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03 de marzo del 2019, Sevilla, España.

Nia historio
Por: Geovani Ruiz Monroy.

Saluton karaj amikoj!


Sean bienvenidos a este su primer número de “Nia Historio”, nuestra historia, donde
podrán encontrar cada mes un artículo novedoso sobre la historia de nuestra querida
lengua: El esperanto. Sea pues esta una cálida bienvenida para lo que a por venir y
recuerden que, si desean contribuir al proyecto, ya sea con nueva información sobre
algún tema histórico de su interés, o bien a través de la traducción de esta revista
ya sea al esperanto o a cualquier lengua nacional pueden enviarlo al correo:
tobiano12@gmail.com

¿Cómo nació el esperanto?


El desarrollo de los grandes espacios urbanos donde

estaban en permanente contacto poblaciones de

orígenes diversos que continuaban practicando

sus dialectos o sus idiomas de origen llevó a la

coexistencia de lenguas, lo cual condujo con

frecuencia a discrepancias sociales y

reacciones xenófobas.1 Metrópolis como

París, Berlín, Budapest o Bruselas eran

espacios en los que se practicaba

necesariamente el multilingüismo, sin embargo esto

no ocurría sólo en las grandes urbes; en ciudades como Byalistock, la ciudad natal de

Ludowick Lázaro Zamenhof, esto era más que una realidad.

1 Jaques Dugast, La vida cultural en Europa entre los siglos XIX y XX, Barcelona, Paidós, 2003, p. 161.

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Año 1. Número 1.

La ciudad de Byalistock, que en 1859 pertenecía a la provincia de Groduo en la región

oriental de la antigua República polaca y consecuentemente al imperio ruso, se

caracterizaba por ser un espacio de múltiples conflictos derivados de la lengua. En

esa época, las autoridades oficiales eran greco-ortodoxas y hablaban ruso; la mayoría

de la aristocracia hablaba polaco; y la clase humilde, compuesta por lituanos, rutenos

y comerciantes, por lo común hebreos, hablaban alemán e ídish. 2 La diversidad de

lenguas, costumbres, razas y religiones eran la causa de las más crudas batallas que

se suscitaban en el ambiente cotidiano de la vida del joven Zamenhof. Zilotkowka

menciona:

La diferencia de lenguas obligaba a los hombres a intercomunicarse de muy especial


manera: a veces, —al no conocer la palabra adecuada— como en el proverbio de El Lechón
y el Ganso: recurriendo a mímica y gesticulaciones que resultaban cómicas o ridículas y
que, al ser ineficaces, con frecuencia hacían terminar en violentos insultos los tratos o
las conversaciones.
Muy a menudo, la sola diferencia racial ocasionaba verdaderas batallas verbales
abundantes en epítetos, como: ‘judío tiñoso’, ‘cerdo polaco’, ‘ruso hocicudo’, ‘lituano bestia’.
Estas ditirámbicas injurias, lanzadas a grito abierto en diferentes lenguas, no
pertenecían, sin duda, a las más inamistosas e insultantes.
Los hebreos eran aquí la gente más humillada. Vivían en una atmósfera de franca antipatía,
que ningún grupo nacional se esforzara siquiera en escatimar. Recíprocamente, ellos
rechazaban toda íntima relación con gente de otros pueblos.3

2 Zilótkowska, op. cit, p. 5.


3 Ibídem.

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03 de marzo del 2019, Sevilla, España.

Fue en este escenario conflictivo en el que, para el 2 de junio de 1887, el médico ruso

Ludowick Lázaro Zamenhof publicó su libro Internacia Lingvo bajo el pseudónimo de

Doktoro Esperanto (El doctor que espera).4 En Europa ya existían grupos dedicados

a la difusión, estudio y diseño de una lengua internacional que sirviese como puente

lingüístico para todas las naciones, si bien un grupo en particular tenía la mayor

hegemonía en este aspecto, los llamados volapukistas.

