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UNIVERSIDAD NACIONAL DE

CÓRDOBA

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

AÑO 2016

“EL CUERPO, REGISTRO DE UNA HISTORIA


EMOCIONAL (LOS PROCESOS DEL ENFERMAR)
TEORIA DE W. REICH”

SEMINARIO ELECTIVO NO PERMANENTE


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SEMINARIO ELECTIVO NO PERMANENTE

EL CUERPO, REGISTRO DE UNA HISTORIA


EMOCIONAL (LOS PROCESOS DEL ENFERMAR)
TEORIA DE WILHELM REICH

EQUIPO DOCENTE:

Docente a cargo:

Alicia Ledesma

Psicóloga Clínica

PM 626 ME 333

licalicialedesma@yahoo.com.ar

Docente Invitado:

José Crociara

Lic. en Psicología

MP 1417

josecrociara@hotmail.com

3
Docentes Colaboradores:

Adriana Cortiñas

Lic. en Psicología

MP 7425

adrianaruth@hotmail.com

Sofía Beltramino

Lic. en Psicología

MP 8947

psisofiabeltramino@gmail.com

Verónica Oviedo

Lic. en Psicología

MP 7952

veronicavictoviedo@gmail.com

Vilma Sesto

Lic. en Psicología

MP 2528

vilmasesto@gmail.com

4
Colaboradores Egresados:

Johanna Sofía Moreno


Lic. en Psicología
MP 8870
johannasofiamoreno@gmail.com

Miriam Gimenez
Lic. en Psicología
MP 9463
mirigimenez@hotmail.com

Elsa María Cuomo


Lic. en Psicología
MP 9535
elsacuomo@hotmail.com

María Alejandra Lucero


Lic. en Psicologia
MP 9827
ale_lucero22@hotmail.com

Colaboradora Alumna:

María de los Ángeles Caballero

mariacaballeropl@gmail.com

FACEBOOK CATEDRA:

ALUMNOS de SEMINARIO: EL CUERPO REGISTRO DE UNA


HISTORIA EMOCIONAL - REICH

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SEMINARIO ELECTIVO NO PERMANENTE

EL CUERPO, REGISTRO DE UNA HISTORIA


EMOCIONAL (LOS PROCESOS DEL ENFERMAR)
TEORIA DE W.REICH

RESUMEN:

En esta nueva propuesta de Seminario Electivo No Permanente se


busca profundizar y complementar con contenidos psicológicos el concepto
médico tradicional de la enfermedad. Siempre existe una explicación desde
la Psicología al "por qué enfermamos y el por qué esa enfermedad y no
otra". El objetivo sería replantearnos significaciones y nuevas perspectivas
personales desde "el estar enfermo", siendo ése un lugar de crecimiento, de
modificación, en función de un porvenir más saludable.

FUNDAMENTACION:

En tanto los procesos sintomáticos son el producto de conflictos entre


las demandas instintivas del sujeto y las frustraciones que se presentan a
partir de la interacción con el mundo exterior, toda psicoterapia tiene como
objetivo de curación la resolución de tales conflictos, en tanto que son
disfuncionales e implican padecimiento. Para esto, se parte de una
concepción específica de la salud-enfermedad, de donde se deriva un
abordaje técnico en consonancia con tales perspectivas para el tratamiento
del paciente en el espacio psicoterapéutico.

Desde la Teoría de Wilhelm Reich (Psicoterapia Caráctero-Analítica)


todas las enfermedades son la expresión de déficits emocionales, pudiendo
la persona no ser consciente de ello. Los conflictos que no son
adecuadamente elaborados a través de la palabra mediante mecanismos de
simbolización, implican un monto de energía emocional pulsional que al no
ser tramitada y descargada se cristalizará en el campo somático generando
síntomas y enfermedades físicas sostenidas desde aquellas energías
retenidas.

De este modo, una tajante distinción entre enfermedades psíquicas,


físicas y psicosomáticas sería inadecuada, sustentando un dualismo ilusorio
entre la psique y el soma, los cuales no serian más que aspectos de una
misma entidad, el ser humano. Todas las enfermedades son así
psicosomáticas, expresión de situaciones de índole emocional disociadas de
la personalidad y que han quedado sin tramitación. La gravedad o
irreversibilidad de la enfermedad en el soma estará en intima relación con el
grado de conflictiva emocional y el tiempo transcurrido de los procesos
evolutivos de la vida sin resolver tales déficits.

El proyecto de Seminario Electivo No Permanente EL CUERPO,


REGISTRO DE UNA HISTORIA EMOCIONAL (LOS PROCESOS DEL
ENFERMAR) - TEORIA DE W.REICH que se presenta como propuesta
para el año 2016 y subsiguientes, refleja una continuidad teórica y
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pedagógica con los tres Seminarios Electivos anteriores, que este Equipo
Docente ha dictado en la Facultad de Psicología de la U.N.C. desde el año
2005 hasta la actualidad.

Durante los tres últimos años nos hemos enfocado en la enseñanza


de las Estructuras Caracteriales desde la Perspectiva Reichiana y
consideramos que ésta nueva propuesta completa lo ya desarrollado con
una visión y compresión integradora de los orígenes, desarrollo y
conclusión de la enfermedad.

¿Qué tipo de enfermedad se contrae?, ¿En qué momento de la vida


sucede? ¿Cuáles son los órganos involucrados? Las respuestas a estas
preguntas y otras similares nos hablan de la historia personal de un sujeto,
de su afectividad y del modo en que el mismo resuelve los conflictos en los
que se halla involucrado emocionalmente.

Desde esta perspectiva, todas las personas poseen la capacidad de


autocuración propia de los organismos vivos y son los conflictos
emocionales antiguos y sin resolver, los que aminoran o anulan dicha
capacidad. La presencia o ausencia del deseo del paciente en términos de
curar-se, poder sortear el espacio de las creencias culturalizadas de las
enfermedades que no tendrían cura, son algunos de los temas a desarrollar
en este Seminario desde esta mirada holística-integradora de la Teoría
Caractero-Analítica de W. Reich.

A modo de conclusión de esta propuesta, se dará espacio a la


prevención y a la promoción de los nuevos modelos o patrones de
funcionamiento psico-somático más integrado como ideal de salud del
individuo y de los cambios sociales concomitantes para llegar a una
sociedad más responsable de la salud como elemento indispensable del
desarrollo de su pueblo.

OBJETIVOS GENERALES:

 Comprender los procesos de enfermedad como expresión funcional de


la historia emocional del sujeto, a la luz de la teoría de W. Reich.

OBJETIVOS ESPECIFICOS:

Unidad l

 Reseñar conceptos centrales de la teoría de W. Reich, a partir de sus


similitudes y diferencias con la teoría de Freud.

 Comprender el concepto salud y enfermedad, desde esta teoría.

 Identificar emociones bloqueadas, y sus implicancias en la historia


emocional del sujeto.

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Unidad ll

 Señalar la relevancia de los vínculos tempranos en la historia


emocional del sujeto.

 Reconocer la importancia de estos vínculos en la expresión funcional


del segmento torácico y sus órganos.

 Analizar la enfermedad como consecuencia de la dis-función en la


génesis emotivo-afectiva.

Unidad lll

 Explicar las nociones de Reich sobre pulsación y flujo, contracción y


expansión, y su relación con la génesis de las enfermedades agudas y
crónicas.

 Analizar las consecuencias de la aplicación de los mecanismos


disociativos en el proceso de enfermar.

 Reconocer significados asociados a órganos, tejidos y segmentos


corporales.

Unidad lV

 Caracterizar algunos procesos de enfermedad en función del concepto


de biopatía planteado por Reich.

 Exponer la concepción reichiana de la enfermedad, desde una mirada


interdisciplinaria.

Unidad V

 Analizar la función de la palabra y las creencias en el desarrollo de la


enfermedad.

 Contrastar la concepción de W.Reich con la mirada médica tradicional


de la enfermedad.

 Aplicar conceptos de la teoría de Reich, en la aplicación de un


enfoque preventivo.

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PROGRAMA ANALITICO:

UNIDAD l:

INTRODUCCION A LA TEORIA REICHIANA

 Wilhelm Reich y Sigmund Freud: una historia en común, conceptos


coincidentes y divergentes.

 Concepto Reichiano sobre la salud y la enfermedad.

 El principio económico: cualidades de la pulsión.

 Mapa de la afectividad humana.

 Emociones reprimidas y bloqueadas:


 Ira - cólera.
 Miedo.
 Tristeza – melancolía.

 Psicogénesis Freudiana: erogeneidad y emotividad humana.

UNIDAD ll:

DESARROLLO DE LA AFECTIVIDAD VINCULADA A LA RELACION


MADRE-HIJO

 Vinculo Madre-Hijo, su importancia fundamental en la expresión


emocional de la persona.

 El período prenatal, la importancia vincular madre-bebé.

 Humanización a partir de la concepción.

 Conexión de la afectividad en los segmentos de la boca y el pecho


(toráxico).

 Expresión funcional del segmento toráxico y sus órganos:


 Corazón.
 Pulmones.
 Brazos.

 Consecuencias de la dis-funcionalidad: la enfermedad.

 Enfermedades físicas y enfermedades psíquicas: dualismo socio-


histórico.

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UNIDAD lll:

RELACION DEL CUERPO Y LA PSIQUIS A TRAVES DE LA


ENFERMEDAD

 Nociones Reichianas de: Pulsación y flujo / Contraccion y expansión.

 Consecuencias de la aplicación de los mecanismos disociativos en el


proceso de enfermar-se.

 Implicancia de los duelos patológicos.

 Significados asociados a los órganos, tejidos y segmentos corporales.

 Las enfermedades agudas y las enfermedades crónicas.

 El estrés agudo y el estrés crónico.

 Reconceptualizacion de la enfermedad como crisis curativa.

UNIDAD lV:

LA FUNCION DE LA EMOCION EN LA ENFERMEDAD

 Enfermedades biopáticas:
a. Cáncer
b. Vasculo-patias
c. Enfermedades Auto-inmunes
d. Inmunidad e Identidad funcional

 El abordaje interdisciplinario: la mejor opción para el paciente


biopático.

UNIDAD V:

SALUD-ENFERMEDAD: IMPLICANCIA DE LO SOCIAL

 La palabra y sus significaciones: las creencias consensuadas.

 La medicina, aparatologia y la industria farmacológica.

 La enfermedad como crisis, una mirada diferente del sufrimiento.

 El Mensaje Reichiano: Es posible no enfermarse? Trabajar en


prevención y concientización.

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BIBLIOGRAFIA OBLIGATORIA:

UNIDAD l: INTRODUCCION A LA TEORIA REICHIANA

 Baker, Elworth (1967). O laberinto humano. Causas da bloqueo da


energía sexual. Sao Paulo, Brasil: Editorial Summus.

 Reich, Wilhelm (1980). Análisis del Carácter. Buenos Aires,


Argentina: Editorial Paidós.

 Reich, Wilhelm (1983). La Función del Orgasmo. Buenos Aires,


Argentina: Editorial Paidós.

 Reich, Wilhelm (1967). Reich habla de Freud. Barcelona, España:


Editorial Anagrama.

UNIDAD ll: DESARROLLO DE LA AFECTIVIDAD VINCULADA A LA


RELACION MADRE-HIJO

 Boadella, David (1993). Corrientes de Vida, Una introducción a la


Biosíntesis. Buenos Aires, Argentina: Editorial Paidós.

 Reich, Eva y Zornánszky, Eszter (1999). Bioenergética Suave.


Barcelona, España: Ediciones Abraxas.

 Reich, Wilhelm (1980). Análisis del Carácter. Buenos Aires,


Argentina: Editorial Paidós.

 Reich, Wilhelm (1983). La Función del Orgasmo. Buenos Aires,


Argentina: Editorial Paidós.

UNIDAD lll: RELACION DEL CUERPO Y LA PSIQUIS A TRAVES DE LA


ENFERMEDAD

 Baker, Elworth (1967). O laberinto humano. Causas da bloqueo da


energía sexual. Sao Paulo, Brasil: Editorial Summus.

 Keleman, Stanley (2007). Anatomía Emocional. Bilbao, España:


Editorial Desclée de Brouwer.

 Lowen, Alexander (1988). El lenguaje del cuerpo. Barcelona, España:


Editorial Herder.

 Reich, Wilhelm (1985). La Biopatia del Cáncer. Buenos Aires,


Argentina: Ediciones Nueva Visión.

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UNIDAD lV: LA FUNCION DE LA EMOCION EN LA ENFERMEDAD

 Baker, Elworth (1967). O laberinto humano. Causas da bloqueo da


energía sexual. Sao Paulo, Brasil: Editorial Summus.

 Keleman, Stanley (2007). Anatomía Emocional. Bilbao, España:


Editorial Desclée de Brouwer.

 Lowen, Alexander (1982). La depresión y el cuerpo. Madrid, España:


Editorial Alianza.

 Reich, Wilhelm (1985). La Biopatia del Cáncer. Buenos Aires,


Argentina: Ediciones Nueva Visión.

UNIDAD V: SALUD-ENFERMEDAD: IMPLICANCIA DE LO SOCIAL

 Reich, Wilhelm (1983). La Función del Orgasmo. Buenos Aires,


Argentina: Editorial Paidós.

 Reich, Wilhelm (1981). Escucha, hombrecito. Barcelona, España:


Editorial Bruguera.

NOTA: El Apunte de Cátedra se ha confeccionado con los principales temas


en relación al Programa Analítico, dado que la mayoria de los libros
utilizados no se encuentran en la Biblioteca de la Facultad.

BIBLIOGRAFIA DE CONSULTA:

 Alizade, A. M.(1999). Duelos del cuerpo. Los duelos y sus destinos.


depresiones hoy. Primer Congreso de Psicoanálisis y XI Jornadas
Científicas. Asociación Psicoanalítica del Uruguay. Recuperado de
http://www.herreros.com.ar. 4 de Noviembre de 2012.

 Astudillo, W., Mendinueta, A. S., Zulaika, C. (2007). Bases para la


solidaridad en el proceso del duelo. Acompañamiento en el duelo y
medicina paliativa. E: A. W. Astudillo, T. M. Pérez, G. A. Ispizua, A. A.
Orbegozo (eds). San Sebastián: Sociedad Vasca de Cuidados
Paliativos.

 Chiozza, Luis y colab. (1978). Ideas para una concepción


psicoanalítica del Cáncer. Buenos Aires: Editorial Paidós.

 Chiozza, Luis (1984). Psicoanálisis de los trastornos hepáticos.


Buenos Aires, Argentina: Edic. CIMP.

15
 Chiozza, Luis (1986). Por qué enfermamos?. Buenos Aires, Argentina:
Alianza Ediciones.

 Chiozza, Luis y colab. (1991). Los afectos ocultos en.... Buenos Aires,
Argentina: Alianza Ediciones.

 Chiozza, Luis y col. (1993). Los sentimientos ocultos en.... Buenos


Aires, Argentina: Alianza Ediciones.

 Dahlke, Ruediger (2002). La enfermedad como símbolo. Barcelona,


España: Ediciones Robinbook.

 Dethlefsen, Thorwald y Dahlke, Rudiger (1993). La enfermedad como


camino. Barcelona, España: Plaza y Janés Editores.

 Falcoff, Ariel; Fantin, Juan Carlos y otros (2009). Manual de Clínica y


Terapéutica en Psiquiatria. Buenos Aires, Argentina: Editorial Letra
Viva.

 Fenichel, Otto (1992). Teoría Psicoanalítica de las Neurosis. Buenos


Aires, Argentina: Editorial Paidós.

 Freud, Sigmund (1993). Obras Completas. Tomo VII: Tres ensayos


de una teoría sexual. Buenos Aires, Argentina: Editorial Amorrortu.

 Granel, Julio (2009). Teoria Psicoanalitica del Accidentarse. Buenos


Aires, Argentina: Editorial Letra Viva.

 Guir, Jean (1984). Psicosomática y cáncer. Buenos Aires, Argentina:


Catalogos Editora.

 Keleman, Stanley (1997). La experiencia Somática. Bilbao, España:


Editorial Desclée de Brouwer.

 Klein, Melanie (1990). Amor, culpa y reparación. Barcelona, España:


Editorial Paidos.

 Lapassade, Georges (1978). La Bio-Energia. Barcelona, España:


Granica Editor.

 Laplanche J. y Pontalis B. (1974). Diccionario de Psicoanálisis.


Barcelona, España: Editorial Labor.

 Liberman, David y otros (1986). Del cuerpo al símbolo.


Sobreadaptación y enfermedad psicosomática. Buenos Aires,
Argentina: Editorial Trieb.

 Locke, Steven y Colligan, Douglas (1991). El médico interior. Buenos


Aires, Argentina: Editorial Sudamericana.

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 Marty, Pierre (1995). La psicosomática del adulto. Buenos Aires,
Argentina: Ed. Amorrortu.

 Nasio, Juan David (1997). Los gritos del cuerpo. Buenos Aires,
Argentina: Editorial Paidós.

 Schavelzon, José y col. (1978). Cáncer, enfoque psicológico. Buenos


Aires, Argentina: Editorial Galerna.

 Schavelzon, José (1978). Freud, un paciente con cáncer. Buenos


Aires, Argentina: Editorial Paidós.

 Schnake Silva, Adriana (1997). Dialogos del cuerpo, el enfoque


holístico de la enfermedad. Buenos Aires, Argentina: Editorial Cuatro
Vientos.

 Simonton, O. Carl y otros (1992). Recuperar la salud. Madrid,


España: Edic. Los libros del comienzo.

 Simonton, O. Carl y otros (1993). Sanar es un viaje. Barcelona,


España: Editorial Urano.

 Valdés, Manuel y de Flores, Tomás (1990). Psicobiología del estrés.


Barcelona, España: Ed. Martinez Roca.

ENFOQUE METODOLÓGICO:

Modalidad de dictado de clases teóricas-prácticas:


Las clases teóricas-prácticas se dictarán en el primer cuatrimestre del
año 2016, teniendo una duración de 2 (dos) horas reloj. Las clases se
llevarán a cabo los días lunes de 12:00 a 14:00 hs., desde el inicio de
clases de la Facultad hasta el último lunes de dicho primer cuatrimestre.

La metodología usada en las clases teóricas-prácticas será de tipo


activo con participación directa del alumno en la enseñanza-aprendizaje,
desde el marco del pensamiento funcional reichiano. Se implementan
técnicas de explicación, ejemplificación y comparación utilizando recursos
como uso de pizarrón, retroproyector, power point, láminas, etc., apunte de
cátedra, análisis de casos y ejercicios específicos diseñados para incorporar
y practicar la lectura corporal-emocional, con los criterios de salud-
enfermedad de W. Reich.

- Frecuencia: Clases semanales de dos horas de duración.

- Carga Horaria: 2 (dos) horas de duración y se cuenta con 1 (una)


hora de consulta semanal por parte de los alumnos, con la Docente a cargo
Lic. Ledesma, los lunes a partir de las 14:00 hs.

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Además los alumnos cuentan con el recurso del grupo que se forma
con los cursantes del Seminario y el Equipo Docente a través de las redes
sociales (Facebook) a efectos de optimizar la eficiencia de la comunicación
alumno-docente. También se encuentra disponible el Aula Virtual a cargo de
la Lic. Ledesma (docente a cargo del Seminario).

Modalidad de dictado de clases prácticas:


La metodología será de trabajo grupal, coordinado por los Docentes
Colaboradores y asistidos por los Colaboradores Egresados y/o Alumnos.
Serán cuatro (4) Comisiones de Trabajos Prácticos de 25 alumnos cada
Comisión, a saber: 2 (dos) grupos de Comisiones en horarios de 10 a 11:50
hs., y 2 (dos) grupos de 14:10 a 16:00 hs. Además se contará con una 5°
(quinta) Comisión, de 20 alumnos, los días viernes a efectos de brindar una
mayor posibilidad horaria a los mismos, de 14:10 a 16:00 hs.
Cumplimentando de este modo con el cupo establecido de 120 alumnos
cursantes.

Se utilizarán técnicas de Rol Play, Análisis de Material Audio-Visual,


Foro, Ateneos Bibliográficos, entre otros, con el fin de que el alumno pueda
obtener práctica en el uso de recursos al momento del abordaje de un
paciente enfermo o bien para el trabajo en Psicoprofilaxis o Prevención.

RÉGIMEN DE CURSADO:

De acuerdo al Reglamento de los Seminarios Electivos no


Permanentes, tendrán la condición de Alumno Promocional.

Los alumnos inscriptos para cursar este Seminario, además de tener


la materia Psicología Clínica aprobada, deberán contar con un 80% (ochenta
por ciento) de asistencia a las clases teórico-prácticas como a los trabajos
prácticos. No se aceptarán alumnos para la etapa evaluatoria que se
encuentren libres por inasistencias en teóricos-prácticos y prácticos.

Será considerado alumno promocional, aquél que cumpla con las


siguientes condiciones mínimas:

 Aprobar los Trabajos Prácticos evaluativos, que podrán ser


recuperados y aprobar las dos Evaluaciones Parciales, con
calificaciones iguales o mayores a 6 (seis) y un promedio mínimo de
7 (siete). Pudiendo recuperar una de las evaluaciones parciales.

 Aprobar el Coloquio Final para los alumnos que cumplan las


condiciones anteriores, que deberán realizar un Trabajo
Monográfico en grupo, sobre distintos temas inherentes a lo tratado
en el presente Seminario. La calificación para promocionar este
Seminario deberá ser igual o superior a 7 (siete).

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MODALIDAD Y CRITERIOS DE EVALUACIÓN:

Se utilizarán dos criterios de evaluación: En las CLASES DE


TRABAJOS PRÁCTICOS, la Evaluación Formativa, a efectos de conocer los
progresos, dificultades, retrocesos y/o bloqueos que se presenten en el
proceso de aprendizaje. La misma se realizará a través de preguntas y
actividades grupales. En relación a los contenidos vistos en las CLASES
TEÓRICO-PRÁCTICAS, se utilizará la Evaluación Sumativa con el fin de
conocer el grado de aprendizaje de los contenidos impartidos y en relación a
los objetivos planteados.

Tipo de Evaluaciones Parciales:


La modalidad de los parciales será de DOS (2) parciales escritos,
utilizando las técnicas de alternativas constantes (verdadero-falso), de
opciones múltiples, de ordenamiento, de completar ideas y/o conceptos,
etc.

A efectos de agilizar el proceso de aprendizaje de los alumnos, al


concluir cada Unidad se les enviará a través del Aula Virtual, una guía con
conceptos y preguntas de los aspectos fundamentales desarrollados en
dicha Unidad, además de copia de los power point utilizados en las clases.

Tipo de Evaluación Final:


- Para alumnos promocionales: El Coloquio Final será a través de un
Trabajo Monográfico grupal, y las distintas temáticas a trabajar serán
entregadas por la Cátedra una vez concluida la instancia de parciales. Los
alumnos contarán con la posibilidad de hacer hasta dos consultas al
Docente a cargo del grupo, a efectos de coadyuvar en un desarrollo atinado
del mismo.

El Trabajo Monográfico de los alumnos será entregado el último día


de clases o en fecha a definir por la Cátedra, para su corrección y posterior
Coloquio Final. El mismo se aprobará con una calificación igual o mayor a 7
(siete). Para el caso que el mismo sea reprobado, con calificación inferior a
7 (siete), el Coloquio Final será con el Programa Analítico aprobado para
este Seminario y de modo individual cada alumno.

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SEMINARIO ELECTIVO NO PERMANENTE

“EL CUERPO, REGISTRO DE UNA HISTORIA


EMOCIONAL (LOS PROCESOS DEL ENFERMAR)
TEORIA DE W. REICH”

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UNIDAD l

INTRODUCCION A LA TEORIA REICHIANA

WILHELM REICH Y SIGMUND FREUD: UNA HISTORIA


EN COMÚN, CONCEPTOS COINCIDENTES Y
DIVERGENTES

En esta Unidad I intentaremos hablar sobre los conceptos más


importantes de la Teoría de Wilhelm Reich con respecto a su concepción
terapéutica. Aclara esto porque él no solamente se dedicó al Área de la
Salud, sino que también hizo incursiones científicas con respecto a la
Naturaleza en relación a la biología, la física y la energía orgónica.

Sin dudas los científicos europeos de la primera parte del Siglo XX


aportaron a la Psicología fundamentos teóricos irrefutables hasta la fecha y
que dan sustento a gran parte de los abordajes psicoterapéuticos actuales.

Sigmund Freud tuvo la capacidad, inteligencia y el talento de ser


generador de la Teoría de la Neurosis. Con encuadre propio de la ciencia
positivista, y en una época social traspasada por las dos guerras mundiales
y posterior persecución nazi. Además de eso, insertos en una sociedad
victoriana con un nivel de represión de la sexualidad que no permitió
continuar con el desarrollo de dicha línea de pensamiento teórico.

W. Reich, joven de clase acomodada con pérdida temprana de sus


padres (madre a los 14 años y padre a los 17 años), al inicio de la Primera
Guerra Mundial se fue a luchar al campo de batalla, si bien siempre pensó
en ir a la Universidad, pero no precisamente para estudiar medicina. Al
regreso de la misma con 21 años y con la pérdida total de bienes y
posesiones, decide comenzar a estudiar medicina porque se da cuenta que
litigar (Abogacía) no le gustaba. Si bien la carrera de medicina duraba 6
años, el haber estado en frente de batalla le permitió acceder a realizarla en
4 años. En medio de sus vicisitudes económicas, ajenas a su crianza, de
poder tener relaciones sexuales y tratar de no perder nada de tiempo en
sus estudios dada su escasa economía, conoce a Freud y a un discípulo de
aquel: Otto Fenichel, a través de conferencias gratuitas en la Universidad
sobre sexualidad. Ingresa a los grupos de estudios psicoanalíticos y a la
práctica en la Clínica Psicoanalítica de Viena. Leyendo “Tres ensayos de una
teoría sexual” (1905) de Freud, empieza a generarse en Reich una pasión
por esta temática, en tanto profundizarla y continuar su desarrollo. Dicen
que Freud no pudo continuarla dado el hostigamiento que la temática
generaba tanto en la sociedad como en sus discípulos.

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¿Cuál es el punto central? Reich a través de la práctica en la Clínica
Psicoanalítica y la presentación de casos en los Ateneos, observa y
cuestiona dos puntos:

1. Que el hacer consciente lo inconsciente no necesariamente resuelve


el síntoma.
2. Que la génesis de la neurosis es un núcleo sexual infantil reprimido.
Acuerda con ello pero al igual que en el punto 1, muchas veces esto
no se resuelve y si bien el proceso terapéutico puede haber sido
impecable, el paciente puede continuar con el síntoma.

Estamos mencionando planteos hechos a principios de la década del


20, o sea hace casi 100 años, con ello quiero decir que muchos
psicoanalistas posteriores también se plantearon estas inquietudes.

¿Que es lo que descubre Reich y que une el punto 1 con el punto 2?


Retoma la Metapsicología Freudiana, en particular el Principio Económico y
allí observa que, desandando el camino del síntoma y si el paciente toma
contacto con la EMOCION también reprimida (encapsulada) junto al hecho
traumático, rememora, re-vive dicha emoción, habría casi que una certeza
de la resolución del síntoma.

Llega a la conclusión de que en muchos casos de cura, sin haber sido


el objetivo encontrar la emoción encapsulada, el paciente re-vive la misma
y se produce la remisión del síntoma, inclusive a veces, sin que aparezca el
recuerdo del hecho traumático.

Mantiene la importancia de la represión de la sexualidad y sus


consecuencias: la neurosis, pero se muestra en desacuerdo con el instinto
de muerte como elemento primario, que para Reich es secundario porque el
primario es el PULSO VITAL (CORE) y seguramente la convivencia con los
demás discípulos de Freud, que posteriormente, la mayoría de ellos
desarrollaron sus propias teorías (Jung, Adler, Steckel, Fenichel), generaron
una crisis sin retorno, agravada en 1927 con la aparición del primer libro de
Reich “La función del orgasmo”. A fines de la década de los 20, se separa
del grupo y se aleja de Freud con quien mantiene contacto epistolar por un
par de años.

“La Función del Orgasmo”, además de ser su primer libro posee


lineamientos de la teoría pero en particular conceptos sociales y políticos en
relación a la sociedad y su influencia en el individuo.

El segundo libro de Reich, “Analisis del Carácter” (1933), es un libro


técnico, es necesario conocer de psicoanálisis para entenderlo, ya que
Reich, en esa época alejado ya de Freud, sigue creyendo en sus premisas
fundamentales y su teoría. Aquí encontraremos las bases técnicas de la
Vegetoterapia-Caracteroanalítica (así llamó a su abordaje terapéutico).

Para entender mejor el pensamiento de W.Reich apelaremos a un


texto sobre su vida e historia.

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¿QUIEN ERA WILHELM REICH? (SU HISTORIA Y REALIDAD SOCIAL)
Síntesis realizada por la Lic. María Eugenia Gregoret

WILHELM REICH (Dubrozcynica, 1897 - Lewisburg, 1957)


Psicoanalista austríaco, con seguridad el más prestigioso, radical y
dramático exponente de la "izquierda freudiana" y del llamado "marxismo
freudiano". De familia acomodada, su padre, León, de origen judío, es
descrito como autoritario y posesivo; su madre, Cecilia Roniger, mujer
sometida, se suicidó cuando Wilhelm Reich tenía catorce años. Según una
de las esposas de Reich, Ilse Ollendorf, Wilhelm tuvo un papel en la muerte
de su madre, al haber revelado a su padre la relación de ésta con uno de
los tutores.

En un principio, Reich se interesó por la biología, de modo que se


matriculó en Medicina. Se licenció en 1922 y se especializó con J. Von
Wagner-Jauregg en neuropsiquiatría. En 1919 empezó a dedicarse al
psicoanálisis y, con sólo veintitrés años, antes de finalizar los estudios,
Freud lo aceptó a su lado y en 1922 se incorpora a la sociedad Psicoanalítica
de Viena, comenzando a trabajar en el Policlínico Psicoanalítico de Viena.

Reich se muestra interesado en 3 puntos fundamentales de la teoría


de Freud: INCONSCIENTE, NEUROSIS Y LIBIDO. El está convencido que
esta última se puede medir. Discrepa de los métodos de Freud y comienza a
notar un hecho común en sus pacientes varones: la erección y la
eyaculación no proporcionan éxito sexual y elabora su TEORIA DEL
ORGASMO, la potencia orgástica de entregarse al flujo de energía biológica
sin ninguna inhibición de descargar por completo toda la excitación sexual
contenida mediante contracciones corporales involuntarias y placenteras”.
De no lograrse esto, enfermamos de NEUROSIS.

Por ejemplo: si “Don Juan de Marco” (Casanova) hubiera logrado la


potencia orgástica, no hubiera necesitado tantas parejas diferentes para
lograr satisfacción.

En 1927 publicó su libro “LA FUNCION DEL ORGASMO”. Reich comienza a


observar en el análisis de sus pacientes que puede averiguar más sobre
ellos si ANALIZA SUS RESISTENCIAS (en vez de interpretar sueños e ir
a lo profundo) primero examina lo externo, observable y a medida que el
paciente lo permite se van disolviendo las resistencias mas externas hasta
llegar a lo más profundo. Propone el término de CORAZA
CARACTEROLOGICA para describir aquello que nos protege de los golpes
del mundo exterior e interior. Esta se construye a lo largo de la vida
mediante mecanismos defensivos que simultáneamente se traducen en
hábitos corporales y actitudes típicas de comportamiento físico (coraza
muscular). La inhibición sexual de los niños impuesta desde un primer
momento por la familia nuclear, lleva a la inhibición psíquica, falta de
pensamiento y acción independiente. Continuando con este camino en la
pubertad aparecen las neurosis. Cuando se ha suprimido la libertad sexual
de la juventud, inevitablemente produce neurosis, éstos jóvenes pasan al
matrimonio y luego gestan los futuros neuróticos (los hijos) y así
sucesivamente. El matrimonio compulsivo y la familia compulsiva siguen

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recreando la estructura humana económica y psíquicamente mecanizada.
Reich se da cuenta que esto se parece cada vez menos al psicoanálisis y
más a la POLITICA.

El psicoanálisis responde a las necesidades de


ricos y privilegiados, y se pregunta qué pasa con
las demás personas.

En 1927 (en Viena) se incorpora al Partido Comunista Austríaco y


comienza a interiorizarse con textos de Marx y Engels.

En 1928 funda la Sociedad Socialista para Consultas Sexuales e


Investigación Sexológica.

En 1929 establece en Viena los primeros centros de higiene sexual


para obreros y empleados.

Reich comienza a cuestionar la pulsión de muerte:

Reich Freud
Las personas al satisfacer sus
necesidades se “curan”. Las En 1929 escribe “el malestar en
personas no nacen perversas se la cultura” donde dice que la
vuelven así cuando se ven sociedad “necesita” que se
privadas de su satisfacción. sofoquen las pulsiones para
Si las pulsiones se controlan las prosperar y sobrevivir. El
personas enferman y no pueden excedente sexual debería
adaptarse culturalmente. La sublimarse al servicio de la
sociedad al reprimir sus impulsos sociedad.
naturales se vuelve dócil y
obedece a la autoridad.

Reich considera que el dominio de una clase social sobre otra necesita
que la mayor parte de la población sufra una atrofia en su vida sexual, pues
eso garantiza a las clases dominantes individuos pasivos y que acaten la
autoridad sin cuestionamientos. De esta manera, Reich concluye que
el capitalismo es incompatible con la salud mental de la población, que sólo
se podrá lograr de la mano de la abolición de la sociedad de clases, es decir,
a través de la revolución socialista. Esto llevó a Reich a criticar a Freud, por
considerar que había colocado al principio de realidad en un altar,
elevándolo a la categoría incuestionable.

Mientras que la terapia psicoanalítica freudiana buscaba superar la


neurosis mediante la adaptación del paciente al principio de realidad, los
postulados de Reich implicaban necesariamente que la superación de la
neurosis (al menos considerando a la población neurótica en su conjunto)
estaría estrechamente ligada a la transformación de la realidad. Esta
conclusión entronca claramente con el pensamiento marxista.

24
Recordemos el contexto socio-político-económico que reinaba en la
época. Alemania estaba recuperándose de la 1° guerra Mundial y estaba
comenzando a gestarse el Partido Nacionalista Alemán de los Trabajadores
(partido Nazi).

La agresión y el sadismo son el resultado de una mala Economía


Sexual, así como la economía de un país depende del modo en que se
utilizan los recursos y posibilita una vida sana y vigorosa, la salud corporal
depende de la cantidad de energía sexual liberada en el orgasmo. Si no se
hace un uso adecuado de los recursos corporales, la energía queda
atrapada en el cuerpo y sobrevienen la DEPRESION, LA RECESION Y EL
COLAPSO ECONOMICO y desviaciones en nuestra conducta hacia los
demás.
Para Reich aceptar la pulsión de muerte de Freud implica dejar
totalmente de lado sus ideas políticas, piensa que el problema de la
sociedad es el sistema capitalista.

En 1929 Reich decide irse hacia la Unión Soviética, ya que legislación


social soviética posterior a la revolución de 1917 fue muy progresista. Para
Reich lo más importante son las nuevas actitudes sobre la crianza, piensa
que la comuna reemplazará a la unidad autoritaria y patriarcal. En 1929 ya
había asumido el gobierno Stalin y revierte toda la obra progresista
alcanzada durante una década.

En tanto los gobiernos autoritarios favorezcan en las personas una


ANGUSTIA DEL PLACER, éstas seguirán perdiendo la esperanza y se
convertirán en un simple rebaño. Esto lo verá muy pronto en Alemania.

En los años 30 Reich decide ir a Berlín y se da cuenta que hay dos


partidos principales: por un lado está el Partido Comunista (KPD) al cual se
une y por otro lado el Partido Nacionalsocialista (Nazi). Se da cuenta que
estos últimos obtenían mayor apoyo de las masas obreras (ya que apelaban
a los deseos más profundos).

Reich piensa que los partidos políticos deben involucrarse en la vida


privada de las personas, ya que si una persona tiene problemas en su
“casa” no logra comprometerse 100% en los intereses del partido. En 1933
expulsan a Reich del partido Comunista (KPD).

En 1933 se “incendia” el Reichstag, el parlamento alemán, se


arrestan a miles de funcionarios de izquierda, se hace una quema de libros
por parte de los estudiantes y Reich deja Alemania y se dirige a Viena.

Alemania luego de la 1° Guerra Mundial sufre una crisis de identidad,


y una gran crisis económica. Este es un contexto fértil para que resurja el
Nacionalismo. Reich concluye que el nazismo es la culminación de
siglos de opresión humana bajo el patriarcado el arma emocional más
poderosa de los Nazis es el TEMOR

25
Hitler tiene que simular oponerse al mundo de las grandes empresas
para ganarse el apoyo de la clase media, que además le temen al desorden.
Reich observa que se identifican con la autoridad y aceptan sin cuestionar el
papel de la policía, fuerzas armadas, etc.

Pero sin duda la mayor artimaña de Hitler es la “Teoría de la Raza”,


convirtiendo a los judíos en una raza inferior de capitalistas y prestamistas. La
promesa de mantener la “pureza de la sangre” se aprovecha del temor real de
aquella época de la sífilis. La práctica judía de la circuncisión intensifica la
inconsciente ANGUSTIA DE CASTRACION.

El fascismo es la actitud emocional básica del hombre suprimido, el


estado conserva el poder asegurándose la atrofia del aparato sexual mediante
una moral compulsiva y “el autocontrol”, lo que lleva a la creación de una
coraza caracterológica, anulación del orgasmo y finalmente la parálisis de la
voluntad de rebelarse.

Todo esto se remonta a la familia como “fabrica de ideologías


autoritarias”. Los nazis suprimen lo sexual y al mismo tiempo despiertan los
deseos frustrados de las personas, poniendo énfasis en los sustitutos
sexuales. La supresión de la sexualidad trae como consecuencia el sadismo.

En 1934 Reich es exiliado de Alemania y llega a Dinamarca, de donde


también es expulsado, los libros y escritos de Reich son quemados por los
nazis. Luego se dirige hacia Suecia donde también es expulsado en mayo
1934 y en Octubre de ese año llega a Oslo, Noruega donde logra
permanecer 5 años.

Vuelve al análisis del carácter, pero en algo que él llama


VEGETOTERAPIA-CARACTEROANALITICA, esto constituye una ruptura
con Freud, ya que el analista deja de ser un observador pasivo que sólo
escucha. Con la vegetoterapia, Reich se acerca a la medicina psicosomática.
La idea de que las rigideces musculares del cuerpo contiene la historia de su
propio cuerpo. Como la familia autoritaria imprime represiones en el niño,
estas se convierten en RASGOS DE CARACTER y se expresan en el cuerpo
a través de tensiones musculares (coraza muscular). Para aflojar esas
tensiones el analista debe “tocar” al paciente. Comienza por liberar la zona
de los ojos y párpados, luego la boca, el mentón y así aflojando la
“máscara” que tiene el paciente, va trabajando de manera descendente,
pasando por el cuello y el pecho que generalmente tienen guardada la ira y
el llanto. Mientras tanto insiste en la técnica de la respiración.

Reich continúa sosteniendo la idea que la LIBIDO se puede medir,


realiza diversos experimentos y llega a la conclusión que el ritmo de la vida
está determinado por cuatros tiempos:

1. TENSIÓN MECÁNICA 2. CARGA

3. DESCARGA 4. RELAJACION MECANICA

26
Reich continúa investigando y descubre los que él llamó BIONES,
que despiden una radiación azul. La llama energía orgónica y luego la
llamará también ENERGIA VITAL.

En 1935 Se desliza hacia un progresivo delirio paranoico producto del


carácter implacable de sus descubrimientos, de la constante atmósfera de
polémica e intromisiones vividas desde 1925 y del éxito del fascismo a
partir de 1933. Se entrega casi totalmente a sus observaciones sobre el
efecto producido en el potencial eléctrico de la piel y de las mucosas cuando
son sometidas a excitaciones específicas, como también a su creciente
obsesión por la biología que lo llevaría hasta la biofísica y finalmente a la
física pura. Sus escritos se tornan cada vez más raros y abstractos.

En 1939 Estalla la Segunda Guerra Mundial y Reich parte hacia


Estados Unidos invitado por el Dr. Theodore P. Wolfe portavoz de la
Sociedad Americana de Medicina Psicoanalítica. Reich trabaja como profesor
en la New School for Social Research - Nueva York hasta 1941.

Al llegar a Estados Unidos le presenta sus últimos descubrimientos,


entre ellos: “el ORGON”. La palabra deriva de la combinación de
“organismo” y “orgasmo”, es la energía de todo organismo vivo y de toda
materia. Es la fuerza motora del REFLEJO ORGASMICO que para Reich es
la clave para la salud. Las propiedades del orgón son:

1. Puede observarse en su coloración azul;

2. Es posible medirla;

3. Está presente en todo lugar, tanto en el espacio como en el vacío.


Toda materia viva se crea a partir de esta materia.

Reich se encuentra en un país de gente práctica, por lo tanto necesita


hacer esa energía visible y activa. En 1940 Fabrica el primer acumulador de
orgón: es una caja grande de material orgánico por fuera y de metal por
dentro. La materia orgánica supuestamente absorbe la energía orgónica,
mientras que el metal la atrae y la refleja. De este modo, se dirige la
energía desde las paredes internas al paciente sentado dentro de la caja, la
energía orgónica concentrada adentro afecta la energía biológica del ser
humano y así fortalece y remedia cualquier alteración en el flujo de energía.

En 1941 Se entrevista con Albert Einstein quien, al parecer, no lo


toma en serio. El F.B.I toma “la investigación orgónica por una actividad de
espionaje alemán (o ruso) y lo pone bajo custodia, acusado de
investigaciones subversivas.

Reich renuncia al ideal revolucionario marxista a favor de una


DEMOCRACIA DEL TRABAJO. Cada persona debe dedicarse a su trabajo: el
campesino trabajar la tierra, el maestro dar clases, y el científico ocuparse
de la ciencia. A medida que pasa el tiempo y se suceden los hechos de
persecución, Reich va aislándose cada vez más de las personas. La
democracia del trabajo es una especie de coraza que lo protege de los
rechazos del mundo exterior.

27
En 1942 Adquiere terrenos en Florest Hill - New York, donde instala
su laboratorio del “Orgone Institute” y la Editorial del Instituto Orgón.

En 1944 Lanza al mercado unos “acumuladores de orgón” destinados


a abrir nuevos caminos en el diagnóstico y la terapéutica de la mayoría de
las dolencias funcionales (biopatías) incluyendo el cáncer.

Entre 1944 y 1953 se dedica a publicar varios libros y escritos.


Algunos de ellos son: “Pulsación orgonótica”, “La plaga emocional”, “La
revolución sexual”, “Para una autonomía sexual del hombre”, “La sexualidad
en el combate cultural”, “Análisis del carácter versión americana”, “La
psicología de las masas del fascismo”, “El descubrimiento del orgón II”, “La
Biopatía del cáncer”, “El asesinato de Cristo”, etc.

En 1949 sus discípulos convierten el “Orgón Institute” en la “Wilhelm


Reich Foundation” que instalan en Rangeley, Estado de Maine.

En 1954 la Federal Food and Drog Administration (FDA), le inician,


amparándose como justificación en las leyes federales sobre la venta de
objetos terapéuticos, un proceso judicial de evidente cariz político y que
puede considerarse incluido en la recién iniciada “caza de brujas” de Mac Mc
Carthy. Reich no se presenta al juicio. Envía un memorando al juez federal
de Maine y es condenado a terminar todas sus actividades médicas, además
de prohibir todos sus libros.

En 1957, 11 de marzo, Reich es puesto preso en la Penitenciaría


Federal de Lewisburg, Pensilvania. Publica “Contacto con el Espacio” y el 3
de Noviembre muere en prisión a causa de un infarto.

En 1960, 17 de marzo, la condena contra Wilhelm Reich es


confirmada por decisión judicial y los representantes de la FDA queman
algunas de sus publicaciones.

UNA APROXIMACIÓN A LA TERAPIA REICHANA

En el corazón de la terapia reichiana, específicamente la técnica que


él denominó vegetoterapia-carácteroanalítica, anida el concepto de
“potencia orgástica”. ¿En qué consiste? Para entenderlo hay que ir al hecho
de que, al igual que Freud, W. Reich estaba convencido de que la causa de
toda neurosis es la energía sexual reprimida.
Muy temprano en nuestras vidas aprendemos a resistir nuestras
urgencias más naturales y profundas y, semejante esfuerzo, origina una
contractura masiva de todo el organismo. El dolor y la frustración
resultantes desencadenan, a su vez, intensos sentimientos de furia y de
tristeza que también deben ser suprimidos. Esto incrementa la contractura
hasta que ésta se convierte en nuestro habitual “modo de ser”; perdemos
mucho de la espontaneidad que teníamos en la infancia, nos volvemos
duros, toscos, “armados”. Esta armadura y las subyacentes emociones
negativas que rodean al sexo, son incompatibles con las poderosas
corrientes y convulsiones del orgasmo.

