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1. FUNDAMENTOS
El ensayo por partículas magnéticas es una combinación de los métodos de dos ensayos no
destructivos:
• Ensayo de fuga de flujo magnético. Se sabe que, al acercar el extremo de un imán al de
otro, dichos extremos se atraen unas veces y se repelen otras. Ello es consecuencia de
que existen unas líneas de fuerzas magnéticas, asociadas a cada imán, que interactúan
entre si. Estas líneas de fuerza magnéticas son cerradas, por lo que existen tanto en los
extremos (polos) del imán como en su interior.
• Cuando una línea de fuerza magnética ubicada en el interior de un imán interacciona con
una discontinuidad superficial o subsuperficial, se verá obligada a salir de interior del imán
originándose, en la superficie donde se encuentra la discontinuidad, una fuga magnética.
• Ensayo visual. La fuga magnética citada puede asociarse a la existencia de un nuevo
imán con dos nuevos polos, por lo que sí se espolvorean limaduras de hierro donde existe
la fuga magnética, las limaduras quedarán retenidas encima de la discontinuidad,
formando una indicación.
examen por fuga de flujo se emplean como sensores aparatos tales como: elementos Hall,
magnetodiodos, sensores de bobina, etc.
La situación ideal a conseguir en el examen por partículas magnéticas es aquella que nos da la
mayor sensibilidad para las discontinuidades más pequeñas. Ello se consigue combinando
adecuadamente aspectos tales como: fuerza del campo magnético aplicado, densidad de flujo en el
objeto a ensayar, tamaño de las partículas magnéticas y su método de aplicación y condiciones óptimas
de observación visual, los cuales se estudiarán a lo largo de estos apuntes.
Con todos los dominios alineados, el material ferromagnético desarrolla una fuerza total, igual a la
suma de la de todos los dominios.
Las líneas de fuerza tienen una dirección definida. Salen por el polo norte, entran por el polo sur y
continúan su camino a través del imán, desde el polo sur al polo norte.
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Partículas magnéticas Hoja 3 de 101
movimiento girando alrededor del núcleo. Cuando un material esta sujeto a un campo magnético la órbita
del electrón es perturbada en alguna medida. El grado de distorsión (o el correspondiente cambio en las
características magnéticas) que sufre un material cuando esta sujeto a un campo magnético externo, da
un medio de clasificación de los materiales.
Atendiendo al grado de distorsión y cambio de las características magnéticas que sufren los
materiales cuando están sujetos a un campo magnético externo, los materiales se clasifican en tres
grupos: diamagnéticos, paramagnéticos y ferromagnéticos.
Materiales diamagnéticos
• El término diamagnético se refiere a una sustancia cuya permeabilidad magnética (ver
punto 1.1.8) es ligeramente inferior a la del vacío, el cual tiene un valor de permeabilidad
magnética igual a la unidad.
• Cuando un material diamagnético se somete a un campo magnético fuerte, su
magnetismo inducido tiene una dirección opuesta a la del campo magnético externo.
Son elementos diamagnéticos: el mercurio, oro, bismuto y zinc, por ejemplo.
Materiales paramagnéticos
• El paramagnetismo denota una sustancia cuya permeabilidad es ligeramente mayor que la
del aire o uno. Cuando estos materiales son sometidos a un campo magnético fuerte, se
produce una ligera alineación del giro de los electrones en dirección del flujo magnético.
Esta alineación sólo se mantiene mientras el material esta sometido a un campo
magnético externo.
Son materiales paramagnéticos: el aluminio, platino y cobre, entre otros.
Materiales ferromagnéticos
• Estos materiales están constituidos por dominios magnéticos. Cada dominio se convierte
en un pequeño imán. Antes de aplicar un campo magnético fuerte, tales dominios están
distribuidos al azar y la componente magnética es nula (Figura 2.a). Al aplicar un campo
magnético crecen los dominios que tienen la orientación del campo, gracias al movimiento
de las paredes existentes entre ellos (Figura 2.b) y, a continuación, se produce la rotación
de las direcciones de magnetización, que tienden a orientarse en la dirección del campo
externo (Figura 2.c).
Figura 2. Aplicación de un campo magnético: a) Estado original del material. b) Crecimiento de los
dominios. c) Rotación de los dominios
Son ferromagnéticos, elementos como el hierro, níquel, cobalto y gadolinio, óxidos como la
magnetita, y algunas aleaciones como Heusler (30% de Mn y 70% de Cu) y Permalloy (22% Fe, 78% Ni).
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magnéticos. Uno de ellos se denomina polo norte, y el otro, polo sur. Estos polos son atraídos hacia los
polos magnéticos de la tierra.
Figura 9. Campo magnético creado por el paso de una corriente eléctrica a través de un conductor
todos los dominios están orientados, la densidad de flujo magnético alcanza un valor constante, llamada
densidad de flujo magnético de saturación (punto Bs de la curva).
Los hierros y los aceros suaves con bajo contenido de carbono son sumamente fáciles de
magnetizar y son altamente permeables. Estos materiales magnéticos conducen fácilmente las líneas de
fuerza o flujo.
Los aceros duros, con alto contenido de carbono y la fundición gris, son difíciles de magnetizar y
tienen baja permeabilidad.
La permeabilidad magnética esta relacionada con la reluctancia de forma inversa, es decir un
material con alta permeabilidad magnética tendrá una reluctancia pequeña y viceversa.
La reluctancia se define como la resistencia del material a magnetizase bajo los efectos de un
campo magnético.
Las propiedades magnéticas de un material tienen gran importancia debido al efecto que éstas
tienen en el comportamiento de los materiales cuando se hallan bajo el efecto de un campo magnético
externo (es decir bajo una excitación activa) o cuando el campo externo es desactivado (magnetismo
residual).
m = I ·π ·a 2
Donde “I” es la corriente equivalente y “ π ·a “ es el área de la órbita (circuito de corriente).
2
M= XmHex
La acción de un campo magnético externo en la materia origina un fenómeno en esta denominado
imanación o magnetización, debido a los momentos magnéticos de los átomos cuando se orientan en la
dirección del campo magnético externo.
Esta orientación origina una variación de la inducción magnética en el medio material respecto a la
inducción magnética en el vacío, siendo su valor en este medio:
B= µ o (Hex + M)
Dada la relación existente entre el campo magnético externo y la magnetización deducimos que:
B= µ o (1+Xm)Hex
y podemos escribir:
µ = µ o (1+Xm)
Esta ecuación nos permite establecer un nuevo concepto, la permeabilidad magnética relativa
“ µ r “.
µ r = µ / µ o = 1+Xm
Cuyo interés fundamental es su independencia del sistema de unidades empleado. Los valores de
“ µ r “ y “Xm” para diversos materiales, son:
MATERIALES VACIO PARAMAGNÉTICO DIAMAGNÉTICO FERROMAG
Xm 0 1>> Xm>0 -1<<Xm<0 >>0
mr 1 >1 <1 >>1
• Materiales paramagnéticos: al tener valores de “Xm” muy próximos a cero implica que son
poco susceptibles a la magnetización, por lo que las líneas de fuerza de un campo
magnético exterior penetraran sólo parcialmente dentro del material. Como los valores de
“mr” son positivos, el campo interno que se genera en el material consecuencia de la
orientación de los dominios magnéticos, tiene la misma dirección que el campo magnético
exterior.
• Materiales diamagnéticos: al tener valores de “Xm” y “mr” negativos y menores que la
unidad, respectivamente, dichos materiales no serán magnetizables, es decir las líneas de
fuerza de un campo magnético exterior no penetran en el material y la orientación de sus
dominios magnéticos crean un campo magnético interno en sentido contrario al citado
campo externo.
En la Figura 12 se observa que las líneas de fuerza de un imán penetran en el material
paramagnético/ferromagnético (derecha), mientras que en un material diamagnético (izquierdo) las líneas
de fuerza del imán no penetran en aquel.
1.2.1 Campo magnético alrededor de un conductor rectilíneo y campo producido por una
bobina por la que pasa la corriente eléctrica
1.2.1.1 Magnetización circular (Conductor rectilíneo)
Dado que un objeto ferromagnético es de hecho un conductor, el flujo de corriente eléctrica que
atraviesa el objeto produce un campo magnético de la misma manera que el conductor de cobre citado
anteriormente.
Este campo magnético es conocido como campo magnético circular, ya que sus líneas de flujo
magnético forman unas curvas cerradas alrededor del objeto (Figura 15).
1.2.2 Definiciones
1.2.2.1 Dirección de campo magnético
En un objeto magnetizado la dirección del campo magnético, dentro del objeto, está definida por el
sentido sur-norte de los polos del objeto.
