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CAPÍTULO 1

El planteo del problema joánico

El problema

Es un hecho conocido desde los primeros tiempos de la Iglesia que elEvan-


gelio de Juan es diferente de los otros tres que actualmente ocupan los primeros
lugares en las ediciones del Nuevo Testamento.
Los tres primeros evangelios tienen muchas coincidencias y pueden ser es-
tudiados en conjunto; el de Juan, en cambio, difiere tanto en el orden como en el
contenido. Esto se mostró de una manera evidente cuando los evangelios fueron
editados en columnas paralelas para facilitar el estudio en forma científica. En esa
edición, los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas se presentaban completos, y
sólo algunos fragmentos del de Juan. Como el libro que contenía los evangelios
dispuestos de esta manera llevaba como título "Synopsis", a los tres primeros se
los llamó "Sinópticos", y de esta forma se diferenciaron del Evangelio de Juan.

La edición de los Evangelios en columnas paralelas fue hecha por Johann Ja-
kob Griesbach en Halle en 1776, y llevaba como título "Synopsis Evangelio-
mm Matthaei, Marci et Lucae una cum iis Iohannis pericopis quae historiam
passionis et resurrectionis Iesu Christi complectuntur".

Fuera de algunos textos merores y otros discutidos, los pasajes que Juan tie-
ne en común con los Sinópticos son: La multiplicación de los panes (Mt 14, 13-
21; Me 6, 31-44; Le 9, 10-17 y Jn 6, 1-13); la expulsión de los mercaderes del tem-
plo (Mt 21, 12-13; Me 11, 15-17; Le 19,45-46 y Jn 2, 14-16); la unción en Beta-
nia (Mt 26, 6-13; Me 14, 3-9 y Jn 12, 1-8) y algunos pasajes de la Pasión. La pri-
mitiva "Sinopsis" de Griesbach se limitaba a los tres primeros Evangelios, y sólo
asumía pcrícopas de san Juan en los textos de la pasión y resurrección del Señor.

