gómez

(1984) al afirmar que las infecciones por esporas transportadas por el viento,

producidas en plantas de Nicotiana sp. silvestres, constituyen una de las fuentes

principales de inóculos, además Main (1996) argumentó que las esporas del moho

azul son fácilmente transportadas por el viento a largas distancias y mantienen su

viabilidad ante las condiciones meteorológicas que se presentan durante la

trayectoria.
3.2- Muestreos de esporas en la atmósfera.

En la realización de los experimentos se constató que resultaba efectivo el método

de muestreo en la atmósfera al observarse las esporas (Figuras 3.2.1 y 3.2.2). Esta

constituyó la manera de ratificar su presencia en el ambiente, confirmación clave

para el perfeccionamiento de la estrategia de protección fitosanitaria como modo de

validación de las predicciones de arribo de agentes patógenos, con tales resultados

se coincide con Main (1997), quien propuso usar los principios y métodos de la

aerobiología para rastrear estas esporas en la capa límite atmosférica y prever la

cobertura temporal y espacial de las epidemias y con Rapilly (1991), citado por

Gómez (1999) quien afirmó que un estudio epidemiológico riguroso debe tener en

cuenta los tres componentes básicos de una enfermedad (planta, patógeno y

ambiente) interaccionado entre ellos en el tiempo y en la población de plantas que

compone el cultivo.

En el procesamiento de las muestras se identificaron esporas de otras especies de

hongo, incluyendo royas (Figura 3.2.5), al respecto Uddin (2004), argumentó que la

aplicación de técnicas de aerobiología o el estudio de la aeromicrobiota se hace cada

vez más imprescindible atendiendo al resurgimiento en distintos lugares del planeta

de enfermedades y plagas que resultan nocivas para las plantas, animales y

humanos, sin embargo, el objetivo del proceso era la detección de esporas de

Peronospora hiosciami. En varias ocasiones se observaron hasta cuatro esporas por

cada área focal del microscopio, cuyos casos coinciden con los muestreos de

máximas concentraciones, reflejados en la tabla 3.2.1. Se infirió que las condiciones

meteorológicas que se presentaron durante los muestreos influyeron en las


concentraciones finales obtenidas (Tabla 3.2.2), lo cual coincide con los resultados

de investigaciones realizadas por Main (1997), quien plantea que la rápida velocidad

de desarrollo del patógeno es determinada, entre otros factores, por el alto número

de unidad de esporas efectivas en la dispersión. También coincide con los resultados

de Rossi, et al. (2005) quienes encontraron una correlación significativa entre los

picos de concentración de esporas de Vesicarium stemphylium y los días con

condiciones atmosféricas favorables.

En las Figuras 3.2.1 y 3.2.2 se observan las esporas colectadas, lo cual constituye la

evidencia de la factibilidad del método y aunque no se pretendía establecer

comparaciones con métodos aplicados por otros autores, permite conciliar con

experiencias logradas por ellos, entre los cuales se pueden citar a Franz, et al.

(2004), quienes determinaron las concentraciones de microorganismos cinco días

antes y después de la identificación de condiciones favorables; García, et al. (2004),

quienes encontraron las diferencias de concentraciones de esporas dentro y fuera de

sendas aerobiológicas concebidas; Jothish y Themath (2004), quienes identificaron

33 tipos de esporas fúngicas aerotransportadas; Uddin (2004), quien mediante

estudios de Aeromicroflora aisló un número importante de hongos; Hasnain, et al.

(2005) quienes investigaron las variaciones estacionales y diurnas de las

concentraciones de esporas aerotransportadas usando trampas volumétricas;

Millington y Corden (2005), quienes supervisaron las concentraciones de esporas,

determinando la variación diaria, espacial y estacional y Rossi, et al. (2005), quienes

realizaron colectas volumétricas de esporas con su periodicidad diurna. Varios

autores que refieren métodos de muestreo del patógeno y mantienen actualizados


sitios WEB con sus resultados, incluyendo las patentes consultadas, no han

mostrado las esporas observadas mediante sus experimentos.

Figura 3.2.1. Esporas observadas en la muestra colectada.

Figura 3.2.2. Esporas observadas en la muestra colectada.


Se pudo constatar que el diseño del colector y las modificaciones realizadas al

método de colectas, lo hacen diferente a los empleados anteriormente en el mundo,

según se muestra en las patentes concedidas a Frederick, et al. (1977); Marple, et al.

(1987); Marple y Virgil (1989); Baxter (1997); Brenizer (2000); Larocca (2001); Letarte

y Lagraff (2002); Lee y Lee (2003) y Jordan y John (2004) y resulta especialmente

efectivo para el tipo de agente causal, pues permite aislarlo sin afectar su viabilidad

para reproducirlo en condiciones controladas. En tal sentido, se refiere por Viruega

(1999), que en experimentos realizados con un capturador volumétrico de partículas,

no fue efectivo el procedimiento al intentar muestrear esporas de Spilocaea oleagina

(Repilo del olivo), como tampoco muestra constancia gráfica de esporas capturadas

por el sistema probado.

En el experimento 2 (Tabla 3.2.1) predominaba la calma y habían transcurrido varios

días cálidos, incluyendo el propio día del experimento (Tabla 3.2.2). Aunque estas

condiciones no resultaban favorables para la deposición de esporas, se decidió

ejecutar los muestreos y analizar las muestras en el microscopio, lo cual posibilitó

comprobar que en ninguno de los casos se capturaron esporas. Los experimentos 1,

4 y 5, arrojaron los registros de esporas/ha/hora más altos (Tabla 3.2.1). En ellos no

se lograron las concentraciones tan altas obtenidas en algunas de las experiencias

referidas por Main (1997) que alcanzaron las cifras de 7 x 108 esporas/ha/hora

medidas en el aire, sin embargo, se aproximaron a las concentraciones de 1- 7

esporas/ha/hora referidas por Aylor y Taylor (1983).


Tabla 3.2.1. Resultados de los experimentos de muestreos de esporas con el empleo
del colector.
Indicadores medidos en Experimento
los muestreos. 1 2 3 4 5
Volumen de agua (ml) 250 250 250 250 250
Horarios de muestreos
10.0-12.0 9.0- 12.0 9.0-14.0 9.0-13.0 9.0-13.0
(Hora del meridiano 75ºW).
Tiempo de muestreo (h) 2 3 5 4 4
3
Volumen de aire (m ) 6 9 15 12 12
Muestras observadas 4 3 6 6 6
Alicuotas por muestras (ml) 0.02 0.02 0.02 0.02 0.02
Esporas observadas 8 0 36 48 66
3
Concentrac. (esporas/m /h) 208 0 100 208 215
6
Concentrac. (esporas/ha/h) 2.08x 10 0 1x10 2.08x 10 2.15x106
6 6

Tabla 3.2.2. Variables meteorológicas trihorarias registradas en períodos de


realización de experimentos de muestreos de esporas de moho azul.
Exper. Día Horario HR (%) TT (gC) N(1/8) dd (°) ff Lluvia
(Km/h) (mm)
07.00 97 22 3 31 6
10.00 71 29 2 04 010
1 28/09/02 0
13.00 62 31,4 6 06 010
16.00 77 27,5 6 35 010
07.00 94 25 4 0 0
10.00 75 29,4 5 06 014
2 29/09/02 8
13.00 69 30,3 5 04 010
16.00 91 27,5 6 17 013
07.00 90 23,6 3 34 8
10.00 71 29,5 5 03 020
3 30/09/02 10,9
13.00 64 31 5 02 016
16.00 67 30,5 5 01 024
07.00 97 23,8 8 03 030
10.00 98 23,5 8 02 052
4 1/10/02 161
13.00 94 25,9 8 17 056
16.00 91 25,6 8 19 032
07.00 97 24,1 5 09 6
10.00 86 24,7 6 12 020
5 2/10/02 6,7
13.00 78 29,4 6 13 020
16.00 74 29,1 6 13 012
Leyenda: HR- Humedad Relativa del aire, TT- Temperatura ambiente N- Nubosidad

en octavos de cielo cubierto, dd- Dirección del viento, ff- Fuerza del viento.