El paso de una corriente eléctrica a través de un conductor ferromagnético origina un campo
magnético el cual es perpendicular a la dirección del flujo eléctrico y su dirección viene dada por la regla
de sacacorchos o de la mano derecha. (Ver punto 1.2.1)
Un campo magnético esta constituido por líneas de flujo magnético o líneas de fuerza. La unidad
de medida de la magnetización en el Sistema Internacional es amperio/metro.
sea necesario eliminarlo requerirá la aplicación de una intensidad de un campo magnético de magnitud
“F”, igual al valor correspondiente a la fuerza coercitiva del material.
1.2.7.1 Distribución del campo magnético producido por paso de corriente continua a través de
un conductor no ferromagnético, macizo
La distribución del campo en el interior de un conductor no ferromagnético, tal como una barra de
cobre cuando pasa una corriente continua es distinta a la distribución exterior a la barra, (Figura 27).
1.2.7.2 Distribución del campo magnético producido por paso de corriente continua a través de
un conductor ferromagnético, macizo
Si el conductor es de acero u otro material ferromagnético se tendrá la misma distribución del
campo magnético, pero la fuerza del campo será mucho mayor (comparar la Figura 27 con la Figura 28).
Si el diámetro del conductor es el mismo, el campo en su centro será también nulo, pero en la
superficie será “m· H”, siendo “m” la permeabilidad magnética del material, pudiendo llegar a valer 1.000
ó 2.000 veces el campo de un conductor no magnético. Sin embargo, justo fuera de la superficie, la
fuerza del campo baja exactamente al mismo valor que para un conductor no ferromagnético y el campo
en el exterior presenta la misma curva de distribución.
1.2.7.3 Distribución del campo magnético producido por paso de corriente alterna a través de un
conductor ferromagnético, macizo
En los casos anteriores se ha supuesto el paso de corriente continua (c. c.) a través del conductor.
Si la corriente es alterna (c.a.), es sabido que tenderá a concentrarse en la superficie del conductor y
esta tendencia será más pronunciada cuanto mayor sea la frecuencia de la corriente. A las frecuencias
usuales (50 ciclos) esta tendencia es apreciable, especialmente en materiales ferromagnéticos.
Por consiguiente, si la densidad de corriente es mayor en los campos externos del conductor, la
densidad del campo será pues mayor en estas zonas (Figura 29).
Supongamos que el imán circular completo tiene una grieta en la superficie exterior. Una grieta en
el imán interrumpe el flujo uniforme de las líneas de fuerza, algunas de las cuales se verán forzadas a
salir del imán. Éstas crean un campo magnético, con un polo norte y un polo sur. Las líneas de fuerza,
que se ven forzadas a salir del imán como resultado de una grieta, se conocen como fugas de flujo.
Por lo tanto, si se espolvorean partículas magnéticas sobre el citado imán, éstas serían atraídas
por los polos creados por la grieta, dándonos una indicación, por el amontonamiento de partículas en la
zona del defecto.
Si ahora enderezamos el imán de herradura, tendríamos un imán de barra.
El imán de barra tiene las mismas características que el imán de herradura. Las líneas de fuerza o
flujo fluyen del polo sur hacia el polo norte. Las partículas magnéticas serán atraídas hacia los polos,
únicamente donde las líneas de fuerza o flujo abandonan o entran al imán.
Una grieta en el imán de barra causaría, también, fugas de flujo.
Las líneas de fuerza en el fondo de la grieta tienden a seguir la línea de menor resistencia y
permanecen en el imán.
Las líneas de fuerza que pasan a través de área de la grieta tienden a ser forzadas hacia la
superficie. Algunas de estas líneas de fuerza saltan por encima de la grieta. Aquellas líneas de fuerza
que saltan por encima y a través de la grieta, causan fugas de flujo y forman sus polos norte y sur donde
se ha originado la grieta (Figura 32).
Figura 32. Fugas de flujo magnético originadas por una discontinuidad en un imán longitudinal
Si ahora consideramos un imán de barra, con un corte en el centro (Figura 33), también
tendríamos fugas de flujo.
Figura 33. Fugas de flujo magnético originadas por un chavetero en una pieza magnetizada
longitudinalmente
El imán con el corte en el centro se comporta de la misma forma que el imán de barra con la
grieta.
En cualquier imán, los materiales como el hierro y el acero serán atraídos hacia los polos.
Si ahora observamos un imán con una irregularidad superficial, tal como una superficie ondulada,
en la zona de la superficie irregular ondulada las líneas de fuerza permanecen dentro del imán. Las
líneas de fuerza tienden a seguir la trayectoria de menor resistencia, las cuales permanecen dentro del
imán. Como resultado, no se crean polos magnéticos, ni fugas de flujo (Figura 34).
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Figura 35. Líneas de fuga de flujo magnético, producidas por una entalla
Lo anterior es extrapolable a discontinuidades subsuperficiales. Por ello, el método de ensayo por
partículas magnéticas también permite detectar discontinuidades que, aún no siendo superficiales, están
próximas a la superficie.
Figura 36. Flujo de campos de fuga producidos por diferentes orientaciones de una discontinuidad
Asimismo y en función de la retentividad del material y del grado de curvatura del campo de fuga
que originan las discontinuidades, el ensayo de partículas magnéticas podría llevarse a cabo con el
magnetismo residual de la pieza.
1.3.1.2.4 Relación entre el campo de fuga de flujo magnético y la atracción que éste produce
sobre las partículas magnéticas
La habilidad de los campos de fuga para atraer las partículas magnéticas depende, además de
factores tales como los citados en el punto 1.3.1.2.1, de:
• La fuerza magnética existente entre el campo de fuga de flujo magnético y las partículas
magnéticas.
• Las fuerzas gravitatorias, que pueden actuar “empujando” las partículas magnéticas
dentro o fuera de la discontinuidad.
• Para el método de partículas magnéticas húmedas, intervienen también las fuerzas de
tensión superficial existente entre la superficie del objeto y el del medio que contiene las
partículas magnéticas.
Algunas de estas fuerzas dependen de la orientación de la discontinuidad, el campo gravitacional
terrestre, la forma, tamaño y permeabilidad de las partículas magnéticas y del medio que contienen las
mismas.
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en laboratorio, o en una pieza ideal, pueden no ser detectados por un inspector de soldaduras trabajando
en condiciones adversas, en un foso, en campo o en invierno, por ejemplo.
El tamaño y la orientación del defecto subsuperficial pueden también tener un gran efecto, debido
a que las fugas de flujo sobre la superficie se presentarán como una indicación poco definida. Este
puede no ser fácilmente detectado si existe, con relación al fondo de la pieza (superficie), poco contraste.
b) Desventajas:
• El peso de las baterías.
• Vida limitada de la batería cuando se deben emplear altas intensidades de corriente.
• No se realza la discontinuidad debido a que las partículas magnéticas no están sometidas
a vibración.
función de las normas y códigos aplicables, no se permitirá el uso de corriente alterna en la inspección
de objetos/materiales que tengan un espesor de recubrimiento superior a 0,08 milímetros.
Este método consiste en la generación de una corriente eléctrica inducida sobre la pieza, la cual
origina un campo magnético circular.
Para mejorar la densidad de flujo en el anillo a inspeccionar, se suele colocar en el centro del
mismo un núcleo de material ferromagnético.
Figura 45. Comparación la sensibilidad de los métodos seco y húmedo con distintos tipos de corriente
Sin embargo, cuando se trata de discontinuidades superficiales muy finas, la superioridad del
método húmedo es incuestionable, cualquiera que sea el tipo de corriente utilizada, Las discontinuidades
poco profundas, tanto si son anchas como estrechas, se detectan mejor con el método húmedo.
La selección del color de las partículas, en ambos métodos, también afecta a la sensibilidad del
ensayo, ya que se obtendrán mejores resultados cuando mayor sea el contraste existente entre el color
de la superficie de la pieza a ensayar y el color de las partículas magnéticas,
Disponiendo de partículas negras y grises pueden conseguirse contrastes aceptables en la
mayoría de las superficies y condiciones de iluminación y en el caso del método húmedo, siempre es
posible aplicar partículas fluorescentes cuya visibilidad y contraste son óptimos, La sensibilidad de las
partículas magnéticas húmedas visibles o fluorescentes es la misma, pero bajo unas condiciones de
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iluminación adecuadas las indicaciones correspondientes a las partículas fluorescentes son más fáciles
de ver.
sino la intensidad del campo magnético “H”. Cuando se usa la técnica de magnetización
residual, se suele requerir una intensidad de campo magnético que oscila entre 1,6 a 4,8
KA/m (20 ÷ 60 Oe). Intensidades menores de 240 A/m normalmente no atraen las
partículas magnéticas. Los elementos Hall son cristales de materiales semiconductores.
Cuando una corriente pasa a través de ellos y estos se colocan en un campo magnético,
se crea un voltaje entre las caras de los cristales. El voltaje es proporcional a la intensidad
del campo magnético.
• Magnetoides. Están constituidos por un semiconductor cuya resistencia varía con la
intensidad del campo. En la Figura 46 puede observarse, para un semiconductor
determinado, la relación existente entre la intensidad del campo y la variación que ésta
produce sobre aquél.