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Pero aun los textos que se consideran paralelos presentan diferencias nota-
bles. La expulsión de los mercaderes del Templo, por ejemplo, en los Sinópticos se de Jesús que es propia de este Evangelio. Las parábolas, que son característi-
está ubicada hacia el final y es el acto que desencadena el proceso y la muerte de cas de la enseñanza de Jesús en los otros tres, no aparecen en el Evangelio de
Jesús, mientras que para Juan es el primer acto de la vida pública del Señor. En J~an. Los discursos de Jesús se expresan invariablemente en forma poética, y es-
los Sinópticos, la unción en Betania tiene lugar después de la entrada de Jesús en tan muy lejos de la sencillez de los que se encuentran en los sinópticos.
Jerusalén (Mt 26, 6-13; Me 14, 3-9), mientras que en el evangelio de Juan prece- . El esquema cronológico y topográfico es diferente. En los evangelios sinóp-
de esa entrada (Jn 12, 1-8). Los acontecimientos de la pasión del Señor están ubi- ticos, ~a :'ida pública de Jesús se desarrolla aparentemente durante un solo año, y
cados en días diferentes: Los Sinópticos comienzan el relato de la Pasión con una e~- su ultima se~ana se traslada por única vez a Jerusalén, donde tiene lugar lapa-
cena, y dicen que es la cena de la fiesta de pascua (Mt 26, 17; Me 14, 12; Le 22, swn Y resurrección. En el evangelio de san Juan, Jesús sale tres veces de Galilea
7-8. 15). Juan, en cambio, ubica la última cena "antes de la fiesta de Pascua" (13, para ir a !erusalén (2, 13; 5, 1; 7, 10) y a juzgar por la cantidad de fiestas pascua-
1) y todos los acontecimientos de la Pasión tienen lugar en vísperas de la Pascua les menciOnadas, su actuación pública dura más de dos años.
(18, 28; 19, 14. 31). . Los sinópticos muestran la actividad de Jesús en el norte, en torno al lago de
No sólo el día es diferente, sino que también varía la hora de la crucifixión: Gahlea. Juan presenta algo totalmente diferente: la actividad ministerial de Jesús
Marcos dice: "Era la hora tercia (= 9:00AM) cuando lo crucificaron" (15, 25), se desarrolla principalmente en Jerusalén. La actividad del Señor en Galilea se re-
mientras que en el Evangelio de Juan el juicio se prolonga más allá del mediodía: duce a la presencia en las bodas de Caná (2, 1-ll) y a una referencia a Cafarnaún
"Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia la hora sexta(= mediodía). Pi- (2, 12). Desde allí se traslada a Jerusalén, desde donde viaja una sola vez a Gali-
lato dijo a los judíos: «Aquí tienen a su Rey»" (19, 14 ). Los relatos son paralelos lea, pasando por Samaría (caps. 4-6). El resto del tiempo permanece en Jerusalén
hasta cierto punto, y cuando son comparados revelan profundas diferencias, que Y sus alrededores, teniendo el templo como fondo de su actividad y escenario de
crean mayores dificultades. su predicación. Son constantes las referencias litúrgicas, es más, su actividad está
Dejando de lado estos textos que se pueden considerar paralelos, el resto del marcada por el calendario litúrgico judío, aun cuando está en Galilea (6, 4; 7, 2).
Evangelio de Juan presenta grandes diferencias con los otros tres: En los evange- Para los sinópticos Jesús es un típico predicador itinerante que escoge sus
lios sinópticos, Jesús discute con sus adversarios sobre cuestiones referentes a la primeros discípulos entre los pescadores del lago de Galilea (Mt 4, 18-22; Me 1,
Ley, en cambio las polémicas del evangelio de Juan tienen como objeto la misma 16-~0; Le 5, 1-11 ). Juan presenta a Jesús como un maestro que reside durante lar-
persona de Jesús. En los Evangelios sinópticos no hay referencias explícitas a la go tiempo en Jerusalén. Sus primeros discípulos provienen del círculo de segui-
preexistencia y a la divinidad de Cristo, y todo sucede como si su existencia hubie- dores de Juan Bautista (1, 35-51), y parecería que pertenecen a la zona de Judea
ra comenzado con su concepción en el seno de María. El Evangelio de san Juan, (7, 3). Según los evangelios sinópticos, el ministerio de Jesús comenzó después
en cambio, se abre con la afirmación de que Jesucristo ya existía en la eternidad que Jua~ Bautista fue encarcelado (Mt 3, 12; Me 1, 14; Le 3, 19-22), pero para el
como Palabra de Dios que estaba junto al Padre, y abunda en referencias a su ve- evangeho de san Juan, el ministerio de Jesús fue contemporáneo con el de Juan
nida desde Dios. La condición divina de Cristo es expresada de distintas maneras, Bautista (Jn 3, 22-24).
y es el único Evangelio que le aplica al Señor el título "Dios" (1, l. 18; 20, 28).
El tema del "Reino" es preponderante en la enseñanza de Jesús en los Evan- El racionalismo
gelios Sinópticos. Es lo que Jesús anuncia, y sus discursos y parábolas giran en
torno a este tema. En el Evangelio de Juan el Reino está prácticamente ausente. Los Padres Y los primeros escritores cristianos advirtieron las diferencias
En el tiempo del ministerio público de Jesús, la expresión sólo aparece dos veces entre Juan Y los sinópticos, y las minimizaron tratando de armonizar los textos.!
en el diálogo con Nicodemo (3, 3. 5). Fuera de este lugar, reaparece en el juicio Algunos de ellos recurrieron a la explicación de que Juan había escrito su evan-
frente a Pilato (18, 33-37), pero con un sentido diferente al "Reino" de los sinóp- gelio con la intención de completar los datos contenidos en los tres primeros.2 To-
ticos. Es evidente que el tema del Reino es ignorado por Juan cuando tiene que dos ellos daban por supuesto que los cuatro evangelios provenían de la misma
hablar sobre el misterio de Jesús. El tema de la predicación, en el Evangelio de fuente apostólica, y por lo tanto no podían estar en desacuerdo. Esta tradición fue
Juan, es la persona del Señor: Jesús se va revelando, sobre todo, por medio del asumida por todos los comentaristas y teólogos del medioevo.
uso del nombre divino "YO SOY" (8, 24. 28; etc.), que nunca aparece con este
sentido en los sinópticos.
El lenguaje y el estilo de la predicación de Jesús difiere sensiblemente en- . . l. Ejemplos de estos intentos se pueden ver en: SAN AGUSTÍN, De Consensu Evangelistarum
ilbn IV, PL X~XIV, 1041-1230; SAN JERÓNIMO, Carta 120 (a Hedibia), PL XXII, 980·· 1006.
tre los textos sinópticos y los del Evangelio de Juan. Hay una forma de expresar-
. 2 . Por eJemplo Clemente de Alejandría, Eusebio de Cesarea, san Jerónimo, san Agustín, etc. Sus
testllnomos se verán más adelante, al tratar la relación entre el evangelio de Juan y los Sinópticos.

