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Administración

Eficaz del Tiempo


Unidad 1
Primeras definiciones

Administración Eficaz del Tiempo

Presentación:
En esta primera Unidad realizaremos un primer acercamiento al concepto del tiempo y sus
implicancias.

Así, abordaremos al tiempo como recurso escaso, consumible, finito e incontrolable. Luego, su
administración y la relación con nuestro trabajo.

Temario:
1.1. Conceptos generales del tiempo. Mitos del tiempo.
1.2. El tiempo como recurso.
1.3. ¿Qué significa la administración del tiempo?
1.4. Aptitudes personales y tiempo de trabajo.

Objetivo:
Que los participantes incorporen, en forma teórico-operativa, los recursos necesarios para una buena
administración del tiempo en los contextos laborales.

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1.1 Conceptos generales del tiempo. Mitos del tiempo.





"El tiempo es la sustancia de que estoy hecho.

El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río;

es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre;

es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego.

El mundo, desgraciadamente, es real;

yo, desgraciadamente, soy Borges."

Jorge Luis Borges en "Otras Inquisiciones"



¿Qué es el tiempo?

El tiempo es una cultura que evoluciona con nuestros conocimientos. Toda
la historia de los conceptos de la materia, el espacio y el tiempo es la de una
especulación metafísica que dura varios cientos de años, señala Wartofsky1.
Antes del uso del lenguaje, suponemos que nuestra especie, si bien percibe
con exactitud el entorno, al mismo tiempo ostenta una forma de conciencia
sin forma ni definición. Son los preludios de nuestra más elemental cultura.

El uso del lenguaje -añade Wartofsky- nos saca de nosotros mismos y


enmarca nuestra experiencia dentro del mundo común de los objetos, de
los actos y de las demás personas. El lenguaje es el que altera las circunstancias de la percepción,
ordena los datos de la experiencia, los codifica y cimienta una específica concepción del mundo.

Es así como el homo sapiens construye su primer marco de referencia y supera el autismo inicial, ese
estado de conciencia difusa que caracteriza, supuestamente, sus primeros momentos como
especie. Entendemos que es así como se introduce en nuestra cultura la noción del tiempo, si bien
desde nuestros más remotos antepasados hasta nuestros días, la idea del tiempo ha evolucionado de
manera significativa en esa historia especulativa a la que se refiere Wartofsky.

1
Marx W. Wartofsky, Introducción a la filosofía de la ciencia, Alianza Universidad 39, Tomos I y II, Madrid 1979.

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Primeras conceptualizaciones del tiempo

Tenemos que remontarnos a la Edad Antigua para encontrar las primeras


reflexiones humanas sobre el tiempo. Platón decía que el tiempo es la imagen
móvil de la eternidad. Refleja el debate de la época entre el tiempo subjetivo (el de
cada persona), el tiempo objetivo (cronos o duración de los acontecimientos), y el
concepto de eternidad (tiempo inmortal y divino, sin principio ni fin) introducido
por Aristóteles.

Las unidades de tiempo más corrientes, como las diferentes épocas del año o el día
y la noche, contribuyen a introducir en la cultura de nuestros antepasados la mentalidad cíclica
asociada a tales fenómenos. Un ciclo sigue al otro en un proceso infinito, cada época no es sino una
parte del todo. Pericles expresa así esta mentalidad: “Todas las cosas de este mundo están abocadas
al declive.”

Para esta mentalidad cíclica, repetitiva, sin ilusión ni creatividad, el tiempo humano es tan exacto
como el del entorno, sin opción a variaciones deliberadas. Todo se considera condicionado por el
destino.

Desde estos primeros momentos, la cultura del tiempo combina los elementos objetivo y subjetivo,
así como la dimensión de eternidad, en un conjunto de ideas integradoras en las que se entremezclan
los ciclos del entorno, las percepciones temporales de cada persona y la noción de que el tiempo se
opone a eternidad: según Platón, el tiempo que pasa es la manifestación de una Presencia que no
pasa.

El tiempo no sólo rige las actividades del hombre sino su ser mismo, pues todo lo que experimenta en
su vida sucede en el transcurrir de esta abstracción. De hecho, no hay nada en el mundo conocido que
no experimente los cambios que el tiempo trae consigo. Se dice que "el tiempo es implacable" porque
nunca deja de fluir y todo lo que existe está sometido a su efecto. Todos nos vemos afectados por el
tiempo y, sin embargo, es tan difícil de definir..! Hace mil quinientos años, Agustín, filósofo y sabio
obispo de Hipona que después fue santo, preguntó: "¿Qué es el tiempo?" y se respondió a sí mismo:
"Si alguien me lo pregunta, sé lo que es. Pero si deseo explicarlo, no puedo hacerlo".

El tiempo ha intrigado a las mentes humanas desde la antigüedad y en un intento de entenderlo se le
han otorgado distintos sentidos. Los griegos creían que el tiempo era cíclico y que cuando todos los
cuerpos celestes volvieran a sus posiciones originales, todo volvería ser como en el principio e iniciaría
de nuevo la existencia. Los cristianos, en cambio, concebían al tiempo en forma lineal, con un
principio y un final, consignados en su texto sagrado, la Biblia. En la era del racionalismo, el físico
Isaac Newton dijo que el tiempo existía independientemente de la mente humana y los objetos

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materiales fluían por sí mismos. El filósofo Emmanuel Kant2, al contrario, propuso que el tiempo era
una invención humana que se proyectaba sobre el universo.

Todos sabemos que el tiempo se percibe de manera subjetiva. Por ejemplo, es muy distinto pasar un
minuto bajo el agua que estar un minuto jugando con los amigos. “El tiempo también se percibe a
partir de los cambios manifestados en los objetos animados e inanimados. La observación del mundo
externo permite advertir la sucesión de numerosos acontecimientos, algunos de tipo astronómico,
como la salida y puesta del Sol, la sucesión de las estaciones, y otros como las posiciones sucesivas que
adopta un cuerpo en su caída, un péndulo que oscila, o los cambios biológicos de los seres vivos”,
señala el español Xavier Zubiri Apalategui3, en uno de sus seminarios sobre el tiempo.

Las distintas culturas han creado muchas maneras de medir el tiempo, valiéndose de tecnología
específica para ello -como son los cuadrantes solares, las clepsidras o los relojes-, o bien a partir de
elaboraciones intelectuales basadas en la observación astronómica, como son los calendarios. La
Historia se vale de estas convenciones creadas por el hombre para situar los procesos y los sucesos en
el pasado.

Tiempo y movimiento

La relación entre tiempo y movimiento la señala por primera vez Aristóteles cuando establece: “El
tiempo es el número (la medida) del movimiento según el antes y el después”. El ser que mide es, para
Aristóteles, la conciencia interna del tiempo. Sin embargo, no llega a explicar qué es lo que señala el
antes y el después, como advierte Prigogine.

Aunque algunos pensadores de la Antigüedad, como Estratón, consideran que el tiempo es una
realidad completa en sí misma, otros, como Aristóteles, prefieren concebirlo más bien como una
relación, aunque sin llegar a definirlo como exclusivamente subjetivo.

En cualquier caso, la primera noche de esta reflexión humana que se prolonga hasta San Agustín,
considera que el tiempo es, desde siempre, una gran paradoja: parte del tiempo es pasado y ya no
existe, y la otra parte es futuro y no existe todavía, reflexiona Aristóteles. San Agustín enfatiza la
percepción subjetiva: el alma y no los cuerpos es la verdadera medida del tiempo.

El tiempo lineal

“Un salto esencial en la interpretación del tiempo se produce gracias a los profetas del judaísmo, que
rompen con la idea del eterno retorno y rechazan la noción de destino implantada por los griegos. Esta

2
Emmanuel Kant (1724-1804), filósofo alemán considerado por muchos como el pensador más influyente de la
era moderna.
3
Xavier Zubiri Apalategui (1898-1983), filósofo español.

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visión del mundo, sobre la que se construye más adelante la concepción cristiana, realza el valor del
futuro e introduce la esperanza como referencia de la evolución humana”, explica Zubiri.

La persona se encuentra en peregrinación hacia el futuro y espera con intensidad el próximo cambio
del mundo. Es la idea del tiempo lineal, que se contrapone a la idea del tiempo cíclico. El cambio de
mentalidad que introduce el tiempo lineal es considerable: no sólo integra la esperanza en la cultura
de la especie sino que, al mismo tiempo, la hace subversiva. El mundo está inacabado y debemos
perfeccionarlo.