28
El reflejo orgásmico se ve reemplazado entonces por la ansiedad
orgásmica.

Reich descubrió que el orgasmo pleno está caracterizado por una


enorme acumulación de energía seguida por una descarga refleja
compuesta por una oleada de convulsiones que involucran a toda la
musculatura y que están acompañadas por sensaciones de “disolución y
dejarse ir”, por una pérdida de la acostumbrada conciencia del yo hasta que
finalmente sobreviene un profundo sentimiento de paz, plenitud y
agradecida ternura hacia el compañero. Cuando la descarga de energía es
incompleta este remanente energético queda inhibido y da origen a las
neurosis y a sus síntomas.

La ansiedad orgásmica da origen a la ansiedad por el placer, al miedo


de vivir y, especialmente, al miedo de amar. En otras palabras, el bloqueo
contra la inmensa explosión de energía orgásmica constituye la base
energética para un bloqueo más general de todas las corrientes de energía.

Reich creía que esta estasis sexual (o energía inhibida) es también


la causa de muchas enfermedades debido a su efecto sobre el sistema
nervioso central. Más aún, es la causa de enfermedades sociales.

La guerra, el racismo, el sexismo, la explotación de un grupo


humano por otro, el fascismo y las dictaduras abiertas o encubiertas, están
básicamente originadas en el odio, y, en este sentido, Reich sostenía que
los gobiernos autoritarios no se les imponen a los pueblos por la obra de
unos pocos poderosos, en realidad se apoyan y surgen de las propias
actitudes autoritarias de los hombres, que a su vez arrancan de los modelos
familiares autoritarios y represivos sexualmente.

Estos modelos familiares dan lugar a seres con una estructura


caracterológica resignada e impotente, escasa de autoestima y sometida a
la autoridad, al tiempo que abrigan fuertes y ocultos sentimientos de
sadismo y rebeldía.

La gente que posee tal estructura de carácter puede estar clamando


por la libertad y la independencia pero en realidad les teme profundamente.
De este modo es el soporte ideal para cualquier movimiento político
represivo.

Desde esta perspectiva es que Reich veía a la neurosis no como un


problema individual de algunos seres enfermos en una sociedad sana, sino
como un fenómeno masivo, como una “plaga emocional”.

Del mismo modo un síntoma neurótico no es un defecto aislado en


una personalidad saludable, es toda la estructura del carácter la que resulta
más o menos neurótica.

Reich llegó a ver a esta estructura neurótica como una constelación


de defensas que impiden el libre fluir de la energía emocional y sexual, y a
la terapia como el medio de identificar y disolver estas resistencias, paso a
paso, de modo tal que las emociones subyacentes puedan emerger.
Denominó a esta técnica “Análisis del Carácter”.

29
¿Qué quiere decir en el universo reichiano, la palabra carácter?
Específicamente cómo una persona se muestra, más que aquello que
muestra; cómo una persona habla, por ejemplo: la voz, la entonación, la
expresión son más significativos que sólo el contenido de lo que dice; “las
palabras pueden mentir pero el carácter nunca miente”.

Del mismo modo cuestiones como su postura, porte, gestos, modo de


pararse o caminar, la expresión del rostro, conforman ese “algo”
inconfundible que distingue a unos individuos de otros, pero de lo cual uno
no está consciente.

El terapeuta aprende a descifrar la calidad y cualidad emocional


contenida en cada uno de estos aspectos y en el carácter como un todo.
Basado en su intuición y conocimientos ayuda al paciente a que tome
conciencia de su propio carácter y lo hace preferentemente de un modo
emocional más que intelectual.

Por otra parte, años de experiencia clínica con el análisis del carácter
condujeron a Reich al que posiblemente sea su descubrimiento terapéutico
más original y extraordinario: la coraza muscular.

Las emociones no son solamente sentimientos flotantes en el cerebro


sino que también incluyen un impulso hacia la acción. La tristeza, por
ejemplo, es un sentimiento, algo psíquico, pero también contiene una
necesidad de llorar que es un hecho físico y este hecho físico involucra una
cierta cantidad de respiración agitada, vocalizaciones, expresiones faciales,
lágrimas e incluso movimientos de los labios. Si la necesidad de llorar no
encuentra salida todos estos impulsos musculares espasmódicos deben ser
suprimidos. En primer lugar, en esa situación, no llorar lleva a contener la
respiración y esto no sólo suprime los suspiros y el llanto sino que baja el
nivel de energía porque la persona está inhalando menos oxígeno.
Igualmente, las tensiones musculares que se originan bloquean el flujo de
energía, que es un aspecto esencial de la expresión emocional.

Si la contracción muscular se vuelve habitual termina


transformándose en espasmos automáticos e inconscientes y la musculatura
permanece rígida aún mientras dormimos. La supresión se convirtió en
represión, pero la memoria de estos sentimientos reprimidos permanece
en forma de impulsos congelados en los músculos. En esto consiste la
armadura muscular que nos “defiende” tanto de los estímulos que vienen de
afuera como de los impulsos que vienen de nuestro interior.

En este contexto la coraza muscular es el aspecto físico y la coraza


caracterial el aspecto psíquico, ambas constituyen nuestro sistema de
defensa.

Reich desarrolló una variedad de técnicas ingeniosas para disolver la


coraza muscular, posteriormente ampliada y reelaborada por sus
seguidores. Desde respiración y masajes profundos hasta el trabajo con las
expresiones faciales (gestos, muecas, “poner caras”) pasando por diversos
tipos de movimientos bioenergéticos y el mantenimiento de posiciones
“estresantes”, cuya finalidad es aflojar la armadura.

30
Aunque existe un orden definido para aplicar estas técnicas,
obviamente no es invariable ni mecánico, depende de la persona, de las
vicisitudes de la terapia y de la intuición del terapeuta. De todas formas hay
ciertas leyes generales que requieren respeto.

La primera ley fundamental de este trabajo corporal coincide con la


que se aplica en el análisis del carácter y es la de comenzar a trabajar con
las defensas más superficiales y avanzar gradualmente en los niveles más
profundos.

El miedo y la resistencia del paciente siempre deben ser respetados,


están allí por una buena razón, e inducir a explosiones espectaculares de
estas emociones reprimidas puede acarrear consecuencias graves. En el
trabajo corporal esta ley tiene una aplicación muy concreta que lleva al otro
gran descubrimiento de Reich: la disposición segmentada de la
armadura.

En general, los bloqueos musculares no se corresponden con la


disposición de los músculos y de los nervios sino que están dispuestos
segmentadamente. Estos segmentos funcionan transversalmente, en
ángulos rectos con el fluir longitudinal de la energía biológica.

Reich identificó 7 segmentos principales: el ocular, el oral, el cervical


(cuello), el pectoral (o toráxico), que incluye los brazos, el diafragmático, el
abdominal y el pélvico, que incluye las piernas.

Cada segmento es un círculo de tensión que envuelve el cuerpo e


incluso los órganos internos; la relativa independencia de estos segmentos
se vuelve evidente cuando vemos que cualquier actividad emocional o
bioenergética realizada en una parte de un segmento tiende a influir en
otras, mientras que los segmentos adyacentes permanecen relativamente
desafectados. En realidad, si la energía reprimida en un segmento es
liberada, los segmentos adyacentes muestran a menudo señales de estar
volviéndose rígidos. Se trata de una reacción de defensa contra la energía
que comienza a fluir.

El torso y las extremidades son como una gran reserva de energía


biológica. Cualquier cuota de energía que sea liberada de la armadura
tenderá a depositarse en el pecho y en la cavidad abdominal preparándose
para ser descargada a través de la cabeza (como sucede cuando uno grita)
o de los genitales (como ocurre durante el orgasmo). Si esto no sucede y
hay bloqueo, la presión puede subir a niveles intolerables ocasionando
aguda ansiedad o fuertes dolores de cabeza. Sobre todo, hay que procurar
“abrir” la cabeza, el cuello, la garganta y la zona de los hombros antes de
intentar disolver la armadura en el área del torso y de la pelvis.

En primer lugar, la cabeza es el principal guardián de la represión, se


podría decir que debemos obtener su “permiso” antes de meternos con el
fluir del resto de la energía reprimida.

De este modo es que los vegetoterapeutas comenzamos a trabajar


primero por los segmentos superiores y, gradualmente, vamos bajando. De
todos modos no está de más repetir que esta regla no debe ser aplicada
mecánicamente. El organismo es un todo interrelacionado.

31
El trabajo corporal es un arma terapéutica poderosa, pero aún así
necesita del análisis del carácter. En el curso de la terapia vamos
focalizando en uno o en otro, pero ambos son indispensables y
complementarios. La terapia reichiana no es una panacea, el proceso que
lleva a disolver la coraza requiere coraje, perseverancia y apoyo.
Fundamentalmente, a medida que aprendemos a dejar salir todo aquello
que creíamos malo y teníamos bloqueado, estamos aprendiendo a dejar
entrar lo bueno que no nos permitíamos incorporar. En este libre fluir
aprendemos a amar y ser amados. Y eso es lo que cura.

CONCEPTO REICHIANO SOBRE LA SALUD Y LA


ENFERMEDAD

Extractos de “La Función del Orgasmo” de W. Reich (1983). Ed.


Paidos.
Capítulo IV: EL DESARROLLO DE LA TEORIA DEL ORGASMO.
Punto 3: LA POTENCIA ORGASTICA. Páginas 83 a 98.

[…] La gravedad de cualquier tipo de perturbación psíquica está en


relación directa con la gravedad de la perturbación de la genitalidad.
El pronóstico depende directamente de la posibilidad de establecer
una capacidad de satisfacción genital completa […].
[…] Desempeña un papel similar al que tuvo el complejo de Edipo
en el psicoanálisis. Quien no lo comprenda cabalmente no podrá ser
considerado como un economista sexual. No podrá comprender sus
implicaciones ni sus consecuencias. No comprenderá la distinción entre lo
sano y lo enfermo, ni la índole de la angustia de placer, ni la índole
patológica del conflicto niño-padres, ni la base del infortunio matrimonial.
Puede convertirse en un reformador sexual, pero nunca podrá curar de
verdad la miseria sexual. Podrá admirar los experimentos con biones,
incluso imitarlos, pero nunca le será posible emprender una investigación
económico-sexual de los procesos vitales. Nunca comprenderá los estasis
religiosos, y por cierto que tampoco el irracionalismo fascista. Continuará
creyendo en la antítesis de la naturaleza y la cultura, el instinto y la moral,
la sexualidad y el éxito. No será capaz de resolver en ningún sentido un
solo problema pedagógico. Nunca captará la identidad de los procesos
sexuales y del proceso vital, y en consecuencia tampoco la teoría
económico-sexual del cáncer. Considerará sano lo que es enfermo y
enfermo lo que es sano. Por fin, interpretará erróneamente el anhelo
humano de felicidad y pasará por alto el miedo humano a la felicidad. En
suma, podrá ser cualquier cosa, pero no un economista sexual. Por-que el

32
hombre es la única especie biológica que ha destruido su propia función
sexual natural, y es eso lo que le enferma.
Presentaré la teoría del orgasmo del modo en que se desarrolló, o sea,
histórica y no sistemáticamente. Así se hará más evidente su lógica interna.
Se verá que ningún cerebro podría inventar estas interrelaciones.
Hasta 1923, el año en que nació la teoría del orgasmo, la sexología y
el psicoanálisis conocían únicamente una potencia eyaculativa y una
potencia erectiva. Pero si no se incluyen los aspectos económicos,
vivenciales y energéticos, el concepto de potencia sexual no tiene ningún
significado. La potencia erectiva y la eyaculativa no son nada más que los
indispensables requisitos de la potencia orgástica. La potencia orgástica es
la capacidad de abandonarse al fluir de la energía biológica sin ninguna
inhibición, la capacidad para descargar completamente toda la excitación
sexual contenida, mediante contracciones placenteras involuntarias del
cuerpo. Ningún individuo neurótico posee potencia orgástica; el corolario
de ese hecho es que la vasta mayoría de los humanos sufre una neurosis del
carácter.
La intensidad del placer en el orgasmo (en el acto sexual libre de
angustia y displacer y no acompañado de fantasías) depende de la cantidad
de tensión sexual concentrada en el genital; el placer es tanto más intenso,
tanto mayor, cuanto más vertical es la "caída" de la excitación […].

Esquema de las fases típicas del acto sexual con potencia orgástica, en ambos sexos: F. =
preliminares al placer (I, 2). P. = penetración (S). I (4,5) = fase del control voluntario del
aumento de la excitación, en la cual no es perjudicial todavía la prolongación voluntaria. II (6 a-
d) = fase de las contracciones musculares involuntarias y aumento automático de la excitación.
III (7) = ascenso repentino y vertical hada el acmé (A). IV (8) — orgasmo. La parte sombreada
representa la fase de las contracciones corporales involuntarias. V (9, 10) = "caída" vertical de
la excitación. R = relajación. Duración, de cinco a veinte minutos.

33
Posteriormente al orgasmo […] la excitación mengua en curva suave
y es reemplazada inmediatamente por una placentera relajación corporal y
psíquica: en general hay un gran deseo de dormir. Las relaciones sensuales
disminuyen; lo que continúa es una actitud agradecida y tierna hacia el
compañero
En oposición, el individuo orgásticamente impotente experimenta un
agotamiento de plomo, repugnancia, rechazo o indiferencia, y en ocasiones
odio hacia el compañero. En el caso de satiriasis y de ninfomanía, la
excitación sexual no decrece. El insomnio es una de las señales más
importantes de la falta de gratificación; por otra parte, sería erróneo
suponer necesariamente la existencia de satisfacción si el paciente informa
que él o ella se duermen en seguida después del acto sexual […].

HABLEMOS SOBRE LA ENERGIA ORGON

Después de más de un cuarto de siglo lidiando con problemas


emocionales y dirigiendo investigaciones sobre sus causas, Reich identificó
una energía específica en el cuerpo denominada por él como bioenergía u
orgón (de organismo), de donde surge el término “orgonomía”. Presentó
una fuente riquísima de comprobaciones experimentales relativas a su
origen natural primordial, sus propiedades biogénicas, y sus vínculos
directos con el funcionamiento natural.

Algunas de las propiedades de la energía orgónica son: está libre de


masa; está presente en todas partes, aunque en concentraciones
diferentes; está en movimiento constante y se la puede observar en
condiciones favorables; las altas concentraciones de energía orgónica atraen
energía de sus alrededores menos concentrados; la vida es producto del
Orgón y forma unidades que se convierten en las células de las plantas y la
forma más compleja es la vida humana.

Las personas nacemos con un determinado caudal bio-energético que


de acuerdo al desarrollo evolutivo individual (psicogénesis), es cómo influirá
en dicho caudal y el propio metabolismo energético.

Existen cuatro aspectos del metabolismo energético que pueden ser


considerados esenciales para el crecimiento y el desarrollo:

 Las dos direcciones básicas:

o Desde la cabeza hacia abajo o céfalo-caudal. Podemos pensarlo


como una gran cascada de agua que circula en esta dirección y
serán los traumas crónicos que se producen mayoritariamente
en la infancia los que bloquearán o estancarán (estasis) ese
caudal energético, inhibiéndolo y/o reprimiéndolo.

34
o De adentro hacia afuera o próximo-distal: Esto alude al
fenómeno pulsatorio vegetativo de expansión-contracción, y a
la polaridad emocional básica de expansión para alcanzar el
mundo y de contracción para alejarse del mundo.

 El nivel de energía, o cantidad de carga: el cual puede aumentar o


disminuir por ejemplo mediante la respiración.

 La contención de la energía, o calidad de límites del organismo,


donde el sistema muscular funciona como contenedor o liberador de
impulsos, y el tono muscular muestra el grado de tensión y relajación
para el pasaje del impulso.

Cuando la energía no fluye armónicamente se da la enfermedad. Es


necesario un equilibrio flexible entre tensión (contracción) y relajación
(expansión), para que haya armonía (salud). Lo que se opone a esta
flexibilidad es la coraza corporal (formada por tensiones musculares
crónicas), la cual no permite el proceso natural de expansión-contracción
(autorregulación).

El descubrimiento de Reich del proceso de acorazamiento de la


musculatura fue un gran paso hacia adelante, pues en el momento en que
la coraza es desmantelada en la terapia, se libera la capacidad del
organismo de ceder a su funcionamiento normal. Es decir que recupera su
natural capacidad de pulsar espontáneamente.

¿Qué es lo que produce la contracción muscular y la sostiene? Sus


investigaciones llevaron al dominio del sistema nervioso vegetativo y a la
antítesis básica del funcionamiento vegetativo. La excitación del sistema
nervioso simpático causa la contracción, vivenciada como ansiedad. La
excitación del parasimpático conduce a la expansión, vivida como placer.
Por lo tanto, una simpaticotonía crónica produce y mantiene la coraza, y a
su vez sustenta la neurosis.

De esta manera Reich entró en el estudio de la biofísica,


descubriendo un nuevo concepto de salud, basado en el metabolismo de la
energía en términos de carga y descarga, proceso por él rotulado economía
sexual. Su técnica terapéutica se vio perfeccionada cuando descubrió que
trabajando directamente en la coraza muscular y en el carácter, al mismo
tiempo, tenía condiciones de liberar las emociones acumuladas de modo
mucho más eficaz. A este proceso dio el título de vegetoterapia caráctero
analítica. Así, fueron descubiertas oportunidades insospechadas de
comprensión del funcionamiento humano: sobre la realidad de la energía
(flujo energético), sobre la función del orgasmo (descarga energética), y
sobre la coraza muscular (impide el flujo de la energía).

Para Reich los síntomas tanto físicos como psíquicos son parte de un
mismo sistema energético. De esta manera no existen enfermedades físicas
y enfermedades psíquicas, sólo existe enfermedades. Ya que estos bloqueos
producen déficit energético o conflictos emocionales y ellos generan las
enfermedades, tanto en el ámbito físico como en el psíquico, es lo mismo.

35
Será nuestra labor desde la psicoterapia, el desentramado de la
coraza, su desarraigo para re-establecer una armonía energética, que
significaría un estado de salud, a través de un trabajo sistemático en el
Análisis del Carácter y su abordaje corporal.

EL PRINCIPIO ECONÓMICO: CUALIDADES DE LA


PULSIÓN

Extracto del libro “Análisis del Carácter” de W. Reich (1980). Ed. Paidos.
Capítulo ll: EL PUNTO DE VISTA ECONÓMICO EN LA TEORÍA DE LA TERAPIA
ANALÍTICA. Páginas 28 a 35.

Cuando Freud abandonó la terapia catártica y la hipnosis como


auxiliares del análisis, cuando adoptó el punto de vista de que lo que el
paciente puede decir al médico en su sueño debiera ser capaz de decirlo en
estado de vigilia, trató durante algún tiempo de hacer comprender al
paciente el significado inconsciente de sus síntomas mediante la
interpretación directa de los derivados del inconsciente. Pronto descubrió
que el éxito de este método dependía del grado de disposición del paciente
para aceptar las interpretaciones. Halló que aquél les oponía una
"resistencia" —por lo común inconsciente— y modificó su técnica en
consonancia con este hecho. Vale decir, abandonó la interpretación directa
y trató, en cambio, de volver consciente lo inconsciente mediante la
eliminación de las resistencias levantadas contra el material reprimido.

Este cambio fundamental en el concepto teórico y en la técnica fue


un punto crucial en la historia de la terapia analítica; a partir de él comenzó
a desarrollarse la terapia actual. Nunca lo comprendieron los discípulos de
Freud que se apartaron de él; el mismo Rank volvió al viejo método de
interpretación directa de los síntomas. El intento actual no es sino una
aplicación consecuente del método más reciente de análisis de la
resistencia, al análisis del carácter, y corresponde al progreso de la terapia
analítica desde el análisis de los síntomas al análisis de la personalidad
total.

En el período de la catarsis, según el concepto predominante, el


síntoma desaparecería si lográbamos "liberar de la represión el afecto
reprimido". Con posterioridad, en el período de análisis de las resistencias,
el concepto fué —quizá como resabio del período de la interpretación
directa del significado del síntoma— que éste desaparecería
necesariamente si se hacía consciente la correspondiente idea reprimida.
Más tarde, cuando resultó evidente lo insostenible de este concepto,

36
después de haber hallado que a menudo los síntomas persisten a pesar de
haberse hecho consciente la idea previamente reprimida, Freud modificó la
fórmula anterior en una reunión de la Sociedad Psicoanalítica de Viena.
Afirmó entonces que el síntoma podía desaparecer después de haberse
hecho consciente su contenido inconsciente, mas eso no sucedía con
carácter necesario. Nos vimos entonces frente a un nuevo y difícil
problema. Si traer a la conciencia esos elementos no producía por sí solo la
cuna, la pregunta era qué debía agregarse, qué otras circunstancias
determinan si la llegada a la conciencia de la idea reprimida conduce o no a
la cura. Cierto es, tornar consciente lo reprimido seguía siendo el requisito
previo indispensable a toda curación, pero no la determinaba de manera
específica. En esas circunstancias, uno comenzaba a preguntarse si no
estarían en lo cierto, después de todo, aquellos opositores del psicoanálisis
que siempre previnieran que al análisis debía seguir una "síntesis". Sin
embargo, ésta no era sino una frase y Freud ya había respondido a esta
objeción cuando, en el Congreso de Budapest, señaló que el análisis es al
mismo tiempo síntesis, dado que todo impulso que se libera de una
conexión establece de inmediato otra distinta. ¿Sería quizá aquí donde se
ocultaba la respuesta al problema? ¿Cuáles impulsos y qué nuevas
consideraciones entraban aquí en consideración? ¿No es importante saber
con qué tipo de estructura libidinal abandona el paciente su análisis? Como
analista, uno tenía que renunciar al perfeccionismo y contentarse con hallar
una solución que estuviese a la altura de las demandas del individuo medio.
Fue un fracaso de toda la psicoterapia descuidar la base biológica primitiva,
así como también la sociológica de lo que se denomina "cosas superiores".
Una vez más la teoría de Freud sobre la libido, abandonada como estaba,
señaló el camino. Sin embargo, subsistía una gran cantidad de interrogantes
sin responder. Dispongámolos con arreglo a pinitos de vista
metapsicológicos.

El punto de vista tópico no aportó solución alguna. Más aún, tal


intento había demostrado ser un fracaso: tornar consciente una idea
inconsciente no bastaba para producir la curación. Algo más cabía esperar
desde el punto de vista dinámico. Pero también éste resultó inadecuado, no
obstante los esfuerzos de Ferenczi y Rank en su Entwicklungsziele der
Psychoanalyse. Es cierto, la liberación del afecto vinculado a una idea
produce casi siempre una mejoría, mas por lo común se trata de algo sólo
temporario. Además, fuera de determinadas formas de histeria, raras veces
puede producirse esta liberación con tanta intensidad como para obtener el
resultado deseado. Así pues, el único punto de vista restante era el
económico: el paciente sufre de una perturbación en su economía libidinal;
las funciones biológicas de su sexualidad están en parte patológicamente
distorsionadas y, en parte, reprimidas. El que la economía de la libido de un

37
individuo sea normal o perturbada debe depender de su estructura libidinal.
En otras palabras, debíamos establecer una distinción fundamental entre
aquellas estructuras libidinales que permitían una economía normal de la
libido, y aquellas otras que la hacían imposible. Nuestra posterior
diferenciación entre "carácter genital" y "carácter neurótico" fue la manera
de formular tal distinción.

Los puntos de vista tópico y dinámico eran de fácil manejo en la


práctica cotidiana; se trataba del grado de conciencia o inconsciencia de
una idea, o de la intensidad de una ruptura afectiva de la represión,
respectivamente. Menos claro resultaba, sin embargo, de qué manera
encontraría su aplicación práctica el punto de vista económico. En este
campo, nos ocupábamos del factor cuantitativo de la vida psíquica, de la
cantidad de libido contenida o descargada. ¿Qué debíamos hacer con esta
dificultad determinada por la cantidad, en vista del hecho de que en el
análisis sólo tratamos, en forma inmediata, con calidades? En primer lugar,
había que comprender por qué, en nuestra teoría de las neurosis tropezamos
continuamente con el factor cuantitativo y por qué, al explicar los
fenómenos psíquicos, resultaban insuficientes las cualidades de la vida
psíquica. Así pues, mientras la experiencia y las consideraciones teóricas
sobre cuestiones de terapia analítica, seguían señalando por igual hacia el
problema de la cantidad, la experiencia clínica vino inesperadamente a
arrojar luz sobre el problema.

La experiencia práctica mostró que muchos casos, a pesar de análisis


extensivos e intensivos, seguían siendo refractarios, mientras otros pueden
lograr una salud permanente a pesar de una incompleta exploración del
inconsciente. Al comparar estos dos grupos se encontró que los pacientes
que continuaban siendo refractarios o que sufrían recaídas al cabo de breve
tiempo, no habían sido capaces de establecer una vida sexual normal
después del análisis, o bien habían continuado viviendo en la abstinencia
sexual, mientras los otros, capacitados por un análisis parcial, pronto
habían establecido una vida sexual satisfactoria. El estudio del pronóstico
de los casos corrientes reveló, además, que a igualdad de las demás
condiciones, el pronóstico es tanto mejor cuanto mejor se ha establecido la
primacía genital en la niñez y la adolescencia; a la inversa, el pronóstico
era tanto peor cuanto menor la cantidad de libido unida a los genitales en la
niñez; resultaron más o menos inaccesibles aquellos casos que habían
fracasado por completo en el establecimiento de la primacía genital durante
la infancia y que habían usado sus genitales exclusivamente en el sentido
de erotismo oral, anal o uretral. Al revelarse la genitalidad como criterio
tan importante para el pronóstico, fue necesario examinar los pacientes en
cuanto a su genitalidad, a su potencia. Este examen puso de manifiesto el

38
hecho de que no había mujeres sin alguna perturbación de la potencia
vaginal, y casi no había hombres sin perturbaciones de la potencia erectiva
y eyaculativa. Los pacientes que no presentaban perturbaciones de la
potencia en el sentido usual, esto es, el pequeño número de neuróticos
erectivamente potentes, parecía invalidar la importancia de la genitalidad
para comprender el factor económico en la terapia.

Por último, debimos llegar a la consideración de que la potencia


erectiva no tiene importancia como tal, pues no establece diferencia alguna
en lo que se refiere a la economía de la libido. Lo que importa es si existe
la capacidad para obtener adecuada gratificación sexual. En el caso de las
mujeres vaginalmente anestésicas, resultaba claro de dónde obtenían su
energía los síntomas, en otras palabras, qué era lo que mantenía el estasis
de la libido, la fuente específica de energía de la neurosis. El concepto
económico de impotencia orgástica, esto es, la incapacidad de descargar
una cantidad de energía sexual correspondiente a la tensión sexual, se puso
de manifiesto sólo mediante una exacta exploración de los pacientes
masculinos con potencia erectiva. Presenté la importancia cardinal de la
genitalidad, o de la impotencia orgástica, para la etiología de las neurosis,
en mi libro Die Funktion des Orgasrnus. Alcanzó importancia teórica,
también para las investigaciones caracterológicas, a través de sus
vinculaciones con la teoría de las "neurosis actuales". En esta forma
apareció de pronto con claridad dónde residía el problema de la cantidad:
no podía ser otra cosa que la base somática, el "núcleo somático de la
neurosis", o la neurosis actual (neurosis estásica) que se desarrolla a partir
de la libido contenida. Vale decir, el problema económico de la neurosis, y
asimismo la terapia de la neurosis, pertenecía en gran medida al dominio
somático y no era accesible sino a través de los contenidos somáticos del
concepto de libido.

Ahora, estábamos mejor preparados para encarar la cuestión de qué


debe agregarse al hecho de volver consciente lo inconsciente con el fin de
eliminar el síntoma. Lo que se vuelve consciente es sólo el significado el
contenido ideativo del síntoma. En términos dinámicos, el proceso de
hacerse consciente produce por sí mismo cierto alivio, debido a la
liberación emocional relacionada con el proceso y porque torna innecesaria
cierta cantidad de represión. Pero por sí solos, estos procesos producen
cambios muy escasos en cuanto se refiere a la fuente de energía del síntoma
o del rasgo neurótico de carácter; a pesar de la conciencia del significado
del síntoma, la estasis de la libido sigue existiendo. Cierto es, la presión de
la libido contenida puede aliviarse en cierta medida mediante un trabajo
intensivo, pero la liberación definitiva de la tensión sexual requiere
gratificación sexual genital; la pregenitalidad no puede brindar el orgasmo.

39
Solo el establecimiento de la potencia orgástica dará como resultado un
cambio decisivo, en términos económicos. Tal como ya lo dijera una vez:
al eliminar las represiones sexuales, el análisis crea la posibilidad de una
organoterapia espontánea de las neurosis. Vale decir, en último análisis el
agente terapéutico es un proceso orgánico en el metabolismo sexual. Este
proceso se basa en la gratificación sexual durante el orgasmo genital.
Eliminando la neurosis actual (neurosis estásica), el núcleo somático de la
neurosis, elimina también la superestructura neurótica. Originalmente, al
desarrollarse la neurosis, tuvo lugar el siguiente proceso: una inhibición
externa que luego se internalizó, creó la estasis de la libido; ésta, a su vez,
invistió de energía las experiencias de la edad edípica; la estasis libidinal,
que continúa existiendo como resultada de la represión sexual, suministra
constantemente energía a la psiconeurosis; existe un círculo vicioso. La
terapia invierte este proceso; trabajando sobre la psiconeurosis mediante el
hecho de volver conscientes las inhibiciones y fijaciones inconscientes,
crea la posibilidad de eliminar la estasis libidinal; una vez logrado esto,
resultan innecesarias la represión y la psiconeurosis; más aún, resultan
imposibles.

Este es en líneas generales el concepto del papel del núcleo somático


de la neurosis, tal como lo presenté en el libro antes mencionado.
Suministra al análisis una meta terapéutica definida: si el paciente ha de
mejorar y mantenerse bien, debe llegar a poder establecer una vida sexual
genital satisfactoria. Independientemente de cuan cerca o lejos de esta meta
tendremos que detenernos en numerosos casos, la dinámica de la estasis
libidinal demuestra de manera definida que tal es la verdadera meta
terapéutica. Sería peligroso hacer de la gratificación sexual efectiva un
requerimiento terapéutico menos estricto que la sublimación; si no por otro
motivo, porque la capacidad de sublimar es un don todavía no del todo
comprendido, mientras la capacidad de gratificación sexual, aun
considerablemente restringida por los factores sociales, puede llegar a
establecerse en los casos corrientes. Va implícito en todo esto que
desplazar el acento de la sublimación hacia la gratificación sexual directa
como objetivo terapéutico, aumenta sobremanera el campo de nuestras
posibilidades terapéuticas. Por otra parte, este desplazamiento también nos
pone frente a dificultades sociales que no debieran ser subestimadas.

Las discusiones técnicas que siguen mostrarán que este objetivo no


puede alcanzarse mediante la educación, la "síntesis" o la sugestión, sino
sólo mediante un minucioso análisis de las inhibiciones sexuales existentes
en el carácter. Pero antes, algunos comentarios sobre la presentación que de
la teoría de la terapia psicoanalítica hace Nunberg en su libro Allgemeine
Neurosenlehre. Nunberg considera como primera tarea terapéutica la de

40
"ayudar a los instintos a descargarse y a ganar acceso a la conciencia".
Además, considera importante que "se establezca la paz entre las dos partes
de la personalidad, el yo y el ello, en el sentido de que los instintos ya no
lleven una existencia separada, fuera de la organización del yo, y que el yo
reconquiste su poder sintético". Esto es, aunque incompleto, esencialmente
correcto. Pero Nunberg comparte el antiguo concepto, erróneo según lo ha
demostrado la experiencia práctica, de que en el acto de recordar se
descarga, se "gasta" energía psíquica. Es decir, su explicación de la
dinámica de la terapia se detiene en el hecho de volver consciente lo
reprimido, sin preguntarse si las pequeñas cantidades de afecto descargadas
en este proceso pueden bastar para descargar la cantidad total de libido
contenida, y para producir una economía energética bien regulada. Para
contrarrestar esta objeción, Nunberg podría argüir que la energía total se
descarga en el curso de todos los innumerables actos de volver consciente
lo inconsciente. Pero la experiencia clínica demuestra que en el acto de
volver consciente algo inconsciente se descarga sólo una pequeña parte del
afecto relacionado con una idea reprimida; la mayor parte se desplaza muy
pronto a otra actividad inconsciente o bien no existe descarga alguna de
afecto si, por ejemplo, ese afecto está contenido en una actitud
caracterológica; en ese caso, el hecho de que se vuelva consciente algún
material inconsciente, carece de efecto terapéutico. Vale decir, es imposible
hacer derivar la dinámica de la terapia sólo del proceso de volver
conscientes los contenidos inconscientes.

Esto conduce a otra crítica necesaria a las formulaciones de Nunberg.


Este dice que la compulsión de repetición trabaja independientemente de la
transferencia, y que se basa en las fuerzas de atracción de las ideas
infantiles reprimidas. Eso sería correcto si la compulsión de repetición
fuese un hecho primario. La experiencia clínica demuestra, sin embargo,
que la atracción de las ideas infantiles e inconscientes se basa en la fuerza
de las necesidades sexuales insatisfechas, y que conserva su carácter
repetitivo compulsivo sólo mientras se ve bloqueado el camino hacia la
gratificación sexual madura. Esto es, la compulsión de repetición neurótica
depende de la situación económica de la libido. Así pues, la paz entre el yo
y el ello, postulada acertadamente por Nunberg, puede establecerse sólo
sobre determinada base económico-sexual: en primer lugar, reemplazando
los impulsos pregenitales por impulsos genitales y, en segundo, mediante la
gratificación electiva de las necesidades genitales, la cual también resuelve
de manera definitiva el problema de la estasis.

El concepto teórico de Nunberg conduce a una actitud técnica que no


podemos considerar como la verdadera actitud analítica. Nunberg afirma
que no deben encararse directamente las resistencias. En cambio, el analista

41
debiera movilizar contra ellas la transferencia positiva, "infiltrándose" en el
yo del paciente y destruyéndolas desde esa posición. En esta forma, cree, se
establece una situación análoga a la existente entre una persona hipnotizada
y el hipnotizador. "Puesto que el analista se encuentra ahora rodeado de la
libido en el yo, en cierto modo neutraliza la estrictez del superyó". En esta
forma, cree Nunberg, el analista puede producir la reconciliación de las dos
partes escindidas de la personalidad neurótica. Las objeciones a este punto
de vista son las siguientes:

a) Precisamente este "infiltrarse en el yo" es peligroso en muchos casos,


pues en el comienzo del tratamiento nunca existe una auténtica
transferencia positiva. Se trata siempre de un problema de actitudes
narcisistas, tales como la dependencia infantil, que pueden
convertirse rápidamente en odio porque la reacción de decepción es
más fuerte que la relación positiva con el objeto. Este "infiltrarse"
con el fin de rodear las resistencias y "destruirlas desde dentro" es
peligroso por cuanto permite a las resistencias disfrazarse; aún más
importante es que reaparecerá la antigua condición o, peor aún,
aparecerán reacciones violentas de decepción, tan pronto como la
débil relación con el objeto se debilite aún más o se vea reemplazada
por otros tipos de transferencia. Es precisamente este procedimiento
el que produce las manifestaciones más difíciles de transferencia
negativa, manifestaciones que aparecen demasiado tarde y de manera
desordenada. El resultado es a menudo la repentina interrupción del
tratamiento por parte del paciente, o el suicidio. Este tiene mayores
probabilidades de ocurrir cuando ha tenido buen éxito el
establecimiento de tal actitud positiva artificial, hipnoidea; por otra
parte, una abierta y clara elaboración de las reacciones destructivas y
narcisistas puede impedir tanto la interrupción como el suicidio.

b) El establecimiento artificial de una transferencia positiva —en lugar


de hacerla cristalizar a partir de las fijaciones infantiles— crea el
peligro de una aceptación superficial de las interpretaciones, la cual
puede engañar al paciente tanto como al analista acerca del
verdadero estado de cosas, hasta que resulta demasiado tarde para
corregir la situación. Por desgracia, demasiado a menudo se
establece una suerte de situación hipnótica; pero debe
desenmascarársela como resistencia, y debe ser eliminada.

c) Si en el comienzo del tratamiento la angustia mengua, ello sólo


demuestra que el paciente ha volcado una parte de su libido en la
transferencia, incluso en la transferencia negativa; no significa que
ha disuelto angustia alguna. En ocasiones puede ser necesario, a fin
42
de continuar el tratamiento, aliviar la angustia aguda; pero en
general, se debe hacer comprender al paciente que sólo puede
mejorar cuando moviliza una cantidad máxima de destructividad y
angustia.

Me resulta sumamente familiar, por mi propia experiencia, la


descripción del curso típico de un análisis, tal como la enuncia más abajo
Nunberg. Sólo puedo agregar que hago todos los esfuerzos posibles para
impedir tal curso y que por ese motivo presto tanta atención a la técnica de
analizar las resistencias al comienzo del tratamiento. Lo que sigue es el
resultado común de descuidar la transferencia negativa en el comienzo del
tratamiento y de juzgar erróneamente la fuerza de la transferencia positiva
[…].

[…] Sin duda, un análisis consecuente y sistemático de las


resistencias no es posible en todos los casos. Pero donde tiene éxito, la
desesperanza antes mencionada no se presenta. Donde no lo tiene, tales
situaciones son perfectamente comunes; tanta mayor razón para prestar la
más minuciosa atención a la técnica de analizar las resistencias.

MAPA DE LA AFECTIVIDAD HUMANA:


QUE ES LA CORAZA - TIPOS - SEGMENTOS

Hay verdades evidentes que no necesitan ninguna demostración. Pero


porque son evidentes escapan a nuestra atención. Por ejemplo, nadie
negará la importancia de estar vivo. Nosotros queremos estar vivos, y sin
embargo olvidamos respirar, tenemos miedo de movernos, y somos
renuentes a sentir. Otra verdad evidente es que la personalidad se expresa
a través del cuerpo tanto como a través de la mente. Un individuo no puede
ser dividido en una mente y un cuerpo. Sin embargo nuestros estudios de la
personalidad se han concentrado sobre todo en la mente abandonando
relativamente el cuerpo.

El concepto de "orgonterapia" abarca todas las técnicas médicas y


pedagógicas que trabajan con la energía "biológica", con el Orgón. Es cierto,
la energía orgónica cósmica no se descubrió hasta 1939, pero ya mucho
antes de este descubrimiento la meta establecida por el análisis del carácter
era la liberación de la "energía psíquica", como se la llamaba entonces,
respecto de la coraza caracterológica y la coraza muscular, y el
establecimiento de la potencia orgástica.

Hasta el descubrimiento del orgón, la psiquiatría debió recurrir


siempre a la física inorgánica en sus intentos de conferir una base objetiva y
cuantitativa a sus afirmaciones psicológicas. Ni las lesiones mecánicas del
cerebro, ni los procesos físico-químicos del organismo y tampoco los

43
conceptos absolutos de la localización cerebral de sensaciones e ideas,
lograron explicar en forma satisfactoria los procesos emocionales. En
cambio la biofísica orgónica se ocupó desde el comienzo mismo, del
problema central de toda la psiquiatría, las emociones. Literalmente,
"emoción" significa "moverse hacia afuera", "sobresalir". No sólo es
permisible sino necesario tomar la palabra "emoción" en su sentido literal
cuando se habla de sensaciones y movimientos. La observación con el
microscopio de amebas sometidas a ligeros estímulos eléctricos, presenta el
significado del término "emoción" de una manera inequívoca. Básicamente,
la emoción es un movimiento protoplasmático expresivo. Los estímulos
placenteros provocan una "emoción" del protoplasma desde el centro hacia
la periferia. A la inversa, los estímulos desagradables provocan una
“emoción” -o más bien una "remoción”- desde la periferia hacia el centro
del organismo. Estas dos direcciones básicas de la corriente biofísica
plasmática corresponden a los dos afectos básicos del aparato psíquico,
placer y angustia.

El proceso de formación de palabras muestra en sí mismo la forma en


que "se expresa" lo vivo. El término "expresión", al parecer a base de
sensaciones orgánicas, describe precisamente ese lenguaje: lo vivo se
expresa en movimientos, en "movimientos expresivos". El movimiento
expresivo es una característica inherente al protoplasma. Distingue
estrictamente los sistemas vivos de los no vivos. El término significa, en
sentido literal, que algo del sistema vivo "tiende hacia afuera" y, en
consecuencia, "se mueve".

Conjunto de conductas, rasgos y actitudes


de una persona, que funciona como una
totalidad defensiva.

Conjunto de órganos y músculos que


participan e inducen el movimiento expresivo,
sujeto a tensiones o bloqueos temporarios o
crónicos. Distribuida en forma de “segmentos
a lo largo del cuerpo”

44
Al comprender el lenguaje de la expresión biológica, no resulta difícil
justipreciar el tipo de coraza y el grado de su rigidez. La expresión total del
individuo acorazado es de “retención”. Esta expresión debe ser tomada en
su sentido literal: el organismo expresa el hecho de estar reteniendo algo.
Los hombros echados hacia atrás, el tórax hacia arriba, el mentón rígido, la
respiración superficial, la parte baja de la espalda arqueada, la pelvis
retraída y "muerta", las piernas estiradas rígidamente o carentes de
expresión; tales son algunas de las principales actitudes de la total
retención.

La forma más clara de expresar esta actitud corporal básica se


encuentra en el "arc de cercle" de la histeria y en el "opisthotonus" del
estupor catatónico. Puede apreciarse con facilidad que esta actitud básica
del organismo acorazado no es una manifestación voluntaria, pero sí
autónoma. El individuo acorazado no siente la coraza como tal. Si tratamos
de describírsela con palabras por lo general no sabe de qué le hablamos. Lo
que siente no es la coraza en sí, sino sólo la distorsión de sus percepciones
de la vida: se siente poco interesado en las cosas, rígido, vacío, o bien se
queja de intranquilidad nerviosa, palpitaciones, constipación, insomnio,
náuseas, etc. Si la coraza data de antiguo y ha influido también sobre los
tejidos de los órganos, el paciente acudirá a nosotros aquejado de úlcera
péptica, reumatismo, artritis, cáncer o angina pectoral.

El individuo acorazado es incapaz de disolver su coraza. También es


incapaz de expresar las emociones biológicas primitivas. Si se le pide que
mueva la pelvis hacia adelante, es incapaz de hacerlo y a menudo, incluso
de comprender lo que se le pide; quizá llegue hasta a ejecutar el
movimiento opuesto, retraer la pelvis, movimiento que expresa retención.
La tensión de los músculos periféricos y del sistema nervioso se revela en
una exagerada sensibilidad a la presión. Es imposible tocar determinadas
partes de un organismo acorazado sin provocar intensos síntomas de
angustia e intranquilidad. Lo que comúnmente se denomina "nerviosidad"
es el resultado de esta hipersensibilidad de los músculos en estado de
elevada tensión.

La retención total da como resultado la incapacidad para la pulsación


protoplasmática en el acto sexual, es decir, produce la impotencia orgástica.
Esta, a su vez, origina una estasis de la energía sexual, y de aquí sigue todo
lo comprendido en el término "biopatía".

La tarea central de la orgonterapia consiste en destruir la coraza, en


otras palabras, restablecer la movilidad protoplasmática. En el individuo
acorazado, la función de pulsación se halla más o menos restringida en
todos los órganos. La tarea de la orgonterapia es restablecer la plena
capacidad para esa pulsación. Esto se logra biofísicamente disolviendo la
actitud de retención. El resultado ideal de la orgonterapia es la aparición del
reflejo de orgasmo.

45
LA DISPOSICIÓN SEGMENTADA DE LA CORAZA

Desde hace décadas se conoce en psiquiatría que las perturbaciones


somáticas de la histeria no corresponden a la anatomía y fisiología de los
músculos, nervios y vasos sanguíneos, sino a órganos emocionalmente
significativos. El rubor patológico, por ejemplo, se limita por lo general a la
cara y el cuello, aunque los vasos sanguíneos corren esencialmente en
sentido longitudinal. En la misma forma, las perturbaciones sensoriales de
la histeria no corresponden a una determinada trayectoria nerviosa, sino a
zonas emocionalmente significativas del cuerpo.

