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An+ ol\i o l\Ml.\~ Y,a-ri o ~) t. La evolución de as teorfas lin¡tlfstlcu 7 sus
términos teóricos.
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t,-1 hu.... l,1t~~v. l.l. El Jesa"ollo tlt la lingüística orinrtiiiÜ sinttÍctie~­
mente.

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Desde las Estructuras sintácticas de Olomsky (19.57)
JAMriA A\~ Cor~.1-~- se han propuesto muchas líneas de investigación lingüfs-
tica, pero hasta ahora ninguna ha sido aceptada en ge-
neral ni ha sobrevivido sin modificaciones considerables.
Es difícil dar una valoración aceptable de este proce-
so porque este desarrollo implica factores objetivos y
racionales y también otros mú bien irracionales. Entre
los factores racionales que influyen en la investigación
lingüfstica podemos mencionar la idea de utilizar diver-
sas estrategias en el an.üisis de las lenguas naturales. En
principio, tal anilis'ísdCii ensayane empfricamente, pe-
1 ro es ju5tamente en esto donde enconttamos un vado
considerable entre lo que deberla hacerse y lo que se
\ hace. Entre los factores irracionales que afectan al desa-
rrollo de la investigación en lingütstica tenemos fenóme-
nos tales como las suposiciones que se tienen acerca del
posible ~xito de una línea particular de investigación, la
cr{tica que sobreviene de los que trabajan en proyectos
de investigación coexistentes, la formación de grupos
de presión acadbnica, sus pol~cas. presiones financie-
ras, etc. Todos los programas de investigación que han
tenido éxito han estado expuestos a la ibfluencia de todos
estos factores. Ficilmente se c;ncuentran ejemplos: la es-
, cuda de Chomsky, la semmtica generativa y la gram4tica
de Montague. Sin embargo, los ejemplos no se reducen
a los Estad.~JS Unidos.
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Aun cuando hay amplias diferencias entre los distin-
tos paradigmas coexistentes, éstos tienen algo en co-
l mún: en primer lugar, ninguno de ellos es una tcorfa
! _ernpfr!~a. Estos f~radigmas son, más o menos, expli~acío=
1 vestigación antes que a la formación de una terminolog(a
lingüfstica bien establecida.
El honor de haber dado una descripción relativamente
precisa del alcance de la lingüística pertenece, cierta-
nes a fas intu1c1ones en que se configura la teoría. mente, a L. Bloomfield; éste parda de la premisa de que
En segundo lugar, tratan 'de introducir, con un sentido dd análisis del lenguaje como fenómeno social complejo
más amplio, un vocabulario definido, en muchos casos se deberían ocupar diversas clisciplinas. La tarea de los
tomado de las matemáticas, lógica y filosofía analítica. lingüistas era describir la ~~tructura de los cactos de
Incluso estaln siendo redefinidos términos bien estableci- hablu; no debiendo interesarse por el an4lisis do las
dos en la gramática tradicional, debido a exigencias meto- condiciones psicológicas y fisiológicas del uso del lenguaje .
...dol6gicas mis altas. En la lingüística del siglo XIX pueden El análisis del significado fue excluido de la tcoda del
ya verse los comienzos de este proceso. lenguaje propiamente clicha. Esto iba a tener serias conse-
En las exposiciones de la historia de la lingüistica, gene- cuencias para la lingüfstica hasta mediada la década de
ralmente se señala con énfasis que el análisis del len- los cincuenta. Bloomficld trató de dar definiciones precisas
guaje! como se entiende actualmente, comenzó en el si- a términos tales como tactos de habla•, «expresión•, «co-
Rio XIX. No es éste el caso exactamente. Los instrumen- munidad de hablu y «lenguaje•. Tambi~n trató de defi-
tos metodológicos utilizados entonces y el estado de la nir términos pertenecientes a la gramaltica tales como
teoría lingüística usada no tienen el rigor de las ciencias cmorfema», «palabra•, csintagmu, «fonema», «cons-
y disciplinas formales modernas. Aparte de unas pocas trucción», ·~ategodu y «partes de hablu. La gran dife-
excepciones, se utilizaron principalmente de un modo rencia entre los lingüistas del siglo XIX y Bloomficld
metafórico nociones como las siguientes: «inducción• consiste en la adhesión de t!ste a una terminolog(a consis-
«explicació!l causal,., clcy natural•, «probabilidad,., etc: tente y en sus métodos inductivos (cf. Bloomfield (1926):
Esta adopctón tan poco crftica de una jerga tan afortunada 15.3-165). Está bastante claro, sin embargo, que permane-
fue resultado principalmente de una ingenua sobrevalora- ció dentro de las tradiciones del siglo XIX al considerar la
ción de la ciencia natural, especialmente de la botánica oración como la unidad mayor de la descripción gramati-
zoología, geología y psicología. ' cal, por una razón obvia: sólo dentro de la estructura de
' la oración podía aplicarse con éxito la noción de «dis·
,- . En el siglo XIX, los. lingüis~as estaban interesados prin- tribución». Con todo, Bloomfield observó que había
Cipalmente en los somdos, mientras que las cuestiones de conexiones de varios tipos entre las oraciones de una ex-
morfolog.fa y sintaxis tenían solamente una importancia presión, a las cuales llamó cconexiones pricticas• (Bioom-
secundarla. Esto preparó el terreno a los acercamientos no field ( 10 1969): 170). En su opinión no podrían ser ana-
{ _empíricos a la gramática y a la teorfa lingüística. lizadas lingüfsticamente.
. ~s métodos cient!fic~.s se habían adoptado sólo super- Las definiciones, axiomas y postulados de Bloomfield
ficialmente, no se s1gu1o el procedimiento científico de pueden, a lo sumo, considerarse como explicaciones de
hacer hipótesis y comprobarlas en experimentos ni se un uso más bien vago observado entonces, pero no in-
consiguió ddinir los términos descriptivos que se usa- tentó establecer la gramática como un sistema deductivo.
ban. Esto se demuestra claramente mediante las diferen- r Esta idea -y la aguda distinción entre el nivel observacio-
tes definiciones en uso para cpalabru «oración• y otras L nal y el descriptivo- puede atribuirse primero a1 Z. S.
por el estilo (cf. Arens, 1 1969: 394-399). Harris. El texto siguiente, tomado de Harris ( 1969),
Es un hecho bien conocido que Saussure introdujo en ánt1Cipa parte de la llamada revolución chomskyana en
la teoría lingüfstica algunas importantes y fructfferas dico- la lingillstica (pp. 372-373):
tomías, tales como «langue». versus «parole• y descrip-
ción «sincrónica. utrsus descripción «diacrónicu, aun- cEl trabajo de análisis conduce directamente
que t!stas sigan siendo todavla controvertidas. Pero estas a los enunciados que hacen a cualquiera capaz
distinciones han conducido a una nueva estrategia de in- de sintetizar o predecir expresiones en el len-

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guaje. Estos enunciados forman un sistema de- \ tas, de la lógica fo~al. de la t~ría de la graffa y de la
ductivo con ~l~m~ntos iniciales definidos axioma- , teo~fa de las funoones recursrvas. Chomsky inttodujo
ricamente y con teoremas concernientes a las noaones nuevas en la teoría lingüfstica y wnbiát en la
relaciones entre ellos. Los teoremas finales indica- ~mitica. ~ té!minos centrales de su teoria lingü(stica
dan la ~structura de las expresiones del lenguaje 1~cluyen los sagu1entes: «emisor-receptor ideal•, «comu-
en térmanos de las partes precedentes del sistema. nidad ~e ~~bla homogé~a•, clenguljea, ccompetenciu,
Puede haber diversos modos de presentar este «actualrzaaon•, cgramaucalidad• y caceptabilidada. Des-
sistema, que constituye la des~ripción de la de ~msky ( 1957 ), la discusión muestra que no es ficil
estructura del lenguaje. El sistema puede ser defanar estos conceptos inequfvocamente. Como resul-
.. presentado escuetamente en una serie ordenada
de enunciados que tfefinan los elementos en ca-
tado han causado más confusión que transparencia.