Como es sabido, el campo magnético generado en el interior de una pieza por la corriente alterna
es tanto más profundo cuanto menor es la frecuencia de la corriente. Así, una corriente alterna normal de
50 Hz no permitirá detectar discontinuidades subsuperficiales que estén a más de 0,4 - 0,5 mm. de
profundidad mientras que a frecuencias de 10Hz la distribución de las líneas de fuerza es, a efectos del
ensayo por partículas magnéticas, prácticamente igual que si se tratase de corriente continua.
Si las discontinuidades son superficiales, el empleo de corriente alterna presenta muchas ventajas.
En efecto, los cambios rápidos de polaridad de la corriente someten a las partículas a una agitación
intensa que facilita sus desplazamientos y, en consecuencia, su atracción por los campos de fuga, lo que
redundará en una mayor intensidad de las indicaciones que, además, se formarán en tiempos más
cortos. Este efecto, claramente observable en el método seco, es mucho menos intenso en el método
húmedo, debido a que la viscosidad del líquido amortigua en gran parte la agitación de las partículas.
Esto equivale a decir que podrán detectarse discontinuidades subsuperficiales si se utiliza
corriente continua en la magnetización. La Figura 48 muestra claramente el diferente comportamiento de
los distintos tipos de corriente, puesto de manifiesto en un ensayo con discontinuidades artificiales,
siguiendo el método continuo (aplicación de las partículas y del campo magnético simultáneamente) por
vía seca.
Figura 49. Probeta para ensayo de sensibilidad a discontinuidades subsuperficiales (acero de 0,4% C,
recocido)
Con el método de ensayo de, partículas magnéticas se podrán detectar aquellas discontinuidades
que por su localización, orientación y profundidad, tamaño, originan un flujo de fuga magnético. Este flujo
magnético atraerá las partículas magnéticas, dando lugar a indicaciones.
Una indicación es una acumulación de partículas magnéticas que sirve como evidencia de la
existencia de un campo de fuga y requiere de una interpretación para determinar su significado.
La indicaciones se pueden clasificar en verdaderas y falsas.
Antes de definir las indicaciones falsas y verdaderas (relevantes y no relevantes), hacemos notar
que, en función de la bibliografía empleada, se puede pensar que existen discrepancias en las
definiciones que aparecen en distintos códigos y libros de consulta.
En el libro “Introducción a los métodos de Ensayos No Destructivos” deI INTA, se definen las
falsas indicaciones como aquellas que aún respondiendo a la presencia de campos de fuga, no son
reflejo de una heterogeneidad o discontinuidad del material.
Así, serían falsas indicaciones aquellas originadas a raíz de la escritura magnética,
sobremagnetización, deformaciones en frío, materiales con tamaño de grano muy basto, uniones de
materiales con distintas permeabilidades magnéticas, etc.
• Efecto de la sobremagnetización
Es, quizá, la causa más frecuente de aparición de indicaciones falsas. Si el campo magnético es
suficientemente intenso, puede dar lugar a acumulaciones de partículas en cambios de sección o en el
extremo de piezas magnetizadas longitudinalmente. Las indicaciones en zonas con acuerdos precisan de
una interpretación muy cuidadosa, ya que, por un lado, son realmente zonas propicias a la aparición de
grietas y, por otro, su simple configuración geométrica da lugar a campos de fuga que pueden originar
indicaciones falsas.
En estos casos se puede hacer una correcta interpretación de tales indicaciones falsas, ya que:
-En iguales condiciones de magnetización, todas las piezas iguales darán indicaciones en el
mismo sitio.
-Las indicaciones siempre pueden relacionarse con características constructivas o geométricas de
la pieza, que dan lugar a la aparición de campos de fuga originados por constricción del flujo magnético
en su recorrido a través del material.
-Estas indicaciones rara vez presentan apariencia similar a las reales para un observador
experimentado.
-Este problema se resuelve, generalmente, disminuyendo la intensidad del campo magnético
hasta la desaparición de las indicaciones falsas. En el caso de existir una discontinuidad o grieta, la
constricción de las líneas de fuerza es suficiente para dar lugar a un campo de fuga y a la consiguiente
formación de una indicación propia de la discontinuidad o grieta.
• Escritura magnética
Otra causa de aparición de indicaciones falsas, es la creación de polos locales surgidos del
contacto entre una pieza endurecida y otra pieza magnetizada, o bien entre dos piezas magnetizadas a
distinto nivel.
Este tipo de indicaciones no suele causar problemas de interpretación, dada su peculiar
configuración y apariencia. Además, si se desmagnetiza la pieza y se vuelve a ensayar, las indicaciones
ya no aparecen.
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• Deformación en frío
La deformación plástica en frío del acero conduce a estados de acritud, con el consiguiente
cambio de permeabilidad. Cuando la deformación está muy localizada, el brusco cambio de
permeabilidad puede ser suficiente para originar indicaciones, que suelen tener una apariencia similar a
las causadas por escritura magnética. Desmagnetizando y volviendo a magnetizar, la indicación
originada por deformación en frío aparece de nuevo, mientras que la escritura magnética no.
Este tipo de indicaciones aparece, por ejemplo, cuando se tornean piezas a cargas elevadas,
dando lugar, en la inspección por partículas magnéticas, a una indicación en espiral que refleja el
recorrido de la punta de la herramienta de corte.
• Tamaño de grano
Cuando el grano del material es muy basto, pueden aparecer indicaciones que forman una red y
que pueden identificarse con los límites de grano, debido a la diferente permeabilidad entre el límite y el
propio grano.
Este mismo efecto se produce en materiales muy fibrados y/o muy segregados.
Por otro lado en la Sección V del Código ASME y en el libro “Non Destructive Testing Handbook”
de la American Society for Non Destructive Testing, se define una falsa indicación como aquella que
puede interpretarse como causa de discontinuidad pero localizada donde no la hay.
Si analizamos las definiciones dadas por la American Society for Non Destructive Testing ASNT y
el Código ASME, para indicaciones no relevantes se observa que ambas sociedades las definen como
aquellas que son consecuencia de una discontinuidad aceptable.
La ASNT incluye como indicaciones no relevantes las originadas por efectos espurios (escritura
magnética, cambios de sección, etc.) y la American Society of Mechanical Engineers (ASME) también
contempla como indicaciones no relevantes aquellas originadas por la existencia de campos de flujo de
fuga, tales como los creados por un cambio de sección, propiedades inherentes del material, etc.
Además, ASME indica que una indicación falsa es una indicación no relevante.
Las indicaciones verdaderas, son aquellas originadas por una condición o discontinuidad, y se
clasifican en relevantes y no relevantes, en función de sí la discontinuidad requiere evaluación o no es
rechazable, respectivamente. Las indicaciones relevantes, una vez evaluadas se clasificaran como
aceptables o no aceptables.
es decir, una grieta ha de tener como mínimo una profundidad equivalente a tres veces la profundidad de
la rugosidad superficial.
Por otro lado, debemos tener en cuenta que la fuerza de atracción sobre las partículas magnéticas
depende tanto del campo magnético aplicado como de las variaciones locales del campo. En algunos
casos, y a pesar de una magnetización óptima, no es posible generar la fuerza necesaria para formar
una aglomeración de partículas. Esto puede ocurrir, por ejemplo, bajo condiciones desfavorables en los
siguientes casos: discontinuidad del material relativamente ancha, discontinuidad del material con los
bordes muy redondos, discontinuidad de penetración plana (pliegues), discontinuidad del material llena
de óxidos ferromagnéticos, piezas con revestimiento ferromagnético por encima de 40 micras, etc.
Con el objeto de detectar e interpretar las indicaciones originadas por discontinuidades, es
necesario saber como se ha elaborado el material, así como qué procesos de fabricación ha seguido el
mismo y qué tipo de discontinuidades pueden generarse durante las etapas citadas.
Las discontinuidades se caracterizan en función del estado de elaboración en el cual se originan.
Así clasificamos las discontinuidades como inherentes, asociadas a procesos primarios, secundarios y
relativas al servicio.
Discontinuidades inherentes, son las que se producen en los procesos de solidificación de metales
en los lingotes. Algunas de estas discontinuidades se eliminan cuando se despuntan los lingotes.
Algunas discontinuidades inherentes típicas son:
• Desgarros en caliente (Hot tears), juntas frías (Cold shut), rechupes (Pipe), sopladuras
(Blowholes), etc.
Discontinuidades de procesos primarios, son aquellas que se originan durante los procesos de
conformación en frío o en caliente
• Costuras (Seams), fractura en copa (Cupping), grietas de enfriamiento (Cooling cracks),
laminaciones (Laminations), pliegues de forja (Forgins laps), pliegues de laminación
(Rolled laps), reventones o estallidos (Bursts), vetas (Stringers), etc.
