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Eileen L.

McLaurin
“ BOYS IN BOO KS A RE J UST BE T T E R”
→ Nombre completo: Eileen Leslie McLaurin
→ Edad: 130
→ Lugar de origen: Escocia
→ Raza: Vampiresa
→ Bando: Neutral
→ Grupo: Por libre
→ Sexualidad: Heterosexual
→ Avatar: Sarah McDaniel

PODERES, HABILIDADES
→ Cambio de forma.
→ Capacidades físicas aumentadas.
→ Control mental.
→ Reflejos.
→ Regeneración e inmortalidad.
→ Seducción.
→ Sentidos aumentados.

RASGOS PSICOLÓGICOS
Eileen fue una niña callada y sumisa, tranquila desde la cuna. Pese a su comienzo en una familia extremadamente pobre se vio atraída por
la lectura desde el momento en que empezó a servir en casas en las que tenían libros. Un hallazgo maravilloso. 
Pese a su naturaleza
tranquila muchas cosas que le ocurrieron hicieron que su personalidad se endureciera y la convirtieron en la mujer que es ahora. Tiene un
carácter fuerte y explosivo. Es una persona se convicciones profundas, lo que suele convertirla en apasionada y tozuda a la hora de
defender sus ideas. No cree en un dios o una religión, pero convertirse en vampiro le abrió los ojos a un mundo de nuevas posibilidades.

Leslie maduró y cambió al ser testigo y parte de muchas reivindicaciones sociales que han hecho posible un mundo más abierto para los
mundanos aunque lejos de la perfección y asiste con absoluta curiosidad (aunque con la misma cantidad de recelo) a lo que está
ocurriendo en el mundo de las sombras.

Tiende a saltarse las normas y tomar la justicia por su mano cuando presencia cierta clase de cosas que tocan su sensibilidad. Pueden
resumirse como el poderoso disfrutando del sufrimiento que causa. Es capaz de sacar un lado oscuro, frío y retorcido que puede dar
miedo, incluso a sí misma. Ha aprendido que confiar está bien pero quien seguro que no te falla eres tú mismo.
— OTROS DATOS —

→ Le gusta mucho leer, y adora tener tanto tiempo para hacerlo. Aprendió a leer siendo niña, algo inconcebible en su época para una
mujer de clase baja. Es consciente de la increíble suerte que tuvo al entrar a trabajar como sirvienta a la casa de un médico que le cogió
cariño por haber perdido recientemente a su hija, tan parecida a Eileen. El hombre vio el interés de la niña por todo lo escrito y la enseñó
a leer y escribir, algo que durante mucho tiempo Eileen guardó como un secreto.
→ Ha ido añadiendo a su personalidad muchos detalles y matices nuevos, que ni ella misma habría esperado, con el paso del tiempo,
como lo "friki". Adora El señor de los Anillos, Harry Potter y Star Wars.
→ Hecha de menos comer, pero es algo que ya no pertenece a su mundo.
→ Lo que más le gustaría es volver a ser acariciada por los rayos del sol.

RELACIONES FAMILIARES
—Muriel McLaurin (su tía, mundana, fallecida)
— Selkie McLaurin (hija biológica, vampiresa, viva)
— Larga sucesión de parientes que nunca le importaron demasiado y tampoco sintieron gran afecto por ella.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Eileen nació en Aberdeen, Escocia en 1887. Fue la cuarta de once hijos. Sus padres eran muy pobres y no podían permitirse mantenerlos a
todos por lo que la pusieron a trabajar muy pronto. El hecho de que Eileen naciera con un ojo verde y el otro marrón hizo que desde el
principio la tratasen con desconfianza y cierta frialdad, como si hubiera sido tocada por el demonio y tenerla demasiada cerca fuera
exponerse a la perdición. 
La niña trabajó criando cerdos, como agricultora, limpiando las cuadras de un hostal de su pueblo, cargando
pescado en el muelle y en mil tareas más. A los doce años la mandaron con una tía bien colocada en Inglaterra como criada para que
trabajase en la misma casa que ella. Fue un alivio dejar su pueblo, al menos hasta que se dio cuenta de las historias que había escuchado
sobre los ingleses eran ciertos. Para el inglés medio de su tiempo un escocés era poco más que una rata dotada de la capacidad de
hablar.