Todo_s, estos hecho! arriba mencionados exig(an la in-
da nivd sucesivo o que manifiesten las oracio- t~uccaon de. mecanasmos específicos en la teorfa gra-
nes que se encuentran en ese nivel. La densidad, matical. P~r eJemplo, s6lo mediante algoritmos que ope-
la examinabilidad y la claridad de la estructura r~n recursrvamente pueden ser generadas estructuras infi-
pueden com;eguirse mediante el uso de símbolos mtas Y est~~turas de. cual<Juier longitud. La explicación
para clase, miembro variable y relación, o me- de las ambrguedades santict1cas presupone la introducción
diante la construcción de modelos geométricos d~ reglas de t!ansformación. Además, una solución emp(-
(diagramas) ..,. racamente satisfactoria del problema de la buena forma-
ción (es decir, la «gramaticalidad•) exige la introducción
Es desde luego innegable que, en contraste con Choms- de reglas de subcategorización. La cuestión de valorar
ky, Harris se adhirió a la investigación de ccorporu a un lltamá_tic~s exige la introducción en la teorfa gramatical
empirismo tenaz y a métodos inductivos, combinad~ con de cruer1os de acuerdo con los cuales las gramáticas
el uso de instrumentos formales simples. Como Bloom- puedan ser mesu.r~das. Tales criterios incluyen, por ejem-
field, Harris primeramente consideró la oración como la plo_, la cadecuacton de una gramática•, «capacidad aene-
mayor unidad gramatical. También siguió a Bloomfield rauva débil/fuerte•, cadecuación explicatoriu, etcétera.
en la exclusión del significado del análisis lingüfstico. Chomsky logró resolver dos problemas esenciales de la
En circunstancias favorables se establecen nuevas )(. 1 tC:Od~ gr~matical que. no podían ser tratados por métodos
dastr1buc1onales: la mterpretación semintica de las es-
neas de investigación como resultado de más y más
hechos, inexplicables dentro de la estructura de las teo-
rías existentes. Los estructuralistas, por ejemplo. no po-
' tructuras profundas y una descripción sistemática de los
v(nculos entre sintaxis, morfología, fonolosía y sem,ntica
dfan explicarse el hecho de que el número de expresiones [cf. Chomsky (1965)]. El aparato de leyes léxicas y de
proyec~ión de Katz y Fodor [d. Katz (19~6)] suminis-
de una lengua natural sea infinito y de que no haya U-
mite en la longitud de las expresiones. No habfa modo traba mstrumentos para la interpretación semintica. El
ti~ de semántica de Katz-Fodor-Chomsky ha sido
de distinguir las oraciones de las no-oraciones. Tampoco
podfan explicarse por medio de los métodos distribucio- criticado con frecuencia por los lingüistas y también por
nales las ambigüedades léxicas y estructurales. Chomsky los ló~icos [d. Bierwisch (1971a), Weinreich (1971).
querfa resolver estos y similares problemas con su gra- Bar-Hdlel (1970b)] porque sus fundamentos estin lejos
mática transformacional [Chomsky (19.57) y (196.5)]. La de ser claros y su validez emplrica es cuestionable .• LJ
gramática transformacional no intenta describir un corpus objeción principal es que proyecta estructuras sfft\ICliéal' (• '
finito, sino que trata de caracterizar la competencia lin- en diferentes estructuras sint.tcticas [d. D. Lewis (1972)].
güfstica de un emisor-receptor ideal. Hasta Harris (1947) Como los distribucionalistas, Chomsky todav(a conside-
el análisis de la base formal de una teorfa lingüística no raba la oración como la mayor unidad de descripción gra-
habla sido considerado como un problema serio, ¡)ero matical. Generalmente se está de acuerdo en que, aun
. comenzando con Chomsky los conceptos lingüísticos fue-· cuando la teorfa chomskyana todav(a constituye el pro-
, ron explicados con la ayuda de la teoria de los autóma- grama más ~tenso de investigación en la lingüística con-

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temporinea, no cumple aún las exigencias que la metodo- fue tabú para los lingüistas hasta los primeros afias 'O
logfa formal esperaría de una teoria formulada con pre-
cisión. Esto se aplica especialmente al componente semán-
1 [cf. Fries (19,4)]. No sucedió lo mismo en lógica. La
apertura de la discusión entre lógicos y lingüistas acera
tico y al aparato transformacional. Hasta ahora no se ha 1
de la estructura adecuada de una sramática puede hacerse
conseguido ninguna reconstrucción satisfactpria de la !
remontar hasta Harris, quien postulaba que los lósicos
noción «transformación» (cf. Scott (1970): 227, sobre \ y los lingüistas tenían intereses diferentes [d. Harris
este tema). Tales problemas todav{a se están discutiendo. 1
( 1969): 69]. La opinión de Harris de que los lógicos
Chomsky, Katz y Fodor negaban que la semántica ló- no intentaban analizar el lenguaje natural se basaba en
gica pudiera ser relevante para una teoria lingüistica del una afirmación algo engañosa de Carnap [d. Urmap
significado, y as( crearon una demarcación artificial entre 2
( 1968): 1-9], que en parte difiere de las ideas de Tarski
• .fa semántica lógica y la lingüística. sobre este tema [cf. Tarski (19.56), Tanki (19,2) y Da-
También debe mencionarse que, mientras las discusio- vidson (1969)]. Bar-Hillel criticó a Harris [cf. Bar-Hillel
nes entre la escuela de Chomsky y los semantistas genera- (19.54) y (1970c)] y propuso que los lingüistas deberfan
tivistas estaban en el centro de la atención (le la comuni- al menos adoptar las estrategias metodológicas de los
dad lingüfstica, se ignoró en gran parte la obra de Harris lógicos y también utilizar algunos de los resultados de )a
? sobre el anaflisis del discurso, obra que constitu{a una al- investigac¡ón lógica. Bar-Hillel vio alguna corresponden-
ternativa potencial a Chomsky. cia entre el antimcntalismo de la escuela de C.map y el
antimentalismo de los distribucionalistas, y sostuvo que
1.2. Hacia una lingiiistica orientada semánticamente. aun cuando la teoría lógica del significado (es decir la
teorfa de la sinonimia y de la vinculación) fuera importan-
Los Elementos de Lógica Simbólica (Eiements o/ Sym- te para la teoria gramatical, esto no era ell:tendible en la
bolic LOgic) de Réícllcriliach:-¡:;rimeramente publicados en misma amplitud a la tcorfa de la referencia [cf. Chomsky
1947 en pleno apogeo del distribucionalismo, influyeron (19.5.5)]. Pero, en contraste con Bar-Hillel (19.54) insistió
en la teorfa lingüfstica sólo después de veinte años. En su en .que la lógica no podía proporcionar explicaci~nes em-
capítulo sobre el Análisis del lenguaje conversacional cri- píncamente relevantes a hechos lingüísticos como la sino-
ticó severamente cómo en la gramática tradicional las pala- nimia y la implicación. Chomsky no estaba preparado
bras son asignadas a categorias gramaticales. Vio paralelos p_ara. ~ceptar el métod<? de Camap de usar postulados de
entre la gramática tradicional y el tipo de lógica simple signtflcado, pero admufa que la lógica podfa ayudar a
utilizada antes de Frege y Peirce, que llevaron a una seria resolve~ ~estiones metodol?gicas en la tcoria lingüística,
concepción erróneaacerC&déTa-estructura lógica del len- papel s1mdar al que Tanka había atribuido a la lógica
guaje. Unos treinta años más tarde surgieron objeciones si· con respecto ~ las ciencias formales y emp(ricas en gene-
milares contra la gramática transformacional debidas a ral [d. Tarska (19,2)]. Merece atención la discusión de
Stenius, en 1973. Chomsky de _la sinonimia y la implicación, porque juz-
-Desde entonces, las propuestas de Rcichenbach de 1947 gando a parur de sus argumentos no se esperarla que
para la descripción de expresiones de fndice, adjetivos y Chomsky aceptara la semántica de Katz y Fodor alrededor
adverbios, tiempo y modo, y su uso de las relaciones de de diez años más tarde [cf. Moravcsik (1974)]. En este
muchos lugares han seguido siendo fundamentales para contexto vale la pena mencionar que hasta mediados Jos
las discusiones lingüfsticas de estos temas. Pero dejó sin años sesenta los lingüistas no vieron ninguna relación
tratar c!l problema de la traducción de expresiones de entre la semántica lingüística y la semintica 16gica. Esto
lenguaje natural a expresiones de un lenguaje lógico, que • se demuestra por el hecho de que Katz y Fodor trataron

l
1
i es uno de los principales problemas de la teoría gramatical de aferrarse a métodos puramente lingiüsticos en su
actual. acercamiento. Bar-Hillel fue uno de los crhicos más rigu-
Por los escritos de Bloomfield puede verse fácilmente f rosol» de Katz y Fodor [cf. Bar-Hillel (1970b)] a los que
que ~te ignoraba la investigaci6n de sus contempormc:os ¡ acusó de identificar la lexicolog(a con la semintica. Argüía
en semmtica y sintu:is lógica. En general, la semánuca 1 que varias relaciones seminticas importantes, como la

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implicación, no podfan derivarse a partir del Mxico. La la semántica de Katz y Fodor y los ~tistas genc:rati-
tarea de reconstruir «campos semánticos,. no podia efec- t vistas. Aportó una serie de importantes contribuciones
tuarse dentro de la armazón desarrollada por Katz y al componente lexicológico de una gmdtica, de acuerdo
Fodor. Bar-Hillel dijo que el propósito de la semintica con el cual se supone que d l~xico contiene toda la infor-
lingüística en un largo camino era llegar ·a una definición mación sobre las «condiciones de felicidad• y lu «propie-
de la derivabilidad y proporcionar una teoda de prueba dades del camJlO•, según se ha desarrollado por los filó-
para las lenguas natural~!· La argumentación de Bar-Hillel sofos del lenguaje contemporáneos y por los gram4ticos
puede haber sido no siempre precisa -no hizo una generativist~s. 4..hip6tesis ptindpal__de.Y-Ulm~e~__qui
aguda distinción entre implicación semintica y sintictica, todas las ~'}!4aQes.~rten~ie_gtes_, las_~tCS2rlu..a.~.tj:
,nor ejemplo--, pero sus propósitos estaban bastante ~~_tra~~on!llme~te ~ptadas están 1:etas a un an,lisis
daros. l«!_x!~lC!>.~_incluso los conectivos [d. illmore ( 1971)].