Un grupo importante de discontinuidades de procesos primarios son las originadas en los
procesos de soldadura.
• Desgarro laminar (Lamillar tearing), falta de fusión (Lack of fusión), falta de penetración
(Lack of penetration), grietas en frío (Cold cracking), grietas en caliente (Hot cracking),
inclusiones:, mordeduras (Undercuts), porosidad (Porosity), solapes (Overlap), etc.
Discontinuidades de procesos secundarios, son aquellas originadas como consecuencia de
procesos de acabado tales como amolados, tratamientos térmicos, mecanizados, etc.
• Desgarros de mecanizado (Machining tears), grietas de fluencia (Creep cracking), grietas
de tratamiento térmico (Heat treating cracks).
Discontinuidades inducidas por el servicio, son aquellas que se originan cuando el material,
estando, en condiciones de servicio, es sometido a determinados ambientes químicos y solicitaciones
mecánicas.
• Corrosión bajo tensión (Stress corrosion cracking), grietas de amolado (Grinding cracks),
grietas de fatiga (Fatigue cracking) grietas por hidrógeno (Hydrogen cracking), etc.
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Figura 50. Superposición de campos magnéticos (c. c.) a) Suma de los vectores campo b) Relación de
las direcciones del campo
El campo resultante se forma por la suma de los vectores de los dos campos magnéticos, siendo
su dirección y su intensidad distintas a aquellas asociadas a los campos iniciales.
La dirección y la intensidad del campo resultante serán difíciles de predecir en aquellos casos en
que se magneticen objetos con geometría compleja.
Dos o más campos pueden superponerse de forma secuencial. Es muy importante que los
campos magnéticos que se apliquen sean iguales en cuanto a intensidad.
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2.2.4.2 Combinación de campos magnéticos generados por corriente alterna y por corriente
continua
En el ensayo por partículas magnéticas en que se combinan corrientes de magnetización continua
y alterna, se superponen dos campos magnéticos perpendiculares entre sí de tal forma que la dirección y
la intensidad del campo resultante varían con el tiempo, generalmente de acuerdo con la frecuencia de la
corriente alterna.
La dirección del campo magnético cambia de tal forma que al menos durante un corto período de
tiempo el campo es perpendicular a la dirección de la discontinuidad, lo que conlleva a la acumulación de
partículas (formación de indicación).
En el caso de que se combine una magnetización generada por una corriente continua, a través
de un yugo o una bobina o solenoide, con una magnetización obtenida por corriente alterna, a través de
una magnetización entre cabezales, (Figura 51), el campo magnético resultante varía a lo largo del eje
del objeto según lo indicado en la Figura 52.
Figura 51. Combinación de técnicas de magnetización: yugo (C.C.) y entre cabezales (C.A.)
Figura 52. Detección de discontinuidades por combinación de un campo magnético circular (c. a.) y un
campo magnético longitudinal (c. c.)
Esta combinación de campos estáticos y dinámicos resulta en un vector campo cuyo ángulo varía
con el tiempo en relación con la dirección del campo magnético creado por la corriente continua. Si los
dos campos tienen la misma intensidad, el ángulo del vector campo tendrá un rango de ± 45°, es decir
se cubre un total de 90°.
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Figura 53. Campo magnético producido por la combinación de dos campos magnéticos generados por
corriente alterna
Cuando se emplea la magnetización multidireccional, la aplicación de las partículas magnéticas
debe efectuarse durante la magnetización ya que en caso contrario, una indicación previamente formada
podría no ser retenida por las fuerzas magnéticas que la originaron y ser eliminada por el baño de
partículas magnéticas.
La magnetización multidireccional tiene básicamente dos ventajas: pueden detectarse
discontinuidades muy pequeñas porque durante algún período de tiempo el vector campo es
perpendicular a la dirección de la discontinuidad, y disminuyen el tiempo de ensayo ya que sólo se
requerirá un disparo para inspeccionar el objeto.
Este método no requiere que exista contacto con la pieza y pone en evidencia discontinuidades
orientadas con cualquier dirección que estén situadas en el interior, exterior y en las caras del objeto
cilíndrico.
3.1.2 Yugos
Además de los imanes permanentes, cuya intensidad de campo suele ser baja y además
constante, se utilizan también electroimanes (yugos) que permiten obtener campos más potentes y
regulables a voluntad.
Un yugo es un equipo especial en forma de U, con una bobina, para suministrar la corriente de
magnetización. Cuando se energiza la bobina y se coloca una pieza entre los polos del yugo, se
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establece un campo magnético longitudinal, alineado con los polos de yugo, en la pieza de prueba
(Figura 56).
3.1.4 Bobinas
La magnetización longitudinal por corriente eléctrica se basa en el principio de que la corriente
eléctrica que pasa a través de un conductor de cobre forma un campo magnético alrededor del
embobinado.
Cuando se fabrica una bobina con el conductor de cobre, las líneas de flujo alrededor de cada
vuelta del embobinado, se combinan con las de las demás vueltas del mismo. Esto incrementa la
intensidad de flujo y da una fuerza total, en una dirección longitudinal (Figura 59).
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Figura 59. Magnetización longitudinal generada por el paso de corriente a través de un conductor
enrollado
La densidad de flujo y la intensidad del campo magnético son mayores en la superficie del
conductor de cobre., por lo que la densidad de flujo del campo magnético longitudinal total será mayor en
la superficie interna de la bobina.
Si se coloca una pieza en el interior de una bobina, a través de la cual está pasando corriente
eléctrica, se establece un campo magnético longitudinal en la pieza (Figura 60).
códigos, normas, especificaciones, documentos contractuales, etc. Por ejemplo, la longitud efectiva del
campo para hierro suave, altamente permeable, será de 225 mm. La longitud efectiva para acero duro,
de baja permeabilidad, será de 150 mm. Cualquier discontinuidad dentro de la longitud efectiva de 150 a
225 mm hacia ambos lados de la bobina, desarrollará suficientes fugas de flujo, que atraerán partículas
magnéticas.
Los defectos que no estén dentro de la longitud efectiva de 150 a 225 mm no producirán
suficientes fugas de flujo. En otras palabras, una pieza mayor de 300 a 450 mm necesitará dos
magnetizaciones. Para atraer partículas magnéticas hacia el defecto de la derecha, la pieza deberá
desplazarse hacia la izquierda, de tal forma que el defecto quede como máximo a 150 ó 225 mm, a partir
del extremo de la bobina. La regla de los 150 a 225 mm se basa en la cantidad de corriente utilizada y en
la permeabilidad del material que se está magnetizando. El uso efectivo de la regla deberá basarse en la
experiencia obtenida de estas aplicaciones.
Figura 63. Magnetización longitudinal creado por un conductor enrollado alrededor de un objeto
En ambos casos es de gran importancia la relación entre el área de la sección de la bobina y de la
pieza. Es lo que se llama “factor de llenado”, y su valor determina el que se consiga, o no, un campo
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Partículas magnéticas Hoja 56 de 101
adecuado en la pieza. En general, no es conveniente utilizar bobinas cuyo diámetro sea 10 o más veces
superior al de la pieza.
Otro factor a considerar en la magnetización longitudinal producida por una bobina. Consecuencia
de que las formas de las piezas afectan la dirección del campo magnético inducido, es que la dimensión
longitudinal del objeto a ensayar debería ser, como mínimo, dos veces la longitud de la bobina,
especialmente si la pieza es de forma irregular. Si la longitud de la pieza es menor, se pueden colocar
objetos suplementarios en los extremos de la misma.
conseguir que los campos de fuga sean suficientemente enérgicos como para producir indicaciones
observables.
El método residual asociado con partículas magnéticas fluorescentes da buenos resultados en el
examen de matrices y estampas cuya geometría es, a menudo, complicada. En este caso, la menor
sensibilidad inherente del método residual se ve compensada por la utilización de las partículas
magnéticas fluorescentes.
El método continuo es más sensible que el método residual e insustituible cuando se trata de
aceros de bajo contenido en carbono. Por otra parte es más rápido, ya que la magnetización y la
aplicación de las partículas se llevan a cabo simultáneamente, mientras que el método residual requiere
dos etapas diferentes.
Cuando se emplea el método continuo con partículas magnéticas húmedas, debe prestarse
especial atención a que sólo se apliquen dichas partículas mientras se genera el campo magnético. Si se
elimina antes el campo magnético, el baño de partículas magnéticas que se aplica sobre la pieza podrá
arrastrar las partículas depositadas en las discontinuidades, mientras que si el flujo de partículas
magnéticas se cierra antes que finalice la magnetización de la pieza no se formarán indicaciones.
En piezas de muy alta responsabilidad es necesario elevar al máximo la sensibilidad, lo que se
consigue magnetizando la pieza y sumergiéndola en un baño de partículas magnéticas fluorescentes. La
magnetización se mantiene hasta que haya escurrido todo el líquido que moja la pieza.