Figura 3.2.3. Comprobación de la viabilidad de las esporas colectadas


(germinación).

Figura 3.2.4. Comprobación de la viabilidad de las esporas colectadas


(germinación).
Determinación de la capacidad de infección de las esporas colectadas

Se verificó la capacidad de infección de las esporas colectadas, pues se observó la

emisión del tubo germinativo en 148 esporas, (el 94 % del total colectadas).

En el experimento 4 en condiciones meteorológicas muy favorables para la

deposición de esporas (Tabla 3.2.2) se observó alto porcentaje de esporas

germinadas debido a las lluvias registradas el día precedente y la elevada humedad

relativa del aire, (Figuras 3.2.3 y 3.2.4), se ratificó su viabilidad para evidenciar lo

planteado por Blanchard (1975) citado por Gómez (1990) al asegurar que las

esporas no germinan por debajo de una humedad relativa de 98.5%;

independientemente de que la temperatura se comportara superior a los 20 ºC

sugeridos por Mikjailova (1975), citada por Padrón (1982).

Figura 3.2.5. Esporas de otros agentes patógenos observadas durante los

experimentos.
3.3. Evaluación de las aplicaciones del Índice de Peligrosidad Modificado (IPM)

para Peronospora hioscami f. sp. tabacina DB. Adams.

A partir del estudio del comportamiento histórico de las condiciones para la evolución

de la enfermedad (Figura 3.3.1), se obtuvo el nivel de incidencia del IPM,

destacándose por el porcentaje de días con condiciones favorables a altamente

favorables mostrado, las campañas tabacaleras 1995-1996, 1986-1987, 1999-2000,

1982-1983, 1984-1985 y 1981-1982. Resultó significativo el comportamiento del

índice durante los años 80, con el 43,63 % de días con condiciones de favorables a

altamente favorables y en el período comprendido entre 1995 y 2003 con 44,5 %, sin

embargo se presentó una etapa intermedia de comportamiento discreto entre la

campaña 1989-1990 y 1994-1995 en las cuales las condiciones favorables afectaron

solo en el 30 % de los días. En los análisis descritos se manifiesta cierta tendencia a

la ciclicidad y recurrencia, en correspondencia con lo expuesto por (Gutiérrez, et al.,

2001).

Figura 3.3.1. Incidencia de condiciones favorables a altamente favorables evaluadas


mediante el IPM en cada campaña durante el período 1981-2003.
Es importante destacar la campaña 1998-1999, en la cual las condiciones climáticas

no sugieren altas posibilidades de afectación por la enfermedad y sin embargo se

produjo la epifitótia más severa de la historia en la provincia Pinar del Río, incluso el

primer foco reportado fue resistente al Metalaxil, semejante manifestación constituye

una evidencia de que la causa fundamental de la epifitótia esté relacionada con los

altos volúmenes de esporas transportados y no con la ocurrencia de condiciones de

temperatura y humedad para la evolución de la enfermedad expresadas por el IPM.

3.3.1. Evolución de la enfermedad moho azul del tabaco. Zonificación

bioclimática.

a- Zonificación de las condiciones agroclimáticas para la incidencia del moho

azul, expresada en porcentaje de incidencia del IPM.

El procesamiento de la base de datos climáticos correspondientes al período 1981-

2003 permitió evaluar el comportamiento diario del Índice de Peligrosidad Modificado

(IPM) y definir las zonas de riesgo agroclimático de la provincia con un nivel de

precisión espacial más detallado que las zonificaciones propuestas por Gómez, et al.

(1998), quienes agruparon a Pinar del Río con La Habana y Sancti Spíritus, como

aquellas provincias donde las condiciones climáticas son muy favorables para el

desarrollo del moho azul.

Según el IPM, en el macizo montañoso de Pinar del Río se manifiestan las mayores

probabilidades de ocurrencia de condiciones favorables a altamente favorables para

la incidencia del moho azul, con valores superiores a 60%. Le sigue la llanura interior

que bordea dicho macizo (entre 45 y 60%) y la llanura central que le sigue (entre 35 y
45%), para presentarse la más baja probabilidad en la llanura costera con valores

inferiores a 35%. De acuerdo con estos resultados se identificaron cuatro zonas con

diferentes condiciones de peligro en la provincia (Fig. 3.3.2).

Figura 3.3.2. Zonificación según el porcentaje de incidencia del Indice de

Peligrosidad Modificado del moho azul en el período 1981-2003.

Estos resultados constituyen una herramienta de extraordinaria importancia para

evaluar otros elementos de interés en relación con la epifitotiología del moho azul,

como la incidencia de la enfermedad.

b- Representación territorial de la incidencia de la enfermedad.

En el sistema de vigilancia epifitotiológica que se ha venido aplicando desde la

campaña tabacalera 1998-1999 hasta la 2002-2003 se incluye el reporte diario de

focos y áreas afectadas en grados ligero, medio e intenso, lo que permitió realizar la

representación territorial de la incidencia de la enfermedad.


Se aprecia en la Figura 3.3.3-a que en los municipios del macizo tabacalero, donde

se presenta un rango de ocurrencia de condiciones favorables a altamente

favorables entre 45 y 60%, la incidencia de la enfermedad en semilleros es mayor.

Al evaluar la afectación en grados medio e intenso como reflejo de la máxima

peligrosidad, se observa en San Juan el mayor porcentaje, seguido por San Luis,

Pinar del Río, Guane y Viñales (Figura 3.3.3-b), lo que se corresponde con el alto

potencial de inóculo ya que en esta zona se establecen los mayores volúmenes de

semilleros; con lo anterior se corrobora que el nivel de infección por moho azul está

significativamente influenciado por el alto potencial de inóculo en las zonas de cultivo

según expuso (Main, 1997). Es importante considerar que como parte de la

estrategia de protección fitosanitaria se establece un número considerable de áreas

de semilleros en zonas de premontaña, lugares en que se presentan altos valores de

IPM y en el caso de los municipios Guane y Viñales se han establecido grandes

áreas de semilleros, lo que puede condicionar la elevada severidad.

En los municipios Consolación del Sur, mayor productor de tabaco al sol del país y

en San Juan y Martínez, uno de los mayores productores de tabaco tapado y al sol,

la frecuencia de afectación por moho azul ha sido mayor (Fig. 3.3.4- a),

probablemente debido a que en ellos se produce un incremento del potencial de

inóculo y de la diseminación de la enfermedad cuando se presenta, como

consecuencia de la concentración de las plantaciones en ambos territorios, lo

anterior se corresponde con lo expuesto por Aylor y Taylor (1983) y por Main (1997),

en relación con el alto potencial de inóculo en las zonas de cultivo.


(a) Porcentaje de afectación en grados (b) Porcentaje de afectación en grados
ligero, medio e intenso medio e intenso
Figura 3.3.3. Representación territorial de la incidencia del moho azul en semilleros.
Campañas 1998-2003.

(a) Porcentaje de afectación en grados (b) Porcentaje de afectación en grados


ligero, medio e intenso medio e intenso
Figura 3.3.4. Representación territorial de la incidencia del moho azul en
plantaciones al sol. Campañas 1998-2003.