Al disolver la coraza muscular encontramos el mismo fenómeno: los


bloqueos musculares individuales no corresponden a un músculo o nervio
especial. Si buscamos ahora alguna regla a la cual deban obedecer estos
bloqueos en forma inevitable, encontramos que la coraza muscular posee
una disposición segmentada.

La función segmentada es una manera mucho más primitiva del


funcionamiento vivo que la encontrada en los animales de desarrollo
superior. Se aprecia en su forma más clara en los gusanos. En los
vertebrados superiores, sólo la estructura segmentada de la columna
vertebral, correspondiente a los segmentos del cordón espinal y de los
nervios espinales, y la disposición segmentada de los ganglios autónomos,
indican el origen de esos animales a partir de organismos primitivos, de
organización segmentada.

Trataremos de dar un esbozo aproximado de la estructura


segmentada de la coraza muscular.

Como el cuerpo del paciente se contiene y como el objetivo de la


orgonterapia es restablecer las corrientes plasmáticas en la pelvis, es
necesario comenzar la disolución de la coraza en las zonas más alejadas de
la pelvis. En consecuencia, el trabajo comienza con la expresión facial. En la
cabeza pueden distinguirse con claridad por lo menos dos acorazamientos
segmentados: uno comprende la frente, los ojos y la región de los pómulos;
el otro, los labios, el mentón y la garganta. Una estructura segmentada de
la coraza significa que funciona en el frente, en los costados y atrás, como
un anillo.

Llamamos Segmento Ocular al primer anillo de la coraza y Oral al


segundo.

En el Segmento Ocular hallamos una contracción e inmovilización


de todos o la mayor parte de los músculos de los ojos, los párpados, la
frente, las glándulas lacrimales, etc. Esto se expresa en la inmovilidad de la
frente y los párpados, la expresión vacía de los ojos o en ojos saltones, una
expresión como de máscara o de inmovilidad a ambos lados de la nariz. Los
ojos miran como detrás de una máscara rígida: el paciente es incapaz de
abrirlos totalmente, como imitando el terror. En los esquizofrénicos, por
resultado de la contracción de los músculos oculares, la expresión de los
ojos es vacía o como si miraran a lo lejos. Muchos pacientes han sido

46
incapaces de llorar durante muchos años. En otros, los ojos representan
una angosta ranura. La frente carece de expresión, como si estuviese
"aplastada". Muy a menudo existe miopía, astigmatismo u otras
perturbaciones visuales.

La disolución del segmento ocular de la coraza se produce haciendo


que el paciente abra completamente los ojos, con expresión de terror; con
ello se movilizan la frente y los párpados, y expresan emociones. Esto
incluye por lo general las partes superiores de las mejillas, en especial si se
dice al paciente que haga muecas. Empujar hacia arriba las mejillas da
como resultado, por lo común, una "sonrisa" que tiene el carácter de una
rencorosa provocación.

La índole segmentada de este grupo de músculos se pone de mani-


fiesto en el hecho de que todo acto emocional en esta zona influye también
sobre otras partes, y en cambio el segmento oral no recibe influencia
alguna. Abrir los ojos como expresando terror moviliza por ejemplo la
frente, o produce una expresión de sonrisa en las partes superiores de las
mejillas, pero no provoca, pongamos por caso, los impulsos de morder
contenidos en el mentón tieso.

Los segmentos de la coraza comprenden pues todos aquellos grupos


de órganos y músculos en recíproco contacto funcional, que pueden
inducirse mutuamente a participar en el movimiento expresivo. El segmento
inmediato siguiente es el que permanece sin afectar por los movimientos
expresivos de la zona vecina.

La estructura segmentada de la coraza es siempre perpendicular al


torso, su dirección nunca es longitudinal. La única excepción notable la
constituyen brazos y piernas. Las extremidades operan acopladas a los
segmentos correspondientes del torso, es decir los brazos con el segmento
que abarca los hombros, y las piernas con el segmento que comprende la
pelvis. Tendremos presente esta excepción; su explicación se encontrará en
un contexto biofísico definido.

El segundo segmento de la coraza o Segmento Oral, comprende la


musculatura del mentón, de la garganta y de la zona occipital, incluyendo el
músculo anular de la boca. Esto compone una unidad funcional, pues la
disolución de la coraza del mentón da como resultado clonismos en los
labios y las correspondientes emociones de llanto o el deseo de succión.
Análogamente, la producción del reflejo de vómito puede movilizar la
totalidad del segmento oral.

Las expresiones emocionales de llanto, de morder con rabia, de


gritar, chupar y hacer muecas de todas clases, dependen de la libre
movilidad del segmento ocular. Así por ejemplo, resultará difícil movilizar un
impulso de llanto mediante la movilización el segmento del diafragma, si
antes no se ha puesto en movimiento el segmento ocular. Y aun después de
disolver los dos segmentos superiores, quizá sea difícil liberar el impulso de
llanto mientras los segmentos tercero y cuarto en el cuello y el tórax
permanezcan en un estado de contracción espástica. Esta dificultad para
liberar las emociones pone al descubierto un hecho biofisiológico de suma

47
importancia:

1. Los acorazamientos son segmentados, en forma de anillos per-


pendiculares a la columna vertebral.

2. Las corrientes plasmáticas y excitaciones emocionales que produ-


cimos, tienen lugar según el eje del cuerpo.

La inhibición del lenguaje emocional de la expresión trabaja pues en


dirección perpendicular al sentido de la corriente orgonótica.

Como las corrientes orgonóticas se unen en el reflejo de orgasmo


sólo cuando pueden desplazarse con libertad a lo largo de la totalidad del
organismo, y como además la coraza está compuesta de segmentos
perpendiculares al movimiento de esas corrientes, resulta evidente que el
reflejo de orgasmo no puede establecerse hasta tanto no se hayan disuelto
todos los anillos de la coraza. Por eso el sentimiento de unidad de todas las
sensaciones corporales no aparece hasta producidas las primeras
convulsiones orgásticas. Estas convulsiones anuncian la rotura de la coraza
muscular. Las corrientes orgonóticas que aparecen con cada nueva
disolución de un anillo, constituyen una gran ayuda en la tarea de disolver
la coraza, pues la energía liberada, al tratar espontáneamente de
desplazarse en sentido longitudinal, encuentra las contracciones trans-
versales todavía existentes; esto transmite al paciente el inequívoco sen-
timiento de "bloqueo", sentimiento que era demasiado débil o totalmente
ausente mientras no había desplazamientos plasmáticos libres.

La dirección de la corriente orgonótica es perpendicular a los anillos


de la coraza. Se trata de funciones filogenéticamente primordiales. La
estructura segmentada de la coraza muscular representa al gusano
existente todavía en el hombre.

Los movimientos del gusano se basan en ondas de excitación que se


desplazan desde la cola hasta el extremo frontal. Las ondas de excitación
pasan en forma continua de uno a otro segmento, hasta llegar al extremo
delantero. En la cola, se desarrolla con la locomoción una serie de trenes de
ondas. Los segmentos alternan en forma rítmica y regular entre la
contracción y la dilatación. La energía biológica misma es la que se mueve
de esta manera ondulatoria.

48
En presencia de la coraza, el "No" del lenguaje verbal corresponde al
"No" del lenguaje expresivo de lo viviente. No por accidente se expresa la
negación mediante un movimiento lateral de la cabeza, y la afirmación
moviéndola desde arriba hacia abajo en sentido longitudinal.

Una experiencia infantil traumática puede tener efecto actual sólo sí


está anclada en una rígida coraza. Con el transcurso de los años, el No-no
originalmente racional se convierte en un No-no neurótico, irracional. Esto
se debe al acorazamiento que expresa la misma negación. La expresión
negativa disminuye cuando durante la terapia se disuelve la coraza.

En términos de la psicología profunda, es correcto decir que esta


"suprimido" el afecto de la defensa, de gritar No-no. En la profundidad
biológica, sin embargo, no se trata de un No-no suprimido, sino de la
incapacidad del organismo para decir Sí.

En la vida, una actitud positiva, de dar, es posible sólo cuando el


organismo funciona como una unidad total, cuando las excitaciones
plasmáticas y sus correspondientes emociones pueden pasar libremente por
todos los órganos y tejidos. En cuanto un solo bloqueo inhibe esta función,
la expresión de dar se ve perturbada.

En el lenguaje expresivo de lo viviente, eso significa: El organismo


comienza siempre, correctamente desde el punto de vista biológico, con la
realización, es decir, con el fluir y el dar. Durante el pasaje de las
excitaciones orgonóticas a través del organismo, sin embargo, el
funcionamiento se inhibe y con ello la expresión de "realización gozosa" se
convierte en un automático “No, no quiero". Esto significa que el organismo
no es responsable por su falta de realización.

49
El acorazamiento del tercer segmento o Segmento Cervical se
encuentra principalmente en la musculatura profunda del cuello, los
músculos platismático y esternocleidomastoideos. La función emocional del
acorazamiento del cuello es la de contener la ira o el llanto. La contracción
espástica del segmento cervical abarca también la lengua, pues los
músculos de la lengua tienen sus principales inserciones en el sistema óseo
cervical. Así pues, encontramos espasmos en la musculatura de la lengua,
en vinculación funcional con la depresión de la nuez y la contracción de la
musculatura cervical profunda y superficial. Los movimientos de la nuez
muestran cómo se "traga" literalmente un impulso de rabia o de llanto, sin
que el paciente tenga conciencia de ello. El mejor medio de interrumpir este
proceso de "tragar" emociones es despertar el reflejo de vómito. Con este
reflejo, la onda de excitación del esófago se desplaza en sentido contrario a
la que tiene lugar al "tragar" la ira o el llanto. Si el reflejo de arcada se
desarrolla con plenitud o el paciente llega incluso al punto de vomitar
realmente, quedan en libertad las emociones retenidas por el acorazamiento
del cuello.

50
Volvemos a apreciar aquí la significación del curso longitudinal de la
excitación: el reflejo de vómito se produce juntamente con una dilatación
del diafragma, es decir, con elevación del diafragma y espiración. El trabajo
en la coraza cervical trae aparejado un ablandamiento de los segmentos
cuarto y quinto. Se comprende así que no podemos disolver un segmento
después de otro, en forma separada y mecánica, sino que trabajamos con
un sistema vital unitario cuya función plasmática total se ve obstaculizada
por anillos transversales de la coraza. El ablandamiento de un segmento de
la coraza conduce, como resultado del movimiento producido, a la
movilización de los anillos superior o inferior.

Con respecto al cuarto segmento o Segmento Torácico, el


acorazamiento del tórax se expresa en una actitud crónica de inspiración,
respiración superficial e inmovilidad de la caja. La actitud de inspiración es
el medio más elemental para suprimir cualquier emoción. El acorazamiento
del tórax es una parte capital de la coraza total del organismo y además los
síntomas de la enfermedad biopática tienen en este segmento un
importante peligro, ya que incluyen a los órganos de los pulmones y el
corazón.

Los músculos que toman parte en el acorazamiento del pecho son los
intercostales, los pectorales grandes, los músculos de los hombros
(deltoides), y los que se hallan sobre y entre los omóplatos. La expresión de
la coraza torácica es de "autocontrol" y "contención". Los hombros echados
hacia atrás expresan literalmente "contención". Junto con la coraza del
cuello, la del pecho expresa "rencor" y "rigidez cervical", ambos suprimidos.
En ausencia de una coraza, el movimiento expresivo del segmento torácico
es de un "sentimiento que fluye en libertad". En el acorazamiento la
expresión es de "inmovilidad" o de "impasibilidad". La dilatación crónica del
tórax se da junto un aumento de la presión sanguínea, palpitaciones,
angustia y en casos de larga duración, también una dilatación del corazón.

Las emociones que surgen del segmento torácico son en esencia las
de "rabia arrolladora" y "llanto que destroza el corazón", de "sollozos" y
"anhelo intolerable". Estas emociones naturales son ajenas al individuo
acorazado. Su ira es fría y su llanto contenido.

Las extremidades superiores son extensiones del segmento torácico.


En las emociones plasmáticas del pecho se originan la mayoría de los
movimientos expresivos de brazos y manos. En quienes pueden expresar
sus anhelos con libertad, la emoción del pecho se extiende a los
movimientos expresivos de las extremidades superiores. El acorazamiento
del pecho resulta en movimientos torpes de los brazos.

El quinto segmento corresponde al Segmento Diafragmático.


Abarca esencialmente el diafragma, el estómago, plexo solar, páncreas,
hígado y dos haces musculares siempre evidentes a lo largo de las
vértebras torácicas inferiores. El bloqueo diafragmático es el mecanismo
central del acorazamiento de esta zona. Por este motivo, su disolución
constituye una tarea terapéutica crucial. La expresión corporal dice con
claridad que el organismo se niega a permitir la libre oscilación del
diafragma. Si el trabajo sobre los segmentos superiores se hizo en forma

51
correcta, tarde o temprano la disolución del bloqueo diafragmático tendrá
éxito. Mediante esta firme resistencia contra la plena pulsación del
diafragma el organismo se defiende de las sensaciones de placer o de
angustia que aparecen en forma inevitable con el movimiento
diafragmático.

En los segmentos superiores, no tuvimos gran dificultad para


discernir la expresión emocional. La inhibición de los músculos oculares, por
ejemplo, se expresa en una mirada "vacía" ó "triste"; un mentón rígido
puede expresar "rabia suprimida"; el "nudo en el pecho" se disolverá en
llanto o en gritos. Aquí, en los cuatro segmentos superiores, comprendemos
las expresiones emocionales en forma inmediata y el lenguaje corporal se
traduce fácilmente al lenguaje verbal. Con el segmento diafragmático, las
cosas son más difíciles. Cuando este segmento se ablanda, ya no podemos
traducir el lenguaje expresivo al lenguaje verbal. La expresión que entonces
surge nos conduce a profundidades de la función viva todavía no
comprendidas. Estamos frente al problema de la manera concreta en que el
animal hombre se vincula con el reino animal primitivo y con las funciones
cósmicas del orgón.

Puede ablandarse la coraza del segmento diafragmático si el paciente


produce repetidamente el reflejo de vomito sin interrumpir al mismo
tiempo, pese a ello, su expiración. Con todo, esta medida da resultados sólo
si se han disuelto previamente las corazas de los cuatro segmentos
superiores, de modo que puedan funcionar con libertad las corrientes
orgonóticas en las zonas de la cabeza, el cuello y el pecho.

En cuanto el diafragma oscila libremente, es decir, tan pronto como


existe la respiración espontánea, el torso tiende a plegarse con cada espi-
ración. Vale decir, la parte superior del cuerpo tiende hacia la pelvis,
mientras la parte superior del abdomen retrocede.

Este es el cuadro del reflejo de orgasmo tal como se nos presenta por
primera vez, aunque todavía perturbado por no haberse ablandado la
pelvis. La inclinación hacia adelante del torso mientras la cabeza es echada
hacia atrás, expresa en forma inmediata "dar, entregarse".

La actitud de entregarse, de darse, que anuncia el reflejo de


orgasmo, está llena de expresión y de significado, “un movimiento expre-
sivo sin una expresión emocional" es incomprensible.

Así como existe una incapacidad de llorar, también existe una


incapacidad de vomitar. Desde el punto de vista de la biofísica orgónica,
resulta fácil comprender esta incapacidad. El "nudo" del pecho, el "tragar" y
la contracción de los músculos oculares, impiden el llanto. En la misma
forma, el bloqueo diafragmático, junto con los anillos superiores de la
coraza, impiden el movimiento peristáltico de la energía corporal hacia
arriba, desde el estómago hacia la boca.

Vomitar es un movimiento expresivo biológico cuya función logra


exactamente aquello que "expresa": la expulsión convulsiva de los
contenidos corporales. Se basa en un movimiento peristáltico de estómago

52
y esófago en dirección opuesta a la de su función normal, es decir, hacia la
boca (antiperístasis).

El movimiento total del cuerpo en el vómito es en términos


puramente fisiológicos -aunque no emocionales- el mismo que en el reflejo
de orgasmo. Esto se confirma en el campo clínico: la disolución del bloqueo
diafragmático anuncia inevitablemente las primeras convulsiones del
cuerpo, que luego se desarrollan hasta constituir el reflejo total de orgasmo.

Para establecer la convulsión total del cuerpo es indispensable


ablandar los segmentos superiores de la coraza. Al desplazarse hacia la
pelvis, la onda de excitación orgonótica encuentra siempre un bloqueo en la
parte media del abdomen. Lo que sucede es que el abdomen se contrae
rápidamente, o bien que la pelvis se retrae y se mantiene en esa posición.

La contracción de la parte media del abdomen representa el sexto


anillo de la coraza o Segmento Abdominal. El espasmo de los músculos
abdominales grandes (Rectus abdominis) va acompañado de una
contracción espástica de los músculos laterales (Transversus abdominis)
que van desde las costillas inferiores hasta el margen superior de la pelvis.
Se los puede palpar con facilidad como cuerdas duras, dolorosas. En la
espalda, este segmento está representado por las secciones inferiores de
los músculos que corren a lo largo de la columna (Latissimus dorsi),
sacroespinal, etc. También éstos pueden palparse como cuerdas duras,
dolorosas. La disolución del sexto segmento es la más fácil de todas. Una
vez lograda, queda abierto el camino al séptimo segmento o segmento
pélvico.

La coraza del Segmento de la Pelvis o Pélvico comprende en la


mayoría de los casos prácticamente todos los músculos pélvicos. Aquélla se
retrae y se proyecta hacia afuera, en la espalda. El músculo abdominal
situado por encima de la sínfisis es muy sensible, como lo son los aductores
de muslo, tanto el superficial como el profundo. El esfínter anal se contrae y
el ano se retrae hacia arriba. Los músculos glúteos duelen. La pelvis está
"muerta" y carece de expresión. Esta falta de expresión es la expresión
emocional de la asexualidad. En el sentido emocional, no hay percepción de
sensaciones o de excitaciones.

Algunos síntomas de la coraza pélvica son constipación, lumbago,


varios tipos de acrecencias en el recto, inflamación de los ovarios, pólipos
en el útero, tumores benignos y malignos, irritabilidad de la vejiga,
anestesia vaginal, anestesia de la superficie del pene con irritación de la
uretra. Existe con frecuencia leucorrea con desarrollo de protozoarios en el
epitelio vaginal (Trichomonas vaginalis). En el hombre, la anorgonía de la
pelvis da como resultado la impotencia erectiva o la eyaculación prematura;
en la mujer encontramos completa anestesia vaginal o espasmo de los
músculos vaginales (vaginismo). Existe una angustia pélvica específica y
una cólera pélvica específica.

Tal como en el acorazamiento de los hombros, la coraza pélvica


contiene también las emociones de angustia y de ira. La impotencia
orgástica crea impulsos secundarios de lograr la gratificación sexual por la
fuerza. Así, mientras los impulsos del acto sexual comienzan conforme al

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principio biológico del placer, lo que sucede es lo siguiente: las sensaciones
de placer se convierten inevitablemente en impulsos de cólera, pues la
coraza no permite el desarrollo de movimientos involuntarios, de
convulsiones, en este segmento. Se desarrolla entonces un doloroso senti-
miento de "tener que terminar", el cual no puede calificarse sino de sádico.
Como en todo el dominio de lo viviente, también en la pelvis el placer
inhibido se convierte en rabia y la rabia inhibida en espasmos musculares.
Esto se demuestra con facilidad en el campo clínico: no importa hasta
dónde haya llegado la disolución de la coraza pélvica, ni tampoco cuánta
movilidad haya adquirido la pelvis: no habrá en ella sensaciones de placer
mientras no se haya liberado la rabia de los músculos pélvicos.

Tal como en otros segmentos de la coraza, hay un "golpear" o


"atravesar" mediante violentos movimientos de la pelvis hacia adelante. La
correspondiente expresión es inequívoca. Además de la expresión de cólera,
existe también una de desprecio: desprecio por la pelvis y por todos sus
órganos, desprecio por el acto sexual y en particular por la pareja sexual.
En base a la amplia experiencia clínica, afirmo que sólo en pocos casos de
nuestra civilización el acto sexual se apoya en el amor. La ira, el odio, las
emociones sádicas y el desprecio son partes integrantes de la vida amorosa
del hombre moderno.

EMOCIONES REPRIMIDAS Y BLOQUEADAS:


IRA – COLERA / MIEDO / TRISTEZA – MELANCOLÍA

El carácter, para Reich, se compone de las defensas que el niño va


erigiendo frente a la ansiedad que le provocan sus sentimientos sexuales y
agresivos, además del temor al castigo o abandono. Tales defensas también
se manifiestan en el cuerpo.

Para este autor existen tres emociones básicas que se encuentran


retenidas en la coraza, estas son: el miedo, la tristeza y la ira (cólera). El
individuo se defiende tanto de estas emociones displacenteras, como
también de sus impulsos sexuales, y con esos mecanismos se constituye la
coraza caracterológica, que en su correlato de actitudes corporales
desarrollan la coraza muscular.

La defensa principal es la represión. Cuando las defensas se hacen


crónicas y automáticas se convierten en rasgos de carácter, es decir, una
formación relativamente rígida aceptada por el ego, una vez que se ha
establecido. La diferencia entre los rasgos de carácter y los síntomas
neuróticos es que estos últimos son experimentados como ajenos al
individuo, mientras que los primeros se vivencian como partes integrantes
del yo, del autoconcepto y del propio cuerpo.

El carácter, que se compone de la coraza caracterial y muscular, es


entonces la manera característica de reaccionar de un individuo, con el fin
de proteger al yo de los peligros externos e internos. Se trata de una
crónica alteración del yo en el sentido de la rigidez, que puede ser más o
menos flexible.

54
PSICOGÉNESIS FREUDIANA: EROGENEIDAD Y
EMOTIVIDAD HUMANA

Hay cuatro zonas erógenas principales (tres de ellas desarrolladas por


Freud y la otra por Reich) y cada una de ellas, propenderá un cierto estadio
del desarrollo emocional: ojos, boca, ano y genitales.

Estas zonas están ubicadas en el organismo, en lugares donde es


importante el contacto con el medio ambiente.

Tanto la boca como los genitales, están en contacto directo con la


fusión con otro organismo, pudiendo dar lugar a una convulsión orgásmica.
El desarrollo último es el genital y los períodos evolutivos anteriores son
estadios pregenitales.

Durante los primeros cuatro años de vida aproximadamente, el


desarrollo infantil atraviesa cuatro estadios: ocular, oral, anal y fálico.

El fálico es la base primitiva del estadio genital. Si no ha habido


bloqueo en los anteriores estadios, hablaremos de una estructura de
carácter genital o sana. De no ser así, la persona permanecerá en un
estadio infantil.

La neurosis requiere que la persona haya llegado al estadio fálico,


pero con graves bloqueos en las fases pregenitales. La neurosis se
desarrolla a partir del Complejo de Edipo que aparece en el estadio genital.
El resultado de la situación edípica es el fruto de la represión adulta en
nuestra cultura.

Los estadios de desarrollo se llaman: ocular, oral, anal, fálico y


genital. Hay también otras zonas erógenas, tales como la cabeza, los senos,
la superficie de la piel en general, pero se las incluye en los estadios
mencionados.

Dentro del desarrollo normal, cada estadio realiza sus funciones


temporarias, si no sufre traumas, en el futuro tendrá un papel específico
dentro de la capacidad de obtener placer.

Los bloqueos (coraza) en cualquiera de los estadios, aprisionan la


energía, impidiendo que llegue a la zona genital, donde tendría que
efectuarse la descarga. Cuando la genitalidad sufre alguna interferencia, la
concentración de la energía en la zona pregenital provoca síntomas en esa
zona erógena.

El trauma emocional puede dar lugar a los siguientes resultados en


cualquiera de los estadios: represión o insatisfacción permanente. En el
caso de la represión, la persona no desarrolla un funcionamiento basado en
la obtención de placer, sino basado principalmente en la privación sufrida.
En el caso de la insatisfacción, quedará fijado a obtener satisfacción vívida,
una y otra vez.

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Tanto en la represión como en la insatisfacción se da el proceso de
acorazamiento y por ello decimos que el individuo tiene un bloqueo, siendo
las circunstancias del desarrollo de cada estadio las que determinaran la
formación del carácter, teniendo en cuenta que tendremos una estructura
principal de carácter (bloqueo principal) y otras secundarias (bloqueos en
otro estadio). Dinámicamente cada uno de los estadios se superpone al
siguiente no dejando en muchos casos una limitación clara o definida entre
ambos.

ESTADIO OCULAR (REICH)

La zona ocular es la del primer contacto específico del bebé con el


medio ambiente. Los ojos son la primera área en ser traumatizada, tanto
por la aplicación de un colirio en el momento del nacimiento, como por el
encuentro de expresiones frías, amenazadoras o de odio. Estas últimas
pueden ser más perjudiciales que un colirio.

Las expresiones hostiles implican la negación de cualquier


oportunidad para un contacto cálido y comprensivo. Un contacto completo
es vital para el desarrollo general, en la medida que promueve sensaciones
de bienestar, de que “las cosas están bien”, ayuda a la expansión y a la
búsqueda de contacto con el mundo externo.

Es un sentimiento especialmente importante para el desarrollo de los


órganos sensoriales (todos llevan piel o ectoderma). La ausencia temporaria
de contacto con el mundo externo, por ejemplo a través de una enfermera
hostil, da lugar a contracciones en el cuerpo, evitación de mirar por parte
del bebé, que puede ser superado si la situación es temporaria. Lo
realmente perjudicial es la falta de contacto, por una madre hostil, fría e
incapaz de dar.

También una madre ansiosa en exceso, indiferente, emocionalmente


inestable o inmadura, puede causar daños irreparables. El desarrollo de los
ojos y de la visión binocular, quedarán impedidos o inhibidos por la falta de
contacto amoroso. De este modo recién el bebé comenzará a “ver” a partir
de las seis semanas de vida. El extremo en la falta de contacto por parte de
la madre, produce un niño autista, uno de los más graves problemas de la
psiquiatría.

El bebé entra en el estadio oral, casi inmediatamente, pero el estadio


ocular continúa desarrollándose. En el caso de buen contacto, los ojos
continúan abiertos, honestos e inquisidores (investigan, buscan) dotados de
una cualidad de confianza. Ojos saludables desarrollan una visión binocular
que para mantenerse así, necesita que el bebé tenga un buen contacto con
el mundo externo, que exista una integración paulatina y adecuada de él
con su medio circundante.

En otras palabras, ha logrado ubicarse en un medio, se siente


integrado a un medio, siente placer en él y responde a la excitación por él

56
recibida. La excitación que viene desde los ojos es directamente percibida
por los genitales en forma de temblores de placer.

La visión binocular confiere una visión tridimensional, que localiza


todas las cosas en su lugar, con sus dimensiones y permite una actitud
emocional objetiva. El medio se vuelve por intermedio de los ojos, una
extensión del individuo, de modo que se percibe a sí mismo y a los otros. La
audición y la percepción de los olores también forman parte de este
desarrollo ocular.

Por bloqueos en los primeros días de vida, la mayoría de las personas


carece de una visión binocular. Por ausencia de ésta se produce una
diferencia entre percepción y sensación, responsable en gran dosis de los
errores de interpretación e ilusiones típicas en los esquizofrénicos.

También es cierto que la falta de visión binocular (tridimensional) es


responsable de las dificultades de los individuos para comprender, dando
como resultado confusión y huidas. La mayoría de las personas no “ve”
realmente lo que tiene delante de sus ojos.

El estadio ocular insatisfecho es producto de una libertad inicial para


mirar y posteriormente interrumpido, en general por medio de la vergüenza
(voyeurismo). El estadio ocular reprimido promueve una percepción ocular
inadecuada que es producto de la confusión mencionada en párrafos
anteriores.

El modo cómo se resuelve el paso del individuo por los distintos


estadios, los traumas que acontezcan en los mismos, dará lugar a una
estasis libidinal, siendo la fase de mayor estasis la que definirá el
carácter principal de esa persona y el resto de las fases y sus estasis las
que determinaran las estructuras carácteriales complementarias. Es
decir que tendremos los Caracteres Oculares, Orales, Anales y Fálicos
y/o Genitales.

57
UNIDAD ll

DESARROLLO DE LA AFECTIVIDAD VINCULADA


A LA RELACION MADRE-HIJO

“Creo en el niño y en el niño que vive


en cada ser humano adulto”
Eva Reich

VINCULO MADRE – HIJO: SU IMPORTANCIA


FUNDAMENTAL EN LA EXPRESION EMOCIONAL DE LA
PERSONA

Eva Reich, hija de Wilhelm Reich, quien ha desarrollado su práctica


clínica siguiendo los desarrollos teóricos de su padre, en su trabajo como
médica con mujeres embarazadas, en el parto y con bebés recién nacidos,
fundamenta su teoría sobre la importancia de los primeros vínculos madre-
hijo. Con el objetivo de prevenir los trastornos psíquicos desde sus raíces,
se preocupa por las circunstancias en las que se producen los partos,
promoviendo el parto suave y la no separación entre la madre y el recién
nacido luego del parto, como situaciones fundamentales para el adecuado
desarrollo del niño.

Es recién a partir del siglo XX que se comienza a otorgar importancia


al desarrollo psíquico de la infancia para la posterior vida adulta. “Sigmund
Freud mostró que el hombre tiene en su psique muchísimo material
inconsciente que en su mayor parte contiene traumas de la infancia” (Reich
y Zornánszky, 1999, p.35). Los acontecimientos de la niñez condicionan el
carácter de cada individuo y aunque la manera de tratar a los niños ha
cambiado con el tiempo, todavía hoy se realizan prácticas que son dañinas
para el pleno despliegue del desarrollo de las primeras fases de la infancia.

Aunque las experiencias vividas en la época primaria no suelen ser


recordadas conscientemente por el adulto, enraízan profundamente, y un
nacimiento difícil puede ser la fuente de una depresión para toda la vida.
Por eso Eva Reich (1999), considera que al fortalecer la conciencia sobre la
importancia de los comienzos de la vida, se pueden impedir enfermedades
tanto psíquicas como físicas. Disiente así con Freud (1923) en su idea de
adaptación del hombre civilizado al medio y a la sociedad en la que está
inserto, y acuerda con Reich (1989) en que “ante todo, el medio debe
configurarse para el hombre y muy particularmente para el niño y no al
revés” (Ob. cit., p.36).

La relación entre la madre y el bebé durante el parto y en el período


sensible es, para la autora, una interacción entre dos sistemas o campos de
energía, en la que el campo de la madre y su contacto físico, fortalece y

58
sostiene el del niño. Los recién nacidos son muy energéticos y reactivos
porque poseen mucha carga vital que fluye de forma libre en una pequeña
masa corporal. Al venir al mundo todo es nuevo a su alrededor y cuando el
campo energético protector de la madre no se encuentra allí para él, el
terror y la angustia pueden hacer que pierda su campo energético. Por eso,
Eva Reich (1999) señala que, “para el desarrollo del bebé es
extraordinariamente importante que permanezca en el campo energético de
la madre” (p.18), y también que la madre se encuentre en un adecuado
equilibrio energético, ya que si su campo es débil, esto influye en el cuerpo
del niño.

En los casos de nacimientos en la clínica en los que era necesario


reanimar a los bebés, ésta autora descubrió que el suave masaje era mucho
mejor que los métodos usuales, y que cuando el niño debía empezar a
respirar, éste suave contacto era suficiente para propiciar la pulsación.

Los niños que luego de partos suaves en sus casas permanecían en


contacto físico con sus madres se desarrollaban mucho mejor que los que
en el hospital eran separados de ellas. Estos niños no solían necesitar
masajes porque se encontraban sanos y mostraban un aspecto satisfecho,
sosegado, tranquilo y feliz.

La participación del padre en el nacimiento también es de


importancia, ya que su campo energético presta su apoyo, y más que nada
cuando por cesáreas u otras razones, la energía de la madre es débil y se
enfría, éste puede tenerlo en brazos, bañarlo y darle la bienvenida
amorosamente. Los hermanos y hermanas también pueden participar de los
partos en casa, ya que éste, con una previa explicación, no implica ningún
trauma y puede disminuir los celos, aunque nunca deben ser forzados a
hacerlo. Para Eva Reich (1999) “Lo más importante, sin hacer de ello un
dogma, es lograr que el nacimiento pueda convertirse en un acontecimiento
familiar (p.160).

El “tiempo de bienvenida”, las primeras horas después del


nacimiento, son psíquicamente muy importantes, ya que es el tiempo en
que la madre y el niño se reconocen mutuamente. Las prácticas de los
hospitales de llevarse al niño para pesarlo, lavarlo, medirlo, vestirlo, etc.,
resultan por ello muy perturbadoras si se realizan rápidamente y no se
permiten estos primeros momentos de contacto entre la madre y el recién
nacido. Muchos médicos suelen opinar que como los bebés estaban
habituados a la temperatura de la matriz, se deben retirar de la madre y
llevarlos a un lugar caliente, pero en realidad, el mejor lugar para
calentarlos es el cuerpo de la madre, cuando ésta posee un campo
energético.

Otra de las razones que suelen argumentar los médicos para que las
madres no permanezcan con sus niños recién nacidos o prematuros, es que
pueden infectar a sus bebés. Pero Eva Reich (1999) ha examinado al
microscopio células de la cavidad bucal de recién nacidos, y descubrió que
“los bebes que habían sido separados de su madre eran biológicamente más
débiles que los nacidos en tiempo normal” (p.18). El haber sido aislados no
había preservado a los prematuros de infecciones y eran anorgónicos,

59
carentes de energía vital. En cambio, los bebés con contacto materno se
encontraban mucho mejor protegidos biológicamente. Además, la autora
encontró que las células de la sangre de los bebés aislados presentaban
mayores señales de descomposición que los que estuvieron junto a sus
madres, mostrando que la madre no es la fuente de infección y que el nivel
de energía del recién nacido decrece cuando no se encuentra en el campo
energético materno.

De este modo, Eva Reich (1999) concluye que “El aislamiento en el


período sensible y posteriormente, así como costumbres erróneas en la
lactancia contribuyen a originar trastornos en el flujo de energía” (p.19).
Comparó también al microscopio la leche materna recién extraída con el
alimento artificial para los bebés y encontró que, en la leche de pecho
diluida “los corpúsculos de grasa eran azules, “bailaban”, “radiaban” y
resplandecían como diamantes, poseían un amplio campo energético” (p.
19). La leche en polvo, al contrario, aparecía muerta, se veían solo puntos
negros sin ninguna radiación, lo cual demuestra que la leche materna es un
líquido con mucha carga energética.

Para esta autora, “La lactancia es un proceso completamente


individual entre esas dos personas y no comporta prescripciones, tan solo
ayudas” (Ob. cit., p.160). Se debe así propiciar un ajuste natural entre las
necesidades del niño y de la madre. Existen muchas costumbres sobre la
lactancia, transmitidas de generación en generación que pueden ser nocivas
para los bebés y contribuir a iniciar su acorazamiento, es decir, los bloqueos
corporales y psicológicos que se producen para reprimir sensaciones
dolorosas o displacenteras, reduciendo el flujo de la energía vital (también
llamada energía orgánica o bioenergía).

Se les suele enseñar a las madres que a mitad del tiempo de mamar
tomen al lactante por los hombros y se le dé un golpe en la espalda para
que pueda eructar. También a dar de mamar cada cuatro horas exactas.
Eva Reich (1999) considera que a través del golpe y la lactancia así
regulada se entrena a los bebés, lo cual los pone tensos y no pueden
entregarse al placer de mamar. Así, “La lactancia placentera”, que menciona
Reich (1989), es decir, el placer oral que se produce en el amamantamiento
no puede tener lugar (Ob. cit., p.20).

En la lactancia se combina una fase de nutrición con una fase de


placer que suele generar espasmos orales, a modo de un “orgasmo oral”,
(prototipo del posterior orgasmo genital), al que le sucede una sensación de
satisfacción y relajamiento. Cuando el bebé puede mamar a gusto se origina
en su cuerpo una onda de respiración que es condición necesaria para el
logro de este estado placentero, lo que tiende a bloquearse cuando el niño
no puede mamar plácidamente sin interrupción junto al cuerpo de su
madre. La posición del niño vientre con vientre, a una altura suficiente para
que el pezón toque la parte superior de la boca, es muy importante para
que el bebé pueda succionar bien, y también necesita tiempo. Las reglas
impuestas son arbitrarias y perturban el ritmo individual de cada niño.

Un bebé que recibe su alimento según sus necesidades se autorregula


y suele desarrollar gradualmente un ritmo de cada cuatro horas que se

60
extiende hasta que duerme toda la noche. La lactancia pautada
externamente obstaculiza este proceso de autorregulación. La leche
materna es además un alimento vivo que contiene sustancias
inmunológicas. “A la inmunidad contribuye la carga orgonómica. La leche
materna recibe su importancia única mediante la energía vital que el niño
recibe en sí con ella” (Ob. cit., p.161).

En acuerdo con Eva Reich (1999) “Amamantar es más que alimentar”


(p.160). En muchos mamíferos como los gatos y los perros, las crías pasan
mucho tiempo junto al pecho de su madre y duermen con ella, también los
bebés humanos podrían hacerlo. La autora opina que la sociedad debería
recompensar a las mujeres para que puedan criar a sus hijos durante los
tres primeros años sin alejarse demasiado de ellos. La práctica de dejar solo
al niño pequeño, que suele extenderse hasta más entrada la infancia,
origina una frialdad en el cuerpo y en las relaciones. Este frío significa lo
que Reich (1989) llama “ausencia de contacto” (Ob. cit., p.155), donde se
reduce el campo energético. Las interacciones y los contactos físicos
amorosos entre los padres y sus hijos son interacciones entre sus campos
energéticos. Si las madres pueden llevar mucho tiempo a sus bebés en su
cuerpo y amamantarlos, no serán personas frías. Tener hijos puede ser una
grata experiencia de felicidad y aventura (Ob. cit., p. 155).

David Boadella (1993), otro autor que desarrolla su práctica


partiendo de las teorizaciones reichianas, considera que el ser humano
posee un campo energético-emocional que es la síntesis de tres “corrientes
de vida” (p.14) o corrientes energéticas fundamentales relacionadas a las
capas celulares embrionarias (ectodermo, endodermo y mesodermo) del
óvulo fertilizado, desde los cuales se forman los diferentes sistemas de
órganos. Este autor considera que el estrés excesivo antes, durante o
posterior al nacimiento, altera la integración y cooperación entre los grupos
de órganos derivados de esas tres capas celulares. El tipo de contacto, más
o menos adecuado, de los padres con la nueva energía en organización y
desarrollo que es el niño, será condicionante de la forma y el nivel de los
patrones de sentimientos y expresión posteriores del individuo.

Las tres corrientes de vida energético-emocionales son: el


“enraizamiento”, ligado a la acción y a crear raíz o base en el mundo, que
se manifiesta como un flujo de movimientos mediante las vías musculares;
el “centramiento”, ligado al sentir y a centrarse en expresar las propias
emociones y contenerlas, que se manifiesta como un flujo de vida
emocional en el núcleo del cuerpo mediante los órganos profundos del
tronco; y el “facing”, ligado a la percepción, al automirarse y mirar a otro
cara a cara, diferenciando mundo interno y mundo externo, que se
manifiesta como un flujo de percepciones, pensamientos e imágenes
mediante el sistema neuro-sensorial, que está formado por los sentidos y
partes del cerebro involucradas en la recepción sensorial (Acedo y Boadella,
en Boadella, 1993, p.15 y 20).

Si estas corrientes no pueden desplegarse armónicamente según las


necesidades evolutivas del niño, quedarán parcial o totalmente
interrumpidas, y también el proceso de organización y autorregulación
natural de su cuerpo y de su ser. Cuando estas corrientes son bloqueadas

61
por el exceso o la falta de energía, se producen síntomas o enfermedades
que son siempre psicosomáticas. Los bloqueos corporales pueden
observarse también, en las tres áreas de la conducta, ya que por ejemplo,
un bloqueo en la corriente de vida ligada al enraizamiento, relacionado a la
columna vertebral y las extremidades del cuerpo, produce formas
particulares de sentir, pensar y actuar.

Boadella (1993) considera además que el cuerpo cuenta con una


capacidad natural de “auto-curación”, por lo que el trabajo terapéutico da la
posibilidad de que la misma energía que ha llevado a los individuos a
disociarse y enfermarse, es la que comprendida, concientizada y cambiada
de sentido puede llevar a la re-armonización y a la cura.

EL DESARROLLO TEMPRANO DE LA EMOCIONALIDAD DEL


NIÑO DESDE LA TEORIA DE MELANIE KLEIN

CARACTERISTICAS DEL PSIQUISMO INFANTIL SEGÚN M. KLEIN

Según las conceptualizaciones a lo largo de su obra, Melanie Klein


sostiene que el psiquismo infantil comienza a desarrollarse a partir del
nacimiento. Considera la existencia de un yo temprano con una activa vida
emocional, que experimenta amor, odio y ansiedad, y que pone en práctica
diversos mecanismos defensivos, intentado resolver los conflictos
intrapsíquicos que se le presentan en el transcurso de su estructuración.

El yo de los primeros tres meses de vida, es un yo carente de


integración y cohesión, que poco a poco se va integrando a medida que
busca tolerar y elaborar la ansiedad. Las primeras ansiedades son, por
tanto, de naturaleza psicótica y promueven defensas paranoides y
esquizoides. A esta situación Klien (1946) la nombra como “Posición
Esquizo-Paranoide” (p.11), periodo en que se encuentran los puntos de
fijación de todas las perturbaciones psicóticas.

La presencia de un yo temprano se asocia a tempranas relaciones de


objeto, que se caracterizan por su parcialidad. Porciones del yo se
relacionan con objetos parciales de los cuales el primero y primordial es el
pecho materno, que es para el niño la primer representación del mundo
exterior, con la lactancia como la experiencia vincular más primitiva. Este es
percibido a veces como objeto bueno (pecho bueno) y otras veces como
objeto malo (pecho malo). Así surgen y se separan los sentimientos de
amor y de odio hacia uno y el otro, respectivamente. La relación con el
pecho materno, que desde el comienzo es tanto de índole nutricia como
erótica, es el prototipo de todas las relaciones de objetos posteriores. El
pecho gratificador, que se incorpora como el primer objeto interno bueno,
opera como un punto central en el yo temprano, contrarrestando los
procesos disociativos y favoreciendo una integración y cohesión cada vez
mayor.

62
La fantasía es para Klein (1935) la actividad mental primaria, siendo la
respuesta del bebé ante cada estimulo recibido. Las fantasías son vividas
por el niño como una realidad, sintiendo que realmente hace daño al objeto.

A partir de mecanismos fundamentales de introyección y proyección,


cuya interacción moldea la relación entre situaciones y objetos externos e
internos, el niño gradualmente va experimentando a la madre como objeto
total. La identificación con la madre total, posibilita una mayor integración y
cohesión del yo, pudiendo relacionarse con otras personas totales y el
psiquismo comienza a experimentar un mayor sentido de realidad.

Cuando esto sucede, el niño percibe que su amor y su odio se dirigen


hacia el mismo objeto, lo cual cambia las cualidades de las ansiedades y los
mecanismos defensivos, que pasan a ser de naturaleza más neurótica, de
índole maniaco-depresiva. Aparecen así los sentimientos de culpa, el temor
a la pérdida del objeto amado y los deseos de reparación del objeto
agredido y dañado en la fantasía, situación que Klein (1935) llama “Posición
Depresiva” (p. 284).

Estos son los procesos básicos que propician la estructuración del yo y


del superyó antes de que acontezca el complejo de Edipo, también
tempranamente, a partir del sexto mes de vida. El poder atravesar con
éxito la posición depresiva, define para la autora el desarrollo mental
saludable posterior.

M. Klein se refiere en general al plano mental de la persona,


manteniéndose en un polo del dualismo mente-cuerpo que W. Reich intenta
rebatir en sus teorizaciones. Pero teniendo en cuenta esta aclaración, y
aceptando la unidad funcional de todo el organismo humano, los desarrollos
de esta autora pueden considerarse adecuados para pensar la influencia de
los vínculos tempranos en el desarrollo normal o patológico y las bases
tempranas de los bloqueos corporales que luego pueden desembocar en
diversas enfermedades biopáticas.

LA POSICION ESQUIZO-PARANOIDE
ANSIEDADES PREDOMINANTES Y MECANISMOS DEFENSIVOS

Las características principales de este periodo son: la relación del yo


con objetos parciales buenos y malos; las ansiedades psicóticas
persecutorias (de ser aniquilado, devorado y envenenado); y los
mecanismos defensivos de escisión o disociación (del objeto y los impulsos),
proyección, introyección, negación (de la realidad interior y exterior),
idealización y omnipotencia.