\ El alcance de la gramática generativa se extendió con el Las propuestas de Fillmore han influido notablemente en
1 desarrollo de la semántica generativa. En gramática no se·
la investigación lexicológica llevada a cabo en los años
vio solamente cómo generar las oraciones gramaticales de '!1'• recientes. Sus sugereqcias revelan, sin embargo, que
d todavía está adherido a una posición interpretativa lo
una lengua, sino también cómu relacionar las estrucruras
sintácticas con sus correspondientes formas lógicas, que que en principio significa que el modelo de Katz ~pe­
fueron llamadas «representaciones semánticas.. McCawley rimentó una revisión de puesta al dfa, pero que los mis-
sostenía el punto de vista de que estas representaciones mos argumentos empíricos y formales se aplican a Fillmo-
semánticas debfan formularse en una lógica simbólica mo- re del mismo modo que se aJllican a Katz y Fodor.
dificada y lingüfsticamente motivada [d .. McCawley Los semantistas generativistas han hecho frecuentes
{1972], mientras que Lakoff proponía la utilización de intentos m4s bien no sistemáticos de usar diversos sis-
una ló~ica natural para las representaciones semánticas temas lógicos, sobre todo sus reglas de formación para
[LakoH (1972)]. Hartmann (1972) postulaba la identi- propósitos explicativos. De muchos problemas qu~ pue-
dad entre estructuras profundas y formas lógicas. Se consi- den ser tratados con áito dentro de un esquema choms-
deraba que la tarea de la lógica natural era reconstruir las kyano, como, por ejemplo, la relación entre morfologfa
inferencias vilidas deducidas en las lenguas naturales. Asf, r sint~is y semántic~, no se han ocupado en absoluto 1~
. trabaJos de este tapo. Tampoco ha sido tocada la su-
u!"a de las demandas de Bar-Hillel fue incorporada explf-
cnamente a la lfnea de investigación de los semantistas.
1 premacía de la oración. El principal defecto de los se-
La objeción principal de los semantistas generativistas mantistas generativistas es que las reglas de formación
y las reglas transformativas no se distinguen en las re-
contra la gramática chomskyana fue que Chomsky había
presentaciones semintic:as. Tampoco hay ningún corre-
formulado la sintaxis sin la debida consideración a la se-
mántica. Ellos llamaron a este acercamiento «sintaxis lato semántico para las representaciones semánticas 1
pesar dd dato de que la etiqueta «representación sem'n-
autónoma. [cf. Lakoff (1971)] y trataron de aJlartarse
tia• indica que estas entidades van a ser proyectadas so-
de él. Al hacer esto pretendían haber dejado atris tam-
bre entidades de un tipo m4s bien diferente.
bién la semintica de Katz y Fodor. Pero la mera sustitu-
ción de los marcadores por representaciones seminticas - La relación entre las representaciones semánticas y la
no justifica tal suposición. Como fue señalado por Hall- morfología sigue estando poco clara. En 1971 Lakoff pos-
Partce ( 197 3 ), los semantistas generativistas no podlan tuló un «continuum• entre sintaxis (sintaxis de superficie)
l' responder a la cuestión de qu~ tipo de entidades eran los
y -en su terminología- semántica (es decir, representa-
ciones semánticas) [cf. Lakoff (1971)]. En general, los
• significados y c6mo el significado de una expresión de-
pendía de los significados de sus componentes. La semán- \ semantistas generativistas sostienen el punto de vista de
, que un sistema integrado de diversos lenguajes lógicos
tica generativa representa as( un fructuoso, pero en cierto
modo desconcertante, estadio en P.l desarrollo de la teorla elaborados serfa un buen candidato para UJ'I lenguaje teó-
\ rico de la teoda lingüística.
gramatical.
"': _Fi~~e ocupa una posición intermedia entre Chomsky, ·
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28
1.3. LA «Semát~lica real». propio de los sistemas lógicos existentes y se ocuparon
sólo de construcciones «ad hoc•. Por otra parte. debe ad-
La investigación de_]os semantistas generntivistas hasta mitirse que lograron descubrir muchas propiedades de la
ahora ha demostrado que será diffcil explicar dentro de lengua natural a las ruales no pueden toclav(a dar expli-
una única teoría lingüfstica todas lAs propiedades conoci- cación las t~rÍAs lógicas. · · ·'
dns de las lenguas naturales. La misma conclusión r.uede Montague pudo basar su trabajo en la larga tradición de
sacarse del trabajo de los filósofos del lenguaje [e . Mo- las teorlas lógicas, en particular en los trabajos de Fnge,
r:lVcsik (1974)]. Los lógicos y los filó¡;o{os del lenguaje Ajdukiewicz, Tarski, Carnap y Quine. La tarea de tradu-
que trabAjaban en el análisis de las lenguas naturales al cir las expresiones de una lengua natural a sus formas 16-..
.fjnnl de los años sesenta consideraban a los semantistas gicas, sin embargo, no podía ser resuelta por los procedí·
generativistns como «nliados naturales» contra el predo- mientos intuitivos corrientes de la lógica tradicional. Por
minio de la escuela chomskyana. Algunos de los pro- tanto, tradujo las expresiones de lengua natural a estruc-
blcmns tr:ttndos inadccuadnmentc por aquéllos fueron turas sintácticas no ambiguas y proyect6 las expresiones
también investigado!i solidarinmcnte por los filósofos, rtsultantes en un lenguaje de l6¡!ca intensional [cf. Mon-
entre ellos Cresswell ( 197 3 ), quien frecuentemente se tague ( l974a)].
refiere a su intención de pcrfccción:tr las sugerencias pro- Montague y sus seguidores hablan alcanzado un m4·
puestas por los scmantistns gcncrativistas. Hay buenas ximo de precisión y simplicidad en su teor(a gramatical.
razones para decir que filósofos COI]lO Davidson, Lewis Naturalmente, su acercamiento es poco mis que un esbo-
y Montn~ue lograron llenar el vado que entre lingüística zo de investigación que todavfa tiene que resolverse en
y lógica formal había existido desde que habían comen· detalle, .pero da origen a altas esperanzas a medida que
zndo las discusiones entre Hnrris, Bar-IIillel y Chomsky. hayan s•do resueltos una serie de problemas sint,cticos y
Asf, se puso en práctica una de lns propuestas programli- semánticos conocidos a partir de la Jingüfstica. Como estra·
ticas de Bar·Hillcl, Aunque no se siguió a Reichenbach, tegia para un posterior desarrollo, Thomason (1974) ha
que no hnbfa prestado dcmasiadn atención a los proble- propuesto la reconstrucción de fragmentos cada vez mis
mn!i espedficos de una grnmática lingüística. difrciles de lengua natural de acuerdo con los modelos
Rich.ud Montague promovió contraatgumentos contra establecidos por Montague ( 1974 ). Pueden encontrarse ya
lns ideas ae· Clio-msky similares a los de los scmantistRS ge- ampliaciones de la gramlltica de Montague en Cresswell
nera ti vistas [eL Montague ( 197 4n)], pero sus objeciones (1973), Rodman (ed.) (1972) y Grabski (1974). Los fun-
estuvieron mejor basadn:o; y presentó unn alternativa ri- damentos empfricos de esta investigación estin menos
gurosamente formulnda. Partió de la premisa de que es claros [ cf. Suppes {1973)], y sólo en raras ocasiones pue-
posible dcsarrollnr una sintAxis y unn semántica de las len- de verse cómo la intuición semántica tiene que ser tenida
guas naturales y artificiales dentro de la armazón de una en cuenta; as{, por ejemplo, en el tratamiento del pro-
tcorfa homogénea con la ayuda de métodos matemáticos blema de la desambiguación, la deducción de inferencias
y lógicos [cf. Montnguc (1974b)]. Al contrario que y el estudio de los contextos intensionales.
Chomsky, Montague consideraba la definición de la no- La gramática de Montague es de importancia decisiva
X para la teoría lingüística. Una de las rnones es que, para
ción «oración verdadera» con respecto a una lengua na-
tural como la tnrea central de la semántica. Prosiguiendo el momento en que se formul6, ayudó a decidir la contro- ,.
' esto, MontRgue introdujo también la noción «consecuen- versia metodológica entre lógicos y lingüistas en favor de
cia lógica)) en la teorla lingüística [cf. Montague la lógica y aceleró la adopción de m~todos e instrumentos
(197 4b)]. Mont:~gue señaló que la sintaxis no podra des- lógicos que introdujeron en la lingü(stica una precisión an-
arrollarse independientemente de la semántica o vice- teriormente desconocida. Por otra parte, ayudó a consoli-
versa, porque solnmente un pequeño número de tod~s las dar el dogma lingüíst~co de considerar la oración como la
sintaxis potenciales podd:m realmente llegslf a ser rele- mayor unidad de descript:i6n gramatical. As(, la dispari-
vantes pata la semántica. Tal hecho no habla sido consi- dad entre los hechos observables y la teorfa ha llegado a
derndo por los semantistas, que no lograron hacer un uso ser tan grande que parece haber poca esperanza para una

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teor(a integrada. Las pautas de precisión y explicitación gü(stico de las estructuras que se extienden ms allá de la
han llegado a ser tan altas que no puede esperarse un pro- oración tenia que ser considerado como un problema no
greso rápido, y esto contribuye a una posterior división resuelto; pero ~l no estaba dispuesto a aceptar las pro-
entre la teorfa y su aplicación. En un largo camino, las puestas de Harris, porque en su opinión la noción de
teorlas lingiiísticas tradicionales tendrán que ser recons- discurso no estaba explicada denuo de esta teorla. Los
truidas gradualmente para seguir las nuevas pautas. m~todos estructurales utilizados no eran apropiados para
los objetos elegidos y hablan producido resultados en con-
sonancia con esto. Con la ayuda del análisis del discurso
.
