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El. ocaso
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en Hispanoamérica
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EDITORlAL SUDAMERICANA
BUENOS AIRES
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1 Tulio Halperin Donghi
M!UTAIUZACION REVOLUCliONARJA
EN BUENOS AJP...ES, !806 - 18!5 "-'
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1
En los diez años subsiguientes a 1806, Buenos Aire!!,
capital del Virreinato desde 1776, rechazó dos invasio
nes inglesas y se convirtió en la capital de un país inde
pendiente, pero profundamente dividido. Esto es resul
tado de un esfuerzo complejo cuyos aspectos milita,es
no son los menos importantes. Los cuarenta mil habi
t1 tantes de la ciudad que habían expulsado a los ingleses
por primera vez en 1 806 o¡rganizaron una milicia urbana
que contó con siete mil h ombres y de los cuales estaban
..
Aún antes de que se iniciaran las Guerras de la !.'!depen
dencia, este gran contingente militar, reorganizado des
pués de 1807 en forma. muy similar a la del ejército es
pañol regular, ya se había constituido en parte estable
del sistema militar en el Río de la Plata. y planteaba
problemas· financieros y políticos de cierta urgencia a
las autoridades del Vmeinato. Si bien las guerras revolu
cionarias impusieron cambios profundos en las funcio
nes, organización y composición social dd ejército, éste
t-.llvo un papel destacado en d Estado revoluciorumo.
At.í, pues, el proceso comen:ado en 1806 gana impulso
después de 1810. Durante los primeros cinco años de la
R.evolucien los· militares estuvieron en camino de con
vertirse en el primer estamento de la nueva nación. An'ri
después de 1816, cuando la cúpula revolucionma usó el
illí iLlTARIZACION REVOLUCJONAIUA EN SS. AS. 125
124 TULW E!ALPEREN DONGHI
desconten�o generalizado provocado por la dilatada gue res. Es cierto que los acontecimientos de 1806 (la con
_
rra para fumtar e! poder de los oficiales, el mismo he quista de Buenos Aires por menos de dos mil soldados
cho de que la guerra no se había terminado eliminó la ingleses que ocuparon la ciudad durante un mes) señal2·
posibilidad de revertir la tendenci� hacia la militariza ron las deficiencias de la organización militar española
ción, comenzada diez años antes. La propuesta de los en el Río de la Plata. Sin embargo, cuando se creó el
jefes revolucionarios de lograr una victoria rápida por Virreinato del Río de la Plata en 1776, se tuvo en cuen
medio. de una mayor escalada bélica reafirma sin duda ta su función como baluarte contra el poder portuguéf
la prioridad que ei movimiento revolucionario diera a y en consecuencia se awnentaron considerablemente las
las metas estratégicas en HllO. Si bien esta decision era fuerzas militares: se crearon nuevos regimientos y se en
inevitable, acotó en gran medida los efectos políticos de viEron desde la metrópolis apreciable número de oficia
1� hostilidad debida al surgimiento de los militares, opi les de carrera a esta área fronteriza amenazada, Si bien
ruón que d espués de l!H 6 d gobierno compartía since ios éxitos iniciales (los portugueses abandonaron en
ramente con grandes sectores de la ciudadanía porteña. 1777 Colonia. del Sacramento, que había sido su base
militar en el Río de la Plata) permitieron un rápido de
La emergencia de los militares es tanto más sorpren terioro dd !listema de defensa, los oficiales del ejército
dente si se considera el rechazo general de una carrera profesional se ganSJI'on ei reconocimiento de su posición
en el ejército entre la joven generación de� élite porte
como sector bien establecido en la sociedad urbma ha
ña antes de 1806 y que consta en casi todos los infor cia Hl06.
mes respectivos. "Los hijos de Buenos Aires nunca .han Este hecho fue un aspecto menor en los grandes cam
sentido atracción por la carrera militar; han preferido bios de equilibrio del poder social y del prestigio en
más bien ser abogados" -dice Mariquita Sánchez en sus Buenos Aires, cambios producidos por w reformas ad
recuerdos de los tiempos de ia -colonia, y casi todos sus ministrativas de los Borbones y la expansión del comer
contemporáneos parecen e�;tar de acuerdo con esta ad cio. En una ciudad como Buenos Aires, en rápido creci
mirable dama.1 C1ilie preguntarse si estos contemporá miento hacia fines del siglo XVII!, los militares profe
neos, impresionados por los profundos cambios que ·
sionales fueron un sector de la burocracia imperial que
comenzaron precisamente en 1806, no habrán. exagera compartió el poder político con un nuevo grupo de
do inconscientemente e! contraste con actitudes anterio-
come rciantes deseosos de lucrar con la expansión del
comercio dentro del Imperio. El lugar que ocupaban Jos
oficiales en esta éiite social era secundario y de un aisla
. 1 Mariquita Sáru:ba, Recvenl.o• del Bui!YWS Aires vme)'Ml (Buenos miento relativo, como puede juzgarse a trnvés de fre
Aires, 195S), pág. 61. Como e:.cepción dt!memoc 11. fnmcisco Squi., para cuentes casamientos entre familias de militares:: y el
quien las carrera s obvias que podía ele¡¡ir un hijo de "familia decente" y
"raza pum e!lpañola" ezan 1& i(!iesia, 1aJ leyes, la medicina y el ej&cito.
2 E!em,Bc� * !:: Íiit[.w� �¿c&ciaü 00 ágio XVUI pueden verse en:
Coronel fraacilleo Sacui, "Apuntes de familia". Stmsdn /k le N!!!:í é:: (!:i
Enrique Udaoado, Diccionario biográfico tnpntino (Buenos !úrea, !9!lt!}
liliv�o. cie hf.�&yo, Buenos A�s. 1960), m, ¡Íá¡. 2191. SiD embargo 11e
pác;. 752 y sig., págs. 834 y sig. Instituto .Ar¡entino de Ciencias Genecló
observa que aquello que según Sagui e¡¡ unz: caaen en el ej&cito, al final
gícas, Hombres de Moyo (Buenos Aires, 1961), pí¡G. 53, 204, 281, 290.
resulte ser un puesto en la marint. mercante. ·
126 127
regumentos uu:tocratlcos . eran coruuderados como carre �on por eJ Gobernador de Montevideo jugaron un rol
nnpo�"Gmte en la lucha, la contribución de la población
ras honorables ai.an por la juventud de las mejores fami
local resultó también muy significativa. Más importante
lias locales. Tal· el caso de la Guardia de Corpa dedicada
aún fue que la iniciativa partió espontáneamente de
al servicio persona! del Rey y a la Marina Real. En todo
oficiales
::as:>• los P!"?fe=icr..ales no encontraron un lugar
ll!! émigré fr�cés, Jacques de Liniers, cuya valiente ac
aon contrasto con la apresurada retirada del Virrey So-·
n:am;pu�o en la elite local y en este sentido su posi
.