La ansiedad primaria, proviene de tres fuentes principales: del instinto


de muerte o impulso destructivo dentro del organismo, que es percibido
como temor a la aniquilación o la muerte; del trauma del nacimiento,
vivenciado como ansiedad de separación; y de la frustración de las
necesidades corporales.

63
El primer mecanismo del yo temprano para hacer frente a la ansiedad
es la proyección, que consiste en desviar el impulso destructivo o instinto
de muerte proyectándolo en parte hacia afuera y ligándolo al objeto externo
primario, el pecho materno, librándose así de lo internamente malo y
peligroso, que toma la forma de temor a la persecución por un objeto
incontrolable. Este objeto externo, es transformado por introyección
también en objeto perseguidor interno, reforzando el temor a los impulsos
destructivos que provienen del interior.

Al mismo tiempo, escinde al objeto dividiéndolo en un pecho bueno y


un pecho malo, y también a su relación con él, escindiéndose el yo en la
misma acción. Durante los estados de gratificación, se experimentan
sentimientos de amor hacia el pecho bueno; y ante la frustración, el odio y
la ansiedad persecutoria se asocian al pecho malo, perseguidor. Este
proceso de proyección y escisión sirve para dispersar el impulso destructivo
que se siente como la fuente de peligro.

En el primer año de vida, el niño pasa por una fase del sadismo en su
máxima expresión, es decir, sentimientos y fantasías de naturaleza erótica,
donde se fusiona agresividad y gratificación. Bajo la primacía de la oralidad,
el impulso destructivo proyectado hacia afuera se experimenta como
agresión oral, es decir, como impulsos sádico-orales y canibalistas hacia el
pecho de la madre, que luego se extienden a todo su cuerpo. Durante los
estados de frustración y ansiedad el bebé siente que incorpora el pecho
malo en pedazos. De este modo, en las fantasías de niño, el pecho malo
frustrador es sentido como hecho pedazos y el pecho bueno gratificador, es
sentido como completo, incorporado bajo la libido de succión.

La introyección del objeto bueno sirve también como defensa ante la


ansiedad porque la sensación de tener dentro un pecho bueno y completo
sostiene los procesos de integración y cohesión del yo. La libido narcisista
se encuentra ligada a la relación con los objetos introyectados, que pasan a
formar parte del yo. Así, las situaciones de gratificación favorecen la
construcción del yo, y las de frustración y ansiedad tienden a la
desintegración, por lo que una relación gratificante con el pecho materno, la
mayor parte del tiempo, es fundamental para un desarrollo saludable.

Mediante la idealización, el yo exagera los aspectos buenos del pecho


para defenderse del temor hacia el pecho persecutorio. Se crea así la figura
de un pecho ideal inagotable y generoso. Con la ayuda de la escisión, el
objeto persecutorio y frustrador se mantiene alejado del objeto idealizado.
Al mismo tiempo, la existencia del objeto malo es negada, junto con la
situación frustrante y los malos sentimientos que esta ha generado en el yo.
Se produce la negación de la realidad psíquica, que se hace posible por
fuertes sentimientos omnipotentes propios de la mente infantil, y que
equivale en el inconsciente a la aniquilación del objeto malo a partir del
impulso destructivo. Los mecanismos de escisión, negación y omnipotencia
cumplen así, en esta fase temprana, una función similar a la que ejerce la
represión en el desarrollo posterior del yo.

Para el desarrollo normal de la personalidad es importante, según


Melanie Klein (1946), que pueda lograrse un adecuado equilibrio entre la

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introyección y la proyección en los primeros estadios del desarrollo, lo cual
sirve a la asimilación de objetos internos y da lugar a la integración del yo.

Durante el desarrollo normal los estados esquizoides de desintegración


son transitorios y la gratificación que aporta el objeto bueno externo (la
madre) ayuda a superar cada vez más estos estados. Pero, si los temores
persecutorios son demasiado intensos y la posición esquizo-paranoide no
puede ser superada, tampoco podrá serlo la posición depresiva y el
reforzamiento regresivo de las ansiedades persecutorias fortifica los puntos
de fijación de la esquizofrenia. Además, las dificultades severas en la
posición depresiva pueden desembocar en perturbaciones maníaco-
depresivas. También, en situaciones menos graves, los mismos factores
intervienen en la manifestación del tipo de neurosis.

LA POSICION DEPRESIVA
ANSIEDADES PREDOMINANTES Y MECANISMOS DEFENSIVOS

Melanie Klein (1935) atribuye una importancia central de la Posición


Depresiva para el temprano desarrollo del niño. El estado depresivo se
caracteriza por la una mezcla dolorosa de ansiedades, sentimientos y
defensas asociados con la pérdida inminente de todo objeto amado. En esta
etapa, el niño introyecta el objeto como un todo, lo cual modifica
profundamente la relación objetal. Dejan de percibirse como separados los
aspectos buenos-amados y malos-odiados de la madre, por lo que el niño
siente que sus impulsos agresivos se dirigen al objeto amado y experimenta
así sentimientos de culpa, pena, miedo a la perdida y estados semejantes al
duelo, que activan el impulso a reparar y proteger al objeto dañado.

La posición depresiva comienza con el cambio en la constitución del yo


introyectante que modifica las relaciones de objeto. En la fase más
temprana, el yo insuficientemente organizado, posee muy poca capacidad
de identificarse con sus objetos, que son introyectados como objetos
parciales. En dicha situación, las defensas se enfocan en la destrucción de
los perseguidores y la ansiedad predominante es por el yo en peligro.
Cuando el yo se encuentra más organizado comienza a identificarse en
mayor medida con los objetos buenos y la ansiedad de persecución se
extiende a éstos, de modo que la conservación del objeto bueno equivale
ahora a la supervivencia del yo.

Paralelamente a este desarrollo de la identificación con el objeto


bueno, que se produce luego del tercer mes de vida, el yo cambia de la
relación con objetos parciales a la relación con un objeto total, pudiendo ver
a la madre como ser total e identificarse así con ella, por lo cual la fijación
libidinal hacia el pecho se convierte en sentimiento de amor hacia la madre
como persona total y real. Aparece aquí la ambivalencia, es decir, la
conciencia de experimentar sentimientos destructivos y amorosos hacia el
mismo objeto, lo cual genera profundos conflictos en la mente del niño, que
comienza a temer la pérdida del objeto amado.

65
En este momento el niño reconoce con más claridad tanto la realidad
psíquica como la externa y comprende que tanto los objetos reales como las
figuras imaginarias, externas e internas, se encuentran ligadas. Aparecen
nuevos contenidos de ansiedad y cambian los mecanismos defensivos. La
ansiedad persecutoria se relaciona ahora con la preservación de los objetos
buenos totales internalizados con los que el yo se identifica, por el miedo a
que éstos, y con ellos el yo, sean destruidos o se encuentren desintegrados.
Esto genera continuos esfuerzos por salvar tanto a los objetos buenos
internalizados como a los externos.

La introyección intensificada se convierte en el principal mecanismo


defensivo, tanto por amor como por necesidad. Como el niño se encuentra
más identificado con el objeto bueno, aumentan sus impulsos libidinales
amorosos sintiendo un mayor deseo de incorporar y devorar al objeto,
reforzando el mecanismo de introyección. Pero además, necesita del objeto
bueno para vencer a los temidos perseguidores internalizados y a la vez, el
temor de haber perdido al objeto bueno por su canibalismo, lo incitan a
repetir constantemente su incorporación.

De esta manera, el yo siente ansiedad por el peligro del objeto amado


introyectado, ya que no puede mantenerlo a salvo en su interior sentido
como un lugar venenoso y peligroso. Esta situación en que cual el yo se
identifica con los objetos buenos internalizados pero al mismo tiempo se
percibe incapaz de protegerlo contra los objetos perseguidores
internalizados y contra el ello, es fundamental para la “angustia ante la
pérdida del objeto amado” (Klein, 1935, p.273). El yo siente así odio hacia
el propio ello, que se manifiesta en sentimientos de desvalorización y
desesperación. El miedo a la expulsión del objeto bueno junto con el malo,
y al daño hacia el objeto bueno externo lleva a disminuir los mecanismos de
proyección.

Junto con el aumento de la introyección como mecanismo defensivo,


aparecen en el yo las tendencias y fantasías que buscan efectuar la
reparación del objeto dañado por sus anteriores ataques sádicos
fantaseados. Al haber introyectado al objeto como un todo, el yo puede
advertir los desastres que han creado su sadismo y canibalismo, sintiéndose
afligido y arrepentido. El yo percibe que sus objetos de amor se encuentran
en pedazos y necesita desesperadamente repararlos y salvarlos, a la vez
que duda de su capacidad para tal restauración. Esta situación es
determinante para los procesos de sublimación y el total desarrollo del yo.

La base del superyó se encuentra así en los primeros objetos


incorporados, que influyen en su estructuración. Cuando tempranamente el
yo separa los objetos buenos de los malos, percibe la existencia de objetos
sumamente malos en contraste con objetos totalmente buenos y perfectos,
por tanto, sus objetos amados se sienten muy morales y exigentes. Cuando
el yo ya no puede mantener la separación entre objetos buenos y malos,
una parte de la crueldad de los objetos malos y del ello se adjudica a los
buenos, aumentando aun más el rigor de sus exigencias. Además, si ante la
ansiedad de perder a los objetos amados y el intento de salvarlos, el yo
encuentra muy difícil la labor de reparación, aun más exigente se vuelve el
superyó.

66
Como en esta etapa del desarrollo el yo esta siempre amenazado por
el miedo a que sus objetos buenos internalizados perezcan; y como existe
una profunda correlación entre los objetos situados dentro del yo y los
reales, la ansiedad se manifiesta también en una fijación exagerada del niño
hacia la madre o quien la sustituya. El temor a la pérdida del objeto bueno
internalizado se transforma en miedo de que la madre real muera, y a la
inversa, cualquier experiencia que evoque la pérdida del objeto real amado
despierta el miedo por perder al erigido internamente.

Esta situación de amenaza de "la pérdida del objeto amado" es vivida


por el bebé cuando le es retirado el pecho de la madre y más intensamente
durante al desdete, siendo esta la primer y fundamental pérdida de un
objeto externo real amado. La situación primordial de la posición depresiva
se asocia entonces a la importante relación del lactante con la madre real y
a los fracasos transitorios de los procesos de introyección, por lo que el yo
no logra establecer y mantener en su interior al objeto amado.

Las tentativas de reparación tienen un papel trascendental para el


atravesamiento exitoso de la posición depresiva infantil. Las principales
defensas que el yo desarrolla para enfrentar este estado son los
mecanismos maniacos y los obsesivos. En estas fantasías operan el
sentimiento de omnipotencia y la negación. El yo niega la importancia de los
objetos buenos y de los peligros que los amenazan desde los objetos malos
y el ello, a la vez que intenta compulsivamente controlar y dominar todos
los objetos de un modo omnipotente, lo que se manifiesta en su
hiperactividad. Realiza estas maniobras con dos fines: en primer lugar, para
negar y sofocar el miedo que lo apremia; y en segundo lugar, para que
poder realizar la reparación del objeto amado, ya que dominando los
objetos impide en su fantasía que se dañen unos a otros y al propio yo.

Toda vez que el niño vuelve a encontrarse en el amamantamiento con


el pecho real, después de haberlo perdido, se activa este proceso maníaco,
bebido a que, la gratificación de ser alimentado e incorporar objetos buenos
externos, moviliza fantasías sobre los objetos ya internalizados, en las que
siente que domina estos objetos, lo cual es tranquilizador.

Klein (1935) señala que, el conocimiento de la naturaleza y el


contenido de las ansiedades primitivas y del interjuego entre las
experiencias reales y fantaseadas, resalta la importancia de los factores
externos en las primeras experiencias del niño para el desarrollo saludable
del sujeto. Cuanto más satisfactoria sea la relación del niño con su madre
real, tendrá mayor capacidad de superar la posición depresiva, hasta que el
amor y confianza en los objetos buenos internalizados esté bien establecida
y el yo fortalecido por identificación con ellos.

No es posible establecer una división tajante entre la posición


esquizoparanoide y la depresiva, porque el cambio es un proceso gradual.
Se producen fluctuaciones entre una y otra, y ambos fenómenos por algún
tiempo se entremezclan como parte del desarrollo normal. La elaboración
de estas posiciones se prolonga a los primeros años de la niñez y en este
transcurso las ansiedades pierden intensidad; los objetos son menos

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idealizados y terroríficos; y el yo se encuentra más unificado, aumentando
la adecuada percepción y adaptación a la realidad. La superación de la
posición depresiva es central para el desarrollo, porque en ella se sustenta
la normal evolución del individuo, y las emociones implicadas en esta
situación son elementos fundamentales para los sentimientos de amor y los
vínculos afectivos sanos.

CONSIDERACIONES ACERCA DEL DESTETE

Melanie Klein (1936) fundamenta sus teorizaciones en el postulado de


Freud (1915b) de “la existencia de una parte inconsciente de la mente cuyo
núcleo se desarrolla en la más temprana infancia” (p.298). Los tempranos
sentimientos y fantasías que se experimentan a partir de estímulos externos
e internos, dejan profundas huellas en la mente, que influyen en la vida
emocional e intelectual de la persona adulta. La alimentación mediante el
amamantamiento es la primera satisfacción que vive el niño, proveniente
del mundo externo. Esta no solo alivia su hambre, sino que también siente
placer con la estimulación de la boca en la succión del pecho materno, lo
cual es un aspecto primordial de la sexualidad del niño. También siente
placer mientras la leche tibia desciende por la garganta y llena su
estomago.

El proceso de introyección es la actividad mental por la cual, en su


fantasía, el bebé incorpora en si mismo lo que percibe del mundo exterior.
Como en este periodo las mayores satisfacciones son propiciadas por la
boca, ésta sobresale como la vía principal de incorporación, tanto del
alimento, como del mundo externo. Pero en realidad todo el cuerpo, a partir
de sus funciones y de los sentidos, lleva a cabo este proceso de introducir,
al inspirar, mirar, oír, tocar. El pecho materno es el primer objeto deseado e
introyectado por el niño, que en su fantasía succiona, mastica y traga,
sintiendo que lo tiene en su interior. En su mente el pecho “bueno” que
satisface será arquetipo de todo lo bueno y beneficioso en su vida, y el
pecho “malo” que priva, la matriz de todo lo perseguidor y malo.

A todo estimulo displacentero el bebé responde con emociones de odio


y agresión que se manifiesta en fantasías sádico-orales, primero dirigidas
hacia el pecho materno y luego al interior del cuerpo de la madre. Estas
fantasías destructivas son al principio de succión, mamando de modo
vigoroso. Con la aparición de la dentición toman un tinte canibalístico, de
morder, masticar y rasgar.

Cuando poco a poco el bebé conecta el rostro que lo mira, con la mano
que lo acaricia y el pecho que lo satisface, empieza a percibir a la madre
como persona completa y puede extender su percepción de totalidades al
mundo externo y a otras personas de su entorno, como el padre. El poder
manejar favorablemente las emociones conflictivas de amor, odio y culpa
que resultan de empezar a vincularse con las personas como un todo con
aspectos que a veces satisfacen y otras veces frustran al niño, es muy
importante para su futuro bienestar mental, su desarrollo social y su

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capacidad para amar. De esta situación surge el deseo de reparar como
fuerza impulsora de cualquier actividad constructiva posterior.

El poder construir internamente una madre amorosa y sostenedora, y


luego ambos padres como figuras buenas internalizadas, sentidas como una
parte sabia y bondadosa de la personalidad, fomenta el desarrollo de la
seguridad y confianza en uno mismo, y en las personas más allá de la
familia, ayudando a superar los temores y las frustraciones a lo largo de la
vida.

El bebé experimenta la frustración agudamente, sintiéndola como


privación. Cada vez que desea el pecho y este no aparece, cree que lo ha
perdido para siempre; al extenderse a la madre, también siente la pérdida
de su madre amada, real e internalizada, además de sentimientos de culpa
por haberla destruido, por lo que la perdida se vive como un castigo por
esta horrible acción. La situación del destete aumenta estos temores y
sentimientos dolorosos, ya que el bebé pierde realmente lo que más ama.
Por tanto, una buena relación con la madre es fundamental para una
adecuada elaboración de este conflicto básico. Esto permite que a pesar de
la frustración, el niño preserve un vínculo placentero y feliz con la madre
real, pudiendo sobre esa base construirlo con otras personas y también
encontrar satisfacciones que puedan sustituir la que se ha perdido.

Klein (1936) señala que desde el nacimiento el desarrollo emocional


del niño es de vital importancia, es así que el modo en que es tratado desde
el momento mismo del parto deja huellas en su mente. El buen contacto de
amor, comprensión y paciencia de la madre hacia el bebé, propiciándole
sensaciones de placer y confianza, redunda en beneficios para su salud
posterior.

La autora remarca la importancia del amamantamiento natural y


regular para el bienestar psíquico y físico del niño, y como una ventaja para
el desarrollo. El destete debe realizarse lenta y suavemente,
acostumbrándolo al cambio con gentileza y paciencia. Se deben evitar las
frustraciones innecesarias, dando lugar a que el niño crezca a su propio
ritmo, ayudándolo en el logro de avances graduales en su independencia y
no interfiriendo en su desarrollo con un plan pre fijado.

Otro punto de especial significación es la actitud de la madre frente al


desarrollo sexual del niño. A partir del nacimiento el bebe experimenta
sensaciones sexuales, primero en el placer de las acciones orales y
excretorias, que luego se conectan con los genitales en actividades
masturbatorias. Tales sensaciones sexuales y las tendencias eróticas que al
comienzo se dirigen a los padres, son fundamentales para el desarrollo del
carácter, la personalidad y la sexualidad adulta. Se deben aceptar
amistosamente, sin mostrar burla, dureza o disgusto, que resulten
humillantes y perjudiciales para el niño.

El destete exitoso involucra tanto la adaptación al nuevo alimento,


como el paso principal en la superación de los conflictos y temores que
permiten una elaboración verdadera de la frustración. Tomando ambos
sentidos de la palabra inglesa “destetar” (weaning) – destetar “de algo” y

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“hacia algo” – Klien (1936) afirma: “Aplicando los dos sentidos podemos
decir que, cuando se ha llevado a cabo una verdadera adaptación a la
frustración, el bebé no sólo es destetado del pecho de su madre, sino hacia
otros sustitutos, todas las fuentes de gratificación y satisfacción necesarias
para llevar adelante una vida plena y feliz” (p.310).

EL PERIODO PRENATAL: LA IMPORTANCIA VINCULAR


MADRE – BEBE

Si bien debido a las prácticas médicas institucionalizadas actualmente


son pocas las situaciones en que los nacimientos pueden producirse suave y
naturalmente, hace ya varios años que se conoce la importancia del período
pre y perinatal para el desarrollo saludable del individuo humano.

Como comenta Eva Reich (1999), en su época de estudiante en la


década de 1940, se suponía que el feto carecía de vida psíquica, ya que su
sistema nervioso no se encuentra desarrollado plenamente. Pero esta
autora, mediante su investigación y su trabajo terapéutico, pudo comprobar
la importancia de las experiencias tempranas pre-verbales. Verny y Kelly
(1990) aportan muchas pruebas científicas que demuestran que el feto ya
posee una vida psíquica relativamente diferenciada y reacciona a su medio,
sobre todo hacia la madre. Por ejemplo, el corazón del feto late más rápido
si la madre está estresada y reacciona al terror de la madre con
movimientos (Reich y Zornánszky, 1999).

También algunos sonidos penetran hasta el feto y Eva Reich (1999)


considera que todo lo que se dice en presencia de la embarazada queda
grabado en lo que llama la “casete de los recuerdos” (p.51) del feto. Los
contenidos de lo dicho, que van acompañados de sensaciones, llegan al feto
y pueden ser la base para posteriores conflictos vitales, por eso, Leboyer
(1995) menciona la importancia del “religioso silencio” (Ob. cit., p.52) en el
momento del parto, ya que este importante proceso de transformación no
debe perturbarse. Las experiencias pre-verbales dejan profundas marcas;
ciertas reacciones de rechazo provienen de esas tempranas experiencias.

David Boadella (1993), a partir de los aportes de diversos autores,


describe el desarrollo de feto desde la concepción al nacimiento y la
influencia energético-emocional que tienen tales experiencias para la vida
posterior. Relata que, el cuerpo de un nuevo ser empieza a conformarse
cuando las células germinales, el óvulo y el espermatozoide, se unen para
formar el cigoto. El cigoto fertilizado en flotación libre, emprende un lento
viaje oviducto abajo y luego de seis o siete divisiones, este grupo celular de
una semana se fija a la pared uterina y realiza su primera experiencia de
anidación. Laing (1976) enfatiza la importancia de esta transición diciendo
que la implantación es como una adopción y que el cuerpo celular está
sensibilizado a la receptividad del útero. El estado de flotación libre puede
implicar en la conciencia la raíz del miedo a ser arrastrado, y si el útero no
se siente receptivo, luego la conciencia puede tener fantasías o pesadillas
de hundirse en arenas movedizas. En cambio, si el útero es receptivo, la
masa celular echa raíces en tierra fértil.

70
Flotando en el líquido amniótico, con las presiones externas
amortiguadas y casi sin peso, el feto arraigado a la pared uterina se
encuentra en un estado de seguridad y contento que quizás no supere
nunca. Cuando reina la serenidad y tranquilidad en el útero, se experimenta
un estado libre de tensión y éxtasis oceánico que Grof (1975) compara con
el Paraíso. Mott (1948) señala que algunas de las primeras sensaciones
libidinales son producidas sobre la piel del feto por los movimientos del
lanugo –pelo- en el líquido amniótico.

Como el bebé en crecimiento se encuentra dentro del cuerpo de la


madre, nutrido por ella como si fuera uno de sus órganos, su buena
sensación corporal depende de que la madre que lo contiene se sienta bien
con su cuerpo y que sus sentimientos respecto de niño sean buenos. Si la
madre se encuentra tensa y con malos sentimientos corporales, esto puede
sentirlo el feto, al igual que los sentimientos de rechazo, hostilidad o culpa
para con él. El feto no sólo es sensible a perturbaciones de su existencia
como presiones mecánicas, fuertes sonidos o intensas vibraciones, también
se ve afectado por el malestar de la madre cuando ella está enferma,
agotada o intoxicada, pudiendo, según Mott (1948), compartir también los
estados afectivos de la madre y de algún modo percibir sus pensamientos.
Esta comunicación entre la madre y el bebé en el útero en múltiples niveles
le otorga una aguda conciencia de ser deseado y amado, o por el contrario,
indeseado y lamentado.

El afecto fetal dérmico, mencionado por Mott (1948), constituye la


base de la sensibilidad del adulto a los estímulos del mundo externo, tanto
en la superficie de la piel, como en los demás órganos sensoriales,
principalmente los ojos y oídos. Smythe y Le Boyer (1975) describen la
sensibilidad del feto a la luz señalando que cuando la madre se encuentra
desnuda bajo una intensa luz solar, el feto percibe una dorada bruma que
resplandece a través de la pared abdominal; y cuando luces
relampagueantes inciden sobre la pared abdominal de la madre, se
producen variaciones en el ritmo cardíaco del feto. Los sonidos quedan
grabados en la conciencia del feto, y por ello después del nacimiento el
bebé puede ser tranquilizado con el sonido de los latidos de corazón, ya que
este sonido lo lleva impreso desde su vida en el útero. También la voz de la
madre deja sus improntas en este período.

La conciencia del feto sería lo más próxima a la conciencia del sueño


y el soñar parece ser esencial para el sistema nervioso del feto, ya que
existen pruebas de que el feto sueña mucho más tiempo que el bebé recién
nacido. También parece responder al soñar de la madre; según Sterman
(1971), los estados de actividad fetal se sincronizan a sus ciclos de sueño.

En el transcurso de la primera mitad de la vida del feto, el amnios


que lo contiene crece con mayor rapidez que el feto, pero en los últimos
meses del embarazo cambia la situación y el feto crece hasta que toca la
membrana que lo rodea, viviendo en un universo que se ciñe cada vez más.
El bebé se encuentra por primera vez encerrado en un abrazo de carne y tal
aferramiento terrenal no tiene por qué ser desagradable después del
espacio acuático. Eso dependerá en gran medida del tono muscular del

71
útero y de las sensaciones corporales que tenga la madre. Tanto en esta
experiencia como en la primera infancia, el modo en que el bebé sea
abrazado y sostenido establecerá su agrado por ser estrechado y envuelto
en los brazos de los padres, o que luche con malestar por liberarse.

En el noveno mes, el útero reitera sus movimientos estrechadores


contractivos, que según Janov (1973) sirven para estimular la piel del bebé
y los sistemas corporales que necesitará luego del nacimiento. Hay además
investigaciones que indican que el feto elige su posición en el útero y el
momento en que se producirá el parto. El nacimiento es una experiencia o
“drama formativo” (Boadella, 1993, p.67) que puede fomentar algunos de
los patrones más profundos de nuestra personalidad. El que sea vivenciado
como un trauma depende de las condiciones de esa situación y de las
actitudes de sus participantes. En un nacimiento normal, el bebé entra en el
mundo de cabeza y este constituye su “primer enraizamiento” (Ob. cit.,
p.67) en el mundo exterior.

La primera etapa del parto empieza cuando el feto ya está preparado


e induce el trabajo de parto, propiciado además, por un reloj biológico que
asegura que en el útero comiencen las contracciones propiamente dichas.
Un parto doloroso para la madre puede ser estresante para el niño. Pero
una madre relajada, que no sufre estrés consciente ni inconsciente, está
bajo la influencia del sistema parasimpático y los músculos se dilatan y
relajan, abriendo los vasos sanguíneos que aportan oxigeno fresco. Cuando
el sistema funciona de este modo adecuado y natural, las contracciones no
suelen ser dolorosas, salvo quizás durante la última media hora, cuando el
cérvix se dilata hasta su máximo antes de que comience la segunda etapa.
Como Kitzinger (1972) señala, la madre puede adaptar automáticamente el
ritmo respiratorio a las contracciones, y el bebé las experimentará como un
abrazo cada vez más estrecho y un masaje cada vez más firme, pero no
debería sentirlo como una presión que lo aplasta.

Una madre estresada, tensa o con miedo al dolor está gobernada por
el sistema nervioso simpático y así, el cérvix se contrae, bloqueando la
salida del útero y también se contraen los músculos en ocho, constriñendo
los vasos sanguíneos y reduciendo el flujo de sangre y oxígeno a las
paredes uterinas. Según Casserley (1975), se siente dolor en el útero si las
terminaciones nerviosas no reciben un baño suficiente de sangre. Se
produce así una situación en la que la matriz intenta realizar a la vez dos
acciones antagónicas, abrirse para que el bebé pueda nacer, pero también
permanecer cerrada por el miedo de la madre al dolor. En este caso el bebé
puede encontrarse en una situación intolerable. Lo que podía ser solo un
firme masaje comienza a parecerse a un mortal estrujamiento del que
parece no haber salida.

De todas maneras, aunque la madre se encuentre tensa, finalmente


las contracciones uterinas prevalecen y el cérvix se abre para dar paso a
que el bebé descienda, comenzando la segunda etapa del parto. Cada
contracción uterina ejerce en adelante una presión sobre el feto, haciendo
que avance por el canal del parto. Durante la primera etapa lo mejor es que
la madre se encuentre relajada, pero ahora se necesita su esfuerzo activo,

72
reteniendo la respiración para mantener el diafragma hundido, lo que
facilita y ayuda al proceso del alumbramiento.

Kitzinger (1972) explica que la acción por la que se empuja al bebé


hacia abajo en el canal del nacimiento tiene que ser como la de un pistón,
ejerciendo toda la presión desde arriba hacia el fondo del útero, estando los
músculos del fondo pélvico totalmente relajados. Cuando la pared
abdominal se tensa y contrae el útero verticalmente, impide que la presión
desde arriba pueda tener todo su efecto. Para Benyon (1957), en la
segunda etapa del parto, el alumbramiento se produce más fácilmente
cuando la madre no es alentada a pujar, y solo lo hace cuando siente el
impulso involuntario de hacerlo.

Como esta autora describe, en el parto, mientras la cabeza del bebé


avanza, presiona y empuja los tejidos del perineo, que si permanecen
elásticos, gradualmente se estiran mucho para permitirle el paso. Si la
madre puja mal, esos tejidos pierden su elasticidad y se desgarran. Algunos
médicos realizan preventivamente una episiotomía (incisión en el perineo),
cortando este punto importante por donde pasan vasos sanguíneos, nervios
y músculos. Pero ambas cosas pueden evitarse si se ayuda a la madre a
permanecer relajada y el parto se realiza sin urgencia.

Si la segunda etapa del parto es tensa y forzada, según Grof (1975),


el bebé experimenta algo parecido a una lucha titánica de muerte y
renacimiento, cuyas manifestaciones físicas incluyen: gran presión en la
cabeza y el cuerpo; sofocación, ahogo y estrangulamiento; también tensión
muscular generalizada que se descarga en diversos temblores y
contorsiones. Tales experiencias traumáticas no tienen lugar si las fuerzas
que apoyan el descenso del bebé pueden actuar de manera armónica.

Se puede utilizar la fuerza de gravedad como ayuda para el parto.


Yunker (1975) menciona que la posición natural es que la madre esté en
cuclillas y Casserley (1975) recomienda que la madre se encuentre sentada
o semirreclinada. La posición habitual de yacer de espaldas, hace que la
gravedad actué en contra y que el peso del bebé, del útero y el líquido
amniótico carguen sobre la espalda, afectando la columna vertebral, por
donde corren las venas y arterias principales. De este modo, se reduce la
presión sanguínea de la madre, que puede disminuir el pulso del feto y el
oxigeno que llega a éste.

Paul y Jean Ritter (1954) remarcan el placer que va asociado al


alumbramiento sano, y resumen las semejanzas entre el nacimiento y el
orgasmo, entre las que se encuentran: la naturaleza involuntaria de los
movimientos, contracciones y convulsiones en todo el organismo; la tensión
y carga crecientes; la experiencia de liberación y placer entre
contracciones; el éxtasis experimentado luego del acmé del coronamiento
(emergencia de la cabeza del bebé en el momento del parto) y los rostros
satisfechos de la madre y el niño después del nacimiento sano (Ob. cit.,
p.76). El parto natural puede inducir un orgasmo en la madre al dar a luz,
ya que, como Casserley (1975) señala, “Un bebé que pasa a través del
canal de nacimiento toca y estimula las mismas áreas que son estimuladas
en el intercambio sexual” (Ob. cit., p.77).

73
Pero además, como explican los Ritter (1954):
[…] estamos ante la superposición y el clímax de dos sistemas
energéticos…Las convulsiones del “quiero salir” del feto son una fuerza, y las
convulsiones del “quiero que salgas” de la madre son la otra […] El punto de
encuentro es el perineo…El impulso a salir y el esfuerzo por expulsar al feto
llegan a un clímax. La tensión alcanza su pico y es seguida rápidamente,
después del coronamiento, por una tremenda relajación en ambos sistemas,
primero fusionados y después como dos organismos separados […] (Ob. cit.,
p.77).

Así, el nacimiento puede ser una experiencia orgásmica tanto para el


bebé como para la madre. La madre que puede participar plenamente del
clímax convulsivo del reflejo de orgasmo estará mejor preparada para el
empuje energético del reflejo expulsivo. “Ella da a luz. No es que le sacan el
bebé, sino que al bebé, como al orgasmo, se le permite que llegue”
(Boadella, 1993, p.78).

Abogar por partos más naturales, puede reducir la incidencia de los


traumas del nacimiento. El coronamiento es el acto final del parto y el
momento de llegada en el que el bebé ve por primera vez los ojos al
mundo. Esto implica “el establecimiento del recién nacido en el mundo
exterior” (Ob. cit., p.79).

En el nacimiento el niño pasa del mundo fluido y casi sin peso del
líquido amniótico al mundo terrestre, de la gravedad y la solidez. La última
vez que aterrizó era un cigoto que se asentaba en la pared del útero y ese
primer aterrizaje fue una implantación, un arraigamiento. La nueva llegada
implica un substancial desarraigo. El sistema de arraigo del bebé, la
placenta, que ha sido la única fuente de nutrición está muriendo. El cambio
de existencia es casi total. Siguiendo a Schwenk (1965), el niño al nacer
deja el espacio esférico del agua e ingresa a las fuerzas direccionales de la
tierra, y cuando más cede a tales fuerzas, se solidifica más su cuerpo,
condición necesaria para pararse y aprender a caminar.

En este proceso, como detalla Boadella (1993), hay cuatro


transiciones importantes, que el bebé puede experimentar como una
expansión agradable o como un choque perturbador, según el modo en que
se maneje su llegada. La primera es la “transición sensorial” (p.81). El niño
sale de la oscuridad y entra en un mundo de luz enceguecedora. Deja un
mundo de sonidos amortiguados por el agua y entra en un mundo de
sonidos ásperos y ensordecedores. Le Boyer (1975) remarca la importancia
de las luces tenues y los sonidos apagados, para evitar un choque
innecesario al sistema sensorial.

Además, el líquido amniótico está a la temperatura de la sangre y la


sala de partos no está a más de 20º, por lo que la caída de la temperatura
es grande para el bebé. Aunque el acto del nacimiento despliega los
procesos cerebrales que regulan la temperatura, llegar al equilibrio les toma
varias semanas, habiendo un real peligro de hipo o hipertermia. A través de
las primeras experiencias del contacto mediante la piel, el bebé aprende si

74
el mundo en que ha entrado le da caricias y calor, o es un mundo frío. Le
Boyer (1975) aconseja colocar al niño en decúbito supino sobre el abdomen
de la madre inmediatamente después del nacimiento y luego darle un tibio
baño, ya que al ser sumergido, deja de pesar, y se libera de ese cuerpo con
su carga de ásperas sensaciones nuevas que lo abruman. Janov (1985)
señala que la sensibilidad a la temperatura en la vida posterior depende en
parte de estas primeras experiencias. El abdomen de la madre es el lugar
más tranquilizador para el bebé, ya que sigue en contacto con el cuerpo que
lo contuvo durante toda su existencia hasta ese momento.

La segunda es la “transición circulatoria y el nacimiento de la


respiración” (Ob. cit., p.83). Durante el embarazo el bebé fue oxigenado
con el aire de la respiración de la madre y ahora debe respirar su propio
aire. Aunque su corazón ha estado bombeando sangre a todo el cuerpo,
muy poca llegó a los pulmones y una gran cantidad iba a la placenta, lo que
en adelante debe cambiar. En los primeros minutos después del nacimiento,
se producen cruciales cambios en el sistema circulatorio. Los impulsos
reflejos vasodilatadores abren el flujo vascular a los pulmones y a la vez los
impulsos vasoconstrictores cierran el conducto arterioso.

El primer llanto del infante expande los pulmones y desencadena esos


cambios circulatorios reflejos, que son rápidos, pero no instantáneos y el
cordón umbilical sigue pulsando muchos minutos luego del nacimiento. De
esta manera, la corriente final de sangre de la placenta vuelve al cuerpo del
recién nacido. Si el cordón umbilical es cortado antes de que haya dejado
de pulsar, el niño experimenta un doble shock, circulatorio y respiratorio,
que somete a una innecesaria tensión al corazón en su nuevo
funcionamiento y priva al bebé de un valioso oxígeno, lo que puede reducir
el número de glóbulos rojos en circulación. El shock respiratorio surge de la
necesidad de tomar todo el oxígeno de golpe por medio de los pulmones
que acaban de expandirse. Como dice Le Boyer (1975), cuando se permite
una natural transición, el ombligo continúa proveyendo oxígeno hasta que
los pulmones ocupan totalmente su lugar. El bebé así, al tomar oxígeno de
dos fuentes, pasa gradualmente de una a la otra y casi no se lo oye llorar.

La tercera es la “transición gravitacional” (Ob. cit., p.86). El bebé es


por primera vez puesto en contacto con la tierra firme. Según Le Boyer
(1975) al dejar el agua, el bebé se encuentra con el peso de la gravedad y
la nueva carga de su propio cuerpo. Durante nueve meses su mundo (la
madre) nunca ha dejado de moverse y ahora todo se detiene, esto es
desconocido. Tal experiencia depende de cómo se le haga conocer la tierra
al recién nacido, pudiendo sentir abandono y desolación ante el gran
espacio congelado, base de la agorafobia, el miedo a los espacios abiertos.
Pero si se le hace conocer al niño la tierra firme de un modo gradual, esta
experiencia puede ser placentera. Hay algo sólido y firme contra lo que el
bebé aprende a hacer presión y puede poner a prueba los ritmos vitales de
su propio cuerpo, aprendiendo a diferenciarse de las otras personas. Las
personas que no están bien enraizadas en el suelo, que retienen su agresión
y no prueban su fuerza contra la solidez del piso, desarrollan escasos limites
yoicos y son invadidas más fácilmente.

75
En el niño pequeño el sentido de la gravedad se relaciona con la
experiencia de caer. Si es sostenido y mecido con seguridad, jugar con la
gravedad puede parecerse a volar o estar otra vez flotando en el vientre
materno. El niño inseguro, en cambio, teme caer, la gravedad es una
amenaza y el suelo es el lugar del abandono o la superficie contra la que se
golpeará. El miedo a caer genera la contracción del organismo, la
congelación del flujo de las sensaciones y de las corrientes agradables del
cuerpo. Además, precipita las pautas primitivas del reflejo de alarma
presentes en todas las pautas de tensión neurótica. La manera como el niño
es manipulado en las primeras horas y días de su vida postnatal establece
las pautas básicas de como él sostiene su cuerpo y su organización
muscular para resistir y oponerse, o para rendirse a la gravedad.

La cuarta es la “transición alimentaria” (Ob. cit., p.89), que se


produce cuando el niño toma su primer alimento externo y lentamente
aprende a funcionar su sistema digestivo. Esta es una transición más
prolongada, pudiendo durar varias semanas y se la suele llamar “forma de
establecerse” (p.89). El cordón umbilical le aseguraba al feto una constante
provisión de comida y el bebé recién nacido sólo tiene una conexión
temporaria, mediante el acoplamiento de su boca y el pezón de la madre. El
cordón umbilical tiene la longitud exacta para que la madre ponga al niño al
pecho antes de su corte y del desprendimiento de la placenta. La acción de
amamantar estimula una liberación hormonal que cierra el suministro de
sangre al útero e induce contracciones que reducen el riesgo de
hemorragia.

El recién nacido tiene que aprender a coordinar los movimientos de


beber y respirar, para no ahogarse llevando leche a los pulmones, o sufrir
dolor de estómago por llevar aire a los intestinos. Sus tendencias
autorreguladoras se facilitan mediante la presencia de una madre sensible a
sus propios ritmos, que adapta el flujo alimentario a la demanda del bebé,
distinguiendo si el llanto es de hambre o de malestar, tal vez por gases.

Como afirma Bevan-Browne (1950), la experiencia de mamar


trasciende la necesidad de mantenimiento químico y es una experiencia
sensual que incluye sensaciones intensas derivadas del contacto con el
pecho y con la madre, y sensaciones de satisfacción en el interior del cuerpo
por recibir la leche tibia. Los bebés que pueden mamar en el sentido pleno,
suelen presentar una respuesta corporal total y el reflejo de succión lleva a
temblores del cuerpo, brazos y piernas al modo de un orgasmo oral que es
la base del orgasmo genital adulto. El establecimiento, es el proceso por el
cual el infante aprende a asimilar la leche materna con su sistema digestivo.
Su logro se reconoce por el aspecto general del niño, que pierde el
semblante angustiado y preocupado, adquiriendo serenidad.

Un recién nacido satisfecho alterna entre periodos de


amamantamiento y periodos de sueño, experimentándolos como procesos
temporales. El acoplamiento al seno materno es un comportamiento
receptivo activo que establece los cimientos del contacto y la terminación
del contacto en la vida posterior. Los períodos de lactancia y contacto con el
pecho alternan además, con períodos despiertos de contacto visual y

76
manipulación generales de la madre, que son también básicos para el
desarrollo de un arraigado sentido del self.

Las transiciones mencionadas son básicas para el emergente sentido


de sí mismo del niño fuera del útero. Pueden ser experiencias que nutren y
llenan el cuerpo del niño, o que lo estresan, plegándolo en nudos de tensión
y gritos de dolor. Si el arraigo básico de una persona en el mundo se vive
como una experiencia chocante y horrible, los órganos de contacto no se
despliegan plenamente, quedando debilitada o destruida la base de la
seguridad en el mundo, en el propio cuerpo o entre los cuerpos de los otros.
Antes de la aparición del lenguaje, de que se pronuncie la primera palabra,
ya está establecido el sentido básico de la identidad (o de su falta).

HUMANIZACION A PARTIR DE LA CONCEPCION

En cuanto a la pregunta acerca de cuándo es el momento en que la


vida comienza para una persona, Eva Reich (1999) señala que aunque
tiempo atrás se suponía que la vida del niño afloraba a partir del
nacimiento, actualmente hay muchas evidencias de que desde el
engendramiento se manifiestan señales de vitalidad en el embrión humano,
que prueban que las primeras experiencias en el útero ejercen su influencia
en la vida posterior.

Como reseña Boadella (1993), el psicoanálisis retrocede en la


memoria hasta el inicio del lenguaje. M. Klein (1935) postula los orígenes
de algunas neurosis en el primer año vida. Para Otto Rank (1924), la raíz
central del estrés emocional se encuentra en el trauma del nacimiento.
Frank Lake (1953) y los psicólogos prenatales han ido más atrás, hasta el
periodo en el útero, para sondear las bases de los conflictos emocionales.

Durante las dos semanas posteriores a la concepción, el grupo de


células que conforman el cigoto se multiplica unas mil veces,
transformándose en un disco alargado con una cabeza en un extremo y una
cola en el otro, el cual se compone de tres capas, una exterior (ectodermo),
una capa media (mesodermo) y una interior (endodermo), que tienen
asociado un sistema en forma de tubos. A partir de la primera capa
ectodérmica se comienza a desarrollar el cerebro. El tubo interior
endodérmico se convierte en el tubo digestivo, desde el cual se van
formando los órganos de la digestión, estómago, hígado, páncreas, etc. y
también los pulmones. De la capa media mesodérmica se desarrolla el
corazón primitivo, que a los 25 días, en un organismo con un peso menor a
una milésima de gramo, comienza a latir, pulsando espontáneamente.
Luego de las primeras tres semanas, al conjunto de tubos se lo denomina
embrión y durante las cinco semanas posteriores, quedan establecidas
todas las estructuras fundamentales del cuerpo humano. Al cabo de unos
cien días, culmina el período de formación de órganos y tejidos. En los seis
meses subsiguientes del embarazo, el feto solo multiplicará su tamaño unas
seiscientas veces, pero no se generará ninguna estructura básica nueva.

77
Boadella (1993) se pregunta “¿En qué etapa de este cuerpo en
formación podemos hablar de experiencia, sensibilidad y memoria
primitiva?” (p.55). Los oídos pueden ya oír antes de que el rostro se forme
totalmente, entre las seis y ocho semanas de embarazo. La succión del
pulgar puede aparecer antes de que se formen los huesos de los dedos,
alrededor de las tres semanas. También en esa época, la madre puede
notar las primeras “pataditas”, movimientos vigorosos dentro de la matriz
cuando el feto agita el agua, al modo de primitivos movimientos natatorios
que son el prototipo de los movimientos que hará el bebé en la vida
posnatal al aprender a resistir la gravedad, es decir, los fundamentos
biológicos de la agresión como movimiento hacia adelante, basado en la
movilización de los músculos espinales.

Usualmente, los recuerdos conscientes más antiguos de las personas


datan de alrededor de los dos años de edad y el psicoanálisis no puede ir
más atrás porque su instrumento es el lenguaje. Pero siguiendo los
desarrollos anteriores, un niño de dos años tiene ya unos 33 meses de
experiencia corporal, contando los meses en el útero, por lo que se hace
difícil creer que ese rico período primario en que el organismo se conforma
y crece más que en ninguna otra fase de su vida, no deje ninguna huella en
los tejidos y en las improntas emocionales.

En diversas terapias, como la Hipnoterapia y la terapia reichiana, las


personas manifiestan recordar experiencias pre-verbales y prenatales.
Como señala Boadella (1993):
[…] Hay pruebas crecientes de que las pautas de excitación del feto, tanto
las agradables como las desagradables, y las pautas motrices reflejas
asociadas con aquéllas, se conservan en alguna forma recuperable. Si esto
es así, resulta legítimo el supuesto de que el proceso de establecimiento del
recuerdo de esas experiencias también dará forma y dirigirá al organismo
[…] (p.56).

