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La`grimas
en la lluvia
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Éste no es el primer cómic o novela gráfica que hacen sobre una obra mía. En 2008, la
editorial Funambulista sacó El corazón del Tártaro, con guión e ilustración de Rafael
Álvarez, que hizo un trabajo formidable, contrastado y sombrío, en blanco y negro. Pero
aquella iniciativa surgió totalmente al margen de mí; fue el editor de Funambulista,
Max Lacruz, quien un día me propuso hacer esa versión de mi novela (la idea me pare-
ció genial) y él buscó al dibujante y se encargó de todo. Yo vi algunas pruebas de las ilus-
traciones, desde luego, pero verdaderamente no participé en el proceso.
El proyecto de Lágrimas en la lluvia, en cambio, estaba en mi cabeza desde el pri-
mer momento que empecé a pensar en Bruna Husky, la protagonista replicante de mi
libro. Bruna nació al mismo tiempo como personaje de novela y de historieta gráfica.
Reflexionando ahora sobre ello, creo que quizá se deba a una antigua deuda que tengo
con el cómic. Como de pequeña enfermé de tuberculosis, estuve desde los cinco hasta
los nueve años sin ir al colegio; y en ese tiempo quieto que pasé metida en casa me con-
vertí en una máquina de leer. Lo leía todo, absolutamente todo. Centenares de libros,
desde luego, pero también la espléndida colección de cómics que tenía y tiene mi tío
José Luis, hermano de mi madre, pintor y, hace muchos años, también dibujante de
cómics: todo Rip Kirby, de Alex Raymond; todo el Príncipe Valiente, de Harold Foster;
todo Flash Gordon, también de Raymond… Me fascinaban, me hipnotizaban, me ena-
moraban, sobre todo el Príncipe Valiente y Flash Gordon… De hecho, creo que el inte-
rés que siempre he sentido por la historia medieval y el ciclo artúrico nació ahí, en las
bellísimas páginas de Valiente, de la misma manera que mi gusto por la ciencia ficción
surgió con los alucinantes mundos y las imaginativas aventuras de Flash. También me
ha encantado siempre la novela negra, y seguro que Kirby aportó su influencia, aunque,
de los tres, era el que menos me encandilaba. En cualquier caso, los cómics fueron un
ingrediente esencial en mi infancia y me ayudaron a construir las paredes del mundo. Y
de esa deuda hablo, de la huella indeleble que las historias gráficas dejaron en mi memo-
ria. Un antiguo y profundo surco del que brotó la idea de Bruna en versión cómic.
Lo tenía tan claro, en fin, que firmé el contrato de la novela normal junto con el de
la futura novela gráfica. Y con Elena Ramírez, la formidable editora de Seix Barral, a la
que siempre encantó la idea, nos pusimos a buscar guionista e ilustrador. Quiero darle
las gracias a Elena por todo el trabajo que se ha tomado, por su ingenio, su dedicación
y su sabiduría. Te aseguro que sin ella y sin su inagotable energía de pila atómica no ten-
drías este libro entre las manos.
Sintonicé inmediatamente con el guionista, Damián Campanario. Vino a Madrid
desde Barcelona, en donde vive, para conocernos, y recuerdo un paseo por el parque del
Retiro un domingo preprimaveral demasiado caluroso. Hablamos de la historia y del
personaje, fui viendo su texto a medida que lo escribía, leí el borrador final e hice algu-
nos (muy pocos) comentarios. Quiero decir que el guión es cien por cien de Damián y
además su trabajo me parece maravilloso. La manera en que ha trasladado una novela
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bastante abigarrada de más de cuatrocientas páginas a las viñetas que caben en doscien-
tas páginas es un prodigio: posee un gran dominio del ritmo narrativo y una asombro-
sa capacidad para visualizar la historia. El guión resultante es muy parecido a mi novela;
pero para mantener esa fidelidad, cuando el vehículo artístico es tan distinto, hace falta
tomarse bastantes licencias y tener el talento necesario para saber reinventar el libro. Ése
fue el primer viaje: ver cómo Lágrimas en la lluvia se iba convirtiendo en esa sucesión de
viñetas, en imágenes de descripción exacta y elocuentes diálogos. Observando lo que
Damián desechaba y lo que conservaba, entendí con más claridad que nunca cuál era el
esqueleto esencial de mi historia.
