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PUCALLPA-PERÚ
2016
I. DEFINICIÓN
Unicelulares: levaduras
Pluricelulares: mohos y hongos filamentosos. Están formados por
filamentos llamados hifas, muy ramificadas y rodeadas de pared rígida.
Reproducción sexual:
Reproducción asexual:
Reproducción parasexual:
Hongos ornamentales.
Hongos alimenticios.
Hongos venenosos o
tóxicos.
Hongos alucinógenos.
Hongos medicinales.
Hongos contaminantes.
Hongos
biocontroladores.
Hongos patógenos.
Hongos ornamentales
Por la belleza que guardan los hongos, muchos se han usado con un fin
estético y ornamental, utilizándose en ofrendas que, acompañadas con
flores y ramas, son ofrecidas en ceremonias paganas.
En la actualidad todavía es fácil encontrar estas prácticas en algunos
grupos étnicos de México, como los nahuas en la sierra de Puebla-
Tlaxcala; los zapotecas en Oaxaca, y los tzotziles y tojolabales en
Chiapas. Los hongos que destacan entre los más empleados con este
fin son los del género Psilocybes y Amanita muscaria, esta última se ha
convertido en el prototipo de las setas, por su apariencia llamativa, ya
que está compuesta por un tallo blanco y una sombrilla (carpóforo) roja,
moteada de blanco.
Entre los hongos ornamentales más bellos y buscados están los
denominados “hongos alucinantes”; crecen después de la época de
lluvias, especialmente en Japón, y tienen la particularidad de generar
gran fluorescencia en la oscuridad; la especie más reconocida es
Mycena lux-coeli; el inconveniente es que su periodo de vida por lo
regular es corto.
Hongos alimenticios
Quizá el primer uso directo que se dio a los hongos al servicio del humano es el
de alimento. Mucho se ha discutido sobre su valor nutritivo; sin embargo, a la
mayoría se le puede considerar de elevada calidad, porque contienen una
buena proporción de proteínas y vitaminas, así como escasa cantidad de
carbohidratos y de lípidos; sus paredes celulares están compuestas por
derivados celuloides y quitina, que los hacen difíciles de digerir. Entre los más
consumidos se cuentan: Boletus edulis, Lactarius deliciosus, Russula brevipes,
Morchella esculenta (morilla) y Amanita caesarea; este último toma su nombre
de la Roma antigua, “hongo de los Césares”.
Otros hongos que se consumen de manera notable son Agaricus campestris
(silvestre) y Agaricus bisporus (cultivado), coloquialmente conocidos como
“champiñones” u “hongos de París”, su importancia radica en que son de las
pocas especies que pueden cultivarse artificialmente y de manera industrial.
A pesar de que existen setas muy tóxicas, éstas sólo son una pequeña parte;
sin embargo, han dejado en las personas una sensación mítica de peligro; de
aquí que surjan múltiples consejos populares para reconocer los hongos
dañinos, como por ejemplo: “el ennegrecimiento de la plata o de la cebolla”,
que no son ciertos y que sólo causan confusiones; en la Edad Media se utilizó
el sistema del “gato o perro” para observar su comportamiento después de la
ingestión de los hongos. La mejor manera de conocer a las setas comestibles
es mediante la consulta de catálogos sencillos, elaborados por expertos, para
evitar las intoxicaciones y confusiones que se presentan. Los hongos mohos
también son capaces de generar intoxicaciones severas; quizá el más conocido
de éstos es Aspergillus flavus, que tiene potentes aflatoxinas hepatotóxicas.
Otros derivados tóxicos de hongos mohos son los tricotecenos, obtenidos de
Fusarium roseum y F. trinciticum, que son necrosantes para la piel,
estrogénicos, abortivos y hemolisantes; Penicillium islandicum y P. viridicatum
poseen toxinas hepatotóxicas y nefrotóxicas, respectivamente.
Hongos alucinógenos
Los hongos alucinógenos, llamados también enteógenos (del griego éntheos
que significa “que tiene a un Dios dentro” y génos “origen”), cobran particular
importancia en Mesoamérica, debido a que se encuentran ampliamente
distribuidos; ya se citó el caso de A. muscaria, que es más común en Europa.
