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País Argentina
El pañuelo blanco, símbolo de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo. La foto reproduce el dibujo realizado
en el área de la ronda a la pirámide de Plaza de Mayo, declarado sitio histórico.13
Tenemos que ir directamente a la Plaza de Mayo y quedarnos allí hasta que nos den una respuesta. 14
Casi al mismo tiempo, el 15 de mayo, María Eugenia Casinelli (consuegra del poeta Juan
Gelman) y otras once abuelas firmaban un hábeas corpus colectivo en forma de carta, dirigida
a la justicia de Morón, en el que hacían saber la existencia de bebés desaparecidos y
solicitaban que se suspendiesen todas las adopciones. La carta ha sido considerada
documento histórico y antecedente inmediato de la constitución de las Abuelas de Plaza de
Mayo a fines de ese año. Un fragmento de la misma dice:
(…) los bebés de nuestros hijos desaparecidos o muertos en estos últimos dos años. Algunas de estas
criaturas han nacido de sus madres en cautiverio. Otra fue sacada de su hogar, que fue destruido. Hasta
ahora todos nuestros esfuerzos han sido vanos. Las criaturas no han sido reintegradas a sus hogares, a
sus familias. No sabemos ya qué hacer... Últimamente ha llegado a nuestro conocimiento que algunos
abuelos han podido localizar a sus nietos en tribunales de menores o por su intermedio. Por eso nos
permitimos rogarle quiera tener a bien interesarse en la lista de bebés desaparecidos que adjuntamos, por
Chicha Mariani23
[editar]Las doce primeras
"Para reunirse sin llamar la atención, las abuelas simulaban cumpleaños en bares y confiterías, como Las
Violetas(en Rivadavia y Medrano., de Buenos Aires). Aprendieron a simular sonrisas y cantaban el «feliz
cumpleaños» mientras intercambiaban regalos (e información) mirando hacia los costados para ver si no las
seguían".27
A mediados del año '77, ya éramos muchas en la Plaza, ya caminábamos de a dos o tres alrededor del
mástil, cuando una de las actuales Abuelas, Eva (Eva Márquez de Castillo Barrios), era Eva, me pide que
me aparte del grupo para conversar sobre los chiquitos nacidos en cautiverio. Porque ya no podíamos
buscar a los chiquitos en Tribunales sino que teníamos que buscarlos en Casa Cuna, en orfelinatos, en
Jueces de Menores. En la misma forma que Eva me separa a mí, fuimos señalándonos unas con otras las
que éramos abuelas porque ya sabíamos que nuestros nietos habían nacido, suponíamos. Y empezaron
las reuniones de Abuelas en forma clandestina. ¿Dónde nos reuníamos, cómo nos reuníamos? Empezó
siendo, creo que la primerísima vez fue en una confitería que había en un entrepiso en Retiro. Ahí nos
juntamos todas. Teníamos un motivo en común para reunirnos que era la búsqueda de nuestros nietos.
La tarea inicial, como ya venían haciendo las Madres de Plaza de Mayo, fue armar un resumen
escrito presentado en carpetas, de cada uno de sus familiares desaparecidos, destacando la
condición de embarazada de sus hijas o nueras, o la desaparición de sus nietos. Algunas, que
habían recibido noticias sobre el nacimiento de sus nietos, pusieron también las fechas
estimadas de nacimiento, el sexo y en algunos casos, los nombres y hasta las fotos de los
bebés desaparecidos, para ser presentadas a organizaciones nacionales e internacionales, con
el fin de solicitar ayuda humanitaria.
Pero probablemente lo más notable de las Abuelas de Plaza de Mayo haya sido la tarea
investigativa directa que encararon y organizaron, para establecer la suerte y paradero de sus
nietos. Actuando como si fueran detectives, ellas mismas organizaron sin medios, un sistema
de inteligencia coordinado, recorriendo los juzgados de menores, orfelinatos y casas cuna,
buscando incoherencias en las adopciones o "nacimientos" extraños de la época, observando a
las familias sospechosas de haberse apropiado de sus nietos, tomando fotos de los niños en
jardines de infantes y escuelas, etc. Toda esa información era compartida, analizada de
manera sistemática en grupo y registrada. Poco a poco comenzaron a recibir también —y
siguen recibiendo— denuncias y datos que la población les hacía llegar, como una manera de
colaborar en la tarea de ubicación de los pequeños. Las Abuelas (y las Madres) crearon así
una amplísima red de recolección informal de datos que llegó hasta los lugares más
imprevistos.
