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Fonagy, Peter
Sería una simplificación excesiva decir que la violencia o borderline puedan ser
explicados como formas de organización de un self no mentalizante. El
delincuente adolescente es cte de los estados mentales de otros miembros de su
banda y el individuo borderline es a veces hipersensible a los estados
emocionales de los profesionales de la salud mental o miembros de su flia.
Winnicott dirá que ante la falla para encontrar su estado actual especularizado por
el otro, es probable que el infante internalice el estado actual de su madre como
parte de su propia estructura del self. Incluye como parte de si mismo el
sentimiento de su madre de ira, odio, o miedo, y la imagen de sí mismo como
atemorizante o inmanejable. Esa dolorosa imagen debe externalizarse para que el
infante adquiera una autorrepresentación coherente y soportable. Esta sería la
esencia del apego desorganizado
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Sintomatología del tno de p b
Psicoterapia y mentalización
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Ayudar al paciente a comprender y poner nombre a los estados emocionales
fortaleciendo el sistema representacional secundario. Focalizando la atención del
paciente sobre la experiencia del terapeuta.
Hugo Lerner
Basado en la patología yoica, es decir, los conflictos o déficits que han impedido la
estructuración del yo que pueda hacerse cargo de la realidad externa como interna
(pulsiones, fsias, superyó, etc) y en el tipo de transferencia y contratrasnferencia.
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compulsivos, reacciones disociativas, síntomas hipocondriacos. Las
tendencias paranoides se dan con frecuencia junto a la ansiedad.
Adicciones y compulsiones es como si el yo buscara escaparse de una
tensión yoica
Sexualidad perverso-polimorfa tendencias perversas, como
promiscuidad, elementos sádicos o masoquistas, exhibicionismo. Otros
pacientes fronterizos pueden tener una inhibición marcada en su
sexualidad. La búsqueda del otro no se relaciona tanto con el deseo como
con la necesidad, sobre la que se asientan las conductas adictivas y las
organizaciones de sexualidad perversa, en las que la sexualidad se utiliza
como una droga.
Los mecanismos de defensa habituales son los ligados a la escisión más que a
la represión. La proyección (ppalmnt la agresión) ocupa un lugar central. La
idealización que aparece rápidamente en una situación vincular y desaparece con
la misma vertiginosa rigidez con que surgió. La negación. La omnipotencia y la
desvalorización del objeto como una manera de equilibrar su narcisismo, de que
su yo “esté por arriba” del otro.
Acerca de la técnica
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prolongado o catarata de interpretaciones pueden ser vividas como traumáticas;
de ahí la dificultad de “sintonizar”.
Tienen ansiedad difusa constante y sin causa aparente. Es tanta la ansiedad que
el terapeuta se siente colocado transferencialmente en una situación de
impotencia, al sentir que no los puede contener.
Son pacientes con furia, y está relacionado con su labilidad yoica y con la
dificultad para tolerar cualquier situación de frustración. Esto también se
corresponde con los tnos en el pensamiento y en la simbolización.
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Painceira
Cap XIV
- En relación a las pérdidas, como no pueden ser procesadas por personas que no
cursaron la posición depresiva, no hay dolor psíquico con los consiguientes
sentimientos de culpa, ni duelo sino una vivencia de derrumbe, asociada a
angustias psicóticas insoportables, angustia inimaginable de fragmentación, de
pérdidas de las débiles conexiones que el paciente tiene con su cuerpo y la
pérdida de realidad.
El tto de elección es el psas para que estos pacientes vivan desde sí mismos, aún
con síntomas molestos, es necesario que efectúen una reconversión de su
personalidad que lleva años y va a exigir un medio continente que podamos
contribuir a armar con una terapia fliar agregada.
El self en el borderline
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Depresión
Tema 9
Andrés Heerlein
Para la TIP la depresión muestra tres niveles de abordaje: los síntomas, las
relaciones sociales e interpersonales del paciente y sus conflictos explícitos. SU
misión es aliviar los síntomas del paciente y ayudarle a desarrollar estrategias
para afrontar sus dificultades sociales e interpersonales.
La fase inicial consiste en aliviar los síntomas, dar ánimo al paciente y explicarle
qué es su trastorno y cómo va a ser curado; incluye examinar al paciente y hacerle
el diagnóstico según los estándares en uso: DSM-IV, CIE-10, entrevistas
semiestructuradas, listas de síntomas, parámetros de decisión, o el instrumento
que en cada caso sea el más idóneo. Se pueden agregar farmacoterapia
sintomática si así se estima, y contenidos psicoeducativos acerca del diagnóstico,
pronóstico y terapéutica.