'·,
2. Contra la supremacía de la oración. no fue posible distinguir entre secuencias aceptables de •'
oraciones y acumulaciones fortuitas de oraciones desconec-
... 2.1. Actrcamit:lllos prege11erativos hada el análisis
del discurso. tadas, ni se proporcionó un análisis correcto de un discur-
so, sino varios análisis posibles. La alternativa de Bier-
El prólogo de Harris a la edición de Phoenix de la wisch consistla en pedir a una teoda textual que explicara
~i11giiirtic~ estmctmal (Structural Lingttistics) ( 1960) con- la noción «texto en L,. en analogfa con la «oración en L,.
ttene dos Importantes adiciones al método distribucionnl de Chomsky, y que determinara lo que constitu[a la
que marcan el fin del estructuralismo clásico. En primer relación entre las oraciones de un discurso. As[, Bj!=ry.r~~~'
lugar, propuso describir una lengua mediante una serie de fue de los primeros en formular lo que más tarde fu~ co-
oraciones nuc~eares y de transformaciones que operasen so- ' nacido como el problemtl de l• cohtrenci• o principio de
'- bre estas oraciOnes nucleares, que de ese modo producirlan coherencia en la literatura lingüfstica, aun cuando no pro-
las oraciones de la lengua [ cf. Harris ( 1 1969 ): vi-vii 1. Con puso ninguna sugerenci" propia en este tema. Pero se
la ayuda de estos instrumentos podfan describirse las suti- ocupó de las deficiencias metodológicas de los acerca-
les r~laciones sintácticas y semánticas entre las oraciones y mientos de Harris sin tncontrar mucho eco. Una con-
explicarse las ambigüedades [cf. Harris (1968): 49-157]. sideración cuidadosa de 'su crhica habda evitado alguno
C?t.ro pu~.to ?e su !rabajo era la insistencia en que el aná- de los desarrollos erróneos en la que más tarde fue llama-
ltsts ltnguísttc~ mAs precoz no había ido más qllá de los da lingüfstica textual.
lfmites de la oración y que los métodos conocidos no En Europa, el análisis lingü(stico de los textos fue pri·
h:~blan permitido describir las relaciones estructuules en- meramente emprendido en los aftas iniciales de la dkada
tre oraciones o partes de diferentes oraciones. Los instru- de los sesenta [ cf. Hartmann ( 1964)]. El distribucionalis-
mentos necesarios para describir dominios conectados de • mo americano no habfa encontrado muchos seguidores en
discurso escrito o hablado fueron proporcionados por el la lingülstica europea y Harris apenas era conocido, debido
análisis del discurso que Hnrris hnb(a sugerido en dos a la fuerte influencia que ten(an los estudios indoeuropeos,
trabajos en 1952 [reimpresos en Harris ( 1970), cf. tam- la filosofía y las diferentes variantes europeas del estruc-
bién Harris (1968 ): 146-1.521. turalismo (Saussure, Martinet, Escuela de Praga, Escuela
Aun cuando la noción de transformación de Harris tuvo de Copenhague).
un persistente impacto en los desarrollos de la teoría lin- Ni siquiera exisda en aquel tiempo el tipo de comuni-
gülstica, especialmente a causa del poder explicativo que dad homogénea de investigación formado m4s tarde por
' Chomsky le concedió, d análisis del discurso no obtuvo la adopción de las teorlas chomskyanas en la mitad de Jos
mucha atención, a pesar del hecho de que los proble- años sesenta. Las justificaciones iniciales dadas para los
mas tratados dentro del esquema del análisis del discurso acercamientos de lingürstica textual fueron bastante simi-
también habían sido señalados por Dloomfield [cf. Bloom- lares a las propuestas por Harris en Am~rica. Se señaló
field ( 10 1969): 1701 antes de Hnrris y, por ejemplo, por que las regularidades supraoracionales no podlan ser re-
[ Lyons ( 2 1969 ): 17 4]. después de Harris. \ construidas por los instrumentos morfológicos y sintácti-
La única discusión generalmente conocida del aná- cos tradicionales. Esto coincidió con un tratamiento in-
lisis del discurso está en Bierwisch ( 1965), reimpreso en tensivo de las euestiones metodológicas y fundamentales
Bicrwisch (1971 b ). Bierwisch admitía que el análisis lin- en las teorías filológicas, donde el tema central era si re-

32 33
. .....
. ;•
sobre los mismos fundamentos que d análisis del discurso
sultabn posi~le una i~terpretación de los textos intesubjeti- de Harris: no permiten una decisión intuitivamen te ade-
vamente váhda. Estimulado por el estructuralis mo ruso y cuada sobre si una expresión particular puede ser consi-
francés, R. lngarden{d. Inga~den {:'1965)] y R. Wellek derada o no como texto, ni explican qu~ propiedades debe
[cf: Wellek-War ren ,( 1968)], concluyó que una intérpre- tener un fragmento de lengua natural para constituir un
' tactón segura dcberfit basarse en la descripción de la es- texto.
tructura del texto. Como ninguna de las tendencias filoló-
gicas proporciona ba instrumento s descriptivos, se esperaba
que el ~poyo llegara ele la lingüfstica, que, sin embargo, en 2.2. Gramática textual generativa.
aqu~l t~empo no podía reconstruir tampoco In sintaxis y la
.. , senmnuca de lo~ textos. Especialmente la sem~ntica se 2.2.1. Aproximaciot~es interpretativas.
h~llaba entonces en un pobre estado. Estos dos aspectos
vitales, l~s problem.a~ de las relaciones supra-oracionales Al final de los años sesenta se estaba ~eneralmente de
Y de .la mte~pretacton textual en la literatura tuvieron acuerdo en que una gramitica textual deberla especificar
gran mfluenc1a 1!~ el ~~sarrollo posterior de la lingüística la noción «texto en L•, como originariam ente pedía
textual y .en la dttcccton de la Investigación. Bierwisch, v se hicieron intentos de utilizar la armazón
. A:._r~rttr de esto puede verse fácilmente por qué la -1{ ~c;qrica_Q!.9~r~ion~~!...J?.<?!.l!_grami_tt~gencra~ P•!•
ltngu~st•.ca textual en sus primeros días estaba orientada ~o.~seg1,1_ir esta me_t~ ... Esto es natural, pues uno e los
desc,npuv~mente y no t.e~{a una base formal integradora. logros más. importaf'tn de la gramátic:t generntiv:a (si-
El umco tntento de uttltzar los métodos estructuralis tas r.uiendo el modelo de los lenguajes :artifici:al~s definidos
en un sentido estricto se dio en Harweg ( 1968 ). Este se recursivamente) es el proporciona r un procedimien to de
centró en la coherencia textual, más específicamente en clasificación que distinga entre oraciones y no-oraciones.
la «sustitución por pro-formas». «rro:formu represen- La gramática generativa se utilizó tambi~n para describir
t~b~ aquf exp~esiones de idéntica o diler-ente forma ana- los diferentes grados de aceptabilidad y para explicar por
log•ca que destgnaban el mismo objeto y se reemplazaban aué debfan darse estos diferentes grados de aceptabilidad.
e~t~e sf en los textos bajo ciertas condiciones. Hechos Esto podrfa hacerse extendiendo estas nociones y encon-
stmllares ha~fan sido ya tratados por Harris. Es intere- trando los correspondi entes términos textuales para la
s?nte ~dvcrt~~ que, a pesar del acercamiento puramente buena formación sintáctica y para la aceptabilida d semán·
~snt~~uc~ ,uuhzado por Harris y también por Harweg, la tica. No es, por lo tanto, sorprendent e que los mis primi-
~ \1 JUstlftcact.on para estos procedimientos de sustitución tivos intentos de establecer gramáticas textuales estuvie-
era esencialmente de naturaleza semántica. r:m fuertemente influidos por la teor(a de Chomsky y por
En cuanto a las propuestas de Harweg no quedó la semántica de Katz y Fodor [cf. lsenbcrg (1971), Petofi
claro cómo se relacionaban sus preformas co~ otros me- (197la), Rieser (1973)]. Ciertamente , la 8!.~~á~!~!l.. Ber:tc:·
dios de creación de coherencia textual, tales como las refe- r.~.!_iva se h~, .a~.e~a.n.ta~(). s.ie_~P!~I!~t.~JÜi.ngü!stica
rencias de tiempo verbal y de tiempo. El acercamiento de !ext_ual_en .lo... qu~. n;s~tl~ a las t~cnicas~ro e!\Q.JlO..eL
Harweg terminaba en una taxonomía abierta de profor- así con relación al de~uJ!~i.mjen~~L~~~ho.s__e~p~r!co.s.