�ón es simi1zr a la. de aquel sector de la clase media
bremonte a Córdoba y la aceptación masiva del dominio
inglés P<?r parte de los funcionarios dd gobierno, las
mbana cuyo status social era cuestionable: 1} por sus
corporaciones seculares y las religiosas. Todo el co mple
medios económicos limitados a una época en que la ex
jo admiructrc:.tivo y militar del régimen colonial había
�ansión económica abría nuevas compuertas a la p:rospe
fallado; sólo la iniciativa. local espontánea podía salvar a
ridad de pequefios comerciantes y artesanos situados
Buenos Aires para el rey contra un nuevo ataque de los
más bajo en la escala del prestigi«,> social. 2} Más impor
tante aún: por la dualidad de los valores sociales co
ingl�ses. Esta era la sensación que tenía el pueblo, com
partida totahnente por d Cabildo. El cuerpo municipal,
rrientes que reconocfa a la vez criterios fonnales por los
renovado todos los años por cooptación y controlado
cuales los militares tenían un derecho indiscutible a
ocupár un lugar
en la clase gobernante y criterios infor �erame;nte por un pequeño grupo de comerciantes de
�n�n hispano, tenía sus propiu ambiciones políticas,
males donde esto no quedaba tan claro.
limitadas hasta 1806 por el Virrey y la Audiencia.4 El
cabildo ·daba una asistencia financiera limitada y u n
.
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' "Tercio de voluntarios de Galida. Estado que maniflerna 1ll fuern
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cuatro años dr la dominación eJPIIñola
l'l'aDcillOlel .
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efectiw aue tieae hoy día de la fech3. el e��oo �!!" �¿� !'e�
en el antiguo virreiuto del Río de -- .., !!'!a..
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e 111 .. aaon, op .. at ..,
r Antonio ·de Cerviño y Ramón Manuel ele hzos, 21 de IIOWmbre de
:. p� �5, y aigs. , ..u
�;-ore��!•ta
que tnn hombrea años después de 1806, Saavedra llegó a comandar la
fue Preciso
.
tuvo 1111 mntrutea que unidad armada más grande de Buenos Aires por lo cual
a la
de nuevo laa gmtea
Liniers qwen recorriendo su apoyo resultaba esencial para cualquiera que qüisiese
presencia del General'
- fila•
1- ..., con.
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-'" 1o:; nombres de loa gobernar el Virreinato.
• ,
mago oyo por • aclama
en COJilietUe!l!:!!! quedm-on expresadoa' y
con los cargos".' Lu ventajas de la militarización para la élite criolla se
acrecentaron· por la posición social de numerosos crio
el N� es difícil comprender
por
qué los resultados de llos que estaban fuera de la élite urbana. Las grandes
e:Clones tan severam
ente controladas desde . tiendas eran controladas por peninsulares que buscaban
·
am'ba es-
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tuvtesen menos enfrentados c on .
las ra ías empleados entre gente de su propia regi6n, con frecuen
e�tentes de lo que informes posteri cial es
·
d b�do a.d •
cia en ramas de la familia que habían .quedado en Eapa·
;;medizos soc5!iale1�?
b. el . .,
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mttir: Per •
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num ero bastante limitad.G de iia. También e l comercio menor estaba en manoe de
"ad-
s entre los nuevos oficiale peninsulares menos pr6speros; los artesanos sufrían la
s no justifica
tor_¡�
alarmado de algunos inf
ormesB ' la creación de competencia del trabajo de los esclavos (un tercio de la
_
las milicias cambió irrreve siblemente
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el equihb · d población de Buenos Aires era negra y un 90tt de los
negros eran esclavos). 10 No resulta sorprendente pues
der e� Buenos Aires de
varias maneras. Antes
�-�da-� e
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tar
�tre la élite urbana y las clases populares, que, cuando los cuerpos de milicia fueron organizados
IDlli�acJon unp uso una más profesionalmente a principios de 1807, sólo las uni
. nueva igualdad dentro de
e Ite nusma. En espe la
cial, los criollos ganar dades criollas sufrieran esta transformación tan necesa-
tus como resultado de su on sta-
superioridad numenca en "·lCI.S
•
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fu as. E·� emp o de ello es la car ·
rera de Comelio de Saave- . ' j11a Maauel Beftdi. "Memorias curioau", Bibliot1ca de Mayo, IV,
dra, come rCiante que sw-gió 114 58l!i; plll'a los �� ariJtocréticol de Benati {morerúlta), Saa"Vedra
como líder militar de los
tD UD "'mero vecmo pobze",
,
por •G �-L
•
Bu
{Beipaao A.u_tobiDpzfot
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'
enoa
m Escritos eeon6micos
1954), pág. 5!,
Afts,
p ublicado
1 • La mejor pmsentacilm de la estmctuza IOCiiJ de Bueaoe Aires de
lol último• afiot ele la Colonia n la de Maafrecl Kouot. El PÍII'eyftl!to del
Rio de la PZ.ta. Sv 1sm.ctwnz econbmica-socilll (Bumor; Airee, 1959). Un
·
= Me:;: e Documenillli,
Buenos Airei 15 ele tubre
Vi (F.:uírad cic Fil010fía• Le oc de 1_8011
1962), JIIÍC. .SM.• �onll. Y au, Buenos Aires, ilion.o m ''La nuuc:twa sociai y óemopiik:a cie ia ciulilui cíe :bueno11
de _Jos cm capitulare¡¡ ele BuenOG Ain:l, Airá ea el año 17781', A-"o del lnsritMto d1 Jn��Utipdous Hist6rictu,
.