En ese marco la mayoría de los jueces adoptaron una actitud de colaboración con el secuestro
y desaparición de los niños y la supresión de su identidad, omitiendo investigar sus orígenes y
facilitando las adopciones. En uno de los casos más extremos, la jueza Delia Pons recibió al
niño Emiliano Ginés, y aún conociendo la identidad del menor, decidió no informar a la familia
sobre su situación y ordenó internarlo en la Casa Cuna donde murió el 1 de septiembre de
1978.32
La jueza Pons, en 1978, expresó a las Abuelas de Plaza de Mayo sus ideas sobre la suerte
que debían correr los hijos de los hijos de las personas detenidas-desaparecidas:
Primeros resultados
También en agosto de 1978 las Abuelas salieron por primera vez de la Argentina,
aprovechando que Chicha Mariani debía viajar a Italiapor razones familiares. Debido a que
Mariani tenía en Roma un pequeño apartamento vacío, las Madres de Plaza de Mayo, también
aprovecharon la ocasión, para dirigirse a Roma, permaneciendo todas juntas. Allí se
entrevistaron con el diputado socialista Sandro Pertini y el cardenal argentino Eduardo Pironio,
con escasas consecuencias.39 Hasta 1985 realizaron en total unos 40 viajes, casi sin recursos;
ellas mismas han relatado que, para todo un viaje, podían contar con unos 200 dólares.40
El 31 de julio de 1979, CLAMOR, organización de derechos humanos de la Iglesia Católica de Brasil, con la
colaboración de las Abuelas, halló en Chile a los primeros nietos, los hermanos Anatole y Victoria Julien
Grisonas.
Uno de los primeros y más importantes resultados de los viajes internacionales, fue la relación
que establecieron con el Comité de Defensa de los Derechos Humanos para los Países del
Cono Sur (CLAMOR), dependiente del Arzobispado de São Paulo y dirigida por el
cardenalPaulo Evaristo Arns. Aunque Brasil también se encontraba gobernado por una
dictadura, coordinada con las demás dictaduras sudamericanas por medio del Plan Cóndor, la
Arquidiócesis de São Paulo, adoptó una posición humanitaria activa frente a la violación de
derechos humanos en la región. Precisamente, el 31 de julio de 1979, CLAMOR, con la
colaboración de las Abuelas de Plaza de Mayo, localizó por primera vez a dos niños
desaparecidos, los hermanos Anatole y Victoria Julien Grisonas, de nacionalidad uruguaya y
argentina respectivamente, secuestrados en Buenos Aires por militares argentinos
y uruguayosy trasladados primero a Montevideo y luego a Chile, por entonces bajo la dictadura
de Pinochet, régimen que también coordinaba las acciones terroristas internacionales a través
del Plan Cóndor. Los niños habían sido abandonados en una plaza de Valparaíso y adoptados
de buena fe por una familia chilena. Las Abuelas se reunieron con la familia adoptiva,
verificaron su honestidad y aceptaron que los niños permanecieran con sus padres adoptivos
en estrecho contacto con su familia biológica.34 42 43
Las Abuelas también tomaron contacto con Amnistía Internacional, que se mostró
inmediatamente receptiva, realizando campañas y brindándoles apoyo organizativo y
financiero. Una de sus primeras actividades fue el impulso de un petitorio internacional por los
niños desaparecidos que reunió 14.000 firmas, incluyendo personalidades de gran renombre
como Simone de Beauvoir, Costa Gavras yEugène Ionesco.34 Poco a poco organizaciones de
derechos humanos en todo el mundo difundían la situación de los niños desaparecidos en la
Argentina.34
Las relaciones internacionales de las Abuelas, llevadas adelante principalmente por Chicha
Mariani y Estela de Carlotto (quien se sumara en 1978), resultaron muy exitosas y
constituyeron un elemento importante de su éxito como organización. A comienzos de la
década del 80, ya recibían apoyo financiero y organizativo del Consejo Mundial de Iglesias, la
Organización Católica Canadiense para el Desarrollo y la Paz, el Entraide Protestante Suisse
