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Presentación
Introducción
Sumario
Sistemas de información
Conclusiones
Anexo
Fuentes de información para la compilación de este volumen
PRESENTACIÓN
El gobierno de México inició, desde la década de 1970, acciones para atender este
problema, mucho antes de que la demanda de drogas adquiriera mayores proporciones,
por lo que contamos ya con una considerable experiencia acumulada. Nuestro país ha
realizado esfuerzos importantes por enfrentar este problema a través del desarrollo de un
marco jurídico-normativo e institucional y de programas que, al mismo tiempo que dan
seguimiento a los acuerdos que México ha firmado en el ámbito internacional, son
apropiados a las características socioculturales específicas de nuestra nación.
Para el Sector Salud la reducción de la demanda de drogas incluye las iniciativas que
buscan prevenir su consumo, disminuir progresivamente el número de usuarios, mitigar
los daños a la salud que puede causar el abuso, y proveer de información y tratamiento a
los consumidores problemáticos o adictos, con miras a su rehabilitación y reinserción
social. En esta tarea, la Secretaría de Salud, SSA como cabeza del Sector Salud,
promueve un enfoque integral que incluye, además de las drogas ilegales, a todas las
que producen adicción y problemas de salud pública, e incorpora en los programas a los
diversos sectores públicos y sociales. La sociedad en su conjunto es cada vez más
El tema de las drogas ilegales, al que se dedica este volumen, tiene especial
trascendencia, ya que es parte cotidiana de las noticias en el mundo; la representación
social de las drogas y la forma en la que son percibidas por la opinión pública son de la
mayor importancia en nuestro trabajo preventivo. Debemos evitar que haya un clima de
familiaridad y de aceptación social hacia su uso y evitar, al mismo tiempo, estigmatizar y
criminalizar al adicto.
Otro de los propósitos del documento es describir las acciones o respuestas que nuestro
país ha ido desarrollando para prevenir y disminuir este complejo problema y que deberá
continuar reforzando en el futuro. Destaca el Programa de Prevención y Control de
Adicciones de la Secretaría de Salud, que se encuentra entre los programas sustantivos
y prioritarios del sector, y cuya operación se está impulsando en los niveles estatales y
municipales.
INTRODUCCIÓN
El uso de sustancias que alteran los estados de conciencia se ha ido presentando desde
tiempos inmemoriales de manera diversa y puede ser caracterizado como un consumo
ritual/cultural, médico/terapéutico, social/recreacional u ocupacional/funcional. Las formas
de uso de drogas pueden fluctuar de acuerdo con numerosos factores individuales y
sociales.
Así, los patrones tradicionales de uso fueron desapareciendo a través del tiempo y el
Se ha señalado que el consumo de drogas y las políticas han ido cambiando a través del
tiempo, en especial en ciertas sociedades como la de Estados Unidos. Las actitudes
hacia las sustancias y su demanda son cambiantes y se ven influidas por numerosos
factores culturales, económicos y sociales en un país o región; ha esto se agrega la
oferta y accesibilidad de las sustancias y el marco de control legal y social que rodea al
consumo. La percepción del público hacia distintas sustancias y su mayor o menor
rechazo en muchas sociedades, pero no en todas, condiciona la toma de decisiones
políticas hacia su control: En otros casos, el proceso es inverso y la política de control
tiene como consecuencia el que se busque otras drogas, incluso más dañinas, o que se
produzca un rechazo de la sociedad hacia la política. Un ejemplo es la reacción de la
sociedad norteamericana a la prohibición del alcohol en este siglo.
La preferencia hacia ciertas drogas presenta una dinámica, así como las respuestas
gubernamentales a través del tiempo. Desafortunadamente, éstas han estado guiadas
con frecuencia por pugnas morales y políticas en lugar de basarse en el conocimiento
científico de los efectos en la salud, los impactos sociales y los riesgos individuales
específicos de cada tipo de sustancia. Este conocimiento, puesto al alcance de la
sociedad, permitirá que se considere franca y directamente el problema y que se
produzcan cambios de conducta duraderos en las personas y grupos; aunque la historia
nos señala que el consumo de drogas difícilmente va a desaparecer por completo, se
podría así, en el corto plazo, detener su crecimiento y disminuir las graves
consecuencias que estamos testimoniando.
Las drogas son consumidas para aliviar el dolor, para el tratamiento de una enfermedad,
para cambiar el estado de ánimo, para una búsqueda o abandono de la identidad, como
un escape, para olvidar o para explorar estados de conciencia y sensaciones. La OMS
habla de abuso de drogas cuando se presenta un uso persistente o esporádico excesivo
de las drogas fuera de una práctica médica aceptable. Como esto fue considerado como
muy ambiguo, se comenzó a remplazar el término abuso con el de uso dañino, que
incluye: "un patrón de uso de sustancias psicoactivas que causa daño a la salud (…)
física o mental". Sin embargo, dentro del contexto del control internacional de drogas, la
OMS utiliza el término abuso para ser consistente con los términos utilizados por las
Convenciones, que emplean indistintamente los términos abuso, uso inadecuado o uso
ilícito.
El término abuso o uso inadecuado puede tener diversos significados en distintos países
de acuerdo con lo que se considera un problema de abuso de drogas en una cultura
específica. Además la expresión abuso de drogas no hace una distinción entre los que
las consumen de manera ocasional, habitual o presentan dependencia hacia las
sustancias. En general, se ha optado por emplear indistintamente los términos usar o
consumir; el concepto de abuso incluye un daño a la salud física o mental del
consumidor, o se aplica a un patrón de consumo que es frecuente e interfiere con otros
aspectos de la vida, o se presenta de manera ocasional en periodos de consumo intenso.
En 1992 se pensó que era necesario aclarar más el término y fue modificado por: "un
grupo de fenómenos fisiológicos, conductuales y cognitivos de variable intensidad, en el
que el uso de drogas psicoactivas tiene una alta prioridad; (…) hay preocupación y deseo
de obtener y tomar la droga, por lo que se adoptan conductas para buscarla. Los
Las sensaciones provocadas por la droga pueden ser tan necesarias para el cuerpo y la
mente, que su ausencia se vuelve intolerable –síndrome de abstinencia o supresión- y
lleva a algunos usuarios a extremos para conseguirlas. Los conocimientos científicos no
nos permiten predecir quién se volverá adicto y quién no.
En contraste con estas teorías, se encuentran los autores de otras corrientes que ponen
el acento en el aprendizaje social y la influencia del grupo donde se mueve el individuo y
su integración al mismo. Los estudios sociológicos de la desviación han desarrollado
teorías sobre la interacción entre la conducta del consumo y la forma en que otros la
clasifican y sancionan.
La investigación muestra que el inicio del uso de drogas a menudo ocurre durante la
adolescencia o juventud, periodo de transición caracterizado por el estrés, la ansiedad y
la búsqueda de nuevas sensaciones, así como de diferenciación de los adultos. Puede
comenzar como una forma de manejar emociones negativas y de respuesta al
sentimiento de vivir en un mundo caótico y hostil. Se ha señalado reiteradamente que la
presión del grupo de pares, la curiosidad y la pobre integración familiar, son factores que
contribuyen al uso de drogas. Asimismo, son mencionados otros factores, como la
pobreza, la falta de alternativas y una percepción desesperanzada del futuro.
Otros estudios sugieren que los que están en mayor riesgo de consumo tienen
características que los alejan de los valores convencionales, con mayor preocupación por
su independencia y autonomía, con una visión sombría de la sociedad en general, poca
compatibilidad entre las expectativas familiares y las de su grupo de pares, y que
Hay acuerdo en que la familia juega un papel importante en estas conductas: las
actitudes y patrones de consumo; el tipo y grado de comunicación, respeto y cercanía; la
existencia de lineamientos claros y consistentes en las interacciones familiares, de las
responsabilidades y atribuciones de cada miembro, contribuyen a aumentar o disminuir
los riesgos de consumo del menor. La presencia de una cohesión en la estructura social,
familiar y comunitaria, con atención a las necesidades, capacidades y limitaciones de sus
miembros, parece contribuir de manera importante a evitar conductas destructivas,
violentas, o de transgresión.
Otros factores analizados que parecen contribuir a una mayor vulnerabilidad hacia el uso
de drogas, son la desintegración y transición, a veces acelerada de las estructuras
sociales tradicionales, donde no ha habido el tiempo necesario para remplazar las viejas
normas, valores y costumbres por otros, lo que provoca estados de fractura cultural,
como en caso de los migrantes. Las teorías generadas en este ámbito también incluyen
la alienación y la anomia social, como aspectos que ejercen una influencia.
Un papel cada vez más relevante se concede a los medios masivos de comunicación y a
la globalización de la información. Cotidianamente los medios incluyen noticias sobre las
drogas, que han creado un falso sentido de familiaridad con el fenómeno y, en
ocasiones, una asociación con estilos de vida y valores materiales que pueden propiciar
la difusión de imágenes parciales y distorsionadas del problema de las drogas.
SUMARIO
Esta publicación ofrece una visión de conjunto, objetiva y actualizada, del uso y abuso de
drogas ilegales en México y de las respuestas que el gobierno mexicano ha desarrollado
para enfrentar este reto. Su objetivo es divulgar la información de mayor interés que se
ha producido en torno a la problemática de las drogas en los últimos años y conocer los
principales programas y recursos que se han desarrollado en materia de prevención y
tratamiento.
Con base en la información generada desde hace varios años y a partir del trabajo
realizado por diversos sectores públicos y privados, se ha desarrollado una serie de
acciones y respuestas con las que México atiende el problema. El Programa de
Prevención y Control de Adicciones, como marco normativo para la acción, plasma la
visión sobre el problema del Sector Salud. El documento aborda las principales
actividades que se realizan en materia de reducción de la demanda de drogas ilegales y
plantea, con base en las tendencias emergentes del problema y en las necesidades
derivadas, las líneas de trabajo que se debe reforzar y las nuevas acciones que se debe
emprender.
Esta publicación está integrada por dos secciones que en su conjunto componen 12
capítulos.
La Sección I se ocupa del Diagnóstico y tendencias del uso de drogas en México, donde
se presenta los datos disponibles sobre el consumo de sustancias ilegales y su evolución
en distintas poblaciones y a través de diversas estrategias metodológicas. Ls sección
está integrada por siete capítulos:
Por último, el Capítulo 7 ofrece las conclusiones sobre los principales Desafíos que
enfrenta México en el consumo de drogas y las respuestas que en materia de políticas
de salud son necesarias.
Dentro del campo social, y en particular de la salud, obtener información objetiva y completa sobre
el uso y abuso de sustancias adictivas es uno de los retos más complejos. ¿Qué es lo que se
pretende conocer? ¿La proporción de individuos que han experimentado con las drogas alguna vez
y no han continuado usándolas? ¿O se quiere estimar el número de personas que las consumen
regularmente y que han desarrollado problemas de salud y sociales? También es importante saber
cuántos adictos hay en la población. Pero responder a éstas y otras interrogantes con una sola
estrategia de estudio es verdaderamente imposible.
Uno de los factores que dificulta el acceso a esa información es el hecho de que el uso y abuso de
drogas ilegales aún son conductas relativamente raras dentro del total de la población de nuestro
país, así como de otras sociedades; esto es especialmente evidente cuando se trata de estimar a
través de encuestas en la población la proporción de individuos que utiliza alguna droga todavía
poco difundida en nuestro medio, como la heroína. Asimismo, en todos los países se ha
demostrado que, entre los que han probado alguna droga, un número reducido continúa
consumiéndola. También hay una proporción de usuarios de drogas que las consume de manera
funcional, sin presentar problemas que requieran atención en servicios de salud, o que sean
captados por las instituciones de justicia. Entre los que llegan a desarrollar problemas de salud y
sociales y/o adicción, a menudo transcurre mucho tiempo hasta que buscan ayuda, o son
identificados y registrados en alguna institución.
A esta variedad de situaciones se agrega otro factor que dificulta la obtención de información y es el
estigma que rodea al uso de drogas, por lo que frecuentemente no es reportado, situación distinta al
caso de otras sustancias adictivas pero legales y más toleradas socialmente, como el alcohol y el
tabaco. Las actitudes prevalentes hacia las drogas y las implicaciones que tiene su consumo en el
ámbito legal obstaculizan el reconocerlo como un problema de salud que requiere atención.
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Por lo anterior, se utiliza diversas estrategias metodológicas o ventanas para tener acceso a
distintos aspectos del consumo de sustancias. Los estudios llevados a cabo en México utilizan
metodologías, indicadores e instrumentos aceptados internacionalmente como los más adecuados
para estimar la magnitud y características del uso y abuso de drogas. La sistematización de las
herramientas metodológicas permite, además, la comparación entre regiones y países y la
evaluación de las tendencias a través del tiempo.
Son estudios que se realizan mediante la aplicación de cuestionarios estandarizados a una muestra
representativa de la población que tiene un lugar fijo de residencia, seleccionando de manera
aleatoria y sistemática a los entrevistados. Proporcionan información que permite estimar la
prevalencia del consumo de drogas, es decir, la proporción de la población que consumió alguna
vez en su vida (prevalencia de vida), la que lo hizo durante el ultimo año y los que reportaron haber
consumido en el último mes previo a la entrevista. La información es analizada por frecuencia y
cantidad de uso y problemas asociados, así como por variables sociodemográficas, como la edad,
sexo, escolaridad y empleo. Este tipo de estudios epidemiológicos, de carácter transversal, es el
más utilizado para las comparaciones internacionales, ya que permite obtener una "foto" de la
situación, en un momento y lugar determinados, es decir, una visión global del problema.
Sin embargo, estas encuestas son costosas y requieren de muchos recursos técnicos y humanos,
por lo que pocos países las realizan de manera continua. Otra limitación es que no permiten
acceder a información sobre otro tipo de población que no vive en hogares, como los detenidos en
cárceles, los niños en la calle o los que están hospitalizados.
En México, las primeras encuestas de hogares fueron realizadas por el Instituto Mexicano de
Psiquiatría (IMP) entre 1974 y 1986 en ciudades seleccionadas del país. En 1988, se levantó la
primera Encuesta Nacional de Adicciones en una muestra representativa de la población urbana del
país (localidades con más de 2 500 habitantes) e incluyó indicadores del consumo de alcohol,
tabaco y otras drogas; en 1993 fue realizada la segunda encuesta nacional, y la tercera, y más
reciente, en 1998. Todas se llevaron a cabo con base en muestras probabilísticas de individuos de
12 a 65 años de edad que residen en zonas urbanas.
La segunda encuesta incluyó además un estudio específico sobre ciudades de la frontera norte del
país y dos grandes centros urbanos: Monterrey y la ciudad de México. La tercera encuesta incluye,
además, datos sobre la ciudad de Guadalajara.
Las instituciones responsables de estos estudios son el IMP, la Dirección General de Epidemiología
(DGE) y el Consejo Nacional contra las Adicciones (CONADIC), todas dependencias de la
Secretaría de Salud (SSA).
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Desde 1976, el IMP y la Secretaría de Educación Pública (SEP) han venido realizando encuestas
en muestras representativas de la población estudiantil de los niveles de enseñanza media y media
superior, con el propósito de obtener estimaciones de la prevalencia del consumo de alcohol,
tabaco y otras drogas, así como aspectos de la percepción del riesgo y otras actitudes y conductas
asociadas al uso y abuso. Si bien también se basan en el auto reporte, estas encuestas utilizan
cuestionarios autoaplicables, por lo que los jóvenes pueden responder con mayor franqueza sobre
el uso de sustancias, ya que se acentúa el carácter anónimo y confidencial de la información.
A la fecha han sido realizadas tres de estas encuestas a nivel nacional en los años de 1976, 1986 y
1991; las dos primeras cubrieron sólo a la población urbana, en tanto que la última incluyó
población rural. En el Distrito Federal se ha llevado a cabo estas encuestas periódicamente desde
1976, la más reciente en 1997. En las dos últimas mediciones del D.F. se cubrió las 16
delegaciones, con muestras de más de 12 000 adolescentes matriculados en el sistema escolar.
Dentro de los sistemas de registro existentes en nuestro país, destacan los siguientes:
En la actualidad, el SISVEA recibe información sobre 20 ciudades del país, de las cuales casi la
mitad se localiza en la frontera norte. Entre la información recopilada y analizada, destaca la
proporcionada por Centros de Integración Juvenil (CIJ), institución que actualmente integra una red
de más de 70 unidades de atención preventiva y curativa para la farmacodependencia en 28
entidades federativas. Los CIJ sostienen un sistema de registro de información obtenida en la
primera consulta a la que asisten los consumidores de drogas, lo que ha permitido conocer
importantes tendencias en el uso de sustancias en nuestro país.
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* Sistema de Reporte de Información en Drogas (SRID). Este sistema, diseñado por el IMP desde
1986, registra las tendencias del consumo de drogas en la ciudad de México a través de la
información proporcionada por 44 instituciones de procuración de justicia y de salud, que reportan,
de manera sistemática, el consumo de drogas de los individuos que captan. Se evalúa el fenómeno
durante los meses de junio y noviembre de cada año y hasta la fecha se ha producido 18 reportes.
