Professional Documents
Culture Documents
En su conjunto son responsables de más del 60% de las muertes, 80% de las cuales ocurren en
países de bajos y medianos ingresos. Las principales ECNT son la diabetes, las enfermedades
cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas y la enfermedad renal, y
se caracterizan por compartir los mismos factores de riesgo:
• Tabaquismo
• Mala alimentación
Datos y cifras
Panorama general
Las ENT, también conocidas como enfermedades crónicas, tienden a ser de larga duración y resultan de
la combinación de factores genéticos, fisiológicos, ambientales y conductuales.
Los principales tipos de ENT son las enfermedades cardiovasculares (como los ataques cardiacos y los
accidentes cerebrovasculares), el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas (como la enfermedad
pulmonar obstructiva crónica y el asma) y la diabetes.
Las ENT afectan desproporcionadamente a los países de ingresos bajos y medios, donde se registran
más del 75% (32 millones) de las muertes por ENT.
Las ENT afectan a todos los grupos de edad y a todas las regiones y países. Estas enfermedades se
suelen asociar a los grupos de edad más avanzada, pero los datos muestran que 15 millones de todas las
muertes atribuidas a las ENT se producen entre los 30 y los 69 años de edad. Más del 85% de estas
muertes “prematuras” ocurren en países de ingresos bajos y medianos. Niños, adultos y ancianos son
todos ellos vulnerables a los factores de riesgo que favorecen las ENT, como las dietas malsanas, la
inactividad física, la exposición al humo del tabaco o el uso nocivo del alcohol.
Estas enfermedades se ven favorecidas por factores tales como la urbanización rápida y no planificada, la
mundialización de modos de vida poco saludables o el envejecimiento de la población. Las dietas
malsanas y la inactividad física pueden manifestarse en forma de tensión arterial elevada, aumento de la
glucosa y los lípidos en la sangre, y obesidad. Son los llamados "factores de riesgo metabólicos”, que
pueden dar lugar a enfermedades cardiovasculares, la principal ENT por lo que respecta a las muertes
prematuras.
Factores de riesgo
Los comportamientos modificables como el consumo de tabaco, la inactividad física, las dietas malsanas
y el uso nocivo del alcohol aumentan el riesgo de ENT.
El tabaco se cobra más de 7,2 millones de vidas al año (si se incluyen los efectos de la exposición al humo
ajeno), y se prevé que esa cifra aumente considerablemente en los próximos años.1
Unos 4,1 millones de muertes anuales se atribuyen a una ingesta excesiva de sal/sodio.1
Más de la mitad de los 3,3 millones de muertes anuales atribuibles al consumo de alcohol se deben a ENT,
entre ellas el cáncer.
Unos 1,6 millones de muertes anuales pueden atribuirse a una actividad física insuficiente.1
Los factores de riesgo metabólicos contribuyen a cuatro cambios metabólicos fundamentales que
aumentan el riesgo de ENT:
Las ENT ponen en peligro el avance hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible
(ODS), entre los que se encuentra la reducción de las muertes prematuras por ENT en un 33% para 2030.
La pobreza está estrechamente relacionada con las ENT. Se prevé que el rápido aumento de estas
enfermedades sea un obstáculo a las iniciativas de reducción de la pobreza en los países de ingresos
bajos, en particular porque dispararán los gastos familiares por atención sanitaria. Las personas
vulnerables y socialmente desfavorecidas enferman más y mueren antes que de mayor posición social,
sobre todo porque corren un mayor riesgo de exposición a productos nocivos, como el tabaco, o a
prácticas alimentarias malsanas, y tienen un acceso limitado a los servicios de salud.
En los entornos con pocos recursos, los costos de la atención sanitaria para las ENT pueden agotar
rápidamente los recursos de las familias. Los costos desorbitados de las ENT, en particular el a menudo
prolongado y oneroso tratamiento y la desaparición del sostén de familia, están empujando cada año a
millones de personas a la pobreza y sofocando el desarrollo.
Para controlar las ENT es importante centrarse en la reducción de los factores de riesgo asociados a
ellas. Los gobiernos y otras partes interesadas tienen a su disposición soluciones de bajo costo para
reducir los factores de riesgo modificables comunes. Para orientar las políticas y las prioridades es
importante seguir los progresos realizados y la evolución de las ENT y sus factores de riesgo.