(a) Porcentaje de afectación en grados (b) Porcentaje de afectación en grados


ligero, medio e intenso medio e intenso.
Figura 3.3.5. Representación territorial de la incidencia del moho azul en
plantaciones tapado. Campañas 1998-2003.
La alta incidencia presentada en Viñales, se debe a que las plantaciones están

expuestas a condiciones climáticas más favorables para el patógeno (Fig. 3.3.4-a) lo

cual ratifica los criterios de Gómez y Rodríguez (1990), Main (1997) y Blanchard

(1965) citado por Gómez y Muiño (1998), quienes abordan el incremento de las

afectaciones por esta enfermedad como consecuencia de la presentación sistemática

de condiciones meteorológicas favorables para su desarrollo en determinadas zonas.

En los tres municipios mencionados se ratifica la peligrosidad al presentar los

mayores porcentajes de afectación en grados medio e intenso (Figura 3.3.4-b).

De los siete municipios que producen tabaco tapado resultan más afectados San

Juan y San Luis (Figura 3.3.5-a), lugares donde se plantan más áreas con esta

tecnología y se encuentran más concentradas, con similar comportamiento sucede la

máxima peligrosidad (Figura 3.3.5-b). En los municipios Guane, Minas y Viñales el

porcentaje de afectación es más bajo, debido a que en ellos sólo se plantan algunas

vegas de tapado.

3.3.2. Utilidad del Sistema de Predicción en la ejecución de la estrategia

fitosanitaria.

Con el auxilio de los modelos de pronósticos extendidos se identificaron los patrones

que propiciaban el transporte de esporas. A partir de entonces se emitieron las

predicciones de las cuales se derivaron los avisos a los productores para la

aplicación de las medidas de rastreos, organizativas, de gestión de productos y

medios de aplicación. En la Tabla 3.3.1 se muestran las fechas en que se emitieron

los primeros avisos por campañas, todos relacionadas con la ocurrencia de alguno
de los eventos meteorológicos identificados como responsables potenciales de las

infecciones primarias en la provincia.

Tabla 3.3.1. Situaciones sinópticas favorables para el transporte de esporas, por


campañas tabacaleras, en la provincia Pinar del Río.

Campañas Situaciones Sinópticas Fecha

1998-1999 Huracán Mitch 22/10- 04/11/1998


1999-2000 Huracán Irene 13- 19/10/1999
2000-2001 Baja en el Caribe Occidental 02- 03/10/2000
2001-2002 Huracán Michelle 29/10- 06/11/2001
2002-2003 Huracán Isidore 19- 21/09/2002
Huracán Lili 30/09- 1º/10/2002
Posterior a los avisos, se mantuvo la vigilancia diaria de las condiciones

meteorológicas favorables para la infección por el patógeno arribante, con el Índice

de Peligrosidad Modificado en los pronósticos extendidos hasta cinco días.

La información del SPVMA redundó en los mapas de representación gráfica del IPM

por unidades fisiográficas de la provincia en los días de pronóstico, (Figura 3.3.6), así

como los que reflejan diariamente el comportamiento real del mismo y constituyen la

validación de las predicciones.

La evaluación de la efectividad de las predicciones del IPM, durante el período 1999-

2003, en la provincia de Pinar del Río, mostró un nivel de cumplimiento satisfactorio

si se considera que es un índice que se calcula a partir de un grupo de variables que

son pronosticadas a mediano plazo,

El cumplimiento del pronóstico de cada una de estas variables de manera

independiente, está sujeto a variaciones ambientales de procesos sinópticos, cuya

probabilidad de evolución está influenciada por incertidumbres. Lo anterior se pone


de manifiesto fundamentalmente en los meses de octubre y noviembre, cuando se

aprecian los niveles más bajos de cumplimiento de las predicciones.

06/01/04. 07/01/04.

08/01/04. 09/01/04.

10/01/04.

Figura 3.3.6. Pronóstico del Índice de Peligrosidad Modificado del moho azul. 06-

10/01/2004.
Las Figuras 3.3.7 y 3.3.8, muestran la efectividad de las predicciones del IPM

durante las campañas en que se ha aplicado el SPVMA.

Figura 3.3.7. Efectividad del pronóstico del Índice de Peligrosidad Modificado del
moho azul durante las campañas 1999-2000 y 2000-2001.

Figura 3.3.8. Efectividad del pronóstico del Índice de Peligrosidad Modificado del
moho azul durante las campañas 2001-2002 y 2002-2003.
En las cuatro campañas evaluadas se logró que el nivel de efectividad de las

predicciones de los meses de octubre a diciembre oscile entre un 64 y un 66%.

Enero mostró un comportamiento más favorable pues alcanzó una efectividad media

superior a 86%, mientras que en febrero y en marzo se presentó como promedio un

74,4% y un 82% de efectividad, respectivamente.


En las cuatro campañas, el IPM pronosticado se evaluó con un 73,3% de efectividad

como promedio (Figura 3.3.9).

Figura 3.3.9. Efectividad del pronóstico del Índice de Peligrosidad Modificado del
moho azul durante las 4 campañas evaluadas 1999-2000 hasta 2002-2003.

Los valores de efectividad mostrados se pueden considerar dentro de rangos

satisfactorios, si se tiene en cuenta que en experiencias de otros sistemas de

predicción en la región, Main (1996), se considera que valores por encima de 65%

resultan positivos para condiciones climáticas poco variables.

Mediante la ejecución del sistema de predicción se distinguieron los períodos de

condiciones favorables para la aparición de la enfermedad y al considerar las

experiencias mostradas por Lopetegui, et al. (2000), en cada una de las campañas

trabajadas se decidió emitir la señal para iniciar la aplicación de la estrategia de

protección fitosanitaria inmediatamente después de identificarse al menos el segundo

período de condiciones favorables según el pronóstico del IPM (Centro Provincial de

Sanidad Vegetal. 1999, 2000, 2001, 2002).


En las campañas tabacaleras de períodos anteriores a la implementación del

SPVMA, se verificó por la relación temporal entre la incidencia del evento de

transporte de esporas, y la fecha del primer reporte de la enfermedad que el período

de incubación del hongo suele extenderse hasta que se presente la condición antes

descrita.

Esto se debe a que la ocurrencia de eventos de transporte de esporas en etapas

tempranas como octubre o principios de noviembre, no está sucedida de condiciones

meteorológicas favorables para que se complete el ciclo de infección

inmediatamente, principalmente la temperatura.

Lo anterior corrobora los resultados obtenidos por Blanchard (1965) citado por

Gómez y Muiño (1998), quien argumentó que los primeros síntomas del moho azul,

aparecen generalmente a los cuatro u ocho días después de haber penetrado el

patógeno, pero en condiciones adversas pueden requerir más tiempo para

presentarse. Por su parte, Marcelli y Fantechi (1966) citados por Fernández, et al.

(2000) coinciden al señalar que la temperatura juega un papel primordial en la

duración del período de incubación y la densidad de fructificación. Por otra parte,

Pérez y Gómez (1984) señalaron que en general las progresiones y regresiones del

ataque del moho azul han estado relacionadas con temperaturas entre 16 y 24ºC y

una óptima de 20ºC, siendo el período de incubación más corto cuando la

temperatura se encuentra en ese rango. Al mismo tiempo se ratifica que el desarrollo

de la lesión se retarda con el incremento de la exposición a las temperaturas altas,

con períodos de incubación interpuesto de 20ºC (Keever, 1997 y Main, 1997).