Esta noción del tiempo como fuente de progreso añade la dimensión social al debate de la
Antigüedad sobre los elementos objetivo, subjetivo y eterno (o cíclico) del tiempo. La polémica se
prolonga hasta la época moderna, cuando el tiempo es percibido, bien como realidad absoluta (una
realidad completa en sí misma), bien como propiedad (de las cosas) o también como relación, como
decía Aristóteles (más que una realidad, el tiempo es una relación).

Tiempo continuo

El denominador común es la descripción del tiempo como algo continuo, ilimitado, de una sola
dirección y dimensión, homogéneo y fluyendo siempre del mismo modo, explica José Ferrater Mora,
filósofo, ensayista y escritor español.

Newton profundiza en esta descripción y establece el tiempo como algo absoluto, verdadero y
matemático, que transcurre uniformemente. Descarta el factor subjetivo e introduce la medición
matemática del tiempo con ayuda de relojes. Para Newton el tiempo es sólo una magnitud, una
unidad de medida, puesto que en un mundo en movimiento no hay lugar para el presente.

La visión newtoniana considera que la historia cósmica está ya escrita: podemos saber en qué
momento ocurrirá el próximo eclipse o el paso del siguiente cometa. Como explica Ivar Ekeland, es la
época de la transparencia perfecta, el tiempo se inscribe en el espacio, el pasado y el futuro están
escritos en el instante presente para el que sepa leerlos.

El tiempo cuántico

Una nueva y significativa ruptura en la concepción del tiempo se produce en la primera mitad del siglo
XX, cuando la teoría de la Relatividad Especial de Einstein establece la unión del tiempo y el espacio
en un nuevo concepto que evoca a Aristóteles. Hace 2.200 años, Aristóteles afirmó que el tiempo
tiene que ser movimiento, uniendo así dos conceptos relacionados entre sí pero que se nos
presentaban separados, diferentes.

Einstein establece una revolución conceptual parecida cuando señala que el tiempo es la cuarta
dimensión de la realidad. Los objetos no sólo tienen longitud, altura y profundidad, sino que además
están inmersos en un proceso temporal inevitable que tiene tanta importancia como las otras tres
dimensiones físicas.

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Bertrand Russell lo explica así: espacio y tiempo no son independientes, como tampoco lo son las tres
dimensiones del espacio. Seguimos necesitando las cuatro dimensiones para determinar la posición
de un hecho... (pues) no existe el mismo tiempo para diferentes observadores.


Espacio-tiempo
La gran trascendencia de la aportación de Einstein radica en la unificación que realiza de conceptos
básicos aplicados a la realidad: no sólo establece que la materia es simultáneamente onda y partícula,
sino que el tiempo y el espacio son también facetas diferentes de un todo cuatridimensional que es el
llamado espacio-tiempo.
Algunos físicos consideran incluso al espacio-tiempo como la matriz de toda la realidad. De hecho, el
espacio y el tiempo aparecieron simultáneamente en la evolución del Universo.

La física actual se plantea además que el tiempo puede estar formado por partículas elementales que,
al igual que los objetos materiales, percibimos como algo continuo y fluyente a nivel macrofísico (es
decir, en la vida cotidiana), pero que, a nivel microfísico (que sólo podemos percibir en el laboratorio),
es granulado (está formado por partículas) e irregular (porque tiene periodos de diferentes
proporciones). Si esto es así, la misma dualidad onda-partícula aplicable a la luz, valdría también para
el tiempo.

El tiempo como ilusión

Wartofsky4 advierte que nuestra imagen actual del espacio y del tiempo ha sido creada por la ciencia,
y que las concepciones del espacio y el tiempo no están siempre de acuerdo con las simples verdades
espacio - temporales que tomamos como inevitables y necesarias.

Conviene tenerlo en cuenta porque para Einstein la distinción entre pasado, presente y futuro es sólo
una ilusión, por persistente que ésta sea. Esta afirmación choca con el sentido común, que nos indica
que el tiempo es tan real como la materia y el espacio.

Sin embargo, añade Wartofsky, el sentido común es un término relativo, que indica solamente el
sentido común que prevalece en un período determinado del desarrollo conceptual. Desde esta
perspectiva, el sentido común es sólo el conocimiento adquirido por la especie que ha resultado útil
en determinados períodos históricos, pero no necesariamente sinónimo de verdad. ¿Es el tiempo una
cultura, una ilusión de la especie?


4
Marx W. Wartofsky (1928-1997), filósofo especialista en epistemología histórica.

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Dos presentes

Aceptar que el espacio y el tiempo forman una única realidad supone no sólo convertir a ambos en
fenómenos físicos, sino también revisar la noción de simultaneidad. Hasta Newton se pensaba que
existía un presente universal: dos acontecimientos pueden ocurrir al mismo tiempo en dos lugares
diferentes.

Sin embargo, la Teoría de la Relatividad establece que no existe ningún momento que tenga validez
universal: dos acontecimientos pueden ocurrir simultáneamente para un observador, pero otro
observador que se mueva respecto al primero de ellos percibirá esos dos acontecimientos
sucesivamente, no al mismo tiempo.

Es decir, aunque en la vida cotidiana, donde las distancias y las velocidades son demasiado pequeñas
para apreciar la Relatividad, no ocurren estas cosas, sin embargo acontecimientos que tienen lugar en
lugares muy alejados entre sí pueden estar en el pasado para un observador y en el futuro para otro.
Bertrand Russel afirma al respecto que el orden-tiempo de los acontecimientos depende en parte
del observador.

En consecuencia, el concepto de presente es una cuestión meramente personal y sólo tiene


significado para el marco de referencia en el que se encuentra el observador, explica Davies. Y añade:
siendo esto así resulta insensato dividir ordenadamente el tiempo en pasado, presente y futuro.

Arqueros del Universo

La estructuración de los acontecimientos en pasado, presente y futuro no deja de ser una


construcción mental sin ningún significado para las ciencias naturales, lo que explica la ilusión a la que
se refería Einstein.

“El mundo no sucede, simplemente existe”, dice el matemático Herman Weyl5. La flecha del tiempo la
ponemos nosotros. Somos los arqueros que permiten que el Universo tenga una historia con pasado,
presente y futuro.

Un nuevo elemento desconcertante porque, a pesar de su carácter ilusorio, la direccionalidad del


tiempo impregna todo el Universo y es la que establece el principio básico de causalidad, origen de
cada uno de nosotros.

Casi todos los físicos están convencidos de que la causalidad es una ley inviolable de la naturaleza,
pero a decir verdad carecen de una demostración que así lo pruebe, advierte Gribbin. Y añade: no
existe en realidad nada en las leyes de la física que exija que la causalidad sea verdadera... La ley de
causalidad no es más que la concepción vulgar del tiempo expresada en jerga científica.

5
Herman Weyl (1885-1955), físico-matemático alemán.

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Nuestra magnitud respecto al Universo guarda así una estrecha relación con nuestra capacidad de
interactuación con él: según la Relatividad nosotros somos el tiempo del Universo.

Una cultura del tiempo abierta

Estas reflexiones nos señalan que el debate iniciado por Platón se


prolonga todavía, que continuamos viviendo, compartiendo e inventando
la historia del tiempo en una persistente especulación metafísica. Sin
embargo, al igual que ocurre con nuestras facultades superiores,
seguimos sin saber exactamente lo que es el tiempo.

Uno de los mayores condicionantes de nuestra existencia, de nuestro


conocimiento, de nuestra percepción y de nuestra cultura, es también uno de nuestros mayores
misterios. Bergson lo expresa así, elocuentemente: nosotros no pensamos el tiempo real, pero lo
vivimos porque la vida desborda a la inteligencia.

Parece decirnos que, ya seamos los arqueros del universo que ponemos la flecha del tiempo, como
decía Einstein, o ya seamos parte de la corriente de irreversibilidad que cruza el universo, como dice
Prigogine6, la vida nos desborda y conduce por senderos en los que el tiempo emerge más como una
cultura que evoluciona con nuestros conocimientos, que como uno de los fundamentos metafísicos
del mundo real.

Esto es lo que podemos aprender de la historia del tiempo, que sigue abierta a nuevas
interpretaciones porque es una historia que construimos nosotros con nuestras inquietudes,
investigaciones y reflexiones.