Las partículas magnéticas deberán, por tanto, tener la mayor permeabilidad magnética posible.
Con ello se conseguirá que aunque existan campos de fuga débiles, sus líneas de fuerza puedan
penetrar con facilidad dentro del material y este se magnetice. A medida que las partículas se
magnetizan estas atraen a otras partículas y forman la correspondiente indicación.
Por otro lado las partículas magnéticas deberán tener baja retentividad y baja fuerza coercitiva. En
caso contrario, en la fase de fabricación o después de su primer uso las partículas podrían convertirse en
pequeños imanes. Ello favorecería, por un lado que las partículas se atrajeran entre sí, apelmazándose,
y por otro lado que las partículas, al contactar con la superficie de las piezas a ensayar, quedaran
adheridas a la misma, disminuyendo por tanto su movilidad y generando un fondo de partículas, con la
consiguiente perdida de contaste de las indicaciones.
Aunque a nivel general se ha dicho que la retentividad y la fuerza coercitiva deben ser lo más
bajas posible, en algunos casos se ha observando que las partículas con un ligero grado de retentividad
poseen algunas ventajas. Así las partículas secas, que suelen tener una forma alargada, con una ligera
retentividad se orientan más fácilmente hacia los campos de fuga (se produce un efecto similar a la
interacción que ejerce el campo magnético sobre una aguja imantada). Por otro lado las partículas
húmedas con ligera retentividad, al disponer de un cierto campo magnético, son atraídas con más fuerza
por las líneas de fuga, con lo cual se desplazarán, en el medio de suspensión, con mayor velocidad.
Existen otros factores como el tamaño y la forma de las partículas que afectan al comportamiento
de aquellas cuando están sometidas al efecto de un campo magnético débil, como el originado por una
discontinuidad.
Las partículas magnéticas de tamaño grande tendrán mayor dificultad para moverse por la
superficie del objeto a examinar, para ser atraídas por campos magnéticos débiles y para ser sostenidas
por dichos campos. Por otro lado, las partículas de pequeño tamaño pueden quedarse adheridas, por
fricción, en la superficie de la pieza en zonas donde no existan campos magnéticos, generando un fondo
que disminuya el contraste de una indicación.
Las partículas magnéticas utilizadas en el ensayo de partículas magnéticas se encuentran
disponibles en el mercado con formas diversas (alargadas, escamas, redondas, agujas, etc.), y cuando
se someten a efectos de un campo magnético, todas las partículas tienen tendencia a orientarse a lo
largo de las líneas de flujo. Esta tendencia es tanto mayor cuanta más alargada sea la partícula, ya que
estas formas desarrollan unos polos internos Norte-Sur con más facilidad que las partículas con formas
redondas. Teniendo en cuenta que cada partícula magnética se convierte en un pequeño imán, se
producen atracciones entre polos Norte y Sur de distintas partículas, estas se alinean unas con otras, en
forma de cuerda, puenteando la discontinuidad. La mejor evidencia de lo expuesto es el hecho que las
partículas alargadas detectan con mayor claridad que las partículas redondeadas las discontinuidades
anchas, poco profundas y subsuperficales, que producen campos de fuga más débiles y más difusos. La
alineación de las partículas (en forma de cuerda), consecuencia de sus polos internos, genera en estos
casos indicaciones más fuertes.
No obstante, existe una contrapartida, ya que las partículas alargadas tienen tendencia a
enredarse y agruparse, lo que puede enmascarar la indicación, y además su movilidad es menor que la
de las partículas esféricas.
Debemos resaltar que la permeabilidad magnética o la rententividad o la fuerza coercitiva, por sí
solas no dan la mayor sensibilidad a las partículas. Existen otros factores como el tamaño y forma que
influyen en la sensibilidad del ensayo. Por ello a la hora de seleccionar las partículas magnéticas
debemos considerar no solamente un único factor sino el conjunto de los mismos.
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Partículas magnéticas Hoja 60 de 101
Las partículas magnéticas se clasifican en función del tipo de pigmento con que se mezclan, para
aumentar su visibilidad y en función de sí aquellas disponen o no de un vehículo de suspensión.
En función del tipo de pigmento las partículas magnéticas se dividen en dos grupos: las visibles,
que producen un buen contraste, con relación a la superficie de la pieza a ensayar, bajo luz visible o
blanca y las fluorescentes cuyos pigmentos producen fluorescencia cuando están sometidas a luz
ultravioleta. Existe un tercer tipo de partículas con pigmentos que son visibles tanto con luz blanca como
con luz ultravioleta.
Por ello el pigmento empleado debe ser resistente tanto a la acción química del vehículo de
suspensión (agua y derivados del petróleo) como a la acción mecánica consecuencia de los sistemas de
agitación (tanque de partículas magnéticas, etc.). En algunos casos el material magnético una vez esta
recubierto con el pigmento se encapsula con una capa de resina, por lo que el tamaño del material
magnético debe ser muy pequeño.
La forma de las partículas, en este caso, no tiene tanta relevancia como en el caso de las
partículas secas, ya que el fluido de la suspensión, al ser más denso y viscoso que el aire, hace que la
velocidad de las partículas sea menor, teniendo más tiempo para orientarse, dando indicaciones más
fiables. Además, debido a su movimiento lento bajo el efecto de campo de fuga las partículas forman
pequeños agregados de forma alargada.
Mientras las partículas magnéticas se encuentran en la suspensión fluyendo sobre el objeto a
ensayar, pueden desplazarse en dos direcciones, y en tres direcciones si el objeto esta sumergido en un
baño.
Dado que las partículas magnéticas húmedas tienden a segregarse del vehículo de suspensión, la
movilidad de las partículas húmedas no será nunca la ideal, por lo que a la hora de escoger las partículas
debemos compensar este efecto negativo con los otros factores positivos que tienen las partículas
magnéticas húmedas.
La segregación de las partículas del baño, depende directamente del tamaño de las partículas, de
la diferencia de densidades entre las partículas y el líquido de suspensión e inversamente de la
viscosidad del citado líquido.
Una ventaja que tienen las partículas magnéticas en vía húmeda frente a las partículas
magnéticas en vía seca, es que aquellas, al estar dentro de un líquido, pueden llegar fácilmente a todas
las superficies de piezas que presenten una geometría compleja.
Aunque existen yugos para conectar directamente a la red (220 V. 50 Hz.), generalmente están
dotados de un transformador o un transformador y un rectificador en el caso de que se prefiera emplear
corriente continua como corriente de magnetización y separación 220/42V, que los hace particularmente
aptos para trabajos en el interior de calderas o recipientes metálicos. En el transformador va montado un
fusible térmico que dispara a una temperatura determinada, y en algunos modelos se dispone de un
variador de intensidad de corriente, el cual permite adaptarse a las particularidades del material y
efectuar la desmagnetización de una forma muy cómoda cuando el yugo es de corriente alterna.
Como accesorios suele disponer de unas patas articuladas para permitir adaptarse a las distintas
configuraciones geométricas.
Tanto los yugos como los imanes permanentes deberán ser calibrados, al menos, una vez al año,
para verificar su la fuerza de atracción.
La lectura de las unidades de medida (amperímetros) no tendrá una desviación mayor del diez por
ciento del total de la escala, relativa a los valores de la corriente indicados por el medidor patrón.
3.3 ACCESORIOS
Para llevar a cabo ensayos por el método de partículas magnéticas es necesario disponer de un
equipo que genere un campo magnético y un medio (partículas magnéticas) que evidencie la existencia
de los campos magnéticos de fugas asociados a las discontinuidades.
Además de los equipos y medios citados existen otros equipos o accesorios, que serán de gran
utilidad en la realización del examen.
Así pues, y al igual que sucede con otros métodos de ensayos no destructivos, como los líquidos
penetrantes y la radiografía, deben existir unas condiciones óptimas de iluminación.
Estas condiciones óptimas pueden alcanzarse con luz natural o visible y con luz negra. La luz
natural o visible se utilizará cuando se empleen partículas magnéticas visibles y la luz negra deberá
emplearse cuando se utilicen partículas magnéticas fluorescentes.
La luz visible es una energía radiante cuyo rango de longitudes de onda oscila entre 400 y 700 nm
(4.000 ± 7.000 A ).
La luz negra es una radiación electromagnética del campo ultravioleta cercano, cuyo rango de
longitudes de ondas oscila entre 320 y 400 nm (3.200 ± 4.000 A ).
La luz visible empleada durante el ensayo puede ser tanto de origen natural (sol) como de origen
artificial (bombillas, fluorescentes, etc.), siempre y cuando la intensidad lumínica en la superficie de la
pieza a examinar sea la adecuada. En la práctica se considera que una intensidad lumínica mínima de
500 luxes es adecuada para llevar a cabo la inspección, no obstante en función de códigos, normas,
especificaciones, etc., este valor puede no estar de acuerdo con el valor exigido.