A fin de reducir el impacto de las ENT en los individuos y la sociedad, hay que aplicar un enfoque integral
que haga que todos los sectores, incluidos entre otros los de la salud, las finanzas, el transporte, la
educación, la agricultura y la planificación, colaboren para reducir los riesgos asociados a las ENT y
promover las intervenciones que permitan prevenirlas y controlarlas.
Es fundamental invertir en una mejor gestión de las ENT, que incluye su detección, cribado y tratamiento,
así como el acceso a los cuidados paliativos. Las intervenciones esenciales de gran impacto contra las
ENT pueden llevarse a cabo en la atención primaria para reforzar su detección temprana y el tratamiento
a tiempo. Los datos demuestran que esas intervenciones son una excelente inversión económica porque,
si los pacientes las reciben tempranamente, pueden reducir la necesidad de tratamientos más caros.
Los países de ingresos bajos suelen tener una baja capacidad de prevención y control de las
enfermedades no transmisibles.
Es poco probable que los países con cobertura insuficiente del seguro de enfermedad puedan
proporcionar un acceso universal a las intervenciones esenciales contra las ENT. Las intervenciones de
gestión de las ENT son esenciales para alcanzar la meta mundial consistente en lograr una reducción
relativa del riesgo de mortalidad prematura por ENT del 25% para 2025, y la meta de los ODS consistente
en reducir las muertes prematuras por ENT en un 33% para 2030.
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/noncommunicable-diseases
Las enfermedades no transmisibles - o crónicas - son afecciones de larga duración con una
progresión generalmente lenta. Los cuatro tipos principales de enfermedades no
transmisibles son:
Cáncer
La OMS mantiene una clasificación de los agentes cancerígenos a través de un órgano especializado, el
Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC).
El envejecimiento es otro factor fundamental en la aparición del cáncer. La incidencia de esta enfermedad
aumenta muchísimo con la edad, muy probablemente porque se van acumulando factores de riesgo de
determinados tipos de cáncer. La acumulación general de factores de riesgo se combina con la pérdida
de eficacia de los mecanismos de reparación celular que suele ocurrir con la edad.
Factores de riesgo de cáncer
El consumo de tabaco y de alcohol, la mala alimentación y la inactividad física son los principales factores
de riesgo de cáncer en el mundo, y lo son también de otras enfermedades no transmisibles.
Algunas infecciones crónicas particularmente frecuentes en los países de ingresos medios y bajos son
también factores de riesgo de contraer un cáncer. Cerca del 15% de los casos de cáncer diagnosticados
en 2012 se atribuyeron a infecciones, especialmente las causadas por Helicobacter pylori, los
papilomavirus humanos, los virus de la hepatitis B y de la hepatitis C y el virus de Epstein-Barr3.
Entre el 30 y el 50% de los cánceres se pueden evitar. Para ello, es necesario reducir los factores de
riesgo y aplicar estrategias preventivas de base científica. La prevención abarca también la detección
precoz de la enfermedad y el tratamiento de los pacientes. Si se detectan a tiempo y se tratan
adecuadamente, las posibilidades de recuperación para muchos tipos de cáncer son excelentes.
La modificación o la prevención de los principales factores de riesgo pueden reducir de forma significativa
la carga de cáncer. Estos factores de riesgo incluyen:
Estrategias preventivas
La vacunación contra los papilomavirus humanos y contra el virus de la hepatitis B podría prevenir 1
millón de casos de cáncer cada año3.
Detección temprana
La mortalidad por cáncer se puede reducir si los casos se detectan y se tratan a tiempo. Las actividades
de detección temprana tienen dos componentes:
El diagnóstico temprano
El diagnóstico temprano abarca tres pasos sucesivos, que se deben integrar y llevar a cabo
oportunamente:
El diagnóstico temprano es útil en todas las situaciones para la mayoría de tipos de cáncer. Cuando la
enfermedad se diagnostica en una fase avanzada, no siempre es posible administrar un tratamiento
curativo. No obstante, es posible elaborar programas que permitan reducir los retrasos y los obstáculos
que impiden proporcionar los servicios de diagnóstico y tratamiento adecuados.