Por el contrario, el alcance de la gramática generativa es
mas y éstas podían utilizarse para relacionar oraciones.
reducido «a priori» y los problemas sólo se reconocen
En efecto, consistía en un procedimien to de pura clnsifi-
como significativos si pueden resolverse con los medios
cación, que ft~e debidamente criticado incluso por lingüis-
tas que trabaJaban en el campo de la lingüística descrip- proporcionados por la teoría. Gran parte del ~xito de la
tiva. No obstante, ha de mencionarse que Harweg ha gramática generativa se debe a la estrategia para excluir
hecho una valiosa contribución a la investigación sobre los ejemplos desfavorables, si esto es posible de un modo
absoluto. Naturalmen te, esto no deja espacio a la inves-
los mecanismos de In estructura textual, sobre todo. por-
que todavfa no hay ninguna teoría que dé cuenta de los tigación heurística comprensiva.
l·echos por él descubiertos. Aquellos gramáticos textuales que, a pesar de todo,
trataron de extender el alcance de la gramática generativa
Por otra parte, las ideas de Harweg se pueden objetar
35
34 .1''·
. ~ '
lo hicieron postulando que los textos, y no las oraciones, local, para la conservación de modelos cuantitativos o
debcrfnn ser considerados el dominio nntural de la gramli- cualitativos, para la observación de las relaciones de
tica generativa {cf., por ejemplo, lsenberg (1971) y Van causa y efecto y para la inserción de las partes omiti·
Dijk (1972)]. Esto presupone que conceptos básic9~,en das en las construcciones elípticas no podía ser recons·
la teorfa linr,üfstica tales como «competencia» y «ab'Jall:'," ... e~,_ truida despm!s por medio de los modelos gramaticales tex·
znción» tcnddan que formular se en relnción con los tex- tuales interpretativos. Estas deficiencia.·~ condujeron a
tos, In competencia oracional y la actualización oracional intentos de utilización de modelos alter:tativos basados
dcbcrfan basarse en la competencia textual y la actuali- en la semántica generativa, pero los desar=ollos recientes
...., znción textual [cf. Van Dijk 0?..?.2.n): J]. El esfuerzo para en sintaxis y semántica, ~pecialmcnte las contribuciones
encontrar una sólida cvidencin empíricn a esta hipótesis de Montague y Suppes hn vuelto a abrir la posibilidad
~'terminó en una colección de datos sintácticos y semánti- de resolver estos problema! dentro de la grarn,tica textual
C'OS [cf., por ejemplo, Dressler (1973)]. Se asumía Que [cf. Suppes (1973) y Gab >ay (1973)].·
éstos constituían una parte de todos los componentes ex-
plicativos pnra una tcorfn textual lingülstica. 2.2.2. Gram4tica textual frente a gram4tictJ or11cional.
Puesto que ciertos hechos de los que se dan regularmen-
te en las oraciones, tales como el uso de pronombres y Hay algunos paralelos ~=ntre las discusiones acerca de
proadverbios, solamente podlan explicarse considerando una gramlitica textual ó¡:tima y le gramática oraCional
las oraciones en cuestión como «constituyentes» de los más convincente. Ciertamente, esto no debe sorprender,
textos, los gramáticos textuales no podían ver ninguna puesto que los gramaiticos textuales están de acuerdo en
necesidad objetiva para una gramática oracional autóno- que, naturalmente, una gn nática textual no ¡mede existiL
ma. Los grnmáticos oracionales comentaban generalmente sin integrar partes de &!!':litica oracional. A1f, la inves·
-si comentaban siquiera un poco-- que estos fenómenos iiga'éióñ genüina en lingli'stica textual comienza en d
podían ser bien tratados dentro de la armazón de las gra- punto en que la gramitica oracional deja de proporcionar
mÁticas oracionales, 11na vez que las gramáticas oracio- explicaciones adecuadas a los fenómenos lingülsticos.
nales estuvieran completamente desarrolladas [cf. Dascal- Podemos as{ formular tbs conclusiones: el estado cm·
Margalit(1974)]. píricamente deficiente de las teorfas gramaticales oracio-
Una de las diferencias formales entre la teorla de nales conocidas justifica la exigencia de gramiticas tex·
Chomsky y la grnmática textual interpretativa consistía en tuales. La cuestión de si le gramitica textual .:onstituye
la introducción de reglas que permitiesen que un slmbolo una disciplina separada sólC\ podrla decidine sol:.re la base
textual se extendiera a sfmbolos de secuencias de ora- de una futura gram4tica orl1cional altamente co.,vinccntc.
ciones. Estos sfrnbolos de secuencias de oraciones po- Asl, actualmente no es posible una decisió1. racional
dfan extenderse luego a sfmbolos oracionales [ cf. Rieser ( «popperianu) ni lo seri en un futuro pr:óxiiJ1fl. Entre·
t ( 1973)]. Se supon! a que estas reglas reflejaban la orga- tanto, puede establecerse t:sa decisión por la investisa-
nización «jerárquica» de las estructuras suprn-oracionalc~. ción de los lingüistas o de o::ros investigadores in• eresados
Se utilizó otro tipo de regla para dar cuenta de los C'1- en este campo (cf. 1.1) o pe..~ interferencia del tra·amiento
sos complicados de coherencia entre: oraciones. Estas re- de investigación.
glas fueron consideradas o bien como transformaciones lo- Como se ha señalado y1 , ha habido una considerable
calmente restringidas [ cf. Ricser (1972)], o bien como convergencia entre los pro1 ósitos y m~todos de h lógica
condiciones formuladas en algún metalenguaje apropiado. filosófica y de la actual gumitica textuai;eltoie hice
r Es tilla inadecuacióft def;nida dl' la ,ramática textual inter- espédaliñente evidente en d tipo de contexto lógko des-
i pretativa, sin embarr,o, el que sólo la información de cohe· arrollado posteriormente.
! rencia que aparece explíl;,itamente en la estructura de stl· La capacidad integradora de la gramitica textual con·
i... perfirie pueda ser tratada con éxito. La información de dujo a dificultades considet tbles desde el comicnw mis-
coherencia implfcitamente proporcionada necesaria, por mo, porque las presuposicic !les bisicas de las gram,ticas
ejemplo, para la referencia temporal, parA la referencia oracionales, que fueron ao ptadas expUcita o implrcita·
36 . 37
mente también en la gram:\tica textual, llevan consigo de fenómenos lingüisticos bien conocidos, tales como la
los problemas básicos conectados con estas presuposicio- pronominalización o _la !~la.~ión t~pii:O-COmeñtatio~ ~~gy..!'­
nes, tales como, por-ejemplo, la elección de un compo- Jo, tampoco podían ser explicados, dentro de la armazón
nente semántico, la aplicación del aparato transformacio- de las gramáticas oracionales exisientes:-iódos los dem's
nal, cómo hacer uso de los rasgos sintácticos y semánti- fenómenos lingüísticos referidos· por los lingüistas tex-
cos, la formulación de estrategias pani el análisis textual, tüales'dcsáiptiváñ1ente0rieñiados-:Eñclp[íñicr-·casó los
y si se debedan utilizar postulados de significado o defi- gramililé:os' textuales. no. pudieron conseguir lo que em-
niciones en el léxico. Ha seguido siendo vercl:~d que cuan- prendieron, es decir, la teorfa fue refutada internamente;-
to más comprensivas y más empíricamente motivadas son en el segundo caso, la teorfa no podfa tratar casos pre-
las tareas que se formulan para una gramática textual, ma- sentados desde fuera. Esto condujo a Petofi a la condu-
-·>·or es la tendencia n integrar diferentes técnicas formales sió.n de que habrra de proponerse una nueva teoda. En
y métodos en esta gramática. El aumento del poder inte- este articulo, Petofi también cuestionaba algunas de lu
grador multiplica entonces enormemente los problemas presuposiciones básicas de la teoda gramatical, al pro-
básicos; de este modo, demasinda integración puede con- poner que una teoda gramatical textual comprensiva
ducir a un sinteticismo inútil y a modificaciones «ad hoc» debra contener y hacer una distinción entre un compo-
permanentes. Por lo tanto, una de las tareas futuras im- nente relacionado con el emisor y un componente re-
portantes de la gramáricn textual es no perder el control lacionado con el receptor. As{, la semántica ~ener!tJva,
la gramática oracional y el tipo de Chomsky- atz-FOdor
de los problemas fundamentales acumulados y reducirlos
paso a paso. Esto sólo puede conseguirse obsemn® ~~gr~~ái~ª~~o.ra~i~""iiaf i~iei.P!.étatíva i)()ddan inte,¡r_ar.se,
rígidos _!llodelos form~l~s sin abandonar la base emplrica.
·t ¡r e~'! _tal_q_ue_ l!!!d.f!.~a encontrtme una notación homqJi:
71· 1
\ n~f!. P.~!!_ esta versión integrada.
Petofi ( 1971 e) inclufa un capitulo sobre lexicologfa
2.2.3. Una semántica gc!ferativa ampliada. que claramente iba más allá de las propuestas de léxicos
lingüísticos hechas hasta entonces. Aun cuando ~1 se cen-
En 1971 Isenberg consideraba la posibilidad de basar trara posteriormente cada vez mú en cuestiones relacio-
las gramáticas textuales en las proposiciones hechas por nadas con el componente del l~xico dentro del progra-
los semánticos generativistas [ lsenbcrg ( 1971)]. Peto{i ma gramático-textual, también presentaba propuestas para
( 1971b) as4me una posición intermedia entre una gramá:"" el establecimiento de algoritmos pr,cticos para los sis-
ti~~--i~ter¡)r~tati~a. '/. ~ií~ s~inán_~ica_ ge_n<:ra_t_~~~ -~.n.··sus ·pro- temas de reglas de formación y para los sistemas trans-
euestas de una sram~uca textual. Esto pueCie deducirse formacionales, en Petofi ( 1971c); s6lo mb tarde, en
de su propiicsúi" de asi"gnár una "interpretación lingüístico- Petofi (197 3 ), se presentaron sistemas concretos abiertos
semÁntica y lógico-semántica a la estructura profunda. a una crítica detallada.