(HEKS), la Organización Terre des Hommes, el Folke Kirkens NOD-HJELP deDinamarca, el
Comité Catholique contre la Faim et pour le Développement de Francia, el Rädda Barnen
de Estocolmo, iglesias protestantes noruegas, y municipios, comunidades religiosas y ciudades
de Alemania.8
[editar]Tatiana y Laura
A comienzos de 1980, CLAMOR le abrió a las Abuelas sus archivos secretos, con gran
cantidad de información sobre los desaparecidos en la Argentina, los represores, los centros
clandestinos de detención, nacimientos clandestinos, etc., datos y precisiones que resultaron
de vital importancia para todas las organizaciones de derechos humanos. La información fue
ingresada a la Argentina por Chicha Mariani y Estela de Carlotto, oculta en bombones
brasileños y ropa usada de mujeres mayores, adoptando intencionalmente el estereotipo de
"viejas tontas" para superar los controles policiales.46
Marcha del 24 de marzo de 2006. La 1ª Marcha de la Resistencia de 1981 dio inicio a una secuencia de
marchas callejeras por los derechos humanos que se extenderá por décadas y que, en conjunto, constituye la
movilización popular más convocante de la historia argentina reciente.
Los documentos de CLAMOR confirmaban las sospechas sobre los partos clandestinos de
mujeres detenidas-desaparecidas y el destino de sus hijos. Los testimonios de sobrevivientes
también daban cuenta que las mujeres embarazadas solían ser torturadas.
Derrumbe de la dictadura
La creciente movilización de los sectores políticos, sindicales, estudiantiles y de derechos
humanos en 1981 y comienzos de 1982, comenzó a debilitar a la dictadura militar. En ese
contexto el gobierno militar tomó la decisión de ocupar las Islas Malvinas, el 2 de abril de 1982,
acción que llevaría a la Guerra contra Gran Bretaña y a una derrota tres meses después, que
hizo colapsar al régimen y obligó a los militares a iniciar una retirada desordenada del poder,
sin condicionamientos, llamando a elecciones para octubre de 1983.
En ese período las Abuelas comenzaron a prepararse para las nuevas posibilidades de
investigación que abriría la democracia. Entre1980 y 1983 habían localizado a cuatro niños
desaparecidos (los hermanos Julien Grisonas y las hermanas Ruarte Britos y Jotar Britos), en
ambos casos adoptados de buena fe por familias que colaboraron en la restitución de su
identidad.
Las Abuelas tomaron entonces la iniciativa de recurrir a los científicos de punta para desarrollar
alguna técnica que pudiera determinar sin dudas, la filiación de una persona en ausencia de
sus padres. En esa búsqueda recurrieron a la Sociedad Americana para el Avance de la
Ciencia de los Estados Unidos, donde les respondieron: «lo que piden es posible, pero nunca
se hizo: vamos a investigar». El resultado fue la creación del índice de abuelidad, que llegó a
alcanzar un 99,99% de certeza sobre la filiación de una persona, desarrollado por los
científicos Mary-Claire King y Cristian Orrego.34
En 1984 las Abuelas lograron la restitución de Paula Eva Logares, la primera nieta con quien la
Justicia aceptó la validez de la prueba de filiación establecida por medio del índice de
abuelidad determinado con los nuevos análisis genéticos descubiertos a requerimiento de la
asociación.34
En 1987 se logró la primera restitución de una niña nacida en cautiverio, Elena Gallinari Abinet,
quien había sido inscripta falsamente como propia por un subcomisario de la policía
bonaerense y que era en realidad hija de María Leonor Abinet, detenida-desaparecida el 16 de
septiembre de 1976, cuando tenía siete meses de embarazo.
En 1989 las Abuelas tuvieron éxito en probar judicialmente que la adopción de Ximena Vicario
se había realizado de manera gravemente irregular, logrando que se anulara una adopción
plena por primera vez en la historia de la justicia argentina.