El cribado
El objetivo del cribado o detección sistemática es encontrar anomalías indicativas de un cáncer o de una
lesión precancerosa cuando no ha producido síntomas, con el fin de diagnosticar y tratar prontamente la
enfermedad.
Los programas de cribado pueden ser muy eficaces para determinados tipos de cáncer si seleccionan y
utilizan las pruebas apropiadas, se aplican paralelamente otras medidas en el contexto de la detección y
se garantiza la calidad de las intervenciones. En general, los programas de cribado son intervenciones de
salud pública mucho más complejas que el diagnóstico temprano.
la inspección visual con ácido acético para detectar el cáncer cervicouterino en entornos con
pocos recursos;
las pruebas de detección de los papilomavirus humanos que pueden causar cáncer
cervicouterino;
la citología vaginal para el cribado del cáncer cervicouterino en entornos con ingresos medios y
altos; y
la mamografía para el cribado del cáncer de mama en entornos con ingresos altos.
Tratamiento
El diagnóstico correcto del cáncer es esencial para poder prescribir un tratamiento adecuado y eficaz,
porque cada tipo de cáncer requiere un protocolo específico que puede abarcar una o más modalidades,
tales como la cirugía, la radioterapia o la quimioterapia. El primer paso importante es determinar los
objetivos del tratamiento o los cuidados paliativos. Los servicios médicos ofrecidos deben ser integrados y
centrados en las personas. El objetivo principal es curar el cáncer o prolongar en lo posible la vida del
paciente. Otro objetivo importante es mejorar la calidad de vida del enfermo, lo cual se puede lograr
ofreciéndole cuidados paliativos y apoyo psicosocial.
Algunos de los tipos de cáncer más frecuentes, como el de mama, el cervicouterino, el bucal o el
colorrectal, tienen tasas de curación elevadas cuando se detectan pronto y se tratan de acuerdo con
prácticas correctas.
Las tasas de curación de otros tipos de cáncer, como las leucemias y los linfomas infantiles o los
seminomas, también son elevadas si se tratan adecuadamente, a pesar de que las células cancerosas se
hayan diseminado a otras partes del organismo.
Cuidados paliativos
La finalidad de los cuidados paliativos no es curar el cáncer, sino aliviar los síntomas que causa y mejorar
la calidad de vida de los pacientes y de sus familias. Pueden ayudar a los enfermos a vivir más
confortablemente y son una necesidad humanitaria urgente para las personas de todo el mundo
aquejadas de cáncer o de otras enfermedades crónicas mortales. Estos cuidados se necesitan sobre todo
en los lugares donde hay una gran proporción de pacientes cuya enfermedad se encuentra en fase
avanzada y que tienen pocas probabilidades de curarse.
Los cuidados paliativos pueden aliviar los problemas físicos, psicosociales y espirituales de más del 90%
de los enfermos con cáncer avanzado.
Las estrategias eficaces de salud pública que abarcan la atención fuera de los centros de salud y en el
propio hogar son esenciales para ofrecer servicios de cuidados paliativos y de alivio del dolor que puedan
ayudar a los enfermos y a sus familias en los entornos con pocos recursos.
El tratamiento del dolor moderado a intenso causado por el cáncer, que aqueja a más del 80% de los
enfermos oncológicos en fase terminal, requiere obligatoriamente una mejora del acceso al tratamiento
con morfina por vía oral.
Respuesta de la OMS
En 2013, la OMS puso en marcha el Plan de acción mundial para la prevención y el control de las
enfermedades no transmisibles 2013-2020, cuyo objetivo es reducir en un 25% la mortalidad prematura
causada por el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y las enfermedades respiratorias
crónicas de aquí a 2025.
La OMS y el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer colaboran con otras organizaciones
que forman parte del Equipo de Tareas Interinstitucional de las Naciones Unidas sobre la Prevención y el
Control de las Enfermedades No Transmisibles y con otros asociados, con el fin de:
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/cancer
Enfermedades cardiovasculares
Las ECV son la principal causa de muerte en todo el mundo. Cada año mueren más
personas por ECV que por cualquier otra causa.