La primera lengua internacional artificial que alcanzó un éxito considerable fue el

volapuk (del inglés World = vol = mundo; speak= pük=lengua: lengua mundial) cuyo autor

fue el abad Johann Martin Schleyer, quien publicó su obra hacia 1878 en una gaceta

de Lizelstten, Bavaria.5

A diferencia de otros proyectos de lengua

mundial, el volapük logró difundirse por

todo el mundo reuniendo miles de

simpatizantes. Schleyer había

popularizado la idea de un lenguaje

universal para todas las personas cultas

de todo el mundo6 que se difundió

rápidamente en buena parte del viejo

continente.

De este modo se extendió con celeridad

por todo el mundo, hasta el punto que en

1889 existían 283 clubs volapükistas,

desde Europa hasta América y Australia,

4 “Esperanto”, Enciclopedia universal ilustrada europeo americana, Madrid, Espasa Calpe, 1924, tomo
XXII, pp. 179-181.
5 Nájera Sepúlveda, op. cit., p. 89.
6 Vid. Die Weltsprache. Entwurfeiner Universalsprachefüralle Gebildete der ganzen Erde traducido al

español como Diseño de un lenguaje universal para todas las personas cultas de todo el mundo.

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con sus correspondientes cursos, diplomas y revistas.7 A partir de 1881 apareció

regularmente la gaceta Volapükabled, 25 gacetas, más de 1000 profesores

diplomados, cursos publicados en 25 lenguas, y un total de 384 libros.8 Sin embargo,

dadas las dificultades que propiciaba la propia lengua, tanto en su gramática como en

su vocabulario, hacía que el aprendizaje de ésta fuese demasiado problemático,

inclusive para el propio creador de la lengua, para quien aún era complicado

dominarla,9 al punto que, para 1889, año del tercer Congreso Internacional de volapük

aún no era posible mantener toda la conversación en este idioma, por lo que se tenía

que recurrir al alemán. De ahí que la academia del volapük consideró necesario hacerle

algunas reformas, cosa que disgustó al propio autor, quien durante el propio congreso

se opuso a cualquier cambio que se quisiera practicar en su lengua. Scheleyer veía su

idioma como propiedad privada,10 por lo que no era raro que algunos de los mismos

volapükistas voltearan la mirada a lo que parecía ser un idioma que cumplía con todo

aquello que se necesitaba de una lengua internacional, internacionalidad y facilidad.

René Centassi y Henri Masson remarcarían:

Había en el volapük tantos defectos y formas arbitrarias, que habría que hacer en él
grandes cambios, para que pudiera sobrevivir. En su Historio de la Mondlingvo, Ernest
Drezen escribe que, “el volapük no puede satisfacer las necesidades y exigencias del
trabajador, inexperto en conocimientos gramaticales. Pero los reformadores chocaron
con la intransigencia del “datuval” (en volapük=el inventor), que rehuía entrar en razón. Su
personalidad autoritaria y ofensiva acabó por desesperar a más de uno. Schleyer proclamó
que el volapük era de su propiedad y prohibió introducir la más pequeña modificación. Su
orgullo y su obstinación aceleraron el desinterés general sobre el volapük. Los más fieles
le dieron la espalda. El cisma comenzó en 1888. Un grupo de volapükistas reformó
radicalmente la lengua e intentó difundirla, en 1898, bajo el nombre de “idioma neutral”
que fue el punto de partida de otros intentos fracasados… En 1900 se calculaban sólo 159
volapükistas ortodoxos registrados.11

7 Eco, op. cit., pp. 219-225.


8 Nájera Sepúlveda, op.cit., p. 90.
9 Ziółkowska, op. cit., pp. 55-58.
10 Nájera Sepúlveda, op.cit. p. 90.
11 René Centassi y Henri Masson, El hombre que desafío a Babel, Madrid, Hoshiko, 2005, p. 123.

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Como consecuencia de ello, el iniciador del movimiento esperantista fue un

volapükista, llamado Antonio Grabowski, un ingeniero aficionado a las lenguas quien,

después de haber contactado al mismo Schleyer y a Zamenhof, se convirtió en uno

de los pilares de este movimiento de carácter internacional, llegando a ser conocido

dentro de los círculos esperantistas como “La liro del Esperanto”,12 y en quien se

profundizará más adelante.