El tiempo en la actualidad

Para empezar a entender de qué hablamos cuando hablamos de tiempo, vamos a presentar las
acepciones más comunes del término:

Del tiempo, todos tenemos, más o menos, una cierta idea. En primer lugar explicaremos los
caracteres generales descriptivos del tiempo tal como lo entendemos todos. Es el concepto
descriptivo del tiempo.



6
Yllia Prigogine (1917-2003), físico ruso, Premio Nobel de Química 1977.

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EL CONCEPTO DESCRIPTIVO DEL TIEMPO

En este apartado trataremos de explicitar los caracteres de esta idea del tiempo. De dichos caracteres
unos son propios e internos al tiempo mismo; son el tiempo considerado en sí mismo. Otros afectan
al tiempo por razón de las cosas que temporalmente acontecen. Son los dos puntos que hemos de
considerar: primero, “el tiempo considerado en sí mismo”, y segundo, “el tiempo y las cosas”, que
trataremos en el siguiente punto de esta Unidad.

Caracteres del tiempo considerado en sí mismo

El tiempo se nos presenta como algo que va pasando: un presente se va haciendo pasado y va yendo
a un futuro. El tiempo es, pues, un pasar que tiene tres partes suyas: presente, pasado y futuro. Estas
tres partes se hallan dotadas de una intrínseca unidad. Esta unidad es lo que expresa el vocablo
“pasar”. En su pasar, el tiempo constituye una línea simbólica, la línea del tiempo. El concepto
descriptivo del tiempo no es sino la descripción del tiempo como línea temporal. Entonces, las partes
del tiempo cobran un sentido especial: son los “puntos” de esta línea.

De estos puntos, el presente es lo que desde siempre se ha llamado el “ahora”. No tiene magnitud
temporal; es pura y simplemente puntual. Lo aprehendemos al ir haciendo cada vez más breve el
lapso de tiempo que consideramos. La línea del tiempo no es sino la línea de estos “ahoras”; son los
momentos e instantes del tiempo.

El tiempo es una línea temporal de momentos, de ahoras, cuya conexión es de carácter continuo,
abierto, aperiódico y ordenado. Pero el tiempo no tiene tan sólo partes con conexión; tiene, también,
una dirección. Es el segundo tipo de caracteres que hemos de examinar.

La «dirección» del tiempo

El continuo de la línea temporal tiene, pues, una dirección, un «desde-hacia» absolutamente fijo e
irreversible, y en este doble sentido la dirección es única. Y justo, esto es lo que constituye la
«dirección» del tiempo: el «desde-hacia» del orden único de sus momentos o partes. Sólo cuando
digamos cuál es la índole de la línea temporal cobrarán estos conceptos su última precisión.

La «distancia» temporal

La línea del tiempo no sólo tiene continuidad y dirección, sino que tiene también propiedades
métricas. Entre dos momentos del tiempo siempre puede definirse lo que llamamos distancia
temporal o intervalo. Así decimos que algo ha durado tres horas, o cuatro siglos, etc. Es lo que en
términos generales podemos llamar cronometría.

En segundo lugar, al hablar de métrica temporal nos estamos refiriendo tan sólo a lo que pudiéramos
llamar la condición del tiempo. Hablo tan sólo de que el tiempo es «medible», pero no de si su

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«medida» es o no es independiente del espacio y del movimiento y hasta de la masa. El tiempo es


medible, pero su métrica, al igual que la del espacio, puede ser definida de infinitas maneras. Pero
además, que el tiempo sea un conjunto de momentos capaz de ser medido no significa que su medida
pueda ser fijada por la naturaleza del tiempo, independientemente de lo que en el tiempo acontece.

El tiempo no es una línea que corre por sí misma, independientemente del espacio, sino que es una
línea cuya métrica está esencialmente afectada por el espacio y por el movimiento. Entonces el
tiempo es una «dimensión» (algo referente a la medida o mensura) que no sería independiente de las
tres dimensiones espaciales, sino que constituiría, junto con ellas, una cuarta dimensión del mundo.

Reflexión: ¿Qué es lo que más les interesó, y por qué, de este recorrido por la comprensión del
concepto de “tiempo” y sus “mitos”? Compartan su respuesta en el Foro de socialización.

1.2 El tiempo como recurso

EL TIEMPO Y LAS COSAS

El tiempo tiene también otros caracteres que no le competen por lo que es en sí mismo, sino tan sólo
por razón de las cosas que acontecen en él. Desde este punto de vista aparece el tiempo como unidad
respectiva de las cosas que transcurren temporalmente.

Las cosas respecto del tiempo: su “cuándo”.

Tomado en toda su generalidad, este «cuando» significa la “colocación”, por así decirlo, de algo en el
tiempo. Ante todo, estamos habituados a ver en el “cuándo” una “fecha” (tanto del calendario como
del reloj): tal hecho, decimos, ocurrió a la hora tantos del día tantos del año tantos, etc. Aquí el
“cuándo” es una colocación en el tiempo métricamente numerado.

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Lo cual significa que cada suceso está localizado en el tiempo respecto de un reloj, esto es, respecto
de una cosa temporal. El “cuándo” métrico es, pues, una determinación numérica temporal de una
cosa pero sólo respecto de otra, y consiste formalmente en su “simultaneidad” con esta última,
numéricamente medida; es decir, en que las dos cosas ocurran en un idéntico “ahora” numérico.

La dificultad comienza a verse cuando se consideran relojes y sistemas de referencia en movimiento


los unos respecto de los otros. Entonces, si desde un sistema medimos el tiempo que media entre dos
sucesos que en él transcurren, constatamos, por ejemplo, que son simultáneos. Pero si hacemos esta
misma medida desde un sistema B en movimiento respecto del sistema A, entonces los dos sucesos
no son simultáneos en B. La “hora” resulta ser distinta en ambos casos. El concepto de simultaneidad,
y por tanto el “cuándo”, son relativos o respectivos al estado de movimiento de los relojes y sistemas
de referencia y no independientes de él, como se creyó hasta Einstein.

En definitiva, las cosas respecto del tiempo son temporales en cuanto se “colocan” las unas respecto
de las otras en el tiempo. Desde este punto de vista, el tiempo es el principio mismo del “cuándo”.

Pura percepción

Todos nosotros, sin excepción, vamos por la vida compartiendo la misma cantidad de tiempo: 24
horas en cada día y 7 días en cada semana. Sin embargo, ¿por qué será que el día de algunas personas
transcurre corriendo de un lado a otro, sin lograr resultados satisfactorios y otras, en cambio, logran
realizar una gran cantidad de tareas con una tranquilidad inusitada?

Es más, estos no sólo cumplen con sus obligaciones laborales sino que además se las arreglan para
llevar a sus hijos al colegio, hacer ejercicio 3 ó 4 veces por semana, asisten a las actividades extra-
curriculares de sus hijos y por si fuera poco, tienen su hogar arreglado y hasta van al cine una o dos
veces al mes con su pareja. La diferencia está en la forma cómo invierten unos y otros ese valioso
recurso que llamamos tiempo.

Por otro lado, debemos considerar que eso que llamamos tiempo, realmente es relativo, ya que
pareciera que no siempre circula a la misma velocidad, depende de nuestra propia percepción.

Seguramente han notado que un período de 20 minutos, cuando estamos realizando actividades en
las cuales no tenemos ningún interés, transcurre lentamente, como si fueran una eternidad. En
cambio, si lo que estamos haciendo es de nuestro agrado, esos mismos 20 minutos pasan mucho más
rápido. Pura percepción, ya que son los mismos 1200 segundos.

Estamos combinando aquí dos conceptos básicos: cómo invertimos el tiempo y cómo percibimos su
paso. La clave para lograr el máximo rendimiento de nuestra inversión se basa, por una parte, en
lograr una forma eficiente de administrar los recursos a invertir y, por otra parte, en asegurar que
obtenemos placer en el proceso de invertir esos recursos.

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Se trata entonces de aprender las habilidades necesarias que nos permitan diseñar la vida que
queremos vivir, establecer nuestras prioridades fundamentales y administrar nuestros recursos para
asegurar nuestro enfoque en esas prioridades.

Si queremos tener relaciones que nos llenen, la salud que nos permita vivir plenamente y el éxito
profesional o de negocios que anhelamos, es imprescindible entender que debemos invertir el tiempo
necesario en aquellas áreas que nos lleven a esas metas.

Podemos hablar del tiempo de una manera similar al dinero con una diferencia: siempre podemos
generar más recursos financieros, ganar más dinero, reponer el dinero perdido, pero con el tiempo no
podemos hacer lo mismo. El tiempo, una vez que ha sido utilizado, no puede ser recuperado. No
podemos crear más tiempo, de allí que deba ser considerado incluso más valioso que el mismo
dinero, es un recurso “no renovable”.