Se calcula que en 2015 murieron por esta causa 17,7 millones de personas, lo cual
representa un 31% de todas las muertes registradas en el mundo. De estas muertes, 7,4
millones se debieron a la cardiopatía coronaria, y 6,7 millones, a los AVC.
Más de tres cuartas partes de las defunciones por ECV se producen en los países de
ingresos bajos y medios.
De los 17 millones de muertes de personas menores de 70 años atribuibles a
enfermedades no transmisibles, un 82% corresponden a los países de ingresos bajos y
medios y un 37% se deben a las ECV.
La mayoría de las ECV pueden prevenirse actuando sobre factores de riesgo
comportamentales, como el consumo de tabaco, las dietas malsanas y la obesidad, la
inactividad física o el consumo nocivo de alcohol, utilizando estrategias que abarquen a
toda la población.
Para las personas con ECV o con alto riesgo cardiovascular (debido a la presencia de uno
o más factores de riesgo, como la hipertensión arterial, la diabetes, la hiperlipidemia o
alguna ECV ya confirmada), son fundamentales la detección precoz y el tratamiento
temprano, por medio de servicios de orientación o la administración de fármacos, según
corresponda.
Datos y cifras
Las ECV son la principal causa de muerte en todo el mundo. Cada año mueren más personas por ECV que
por cualquier otra causa.
Se calcula que en 2012 murieron por esta causa 17,5 millones de personas, lo cual representa un 31% de
todas las muertes registradas en el mundo. De estas muertes, 7,4 millones se debieron a la cardiopatía
coronaria, y 6,7 millones, a los AVC.
Más de tres cuartas partes de las defunciones por ECV se producen en los países de ingresos bajos y
medios.
De los 16 millones de muertes de personas menores de 70 años atribuibles a enfermedades no
transmisibles, un 82% corresponden a los países de ingresos bajos y medios y un 37% se deben a las ECV.
La mayoría de las ECV pueden prevenirse actuando sobre factores de riesgo comportamentales, como el
consumo de tabaco, las dietas malsanas y la obesidad, la inactividad física o el consumo nocivo de alcohol,
utilizando estrategias que abarquen a toda la población.
Para las personas con ECV o con alto riesgo cardiovascular (debido a la presencia de uno o más factores de
riesgo, como la hipertensión arterial, la diabetes, la hiperlipidemia o alguna ECV ya confirmada), son
fundamentales la detección precoz y el tratamiento temprano, por medio de servicios de orientación o la
administración de fármacos, según corresponda.
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son un grupo de desórdenes del corazón y de los vasos
sanguíneos, entre los que se incluyen:
la cardiopatía coronaria: enfermedad de los vasos sanguíneos que irrigan el músculo cardiaco;
las enfermedades cerebrovasculares: enfermedades de los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro;
las arteriopatías periféricas: enfermedades de los vasos sanguíneos que irrigan los miembros superiores e
inferiores;
la cardiopatía reumática: lesiones del músculo cardiaco y de las válvulas cardíacas debidas a la fiebre
reumática, una enfermedad causada por bacterias denominadas estreptococos;
las cardiopatías congénitas: malformaciones del corazón presentes desde el nacimiento; y
las trombosis venosas profundas y embolias pulmonares: coágulos de sangre (trombos) en las venas de las
piernas, que pueden desprenderse (émbolos) y alojarse en los vasos del corazón y los pulmones.
Los ataques al corazón y los accidentes vasculares cerebrales (AVC) suelen ser fenómenos agudos que
se deben sobre todo a obstrucciones que impiden que la sangre fluya hacia el corazón o el cerebro. La
causa más frecuente es la formación de depósitos de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos que
irrigan el corazón o el cerebro. Los AVC también pueden deberse a hemorragias de los vasos cerebrales
o coágulos de sangre. Los ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares (ACV) suelen tener su
causa en la presencia de una combinación de factores de riesgo, tales como el tabaquismo, las dietas
malsanas y la obesidad, la inactividad física, el consumo nocivo de alcohol, la hipertensión arterial, la
diabetes y la hiperlipidemia.