En 1887, el médico ruso Ludowick Lázaro Zamenhof publicó su primer libro en

Varsovia, viendo la luz simultáneamente en ruso, francés, alemán y polaco.13 En él se

presentaron las bases de lo que llamaría internacialingvo, un proyecto en el que estaba

trabajando desde años atrás, incluso antes de la publicación del volapüuk; sin embargo

tal proyecto, “el nuevo latín”, jamás pudo ser publicado, si bien sirvió de base para el

desarrollo de esta nueva lengua.

Zamenhof nació en Bialystok, pequeña ciudad situada en la proximidad del límite

nororiental del Reino Polaco, cuyos 30,000 pobladores se dividían en múltiples

nacionalidades: 3,000 polacos, 4,000 rusos y bielorrusos, 5,000 germanos y 18,000

hebreos. Tal situación generaba antagonismos atribuidos a las diferencias de

nacionalidad y raza, así como provocaban frecuentes disputas que agravaban las

condiciones de vida de los bialystokanos.14 El mismo Zamenhof relató:

Este lugar de mi nacimiento y de mis años infantiles marcó la dirección de todos mis
futuros propósitos. La población de Bialystok […] consistía de […] Rusos, polacos,
germanos, hebreos; todos enemistados entre sí. Un temperamento de naturaleza
impresionable percibe allí, más que ningún otro lugar, la desgracia del separatismo por la
incomprensión, y pronto se convence de que si la principal causa de tal infelicidad es la
diversidad de lenguas, que disgrega a toda la familia humana.15

12 "La lira de los que tienen esperanza o del esperanto" en Ziółkowska, op.cit., pp. 55-88.
13 Ibíd., p. 53.
14 Ibíd., p. 12.
15 Ibíd., p. 19.

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Ahora, cabe decir con respecto a la obra de Zamenhof, que él no consideraba que

fuese la mejor; durante la labor para la realización de su proyecto, seguía con sumo

interés los resultados de distintos proyectos de lengua que iban surgiendo con el afán

de encontrar, en alguno de ellos, las características que un idioma debería reunir para

alcanzar la categoría de lengua internacional.16

En un principio él mismo se entusiasmó con la idea del volapük pero, tras analizarlo,

descubrió que no era la solución más adecuada; “sólo el sistema era malo, el lenguaje

debe ser hecho internacional y viviente. No fabricado artificialmente”.17

En la introducción de su primer libro, Zamenhof explicó esto, mencionando cómo era

necesario, desde su perspectiva, que cualquier lengua que pretendiera ser llamada

“universal”, debía contar con tres elementos básicos: 1) que la lengua fuese

16 Nájera Sepúlveda, op.cit., p. 94.


17 Privat, op cit., p. 52.

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extremadamente fácil, 2) que éste lenguaje pudiera servir desde el primer momento

a través de las relaciones internacionales reales independientemente de ser aceptada

o no por todos los individuos, y 3) que la lengua tuviera la capacidad de ser una lengua

viva, esto es, que tuviera la posibilidad de ser usada en breve lapso como lengua viva

por un número considerable de personas.18

Según Zamenhof, era necesario reunir estas tres condiciones para que la lengua

mereciera el reconocimiento de la comunidad internacional, su uso como lengua

universal.19 Para Zamenhof, ningún proyecto de lengua internacional hasta entonces

había cumplido más de una de estas condiciones; con el objetivo de resolverlo,

Zamenhof resumió hasta el último grado posible su gramática, condensándola en 16

reglas sin excepciones, y propuso un vocabulario de poco más de 900 raíces que,

combinadas con diferentes elementos gramaticales como sufijos, afijos y

terminaciones gramaticales, permitió que de cada raíz se derivara un mínimo de 10

palabras.20 Adicionalmente, con el fin de dotar al idioma de una estructura sencilla

para cualquier estudiante, aún para aquellos que no habían estudiado el idioma, dividió

las palabras en partículas invariables cuyas raíces provenían principalmente de

lenguas latinas, germanas y eslavas, lo que la convertía en una lengua a posteriori.