Aprender a gestionar el recurso

Dependiendo de lo que queramos lograr en la vida, debemos aprender a manejar nuestro tiempo de
manera inteligente, aprender a invertir nuestro tiempo, de igual manera como lo hacemos con el
dinero.

“En general se habla de gerencia del tiempo y se la relaciona como algo técnico, como ideas y técnicas
para controlar el tiempo y ser más eficiente en el trabajo. La mayor parte de la bibliografía
relacionada con la Gestión del Tiempo, se basa en los mismos conceptos: establecer listas de acciones,
determinar las prioridades de cada una y mantener un sistema de control y seguimiento de las
mismas”, comenta Luis Kowalski, periodista del sitio topmasters.com.ve.

Ahora, si bien esas técnicas y procedimientos forman parte integral de la Gestión del Tiempo, una
adecuada administración de nuestro recurso más valioso, va mucho más allá que simples procesos y
controles, es un factor vital en el logro de nuestras metas y objetivos.

Estos sistemas, por sí solos, no son del todo satisfactorios, ya que si el objetivo es subir una escalera y,
para ello, se aplican los mejores métodos para ser más eficiente y productivo en el uso del tiempo,
sólo para darnos cuenta al final, que la escalera estaba apoyada en la pared equivocada.

Metodología basada en resultados

De allí que sea necesario desarrollar una metodología que esté basada en resultados y no en tareas,
un método que te permita cambiar la forma de cómo se establece el uso del tiempo, tener claro qué
es lo que se quiere lograr en base a principios y valores para luego y sólo entonces, hacer uso de todas
las herramientas disponibles para garantizar la inversión del tiempo en aquellas tareas que son
verdaderamente importantes.

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Un método que permita enfocarse en un propósito desarrollándolo con pasión de forma que no sólo
se logren los objetivos sino que se disfrute enormemente el proceso, por ende, cambiando la
percepción que se tiene del paso del tiempo, en pocas palabras, un sistema que se enfoque en los
resultados.

Se trata no sólo de gestionar el tiempo sino de lograr un efectivo manejo de nuestras vidas personales
y profesionales, y administrar nuestras actividades de la mejor manera.

El problema del tiempo

El problema no es el tiempo en sí, ni cuánto tenemos, sino más bien qué


hacemos con el que poseemos. Además el tiempo es un recurso singular. No
puede ser acumulado, como el dinero, ni almacenado, como las materias
primas. Estamos obligados a invertirlo, lo queramos o no, y a una tasa fija de 60
segundos cada minuto. No puede ser encendido y apagado como una máquina,
o reemplazado como un hombre. Es irrecuperable.

Naturaleza del tiempo

Martín Arévalo, periodista español del sitio todosobreventa.over-blog.es, plantea 6 características del
tiempo que se deben tener en cuenta a la hora de empezar a gestionarlo.

Es EQUITATIVO: Cada persona recibe la misma cantidad de horas cada día, ni más ni menos. Su
reparto es decisión personal y forma parte de la habilidad para manejar inteligentemente sus
metas personales.

Es ATÍPICO: Es un recurso diferente a todos los que el hombre está acostumbrado a manejar.

Es INELÁSTICO: El tiempo no puede tomarse prestado, ni puede acumularse, ni venderse ni
comprarse.

Es INSUSTITUIBLE: No puede sustituirse por ningún otro.

Es INDISPENSABLE: No existe acto humano que pueda realizarse sin tiempo.

Es INEXORABLE: El tiempo fluye, y muy a nuestro pesar, en un sólo sentido. No cabe vuelta
atrás. Todo lo que podemos hacer es utilizarlo de la mejor forma posible.

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Administración Eficaz del Tiempo

Reflexión: ¿Lograron comprender cabalmente el concepto del “tiempo como recurso”? Fundamenten
su respuesta y compártanla en el Foro de socialización.



1.3 ¿Qué significa la administración del tiempo?

La administración del tiempo se puede definir como una manera de ser y una forma de vivir. Hoy, se
puede considerar al tiempo como uno de los recursos más importantes y críticos de los
administradores.

Gustavo Villegas López, Profesor Investigador Universidad EAFIT (Colombia), prefiere asumir que el
tiempo es vida y que administrar el tiempo es tomar consciencia de cómo vivimos nuestra vida
teniendo claro dónde estamos, para dónde vamos y cuáles son nuestras prioridades.

Tal es la premisa con la que acuerda Stephen R. Covey en su libro “Los 7 hábitos de la gente
altamente efectiva”. Dice:

(…) La administración efectiva consiste en empezar por lo primero. Mientras que el liderazgo decide
qué es «lo primero», la administración le va asignando el primer lugar día tras día, momento a
momento. La administración es disciplina, puesta en práctica (…) (Fragmento del libro).

Fundamentalmente se habla sobre el hábito de la administración personal. Este hábito tiene que ver
con las múltiples preguntas que surgen sobre la administración del tiempo y por extrapolación, de la
vida. El verdadero desafío no es la administración del tiempo, sino la administración de uno mismo.
Tomar el control del tiempo y de los acontecimientos en nuestras vidas, viendo cómo se relacionan
con nuestras metas. Dos dimensiones: importancia y urgencia, crean las categorías de demanda sobre
el tiempo.

(…) «Administración del tiempo» es en realidad una denominación poco feliz; el desafío no consiste en
administrar el tiempo, sino en administrarnos a nosotros mismos. (…) (Fragmento del libro).

“La administración del tiempo es determinar cómo usamos nuestro tiempo para alcanzar nuestros
objetivos en el menor tiempo posible. Para ello es necesario comenzar planteándose objetivos para
nuestra vida, y los tres objetivos básicos son: salud, felicidad y éxito. En la medida que el tiempo se
dedique a estos tres objetivos lograrás un equilibrio en tu vida, que te permitirá crecer como persona,
siendo un ejemplo para los demás”, comenta Milton Clark Muñoz Santivañez, Asesor de la Dirección
General de la Academia de la Magistratura Peruana.

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Administración Eficaz del Tiempo

Reflexión: ¿Saben ustedes administrar bien su tiempo, o consideran que son poco hábiles y
competentes en este tema? Fundamenten su respuesta y compártala en el Foro de socialización.




La salud, la felicidad y el éxito

La salud es el mantenerse en buen estado físico, para ello es necesario buena alimentación y realizar
ejercicios físicos que permitan trabajar resistencia, flexibilidad y fuerza. El objetivo es cuidar el cuerpo
que tenemos, logrando que este pueda durar más tiempo, ya que naturalmente por efectos del
tiempo el cuerpo envejece y en ese proceso se va deteriorando.

La felicidad es un estado de ánimo, es una elección que tiene que ver con nuestro mundo interno, es
decir, con aquello que cada persona puede controlar: nuestra inteligencia, habilidades, resultados y
logros, por lo tanto, debemos poner nuestra felicidad en función a nuestro mundo interno, por que
sólo así podremos tomar el control de la felicidad y ser felices. Lo contrario es poner la felicidad en
función de nuestro mundo externo, es decir a aquellos que no controlamos, como el estado de ánimo
de nuestros jefes, agradarle a los demás, buscar que una chica que nos gusta nos quiera, etc., lo cual
pondría en riesgo nuestra felicidad, porque le daríamos a otros esa decisión que nos corresponde.

Para ser felices debemos ser consistentes entre lo que queremos y hacemos. En la medida que
hagamos lo que necesitamos para lograr nuestros objetivos seremos felices aún cuando no logremos
alcanzar nuestros objetivos. Lo más importante al momento de tener un objetivo es entregar todo por
tratar de alcanzar el objetivo, aún no alcanzándolo, mientras hagamos eso seremos felices, porque
sabremos que estamos en el camino correcto, lo demás es cuestión de tiempo, lo importante en ese
proceso es entregar todo de nosotros, perseverar, aprender de las caídas, capacitarnos y continuar.

La infelicidad nace de la inconsistencia, de las contradicciones en la vida, de los conflictos internos.
Por ejemplo: soy gordo, quiero adelgazar, pero en el día a día me alimento más de lo que mi cuerpo
necesita. Soy un fumador, quiero dejar de fumar, pero en el día a día fumo bastante. Quiero ser un
gran profesional, pero en el día a día no estudio. Todas esas contradicciones en su vida lo llevarán a la
infelicidad, porque no se sentirá bien usted mismo, porque será conciente de que pudo dar más pero
no lo hizo y se sentirá frustrado.

