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“El actor y la diana”

“La búsqueda interminable del actor seguirá consistiendo en volver sobre sobre sus
propios pasos, desde ¿cómo me ven? a ¿qué es lo que veo?”.

Declan Donnellan

Curso: Actuación 4
Alumno: Daniel Nicolas Carranza Reyna
Código: 20131521
Profesora: Alejandra Guerra
Fecha: 20 de octubre del 2016
Actuar es inherente a nosotros, es genético desde que nacemos y comenzamos jugar con
nuestra madre hasta nuestro último suspiro en esta vida es la idea con la que Donnellan inicia
este libro. Es una idea fundamental ya que la base de este libro es que el actor “es” para luego
“actuar” a partir de lo que está existiendo.

Es importante resaltar que el objetivo de este libro no es para nada crear un manual a seguir
para obtener una actuación “buena” ya que es imposible teorizar algo tan complejo como el
comportamiento humano en su totalidad, pero es necesario y por eso tenemos los sistemas
creados hasta el momento. Pero Donnellan va más allá, él se da cuenta de que sea el método
que utilice el actor el problema es el mismo “El bloqueo”. El bloqueo se puede identificar por
dos síntomas muy claros, uno interno y otro externo, la parálisis. El objetivo principal de este
libro es darle herramientas al actor para salir del bloqueo.

El flujo principal del actor son los sentidos que captan información usando a nuestro cuerpo
como antena para llegar finalmente a nuestra mente y en palabras para nuestro uso, la
imaginación. La imaginación contrariamente a lo que uno piensa no es una red de pensamientos
divinos que vienen aleatoriamente sino es un musculo que podemos fortalecer a través de la
observación y la atención, es decir cuando vemos las cosas tal cual son con nuestros sentidos
y aunque irónico es algo que el 90% de las personas no hace en la vida real.

El trabajo del actor se puede dividir en “ensayo” y “representación”, así como la mente puede
dividirse en “consciente” e “inconsciente”. El “ensayo” tiene algo en común con el “inconsciente”
y es que ambos son invisibles y podemos decir que la “representación” y el “consciente” son
visibles. Este libro divide al trabajo del actor en visible, el hecho de ver la puesta en escena y
representación en la función, e invisible, el hecho de que haya un trabajo arduo y largo de
ensayo y error que el espectador no ve ni debe llegar a ver.

Donnellan nos menciona ocho características las cuales llama “patas de araña” de cómo
identificar cuando un actor está bloqueado, estas patas de araña son el tema de resolución a lo
largo de todo el libro y están conectadas para su resolución, es imposible separar estos factores.
Las ocho patas de araña empiezan con la palabra “No sé”. No sé lo que estoy haciendo, lo que
quiero, quien soy, donde estoy, como debo moverme, lo que siento, lo que estoy diciendo, lo
que estoy interpretando.
Para resolver estos factores universales de todo actor bloqueado tenemos que ver el patrón de
todas las patas de araña: “No sé”, lo cual la atención del actor está en el “yo” y en el “saber” y
peor aún la palabra se manifiesta como una queja y derecho mío el que deba saber que pasa
conmigo y hemos ignorado por completo que nuestra atención, en la vida diaria y real” está
reposando en lo que vemos, las personas, el espacio, circunstancias, pensamientos, etc. El
libro primero lo llama “algo”, nuestra atención debe estar enfocada en estos puntos de atención
de los cuales el mundo en el que nos rodea nos provee, es decir nosotros somos simples
observadores de lo que el espacio-tiempo nos brinda y ese algo al cual nosotros, ni si quiera
debemos porque ya lo hacemos, tomamos atención lo vamos a denominar "La Diana” (The
Target).

Como ya lo hemos mencionado la diana es el universo en el que nos movemos, es el espacio-


tiempo que nos condiciona, que condiciona nuestra acción y moviliza nuestra energía hacia
donde tenga que ir, y esta es la fuerza actoral más verdadera que podamos encontrar ya que
es así como funciona en la vida real. Donnellan utiliza la obra de “Romeo y Julieta” y a los
actores Irina y Sergei en todo el libro para poder explicar la resolución con ayuda del actor y el
personaje desde un punto de vista que iré relatando.