En la Tabla 3.3.2 se muestran las fechas de emisión de las señales fitosanitarias de

acuerdo con las orientaciones del Centro Provincial de Sanidad Vegetal (1999, 2000,

2001, 2002) y las fechas de los primeros reportes de la enfermedad en la provincia

de Pinar del Río y otras localidades de la región.

Como puede apreciarse, desde la campaña 1999-2000 la señal fitosanitaria se emitió

como mínimo con seis días de antelación al primer reporte del moho azul en la región

occidental y 26 días antes del primer reporte en Pinar del Río. Por su parte, el primer

reporte en Pinar del Río se produjo entre 20 y 48 días después que en el resto de la

región occidental, donde las plantaciones estuvieron expuestas a similares

condiciones meteorológicas que las pronosticadas por este sistema. Por estas

razones se puede afirmar que constituyen importantes resultados para la aplicación

efectiva del SPVMA.

Tabla 3.3.2. Resumen de la relación temporal entre las fechas de emisión de la señal
fitosanitaria y los primeros reportes de moho azul en las provincias occidentales.
Señal fitosanitaria Primer reporte de Primer reporte
Campañas en Pinar del Río. moho azul en la del moho azul en
(Centro Provincial de región occidental Pinar del Río
Sanidad Vegetal.
1999, 2000, 2001,
2002)
1998-1999 - 02/12/1998 (PR) 02/12/1998
1999-2000 04/11/1999 10/11/00 (PH) 1º/12/1999
2000-2001 18/10/2000 24/10/2000 (IJ) 02/12/2000
2001-2002 20/10/2001 26/10/2001 (PH) 14/12/2001
2002-2003 23/10/2002 22/11/2002 (PH) 24/12/2002
3.4. Evaluación del sistema de predicción y vigilancia del moho azul.

3.4.1. Relación entre el comportamiento del Índice de Peligrosidad Modificado y

la evolución de la enfermedad.

La estrategia de protección fitosanitaria se ha concebido por el Centro Provincial de

Sanidad Vegetal. (1999, 2000, 2001, 2002) a partir del seguimiento diario del IPM e

incluye un conjunto de medidas fitosanitarias y fitotécnicas para reducir el efecto de

la enfermedad aún bajo las condiciones más severas. A continuación se presenta a

modo de ejemplo la relación existente en períodos de cinco días entre el

comportamiento del IPM y la evolución de la enfermedad, reflejada por la Tasa de

Infección Logística en el municipio San Juan y Martínez en las campañas 1999- 2000

hasta 2002-2003.

Se dio alta prioridad al análisis de la Tasa de Infección Logística por constituir un

método de extraordinaria importancia para establecer una comparación rápida de

diferentes eventos de afectación de un mismo patógeno según sugieren Pérez y

Rodríguez (1990), quienes al mismo tiempo argumentan que puede brindar una

evaluación cuantitativa del efecto de varios tratamientos (químico, resistencia parcial,

fecha de siembra) o del tiempo o de razas diferentes del patógeno, en resumen, es

un buen instrumento para la epifitotiología comparada.

El resultado del análisis de la velocidad de la epifitotia en semilleros durante la

campaña 1999-2000 (Fig. 3.4.1-a) indicó que está alcanzó los máximos valores en el

período comprendido entre finales de la tercera década de diciembre y la primera de

enero en las cuales se llegó a las categorías de ligero e intenso.


Independientemente de que las condiciones agrometeorológicas resultaron

altamente favorables para la evolución de la enfermedad durante todo el mes de

enero, disminuye significativamente la velocidad de incidencia de la misma,

alcanzando un mínimo el día 13, se produce un nuevo crecimiento para alcanzar otro

máximo entre el 14 y el 18 y se mantiene con una velocidad constante hasta el 23

para disminuir definitivamente a finales del mes.

Aunque en esa campaña aún quedaban cantidades apreciables de plántulas en

semilleros durante el mes de enero (al no lograrse la ejecución del programa de

plantación temprana como se había concebido), se produjo una disminución de la

cantidad de canteros sin explotar, lo cual constituyó una de las razones que provocó

la disminución de la velocidad de la enfermedad. El segundo máximo fue debido a la

marcada incidencia de condiciones meteorológicas favorables durante todo ese mes.

En la campaña 2000-2001, (Figura 3.4.1-b) la incidencia fue tan baja que ya para el

período comprendido entre el 9 y el 13 de enero se había detenido la enfermedad, la

que alcanzó su máxima expresión entre el 15 y 19 de diciembre, mientras que en la

campaña 2001-2002 (Figura 3.4.1-c) la velocidad de la enfermedad se corresponde

con los pocos canteros que quedaban para dar cobertura a algunas plantaciones

posteriores al 30 de diciembre, por lo que esa incidencia es de poca importancia.

El hecho de que en la campaña 2002-2003 se presentara la enfermedad al menos

diez días después que en las dos campañas anteriores contribuyó a que la

afectación fuera muy baja y sólo en grado ligero (Figura 3.4.1-d).


Campaña 1999-2000 Campaña 2000-2001

(b)
(a)
Campaña 2001-2002 Campaña 2002-2003

(c) (d)
Figura 3.4.1. Días de condiciones favorables para la evolución de la enfermedad/Tasa de Infección Logística del

moho azul en períodos de cinco días en semilleros de tabaco.


En las cuatro campañas evaluadas se aprecia el incremento de la velocidad de la

enfermedad entre los diez y quince días posteriores al primer reporte, en lo cual se

coincide con Main (1997), quien manifestó que el moho azul progresa lentamente al

principio, después de siete a diez días, cuando se ha producido suficiente inóculo

secundario, ocurre una epidemia general y el semillero entero se afecta. Sin

embargo, en la campaña 1998-1999 Lopetegui, et al. (2000), refirieron que entre los

primeros tres o cuatro días subsiguientes a los primeros reportes la enfermedad

progresó significativamente, tanto en focos como en áreas, alcanzando desde

entonces una alta velocidad de incidencia, y en ese caso se corresponde con lo

argumentado por Gómez y Rodríguez (1990) en estudios realizados en varias

provincias del país durante las campañas tabacaleras 1979- 1983, al determinar que

cuando las condiciones son favorables para el desarrollo del moho azul, el

incremento de los síntomas es observado rápidamente (tres días).

Los valores alcanzados por la Tasa de Infección Logística durante estas cuatro

campañas no sobrepasaron las 0,25 unidades en ninguna de las categorías, que son

inferiores a los obtenidos por Lopetegui, et al. (2000), quienes comprobaron en Pinar

del Río, que para el mes de diciembre de la campaña 1998-1999 fueron de 0,38

unidades en la categoría ligero, 0,33 unidades en la categoría medio y 0,38 unidades

en intenso, condiciones ocurridas bajo los efectos de una severa epifitótia que se

agudizó debido a que en las fases iniciales de incidencia no se habían aplicado

medidas preventivas para evitar su progresión.


Estos resultados evidencian la efectividad de las medidas aplicadas por las

recomendaciones del SPVMA, lo que garantizó el cumplimiento del plan de

plantaciones con posturas producidas en el propio territorio y con ello el de los

compromisos productivos de las campañas tabacaleras en que se aplicó el sistema.

La velocidad de la enfermedad en plantación al sol durante la campaña 1999-2000

alcanzó su máximo valor en grado medio durante la primera década de enero y en

grado ligero la segunda década del propio mes, llegando a una mínima velocidad de

incidencia para el período comprendido entre el 19 y el 23 de enero (Fig. 3.4.2).