&:brero
Fl de 1809, ibid. vm, Plll- 52; 24 de
ondablmca, Montmdeo, 10 clr. &:lftro Diqo Poaa: de r.e�m al Conde de VID (UDMnidad NaCional del Litoral, Jit.OIIrio, 1965).
de !809, ibid., VIII, ptlg. 11.
tia, mientras que los peninsulares se atuvieron a la viej�
con malos ojos por el C abildo y marcan el comienzo de
disciplina, entrenándose sólo en días feriados. En t;mto una complicada lucha por el poder local en la cual la
que la mayoría de los soldados en las unidades cri ollas organización militar urbana., fuente �e tanto or�o pa
estabmn. dispue¡¡ tos a renunciar a sus actividades no muy re Liniern 'r los cmitulues, comen.zo a ser <:ons1derada
rentabies en tiempos de paz para recibir la paga mensual y
�n cada �e� ma or desconfumza por esto& últimos:.
de soldado que ascendía a 12 pesos, los empleados de Contando con el apoyo pasivo de. la burocracia, la Au
tienda, los funcionarios menores der gobierno y los co diencia y el obispo, Liniers pudo capear Wl difícil pe
merciantes, que predominaban �n las filas de las un.i.da nodo de transición debido a la: crisis dil!lástiGa m Espa>.·
cies peninsulares, no quisieron ni considerar dicho cam ña. Después. de su victoria en Buenos Aires, �ía o!re
bio. cido un tributo público al Emperador de Francia, vien
Las consecuencias de la distinta organizadón militar do luego que su fervoros? bonapar ti sm o se. t�sforma
entre criollos y españoles no se hizo evi dente de inme b& en señcl de trcición, dados lot acontecumentos en
diato. En junio de 1807, la D efens a exitosa contra WHI!. Europa. Los capitulare& y el gobe:;¡¡mdor de �.iontevideo
fuerza expedicionaria. britámica más imponente que ya (quien antes de dejar su puesto � otro candidato
_ .
�d
había conquistado Montevideo, era todavía uru¡ activi nuevo virr ey organizó una Junta diSidente que volvto a
dad conjunta entre Liniers y el Cabildo. Si bien el héroe darle su invest idura coiL poder sobre la ciudad y el dis
de la Reconquista no ganó nuevos laureles en la Deferua trito) se aprovecharon de este giro de los eventos para
y fue más bien Martín de Alzaga, ambicioso peninsular . tratar de restituir su autoridad y lanzaron una campaña
(como ·atcalde de primer voto presidía el Cabildo) quien injuriosa en la cual la lealtad política, la honestidad ad
emergió de la jornada como nueva figura domiñante, l.a ministrativa y Ea moral privada de Liniers recibían un
posición de Liniers pronto quedó consoRidada porque la duro ataque. ·
Corona !o nombró i.'lterir�ente Virr ey. Esto mm-ca el Este conflicto abri6 nuevas posibilidades para las uni
fin de la cooperación durante la cual Liniern y los capi dades de la milicia urbana. El Cabildo no había prescin
tulares no sólo denotaron a dos invasiones sino que pa dido de su apoyo y no parecía atribuir mucha imp?r
saron por alto y socavaron la autoridad del Vmey So .
tanda al roi dominante de los cnollos. Por el contrano,
bremonte a la _vez que reducían a la orgullosa Audiencia trató de lograr un mayor apoyo introduciendo después
al triste papel de tener que encontrar fórmulas jurídicas de· la elección de 1808 una regla tácita por la cual las
para reconciliar las decisiones revolucionarias de los nue candidaturas se repartirían entre 4 peninsulares y 4
vos líderes locales con el marco de referencia institu criollos cuidadosamente seleccionados. También había
cional ya existente. nombrado como su representante en Madrid a � rico y
Después de confU'Jni¡¡se el nombramiento de LIDie:rs .
popular criollo, áon Juan Martín de Pueyrredó� cuyas
por la Corona, la burocracia más alta comenzó a acer opiniones políticas heterodo�as eran b!en conocuias por
carse. al nuevo representante de Ea autoridad monárqui: todos. incluidos los caeitulares. Más m.rport..ante fue la
ca, quien a su vez estaba muy dispuesto a olvidar su an creciente resistencia de·los capitulares ai aspecto finan
terior hostilidad. Estos hechos inesperados fueron vistos ciero de la política de IJ?.ilitarización de Liniers. La pro-
.,
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��vuruent.o rev?h.AciO �� o :U sc;tiembre de l8H e! gc· �ilidad 'ºosterior !! ll' revolucióim, se �e!e!."Ó r ece!l'.tl!.é
""•�rno procl.�o. qu;e !u .''!.!tudes
g-¡,¡eneras .serán d ca· ... por ei d�ollo de los objetivos reroíuciorwios más ge
mmo de las distt.."lcmnes, ne los hono
res, de las dignida nerales. Sin embargo la incompatibilidad entre los idea
des... To�os los c iudadanos nacerán les de U. revolución y !m pos ición privilegiada de !.a buro
soldados y recibirán
. una educación
desde su mfanc1a adecuada a s� ¿¡...,. ti_11"' � ¡;¡más allta! 1:10 fue reconocida mme&�tz..ment�o M
Er,¡ fm, todo ciudadano mirará
n&twral".:� �ste ambic o o pl&n
la guerra como W:� .;d
st � principio la hostilidad �bierta era dirigida sól.o contra Wl
� � dejaba �uy poco lugar pequeño grupo de funcionarios realistas cuya oposición
Pa;z. el �Itlvo de tradiciones gentiles, legado de é po 1 la revolución se reconocía ;robiertam.ente: y considerab&
cas
lru:.S pocxficas, En este ambie n te bélico como m:n ju�:tificati.vo máG pZirz. !o:. :;e-..,olud6n rnismi.. Es
, !o¡¡ jefet: miliU.es
go:�a..!ll de una popularidad no compa..rab!e con otro - ¡;; � funcionmriof!i otrgv.illol!l<i:í§ y egcíst2ls .1mo dieíienruit."l. fe�
po1::t1cos revoiucionarios .. En su. vejez, IV.wuuel An. derechos del rey, sino sus propios privilegios injustos.u
toruo Pueyrred�n no .l!?�día
olvidar que la severidad de Destituidos fue un acto de necesidad política y también
su padlre le hab1a prohibu:lo paseru- por
las calles vestido de justicia, ya que abrió· nuevas y mejore� perspect!va5
como otrot� niños po eños, con los colore
!:
Y. eco daba con canno el día en que,
s de la patri � pua los criollos más patrióticos y meritorios. Así io áe
: � escapando a Ie: clmra el nuevo Cabildo de Buenos Aires, nombrado en
vtg�<maa paterna, �ab.ía ido "a CBll:lltar a io de Chidma, a octubre de UHO después de separar a !lW elementos
quten cant�on ei mgwente verso: 'La espada cortan hostiles: "La Patria ha e1:pulsado a una serie de i.ndivi
te de
nuestro Chlchma, cuando se la pone, tiembl .du.os de su seno , pero también descubre que su lugar _no
a: toda Espa-
. ..:..aua
ií: a ' " lo$ !!:'_,:
VIcton•a !..!