Por último el éxito, significa alcanzar los objetivos que trazamos, para ello es necesario dedicarle más
tiempo al trabajo estratégico que al trabajo operativo. El trabajo estratégico es aquel trabajo que se
realiza para decidir lo que se va a hacer y el operativo es hacer lo decidido o llevarlo a la práctica. Si
nos equivocamos en el trabajo estratégico decidiendo hacer algo que no generará valor, el hacerlo no
tendrá sentido, sólo nos hará perder tiempo, por lo tanto, es importante que le dediques tiempo al
trabajo estratégico.

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Administración Eficaz del Tiempo

El tener presente estos tres objetivos, le permitirá en el día a día priorizar, ser más estratégico que
operativo, tomar decisiones acertadas sobre el uso del tiempo, hacer lo que sea importante en su vida
y no perder tiempo.

Los enfoques tradicionales de administración del tiempo

La mayor parte de los enfoques tradicionales para administrar del tiempo están orientados por
una lógica de corto plazo. Estos enfoques generan hábitos de comportamiento cortoplacistas,
influenciados por la vigencia que estos paradigmas tienen en nuestras culturas familiares, escolares,
empresariales y comunitarias.
Sus métodos terminan provocando los males y desequilibrios que pretendemos evitar. Veamos
algunas de sus principales premisas y limitaciones:

Eficiencia: la eficiencia consiste en "hacer más en menos tiempo". Pero el supuesto
subyacente es que la "cantidad" y la "velocidad" son lo mejor. Existe una diferencia vital entre
eficiencia y efectividad. Ya que hacer más velozmente las cosas nos precipita más rápido al
abismo de la crisis si antes no hemos verificado que estamos en el camino correcto. Por lo que
llegar más rápido al lugar equivocado puede ser "eficiente", pero no resulta "efectivo".

Control: propone la idea de que planificar y programar es indispensable para controlar las
acciones de los demás. Pero pasa por alto el hecho de que la mayor parte del tiempo nos
relacionamos con otras personas a quienes no podemos controlar. A poco de andar caeremos
en la cuenta de que lo único que teníamos era la "ilusión de tener el control" y que lo único
que logramos fue generar desconfianza. Porque la confianza mutua es el principal capital que
puede tener una relación personal o de trabajo y se basa en la interdependencia no en el
control unilateral. Ya que mutuamente nos necesitamos para obtener resultados y la voluntad
de control es probable que acabe desintegrando la confianza mutua primero y la relación
después.

Chronos: la administración tradicional del tiempo se ocupa del tiempo chronos, vocablo griego
que define al tiempo cronológico, lineal y secuencial. Ningún segundo vale más que otro y
el reloj maneja nuestra vida. Pero la clave está en el tiempo kairos: tiempo apropiado o
de calidad. La idea del tiempo kairos radica en el valor que se obtiene de él. No en la cantidad
de tiempo chronos invertido. La idea de tiempo kairos, también deriva de la antigua Grecia.
Con este vocablo los griegos definían al tiempo de oportunidad para adelantarse a un
competidor en las competencias de carros tirados por caballos. Por lo que reconocer
las oportunidades que se nos presentan para nuestra superación personal y aprovecharlas,
constituye un tiempo de calidad que escapa a la medición secuencial del tiempo chronos.

Valores: valorar significa atribuirle a algo un valor relativo mayor que a otras cosas que
también nos rodean. Los valores guían nuestras elecciones porque creemos en ellos. Pero la
mera valoración de algo no garantiza mejoras en nuestra calidad de vida, si los valores no se

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Administración Eficaz del Tiempo

ajustan a los principios. Los valores son subjetivos e internos, los principios parecen ser
objetivos y externos. Existe una creencia universal en principios tales como: la justicia,
la honestidad, la bondad, la dignidad, la integridad, el servicio, la calidad, la paciencia, etc.
Contrariamente a lo que muchas veces creemos, estos principios funcionan
independientemente de nuestra voluntad y nos gobiernan.

Aunque por nuestra natural imperfección humana no podamos comportarnos totalmente de
acuerdo con ellos, igualmente desearíamos vivir y ser tratados de acuerdo con ellos. Cuando
más en sintonía estén nuestros valores con estos principios, mayor felicidad y significado
tendrán nuestras vidas. Contrastando esta afirmación con el absurdo, podemos formarnos
juicio sobre su validez. Pensemos lo que sería de una organización gobernada por valores
como la injusticia, la mentira, la bajeza, la inutilidad, el engaño o la mediocridad.

Administración: el modelo tradicional se ocupa de la administración, no del liderazgo. La
administración es útil cuando no debemos salirnos del camino trazado. Pero muchas veces
los problemas no son de administración, sino de liderazgo y no es suficiente con mantener
firme el rumbo. En realidad mantener firme el rumbo sólo empeora las cosas. A veces hay que
buscar otros rumbos y esto significa liderar.

Métodos: El modelo habitual de manejar el tiempo, nos provee métodos. Nos dice como hacer
"bien" las cosas. Si bien esto nos ayuda a limitar la ansiedad que experimentamos, también
limita nuestra libertad de acción adormeciendo nuestros centros del pensamiento creativo. Al
renunciar a la innovación quedamos esclavos de nuestros paradigmas, en lugar de hacer que
los paradigmas estén a nuestro servicio."Muchas veces en vez de tener paradigmas, los
paradigmas nos tienen a nosotros".

A esto último, lo llamamos el "efecto paradigma". Sobretodo si se trata de un paradigma exitoso, es
probable que nos enamoremos de la solución que nos proporcionó.

Reflexión: De todos estos métodos tradicionales de administración del tiempo, ¿cuál es el que más se
acerca a sus propias formas de administrarlo? Fundamenten su respuesta y compártala en el Foro de
socialización.

Un enfoque de efectividad para el manejo del tiempo



El presente enfoque es uno de efectividad (o sostenibilidad) para el manejo del tiempo, superador de
la eficacia que sólo se preocupa por el logro de objetivos sin evaluar la relación costo – beneficio y
también de la eficiencia, que se ocupa de optimizar el uso de los recursos sin tener en cuenta a veces
el recurso fundamental: las necesidades de las personas involucradas en el proceso.

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Administración Eficaz del Tiempo

La efectividad puede hacer la diferencia en la calidad del clima relacional superando el malestar
emocional que padecemos cuando tenemos la sensación de correr a los problemas siempre desde
atrás, atender sólo lo urgente, vivir de crisis en crisis, etc.

La visión de futuro

Llamaremos visión de futuro a nuestra aptitud para ver más allá de la realidad actual y convertirnos
en algo que todavía no somos. La existencia de una visión de futuro es un elemento indispensable
para que exista la posibilidad de superación personal y colectiva. Nadie puede
encontrar motivación para superarse teniendo en cuenta sólo su situación actual. Por lo tanto, sin
visión de futuro no hay motivación y sin motivación tampoco hay nadie que pueda mejorar su manejo
del tiempo. Por lo que si no existe una visión de futuro o ni siquiera un modelo aproximado que nos
impulse a imitar es indispensable crearlo.

Tener una visión de futuro nos permite aventurarnos a ejercer nuestro pensamiento creativo y no
simplemente responder a las circunstancias actuales. La visión es la certeza de haber encontrado el
destino correcto. Puede asimilarse a la brújula que nos marca el norte que necesitamos sincronizar
con nuestro reloj para privilegiar las actividades que nos mantengan dentro de la dirección adecuada.

Cuando nuestra visión es limitada –por ejemplo un horizonte de tiempo de semanas o a lo sumo de
un par de meses-, basamos nuestras elecciones en lo inmediato. También si nuestra visión esta
sesgada a una sola esfera -social o económica, por ejemplo- estas opciones nos pueden llevar al
desequilibrio y a la frustración por olvidar otras necesidades (mentales, espirituales, etc.) La visión
que sirve de base a un cambio sostenible debe integrar todos los roles de nuestra vida en un
equilibrio adecuado.

No se trata de triunfar en un rol a expensas de los demás. La sostenibilidad es equilibrio y el equilibrio
es conjunción (y), de ninguna manera disyunción (o).

Podemos afirmar que si la posibilidad de cambiar distingue a las personas inteligentes de las que no lo
son, entonces la posibilidad de lograr cambios efectivos, diferencia a su vez a las personas inteligentes
de las que se destacan por poseer rasgos de sabiduría.

