Un carcinógeno se define como cualquier sustancia, radionúclido o radiación que sea
un agente directamente involucrado en la causa del cáncer. Esto puede deberse a la capacidad de dañar el genoma o a la interrupción de los procesos metabólicos celulares. Varias sustancias radioactivas se consideran carcinógenas, pero su actividad carcinogénica se atribuye a la radiación, por ejemplo, rayos gamma y partículas alfa, que emiten. Algunos ejemplos comunes de carcinógenos no radiactivos son el asbesto inhalado, ciertas dioxinas y el humo del tabaco. Aunque el público generalmente asocia la carcinogenicidad con los químicos sintéticos, es igualmente probable que surja tanto en sustancias naturales como sintéticas. Los carcinógenos no son necesariamente tóxicos de inmediato, por lo que su efecto puede ser insidioso.
CARCINOGÉNESIS POR RADIACIÓN La energía radiante de los rayos UV y las
radiaciones ionizantes pueden causar cáncer. RAYOS ULTRAVIOLETA: la radiación UV natural, especialmente A y B, derivadas del sol, pueden causar cáncer de piel. Los dos mecanismos generales involucrados en la inducción de cáncer por radiación UV son. Daño del DNA: formación de dímeros de pirimidina. Inmunosupresión. 33. RADIACIÓN IONIZANTE: Las radiaciones particuladas y electromagnéticas son carcinogénicas. Evidencias son: Mineros expuestos a sustancias radioactivas >>>riesgo de cáncer de pulmón. Incidencia de ciertos tipos de leucemia en sobrevivientes de bombas atómicas en Japón. Radiación terapéutica en cuello >>> cáncer de tiroides. 34. La capacidad de las radiaciones ionizantes para inducir cáncer está en su habilidad para producir mutaciones. Ya sea por un efecto directo de la energía radiante o un efecto indirecto mediante la generación de radicales libres de oxígeno. Las radiaciones particuladas (partículas α y neutrones) son más carcinogénicas que las radiaciones electromagnéticas (rayos X, rayos gamma). 35. Cualquier tipo de radiación inonizante (rayos X, rayos gamma, partículas alfa y beta, protones y neutrones) es carcinogénica. Esta potencialidad carcinogénica varía según los tipos de radiación y la susceptibilidad de los tejidos. Las radiaciones ionizantes pueden inducir la formación de cualquier neoplasia. A altas dosis la radiación es necrosante, por lo que pierde gran parte de su capacidad carcinogenética. 36. A dosis medias o pequeñas, la radiación de alta energía (partículas alfa, protones y neutrones) aumenta su poder carcinogenético con la dosis. El número de exposiciones no influye en el poder carcinogenético de este tipo de radiación. Ejm.: el thorotrast, que es una sustancia introducida en 1928 como contraste radiográfico y aplicado durante unos años en angiografías y espleno-portografías. Se acumula en las células del sistema retículo-endotelial, especialmente células de Kupffer del hígado y células de los sinusoides esplénicos, desde donde liberan partículas alfa y desarrollan tumores, principalmente hepáticos (angiosarcomas, hepatocarcinomas o colangiocarcinomas), después de prolongados períodos de latencia. 37. Las radiaciones ionizantes de baja energía (rayos X, rayos gamma) producen tumores en relación directa con la dosis. Sin embargo, la administración de una misma dosis en múltiples exposiciones espaciadas por el tiempo disminuye su poder carcinogenético. El hecho comprobado de que las radiaciones producen mutaciones, aberraciones cromosómicas y alteraciones genéticas permite suponer que cualquiera de estos efectos pudiera ser el mecanismo directo de la transformación neoplásica. Sin embargo, no se conocen bien los mecanismos a través de los cuales la susceptibilidad a la radiación depende de otros factores, tales como sexo, edad, reactividad inmunológica y balance hormonal.