• J !
e as a.rma� �e celebraba w:n domos
5 quelliará óesocupado"}il Tamb ién io &ice la Gaceta, �es
hiperbólicos en ceremoniás públicas y privad pué! de la pacificación de Cóniobz.: "No se advierte ya
as cuyos re
cuerdos d�on muchas décadas después de
terminadas más diferencia. que haber pasado a mmos de hijos del
las guerm�
revolucionarias, mientras un públi
co irónico mismo C6rdoba aquellos empleos que los z.nterioreli' fun
contemplab a el destino de funcionari os del gobierno al �onari�s h ab{anprofanado".17, iSe trataba pues de los
guna vez pod�rosos y respetados, luego caído
s a menu�
do en desgraaa.
E! ascenso de los militrures tomó nuevas dimen 2! W invectivroa contra los ''mancionCll" fueron iupre1 COIIIU!Iel! c:ie A
siones p.ntpapnáa revoluáonari&. ET-mplo típico es 1& proc:lamf. del Corone.! Or
cumd.o comenzó a justificarse en términos de
doctrina dz de Ocampo a la población de CMciob.rJ: "•.JO!l defem,¡¡:e� �k li�d
de lo1 puebl011 que olladalne:nte invocan el nombre de nuestro Auausto
Soberano e! Señor Don Femmdo VII p�m. Clllcu brir m llidi:ófia: red de
. u Resolución � b: Junt:, 6 de clolllinu" ban •ometiclo a Rl "'yugo feroz" & un& ciudad que 110 me=e
septiembre de ICU ' R11gi&tro Ná-
csOnaZ, I (BueooB �. Ul79), pég. !17. � 5 W; cc�t:. � w,o� 'ili' io)Ao Cúiii � iU imiwa.�!'. Gace-�, � cie
25_�� lliauuel Antonio Pueyrred(m, Memorias (Bueno= Aire,,
19�2), págs. apsto de 1810.
u Gtu:�t41, 25 e1e octub� e1e uno, p._ 7.
mismos p u estos ? ¿seguían teniendo el mismo prestigio o;msecuencia de la guerra, pero también ten ía algo que
y e! mismo p oder que en épocas m¡tl¡ caímC�.S? Son mu � con w modificac iones en ei equilibrio del poder po
cha¡; tas causas, que nacen pensar que no e:ra;, taJ. e! CIL'lO. it'acoque ge produjo e� Bueuos . Aires con .lia creadór,
Ei régi.rnen re-t'oluciona..'"Í.o no podía -compartir el poder del régimen revoiucionano. Lo nusmo se aplica a las re·
necesario para afrontar las luchas internas y externas en b. organización interm del ejército, conse
fo�
con organismos burocráticos orgullosos de su larga tradi ooelil.OE de l� ruiDfP� resistend& :oll movimiento revolu
ción de co•npeí:enda cGln organismos rivales. Este orgu cio!U!Irio: el ejército reformado no sólo podía hacer
llo era inaceptable para la nueva generación de funcio frente a los desafíos de una guerra regular, estaba tam
narios revolucionarios que deb ían ajustarse a nuevos cri
bién mejor preparado para desempeñar un nuevo papel
terios: éticos y politic os , no olvidando jamás que su pootica en !z. revolución..
poder emanaba d.d que le había investido el pueblo . Des¡¡méz de tomar el ?Oder, 1;;, junta .ded_ic6 más '1
'
Cuando d nuevo régimen reempli�ó a los soberbios oi-. más atención a los problemas de orgamiZación dentm
dores por abo�oll\ criollos dd fuero porteño, los nue del mrma. Las unidades urbanas, cuya organización se·
vos jueces reCibiemn un salro:io mucho más modesto. guíe. siendo la de cuerpos volu.&tarios (si �ien se acerca·
También se les quitó la insignia que el antiguo orden bil a um ejército regular en mue� cuestiones �e :m.an·
confería a la función, y la simplicidad de la. ceremo nia :lii y diBcipliN.) se transformaron ahora en regmu:nto5
de asunciólil. era subny:&da .rllelübemdamerite.u Hasta las �oc, y nWl!leros-.os destacamento� fueron envmdos
autoridade� más altas del estado trataron de adaptar sus al interior como fuerzas el:¡>edicionarias. Pmra.lelamente,
modalidades al nuevo ideal y esp ontáneamente se despo � oreó umaJ. nueva milicia urbama, ejercitada }' rech.lltada:.
jaron de la p6mpa y dd c;er�oni.al "que por d.e:graci" según pauw de organización anteriores·.2l lS06 par& ll�
de la hmrumidiad irivenwon los tiranos para sofocar los I!W' e! vado dejado por e! traslado contumo de los r.eg¡.·
, .
sentimientos de la mr.tu!aleza". 19 ' miento& veteranos. Los cuerpos CIVlCOS deb nm
•
' "defen-
Mientras la adnunis�ción civil era despoj ada de su der 1& capital en caso de invasión por enemigos a �
"prestigio · funesto" e invitada a gm¡rr el apoy o de los felicidad del pms"; pero no estaba� solo s en esta mi·
ciudadanos a tra.vés de méritos más sólidos , ' el gobierno sjón;:�o Una reducida fuerza de veteranos fue ��Signada
revolucionario se ocupaba de la reforma de los unifor pan proteger a la. dudad eontra peligros interno:; y ex
mes miijtz.res, si..'1. hacer concesiones a1 espíritu de sim ternos. Al mismo tiempo se trataba de dar alguna for
plicidad · republicana que imponía a los fundorrwio� civi mación profesional a ios futuros oficiales. En octubre
les. La. posición privilegiarl..z de loe miHta:re:; en d estado cie l&iO la Junta impuso a todos ios cadetes la obiiga
fue la únic¡t excepción confesada a la nueva igualdad en ci6n die ruJistir a: la Escuela de Matemáticas, donde se en
tre gob ernantes y gob ernados . Era, por supuesto, un;;. reñabm lor prindpiog:: de J¡o, �rtiU�{ll�21 E!lt�, d�ci.sión !:e
10 lbiri.. , 2S de �o ele llll O, pág. !i!i. 08 �to &el 18 ele e:ptiemb!e de Hl12, R�¡f.stro lo'acii>Ml, !, PlÍt.lo
'' Decreto que supnme !ois bQnocres prl':llicienw.les¡, Mmiaoo Moreuo.- I?S.
Doctrifia Dnnoc�ática (Buenos l.ízes, 1915), pág. 2!ll . •• Decreto del ! 9 de octubre de l!ll O, ibid., pá¡:t. 79·�0.