Las causas más importantes de cardiopatía y AVC son una dieta malsana, la inactividad física, el
consumo de tabaco y el consumo nocivo de alcohol. Los efectos de los factores de riesgo
comportamentales pueden manifestarse en las personas en forma de hipertensión arterial, hiperglucemia,
hiperlipidemia y sobrepeso u obesidad. Estos "factores de riesgo intermediarios", que pueden medirse en
los centros de atención primaria, son indicativos de un aumento del riesgo de sufrir ataques cardíacos,
accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardíaca y otras complicaciones.
Está demostrado que el cese del consumo de tabaco, la reducción de la sal de la dieta, el consumo de
frutas y hortalizas, la actividad física regular y la evitación del consumo nocivo de alcohol reducen el
riesgo de ECV. Por otro lado, puede ser necesario prescribir un tratamiento farmacológico para la
diabetes, la hipertensión o la hiperlipidemia, con el fin de reducir el riesgo cardiovascular y prevenir
ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Las políticas sanitarias que crean entornos propicios
para asegurar la asequibilidad y disponibilidad de opciones saludables son esenciales para motivar a las
personas para que adopten y mantengan comportamientos sanos.
También hay una serie de determinantes subyacentes de las enfermedades crónicas, es decir, "las
causas de las causas", que son un reflejo de las principales fuerzas que rigen los cambios sociales,
económicos y culturales: la globalización, la urbanización y el envejecimiento de la población. Otros
determinantes de las ECV son la pobreza, el estrés y los factores hereditarios.
La enfermedad subyacente de los vasos sanguíneos a menudo no suele presentar síntomas, y su primera
manifestación puede ser un ataque al corazón o un AVC. Los síntomas del ataque al corazón consisten
en:
Además puede haber dificultad para respirar, náuseas o vómitos, mareos o desmayos, sudores fríos y
palidez. La dificultad para respirar, las náuseas y vómitos y el dolor en la mandíbula o la espalda son más
frecuentes en las mujeres.
El síntoma más común del AVC es la pérdida súbita, generalmente unilateral, de fuerza muscular en los
brazos, piernas o cara. Otros síntomas consisten en:
La cardiopatía reumática está causada por la lesión de las válvulas cardiacas y el miocardio derivada de
la inflamación y la deformación cicatrizal ocasionada por la fiebre reumática. La fiebre reumática es
causada por una respuesta anormal del organismo ante una infección con bacterias estreptocócicas, que
suele manifestarse en forma de dolor de garganta o amigdalitis en los niños.
La fiebre reumática afecta principalmente a los niños en los países en desarrollo, especialmente ahí
donde la pobreza está generalizada. En todo el mundo, casi 2% de las defunciones por enfermedades
cardiovasculares están relacionadas con la cardiopatía reumática.
Los síntomas de la cardiopatía reumática consisten en dificultad para respirar, fatiga, latidos cardiacos
irregulares, dolor torácico y desmayos.
Los síntomas de la fiebre reumática consisten en fiebre, dolor y tumefacción articulares, cólicos
abdominales y vómitos.
¿Por qué motivo las enfermedades cardiovasculares son un problema en los países de ingresos
bajos y medianos?
Al menos tres cuartas partes de las defunciones causadas por ECV en el mundo se producen en los países
de ingresos bajos y medios.
A diferencia de la población de los países de ingresos altos, los habitantes de los países de ingresos bajos y
medios a menudo no se benefician de programas de atención primaria integrados para la detección
precoz y el tratamiento temprano de personas expuestas a factores de riesgo.
Los habitantes de los países de ingresos bajos y medios aquejados de ECV y otras enfermedades no
transmisibles tienen un menor acceso a servicios de asistencia sanitaria eficientes y equitativos que
respondan a sus necesidades. Como consecuencia, muchos habitantes de dichos países mueren más
jóvenes, de ordinario en la edad más productiva, a causa de las ECV y otras enfermedades no
transmisibles.
Los más afectados son los más pobres de los países de ingresos bajos y medios. Se están obteniendo
pruebas suficientes para concluir que las ECV y otras enfermedades no transmisibles contribuyen a la
pobreza de las familias debido a los gastos sanitarios catastróficos y a los elevados gastos por pagos
directos.