La única solución que él concibió fue crear una lengua artificial que fuera análoga a

las naturales, pero que pudiera ser interpretada como una lengua neutra por todos

sus usuarios.21 Autores como Louis Couturat y Leopold Leau (1903) afirmaban que era

una utopía pensar que una de las lenguas existentes pudiera convertirse en una lengua

internacional, y que igualmente resultaba difícil volver a una lengua muerta y neutral

18 “Dr. Esperanto”, en Langue Internacionale, de Ludwik Lazar Zamenhof, 1. Vasovia: Gebethner et


Wolff, 1887, pp. 8-9. Recuperado del fondo digital de lenguas artificiales de la Österreichische
Nationalbibliothek.
19 Nájera Sepúlveda, op. cit., p. 95.
20 Zamenhof, op. cit., pp. 3-16 y Nájera Sepúlveda, op. cit., p. 95.
21 Eco, op. cit., p. 218.

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como lo era el latín.22 En este sentido, una lengua internacional auxiliar fue una lengua

a posteriori, puesto que nacería de una comparación, una síntesis equilibrada entre

las lenguas naturales existentes.23

Finalmente, para tratar de resolver el último punto, el que la lengua fuese capaz de

convertirse en una lengua viva, en sus últimas páginas Zamenhof proponía a cualquier

interesado que le hiciera llegar su opinión por medio del formulario de adhesión en el

que plasmase si le parecía importante o no el proyecto, e inclusive si era necesario

que se le realizase alguna modificación. Estos cambios no serían efectuados hasta

después del primer año de la publicación del manual, y se realizarían sólo aquellos que

fueran sugeridos previo estudio y justificación; serían plasmados posteriormente en

los siguientes tratados sobre aprendizaje y uso de la lengua. Zamenhof afirmaba no

ser el creador, sino sólo el iniciador de la lengua.24

En esas primeras modificaciones a la lengua, uno de

los personajes principales más involucrados fue ,

uno de los iniciadores más importantes del

movimiento esperantista. –Ĉueble vi estas Doktoro

Esperanto?,25 ésas fueron las primeras palabras que

escuchó Zamenhof de Grabowski cuando le abrió la

puerta de su casa en la calle Przejazd 9; fueron las

primeras palabras transmitidas entre dos

desconocidos en la internacialingvo. Para difundir la

propuesta de Zamenhof se publicaron anuncios en

revistas extranjeras, los que generaron un alud de

22 Louis Couturat y Leopold Leau, Histoire de la langue universelle, París, Hachette, 1903. Recuperado
del fondo digital de la BnF, Gallica Bibliothèque Numérique.
23 Eco, op. cit., p. 219.
24 Nájera Sepúlveda, op. cit., p. 97.
25 En español: “¿Es usted el doctor Esperanto?”, Centassi y Masson, op. cit., p. 129.

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correspondencia cada vez más grande, muchas cartas de admiradores, otras de

críticos, burlonas y algunas de volapükistas fanáticos.26 Uno de los fanáticos del

volapük era el mismo Grabowski quien había intentado aprender el volapük antes de

su encuentro con Schleyer, y que le confesó a Zamenhof:

El autor del volapük habla muy mal su propia lengua. Durante nuestra conversación, a
menudo tuvimos que ayudarnos con el diccionario, y no sé quién de los dos debió usarlo
más. Sin embargo su idioma, doctor, es una obra maestra a la que ni le falta sutileza, ni
belleza. Yo lo sigo estudiando.27

Para finales de 1888 Antonio Grabowski se convirtió en uno de los más ardientes

defensores del esperanto; fue el alma de un pequeño grupo de esperantistas que se

creó en Varsovia. La obra de Grabowski fue una de las más importantes para el

movimiento, además de generar contribuciones en el área de las traducciones, la

poesía y textos propios. Así, llegado el momento, Grabowski inventó 209 neologismos

y muchos de ellos, la mayor parte, vinieron a enriquecer el vocabulario de la lengua.28

No pasó mucho tiempo para que en diversas regiones de Europa como Francia, España,

Austria, Italia y Alemania surgieran numerosos círculos esperantistas dedicados a la

tarea de difundir la lengua internacional, esto por medio de correspondencia, gacetas,

revistas, congresos y asambleas, pero, sobre todo, por medio de la publicación de

obras escritas en la lengua esperanto, acompañadas de folletos informativos sobre la

utilidad e importancia de la lengua.