Las Abuelas, como las demás organizaciones de derechos humanos, se negaron a aceptar un
sistema jurídico que impedía investigar y castigar los crímenes de lesa humanidad, y
continuaron impulsando los juicios por apropiación de niños. Los casos de niños secuestrados-
desaparecidos siempre fueron un problema insoluble para las leyes de impunidad debido a que
jurídicamente, no podían "darse por cerrado", en razón de la continuidad y persistencia del
delito, así como por la existencia real de esos niños con identidades falsas y las localizaciones
de los mismos que las Abuelas continuaban realizando.
En 1997 Abuelas de Plaza de Mayo inició una causa penal sosteniendo que el secuestro de
bebés era parte de un plan sistemático impulsado desde el más alto nivel del Estado durante la
dictadura. Se trata de uno de los juicios más importantes referidos a violaciones de derechos
humanos en la Argentina durante la dictadura. En ella se investiga la apropiación de 194
niños.55
Con ese objetivo, en su 20º aniversario, en octubre de 1997 lanzaron la campaña «¿Vos sabés
quién sos?». La campaña se inició con un recital de rock en la Plaza de Mayo, presidido por el
cartel y la consigna. También con ese fin, crearon junto a la CONADI, la Red por la Identidad,
que se extendió por todo el país promoviendo el derecho a la identidad. Fue el comienzo de
una nueva aproximación al problema. Ya no era una cuestión de buscar a sus nietos por
medios indirectos; ya era posible dirigirse a ellos directamente. "De hecho, hicieron que una
generación entera se preguntara por su historia".58
También, junto a las demás organizaciones de derechos humanos, impulsaron los juicios por la
verdad, obligando al Estado argentino a seguir investigando, a partir de la decisión de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en el caso Lapacó (1999).59
En 2000 se estrenó la película documental Botín de guerra, dirigida por David Blaustein,
contando la historia de las Abuelas, con un notable éxito de público y obteniendo el "Gran
Premio Ecuménico" del Festival de Berlín.
Con el fin de localizar los niños desaparecidos, Abuelas de Plaza de Mayo trabajan en cuatro
niveles:
Cada uno de los niños que fueron apropiados tiene una causa abierta en la Justicia a la que se
agregan las denuncias que se van recibiendo con el correr del tiempo y que conforman
elementos probatorios que determinan su verdadera identidad y la de los responsables de su
secuestro o tenencia ilícita.
Para asegurar en lo sucesivo la validez de los análisis de sangre han implementado un Banco
Nacional de Datos Genéticos, creado por la Ley Nacional Nº 23.511, donde figuran los mapas
genéticos de todas las familias que tienen niños desaparecidos.
Música
"Las golondrinas de Plaza de Mayo", Invisible
"Victoria Clara", Bersuit Vergarabat
"Lágrimas de nana", de Marta Susana Pizzo
"Cueca Solas", de Sting
"Las Madres del Amor", de León Gieco
"A las madres de Mayo", de Ismael Serrano
Literatura
"A veinte años, Luz", de Elsa Rosario
Televisión
Montecristo
Televisión por la identidad
Cine
La historia oficial
La amiga
Teatro
Teatro por la identidad
Pintura
Exposición “Sucesos ilustrados de Abuelas de Plaza de Mayo”, por Lucas Nine, Pablo
Bernasconi, Martín Kovensky, Mirian Luchetto, Daniel Roldán y Mariano Lucano.
Serie "Identidad", por Carlos Alonso, Nora Aslan, Mireya Baglietto, Remo
Bianchedi, Diana Dowek, León Ferrari, Rosana Fuertes, Carlos Gorriarena, Adolfo
Nigro, Luis Felipe Noé, Daniel Ontiveros, Juan Carlos Romero y Marcia Schvartz.
Ballet.
Guerra y el Ballet del Mercosur. Homenaje a las Abuelas. [1]
"Memoria, para que no suceda nunca más" por la coreógrafa Argentina Melina Seldes
Deporte
Deporte por la identidad, 2002.
Monumentos
Jardín de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo en París, Francia.
[editar]Véase también