Es muy probable que esa tendencia a la rápida disminución y al bajo valor alcanzado

(0,22), guarde una importante relación con la eficiencia lograda en la aplicación de la

estrategia de protección fitosanitaria y a las potencialidades mostradas por las

variedades resistentes existentes en producción, pues se refleja tal disminución

independientemente de que las condiciones para la evolución de la enfermedad se

mantenían altamente favorables, coincidentemente asevera Main (1997) que la

ocurrencia, intensidad, y modelo de distribución de moho azul pueden ser afectados

grandemente por los esfuerzos coordinados para manejar la enfermedad con la

combinación de las labores fitotécnicas y el uso adecuado de los fungicidas

químicos.

En la campaña 2000-2001 se produjo una detención de la enfermedad durante el

período comprendido entre el 9 y el 13 de enero. En la 2001- 2002 la velocidad de la

enfermedad reflejó la baja incidencia, apenas se alcanza la categoría de afectación

media con el máximo valor en la tercera década de diciembre (0,16). En la campaña


2002-2003 el crecimiento máximo fue de 0,003 en la categoría ligero en el período

comprendido entre el 30 de diciembre y el 4 de enero. Tal comportamiento puede

relacionarse con varios factores, entre los que se pueden sugerir, la resistencia a la

enfermedad de la mayor parte de las plantaciones, la aplicación correcta de la

estrategia fitosanitaria y las labores de saneamiento en la medida en que se

presentaban nuevas áreas afectadas (Figura 3.4.2).

La estrategia de protección para plantaciones al sol concibe la aplicación de

productos químicos sólo cuando se observan los primeros síntomas en el campo.

Ello explica el incremento inicial de la Tasa de Infección Logística, pues el patógeno

se extiende rápidamente en las plantaciones del macizo dentro de un mismo campo

o hacia los campos colindantes, incrementando el potencial de inóculo, con lo cual se

ratifican los resultados de las investigaciones realizadas por Main (1997), en las

cuales detectó que la rápida velocidad de desarrollo del patógeno es determinada

por la fuente de inóculo inicial, potencialmente alta en las hojas y el alto número de

unidades de esporas efectivas en la dispersión.

Los valores alcanzados en la velocidad de la enfermedad para plantaciones de

tabaco tapado durante las cuatro campañas estudiadas estuvieron muy por debajo

de los obtenidos por Lopetegui, et al. (2000), en la campaña 1998-1999, los que

fueron de 0,51 en la categoría ligero, 0,23 medio y 0,31 intenso. En estas

plantaciones la Tasa de Infección Logística muestra la ocurrencia de dos picos, uno

que refleja la máxima velocidad entre el 25 y el 29 de diciembre, tanto para grado

ligero como medio, con valores de 0,1 y 0,2 respectivamente, y otro que sucede
entre el 14 y el 18 de enero con 0,15 en la categoría ligero y 0,25 en el grado de

afectación medio.

En la campaña 2000-2001 la incidencia de la enfermedad fue baja y sólo en grado

ligero, por lo que no se manifestó su velocidad al calcular la Tasa de Infección

Logística. Por su parte en la campaña 2001-2002 apenas alcanzó la categoría de

afectación media, similar a lo ocurrido durante esta campaña en plantaciones de

tabaco al sol.

En la campaña 2002-2003 el comportamiento de la enfermedad en las plantaciones

de tabaco tapado, se corresponde con el observado en semilleros y en plantaciones

de tabaco al sol, con una baja incidencia de la enfermedad en grado ligero. El valor

más alto alcanzado en la Tasa de Infección Logística ocurrió durante el período del

19 al 23 de enero y fue sólo de 0,008 (Fig. 3.4.3).

Para el tabaco tapado, Lopetegui, et al. (2000), reportaron valores máximos de 0,39

en la categoría de afectación ligera, 0,47 en la de afectación media y 0,37 en la de

grado intenso, durante la epifitótia ocurrida en la campaña 1998-1999.

Los resultados logrados en las cuatro campañas en cuanto a la reducción de la

incidencia de la enfermedad reflejan el rigor y la efectividad de las medidas aplicadas

en plantaciones de tabaco tapado, pues la estrategia de protección fitosanitaria

concentra sus principales esfuerzos desde la emisión de la primera señal en la

protección a estas plantaciones. Estos resultados están relacionados con lo

expresado por Main y Keever (2000) que la ocurrencia, intensidad, y modelo de la

distribución del moho azul pueden ser modificados grandemente por los esfuerzos

coordinados para manejar la enfermedad.


Campaña 1999-2000 Campaña 2000-2001

(a) (b)
Campaña 2001-2002 Campaña 2002-2003

(c) (d)
Figura 3.4.2. Días de condiciones favorables para la evolución de la enfermedad/Tasa de Infección Logística del
moho azul en períodos de cinco días en plantaciones de tabaco al sol.
Campaña 1999-2000 Campaña 2001-2002

(a) (b)
Campaña 2002-2003

(c)
Figura 3.4.3. Días de condiciones favorables para la evolución de la enfermedad/Tasa de Infección Logística del

moho azul en períodos de cinco días en plantaciones de tabaco tapado. Campañas 1999-2003.
El análisis estadístico efectuado para determinar la relación entre el comportamiento

de las variables meteorológicas y la evolución de la enfermedad no aportó relación

alguna, debido a que aún cuando se presentaron condiciones muy favorables y

altamente favorables para el desarrollo de la enfermedad a partir de la primera

década de enero, se manifiestó una tendencia a la disminución del área afectada en

grados ligero, medio e intenso, lo cual puede deberse a la influencia de varios

factores que afectan dicha relación. Sin embargo, aunque exista una influencia de las

medidas aplicadas, en los gráficos se refleja una discreta influencia de las

condiciones agrometeorológicas expresadas en la cantidad de días de condiciones

favorables para el desarrollo del moho azul según el IPM en períodos de cinco días,

sobre el comportamiento de la Tasa de Infección Logística (Fig. 3.4.3).

El inicio de la estrategia fitosanitaria en estadíos tempranos de la campaña,

contempla la aplicación de productos químicos sistémicos de carácter preventivo en

semilleros y plantaciones de tabaco tapado, lo cual condiciona cierto nivel de

resistencia anticipada a la enfermedad; por otra parte, en plantaciones donde está

presente, se inicia la aplicación de medidas fitotécnicas, entre las que se destaca el

saneamiento, que juega un importante papel en la reducción de su incidencia.

3.4.2. Relación entre la velocidad de incidencia de la enfermedad (Tasa de

Infección Logística) y la evolución fenológica de las plantaciones tabacaleras

de la provincia en el período 2000- 2003.

Desde que se implementó la integración del Sistema de Predicción y Vigilancia, se

logró retardar los primeros reportes de la enfermedad con respecto a los territorios
próximos a la provincia en más de 45 días en las tres campañas evaluadas (Fig.

3.4.4 a 3.4.6).

Al producirse el primer reporte, las mayores cantidades de plantaciones se

encontraban en estadíos avanzados de la fase formación de hojas y comenzaban a

predominar las fases de crecimiento vegetativo y reproductiva, se iniciaba la madurez

técnica de las hojas por pisos y con ella la ejecución de la recolección de importantes

cantidades de plantaciones. Todo ello contribuyó a la disminución del potencial de

inóculo y en consecuencia, a que se redujera la cantidad de área afectada por la

enfermedad y a que la transición a los grados de afectación medio e intenso fuera

mínima. Estos resultados ratifican los criterios expuestos por Pérez y Gómez (1984),

quienes condicionaron el comportamiento de la enfermedad y los daños que

ocasiona a la porción de plantas susceptibles respecto al total del área plantada y los

criterios de Shoemaker, et al. (2001) quienes sugirieron que la llegada temprana del

agente causal le proporciona al hongo más tiempo para reproducirse y extenderse en

las fases críticas de la campaña.