Elena y yo estuvimos viendo la obra de bastantes dibujantes. Fue difícil elegir, pero
al final nos decidimos por Alessandro Valdrighi por sus magníficas perspectivas, sus
complejas arquitecturas, la evidente calidad de su trazo. Vive en Italia, su país, y no nos
conocemos personalmente; pero durante casi medio año sus viñetas han volado a mis
manos (y a las de Damián) con disciplinada regularidad, siempre en tres versiones: el
boceto a lápiz, la página a tinta y, por último, la lámina definitiva ya en color. Y ésa ha
sido la aventura definitiva, siempre emocionante y a veces inquietante… Cada vez que
veía llegar un e-mail de Alessandro a mi correo, se me aceleraba el corazón, porque era
asistir, desde el germen de las primeras líneas, apenas bosquejadas sobre el papel, a la
construcción de una realidad gráfica, del aspecto concreto de esa ensoñación en la que
yo había vivido sumergida durante tres años. Sus dibujos iban poniendo fronteras
visuales a mi mundo imaginario.
Como es natural, al principio hubo encontronazos al ver aparecer a algunos perso-
najes con una pinta distinta de la que yo les había adjudicado dentro de mi cabeza. Por
ejemplo: el memorista Pablo Nopal con bigote… ¡¿Con bigote?! ¡¡¡¡¡¡Antes muerta que
dejarlo nacer así!!!!!!... De estas obcecadas nimiedades está hecho el imaginario de la
gente. Con paciencia de santo, Alessandro borró los mostachos de Nopal. Aunque, a decir
verdad, enseguida alcanzamos los tres, Ale, Damián y yo, un profundo nivel de complici-
dad y entendimiento. A medida que avanzaba el cómic, Alessandro iba dibujando mejor
y mejor, y cada vez nos sentíamos todos más unidos, remando en el mismo barco, tejien-
do el mismo tejido. Estoy hablando de un trabajo muy íntimo; de muchísimos e-mails
intercambiados; de ir viendo crecer las viñetas con la tenaz lentitud con la que crece el
musgo. Al poco tiempo, los personajes nuevos que dibujaba Alessandro empezaron a ser
sorprendentemente similares a los que yo tenía en la cabeza; o bien, cuando ponía rasgos
de su cosecha, como el peinado de Serra, no sólo no me molestaban, sino que los consi-
deraba unos añadidos fantásticos. Sus escenarios, sus geografías, sus logros visuales ter-
minaron pareciéndome todos maravillosos. Alessandro tomó posesión del mundo de
Lágrimas en la lluvia y lo hizo suyo, y, si nos fijamos con atención, en el cómic podemos
ver ese proceso. Porque su trabajo es bueno desde la primera viñeta hasta la última, pero
a medida que avanza va ganando ligereza, brillantez, aire, elocuencia. Para mí, viviéndo-
lo desde dentro, fue como si todos estuviéramos aprendiendo a bailar, o a nadar, o tal vez
a volar. Al unísono, sincronizadamente. Ha sido un sueño que hemos ido soñando entre
los tres, Damián, Alessandro y yo. O más bien entre los cuatro, porque también debemos
contar a Bruna Husky. Una experiencia preciosa. Habrá que repetirla.
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ACCESO ESTRICTAMENTE RESTRINGIDO. SÓLO EDITORES AÑO 2053, SE DESARROLLA EL PRIMER ORGANISMO
AUTORIZADOS. SI NO ERES YIANNIS LIBEROPOULOS, ARCHIVERO A PARTIR DE CÉLULAS MADRE, MADURADO EN
CENTRAL FT711, ABANDONA INMEDIATAMENTE ESTAS PÁGINAS. LABORATORIO Y DENOMINADO HOMOLAB.