Reflexión: ¿Tienen ustedes visión de futuro? Fundamenten su respuesta y compártala en el Foro de


socialización.

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Administración Eficaz del Tiempo

La misión

La misión es la razón de ser. La misión contesta las preguntas: ¿Cuál es el propósito de su vida?, ¿Para
qué existe? ¿Por qué hace lo que hace? ¿Por qué le gustaría ser recordado?
Define los fines de la persona (o la organización), pero evita recetar medios para lograrlos.
Debería ser una frase simple, corta y de agudeza profunda. La misión debe inspirar.
El enunciado de la misión se convierte en la constitución, en expresión sólida de sus puntos de vista y
sus valores. Pasa a ser el criterio con el que se miden todas las otras realidades de la vida.
Si tengo una comprensión profunda de mi centro y mis propósitos puedo repasarlo y volver a
comprometerme con él frecuentemente. Por eso es bueno memorizarlo.

El sentimiento de seguridad se origina en el interior, en el hecho de centrar la vida en principios, de
seguir los dictados de la conciencia.

Reflexión: ¿En qué medida tienen ustedes un propósito claro y firme en su vida y profesión?
Fundamenten su respuesta y compártala en el Foro de socialización.

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Administración del Tiempo Dr Stephen R Covey

https://www.youtube.com/watch?v=H5Q7BIoTX0U

Analicen los contenidos del vídeo, elaboren una breve síntesis, en la que no dejen de señalarse los
principales tips, y compártanla en el Foro de socialización.









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Administración Eficaz del Tiempo

1.4 Actitudes personales y tiempo de trabajo



Sólo cuando entramos en contacto con el mundo laboral, cuando se nos exigen metas a alcanzar en
un determinado plazo de tiempo, adoptamos una nueva mentalidad, o quizás tomamos conciencia de
ello. Siempre se habla de controlar el tiempo, pero eso es una falacia. El tiempo no se controla. Sólo
podemos controlar a qué dedicamos nuestro tiempo.

Es tan generalizado el hecho de que se trabaje sin una adecuada fijación de prioridades que no
parecería aventurado creer que eso se debe a la falta de claridad acerca del verdadero significado de
la responsabilidad que se tiene: si se funciona –algunos piensan que por eso se les llama funcionarios-
durante tantas horas diarias, pareciera injusto ser llamado irresponsable, pero si a pesar de tanto
funcionar, no se cumple con la responsabilidad asumida…

Es indispensable identificar el por qué del gusto –casi una adicción- por lo urgente, por todo aquello
que nos permite resolver crisis con la aplicación de nuestros conocimientos y capacidades y el por qué
de la falta de interés por aquello que nos exige, aquello que nos enfrenta con nuestra realidad. Es un
examen que requiere de honestidad, humildad y valor pero que es fundamental para conocer los
pasos a dar a fin de lograr la claridad del rumbo y la disciplina para seguirlo.

Honestidad para reconocer las situaciones erróneas o no convenientes que consumen el
tiempo. En reiteradas ocasiones cuesta admitir que tal o cual actividad provocan que no
lleguemos a concluir algún informe debido a que se ha convertido en parte de nuestra rutina.
La hemos naturalizado a tal punto que no visualizamos que no esté restando tiempo para
optimizar nuestro trabajo.

Humildad para hacer a un lado cualquier actitud de protagonismo exagerado que provoque
los desvíos detectados. Gran cantidad de personas no logra concluir sus labores simplemente
porque se embarca en el desarrollo de innumerables tareas sólo para demostrar que puede
tener y manejar mucho trabajo. La humildad se pone en juego cuando se toma conciencia de
que todo no se puede y menos de que, cuando uno tiene mucho trabajo, todo no se puede
realizar eficazmente.

Valor para cambiar y aprender a decir que NO a tiempo. Algunas personas se acostumbran
tanto al flujo de adrenalina descargada en las crisis, que dependen de ella para sentirse con
entusiasmo y energía. Siempre es necesario parar y reflexionar sobre lo que estamos haciendo
y cómo lo estamos haciendo.

¿Cómo se siente usted en los casos de urgencia? ¿Estresado? ¿Presionado? ¿Tenso? ¿Exhausto? No
cabe duda. Pero, para hablar con sinceridad, ésas resultan situaciones vivificantes. Nos sentimos
útiles, exitosos, valorados. Nos sentimos bien. Siempre que surge un problema, cabalgamos hacia el
pueblo, desenfundamos la pistola, aniquilamos al bandido, soplamos el humo del cañón de nuestra
arma y nos alejamos rumbo al crepúsculo como héroes.
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Administración Eficaz del Tiempo

Obtenemos así resultados instantáneos y gratificación inmediata. Se espera que estemos siempre
ocupados, con exceso de trabajo, y esta expectativa se ha convertido en un símbolo de nivel social: si
estamos ocupados, somos importantes; si no estamos ocupados, nos da vergüenza admitirlo. La
seguridad surge del hecho de estar ocupado. Otorga valor. Es popular y gratificante. Resulta también
una buena excusa para no encarar lo primordial de la propia vida”.

El reloj y la brújula

Las decisiones resultan más fáciles de tomar cuando el problema se reduce a la cuestión de lo
"bueno" y lo "malo". Pero para la mayoría de nosotros el asunto no tiene que ver con lo "bueno" y lo
"malo" sino con lo "bueno" y lo "mejor". A menudo el enemigo de lo mejor es lo bueno.

El reloj representa los compromisos, las citas, los horarios, las metas, las actividades: lo que hacemos
con el tiempo y cómo lo administramos.

La brújula representa nuestra visión, nuestros valores, nuestros principios, nuestra misión, nuestra
conciencia moral, nuestra orientación: todo lo que sentimos que es importante y el modo como
dirigimos nuestra vida.

El poder de crear Calidad de Vida se halla en nuestro interior, en nuestra capacidad para desarrollar y
utilizar nuestra brújula interior, de manera que podamos actuar con integridad al momento de elegir.

La forma como vemos (nuestro paradigma) nos conduce a lo que hacemos (nuestras actitudes y
conductas); y lo que hacemos nos lleva a los resultados que obtenemos en nuestra vida. Por lo tanto,
si deseamos generar un considerable cambio en los resultados, no nos basta con alterar actitudes y
conductas, métodos o técnicas: es preciso modificar los paradigmas básicos de donde surgen.

Cuando intentamos cambiar la conducta o el método sin modificar el paradigma, éste finalmente
vence al cambio. Es por ello que no tienen éxito las tentativas de "implantar" capacitación o calidad
en las organizaciones. No es posible implantarlas, deben desarrollarse. Surgen de forma natural de
los paradigmas que las crean. Lo mismo sucede con las personas: no podremos generar cambios
significativos en nuestras vidas mientras no identifiquemos los mapas mentales y los supuestos que
nos dominan.

El cambio de una herramienta o método de planificación no altera los resultados que se obtienen en
las organizaciones o en la propia vida. Al decir de Einstein: "No podemos solucionar los problemas
trascendentales con que nos enfrentamos con el mismo nivel de pensamiento que los creó".

La administración opera sin salirse del paradigma. El liderazgo crea nuevos paradigmas. La
administración funciona dentro del sistema. El liderazgo influye sobre el sistema. Mientras que la
administración se orienta al problema, el liderazgo se dirige hacia la oportunidad. Se administran
"cosas" pero se lideran personas.

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Administración Eficaz del Tiempo

Para poner primero lo primero en nuestra vida es fundamental anteponer el liderazgo a la


administración. ¿Hago las tareas correctas? antes que ¿Hago las tareas de la forma correcta?
Se trata de pasar de la administración del tiempo al liderazgo de la vida.

Responsabilidad: habilidad de elegir nuestra Respuesta

Entre el estímulo y la respuesta existe un espacio, en él se encuentran cuatro características


singulares que nos distinguen del mundo animal: Autoconocimiento, Conciencia, Voluntad
Independiente e Imaginación Creativa.

Autoconocimiento

Es la capacidad de apartarse de uno mismo y examinar nuestra forma de pensar, nuestros motivos,
nuestra historia, nuestras vocaciones, nuestras acciones, nuestros hábitos y tendencias.

“Nadie se puede sacar la espina si no sabe dónde la tiene”. R. Tagore7.

Parar para ver nos posibilita oír la voz de la conciencia y entender nuestros paradigmas o mapas
mentales. De este modo nos capacitamos para ampliar la separación entre el estímulo y la respuesta.