El moho azul del tabaco es una enfermedad extraordinariamente sensible a la

incidencia de las condiciones meteorológicas, criterio compartido por Pérez y Gómez

(1984), Main (1997), Blanchard (1965) citado por Gómez y Muiño (1998), Hittier

(1977), citado por Jacob (2001) y Keever (2000). Dichas condiciones se manifiestan

de diferentes maneras en las fases de evolución de la enfermedad. Resulta

necesario evaluar con rigor la manera en que ellas inciden en las diferentes fases de

desarrollo del cultivo, y el nivel de predisposición de las plantaciones a la incidencia

del patógeno que las afecta. Este criterio se corresponde con los argumentos de
Schwabe, et al. (1984) y Populer (1978) citado por (Rodríguez y Gómez, 1990) el

patógeno altera el crecimiento de la planta y el huésped afecta al patógeno debido a

cambios temporales en la susceptibilidad a la infección, con influencia en el ciclo de

vida del patógeno y en el desarrollo de la epidemia.

Significativa importancia para la efectividad de la estrategia de protección se concede

al uso de variedades resistentes a la enfermedad, su relación con la ejecución de

una campaña tabacalera temprana y con el retardo de las primeras apariciones.

Debido a la interacción dinámica entre huésped y patógeno, el crecimiento y

desarrollo de las plantas no debe considerarse independiente de la epidemiología

(Seem, 1988), pues la sucesión de los estadíos vegetativos y reproductivos está

influenciada por la climatología de la zona y condiciona el momento en que se

producen las infecciones primarias (Viruega, 1999).

La resistencia varietal no constituye una solución totalitaria para el manejo de la

enfermedad, en fases fenológicas tempranas, las plántulas son sensibles al ataque.

La efectividad se logra cuando se combina con el cumplimiento temprano del plan de

siembras y la aplicación efectiva y en el tiempo requerido de la estrategia

fitosanitaria, coincide con los criterios de Reuveni, et al. (1987) quienes refieren que

en el tabaco la resistencia se incrementa con la edad de la planta, pero no influye la

edad de las hojas. En genotipos resistentes al moho azul, el incremento de los

efectos derivados de los componentes fenológicos se evidencia con posterioridad a

la infección de P. hiosciami. Al respecto Georgieva et al. (1997) sugirieron que la

intervención de tales componentes puede fortalecer la constitución de las células y la

formación de barreras mecánicas contra el ataque de hongos.


Figura 3.4.4. Evolución fenológica de plantaciones de tabaco. Campaña 2000- 2001.

Figura 3.4.5. Evolución fenológica de plantaciones de tabaco. Campaña 2001- 2002.


Figura 3.4.6. Evolución fenológica de plantaciones de tabaco. Campaña 2002- 2003.

El análisis conjunto de la Tasa de Infección Logística, que refleja la velocidad de

afectación de la enfermedad y la dinámica de las fases fenológicas de las

plantaciones, muestra con mayor precisión el nivel de efectividad de las medidas

fitotécnicas y fitosanitarias, incluidas las labores de saneamiento y aplicación de

nuevos productos de probada efectividad, que fueran aplicadas desde que se emitió

la señal, destacándose en las plantaciones tempranas de las mayores áreas del

cultivo, pues el 31 de diciembre ya se había cumplido el plan de plantación de Pinar

del Río.

En la campaña 2000-2001, (Figura 3.4.7), en la cual la enfermedad se presentó en la

segunda década de diciembre, se produjo un incremento inicial de su velocidad en

las categorías ligero y medio diez días después, lo que pudo deberse a la

propagación e intensificación inicial, independientemente de las fases en que se


encontraban las plantaciones, en el segundo plazo de cinco días se mantuvo estable

para disminuir posteriormente en la categoría ligero e incrementarse en grado medio.

Figura 3.4.7. Relación entre la Tasa de infección Logística del moho azul y la

evolución fenológica de las plantaciones tabacaleras de la provincia Pinar del Río.

Campaña 2000-2001.

A inicios de enero se manifestó un incremento a grado intenso, lo cual está

relacionado con la ocurrencia de condiciones muy favorables y altamente favorables

para el desarrollo de la enfermedad. Inmediatamente después se produjo un

descenso hasta el mínimo, independientemente que en ese período se mantuvieron

las condiciones agrometeorológicas favorables al desarrollo del moho azul, se

evidenció el efecto del tránsito de las plantaciones a fases fenológicas avanzadas

con mayor resistencia a la enfermedad. Al respecto, Espino y Rey (1993) y García, et

al. (2002) se refirieron a la resistencia de nuevas variedades de tabaco a la


enfermedad moho azul y a la disminución del potencial de inóculo con las labores de

recolección, incluyendo aquellas en que sólo se han recolectado las hojas de los

pisos inferiores.

En la campaña 2001-2002 el efecto descrito anteriormente se hizo más evidente, se

pudo apreciar la baja incidencia de la Tasa de Infección Logística y su relación con la

transición de las plantaciones a las fases fenológicas en que las variedades

mostraban sus potencialidades de resistencia, (Figura 3.4.8), lo que refleja el nivel de

perfeccionamiento logrado por el SPVMA, ya que los efectos del retardo de las

primeras apariciones, el seguimiento del IPM con una anticipación de cinco días,

expresado en las medidas fitotécnicas y fitosanitarias y en el papel que jugó la

manifestación de la resistencia de las variedades establecidas, se tradujo en la

reducción inmediata de las áreas afectadas y en una garantía de producción para

evitar pérdidas significativas.

En la campaña 2002-2003 la efectividad de la estrategia fue superior, ya que se

produjo el primer reporte diez días después que en la campaña anterior. En esa

campaña, la afectación por los huracanes Isidore y Lili provocó el reinicio tardío de

las plantaciones. En tal caso, se ganó tiempo con respecto a la prevención de los

efectos negativos que produce esta enfermedad, con lo cual se garantizó el

cumplimiento del plan de plantaciones (Fig. 3.4.9).


Figura 3.4.8. Relación entre la Tasa de infección Logística del moho azul y la

evolución fenológica de las plantaciones tabacaleras de la provincia Pinar del Río.

Campaña 2001-2002.

Figura 3.4.9. Relación entre la Tasa de infección Logística del moho azul y la

evolución fenológica de las plantaciones tabacaleras de la provincia Pinar del Río.

Campaña 2002-2003.
3.4.3. Evaluación de la incidencia del Sistema de Predicción y Vigilancia del

moho azul en la efectividad de aplicación de productos fitosanitarios.

Entre las principales premisas para una adecuada estrategia de protección, tiene una

extraordinaria importancia la integración de múltiples acciones como las predicciones

anticipadas del peligro, las acciones de rastreo para detectar su aparición y la

aplicación combinada de productos fitosanitarios preventivos con medidas

fitotécnicas. Tales resultados coinciden con los argumentos ofrecidos por

Shoemaker, et al. (2001) quienes expresaron que la enfermedad es controlable si se

integran de forma apropiada un conjunto de acciones preventivas.

Lo enunciado anteriormente se demuestra con la significativa reducción de las

aplicaciones de productos fitosanitarios a partir de la campaña 1998-1999, cuando no

se realizaron aplicaciones preventivas (Fig. 3.4.10- 3.4.12). En la medida en que se

fue ganando experiencia con la aplicación del SPVMA, se apreció la disminución

sostenida de aplicaciones de productos sistémicos y de contacto (polvos

humedecibles) en cada nueva campaña tabacalera, el incremento en la aplicación de

enmendantes en semilleros y de productos biológicos estimulantes de la resistencia,

estrategia que evidencia un doble efecto, el incremento de la efectividad y la

reducción de productos contaminantes.