EN EL 2057 YA HABÍA CUATRO LÍNEAS DE ANDROIDES. POR ENTONCES VIVÍAN ALREDEDOR DE CINCO AÑOS.
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TARDAN CATORCE MESES EN NACER Y LO HACEN CON UNA EDAD DE VEINTICINCO AÑOS.
DESPUÉS DE UNA DÉCADA PADECEN EL TTT, TUMOR TOTAL TECNO, Y MUEREN DESPUÉS
DE UNAS SEMANAS PADECIENDO MÚLTIPLES FALLOS ORGÁNICOS E INTENSOS DOLORES.
TODO TECNOHUMANO SERVIRÁ ESTÁN DOTADOS DE UNA MEMO- TODAS LAS MEMORIAS SON DIFERENTES, PERO
A LA EMPRESA QUE LE FABRICÓ RIA CON APOYO DOCUMENTAL TODAS POSEEN UNA ESCENA DE LA REVELACIÓN O
DURANTE UN PERIODO MÁXIMO REAL CON EL FIN DE QUE SEAN BAILE DE LOS FANTASMAS. DONDE LOS PADRES DEL
DE DOS AÑOS CON EL OBJETIVO DE MÁS ESTABLES. LA LEY DE ANDROIDE LE COMUNICAN QUE ES TECNOHUMANO.
COMPENSAR EL COSTE DE SU GES- MEMORIA ARTIFICIAL DE 2101
TACIÓN. LUEGO SE LE ENTREGARÁ REGULA ESTE DELICADO ASUNTO.
UNA PAGA DE ASENTAMIENTO.
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CASA, VER
PUERTA.
PARA
DE UNA VEZ,
MALDITA
SEA.
TÚ ERES
BRUNA
HUSKY…
¿QUÉ
PASA?
SÍ. ¿CATA,
VERDAD?
SÍ, SÍ.
TENGO QUE
HABLAR CONTI-
GO DE ALGO
MUY IMPOR-
TANTE.
PASA.
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¿QUIERES
TOMAR...?
¡VOSOTROS…!
¡LOS REPS… ME HABÉIS
IMPLANTADO VUESTRAS SU-
¡QUIETA! CIAS COSAS PARA CONVERTIR-
¿POR QUÉ ME HAS ME EN UNO DE VOSOTROS!
ATACADO? ¿POR QUÉ? ¿QUÉ DAÑO
OS HABÍA HECHO YO?
¡NO ME
¿ESTÁS HAGAS DAÑO!
LOCA? ¡TÚ TAM- POR FAVOR, ¡NO
BIÉN ERES UNA ME HAGAS DAÑO!
REPLICANTE! ¡SOCORRO! ¡POR
FAVOR!
DEJA DE
CHILLAR… NO TE
VOY A HACER NADA.
PERO TIENES QUE
TRANQUILIZARTE PA-
RA QUE PODAMOS
HABLAR.
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¡EMER-
GENCIAS! ¡CASA, EMERGEN-
LLAMA A EMER-{ CIAS. POR
{¡BUF!
GENCIAS! DISCULPA
FAVOR,
NU
TRO RETRAS ES-
O EN
ATENDERTE…
¡MIERDA!
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CASA,
LUCES.
EMERGEN-
CIAS, DIME.
GEN-
EMER FAVOR, iento
POR Movim
CIAS . UES- r del
LPA N i. Lídente (MRR
).
DISCU TRASO EN riam
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lica
E ❑ My dical Rep
TRO R DERTE… Ra
ATEN
UNA MUJER
SE HA SACADO UN
OJO EN MI APARTAMEN-
TO. BARRIO CINCO,
AVENIDA DARDANE-
LOS, 2334.
¿EDAD
DE LA
VÍCTIMA? TREINTA
AÑOS.
¿POR QUÉ
HAS TENIDO QUE
IREMOS HACER ESTO EN
LO ANTES MI CASA?
POSIBLE.
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