La diana se maneja con seis reglas para poder funcionar. “Siempre hay una diana” fundamenta
que en todo momento de nuestra actuación debemos estar guiados por nuestra diana solo así
el espectador podrá ver a alguien dejándose guiar por una acción que mantenga la esencia
verdadera y coherente de la actuación, nunca puedes dejar de prestar atención a una diana ya
que sino el bloqueo vendrá hacia ti tan rápido como abandones a esta. “la diana siempre existe
fuera y a una distancia mesurable” nos relata que la diana siempre está en el mundo exterior
que nos rodea, puede ser un pensamiento pero ese pensamiento vino del mundo externo y se
creó ahí, no puede estar encerrado en nosotros porque nos perdemos del mundo que nos rodea
y nos ensimismamos bloqueándonos en el acto. “La diana existe antes de que la necesite”
responde al hecho de que siempre ha estado ahí ya que el universo estuvo mucho antes de
que los humanos estuvieran en este planeta, y al venir nosotros nos unimos al mundo y no
viceversa. “La diana siempre es específica” siempre hemos dicho que lo general es enemigo
del teatro, la diana es especifica por la naturaleza de acuerdo a las circunstancias que nos dan,
es imposible que en la vida real no seas especifico porque estas en un mundo donde
simplemente “estas”, es por eso que cuando no eres especifico en tu actuación te bloqueas
porque no cumples con esta regla universal de la vida. “La diana se transforma constantemente”
Nosotros vemos transformar dianas en la vida real todo el tiempo ya que todo va cambiando en
nuestra vida y es por eso que esta regla es tan básica como el pasar del tiempo. “La diana
siempre es activa” Esta regla va acompañada de la quinta ya que además de que se transforma
también está haciendo algo conmigo, me está cambiando constantemente y soy yo quien elijo
que diana veo según las circunstancias en la que me encuentro.

La concentración es una herramienta que no sirve en la actuación ya que hace que estés en tu
mundo direccionando tu enfoque hacia un foco limitado y evidentemente ahí no está la diana a
menos que las circunstancias lo indiquen, por eso la atención es la herramienta que si bien no
es controlable es la que nos acerca a la diana ya que estamos presentes y esperando a ser
afectador por esta.

El miedo es uno de los factores que nos apartan de la diana y nos bloquean como actores, pero
hay un patrón común con el miedo y es que nos hace creer que existe el tiempo como una
segmentación en pasado, presente y futuro, entonces nos hace enfocarnos en el futuro y
hacernos creer que pasará lo peor. Si bien es cierto el miedo es un mecanismo de defensa,
cuando actuamos no es nada lógico ya que no existe un peligro real a menos que la escena así
lo plantee, el miedo es más bien a lo irreal. Entonces nosotros nos preguntamos si debemos
estar presentes en el aquí y el ahora, la respuesta es “No” ya que nosotros ya estamos en el
presente y solo debemos “estar” aquí mas no intentar algo que ya está hecho. Medularmente el
miedo actoral es consecuencia de las contradicciones que se dan con las seis reglas de la
existencia de la diana las cuales debemos recodar que no es necesario pensar en no salirnos
de ellas ya que ya estamos en ellas, solo debemos “estar”.

Algo medular en este libro es el tema de “Las Apuestas”, en donde Donnellan nos habla de que
la diana está en juego y se dividirá en dos partes opuestas y de igual magnitud: “siempre hay
algo que perder y algo que ganar” y “lo que podamos ganar debe tener exactamente la misma
dimensión que lo que podemos perder.” Un ejemplo es algo tan simple como cuando dejas la
ropa a secar pero no sabes si ese día estará soleado o lloverá o algo vital como cuando Julieta
piensa “me escaparé con Romeo” o “No, me escapare con Romeo”.
Una buena reflexión de la pata de araña “No sé lo que quiero” es que esta afirmación necesita
saber lo que quiero antes de ver, cuando primero necesitas ver donde estas y la diana te dirá
lo que necesitas en escena para llevar a cabo tu acción. “No sé quién soy” es una pregunta que
no tiene sentido ya que en la vida real tampoco es una cuestión que se pueda resolver
fácilmente, la pregunta clave y en concordancia con la diana sería “quien me gustaría llegar a
ser” porque hay algo que está en constante transformación de la idea de quien quiero ser y no
del “quien soy” que es una idea muerta y que no se transforma, regla que contradice a la diana.

El trabajo invisible, es decir la preparación, sirve para refinar a la diana en el momento de la


representación, es el training actoral, es el análisis que ayuda a poner en orden el mundo en
donde la diana va a estar, es el momento en el que el trabajo de mesa se hace presente y
además también es momento de probar diferentes dianas explorando con diferentes ejercicios
que no pueda ayudar en encontrar diferentes posibilidades para la actuación.