La visibilidad de las partículas magnéticas fluorescentes queda muy reducida por la presencia de
luz visible. Por ello, la inspección por partículas fluorescentes requiere que se compruebe, además de la
intensidad lumínica de la luz ultravioleta, el grado oscuridad de la sala o recinto donde se lleve a cabo el
ensayo. A título orientativo, diremos que una intensidad lumínica de luz visible igual o menor a 20 lux y
una intensidad de la luz ultravioleta mayor o igual a 1.000 µ W/cm2 sobre la superficie a examinar, se
consideran valores correctos.
Hay cuatro fuentes posibles de luz negra: lámparas de incandescencia, lámparas de arco metálico
o de carbón, tubos fluorescentes y lámparas de arco en vapor de mercurio.
Los dos primeros tipos se utilizan poco debido a la baja intensidad y a su inestabilidad, por lo que,
a efectos prácticos, sólo se utilizan los dos últimos tipos, estando reservadas las grandes intensidades de
luz a las lámparas de arco de vapor de mercurio, por lo que son ampliamente utilizadas en grandes
instalaciones de inspección.
Sin embargo, queremos destacar la comodidad del uso de las lámparas tubulares fluorescentes,
sobre todo cuando se trata de equipos portátiles. En efecto, su cebado es instantáneo, mientras que las
de arco en vapor de mercurio tardan unos 10 minutos desde que se conectan a la red hasta que
proporcionan la intensidad luminosa de régimen. Por otra parte son ligeras y no requieren
transformadores o reactancias que contribuyen a aumentar el peso, siendo, además, fácilmente
adaptables a sistemas de lentes que permiten observar a 3 ó 4 aumentos indicaciones que a simple vista
pudieran parecer dudosas.
Tanto las lámparas tubulares como las de arco en vapor de mercurio, producen toda una gama de
longitudes de onda, gran parte en el espectro visible, por lo que se recurre a filtrar, mediante un cristal, la
luz generada. Dicho cristal absorbe la casi totalidad de la radiación visible y permite el paso de las
radiaciones de longitud de onda entre 3.200 y 4.000 A , con un máximo de 3.650 A , que es la zona del
espectro aprovechable a los efectos de inspección por partículas magnéticas fluorescentes.
zonas de geometría compleja, permitiendo comprobar en esas zonas la adecuación de la intensidad del
campo magnético.
Cuando se emplean los indicadores de campo, se debe tener muy presente que cuando se coloca
el indicador en la superficie de una pieza magnetizada longitudinalmente por medio de una bobina, el
campo magnético generado pasa preferentemente por la pieza a ensayar pero también pasa por el
indicador. Por ello, en este caso, las indicaciones producidas en los indicadores no representan un medio
preciso para valorar la idoneidad de la corriente de magnetización o la intensidad del campo magnético.
En el punto 2.2.2.4. se relacionan otros equipos de medida sensibles al flujo o magnético.
3.3.4.1 Luxómetros
La intensidad de luz blanca, para el examen por partículas magnéticas no fluorescentes, será
determinada y comprobada por el inspector a fin de asegurar adecuada iluminación sobre la superficie a
examinar. Asimismo cuando se emplean partículas magnéticas fluorescentes se deberá comprobar que
los niveles de luz blanca no superan los valores establecidos en los códigos y normas aplicables
(normalmente la intensidad luminosa no deberá ser mayor a 20 lux).
En la práctica, para el caso de partículas magnéticas no fluorescentes, se considera del orden de
1.000 lux como iluminación adecuada, la cual, puede ser comprobada mediante un luxómetro. No
obstante en cada caso se deberá cumplir lo exigido en las normas, códigos y procedimientos aplicables.
El luxómetro consiste en una capa metálica muy fina depositada sobre un elemento semiconductor
apoyado en una plancha metálica. Entre la capa metálica y la plancha metálica se dispone de un
galvanómetro sensible. Generalmente se utiliza como metal el cobre, y como elemento semiconductor el
óxido de cobre.
Cuando incide la luz sobre la lámina de cobre, llega hasta la capa de óxido, debido al pequeñísimo
espesor de aquella, y se liberan electrones. Una corriente eléctrica recorre el circuito indicado y produce
una cierta desviación del galvanómetro, cuya escala está graduada en lux.
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Partículas magnéticas Hoja 68 de 101
4. TÉCNICAS DE INSPECCIÓN
4.1 MATERIALES
Las capas de óxido o cascarilla gruesas deben eliminarse con los medios mecánicos antes
descritos. Una capa delgada y uniforme de óxido, normalmente no interfiere con la localización de
discontinuidades, excepto de las muy pequeñas. La limpieza y preparación de las superficies no deben
ser perjudiciales para el material, para el acabado de la superficie, o para los productos utilizados en el
examen. La pintura y otros recubrimientos superficiales hacen el efecto de convertir las discontinuidades
de superficie en subsuperficiales. Las superficies revestidas con una capa fina de pintura no magnética,
por ejemplo imprimación, también pueden examinarse, si la superficie de la pintura no está deteriorada y
el espesor de la capa no supera las 40 micras. Por encima de este espesor, la sensibilidad del método
disminuye y puede ser necesario determinarla de manera específica antes de proceder al examen. Para
decidir si la pintura debe ser o no eliminada, debe considerarse el grueso relativo de la capa de pintura y
el tamaño de las discontinuidades más pequeñas que se buscan en la inspección. Este criterio puede,
aplicarse a acabados superficiales como cadmiado, niquelado y cromado, teniendo en cuenta que la
capa galvánica es normalmente más delgada que la de pintura y que la superficie galvánicamente
tratada ofrece un fondo excelente para contraste cuando se usan partículas de color negro o rojo. Antes
de realizar la inspección, se puede pintar la superficie sometida a inspección para destacar los
contrastes.
Para la inspección de soldaduras, los cordones deben estar libres de cascarillas y escorias y
secos. Dado que la posibilidad de detección de discontinuidades relativamente profundas depende de la
libertad de las partículas para moverse sobre la superficie para formar indicaciones, parecería lógico,
para obtener la misma sensibilidad que en el material base, mecanizar el condón de soldadura hasta
dejarlo a paño para con la superficie de la chapa. En la práctica, a menos que tal mecanización sea
requerida por algún documento contractual, se obtienen resultados enteramente satisfactorios con un
simple cepillado con cepillo de púas de alambre. El chorro de arena también proporciona una buena
superficie para inspección. Si el cordón es muy desigual, puede ser necesario el empleo de una muela
de esmeril para alisarlo.
El plano en el que se va a hacer la inspección influye considerablemente en el resultado. La cara
superior de una superficie horizontal es, naturalmente, la más favorable, y las piezas de tamaño medio y
pequeño pueden normalmente girarse, de forma que la superficie a inspeccionar esté en dicha posición.
Con cuerpos mayores o estructuras rígidas, esto no es posible. Los defectos subsuperficiales son algo
más difíciles de localizar en otras superficies que no sean la plana horizontal.
En relación con la temperatura del ensayo, y de acuerdo con la guía SE-709 de la Sección V del
código ASME, la temperatura de la superficie a examinar debe ser inferior a 3150 C, en el caso de
partículas secas, y a 570 C, en el caso de partículas húmedas.
• Hierro gamma: cristaliza en la variedad cúbica centrada en las caras, entre 910 y 1.400º
C, no magnético.
• Hierro delta: cristaliza en la variedad cúbica centrada en el cuerpo, entre 1.400 y 1.536º C,
es débilmente magnético.
La aleación del hierro con el carbono da lugar a los aceros (0,10 ≤ %C ≤ 1, 76) y a las
fundiciones (1,76 ≤ %C ≤ 6,67). En las aleaciones hierro -carbono pueden encontrarse hasta once
constituyentes, entre los que destacan:
• Ferrita: hierro alfa puro, magnética.
• Cementita: carburo de hierro, contiene el 6,67% de carbono y es magnética hasta los 210º
C (punto de Curie).
• Perlita: es un constituyente compuesto por el 86,5% de ferrita y el 13,5% de cementita.
• Austenita: es una solución sólida de carbono en hierro gamma, con un contenido de
carbono disuelto que puede llegar al 1,76%. No es magnética. Empieza a formarse a partir
de 7230 C, pero forma parte de los aceros inoxidables austeníticos a temperatura
ambiente.
• Martensita: es una solución sólida sobresaturada de carbono en hierro alfa. Es magnética.
• Grafito: es una variedad alotrópica del carbono. No es magnético.
La resistividad del hierro puro se incrementa con la presencia de diversos elementos aleados
(principalmente Si, Al, Ni y Co, también Sn, Mn, V, Cr, Mo, Ti o W). Los aceros inoxidables austeníticos y
otros aceros aleados no son magnetizables. Las fundiciones son menos permeables cuando aumenta la
presencia de grafito. En general, son inspeccionables mediante partículas magnéticas, además del hierro
puro, los aceros al carbono y las fundiciones, en menor grado (o incluso imposible) cuando se trata de
aceros aleados o de fundiciones grises de elevado contenido de carbono.