II!!!LE'l!'.k!:.!ZAC!OilY UVOll.UC!OilY&C.IA EN �. J�. li 4.3•
142
. . métodos de reclutcm1iento y a loll rigores de la vida mili
·
portan
presenta como un apartamiento total de la tradición co ·. tar las deserciones se convirtieron en un problema im
lonial que daba categoría de ofici$let a quiene�: no le te después de 18 1 0. En su campaña al norte, Bd·
merecían y z. vecet !:.o::;tc:. e;; los hljo:o mc::.or� de edad & p¡ elegía delibe�ente lug..rez pzra z.::�"Dpt: en
v
oficiales del ejército. También prometía abrir el cuerpo íos cuales la deserción resultara azarosa. Señalaba melan
a soldados, cabos y sargentos sobresalientes, aunque po cólicamente que el ejército patriota encontraba a su pa
co se cambió en este sentido. La promoción de personal lO "frialdad, total indiferencia y, diré más, odio mortal
de tropa fue bastante poco usucl en e;;te períodlc ret•o Je toda !a población".�
lucionario, y la distanc ia entre oficúnles y soldados fue Sin embargo, d empleo de reclutamientos en el cam
o
mayor en el ejércit , posterior a !810, que en w uni ·:. "
''
po u o alivió la presión sobre los habitantes de Buenos
dades urbanas creadas en 1806.:2 · Aires. Apenas la mitad de los soldados concentrados en
Es� nuevz. msdpfuu. milita. creó :re¡¡entimientos eritre ' ' ,· ia ciudad en marzo de l ! H O st encon traban aUí a fines
los vetermos dle 1806 y WO? q¡lle estabw.. acostumbra de me. Con poco mú de mil soldados no ¡¡e podía en
• ·-'
dos a una conducción menos severa. En noviembre de frentar 'la amenaza de Montevideo, en poder de los rea
H l l ! la derrota de la rebelión de patriciog, seguida por b, y 1� necesidad de nuevas tropas para las fuerzas·
l.BJ relegación del regilllliento desde e! primero ·a! qui.>1to '"i expedicionarias que se enviaba.."l al Interior. El recluta
lugar en el ejército, puso tm triste fm a la militarización miento urbano debía continuar, y con la perspectiva de
urbana abierta cinco años antes. Aún antes de eca crisis una larga guerra que tendría como escenario campos de ·
fmal el ejérci�o urbmo ya estaba declirumdo La$ gue . • batalla lejanos, consideraciones de tipo económico y po·
rras revolucionarias requerían un tipo de reclutamiento lítico favorecieron la adopción de nuevos criterios. No
menos estrictamente local y la junta ordenó a U. expedi �lo los funcionarios públicos, sino también los hombres
ción militar al Norte que ·"en todo pueblo donde se en ocupados en las ..artes útiles" fueron eximidos del servi
tre se hará una revista formal de toda la tropa�.. se ha cio militar y las presiones se dirigieron hacía una pobla
rán reclutas · rigurosas, cuidando de que recaigan en ción marginz.l. bastante numerosa de vagos y malentrete·
hombres de buena tmlla que se remitirán a la capita!''.23 nidos ya asignados al ejército por los viejos reglamentos
Así se recurría a una nueva fuente de recursos humanos roloniales, cuyo cumplimiento no se había puesto rigu·
y se invertía la política seguida hasta 1805. El uso de IOSamente en vigor.25
medidas compulsivas en la búsqueda de ·reclutas rursl.es
afectó hondame nte la relación entre los oficiales y sus
14 '·Museo Mitre, Doa.:mentos rJ.el · Archivo de Belgrll!flo, IV (Buenos
hombres, como así también la actitud de la población Airea, 19! �), páp. 109, 1 18. .
rural hacia los ejércitos revolucionarios. Debido a lo� u Proclama del 29 de mayo de J IU O, Registro Nacional, 1, pág. 28.
La protección de la población económicamente actiw es evidente por
• • L& carrera ck <:W uno de !011 colda.iloo " oficiales; se encuentn. ejeDlplo, en Ir. resolución del 21 ele agosto de UllO, t'bt'd. , que explícita
regitt:rada en Tomes tú nzz6n (citado en 1& nota 2). · acate prolúbe la coDIClipción de peones que � en actividades de
11
junto con el traslado de grandes secto
res
bido armas en 1807 y su valor y lealtad hacia sus amos
distax:tes hn�es
había sido objeto de grandes elogios. Las donaciones de Buenos Aires h�cia_
ejército desde
ere..11lexa halcut !a
esclavos destinados al ejército se hizo más frecuente a dt; combate.. fomentó una nueva mdif
urbana 27 a la
pu?r . cmdad y en: especial a
ca
Ir!¡ 1 die ! 8 1 0 , y cuando comenzó a flaquear la gene la vida políti •
1
. personales y
a m: nud� erom -�orzadas, y dado que el gobierno no esta
tra.rna de l-ealta des
tQe en la ya complicada .
te revoluclo·
ba aemaSlado dispuesto a pagar
de inmediato las deu� ' «k faccio nes den.tt o del grupo gobemw
un cambio más ge
1 que contraía, podía de este modo adquirir reclutas, siem· urio. Estos hechos fonnan parte de
ráp�� de pa�
. ·
de inopo rtuno
que pennitían a simples soldados opinar sobre todos lo � �: nía pacienc ia paia la ostent ación
. Cuando el
asuntos, fue objeto de grandes críticas. El precio de una mo y la indisciplina constante de sw colegas
mayor eficiencia militu era el retorno a una disciplina General José María Paz recuerda sus prime
ras exp:rien
o ba jo las órdene s de Belgran o y JUZ�a
más autorita..""ia y tradicional. que podía a veces hacer cias en el ejércit
el desemp eño de su ex comanáante con la benev
olenaa
concesiones al comportamiento turbulento de oficiales
de un profe sional que e&
algo condescendiente, propia
aficionado lleno de bue-
testigo de los esfuerz os de un
26 ��/:'!"eclé::. ; � �in, cartas cieí S. de octubre de 1816, en
��- A. Pueyrredóa, Ltl Ctnnprzña de los Andes (Buenos Aiml, 1942, "' Eem tendencia C!l denulldada en k Go.r:eta, l 7 de octubre de l !!l l
íacatmil); 522 ciecn:to del 19 de septiembre de 1 8 1 6 en Gd&�t4! del 25 de
�eptiembre; su revocación el 9 de octubre en ibid.. 12 de octubre de un 6.
por "un patriota que merece d nombre de serlo".
.l
.... .'
·-. r.�..·.
J.I/
1 l!