Conocer la diferencia entre lo bueno y lo mejor y actuar de acuerdo a la misión y los principios,
equivale a hacer un aporte significativo de autoestima e integridad personal.

“Somos conscientes, cuando lo que vamos a hacer controla lo que estamos haciendo”, G, Herbert
Mead. Nos capacita para poseer otros conocimientos. Al saber cómo escuchar nuestro corazón,
podemos escuchar los corazones de los demás. Podemos salir de nuestro centro e intentar
comprender.

Podemos dejar de sopesar todo lo que realizan los demás según afecte nuestro tiempo y nuestro
mundo. A su vez podemos, más allá de la etapa narcisista, valorar la diferencia y estar dispuestos a
recibir influencias.

Podemos sentir humildad y respeto por los demás, y también contemplar sus debilidades como
oportunidades para ayudar, amar y producir cambios relevantes.

El Autoconocimiento implica una profunda honestidad personal y esta nace al responder las
siguientes preguntas:

¿En verdad deseo hacerlo?

¿Estoy dispuesto a pagar el precio?


7
Rabindranath Tagore (1861-1941), poeta y filósofo bengalí, Premio Nobel de Literatura 1913.

23
Administración Eficaz del Tiempo

¿Poseo la suficiente fuerza para lograrlo?

¿Acepto la responsabilidad de mi propio crecimiento?

¿Me quedo en la mediocridad cuando podría llegar a la excelencia?

¿Culpo y acuso a los demás por mi propia ineptitud en establecer y cumplir metas?

¿Permito que lo bueno tome el lugar de lo mejor?

Conciencia

Nos conecta con la sabiduría de las épocas y la sabiduría del corazón. Nos proporciona una idea de
nuestros talentos y nuestra misión personal. Educamos la conciencia al leer y meditar la literatura
sapiencial.

Al apartarse y aprender de nuestra experiencia, al observar con atención la experiencia de los demás,
al tomarse el tiempo para tranquilizarse y escuchar la profunda voz interior y al responder a esa voz.

Valoramos trabajar juntos para descubrir el verdadero norte, y tener la humildad de advertir que
nuestra comprensión puede estar limitada por nuestro guión. Encontramos gran satisfacción en crear
una visión y valores compartidos que nos capacitan para lograr juntos primero lo primero.

Sólo cuando escuchamos la voz de la conciencia podemos alcanzar la paz que buscamos. Aprendemos
a ampliar el espacio entre el estímulo y la respuesta cuando en los momentos de tensión nos
respondemos las siguientes preguntas:

¿Qué estoy haciendo? o ¿Qué está sucediendo ahora?, ¿Qué siento?, ¿Qué pienso?

¿Qué quiero ahora? O ¿Qué no quiero?

¿Qué hago ahora que me impide obtener lo que quiero?

Respire profundamente y continúe...

Imaginación creativa

Es la capacidad de prever un estado futuro. La facultad que permite vernos a nosotros mismos y a los
demás de forma diferente y mejor de lo que somos en la actualidad. Se trata de crear metas de largo,
mediano y corto plazo que ayudan a trasladar la Visión a la realidad.

Llevar un diario lo capacita para observar y mejorar, diariamente, la forma como desarrolla y emplea
sus cuatro características humanas básicas. La escritura se fija en la memoria. Escribir incrementa de

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Administración Eficaz del Tiempo

forma significativa nuestro poder para entender cómo obra la Ley de la Cosecha (“cosecharás tu
siembra”) e influir en las actividades que tienen que ver con nuestra misión en la vida.

Visualice posibilidades y escríbalas. Los sueños crean la Imaginación Creativa. Puede emplear su
imaginación para crear en su mente lo que espera crear en su vida. En lugar de observarse reaccionar
como lo haría normalmente, contemple cómo actuaría basado en los principios que está convencido
darán los resultados de Calidad de Vida esperados. Podemos vivir por nuestra imaginación, en lugar
de por nuestra memoria.

El mejor modo de predecir su futuro es crearlo. Nuestro problema es decidirnos a utilizar la sabiduría
que ya poseemos.

Voluntad Independiente

Es nuestra capacidad para actuar. Nos otorga el poder de ir más allá de los paradigmas y actuar
basados en principios en lugar de reaccionar según las circunstancias y los estados de ánimo. Es la
fuerza para actuar siguiendo nuestros imperativos interiores

No somos el producto de nuestro pasado, sino de nuestras elecciones. Somos “responsables”, es decir
capaces de dar respuesta.

Entre el estímulo y la respuesta existe un espacio. En ese espacio podemos ejercer nuestra libertad de
elegir una respuesta. En la respuesta yacen el crecimiento y la libertad del ser humano.

Nuestra vida se basa en los resultados de nuestras elecciones. Si culpamos y acusamos a los demás, al
medio ambiente u otros factores extrínsecos, elegimos otorgarles el poder para que nos dominen.

Es uno mismo quien tiene la responsabilidad de actuar. Si espera que los demás actúen sobre usted,
actuarán sobre usted. Si yo no decido mi vida los demás la deciden por mí.

La Pasión de la Visión (Chronos – Kairos – Aion)

Hay tres maneras de entender el tiempo:

Chronos: Tiempo cronológico. Lineal y secuencial. Se mide con el reloj. Existencia


fragmentada. Orientado al consumo y autocentrado.

Kairós: Tiempo propicio. El valor del tiempo. La calidad de ese tiempo. Orientado a la
contribución y descentrado.

Aion: Una edad, una vida. Qué somos. Quiénes somos. Perspectiva Holística, Sistémica.

La “pasión de la visión” libera el poder que conecta la “disciplina” con su carácter etimológico:
“discípulo”. Nos convertimos en seguidores de nuestros imperativos interiores.

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Administración Eficaz del Tiempo

No tiene que ver con el control de uno mismo sino con entregarse a las aspiraciones más profundas
de uno mismo. En lugar de centrarnos en el “control”, lo hacemos en la “liberación”.

Sin la pasión de la visión, la disciplina equivale a reglamentar y limitar: autocontrol, estoicismo, moral
de la cristiandad.

La clave de la “motivación” es el “motivo”. El fuego interior que moviliza hasta poder decir “No” en
paz y confianza a las actividades que nos alejan de nuestro objetivo.

Características de un emprendedor que administra en forma eficiente el tiempo


• Recopilan toda la información existente sobre el tema en cuestión, e invitan a una mesa de
trabajo a los involucrados y expertos en la materia.
• Delegan con claridad y precisión para asegurase que se ha comprendido lo asignado.
• Establecen los objetivos de las decisiones que se tomen.
• Establecen los posibles cursos de acción que permitan alcanzar los objetivos en el tiempo
más corto.
• Definen alternativas de acción y previenen posibles consecuencias positivas y negativas.
• Analizan y eligen la que parece la mejor opción en cada caso.
• Llevan un control de lo delegado, mediante informes sobre lo realizado, para asegurase que
se están logrando los resultados planeados.
• Dan seguimiento diario a la lista de pendientes importantes.

Es importante recordar que la administración del tiempo es esencialmente un esfuerzo de grupo que
requiere la coordinación de actividades, el ayudarse unos a otros, la sincronización conjunta de
esfuerzos para asegurar los resultados esperados.
Administrar el tiempo eficazmente, es un "Don", que se puede desarrollar por la mayoría de las
personas que se lo propongan.

Algunos mitos sobre la gestión del tiempo

Algunas creencias están tan arraigadas que parecen ciertas cuando no lo son. Sin embargo, su
repetición o el hecho de que se escriban las hace más creíbles. En el terreno de la administración del
tiempo existen mitos irreductibles similares, en los que los individuos se refugian para evitar el
compromiso de vivir de manera ordenada. Marc Manzini analizó cuatro de los mitos más traicioneros
que podrían cruzarse en nuestro camino:

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Administración Eficaz del Tiempo

El primero es que la administración del tiempo es tiene que ver con una conducta obsesiva. Una
obsesión puede definirse como una preocupación excesiva por algo.