«Interpretación» significn en este caso «proyectar un Hacia 1972, el trabajo modelo sobre problemas gra-
lenguaje artificial en otro lenguaje artificial». El léxico mático-textuales fue Van Dijk ( 1972a). Mientras que en
propuesto en Petüfi ( 197lb) aspira a integrar un léxico Petüfi (1971c) la elaboración de gramáticas textuales es-
del tipo del de Katz-Fodor con un léxico del tipo del de taba motivada principalmente por consideraciones grama-
Fillmore (cf. caphulo 1.2). ticales (cf. supra), Van Dijk trat6 de presentar argumen-
Petofi continuó esta línea de investigación [ Petofi tos metodológicos y también gramaticales y emplricos para
( 197lc)] y examinó críticamente todos los modelos de las gramáticas textuales. En general, los argumentos em-
gramáticas oracionales presentados hasta 1'971, ocupán- plricos consistían en una revisión de la noción de «com-
dose detalladamente de los fenómenos lingüísticos que petencia& de Chomsky sostenida por hipótesis proceden-
estas gramáticas eran capaces de estudiar. Para prose~uir tes de la investigación psicolingüfstica. Los argumentos
la investigación en lingüística textual, dio las siguien- gramaticales mostraban que la correferencialidad, la pro-
tes razones: ~~ime~f?· las gramáticas oracionales exis: nominalización, la referencia de tiempo verbal y de tiem-
~entes no podían proporcionar un tratamiento homogéneo po, la referencia local, las relaciones seminticas entre
J8 J9
oraciones, los conectivos, la estructura t6pico-comentario cuenta de la diferencia entre la coherencia de la estructu-
etcétera, po<Han tratarse con é~ito solamente dentro deÍ ra profu?d~ Y. la coherencia de la e~!ructura de superficie
ma~co de una gramática textual. El argumento metodo- {cf. la d1stmc16n hecha por Van DIJk entre micro-estruc·
X 16grco estaba basado en la presuposici6n intuitivamen- tura y macro-estructura). As{, textos incoherentes en un
te ·justificable de que los discursos podían ser conside- nivel de estructura de superficie muestran un alto grado
rados como el «dominio natural» de una gramática mc:- •' de coherencia de estructura profunda: las reFerencias de
Ljor que las oraciones. ' tiempo y las referencias locales pueden ser suministradas
Tales argumentos empfricos y gramaticales condujeron sólo implrcitamente sin ninguna realización en la super·
a una detallada reformulaci6n de las tareas de una gra- Eicie. Esto, desde luego, es muy importante para la inter·
.J"Rtica .!extual adecuada. ~J. punto m~!J:I:IP.:Qtt.!!!!Ue pretación semántica.
Van J?~Jk consistl~.. en s~. ~~a.r~a~!.-~!!ipq~t;,sis ~-C:_ffil!go­ Está claro, sin embargo, que los trabajos discutidos
~ctu~!!J_q~~ .pOd~lll()S paraJ ra~ea.r_a.~~!l~~ discy_r- también muestran las deficiencias· caractedsticas de la se·
sos se aan restricciones locales; éstas determinan la cohe- míntica generativa¡ por ejemplo, no se hace ninguna dis·
rcñciil-cnire-·liis'"oracionés. dentrodde" uña-seruenda de tinción explfcita entre sintaxis y semintica (cf. capftu-
los 1.2 y 1.3 ). Las reglas de formación de la lógica funcio-
<:!fiCiOñcs: Eíemptós- de. tales ·¡.esúlcCióñes-10éále550ñ"i'a5
micro-restricciones o micro-estructuras, como, por ejem- nan sólo como un principio de gula, y las reglas lógicas de
plo, las restricciones sobre pronombres, proadverbios deducción no se aplican en absoluto. La noción sintáctica
y conectivos. Aparte de estas micro-restricciones hay tam- de implicación no se define en estos sistemas. As(, al
bién restricciones más globales que están determinadas ignorar Ja semántica, toda intuición acerca de la estructura
pot los tópicos primario y secundario del discurso, se lla- del texto tiene que colocarse en la sintaxis. Otro punto
man «macro-restricciones~> o a veces «macro-estructuras» es que el papel centtal del léxico exigirla reglas de inser-
(el énfasis cambia desde las restricciones a su cccausa», es ción adecuadas. Adem4s, no queda claro cómo se entende.
decir, a los diferentes t6picos de un texto). La presuposi- ría que interactúan los diversos componentes transforma·
ción de Van Dijk de que las macro-restricciones determi- cionales exigidos por el relativo alejamiento de la estruc-
n_nn al menos una parte de las micro-restricciones, por tura de superficie. La teorfa general transformativa no ha
e¡emplo, las que existen en el nivel léxico, es completa- sido desarrollada todav(a hasta ahora.
mente aparente. Desafortunadamente hasta ahora no se
ha hecho ningún intento para relacionar las macro-estruc-
turas y las micro-estructuras, aun cuando ésta debería 2.2.4. Desarrollos rtcitnlts en gramítica ttxtual: tntrt
ser una de las principales preocu¡,aciones de cualquier la semántica generativa y la /&gica.
gramática textual. Tal aproximación grnmático-textual
~ucde también usarse para tratar los problemas lingüfs- En Van Di jk ( 197 3) la estructura profunda que consti·
ttcos dentro de la teoría de la literatura como señala tuye la base de una gramática textual, originariamente
Van Dijk ( 1972a). ' presentada por éste en 1972, se resolvió con mayor detalle
en la forma de una «lógica natural» llamada «16~ica tex-
Todos los trabajos mencionados hasta aquí en este

~
tual». Esta l6gica textual generarla en tal esquema a repre-
capitulo pueden colocarse con toda seRuridad dentro de sentación l6gica de secuencias de oraciones y especiricarfa
la semántica generativa. No presentaban teorías destinadas
las reglas de derivad6n que actúan sobre las formas ló-
a la falsificación, sino meramente investigación sin expli- gicas. Van Dijk trat6 de definir las nociones de cderiva-
caciones, en el estricto sentido de la palabra, o prediccio- 1.
bilidad», cpremisu e «implicación» para la lógica natural
.,es de cualquier tipo, q\:e sólo podrían ser tratadas sobre propuesta. También se ocupó detalladamente de las dife-
la base de su apariencia. As!, en muchos casos, las obje- rencias caracter(sticas entre los lenguajes formales usados
ciones contra ellos están basadas en consideraciones tác- c?rrientemente y la lógica natural. Por ejemplo, las ora-
ticas antes que en hechos cientrficos. · ctones de los tex!,_os fueron consideradas como teoremas
La gran ventaja de las gramáticas textuales basadas en derivables de axiomas, postulados de significado, defini-
la gramáticA generativa es, sin embargo, el que pueden dar ciones y teoremas previamente derivados por medio de
40 41 •.
.. ,.. ¡:
reglas de derivación. Se arguyó que tnles reglas de deriva-
ción sólo podían aplicarse en un modo no nd hoc~, si la - el diagrama de relaciones de referencia, que fija la.·
r.c;tructura lógica de los conectivos del lengunje natural, relación entre los objetos del discurso, · .i · .-, ·
·le los nombres y de hls expresiones cuantificantes. pu- Puede verse Ucilmente que la coherencia es el aspecto
·1iera reconstruirse. La sem~ntica -<ortespondiente .es- central en este artículo. Estos componentes contienen en·
tructurnlmente con la sintaxis- debía asumir la forma de tidndes que establecen la coherencia de estructura pro-
"na interpretación teórico-modélica. Aun cuando esto funda; el programa fija prácticamente la ontolog(a de
f"e una aproximación completamente re\•olucionaria para un texto.
197 3 (especialmente en cuanto concierne al uso de reglas Otros aspectos de Pettifi (19nd) son de mayor impor· ..
de derivación y a IR sem:lntica), obtuvo poca atención. · tancia para discusiones más recientes. En Petofi (1973)
,Y Van Dijk sugirió que los sistemas lógicos tradicionales ya se sugerla que las representaciones semlinticas debcdan
tent.lrfan Que ser cambiat.los par:1 corresponder n las pro- · tratarse de un modo teórico-mod~lico (Petofi-Rieser
piedades de las lenguas naturales. El comportamiento del ( 197 4) estaba dedicado a este mismo problema). Esto im-
conectivo y del lenguaje natural sirvió como un primer plicaba claramente que la idea original de utilizar los
ejemplo para el comportamiento diferente de los conec- métodc·s de la semántica generativa habfa sido abando-
tivos del lenguaje natural (y no es comunicativo) y de sus nada. Después de Petofi ( 197 3) comenzó una serie de
contrnonrtidas lógicas clásicas. Como consecuencia, Van investigaciones interesadas en diversos temas annes; ésta
Dijk llegó a In conclusión de que había de desarrollarse incluía el tratamiento de la base de la gramlltict de ca-
un lenguaje lógico más rico para cumplir las exigencias sos según fue utilizada en Petofi ( 1973 ), de la presupo-
de la teorfa lingüística. La noción de cccoherenciu fue sición y la implicación [d. Petofi-Rieser (1974)]. Rieser
onrcialmente explicada por medio de la noción de «deriva- ( 1976n) constituye la más comprensiva aplicación y exten-
bilidnd». En Van Dijk (197 4) se presentan posteriores sión de Petofi ( 197 3 ).