En las figuras referidas tambien se puede apreciar la contribución de las nuevas

premisas que sugiere el SPVMA respecto al incremento de la efectividad, pués con

menos productos fitosanitarios aplicados se da mayor cobertura de áreas tratadas

tanto en semilleros, como en plantaciones al sol y tapado.


Figura 3.4.10. Relación Productos fitosanitarios aplicados- Área tratada en

semilleros de tabaco. Campañas 1998-1999 hasta 2002-2003.

Figura 3.4.11. Relación Productos fitosanitarios aplicados- Área tratada en

plantaciones de tabaco al sol. Campañas 1998-1999 hasta 2002-2003.


Figura 3.4.12. Relación Productos fitosanitarios aplicados- Área tratada en

plantaciones de tabaco tapado. Campañas 1998-1999 hasta 2002-2003.

Al evaluar la relación entre el área tratada con productos fitosanitarios- el primer

reporte de la enfermedad y su evolución reflejada por la Tasa de Infección Logística,

(Figuras 3.4.13- 3.4.15) y por otra parte, la relación con el transito por las diferentes

fases fenológicas (Figuras 3.4.16- 3.4.18), se ratifica el nivel de efectividad del

sistema, pues se puede apreciar como más de 60% del área tratada con productos

fitosanitarios desde que se emite la señal fitosanitaria hasta el momento en que se

produce el primer reporte, coincide con los mayores volúmenes de plantaciones en

fases fenológicas con cierto nivel de susceptibilidad a la enfermedad. Por otra parte

se aprecia la relación existente entre la disminución de la incidencia de la

enfermedad y la efectividad de las aplicaciones preventivas, así como con el tránsito


de las plantaciones a fases de desarrollo en que se manifiesta la resistencia a la

enfermedad.

Figura 3.4.13. Relación Tasa de Infección Logística- Área tratada con productos

fitosanitarios en la provincia Pinar del Río. Campaña 2000-2001.

Figura 3.4.14. Relación Tasa de Infección Logística- Área tratada con productos

fitosanitarios en la provincia Pinar del Río. Campaña 2001-2002.


Figura 3.4.15. Relación Tasa de Infección Logística- Área tratada con productos

fitosanitarios en la provincia Pinar del Río. Campaña 2002-2003.

Figura 3.4.16. Relación Evolución fenológica de las plantaciones tabacaleras de la

provincia Pinar del Río- Área tratada con productos fitosanitarios. Campaña 2000-

2001.
Figura 3.4.17. Relación Evolución fenológica de las plantaciones tabacaleras de la

provincia Pinar del Río- Área tratada con productos fitosanitarios. Campaña 2001-

2002.

Figura 3.4.18. Relación Evolución fenológica de las plantaciones tabacaleras de la

provincia Pinar del Río- Área tratada con productos fitosanitarios. Campaña 2002-

2003.
3.5. Evaluación del efecto económico, el impacto social y ambiental del Sistema

de Predicción y Vigilancia de la enfermedad moho azul del tabaco.

Evaluación económica.

Recientemente el moho azul ha sido descrito como la mayor amenaza para la

producción tabacalera en el mundo por el significativo impacto económico que

representa donde quiera que se presenta (La Mondia y Aylor, 1997).

Como se puede apreciar en la Tabla 3.5.1, donde se resume el resultado del análisis

económico, en el período 1999-2003, como resultado de la aplicación del SPVMA, se

evitaron pérdidas equivalentes a unas 9,2 miles de toneladas métricas de tabaco lo

que representó un efecto económico estimado de unos 38 millones de pesos MN.

Por otra parte, se garantizó la producción de unas 119 toneladas de capas para el

torcido de 31,3 millones de puros, equivalentes a 39,1 millones de US$.

Tabla 3.5.1. Resultado del análisis económico:


Resultados económicos de la aplicación del Sistema
de Predicción y Vigilancia en el período 1999-2003
1999-2000 2000-2001 2001-2002 2002-2003 1999-2003
Producción en riesgo
2,23 2,51 2,50 1,97 9,20
(miles de t).
Pérdidas evitadas
(millones de pesos 8,83 10,38 10,50 8,31 38,02
MN)
Riesgo de pérdidas
de producción de
25,71 43,46 24,15 25,71 119,04
capas para
exportación (t).
Riesgo de pérdida de
puros para la
3,64 12,89 7,16 7,63 31,32
exportación (millones
de unidades)
Pérdidas evitadas
4,55 16,11 8,96 9,53 39,15
(millones de $US)
Evaluación de indicadores de eficiencia de la estrategia de protección nacional

para el análisis de los criterios referentes al impacto ambiental de la aplicación

del Sistema de Predicción y Vigilancia.

La comparación de los resultados de la estrategia de protección fitosanitaria con los

obtenidos por otras provincias en las últimas campañas, constituye una muestra de la

contribución del SPVMA al incremento de la efectividad de las medidas de protección

al cultivo. Pinar del Río cosecha más de 50% del tabaco de Cuba (Figura 3.5.1),

debido a ello, el peligro de incidencia de la enfermedad moho azul del tabaco es

superior por el alto potencial de inóculo que puede manifestarse en cada evento de

afectación por la enfermedad, lo que se ratifica también con el elevado porcentaje de

días con condiciones climáticas favorables para su desarrollo (Figura 3.5.2).

Figura 3.5.1. Área cosechada de tabaco por provincias. Campañas 2000-2003.


Figura 3.5.2. Días con condiciones climáticas favorables para la incidencia del moho
azul. (%). Campañas 2000-2003.

Sin embargo, el Índice de afectación por moho azul en las últimas campañas se ha

encontrado en un nivel próximo al presentado por las provincias de menor incidencia

en el país (Figura 3.5.3 y 3.5.4).

La estrategia fitosanitaria se ha venido aplicando con una alta efectividad en la

provincia desde la campaña tabacalera 1999-2000, las indicaciones emitidas en cada

una de las señales han tenido un reflejo positivo referente al retardo de las primeras

apariciones de la enfermedad, con lo cual se contribuye a que la incidencia de la

misma no sea tan nociva como en campañas anteriores en las que ha trascendido

hasta epifitótia, se logren altos niveles productivos y de calidad.


Figura 3.5.3. Índice de afectación por moho azul en las provincias con menos
incidencia. Campañas 2000-2003.

Figura 3.5.4. Índice de afectación por moho azul por provincias. Campaña 2002-
2003.
Con la aplicación de la estrategia temprana se aplican productos preventivos y otras

medidas que contribuyen a minimizar las aplicaciones con carácter curativo por la

presencia de la enfermedad. Lo anterior explica cómo Pinar del Río, siendo la

provincia que más tabaco planta en el país, exhibe los más bajos indices de relación

consumo/necesidad de productos fitosanitarios para la estrategia de protección

(Figura 3.5.5) y en consecuencia disminuya hasta los más bajos niveles del país el

costo de productos por hectáreas (Figura 3.5.6). Ambos argumentos sugieren un

importante efecto económico y a la vez un efecto ambiental resultante de la

reducción de los niveles de productos químicos al medio.

Figura 3.5.5. Relación de Área Cosechada/Consumo Vs Necesidad de Fungicidas

por provincias. Campaña 2002-2003.


Figura 3.5.6. Relación de Área Cosechada/Costo de productos/hectárea por

provincias. Campaña 2002-2003.