De esta manera, la memoria no se limitaría al cerebro, ya que los


organismos sin tejido cerebral y sistema nervioso también tienen
experiencias, son sensibles, responden al medio y actúan sobre él. Hasta las
células simples tendrían sistemas primitivos de recuerdo de los estados
organísmicos anteriores. El conocimiento del desarrollo en el útero y del
proceso de transición a la vida en el mundo exterior, se convierte así en un
trasfondo esencial para la comprensión de los conflictos neuróticos y de la
primitiva historia emocional del cuerpo y su organización.

Para Eva Reich (1999), el feto puede sentir si el vientre en el que


anida está caliente y lo protege o si le falta energía. Las imágenes de
ultrasonido muestran que es una criatura que reacciona. Aunque su sistema
nervioso no está totalmente desarrollado, el feto puede percibir muchas
cosas. Janov (1985), basado en experimentos efectuados en Suecia, que
muestran que el ritmo cardíaco del feto se acelera en respuesta a ruidos
moderados, indica que “el hecho de que el feto no pueda conceptualizar la
tensión, no significa que ésta no lo hiera, ni que no tiene efectos duraderos
en la conducta ulterior” (Boadella, 1993, p.62).

Eva Reich (1999) afirma que en el cuerpo humano se encuentran


almacenados todos los acontecimientos de la vida. Mediante técnicas

78
terapéuticas corporales se puede retroceder hasta los recuerdos del
nacimiento, el período prenatal y a veces hasta el momento de la
concepción. Todas las experiencias persisten en el cuerpo de forma
sensible, siendo susceptibles de ser evocados los recuerdos corporales y las
emociones suscitadas, para ser clasificadas biográficamente, verbalizadas y
así integradas a la experiencia vital y consciente del sujeto.

La vida de una persona sigue una regularidad desde la concepción


hasta la situación actual, en la que los comienzos adquieren una especial
significación, porque “la fuerza necesaria para doblar un árbol pequeño
quizás solo rompa una rama del árbol grande” (Reich y Zornánszky, 1999,
p.50). Lo que sucede en los primeros momentos de la vida de cada persona
será determinante de cómo será luego, si será feliz o no, si en general se
sentirá bien o sentirá desconfianza y preocupación de que alguien le haga
daño. Los buenos comienzos se figuran como decisivos para la vida
posterior. El adulto tiene que cumplir las funciones de alimentar y proteger.
El tiempo prenatal, el nacimiento y el período sensible, desempeñan un
papel mucho más importante del que la ciencia ha supuesto durante mucho
tiempo para el desarrollo siguiente del individuo, convirtiéndose en el
fundamento en el que éste se asienta.

Eva Reich (1999) comenta que durante las sesiones dirigidas a revivir
el nacimiento, pudo observar movimientos y estados provenientes del
tiempo fetal. Menciona el ejemplo de una mujer que desarrolló un furor fetal
con sacudidas de las piernas y tirones furiosos, que luego de esto contó que
su padre había golpeado a su madre durante el embarazo. También la cara
puede adoptar expresiones fetales. Otras personas empezaban a tragar y
orinar, y a algunos les acercaba algo suave para aferrarse, porque, como
explica la autora, el feto además de chupar, suele agarrarse fuertemente
del cordón umbilical.

En el video “el feto que reacciona a la amniocentesis” (Ob. cit., p.


157), que en 1992 fue proyectado en un congreso para ginecólogos en
Austria, el ultrasonido mostró que al introducir una aguja en la bolsa fetal,
el feto se contraía y reaccionaba muy excitado. Tales sacudidas son
producto del terror y la furia, y en lugar de gritar, como haría una persona
nacida, el feto suele tragar el líquido amniótico. Se suele creer que el
nonato solo experimenta lo que la madre siente, pero como puede
apreciarse, este también reacciona independientemente.

El cuerpo guarda los recuerdos de todo lo que le ha sucedido desde el


momento de la concepción. Ya el psicoanálisis sostiene que el adulto es el
reflejo de cómo fue tratado siendo un niño. Eva Reich (1999) añade a esto
que los niños son tratados como lo fueron antes sus padres y sus madres,
existiendo una influencia de al menos dos generaciones anteriores. Si esta
influencia es predominantemente negativa y traumatizante, es necesario el
trabajo terapéutico, que además, evitará que tales lesiones sean
transmitidas sin alteración a las generaciones siguientes, ya que, si un
trauma no se elabora, es grande la compulsión a la repetición, que lleva a
traumatizar a otra persona.

79
Esta autora sugiere la sinceridad hacia los niños, formulándoles las
verdades con sencillez. Aconseja que debiera contársele al niño si tuvo un
nacimiento difícil. Es importante explicarles a los niños qué se hizo con ellos
para que luego no tengan que averiguarlo penosamente a partir de
terapias.

CONEXION DE LA AFECTIVIDAD EN LOS SEGMENTOS


DE LA BOCA Y EL PECHO (TORAXICO)

El acorazamiento corporal es el mecanismo por el cual se producen


bloqueos en la musculatura del cuerpo, que tienen la función de reprimir
sensaciones, evitando la circulación de la energía vital (energía orgónica o
bioenergía). Este acorazamiento puede ya comenzar a partir del momento
de la concepción en el seno materno, siendo también muy importantes, el
momento del nacimiento y el período de la lactancia. El bebé se pone tenso
corporalmente como reacción al dolor y al displacer. Considerando los
factores que pueden perturbar la temprana salud emocional y ayudando a
mitigar los primeros trastornos, se puede también ayudar eficazmente a la
persona adulta.

Wilhem Reich (1980) dividió el acorazamiento corporal en segmentos,


los cuales configuran los lugares del cuerpo donde la energía vital ya no
circula adecuadamente. Según este autor, las corrientes plasmáticas y las
excitaciones emocionales, circulan a lo largo del eje del cuerpo. La energía
biológica, se mueve de manera ondulatoria de la cabeza hacia abajo,
generando la corriente orgonótica. Pero las inhibiciones de la expresión
emocional, se producen en dirección perpendicular al sentido de esta
corriente, por lo cual, los acorazamientos se manifiestan de modo
segmentado, en forma de anillos perpendiculares a la columna vertebral.

El primero es el segmento ocular, que se encuentra en la cabeza e


incluye la base del cráneo, donde puede localizarse el primer bloqueo del
flujo energético, principalmente en los ojos. Como explica Eva Reich (1999),
el ojo no solo capta la energía luminosa, sino que también irradia energía,
siendo un órgano receptor y emisor. Los bebés recién nacidos necesitan de
una respuesta a su “emisión/irradiación” (p.44) mediante un contacto visual
amoroso. Si falta este cariñoso saludo, comienza a bloquearse el segmento
ocular, quedando los bebés pequeños con miradas fijas en algún sitio a
distancia. En todas las psicosis se presentan trastornos en la función de los
ojos y la base del cráneo, quedando la conciencia sin anclaje en el cuerpo.
Otro importante bloqueo se produce a partir de la evitación del llanto.

El segundo es el segmento oral, que comprende todos los impulsos


de succionar. Este se conforma en la musculatura del mentón, la garganta,
la zona occipital y el músculo anular de la boca. Se trata de una unidad
funcional, porque al disolver la coraza del mentón se generan clonismos en
los labios y emociones de llanto o deseos de succión. También el reflejo de
vómito moviliza la totalidad del segmento oral. Aquí, importantes tensiones
pueden tener lugar inmediatamente después del nacimiento y durante la

80
lactancia. Por ejemplo, castigar al niño por chuparse el pulgar o
experiencias displacenteras en el amamantamiento, pueden tornarse en
hechos traumáticos que convulsionan la región de la boca y de la
respiración.

Como describe Boadella (1993), se observan personas con muecas


fijas o con la boca curvada hacia abajo como rasgo de desesperación.
También con mandíbulas apretadas, barbillas débiles y mejillas magras, que
reflejan de qué modo los sujetos han aprendido a hacer uso de sus
músculos faciales. El niño y el adulto sanos pueden expresar con sus
músculos toda la gama de emociones, según las situaciones lo requieran,
pero las personas tensas se encuentran limitadas y restringidas a una
estrecha gama de expresiones faciales. No pueden modificar sus
expresiones conscientemente con facilidad y esto solo puede cambiar
cuando logran liberar las emociones retenidas en las tensiones del rostro,
como impulsos reprimidos de morder, chupar, llorar y hacer gestos. Estas
emociones suelen ser infantiles, ya que es en la infancia donde se
desarrollan los primeros bloqueos de la expresión afectiva. Entonces, el
rostro puede por primera vez, luego del trauma original, relajarse
adecuadamente, pudiendo la persona relacionarse con el mundo sin las
mutilantes limitaciones del pasado corporizado.

Estas expresiones emocionales de llanto, de morder con rabia, gritar,


chupar y hacer todo tipo de muecas, dependen de la libre movilidad del
segmento anterior ocular además del oral. Asimismo, puede aun ser
dificultoso liberar el impulso del llanto si los segmentos posteriores
siguientes, del cuello y pecho -o toráxico- continúan en estado de
“contracción espástica” o crónica (Reich, 1980, p.304).

Al disolverse los primeros bloqueos de la coraza muscular, con los


desplazamientos y sensaciones de la energía vital orgónica, se desarrolla
cada vez más la expresión de “dar”, o de entregarse a la emoción
precipitada, aunque los acorazamientos posteriores aun impiden su plena
manifestación. Cuando el organismo trata por la fuerza de superar los
bloqueos restantes, esta rudimentaria expresión de dar puede convertirse
en una expresión de odio. Por ejemplo, si se disuelve el acorazamiento de la
región oral como para estimular el impulso del llanto, pero aun se
conservan estáticos los bloqueos de la garganta y el pecho, la parte inferior
del rostro empieza a ceder al llanto pero no se permite su total expresión,
por lo que puede transformarse en una mueca de odio, como expresión de
frustración y desesperación. Esto remarca el hecho general de que si la
expresión de dar se encuentra con los bloqueos de la coraza y no puede
desarrollarse libremente, se convierte en ira destructiva (Ob. cit., p.306).

El tercero es el segmento del cuello, en el cual se asienta la voz.


Cuando existen trastornos neurológicos, el grito del bebé es
sorprendentemente estridente. Se generan convulsiones del segmento del
cuello a partir de diversidad de trastornos, como una operación de
amígdalas o cuando un niño tuvo que reprimir sus sensaciones mientras se
le pegaba y se le prohibía llorar.

81
El cuarto es el segmento del pecho o toráxico. Este es muy grande y
abarca los brazos, manos, corazón y pulmones, es decir, toda la zona del
tórax. Se relaciona con la acción y la respiración. En estado de salud, todo
el tronco pulsa suavemente, con movimientos ondulatorios, durante la
respiración. Pero uno de los primeros mecanismos que el niño aprende para
sofocar sus sentimientos, es controlar su respiración, lo que sirve para
someter los procesos corporales a los fines de la mente, la cual intenta
evitar los conflictos que la expresión abierta de las emociones puede
generar en los hogares represivos.

Reich (1983) señala que, la inhibición de la respiración o el contener


el aliento, es el mecanismo fisiológico para suprimir y reprimir los afectos o
emociones, por tanto, el mecanismo básico de toda neurosis. El autor
explica que, la función biológica de la respiración es ingresar oxígeno al
organismo y eliminar bióxido de carbono. El oxígeno introducido con el aire
realiza la combustión de los alimentos digeridos en el organismo.
Combustión es, químicamente, la formación de compuestos de la sustancia
del cuerpo a partir de la interacción con el oxígeno, así se crea la energía.
Sin el oxígeno, no hay combustión ni producción de energía. En el
organismo, la combustión del alimento genera energía, creando calor,
energía cinética y bioelectricidad. Cuando se reduce la respiración
ingresando menos oxígeno, solo se dispone de cantidad suficiente como
para mantener la vida. Si en el organismo se genera menor cantidad de
energía, los impulsos vegetativos se hacen menos intensos y más fáciles de
dominar. De este modo, el inhibir la respiración, como sucede en la
neurosis, tiene la función biológica de reducir la producción de energía del
organismo y así, disminuir el sentimiento y sensación de angustia.

El trabajo con la respiración es esencial en la terapia, porque se trata


del mecanismo básico para la vida y la expresión emocional. Cuando una
persona no respira del todo, suele haber experimentado alguna situación en
la que fue bueno no respirar y hasta puede haberle salvado la vida, lo que
muestra la existencia de una lógica propia del cuerpo. Eva Reich (1999),
menciona el ejemplo de una niña de dos años que había caído en un río y
casi se ahoga. Su experiencia le indicaba que había sobrevivido gracias a
contener la respiración y desde allí tuvo diversos trastornos respiratorios.

También un trastorno físico pudo haber sido útil al comienzo, incluso


para la supervivencia. Por esta razón se origina un bloqueo, y si el trauma
no es rápidamente reconocido, pudiendo recibir tratamiento para su
tramitación, puede producirse un “trastorno psicosomático” (Reich y
Zornánszky, 1999, p.46).

El quinto es el segmento diafragmático. Abarca las tres últimas


costillas y sus músculos, el músculo diafragmático, estómago, páncreas,
hígado, vesícula, riñones y también el plexo solar. El diafragma es un
músculo transversal plano, importante para la respiración. El diafragma
divide el cuerpo humano en dos mitades, la parte superior y la inferior. Su
función es la regulación de la energía, puede ser un liberador o un inhibidor
de la energía que fluye de los segmentos superiores hacia los segmentos
inferiores. Sirve para contener la ira profunda y limitar el llanto. El bloqueo
en los bebés puede ocasionarse, desde los primeros momentos posteriores

82
al nacimiento, a partir del corte prematuro del cordón umbilical, que
produce un shock respiratorio, al precipitar la primera inspiración.

El sexto es el segmento abdominal, que abarca los músculos


abdominales y los músculos de la espalda y los intestinos. Pueden aparecer
muchos trastornos relacionados a la digestión y a diversas experiencias
desagradables. Cuando el masaje ayuda a disipar las tensiones intestinales,
pudiendo la energía circular libremente, se oye un “rumor de sensaciones”
(Ob. cit., p.46), como si por el vientre corriese un arroyo. Los intestinos
reaccionan y la zona convulsa vuelve a moverse, por lo que las sensaciones
tensas se “desgargarizan” (p.46), y en vez de exteriorizarse en forma de
furor, pueden descargarse hacia adentro.

El séptimo y último es el segmento pélvico, el cual incluye la salida de


los intestinos, el ano, las nalgas, piernas, pies y dedos de los pies. Este es
el segmento de descarga de la energía vital, principalmente a partir del
reflejo de orgasmo, y mediante las piernas. Hay muchas situaciones que
pueden provocar en los bebés los bloqueos en este segmento, como la
circuncisión, los enemas, las inyecciones, las nalgadas, etc.

De la descripción anterior, se discierne que los acorazamientos


musculares pueden surgir a partir de los primeros momentos de la vida en
el mundo. Si el embarazo se produce saludable y naturalmente, el niño
puede llegar al nacimiento sin ninguna coraza. Pero las experiencias que en
el periodo de gestación resulten sumamente tensionantes para el feto, ya
pueden generar traumas, que irán delineando los prototipos de los bloqueos
en los distintos segmentos de la coraza muscular.

EXPRESION FUNCIONAL DEL SEGMENTO TORAXICO Y


SUS ORGANOS: CORAZON, PULMONES, BRAZOS

Extracto del libro “Análisis del Carácter” de Wilhelm Reich (1980). Ed.
Paidos.
Capitulo XV: El LENGUAJE EXPRESIVO DE LO VIVO EN LA ORGONTERAPIA.
Punto 3: LA DISPOSICIÓN SEGMENTADA DE LA CORAZA. Páginas 307 a 310.

[…] Paso ahora al cuarto segmento, o segmento torácico. Aunque sus


funciones pueden subdividirse, conviene más tratar el tórax como una
unidad. El acorazamiento del tórax se expresa en una actitud crónica de
inspiración, respiración superficial e inmovilidad de la caja. Como
sabemos, la actitud de inspiración es el medio más importante para
suprimir cualquier tipo de emoción. El acorazamiento del tórax tiene
particular importancia no sólo por tratarse de una parte capital de la coraza
total del organismo, sino también porque aquí los síntomas de la
enfermedad biopática asumen una índole particularmente peligrosa.

83
Los músculos que toman parte en el acorazamiento del pecho son los
intercostales, los pectorales grandes, los músculos de los hombros
(deltoides), y los que se hallan sobre y entre los omóplatos. La expresión de
la coraza torácica es esencialmente de "autocontrol" y "contención". Los
hombros echados hacia atrás expresan literalmente "contención". Junto con
la coraza del cuello, la del pecho expresa "rencor" y "rigidez cervical",
ambos suprimidos (también aquí deben tomarse estas expresiones en su
sentido literal). En ausencia de una coraza, el movimiento expresivo del
cuarto segmento es el de un "sentimiento que fluye en libertad". En
presencia de una coraza, la expresión es de "inmovilidad" o de
"impasibilidad".

La dilatación crónica del tórax se da junto con una tendencia al


aumento de la presión sanguínea, palpitaciones, angustia y en casos severos
de larga duración, también a una dilatación del corazón. Varios tipos de
afecciones cardíacas resultan ya sea directamente de la expansión crónica,
ya indirectamente de un síndrome de angustia. El enfisema pulmonar es un
resultado inmediato de la expansión crónica del tórax. Es de presumir que
debemos prestar nuestra atención a todo esto para descubrir la propensión a
la neumonía y a la tuberculosis.

Las emociones que surgen del segmento torácico son en esencia las de
"rabia arrolladora" y "llanto que destroza el corazón", de "sollozos" y
"anhelo intolerable". Estas emociones naturales son ajenas al individuo
acorazado. Su ira es "fría"; considera el llanto como cosa "poco varonil",
"infantil" o "indecoroso"; considera el anhelo como algo "blando",
indicativo de "falta de carácter".

En las emociones plasmáticas del pecho se originan la mayor parte de


los movimientos expresivos de brazos y manos. Estas extremidades son, en
términos biofísicos, extensiones del segmento torácico. En el artista capaz
de desarrollar con libertad sus anhelos, la emoción del pecho se extiende en
forma directa a emociones idénticas y movimientos expresivos de las
extremidades superiores. Esto puede aplicarse al violinista y al pianista, y
también al pintor. En el bailarín, los principales movimientos expresivos
derivan de la totalidad del organismo.

El acorazamiento del pecho resulta en "torpeza" de los brazos y a él se


debe en gran medida la expresión de "dureza" e "inaccesibilidad". El
acorazamiento total de la cabeza, cuello y segmento torácico confiere al
organismo, en un medio cultural patriarcal —sobre todo entre los asiáticos
de las "castas superiores"— un aire de "distinción". A esto corresponden
las ideas de "carácter firme", "inaccesibilidad", "distancia", "superioridad"

84
y "restricción". En todas partes, el militarismo hace uso de la expresión
corporizada en el acorazamiento de la cabeza, cuello y pecho. Se
sobrentiende que estas actitudes se basan en el acorazamiento, y no a la
inversa.

En ciertos pacientes se encuentra un síndrome proveniente del


acorazamiento del pecho, que produce un sistema de dificultades
particularmente complicado. Estos pacientes se quejan siempre de un
"nudo" en el pecho. Parece tratarse de un espasmo del esófago, similar al
globus hystericus de la faringe. Es difícil afirmar si también interviene la
tráquea, pero parece probable. Este "nudo", como resulta evidente durante
su disolución, contiene las emociones del grito colérico o de la angustia.
Para disolverlo, a menudo es necesario presionar el pecho y hacer que el
paciente grite al mismo tiempo con todas sus fuerzas. La inhibición de los
órganos torácicos se extiende por lo común a una inhibición de los
movimientos de brazos que expresan "querer alcanzar algo" o "abrazar".
Debe advertirse que estos pacientes no están paralizados en el sentido
mecánico; pueden mover sus brazos con facilidad. Pero en cuanto el
movimiento de los brazos se asocia a la expresión de anhelos o deseos,
surge la inhibición. En los casos severos, las manos —y aun más las yemas
de los dedos— pierden su carga orgonótica, aparecen frías y pegajosas, y a
veces se sienten en ellas dolores agudos. Es probable que en esta anorgonía
específica se base la gangrena de Raynaud. En muchos casos se trata
simplemente del impulso de ahogar a alguien, contra el cual aparece la
coraza en los omóplatos y las manos y al cual se debe la contracción de los
dedos.

Las vidas de estos pacientes se caracterizan por una falta general de


iniciativa y por perturbaciones en el trabajo, basadas en la incapacidad de
usar las manos con libertad. En las mujeres el acorazamiento del tórax se
expresa a menudo como falta de sensibilidad en los pezones. Las
perturbaciones de la gratificación sexual y la repugnancia a amamantar son
resultados inmediatos de este acorazamiento.

Entre los omóplatos, en la región de los músculos trapezoidales,


encontramos dos haces musculares dolorosos, cuyo acorazamiento da la
impresión de un rencor suprimido que, junto con los hombros echados
hacia atrás, encuentra su mejor expresión en las palabras "no quiero".

En el pecho acorazado, los músculos intercostales muestran una


exagerada sensibilidad al estímulo de las cosquillas. Que no se trata de una
mera "aversión a las cosquillas" sino de una hiperexcitabilidad biopática, lo
demuestra el hecho de que desaparezca con la disolución de la coraza

85
torácica. En un caso determinado, la actitud caracterológica de
inaccesibilidad desempeñaba esencialmente la función de la expresión, "No
me toque, tengo cosquillas".

Por supuesto, no es mi intención ridiculizar estas actitudes


caracterológicas. No denunciamos la banalidad de tantas actitudes
"dignificadas", pero las encontramos en su expresión biológica, lo
queramos o no. Un general puede ser una persona "decorosa"; no queremos
magnificarlo ni minimizarlo. Pero tenemos derecho a considerarle como un
animal acorazado de una determinada manera. Yo no me opondría si algún
hombre de ciencia redujera mi curiosidad científica a la función biológica
de un perrito que todo lo olisquea. Estaría contento de verme comparado,
biológicamente, con un perrito vivaz, afable, pues no abrigo la ambición de
distinguirme del animal.

Debe subrayarse que el establecimiento de la potencia orgástica es


inconcebible sin la disolución previa de la coraza torácica y sin liberar las
emociones de la rabia arrolladora, del anhelo y del llanto auténtico. La
función de darse, de abandonarse, tiene una relación muy estrecha con la
motilidad plasmática de los segmentos torácico y cervical. Aunque fuese
posible movilizar el segmento pélvico por sí solo, en lugar de caer hacia
atrás la cabeza se movería inevitablemente hacia adelante, en un
movimiento defensivo, en cuanto se sintiera la más ligera sensación de
placer en la pelvis.

Como hemos explicado en otro lugar, el acorazamiento del pecho es


una parte central de la coraza muscular concebida como un todo. Se
desarrolló en la época de los conflictos críticos de la vida del niño,
probablemente mucho antes que la coraza pélvica. Es fácil comprender, por
lo tanto, que los recuerdos traumáticos de malos tratos de toda índole, de
frustraciones en cuanto a cariño y de decepciones ante los padres,
aparezcan en el transcurso de la disolución de la coraza torácica. Despertar
los recuerdos no es cosa importante en la orgonterapia; poco ayudan si se
presentan sin las correspondientes emociones. La emoción contenida en los
movimientos expresivos es suficientemente amplia para comprender la
infelicidad sufrida por el paciente y por último los recuerdos acuden por sí
mismos si trabajamos en forma correcta. Subsiste el enigma de que las
funciones mnémicas inconscientes puedan depender de los procesos de
excitación plasmática, que los recuerdos se conserven por así decirlo, en la
disposición plasmática para la acción […].

86
CONSECUENCIAS DE LA DIS-FUNCIONALIDAD: LA
ENFERMEDAD

Freud reconoció las causas psíquicas inconscientes de las


enfermedades y Reich descubrió que el carácter de una persona se
encuentra anclado en su cuerpo. Las sensaciones conflictivas se reprimen
mediante la tensión de algunos músculos. Pero las sensaciones son la
expresión de la energía vital que fluye en el cuerpo, de manera que los
músculos tensos, acorazados, interrumpen el fluir de la energía vital. Se
genera así una disociación entre la conciencia y el cuerpo, bloqueándose la
percepción y experiencia del cuerpo. Por ejemplo, una persona puede vivir
toda su vida en un estado de angustia proveniente de un nacimiento
traumático. Esta experiencia queda grabada en el cuerpo y por eso, sus
músculos permanecen contraídos, está pálida, carece de campo energético
y vive retirada en su interior.

Una sensación no es solo una idea o representación mental, sino un


suceso de movimiento energético en el cuerpo. Todo organismo viviente
reacciona a estímulos externos e internos como un todo, con movimientos
de expansión y contracción. La expansión significa extenderse hacia el
mundo. En los estados de placer y furor, en particular en el placer sexual, el
campo energético se extiende. Esto sucede en todas las sensaciones
agradables, es curativo y señal de salud. En el dolor y el miedo el hombre
se contrae y retrae en sí mismo, disminuyendo el campo energético. En los
estados de miedo la musculatura se encuentra tensa, en los de placer, está
relajada.

En el cuerpo existe un flujo energético, una circulación de energía


vital. Flexibilidad y energía vital equilibradas son señales de buena salud
física y psíquica. Se es sano cuando se puede permanecer móvil en el flujo
energético vital. Cuando la energía vital deja de fluir, se produce un
bloqueo, un estancamiento de energía y de sensaciones. En estado natural,
el cuerpo como un todo reacciona alternativamente a las excitaciones
externas e internas con expansión o contracción según las necesidades del
momento. El acorazamiento es la permanencia en uno de esos estados que
provoca inmovilidad, generando la disfuncionalidad del organismo y
convirtiéndose en un aspecto patológico.

La función natural del acorazamiento corporal es la protección de la


vida, la vivacidad, la autenticidad, de la facultad vital del yo interno real,
pero cuando la persona pierde la movilidad para salir de esta situación,
surge la fijación del acorazamiento, que vuelve a hacer peligrar la vitalidad
del organismo.

El acorazamiento del cuerpo se acompaña de la represión de


sensaciones, que quedan congeladas. Cuando éste se disuelve, aparecen
nuevamente estas sensaciones congeladas en la experiencia consiente. El
más común es el acorazamiento corporal contractivo. En la contracción se
ponen tensos los músculos lisos, involuntarios, y si la tensión se repite por

87
experiencias de miedo y dolor, se desarrollan trastornos vegetativos, que
son la base de los trastornos psicosomáticos.

El acorazamiento puede producirse por diferentes razones a lo largo


de la vida de un sujeto, pero primordialmente durante la niñez, ya que los
niños son muy sensibles, y susceptibles de ser influidos, porque dependen
de su entorno para sobrevivir y desarrollarse. Cuando al nacer un niño no
es recibido suavemente y es rápidamente separado de su madre, se
interrumpe su energía vital. Pero también más tarde por situaciones
traumáticas de temor y dolor, como accidentes o violencias, o por las
formas represivas de una educación conservadora, se da origen al
acorazamiento, que puede asumir diversas formas.

Como explica Eva Reich (1999), los traumas son conmociones,


shocks físicos o psíquicos que tienen gran repercusión sobre todo el sistema
nervioso autónomo o vegetativo. Si no se reconocen, permitiendo su
elaboración y curación, se efectúa un lento agotamiento de la corriente
energética vital. Con cada trauma se asocia muchísima energía emocional
fijada para mantenerse alejado de experimentar y sentir. En los síntomas
neuróticos, también hay ligada mucha energía vital. Según Reich (1980) el
acorazamiento corporal es el anclaje de la neurosis en el cuerpo, que
involucra una interrupción del flujo energético.

Los sucesos muy tempranos de la vida, pre-verbales, son los más


importantes, porque éstos son los más intensamente formativos para una
persona y por eso pueden traumatizar de modo más persistente. Los
traumas más graves suelen ser ocasionados por la violencia física y
psíquica, sobre todo en los niños, pero también en los adultos.

El acorazamiento también puede producirse al tragarse sensaciones,


lo que suele exigírseles a los niños, por ejemplo, cuando no se les permite
llorar. Si un niño tiene una clara sensación pero no se le deja expresarla, la
sensación deja de experimentarse, pero en su lugar aparece un calambre,
por ejemplo, en el tracto estomacal-intestinal (“le duele la panza”). Las
sensaciones que se tragan, que no se desintegran espontáneamente,
permanecen guardadas en la memoria del cuerpo y las personas pueden
persistir en ese estado toda su vida.

Siguiendo los desarrollos de W. Reich (1983), tanto el funcionamiento


somático como el psíquico están bajo el dominio de la energía vital
biológica. Existe una “unidad funcional” (p.207) entre la psiquis y el soma.
La totalidad de sensaciones e impulsos biológicos pueden reducirse a las
funciones fundamentales de expansión (elongación, dilatación) y
contracción (constricción). Estas funciones se relacionan al sistema nervioso
autónomo. El sistema parasimpático opera cuando hay expansión,
elongación, turgencia y placer. A la inversa, el sistema simpático funciona
cuando el organismo se contrae, retirando sangre de la periferia, donde hay
palidez, angustia o dolor. Esto explica por qué la angustia se acompaña de
la sensación de opresión. El parasimpático representa la dirección de la
expansión, "fuera del yo-hacia el mundo" (p.225), alegría y placer; el
simpático corresponde a la dirección de la contracción "fuera del mundo -
retorno al yo" (p.225), pena y dolor. “El placer y la angustia son las

88
excitaciones o emociones básicas de la sustancia viva” (p.286). El proceso
vital se desarrolla en una continua alternancia de expansión y contracción.

El proceso vital, principalmente la respiración, es un estado constante


de “pulsación” donde el organismo alterna constantemente, a modo de
péndulo, entre la expansión parasimpática (espiración) y la contracción
simpática (inspiración). Si este estado biológico de pulsación se ve
perturbado en una dirección u otra, predominando la función de contracción
o la de expansión, se origina un trastorno del equilibrio biológico. Un estado
prolongado de expansión equivale a una para-simpaticotonía general; y un
estado prolongado de contracción angustiosa corresponde a una
simpaticotonía crónica. Las condiciones somáticas clínicamente conocidas
como hipertensión cardiovascular se asocian a una crónica actitud de
contracción simpaticotónica angustiosa en el organismo. La raíz central de
esta simpaticotonía es la “angustia de orgasmo”, que remite al “temor a la
expansión y a la contracción involuntaria” (Reich, 1983, p.231). Existe
identidad entre la función parasimpática y la función sexual; y entre la
función simpática y la función de displacer o angustia.

Para W. Reich (1983), la neurosis es “la suma total de todas las


inhibiciones del placer sexual natural que en el transcurso del tiempo se han
vuelto mecánicas” (p.203). Pero además, el conflicto entre la tendencia a
procurarse placer y las frustraciones morales, que origina las enfermedades
mentales, se encuentra anclado estructuralmente de manera fisiológica en
perturbaciones musculares del cuerpo. “El conflicto psíquico entre la
sexualidad y la moralidad opera en las profundidades biológicas del
organismo como un conflicto entre la excitación placentera y el espasmo
muscular” (p.203).

No solo la energía sexual puede ser fijada por tensiones musculares


crónicas, también la ira y la angustia. La coraza caracterológica muestra ser
funcionalmente idéntica a la hipertensión muscular, es decir, la coraza
muscular. El concepto de identidad funcional, significa que las actitudes
musculares y del carácter cumplen la misma función en el aparato psíquico,
fundamentalmente no pueden ser separadas, se influyen y reemplazan
mutuamente. El aflojamiento de las actitudes musculares rígidas permite el
afloramiento de sensaciones somáticas peculiares que no son el "resultado",
ni las "causas", ni el "acompañamiento" de los procesos "psíquicos", sino
sencillamente esos mismos procesos en la esfera somática.

Como refiere el autor, todos los enfermos relatan momentos de la


infancia en que tuvieron que aprender a reprimir el odio, la angustia o el
cariño mediante prácticas determinadas que influían en las funciones
vegetativas, como contener el aliento, o la tensión de los músculos
abdominales. La psicología analítica suele poner atención sólo a la “cosa”
que los niños suprimían y a sus razones para hacerlo, sin tener en cuenta la
“forma” en que luchaban contra sus emociones. Pero es precisamente ese
aspecto fisiológico del proceso de represión el que merece la mayor
atención. La disolución de las rigideces musculares no sólo libera la energía
vegetativa, sino que, conjuntamente, puede volver a traer a la memoria los
recuerdos de la situación infantil en que se efectuó la represión. “Cada
rigidez muscular contiene la historia y el significado de su origen” (Ob. cit.,

89
p.234). No es necesario deducir, a través de asociaciones o análisis de
sueños, el modo en que se desarrolló la coraza muscular, porque la coraza
misma es la forma en que la experiencia infantil sobrevive en el cuerpo
como agente perjudicial.

Reich (1983) afirma que, “la rigidez de la musculatura es el aspecto


somático del proceso de represión, y la base para la continuación de su
existencia” (p.235). No son músculos individuales los que se vuelven
espásticos, rígidos, sino “grupos de músculos que forman una unidad
funcional desde el punto de vista vegetativo” (p.235), lo cual delinea los
segmentos corporales de la coraza muscular. Por ejemplo, cuando se
suprime el impulso de llorar, se ponen tensos todos los músculos que, como
unidad funcional, se activan en el proceso del llanto, es decir, toda la
musculatura de la boca, la mandíbula y la garganta. En consecuencia, el
conflicto entre el impulso y la defensa, conocido en el dominio de lo
psíquico, se produce igualmente en la conducta fisiológica.

Para que la motilidad y armonía del cuerpo sean completas, los


impulsos corporales tienen que trabajar como un todo, como una sola
unidad imperturbada. Los enfermos suelen presentar muchos obstáculos e
inhibiciones en varias partes del cuerpo para el “reflejo del orgasmo” (Ob.
cit., p. 254). El método más importante para producir este reflejo es la
“técnica de respiración” (p.255). Los neuróticos no pueden exhalar profunda
y suavemente, en un solo aliento. Los enfermos desarrollan prácticas para
evitar la espiración profunda. Suelen exhalar espasmódicamente, o, tan
pronto como han soltado todo el aire, vuelven el pecho rápidamente a la
posición inspiratoria. La sensación de inhibición se localiza en la parte
superior o media del abdomen. Cuando se exhala profundamente, se
producen en el abdomen fuertes sensaciones de placer o angustia. El
bloqueo de la respiración, inhibiendo la espiración profunda, tiene la función
de evitar que aparezcan esas sensaciones.

Según Reich (1983), “La espiración profunda produce


espontáneamente la actitud de entrega (sexual)” (p.257). Durante el
proceso de reunificar el ritmo orgánico desorganizado de todo el cuerpo, se
descubren todas las acciones e inhibiciones musculares que obstaculizan el
funcionamiento sexual y la motilidad vegetativa del enfermo.

Todo impulso psíquico es funcionalmente idéntico a una determinada


excitación somática. El "significado psíquico del síntoma orgánico" es la
actitud somática en que se expresa el “significado psíquico" (Ob. cit.,
p.269). Por ejemplo, la reserva psíquica se expresa en una retracción
vegetativa; el odio psíquico en una actitud vegetativa de odio, ambos son
idénticos y no pueden ser separados.

Las perturbaciones de la auto-percepción desaparecen cuando puede


desarrollarse plenamente el reflejo del orgasmo. Entonces, todos los
órganos y sistemas de órganos del cuerpo se encuentran reunidos en una
sola unidad experiencial, en cuanto a la expansión y contracción.

Como las neurosis están ancladas en el mecanismo corporal, W.


Reich (1983), señaló que el mundo adulto debería cambiarse de tal modo

90
que los niños pudieran crecer sin generar marcados acorazamientos,
conservando su vivacidad originaria. Se debe pensar en el trabajo de
prevención considerando que los niños por naturaleza no están acorazados,
siendo los adultos los que les transfieren sus propios acorazamientos por el
modo en que tratan a los niños.

Para Eva Reich (1999), la regla de la prevención de la neurosis


involucra, no infligir a los niños los daños que les han infligido a los
mayores; no pasarlos inconscientemente o a sabiendas a la siguiente
generación. En cambio, se debe intentar interrumpir cada vez más la
cadena de transmisión que se remonta a miles de años.

ENFERMEDADES FISICAS Y ENFERMEDADES


PSIQUICAS: DUALISMO SOCIO-HISTORICO

En la época en que W. Reich comenzó a desarrollar sus


investigaciones clínicas, alrededor de 1920, a pesar de algunos intentos de
superación, imperaba una concepción marcadamente dualista entre la
mente y el cuerpo, considerándolos como entidades diferenciadas, aunque
se admitiera su interacción. No existía en aquel tiempo un concepto unitario
de la interrelación funcional psicosomática. Intentando transcender este
dualismo, Freud postulaba para su psicología del inconsciente una base
fisiológica que aun había que descubrir. Su teoría de los instintos solo era
un comienzo, había que establecer conexiones con la patología médica
establecida.

Las teorizaciones de W. Reich, tienden un puente entre la psicología


del yo y las tensiones y trastornos somáticos, considerando finalmente las
funciones psíquicas y somáticas como un sistema unitario. Reich (1983)
constato que existe un principio fundamental en el cuerpo humano, la
energía biológica o bioenergía1, de carácter bioeléctrico, que domina tanto
los fenómenos psíquicos como los somáticos. La unidad del funcionamiento
psíquico y somático (unidad funcional) se aclara en el siguiente sentido: “la
función biológica fundamental de pulsación, o sea, de expansión y
contracción, puede demostrarse no sólo en la esfera somática sino también
en la psíquica” (p.223). La pulsación es el mecanismo natural de
modulación de la energía por parte de todo organismo. Como explica Reich
(1983):

[…] En el más alto nivel, es decir, el psíquico, se experimenta la expansión


biológica como placer, la contracción como displacer. En el nivel de los
instintos, la expansión y la contracción funcionan respectivamente como
excitación sexual y angustia. En un nivel fisiológico más profundo, la
expansión y la contracción corresponden a la función del parasimpático y el
simpático, respectivamente. Obtenemos así un cuadro convincente de un

1
La energía biológica ha sido nombrada de diferentes maneras tanto por W. Reich, según las
conclusiones de sus investigaciones, como por autores post reichianos, por lo que se hace necesario
aclarar que “energía biológica”, “energía bioeléctrica”, “energía orgónica” (Reich), “energía vital” (Eva
Reich), “bioenergía” (Lowen), etc., remiten al mismo concepto.

91
funcionamiento unitario en el organismo, desde las sensaciones psíquicas
más elevadas hasta las más profundas reacciones biológicas […] (p.225-
226).

Reich (1983) plantea además, que la pulsación se manifiesta en el


orgasmo, cuya función es descargar el exceso de energía del organismo. El
orgasmo funciona en cuatro tiempos: tensión mecánica y carga eléctrica
(contractivas), y descarga eléctrica y relajación mecánica (expansivas). Si
la descarga está bloqueada se produce la angustia. “La función del orgasmo
es el patrón de medida del funcionamiento psicofísico, porque en ella se
expresa la función de la energía biológica” (p.287). Su fórmula es la fórmula
del funcionamiento vital en general.

Energía biológica y emocional son así la misma cosa, que tiende a


expresarse sexualmente o en forma de furia ante la frustración, pero en la
inhibición queda retenida por tensiones musculares crónicas. De este modo,
el carácter y el estado muscular son “funcionalmente idénticos” (Lowen,
1988, p.27), ya que desempeñan la misma función energética. El trastorno
psíquico deriva de la represión de los impulsos y la rigidez muscular es el
mecanismo que expresa dicha represión. La expresión corporal es el
aspecto somático de la expresión emocional psíquica del carácter.

Mediante la investigación de la economía sexual, Reich (1983) logró


demostrar que “el inconsciente freudiano es realmente tangible en forma de
impulsos vegetativos y sensaciones corporales” (p.60), la libido es lo mismo
que la energía biológica. En consecuencia, “una determinada estructura
psíquica es al mismo tiempo una determinada estructura biofísica, una
representación de la interacción de las fuerzas vegetativas dentro de una
persona” (p.234).

Como la coraza del carácter y la coraza muscular son idénticas, al


aflojar las actitudes caracterológicas crónicas se producen reacciones en el
sistema vegetativo. Pero la irrupción del dominio vegetativo es más
completa cuando se tratan simultáneamente las actitudes musculares
correspondientes, ya que la rigidez física es la parte más esencial del
proceso de represión. La neurosis no es solo la expresión de un equilibrio
psíquico perturbado, sino “la expresión de una perturbación crónica del
equilibrio vegetativo y de la motilidad natural” (Ob. cit., p.234).

Los diversos problemas de las actitudes corporales y los síntomas


somáticos se relacionan con el funcionamiento biológico total del cuerpo, y
con las funciones de placer y angustia. La angustia es el resultado de la
estasis sexual. Estasis significa “una inhibición de la expansión vegetativa y
una obstaculización de la actividad y motilidad de los órganos vegetativos
centrales” (Ob. cit., p.267). En este caso, la descarga de energía se
encuentra obstaculizada, y la energía queda fijada.

Este autor considera que, al tomar la energía bioeléctrica del


organismo como punto básico de partida, se posibilita un nuevo modo de
comprensión de las enfermedades orgánicas en relación a las enfermedades
psíquicas (neurosis y psicosis). Las enfermedades psíquicas se pueden
contemplar desde un aspecto distinto al considerado por los psicoanalistas.

92
No serian simplemente la resultante de conflictos psíquicos y fijaciones
infantiles no resueltas, sino que, tales conflictos y fijaciones generan
perturbaciones en la economía de la energía bioeléctrica, y de este modo,
enraízan somáticamente. Por tal razón, no es posible la separación de los
procesos psíquicos de los somáticos, ya que las enfermedades psíquicas son
perturbaciones biológicas que se manifiestan tanto en la esfera somática
como en la psíquica. La base central de las perturbaciones, es la desviación
de los modos naturales de descarga de la energía biológica, que generan la
“partición progresiva de la función normalmente unitaria del aparato vital”
(Ob. cit., p.65), es decir, la disfuncionalidad. Esa cualidad unitaria de la
función vital se expresa en el “reflejo del orgasmo” (p.65). Una serie de
enfermedades orgánicas, tales como la hipertensión cardiovascular, la
úlcera péptica, el reumatismo, diversas afecciones de la piel y el cáncer,
entre otras, pueden ser exploradas desde este punto de vista.

Según Reich (1983), “La psique y el soma forman una unidad


funcional, teniendo, al mismo tiempo, una relación antitética” (p.287).
Ambos funcionan según leyes biológicas y la desviación de tales leyes se
debe a factores sociales del medio ambiente. “La estructura psicosomática
es el resultado de un choque entre las funciones sociales y las biológicas”
(p. 287).

La compresión de la función autonómica del organismo vital


(pulsación: expansión y contracción) en sus componentes biológicos y
psíquicos, y de la influencia que la sociedad ejerce sobre las funciones del
organismo y sus órganos, posee una importancia radical para el abordaje de
los procesos de salud-enfermedad de las personas. Para este autor, la
medicina psicosomática debería convertirse en la estructura general de la
medicina.

La concepción de W. Reich conserva el dualismo a nivel superficial al


contemplar toda acción como si tuviese lugar en dos niveles – psíquico y
somático - al mismo tiempo; pero a la vez, introduce la unidad a un nivel
más profundo, sobre fundamentos biológicos y energéticos.

La terapia bioenergética, la vegetoterapia caráctero-analítica, la


biosíntesis, entre otras, combinan el principio de actividad a nivel somático
con el procedimiento analítico a nivel psíquico. El paciente obtiene nuevas
experiencias motrices que se integran al yo. La unidad del método se
fundamenta en el abordaje de la estructura del carácter como expresión de
los aspectos psíquicos y somáticos de la persona.

93
UNIDAD lll
RELACION DEL CUERPO Y LA PSIQUIS A
TRAVES DE LA ENFERMEDAD

NOCIONES REICHIANAS DE PULSACIÓN Y FLUJO /


CONTRACCIÓN Y EXPANSIÓN

La importancia de entender las nociones de pulsación, de flujo


energético y contracción-expansión, se desprende de la necesidad de
conocer que estos son los movimientos básicos de la vida desde la teoría
Reichiana. A partir de su comprensión se puede avanzar en el conocimiento
de cómo este autor pensó e investigó las biopatías.

