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En Lucas 5 del 1 al 11 se nos exhibe el encuentro entre Jesús y Pedro, en ese entonces llamado

Simón. Jesús necesitaba un lugar para poder predicar y llamó a este para que lo ayudase. Con
base en la actitud de Pedro desarrollaremos el concepto de la obediencia ante el llamado de
Cristo.

La obediencia es una decisión: La obediencia no se pesa en la balanza de pecados con mayor o


menor consecuencias, ni tampoco ante mandamientos con mayor relevancia que otros , sino
que se aplica a cada acto de nuestra vida, así los más insignificantes como los de mayor
importancia; lo que más nos cuestan y lo que no tanto. Pedro tuvo que tomar una decisión.

“A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la
vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu
descendencia.” Deuteronomio 30:19 RVR1960

La obediencia a Dios a veces no tiene lógicas claras: Pedro no conocía a Jesús pero vio en él
algo que lo hizo obedecer su orden. Y a pesar de que estaba frustrado y cansado por haber
estado toda la noche trabajando sin resultados, no titubeó sino que obedeció.

Pablo dijo que debemos derribar “todo argumento y toda altivez que se levanta contra el
conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,” 2
Corintios 10:5 RVR1960

Pedro pudo haberle hecho caso a su experiencia de pescador, pero dejó de lado su altivez y sus
argumentos y obedeció y su obediencia trajo frutos.

La obediencia trae bendiciones: a causa de su obediencia en ese momento Pedro pescó tal vez
mucho más que lo que pudo haber pescado en todo un día. Pero por sobre todo la obediencia
de Simón fue lo que lo convirtió en Pedro, el apóstol que sanó personas con su sombra y quién
con sus discursos convertía a miles en solo un día. Realmente Pedro se convirtió en un
pescador de hombres.

[A causa de la obediencia] “Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu
tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y
tú no pedirás prestado. Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima
solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te
ordeno hoy, para que los guardes y cumplas,” Deuteronomio 28:12-13 RVR1960

La obediencia bendice a otros: por causa de su obediencia su barca no alcanzó para contener
todos los peces y otra barca tuvo que ayudar. Si obedecemos al Señor lograremos que nuestra
tierra sea bendecida también.

“Por la bendición de los rectos la ciudad será engrandecida…” Proverbios 11:11 RVR1960

En este tiempo en que estemos viviendo donde a la puerta de un avivamiento estamos, es


indispensable que seamos obedientes hasta el punto de dejarlo todo literalmente. Es
momento de que nuestra obediencia supere nuestras propias expectativas, nuestras
experiencias, nuestra lógica y nuestras capacidades. Se trata de tirar las redes en fe sobre la
voz de Cristo. Y como líderes necesitamos impartir esta obediencia extrema a aquellos que nos
siguen.

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