Entre las instituciones participantes en el SRID, destaca la Procuraduría General de Justicia del
Distrito Federal (PGJDF) y CIJ con sus centros de atención en el D.F. y zona conurbada.
Los grupos de población que no pueden ser abordados mediante las encuestas y que tampoco son
registrados en el ámbito institucional, han sido objeto de estudios que utilizan otras estrategias
metodológicas, en especial la etnografía. Éste es el caso de las investigaciones que se vienen
realizando desde 1978 en el IMP sobre menores en la calle, usuarios de drogas que no están en
tratamiento, o mujeres consumidoras de drogas. Recientemente se ha llevado a cabo trabajos sobre
aspectos psicológicos y sociales asociados al consumo de cocaína; acerca del consumo de
fármacos fuera del uso terapéutico o sin control médico, y, respecto del fenómeno emergente de las
metanfetaminas y su integración en las subculturas juveniles, entre otros.
Muchos de estos trabajos utilizan métodos cualitativos, que han probado ser muy útiles para
profundizar en aspectos psicosociales del consumo de sustancias adictivas y, en especial, para
acceder a estas poblaciones de alto riesgo. En todos se ha desarrollado y/o adaptado técnicas de
orientación cualitativa de acuerdo con las necesidades particulares de los grupos estudiados.
Otros estudios
Dado el creciente interés que despierta el tema del consumo de drogas, un número cada vez mayor
de instituciones e individuos se ha abocado a la tarea de realizar tesis y estudios en diferentes
poblaciones. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), por ejemplo, desarrolla desde 1997 un
sistema de registro del uso de drogas en los casos atendidos en servicios de urgencias de ciudades
consideradas de alto riesgo. También se ha realizado otras investigaciones que han abordado la
situación del consumo de sustancias adictivas en el medio laboral.
En este capítulo se presenta los principales resultados sobre el consumo de drogas en la población general de México
obtenidos a través de la reciente Encuesta Nacional de Adicciones (ENA, 1998), llevada a cabo por la Subsecretaría de
Prevención y Control de Enfermedades, el Instituto Mexicano de Psiquiatría, la Dirección General de Epidemiología y el
Consejo Nacional contra las Adicciones, de la Secretaría de Salud. En primer término se incluye una descripción de los
procedimientos y la muestra obtenida; a continuación, las prevalencias de consumo por tipo de droga a nivel nacional,
regional y por ciudades, analizadas por edad y sexo y, por último, se hace una comparación con la información de las
Encuestas Nacionales de 1988 y 1993 para observar las tendencias del consumo.
La ENA 1998 proporciona estimaciones de prevalencia del consumo en la población entre 12 y 65 años, que habita en
regiones urbanas. El diseño permite obtener datos para población adolescente (12 a 17 años) y adulta (18 a 65 años) a nivel
nacional y para tres regiones (Norte, Centro y Sur) e incluye información de ciudades de la frontera norte (Tijuana, Baja
California; Ciudad Juárez, Chihuahua, y Matamoros, Tamaulipas), y de tres grandes áreas metropolitanas (ciudad de México,
Guadalajara y Monterrey).
El marco muestral utilizó la información del Conteo de Población de 1995 y empleó un diseño de muestra estratificado y
multietápico, con una selección de localidades, manzanas y segmentos de hogares. Se obtuvo información de todos los
hogares en los segmentos seleccionados y se escogió la muestra de entrevistados en cada casa. El tamaño de la muestra fue
estimado con base en una tasa de no respuesta de 16%, de prevalencia de 1% de cualquier tipo de sustancia y un nivel de
precisión de 3% para estimación de tasas debajo del 25% y por arriba del 75% con un intervalo de confianza de 95%; se
asumió un valor de efecto de diseño de 2.3 a 3.5 (DEFF) debido a los conglomerados derivados del diseño de muestra
seguido. Estos estimadores determinaron un tamaño total de muestra estimada de 9 600 entrevistas.
En cada hogar de la muestra obtenida, se aplicó un cuestionario breve para obtener información sobre las condiciones de la
vivienda, así como una lista de los datos socioeconómicos básicos de todos sus habitantes. Con base en esta información
fueron elaboradas dos listas independientes de personas, una para población adolescente (12 a 17 años) y otra para adultos
(18 a 65 años). Se excluyó a los sirvientes, así como a las personas que no hablaran español o que tuvieran problemas
mentales o de otro tipo que les impidiera contestar el cuestionario. Se seleccionó aleatoriamente a un adolescente en cada
hogar elegible, mientras que los adultos lo fueron con probabilidad igual.
No respuesta: 1 273.
La información fue obtenida mediante un cuestionario estandarizado, llenado a partir de una entrevista cara a cara y que ha
sido extensamente probado y utilizado en estudios previos; incluye preguntas contenidas en los cuestionarios de hogares
llevados a cabo en otros países como Estados Unidos, a fin de facilitar la comparación de los datos. Los encuestadores que
realizaron las entrevistas y obtuvieron los datos, son estudiantes universitarios con preparación en ciencias sociales, y
especialmente capacitados en este tipo de estudio.
Los datos fueron analizados considerando las diferencias en la probabilidad de selección en cada etapa y para cada grupo de
población. El ponderador consideró también diferencias por género en la tasa de respuesta.
En el Anexo de este volumen se presenta aspectos específicos de la metodología y procedimientos de análisis utilizados en
esta encuesta.
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Si bien sólo se presenta la información sobre consumo de drogas ilegales, la encuesta incluye también preguntas sobre el uso
de otras sustancias, como el tabaco y las bebidas alcohólicas, cuyos resultados se publicarán por separado.
Alguna vez en la vida: es la prevalencia o proporción de individuos en la población estudiada (urbana de 12 a 65 años de
edad) que reportó haber consumido alguna droga ilícita. Permite hacer una primera distinción en la población entre los que
han usado y los que no han usado drogas, sin considerar si las consumen actualmente.
Último año: es la prevalencia o proporción de individuos que refieren haber usado alguna droga ilegal una o más veces dentro
de los 12 meses anteriores a la entrevista.
Último mes: esta prevalencia, conocida también como uso actual permite estimar qué proporción de la población utilizó drogas
dentro de los 30 días previos al estudio.
Dado que los consumidores pueden reportar el uso de más de una droga ilegal, las estimaciones de prevalencia (de vida,
último año y último mes) no suman el cien por ciento del uso de cada sustancia.
● El 5.27% de la población urbana de 12 a 65 años ha consumido alguna vez drogas ilegales, lo que equivale
aproximadamente a 2 y medio millones de personas.
● El uso en el último año fue reportado por 1.23% de la población urbana de 12 a 65 años de edad, lo que representa
más de medio millón de individuos.
● Sólo el 0.83% manifestó haber consumido alguna droga en el mes previo a la entrevista, lo que equivale a casi 400 000
personas.
● Se observa marcadas diferencias por género: mientras un 11.09% de los hombres consumió alguna vez, sólo lo
hicieron el 0.87% de las mujeres, lo que significa que por cada mujer que usó drogas hay aproximadamente 13
hombres que lo hicieron.
● El 2.62% de los varones y el 0.18% de las mujeres consumieron drogas en los últimos 12 meses, lo que equivale a que
por cada mujer, lo hicieron 14 hombres.
● El 1.78% de los varones y el 0.12% de las mujeres usaron drogas en el último mes. Esto significa que por cada 15
hombres, una mujer usó drogas en ese periodo.
● Entre los menores de 18 años, poco más de 200 000 han probado alguna droga ilícita.
● El grupo de edad en el que se observa mayor consumo de drogas entre los varones es el de 18 a 34 años, que
representa aproximadamente 1 300 000 individuos.
● La mariguana es la principal droga consumida en todos los grupos de edad y en ambos sexos, con una prevalencia de
4.70 %, lo que representa más de dos millones de personas que dijeron haberla usado alguna vez.
● El uso de mariguana es tres veces mayor que el de cocaína, ya que ésta fue usada alguna vez por sólo 1.45% de la
población, es decir, casi 700 000 personas.
● La cocaína ocupa el segundo lugar de importancia en ambos sexos, excepto entre los individuos de 12 a 17 años que
consumieron esa droga en proporciones similares a los inhalables.
● Los alucinógenos y la heroína son las drogas con menores índices de haber sido usadas alguna vez ( 0.36% y 0.09%
respectivamente); los que las han probado tienden a ser varones y de mayor edad.
Consumo por tipo de droga alguna vez, último año y último mes
● El uso en el último año de cualquier droga sólo fue registrado en el 1.23% de la población estudiada, lo que representa
menos de la cuarta parte de los que consumieron alguna vez en la vida (el 5.27% de la población).
● Nuevamente la mariguana es la principal droga usada en los últimos doce meses y en los últimos treinta días, seguida
por la cocaína.
● Los inhalables ocupan el tercer lugar de preferencia, con proporciones de 0.15% que los consumieron el último año y
de 0.09% en los últimos treinta días.
● Las regiones Norte y Centro del país presentaron prevalencias similares de consumo de drogas alguna vez (6% y
5.97%, respectivamente) y superiores al promedio nacional (5.27%); en la región Sur, en cambio, se observa un uso de
drogas ilícitas menor (2.69%).
● El consumo en Tijuana, Guadalajara, ciudad de México y Ciudad Juárez supera considerablemente tanto al promedio
nacional como al de las regiones en que se encuentran localizadas. En cambio en Monterrey y Matamoros, fueron
observadas prevalencias menores de uso alguna vez.
● La ciudad de Tijuana presenta un nivel de consumo 2.8 veces mayor al promedio nacional y casi 2 y media veces
superior al de su región. Ciudad Juárez, también localizada en la región Norte, casi duplica al promedio nacional y
presenta un 50% más de consumo que el de esa región.
● También la ciudad de México y Guadalajara superan, pero en menor medida, al promedio de la región Centro, donde
se ubican, y al promedio nacional.
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● En todas las regiones el consumo de drogas es superior entre los hombres. En el ámbito nacional, la relación entre
ambos sexos para el consumo alguna vez es de 13 a 1, similar a la que se observa en la región Centro. En la región
Norte, en cambio, se advierte una proporción algo mayor de mujeres consumidoras ya que por cada mujer lo hacen 11
hombres, mientras que en la Sur, por cada mujer que usa drogas lo hacen más de 20 hombres.
● Las diferencias por sexo en las ciudades estudiadas también son importantes: en Tijuana, por ejemplo, el consumo
entre los hombres es sólo 6 veces mayor que entre las mujeres (27.91% de los hombres; 4.53% de las mujeres), lo que
nos indica que en esa ciudad hay más mujeres consumidoras que en los otros sitios. En Ciudad Juárez y Monterrey
también la razón de género es de 6 a 1, aunque con menores proporciones de consumo en ambos sexos. En
Guadalajara y en la ciudad de México, aproximadamente 10 hombres por cada mujer consumieron drogas alguna vez.
● El promedio nacional de consumo de mariguana es de 4.70% de la población: en la región Centro se presentó una
proporción algo mayor (5.40%) seguida de cerca por la región Norte (5.25%); la región Sur, en cambio, está por debajo
del promedio nacional (2.37%).
● En las ciudades estudiadas, el mayor índice de consumo de mariguana se encontró en Tijuana (13.42%), seguida por
Ciudad Juárez (8.42%), Guadalajara (6.74%) y ciudad de México (6.33%); las ciudades de Monterrey y Matamoros
tuvieron proporciones menores al promedio nacional del uso de esa droga alguna vez (3.97% y 3.36%).
● Una situación semejante fue observada con respecto a la cocaína, con prevalencias algo mayores al promedio
nacional en las regiones Norte y Centro (1.84% y 1.62%), nuevamente destacan Tijuana (4.62%) y Ciudad Juárez
(3.07%), seguidas por la ciudad de México (2.42%) y Guadalajara (2.10%).
● Con respecto a los inhalables, que constituyen la tercera droga en importancia a nivel nacional, es en la ciudad de
México donde se obtuvo la prevalencia más alta de uso alguna vez (1.60%), que duplica al promedio nacional y es
superior a la de la región Centro donde se ubica (1.14%). Le siguen en importancia Guadalajara (1.27%) y Tijuana
(1.07%). Cabe señalar que la información nacional y regional se encuentra registrada en el cuadro 6.
● En el caso de los alucinógenos, la región Centro presenta el mayor índice de uso alguna vez (0.58%), superior al
promedio nacional (0.36%). La ciudad de México es, dentro de las localidades estudiadas, la que alcanzó la proporción
más elevada de personas que usaron alguna vez estas drogas, (1.05%).
● La heroína es la sustancia que fue menos reportada en todas las regiones. La región Norte superó a las otras dos con
0.12% de individuos que la usaron alguna vez. De las ciudades analizadas, sólo se encontró personas que la habían
consumido alguna vez en Tijuana (0.65%) y Guadalajara (0.43%).
● El uso en los últimos doce meses de alguna droga ilegal en la región Norte (1.73%) fue algo superior al promedio
nacional (1.23%), mientras que la región Centro no presenta diferencias importantes (1.29%). Pero al analizar las
ciudades encuestadas, destaca nuevamente Tijuana (4.39%), que rebasa al promedio nacional en 3.6 veces y al
promedio de la región donde se localiza en casi 3 veces. Las demás ciudades estudiadas no tienen niveles tan
elevados de consumo en ese lapso.
● Con respecto al uso en el último mes o uso actual, se mantiene la misma relación descrita entre las regiones y el
promedio nacional, en la ciudad de Tijuana se registró el mayor consumo (3.85%), que superó en 4.6 veces a la media
nacional y casi triplicó al promedio de su región. Le siguen, pero con proporciones bastante inferiores, Ciudad Juárez
(1.20%), Guadalajara (1.10%) y Monterrey (1.09%).
● Tanto en el consumo del último año como en el del último mes, los usuarios son principalmente varones en todas las
regiones y ciudades. Cabe mencionar que la proporción mayor de hombres y de mujeres que usaron drogas en los
últimos doce meses y en los últimos treinta días en ambos sexos se encontró en la ciudad de Tijuana. En algunas
ciudades no se registró consumo entre mujeres ni durante el último año, ni en el último mes: Ciudad Juárez, Monterrey
y Matamoros.
● Del 5.27% que ha consumido drogas en el país, más de la mitad (62%), las uso de 1 a 5 veces en su vida, mientras
que el resto (38%) las consumió 6 o más veces.
● 27 de cada 100 consumidores de alguna droga lo han hecho más de 10 veces; 17% las usaron más de 50 veces, lo
que equivale a 402 510 personas que pueden considerarse usuarios fuertes.
● La mariguana es la droga que más personas han probado y que consumieron entre 1 y 5 veces (64.6%); le sigue en
importancia la cocaína (56%).
● Entre los que usaron más de 50 veces alguna droga, destacan los consumidores de inhalables (24.3%).
● Un 0.70% usó mariguana en el último mes, lo que equivale a más de 334 000 personas que la consumen actualmente.
Un 23% de éstas, que representa a 77 000 individuos, dijeron haberla usado en ese periodo durante 20 o más días.
● En el caso de los inhalables, un 0.09% (41 000 personas), dijo usarlos en el último mes; de éstas, el 20% o sea más de
8 100 individuos, señaló que los usó durante 20 o más días.
● Entre los que consumieron cocaína en el último mes (0.21%, que equivale a casi 100 000 personas), un 9% (9 000
individuos) dijo haberla usado en ese periodo 20 o más días.
● Cabe recordar que no fueron registrados casos de consumo en el último mes de alucinógenos ni de heroína.
Problemas emergentes
El consumo de nuevas sustancias como las metanfetaminas, nuevas presentaciones de drogas ya conocidas, como el crack,
o de drogas médicas que previamente no habían sido utilizadas con fines de intoxicación, como el Refractyl Ofteno y el
flunitrazepam (Rohypnol), se manifiesta como un problema aislado con poca representación en la población general.
El consumo de metanfetaminas es inferior al 0.01% de la población. Las personas que reportaron el uso de éstas fueron
principalmente varones que además habían consumido mariguana y cocaína.
Una proporción un poco mayor de la población (0.1%) reportó el uso de crack; de ésta el 50% tenía menos de 18 años,
mientras que en la población mayor de esta edad prevalecieron los varones (66% de los usuarios); entre los menores de edad
se observó igual proporción de hombres y mujeres.
El uso no médico con fines de intoxicación y por vía nasal del Refractyl Ofteno, se reportó en el 0.1% de la población. El
mayor índice se observó en el Distrito Federal, seguido por Chihuahua y Jalisco, con proporciones similares. El 80% de estos
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Finalmente, el uso de flunitrazepam fue reportado por 0.2% de la población, de ellos el 42% era menor de edad, con igual
índice de consumo en varones y mujeres, mientras que entre los adultos se presentó mayoritariamente entre los hombres.
Tendencias en el consumo de drogas: comparativo Encuestas Nacionales de Adicciones 1988 – 1993 - 1998
Al comparar los resultados de las tres Encuestas Nacionales de Adicciones, que abarcan un periodo de 10 años, se hacen
evidentes aumentos considerables en la prevalencia nacional y por regiones del consumo alguna vez de drogas ilícitas,
tendencia que se había ido perfilando desde la Encuesta Nacional de Adicciones de 1993.