A nivel macroeconómico, las ECV suponen una pesada carga para las economías de los países de ingresos
bajos y medios. Se calcula que, debido a la muerte prematura de muchas personas, las enfermedades no
transmisibles, en particular las ECV y la diabetes, pueden reducir el PIB hasta en un 6,77% en los países de
ingresos bajos y medios con un crecimiento económico rápido.
La OMS ha identificado una serie "inversiones óptimas" o intervenciones muy costoeficaces para prevenir
y controlar las ECV, cuya aplicación es viable incluso en entornos con escasos recursos. Existen dos tipos
de intervenciones: las poblacionales y las individuales; se recomienda utilizar una combinación de las dos
para reducir la mayor parte de la carga de ECV.
He aquí algunos ejemplos de intervenciones poblacionales que se pueden aplicar para reducir las ECV:
A nivel individual, las intervenciones sanitarias de prevención de los primeros ataques cardíacos y
accidentes cerebrovasculares, deben centrarse primordialmente en las personas que, si se tienen en
cuenta todos los factores, presentan un riesgo cardiovascular medio a alto o en los individuos que
presentan un solo factor de riesgo —por ejemplo, diabetes, hipertensión o hipercolesterolemia— con
niveles superiores a los umbrales de tratamiento recomendados. La primera intervención (basada en un
enfoque integral que tiene en cuenta todos los riesgos) es más rentable que la segunda y tiene el
potencial de reducir sustancialmente los episodios cardiovasculares. Se trata de un enfoque viable dentro
de los servicios de atención primaria en entornos de escasos recursos, que puede ser puesto en práctica
incluso por trabajadores sanitarios que no son médicos.
ácido acetilsalicílico;
betabloqueantes;
inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina;
estatinas.
Los efectos de estas intervenciones son en buena parte independientes, aunque si se combinan con el
cese del consumo de tabaco, se puede prevenir cerca del 75% de los episodios cardiovasculares
recurrentes. Hoy por hoy, la aplicación de estas intervenciones presenta grandes deficiencias, sobre todo
en el nivel de la atención primaria.
Por otro lado, se requieren a veces costosas operaciones quirúrgicas para tratar las ECV, tales como:
derivaciones coronarias;
angioplastia con globo (introducción de un pequeño globo en una arteria obstruida para reabrirla);
reparaciones y sustituciones valvulares;
trasplante cardíaco;
implantación de corazones artificiales.
También se necesitan dispositivos médicos para tratar algunas ECV, por ejemplo: marcapasos, válvulas
protésicas y parches para cerrar comunicaciones entre las cavidades del corazón.
Respuesta de la OMS
En 2013 todos los Estados Miembros (194 países) acordaron, bajo el liderazgo de la OMS, una serie de
mecanismos mundiales para reducir la carga evitable de ENT, entre ellos el "Plan de acción mundial para
la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles 2013-2020". El citado plan tiene por
objeto reducir para 2025 el número de muertes prematuras asociadas a las ENT en un 25%, y ello a
través de nueve metas mundiales de aplicación voluntaria. Dos de esas metas mundiales se centran
directamente en la prevención y el control de las ECV.
La meta 6 del Plan de acción mundial prevé reducir la prevalencia mundial de hipertensión en un 25%. La
hipertensión es uno de los principales factores de riesgo de enfermedad cardiovascular. La prevalencia
mundial de hipertensión (definida como tensión arterial sistólica ≥ 140 mmHg y/o tensión arterial diastólica
≥ 90 mmHg) en adultos de 18 años o más se situó en 2014 en alrededor de un 22%.
La meta 8 del Plan de acción mundial prevé prestar tratamiento farmacológico y asesoramiento (incluido
el control de la glucemia) a al menos un 50% de las personas que lo necesitan, con miras a prevenir
ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. La prevención de los ataques cardíacos y accidentes
cerebrovasculares a través de un enfoque integral que tenga en cuenta todos los factores de riesgo
cardiovascular es más costoeficaz que la adopción, en relación con los tratamientos, de decisiones
basadas únicamente en umbrales de riesgo individuales y debería formar parte de la cartera de servicios
básicos para la consecución de la cobertura sanitaria universal. El logro de esa meta requerirá el
fortalecimiento de los componentes clave del sistema de salud, incluida la financiación de la atención
sanitaria con miras a garantizar el acceso a tecnologías sanitarias básicas y a los medicamentos
esenciales para el tratamiento de las ENT.