“Identidad, persona y mascara” es la forma en la que podemos decodificar al personaje, ya que


siempre nos preguntamos qué personaje soy y esto es inútil al comienzo al igual que
preguntarse quién soy. Identidad es la forma en la que queremos ser percibidos, es decir quien
quiero ser en el personaje, además debemos saber que toda identidad tiene su anti-identidad
que es su contraparte no existente pero potencial, es decir Hamlet es valiente pero también
tiene una parte cobarde y la identidad de un ser humano se basa en estas dos contrapartes en
lucha y cuál es la que predomina y la que se muestra. La persona es el medio físico que tengo
para relacionarme con el mundo exterior y la máscara podría ser llamado como el personaje.
Es decir el público ve lo que el intérprete ve, y el intérprete siempre está viendo a través de una
máscara (personaje). Esta mascara es el personaje como conjunto y puede estar presente en
algo tan simple como un zapato con tacos o maquillaje hasta algo tan complejo como un trauma
de la infancia del personaje que lo adquiriste a través de un ejercicio. Lo único cierto es que el
actor en escena siempre tiene una máscara con la que ve el mundo y actúa a través de ella.
También es importante hablar de la matriz, la matriz es toda la historia del personaje y el
contexto en que se encuentra, no es algo estático sino es algo que se construye de manera
dinámica y va cambiando con las experiencias que va presentando en escena y las que ya vivió.

“No sé dónde estoy” esta pata de araña también supone que debo saber dónde estoy, cuando
lo que debo hacer es ver donde estoy, incluso si no sé dónde estoy ya lo iré descubriendo en
escena es por eso que en esta parte se hace hincapié en que el espacio sabe de nosotros
aunque nosotros no sepamos de él. “No sé cómo debería moverme” es una pata de araña que
se resuelve confiando en que la diana guiara nuestra acción y como debo moverme, es decir
me muevo para cambiar mi diana y porque la diana cambia en mí.

El control es complicado ya que en la vida real nosotros solo podemos controlar nuestro
consciente de acuerdo a las circunstancias en la que nos encontremos, pero nuestro
inconsciente es decir emociones e instintos eso no lo controlamos, cuando estamos actuando
la diana es la que nos guía como en la vida y primero debemos identificar nuestra diana para
luego controlar nuestras acciones conscientes, el error lo cometemos al tratar de controlar
también nuestro inconsciente ya que es imposible hacerlo, entonces al tratar de hacer eso nos
bloqueamos. Lo que si podemos hacer es entrenarnos con algunos ejercicios para que nuestro
cuerpo esté listo con mayor facilidad para que nuestro inconsciente pueda guiar al cuerpo en
dichos momentos de la escena a través de la diana.

“No sé lo que estoy sintiendo” es otra pata de araña sin sentido ya que la emoción se expresa
por si misma queramos o no además no podemos controlar directamente al personaje ni al
sentimiento, la cuestión es si estamos conectados con nuestra diana para que la emoción sea
la que este en sintonía con nuestras circunstancias, entonces esta pata de araña no tendría
sentido, más bien deberíamos preguntarnos porque el personaje siente lo que está sintiendo.
“No sé lo que estoy diciendo” sabemos que los sentimientos y las palabras viven en dimensiones
diferentes, mientras que el sentimiento grita la palabra no sabe cómo expresarlo, es más
pequeña. Pero el principio es el mismo, necesitamos encontrar nuestra diana para poder decir
lo que el personaje diría en dicha circunstancia con el conocimiento de que las palabras no son
los mejores aliados para expresar sino el cuerpo. Además debemos saber que siempre tenemos
pensamientos que no paran de estar nunca, siempre están aunque no queramos como nuestra
presencia. “No sé lo que estoy interpretando” si le preguntas a Julieta dicha interrogante
probablemente se quede en blanco ya que ni el personaje sabe lo que interpreta porque está
viviendo esa experiencia, entonces porque el actor debería querer saber algo que ni siquiera el
personaje sabe, como ya podemos deducirlo la diana es la que guiara el flujo de la escena y el
espectador lo vera como interpretación, mas no el actor en el plano visible.
Es así como todas las patas de araña se resuelven con las simples reglas de la diana y algunos
conceptos que están interconectados a toda esta mecánica ya existente, y es así como un actor
puede ayudarse a no bloquearse en este camino arduo de la actuación. Terminare este ensayo
citando a Declan Donnellan en su último párrafo del posfacio “La búsqueda interminable del
actor seguirá consistiendo en volver sobre sobre sus propios pasos, desde ¿cómo me ven? a
¿qué es lo que veo?”.

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