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El terapeuta formula la noción de lo que va a ser el marco general de la terapia, y
le otorga al paciente el rol del enfermo. El rol de enfermo le da a éste la posibilidad
de liberarse de obligaciones sociales sentidas como agobiantes, pero al mismo
tiempo le compromete para entrar en alianza terapéutica en aras de su plena
recuperación funcional. Durante la sesión inicial la historia psiquiátrica incluye una
revisión del funcionamiento social actual del paciente y de sus relaciones
personales más próximas, de las pautas generales de interrelación y de las
expectativas mutuas entre paciente y allegados, tal como éste las ve. De las
relaciones personales se examinan los cambios cercanos al inicio de los síntomas:
por ejemplo, muerte de un ser querido, hijos que abandonan el hogar, agravación
de conflictiva conyugal, o alejamiento de una amistad íntima. Tal revisión ya
proporciona un marco útil para comprender el contexto social e interpersonal del
comienzo de los síntomas, delimitando dónde focalizar el tratamiento.
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tiempo atesorado. Para ayudar al paciente a afrontar el cambio deben revisarse
tanto los aspectos positivos como negativos del nuevo rol, comparándolo con el
viejo rol al que sustituye.
Luis Villalba
Hace unos años la preocupación central era no dejar a un paciente deprimido sin
medicación; actualmente debe considerarse no dejarlo sin psicoterapia. Cada día
hay más evidencia de la eficacia de la psicoterapia en el tratamiento de los
trastornos depresivos.
Los trabajos de Sélika y Carlos Mendilaharsu, así como los de Héctor Garbarino,
son de interés. Los primeros, distinguen entre depresiones psicóticas y neuróticas.
Privilegian el afecto y consideran su regulación determinada por la calidad de las
relaciones objetales primarias. El conflicto es intersistémico (yo, superyó) y
destaca la dimensión narcisista, aun en la depresión neurótica. H. Garbarino se
centra en las depresiones narcisistas, en las que plantea que el conflicto no es por
la pérdida objetal sino por la lucha entre el yo ideal y los ideales del yo. Ambos
formando parte del superyó, aunque provenientes de diferentes momentos del
desarrollo psíquico.
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farmacológicos. Luego de esta primera evaluación diagnóstica realizaremos otra
enfocada hacia la psicoterapia psicodinámica.
Consideraciones psicopatológicas
Desde los trabajos inaugurales de Freud se pensó que la depresión, sobre todo en
sus formas más graves, como la melancolía, reflejaba dificultades en las
experiencias tempranas, en lo que se llamó “fase oral del desarrollo psicosexual”,
que desde el punto de vista psicológico se caracteriza por la ambivalencia, ya que
el modelo de incorporación implica la destrucción del objeto. Hoy en día los
estudios del desarrollo mental señalan la importancia del vínculo de apego en la
infancia como factor de vulnerabilidad o de resiliencia. Freud también habló del
conflicto de ambivalencia afectiva, especialmente el dirigido hacia los progenitores,
y hoy sabemos que la regulación afectiva se establece en la primera infancia en la
íntima relación con un adulto, por lo general, los padres.
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Jiménez “El tratamiento psicoterapéutico de la depresión”.
Los distintos desarrollos dieron origen a una terapia específica para el tratamiento
de la depresión y de la conducta suicida. La terapia es breve, orientada a
problemas y altamente estructurada, y utiliza técnicas variadas, como tareas
escritas y calendarización de actividades, etc. El objetivo estratégico es lograr una
modificación cognitiva. La meta es darle al paciente herramientas de autoayuda
que puede continuar utilizando después de la terminación de la terapia.
Psicoterapia interpersonal
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Se basa en las ideas de la escuela de la psiquiatría interpersonal e inicialmente
fue formulada como una terapia limitada de una frecuencia de una sesión semanal
para pacientes depresivos. El foco terapéutico está puesto en la conexión entre el
momento de aparición de los síntomas depresivos y los problemas interpersonales
actuales. De este modo, se orienta más a las relaciones actuales que a los
aspectos crónicos de la personalidad. La actitud del terapeuta es activa y
apoyadora.
Terapia psicoanalítica
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depresión. El más moderno recalca la tensión patológica entre la realidad y el ideal
del yo en pacientes deprimidos. Bleichmar ofrece un modelo integrado entre
ambos que plantea:
Más allá de las diferencias entre los diferentes modelos, el objetivo diagnóstico
común es descubrir, con el paciente, la vía particular a través de la cual éste llegó
a deprimirse. Este proceso conduce al establecimiento del foco dinámico.
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