● Las tendencias del consumo alguna vez por tipo de droga en las tres regiones del país hacen evidentes cambios en la
dinámica y magnitud del problema entre 1988 y 1998. El aumento en la mariguana se había comenzado a identificar en
1993 con respecto a 1988; y en 1998 esto se confirma en las tres regiones, con incrementos semejantes al del nivel
nacional.
● La proporción de los que usaron alguna vez inhalables, en cambio, había ido descendiendo ligeramente entre 1988 y
1993, tanto en el ámbito nacional como en las regiones Centro y Sur, se registró sólo un leve aumento en la zona Norte
del país. Para 1998, mientras en esta última se observa una disminución en el consumo de estas sustancias, en la
región Centro la proporción de usuarios aumentó considerablemente.
● Al comparar los resultados de las mediciones 1993 y 1998, las prevalencias por tipo de droga encontradas a nivel
nacional del uso alguna vez, último año y último mes, se observa que la cocaína es la droga que registra incrementos
más importantes, al casi triplicarse el consumo alguna vez y duplicarse el del último año; también, el uso de esta droga
en el último mes aumentó en 1998.
● El uso de mariguana también se elevó significativamente entre las dos últimas encuestas. Aumentó ligeramente la
proporción de los que usaron alguna vez inhalables, en cambio no fue reportado el uso de heroína en el último mes en
1993 ni en 1998.
● Las variaciones por sexo entre 1993 y 1998 indican que entre los hombres aumentó el consumo de manera marcada.
Mientras en 1993 aproximadamente 7 de cada cien varones habían consumido alguna droga ilícita, en 1998 esta
proporción creció hasta más de 11 de cada cien. Mientras en 1993 por cada mujer que usó drogas había 9 hombres,
en 1998 esta relación pasó a 13 hombres por 1 mujer.
Al analizar las tendencias por sexo, se observa que en el país la proporción de hombres que reportaron usar alguna de las
drogas alguna vez se elevó en un 50%; entre las mujeres el aumento fue de un 15%.
● Entre 1993 y 1998, se observan aumentos marcados del uso alguna vez de drogas en la ciudad de México, donde casi
se duplicó la proporción de los que dijeron consumir alguna vez las principales drogas. En Tijuana aumentó alrededor
del 45%, Ciudad Juárez y Monterrey mostraron también esa tendencia. Dado que en 1993 la ciudad de Guadalajara no
fue estudiada específicamente, no se cuenta con información para comparar con 1998.
● La prevalencia del uso de drogas en el último año en el ámbito nacional, pasó de 0.75% en 1993, a 1.23% en 1998,
representando un aumento de casi el 64%. Destaca Tijuana, donde en 1998 la proporción que usó drogas en los
últimos doce meses fue más del doble que en 1993.
● Con respecto a usuarios en el último mes, el promedio nacional de 1998 casi duplicó al de 1993, al pasar de 0.44% a
0.83%. En las ciudades estudiadas, el aumento mayor fue observado en Tijuana, cuyo consumo en 1998 fue 5 veces
mayor al registrado en 1993.
● Es importante identificar a través del tiempo qué grupos de la población están en mayor riesgo de consumo de drogas,
no sólo en cuanto al género sino también de acuerdo con su edad. El incremento de consumo en los varones se
presenta de manera más significativa entre los de 35 - 65 años de edad (87%), seguidos de los de 18 - 34 años,
quienes tuvieron casi un 50% de aumento entre 1993 y 1998.
● Mientras en 1993 había en el país 23 hombres por cada mujer que usaron alguna droga ilegal en los 30 días previos a
la encuesta, en 1998 esta relación fue de 15 a 1. Entre los hombres, el consumo en el último mes se incrementó en un
90% entre 1993 y 1998; las mujeres, aunque su consumo siempre es mucho menor que el de los hombres, en 1998 se
triplicó la proporción de usuarias, especialmente entre las de 12 y 17 años de edad, que representan al grupo
mayoritario de consumidoras en el último mes. Este grupo de edad del sexo femenino no había registrado casos de
uso en el último mes en el estudio de 1993. Entre las ciudades analizadas, en 1998 sólo en Tijuana y en la ciudad de
México se encontró reportes de ese consumo entre las menores de edad.
Los resultados de la ENA 1998 y su comparación con las encuestas realizadas en 1988 y 1993, presentados en los cuadros
11 y 12, nos indican que se registró un aumento, especialmente en los últimos cinco años, tanto del consumo experimental, o
de alguna vez en la vida, como del último año y del uso actual o del último mes. La mariguana sigue siendo la principal droga
consumida. Las sustancias que le siguen en importancia presentan proporciones mucho menores. Tal es el caso de los
inhalables, que ocupaban el segundo lugar en 1988 y en los siguientes estudios fueron desplazados por la cocaína, cuyo
aumento es notable. Estos tres tipos de sustancias son los más consumidos.
Cabe mencionar que hay una gran diferencia entre la cantidad de individuos que han probado drogas y los que continúan
haciéndolo. También se observa que se ha incrementado más el uso entre los varones que entre las mujeres. En ciertas
regiones y en algunas ciudades analizadas específicamente se observa aumentos notables, como la ciudad de México,
Ciudad Juárez y Tijuana.
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4. SISTEMAS DE INFORMACIÓN
En la información que recopila el SISVEA para este indicador, destaca la de los Centros de
Integración Juvenil (CIJ), que incluye a los 37 ubicados en las ciudades SISVEA. Además, se
cuenta con registros de otros centros de tratamiento en esas ciudades, como grupos de ayuda
mutua, considerados organismos no gubernamentales (ONG) pues, a diferencia de CIJ, no reciben
soporte económico del gobierno.
Entre 1994 y 1997, la demanda de atención en el total de estos centros aumentó en un 80%; sin
embargo, al considerar exclusivamente a los CIJ y ONG de las ciudades SISVEA ubicadas en la
frontera norte de nuestro país, el incremento en ese periodo alcanza el 150%, lo que hace evidente
que en esa zona existe una importante problemática de abuso en el consumo de drogas.
En todos los centros de tratamiento incluidos en el SISVEA se observa que en la población atendida
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predomina el sexo masculino (89%). Con respecto a la edad, hay algunas diferencias entre los que
llegan por primera vez: mientras en CIJ, el rango de edad que concentra a la mayoría de los casos
es de 15 a 24 años, en las ONG también llegan en proporciones importantes personas de más de
35 años.
El porcentaje más alto de los casos atendidos es de poliusuarios de drogas, es decir, personas que
han usado diversas sustancias en su historia de consumo, a veces simultáneamente. La droga que
más consumen cuando llegan a tratamiento no es, necesariamente, con la que se iniciaron.
A través de la reconstrucción de la historia natural del consumo de drogas en los pacientes que
demandan tratamiento, ha sido posible conocer la proporción de monousuarios y poliusuarios. Este
proceso se inicia identificando la primera droga de preferencia, así como las que posteriormente van
combinando con la de inicio, para conocer los patrones de consumo. Los resultados de este
indicador han mostrado que existen patrones constantes por tipo de sustancia, encontrándose que,
de todos los pacientes en tratamiento, aproximadamente el 70% usa más de una sustancia al
mismo tiempo, mientras que sólo el 30% permanece como monousuarios, fluctuando estos
porcentajes de acuerdo al tipo de droga con que inician. Entre los poliusuarios, un 40% reportó el
uso de hasta cinco sustancias simultáneamente.
La mariguana, seguida de los inhalables, son las principales drogas de inicio entre los usuarios de
servicios en CIJ; a partir de 1992 se observa que la cocaína comienza a adquirir una importancia
creciente, mientras los inhalables presentan una franca tendencia opuesta, que también se inicia en
ese año. A partir de 1996, la mariguana, como droga de inicio, registra una disminución.
Cabe mencionar que entre los casos de CIJ, un 42% comenzó a usar drogas a una edad que
fluctuaba entre los 10 y 14 años, mientras que el 46% lo hizo en el rango de 15 a 19 años. Esto
significa que, prácticamente, 9 de cada 10 pacientes iniciaron el consumo entre los 10 y 19 años de
edad.
En la información registrada por CIJ se puede ver que, entre 1991 y 1997, han habido variaciones
en cuanto a la droga de inicio y la droga actual, lo que demuestra la dinámica del consumo, con
sustancias que van reduciendo su importancia ante la emergencia de otras que aparecen en el
mercado o bien que comienzan a ser preferidas por los usuarios. Se considera droga actual a la que
fue consumida en los últimos treinta días previos a la solicitud de tratamiento.
En relación con el lapso que media entre el inicio del uso de drogas y la búsqueda de atención
terapéutica, 27% de los casos acudió a tratamiento cuando llevaban hasta un año de consumir,
31% entre dos y cinco años y 42% tenían más de 5 años de usar drogas.
Con respecto a las tendencias de la droga actual, en CIJ se puede observar que, en el periodo 1991-
Evolución de la cocaína
La cocaína se presenta cada vez más como droga de inicio entre los pacientes de CIJ. En 1991,
sólo el 0.9% la habían reportado, mientras que en 1997 la cifra aumentó a 8.8%, es decir casi 10
veces en seis años. La demanda de tratamiento por esta sustancia también aumentó notablemente,
pasando de 7.8% de los pacientes en 1991 a 30.9% en 1997. En los CIJ de cuatro de los estados
de la frontera norte, así como en Sinaloa, occidente y centro del país es especialmente alta la
solicitud de atención por el consumo de esta droga.
Otro dato importante es la distribución del consumo, a través del tiempo, por regiones del país. Esto
es de especial interés en lo que se refiere a las sustancias reportadas, de manera creciente, como
droga actual. En el caso de la cocaína, se menciona en 1997 como la principal droga actual por un
21.8% de todos los pacientes de los CIJ. Al analizar sus tendencias en las distintas zonas
geográficas, se observan variaciones de importancia. Así, destaca la región Centro del país por el
incremento entre 1991 y 1997, seguida por la región Norte, que muestra una tendencia a disminuir
y, por último, la región Sur, en la que el consumo de cocaína como droga actual es muy bajo.
Respecto a la historia natural del consumo de cocaína, de los casos que inician el consumo con
esta droga, 59.1% se mantiene como monousuario; el resto ha incorporado el uso de otras
sustancias, principalmente la mariguana, seguida del alcohol y los inhalables.
Tendencias de la heroína
mariguana era la principal droga de inicio, seguida en menor proporción por los inhalables. Sin
embargo, a partir de 1995, estos últimos comienzan a mostrar una franca tendencia a disminuir.
Desde 1994, la población que asiste a estos centros en busca de atención, refiere cada vez más
que la heroína fue su droga de inicio, situación que llega a poner a esta droga en primer lugar en
1997.
Esta tendencia también se refleja en el reporte de la droga actual: mientras en 1994 la cocaína, la
mariguana y los inhalables eran las más mencionadas, la heroína va incrementando su importancia
con el transcurso de los años hasta ocupar el primer lugar como droga de uso actual en 1997. En
cambio, los inhalables y la cocaína tienden a ser menos reportados en estos centros de atención.
En las ciudades SISVEA de la frontera norte del país hay evidencias de un aumento considerable
en el consumo de heroína; esto se confirma a través de la información proporcionada al Sistema por
los ONG, que refieren que esta droga es la que ocupa, en 1997, el primer lugar tanto como droga
de inicio cuanto como droga actual. Se registra un aumento acelerado entre 1994 y 1997, al pasar,
como droga de inicio, de 3.6% a 46.5%, y como droga actual de 4.6% a 39.5% de los casos.
Al analizar la historia natural del consumo de heroína, se puede observar que de más de mil
sujetos, atendidos de 1994 a 1997, que usaron esa sustancia como droga de inicio, más de la mitad
(64%) no reporta el consumo de otras. Los demás incorporan a su patrón de consumo, como
segunda elección, la cocaína en más de la mitad de los casos, seguida de la mariguana, alcohol y
cristal. Casi la mitad de los que consumieron una segunda droga, eligen una tercera, entre las que
destaca la mariguana, en casi una cuarta parte de estos poliusuarios, seguida por la cocaína en una
proporción de más del 20%, los tranquilizantes y el alcohol.
En otros países, el uso de drogas como la heroína por vía inyectable es una fuente importante de
transmisión del virus VIH/SIDA. En México esta situación es aún poco frecuente, pues de todos los
casos notificados entre 1983 y 1998, sólo el 0.66% fue usuario de drogas inyectadas, mientras un
0.63% correspondían a casos que además tenían prácticas homosexuales. La mayoría de los casos
son varones (92%) entre 25 y 34 años, y los estados en los que se presentan principalmente son
Baja California, Jalisco, Estado de México y el Distrito Federal.
El cristal es una metanfetamina, poderoso estimulante del sistema nervioso central, que se clasifica
como droga de diseño ya que no tiene uso terapéutico y se elabora en laboratorios clandestinos. En
el SISVEA, se registra un 5% de los casos de nuevo ingreso de CIJ que reportaron haber usado
alguna vez esta droga. Los primeros casos en centros de tratamiento aparecen a partir de 1994,
especialmente en la región noroccidental del país, sin embargo, en 1997 su uso se extendió a otras
ciudades del centro y el sur.
En el periodo de 1994 a 1997, se han registrado en las ciudades SISVEA los casos que han sido
atendidos en servicios de urgencias, con lo que se ha establecido el perfil de esa población que
llega bajo los efectos de alguna droga y/o que consume de manera habitual. Con excepción del
alcohol, que es la principal sustancia encontrada, entre los que llegaron bajo la influencia de alguna
droga y sufrieron lesiones externas, en un 50% se trataba del consumo de inhalables y en un 33%
del de cocaína.
Es importante señalar que la mayoría de los que dijeron usar mariguana acudieron a estos servicios
por lesiones causadas en atropellamientos o heridas por arma blanca.
Los Consejos Tutelares de Menores son instituciones que atienden los casos de menores de 18
años que han cometido algún ilícito, que generalmente provienen de grupos de la población en
condiciones de marginación, por lo cual son más vulnerables al consumo de drogas. En las
ciudades SISVEA, los niños y jóvenes captados por estas agencias se caracterizaron por ser
mayoritariamente varones (92%) y el 74% tiene entre 15 y 17 años. Por lo que se refiere a su
escolaridad, una tercera parte cuenta con un grado máximo de estudios de primaria, mientras una
cuarta parte con secundaria incompleta. Un tercio de estos jóvenes desarrollan actividades
laborales de subempleo.
Los delitos en la vía pública son la principal causa de detención de los menores. Mientras en 1994
un 30% reportó uso habitual de drogas, en 1997 esta proporción alcanzó el 60%; de éste, la tercera
parte está integrada por poliusuarios de drogas. Cerca de un 20% de los delitos fueron perpetrados
cuando estaban bajo los efectos de alguna sustancia.
Entre las principales drogas consumidas por estos jóvenes, en el periodo de 1994 a 1997, destaca
la mariguana con un uso diario, el 65% reportó el inicio del consumo entre los 10 y 14 años de
edad. Los inhalables se mantienen en segundo lugar de preferencia, el 50% refirió un consumo
diario, habiendo comenzado también en el mismo rango de edad. En esta población el consumo de
cocaína se ha elevado: mientras en 1994 sólo el 0.1% mencionó su uso, en 1997 lo hizo el 10.2%.
La frecuencia de utilización de esta sustancia es de una a tres veces al mes y la edad de inicio es
igual a la de las drogas mencionadas.
Los Servicios Médicos Forenses (SEMEFO), instituciones que realizan necropsias en casos de
muertes ocurridas por causas externas para determinar la posible asociación con diversos ilícitos,
establecen la presencia de sustancias psicoactivas en las víctimas; en algunas de las ciudades
SISVEA se cuenta con estos servicios.
Durante 1997, los SEMEFO reportaron 5 667 muertes; en un 26.4% de estos casos se encontró
algún tipo de droga incluyendo el alcohol, que es la principal sustancia detectada. La mayoría tenía
entre 20 y 30 años de edad. En los casos donde se encontró presencia de mariguana, la causa
principal del deceso fue herida por arma de fuego y, por lo que se refiere al lugar del evento, el
porcentaje más alto fue la vía pública.
Este sistema, que se desarrolla bajo la responsabilidad del Instituto Mexicano de Psiquiatría (IMP)
de la SSA, en el periodo de 1987 a 1997 ha obtenido información de un total de 9 228 usuarios de
drogas captados por instituciones de salud y procuración de justicia del área metropolitana de la
ciudad de México, con lo que se ha integrado un banco de datos que permite conocer las
sustancias consumidas por grupos de alto riesgo. Se presentan a continuación los datos más
relevantes, que incluyen resultados preliminares del primer semestre de 1998.
El 90% de los casos registrados por las instituciones participantes en el SRID son hombres; 58%
tiene entre 15 y 24 años de edad y 34.5% son mayores. Un 62.7% pertenece al nivel
socioeconómico bajo y 36% al alto.
Al igual que en la población general y en la de escolares, durante este periodo las drogas de mayor
consumo fueron la mariguana y los inhalables, con promedios del 70% y 54% de casos que
reportaron su uso, mismos que no han sufrido cambios significativos.
El consumo de mariguana tiene un perfil similar al de los inhalables, alto pero estable, con
tendencias semejantes en el reporte de uso alguna vez, último año y último mes.