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J 11
En el siglo XVIII, después que la Reforma dejó de lado la confianza en la presiones propias del pensamiento griego (la vida eterna, la verdad, el 'Lógos',
Tradición, y cuando los Racionalistas comenzaron a estudiar la Biblia conside- etc) y leyó el Evangelio de Juan desde la perspectiva filosófica helénica, llegan-
rándola como un libro más entre otros, los investigadores intentaron dar una ex- do a afirmar que este era obra de un filósofo platónico del siglo II o III. Para
plicación a este fenómeno de las diferencias entre Juan y Jos Sinópticos. Pero en Evanson el Evangelio no tiene nada en común con la vida y la predicación de las
este caso no trataron de armonizar las diferencias, como habían hecho los Padres comunidades de los primeros tiempos cristianos. Por estar desvinculado de ellas,
y escritores de la antigüedad, sino que las destacaron y pusieron en oposición. no se puede admitir que sea obra del Apóstol Juan.
Admitían que en los Evangelios sinópticos se puede ver una cierta fuente común, Pero es sabido que el pensamiento griego se había difundido ampliamente
que son evidentes los puntos de contacto, y que el trasfondo es el mismo. Pero al después de las conquistas de Alejandro Magno, y muchas expresiones del Evan-
mismo tiempo observaban que el Evangelio de Juan se aparta notablemente de gelio de Juan se pueden explicar satisfactoriamente si se presta atención a una
ellos, y que los intentos de los Padres para explicar las diferencias de Juan con los forma popular del platonismo que existía en el judaísmo de la época del Nuevo
otros evangelistas no eran suficientes, porque el Evangelio de Juan no se presen- Testamento. 5
ta como un intento de completar las enseñanzas de ellos. Hicieron notar, además, En el caso particular del Logos, una lectura cuidadosa del prólogo del Cuar-
que en el Evangelio de Juan había conceptos y expresiones que parecían prove- to Evangelio permite ver que este concepto es totalmente diferente del que se en-
nir de la filosofía griega o de otras fuentes que no eran bíblicas. Se planteó enton- cuentra en Heráclito o en la filosofía estoica. Las funciones que se le atribuyen
ces el "problema joánico": ¿Cómo se explican estas diferencias entre el cuarto no coinciden con las que tiene en la filosofía, sino que responden más bien a las
evangelio y los tres sinópticos? ¿Cuál es el origen del Evangelio de Juan? ¿De de la Palabra de Dios en el Antiguo Testamento. En última instancia se podría ad-
dónde recibe el material que elabora? ¿Cuáles son sus tradiciones? ¿De dónde le mitir que el evangelista ha utilizado un vocabulario familiar para los lectores de
viene su información biográfica sobre Jesús? su obra, pero llenándolo de un nuevo contenido.
Los investigadores racionalistas respondieron entonces que el cuarto Evan-
gelio se oponía a los otros y pretendía suplantarlos. 3 Admitiendo el supuesto de
El gnosticismo
que estas diferencias solamente se explicaban por el hecho de que el Evangelio
de Juan provenía de un origen que no era el de la comunidad apostólica, los in- A partir de la obra de Evanson se generalizó la opinión de que el cuarto
vestigadores se ocuparon en detectar las influencias que podían haber obrado so- Evangelio no era obra del Apóstol Juan sino de un escritor posterior. Esta afirma-
bre el autor del Evangelio y presentaron distintas respuestas. ción fue retomada por autores alemanes que le dieron otro rumbo, y se llegó a
Aparte de aquellos estudiosos que frente al "problema joánico" presentaron afirmar que las particularidades del Evangelio de Juan tenían su raíz en las doc-
soluciones orientadas a demoler la fe de la Iglesia, también los investigadores que trinas gnósticas de los siglos JI o III.6
admiten el origen apostólico de las enseñanzas joánicas reconocen que el entorno
La doctrina de los gnósticos, el 'gnosticismo', surgió en el clima de sincretis-
cultural ha ejercido su influencia sobre el autor del Evangelio. Solamente cuando se
mo que caracterizaba la época de los comienzos del cristianismo. Amalgama
identifique el ambiente dentro del que actuó el autor del Cuarto Evangelio será po- elementos del judaísmo de la diáspora, algunos conceptos neoplatónicos, doc-
sible explicar su forma de pensamiento, sus categorías, la forma en que desarrolla trinas tomadas de las religiones del oriente medio -sobre todo del Irán- y del
las idefis que se encuentran en forma germinal en los Sinópticos. Él trató de expo- cristianismo. Fue combatida por los Santos Padres y condenada por la Iglesia.?
ner a sus contemporáneos la riqueza que había recibido de una tradición semejante La doctrina de los gnósticos era conocida principalmente por los escritos de los
a la de los Sinópticos. En esta otra perspectiva también se dan diversas respuestas. Santos Padres y de filósofos que polemizaron con ellos. Desde el siglo XVIII se la
conoce directamente por algunos escritos gnósticos en copto, encontrados en Egip-
to. Pero el principal hallazgo de fuentes directas se produjo en diciembre de 1945.
Influencias en el origen del Evangelio de Juan