“Cuando una obsesión desencadena acciones que con frecuencia son extrañas y no tienen
sentido, decimos que existe un desorden compulsivo. Los desórdenes compulsivos se relacionan
directamente con el uso del tiempo y, aunque algunos son relativamente inocuos, otros pueden
resultar dañinos. Ejemplos de ello son obsesionarse por llegar al trabajo un minuto antes
cambiando el recorrido habitual o trabajar siempre en los aviones o en el transporte público.
Una conducta obsesivo-compulsiva relacionada con el tiempo puede vencerse aplicando las
cinco erres: racionalizar la conducta (es decir, ser conscientes de la misma), reconocer que el
estrés que produce es mayor que los buenos resultados, tomar la resolución de abandonar el
hábito, reemplazarlo por una conducta menos estresante y repetir las nuevas pautas hasta que
sean neutras, relajantes y aceptadas. En realidad, las conductas obsesivas aisladas de un
individuo no siempre resultan problemáticas, resulta mucho más común enfatizar en exceso la
importancia del tiempo.

Todo el mundo se obsesiona con el tiempo en algún momento: ¿quién no se ha alterado alguna
vez esperando que el semáforo cambie de color?, ¿quién no se ha inquietado al ver que la fila
de al lado se mueve más deprisa?, ¿quién no se ha sentido culpable por dejar pasar un fin de
semana sin hacer nada provechoso? No se preocupe si le ha sucedido alguna vez, pero esté
alerta si las situaciones mencionadas se repiten con frecuencia, ya que ello es indicativo de que
se preocupa demasiado por el tiempo.”.

Existen también factores externos que causan ansiedad, especialmente en la sociedad actual en la
que las mejoras tecnológicas han producido a los individuos una sobrecarga de información y, dado
que no pueden controlar dichos factores externos, éstos se convierten en una causa de estrés.

“Según el segundo mito, la administración del tiempo apaga la espontaneidad y la alegría. Lo
cual tiene su parte de verdad, pues es cierto que las ideas más productivas nos llegan de forma
espontánea. Sin embargo, la gente que controla su tiempo con firmeza también sabe apreciar
los momentos de felicidad que surgen espontáneamente y al mismo tiempo reconocer una
oportunidad inesperada cuando se les presenta. Si en el pasado mes usted no ha tenido tiempo
de realizar al menos dos de las actividades que más le gustan, necesita aprender a administrar
su tiempo para poder realizarlas regularmente en el futuro. Lo mismo sucede con el trabajo,
hay que fijarse como objetivo realizar labores que nos gusten y nos motiven.

Esto adquiere especial relevancia si es usted director, ya que con frecuencia dirige con su
ejemplo y si está contento con su trabajo, contagiará a sus subordinados el deseo de sentirse
realizados con lo que hacen. En una buena administración del tiempo se debe considerar la
necesidad de encontrar tiempo para trabajar en metas relacionadas con el trabajo, pues la
productividad no se expresa exclusivamente en función del trabajo y el tiempo: la gente es más

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Administración Eficaz del Tiempo

productiva cuando hace lo que le gusta. El tercer mito es culpar a la empresa de que no sabe
organizar el trabajo, aunque nosotros como individuos sí que sabemos organizarnos.”

El tercer mito está relacionado con la empresa o persona para quien trabajamos y tiene que ver con
culpar a la empresa de que no sabe organizar el trabajo, aunque nosotros como individuos sí sabemos
organizarnos.

“Resulta sencillo hacer comentarios cínicos sobre la empresa para la que trabajamos y
refugiarnos en la creencia de que no podemos controlar el entorno laboral. Sin embargo,
cuanto más control ejerce una persona sobre sus deberes y responsabilidades, más
satisfactorios resultan su vida y su trabajo. Lo más efectivo en tales casos es buscar la manera
de poder controlar el entorno, pero si no es factible existen otras posibilidades. Por ejemplo, si
usted sufre interrupciones constantes en la oficina, pida permiso para trabajar en horarios más
flexibles o pida a sus colegas que no le interrumpan durante unas horas determinadas al día.
Por supuesto, algunas formas de desorden en el entorno estarán fuera de su control y en tal
caso no le quedará más remedio que adaptarse o buscar otro empleo. Pero recuerde que es
posible ser una isla de calma en un mar de tempestades, si consigue controlar su propia área
de responsabilidad al menos.

El cuarto mito está relacionado a lo que se planteaba anteriormente acerca de las recetas para el
control del tiempo.

“El mito es el de la talla única: muchos libros ofrecen recetas mágicas para la administración
del tiempo que podrían aplicarse a cualquier persona y a cualquier situación. Sin embargo,
cada individuo debe adaptar su estilo de administrar el tiempo a sus propias necesidades
fisiológicas y psicológicas. Por otra parte, existen también condicionamientos culturales que la
mayoría de estos libros obvia al dar por supuesto que todos nos guiamos por los presupuestos
occidentales. Sin embargo, las empresas que tienen contacto con otros países o que cuentan
con una mano de obra multicultural deben ser conscientes de que la operativa de estos es dife-
rente. Así por ejemplo, en países como Estados Unidos, Canadá, Alemania, Suiza y los países
escandinavos el trabajo se realiza de forma lineal, es decir, una persona realiza una sola labor
cada vez, los horarios están bien definidos y la gente es puntual. Una empresa bien
estructurada fija sus metas con claridad y la actividad comienza temprano por la mañana y
asimismo termina temprano, se valora la eficiencia y se ve mal que la gente pierda el tiempo
charlando con los compañeros. Sin embargo, en África, Oriente Medio, América Latina, el sur
de Italia y Grecia el estilo de trabajo se caracteriza por la superposición, es decir, muchas
personas realizan la misma tarea a la vez o una persona realiza varias tareas a la vez, los
horarios son flexibles, la gente es impuntual y las metas son en ocasiones difusas. El ambiente
laboral es más importante que la eficiencia, por lo que no es extraño que la gente otorgue gran
valor a las relaciones personales que se establecen en el medio profesional. Por su parte, los
japoneses muestran una curiosa mezcla de ambas ya que son puntuales, organizados y
eficientes y, sin embargo, invierten mucho tiempo y esfuerzo en fomentar las relaciones
28
Administración Eficaz del Tiempo

sociales en el medio laboral y, aunque sus metas son claras, no suelen estar escritas ni tampoco
se comunican de palabra. Aunque estereotipar no está libre de riesgos, es cierto que existen
ciertas pautas de conducta que se repiten en muchos casos.”.

El único secreto – si hay alguno –, planteó Peter Drucker, de la efectividad en el uso del tiempo es la
concentración. Una cosa por vez y primero las principales. Esta temática será abordada en el
próximo capítulo.

Reflexiones: ¿Cuáles son sus valores actitudinales más destacados? ¿Cómo son sus manejos
personales del reloj y la brújula? Fundamenten sus respuestas y compártanlas en el Foro de
socialización.

En esta primera Unidad realizamos un primer acercamiento al concepto del tiempo y sus implicancias,
refiriendo al tiempo como recurso escaso, consumible, finito e incontrolable. Luego, su administración
y la relación con nuestro trabajo.

En relación al tratamiento de estos temas, podrán encontrar los siguientes Anexos, que profundizarán
y complementarán con distintas visiones y conceptos lo visto hasta ahora:

• Anexo: El tiempo, un recurso no renovable.

• Anexo: ¿Qué es el tiempo?

• Anexo: Tiempo para trabajar, tiempo para vivir. Tiempo y vida.

En la siguiente Unidad, trataremos los conceptos de concentración y dispersión, sus implicancias y


alcances.



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Administración Eficaz del Tiempo

Bibliografía
Aristóteles, Physica, IV, II, 219 a.

Bertrand Russell, ABC de la Relatividad, Ariel, Barcelona, 1978.

Bergson, L'evolution créatrice, PUF, Paris, 1970, pág. 534.

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Ferrater Mora, Diccionario de Filosofía, Alianza Editorial, Madrid 1979-1980.

Ivar Ekeland, Le calcul, l'imprevu, les figures du temps de Kepler a Thom, Seuil, París, 1984.

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Marx W. Wartofsky, Introducción a la filosofía de la ciencia, Alianza Universidad 39, Tomos I y II,
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Martín Arévalo (todosobreventa.over-blog.es ó todosobrecoach.over-blog.es)

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Paul Davies, Física Extrema, artículo aparecido en la revista Muy Interesante, febrero de 1988.

Roger Penrose, La nueva mente del emperador, Mondadori, Madrid, 1991.

R. Alec Mackenzie: “La Trampa del Tiempo”; Internacional Management Association.


Artículos:

Cinco estrategias para mejorar tu administración del tiempo


https://maximopotencial.com/estrategias-mejorar-administracion-del-tiempo/

Artículo administración del tiempo en la vida y en el trabajo http://www.degerencia.com/mcmunoz

Administración del tiempo http://www.degerencia.com/tema/administracion_del_tiempo

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