Si se excluye el alcohol y el tabaco, la cocaína ocupa el tercer lugar con un promedio de 21% de
casos que reportaron su uso en los 10 años del Sistema. El consumo de esta droga se ha
incrementado diez veces en relación con su registro inicial (3.9% en 1987 a 39.8% en 1997). A
pesar de que, como se mencionó, para 1998 se incluye sólo información correspondiente al primer
semestre, se puede observar un incremento notable de la cocaína para ese año.
A través de los años se han detectado nuevos tipos de sustancias, como el flunitrazepam
(Rohypnol), fármaco utilizado ampliamente en medicina como anestésico y para el tratamiento de la
ansiedad. Su empleo con otros fines se incrementó significativamente a partir de los años 90.
Destaca también la aparición, en 1993, del uso del Refractil Ofteno como sustancia de abuso, con
un índice de reporte del 18% de los usuarios registrados en 1997; en 1992 aparece el crack, forma
de cocaína reportada con mayor frecuencia por los menores de edad y en 1994 se detectó por
primera vez el consumo de éxtasis, un tipo de metanfetamina.
Las diversas crisis económicas por las que ha venido atravesando México desde hace décadas y
las agudas desigualdades sociales que persisten en el país, han provocado un aumento en el
número de niños y adolescentes que deben contribuir al ingreso familiar o que deben sostenerse
solos, trabajando en las calles. Esta situación, agravada por el todavía elevado crecimiento de la
población de menores recursos y por la emigración del medio rural al urbano, se ha convertido en
una preocupación creciente para las autoridades, para los profesionales de las ciencias sociales y
de la salud, así como para diversos sectores de la sociedad.
La población de menores trabajadores ha sido abordada por diversos estudios desde la década de
1970. Los trabajos elaborados en las en los últimos veinte años coinciden en señalar el elevado
riesgo del uso de drogas entre los menores trabajadores que se asocia con una exposición a
factores que aumentan su vulnerabilidad tanto durante su infancia temprana como en su deambular
por las calles. Las estimaciones de prevalencias de uso de sustancias adictivas en diversos trabajos
varían entre 8.5% y 27%; son los inhalables las drogas de preferencia, con índices de consumo de
mariguana 2 y 3 veces inferiores.
● Los índices de consumo de drogas son más bajos entre los menores que trabajan en
condiciones de mayor protección.
● El consumo de drogas es mayor entre los que trabajan y viven en las calles que entre los que
sólo están allí para obtener recursos económicos pero viven con su familia.
● La extensión y la forma de uso de drogas están asociadas con factores ambientales como la
presencia de policía en el área y la disponibilidad de sustancias.
● La mayor parte de los menores que viven en las calles y en zonas de alta actividad nocturna,
consume drogas.
● Aumenta el número de mujeres que viven en las calles, que usan inhalables y que tienen
hijos en estas circunstancias de alto riesgo.
El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) y el Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF) realizaron en 1998 un Estudio de niñas, niños y adolescentes
trabajadores en 100 ciudades del país que llevaran a cabo alguna actividad económica en la calle o
en espacios públicos. Se consideraron calles, parques, basureros, grandes centrales de abasto,
mercados, unidades de transporte y, en general, todos aquellos espacios públicos donde el trabajo
de los menores es visible. Por iniciativa del Programa de Naciones Unidas para la Fiscalización
Internacional de Drogas (PNUFID) y con el apoyo técnico del IMP, se incluyó una sección sobre
abuso de sustancias adictivas.
Aspectos metodológicos
Este estudio incluyó tanto a niños, niñas y adolescentes que salen a las calles a trabajar pero que
tienen un hogar donde vivir, como a aquéllos que viven en las calles y que duermen en terrenos
baldíos, terminales de autobuses, coladeras, mercados o sitios ocultos en zonas de atracción
turística o comercial. Quedaron fuera de este estudio aquellos menores que trabajaban en el ámbito
privado, en las áreas rurales y los menores infractores que están institucionalizados.
El trabajo se realizó en dos etapas: i) un conteo por observación de la población, así como la
corroboración vía acercamiento y pregunta directa de ciertas características generales, y ii) una
encuesta a una muestra de menores seleccionada a partir de la información del conteo. De los 41
876 menores seleccionados para entrevista, fueron completados 41 226 cuestionarios; los datos
fueron ponderados de acuerdo con la distribución de los menores en el conteo, por sexo y edad.
Resultados
Un 72% de los menores trabajadores son hombres y 28% mujeres; 26% tienen entre 6 y 11 años y
la edad promedio es de 13 años. Un 65% de estos menores están matriculados en la escuela, pero
46% presenta algún grado de déficit educativo, es decir, que hay una diferencia de 2 o más años
entre el nivel escolar ideal al que deberían asistir de acuerdo a su edad y en el que se encuentran.
Dos de cada cien niños trabajadores viven en la calle y esto fue 7.6 veces más frecuente entre los
varones que entre las mujeres. El 95% reportó vivir en una casa y el 90% dijo vivir con familiares
como padre o madre o ambos. Un 4.3% manifestó vivir solo, con hermanos, amigos o en pareja.
Un 7.5% de los varones y 2% de las niñas han probado drogas, excluyendo el tabaco y el alcohol.
Las drogas más frecuentemente consumidas son los inhalables y la mariguana, y en menor
proporción la cocaína y las pastillas psicotrópicas.
Uno de los factores más importantes de protección para el uso de drogas en esta población es que
el menor viva con su familia; los que están en esta situación trabajan en sitios donde la droga es
menos disponible y tienden a rechazar más su uso. Así, mientras un 4.5% de los que viven con su
familia afirmaron haber usado drogas, entre los que ya no viven con ella las ha usado un 28%.
De igual manera, sólo 4% de los menores que cursan el grado escolar que corresponde a su edad
han probado drogas, proporción que aumenta en más de dos veces cuando existe déficit educativo.
De acuerdo al tipo de actividad laboral que desarrollan los niños aumenta el riesgo de estar en
contacto con las drogas y de consumirlas. Destaca como actividad de alto riesgo la prostitución y
mendicidad, seguida por otras tareas que realizan los menores, pero es evidente que en todos los
trabajos en mayor o menor medida hay una considerable oferta o disponibilidad de drogas.
La proporción de niños que consumen drogas va en aumento con la edad: entre los de 6 a 9 años
de edad sólo 2% las ha probado, entre los de 14 y 15 años de edad un 7%, y cuando tienen 16 y 17
años, la proporción llega al 15%. Los inhalables son las drogas que se consumen preferentemente
antes de los 15 años; los mayores de esa edad siguen usándolos pero prefieren la mariguana, y en
tercer lugar la cocaína que comienza a consumirse a partir de los 13 años.
El nivel de uso de drogas varía de acuerdo con el tipo de actividad que desarrollan los menores: así,
entre los que se dedican a la mendicidad o a la prostitución el consumo de drogas es más elevado
que entre los que trabajan de empacadores cerillos en los comercios. En el primer caso, dentro del
grupo de edad de 6 a 11 años, un 6% dijo usar drogas llegando al 41% entre los de 12 a 17 años.
En cambio, en el segundo caso, estos grupos de edad presentaron proporciones de consumo de
0.8% y 1.9%, respectivamente.
También el tipo de personas con las que convive el menor está estrechamente relacionado con el
grado de exposición a las drogas y con la probabilidad de usarlas. Los menores que viven en
familias donde existe una figura paterna, tienen menos probabilidad de trabajar en lugares en donde
se ofrecen drogas (el 25% reportó esto) o que, de hecho, les hayan ofrecido (17% estuvo en esa
situación), que aquéllos que viven con hermanos, pareja o amigos (49% dijo que donde trabaja hay
disponibilidad de drogas y a un 45% le han ofrecido directamente).
Usuarios de cocaína
El segundo grupo, en cambio, está más motivado por los efectos de la droga y son individuos que
tienden a usarla con mayor frecuencia y en todo tipo de escenarios; consideran que la droga no
deteriora su imagen como la de aquellas personas que consumen inhalables o abusan del alcohol.
Este grupo también se distingue porque, en mayor proporción, proviene de niveles socioeconómicos
de menores recursos por lo que venden drogas como medio para obtenerla para su uso personal,
estando así más expuestos a la violencia y a la detección policial.
Este estudio obtuvo también información de profesionales y de otras personas que si bien no
usaban drogas, estaban en contacto con consumidores; tanto los que las usan como los que no,
consideran que el problema se incrementará debido a la mayor disponibilidad de cocaína como de
otros derivados más baratos.
Las primeras de estas fueron promovidas en esta década, y se trata de eventos masivos que
pueden reunir a varios cientos de jóvenes, cuyas edades fluctúan entre los 16 y los 22 años. Una
parte central del rave es la música con ritmos muy característicos aparentemente dirigidos a lograr
un estado alterado de conciencia. Los estudios efectuados con jóvenes que asisten a estos eventos
han señalado que no todos los asistentes utilizan drogas, algunos son atraídos por la música y la
compañía de sus amigos.
abuso de alcohol y drogas entre los trabajadores y sus familias, México participó a través de la SSA
y dos de sus dependencias, el IMP y CONADIC. El alcohol y el tabaco fueron las principales
sustancias consumidas por los trabajadores encuestados y, en cuanto a las drogas ilegales, la
mariguana fue usada alguna vez por un 9.9%, mientras sólo el 1.2% reportó haber consumido
cocaína e inhalables.
En otro trabajo sobre la población de trabajadores del IMSS, a través de encuestas de autorreporte
entre 43 000 trabajadores de todas las categorías, en los diferentes turnos de atención y abarcando
a las 37 delegaciones del Instituto, se encontró que 15.62% había consumido alguna vez drogas,
excluyendo el alcohol y el tabaco; el 7.1% lo había hecho en el último año y el 1.84% en la última
semana previa a la aplicación de la encuesta.
Hasta hace poco se afirmaba que este problema se presentaba fundamentalmente en sociedades
muy desarrolladas y con alto ingreso per cápita, como los países occidentales y del hemisferio
norte. Los demás, eran considerados básicamente como productores y/o de tránsito de drogas
hacia los centros de consumo.
Sin embargo, esta caracterización no refleja la situación actual: países tradicionalmente productores
o de tránsito comienzan a registrar incrementos en su consumo interno y otros, que eran
consumidores, están produciendo drogas. Además de los diversos factores socioeconómicos y
políticos que contribuyen a esta situación, se debe mencionar que las estrategias de las
organizaciones del narcotráfico se han diversificando de tal modo que ha ido en aumento la
cantidad de drogas que se quedan y se promueve su consumo en el mercado interno de países que
anteriormente sólo eran productores o de tránsito.
Las drogas de origen vegetal, los productos del cannabis, como la mariguana y el hashish, son los
más difundidos en todas partes; menos prevalente, pero con efectos más serios en la salud, es el
abuso de la heroína y cocaína. El incremento más rápido a nivel mundial en años recientes es el de
las drogas sintéticas, como las anfetaminas.
La comparación entre el consumo de distintas sociedades es una tarea difícil, ya que muchos
países no cuentan con estimaciones cuantitativas del consumo ni desarrollan estudios sistemáticos
en sus poblaciones, sea por razones económicas, culturales o políticas; algunos no lo consideran
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como una de sus prioridades. Otra limitación se encuentra en que, entre los países que realizan
estudios, son pocos los trabajos científicamente válidos y que utilizan indicadores comparables
internacionalmente.
Al igual que en México, la mariguana es una de las sustancias más consumida, aunque se observa
importantes diferencias. Con la información disponible, se puede clasificar a los países según su
prevalencia del uso de mariguana por la población general en alta (los que presentan un 20% o más
de consumidores en la población general); media (los que reportan de 10 a 19%) o baja (los que
tienen prevalencias menores al 10%).
Con ese criterio, dentro del consumo alto se ubicarían: Australia, Canadá, Dinamarca, Estados
Unidos y Gran Bretaña.
Dentro del grupo de países con consumo bajo se encuentran: Bélgica, Bolivia, Colombia, Costa
Rica, Finlandia, México, Panamá y Suecia.
La prevalencia del uso de cocaína es más baja, por lo que pueden usarse otros rangos para hacer
esta clasificación: alta (de 3% o más de consumidores en la población general); media (de 1 a 3% )
y baja (menor al 1%).
De este modo, países con alto consumo de cocaína serían: Australia, Canadá, España y Estados
Unidos; medio incluiría a Colombia, Chile, Dinamarca, Francia, Gran Bretaña, México, Panamá,
Perú y Suecia; y en el rango bajo se encontrarían Bélgica, Bolivia, Costa Rica y Finlandia.
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En las gráficas 3 y 4 se presenta información que algunos países han obtenido con los estudios del
consumo de drogas en la población estudiantil.
Con respecto a la población estudiantil, diversos países han elaborado estudios sobre la
prevalencia del consumo de drogas en ese grupo especialmente vulnerable a experimentar con
esas sustancias. Utilizando los mismos criterios que se usaron para la población general en el caso
de la mariguana, tenemos:
● En el consumo alto, se ubican los siguientes países: Canadá, Chile, Estados Unidos,
Holanda y Gran Bretaña.
● Dentro del rango de prevalencia de uso medio: Bélgica, Dinamarca, España y Francia.
En cuanto al uso alguna vez de cocaína, los países se agrupan de la siguiente manera, de acuerdo
a su nivel de consumo en la población estudiantil:
● Medio: Austria, Bélgica, Canadá, Gran Bretaña, España, Francia, Holanda y Portugal.
La situación del consumo de drogas en México en relación con la de otros países, revela que, tanto
en la población general como entre los estudiantes, el nivel de consumo de mariguana en nuestro
país es bajo cuando se le compara con otras sociedades. En cambio, en el caso de la cocaína,
México se sitúa en un nivel medio en lo que respecta a la población general y en alto cuando sólo
se analiza su consumo entre estudiantes.
Para comprender mejor el impacto del consumo de drogas en ambos países en términos de sus
respectivas poblaciones, se presenta la información correspondiente a la distribución del número de
habitantes por grupos de edad y sexo; esto permite traducir las cifras de prevalencias del consumo
de drogas al número de personas.
Estados Unidos presenta prevalencias de consumo más elevadas que México en todas las drogas y
todos los grupos de edad. En ambos países, la principal droga consumida alguna vez es la
mariguana y la mayor proporción de consumidores de cualquier droga, se encuentra en el grupo de
26 a 34 años.
En el grupo de 12 a 17 años, la mariguana es seguida por los inhalables en los dos países; en
México, en tercer lugar se encuentra la cocaína y en EEUU los alucinógenos.
237 por cada mil jóvenes en EEUU y 32 por cada mil en México han consumido drogas alguna vez.
● en la cocaína de 5 por 1
Por cada 6 estadounidenses de 18 a 25 años que han consumido alguna droga alguna vez, lo ha
hecho 1 mexicano
● en la mariguana, 7 por 1
● en la cocaína, 3 por 1
● en la heroína, 6 por 1
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En este grupo de edad, por cada 6 (5.6) estadounidenses que han consumido alguna droga ilegal
alguna vez, lo ha hecho 1 mexicano.
● en la mariguana, 7 por 1
● en la cocaína, 9 por 1
● en la heroína, 6 por 1
En ambos países el uso de drogas ilegales en el último año fue más elevado en el grupo de edad
de 18 a 25 años y menor en el de 26 a 34 años. Nuevamente la mariguana es la droga que ocupa el
primer lugar en el consumo.
Por cada 12 estadounidenses de 12 a 18 años que consumieron alguna droga en el último año, hay
1 mexicano que lo hizo
Por cada 8 estadounidenses de 18 a 25 años que consumieron alguna droga en el último año, hay 1
mexicano que lo ha hecho.
● en la mariguana, 11 por 1
● en la cocaína, 4 por 1
● en la heroína, 12 por 1
Por cada 9 estadounidenses de 26 a 34 años hay 1 mexicano que consumió alguna droga en los
últimos doce meses.
El consumo de drogas durante el último mes (o uso actual) permite estimar la proporción de
individuos que han usado drogas en los 30 días previos a la encuesta. Tanto en México como en
EEUU, la proporción de personas de la población general que usaron drogas en ese periodo se
reduce, pero persistiendo importantes diferencias entre los dos países. El consumo se presenta
principalmente en el grupo de los de 18 a 25 años de edad. Más de 9 millones de estadounidenses
entre los 12 y 34 años de edad han usado drogas en el último mes en comparación con 436 mil
mexicanos.
En este grupo de edad, por cada 11 jóvenes estadounidenses que usaron alguna droga en el último
mes, lo hizo 1 mexicano.
Por cada 8 estadounidenses de 18 a 25 años que usaron alguna droga en los últimos 30 días, hay 1
mexicano que lo ha hecho.
Por cada 6 estadounidenses de 26 a 34 años que consumieron alguna droga en el último mes, lo
hizo 1 mexicano.
Al comparar el consumo de drogas en el último mes o uso actual según grupos de edad y sexo, en
ambos países se observa que entre los hombres hay más consumidores que entre las mujeres. Sin
embargo, en EEUU las diferencias por sexo son menores que en México.
● Entre las mujeres, tanto en México como en EEUU, la mayor proporción de usuarias en el
último mes se encuentra entre los 12 a 17 años.