En México es más fácil encontrar especies de los géneros Psilocybe y
Conocybe, que contienen sustancias tóxicas similares a la dietilamida del ácido
lisérgico (LSD) y son capaces de provocar alucinaciones visuales, auditivas o
ambas. Por años estos hongos han sido utilizados en ceremonias religiosas, y
muchos son los vestigios prehispánicos que lo demuestran, como algunas
figurillas procedentes de Guatemala; o “los danzantes del hongo”,
extraordinaria pieza encontrada en el estado de Colima, y los diversos dibujos
de códices (por ejemplo el Códice Magliabechiano). En particular destacan
algunas especies alucinógenas, como son: Psilocybe mexicana, P. cubensis, P.
zapotecorum y P. oaxaquensis, entre otras.
Al igual que el ergot, los Psilocybes han sido utilizados en los últimos años por
la industria farmacéutica para la extracción de productos con fines
psicoterapéuticos (psilocinas y psilocibinas).
Hongos medicinales
Desde el descubrimiento por Fleming de la penicilina (Penicillium notatum)
como un metabolito del mecanismo antagónico que tienen los hongos contra
otros microorganismos, hemos recibido el beneficio de éstos, y a la par se ha
desarrollado una gran industria para el descubrimiento, separación y
comercialización de nuevos antibióticos; cabe citar entre ellos, en primer lugar,
a la penicilina, obtenida originalmente de P. notatum y actualmente de P.
chrysogenum; la griseofulvina, obtenida de Penicillium griseofulvum; la
estreptomicina de Streptomyces griseus; la anfotericina B de S. lavandulae, la
fumigalina de Aspergillus niger, y las actuales y potentes cefalosporinas de
Cephalosporium sp. (Actualmente Acremonium sp.), por citar sólo algunos. Los
hongos mohos forman una serie de metabolitos intermedios o finales, gracias al
sinnúmero de procesos biosintéticos en que intervienen; por ejemplo, la mayor
parte de la producción mundial de ácido cítrico la realiza A. niger; la vitamina
B2 se obtiene a partir de Ashbya gossypii, y los mucorales (Mucor, Rhizopus,
etc.), llevan a cabo las transformaciones en las moléculas de esteroides. En
este terreno el futuro será muy vasto. En general los hongos medicinales son
microscópicos, pero hay algunas setas que se usan con diversos fines
terapéuticos; vale la pena resaltar dos de ellas: Ganoderma lucidum,
ampliamente utilizada en la medicina oriental (China, Japón y Corea); se le
menciona popularmente como lingzhi u hongo de la inmortalidad; se le
reconocen propiedades inmunomoduladoras y antitumorales, debido a que
contiene diversos tipos de terpenos y polisacáridos de alto peso molecular.
Otro macromiceto que también tiene propiedades antineoplásicas es Trametes
versicolor, conocido como “oreja de la madera”.
Hongos contaminantes
Los hongos contaminantes representan un verdadero problema para los
intereses de las personas; dentro de las setas cabe mencionar las que
parasitan y pudren la madera, como Coniophora, o las comúnmente
denominadas “orejas”; la especie más difundida es C. puteana, la cual es
culpable de la llamada “podredumbre seca”, debido a que el hongo es lignívoro
y celulolítico, y puede afectar madera íntegra o ya procesada, como casas,
barcos, durmientes de ferrocarril, papel y libros. Se calcula que México llega a
perder hasta 20% de su producción forestal por estas contaminaciones. Sin
embargo, el mayor perjuicio se obtiene de los hongos microscópicos, entre los
que sobresalen los mohos, que pueden atacar y degradar los cereales, frutas,
jugos, leches descremadas, etc.; de modo que en la industria farmacéutica son
un auténtico problema debido a la contaminación de reactivos, medios de
cultivo, sueros, etc. Algunos ejemplos son: Trichothecium roseum, el cual crece
en la madera y el papel y, además, afecta cultivos de manzana y pepino;
Geotrichum candidum, el cual contamina leche y sus derivados, dando un
aspecto cremoso de diferentes colores; Neurospora sitophila (anteriormente
Monilia sp.), que contamina el pan y las tortillas de maíz en forma de moho rojo
o naranja; Sporotrichum carnis, afecta la superficie de las carnes dando un
moteado blanco; Botrytis cinerea afecta a las uvas; diversos mucorales como
Rhizopus y Mucor alteran la maduración de frutas y contaminan el pan; algunas
especies de Aspergillus afectan diversos alimentos y tienen la cualidad de
sobrevivir a altas concentraciones de azúcares y sal; Alternaria citri provoca la
descomposición de diversos frutos; asimismo, diferentes especies de
Penicillium y Fusarium son importantes contaminantes de frutas y diversos
alimentos. Un apartado especial es para Phytophthora infestans (Oomycete),
que produce la contaminación de papas, tomates y algunas plantas herbáceas.