En 2015 los países comenzarán a establecer objetivos nacionales y a medir los avances logrados con
respecto a los valores de referencia para 2010 consignados en el Informe sobre la situación mundial de
las enfermedades no transmisibles 2010. La Asamblea General de las Naciones Unidas tiene previsto
convocar en 2018 una tercera reunión de alto nivel sobre las ENT para hacer balance de los avances
nacionales hacia la consecución, para 2025, de las metas mundiales de aplicación voluntaria.
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/cardiovascular-diseases-(cvds)
Diabetes
Datos y cifras
¿Qué es la diabetes?
La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o
cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. La insulina es una hormona que
regula el azúcar en la sangre. El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (aumento del
azúcar en la sangre), que con el tiempo daña gravemente muchos órganos y sistemas, especialmente los
nervios y los vasos sanguíneos.
En 2014, el 8,5% de los adultos (18 años o mayores) tenía diabetes. En 2015 fallecieron 1,6 millones de
personas como consecuencia directa de la diabetes y los niveles altos de glucemia fueron la causa de
otros 2,2 millones de muertes en 2012.
Diabetes de tipo 1
Sus síntomas consisten, entre otros, en excreción excesiva de orina (poliuria), sed (polidipsia), hambre
constante (polifagia), pérdida de peso, trastornos visuales y cansancio. Estos síntomas pueden aparecer
de forma súbita.
Diabetes de tipo 2
Los síntomas pueden ser similares a los de la diabetes de tipo 1, pero a menudo menos intensos. En
consecuencia, la enfermedad puede diagnosticarse solo cuando ya tiene varios años de evolución y han
aparecido complicaciones.
Hasta hace poco, este tipo de diabetes solo se observaba en adultos, pero en la actualidad también se
está manifestando en niños.
Diabetes gestacional
La diabetes gestacional se caracteriza por hiperglucemia (aumento del azúcar en la sangre) que aparece
durante el embarazo y alcanza valores que, pese a ser superiores a los normales, son inferiores a los
establecidos para diagnosticar una diabetes. Las mujeres con diabetes gestacional corren mayor riesgo
de sufrir complicaciones durante el embarazo y el parto. Además, tanto ellas como sus hijos corren mayor
riesgo de padecer diabetes de tipo 2 en el futuro.
Suele diagnosticarse mediante las pruebas prenatales, más que porque el paciente refiera síntomas.
Con el tiempo, la diabetes puede dañar el corazón, los vasos sanguíneos, ojos, riñones y nervios.
Los adultos con diabetes tienen un riesgo 2 a 3 veces mayor de infarto de miocardio y accidente
cerebrovascular.2
La neuropatía de los pies combinada con la reducción del flujo sanguíneo incrementan el riesgo de úlceras
de los pies, infección y, en última instancia, amputación.
La retinopatía diabética es una causa importante de ceguera y es la consecuencia del daño de los
pequeños vasos sanguíneos de la retina que se va acumulando a lo largo del tiempo. El 2,6% de los casos
mundiales de ceguera es consecuencia de la diabetes. 3
La diabetes se encuentra entre las principales causas de insuficiencia renal.4
Prevención
Se ha demostrado que medidas simples relacionadas con el estilo de vida son eficaces para prevenir la
diabetes de tipo 2 o retrasar su aparición. Para ayudar a prevenir la diabetes de tipo 2 y sus
complicaciones se debe:
El tratamiento de la diabetes consiste en una dieta saludable y actividad física, junto con la reducción de
la glucemia y de otros factores de riesgo conocidos que dañan los vasos sanguíneos. Para evitar las
complicaciones también es importante dejar de fumar.