desarrollos de este programa de investigación. Las propuestas contenidas en Petofi (1975d) son, teóri-
Petofi (1973) constituye una exposición revisada y am- camente, más trascendentes que las contenidas en PetoH
pliada de su vcrsi:Jn (1971d) con su versión intermedia ( 197 3 ). I:e~~fi afirr~a -~h~ra q':l~.-~1 com~!!~~te gr:~~a,i,­
[Petofi (1972)]. Al igual que Van Dijk, Petofi también cal de_ ~na _t~o!i~. !~!_u~~:Li:!.~~ _g~~J..!!,_e_struq~r~s. ~nten­
trató de desarrollar un mecanismo pnrn la descripción de sionales. l!sto indica claramente que los par:lmeuos in-
la coherencia textual. Aun cuando ambos partían de intui- CluiCIOs normalmente sólo en una interpretación pragm'· ..
ciones sl'rñllares, Petofi no utilizó las partes deductivas de tica [cf. Cresswell (1973), pp. 173-189] son introducidos
los sistemas lógicos como principio de guía. Su método en In lengua objeto. Consecuentemente, la interpretación
fue más tarde revis:1Ju y cambiado mínimamente en el teórico-modélica trabaja con funciones parciales que no
intervalo; la última formulación publicada se contiene en dependen de puntos de referencia diversos. Este m~todo
PetMi ( 197 5 ). Allí, una representación semántica textual se enfrenta a los problemas siguientes: tiene que ser
consta t.le los siguientes componentes: definida la noción de «derivación». O tiene que darse
- la serie de descrip:iones de objetos referidos en el una interpretación directa de la sintaxis intensionalizada
texto, propuesta, o este lenguaje tiene que ser traducido a un
-la serie de proposiciones representadas en el texto, lenguaje idóneo para un tratamiento teórico-modélico.
- la serie de l:1s oraciones del texto, También ha de ser definida la noción semlintica de •im-
-la serie de las llamadas «redes temáticas»; hay una plicación». A5f, casi toda explicación tiene lugar en la sin-
red temática correspondiente a cada objeto; una red 1.
taxis: el metalenguaje semántico juega solamente un J>apcl
temática contiene todas las proposiciones que des- subsidiario, porque en caso de contextos estándar sim-
criben alguna propiedad de un objeto del discurso, plemente contiene expresiones que corresponden lo mis
-la red de referencia de tiempo, próximamente posible a expresiones de la lengua objeto.
-la serie de redes comunicativas; una red comunica- No se ha ideado todavía un componente transrorma·
tiva contiene toda; las proposiciones realizadas en cionnl idóneo para d modelo de Van Dijk o de Petofi,
una situación de comunicación, ni para las investigaciones basadas sobre estos trabajos,
42 43
'
tado fenómenos sema(nticos mb interesantes, tales como
tales como, por ejemplo, Rieser ( 1976a). No puede darse la «corrección,., la «interpretación hacia atr4s•, etc., pero
una valoración general de estas Hneas de investigación hasta ahora no se ha propuesto un modelo explicativo
antes de que pueda construirse una teoría de los modelos general.
idónea o se idee un componente transformacional capaz
Estos y similares defectos, naturalmente, tambi~n fue-
de proyectar las estructuras lógicas sobre las estructuras
ron vistos en sus estadios iniciales por los cdticos de la
morfológicas de una lengua natural particular. Estos pro- lingüística textual que trabajaban en teorfa literaria
blemas se hallan todavfa sin resolver y sólo la investiga-
ción futura puede demostrar si hay una solución adecuada.
[ cf. \Vienold (1972 ): 6'·139], semiótica y filosofla del
'lenguaje [ cf. Schmidt (1973)]. La lingüfstica textual reco-
..
Está claro, sin embargo, que tanto Van Dijk como Petofi
noció que habla muchos problemas metodológicos irre·
)ln.n contribuido ya en gran medida a explicar las nociones
sueltos y que sus tareas habían sido definidas demasiado
de «coherencia textual» y «texto en L». Los intentos pos-
estrechamente desde el comienzo. Debido a Ja carencia de
teriores de establecer gramáticas textuales deben por lo
los instrumentos necesarios para el tratamiento de objetos
tanto, considerar sus propuestas. '
de explicac~ón m~s promet~dores, esta intuición tuvo po-
cos efectos mmedtatos. Los mstrumentos no han mejorado
2.2 .5. Cuestiones metodológicas. mucho desde entonces. Lo que ha llegado a estar claro, sin
em?argo •. es que no h~y ~n ún_ico «texto,. a explicar, sino
vanos ob¡etos de exphcactón dtferentes que requieren dife-
2.2.5.1. Crítica desde las disciplinas vecinas.
rentes dispositivos explicativos. En una visión posterior
puede decirse que la lingü(stica textual trataba de apli-
El peso que deben tener los datos empfricos fue am-
car aparatos formales demasiado pronto, quiú porque en
p~am~~~~ tra~.!c!.C? en la lingüística- textÜal; p-ero ·a-·"Pcsar
general el papel de la formalización en la construcción de
de esto no se prestó atención suficiente R IR riqueza de
la teoda fue enormemente sobrevalorado. Ademais todos
par_ámet;c:'s, -~.!l!PÍ~ic::~s. intuitivamente bien. -~~n~id9.LY trataron de utilizar formalismos sin considerar si e~to era
~su anahs1s explfci.t_o. Así, una de las direcciones poten-
realme~te aprop!ado. Sólo los recientes trabajos de Schif-
- cialmente más convincentes en la investigación lingüística fer, Gnce, Stemus, etc., asl como otros estudios funda-
1
1• textual no fue puesta en prÁctica. El análisis de los facto- mentales, han demostrado que la relación entre la forma-
res implicados en la producción y recepción de textos y el
lización y la construcción de la teorfa no se resuelve
desarrol~o de programas de investigación diestramente
fácilmente. Las explicaciones precisas de las intuiciones
establ.ecJdos, basados en el análisis comprensivo, fueron li_ngüfstica~ de uno vend~fan primeramente y sólo entonces
d_escmdado.s. Se_ podría hablar de una repetición del mismo ttene sentido la formalización. La formalización sola no
tipo de dnecc1on errada que había conducido a las a puede considerarse equivalente al hecho de tener una
duras penas justificables restricciones de alcance en la teoría [d. Scott (1973)], ni puede utilizarse --<Omo es
primitiva gramática oracional: se suponía que la tarea de cas? frecuente- para ocultar el abandono de datos em-
la lingüística textual era la reconstrucción de la estructura pfncos.
sintácti~a y semántica inherente a los discursos, pero
. Es una cuesti6n seria, en efecto, la de si los todavfa
estos d1scursos fueron considerados como algo dado, como
nres~elt.os problemas de la gramática textual permiten ya
un p~oducto y objeto de investigación ya completado.
exphcac1~nes formales. Esto se aplica especialmente a la
Es.ta tdealización condujo prácticamente al descuido de la
dimensión temporal de la producción del disc:Urso.-Liis .. coherencia textual y al componente semmtico. .
ge.neralizacion~s basadas en tal principio de funéiona-
m•ento,
. especialmente en semántica • están , naturalmente '
2.2.,.2, Critica titsdt dtnlro dt la disciplina.
abJertas a una seria crftica. La lingü(stica textual habfa
perdido as( la oportunidad de ofrecer una alternativa
Desde el comienzo, la gramática textual fue también
attactiva, fructuosa y real a las gramáticas oracionales y
criticada por los gramahicos oracionales. Una contribu-
a sus superficiales éxitos. Sólo recientemente se han tra-
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44
cton más bien sutil a lo largo de esta línea fue Lang
(1972), que comentó que los hechos mencionados por los
j curso»,_y_ qu~ I:JO h~t.Y. .!~_'!lme_!l_te_f!!moma razón par!!_)n!~o-
r··~I}_C~~ c:.l..~<?~!.~~t~..!_eórico «texto•. Aunque recomenda-
gramáticos textuales no..justificaban la conclusión de que ban tuertemente la ailnes1Ón a una armazón de gram,tica
debieran considerarse como dominio de In gramátict los oracional, ni siquiera trataron de explicar cómo podfan
textos mejor que las oraciones. No admitía, sin embargo, . explicarse los fenómenos lingüísticos tratados por Van
· que los hechos descubiertos por la lingülstica textual nece· .Dijk, ni tomaron en cuenta trabajos recientes en lógica
sitaran una modificación de los instrumentos descriptivos y teoría lingüística que sostenfan la gram,tica textual
disponibles. Puede sacarse In consecuencia de que pen- [cf. Petofi-Riescr (1976), en este tema]. Fue, con todo, •
saba en una expansión significativa de la gramática gene· un resultado positivo del artículo de Dascal y Margalit
rativa y transformacional. C~mo result~do _de__)~ gr~'!lática. el que se volviera a abrir la discusión acerca de los argu-
.. textual habríAn de explicnrse ciertas rclnciones estructut:_ª· . mentas metodológicos y que se demostrara que las intui-
ies dentro de la armazón de los_ ~es_cripci!Jnes. J~n~f.~J!~a~. ciones de uno acerca de las propiedades de los discursos
Aun cuando un número considerAble de lingüistas textua- no eran tan uniformes como los gramáticos textuales
les eran citados en LAng ( 1972), muchos de sus argumen- habísm supuesto. Obviamente, sus pre-suposiciones pre-
tos no fueron realmente estudiados. Lang se centró prin- teóricas habían sido guiadas por la lingüística descriptiva
cipalmente. en la crítica de! Isenbcrg (1971 ). Partiendo tradicional, por un conocimiento académico de fondo y
de su crítica adelantó algunos Argumentos para un mé- por algunos principios teóricos no manifestados explfcita·
todo teórico. textual. Entre éstos estaba la hipótesis de mente. Además, llegó a aclararse que la hipótesis acerca
que la propiedad de <ctextitud» estaha determinada por de la gama de datos que podr(a ser cubierta posiblemente
grupos de rnsgos lingüísticos y comunicativos y, por lo por una gramática oracional óptima var(a considerable-
tanto, tendrfa que ser reconstruida por teorfas separadas mente. Hasta ahora, sin embargo, no han tenido lugar
y subsiguientemente integradas en una teoría textual. desarrollos inesperados en la gramática oracional y nadie
En su opinión, los instrumentos descriptivos tradicionales puede decir a qué se parecer(an los componentes semin-
podrían extenderse para formar el componente gramatical ticos o pragmáticos de las gramáticas oracionales.