..•
IICILE'!'A&!:!;AOiON IU:VOI:.:OCIONAIIi.U. i:N BS. AS. 147
D2liintencioneS\, se corre riesgo de perder de vista eí he
cho de que se trata de las rem.iniscendas de un hombre Dacio entonc es que la victoria militar se constituía en
que ha entrado sólo recientemente al ejército patriota ;¡: el primer objetivo de! régimen revolucionario, aquellos
renWllciando así « un brillante futuro como estmlient� �\ ofk:i.&le' rc�e¡; que no preferían otorgar su ieaharl a
de &bogl1lcút en C6rdobz.}1t EL puntilloso Paz podía oivi- loE realistu encontrab&n posibi!;dad.es de fácil progreso
'
dar con tanta facilidad com o sw temerarios c¡ompañeros en el ejército patriota aunque tuviesen algún traspié po
de arma s que, en honor a la verdad, en 1 8 1 2 no tenía aún lítico o de otra Índoie en su pasado : aun el modesto
ningún entrenamiento como miEi.t� profesional. en el ejército co io nial
¡:;ntJ:'e::!<:.'ntent:::> milit&.r ádquirido
No es de extrañar, pue11, que los ·oficiales con más ex no ett die de¡¡p:reciar. CIU.n&o se lo cuestionaba no era en
periencia militar siempre consideraran a ésta una ventaja nombre de p au tas políticafl mis exigentes sino para pro
imp ortante. Los nombres de familia.e de militares domi pugnar un estilo bélico mÉs moderno. En HH2 José de
nantes en el ejército regul?..r anterior a 1 806, vuelven a San I.J'.!a!rtín comenzó m organizar el regimiento de grn.na
aparecer con mayor frecuencia en loe registros pos�erio &ero� z. c<iliwo sobre d modelo fnmcés, mientras e! nuevo
res a U l l 0 que durante lo¡¡ rulOS en que dominó la nue te�to de tácticas de infantería de Carlos h-íaria de Alvear
va oficialidiacl urha."lZ., si bien induso en esa época lo� estaba tl!lmbién influido por la1 esc-í.llela francesa. Ambos
�ficiales profesionales estuvieron ta.übién presentes. L.o!! hombres h.abía.'1 sido ganados recientemente para la causa
Viamonte, el complejo dz.n de herm�mos y prim os Bal revolucionaria y los do� veníam directl!lmente de España,
carce, Alvarez Thomas, Soler, Pinedo, Quintana, Olava donde habímn interrumpido para ello sus promisorias �
nia, Rodrigullez , Vedia, representan así una COJi7.�nuidad rrerm¡ militares. Ellos forzaron una profesional.ización aún
entre el cuerpo regular de oficiales de la Colonia y el mil: rápida en d ejército, dado que podían ofrecer el
ejército revolucionario.2l' Lejos de constituir una carg<n conocimiento y la experiencia que d ejercito patriota ne·
en época.s re�•c!udo::u:.::i2:.1:,, esz. conti..'1lWdad refl ejada en ceshaba desesperadamente, aún después de dos años de
sus apellidos era muy apreciada como garantía de capa iucha revolucionaria.
cidad pmfesic;mal. En ciertos casos, la carrera r�o!ucio A fines de 1 8 1 3 el ejército revolucionario se habí&
naria de una nueva . generación de oficiales se desarrolla reorganizado con pautas menos locales y más profesio
ba a la par de obstinadas actitudes contrarrevoluciona· nales y totalizaba unos 8 mil hombr.es. Otros seis mil
rias en miembros más viejos de la misma familiá.30 más fueron organizados en milicias locales y distri�
huidos en todo el territorio. El ejército urbmno de
a Ge� José l\�Zm¡¡ l'�, Memorias póstum4S (lluenoD Aires, 1 95+), 1806-!810 yi!! no er.i!lt:Íz.. Su reemp!&Zo por una orga·
[, p•• 22-S.
nización más tradicional se justificaba obviamente dado
u
1 '
Vé�U�.tt los trabajoo cimc!Olll anterionnente en le notm 2.
• • Tal el casa dl!i futuro cenera! Agustín de Pinedo (capitán en 1 8 1 1 ,
que se había vuelto a una gu
erra también ella de estilo
1 1 llZI'pto mayor en 1 8 1 4, comandante en UH ! y coronel e n l ll l 9) cuya más tradicional.. ¿Qu� ocurrió con esu funciones políti
padre y tocayo había escapado a Montevideo deapué�:- de la revolución: � �ue e!'! !� milic:k :.;rhw� :--&&biá desetüpefiado más
1i TnmgE !!� �!!! Ó l'Z, y�. �2t-2; y p.wL"c t'.i geoerai iiiiarión de la Quintana
cuyo padre, bripdier desde ! 1102, se hmbí<> opuesto lil la Revolución;·lfom· efectivamente que sus taréas militares p osrevoluciona·
11 iwenie Mttyo, píp. 290-1 . rias? El reemp!&Zo de tropas urbanas semivoluntarias por
un ej ército orgmizado sobre bases más amplias y más
i
H-8 l4S
profesionalizado tuvo sin duda consecuencias poHticas brir dónde se hallaba la íniciativa política. Cuando
i.mporuntísmr�s. Debido justz:mente a qMe e!:tz.E come· emerge d 25 de mayo � nuevi< Junta presidida por
c-ileíí.c'w no se oponían 2; la tt:lllÓ.enda poiítica general en �e:&a pero con .Jg-.:mo& J.e ¡-¡¡¡¡¡ arrt\¡r¡¡¡o¡¡ ;;;p.e:u.igo¡¡ en
� Argentina revolucionada, 1.& reforma militar pudo com � mu integrantes, es evidente que lt:.e peticione� popu
pletarse con tanta rapidez y facilidad. lares que obligaron al Cabil do a nombrarlos se origina
En mayo de 1 8 1 0 el ejército urba.."lo había sido el ban en los cua.rtdes del ejército urbatno.3' Sin embargo,
alma �d moviruleráo revolucionario , no sóio porque ia rompoiició� de. � r.raev.. Jur¡�¡. ·mucstt¡. qa� iz. ir.J.¿ar
controlaba d p oder mHitar necesario para iogra.r el asen
·Un no podía haber surgido e�clusiv&mente de los jefef
timiento de l� autoridades coloniaJes al cambio de régi mú importantes del ejército.