4.2.2 Magnetización
El campo magnético es más fuerte cuando fluye la corriente de magnetización. Cuando se corta la
corriente, el campo cae al valor más bajo, su fuerza residual. En el examen de una pieza mediante
partículas magnéticas, la aplicación de las partículas se puede llevar a cabo tanto mientras circula la
corriente de magnetización como después de que esta haya cesado. La aplicación de una u otra técnica
de magnetización depende fundamentalmente de la retentividad de la pieza, de su capacidad para
presentar un magnetismo residual de intensidad suficiente cuando cesa el paso de la corriente de
magnetización. Si la pieza es de acero con un alto contenido de carbono o de fundición gris, el campo
magnético residual existente después de que la corriente deja de fluir será relativamente fuerte, pero
siempre más débil que cuando fluía la corriente. Si el material es un acero con bajo contenido de
carbono, el campo residual será demasiado débil para atraer partículas e indicar discontinuidades. Para
la mayor sensibilidad, las partículas deben estar sobre la pieza bajo la influencia del campo magnético
mientras fluye la corriente de magnetización.
vuelve a aplicar el baño o el polvo. Si vuelve a aparecer la indicación, normalmente representa una
discontinuidad superficial.
Para mejorar los resultados de la inspección con partículas fluorescentes, debe realizarse en un
área oscura. Cuanto más oscura es el área, más brillante aparecerá la indicación. La adaptación de la luz
blanca exterior a los niveles de oscuridad necesarios para una inspección fiable con partículas
fluorescentes, puede requerir un mínimo de 5 minutos y el inspector no deberá utilizar gafas con cristales
fotosensibles. Igualmente, evitará salir de ella y volver a entrar sin disponer del suficiente tiempo de
adaptación. La intensidad de la luz ultravioleta sobre la superficie a examinar no será inferior a 1.000
µ W/cm2, y se comprobará con un medidor de luz negra adecuado. La intensidad de la luz visible
ambiental en una zona oscurecida para examinar con partículas fluorescentes, debe ser inferior a 20 lux.
La lámpara de luz ultravioleta se encenderá por lo menos 5 minutos antes del inicio de la inspección.
Cuando se utilicen partículas fluorescentes, el área a inspeccionar deberá estar libre de otros materiales
fluorescentes, dado que pueden confundir al inspector. El operador puede experimentar el nublado de la
visión si la luz negra le incide en el globo ocular directamente o reflejada. La sensación de visión nublada
desaparece cuando dicha iluminación se apaga. Dado que es una sensación desagradable, es
conveniente disponer las luces en el área de inspección de tal manera que ni directamente ni reflejadas
iluminen los ojos del inspector.
escritura magnética, así como aquellas consecuencia de una sobremagnetización, deformaciones en frío,
del tamaño de grano, etc. (Ver punto 2.2.3).
4.3.3 Informes
A no ser que lo exija de otra forma algún código, norma o procedimiento aplicable a una
inspección mediante partículas magnéticas, el informe de dicha inspección debería incluir los siguientes
datos por lo menos:
• Nombre del organismo que lleva a cabo el examen.
• Nombre del fabricante de la pieza o de la soldadura.
• Nombre del comprador.
• Identificación de la pieza o soldadura a examinar.
• Lugar y fecha del examen.
• Si se trata de piezas, la identificación que permita seguir su trazabilidad dentro del
proceso de fabricación y el momento en que se realiza el examen dentro de dicho
proceso. Si se trata de soldaduras, tipo de unión, procedimiento de soldeo, material de
aportación, materia! base y tratamientos térmicos.
• Acabado superficial.
• Temperatura de la pieza o soldadura.
• Identificación del procedimiento de examen, y descripción de los parámetros utilizados
(tipo de magnetización, corriente, medio de detección, condiciones de observación,
desmagnetización, étc.).
• Descripción y localización en croquis de las indicaciones obtenidas.
• Evaluación de las indicaciones de acuerdo con los criterios de aceptación aplicables.
• Decisión tomada en relación con la pieza o soldadura después de la evaluación.
• Nombres, niveles de cualificación y firmas del personal que ha intervenido en el examen.
4.4 DESMAGNETIZACIÓN
Todos los materiales ferromagnéticos sometidos a un campo magnético conservan, después de
cesar la acción del campo, un cierto magnetismo, llamado magnetismo residual o remanente, cuya
intensidad depende de la retentividad del material. Sin embargo, una alta retentividad no significa
necesariamente una mayor dificultad en la desmagnetización, ya que esto depende, esencialmente, de la
fuerza coercitiva. A veces resulta más difícil desmagnetizar la pieza que magnetizarla, por lo que se debe
prestar atención a este problema.
Hay que tener en cuenta que el examen mediante partículas magnéticas no es el único motivo de
la presencia de magnetismo remanente en una pieza. Otros motivos pueden ser los siguientes:
• El campo magnético terrestre, que puede llegar a inducir un campo residual relativamente
fuerte en piezas alargadas cuando son golpeadas o vibradas mientras su eje longitudinal
está paralelo al del campo terrestre.
• Operaciones de soldadura mediante arco eléctrico.
• Proximidad de circuitos eléctricos.
• Contacto accidental con un imán permanente u otros objetos fuertemente magnetizados.
• Un deficiente método de desmagnetización. Algunas veces el método de
desmagnetización con punzones puede ser inadecuado y dejar la pieza parcialmente
magnetizada.
• Calentar una pieza por inducción de baja frecuencia puede inducir campos residuales muy
fuertes.
La existencia de un campo residual es mucho más evidente en piezas magnetizadas en dirección
longitudinal. Esto es debido a la relativamente elevada concentración de campos externos (líneas de flujo
magnético entrando y saliendo de la pieza), asociados a piezas magnetizadas longitudinalmente. Estas
condiciones de magnetización son fácilmente detectadas mediante dispositivos indicadores y por la
atracción de otras piezas o de partículas magnéticas. En cualquier caso, este tipo de campo residual es
normalmente el más molesto, pero es también el que mejor responde a la desmagnetización.
Contrariamente a los campos residuales longitudinales, el campo residual circular muestra poca o
ninguna evidencia externa de su existencia. El campo está, en la práctica, completamente confinado en
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Partículas magnéticas Hoja 90 de 101
• Suele dar buenos resultados hacer girar la pieza a la vez que se desplaza a través de la
bobina. (En ocasiones se recurre también a golpearla).
• Si la pieza es alargada, conviene que su eje longitudinal sea paralelo al de la bobina.
• Si la pieza no tiene ninguna dimensión preferente, es conveniente, a veces, colocaria
entre dos trozos de acero suave de forma que se constituya un conjunto en forma de
barra.
• Para des magnetizar piezas en forma de anillo, el mejor procedimiento es hacer pasar a
su través un conductor con corriente alterna y, mediante algún dispositivo, ir disminuyendo
la intensidad de la corriente.
La desmagnetización con corriente continua requiere un instrumental más complicado, ya que es
necesario disponer, además del reostato para disminución de la corriente, de un dispositivo que permita
invertir el paso de corriente cada cierto período de tiempo. Tiene la ventaja de que este tiempo puede
hacerse grande (0,5 -1 segundos), con lo que la desmagnetización se lleva a cabo en toda la masa de la
pieza.
Cuando se trata de piezas muy grandes, la desmagnetización se realiza con un yugo magnético
con corriente alterna y dispositivo de disminución de intensidad de corriente.
por la acción del campo terrestre o bien por la proximidad de líneas de alta tensión favorablemente
orientadas. El que tales piezas hayan prestado un servicio satisfactorio a ese bajo nivel de
magnetización, hace pensar que las exigencias de una desmagnetización completa no tienen
justificación práctica.
Una pieza magnetizada circularmente no presenta prácticamente evidencias externas de su
magnetismo, aunque el campo residual sea elevado. Sin embargo, si la magnetización es longitudinal es
fácil detectar los polos formados.
Cuando es suficiente que la pieza no manifieste evidencias externas de su magnetismo
remanente, deberá magnetizarse primero longitudinal y luego circularmente, con lo que no será
necesario el proceso de desmagnetización. Sin embargo, esta desmagnetización aparente puede causar
problemas durante el mecanizado de la pieza o bien si se pone en contacto con otra pieza no
magnetizada. Para evitar estos problemas, es útil magnetizar primero circular y luego longitudinalmente,
ya que el crear el último campo supone necesariamente la desaparición del primero (no pueden coexistir
dos campos de distinta dirección simultáneamente en la misma pieza) y, además, es más fácil eliminar el
campo longitudinal y controlar la eficacia de la desmagnetización.
En algunas de las situaciones que se relacionan a continuación la desmagnetización puede
complicarse más de lo esperado:
• Protección por derivaciones magnéticas. Siempre que sea posible, una pieza que requiera
desmagnetización debe ser desmagnetizada antes de ser ensamblada con otras piezas.