de tAl teoría integrada. Esto también se aplica al compo·
nentc que describe los fenómenos de coherencia que fue-
ron tratados con gran detalle en Lang ( 197 4 ). Comparado 2.3. La gramática de Monlague y la gramática Uxtual.
con las propuestas contenidas en Van Dijk ( 197 4 ), el
pensamiento de Lang parece ser de algún modo inadecua· A partir de las consideraciones sobre los diversos
Jo, especialmente en su tratamiento de la semántica. acercamientos debe de haber quedado claro que la lógica
La~ propuestas metod<,lógicas, gramaticales y psicolin· filosófica ha ejercido una influencia considerable sobre
güísticas de Van Dijk ( 1972a) fueron severamente atacadas la teoría gramatical y también sobre la gramática textual.
r>or J?a~c!'J.:.l\lf~rgaljt _U 97 4 ). Estos no aspiraban a escribir ,¡ Esto es verdad especialmente de la terminología y de la
un repaso erudito Je Van L>ijk (1972a), sino que trataban \ aproximación hacia la semántica. Este proceso fue iniciado
de criticarlo como d representante de la investigación por trabajos como, por ejemplo, Keenan (1970). Kummer
lingüística textual. Al identific~trlo con la lingüística tex- ( 1972a) fue uno de los primeros gramáticos textuales en
tual en general, pensaban poder rebatir todos los progra- proponer una integración del trabajo reciente sobre ramá-
mas de investigación gramático-textual existentes refutan· tica _tra_!!~for:.~.i!~io.It~!.Y lógicaj[IJ~I).~j.Q~J. De acuer o con
do algunos de los argumentos de Van Dijk. Dascal y Kummer, una gramática textual debe permitir delinir el
Margalit presentaron varios argumentos bien fundados «texto coherente en una lengua L». Kummer se centró
contra la Jingülstica textual en general. Se dio mucha im· en el" ánálisis de t-extos y especialmente en la reconstruc-
portancia a la estricta distinción de Bar-Hillel entre un ción de las relaciones sintácticas entre expresiones ana-
nivel de observación y cl.nivcl. !~c?!.Ífp. J?..C! ~c~erd?. ~~n fóricas, proponiendo un tipo de sintaxis de superficie junto
Qascal y Margalit se sigue que la noción «oración»_ ~s _la con un cálculo para generar formas lógicas. Las estructu-
correspondencia teórica del término de obser'!'~CÍQ~.....!di~ ras de superficie se proyectan en formas canónicas por

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describir la sintaxis y la sem4ntica de· tal fragmento (y,
medio de transformaciones. Las estructurAs de superficie por lo tanto, tambi~n fragmentos de una estructura simi-
previas a la traducción son similares a las estructuras gene- lar) es llamada por ~1 e sistemas de reconstrucción del
radas por Ja gramática transformacional estándar. Las lenguaje•. Puede verse ('cilmente que esta estrategia co-
reglas de coherencia operan sobre lns formas canónicas rresponde a las estrategias propuestas por Montague y
para especificar las relnciones anafóricos y otrns relaciones Thomason. Como principios orientadores para soluciones
entre las otaciones. Kummcr también propuso un trata- adecuadas, Ballmer insiste en mantener los modelos esta-
miento teórico.modélico para las formas canónicas, con el blecidos por Montague, puesto que ni los gramáticos gene·
fin de proporcionar una sem~ntica explícita. Suponfa rativistas ni los gramáticos textuales pueden exhibir solu-
(como Van Dijk) que el problemn de la coherencia sólo ciones adecuadas en un sentido estricto; e incluso algul\l
podrfa ser solucionado si la gramática contenfa reglas investigación lingüfstica y .lógica en la tradición de Mon-
~ de deducción apropiadas. La importante cuestión de pro- ta~ue muestra diversas deficiencias, como resultado de la
yectar estructuras sintácticas en formas lógicas (o canóni- utilización de una noción inexacta de trAnsformación, o de
cas), de la que no se había ocupado Van Dijk, es también fragmentos demasiado artificiales o demasiado pequeños.
tratada en Kummer ( 1972a). Los trabajos siguientes de Ballmer se centra en el desarrollo de gramiticas oracio-
Kummer se ocupan de formas lógicas e inferencias válidas nales apropiadas, que él llama cgramfticas de la puntua-
[cf., por ejemplo, Kummer (1972b)], pero hasta ahora él ción~, porque los diferentes signos de puntuación son con-
no ha tratado de reconstruir un fragmento mayor de una siderados como morfemas especiales y son de importancia
lengua natural con el aparato que propuso en Kummer central para la sintaxis y la semintica. La gramitica de la
( 1972a). puntuación se establece como una gramática categorial y
Ballmer (197 5) es el trabajo m~s reciente en lingüística los morfemas especiales provocan los tipos particulares
textual. Se refiere Dallmer, previamente, a las discusiones de transformaciones, tales como, por ejemplo, permuta·
Bierwisch versus Barris, Lang versus Isenberg y Dascal- . ción o inserción en la sintaxis, y funcionan como
Margalit versus Van Dijk, y llega a la conclusión de que . operadores de actos de habla o hiperoraciones en la se·
no hay una demarcación real entre gramáticas oracionales mántica. Ya no es necesaria una aguda distinción entre
y gramáticas textuales. No trata de resolver esta cuestión oraciones y textos. Ballmer deja abierta la cuestión de
y asume una actitud más bien pragmática, al considerar cómo pueden ser r«anstruidas unidades seminticas y
In grnm~ticn oracional como el fundamento teórico de una temáticas mayores en los textos [d. los argumentos sobre
gramática textual. Pero puesto que las gramáticas ora- es te tema en K u tschera (197 4)] y cómo pueden ser trata·
cionales dejan sin describir muchas de las propiedades das las intuiciones mencionadas en Petofi.(19nd). Como
del lenguaje natural, estos bien conocidos fenómenos resultado de la concentración de Ballmer en la mctodolo-
tienen que ser tratados dentro de un programa de gramá- g{a y del desarrollo de gramáticas oracionales más convin-
tica textual. Tales fenómenos incluyen la corrcfercncia, centes, no presta la debida atención a la teor(a de la
los conectivos oracionales, las macroestructuras y las cohc:rc:ncia, que debc:da ser Ja tarea central de la lingü(s·
correcciones de las interpretaciones resultantes de la tica textual; en lugar de ello trata de resolver algunos de
información dada en In parte siguiente del discurso. los problemas generalmente considerados como pertene·
Estos son exactamente Jos problemas tratados por los dentes a la lógica filosófica o a la gramtltica tradicional
gramáticos textuales desde H arweg (1968 ), y Ballmer de la oración. Como en cualquier otra ciencia, se da a
comenta que no se les han hallado soluciones satisfacto- veces el caso de que algunos problemas no se aceptan
rias. Sugiere que una cuidadosa selección de fragmentos realmente como tales y se dejan de lado.
de lenguaje (es dcci r, de textos con propiedades específi-
cas) poddan conducir al progreso. Tal fragmento puede,
por ejemplo, constar de textos que contengnn expresiones 2.4. Direcci01tes actual~s.
utilizadas para la referencia del tiempo (como uhorR»,
«entonces» y «ayer», «mañannl> y los correspondientes Las corrientes-actuales en gram4tica textual no siguen
marcadores de tiempo verbal). Una gramática capaz de una dirección clara. El primer estadio, es decir, el desa-

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rrollo de nuevos instrumentos descriptivos, está comple-
tado, porque la g~'lmÁtica de Montague ha demostrado
que es necesario y factible desarrollar instrnm~ntos des-
criptivos todnvfn mñs rfgidos. Bnllmer ha dado· algunos
pasos en esta dirección aplicándola a unos pocos proble-
mas lingüístico-textuales. Van Dijk est:\ trabajando ahora
sobre prucbns empfricas en apoyo de la hipótesis de la
macroestructura y sobre cuestiones de pragmática emp[-
rica. Ballmcr anunció una investigación sobre metodolog{a
y sobre la valoración de los diferentes tipos de gramáticas
oracionales. PetoH y Rieser se centran en los problemas
lexicológicos y semánticos ·que surgen de la descripción ··-·--
de «corpora» más grandes y continúnn su trabnjo sobre
cuestiones metodológicas en relación con el establecimien-
to de una teoría textual. Kummer ha vuelto hacia el
fundamento de la teoria lingüística mediante la teorfa
de la acción [d. Kummer ( 197.5)].
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H.~NNES RIESER

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