Si hablamos de PULSACION, podemos pensarla como el MOVIMIENTO


BASICO DE LA ENERGIA en toda manifestación vital. Esto hace referencia a
cualquier ser vivo, desde una célula aislada como una ameba, a los
organismos más complejos como los seres vivos (plantas, animales). Esto a
su vez consiste en una alternancia de contracción y expansión. Un ejemplo
de la pulsación es el movimiento cardíaco, al latir el corazón, se expande
(sístole) y se contrae (diástole). Siguiendo a Keleman (1997) “el corazón
late a un ritmo que varía con subidas y bajadas de presión. Esta expansión
y contracción es la sístole y el diástole. El corazón va más rápido cuando
tenemos miedo y más lento durante el sueño”. Este principio del
movimiento rítmico: contracción-expansión, es la base desde la cual el
organismo restablece los patrones de pulsación o se desequilibra y queda
en la contracción constante que produce un bloqueo en el FLUJO
BIOENERGETICO.

Para Reich, el flujo bioenergético es de las corrientes vegetativas. La


curación de los desequilibrios psíquicos pasa por el restablecimiento de la
libre circulación de la energía y la recuperación de la plena potencia
orgástica. El flujo bioenergético tiene dos movimientos básicos, céfalo-
caudal (de arriba hacia abajo) y próximo-distal (de adentro hacia fuera).
Este es básicamente, el movimiento de la energía vital, el orgón.

Entonces podemos pensar que lo que Reich denomina bioelectricidad,


hace referencia a una energía específica del organismo, la cual se distribuye
a través de todo el cuerpo, y alterna entre contracción-expansión, que a
nivel psíquico se traducen como sensaciones polarizadas de placer-
displacer. El exacerbo de alguna de estas antítesis, produce un
estancamiento del flujo energético vital, un BLOQUEO, un trauma, que da
lugar al desencadenamiento de las biopatías.

En el siguiente cuadro se muestran las antítesis de movimientos


pulsátiles en los diferentes niveles:

94
MOVIMIENTOS

NIVELES EXPANSION CONTRACCION

NIVEL PSIQUICO PLACER DISPLACER

NIVEL FISIOLOGICO S. N. PARASIMPATICO S. N. SIMPATICO

NIVEL BIOLOGICO SEXUALIDAD ANGUSTIA

Entonces, esta rica interpretación del sistema nervioso aportada por


Reich, crea una nueva forma de ver los procesos de enfermar, menos
estructurada, menos contraída, expansiva, invitando lo emocional a un
campo que solo se veía desde lo orgánico.

Desde lo Reichiano se piensa a la pulsación como un principio


funcional común, que unifica el fenómeno vital en los movimientos de
expansión y contracción presentes en cada célula y en el organismo como
un todo.

Por lo tanto, la meta de la orgonterapia es “la supresión de la


contracción crónica y el estímulo de la expansión” (Reich, 1985). Entonces,
lo emocional y lo corporal se reflejaran en el compás de los movimientos de
expansión–contracción. O sea, es el ritmo de la pulsación biológica el que
marca la diferencia entre salud o enfermedad.

Estas nociones, se han explicitado por separado por fines académicos


y explicativos, pero se construyen unos a otros, son partes de un proceso
continuo, en el cual la salud y la enfermedad, como polaridades en un todo,
están en constante movimiento, es un proceso dialéctico, siempre presentes
ambas, desproporcionadas y pocas veces en equilibrio.

CONSECUENCIAS DE LA APLICACIÓN DE LOS


MECANISMOS DISOCIATIVOS EN EL PROCESO DE
ENFERMAR-SE

Ni buenos, ni malos, los mecanismos disociativos tienen participación


en los procesos implicados en la interacción del individuo con su entorno:
tanto con los otros humanos como con el mundo en general. Los juicios de
valor, a menudo interfieren la apreciación de la manera en que ocurren los
fenómenos de la interacción.

El recurso disociativo, mucho antes de ser empleado por los animales


humanos, venía siendo utilizado por los seres vivos desde los comienzos de
la vida en el planeta para protegerse y cortar el contacto con un medio
externo que podía ser hostil, adverso o peligroso. Ya los moluscos
desarrollaron un caparazón calcáreo como defensa. También el
exoesqueleto de crustáceos e insectos cumple esta función, con gran

95
ventaja de movilidad respecto de los moluscos. En algunos insectos, se
encuentra un recurso que hizo famoso al zorro: simulan estar muertos, o
bien, sencillamente se desmayan. Aparentemente, también algunos
mamíferos pierden por completo el tono cuando están a punto de ser
atrapados por sus predadores.

En todo caso, es posible encontrar en los seres vivos multitud de


recursos para protegerse de estímulos o circunstancias nocivas, adversas o
peligrosas: para cortar contacto con lo que es dañino, lo que amenaza o
perturba. Esto incluye otro mecanismo desarrollado por los seres vivos: el
anestesiarse, cortar contacto con un dolor intenso o con impulsos, para
poder mantener una acción necesaria o bien evitar ser detectado. El
mimetizarse con el entorno es otra de las múltiples estrategias defensivas
y/o adaptativas. El recurso disociativo es uno de los más primitivos, tanto
en la filogenia como en la ontogenia. En una reflexión sobre las tortugas, se
aprecia que siendo vertebrados, retornaron en la filogenia para emplear,
también, el recurso del exoesqueleto: esto les dio longevidad, pero menor
posibilidad para el desarrollo de complejidad.

En la dimensión humana, encontramos en la concepción y


conceptualización reichiana una noción que es particularmente propicia para
ilustrar este punto del corte de contacto con lo insoportable. Se trata de la
noción de “anorgonía”, o bien “bloqueo anorgonótico”.

El caso más agudo y masivo de la anorgonía es el del desmayo,


donde la desconexión o corte de contacto con el mundo que rodea es
completa y masiva, tanto en el nivel somático como en el psicológico. En el
discurso médico se emplea el término “lipotimia” y en el lenguaje vulgar y
cotidiano se lo suele nombrar como “caída, o baja de tensión”.

En la anorgonía se hace especialmente evidente la no participación de


la conciencia, dato que de alguna manera está implicado en todos los
mecanismos disociativos. El caso más agudo es el del desmayo y hay
muchas otras formas más leves, en algunas de las cuales no se perciben los
componentes corporales, si no se les dedica una atención específica. Sin
embargo se trata precisamente de una de las funciones principales, el
retirar la atención y la conciencia de aquello que puede perturbar.

En el desmayo se hace particularmente evidente la conexión directa


entre el segmento ocular y el diafragmático (en términos de la coraza
reichiana). La imagen de una jeringa, por ejemplo, activa muy rápidamente
una respuesta somática masiva, aparentemente disparada a nivel del plexo
solar. El término reichiano de “anorgonía” también refiere a estados
crónicos en las personas, en que el nivel de respiración y de carga
energética en el organismo es muy bajo. Sin dudas es un recurso útil: si la
persona vive un conflicto muy fuerte y no puede resolverlo, es preferible un
nivel de vitalidad lo más bajo posible.

En la literatura psicoanalítica el término más empleado es el de


“Represión” y se hace una distinción entre Represión primaria y secundaria,
casi siempre en relación a los procesos psicológicos en las neurosis.

96
También se encuentran en la literatura psicológica otros términos, entre los
cuales está el de “Escisión”, como uno de los mecanismos más primitivos.

En este contexto se emplea el término de “mecanismos disociativos”


para referir a todos los recursos que emplean los humanos para cortar o
evitar el contacto con lo insoportable. La represión es sólo uno de ellos.
Como consecuencia de los mecanismos disociativos, el contenido, los
impulsos, los sentimientos e incluso con frecuencia los recuerdos completos
o parte de ellos quedan excluidos de la conciencia. Por lo tanto, no pueden
acceder a los procesos de elaboración y metabolismo de las experiencias.

Desde la perspectiva “psicosomática”, es especialmente relevante el


dato de que se produce, en el evento disociativo, una desconexión entre el
sentir en tanto sensaciones corporales y el sentir en tanto sentimientos. Se
retira o retrotrae la sensibilidad de la zona corporal y en su lugar se
instaura una rigidez en algún o algunos grupos musculares. Se produce una
retracción de la vitalidad que originalmente tenía la experiencia, hacia el
polo del soma; al mismo tiempo la significación, las imágenes, los recuerdos
y en general la “representación”, desaparecen.

El término “disociación” está predominantemente vinculado a las


experiencias traumáticas. Sin embargo, una vez instaurado el tabique
disociativo (compuesto por las tensiones musculares y la desaparición de la
representación), cualquier evento que contenga alguno de los elementos o
tenga algún tipo de semejanza con la experiencia original, tiene la
posibilidad de reeditar o reactivar el recurso y caer también en la amnesia o
bien generar angustia.

Las rigideces o tensiones somáticas crónicas, junto con los


acomodamientos a los que son obligados otros tejidos, órganos y/o
glándulas, se van configurando en “patrones” de funcionamiento corporal y
constituyen lo que Reich llamó “coraza muscular”, junto con los
acomodamientos en los órganos de los sentidos. En congruencia, lo que
Reich llamó coraza caracterológica está compuesta también por patrones
perceptivos, de interpretación y de reacción, configurados de modo tal de
mantener disociado lo intolerable. Coraza caracterológica y coraza muscular
(corporal), no nombran “cosas” diferentes, sino aspectos de lo mismo: el
ser humano acorazado (en términos de Reich).

A menudo lo disociativo se instaura lentamente en virtud de muchos


pequeños eventos, de modo que no es identificable un único suceso muy
traumático. Las emociones que tienen mayor eficacia disociativa son las del
polo de la contracción, principalmente la vergüenza, la culpa y el miedo (al
menos en nuestra cultura).

El recurso disociativo tiene una serie de legitimaciones en el nivel de


la cultura occidental. Quizás el más conocido es “ojos que no ven, corazón
que no siente”. Hay infinidad de chistes (y aquí sirve recordar su relación
con el inconsciente propuesta por Freud) en los que la cultura refiere con
humor a la disociación.

97
Lo disociado, lo no procesado ni metabolizado no desaparece ni
permanece inactivo. Desde las sombras reclama atención de múltiples
formas: sueños, actos fallidos y otras manifestaciones del inconsciente. Se
trata de segmentos de la experiencia en los que están implicados aspectos
de la sensibilidad, impulsos, anhelos en estado de hibernación que
requieren retornar a la vida plena. Mientras permanezcan disociados
constituyen “lo depresivo”, las precondiciones para el “enfermar”.
Requieren, además un importante costo energético por parte de la persona
para seguir manteniéndolos disociados. Los tabiques disociativos se
componen de tensiones y rigideces, pero también de diferentes tipos de
adicciones.

Ni bueno ni malo, sino un recurso frente a lo intolerable, pero


también táctica elemental para mantener eficacia y lucidez atencional en el
presente, el mecanismo disociativo es uno de los desarrollados por los seres
vivos a lo largo de la evolución, a través de los mecanismos adaptativos que
hicieron posible, en primer lugar la supervivencia, en segundo lugar el
magnífico despliegue de la diversidad y en tercer lugar el desarrollo de una
complejidad creciente de las formas vivas.

Si en un tiempo fue útil para poder mantener la lucidez atencional,


luego deja de ser funcional y da lugar a lo “depresivo”. Resiliar consiste en
poner en acción los “mecanismos asociativos” para reinstaurar el tiempo,
junto con la pulsación y la sensibilidad en esas “regiones del ser” que
quedaron congeladas. Lo que nombramos como “enfermedad” no es otra
cosa que la objetivación de un malestar o sufrimiento subterráneo.

IMPLICANCIAS DE LOS DUELOS PATOLÓGICOS EN EL


PROCESO DE ENFERMAR

El término “duelo” (del latín dolus), significa dolor, y de manera


sintética, resume la experiencia que vivimos ante una pérdida. Astudillo,
Mendinueta y Zulaica (2007) expresan que el duelo es una reacción
adaptativa natural que se experimenta de forma única e individual según la
relación que se haya tenido con lo perdido, y que son muchos los duelos
naturales y adaptativos que podemos experimentar a lo largo de la vida. Sin
embargo, al hablar de duelo, nos referimos generalmente al proceso que se
pone en marcha tras la muerte de un ser querido, que puede desencadenar
una verdadera crisis vital, y que para muchos, representa una experiencia
trágica y desoladora (Astudillo, Mendinueta, Pérez, Izpizúa y Obregozo,
2007). Se trata de un proceso interno en el que a través del dolor debemos
ir reconstruyendo lo que se nos ha roto adentro y afuera, sin mapas, sin
objetivos claros, y sin saber lo que emergerá de nosotros y de lo que nos
rodea al final de ese trayecto (Astudillo et al., 2007).

A un proceso de esta naturaleza se refirió Freud (1915), quien


concibió al duelo como “la reacción frente a la pérdida de una persona
amada, o de una abstracción equivalente”, y un período de desolación que
sigue a la pérdida de un objeto significativo, caracterizado por un

98
distanciamiento del mundo, y el progresivo retiro de la energía libidinal de
ese objeto, para poder reinvertirla en nuevos objetos. Ese proceso, que
para Freud se realiza lentamente, “pieza por pieza”, con gasto de tiempo,
energía y dolor, normalmente, expira de manera espontánea, cuando se ha
retirado la energía del objeto perdido y se la ha podido reinvertir en nuevos
objetos. En esta definición, destacamos la noción de “objeto significativo”,
ya que como hemos señalado más arriba, no sólo la muerte real de un ser
querido puede desencadenar un proceso de duelo, sino que hay otros
eventos que pueden hacerlo, y diversos autores coinciden en que lo central
en estos casos es la vivencia subjetiva de la pérdida. Asimismo, destacan
que la intensidad del duelo no dependerá tanto de la naturaleza del objeto
perdido, sino del valor que se le atribuye, es decir, de la inversión afectiva
en lo que se ha perdido, a la vez determinada por diversos factores que
pueden ser individuales, contextuales, vinculares, así como por las
condiciones de la pérdida misma (Astudillo, Mendinueta y Obregozo, en
Astudillo et al., 2007).

Astudillo et al. (2007) expresan que elaborar un duelo significa


aprender a vivir con la cicatriz de la herida, encontrar un nuevo sentido y
ser capaz de desarrollar nuevos recursos para continuar viviendo. Ello
requiere de los sujetos una posición activa -el trabajo del duelo- y el intento
de construir una nueva realidad a partir de la experiencia, así como afrontar
los desafíos que plantea la pérdida, lo que les puede transformar para
siempre.

Las investigaciones revelan que quienes atraviesan un duelo, suelen


compartir ciertos sentimientos, reacciones y procesos, que pueden darse a
nivel físico, psicológico-emocional y social. Como hemos señalado, un pro-
ceso típico de duelo puede ser afectado por ciertas condiciones (tipo de
muerte, acontecimientos traumáticos), pero los dolientes suelen participar
de patrones generales, si bien su intensidad y duración puedan ser varia-
bles, señalan Astudillo et al. (2007). De manera sintética, estos autores
consideran entre las manifestaciones de un duelo normal:

 Sentimientos: Tristeza, ira, culpabilidad, culpa y auto-reproche,


ansiedad, soledad, fatiga, desesperanza, shock, lamentos, frialdad,
alivio y emancipación. Si bien las más comunes son la tristeza y la
angustia, puede haber intensos sentimientos de rabia y frustración.

 Sensaciones físicas: Opresión gástrica, torácica y de garganta, boca


seca, hipersensibilidad al ruido, sensación de despersonalización,
falta de energía y de aire, palpitaciones, debilidad, jaquecas. El duelo
representa un impacto que puede dar lugar a complicaciones
somáticas que aparecen o se agravan, sobre todo en la fase aguda.
Aunque suelen pasarse por alto, juegan un papel importante en el
proceso del duelo, por lo que se aconseja prestarles atención.

 Percepciones: Confusión, dificultad para concentrarse, alucinaciones


con sensación de la presencia, pensamientos recurrentes, obsesión
por recuperar lo perdido, distorsiones cognitivas y temor de volverse
loco. La forma en que la intensidad del duelo puede comprometer,
aunque sea de manera transitoria, la lucidez y claridad mental.

99
 Cambios de comportamiento: Trastornos del sueño, apetito, retiro
social, búsqueda y llamada del fallecido, suspiros, hiperactividad,
visitas frecuentes al cementerio. Constituyen cambios en el
comportamiento, que pueden alterar el adecuado desempeño y las
relaciones de la persona afectada.

 Espirituales: Conciencia de la finitud, búsqueda de significado,


necesidad de reconciliación, refugio en la fe y las creencias religiosas,
proceso de crecimiento y madurez, balance o pérdida de sentido de la
propia vida, crisis de creencias, dudas existenciales.

Astudillo et al. (2007) señalan que la gran mayoría de los dolientes


(80-90 %) afrontan sus pérdidas sin necesitar una intervención profesional,
ya que por lo general los sentimientos molestos disminuyen en el curso del
tiempo. La persona es progresivamente capaz de aceptar la realidad de la
pérdida, restablecer el equilibrio físico y mental, recordar al fallecido sin
alterarse, trabajar productivamente, mantener su autoestima y disfrutar
con cosas placenteras. Los aniversarios y otros eventos continúan
precipitando olas de tristeza, pero su intensidad va disminuyendo con el
tiempo, aunque la resolución del duelo no parece seguir unas etapas
predecibles.

EL DUELO COMPLICADO O PATOLÓGICO

Astudillo et al. (2007) expresan que si bien las manifestaciones ya


señaladas forman parte de lo que en general se considera un duelo normal,
y que como se ha dicho, tienden a ceder con el tiempo, algunas de ellas
pueden encontrarse alteradas o exacerbadas en ciertas formas de duelo,
por lo que algunas personas necesitan ayuda para manejar los trastornos
asociados con la pérdida. Los autores señalan que en ocasiones el duelo
puede impactar negativamente en la salud, y que si bien es muy difícil
determinar cuándo una reacción se ha convertido en complicada, existen
ciertos elementos que indican que algunos dolientes requieren cuidado
especial. Según esta perspectiva, las características de la personalidad, el
significado de la pérdida para el doliente, enfermedades depresivas o
psiquiátricas severas o intentos previos de suicidio, son importantes
variables determinantes de duelo difícil.

En este sentido, los autores refieren que la tercera parte de las


personas en duelo padecen alteraciones psicosomáticas, y cardiovasculares
e inmunológicas, por lo que el profesional deberá prestar atención a la
persistencia de algunos síntomas, así como a las características de la
personalidad que los manifiesta. Estos autores señalan que trastornos del
ajuste, especialmente depresión o ansiedad, trastornos emocionales o
conductuales, abuso de sustancias y trastornos del estrés postraumático
son algunas de las secuelas psiquiátricas más comunes en el proceso de
duelo complicado. Afirman que si persisten a los seis meses de la pérdida
son altamente predictivos de complicaciones posteriores, con reducción de
la calidad de vida y elevación del riesgo de mortalidad.

100
Astudillo et al. (2007) refieren que el duelo está asociado con
aumento de la mortalidad y morbilidad, consumo de alcohol, tabaco y
sedantes y con alteración inmunológica. Expresan que el riesgo se
incrementa si a las 4 semanas de la muerte, el doliente demuestra un alto
grado de pesadumbre, deseo de muerte, un alto nivel de ira y de auto
reproches, y agregan que el estrés y la falta del soporte psicosocial son
factores que pueden acelerar el proceso mórbido posterior al duelo.
Asimismo, refieren que los pacientes con insuficiencia cardíaca e
hipertensión tienen un mayor riesgo de sufrir un agravamiento de su
enfermedad, así como la depresión y la desesperanza incrementan el riesgo
de muerte o recidiva a los cinco años, en mujeres diagnosticadas de cáncer
de mama. Estos autores señalan que en los pacientes de alto riesgo, no
existen pautas claras para el manejo de estos problemas, pero que si no
son tratados es improbable que mejoren espontáneamente, y pueden
progresar hacia la depresión, el alcoholismo, el aislamiento social e incluso
el suicidio. Por esto, puntualizan la importancia de saber derivar a servicios
especializados de salud mental, para diversos métodos de intervención.

Al tratar de definir las características que diferencian un duelo normal


de uno patológico, la mayoría de los autores coincide en que hay dos
variables que lo definen, la intensidad y la duración del duelo (Astudillo et
al., 2007). Según Bowlby (1980-1986, citado por Astudillo et al., 2007) los
criterios que distinguen más claramente las formas saludables de las formas
disfuncionales de duelo son: el tiempo que duran los procesos defensivos
(en especial la negación) y la medida en que influyen en el funcionamiento
mental, si sólo en una parte o si llegan a dominarlo por completo. La forma
en que se produce la muerte puede ser un factor importante, ya que una
causa traumática suele ser más difícil de procesar, mostrando los afectados
altos niveles de incredulidad e ira y bajos niveles de aceptación, así como
gran dificultad para encontrar sentido a la pérdida.

Freud (1915-1917) por su parte, distinguía entre el duelo normal y la


melancolía, la cual se exteriorizaba en auto-reproches, auto-denigración y
expectativas de castigo. Desde una concepción también psicoanalítica,
Alizade (1999) distingue el duelo capaz de ser elaborado o duelo exitoso del
duelo crónico insuficientemente elaborado o inconcluso. Este duelo
interminable puede compensarse mediante inhibiciones o parciales muertes
psíquicas y reactivarse ante situaciones desencadenantes u otros duelos
afines. Para esta autora, muchos duelos gatillan otros duelos en cadena, al
hacer manifiestas sucesivas representaciones de pérdidas de objeto que,
insuficientemente elaboradas, subyacen reprimidas en el inconsciente.

Por otra parte, desde una perspectiva de la psicobiología, Valdés y


Flores (2000) cuentan al duelo como uno de los acontecimientos vitales
estresantes de más alto impacto, y señalan la importancia de la traducción
subjetiva del evento como determinante para la respuesta del sujeto, aun-
que destacan que tales significados estarán a su vez determinados por
experiencias previas, factores psicosociales, repercusiones fisiológicas,
estrategias de afrontamiento y conductas, que serían en conjunto lo que
decide el poder patógeno de un evento. Agregan que además ciertas
experiencias tempranas pueden obrar como factores de posible riesgo

101
psicosomático, y que determinados aprendizajes y habilidades adquiridas,
pueden por el contrario, amortiguar el impacto de factores estresantes.

Para Astudillo et al. (2007) el duelo complicado se define por la


persistencia de por lo menos seis meses de añoranza asociada con al menos
cuatro de estos síntomas: Dificultad para moverse, desapego, amargura,
sentir que la vida está vacía, falta de aceptación de la muerte, falta de
sentido en el futuro, estar al límite o agitado, falta de confianza en los
otros. Estos autores destacan que en fases tempranas, los signos y
síntomas del duelo normal y del duelo complicado pueden superponerse,
pero se reducen con el tiempo en caso de que el proceso se desarrolle de
manera normal, lo cual ocurre en la mayoría de los dolientes (80-90 %).
Refieren diversos hallazgos que apoyan el criterio de los 6 meses de
duración post pérdida para diagnosticar un trastorno de duelo complicado y
permiten el reconocimiento de otras complicaciones psiquiátricas tales como
los trastornos depresivos mayores y el estrés postraumático. El diagnóstico
de una depresión mayor en el duelo es difícil, y se caracteriza por la
presencia de desesperanza, pérdida de autoestima, y culpa. Agregan que si
la depresión es florida y temprana es probable que se acompañe de
morbilidad prolongada por lo que debe tratarse, lo cual se vuelve urgente
en caso de historia previa de trastorno psiquiátrico. Pero aun sin esta
condición, algunos estados de angustia o malestar psicológicos,
especialmente en casos de muerte inesperada pueden permanecer durante
meses o años como residuos de la pérdida y llegar a inducir cambios
persistentes en la personalidad.

Entre los factores y síntomas de duelo complicado, Astudillo et al.


(2007) cuentan:

 Síntomas de depresión clínica graves y prolongados (12-18 meses).


 Aislamiento social prolongado, retraimiento o enajenación.
 Abandono sin razones aparentes de actividades, amigos, lugares.
 Embotamiento emocional, negación a experimentar emociones, o a
llorar. Afecto “plano”.
 Quejas múltiples y persistentes de síntomas físicos, lesiones
frecuentes.
 Hiperactividad sin sentimientos de pérdida.
 Circunstancias de la muerte particularmente traumáticas.
 Fuerte identificación con la persona fallecida y su misma enfermedad.
 Rabia extrema y persistente (contra el médico, Dios, etc.).
 Falta de soporte psicosocial (profesionales, amigos y comunidad).
 Tipo de vínculo y grado de dependencia. Ambivalencia.
 Problemas conyugales o familiares sobre todo tras la muerte de un
niño.
 Problemas laborales o escolares.
 Aumento de la ingesta de alcohol, tranquilizantes o hipnóticos.

En estos casos, es necesario derivar al sujeto en riesgo a


profesionales que puedan realizar una evaluación y un abordaje en

102
profundidad. Su objetivo será intentar la aceptación de la pérdida y su
elaboración, para facilitar la reconstrucción de su mundo, su relación con los
demás y con una realidad transformada en lo que lo perdido ya no está. La
intervención en estos casos, apuntará a incorporar la pérdida como parte de
la historia personal, recuperando el sentido y la sensación de continuidad
detenida, y evitar al mismo tiempo los riesgos potenciales, físicos y
psíquicos, que pueden derivar de los duelos insuficientemente elaborados.

SIGNIFICADOS ASOCIADOS A LOS ÓRGANOS,


TEJIDOS Y SEGMENTOS CORPORALES

Existen y pueden ser confeccionados muchos mapas y modos de


mapear la corporalidad. En el campo reichiano hay al menos dos. La
propiamente reichiana de los siete anillos o segmentos de la coraza y la de
Keleman, que es también tomada y desarrollada por Boadella. Fuera del
campo reichiano hay múltiples modos de mapear que, sin embargo pueden
ser apreciados como compatibles sobre todo si consideramos que “el mapa
no es el territorio”. Los diferentes sistemas de los Chacras orientales, los
meridianos de la digito y acupuntura de la medicina china, son sólo un par
de ejemplos de un pequeño universo que es sólo mencionado pero que no
será explorado aquí.

El tema planteado admite ser titulado también como “semántica


somática”, en tanto explora las significaciones vinculadas con las regiones,
tejidos y órganos de lo que llamamos “soma”, “cuerpo”, “corporeidad” o
“corporalidad”, tanto en el caso de que la significación le sea atribuida al
tejido u órgano, como si es intrínseca a la parte corporal, a las sensaciones
o a las funciones.

Si bien hay trazos comunes en la afectividad humana, las formas


específicas varían de cultura en cultura y sobre todo también de persona en
persona. Los eventos y las historias individuales, personales, especialmente
las traumáticas pueden determinar significaciones únicas en algunas
personas que sobrecarguen algunas regiones o implique falta de carga o
importancia en otras. Cada persona es única, y en la función terapéutica es
imprescindible atender a las variantes idiosincráticas de la semántica
somática.

Reich comenzó siendo psicoanalista y por cierto conoció el sistema


freudiano de las zonas erógenas. Pero su trabajo fue más lejos y además
fue continuado por sus discípulos y seguidores. Se puede apreciar también
aquí, el desarrollo de distinciones y precisiones cada vez más finas que
hablan de un posicionamiento de Reich y su escuela en relación al eje de
polaridad Psique-Soma.

Los siete segmentos de la coraza reichiana son (desde abajo hacia


arriba): 1 pélvico; 2 abdominal; 3 diafragmático; 4 pectoral o toráxico; 5
cuello y cintura escapular; 6 Oral; 7 ocular.

103
El mapeo de Keleman (1997) se apoya en las funciones de los tejidos
y órganos derivados de las tres capas embrionarias. A-Endodermo: del cual
derivan los órganos internos, encargados de la generación de la energía
vital. B-Mesodermo: del cual derivan todos los tejidos de sostén y
movimiento (huesos, tendones, músculos) y C-Ectodermo: en el cual se
originan los órganos de los sentidos, piel y Sistema Nervioso. Se
corresponden con tres significaciones básicas: centramiento (centering en
inglés); enraizamiento (grounding) y relación con el mundo externo
(facing). La estrategia terapéutica a su vez se apoya en esas distinciones.

Retomando el sistema reichiano se puede apreciar que dos de los


segmentos no son propiamente regiones de generación de cualidades
específicas de la energía vital, sino lugares de paso y modulación: uno es el
cuello, que separa el abajo del arriba; lo consiente de lo inconsciente; lo
que se expresa y lo que no se expresa (se traga). Es considerado a menudo
como uno de los asientos somáticos del narcisismo en tanto tiene
participación en la imagen que la persona muestra o permite que sea vista;
el otro es el diafragma, que a través de las inervaciones del SNA y
principalmente del plexo solar modula la generación de energía
principalmente a través de la amplitud respiratoria (más que los pulmones,
es considerado por muchos como el órgano de la respiración).

Los otros cinco segmentos corresponden a regiones somáticas en las


que la energía biológica toma cualidades y funciones específicas. La
discriminación de si la cualidad determina la función o viceversa queda
planteada, y en una primera aproximación no parece ser resuelta con una
causalidad lineal sino circular. De lo que no cabe duda es del dato de que la
función de los órganos y tejidos tiene significación –significancia,
importancia-, como dice Chiozza, en la interacción de la persona con el
mundo y con sus semejantes, y que esa importancia, significancia o
significado está precisamente dada por las emociones implicadas en la
interacción, incluso en el caso de que sean disociadas total o parcialmente.
Se trata de las diferentes cualidades de la energía vital, o bien de la
importancia, o bien de la emoción, del “sentir” o bien de lo que las personas
ponen en juego en la relación con el mundo y las otras personas.

Sintetizando, entonces: el significado está en relación con el sentir,


con lo que sienten las personas al actuar y al hablar, y con lo que sienten al
ser destinatarios de las conductas y las palabras del “otro”. El “significado”,
presuntamente inmaterial, libre de masa, se vuelve material, ligado a masa,
al cuerpo, en el momento del “sentir”.

De esas cinco regiones, tres son las clásicas del psicoanálisis


freudiano: la oral, la anal y la fálica o bien genital (aunque en relación a la
manera de utilizar el término “genital” hay diferentes posturas). Uno de los
aportes fundamentales del campo reichiano a la manera de comprender la
afectividad y la psicosomática tiene precisamente relación con la inclusión
del segmento ocular y del segmento toráxico (pecho), como regiones
impregnadas y generadoras de cualidades específicas de la afectividad. Lo
ocular con su función básica de atribuir o retirar significado-importancia a
cosas, personas, eventos, experiencias, y el pecho como asiento de

104
sentimientos y funciones como la ternura, el respeto, el altruismo, la
generosidad, la solidaridad, la capacidad para contener, la capacidad de
brindar.

Los siete segmentos o regiones, a su vez admiten ser apreciados


desde varias perspectivas (que luego serán descriptas):

1. Como Etapa del desarrollo.


2. Como Región somática.
3. Como Suministros específicos que necesita la criatura en la etapa.
4. Como Conductas, acciones, verbos.
5. Como Sentimientos característicos.
6. Como Logros y aprendizajes.
7. Desde la perspectiva de los Bloqueos típicos en nuestra cultura.

Al hacer la presentación desde la perspectiva de las etapas, ya no se


ordenan de abajo hacia arriba, y el primer lugar es inverso, o sea lo ocular.
El segundo es el oral, el tercero es el anal; el cuarto es el fálico y el quinto
es el toráxico. Cuello y diafragma, al ser moduladores, van en paralelo con
toda la secuencia de los aprendizajes durante las etapas.

Desde el punto de vista de los vínculos, la secuencia como totalidad


comienza con la concepción, atraviesa un tramo de “inclusión”, pasa luego
por la paulatina configuración de los vínculos duales con diferentes
personas: en primer lugar la madre y luego el padre, los hermanos, luego el
resto de la familia, compañeros, amigos, etc. Del vínculo dual al triángulo es
el desafío de la siguiente etapa, con la complejidad del complejo de Edipo,
la competencia, la rivalidad, el conflicto, etc., tiempo en que toma su
formato socialmente estandarizado una manera de concebir “el amor” que
implica la exclusión del tercero, o sea un retroceso al vínculo dual, donde
todo tercero es percibido como amenaza, lo que implica la persistencia de
las posiciones infantiles dependientes. La pubertad y la adolescencia serían
los tiempos en que alcanzarían su maduración los sujetos humanos, con la
colonización, por parte de la energía vital, de los tejidos y órganos del
pecho, que incluye a los brazos y manos. Sería la etapa de apertura hacia
nuevos horizontes interpersonales, donde predomine la visión del prójimo
como hermano en vez de rival y también de apertura hacia el mundo como
lugar de descubrimiento por una parte, y como espacio donde desplegar sus
talentos y potencialidades, por la otra.

LAS ETAPAS

ETAPA INTRAUTERINA Y PERINATAL:

1. Etapa del desarrollo: desde la concepción hasta el nacimiento.


2. Región somática: la región ocular, que incluye ojos, oídos y en
general el sistema nervioso.
3. El suministro específico es el de la sangre materna y los sentimientos
maternos de aceptación, valoración, bienestar, serenidad.

105
4. Los verbos y acciones se reducen a uno: la autoconstrucción.
5. Cuando no hay interferencias los sentimientos característicos son los
de inclusión y pertenencia.
6. Los logros coinciden con los verbos: autoconstrucción del nuevo ser.
7. Bloqueos: rasgos esquizoides, tendencia a la intelectualización,
voyeurismo.

ETAPA ORAL:

1. Etapa del desarrollo: desde el nacimiento hasta el año


aproximadamente.
2. Región somática: La región oral y la primera parte del tracto
digestivo.
3. Los suministros son los de la nutrición, mirada, contacto ocular,
contacto de piel en general y contacto boca-pecho en particular,
cobijo y sobre todo la sensibilidad (nombres: “Ha sido nombrada…”)
de la madre para detectar, percibir las necesidades y causas de los
malestares de la criatura.
4. Las conductas y verbos del contacto cercano, íntimo.
5. El logro básico es el del sentimiento de satisfacción.
6. Los bloqueos característicos están asociados a las carencias, los
excesos y la falta de sensibilidad de una madre que actúa desde el
“deber ser” y no desde el “contacto”. Resultante: sentimiento de
insatisfacción propiamente oral.

ETAPA ANAL:

1. Etapa del desarrollo: aproximadamente desde el año en adelante, con


un auge notorio alrededor de los tres años, con los aprendizajes
vinculados al “no”.
2. La región corporal incluye a la segunda mitad del sistema digestivo y
a toda la estructura esquelético muscular. El término que nombra a la
etapa remite a la importancia que es adjudicada en esta cultura al
control de los esfínteres.
3. Los suministros específicos son los de contención y márgenes y
límites claros y serenos, acompañados de palabras y explicaciones
adecuadas a las capacidades crecientes de la criatura.
4. Los verbos y conductas son inacabables: implican a todos los
aprendizajes vinculados al manejo de la verticalidad, infinidad de
coordinaciones de los ojos y los miembros, descubrimiento de
texturas, profundidades, etc. También de múltiples límites: de lo que
puede, de lo que le es permitido y prohibido; comienzos de los
aprendizajes de normas, pautas, reglas, etc.
5. Los sentimientos característicos de la etapa mesodérmico-anal son
principalmente el placer del movimiento y la satisfacción por el
manejo, control y dominio del propio cuerpo, satisfacciones

106
relacionadas con el “poder” vinculado al hacer, con los aprendizajes,
logros, etc.
6. Los logros están muy ligados a los aprendizajes y sobre todo al
reconocimiento de los límites: a- los propios límites a cada momento;
b- los límites impuestos por la autoridad y los vinculados con respeto
por el prójimo. Otro logro fundamental es el de la modulación del
esfuerzo necesario para cada acción y la configuración de la voluntad,
tenacidad, perseverancia, sentimientos especialmente útiles para los
logros a mediano y largo plazo.
7. Los bloqueos pueden ser múltiples: Las categorías más conocidas
remiten al bloqueo insatisfecho y al reprimido, al contractivo y al
expansivo. En lo conductual, la terquedad, el oposicionismo y en
general la relación friccionada con la autoridad.

ETAPA FÁLICA (también llamada Genital Infantil):

1. Etapa del desarrollo: Tiene sus comienzos alrededor de los tres años
y procede en paralelo con la etapa anterior (no comienza cuando
acaba la anal pues los aprendizajes de la anal continúan). No tiene
final identificable, al menos en esta cultura: la gran mayoría de
hombres y mujeres parecen fijados definitivamente en esta etapa.
2. La región somática es la pelvis en su dirección hacia adelante: los
genitales. Las piernas son consideradas como extensiones del
segmento pélvico.
3. Suministros específicos: Es la etapa del Complejo de Edipo,
configuración afectiva en gran medida inconsciente también para los
propios padres y la cultura en general. Es la etapa en la que se
configuran los patrones vinculares y afectivos que sostienen gran
parte del sistema de creencias acerca de lo masculino, lo femenino, la
competencia, el poder, el amor, la propiedad privada, el derecho, la
legitimación de las inequidades, el sexo, etc.
4. Implica por tanto a infinidad de comportamientos y verbos, aunque
algunos tienen especial importancia, como “competir”, “ganar”,
“perder”, por ejemplo.
5. El sentimiento característico principal de la etapa, debido a su poder
de formateo de la afectividad es el de “tercero excluido”, más
conocido como “celos”.
6. Logros y aprendizajes: En un desarrollo imaginario saludable, sería la
etapa donde las criaturas van logrando el descubrimiento de sus
propios deseos, gustos, intereses, talentos. También en un desarrollo
saludable, los logros de la etapa anal se acoplan con los de la etapa
fálica: la tenacidad, la tozudez y la perseverancia (anales), puestas al
servicio de los intereses y deseos genuinos pueden configurar una
resultante muy poderosa.
7. Los bloqueos característicos están a la vista cotidianamente: la
competitividad crónica, la permanente búsqueda del éxito, el triunfo,

107
el avance desconsiderado e irrespetuoso, la incapacidad para
atender, escuchar y dar lugar a “otro” y multitud de comportamientos
considerados como normales porque constituyen la “norma” típica de
las culturas fálicas patriarcales, incluso cuando sean mujeres quienes
estén en posición de poder.

ETAPA PECTORAL:

1. Etapa del desarrollo: Sería la etapa hipotética en la que los sujetos


humanos alcanzarían una plenitud y maduración saludable.
Aparentemente la humanidad globalizada aún no ha podido acceder
al no trascender la etapa fálica. Sin embargo algunas personas,
excepcionalmente, parecen haberla alcanzado.
2. La región somática es el pecho, con sus extensiones, los brazos y
manos y sus órganos internos.
3. El suministro específico es el ejemplo en el ejercicio y la práctica de
las conductas del respeto, la consideración, la solidaridad, la
contención, la capacidad para brindar, la generosidad, que son los
sentimientos característicos, junto con el placer y la satisfacción en el
ejercicio de esos verbos.
4. El logro principal sería la adultez emocional, la integración armoniosa
y saludable de todos los segmentos.
5. Los bloqueos son el egoísmo, y todas las “enfermedades” con asiento
en el pecho: cardíacas, pulmonares, del timo, de las glándulas
mamarias.

Dato elemental y básico que atañe a todo ser vivo, desde los
unicelulares más simples hasta el más complejo: “El ser vivo Siente”, con
autonomía o independientemente de la conciencia o cognición que se le
pueda atribuir desde la posición humana adulta o desde la “ciencia basada
en la evidencia”. Por lo tanto se considera, en esta presentación, que desde
la concepción, el óvulo fecundado, el embrión, el feto, el bebé, la criatura,
el niño, el adolescente y el adulto “sienten” y por lo tanto, las experiencias
que le toquen vivir dejarán su huella, particularmente las traumáticas.

Es Desde la perspectiva del “sentir” que se propone seguir el


desarrollo de la criatura, y depositar la conciencia en las consecuencias de
algunas situaciones, tomadas como ejemplos de posibles “adversidades”.

En el tiempo en que alberga una vida nueva, si una mujer


embarazada experimenta angustia frente a los posibles juicios de su propia
madre, o su suegra. O vive situaciones de soledad e inseguridad porque su
pareja está poco presente y presumiblemente esté con otra u otras
mujeres. Si se embarazó de un hombre para darle celos a otro. Si estaba
menopáusica y durante unos meses creyó que lo que le crecía en el
abdomen era un tumor. Si vive experiencias traumáticas, accidentes,
duelos, o su embarazo es producto de una violación. Si fantasea o desea o
teme abortar: ¿qué podría sentir un ser vivo ahí dentro de ese útero?

108
Si la situación es lo suficientemente adversa, el aborto se produce de
manera espontánea, sin embargo a veces la función de autoconstrucción del
nuevo ser se ejecuta, en el nivel estrictamente biológico, aunque la
experiencia deja sus huellas. El ser vivo ha sentido en algún momento que
estaba dentro de algo hostil o que lo consideraba una amenaza. Los
neurotransmisores, las hormonas y toda la química de la madre le llega
además a través de la placenta y el cordón umbilical, directamente al
hígado. El sentimiento de pertenencia, que en la mayoría de las personas es
un dato elemental y básico de la experiencia, en este sujeto está averiado o
ausente. No importa tanto en este punto el título que los psiquiatras le
pongan al cuadro clínico: si sobrevive y tiene algún desarrollo es un
verdadero prodigio.

Las interferencias y “adversidades” en el tránsito intrauterino tienen


como una de sus consecuencia principales la masividad de los mecanismos
disociativos. A despecho del excelente desarrollo de la inteligencia o del
sentido artístico que con frecuencia tienen estas personas, siempre están al
borde de una desestructuración esquizoide. Una apreciación análoga puede
ser realizada para cada una de las etapas.

LAS ENFERMEDADES AGUDAS Y LAS ENFERMEDADES


CRÓNICAS

Desde la Medicina tradicional, las enfermedades cronicas remiten a


afecciones de larga duracion, de progresion lenta y cuyo fin o curación no
puede preverse claramente o no ocurrirá nunca. Aunque no existe consenso
claro, se considera así a toda enfermedad que tenga un lapso de duracion
mayor a seis meses.

Las enfermedades agudas son las que tienen un comienzo y una


finalizacion determinada, en un lapso de tiempo restringido, generalmente
menor a tres meses. El termino agudo no refiere a la gravedad de la
enfermedad, sino al tiempo de evolucion. Pueden ser enfermedades agudas
una gripe, un resfriado, o tambien un infarto.

Tambien las enfermedades cronicas pueden ser leves o graves, o


progresar de una condicion a la otra en el tiempo de su evolucion, por
ejemplo, las complicaciones de la gastritis pueden desembocar en una
úlcera péptica.

Como desde la perspectiva reichiana todas las enfermedades son


psicosomáticas, expresión de conflictos emocionales, donde la energía vital
que acompaña estas situaciones es disociada para cortar contacto con lo
doloroso e insoportable, quedando cristalizada en el campo somático y
generando síntomas, contracturas y enfermedades físicas sostenidas desde
aquellas energías retenidas sin posibilidad de tramitacion y descarga, la
gravedad o irreversibilidad de la enfermedad en el soma, y su condicon de
aguda o cronica estará en intima correlación con el grado de conflictiva

109
emocional y el tiempo transcurrido de los procesos evolutivos de la vida sin
resolver tales conflictos dosociados.

EL ESTRÉS: ESTRÉS AGUDO Y ESTRÉS CRÓNICO

El estrés es un término que se ha hecho sinónimo de vida moderna.


Afecta al ser humano en su totalidad, aunque algunas de sus
manifestaciones son más evidentes a unos métodos de observación que a
otros.

Se establece la clasificación de los síndromes de estrés en: Agudos y


Crónicos, correspondiendo a los primeros el auto-estrés, la reacción aguda
de estrés, la crisis psicosocial, el síndrome postraumático y los trastornos
adaptativos; y a los segundos, el trastorno por estrés extremo y
persistente, el síndrome de victimización de Ochberg (del que forma parte
el Síndrome de Estocolmo), el síndrome de desgaste profesional o Burnout
y el síndrome de acoso moral, del que forma parte el síndrome de acoso
institucional.

Desde hace mucho tiempo, se ha pensado que los factores


psicológicos desempeñan un papel contribuyente en la predisposición, el
comienzo o el curso de varias enfermedades físicas, hay estudios recientes
que demuestran claramente una unión entre el estrés y el desarrollo y curso
de muchas enfermedades.

El estrés afecta al ser humano en su totalidad y es definido como una


condición que ocurre cuando un individuo percibe las demandas de una
situación que excede sus recursos y puede incrementar la vulnerabilidad del
organismo a ciertas enfermedades ejerciendo un efecto inmunosupresor.
Existe bastante casuística que corrobora la influencia del estrés en aquellas
enfermedades que están conectadas directamente con los mecanismos
inmunológicos, tales como las infecciones, las enfermedades autoinmunes y
las neoplasias, así como también su efecto sobre las enfermedades
cardiovasculares.