Ocasionalmente se intenta la desmagnetización de una pieza después de que haya
pasado a formar parte de un conjunto y esté junto a o rodeada de otros materiales
magnéticos. En este caso, el campo de desmagnetización puede estar derivado a través
de los materiales adyacentes más que a través de la pieza en cuestión, y la
desmagnetización no será efectiva. Las piezas pequeñas no deben ser pasadas a través
de una bobina desmagnetizadora en manojos ni amontonadas en cestos por la misma
razón. Las piezas del centro estarán protegidas del campo de desmagnetización por las
capas más exteriores de piezas. El empleo de cestas magnéticas o contenedores puede
ser discutible por el mismo motivo.
• Piezas pequeñas que tengan una pequeña relación longitud/diámetro. Un campo de
desmagnetización puede ser inadecuado para piezas pequeñas con una relación
longitud/diámetro inferior a 3/1. Esta situación puede ser normalmente corregida
incrementando la relación añadiendo piezas ferromagnéticas en cualquiera de los
extremos de la pieza. Las piezas añadidas deben ser al menos de 150 mm de longitud y
de aproximadamente el mismo diámetro de la pieza. Con piezas añadidas a ambos lados,
la pieza se pasa a través de la bobina desmagnetizadora de la forma acostumbrada. Para
grandes lotes de este tipo de piezas, es a veces conveniente pasarlas a través de la
bobina desmagnetizadora formando cadena.
• Fuerza del campo de la bobina de desmagnetización aparentemente demasiado débil. La
intensidad del campo de una bobina es función de su diámetro y de los amperios-vuelta
aplicados. En general, cuanto más pequeño es el diámetro de la bobina, más intenso es el
campo para los mismos amperios-vuelta aplicados. Por lo tanto, el uso de diámetros de
bobina más pequeños de la misma o mayor cantidad de amperios-vuelta, puede ser
ventajoso. Sin embargo, pasar la pieza a través de la bobina tan cerca como sea posible
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Partículas magnéticas Hoja 95 de 101
de la pared interior, puede ser suficiente, dado que la intensidad del campo es mayor aquí
que en el centro.
• Polos magnéticos fugitivos. Ocasionalmente, algunos intentos de desmagnetización de
una pieza dan lugar a que los polos magnéticos se desplacen de una parte de la pieza a
otra. Esto puede ser debido a la peculiar geometría de la pieza o su orientación con
respecto al campo de desmagnetización. Esta situación puede normalmente aliviarse
rotando la pieza mientras está dentro de la influencia de un campo de desmagnetización.
En particular, piezas circulares, tales como pistas de rodadura de cojinetes, pueden
pasarse a través de una bobina de corriente alterna para obtener el resultado deseado.
caso de suspensiones basadas en agua, antes de la lectura. El volumen sedimentado en el fondo del
tubo es indicativo de la concentración de partículas en el baño.
Si la concentración del baño es baja en contenido de partículas, añadir la cantidad suficiente de
partículas para obtener la concentración deseada. Si la suspensión tiene un alto contenido de partículas,
añadir suficiente vehículo para obtener la concentración deseada. Si las partículas sedimentadas
aparecen como aglomeradas, más bien que como un depósito sólido, tomar una segunda muestra. Si
aún siguen aglomeradas, las partículas pueden estar magnetizadas, y hay que reemplazar la
suspensión.
El volumen de sedimentación recomendado está entre 0,1 y 0,4 mI en 100 ml de muestra del
baño, para partículas fluorescentes, y entre 1,2 y 2,4 ml por 100 ml de vehículo para partículas no
fluorescentes, a no ser que el fabricante de las partículas o haya especificado de otra manera.
Las suspensiones fluorescentes y no fluorescentes deben ser comprobadas periódicamente (cada
semana) en busca de contaminantes tales como suciedad, incrustaciones, aceite, pelusas, pigmentos
fluorescentes sueltos, agua (en el caso de suspensiones en aceite), y aglomeraciones de partículas que
puedan afectar de manera adversa la realización del proceso de examen mediante partículas
magnéticas.
Para baños fluorescentes, el líquido que queda directamente encima del precipitado debe
examinarse con luz negra. El líquido tendrá una pequeña fluorescencia. Su color puede ser comparado
con una mezcla reciente en la que se hayan utilizado los mismos materiales o con una muestra no
utilizada del baño original guardada con esta finalidad. Si la muestra usada es notablemente más
fluorescente que la de comparación, el baño debe reemplazarse.
Es importante que el brillo del polvo de las partículas magnéticas fluorescentes se mantenga al
nivel establecido y el brillo de la indicación y del fondo permanezca a un nivel relativamente constante.
Las variaciones de contraste pueden afectar a los resultados. La pérdida del contraste adecuado está
causada generalmente por:
• un incremento del nivel de contaminación del vehículo que incrementa la fluorescencia del
fondo,
• pérdida de vehículo por evaporación, incremento de concentración,
• degradación de las partículas fluorescentes. Un cambio en la relación de contraste se
puede observar utilizando una probeta anular con una cara atacada.
La imposibilidad de encontrar una discontinuidad conocida en una pieza o de obtener las
indicaciones especificadas en el anillo de prueba (para determinar la sensibilidad del ensayo), indica la
necesidad de cambiar el baño completo. Si se utiliza una pieza, deberá haber sido limpiada
ultrasónicamente, de tal manera que no se detecte fondo fluorescente bajo una luz negra con una
intensidad en la superficie de al menos 1.000 mW/cm2. Si algún fondo se nota que interfiere con
cualquier detección o interpretación, el baño debe ser drenado y prepararse una nueva suspensión.
La viscosidad de la suspensión no excederá de 5 mm2/s (5,0 cSt), a cualquier temperatura a la
que vaya a utilizarse el baño, cuando se ensaye de acuerdo con el método D 445.
La temperatura de inflamabilidad (flash point) de la suspensión de partículas magnéticas en
destilado de petróleo ligero será como mínimo de 93º C, utilizando el método D 93.
Si se utiliza agua debidamente acondicionada para el baño dará la humectación, la dispersión de
partículas y la protección contra la corrosión adecuadas. El ensayo de rotura de agua se realiza rociando
una pieza, similar en acabado superficial a las que se tienen que inspeccionar, con suspensión y
observando la apariencia de la superficie de la pieza después de parar el rociado. Si la película de
suspensión es continua sobre toda la pieza, hay suficiente agente humectante. Si la película de
suspensión se rompe, exponiendo superficies desnudas de la pieza y la suspensión forma diversas
salpicaduras sobre la superficie, se requiere más agente humectante o bien la pieza no ha sido
suficientemente limpiada.
El pH del baño de agua acondicionado debe estar entre 6,0 y 10,5, determinado mediante un
medidor de pH adecuado o con papel indicador.
5. DOCUMENTACIÓN
5.1 PROCEDIMIENTO DE ENSAYOS E INFORMES
El organismo que realice exámenes mediante partículas magnéticas deberá disponer de un
procedimiento escrito, que contendrá, por lo menos la siguiente información:
• Los materiales y tamaños a examinar y la extensión de los exámenes.
• Técnicas de magnetización a utilizar.
• Equipos a utilizar en la magnetización.
• Preparación de la superficie (acabado y limpieza).
• Tipo de partículas ferromagnéticas a utilizar: fabricante, color, secas o húmedas, etc.
• Corriente de magnetización (tipo y amperaje).
• Criterios de aceptación
• Desmagnetización.
• Limpieza.
6. PRECAUCIONES DE SEGURIDAD
6.1 RIESGOS DE INCENDIOS, VENTILACIÓN, MATERIAS TOXICAS
Se debe observar en todo momento la reglamentación europea, nacional y local sobre seguridad,
así como la reglamentación sobre la protección del medio ambiente. Se debe prestar especial atención a
los productos tóxicos inflamables y/o a los volátiles.
Un aspecto importante a tener en cuenta al trabajar con partículas magnéticas es el hecho de que
en el caso de los líquidos de suspensión empleados, se trata de productos químicos (agua con aditivos y
derivados del petróleo) que, de estar en contacto directo con la piel durante un período prolongado de
tiempo, pueden, aunque no forzosamente, causar alteraciones. Por esta razón, las personas que
trabajen con tales líquidos y que sean sensibles a los mismos, deberían usar guantes y aplicar las
cremas adecuadas para reforzar la capa protectora de la piel. Al interrumpir el control, y después de
finalizar el trabajo, se aconseja un lavado a fondo de las manos con aplicación de cremas para completar
la película de grasa de la piel.
Las partículas que utilizan como líquido de dispersión el agua tienen la ventaja sobre las que se
utilizan con petróleo de que no producen molestias al operario, tales como irritaciones y picores en la
piel, eliminándose además el peligro de inflamación que puede surgir al realizar el ensayo cerca de un
lugar en el que puedan producirse chispas.