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SERENA DISPONIBILIDAD.
Por Andrés R. M. Motto
• Para San Vicente, la virtud de
la santa indiferencia es
necesaria para cumplir la
voluntad de Dios. Ella permite
la movilidad y la disponibilidad
de sus miembros.
• Un corazón indiferente es un
corazón disponible.
¿Qué no es?
o No es apatía.
o No es un dolorismo
espiritual.
o No es desinterés por las
personas.
• A la hora de definirla, Vicente de Paúl señala que
consiste en el desapego de todas las cosas.
• Desprendimiento del mundo, de uno mismo, de los
propios gustos, de la estima. Desapego de los deseos
terrenales y de las satisfacciones de la naturaleza.
• Inclina el corazón a todo lo bueno y se opone a lo que
impide llegar a Dios.
• Como sinónimo sumisión.
Vincula la virtud de la indiferencia con la
obediencia. Parecen equivalentes. La santa
indiferencia se practica obedeciendo de
corazón.
Es la disposición para dedicarse a los oficios que
nos mandan, y en general, la de ir a cualquier
parte a donde la obediencia nos envíe.
La persona que posee la virtud de la indiferencia
cumple la Voluntad de Dios a través de las
mediaciones eclesiales. Es cierto que San
Vicente no se opone a la obediencia con
diálogo.
La indiferencia tiene 2 aspectos: uno más
ascético, otro más místico. Hay:
1) Acciones indiferentes.
2) Un estado virtuoso: Protege nuestro corazón del
amor desordenado a las criaturas, de quedar
adherido a pequeñeces, de ser susceptibles, de
quedar fijados en resentimientos.
La santa indiferencia es una combinación de
noble resignación, con servicial disposición
ante la voluntad de Dios.
La compara con el fuego “que no sólo tiende a su
centro, sino que consume todo lo que intenta
detenerlo”.
Lo relaciona con el coraje, la obediencia y la
capacidad de sufrimiento que tiene un buen
militar.
Los aspectos cristológicos de la
indiferencia.
Jesucristo es el ejemplo máximo
de indiferencia. Siempre buscó
cumplir la voluntad de su Padre
Dios.
El Hijo de Dios durante su vida
terrena practicó y estimó dicha
virtud.
A través de los Evangelios se nos
muestra la constante
disponibilidad de Jesús.
Practicó esta virtud hasta la
muerte en cruz. San Vicente
señala que teniendo poder para
vencer a sus enemigos, prefirió
ser fiel al proyecto del Padre.
Otros ejemplos de santa
indiferencia.
• En el Antiguo Testamento:
Abraham es “el portavoz de los
verdaderos obedientes y de los
perfectamente desprendidos”.
Remarca: la salida de su tierra
(Cf. Gn 12, 1-9). El sacrificio de
su hijo Isaac (Cf. Gn 22, 1-19).
• También propone al mismo
Isaac. Que se deja conducir con
toda docilidad. San Vicente nos
pregunta cuáles son “nuestros
Isaac”. Son como “hijos
mentales” que no queremos
entregar al Señor.
• El justo Job. Se mantiene fiel al
Señor en medio de las pruebas
(cf. Job 1,1-2,10).
• En el Nuevo Testamento señala a
San Pedro como muestra de
dejarlo todo. Hace una exégesis
inocente de Jn 21, 7-8.
• Pablo de Tarso, hombre decidido
a seguir la misma carrera de
Jesús: “Levántate, entra en la
ciudad y allí te diré lo que debes
hacer” (Hch 9,6). Prototipo de
cristiano disponible para
cualquier tarea evangelizadora.
Es ejemplo de desprendimiento
fulminante: súbito y completo. Le
admira todo lo que sufrió en su
ministerio misionero.
• La imagen por excelencia de santa
indiferencia es MARÍA. Canta
simplemente lo bueno que Dios
hizo en ella (Cf. Lc. 1, 58).
Entre los contemporáneos
o El Sr. Vicente señala a San Francisco de Sales. De la Introducción a la Vida
Devota destaca la frase “no pedir nada, ni rechazar nada”.
o El curioso conde de Rougemont.
o Los parroquianos que siguen a su párroco, en las procesiones los
Domingos, aunque no sepan por qué camino va a tomar o hasta donde
llegará.
o Dentro de la Congregación de la Misión, señala a Renato Alméras. Su santa
indiferencia mientras buscaba casa para la Congregación en Roma.
Pone ejemplos del mundo animal.
Los mulos. Señala desde su experiencia de campesino. Destaca la paciencia
y docilidad del burro y del asno. También se refiere a los caballos de andar,
siempre sumisos a sus dueños. Aunque siempre hay excepciones….
recuerda que una vez que conoció un caballo díscolo.
“Está siempre dispuesta a salir y a caminar, a recibir una silla o unas
monturas o cargar con un carro o estar parado; todo le es indiferente. Deja
que hagan con él lo que quieran. No se empeña en tener siempre el mismo
establo, no siente inclinación a ir a un lado o al otro, no está apegado a
nada” ES XI, 530. “Salvador mío, haz que no estemos apegados a nada, lo
mismo que una bestia de carga, que le da lo mismo llevar una carga que
otra, pertenecer a un amo rico o a un amo pobre, estar en este país que en
otro; todo le parece bien; aguarda, camina, sufre, trabaja de día y de
noche; nada le sorprende” ES XI, 532.
• Como anti-modelo lo coloca
a Jonás. No quiso ser sumiso
ni obediente a Dios. El fondo
del mar y el vientre de la
ballena lo ve, como un
simbolismo del mal y de lo
profundo que se cae cuando
uno se obstina contra el plan
de Dios.
• Es cierto, que se convierte y
finalmente predica en Nínive.
San Vicente reflexiona que
Dios no hace esos prodigios
frecuentemente.
Motivos para ser indiferente.
• El siglo XVII había magnificado los
efectos del pecado original.
• Prevenirnos de los movimientos
de la naturaleza humana. Les
escribe a Santa Luisa: “Permita
que añada la recomendación de la
santa indiferencia, aunque la
naturaleza luche por lo contrario…
Nuestras inclinaciones son tan
malignas que se buscan a sí
mismas en todo”. ES I, 263.
• Nos librarnos de la acción del
espíritu maligno.
• Nos libra del amor al poder y al
dinero.
• Virtud necesaria para ser un buen miembro de la
Congregación de la Misión. Nos permite servir al
pobre, formar correctamente a los eclesiásticos y
buscar la propia santificación.
• También, para ser una auténtica Hija de la Caridad.
“Las que quieran ser verdaderas Hijas de la Caridad,
sean totalmente indiferentes a todo lo que Dios quiera
ordenar de ellas: ser enviadas a un sitio o a otro,
empleadas en este oficio o en aquel, mandadas para
esto o aquello”.
LOS BENEFICIOS DE LA INDIFERENCIA.