● Por cada varón de 12 a 17 años que consumió drogas en el último mes en México, hay 8 en
EEUU; entre los 18 a 25 años, por cada mexicano hay 7 estadounidenses y entre los de 26 a
● Entre las mujeres las diferencias entre ambos países son más marcadas: entre las de 12 a
17 años, por cada mexicana hay 34 en EEUU; en el grupo de 18 a 25 años, hay 53 mujeres
estadounidenses por cada mexicana que consumió en el último mes, y 65 estadounidenses
por 1 mujer en México. entre las de 26 a 34 años de edad.
Cuando se comparan a los hombres y mujeres de México y EEUU según su consumo en el último
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● Entre los varones más jóvenes de los dos países hay diferencias muy marcadas con
respecto al uso actual de mariguana, (casi 10 veces mayor en EEUU), pero en los grupos de
mayor edad estos es menos acentuado. En el consumo de cocaína, en cambio, las
diferencias no son tan marcadas, excepto para el grupo de más edad (cinco varones
estadounidenses por cada mexicano en el grupo de 26 a 34 años usó cocaína en los 30 días
previos a la encuesta).
● Entre las mujeres de los dos países las diferencias son mayores, especialmente para la
mariguana y en los grupos más jóvenes; en la cocaína, también se observan las diferencias
más elevadas entre las de 12 a 17 años (por cada mexicana de ese rupo, consumen 27.5
estadounidenses). No se reportó uso de cocaína en el último mes, entre las mexicanas de 18
a 25 años de edad.
El análisis comparativo México-EEUU, indica que los índices de consumo en este país son más
elevados que en el nuestro, afectando, por lo tanto a muchos más habitantes. En México, hay más
diferencias en el consumo por género, mientras que en EEUU las mujeres usan drogas en
proporciones mayores, no tan alejadas de la prevalencia entre los hombres. Se observa, sin
embargo, que para ciertas sustancias y en grupos de edad específicos, la razón de consumidores
no es tan dispar entre ambos países, como el caso del uso actual de cocaína entre los individuos de
18 a 25 años.
Con la información acumulada se identifican los principales retos, lo que permite orientar y priorizar
las acciones en la toma de decisiones.
Desafío Identificado
● El tabaquismo y el abuso del alcohol son conductas muy difundidas entre niños y jóvenes
que además consumen drogas.
● La mayoría de los que consumen drogas ilegales son hombres jóvenes, pero entre las
mujeres se está presentando de manera creciente esta conducta en algunas poblaciones.
● La edad de inicio en el consumo cada vez es más temprana, alrededor de los 10 años de
edad.
● De acuerdo con el grupo de población, la cocaína o los inhalables ocupan el segundo lugar,
aunque estos últimos con una tendencia a disminuir.
● Entre los más jóvenes el consumo de inhalables es más prevalente que entre los mayores de
18 años.
● Se utilizan sustancias de uso médico pero por sus efectos psicoactivos, como el Refractyl
Ofteno, el flunitrazepam (Rohypnol), así como tranquilizantes y sedantes.
● Surgen nuevas sustancias, drogas de diseño, sin utilidad terapéutica como las
metanfetaminas que son usadas por algunos jóvenes.
● Sin embargo, también en otros sitios ya comienzan a presentarse indicios preocupantes del
uso de drogas como cocaína y heroína, a través de indicadores de salud, como centros de
tratamiento o servicios de urgencias.
Ante los retos identificados, la respuesta del gobierno es a través del desarrollo de una política de
salud cuyas características y principios son:
● De amplio alcance: para llegar a toda la población y apoyar a los jóvenes, las familias, las
escuelas y las comunidades.
● Enfoque integral: considera todas las sustancias de abuso, sean lícitas o ilegales, en tanto
pueden causar daños a la salud.
● Participativa: tanto los grupos objeto de las acciones preventivas y curativas como otros
sectores públicos y sociales forman parte del diseño y aplicación de las respuestas.
● Específica: sensible a las diferencias culturales, de género y de las diversas etapas de vida.
Las acciones que se realizan, basadas en esta filosofía y principios del Sector Salud, se describen y
analizan en la sección II.
La demanda de sustancias adictivas ilícitas surge como problema mundial de salud pública a finales
de los años sesenta. En EEUU y otros países se observa un aumento acelerado del consumo de
drogas, asociado a la emergencia y difusión de diversos movimientos sociales y de contracultura.
Estas tendencias tuvieron impacto en México, donde se comenzó a observar un crecimiento en el
uso de sustancias en ciertos sectores, por lo que en ese periodo empiezan a generarse diversas
iniciativas para enfrentar este problema.
En 1969, había iniciado su trabajo Centros de Integración Juvenil (CIJ), por iniciativa de un grupo de
la comunidad preocupado por dar atención a los farmacodependientes que, al poco tiempo y hasta
la actualidad, recibe el apoyo del gobierno federal.
En la década de 1980 ya eran numerosos los grupos y organizaciones que estaban trabajando en
diversos aspectos de la reducción de la demanda de drogas, como la prevención y el tratamiento.
En 1986 se crea el Consejo Nacional contra las Adicciones (CONADIC), por decreto presidencial (D.
O.F. 8 de julio de 1986) presidido por la SSA y con la participación de instituciones y dependencias
del sector público así como de organizaciones privadas y sociales, cuyo quehacer se vincula con el
campo de las adicciones. El objetivo del CONADIC es establecer un marco normativo, así como
lograr la integración y congruencia de los esfuerzos de los distintos sectores.
A medida que aumentan los niveles del consumo de drogas y que las consecuencias sociales se
hacen más evidentes, se percibe la necesidad de atender estos problemas, por lo que se consolida
el papel de instituciones como los CIJ, grupos de ayuda mutua y clínicas privadas; surgen en el
interior de las instituciones de salud, educación y justicia programas específicos que impulsan
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Secretaría de Salud
El Programa de Reforma del Sector Salud 1995-2000, asigna una alta prioridad a la atención de las
adicciones, establece un modelo de salud que privilegia lo preventivo sobre lo curativo y define la
necesidad de un enfoque integral que considere la atención en diferentes vertientes y el arraigo de
sus acciones en los niveles estatal y municipal, para alcanzar un mayor impacto y hacer más
eficiente el uso de los recursos. La prevención del uso y abuso de sustancias adictivas, sean lícitas
o ilícitas, y el abatimiento de los problemas asociados se ubica como una de las prioridades dentro
de los programas de salud.
En 1998 se crea el Programa de Prevención y Control de Adicciones (PPCA) como uno de los
programas sustantivos de la SSA que se operan en las unidades de salud y en los diversos niveles
de atención de los Servicios Estatales. El CONADIC es responsable de la elaboración y
seguimiento del Programa que incluye, de manera integral, una serie de estrategias dirigidas a
contar con información que permita el diagnóstico de la situación, la coordinación de las acciones y
la evaluación de resultados, además de la actualización de los ordenamientos legales para
mantener un control más eficiente de la disponibilidad de sustancias adictivas, principalmente
aquéllas de curso legal y mejorar la calidad de los servicios que se ofrecen.
Esto constituye un paso decisivo que refleja el marco conceptual del gobierno mexicano, al ubicar a
este fenómeno como problema prioritario de la salud pública del país.
La preocupación del gobierno mexicano por la creciente demanda ilícita de drogas se ha reflejado
en una serie de medidas legales, de carácter federal que, además de corresponder al marco social
y jurídico de nuestro país, dan seguimiento a los convenios y tratados internacionales firmados por
México, como parte importante de la cooperación global que debe predominar frente a este
problema. Así, se han establecido ordenamientos, planes y programas de competencia federal que
deben ser cumplidos y operados a través de la coordinación y cooperación sectorial, intersectorial e
internacional.
Tratados internacionales
Como expresión del compromiso asumido por México para fortalecer la cooperación internacional
en materia de drogas, en las últimas décadas, nuestro país ha suscrito:
Si bien en todos estos acuerdos internacionales se menciona, con diversos grados de énfasis, la
importancia de la reducción de la demanda y las acciones que los países deben realizar dentro de
esta estrategia en materia de prevención del consumo, de educación y de tratamiento de los
adictos, se le ha adjudica un peso mucho mayor a las acciones de control de la oferta, es decir, las
tareas de lucha contra el narcotráfico y sus delitos conexos. Como resultado, estas importantes
tareas de represión para tratar de reducir la disponibilidad de drogas y de castigar a los
responsables de los ilícitos a nivel nacional y multinacional, son las que han consumido la mayor
parte de los recursos, materiales y humanos, y han sido el eje de la política internacional.
Ante los escasos éxitos que esta política ha mostrado, se ha señalado de manera creciente que la
demanda de drogas es la que, en gran medida, genera la oferta, lo que hace necesario enfrentar el
problema con un enfoque más equilibrado entre ambas estrategias, que son, indudablemente,
complementarias.
Como una iniciativa de México en diversos foros internacionales y que encontró eco en muchos
países, dentro del Programa de las Naciones Unidas para la Fiscalización Internacional de Drogas
(PNUFID) se elaboró una Declaración de Principios Rectores de la Reducción de la Demanda de
Drogas, que fue adoptada en junio de 1998 durante el Vigésimo Periodo Extraordinario de Sesiones
de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre Drogas, que también fue celebrado por
iniciativa de nuestro gobierno.
Actualmente México participa, a través del CONADIC, en la elaboración de un Plan de Acción sobre
la Reducción de la Demanda al interior del PNUFID.
● Ley General de Salud que contiene la mayoría de las disposiciones relacionadas con la
reducción de la demanda, a través del análisis de una clasificación general de los temas
objeto de regulación se advierte la integralidad del marco jurídico de México al respecto,
pues incluye:
En esta Ley se establece que el Consejo Nacional contra las Adicciones (CONADIC) es la unidad
federal responsable de elaborar y evaluar el los Programas Nacionales contra la
Farmacodependencia, contra el Alcoholismo y el Abuso de Bebidas Alcohólicas, y el Tabaquismo,
"a través de los cuales promueve, fomenta y apoya las acciones de los sectores público, social y
privado tendentes a la prevención y atención integral de las adicciones y problemas de salud
pública asociados". A partir de su creación, el CONADIC comienza a establecer acuerdos de
coordinación con las entidades federativas y se inicia el establecimiento de los Consejos Estatales y
Comités Municipales contra las Adicciones (CECA y COMCA).
Plan Nacional de Desarrollo (PND) 1995-2000, en el que el gobierno federal asume un doble
compromiso en materia de salud: mejorar la calidad de los servicios, mediante la reestructuración
de las instituciones y ampliar la cobertura de los mismos, fortaleciendo su coordinación e
impulsando un nuevo federalismo. En el PND, el gobierno mexicano considera a las adicciones
como uno de los nuevos problemas de salud originados por los cambios en los estilos de vida.
Programa Nacional para el Control de Drogas (PNCD) 1995-2000 que propone una estrategia
integral para enfrentar la problemática planteada por las adicciones y el narcotráfico, definiendo los
objetivos, estrategias y líneas de acción con las que participan diversas dependencias del sector
público en lo que se refiere al control de la oferta, encomendando expresamente la prevención y la
reducción de la demanda a la Secretaría de Salud (SSA) y a la Secretaría de Educación Pública
(SEP).
Programa de Reforma del Sector Salud 1995-2000, que transforma y moderniza el sistema actual y
lo hace más eficiente, con el fin de afrontar los retos epidemiológicos y demográficos del país
existentes y emergentes. En el cumplimiento de ese propósito, en 1997 la SSA pone en marcha una
profunda transformación estructural a través del proceso de descentralización de los servicios de
salud para la población abierta de los estados.
doce programas sustantivos del Sector Salud, al Programa de Prevención y Control de Adicciones
(PPCA), a cargo del CONADIC, que provee del marco conceptual, contenidos, instrumentos y
capacitación a los Servicios Estatales de Salud (SESA), quienes están a cargo de la operación de
las acciones del PPCA en todo el país.
Ámbito de acción
La prevención es la meta fundamental y más deseable para todas las enfermedades, pero en el
caso de las adicciones representa un reto complejo, por el número y variedad de sustancias, sus
efectos en los individuos y el contexto social y legal en que se encuentran.
Las adicciones son problemas de salud, y así son consideradas por organismos como la
Organización Mundial de la Salud (OMS), las instituciones académicas y las asociaciones de
profesionales de la salud de todo el mundo. Como tales, pueden y deben ser prevenidos,
desarrollando además todas las acciones que permitan disminuir los daños a la salud que puedan
ocasionar las sustancias adictivas.
● El tabaquismo.
sedantes.
● La inhalación con fines de intoxicación de ciertos productos de uso industrial, como tíneres,
pegamentos y otros disolventes.
● El uso y abuso de drogas ilegales, que incluye una variedad de sustancias con diversos
grados de peligrosidad, como la mariguana, la cocaína, los alucinógenos y la heroína.
La filosofía del Programa consiste en promover estilos de vida en los que se logre restringir o
eliminar el uso de estas sustancias, así como disminuir los efectos negativos que pueden
presentarse en el individuo y la sociedad, proporcionando a los que ya sufren la adicción la atención
terapéutica y los servicios más apropiados.
Aunque es irrefutable el papel y la responsabilidad del Sector Salud frente a este problema, es
indispensable la incorporación coordinada de otros sectores, cuyos esfuerzos son fundamentales
para hacer frente de manera exitosa a este reto. El marco que proporciona el PPCA constituye una
guía para normar las numerosas acciones que se deben desarrollar en los ámbitos familiar,
educativo, laboral, comunitario y de la comunicación, aumentando las posibilidades de contener
este problema y de mejorar la calidad de vida de la población.
Objetivos
Definición de estrategias
Investigación e Información
Dentro de esta estrategia, una línea de acción de la mayor importancia es la de difusión oportuna de
la información tanto entre la población general como entre los que toman decisiones, los
responsables de programas, los educadores y los comunicadores.
Prevención
Para lograr resultados favorables y modificar las tendencias observadas en los últimos años, la
prevención debe ser coherente en los distintos ámbitos, como el familiar y comunitario, el escolar y
laboral en un ejercicio dinámico y permanente de participación constante, coordinada y evaluada.
Aunque la meta de la prevención es desalentar el inicio en el uso de drogas, también incluye
acciones que se dirigen a detectar en forma temprana el uso, abuso y adicción, así como ciertas
intervenciones que pretenden disminuir los daños a la salud relacionados con el consumo.
y coordinación entre las actividades desarrolladas. De no cumplir con estos requisitos, se desorienta
a la población, además de duplicarse y desperdiciarse esfuerzos.
Esta estrategia incluye la sensibilización y comunicación educativa cuya meta es promover y facilitar
la toma de conciencia de la población en general y de grupos específicos sobre el problema de las
drogas, así como favorecer su participación en acciones de prevención. Los medios masivos –
televisión, radio y prensa– juegan un papel importante tanto en la transmisión y manejo de noticias
sobre el tema como en la difusión de mensajes a la opinión pública, influyendo en su percepción
sobre este fenómeno.
Tratamiento y rehabilitación
A través de esta estrategia se busca desarrollar acciones que permitan contar con los suficientes
recursos y modalidades terapéuticas que demuestren ser las más adecuadas para las necesidades
individuales y sociales de los que abusan de las drogas, siempre con respeto a los derechos y la
integridad humana.
Incluye una amplia gama de líneas de acción, como la detección y canalización temprana de los
casos de abuso en el consumo; la atención de los trastornos físicos y psicológicos asociados al uso
de sustancias; los diversos abordajes terapéuticos hacia el adicto y su familia, la desintoxicación y
manejo médico de los síndromes de supresión, así como las medidas de apoyo al proceso de
abandono de uso drogas, de prevención de recaídas y de inserción social para lograr un estilo de
vida positivo para el individuo en su entorno. Se pretende, asimismo, que la cobertura y
accesibilidad de los servicios sean las convenientes y que se cuente con mecanismos de referencia
y evaluación.
Normatividad
Capacitación
Las líneas de acción y actividades específicas derivadas de las estrategias del Programa de
Prevención y Control de Adicciones (PPCA) se llevan a cabo mediante una variedad de
mecanismos de coordinación y concertación en el ámbito nacional, estatal y local. El proceso de
descentralización de los servicios de salud representa un cambio importante en la distribución de
las responsabilidades con respecto a la operación y ejecución de los programas de salud. De este
modo, el CONADIC en el nivel central de la SSA, es normativo de la acción, al proporcionar las
herramientas conceptuales y técnicas y los mecanismos de supervisión que garanticen la adecuada
operación del PPCA por los Servicios Estatales de Salud (SESA).
Los SESA constituyen uno de los principales escenarios donde se llevan a la práctica las acciones
de los programas sustantivos del Sector, como en este caso el de Adicciones. Pero las acciones del
PPCA deben ser también llevadas a la práctica en otros ámbitos, como el escolar y comunitario, por
lo cual, tanto en la elaboración como en la operación del Programa, participan diversas instituciones
y organismos tanto públicos como privados y sociales.
(SRID), descritos en la Sección I de este texto, ha elaborado numerosos estudios que permiten,
desde hace varias décadas, conocer más profundamente las conductas adictivas, con trabajos
clínicos y biomédicos, psicosociales y epidemiológicos, difundiendo esta información en un
considerable número de publicaciones nacionales e internacionales de alto nivel científico.