En el caso de las primeras fue la causante del llamado mildiú (contaminación o
infección de plantas y frutos) de la papa irlandesa (1845-1850), generando la
gran hambruna de Irlanda. Otros tipos de mildiú son el de la uva, que ocasiona
grandes pérdidas a la producción vitivinícola y de jugos; el protagonista de esta
infección es Plasmopara viticola.
Hongos biocontroladores
Por muchos años, las plagas agrícolas han sido controladas con insecticidas
químicos como el DDT, derivados organofosforados, etc., productos que en un
inicio son efectivos, pero posteriormente pierden dicha efectividad por la
resistencia que generan; además, muchos de ellos son tóxicos y no son
fácilmente degradables, persistiendo en la naturaleza por mucho tiempo. Por lo
anterior es deseable alcanzar un biocontrol de plagas de una forma natural; de
aquí que muchos hongos entomopatógenos se pueden emplear de forma
segura y efectiva. Existen diversos géneros que tienen estas propiedades, pero
los que se usan más son: Metarhizium, Beauveria, Entomophthora, Fusarium,
Paecilomyces y Verticillium.
Es importante resaltar que los hongos que se usan como plaguicidas, deben
ser inocuos para las personas y animales, además de generar el mínimo daño
a las plantas, porque algunos, como Fusarium, pueden ser también
fitopatógenos, formar fácilmente propágulos y ser estables a las condiciones
ambientales en que se emplean. Por último, es importante tener en mente que
muchos hongos participan en una serie de procesos a favor de la preservación
del medio ambiente, actuando como biorremediadores; esto es, gracias a que
muchas especies tienen gran capacidad enzimática de degradar diversos
metabolitos contaminantes; por ejemplo, la seta Pleurotus ostreatus, utilizada
para la biorremediación de suelos y aguas contaminados por compuestos
aromáticos y derivados de cobre; y la levadura microscópica: Yarrowia
lipolytica, que tiene la capacidad de degradar múltiples contaminantes, como
alcanos o derivados hidrocarburos, ácidos grasos, en especial el ácido
palmítico; efluentes o sustancias de aguas residuales y trinitotolueno (TNT).
Hongos patógenos
El conocimiento de los hongos microscópicos trajo consigo el desarrollo de la
micología médica; ésta se inicia con Bassi a principios del siglo XIX, con el
descubrimiento de la primera enfermedad causada por un hongo a un animal,
la llamada “muscardina” o enfermedad del gusano de seda. A partir de este
hecho y durante todo el siglo XIX, una serie de investigadores reportaron y
estudiaron las primeras micosis humanas; cabe citar entre ellos a Remak,
Schönlein, Gruby, Robin, entre otros, culminando con los estudios
sistematizados y completos de Sabouraud, quien a inicios del siglo XX (1910)
editó su formidable obra Les teignes. A partir de estos primeros estudios
muchos micólogos descubrieron nuevas entidades clínicas, sobre todo las
micosis profundas; se destacan entre ellos Brumpt, Nocard, de Beurmann y
Schenck. En la actualidad el conocimiento de las micosis, sus aspectos
epidemiológicos, clínicos y terapéuticos, ha avanzado en gran medida; pero a
pesar de este progreso, el control mismo y la erradicación de las mismas, aún
es un hecho lejano. Es importante hacer notar que existe un incremento y
aparición de nuevas enfermedades micóticas, como son las ocasionadas por
hongos oportunistas; esto se debe, entre otras cosas, a que a la par del
desarrollo micológico se han creado fármacos cada vez más potentes, como
los antibióticos, esteroides y citotóxicos, que predisponen a este tipo de
entidades; es igual de importante el deterioro ecológico o el hacinamiento, por
citar algunos ejemplos. Debido a todo lo anterior es de esperarse que la
micología médica ocupara un plano de importancia en la medicina del futuro.
Se calcula que el número de hongos patógenos primarios y oportunistas que
afectan al humano está entre 150 a 400 especies y la cantidad tiende a crecer,
particularmente los últimos.
VI. PRINCIPALES HONGOS USADOS EN LA
AGROINDUSTRIA
UTILIDAD DE LOS MOHOS:
Levaduras