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Acta de consagración al Sagrado Corazón de Jesús

Oh Sacratísimo Corazón de Jesús, presente de forma real en el Santísimo


Sacramento del Altar, latiendo de amor infinito por el género humano, e
intercediendo por nosotros al Padre a cada momento, queremos renovar hoy
nuestro acto de consagración a Ti, con nuestros corazones llenos de confianza
afectuosa en tu infinita bondad y de esperanza sincera en el cumplimiento de
tus promesas. Jesús, Te aclamamos como Rey del Cielo y de la Tierra, pero
sobre todo, te proclamamos Rey de nuestros corazones arrepentidos.
Concédenos tu gracia, para que percibamos en nuestros corazones la realidad
de Tu Majestad sobre nuestras vidas diarias. Ayúdanos con tu gracia
todopoderosa a vencer las tentaciones del mundo, la carne y Satanás, para que
protegidos de toda influencia maligna y defendidos de nuestros enemigos,
podamos servirte con tranquilidad y eficacia. Permite que seamos instrumentos
de tu Amantísimo Corazón como propagadores del Reino de Dios entre los
hombres. Acelera el día de la plenitud de tu Reinado en nuestras vidas y en las
de todos nuestros familiares y seres queridos, los cuales encomendamos en esta
oración. Te pedimos Señor, que podamos ser fieles a la consagración a Tu
Sacratísimo Corazón, que hoy estamos renovando, para que nuestros corazones
palpiten junto al Tuyo ahora y siempre, en el tiempo y la eternidad. Amén

Oremos a María Santísima, Madre de Dios y de todos los seres humanos, para
que Ella nos enseñe a ser siempre fieles a la voluntad de Dios. Porque Ella es la
siempre fiel, "la esclava del Señor" que por su obediencia y aceptación gozosa
de los designios de Dios, aplastó para siempre la cabeza de la serpiente antigua,
Satanás. María es la Vencedora en todos los combates de Dios. Acudamos a su
intercesión para nuevamente aplastar la influencia del mal en nuestro atribulado
mundo.

¡Oh Virgen María! A tu Corazón Inmaculado consagramos hoy nuestro hogar


y todos los que lo habitan. Que nuestra casa sea, como la de Nazaret, morada
de paz y de felicidad, por el cumplimiento de la Voluntad de Dios, por la
práctica de la caridad y el perfecto abandono a la Divina Providencia. Vela sobre
cuantos lo habitan, ayúdanos a vivir cristianamente, cúbrenos y protegenos con
tu amor maternal y dignate, ¡Oh bondadosa Virgen María! formar de nuevo en
el Cielo este hogar, que en la Tierra pertenece por entero a vuestro Inmaculado
Corazón. Así sea. Manos abiertas, llenas de Amor, las de María. Bendice,
Madre, nuestra familia.

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