También se conoce que el estrés crónico puede conducir a presión


sanguínea elevada y riesgo de ataque al corazón. Se debe distinguir el
eustrés del distrés. El eustrés es un evento neutral o placentero que se
piensa puede ser controlable. El distrés puede ser emocional o físicamente
amenazador, severo, prolongado, impredecible e incontrolable.

Los seres humanos están expuestos al estrés desde el nacimiento,


pero se debe reconocer que cierta cantidad de estrés es beneficioso para la
vida. Este permite enfrentar con efectividad algunos desafíos importantes,
suministrando la excitación y la energía necesarias requeridas en
determinadas situaciones. El estrés se hace peligroso cuando es de
proporciones excesivas, que desbordan las capacidades de adaptación del

110
individuo o cuando se acumula sin salida adecuada, instalándose la
frustración.

DSM-IV

El DSM-IV describe y clasifica la sintomatología del Estrés y lo


diferencia en los siguientes cuadros psicopatológicos:

1.- TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMATICO (TEPT):

Es un cuadro que se define por la aparición de una serie de síntomas


característicos, desencadenados por la exposición a un acontecimiento
traumático.

Estos síntomas incluyen fenómenos de: re-experimentación del


trauma. Evitación de situaciones relacionadas. Embotamiento emocional.
Aumento de la actividad neuro-vegetativa.

Si bien está calculado que la posibilidad de sufrir un evento


potencialmente traumático es del 40 al 75% a lo largo de la vida (para la
generalidad de las personas), la prevalencia vitalicia del trastorno concreto,
suele ser alrededor de 8-12%. Evidentemente estos números varían de
acuerdo a la exposición a riesgo de la población estudiada.

El TEPT es uno de los pocos cuadros que el DSM-IV define por su


etiología, esto es, la exposición a un acontecimiento traumático que actúa
como detonador. Sin embargo, queda claro que el impacto que tenga este
acontecimiento está determinado por factores previos de vulnerabilidad,
como los biográficos y las características de su personalidad.

2.- TRASTORNO POR ESTRÉS AGUDO (TEA):

La reacción aguda a este tipo de estrés severo, puede comprender


distintos tipos de síntomas, similares a los que presenta el TEPT. Sin
embargo los fenómenos disociativos aparecen como las más frecuentes y
peculiares de este cuadro.

Puede haber alteraciones de la memoria, vivencias de extrañamiento


y alejamiento emocional, distorsiones en la percepción del tiempo y de los
estímulos dolorosos (especialmente analgesia), desrealización y
despersonalización. Muchas veces aparecen vivencias de culpabilidad,
ánimo depresivo y total negligencia en el autocuidado.

Así como para el TEPT el DSM-IV establece un mínimo de un mes en


la duración de los síntomas para el TEA plantea un mínimo de duración de
dos días y una máxima de cuatro semanas, pasadas las cuales se
diagnostica como TEPT.

111
3.- TRASTORNOS ADAPTATIVOS (TA):

Es un grupo de cuadros psicopatológicos, reactivos a situaciones


vitales estresantes o crisis biográficas, en las cuales la reacción emocional y
conductual del individuo es suficientemente importante como para producir
un intenso malestar (mayor a lo esperable en relación al factor estresante)
o la afectación de distintas áreas de la vida del individuo (sociales,
laborales, familiares, académicas, etc.).

El mencionado cuadro tiene un curso temporal dependiente de la


situación que lo desencadenó y no implica la presencia o la reactivación de
otro trastorno mental específico.

El CIE10 le da una gran importancia a la predisposición y los


antecedentes individuales, en la reacción desadaptiva que va a dar lugar al
cuadro. Se puede agregar que la percepción de los recursos personales
(relacionados tanto a factores psicológicos individuales como a la red de
contención social) que el paciente siente que tiene a su alcance, juega un
rol fundamental en el desencadenante o no del trastorno.

Es un cuadro más frecuente en personas solteras o divorciadas, con


historia personal de apegos deficientes y enfermedades mentales o físicas.
La experiencia de haber manejado situaciones similares en el pasado, suele
ser un factor protector. En cambio cuando éstas no pudieron ser
sobrellevadas, la experiencia actúa como un factor de vulnerabilidad.

Otros factores de protección son el buen nivel intelectual, una


efectiva regulación emocional, la apertura y la capacidad de trabajar en
equipo.

Abandonamos la clasificación del DSM-IV y retornamos a la relación


funcional entre el estrés y las enfermedades clínicas.

La amígdala, que forma parte del lóbulo temporal del cerebro, es el


área más importante para percibir los eventos estresantes, ya que ésta
posee un grado considerable de aprendizaje, memoria, y monitorea la
entrada de información sensorial ante cualquier signo de daño potencial. El
estrés crónico aumenta la irritabilidad, que es una condición seriamente
dañina y está unido a un incremento en la reactividad, ello activa a la
amígdala y las neuronas, factor liberador de corticotropina. Esta es una
hormona peptídica que constituye uno de los neurotransmisores más
influyentes en el cerebro y el mediador central en la respuesta al estrés,
que coordina el comportamiento, la activación autonómica y la
neuroendocrina. El cerebro responde con noradrenalina y la liberación
incrementada de hormonas de estrés. La irritabilidad está estrechamente
asociada con muchas formas de enfermedad, que van desde la depresión y
la adicción a drogas hasta la diabetes y la enfermedad del corazón.

112
ESTRÉS Y ENFERMEDADES INFECCIOSAS

Existen varias evidencias de que el estrés conduce a una capacidad


disminuida para combatir la infección. Por ejemplo, se ha comprobado que
los estudiantes tienen más infecciones en la garganta alrededor del tiempo
de exámenes. En 1991, se demostró que los factores ambientales pueden
tener un efecto medible sobre la salud. En ese estudio, voluntarios humanos
fueron inoculados con 5 virus diferentes de catarro común y como
resultado, muchos de ellos enfermaron y otros no. La probabilidad de
enfermar con catarro fue directamente proporcional a la cantidad de estrés
que los individuos dijeron haber experimentado durante los años anteriores.
Un estudio realizado en niños con infecciones respiratorias altas, donde se
evaluaron los efectos de los eventos vitales, el apoyo social y el
enfrentamiento psicológico, demostró que el impacto del estrés vital sobre
la vulnerabilidad a las enfermedades infecciosas en niños, es moderado o
precedido por el enfrentamiento psicológico y recursos sociales, y que
diferentes factores psicológicos influyen en la ocurrencia y duración de las
infecciones.

Los efectos negativos del estrés sobre la susceptibilidad a las


enfermedades se han reflejado no solo en las infecciones respiratorias
clínicas virales en los humanos, sino también como un co-factor en la
reactividad de los herpes virus latentes. Se ha observado que la Inmunidad
Mediada por Células (IMC) está significativamente afectada por productos
de los sistemas nervioso y endocrino.

Investigaciones realizadas en pacientes infectados por el Virus de la


Inmunodeficiencia Humana (VIH) han demostrado que, el hecho de que
estos enfermos conozcan que se encuentran infectados por el virus, puede
ser un factor estresante suficiente para producir un estado de
inmunodepresión capaz de incrementar el grado de vulnerabilidad a la
acción del virus y de favorecer la enfermedad, por lo que el estudio de la
evaluación del impacto psicológico de la infección, debe incluir el
diagnóstico de enfermedad amenazadora para la vida como un incidente
traumático que puede conducir a un trastorno de estrés postraumático con
progresión al SIDA. En estos pacientes también se han estudiado los efectos
del estrés, síntomas depresivos y apoyo social sobre la evolución a
enfermedad por VIH, y se ha observado que la progresión más rápida al
SIDA está asociada con un mayor número de eventos vitales estresantes,
mayores síntomas depresivos y menor apoyo social.

Resultados similares se han encontrado entre pacientes asintomáticos


infectados por VIH, donde demostraron que la morbilidad psicológica estuvo
asociada con un patrón de comportamiento de la enfermedad caracterizado
por convencimiento de progresión de su patología, irritabilidad, disforia,
percepción psicológica de estar enfermo y baja negación, en tanto que la
capacidad individual para expresar emociones, niveles adecuados de apoyo
social y bajos niveles de depresión, influyeron en una mejor adaptación a la
enfermedad.

113
El estrés vital y la depresión pueden estar asociados con niveles
sanguíneos alterados de neuropéptidos liberados por el SNC, que actúa
como un neurotransmisor en la conducción de estímulos propioceptivos y es
un modulador de la neuroinmunorregulació

ESTRÉS Y ENFERMEDADES AUTOINMUNES

La mayoría de las evidencias de que el estrés contribuye al comienzo


y el curso de la enfermedad autoinmune son circunstanciales, y los
mecanismos por los cuales los eventos estresantes afectan la
autoinmunidad no están completamente comprendidos. Sin embargo,
existen estudios que han mostrado una conexión entre el estrés y la
enfermedad autoinmune.

Se ha comprobado que una disfunción del sistema neuroendocrino


puede ser uno de los factores de riesgo implicados en la patogénesis de las
enfermedades reumáticas. El estrés inflamatorio crónico mediado por signos
neurales y humorales durante el estado activo de la enfermedad y los
autoanticuerpos contra las estructuras del sistema neuroendocrino, pueden
además participar en la disfunción neuroendocrina.

La mejor evidencia del efecto del estrés sobre la enfermedad


autoinmune tiroidea es la relación entre el comienzo de hipertiroidismo de
Graves y estrés mayor. Sin embargo, existen escasos reportes de posible
relación entre el estrés y la tiroiditis de Hashimoto, probablemente porque
el inicio y la evolución de esta enfermedad es por lo general insidioso, y los
efectos del estrés podrían pasar inadvertidos. La patogénesis de la
oftalmopatía de Graves es desconocida, pero está demostrada la existencia
de una reacción inflamatoria en los tejidos orbitarios, asociada con la acción
de anticuerpos antitiroideos. Recientemente se ha descrito que los factores
oftalmopáticos podrían estar genéticamente determinados por parámetros
medioambientales, entre los que se destaca el estrés, lo que apoya la
hipótesis de que los procesos autoinmunes en esta inflamación ocular
podrían estar relacionados con factores ambientales. Los pacientes que
sufren de hipotiroidismo pueden algunas veces experimentar ataque de
pánico, ansiedad extrema, palpitaciones, y se convierten en individuos muy
agitados emocionalmente, generando un mayor estrés. Esta enfermedad,
donde el tiroides está hipoactivo, está frecuentemente acompañada de
fatiga, desfallecimiento y varios niveles de depresión.

En estudios retrospectivos, donde se exploraron una serie de factores


medioambientales que incluían eventos vitales estresantes, se concluyó que
el estrés psicológico, medido como tensión psicosocial en la familia, parece
estar involucrado en la inducción o progresión de la autoinmunidad
relacionada con la diabetes en la infancia, debido a una unión de niveles
hormonales y de señales nerviosas que influyen en la sensibilidad y
necesidad de insulina, así como en el sistema inmunológico (SI).

114
ESTRÉS Y ENFERMEDADES ONCOLÓGICAS

No está demostrado científicamente que la psiquis es responsable del


desarrollo del cáncer, así como tampoco existen evidencias de que la
psiquis tenga influencia sobre el tiempo de supervivencia o el porcentaje de
curaciones, pero sí es incuestionable el desarrollo de estrés psicológico
como efecto de tener una enfermedad amenazadora para la vida, que
influye en la calidad de vida de los pacientes y de sus familiares, lo cual
constituye un estrés negativo o distrés.

La depresión y el estrés psicológico han sido implicados en los


progresos del cáncer. De igual forma, la glándula pineal y su secreción
principal, la melatonina, influyen en su inicio y progresión. Además,
cambios en la secreción de melatonina han sido relacionados con el estrés y
la depresión, y tanto la glándula pineal como la corteza cerebral, actúan por
la vía del sistema límbico para producir sus efectos. La glándula pineal tiene
un efecto sobre el cáncer.

Se ha demostrado un incremento de la incidencia del melanoma


maligno con la edad en algunos países, lo que se ha señalado puede ser
ocasionado como respuesta ante un estrés repentino provocado por el
medio ambiente. También se han relacionado los niveles de síntomas de
desorden de estrés postraumático (TEPT) con variables demográficas y
psicosociales e historia médica en 31 mujeres con antecedentes maternos
de cáncer de mama, que indicaron que el 19,4% de esas mujeres
probablemente tuvieran un diagnóstico de TEPT relacionado con el cáncer
de la madre, particularmente en aquellas que mostraron una actitud más
negativa. La severidad de los síntomas de TEPT se asoció positivamente con
el estadio del cáncer materno al diagnóstico, e inversamente con la edad.
Estos datos sugieren que el cáncer de mama materno es un evento
emocionalmente traumático para muchas mujeres y constituye una
influencia potencial de factores psicológicos y características estresoras
sobre las respuestas de TEPT en las hijas.

En pacientes con cáncer se ha demostrado que existe una


disminución de la función de las células del sistema inmune en el
microambiente del tumor. En cuanto a las relaciones entre distrés, apoyo
social y actividad de las células cancerígenas en pacientes con cáncer de
ovario, el distrés guardó relación con la citotoxicidad más baja. Indicó
asociaciones independientes tanto del distrés como del apoyo social por lo
que se concluyó que los factores psicológicos, tales como el apoyo social y
el distrés, están asociados con cambios en la respuesta inmune celular, no
solo en sangre periférica, sino también en el microambiente del tumor.

En enfermos recién diagnosticados con cáncer de cabeza, cuello o


pulmón, se relacionaron el desorden de estrés agudo (TEA) y el TEPT, así
como la ansiedad, depresión y desorden por uso de sustancias, en los
primeros 12 meses después de diagnosticada la enfermedad. Estos
pacientes fueron evaluados para TEA durante los meses iniciales después de
su diagnóstico y reevaluados para TEPT y otros trastornos psicológicos 6 y
12 meses después. La incidencia de TEPT a los 12 meses (14%) fue más

115
baja que la de otros desórdenes como la ansiedad (20%) y la depresión
(20%), lo que sugiere la necesidad del desarrollo de intervenciones
terapéuticas válidas para asistir a esta población de enfermos en el primer
año siguiente al diagnóstico.

Los síntomas de TEPT tales como pensamientos intrusos, excitación


psicológica y evitación, han sido demostrados en madres y padres de niños
que han sobrevivido a un cáncer. Las investigaciones psico-oncológicas
están actualmente interesadas en la creación de métodos adecuados para
identificar a los pacientes tomando en consideración su nivel de distrés,
quienes se beneficiarán de una intervención psico-oncológica específica para
facilitar el bienestar a largo plazo.

Además, no se debe soslayar la importancia de las experiencias


estresantes como resultado del cuidado de pacientes con cáncer en los
centros oncológicos. Esto es experimentado no solo por los médicos y las
enfermeras, sino por todo el personal de salud que atiende a estos
enfermos. En adición a la situación estresante de los cuidadores, se
encuentran la escasez de personal, largas horas de trabajo, programas
estrechos y recursos limitados. Por lo tanto, es importante el hallazgo de
mecanismos innovadores para reducir los niveles de estrés de todo este
equipo de trabajo.

ESTRÉS Y ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES

Las investigaciones en Fisiología, Psicología y Medicina, han sostenido


la idea de que el riesgo de enfermedad cardiovascular está incrementado
por respuestas exageradas al estrés. En este contexto se propone un
modelo de control del SNC sobre sistemas de respuesta periférica que
suministran una vía para designar 3 fuentes de reactividad exagerada al
estrés, la cual puede variar entre los diferentes individuos. El nivel superior
incluye el sistema límbico y la corteza prefrontal como áreas interactuantes
que forman las respuestas al estrés psicológico. Esta organización puede
suministrar una vía para penetrar en las fuentes de reactividad al estrés que
caracterizan a grupos específicos de riesgo y permite, por lo tanto,
suponerla como la fuente de la fisiopatología de la enfermedad.

Está bien establecido que los factores psicológicos pueden actuar


como factores de riesgo para el síndrome coronario agudo (SCA),
enfermedad en cuya progresión tiene un importante papel el SI. Los
factores de riesgo psicológicos crónicos como la hostilidad y el estado
socioeconómico bajo, son importantes en las etapas tempranas de esta
enfermedad, en tanto que factores episódicos como la depresión y el
agotamiento están implicados en la transición de las placas
arterioescleróticas de estables a inestables. Disparadores psicológicos
agudos como la cólera y el estrés mental, pueden promover la isquemia
miocárdica y la ruptura de la placa. Un estudio que exploró las relaciones
entre los factores psicológicos y los parámetros inmunológicos en esta
enfermedad, donde fueron evaluados el control percibido, apoyo emocional
y eventos vitales 2 o 3 días después de la hospitalización, así como el

116
conteo de leucocitos totales y porcentaje de monocitos, macrófagos,
neutrófilos y linfocitos, demostró que la hostilidad y los eventos vitales se
correlacionaron positivamente con el porcentaje de monocitos, en tanto que
el control percibido y el apoyo emocional se correlacionaron inversamente.
En cuanto al porcentaje de neutrófilos, hubo una correlación positiva con el
apoyo emocional y negativa con los eventos vitales estresantes, y existió
relación entre el reclutamiento de monocitos y un peor perfil psicosocial,
predictivo de SCA.

Existen también evidencias de que ciertos tipos de personalidad son


más susceptibles a las enfermedades relacionadas con el estrés.

Los aspectos psicosociales de la enfermedad del corazón han sido


usualmente estudiados en pacientes masculinos. En las mujeres, las fuentes
de distrés son a menudo encontradas en otras áreas como la familia, el
ambiente del hogar y menos frecuentemente en el lugar de trabajo.
Especialmente para las madres trabajadoras, la combinación del trabajo
profesional con el del hogar, constituye un evento estresante considerable.
El estrés es percibido en los hombres de manera diferente que en las
mujeres, y conduce también a diferentes reacciones psicológicas. Un
ejemplo es la recientemente descrita “cardiomiopatía de estrés”, una
enfermedad aguda, amenazadora para la vida, la cual es a menudo
provocada por distrés emocional súbito y puede ser encontrada
principalmente en mujeres. Las mujeres con enfermedad del corazón
manifiestan más distrés psicológico en respuesta a su enfermedad que los
hombres. Al igual que en el hombre, los síntomas depresivos pueden
impactar negativamente el pronóstico.

Se ha comprobado que los pacientes que sufren de depresión


después de un fallo cardíaco, es más probable que mueran comparados con
otros que tienen una respuesta más adaptativa. Es muy importante la forma
en que una persona percibe el estrés, la misma situación extrema puede
producir distintos tipos de estrés en personas diferentes.

En términos de estrés y enfermedad del corazón, el estudio más


amplio hasta la fecha ha sido Interheart, llevado a cabo en 52 países, el
cual examinó el estrés laboral, el estrés financiero y el estrés alrededor de
eventos vitales importantes en 24.767 personas, y encontró que el estrés
elevó el riesgo de ataque al corazón 2,5 veces, casi tanto como el hábito de
fumar y la diabetes. Aunque estudios previos han sugerido una correlación
entre estrés crónico y enfermedad cardiovascular, esta fue la primera vez
que se mostró una relación tan evidente.

El modelo biopsicosocial describe las interacciones entre los factores


biológicos y psicosociales en la etiología y progresión de la enfermedad. La
forma en la que el individuo interpreta y responde al medioambiente
determina la respuesta al estrés, influye en el comportamiento de la salud,
contribuye a la respuesta inmune y neuroendocrina, y puede finalmente
producir enfermedad. Las intervenciones psicológicas oportunas son
necesarias para modular la respuesta al estrés y mejorar el comportamiento
de la salud, enseñando a los individuos métodos más adaptativos para
interpretar los desafíos de la vida con respuestas más efectivas.

117
RE-CONCEPTUALIZACIÓN DE LA ENFERMEDAD COMO
CRISIS CURATIVA

Para poder generar una nueva perspectiva en relación a lo expuesto


anteriormente se hace necesario comenzar a reconceptualizar la
“enfermedad” como un proceso, ya que la expresión patológica en el sujeto
refiere a uno o más conflictos en su interacción con el medio circundante. El
hecho de conceptualizar el enfermar como proceso, abre paso a la noción
de “crisis curativa” en donde una determinada expresión patológica es en sí
misma, un comportamiento de sistema biofísico humano que mostrará un
mensaje, en relación al órgano o segmento afectado, ya que como se ha
desarrollado en las unidades anteriores las afecciones, así como también las
zonas en las que se manifiestan, no son casuales sino que guardan una
estrecha relación con la biografía personal que indica, señala o sugiere
además un camino en el proceso de recuperación de la salud, con los
recursos y capacidades propios de cada persona y su entorno, para lo cual
se vuelve particularmente importante la participación activa de la persona,
en lugar de la posición de sujeto pasivo al cual se “aplican o administran”
desde afuera los más diversos tratamientos, que no incluyen el hacer del
sujeto.

[…] para realizar una profilaxis de las neurosis debemos contar con una
transformación radical en todo lo que las ocasiona. Por eso nunca se ha
propuesto el problema de la prevención de las neurosis como tema de
discusión, y ni siquiera se lo pensó. […] (Reich, W., 1983, “La función del
orgasmo” pp. 198).

Es licito suponer que para concretar esta nueva perspectiva es


necesario trascender el dualismo y la concepción mecanicista medica que
legitima “la verdad univoca sobre la enfermedad”, entonces, si se logra la
conciencia colectiva de la profundidad y complejidad del proceso de
enfermar, puede también ampliarse y profundizarse la mirada hacia las
diferencias entre las personas, tomando también en consideración la
importancia del arrastre generacional de lo disociativo.

118
UNIDAD lV

LA FUNCION DE LA EMOCION EN LA
ENFERMEDAD

LA FUNCIÓN DE LA “EMOCIÓN” EN EL PROCESO DEL


ENFERMAR - VIGENCIA DE LAS IDEAS DE REICH

Pasaron casi sesenta años de la muerte de W. Reich. Algunas de sus


ideas, nociones y conceptos, además de conservar fuerte vigencia, admiten
todavía seguir siendo explorados desde la perspectiva de su potencial
epistémico, en el contexto actual en el que muchas otras disciplinas aportan
saberes y descubrimientos fundamentales para entender el “enfermar”
como un proceso que tiene determinaciones profundas o no consientes.
Entender la “interdisciplina” como lugar de encuentro y elaboración de un
saber más integral, abarcativo y profundo se vuelve cada vez más
imperioso.

Pero más aún que las ideas, nociones y conceptos, son el tipo y el
lugar de la mirada reichianos los que conservan una enorme vigencia. Dado
el eje de polaridad Psique-Soma, la propuesta es la de pensar juntos cuál es
el punto más adecuado para situarse a los fines de entender los procesos
vinculados con la salud, la enfermedad (sustantivos, abstracciones), o
mejor aún: con el enfermar y el sanar (verbos). La perspectiva del
movimiento aparece a primera vista como ventajosa frente a la mirada
conceptual, fotográfica, fija; sin embargo ambas perspectivas no son
necesariamente excluyentes y admiten ser compatibilizadas.

Se emplean aquí los términos polares de salud y enfermedad


indistintamente para lo psíquico y para lo somático. Sin embargo, los
umbrales de discriminación entre los significados de ambos términos no son
los mismos. En el orden de lo “somático”, gracias a la anatomía patológica,
es mucho más precisa la distinción entre un hepatocito sano o saludable, en
buenas condiciones para cumplir su función y uno dañado, lesionado o
enfermo y que no está en condiciones para ejecutar las funciones. Lo mismo
cabe para los más de 400 tipos celulares de un organismo complejo como el
humano. En el orden de lo “psicológico” es mucho más complejo, sobre todo
considerando que muchos de los “trastornos” o “disorders” son entidades
elaboradas (constructos) de acuerdo a criterios propios de determinados
autores o corrientes y a menudo son discutidos por otras corrientes. Una
segunda dificultad radica en el dato bien conocido de que la mejor manera
de estabilizar un comportamiento consiste en ponerle un nombre, de modo
que el “diagnóstico” tiende a cristalizar y a fijar al “paciente” en una
posición. Tal posición puede ser transitoria, circunstancial, además de que
bien puede ser considerada como una de las estrategias ensayadas para

119
resolver un conflicto o bien, dificultades en la interacción con el mundo o
con determinadas personas o situaciones.

W. Reich admite ser considerado como un fundador de discursividad


y/o de nuevos paradigmas. En este contexto se transcribe la definición
reichiana de “biopatía”, que es una manera original de nombrar y
representar algunas de las “enfermedades”, precisamente aquellas que
desde la perspectiva reichiana tienen determinaciones vinculadas con el
bloqueo de la pulsación y del flujo energético, originados a su vez en una
“economía sexual perturbada”:

El tumor es tan sólo un síntoma visible de la enfermedad que llamamos cáncer.


Por eso, el tratamiento local del tumor maligno, sea por cirugía o por aplicación
de radium o rayos X, no ataca al cáncer como tal sino a uno de sus síntomas
visibles. Tampoco la muerte por cáncer puede atribuirse a la presencia de uno o
varios tumores; más bien es el resultado final de una enfermedad biológica
sistémica, el "cáncer", cuya causa es un proceso desintegrativo del organismo en
general. La literatura médica no nos brinda información sobre la naturaleza de esta
enfermedad biológica integral. La llamada "predisposición cancerosa" sólo deja
traslucir que detrás del tumor maligno se encuentran en acción procesos letales
hasta ahora no investigados. La típica caquexia del cáncer sólo puede considerarse
como la última fase visible del desconocido proceso sistémico "cáncer".
El término "predisposición cancerosa" carece de sentido e induce al error. Por
eso lo reemplazaremos por la designación biopatía carcinomatosa. La finalidad
de esta serie de trabajos es poner de manifiesto el proceso que constituye la base
de la biopatía del cáncer.
Dentro del término biopatías resumiremos todos los procesos patológicos que
se cumplen en el aparato autónomo vital. Existe una típica disfunción del aparato
vital autónomo que, una vez en marcha, puede manifestarse en una diversidad de
cuadros sintomáticos. Una biopatía puede desembocar en un carcinoma ("biopatía
carcinomatosa"), pero también en una angina pectoris, en un asma, en una
hipertensión cardiovascular, epilepsia, catatonía, esquizofrenia paranoidea,
neurosis de angustia, esclerosis múltiple, corea, alcoholismo crónico, etc. Hasta
ahora desconocemos los factores que determinan la evolución de una biopatía en
una u otra dirección. Pero lo más importante es el común denominador de todas
estas enfermedades: se trata de un trastorno de la función natural de pulsación en
la totalidad del organismo. De acuerdo con esta definición, una fractura, un
absceso local, una neumonía, la fiebre amarilla, una intoxicación alcohólica
aguda, una peritonitis infecciosa, la sífilis, etc., no son biopatías. Ninguna de ellas
se basa en una perturbación de la pulsación autónoma del aparato vital en
conjunto; están circunscriptas y pueden provocar una perturbación de la pulsación
biológica, pero secundariamente. Sólo en los casos en los cuales el proceso
patológico comienza con un trastorno de la pulsación, podemos hablar de
"biopatía", cualquiera que sea el cuadro secundario en el cual desemboca. De
modo que podemos distinguir una "biopatía esquizofrénica" de una "biopatía
cardiovascular", y éstas de una "biopatía epiléptica", "carcinomatosa", etcétera.
[…] (Reich, W., 1985, “la biopatía del cáncer”, p. 154-155).

En diferentes culturas los modos de enfermar son específicos, así


como los nombres de las “enfermedades” y sus tratamientos. Etnobotánica
y Etnofarmacología son nombres de disciplinas relativamente recientes en

120
las que se pueden apreciar entre otras interesantes cosas, que tanto las
“enfermedades” como los tratamientos varían en diferentes comunidades
humanas.

Es posible apreciar un proceso básico de la vida que se ha mantenido


constante desde sus comienzos a partir las bacterias hasta los organismos
más complejos: el ser vivo emplea recursos aloplásticos y autoplásticos. En
el despliegue de las formas vivas en el planeta, tanto animales como
vegetales se puede apreciar una increíble y sorprendente creatividad, y tal
creatividad e inventiva no es exclusiva de los seres más complejos sino que
se encuentra en todos los niveles. En todos los casos, el ser vivo hace lo
que puede para acomodarse, sobrevivir, generar diversidad y complejidad
creciente en y con las condiciones que le fueron dadas, aunque sean
adversas. Cada cultura proporciona a sus individuos “condiciones dadas”. El
“enfermar” admite ser apreciado como una de las maneras en que se
produce y también como una de las consecuencias de los procesos de
“acomodamiento” del individuo-sujeto en un entorno en el que las
condiciones “dadas” fueron adversas. Este es uno de los mensajes de Reich
a lo largo de toda su obra, y una de las ideas que mantiene su vigencia
intacta.

En occidente: Las “condiciones dadas” para los individuos-sujetos de


los comienzos y apogeo de la revolución industrial (lo sabemos hoy) fueron
particularmente adversos en lo que hace a lo que a veces ingenuamente
nombramos como “sexualidad”, “sexo”, “genitalidad”: la moral victoriana,
resultante de la asociación (contubernio) entre la burguesía creciente y la
iglesia.

Hoy tenemos a las enfermedades del pecho y de la pelvis en los


primeros lugares en el ranking de las causas de sufrimiento y de muerte
entre los animales humanos. Y las que no lo son atañen a lo anal y lo oral
(trastornos de la conducta alimentaria, obesidad, etc.). Lo ocular, además
de tener participación importante en la gran mayoría de las
“enfermedades”, tiene su lugar en el ranking con las psicosis en general y
con la amplia diversidad de lo que hoy se nombra como “espectro autista”.
Esto sería una visión panorámica del enfermar en la cultura occidental
globalizada.

LA MIRADA DE REICH

La de Reich ha sido y es un tipo de mirada que fue continuada por


una gran cantidad de seguidores de sus ideas como Baker, Keleman,
Boadella, Lowen, Pierrakos, Fritz Perls y muchos otros. Existen además
autores que sin haber sido discípulos ni tomarlo como referencia, desde
otros marcos conceptuales, comparten un posicionamiento semejante, como
Chiozza, Simonton en sus desarrollos sobre el cáncer o el mismo Groddeck
entre muchos otros.

El posicionamiento básico reichiano tuvo su punto de partida cuando


encontró que en consonancia con lo que él llamó “coraza caracterológica”
eran apreciables también configuraciones específicas de tensiones

121
musculares, a las que nombró como “coraza muscular”. El posicionamiento,
el “lugar de la mirada” consiste en atender simultánea y/o alternadamente
a lo que se nombra como psicológico y a lo que se nombra como somático.
Este lugar y esta manera de mirar admiten ser nombrados como
pulsatorios.

Dice Reich: […] “Recurramos ahora a nuestro familiar esquema del


funcionamiento psicosomático para comprender qué parte del aparato vital
se ve afectada por la biopatía —en contraste con la neurosis de angustia o
una lesión mecánica— y por el experimento orgonterapéutico” […] (Reich,W
1985, “La biopatía del cáncer”, p.189):

Lo que se desea hacer es resaltar precisamente el dato de que Reich


se posicionó en una región intermedia entre los discursos clásicos de la
medicina y la (o las) psicología y empleó explícitamente la expresión de
“funcionamiento psicosomático”.

En el año actual 2016, pueden apreciarse algunos cambios en el


espectro del saber sobre salud y enfermedad. Desde el pensamiento médico
son apreciables algunos movimientos en dirección a lo psicológico: PNI
(Psico Neuro Inmunología); PNEI (Psico Neuro Endócrino Inmunología);
Psicobiología; Stress; Medicina Psicosomática. Desde las distintas corrientes
del pensamiento psicológico apuntando a los trastornos somáticos,
aparecen los apéndices de discurso de múltiples discursividades,
psicoanalíticas o no. Autores de diversas ramas de “las psicologías” han
escrito textos, algunos más técnicos, otros más teóricos.

Existen además muchas otras disciplinas provenientes o


pertenecientes a territorios como la kinesiología, el arte, el teatro que
aportan saberes y prácticas en las que está implicado un reconocimiento de
la participación de lo emocional y psicológico, sea en la postura, en lesiones

122
o trastornos corporales, en el lenguaje no verbal, etc. Ejemplos de estas
son: Expresión corporal; Biodanza; Eutonía; Rolfing; Yoga; Psicomotricidad,
y muchas otras.

A la luz de todos estos aportes tanto reichianos como no reichianos


puede vislumbrarse, un espacio epistémico al que provisoriamente se puede
identificar como psicosomático o bien somatopsiquico. De este modo,
psicosomático ya no será, en este contexto, un término empleado para
identificar un tipo de causalidad (causalidad que casi siempre es
considerada de modo lineal), sino para precisar una manera de apreciar,
representar y pensar la salud, el enfermar, el sanar y la experiencia
humana en general. Sobre todo porque desde Reich la causalidad deja de
ser lineal para convertirse en circular.

Una muestra, extraída del libro “La Depresión y el Cuerpo” de


Lowen:

[…] Comentando este sueño Joan me dijo: <<Estoy fascinada con esta
pregunta: ¿el inconsciente nos toma alguna vez el pelo o es tan estúpido
que no se da cuenta de lo ridículo que es este sueño?>>. Lo que Joan
encontraba tan divertido era su identificación con una segregacionista y una
actriz. Conociendo a Joan, sería difícil imaginarla en ninguno de los dos
papeles. Durante toda su vida adulta ha sido una seria defensora de toda
causa liberal. Los prejuicios racistas eran lo último que se le hubiese pasado
por la cabeza. Pero, ¿Estaba tan lejos de su cuerpo, o más concretamente de
sus sentimientos, excluidos ambos de su coche?
Para conseguir que Joan se enfrentara honestamente a sí misma.
Había que ayudarla a sentir la verdad de su cuerpo: que estaba rígido,
espantosamente endurecido, aterrado en una congelada inmovilidad. El
trabajo con su cuerpo fue lográndolo gradualmente: <<cada vez me doy
más cuenta de que el sistema de rigidez muscular se va disolviendo. Siento
que el darme cuenta y el romperlo es bueno. Al mismo tiempo, amenaza
una grave depresión. Tengo menos fuerza vital que antes. La conclusión que
saco es que mi única posibilidad es no abandonar nunca mi hogar
(cuerpo)>>. En lo psicológico, su problema era aceptar su miedo, su tristeza
y su soledad. En lo físico, aceptar su rigidez y su agotamiento. De no aceptar
estas realidades de su ser, estaba abocada a nuevas depresiones. El
agotamiento la ligaba a su cuerpo y proporcionaba los medios para su
convalecencia. Solo abandonándose al agotamiento, puede uno superarlo.
[…] (Lowen, A., 1892, “La depresión y el cuerpo. La base biológica de la fe y
la realidad”, p. 106).

LA PULSACIÓN COMO MÉTODO

Las nociones reichianas de pulsación y flujo, junto con la idea de la


polaridad admiten ser exploradas desde la perspectiva de su potencial
epistémico, ya que pueden ser empleadas también como una manera de
formular el viejo y conocido método dialéctico, cuyas tres ideas centrales
son: Tesis, Antítesis y Síntesis.

123
Dado un eje de polaridad el primer paso consiste en figurarse como
posible la representación de un orden pulsante, que tiene una función. La
función sería así resultante del movimiento pulsatorio entre los dos polos. A
partir de allí se vuelven posibles otros ejes de polaridad, ya que el
movimiento pulsatorio es circular y un círculo tiene múltiples líneas (o
diámetros) que pasan por el centro. El centro es el lugar de localización de
la función, al modo del eje de una rueda. Dos ejemplos que parecen ser
muy propicios son precisamente el de la rueda y el del corazón. La
pulsación genera un flujo, que es su función. En el ejemplo de la rueda
como Orden Pulsatorio, se puede verificar que, al tomar cualquier punto de
la circunferencia, en relación al eje, la mitad de su recorrido es hacia
adelante y la otra mitad es hacia atrás. Tomadas individualmente las dos
mitades del movimiento se anulan mutuamente (al igual que en el corazón
los dos movimientos de diástole a sístole y viceversa). Sin embargo, el
movimiento completo produce el giro del eje. Si es requerido un flujo mayor
será necesario un ritmo pulsante más acelerado, y viceversa. Si se frena el
ritmo pulsatorio disminuye el flujo, que es lo que ocurre también -en otro
ejemplo- con los bloqueos de diafragma que disminuyen o inhiben la
función de generación de la energía vital. Reich llamó “anorgonía” a esta
condición.

El modo de representar a través de la figura de la pulsación tiene


algunas ventajas frente a la manera clásica propiamente occidental signada
por la antinomia, la incompatibilidad, la exclusión. Ambos polos son
igualmente necesarios y no hay ni exclusión ni superación: ambos polos
siguen siendo igualmente necesarios para dar lugar al flujo. Pulsación en
lugar de antinomia.

REPASO BREVE DE LOS SEGMENTOS DE LA CORAZA:


SIGNIFICACIONES IMPLICADAS EN TEJIDOS Y ÓRGANOS

Este tema ya fue desarrollado en uno de los textos de la Unidad 3.


Aquí sólo se hará un breve repaso, empleando la figura de la pulsación para
apreciar de qué maneras se articulan lo que llamamos “somático” y lo que
nombramos como “psicológico” en el lugar del “sentir”. Lo significativo, lo
importante está vinculado con lo que las personas hacen y sienten.

 Lo ocular: tiene su participación en todas las etapas y todas las


regiones. Implica a lo intelectual y sobre todo a los mecanismos
asociativos que integran las experiencias nuevas en unidades de
mayor complejidad, y a los mecanismos disociativos, cuando irrumpe
lo traumático o lo insoportable.

 Lo oral: los sentimientos y conductas relacionados con la “necesidad”,


insatisfacción, voracidad, dependencia.

 El pecho: todos los sentimientos ligados a la ternura, la generosidad,


la solidaridad, el respeto, la capacidad para contener, brindar, etc.

124
 Lo anal: vinculado con el control, el dominio, los límites, las reglas,
las pautas, la ley, la autoridad, el oposicionismo, la voluntad, etc.

 Lo fálico: el deseo, el interés, los talentos, los gustos propios. En esta


cultura está muy signado por la rivalidad, la competencia, la imagen
del éxito, el triunfo sobre lo que sea.

LA PARTICIPACIÓN DE LA “EMOCIÓN” EN EL ENFERMAR


- EL ORDEN PULSANTE PSICOSOMÁTICO

Gráfico genérico del Orden Pulsatorio.

Sentir

Materia Significado

La misma base gráfica puede ser usada para representar las


disciplinas en el “espectro del saber” y para el orden pulsante psicosomático
propiamente dicho. El empleo de diferentes términos agrupados en “pares
polares” en el gráfico facilita la comprensión epistemológica de la relación
entre mapa y territorio. En el polo de la psiquis se hubican: los procesos
mentales, la significación, las creencias, como Energía libre de masa; en el
polo del soma: el cuerpo, los tejidos, los órganos, lo físico y lo químico,
como Energía ligada a masa. La manera más general de nombrar el eje de
polaridad es: materia-significado. No se trata de afirmar que “las cosas son
así” sino de una manera de representar, particularmente propicia para
apreciar y comprender lo que se está presentando.

Una aclaración especialmente necesaria en relación al empleo del


término “Energía”: no se trata de nada parecido a la energía del Uritorco ni
de los extraterrestres, sino de la sencilla y elemental energía vital biológica,
generada en las mitocondrias de cada célula, energía vital, vitalidad que,

125
como se verá luego, adquiere diferentes cualidades en las diferentes
regiones de la corporalidad y la afectividad, en el contexto de las relaciones
interpersonales y en la relación de la persona con su entorno significativo.

Luego de la presentación del OP (Orden Pulsante) con el primer eje


de polaridad, se puede entrar de lleno en el tema central de la unidad. Se
identifican las interfases (a 90 grados) en el eje de polaridad de las
emociones. Ahora bien, como la palabra “emoción” es un sustantivo, se ha
preferido emplear también el verbo “Sentir”. Se configura así un eje de
polaridad con las emociones de “entrada” y las emociones de “salida”: Por
un lado, el sentir vinculado a lo que se experimenta en el acontecer, la
manera en que es percibido y “sentido” lo que ocurre, en uno de los polos;
y en el otro polo el sentir que acompaña e impulsa la acción, la conducta, el
comportamiento.

Las dos franjas del sentir son: el sentir en tanto sensaciones


corporales (del lado del soma, en el gráfico) y el sentir en tanto
sentimientos (del lado de la psique). Los nombres –la palabra-
consensuados de las “emociones, sentimientos, afectos” van formateando la
afectividad de las criaturas en el proceso de crecimiento. Por ejemplo:
cuando el niño asocia la palabra “alegría” con sus sensaciones corporales,
queda “ligado a masa” ese conjunto de sensaciones que experimenta, con la
palabra que nombra el “sentimiento” de alegría, sentimiento que aún siendo
consensuado, tiene reminiscencias o rasgos específicos, propios de cada
persona. En el fluir pulsante, hay continuidad y conexión entre el sentir a
manera de sensación corporal y el sentir como sentimiento que admite ser
nombrado. Cuando le toca el lugar a las emociones con “mala prensa”,
aparecen complicaciones, asociadas a los mecanismos disociativos.
Angustia, por dar un ejemplo, admite infinidad de descripciones privadas.

Soma Psique

126
LA IRRUPCIÓN DE LO INSOPORTABLE

Los mecanismos disociativos tienen sus implicancias en los dos


extremos del eje de polaridad. Precisamente, la disociación interrumpe la
continuidad -conexión, contacto- entre el sentir en tanto sensaciones
corporales y el sentir en tanto sentimiento en los dos extremos del eje de
polaridad. En el de las emociones de “entrada” lo disociativo interviene en la
configuración de los patrones perceptivos, que implican una selección de lo
que será visto, oído, percibido. En el polo de las emociones de salida lo
disociativo opera en un momento en el que ya alcanzó algún grado de
desarrollo lo que nombramos como “emoción”, es decir que ya están
circulando por la sangre algunas de las hormonas y neurotransmisores, o
bien endorfinas; cuando ya determinadas regiones de la piel recibieron
irrigación, o llegaron a los músculos ciertos impulsos nerviosos; cuando ya
comenzó una taquicardia, o empezaron a segregar algunas glándulas, como
las de Bartolino, por dar un ejemplo. Cuando ya las palabras se convirtieron
en una frase que luego no podrá ser gritada, y las mandíbulas o los
músculos del cuello quedarán contraídas (Sujetate, maula!!) Otro ejemplo:
“Te dije que no estoy enojado, carajo!” .

Lo que se nombra como “evento disociativo”, descriptivamente


hablando, es un momento de ruptura psicosomática: parte de la
importancia en juego (energía vital) se retrotrae y se compacta, junto con
la sensibilidad y la atención y/o conciencia, hacia el polo del soma, dando
lugar a alguna tensión, rigidez y/o bloqueo en cierto/s tejidos, órganos y/o
glándulas y a partir de allí, comienzan a configurarse determinados
“patrones” de funcionamiento somático, los que habrán de incluir
necesariamente a los recursos que el resto del biosistema (óseo, muscular,
endócrino, circulatorio, etc.) habrá de instrumentar para compensar el
desequilibrio originado por el bloqueo original. La conciencia ya no está
presente, ni en el orden somático ni en el psicológico ya que el recuerdo
completo desaparece, o bien segmentos del mismo, y junto con los
recuerdos desaparece la representación, la posibilidad de hablar y
simbolizar. Este último dato conduce a otra de las implicancias posibles: En
el extremo Psi del eje de polaridad, donde se ubica el “aparato mental” se
encuentra otro problema: No puede resolverse lógicamente un conflicto si
faltan datos: las representaciones “secuestradas”, escotomizadas por los
mecanismos disociativos. La persona tiene uno o varios de los componentes
somáticos del enojo, pero no lo sabe: la representación ha desaparecido en
ese punto específico de la experiencia en que, al describir, tomamos algo
semejante a una fotografía, una imagen detenida del devenir (concepto).
Sin embargo, al retomar la perspectiva del movimiento (pulsatoria), se hace
posible un pensamiento que trasciende lo conceptual.

A continuación se empleará este modelo comprensivo para el cáncer,


las cardio y vasculopatías y las enfermedades autoinmunes, empleando una
manera de describir a las “enfermedades” que ponga en evidencia la
función. A través de la función se pueden articular los imperativos
psicológicos mediados por las emociones contractivas, los mecanismos

127
disociativos y las perturbaciones en los tejidos (TOG: Tejido, Órgano,
Glándula), trazando distintas diagonales que pasan por el centro.