Con la emisión de la señal fitosanitaria comienza la estrategia de protección,

sustentada en la aplicación de medidas fitotécnicas y fitosanitarias combinadas,

incluyendo la aplicación de fungicidas preventivos que contribuyen a retardar los

primeros reportes de la enfermedad, con lo cual se reducen las aplicaciones de

productos sistémicos con carácter curativo, ese comportamiento se refleja

claramente en la Figura 3.5.7. El comportamiento expuesto refleja la reducción, tanto

del producto comercial como del ingrediente activo emitido al medio ambiente en

Pinar del Río y su relación con respecto a las demás provincias productoras de

tabaco del país.


Figura 3.5.7. Consumo (kg/ha) de producto comercial e ingrediente activo por

provincias. Campañas 2002-2003.

Repercusión Social.

El sistema involucra a los productores como principales ejecutores de las medidas

que se recomiendan y como beneficiarios, ellos aseguran sus compromisos

productivos, reducen los costos, obtienen producciones de alta calidad y reducen los

niveles de contaminación por productos químicos, tanto al medio ambiente como a

los productos cosechados y beneficiados. Aunque se aplica a la producción de

tabaco y no a la producción de alimentos, constituye la clave para potenciar otras

actividades agrícolas, especialmente la producción de alimentos, ya que el nivel de

insumos destinado contribuye a potenciar material y financieramente las

producciones adicionales de alimentos mediante cultivos intercosechas que también


son capaces de provocar sinergia con el cultivo principal, constituyendo esta una

práctica agroecológica.
Conclusiones:

Los resultados de las investigaciones realizadas en el desarrollo de esta tesis han

permitido arribar a las siguientes conclusiones:

1. Los estudios de situaciones sinópticas permitieron identificar cinco patrones para

el transporte del agente causal del moho azul con las fechas de primeros reportes

de la enfermedad por campañas en el período 1985-1998:

 Transporte de esporas desde plantaciones tardías de Norteamérica y otras zonas

con especies de Nicotiana silvestres por vientos de componente norte del

anticiclón continental posterior al paso de un frente frío.

 Baja en el Golfo de México condiciona el ascenso y dispersión de esporas por

vientos de sur desde Centroamérica, las integra a la nubosidad del frente

asociado que las deponen con la lluvia a su paso por la provincia Pinar del Río;

posteriormente se impone el viento del norte del Anticiclón continental que

transporta esporas desde Norteamérica.

 Arrastre de esporas por una Baja en el sur de los Estados Unidos con vientos

fuertes de componente norte al paso del sistema frontal asociado a ella.

 Baja en el Caribe occidental transporta esporas desde Centroamérica, el Caribe y

zonas tabacaleras de Cuba por vientos de sur y al internarse en el Golfo de

México, desde especies silvestres de nicotiana en Texas, o plantaciones del sur

de Estados Unidos.
 Organismo tropical en el Caribe occidental, transporta esporas desde

plantaciones de Centroamérica y desde el sur de Norteamérica al incidir el

anticiclón continental, posterior a su ascenso hacia el norte por el Atlántico.

2. Se trazaron las sendas de aerotransportación, se verificó la coincidencia de

períodos de deposición, la ocurrencia de condiciones favorables para la evolución

del patógeno, los primeros reportes de la enfermedad en campañas precedentes

y se efectuaron las predicciones desde la campaña 1999-2000.

3. Con los experimentos de muestreo se detectó la deposición de esporas cuando lo

sugerían los patrones y la modelación gráfica y se comprobó su capacidad de

infección mediante la observación de la emisión del tubo germinativo.

4. La predicción del Índice de Peligrosidad Modificado con cinco días de antelación

alcanzó un 73,3% de efectividad desde la campaña 1999-2000 y se ratificó el

efecto de la aplicación del Sistema de Predicción y Vigilancia al retardar el primer

reporte en Pinar del Río entre 20 y 48 días respecto a las provincias occidentales

expuestas a similares condiciones meteorológicas.

5. En la zonificación del Índice de Peligrosidad Modificado se manifestó el mayor

porcentaje de condiciones favorables a altamente favorables en la cordillera de

Guaniguanico con más de 60% de incidencia y disminuye hacia la llanura costera

sur donde se presenta la más baja probabilidad, sin embargo, la máxima

incidencia de la enfermedad se produce en el macizo tabacalero, debido a que los

volúmenes de tabaco plantados elevan significativamente el potencial de inóculo.

6. Se comprobó en las tres campañas evaluadas que independientemente de la

incidencia de las condiciones climáticas, disminuyó la velocidad de afectación de


la enfermedad, debido al establecimiento temprano de grandes volúmenes de

plantaciones en la provincia, la aplicación de la estrategia de protección a partir

de las predicciones, el retardo de los primeros reportes de la enfermedad a

etapas en que los mayores volúmenes de plantaciones mostraban sus

potencialidades de resistencia, la efectividad de las medidas fitotécnicas y

fitosanitarias aplicadas, la disminución del área afectada con las labores de

cosecha y saneamiento, la reducción de los niveles de aplicación de productos

químicos e incremento de productos biológicos y enmendantes, incremento de las

áreas tratadas con ellos y coincidencia con los períodos fenológicos en que las

plantaciones resultaban más sensibles a la incidencia de la enfermedad.

7. La aplicación del Sistema de Predicción y Vigilancia del moho azul del tabaco,

con acciones socializadoras involucró a los productores tabacaleros, para evitar

pérdidas equivalentes a 38 millones de pesos MN y 39,2 millones de US$, para

reducir a más de la mitad las aplicaciones de productos químicos, con el

incremento de la efectividad de los tratamientos, la cobertura de mayor área y la

reducción del índice de afectación por la enfermedad, para que los productores

cumplieran sus compromisos productivos, redujeran los costos y lograrán

producciones de alta calidad.


Recomendaciones:

Teniendo en cuenta los resultados investigativos obtenidos y las experiencias que se

han propiciado durante la ejecución del Sistema de Predicción y Vigilancia del moho

azul del tabaco, que se han arribado a resultados con factibilidad de replicación en

otras regiones que se dedican a la producción tabacalera, o que son aplicables a

otros agentes patógenos con similares comportamientos que el estudiado, sería

conveniente considerar las siguientes recomendaciones:

 Continuar aplicando las predicciones de transporte de esporas mediante la

consulta sistemática de la base de patrones de situaciones sinópticas y el empleo

de los modelos más comunes de transporte y dispersión, estudiando la

posibilidad de empleo en la predicción para otros agentes patógenos con

similares mecanismos de dispersión.

 Potenciar la necesidad de adquirir el equipamiento requerido para efectuar con el

nivel de sistematicidad que exigen los experimentos de colectas e identificación

para la validación del arribo de esporas una vez efectuadas las predicciones, la

reproducción en condiciones controladas de las esporas capturadas y la prueba

de resistencia a productos fitosanitarios.

 Incidir en el perfeccionamiento y actualización de los procesos de extensión, que

se ejecutan en el resto de las provincias tabacaleras del país, mediante la

aplicación de las experiencias más recientes de este sistema.

 Continuar aplicando el Sistema de Predicción y Vigilancia de la enfermedad moho

azul del tabaco en las campañas venideras. Perfeccionar la difusión de las


predicciones hasta la totalidad de los productores. Conciliar con especialistas de

la actividad de sanidad vegetal de las empresas tabacaleras una metodología

común de reporte de la información sobre la actividad productiva y de incidencia

de la enfermedad para evaluar con la mayor objetividad posible la efectividad del

sistema y aplicar un programa de formación de capacidades a especialistas y

productores para la asimilación de las recomendaciones derivadas del Sistema de

Predicción y Vigilancia de la enfermedad moho azul.


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