Dentro de su producción, se cuenta hasta el momento con más de 200 capítulos en libros y 200
artículos publicados en prestigiosas revistas nacionales y extranjeras. El IMP ha contribuido,
además, a la formación profesional de numerosos investigadores, muchos de los cuales, por sus
aportaciones, se han hecho acreedores a pertenecer al Sistema Nacional de Investigadores y a
otras distinciones académicas.
A los trabajos desarrollados por estas instituciones, se suman los que realizan otros institutos y
centros de investigación en el país, para totalizar, entre 1996 y 1998, 144 investigaciones de tipo
epidemiológico, 58 relacionadas con temas de prevención, 47 sobre aspectos de tratamiento y 13
de diseño de programas. Para difundir la información en el ámbito académico se presentaron 142
ponencias y se realizaron 18 congresos, con una participación de más de 7 mil personas.
Desde hace algunos años se estableció el Fideicomiso para la Investigación sobre Inhalables (FISI),
integrado por representantes de la industria química, la petroquímica y el sector de fabricantes de
pinturas y tintas, además del CONADIC por parte de la SSA. El FISI surge por la grave problemática
que representa en México el uso indebido de sustancias inhalables y tiene como objetivo apoyar
investigaciones y programas para estudiar y controlar este fenómeno. Se han financiado más de 40
investigaciones sobre aspectos del mercado de disolventes, prácticas de reformulación, población
afectada como menores en la calle y medidas para reducir el consumo con fines de intoxicación.
Difusión de la información
México cuenta con diversas bibliotecas y centros de información y documentación que incluyen en
sus acervos numerosas tesis, publicaciones periódicas y libros sobre adicciones, que están
localizados en diversas instituciones de salud y educación. Entre los especializados en el tema,
destacan los Centros de Información y Documentación de Centros de Integración Juvenil (CIJ), del
IMP y el del CONADIC.
El IMP edita la revista científica Salud Mental, publicación periódica que incluye artículos originales
de investigación sobre el tema de adicciones. En cuanto a las publicaciones técnicas y de
divulgación, figuran el Órgano informativo de CIJ con datos acerca de sus servicios y actividades,
así como la revista Liber Addictus, editada por un grupo de profesionales, con temas de interés para
quienes trabajan en adicciones.
El CONADIC ha editado tres volúmenes del disco compacto Bibliografía sobre adicciones, cuya
primera versión fue producida en 1992, la segunda en 1995, y la más reciente en enero de 1999.
Este último volumen reúne dos tipos de materiales documentales: una base de datos que contiene
más de 16 000 referencias bibliográficas de literatura científica y otros documentos sobre el tema
que están disponibles en centros de documentación y bibliotecas mexicanas. Además, incluye un
acervo de más de 300 publicaciones a texto completo: encuestas sobre uso de drogas, programas y
publicaciones técnicas, científicas, de divulgación y capacitación generadas por diversas
instituciones mexicanas y algunas de América Latina.
Este disco compacto, desarrollado con el apoyo de la Universidad de Colima, el FISI y la OPS/OMS,
constituye un banco de información de gran utilidad para los que trabajan en este campo, y está
disponible en los centros de información en adicciones de diversas instituciones y en los SESA.
Boletín electrónico
Con el propósito de brindar información sobre los diversos recursos en materia de prevención,
tratamiento y capacitación en el país, se han establecido servicios de atención telefónica para la
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Secretaría de Salud
población general.
Desde hace dos décadas, CIJ cuenta con un servicio telefónico permanente para atender a
personas con problemas de abuso en consumo de drogas a las que canaliza hacia alguna de sus
unidades de atención. Este servicio recibe en promedio 4 mil llamadas al mes.
En 1997, el CONADIC estableció un servicio telefónico gratuito que proporciona información sobre
servicios preventivos, de tratamiento y de capacitación en materia de cualquier tipo de sustancia.
Con el apoyo de Fundación Azteca, este servicio se reestructura en 1999 para contar con 22 líneas
conectadas en red con un sistema computarizado y responder con mayor oportunidad y eficiencia
las solicitudes de la población de todo el país durante las 24 horas de todos los días del año. Al
constituirse como una Red de Redes nacional, este servicio ya está vinculado con más de 300
instituciones, entre las que destaca CIJ, Drogadictos Anónimos y otros centros privados, con lo que
se ha integrado una base de datos con información sobre más de 17 mil centros de atención a las
adicciones.
Actividades de prevención
Desarrollado en la SSA por el CONADIC, este modelo está fundamentado en una amplia revisión
de diferentes intervenciones preventivas y de sus resultados, y da soporte y coherencia a las
diversas acciones preventivas del PPCA. Más que basarse en los factores de riesgo sociales e
individuales para el consumo de drogas, se dirige a fortalecer los protectores y la resiliencia. Se
orienta a reforzar la responsabilidad individual y social acerca de la salud, promover estilos de vida
que permitan desarrollar el potencial de cada persona y propiciar condiciones que eleven la calidad
de vida de las familias y las comunidades. Ha sido implantado con distintos grupos de edad en
regiones del país, a través de formar multiplicadores y facilitadores de los SESA y de otros
organismos del Sector Salud y del Educativo.
Este modelo preventivo sirve de fundamento para el diseño de diversos programas e instrumentos
de trabajo, así como de marco para diferentes actividades como las que se describe a continuación:
Con base en el Modelo Construye tu vida sin adicciones, se desarrollaron manuales, videos y otros
instrumentos de apoyo para el trabajo cara a cara con diferentes grupos etáreos: preadolescentes y
adolescentes tempranos, jóvenes y adultos. Esta propuesta se encamina a facilitar el desarrollo de
capacidades protectoras individuales y de autocuidado que resultan en el mejoramiento de
diferentes áreas personales, del entorno familiar y comunitario, así como en el comportamiento de
consumo de todo tipo de productos, incluyendo las sustancias adictivas.
El programa de trabajo, que comprende un mínimo de 15 sesiones, parte del conocimiento del
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Secretaría de Salud
contexto y de la población participante y ha sido diseñado de manera que pueda adecuarse a las
necesidades específicas de cada grupo, en las diferentes localidades del país donde es aplicado.
Dicho trabajo también es promovido en los estados, mediante los vínculos que los Consejos
Estatales y Comités Municipales contra las Adicciones establecen con el Sector Educativo estatal y
local.
Presididos por el Secretario de Salud, se llevaron a cabo Diálogos con los Jóvenes por la
Prevención y Control de Adicciones en el D.F., y en Puebla, Pue., con la intervención de 900
adolescentes. Con el propósito de apoyar la conformación de una red de participación juvenil en
acciones preventivas, se elaboró el documento de apoyo técnico Estrategias de Intervención
Preventiva con Organizaciones Juveniles, el cual se remitió a las entidades federativas para que se
lleven a cabo acciones similares.
A través de estas acciones se han identificado grupos, algunos de zonas urbanas marginadas, que
tienen propuestas culturales, deportivas y laborales, a los que se les ha brindado apoyo. Estos
proyectos les permiten desarrollar alternativas de vida y alejarse del riesgo de las drogas.
Con el objetivo de promover un mayor compromiso entre quienes son o serán los responsables de
manejar la comunicación, el CONADIC organizó tres concursos nacionales sobre prevención de
adicciones entre 1996 y 1998. Participaron estudiantes de comunicación, diseño gráfico,
mercadotecnia y publicidad, a los que se proporcionó Reglas de Contenido con elementos y
conceptos que permitieron una reflexión acerca del uso de medios masivos en la tarea preventiva.
Se recibieron más de 250 propuestas de campañas y el 34% de los trabajos cumplió, con
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originalidad y espíritu creativo, con los requisitos planteados en cuanto a forma y contenido.
Materiales preventivos
Como una iniciativa de Fundación Azteca, esta campaña representa una estrategia novedosa de
alianzas positivas entre los sectores público y empresarial, con propósitos de beneficio social. La
SSA, a través del CONADIC, proporcionó apoyo técnico para la elaboración de mensajes
preventivos del consumo de drogas difundidos en televisión y radio, inserciones en prensa, hoja
electrónica, además de otras actividades de difusión que pretenden movilizar a la opinión pública y
sensibilizar a la población acerca de este problema.
Este sistema, de carácter trimestral, permite registrar el trabajo preventivo en el territorio nacional,
tanto de los SESA como de otras dependencias gubernamentales y no gubernamentales que
intervienen en el ámbito de las adicciones,. Se cuenta con reportes de las siguientes instituciones:
ISSSTE, IMSS, IMP, hospitales psiquiátricos Juan N. Navarro y Fray Bernardino Álvarez, CIJ,
UNAM, SC, Comisión Nacional del Deporte, Centro contra las Adicciones (CENCA), Drogadictos
Anónimos, Compañeros Uno, A.A., Centros Toxicológicos, así como de los CECA.
Entre las tareas más reportadas se encuentran: impartición de pláticas, conferencias y sesiones de
educación para la salud, producción y distribución de carteles, trípticos, folletos y volantes;
celebración de foros diversos, festivales juveniles y artísticos, torneos deportivos, jornadas
culturales, concursos de teatro, emisión de campañas de prensa, radio y televisión; además de
encuentros entre jóvenes, profesionales y especialistas en torno a contenidos de prevención.
Centros de Integración Juvenil (CIJ): organización de participación estatal mayoritaria, que tiene
treinta años de haberse creado y que cuenta con servicios de prevención y tratamiento de la
drogadicción en la casi todos los estados del país, con 19 unidades operativas en el Distrito Federal
y municipios conurbados del estado de México, además de 49 en el interior de la república, 13 de
los cuales están dedicadas exclusivamente a los servicios preventivos.
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Secretaría de Salud
El modelo de CIJ en materia de prevención está basado en la educación para la salud y se cumple
mediante acciones de información a la población en general y en las escuelas; de orientación
dirigida a niños, jóvenes y familias; y de capacitación, a grupos organizados que pueden desarrollar
a su vez acciones preventivas, como maestros y clubes de servicio, a la comunidad, a través de sus
líderes formales e informales: y, finalmente, al voluntariado y personal en servicio social, que se
incorporan al desarrollo e implantación de programas preventivos en instituciones.
CIJ difunde campañas de manera constante en todos los medios; recientemente, se elaboró la que
se denomina "Ábreles tu puerta", cuyo objetivo es fomentar la comunicación paterno-filial como un
modo de prevenir el consumo de drogas. Adicionalmente, y con el propósito de promover las
amistades sanas y el deporte, se transmite "El Mundial" y la llamada "Con las drogas pasa igual",
que hace énfasis en el peligro de iniciarse en el uso de estas sustancias. Con la organización de
diversos eventos, como foros y concursos en los que participa activamente la comunidad, CIJ
divulga sus programas preventivos.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de
los Trabajadores del Estado (ISSSTE), desde hace varios años han puesto en marcha programas
preventivos dirigidos a sus derechohabientes, y editan y distribuyen materiales y guías para los
responsables de servicios de salud sobre el tema de adicciones.
El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) ha operado desde hace varios
años importantes acciones preventivas, básicamente dirigidas al núcleo familiar y a la población
adolescente, a través del Instituto Nacional de Salud Mental, el Programa de Prevención de la
Farmacodependencia y el Programa para el Desarrollo Integral del Adolescente (DIA).
impresos y audiovisuales.
La Comisión Nacional del Deporte (CONADE) organismo de la SEP, lleva a cabo tareas
permanentes en todo el país, como conferencias y cursos entre personal médico y técnico
deportivo, a través de la Dirección de Medicina y Ciencias Aplicada al Deporte, y de sus centros
regionales en ese ramo. El uso de esteroides y de distintos estimulantes ha sido tema recurrente en
su labor.
Causa Joven, dependencia de la SEP, desarrolla desde hace diez años el Programa Nacional
Juvenil para la Prevención de las Adicciones (PREVEA), que opera con regularidad en 20 de las 32
entidades federativas. En fecha reciente Causa Joven se transformó en el Instituto Mexicano de la
Juventud.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cuenta desde hace varios años con sólidos
programas de prevención, aplicados en 14 planteles de bachillerato, así como en escuelas
superiores y facultades. Entre las principales acciones desarrolladas se encuentran: sesiones
educativas, cursos, concursos de carteles, cine-debates, consejo médico, edición de folletos,
carteles, periódicos murales y la celebración de Ferias de Salud, además de numerosas emisiones
de radio y televisión.
Fundación Casa Alianza, que realiza acciones preventivas con niños de la calle; Hogares Integrales
de la Juventud, cuya labor preventiva se dirige a jóvenes de sectores sociales en condiciones
adversas; la agrupación Diez Mil Amigos, de Sinaloa; El Caracol; el Instituto de Educación
Preventiva y Atención de Riesgos; el Fideicomiso para la Prevención de las Adicciones (FIPADIC)
de Tlaxcala; Grupo Macolla, de Aguascalientes; y la Organización Juvenil Revolucionaria Agrarista
de Iztapalapa, que trabaja con niños y jóvenes de esa comunidad en talleres sobre técnicas de
graffiti y serigrafía.
Otras organizaciones que también han sumado sus esfuerzos son: el Fideicomiso contra el
Alcoholismo y otras Drogas en Querétaro, la Fraternidad Teológica contra las Adicciones de Puebla,
el Club Domingo Savio de Coacalco, Estado de México y el Instituto Mexicano para la Prevención y
La población que asiste a los servicios de salud del primer nivel de atención con frecuencia ignora la
relación que puede existir entre su consumo de sustancias adictivas y los padecimientos que
presenta. De ahí la importancia de que el médico y el resto del equipo de salud sean capaces de
detectar esa relación, de hacer una adecuada evaluación de la severidad del caso, y de intervenir,
ya sea a través del consejo médico o de la referencia a los servicios especializados en adicciones.
Para apoyar al personal médico, el CONADIC ha desarrollado las Guías de detección y derivación
de casos de consumo de sustancias adictivas, instrumentos precisos y de rápida aplicación, con
indicadores aceptados internacionalmente. Durante el año de 1999 se capacitará a los
responsables de la enseñanza del personal de salud en toda la república, los que promoverán la
utilización adecuada de estas guías.
Por su parte, CIJ elaboró el manual Farmacoterapia de los síndromes de intoxicación y abstinencia
por psicotrópicos e impartió cursos al personal de los SESA y de otras dependencias del Sector
Salud para su aplicación.
El Banco de información sobre organismos que trabajan en adicciones, que CONADIC compila,
sistematiza y actualiza permanentemente, contiene datos sobre sus funciones, servicios y cobertura
de dichos recursos. Esta información es remitida periódicamente por los CECA, así como por las
propias instituciones que desean darse a conocer a través de este medio.
Hasta diciembre de 1998 se contaba con información de 180 organismos que trabajan en la ciudad
de México y su área metropolitana y de aproximadamente 300 de los estados que trabajan en el
tratamiento de adicciones; de ellos, más de 200 se dedican a casos de adicción a drogas ilegales.
De acuerdo con el Sistema de Reporte Interinstitucional del CONADIC, de 1996 a enero de 1999 se
realizaron 227 005 diagnósticos, 101 462 orientaciones y 23 601 derivaciones, además de que se
otorgaron 97 982 consultas de primera vez; 10 583 pacientes fueron atendidos en unidades de
hospitalización y 9 584 en servicios de desintoxicación.
México cuenta con diversas modalidades terapéuticas para la atención del problema. En algunos
servicios predomina el modelo médico psiquiátrico y se da especial atención a la comorbilidad; en
otros, se utiliza un enfoque psicosocial, y muchos basan su programa en el modelo de Doce Pasos
de Alcohólicos Anónimos. Un buen número de programas para farmacodependientes incorpora a
las familias de los pacientes en sus intervenciones. En algunos centros se desarrollan actividades
de desintoxicación y, en unos pocos, acciones encaminadas a la reinserción social de los adictos.
La SSA cuenta con diversos servicios donde se atiende a casos con problemas de adicción, como
en los servicios de salud mental ambulatorios; en los 26 consultorios de psiquiatría y 50 de
psicología ubicados en hospitales generales y Centros de Salud, al igual que en los tres Centros
Comunitarios de Salud Mental (CECOSAM) que funcionan en el D.F. También en sus hospitales de
psiquiatría en todo el país se brinda atención a la comorbilidad psiquiátrica y se utilizan diversas
modalidades de psicoterapia; hay servicios ambulatorios y otros que incluyen internamiento.
En el hospital psiquiátrico Dr. Juan N. Navarro, para niños y adolescentes, se lleva a cabo el
programa PAIDEIA para la atención de menores inhaladores.
En el D.F. hay algunos servicios de desintoxicación, de corta estancia y con apoyo psicológico,
como los Centros de Atención Toxicológica Jóvenes por la Salud de las delegaciones Xochimilco y
Venustiano Carranza y en hospitales de urgencias de la ciudad.
Por su parte, CIJ es la institución con mayor número de servicios dedicados específicamente a los
casos de drogadicción. En 53 de sus unidades se ofrecen, además de los servicios preventivos,
acciones terapéuticas; en cuatro centros, considerados de consulta externa especializada, se
brindan servicios de tratamiento ambulatorio del uso de drogas y en otros tres se cuenta con
internamiento. La principal modalidad terapéutica es la psicoterapia breve en sus abordajes
individual, grupal, familiar y de pareja, así como farmacoterapia en los casos que así lo requieran.