me�, si�o más _m_ln porque pr:opm'cionó el marco org;mi. De esto:. m.,_nerz., k revoEuci6n de mayo de 1 g 1 O fue
zatnro dentro del cual: se gesté eli p<:rtido revoluciona."'i o. ml mismo tiemp o la victoria fi.."lZ.I del. ejérdto urbmo y
'
§m embargo, �a agitación �:evoludomria se h abía e"terA· ci oomieru:o de una crisis cie ¡¡¡.¡ mfitienda poHticz.. Sc
dido desde el principio más &lác de los confi."l!.e§ del ejér �a siendo el núcleo básico dle! apoyo popular ¡¡} m.l!e
cito urnarw. Du rante las jornadas revolucionarias, agita WY régimen revoludonario, pero ¡¡ la par iba emergiendo
dore!' populares fueron vistos por lias calle;; de :Buenos 'fE obro apoyo popcl.ar mas nl!leyo y todavÍa no orrgan"li
Aires. Sus seguidores r>e �.icieron oír en momentos crucia i!:M.O. La; agitación que se e1;;tendúr. entre sectores cada
le¡¡ como voceros de las íl!Spiracion.es revolucionarias, AA= mis ii!mplios de !a población dlebiliw!a �a !.lo!idez:
&-1 apoyo que l&& unidades habúm prestado a SWJ lide
·
y &demáli dehúm ofrecer lidemgo poh"tico 1· I!IWl Dotenciales reduw. El servicio volun.t21rio era su
s:. un mimero
por la conscripción de vagos, � y
m ucho mayor de gente del que po :üa abarcar
¡; un ejérd .���,.' temientes er.m los encarga&os de detennmar qurene� Lo
1 ' to wrbano. EI !:'égimme n revohucioruo ui oo tenía emnacho,
1
eifl usar para estte fm lo,;; wtru.>moento
-�l�.:_: �·�:ur. y d.e e�te modo incorpcrm:-]os a f"'cl¡¡;. D:e cst�Q, . Y clc
. t dcja.do¡¡ por el i ', otl!U maneras, las organizaciones policiales adqwneron
régimen L'llterior. Trató de mor.lizar a
la Iglesia para �; : 1111 grado de ejecu.tividad mucho mayor del que �canza..
que lo apoyara, obligando a los sacer
dotes a d&r uermo du r a n te p o l ít i:� ·militar d�
nes sobre w ventaja¡ del nuevo orden olitioo ton la movifinción
p .u ' Us6 ;;.®OSo i Mi y di� aqudli� otr<:: que c�n:..cten;;;c � !� �C"é]c
tmnbién en meciiáa creciente a la policía y a l100
buró !jzación politka anterior al derrocmuento dd reg¡men.
cr&tas menoreG de la admini.lltradón judicial: contro
lada oolonial en H i l O. Los al caldes y t enientes no eran tm
por e� Cabild o. Después de ia reorganización del
Cabildo mero cuerpo de f��mdonarioe ajenos a la :Jodedoo urh�
en octubre de ua o y del nombram
iento de nuevos hom·
bret en e! puesto de é'Jcalcles y tenient= &icaid� tanto !iü'> y s!Ulburbana impuestos a ella por :I gobierno centrru.
en !.t'w. eEegióloB entlre los nct&bies ioc&i�, ya qllle los me
la du� como en d campo, se les dio mayor autori
dad joret candidat o! eran en teoría �ellos que pod�a:'
sobre la libertad y ¡propie :iad. de loo habita."ltes
de su dis eg-..w-dm- el orden y cumplir sus funciones con un �.uu
trito. Dado que w tensiones políticas ibzn rápidam
ente ·mo di.� �oyo desde lo alto, pues oontaba:.n con sohdas
en aumento como resultado de ame:aazu
contl:arevr olu bases en los distrito§ q ue controlaban. El hecha die 9?e
cionarias, la Junta debió confiar cada vez más
en sus . el sistema policial tuviera elementos de representacwn
representmntes locales, 'gi bien éstos eran
a menudo
acusados de actos despóticos. Así se los puso· a cargo iocai lo hacía potencialmente peligroso al gobierno cen
la búsqueda de � no declaradas y se le! · ¡)enniti
de tml, pero lo mismo hubiera oc�do co� una es ��ura
ó mú autoritaria y centralizada e mduso s1 el sentmuen�o
imponer castigos muy severos a quiene� w escondúm.39
Su autorización pasaba a ser necesaria para mudarse de
político popular hubiese �ido menos i��enso: !os ageme s
loczies tendían ¡¡¡ !lucwnbJr a ]z. tentiiiciOn de usar sus po·
un barrio a otro, incluso dentro de
los limites de la ciu
dad, y en IIWi funciones podían exigir la colaboración de deres :relativamente independientes n.o para servir sino pa·
ra premonar al g obie rno central.
cualquier vecioo y castigarlo si la ayuda no era recibida . . .
Estos peligros se d�scubrieron de pn sa y se efunimn
dle inmedmto. A medida que crecían las tensiones polfti
cu, estos amplios poderes fueron interpretados con ma ron más de prisa aún. El rápido au.-nento del poder de
yor flexibilidad y w quejas de �� víctimas (sospechosos lo& &l.c2lldem fue facilitado por oonilictos dentro d.d go
¡po!ñticoe por defiir.ición) cayeron en oídos sordos. bierno revolucionario, que ya era..'l evidentes en el últi
Esta red de autoridades locales con. poderes ada vez mo mes de 1 8 1 0. El secretario de la Junta, Mariano Mo
mayores pasó a constituir un filtro
�no, adherente reci ente del grupo revolucionario y anti
entre d ejérdt� y
.po pmrtidz.rio de Alzaga, se convirtió en cabeza de Ea
f�ci6n �!.!e f���'Cr:'eC� U!"� po!{t!c� �c:?J. CO!!t�� !�e
•• Not& de 12 Junta al obirpo de Buenos Aires, 21
el= ·n�bre cie enemigos de! movimi ent o, mientras que �ome�o de
I&lill , Regimo Nel:io'IUil, l, pág. ¡¡g,
Suved.."a, :mtiendo que perdía terreno, se Idennfic&ha
'" Decreto óe! Sl e:, julio el= uno, a"bid., pás. 4:7.
M!L!TAI!'l.!ZACIO!'I: lii: EVOLUC!OMA&U. �N U. J;.S. 153
gradualmente con tácticas más moderadu El conflicto "
� era; sóio c:u¡¡estión de tiempo. §in emhargo, d n�e
estalló en noviembre-diciembre de HHO. Moreno apro
vo actor entra en el escenario poHtico de Buenos Air�s
vechó un incidente menor para relevar a Suvedra del
rest�lecer e! equilibrio trutoma&o por ¡a, au�ac1a
L !o�
an
moren.i!ltas. En k no�he de! 5 al! ,6 de �� de
supremo comando militar, qt.�e revirtió sobre todz. k
junta.. S....ved;¡_ dirigióWl COntra.ataque exitoso que
mismas políticas que a."ttes había¡¡¡¡ denunciado romo na de fuerza mayor y adoptó cui �� lu m;ruw
jacobinas. dieron nuevo {moetu :. b. facció n reciente
incluidas en el petitorio popul!IX. Llll mwma mayoru1 saa
ftdrista en la Junta recordaría más tarde con vergüenza.