ENFERMEDADES BIOPÁTICAS

A.- CÁNCER:

LA GRÁFICA PULSATORIA APLICADA A LA COMPRENSIÓN DEL CÁNCER


(UNA APROXIMACIÓN):

En “La Biopatía del Cáncer”, Reich (1985) afirma que los tumores son
sólo la manifestación visible de una enfermedad sistémica a la que él
nombra como “biopatía carcinomatosa de encogimiento”, entidad a partir
de la cual elabora la idea más genérica de Biopatía. Nuevamente aquí es
evidente el posicionamiento antes mencionado de Reich, en tanto toda
biopatía, junto con los componentes corporales o somáticos, implica e
incluye los elementos o componentes psicológicos, emocionales o
caracterológicos. En el caso del cáncer se trata de lo que nombró como
“Resignación caracterológica”.

La paradoja central del cáncer es la tremenda vitalidad de la


reproducción celular. Mientras que para el portador del tumor se trata de
algo que lo llevará a la muerte, el tumor en sí mismo desborda vitalidad.
Efectivamente, y cuanto más maligno es considerado un tumor, mayor es la
velocidad de la producción de mitosis, lo que puede ser tomado como un
indicador de que hay en la región mucha energía, vitalidad “secuestrada”.
La velocidad de reproducción celular en los tumores malignos es
equiparable a la de un embrión, motivo por el cual fue considerado como un
“embarazo monstruoso” por Luis Chiozza (1978).

128
Otro dato particularmente específico que señala una coincidencia
notable entre las ideas de Reich y las descripciones del cáncer que hace la
biología y la medicina, refiere al carácter regresivo de la célula cancerosa.
Efectivamente, en la descripción que la medicina hace de la célula
cancerosa, cuánto más maligno es el tumor, más des-diferenciada es la
célula. También es empleado el término “indiferenciada”.

La célula cancerosa era originalmente una célula normal de un


determinado tejido u órgano. En su origen embrionario, para convertirse en
una célula “normal” y saludable, con la capacidad para ejecutar o cumplir
con su tarea, trabajo o función, hubo de pasar por una serie de pasos desde
el llamado “blasto”, o sea, la primera etapa a partir de la cual se generan
todas las células durante los procesos de diferenciación en la etapa
embrionaria, donde cientos de tipos celulares diversos se generan a partir
de una sola célula: el óvulo fecundado. La célula cancerosa retrocede y
nunca llega a convertirse en una célula normal de ese tejido u órgano, sino
que comienza a dividirse aceleradamente y generar una masa tumoral
amorfa. Es decir que desde el punto de vista de su desarrollo es una célula
“inmadura”, así se la nombra incluso en medicina. Otra manera de describir
a la célula cancerosa consiste en decir que es “regresiva” desde el punto de
vista de la complejidad.

La enorme diversidad y la creciente complejidad de las formas vivas


en el planeta comenzaron en las bacterias. Los pluricelulares, y todos los
animales, incluidos los más complejos como los humanos derivan de los
protozoarios.

Reich (1985) identifica a la célula cancerosa como Protozoario,


también habla de un “proceso desorganizativo”, lo que indica que tenía una
captación y comprensión profunda de los procesos implicados en la
mutación del código genético (conocimiento de genética posterior a Reich)
que transforman una célula “normal” de un tejido humano en uno de
aquellos protozoarios ancestrales. “Uno de los componentes del impulso
vital” de la persona se retrotrae en virtud de los mecanismos disociativos,
se retira de la interacción con otros humanos, y retrocede en la filogenia
hasta aquellas formas de vida que tenían como imperativo elemental a la
supervivencia. Propiamente una “regresión” filogenética en cámara rápida:
de humano a protozoario en dos breves pasos: mutación y proliferación. En
esa zona de la anatomía, la zona del bloqueo, se produce Estasis, asociada
a tensiones y rigideces que afectan a los vasos y capilares sanguíneos y
linfáticos. Como consecuencia de ello hay déficit de irrigación, de oxígeno y
nutrientes, junto con acumulación de las toxinas del metabolismo celular
que no son drenadas por el sistema linfático. Así se generan las condiciones
para que las células normales muten en la dirección regresiva: Protozoarios
capaces de metabolismo anaeróbico.

Se remarca que se trata de uno de los componentes del impulso vital,


porque el cáncer comienza en un determinado tejido, aunque luego las
metástasis generen una dispersión y la colonización de otros tejidos y
órganos. Por esta razón es especialmente significativo el lugar de comienzo
de los procesos cancerosos. Aquí es donde el gráfico de la pulsación
psicosomática se torna útil. Al describir la función biológica y/o la función

129
relacional del tejido donde comienza el cáncer, y con el sencillo recurso de
explorar las significaciones de las palabras empleadas, es posible trazar una
diagonal desde la región del soma, pasando por el centro del gráfico, para
aparecer en la esfera de lo emocional/psicológico, de modo que quede en
evidencia el o los conflictos que dieron lugar al trastorno. Se explora la
región somática y las significaciones asociadas en las creencias de la cultura
y también, específicamente para ese sujeto en particular. Se trata de una
tarea de investigación, en el trabajo terapéutico que puede nombrarse como
semántica somática.

B.- VASCULO-PATIAS:

LA GRÁFICA PULSATORIA APLICADA A LAS PERTURBACIONES DEL SISTEMA


CIRCULATORIO (UNA APROXIMACIÓN):

A ver qué revienta primero. Un corazón fuerte hará que sea un


capilar, una vena o una arteria: donde haya alguna “fragilidad”. A veces una
fragilidad es ocultada por una fortaleza impostada, que es lo que primero se
manifiesta.

Las arterias coronarias tapadas, obstruidas con colesterol suelen ser


“causa” de “enfermedad” cardíaca, entonces el colesterol se convierte en el
“malo de la película”. No es que no sea cierto. Lo que no se divulga con el
mismo denuedo es que el colesterol es el sellador que el organismo emplea
para reparar las leves o no tan leves fisuras en los vasos sanguíneos.

El Hombre, pero también la mujer cuando tiene que “ponerse los


pantalones”, cuando “hay que apechugar”, cuando “hay que……!”. Cuando
“hay que ponerse lo que hay que ponerse, para lo que hace falta!”. El
Deber, el “Hay Que”, formateando la afectividad de las personas. Para
proteger a las crías, y a la familia: suele ser el argumento más usado por
los cardio y vasculópatas. “Ya me tocará descansar, más adelante, tengo
toda una eternidad para eso”, a veces se les escucha decir.

Hace más de cinco décadas que los mismos cardiólogos encontraron


correspondencia entre cardio y vasculopatías con tipos de personalidades.
No acudieron a los psicólogos y acuñaron la tipología de: Personalidad tipo
A y Personalidad tipo B (sin dificultad se las encuentra en Google). Llama la
atención que una de ellas, la de tipo A, encaja bastante bien con el
“encogimiento biopático” de Reich. Las personalidades tipo A y B dan la
oportunidad para emplear, de paso, el eje de polaridad para lo maníaco y lo
depresivo como polos saludables, en lugar del estigma diagnóstico.

Al leer las descripciones se podrá apreciar que algunas personas


perciben y viven el mundo como el Tipo A. Otras como el tipo B. Todo un
eje de polaridad. Casi todas ellas, de ser preguntadas, seguramente
contestarán que han tenido motivos suficientes. El “sentido de la identidad”
emplea los procesos mentales para legitimarse.

130
Las arterias coronarias tapadas: Un corazón que se esfuerza para
enviar sangre a todos los tejidos, pero no se abastece a sí mismo, ¿habrá
tal vez un símbolo en esto?.

La función del colesterol:

Al utilizar el gráfico base para el OP circulatorio se puede representar


en un polo al corazón y en el otro al conjunto de los vasos sanguíneos:
Mientras estén equilibrados la pulsación es armoniosa, adecuada, correcta y
su función será la normal y saludable. Pero si los vasos sanguíneos están
comprimidos por tensiones musculares, o si el corazón bombea más de la
cuenta, o ambas cosas, cambia todo. Si las venas, o las arterias, o ambas al
mismo tiempo tienen reducido su calibre implicará una sobre exigencia para
el corazón: se lesionan o fisuran los vasos propios del corazón (arterias
coronarias), y a continuación son reparados con placas de colesterol.

C.- ENFERMEDADES AUTO-INMUNES: IDENTIDAD E INMUNIDAD

LA GRÁFICA PULSATORIA APLICADA A LAS LLAMADAS “ENFERMEDADES


AUTOINMUNES” (UNA APROXIMACIÓN):

Inmunidad e Identidad admiten ser ubicados en los extremos de uno


de los ejes de polaridad del O.P. psicosomático. El empleo de la expresión:
“sentido de la identidad” trae aparejado el beneficio de la consideración de
las acepciones de la palabra “sentido”: como dirección; como significado y
como un sentir conocido. La función común es la del reconocimiento de lo
propio y de lo que no lo es, y es el lugar donde se instalan conflictos que
cuando no se pueden representar, dialectizar ni resolver en la dimensión
psicológica, sólo tendrán su expresión en el nivel somático.

Los mandatos, los deberes y los imperativos diseñados a nivel


familiar suelen tener gran preponderancia en las personas que desarrollan
este tipo de trastornos.

A través de la visión pulsatoria se evidencia que ocurre en el cuerpo


un conflicto que también admite ser encontrado en la vida anímica, pero
que no accede a ser dialectizado, quien sabe por qué. Suele haber entre los
ancestros algún prócer o modelo de identificación inalcanzable. Los
determinismos e imperativos del nombre, y sobre todo del apellido tienen
una poderosa incidencia en la configuración del sentido de la identidad en
estas personas (si son ambos, la situación se complica más).

Lo superyoico, segmentos de la identidad que batallan (linfocitos)


combatiendo a otros segmentos de la identidad localizados en tejidos
específicos: la mielina (esclerosis múltiple); los capilares sanguíneos
(lupus); las cápsulas de “ciertas” articulaciones (artritis reumatoidea); los
Islotes de Langerhans en el páncreas (diabetes). Esto que llamo “yo”, ¿se
lleva bien con el resto de mí?

131
El anticipo de la culpa (antes de cometer los actos u omisiones que
darían lugar a la culpa) hace que muchas personas vivan vidas muy
insatisfactorias, gracias a lo cual se genera una rabia sorda que, en virtud
de los mecanismos disociativos se acumula en las sombras, en las vísceras.

La Culpa es agresividad que originalmente tenía un destinatario


externo, pero que (a través de mecanismos no consientes) cambia de
dirección y se dirige hacia el mismo sujeto.

Los sujetos no sienten la culpa, porque se cuidan mucho de cometer


esos actos o conductas cuyas fantasías retornan una y otra vez. Pero en
cada retorno, son disociadas tanto las fantasías como la culpa, la que
reaparece en el polo del soma, como un sistema inmune muy activo que
ataca a partes del mismo ser: autocastigo, auto punición, que opera a
través de un sistema de juicio y castigo con representaciones en gran
medida inconscientes (Superyó freudiano).

La Diabetes actualmente es reconocida como autoinmune. Lo que el


sistema inmunológico desbocado ataca son los Islotes de Langerhans, que
son los grupos de células del páncreas que producen la insulina.

La función de la insulina es múltiple y compleja, sin embargo una de


ellas parece destacarse: permite el ingreso del combustible (azúcares) a las
células. Una vez dentro habrá de convertirse en energía disponible para la
acción. Si los azúcares no ingresan a las células no se generará la energía, y
quedarán circulando en la sangre. Parece pertinente deducir que alguna de
las “identidades” necesita impedir la acción, y lo logra de ese modo.

No se agota ninguna de estas grandes temáticas en estas sencillas


aproximaciones. Se trata de ilustraciones de un modo de pensar que alterna
entre psiquis y soma, pasando por las regiones inconcientes, donde fue a
depositarse lo disociado. La identificación de lo que aquí se nombra como
“función” proporciona una valiosa ayuda, en ambas direcciones de la
diagonal.

D.- INMUNIDAD E IDENTIDAD FUNCIONAL:

Teniendo en cuenta la identidad funcional que Reich (1983) plantea


entre la psique y el soma, se puede considerar que cuando los órganos y
sistemas de órganos del cuerpo pueden acoplarse en una sola unidad
experiencial de pulsación armónica (expansión y contracción rítmicas), lo
que significa que los traumas y conflictos emocionales no han sido severos o
se han encontrado los medios para su elaboración y resolución,
manteniendo la energía vital en niveles óptimos para la vida, se incrementa
la capacidad de respuesta inmunitaria equilibrada del organismo.

Reich (1985), en “La Biopatía del Cancer”, explica la Inmunidad de la


manera siguiente:

132
[…] Siempre es gratificante encontrar el estímulo o la causa "específica" de una
enfermedad, y poder trazar así un límite neto entre enfermedad y salud. Nos
sentimos más seguros al comprobar así que hay organismos libres de ese
estímulo. Pero ese concepto es errado y nos impide penetrar en la naturaleza de
la inmunidad, es decir, de las funciones naturales de defensa del organismo
viviente; en otras palabras, su potencia orgonótica. No se puede establecer un
límite preciso entre gente mentalmente sana y gente mentalmente enferma.
Tampoco es exacto suponer que hay "enfermos de cáncer", por un lado, y
personas "libres de cáncer", por el otro. […] Los límites distan mucho de ser
netos y el problema se desplaza de las "causas" específicas y de los "estímulos"
específicos de la enfermedad a los mecanismos orgonóticos defensivos contra
las enfermedades. Tenemos que entender la salud, antes de intentar la curación
de enfermedades. Por eso es alentador ver que la medicina se afirma cada vez
más en el punto de vista según el cual los "estímulos" y "causas" específicos sólo
son eficaces cuando el organismo se lo permite. Los bacilos de la tuberculosis,
por ejemplo, sólo pueden producir su efecto patológico bajo condiciones
bioenergéticas bien definidas. Un trauma psíquico requiere la disposición
emocional del organismo para ejercer su acción. […] Una vez más volveremos
al concepto de "predisposición para la enfermedad" como factor decisivo. Pero
ahora el enfoque es diferente del de las teorías tradicionales. Para nosotros
"predisposición para la enfermedad" es el funcionamiento vivo y orgonótico del
organismo y no alude a sustancias muertas en el blastodermo ni a conceptos
moralistas vacíos como "constitución psicopática degenerativa". A nuestro
juicio, la predisposición a la enfermedad se adquiere esencialmente por la
miseria de la vida y no se hereda indefectiblemente de los antepasados. Significa
género y grado de motilidad emocional (orgonótica) del biosistema. […]
(p.262).

EL ABORDAJE INTERDISCIPLINARIO:
LA MEJOR OPCIÓN PARA EL PACIENTE BIOPÁTICO

“Somático” y “Psicológico” operan como dos categorías, dos grandes


espacios de representación en el interior de cada uno de los cuales se
configuran modelos específicos, que generan cada uno su propio saber,
saberes útiles, importantes y valiosos ambos, pero que no han admitido
compatibilización a pesar de los muchos intentos proclamados y probados
de interdisciplina.

Uno de los discursos es decididamente impersonal: remite a la


materia y todo cuanto pueda ser medido y cuantificado. La búsqueda de la
objetividad a través de los números y las cifras elimina de lo comunicable, y
del discurso, las subjetividades que pudiesen interferir en el tratamiento
racional de la situación, manteniendo al investigador supuestamente al
resguardo de las significaciones que puedan introducir perturbaciones en la
apreciación de los datos, en la interpretación de los mismos y/o en el o los
modos de intervenir. También divide el mundo de lo observable entre lo
“normal” y lo “patológico”, con toda su carga valorativa. La causalidad es
lineal. Se lo ha calificado de causal mecanicista, debido a que es

133
permanente la búsqueda de causas que, a través de determinados
mecanismos, produzcan un determinado efecto. Implica un pensamiento
conceptual donde hay identidad entre la cosa y la palabra que la nombra: lo
nombrado es lo que es, y no admite otras apreciaciones posibles ni otras
maneras de ser nombrado.

El otro discurso, el de las distintas corrientes psicologías (profundas),


es personal. Remite a lo menos material, a los múltiples significados
posibles para lo material. Habla de los impulsos, de la angustia, de lo
traumático, de inhibiciones. De conflictos, duelos, sentimientos,
significaciones. Hay en general, y sobre todo dentro de la amplia gama de
las corrientes originadas en Freud, una búsqueda de la comprensión de la
dinámica interna que da lugar a los síntomas y a los trastornos, búsqueda
de un desciframiento posible (hermenéutica). A diferencia del discurso de la
medicina, que es mucho más homogéneo, los discursos psicológicos son
mucho más variados. Hay muchas corrientes dentro de la psicología en
general y a su vez distintas corrientes dentro de cada una, con su
coherencia interna, con su modo de abordaje y con sus técnicas y con sus
logros clínicos. Este último dato es muy elocuente: da cuenta de que es
posible nombrar y representar los fenómenos y los datos de la “realidad” de
modos diferentes, manteniéndose la eficacia terapéutica.

En la mayoría de los discursos de las diferentes corrientes es posible


encontrar segmentos y/o autores que han desarrollado algo así como
“apéndices de discurso” en los que se abordan temáticas del orden de lo
“psicosomático”. Admiten ser considerados como discursos que favorecen la
disociación aquellos que apelan al voluntarismo asociado a las “buenas
intenciones”.

Se podría pensar que el trabajo interdisciplinario podría conducir a la


superación de este dualismo, pero no es tan sencillo, debido a que no se
trata de buenas intenciones sino de “discursos”. Sin embargo, gracias a la
gráfica pulsatoria es posible configurar un eje de polaridad Soma-Psique (o
igualmente Psique-Soma) y a partir de allí contrarrestar la “antinomia” con
la movilidad de la pulsación (medico/psicológico).

D.Med. D.Psi.

134
Sin embargo su empleo varía. Mientras que en medicina, en el
contexto de una manera de concebir la causalidad (la causalidad lineal), se
lo utiliza para referir a etiología o “causa” de una enfermedad determinada,
en algunas ramas de la psicología se lo tiende a emplear en una concepción
más integral del ser humano y sus trastornos, y en una manera de pensar
tanto la “enfermedad” como la salud.

En la gráfica base, en los polos se ubican los discursos polares. En las


interfases, se puede graficar otro eje de polaridad, donde se podrían ubicar
los ensayos de discursos que puedan servir de puente o de lugar de
encuentro. Se trataría de que, antes de ponerse a trabajar con los “casos”,
los médicos y los psicólogos (junto con los otros integrantes de los equipos
de salud) se pongan a trabajar para consensuar una pequeña discursividad
común. Las nociones y los conceptos sin dudas debieran ser claramente
explicitados, pero sobre todo, y tratándose de un discurso, lo más
trascendente pasaría por que los participantes vayan aprendiendo a
“pensar” en un idioma “psicosomático” o “somatopsíquico”.

135
UNIDAD V

SALUD – ENFERMEDAD:
IMPLICANCIA DE LO SOCIAL

LA PALABRA Y SUS SIGNIFICACIONES:


LAS CREENCIAS CONSENSUADAS

Desde la concepción reichiana, como se ha podido observar en el


desarrollo de las unidades anteriores, se pone el acento en un enfoque
funcional de la naturaleza, por ende considerablemente más abarcativo que
otras perspectivas. De allí se desprenden cuatro importantes principios
enunciados por Reich (1985) en su libro “La biopatía del cáncer”:

1. Todo organismo viviente constituye una unidad funcional cerrada y no una


simple suma mecánica de órganos. La función biológica básica controla cada
órgano y el organismo en su totalidad y gobierna a cada uno de sus
órganos.
2. Todo organismo viviente es parte de la Naturaleza circundante y es idéntico
a ésta desde el punto de vista funcional.
3. Toda percepción se basa en la correspondencia entre una función dentro del
organismo y una función del medio externo, es decir, en una armonía
orgonótica.
4. Toda autopercepción es expresión inmediata de procesos objetivos en el
organismo (identidad psicofísica) (p.108).

Tomando estos cuatro principios como referencia del funcionamiento


saludable.

¿En dónde reside la importancia especifica de la palabra? La palabra


en sí es una unidad léxica, que concatenada con otras dará sentido y
significancia a aquello que se piensa o que quiera transmitirse. Esto no es
un detalle menor ya que el auto concepto de una persona, así como
también la manera en que cada cual designará sus percepciones sobre sí
mismo y el entorno circundante, estarán marcados por el significado,
consensuado culturalmente, de aquellas palabras que se emplee, sin olvidar
por cierto, que las palabras no poseen un significado univoco.

Ciertas palabras, sobre todo aquellas que se utilizan en relación a la


enfermedad y a la muerte adquieren mayoritariamente una significancia
negativa, teniendo en cuenta que en ellas condensan las más variadas
elaboraciones sobre emociones y procesos dolorosos, angustiantes, en
suma, contractivos. Como psicólogos es sumamente necesario tener
presente esta cuestión. Si bien Reich (1985) no hace un desarrollo
específico en relación a lo expuesto, en la unidad anterior, y más
precisamente en el capítulo V de la “La Biopatía de Cáncer”, indica la

136
designación de los procesos patológicos del aparato autónomo vital con el
término “biopatía”, y como han podido observar, relata el proceso de
cambios que se dan a nivel celular y tisular inclusive mucho tiempo antes de
la aparición concreta de, por ejemplo, un tumor.

LA ENFERMEDAD COMO CRISIS,


UNA MIRADA DIFERENTE DEL SUFRIMIENTO:
EL PROCESO DE ENFERMAR

Ahora bien, al utilizar el término “enfermedad” existen determinadas


implicancias, pasos que desembocan en el diagnóstico, que cristalizan al
sujeto en la posición de “enfermo”. El “paciente” se encuentra contenido en
éste concepto, que una vez hecha la designación le va a proporcionar una
serie de beneficios secundarios, en parte relativos a su sistema más
próximo, la familia, amigos, esfera laboral, quedando plasmada una
demanda de atención y cuidados “especiales”, que condicionan el curso de
los vínculos. Esto ha sido desarrollado a lo largo de la obra freudiana.

Por otra parte, el sujeto adquiere a su vez beneficios relativos al


sistema social en el que se encuentra inmerso, ya sea que se atienda en la
red de salud pública o de manera privada donde las obras y/o seguros
sociales le brindaran una cobertura especifica en relación al diagnóstico, en
donde se incluye una serie de intervenciones, pruebas diagnósticas,
análisis, así como también medicamentos, que están destinados a tratar el
“síntoma” como algo específico, extraño al paciente y aislado.

Es aquí donde se produce un corte, la reducción mecanicista del ser


humano, en donde el conflicto psico-afectivo del sistema en que se
desenvuelve el “enfermo”, lo cual da lugar a pensar “la enfermedad como
una crisis” que expresa este conflicto, no es considerado. Razón por la cual,
es probable que el sujeto una vez inserto en esta trama se disocie aún más,
convirtiéndose en un “objeto de estudio” para la medicina y como se dijo
antes, “de cuidado” para la familia y el resto del sistema.

Desde esta concepción de lo normal como aquello que se atiene a la


norma, es decir “lo sano” y lo patológico como aquello que se desvía de la
norma, o sea, “lo enfermo”, se pierde de vista la relación dialéctica
funcional que existe entre el ser humano y su entorno, en donde “la verdad”
se remite solo a aquello observable y legitimado empíricamente por la
ciencia positivista. Por ende, a partir del diagnóstico se absolutiza la verdad
y “lo patológico” irrumpe con fuerza en la conciencia del sujeto como algo
estático y la patología especifica como algo extraño al sujeto, que es
necesario “extirpar”, “combatir”, “luchar contra”: estrategia bélica. En
donde a su vez el indicar un diagnóstico, implica un determinado curso y
desarrollo de la enfermedad.

El devolver a la enfermedad su significado de crisis o conflictiva


psico-afectiva, que expresa la dinámica de interacción entre la persona y el
medio en que vive, se pueden retomar los caminos para su resolución, a

137
partir de considerar las situaciones y procesos que generaron los conflictos
y que al ser disociados produjeron los bloqueos psico-corporales de la
energía vital, para buscar comprenderlos y resolverlos teniendo en cuenta
sus raíces funcionales, es decir, lo que expresan y la función que
desempeñan en el funcionamiento psicofísico de la persona y en su entorno
socio-ambiental.

LA MEDICINA, APARATOLOGIA Y LA INDUSTRIA


FARMACOLÓGICA:
LA SALUD COMO UN ÁMBITO DE CONSUMO

Es cuando los mecanismos disociativos entran en juego y lo


patológico se vuelve un concepto estanco, que se genera el terreno propicio
para el “comercio de la salud”, que en definitiva es una de las maneras con
las que el sujeto “enfermo” intentará deprenderse de la angustia, el miedo o
resolver o evitar otras conflictivas. Aquí es donde las compañías de la
industria farmacológica y la aparatología médica logran la tremenda
expansión estructural y económica en la sociedad.

Debido a la incapacidad de tolerar la contracción biofísica que genera


el miedo y a la ilusoria idealización de la “felicidad”, no solo entran en juego
los intereses económicos a nivel social sino que también se empieza a
desarrollar una cosmética anímica, que atenta directamente contra la
posibilidad de expresar con honestidad los sentimientos de ira, dolor,
angustia o displacer reforzando la hipocresía y la concepción idealizada de la
felicidad: una vez iniciado tratamiento el sujeto “tiene que” estar bien y
feliz.

[…] Sin duda alguna, el descubrimiento de una droga contra el proceso


de encogimiento del cáncer sería algo más simple y mejor recibido; pero ya
que eso es imposible, deberemos atenernos a la educación del recién nacido
en la economía sexual. Hasta donde alcanzo a ver, no existe otro camino, y
sabemos que las consecuencias sociales son muy graves. […] (Reich, W.,
1985, “La biopatía del cáncer”, p.355)

EL MENSAJE REICHIANO:
ES POSIBLE NO ENFERMARSE?
TRABAJAR EN PREVENCIÓN Y CONCIENTIZACIÓN

Siguiendo el recorrido del mensaje Reichiano, se tiene en cuenta que


su preocupación por los niños le hizo acercarse a la prevención de la
enfermedad emocional, como también a la estructura caracterial de la
mayoría de los padres, médicos y educadores que llevan la pesada carga de
una educación formal, donde la creatividad queda cercenada de la
afectividad y de esta manera transmitida automáticamente a cada
generación. Así, las creencias consensuadas sobre la educación, legitiman
con esto el acorazamiento de las capacidades naturales en los recién
138
nacidos. De este modo, sería conveniente e indispensable cortar este círculo
vicioso de sujetos acorazados que acorazan educando.

El desarrollo de la autorregulación, así como la maduración emocional


sexual y psicoafectiva, va a estar condicionada por nuestros vínculos más
próximos: el útero materno, la madre, la familia y la escuela. Reich afirma
que el animal humano es aquel que ha perdido su funcionalidad vital,
perdiendo asimismo la capacidad de regirse por el instinto.

Los sistemas sociales patriarcales y represivos no han permitido


encajar la dinámica instintiva con la dinámica social, por lo que se hace
necesario el desarrollo de mecanismos defensivos psíquicos y neuro-
musculares que componen la coraza, en palabras de Reich (1983):

[…] La cura de los trastornos psíquicos requiere en primer término el


restablecimiento de la capacidad natural de amar. Ello depende tanto de las
condiciones sociales como de las condiciones psíquicas.
Las perturbaciones psíquicas son el resultado del caos sexual originado
por la naturaleza de nuestra sociedad. Durante miles de años ese caos ha tenido
como función el sometimiento de las personas a las condiciones (sociales)
existentes, en otras palabras, internalizar la mecanización externa de la vida.
Sirve al propósito de obtener el anclaje psíquico de una civilización mecanicista
y autoritaria, haciendo perder a los individuos la confianza en sí mismos.
Las energías vitales, en circunstancias naturales, se regulan
espontáneamente, sin ayuda de un deber o una moralidad compulsivos, los
cuales indican con seguridad la existencia de tendencias antisociales. La
conducta antisocial surge de pulsiones secundarias que deben su existencia a la
supresión de la sexualidad natural.
El individuo educado en una atmósfera de negación de la vida y del sexo,
contrae angustia de placer (miedo a la excitación placentera), que se manifiesta
fisiológicamente en espasmos musculares crónicos. Esa angustia de placer es el
terreno sobre el cual el individuo recrea las ideologías negadoras de la vida que
son la base de las dictaduras. Es la base del miedo a una vida libre e
independiente. Se convierte en una poderosa fuente de donde extraen su energía
individuos o grupos de individuos a fin de ejercer toda clase de actividad política
reaccionaria y dominar a la masa obrera mayoritaria. Es una angustia
biofisiológica y constituye el problema central de la investigación
psicosomática. […] (Reich, W., 1983, “La función del orgasmo”, p.10).

Por lo tanto, la necesidad de adaptación crea una estructura que tiene


una serie de funciones, entre ellas la evitación de la angustia, es decir, la
evitación de la sensación de frustración que puede provenir incluso desde la
vida intrauterina, que produce al mismo tiempo una reducción de la
percepción en general y consecuentemente una disminución de la capacidad
de sentir en el mundo. Esta conducta rígida va en detrimento de la
capacidad de abandono orgástica. Dicha limitación conlleva una economía
sexual perturbada por la relación afectiva infantil, por los condicionantes
biofísicos maternos y por la base socioeconómica del sistema social.

Reich argumenta que la miseria humana y las enfermedades, son el


resultado de las condiciones sociales, donde todas las formas de explotación

139
del hombre por el hombre, del colonizado, de la mujer, del niño, utilizan el
autoritarismo.

Por ejemplo, es sobre todo en los comienzos de la cultura capitalista


autoritaria, donde la burguesía en alianza con la iglesia instaura la moral
sexual represiva que generó tanta neurosis, donde la práctica sexual se vio
reducida a la mínima expresión, a lo imprescindible para la supervivencia.

Por todos los medios posibles, de las más diversas formas y utilizando
toda clase de argumentaciones (religiosas, filosóficas, sociales, científicas,
psicológicas, legales, etc.) se ha logrado que el sexo fuese identificado y
calificado únicamente en su función reproductora o procreadora de la
especie humana, dentro del contexto del matrimonio, donde la familia
resulta funcional al sistema capitalista.

[…] En el campo de la higiene mental, trátase de la tarea ímproba de reemplazar


el caos sexual, la prostitución, la literatura pornográfica y el gangsterismo
sexual, por la felicidad natural en el amor garantizada por la sociedad. Eso no
implica ninguna intención de "destruir la familia" o de "minar la moral". De
hecho, la familia y la moral están minadas por la familia y la moralidad
compulsivas. Profesionalmente, debemos acometer la tarea de reparar el daño
causado por el caos sexual y familiar en forma de enfermedades mentales. Para
poder dominar la peste psíquica, tendremos que distinguir netamente entre el
amor natural entre padres y niños, y la compulsión familiar. La enfermedad
universal llamada "familitis" destruye todo cuanto el esfuerzo humano honesto
trata de realizar. […] (Ob. cit., p.16).

El individuo educado en una atmósfera de negación de la vida y del


sexo, experimenta angustia de placer (miedo a la excitación placentera),
que se manifiesta fisiológicamente en espasmos musculares crónicos. Esa
angustia de placer (angustia orgástica) es el terreno sobre el cual el
individuo recrea las ideologías negadoras de la vida que son la base de las
dictaduras. Es la base del miedo a una vida libre e independiente.

[…] La formación del carácter en la pauta autoritaria tiene como punto central
no el amor parenteral sino la familia autoritaria. Su instrumento principal es la
supresión de la sexualidad en el infante y en el adolescente.
Debido a la escisión de la estructura del carácter humano actual, se
consideran incompatibles la naturaleza y la cultura, el instinto y la moralidad, la
sexualidad y la realización. Esa unidad de la cultura y la naturaleza del trabajo
y del amor, de la moralidad y la sexualidad, que eternamente anhela la raza
humana, continuará siendo un sueño mientras el hombre no permita la
satisfacción de las exigencias biológicas de la gratificación sexual natural
(orgástica). Hasta entonces la verdadera democracia y la libertad responsable
seguirán siendo una ilusión y el sometimiento impotente a las condiciones
sociales existentes caracterizará la existencia humana. Hasta entonces
prevalecerá el aniquilamiento de la vida, sea en forma de una educación
compulsiva, sea en instituciones sociales compulsivas, o mediante guerras. […]
(Ob. cit., p.11-12).

140
Wihelm Reich (1983) decía: “El amor, el trabajo y el conocimiento
son los manantiales de nuestra vida. También deben gobernarla”.

Cuando nos alejamos de la espontaneidad y los impulsos primarios,


vamos interiorizando frustraciones y cicatrices. Reich propuso herramientas
terapéuticas para darnos cuenta de hasta qué punto vivimos acorazados.

En su escrito “ESCUCHA PEQUEÑO HOMBRECITO” Wilhelm Reich


(1981), entabla un dialogo entre el pequeño hombre o mujer que hay
dentro de cada uno, es un libro dirigido a responsabilizarse del propio
destino, con el cual insta a los hombres y mujeres a ser libres con todas sus
consecuencias.

El ingrediente es atrevernos a mirar nuestro propio espejo, tomando


conciencia de nuestra forma de ser, actuar y pensar.

Desde el tema de la salud y la enfermedad Reich insiste en la


consideración de lo emocional que parte del bloqueo de la energía vital,
estructurando ya desde la niñez una coraza muscular con la que, en
adelante, los “sujetos” se defenderán del mundo y de sí mismos, con el
correspondiente endurecimiento del carácter. Una rigidez que no permite el
fluir energético necesario para interactuar saludablemente con nuestro
entorno, dando y recibiendo, intercambiando a favor de la homeostasis que
está en la base del crecimiento físico y psicológico del ser humano. La
prevención comienza cuando se hacen evidentes las consecuencias del
avasallamiento al que han sido sometidas las criaturas humanas a través de
varias generaciones. Y continúa con una revisión a nivel social e individual.
A nivel social, con una revisión del sistema educativo y de las creencias en
general y a nivel individual al emprender e implicarse en un viaje en busca
de la voz interior perdida. Haciendo contacto.

[…] Cambia tus ilusiones por un poco de verdad. Deshazte de tus


políticos y diplomáticos. Olvídate de tu vecino y escucha lo que está en ti; tu
vecino también estará agradecido. Cuéntale a tus compañeros de trabajo en
todo el mundo que estás tratando de trabajar solamente por la vida, y ya no
más por la muerte. En lugar de ir corriendo a las ejecuciones de tus
verdugos y reos, crea una ley para la protección de la vida humana y de los
bienes. Tal ley será parte de la roca que basamente tu casa. Protege el amor
de tus pequeños hijos contra los ataques de los hombres y mujeres, lascivos
e insatisfechos. Acusa a la chismosa solterona; expónla públicamente o
métela en un reformatorio en lugar de meter a los adolescentes que piden
amor vehementemente. Renuncia a superar a tu explotador en la
explotación cuando estés en situación de dirigir un trabajo. Tira tu traje de
etiqueta y tu sombrero de copa y no pidas permiso para abrazar a tu mujer.
Crea contactos con gentes de otros países, ya que ellos son como tú, en sus
malas y buenas cualidades. Deja que tu hijo crezca como la naturaleza (o
«Dios») lo ha hecho. No trates de mejorar la naturaleza. Trata, por el
contrario, de entenderla y protegerla. Vete a una librería y no a una subasta,
a un país extranjero en lugar de Coney Island. Y, lo más importante, PIENSA
CORRECTAMENTE, escucha a tu voz interna que gentilmente te guía. Tienes
tu vida en tu propia mano. […] ¡SE TU MISMO! Muchos grandes hombres te
han dicho lo mismo. […] (Reich, W., 1981, “Escucha, pequeño hombrecito”,
p.29).

141
PROCESO TERAPÉUTICO

REFLEJO DE ORGASMO Y RESPIRACIÓN

[…] La identidad de las corazas caracterológica y muscular tiene un corolario.


Las actitudes del carácter pueden disolverse mediante la disolución de la coraza
muscular, y, a la inversa, las actitudes musculares mediante la disolución de las
peculiaridades del carácter. Una vez experimentado el poder de la orgonterapia
muscular, uno se siente tentado a abandonar el análisis del carácter en favor de
aquel sistema. Pero la práctica diaria pronto nos enseña que no es permisible excluir
una clase de trabajo a expensas de la otra. En un tipo de enfermo predominará
desde el comienzo el trabajo sobre las actitudes musculares; en otro el trabajo sobre
las actitudes caracterologías, mientras en un tercer tipo de enfermo el trabajo sobre
el carácter y la musculatura se llevará a cabo en forma simultánea o alternada. Sin
embargo, en todos los casos, el trabajo sobre la coraza muscular se vuelve más
extenso e importante hacia el final del tratamiento. Su tarea es volver a poner en
funcionamiento el reflejo del orgasmo, que existe naturalmente en cualquier
organismo, pero que en los enfermos se halla perturbado.

El establecimiento del reflejo del orgasmo se efectúa de muchas maneras


distintas. En el intento de liberarlo de inhibiciones, se aprende gran cantidad de
detalles que nos hacen comprender la diferencia entre los movimientos naturales y
los antinaturales o neuróticos. El impulso vegetativo y su inhibición vegetativa
pueden estar localizados en un mismo grupo muscular. Por ejemplo, la actitud de
agachar la cabeza puede contener el impulso de arremeter con ella contra el
abdomen de otra persona, así como también la inhibición de ese impulso; el
conflicto entre el impulso y la defensa, tan conocido en el dominio psíquico, se da
igualmente en la conducta fisiológica. Por ejemplo, en muchos enfermos el impulso
vegetativo se expresa en contracciones involuntarias de los músculos de la parte
superior del abdomen. […]

[…] El establecimiento del reflejo del orgasmo se efectúa esencialmente


mediante una intensificación —temporaria— de las inhibiciones vegetativas. No
debe perderse de vista el hecho de que el enfermo nada sabe de sus inhibiciones
musculares. Tiene que sentirlas antes de estar siquiera en condiciones de prestarles
atención. Sería completamente inútil tratar de intensificar sus impulsos vegetativos
sin haber disuelto primeramente las inhibiciones. […] Para producir el reflejo del
orgasmo cabe proceder según el principio básico siguiente:

1) Descubrir los lugares y los mecanismos de las inhibiciones que obstaculizan


la naturaleza unitaria del reflejo del orgasmo;

2) La intensificación de los mecanismos inhibitorios involuntarios y de los


impulsos involuntarios, tales como el movimiento hacia adelante de la
pelvis, susceptible de inducir el impulso vegetativo total.

El método más importante para producir dicho reflejo es una técnica de


respiración, que se desarrolló casi por sí sola en el transcurso del trabajo. No existe

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neurótico capaz de exhalar en un solo aliento, profunda y suavemente. Los
enfermos han desarrollado todas las prácticas concebibles para evitar la espiración
profunda. Exhalan "espasmódicamente", o, tan pronto como han expelido todo el
aire, rápidamente vuelven el pecho a la posición inspiratoria. Algunos pacientes,
cuando se percatan de la inhibición, la describen así: "Es como si una ola del mar
golpeara contra un acantilado. No sigue adelante". […] (Reich, W., 1983, “La
función del orgasmo”, p.317 a 321).

La respiración inhibida o bloqueada, que se encuentra en nuestra


sociedad actualmente, disminuye la carga bioeléctrica de los cuerpos, por
ende la capacidad de experimentar placer. Por ello es que Reich asocia este
proceso de contracción a los estados de ansiedad y angustia.

Uno de los ejes fundamentales del trabajo terapéutico es el re


establecimiento de la capacidad respiratoria, ya que la posibilidad de
respirar profundamente favorece la carga energética allanando el camino
para el aumento del placer de cualquier clase y de la potencia orgástica, la
libre pulsación bioenergética. Con ello se recuperan a su vez la capacidad de
entrega y de amar, habilitando a la persona para responder manteniendo el
contacto con las propias necesidades.

[…] En la respiración natural se relajan los hombros y se mueven suave y


levemente hacia adelante al final de la espiración. Nuestros enfermos mantienen
tiesos los hombros justamente cuando termina la espiración, o los encogen o los
echan hacia atrás; en resumen, ejecutan varios movimientos de los hombros con
el fin de no permitir que se dé el movimiento vegetativo espontáneo. […] (Ob.
cit., p.321).

EL ENRAIZAMIENTO

El enraizamiento o grounding, es el punto fundamental de la teoría de


A. Lowen (1988, discípulo y paciente de Reich). Tiene que ver con el
desarrollo y la toma de conciencia de las raíces en la tierra. El concepto es
planteado teórica y prácticamente como la fuente desde donde surge la
energía curativa. Se trabaja principalmente con ejercicios de pie.

Consiste básicamente en lograr la sensibilización del vientre de modo


tal que el paciente pueda sentir sus entrañas y sensibilizar sus piernas,
sintiendo que existe una base firme en la tierra y que puede moverse en
ella con seguridad. El trabajo de enraizamiento proporciona a la persona un
mayor contacto con la realidad.

Se ejercitan distintos tipos de posturas, desde los pies, las piernas, la


columna, para poder enraizar el cuerpo. Esto significa tener los pies
sólidamente plantados en el suelo o estar completamente en contacto con
él, aportando así el concepto de "suelo" como base del sentido de realidad.
El proceso terapéutico busca enraizar a la persona para conectarla con la
realidad, permitiéndole liberar o descargar energía.

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[…] Muchos hogares hacen que el niño se sienta rechazado, si no
acepta los dictados de sus padres, algunas madres no vacilan en retirar su
afecto si sus hijos se les enfrentan o se vuelven negativos. El chico sigue las
demandas paternas o se tiene que sentir un intruso. […] (Lowen, A., 1982,
“La depresión y el cuerpo, la base biofísica de la fe y la realidad”, p.44-45).

Así es como tempranamente se internaliza el temor al rechazo que va


asociado directamente a el hecho de plantarse con los dos pies en el suelo.

Al enraizar a la persona en sus propias sensaciones corporales, no


solo se posibilita la descarga de energía, además se le devuelve la
sensación de confianza básica. En el decir del propio Lowen (1982): “que
fue creado para este mundo y que el mundo fue hecho para él” (p.45).

PSICOPROFILÁXIS OBSTÉTRICA

Ya se han expuesto hasta ahora los más variados y fundamentales


conceptos de la teoría reichiana. Todo este desarrollo teórico probablemente
abra el campo para infinidad de nuevas preguntas y problematizaciones.

Por lo pronto ha quedado expuesta la preocupación de Reich por el


desenlace de las cuestiones sociales, así como también su preocupación por
la educación de las generaciones venideras. En su libro “La biopatía del
cáncer” (Reich, 1985) afirma en referencia a uno de sus casos:

[…] Es importante seguir un poco más la evolución del lactante en un


terreno directamente vinculado con el encogimiento biopático: cuando el
encogimiento carcinomatoso del organismo adulto tiene sus raíces en una
contracción y en una resignación crónicas adquiridas a una edad muy
temprana, para la prevención de la biopatía de encogimiento debe
propenderse a un libre desarrollo de los impulsos vitales en los primeros
meses de vida. […] (p.355).

Entonces es aquí donde nuevamente se hace necesario volver al inicio


de la vida, no solo a los primeros meses, sino también a recobrar la
importancia del periodo uterino y perinatal. Eva Reich hija de Wilhelm es
quién hizo más amplios los aportes en este terreno. Ha dedicado sus
escritos a la importancia de trabajar terapéuticamente tanto con parteras
como con padres y madres “EN CONTACTO”.

En su época de actividad como médica (alrededor de los años 1950


en adelante) desarrolló la técnica de “Bioenergética suave” que consistía en
estímulos suaves mediante masajes a los recién nacidos con la finalidad de
permitir el libre flujo de la energía.

Puso especial importancia en la práctica del “parto suave” señalando


la necesidad del contacto materno en todas las fases de desarrollo
intrauterino, confirmando con sus observaciones y praxis la necesidad de
contacto posterior:

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[…] cuan magnifico es cuando a los bebes no se les separa de sus
madres. Estos niños después de los partos suaves, estuvieron en casa en
contacto físico con su madre, se desarrollaron mucho mejor que los que en
el hospital fueron separados de sus madres. […] (Reich, E., 1999,
“Bioenergética suave”, p.22).

Así como también refiere en su desarrollo a la importancia de los


hijos y el parto deseado como puntos decisivos en la prevención, no solo de
las neurosis sino de otros trastornos.

Para finalizar la exposición del material teórico e impulsar los


procesos reflexivos del lector se retoman en este punto las siguientes
palabras de Reich: “El cultivo y estímulo de las funciones vitales
positivas, como el placer, el desarrollo, la actividad, etc., son
decisivos en la prevención de procesos de muerte prematuros.”
(Reich, W., 1985, “La biopatía del cáncer”, p.237).

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