Diversos organismos de los sectores privado y social ofrecen distintas modalidades terapéuticas
específicas para los adictos, como el Hospital Español; la Clínica San Rafael, el Centro de
Rehabilitación Terapéutica para las Adicciones (CRETA), y la Clínica Especializada en Solucionar
Alcoholismo y Dependencias (CESAD), en la ciudad de México; el Centro Integral de Atención a la
Juventud, en el estado de Guanajuato; el Instituto Mexicano de Psicoterapia, en el estado de
Morelos.
Otros servicios de estos sectores son: Asesoría Psicológica Katún, Fideicomiso para la Prevención
de las Adicciones (FIPADIC) en el estado de Tlaxcala, Centro de Asesoría, Prevención y
Rehabilitación de Adicciones (CAPRA) en el estado de Puebla, Fundación Juventud, Luz y
Esperanza, y el Centro contra las Adicciones (CENCA) de la Fundación Ama la Vida. Entre los
abordajes terapéuticos de algunos de estos centros se incluye la participación de grupos de ayuda
mutua para adictos y para familiares.
El modelo de comunidad terapéutica, muy difundido en otros países para la atención de los adictos,
constituye una modalidad poco aplicada en México, con ejemplos como la Fundación Hogar Integral
de Juventud; la Comunidad Terapéutica para Mujeres, de la Fundación Ama la Vida, y otras que
están iniciando su funcionamiento.
Algunas instituciones privadas ofrecen programas de tratamiento y recuperación que incluyen una
estancia prolongada con servicios profesionales y un programa de recuperación inspirado en el de
Doce Pasos de Alcohólicos Anónimos; también brindan atención a la familia y prevención de
recaídas. Ejemplos de estas clínicas son, Monte Fénix, el Centro de Integración para el Adicto y
Familiares, en el D.F.; Oceánica en Mazatlán, Sinaloa; y Clínica Sol en el estado de Guanajuato.
Los grupos de ayuda mutua, inspirados en el Programa de Doce Pasos de Alcohólicos Anónimos de
servicios gratuitos desempeñan un papel importante dentro de los recursos de atención a los
adictos en México. Entre ellos, destacan Drogadictos Anónimos; Narcóticos Anónimos; Jóvenes
Oceanía; Fundación Sergio Berumen Torres; Grupo Compañeros Uno; Centro de Rehabilitación
Nuevo Impacto; Grupos Primer Paso de A. A. para Jóvenes Adictos; Grupo Jóvenes AA 24 Horas
de Servicios Gratuitos; Centro de Integración y Recuperación para Enfermos de Alcoholismo y
Drogadicción Mario Camacho Espíritu (CIRAD); Centro de Recuperación y Rehabilitación para
Enfermos de Alcoholismo y Drogadicción (CREAD), y Hacienda del Lago, en el estado de Jalisco.
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ACCIONES DE NORMATIVIDAD
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Secretaría de Salud
Las actividades de salud deben cumplir con requisitos que aseguren un mínimo indispensable de
calidad en los servicios e intervenciones con miras a la protección de la población. En el caso de las
adicciones, como se ha visto, en México se ha ido presentando un elevado número de iniciativas de
prevención y tratamiento como parte del interés creciente que este problema fue despertando en
distintos sectores sociales y privados. Por ello, se vio la imperiosa necesidad de establecer criterios
y lineamientos básicos para el adecuado desarrollo de las acciones. Además, la Secretaría de
Comercio y Fomento Industrial, en 1992, emitió la Ley de Metrología y Normalización, en la que
establece que las normas técnicas deben ser sustituidas por Normas Oficiales Mexicanas.
Asimismo, como ya fue mencionado, se ha elaborado una serie de guías que establecen los
criterios mínimos para el desarrollo de acciones de diagnóstico situacional y de detección y
derivación de casos, lo que permite lograr que las intervenciones sean coherentes y sistemáticas.
El CONADIC integra, actualiza y difunde una base de datos sistematizada sobre legislación federal
en materia de adicciones, que comprende leyes, reglamentos, acuerdos y normas relacionadas con
la oferta y la demanda de tabaco, alcohol y drogas, que permite el acceso a los interesados con el
fin de estimar el impacto de estas medidas en el consumo.
Las acciones de capacitación son fundamentales para la operación de las acciones preventivas y de
tratamiento del PPCA. Durante 1998 se impartió a nivel nacional un total de: 550 talleres, 151
seminarios, 18 diplomados, y 42 especialidades y maestrías, en los que fueron acreditados 19 637
técnicos, profesionales y especialistas.
A los cursos sobre utilización del Manual para elaborar el diagnóstico situacional de adicciones,
organizados por CONADIC, asistieron 65 profesionales de los SESA de 30 estados. Se da
seguimiento a esta capacitación a través del registro de las actividades realizadas en las entidades
federativas y de la asesoría requerida. En apoyo a los estados que así lo solicitan, se ha
desarrollado Talleres de capacitación para la elaboración de diagnósticos situacionales en
adicciones.
Entre los programas de especialización destacan los diplomados, como el que desarrolla desde
hace más de cinco años la Fundación Ama la Vida en coordinación con la Universidad Autónoma
Metropolitana, y que cuenta entre sus docentes a especialistas de alto nivel de nuestro país. Este
diplomado se ha impartido también en el estado de Hidalgo por iniciativa del CECA de esa entidad,
con apoyo de la Universidad Iberoamericana.
La organización privada Monte Fénix, Centro de Integración para Adictos y Familiares, ofrece
además un diplomado sobre adicciones y una especialización clínica, dirigidos a la formación
profesional especializada.
El IMP tiene, desde hace tiempo, una amplia agenda de cursos en temas de adicciones y salud
mental dirigidos a la actualización de los profesionales. En 1998, 30 integrantes de los Centros de
Salud Mental de la SSA participaron en estas actividades formativas. En el Taller de capacitación
para trabajar con niños de la calle, impartido por los especialistas del IMP, se han formado recursos
humanos que trabajan en el D.F., Jalisco y San Luis Potosí.
El IMSS imparte cursos a médicos y a técnicos en salud con énfasis en poblaciones de las fronteras
norte y sur del país; asimismo apoya con materiales la consejería médica a los derecho- habientes.
Cada año este Instituto celebra una Semana, un Mes y un Congreso Internacional de Fomento a la
Salud ante las Drogas, los dos primeros en cada entidad federativa, además de 32 actividades
académicas, una por estado y el D.F.
CIJ ha impartido en todos los estados el curso Farmacoterapia de los síndromes de intoxicación y
abstinencia por psicotrópicos, a médicos de los SESA y de otras instituciones.
Atendiendo a una solicitud de las autoridades de salud de Tamaulipas y del CECA de la entidad, el
CONADIC organizó el Taller de capacitación para el manejo de los estados de intoxicación y
abstinencia de sustancia psicoactivas, dirigido al personal de los Centros de Readaptación Social
de Cd. Victoria, Matamoros, Tampico y Nuevo Laredo, Tamps.; como docentes participaron
expertos del IMP, CIJ y otras instituciones.
Para apoyar a los SESA y satisfacer las necesidades de formación profesional de diversas
instituciones, el CONADIC ha desarrollado talleres en los que presenta los manuales, guías de
apoyo y videos de capacitación, además de promover la aplicación del Modelo Construye tu vida sin
adicciones.
A los talleres dedicados a la aplicación del Modelo en población adulta, de 1997 a 1998 han asistido
un total de 318 profesionales que desarrollan acciones preventivas en diversas regiones del país,
los cuales a su vez han organizado 50 cursos en los que multiplicaron la capacitación sobre el
Modelo en 22 estados de la república.
En cuanto al trabajo con preadolescentes, se brindó capacitación a más de 300 personas. Para
apoyar específicamente a algunos estados, y dando seguimiento a la cooperación con la SEP, se
han organizado actividades similares dirigidas a los docentes y directivos escolares de Pachuca,
Hermosillo y Querétaro.
Las instituciones que integran los CECA de todo el país organizaron durante 1996 a 1998 más de 3
194 cursos y talleres, dirigidos principalmente a la formación de multiplicadores preventivos, en los
que intervinieron profesionales de las áreas de salud, educación, asistencia social y deporte.
Los miembros permanentes del Consejo son: las Secretarías de Gobernación; de Comercio y
Fomento Industrial; de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural; de Educación Pública; del Trabajo
y Previsión Social; el Gobierno del Distrito Federal; la Procuraduría General de la República; el
Instituto Mexicano del Seguro Social; el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los
Trabajadores del Estado; el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia; el Instituto
Mexicano de Psiquiatría; el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias; la Comisión Nacional
del Deporte; los Centros de Integración Juvenil; el Consejo de Salubridad General de la SSA; del
Sector Privado, como la CONCANACO, y del Sector Social, como por ejemplo la Confederación de
Trabajadores de México.
Ámbitos de Coordinación
Coordinación territorial
Las líneas de acción y actividades específicas derivadas de las estrategias del PPCA, se llevan a
cabo mediante una variedad de mecanismos de coordinación y concertación en los niveles federal,
estatal y local. Se promueve la participación de las autoridades locales en el desarrollo de planes y
programas contra las adicciones y la incorporación de organismos privados y grupos sociales en
tareas preventivas.
Los Consejos Estatales (CECA) y los Comités Municipales contra las Adicciones (COMCA), en sus
niveles respectivos de gobierno, son los órganos responsables de convocar y coordinar a las
instituciones gubernamentales, privadas y sociales que realizan tareas en materia de adicciones.
Esta labor ha sido apoyada desde el CONADIC mediante asesorías y visitas de trabajo.
Gracias al creciente interés de las autoridades locales se han iniciado importantes proyectos
estatales que cuentan con recursos humanos y financieros propios, así como con programas
adaptados a las características locales. Entre ellos se encuentran: en Chihuahua, el Instituto Estatal
para la Atención de las Adicciones (ICHAD); en Coahuila, la Red de Atención a Pacientes con
Problemas de Farmacodependencia (que integra hospitales públicos, clínicas privadas y centros de
tratamiento no gubernamentales); y en Tlaxcala, el Fideicomiso para la Prevención de Adicciones.
En Jalisco se puso en operación 11 módulos de Salud Mental Comunitaria y Prevención de
Adicciones y se estableció el Plan Jalisco contra las Drogas. Por su parte, en el estado de Nuevo
León, se inició el Plan Contra Adicción, Todo Nuevo León.
Coordinación institucional
Con el fin de proveer de integralidad a las acciones de salud y de aprovechar todos los recursos, se
ha promovido una estrecha colaboración con otros Programas prioritarios de la SSA. Por ejemplo, el
abuso de sustancias constituye un factor de riesgo en la conducta sexual, en los embarazos no
planeados y en los accidentes, por lo que es importante la vinculación con los programas
responsables de atender estos problemas. Las actividades de promoción de la salud representan
también un vehículo valioso para la transmisión de mensajes preventivos y de información en los
ámbitos familiares y comunitarios de todo el país.
Por otra parte, las acciones de sensibilización de la comunidad son coordinadas con el apoyo de la
Dirección General de Comunicación Social de la SSA.
Coordinación sectorial
Dentro del Sector Salud, como se mencionó anteriormente, distintas instituciones llevan a cabo
acciones en materia de reducción de la demanda de drogas. El CONADIC mantiene una
coordinación y vinculación permanente a través de acciones ya descritas con el IMSS, el ISSSTE y
el DIF, además de otros organismos pertenecientes al Sector, como los Institutos Nacionales de
Salud y clínicas privadas.
Coordinación extrasectorial
Sector Público
Procuración de justicia
Asimismo, desde hace varios años, CONADIC envía reportes trimestrales al Centro Nacional para la
Planeación del Control de Drogas (CENDRO) de la Procuraduría General de la República (PGR),
sobre las actividades en materia de reducción de la demanda, para dar seguimiento a esta
estrategia dentro del Programa Nacional para el Control de Drogas 1995-2000.
Como una acción resultante de las Bases de Colaboración firmadas en 1997 entre la SSA y la PGR,
se desarrolló un proyecto para evaluar el estado de los detenidos que son consumidores de
sustancias ilícitas y no cometieron delitos, por lo que el Ministerio Público de la Federación los pone
a disposición de la autoridad sanitaria, para ser examinados y eventualmente canalizados a centros
de tratamiento especializados. Con este fin se conformó la Unidad Médica de Ayuda a Personas
con Problemas de Drogadicción (UMAD), en la que colaboran 30 profesionales de la SSA y de la
PGR que han sido previamente capacitados. Se contempla la posibilidad de replicar estos
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Secretaría de Salud
Sector Gobierno
Sector Educativo
Asimismo, con la Coordinación Sectorial de Educación Secundaria del Distrito Federal, se colaboró
en el desarrollo del Concurso de Propuestas de Trabajo Preventivo, que recibió el apoyo de la OPS/
OMS.
El CONADIC ha apoyado al programa Causa Joven, en la revisión del material sobre adicciones de
su disco compacto; además, se colaboró en la celebración del concurso para financiar programas
sobre el consumo de sustancias adictivas.
Sector Privado
Como parte de este programa, y gracias a la labor de coordinación de CONADIC con los
organismos públicos y privados que trabajan en reducción de la demanda, Fundación Azteca
provee recursos financieros y técnicos para el desarrollo del Servicio de Orientación Telefónica, que
hace uso de la base de datos de instituciones que trabajan en adicciones. El número Lada sin costo
de la línea, 01 800 911 2000 será promovido en los anuncios de la campaña Vive sin Drogas.
La vinculación con el sector privado se ha visto ampliada mediante las acciones conjuntas
realizadas con la Cruz Roja Mexicana. CONADIC ha participado con esta organización en eventos
de capacitación de sus voluntarios como facilitadores preventivos en adicciones.
Coordinación internacional
Otro organismo de la ONU con el que se colabora es la Junta Internacional para la Fiscalización de
Estupefacientes (JIFE).
Asimismo, se mantiene estrecho contacto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) así como
con la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Esta Organización ha proporcionado
asesoría técnica y ha otorgado financiamiento a diversos proyectos desarrollados por el CONADIC.
Como participante en la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD-
OEA), la SSA organizó la Segunda Reunión del Grupo de Expertos en Reducción de la Demanda.
Actualmente, el CONADIC, como representante de nuestro país, ocupa la presidencia de dicho
grupo. También se participó en el Taller Panamericano de Prevención de las Adicciones.
Cooperación México-EEUU
Como parte de los compromisos del Grupo de Contacto de Alto Nivel (GCAN) se elaboró el
Diagnóstico Conjunto en Materia de Reducción de la Demanda.
Estados Unidos; se estableció como una agencia federal para la investigación sobre
tratamiento y prevención, así como para la capacitación y recolección de información
acerca de la naturaleza y magnitud del abuso y efecto de las drogas.
International Council on Alcohol and Addictions (ICAA): con sede en Lausanne, Suiza,
fue fundado en 1907 como la primera organización no gubernamental preocupada por
reducir y prevenir los efectos del consumo de alcohol y otras drogas. Tiene dos
componentes fundamentales: apoyo estratégico a las investigaciones que se realizan
en diversas disciplinas; y difusión de sus resultados para mejorar significativamente la
prevención, el tratamiento y las políticas sobre el abuso de sustancias.
Como un mecanismo para garantizar la adecuada operación de las acciones derivadas de las
estrategias del PPCA, se ha implantado en la SSA un programa de supervisión y apoyo a los
Servicios Estatales de Salud. Hasta el momento se han realizado 19 visitas de esta naturaleza a
igual número de estados y 20 visitas de seguimiento de las observaciones y recomendaciones
emitidas. El propósito central de estas tareas de supervisión es trabajar de manera coordinada con
los estados para apoyar su responsabilidad con el Programa.
En 1997 se inició este Sistema en el CONADIC para contar con información periódica sobre las
tareas que se realizan en el territorio nacional en materia de prevención, tratamiento, rehabilitación,
investigación, información, capacitación y normatividad sobre adicciones. Trimestralmente se
reciben informes de cerca de 300 instituciones y organismos gubernamentales, privados y sociales,
como grupos de ayuda mutua, clubes de servicio, instituciones educativas y de atención a la
juventud. El Sistema incluye la definición de unidades de medida, para unificar los y elaborar
reportes sobre esta información.
El consumo de drogas en México aún es menor que en otros países, pero está aumentando y
nuestro país está respondiendo con energía a este difícil reto. Contamos con instituciones,
programas y personas comprometidas de todos los sectores que tratan de contener este problema.
Disponemos ya de información actualizada sobre la dimensión del consumo de drogas y de una
gran diversidad de abordajes en materia de investigación, de prevención y de tratamiento.
Asimismo, en los últimos años ha aumentado el número de personas más capacitadas dedicadas a
estas tareas y se ha incrementado la cooperación entre sectores.
El diagnóstico sobre el problema ha identificado nuevos retos a los que hay que responder y que
hacen necesario reorientar los esfuerzos y establecer las líneas de acción que será preciso
mantener, fortalecer o desarrollar para cada estrategia planteada, con el propósito de subsanar
vacíos, mejorar los servicios, elevar la participación de grupos específicos y hacer más efectiva la
coordinación de los diversos sectores. Además, es necesario mantener la vigilancia y el diagnóstico
del problema, así como promover las líneas de investigación necesarias.