La fundación de sociedades esperantistas en toda Europa, la creación del Adreso29

de esperanto, en el que figuraban las direcciones postales para comunicarse con

esperantistas de todo el mundo, la realización de los congresos internacionales (el

26 Ibíd., p. 131.
27 Ibíd., p. 132.
28 Zilótkowska, op. cit., pp. 96-99.
29 La Adreso de esperanto consistía en un directorio postal a través del cual se pudiera contactar a

esperantistas de todo el mundo y que permitió en su momento una facilidad en la comunicación


internacional entre los esperanto-hablantes, el mismo se pueden encontrar en el fondo digital del
Österreinchische-Nationalbibliothek.

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primero en París), la Declaración sobre la Esencia del Esperantismo, la creación de la

Liga Mundial del Esperanto, la fundación del Comité de Asuntos Lingüísticos y la

designación de la comisión organizadora de los congresos anuales, así como la

participación de personajes como Julio Verne,30 quien presidió de manera honoraria

la sociedad francesa de esperanto, fue lo que ayudó a que se propagase de forma

cada vez más rápida esta nueva lengua.

Para este momento es posible hablar ya de un movimiento social con fines bastantes

claros: la creación de artefactos culturales para la difusión de la lengua por medio

de las diversas publicaciones en el idioma que fueron surgiendo a partir de los

iniciadores del movimiento. Si se analiza esto desde la perspectiva de Burke se puede

ver que la lengua, en este caso el esperanto, refleja a la sociedad o cultura en la que

se la usa.31 El esperanto surgió en un espacio específico, la ciudad de Bialistok, como

consecuencia de la diversidad lingüística y de los conflictos inherentes a ella. Esta

lengua nació con la carga ideológica de su autor: la de ser usada para de tratar de

solucionar tales conflictos, misma que se resumiría con la interna ideo. De este modo,

el esperanto fue asumido como una alternativa ante el imperialismo lingüístico.

Tras el nacimiento de la lengua internacional en 1887, sus hablantes buscaron la

manera de identificarse como miembros partícipes del movimiento difusor del uso de

su idioma. Estos grupos, que en un principio se comunicaban con Zamenhof a partir de

correspondencia con el fin de intercambiar ideas, comenzaron a darle forma a lo que

en poco tiempo se convirtió en un grupo social y cultural con sus propios elementos

30 Vargas, op. cit., p. 19.


31 Burke, Hablar y callar, op. cit., p. 15.

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distintivos, tales como el nombre del idioma esperanto,32 la bandera del movimiento

esperantaflago,33 el símbolo de la verdastelo,34 el himno de La espero.35

La lengua modela la sociedad en la que se usa,36 enfocando los esfuerzos de sus

divulgadores a la promoción de ésta y sus ideas a través de las expresiones culturales

a su disposición: libros, música, clubes, exposiciones, etcétera. En Europa, la gente

que pudo tener acceso a la información

relativa al esperanto fue principalmente

aquella interesada tanto en la literatura

como en las ciencias, y, en particular,

aquella empapada por el espíritu del

positivismo, que para ese momento

poseía un alto nivel de fuerza en

occidente. De ahí que muchas de las

primeras publicaciones que se hicieron


de textos en esperanto fueron
traducciones de obras literarias,
científicas e incluso religiosas, las que le
dieron forma y utilidad al idioma y, con
ello, permitieron construir una cultura
“esperantista”, misma que se reconstruyó
o se adaptó por los grupos donde fue
utilizada.

32 El que tiene esperanza.


33 Bandera de la Esperanza.
34 Estrella verde.
35 La esperanza.
36 Burke, Hablar y callar, op. cit., p. 15.

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