Los señores de la casa eran mejores que la mayoría. Las condiciones de jornada y salario eran algo que hoy en día se considerarían
rayanas en la esclavitud. Pese a ello les daban comida, techo, acceso a ciertas comodidades y un trato digno, algo casi milagroso para los
días que corrían. Uno de los hijos de la familia era un joven apuesto y amable. La joven criada y él empezaron a hablar de libros cuando la
encontró absorta en el estudio de la casa cuando debería estar trabajando. No solo no la castigó sino que le prestó uno. Así empezó algo
que no debería haber ocurrido jamás. No solo porque era una relación prohibida y que todos podrían haber juzgado como aberrante,
sino por lo mal que acabó. Lo que parecía amor correspondido se mezcló en la cabeza de la escocesa con fantasías y lecturas románticas
abarrotadas de finales felices. La realidad, desgraciadamente, no era como ella esperaba. Eileen se quedó embarazada. Se armó de valor
para contárselo. Él la acusó de haberse acostado con otro y no reconoció al bebé como suyo.

La chica tuvo que dejar la casa para mudarse a un convento donde se encargarían de “su pequeño problema”. Las demás criadas le
dijeron que tener el niño y dejarlo allí era la mejor opción. Eileen tenía miedo a la mala vida que le esperaba como madre soltera, pero al
llegar al convento vio lo mal que cuidaban de los niños. Se dio cuenta de que dejar a su hijo era un error que no se perdonaría jamás.
Escapó de allí nada más dar a luz con su hija y llegó a la mansión donde había servido. Su plan era pedir clemencia a la señora de la casa.
Al llegar dejó al bebé con su tía que aún trabajaba allí y se encontró con el padre de la niña. Por un momento pensó que todo podría
arreglarse. Se besaron, la magia volvió… durante solo unos minutos, antes de que él le clavase los colmillos para drenar la mayor parte de
su sangre. ¿Cómo habría podido esperar Eileen que a su regreso el hombre al que había amado ya no era humano? Había escogido el
peor momento para reencontrarse con él. Al darse cuenta de que el pulso de la joven descendía considerablemente, él se cortó la
muñeca, obligándola a beber el líquido escarlata que brotaba de la herida para evitar que muriera. Cuando la vida abandonó los
peculiares ojos de Eileen, entendió que la había matado y le arrojó el cadáver a la tía de la muchacha, exigiendo que le ayudase a
enterrarla lo antes posible.


Eileen salió de la tumba con una sed atroz. Mató a cuantos encontró en su camino. Un año y medio después, cuando logró controlar sus
nuevos instintos, volvió a recoger a su hija. Encontró refugio en un club de alterne y cabaret, donde fue camarera y bailarina. También
aprovechaba para alimentarse de los clientes ebrios. Aprendió a controlar mentalmente al dueño del local para que no hiciera preguntas
cuando ella entraba y salía. No fue hasta muchos años más tarde cuando encontraría una manera más limpia de saciar su sed. Primero
ayudó a un médico forense y más tarde como enfermera. Estar frente a cuerpos -incluso desmembrados y sangrientos- y tener que
controlar el impulso de beber hizo que estuviera preparada para frenarse cuando estaba en presencia de mundanos vivos con heridas
abiertas sin atacarles. Ayudar al forense la entrenó para trabajar más tarde con pacientes vivos como enfermera. Pudo así aprender a
controlarse cuando estaba frente a cantidades ingentes de su fuente de alimento aunque tuvo algún... accidente al principio. Su profesión
le permitió saciar su sed a través de la sangre donada y almacenada en hospitales.

Viajó durante largos años cambiando de identidad junto a su hija, a la que acabó convirtiendo, y con la que tiene muy buena relación.
Hace ya un año que se encuentra en grandes apuros por un malentendido con la Clave así que ha contactado con una bruja para que la
ayude a rastrear al padre de su hija, dispuesta a hacerle pagar por sus penas y también a divertirse a su costa si es posible. Aunque lo más
importante es y siempre será su hija y haría cualquier cosa para mantenerla a salvo. Sabe que no será fácil y mucho menos porque el
idiota de su creador está en el mismísimo Nueva York donde tantas cosas extrañas están ocurriendo estos días. Ser vampiro no es seguro.
Eileen es consciente de todo lo que está pasando en el mundo de las sombras aunque haya estado ocultándose y no lo haya vivido.
Saque bien quién es Valentine y quién es Sebastian y que este último proclamó una guerra de bandos. Pero no piensa meterse en medio
del fuego cruzado. No está de acuerdo con unos ni con otros. Su prioridad es su hija.

DATOS EXTRA
— Visitó a su tía siempre que le fue posible hasta el día de la muerte de esta. Siempre le tuvo cariño y estuvo agradecida porque se
hubiera encargado de su pequeña cuando ella hubiera sido incapaz.
— Tras meditarlo muchísimo y atendiendo a la petición de su hija la convirtió cuando esta enfermó de tuberculosis a la edad de 17 años.
Iba a morir como mundana y era un destino horrible el hacerlo tan joven... pero Eileen temía estar condenándola a una eternidad de
sufrimiento. Sin embargo ahora no se arrepiente.
— Cogió tierra de la tumba del vampiro que la convirtió para rastrearlo.

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