mente derrotada. AI mismo tiempo los amigos de Smave
cómo había sido en esa ocam6n ca!vada por la plebe. u
dra come nzaron a dU!du de su dominio sobre el ejérci
to. En t:n clim<:. .:Ue crislii i."L'Uinente, ios morenistas for joma& .hab!,a pro ducido m efecto demasiada: noveda
des inaceptables p2l'a los jefes políticos y loe grupoo et
maron una lilisnza con el Cabildo y organizaron una �
tablecidos. La petición exigía l?ecii más severas con
campaña contra el proyecto rie depo:rtu a los peninsula ,
tra los peninsulares: la poblac1on :nolla de _los �bur
res solteros (considerados los más pmbables opositores a ,
bios no los consideraba -como b. elite revoiuoonana de
la revolución ya que no tenú.n familia ni afincamiento �n ia sociedad patriótica- amigos ni compadres ¡ más bien
el país). La Junta se rindió ante !z. pre sió n de lz. Sociedad los conocía como codiciosos comerciantes al menudeo
y del Cabildo y se declaró complacida al des cub rir que sus y poco generosos acreedores, Tampoco le generosidad
propios sen timientos humanitarios eran tan a.mplimmente reclproca ya usua1 entre políticos porteños goz t de la �
compartidos por los patriotas porteños.34
.
•
aprobación de t� plebe eruloberb ed�
, .q;.ue predra. �u �
La influencia de Saavedra, junto con la de los diputa presión de las pensiones e indemn�aaones pecumru;w
dos de l¡¡¡¡ provinci<..s, había comenzado a dedinar: el as. que temían fuesen otorgachs a. qwenes se propoman
censo a! poder de la facción rivilll , má¡; c:: ohere!!te y �ed-
apartar del gobíemo.
La clara perspectiva sociopoHtica de ios nuevos g::u
u Gacettz, 21l de mm:c ele Ull l, �· 1121-!16,
pos que se habíarn. hecho o{r el 5 Óe Wril, fue CltUS& de
,. . .
:' ii'!Ei.li'fAI:.U',ACWN illi"V'OlL.UC!OMhllm.&. Ei'1 Be:. A&. 1 55
. Y irol de un
cuerpo die oficwes surgido de lz. élite era no
verciadel:"!. l!li� pma ll!!. Jun�. La solhla,.'"idad creadat ·, •� :po �ncial pU"& proseguir con 1.: gueí"l."a re\l'olucionaria;
por la movilización militar de 1806 a 1 8 1 0 , en !a que . "¡ lino de suma utilidad para resolver de modo favorabRe 2
grandes sectores de !a población criollia pobre y mmgi ;Jiii. =z é!ite los conflicto¡; interno¡¡ y político!t de .ia revo
·
na! se había."!. c�.i:::;d; c bajo e1 liderazgo die b. élite crio ;;;�: ktclón mimu. No es " de e!:t..rañ� pues q"ille , :, l¡: vez;
lla, había agotado sus poribilidades. Su reem.plczo por :�: gue emerge un ejército profesional a partir de los res
unnuevo alineamiento de 2Ún más amplios sectores po �,, to• de las unidades urbanas, el poder revolucionmo
·
pmares implicab a un nuevo período de ine!.ltabilidad po .' .) �quiere rasgos cada vez más oligá...-qwcot. A pes2lr de Em.
Efti� y� que eztc� grupos no t..abúm participado activa <' J.cieolog{a radicalizada, la Sociedad Patriótica es pre
·
mente en d largo proceso qjue había creado una opinión .... · ·QUIOII'2 de esta tendencia: su objetivo no era d de mo-
pública militante antes de la revolución; e ignora · .. ' :düzar nuevos grupos en apoyo de la revolución sino di
bmn o condenaban todo d conjunto de actirudes poHd , '� nuevas ideas dentro de sectores ya. movilh:a&os. ·
cru: q¡ue esa e¡q.eciencia común hab{a creado eo. !os jefes .� ; .� mm
la Sociedad lP'atriótic& fue pawatinrunente per·
�ofuciGl11ll&.,.¡os y en Sl.llf seguidores. Más :inquietante aún '. diendo lmportanc�. El papel político decisivo pasó Zl
em que esta población recientemente movilizada de ios · :-' �os de la Logia, sociedad secreta que habí& tomado
suburbios no estaba comprometida � p ersonal ni i deo · · .. abiertlmlente el poder después del goEpe militar de octu
lógicamente con loo jefe� de la élhe re-..roRuciarwia: la . bze de HH2. Así, el nuevo ejército consolidaba e! movi-
decisión de apoyar a Saavedrl!!. m contrn de los morenis • �nto político que había fComenzado poco después de
.
tru: !fue tomada por lot alcaldes y no por S'W1 wscipJ.lna• be .hechos de abril. !La wgia agrupaba y disciplinaba
dos seg-lllidores.. Podía as{ surgir un nuevo elenco gober· con 1m mayor efkacia posible al pequeño grupo que
rumte que reuniese a esru; notabilidades de barrio cuy� �om ejercía el poder político y militar en la Argentina
capacidad de acción pob'tica había sido subestimada revolucionaria. Su creaci6,1 !>..ahí'<:. sido ccnsecuemdot y
hasta ese mo mento No es difícil comp render por qué =u=. a la vez de un esttecha..rniento dei orbe político
e��te movmuento fue rápidamente frenado. Muy pronto porteño y de una creciente coherencia interna del grupo
toda la po licía pasó a depender del control directo del ¡obemante.
gobierno central, y ' los puestos de alcaldes y tenientes se El nuevo ejército redefinía su papd politice en ese
hicieron renovable¡¡ cada zño. nuevo marco, e iba a consolidar un proc eso poHtico de
Una consecuencia indirecta pero muy significativa de signo opuesto al que en su momento había sido hecho
los acontecimientos de abril de lSH fue !ilí rápida pro posible por la formación de la primera müida urbana.
fesionafu:aci6n dd ejér.-cito. La e�periencia poHtic::a de Ei ejercito no tuvo sin embargo é:ldto tot� en el desem
ese momento había demostrado que el ej6rdto uro�mo pe!5.o de sm nuevz.s funcione¡;. Emre octubre &e 1 8 1 2
ya no tenía control sobre la creciente movilización polí y . mediados de 1815, fue sin duda el pilaE fundament<c!
tica de la plebe de Buenos Aires; que la militarización del régimen revolucionario en su lucha a la vez contra
rnimn.;: y hf ��civ��; mte clri. comenzaban a hacer ios realistas, los disidentes federales del Litoral y la opo
trru:tabillit.r la hegemo nía política de Ia élite criolla y sición en la ciudad mi�ma. Pero su apoyo z! régimen re-
que la creación. de un ejército profesional b.Yo el con-
l
.
·J.;· .i
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