Investigación e información
● Ampliar los grupos de edad incluidos en los estudios epidemiológicos, para analizar con
mayor especificidad al segmento de menores de 12 años.
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Secretaría de Salud
Prevención
● Fortalecer y extender las acciones de prevención primaria a los niños menores de 9 años,
sosteniendo el trabajo preventivo con preadolescentes, adolescentes y jóvenes.
● Ampliar y promover las coaliciones estudiantiles y comunitarias para llevar a cabo acciones
de prevención con niños y jóvenes.
● Fortalecer el trabajo preventivo con padres de familia y maestros de niños preadolescentes.
Tratamiento y rehabilitación
● Ampliar los servicio de atención dirigidos a menores de edad. Para los que viven en la calle,
procurar que las instalaciones se encuentren en los lugares en donde éstos se reúnen.
Normatividad
Capacitación
● Identificar y difundir los recursos existentes para la capacitación de los agentes preventivos
en la aplicación de modelos dirigidos a menores de edad; y crear nuevas oportunidades de
formación e instrumentos de apoyo.
Investigación e información
● Estudiar los factores personales y sociales asociados con el consumo, por parte de las
mujeres de medicamentos psicoactivos fuera de prescripción, como los tranquilizantes,
anoréxicos y sedantes.
Prevención
Tratamiento y rehabilitación
● Generar servicios de tratamiento para mujeres, que den respuesta a sus necesidades
específicas de atención.
Normatividad
● Difundir entre los centros de tratamiento las recomendaciones técnicas sobre la situación de
género emitidas por organismos internacionales.
Capacitación
Investigación e información
● Elaborar estudios en familias sobre los factores psicosociales que se relacionan con la
separación del menor del hogar.
Prevención
Tratamiento y rehabilitación
Capacitación
● Difundir los recursos de capacitación en terapia familiar existentes en el país, entre los
centros comunitarios, de atención a la salud y de tratamiento y rehabilitación de adictos.
Investigación e información
● Ampliar los puntos centinela cubiertos por la vigilancia epidemiológica en zonas con altos
niveles de consumo.
Prevención
● Promover medidas de sensibilización de la comunidad, para alertar sobre los riesgos del
consumo de drogas, siempre en apoyo de los programas preventivos cara a cara.
Tratamiento y rehabilitación
Normatividad
● Dar seguimiento a las regulaciones existentes de los centros de tratamiento que atienden
con diferentes modalidades terapéuticas a casos de adicción a heroína y cocaína, entre otras
drogas.
Capacitación
● Apoyar la difusión de conocimientos sobre la situación del consumo de sustancias entre los
comunicadores.
Investigación e información
● Desarrollar, actualizar y difundir una base de datos sobre los recursos existentes y los
servicios que se ofrecen.
Prevención
Normatividad
● Generar mecanismos para difundir las normas y regulaciones vigentes entre toda la
población, así como instrumentos para apoyar su mejor aplicación por parte de los
responsables.
Capacitación
● Promover un mayor aprovechamiento de los recursos humanos y técnicos de alto nivel con
los que se cuenta, para la capacitación en investigación, prevención y tratamiento a través
del uso de las nuevas tecnologías de difusión e intercambio de información:
especializaciones y diplomados a distancia; videoconferencias; cursos vía satélite y otros
mecanismos que agilicen la divulgación de conocimientos y la formación de personal.
Investigación e información
● Difundir los resultados derivados de las evaluaciones, a fin de que las unidades operativas
puedan plantear y adecuar sus acciones.
Prevención
Tratamiento y rehabilitación
● Analizar, mediante estudios, las actitudes del personal de salud hacia pacientes con
problemas de abuso de sustancias, que impacten sobre la calidad de los servicios.
Normatividad
● Difundir entre los servicios de prevención y tratamiento los criterios mínimos propuestos en la
Norma Oficial Mexicana sobre Prevención y Control de Adicciones, sobre las características
y calidad de la atención.
● Analizar la aplicación de la NOM, una vez que sea promulgada, así como de los distintos
ordenamientos federales y estatales en vigor; y desarrollar propuestas de reformas y
adecuaciones cuando sea pertinente.
Capacitación
● Dar mayor difusión a los programas de capacitación que estén validados tanto por el alto
nivel de los expositores y de las instituciones que los organizan, como el de sus contenidos y
materiales.
CONCLUSIONES
El consumo de drogas y las políticas para lograr su control son objeto de fuertes debates en el
ámbito internacional. El gobierno mexicano mantiene una visión de este fenómeno que permite
enfrentarlo con un sentido humanista, sin criminalizar a los adictos, como en otras sociedades, y
con acciones que permiten prevenir el uso de drogas y ayudar a los que ya está afectados a
abandonar su dependencia. Esto está fundamentado en el reconocimiento de que,
independientemente de las políticas de control de la oferta, las sustancias adictivas, sean lícitas o
ilícitas, lesionan el bienestar y la salud de la población. A los impactos negativos que el abuso y la
adicción representan para el desarrollo de los niños y jóvenes, sus familias y comunidades, deben
agregarse otros que afectan a la sociedad en su conjunto, como la violencia y los accidentes, los
problemas de salud mental, el ausentismo en las tareas productivas que requiere el país y los
servicios de salud que deben crearse y mantenerse para brindarles atención terapéutica.
La información sobre la situación del consumo en México, presentada en este volumen, refleja
tendencias preocupantes. Existen semejanzas con otros países en los tipos de drogas consumidas
y las poblaciones afectadas, lo que confirma el carácter mundial del problema, aunque en nuestro
país no se registra aún un crecimiento tan acelerado como el de otras sociedades. Esto nos indica
que estamos a tiempo de actuar con mayor firmeza.
Las acciones del Sector Salud descritas en el texto y la coordinación con cada vez más sectores de
la sociedad se seguirán extendiendo y profundizando. Nuestro propósito es no sólo atender de
manera curativa los numerosos problemas de salud que presentan los consumidores de sustancias,
sino también enfatizar y profundizar el papel preventivo del personal de salud, de la familia, la
escuela y la comunidad.
Como señala en el prólogo el Secretario de Salud, doctor Juan Ramón de la Fuente, a pesar de los
retos que, al igual que otras sociedades, enfrentamos con respecto a la difusión de las drogas y de
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Secretaría de Salud
la incitación a su uso por diversos medios culturales y sociales, México posee características
culturales y sociales que han servido para atenuar y frenar muchos otros problemas y situaciones
adversas. Las estructuras sociales básicas, como la familia y la comunidad inmediata,
tradicionalmente han representado una fuente de protección y solidaridad, de calidez en la
comunicación y el contacto interpersonal, y de compartir y sostener tradiciones que unen a la gente.
En otras sociedades esto está ausente y la soledad y el aislamiento predominan en la vida social.
Esos valores de nuestro país son los que, tanto el Sector Salud como otros, también involucrados
en lograr el bienestar de la población, debemos promover y fortalecer.
ANEXO
METODOLOGÍA
Entre las estrategias para evaluar la extensión del uso de drogas en los subgrupos de la población
afectada y sus tendencias a través del tiempo, la Secretaría de Salud (SSA) realizó dos encuestas en
hogares entre la población urbana del país (73.39% del total de la población) de entre 12 y 65 años de
edad, en 1988 y 1993.
A través de éstas, así como de estudios realizados entre estudiantes de secundaria (1976-1997) y de
sistemas de registro de información, se observaba que la magnitud del problema era relativamente
baja, pero con una tendencia creciente, por lo que era fundamental realizar una tercera encuesta
nacional para determinar las tendencias de este problema en los últimos cinco años.
Así, la SSA realizó la tercera Encuesta Nacional de Adicciones (ENA 98), con el fin de actualizar la
información sobre la prevalencia del uso de distintas sustancias adictivas por los residentes habituales
de viviendas de entre 12 y 65 años de edad al momento de la entrevista.
El diseño permitió estratificar los resultados en poblaciones adulta (18 a 65 años) y adolescentes (12 a
17), ubicadas en las tres regiones en que se dividió el país. Se hizo énfasis en la franja fronteriza del
norte, dados los resultados que han mostrado estudios previos. La cobertura se restringió a la
población urbana, es decir, a la que radica en localidades mayores a 2 500 habitantes según el Conteo
Nacional de Población de 1995, realizado por el Instituto Nacional de Geografía, Estadística e
Informática (INEGI).
● Evaluar la prevalencia del uso de drogas, tanto médicas como no médicas, alcohol y tabaco.
● Identificar las regiones de mayor riesgo con relación al problema del consumo de drogas.
La población objetivo estuvo conformada por personas de 12 a 65 años que radican en localidades de 2
500 habitantes o más, dividida en 2 grupos: i) población adolescente (12 a 17 años); y ii) población
adulta (18 a 65 años).
La información fue obtenida a través de un cuestionario estandarizado que se contestó mediante una
entrevista cara a cara, realizada por encuestadores previamente capacitados en el manejo del
instrumento. Éste fue extensamente probado con respecto a sus elementos de comprensión de
preguntas, validez y confiabilidad; contiene los indicadores básicos propuestos por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) para evaluar uso/abuso y dependencia a sustancias, así como los
problemas que se asocian con estas prácticas. Se han mantenido estables los indicadores utilizados en
la investigación epidemiológica llevada a cabo en el país desde 1974 y se han agregado otros,
resultado de las revisiones efectuadas por la OMS en este periodo. Incluye además preguntas que
permiten identificar al usuario de acuerdo con variables sociodemográficas, percepción social del
consumo, factores de riesgo para el inicio y el abuso de sustancias (por ejemplo, percepción de riesgo,
tolerancia social) y otros problemas con los que se asocia esta práctica, como: la violencia, la conducta
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Secretaría de Salud
1. Las tres áreas metropolitanas más grandes del país, cuya delimitación se basó en la definida por
el INEGI:
a. Tijuana
b. Ciudad Juárez
c. Matamoros
1. Las tres regiones del país, de las que fueron excluidas las tres ciudades fronterizas y las tres
áreas metropolitanas:
a. Norte: Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Nayarit, Durango, Chihuahua,
Coahuila, Tamaulipas, Zacatecas y Nuevo León.
b. Centro: Aguascalientes, Guanajuato, San Luis Potosí, Querétaro, Colima, Michoacán, Hidalgo,
Jalisco, Estado de México.
c. Sur: Puebla, Tlaxcala, Morelos, Guerrero, Veracruz, Yucatán, Campeche, Quintana Roo,
Oaxaca y Chiapas.
El diseño de muestreo pretendía incluir 9 660 entrevistas en hogares, en espera de encontrar 5760
adultos y 3 972 adolescentes con entrevistas completas. Sin embargo, al tomar en cuenta una tasa de
no respuesta del 16% el tamaño de muestra se ajustó a 11 400 viviendas. La muestra se calculó con
una presición del 3% y un nivel de confianza del 95% para datos nacionales; para los nueve estratos,
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Secretaría de Salud
se calculó con presición del 5% con niveles de confianza de entre 90% y 95%. El efecto de diseño fue
de 2.3 a 3.5 para valores de parámetros que oscilaron entre 20% y 50%.
El diseño de muestreo en los estratos que corresponden a las áreas metropolitanas y ciudades
fronterizas se hizo en varias etapas. En la primera se seleccionaron las AGEB, después, 2 manzanas
por cada una de ellas y finalmente 10 viviendas.
Dada la magnitud del estrato de la ciudad de México, se seleccionaron 120 AGEB en la primera etapa;
para los estratos de Guadalajara y Monterrey, fueron 60 AGEB y para las ciudades fronterizas 50. Esta
selección se hizo con probabilidad proporcional al número de viviendas en cada AGEB.
Las manzanas seleccionadas fueron visitadas durante el trabajo de campo para realizar conteos,
listados y croquis de las viviendas que contenían. Cuando una de ellas tenía menos de 15 viviendas
ocupadas, se unía con la manzana "contigua al este" de la seleccionada para formar la unidad
secundaria de muestreo. Cuando la manzana tenía 100 viviendas o más, se dividía en dos para formar
2 unidades secundarias de muestreo en la misma manzana.
Para conformar los estratos de las regiones norte, centro y sur, las unidades primarias de muestreo
fueron los municipios, entre los que se seleccionó a 6 con probabilidad proporcional al tamaño de la
población urbana proveniente del Conteo de Población 1995. Las unidades secundarias de selección
fueron las AGEB. En la segunda etapa de muestreo se seleccionó 4 AGEB por municipio con
probabilidad proporcional al número de viviendas en cada una.
Por cada AGEB seleccionada se obtuvo un mapa amanzanado en el que se contó y numeró las
manzanas que contenía, ya que la unidad de la tercera etapa de muestreo fue la manzana o un grupo
de ellas. Cuando una localidad tenía menos de 4 AGEB se seleccionaba directamente 16 manzanas de
entre todas las que conformaban la localidad. Las manzanas seleccionadas fueron visitadas para
realizar conteos, listados y croquis de las viviendas que contenían. Cuando una manzana tenía menos
de 15 viviendas ocupadas, ésta se unía con la manzana "contigua al este" de la seleccionada, para
formar la unidad terciaria de muestreo. Cuando la manzana tenía 100 viviendas o más se dividía en dos
para formar 2 unidades terciarias de muestreo en la misma manzana. Se eligieron 4 manzanas por
cada AGEB.
Las viviendas listadas fueron divididas en segmentos compactos de 7 viviendas en promedio. Éstos
conformaron las unidades de muestreo de la cuarta etapa. En ésta se seleccionó con igual probabilidad
un segmento de entre todos los que se formaron en cada unidad terciaria de muestreo.
En la última etapa de muestreo se seleccionó a un adulto y a un adolescente por hogar. Para cada
cuestionario de hogar aplicado, se registró a todos los residentes ordenándolos de menor a mayor y se
aplicó el cuestionario individual a la persona seleccionada.
Al terminar el trabajo de campo, en total (contando a los adolescentes y adultos) se había visitado 13
288 viviendas. De éstas, se obtuvieron 12 015 entrevistas completas y 1 273 registradas como no
respuesta, lo que equivale a un 9.6%, del que, entre otras razones, 3.4% se debió a que no se encontró
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Secretaría de Salud
a ninguna persona en el hogar que pudiera proporcionar la información y 3.3% se negó a dar
información.
Se seleccionó a 4 325 adolescentes, de los cuales se obtuvieron 3 882 entrevistas completas y 443
entrevistas registradas como no respuesta, esto es, un 10%. De éste, 6.8% se negó a ser entrevistado
y 1.4%, entre otras causas de no respuesta, fueron ausentes temporales.
En el caso de los adultos se seleccionó a 6 523, de los cuales se obtuvieron 5 711 entrevistas
completas y 812 registradas como no respuesta, esto es, un 12.5%, del que además de otras razones,
7.2% se negó a contestar el cuestionario y 2.7% fue de ausentes temporales. La tasa de respuesta
global fue de 87.5%.
Debido a que la tasa de no respuesta de la ENA 98 presentó un comportamiento diferencial por estrato,
fue necesario aplicar un factor de corrección a las estimaciones cuando éstas se calcularon para el
conjunto de los estratos.
De acuerdo con el diseño de la encuesta, se obtuvo una muestra autoponderada a nivel de cada
estrato para hogares y adultos de 18 a 65 años; ello significa que, para estimar cualquier característica
a nivel estrato basada en los hogares o en los adultos, no se requirió un ponderador debido al diseño
de muestreo. Sin embargo, para cualquier estimación nacional (basada en el conjunto de los 9
estratos), sí fue necesario ponderar el resultado mediante estimadores separados.
Al interior de los hogares, los jóvenes de 12 a 17 años fueron seleccionados con distinta probabilidad,
según el número de éstos en cada hogar. De acuerdo con este diseño, la de jóvenes no fue una
muestra autoponderada, por lo que fue necesario usar un ponderador para estimar resultados a partir
de dicha muestra. Para hacer estimaciones conjuntas de jóvenes y adultos también fue necesario
ponderarlas.
Los datos obtenidos por la ENA 98 están sujetos a un error muestral, como consecuencia de haber
entrevistado a una muestra y no a la población completa. El cálculo de los errores muestrales se hizo
de acuerdo con el muestreo de la encuesta y utilizando el programa de computadora denominado
Computation and Listing of Useful Statistics on Error Sampling (CLUSTERS), desarrollado por la
Encuesta Mundial de Fecundidad (WFS) para diseños de muestreo complejos, lo que permitió estimar
los intervalos de confianza.
Diseño conceptual
Berumen y Asociados
Supervisores de campo
Procesamiento
Análisis
1976
1978-1986
1989
1991
1993
1997
Coordinación nacional
Área operativa
Área de informática
Coordinadores locales
Instituciones participantes
Secretaría de Salud
Clínica CESAL
Drogadictos Anónimos
Instituciones participantes
Secretaría de Salud:
Secretaría de Gobernación:
Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE)
Fundación Renacimiento
Lic. Patricia Reyes del Olmo, Subdirectora de Coordinación Estatal y Seguimiento de Programas