Entre las intervenciones que son factibles y económicas en los países en desarrollo se encuentran:
el control de la glucemia, en particular en las personas que padecen diabetes de tipo 1. Los pacientes con
diabetes de tipo 1 necesitan insulina y los pacientes con diabetes de tipo 2 pueden tratarse con
medicamentos orales, aunque también pueden necesitar insulina;
el control de la tensión arterial; y
los cuidados podológicos.
Respuesta de la OMS
El Informe mundial sobre la diabetes de la OMS ofrece una visión general de la carga de la enfermedad y
de las intervenciones disponibles para prevenirla y tratarla, así como recomendaciones para los
gobiernos, las personas, la sociedad civil y el sector privado.
La labor de la OMS en materia de diabetes se complementa con la Estrategia Mundial OMS sobre
Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud , cuyo centro de atención son las medidas poblacionales
para fomentar la dieta saludable y la actividad física regular, reduciendo así el creciente problema del
sobrepeso y la obesidad a escala mundial.
de la diabetes utilizada en las estimaciones: paciente con glucemia en ayunas ≥ 7,0 mmol/l o
*Definición
**La hiperglucemia se define como una distribución poblacional de la glucemia plasmática en ayunas que
es superior a la distribución que teóricamente debería minimizar los riesgos para la salud, de acuerdo con
los estudios epidemiológicos. La hiperglucemia es un concepto estadístico y no una categoría clínica ni
diagnóstica.
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/diabetes
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) no es una sola enfermedad, sino un concepto
general que designa diversas dolencias pulmonares crónicas que limitan el flujo de aire en los
pulmones. Los términos más familiares 'bronquitis crónicas' y 'el enfisema' son utilizado no más largo,
pero ahora se incluyen en la diagnosis de la EPOC.
Los síntomas más comunes son la disnea, o "falta de aliento", una excesiva producción de esputo y
una tos crónica. Sin embargo, la EPOC no es sólo la "tos del fumador", sino una enfermedad
pulmonar potencialmente mortal que conduce de forma progresiva a la muerte.
Factores de riesgo
Tabaquismo
Contaminación del aire en locales cerrados (por ejemplo a causa del combustible de biomasa usado para cocinar
y como medio de calefacción)
Contaminación del aire exterior
Polvos y productos químicos (vapores, sustancias irritantes y gases) en el medio laboral
Datos y cifras
Factores de riesgo
Muchos casos de EPOC son prevenibles. La puesta en marcha mundial del Convenio
Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT) reducirá la prevalencia del
tabaquismo y la carga mundial de la EPOC.
Población en riesgo
Antes, la EPOC era más frecuente en los hombres. Sin embargo, debido a que el
índice de tabaquismo en los países de ingresos altos es similar entre hombres y
mujeres y a que, en los países de ingresos bajos, las mujeres suelen estar más
expuestas al aire contaminado de interiores (procedente de los combustibles sólidos
utilizados para la cocina y la calefacción), la enfermedad afecta hoy casi por igual a
ambos sexos.
Más del 90% de los fallecimientos por EPOC se producen en países de ingresos
medianos y bajos, donde las estrategias eficaces de prevención y tratamiento no
siempre se aplican o no son accesibles para todos los enfermos.
Síntomas
La EPOC tiene una evolución lenta y generalmente se hace evidente a partir de los 40
o los 50 años de edad. Sus síntomas más frecuentes son la disnea (dificultad para
respirar), la tos crónica y la expectoración (con mucosidad). A medida que la
enfermedad empeora, los esfuerzos del día a día como subir unos cuantos escalones
o llevar una maleta, o incluso las actividades cotidianas, pueden hacerse muy difíciles.
El trastamiento más eficaz y menos costoso de la EPOC para los fumadores es,
preciamente, dejar de fumar, ya que retrasa la evolución de la enfermedad y reduce la
mortalidad por la enfermedad. En algunos casos, el tratamiento con corticosteroides
inhalados es también beneficioso.
Respuesta de la OMS
El Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT) es una respuesta a
la mundialización de la epidemia de tabaquismo y tiene por objetivo proteger a miles
de millones de personas de la exposición nociva al humo del tabaco. Es el primer
tratado sanitario mundial que ha negociado la Organización Mundial de la Salud y ha
sido ratificado ya por más de 180 países.
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/chronic-obstructive-
pulmonary-disease-(copd)