La filosofía griega
5. BROWN, EvJ, l, 64-65.
El inglés Edward Evanson ( 1792) es considerado corno el primero que plan- 6. Por ejemplo FERDINAND-CHRISTIAN BAUR, A. HILGENFELD, H. J. HOLTZMANN, etc.
teó el "problema joánico" en fonna científica.4 Observó en el texto de Juan ex- 7. Ver: R. TREVIJANO, Patrología, BAC- Madrid- 1998; 73-80. G. FtLORAMO, Gnosis, Gnos-
ticismo, en: lNSTITUTUM PArRISTICUM AUGUSTINIANUM, Diccionario Patrístico y de {a Antigüedad
Cristiana (A. Di Bcrardino, dir.), Sígucmc- Salamanca- 1992; 1, 952-956. DODD, Interpreta/ion, 97-
3. Por ejemplo: H. WtNDISCH, Johannes und die Synoptiker, Leipzig- 1926. 114. E. H. PMiEl.S, (]noslicism, en: 1he lnterpreter :v Dictionary o( tire /Ji/Jle, Supplementarv VíJ/11/n<'
4. EDWAlm EYANSON, J'lw Di.mmance of the four general/y received Evangelists, 1792. (K. Crím, edil.), Ahingdon- Nashvillc- 1996; 364-36R.

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Varios autores alemanes destacaron los elementos de este evangelio quepa-
En esa fecha se descubrió en Nag Hammadí (antiguo Chenoboskion), a unos cien
recen derivarse de la doctrina de los gnósticos: la fe en Cristo que salva al hom-
kilómetros al norte de Luxor (Egipto), una biblioteca del siglo IV consistente en 12
bre de la muerte y le concede la vida eterna; la preexistencia de Cristo, que vie-
códices y algunas páginas de un decimotercero, que contenían 52 tratados gnósti-
ne a este mundo para transmitir el conocimiento del Padre y luego retoma a Él;
cos. Como las anteriores, también estas obras se conservaban en copto.8
el dualismo 'carne-espíritu'; la forma negativa en que son presentados la carne y
Existen varias formas de gnosticismo, pero se puede aventurar una descripción
el mundo; la importancia del conocimiento; etc.
que rescate los elementos comunes entre ellos:
Los gnósticos buscaban un conocimiento proveniente de alguna revelación que
R. Bultmann presentó la hipótesis de que la fuente de los Discursos de Re-
los ayudara a liberarse de las miserias y contingencias de esta vida mortal, pa- velación del evangelio de Juan era de tendencia gnóstica. Más aun, el mismo evan-
ra alcanzar así la vida verdadera, que es la vida divina. Ellos sostenían que ha- gelista habría sido un ex gnóstico que elaboró esta fuente llenándola de sentido
bía dos principios creadores, el del bien -creador de todo lo bueno y espiritual- cristiano. Bultmann encontró rasgos de este gnosticismo precristiano en las Odas
y el del mal -creador de la materia y lo camal o mundano-. El hombre está de Salomón 11 y afirmó que muchas particularidades de forma y contenido del
compuesto por una partícula de la divinidad, preexistente, que ha caído en este evangelio de Juan se entienden si se comparan con las "Odas" y con los escritos
mundo y ha quedado encarcelada en el cuerpo. En el ser humano se encuentra de la corriente gnóstica conocida como el 'Mandeísmo' . 12 Otros han llegado a
entonces el elemento celestial, el alma, y también el corporal, la carne, que es afirmar que en estos últimos se encuentra la fuente de varios textos de Juan.J3
lo negativo y pertenece al mundo de las tinieblas. La situación miserable del
Los mandeosl4 constituyen una secta gnóstica que actualmente persiste en
hombre se deriva del elemento corporal, que es corruptible. Surge entonces la
necesidad de una redención, de algo que libere al alma de la materia que la opri- Irak e Irán. Parece haberse miginado en el siglo II a.C. en algunos círculos judíos
me y esclaviza, para que esta chispa divina pueda volver a su lugar de origen. bautistas de una zona al este del Jordán, y aunque durante su desarrollo tomó y
El redentor no puede proceder de Jo material, pero tampoco puede ser divino conservó elementos del judaísmo y del cristianismo, está marcado por una fuerte
porque existe una total incomunicación entre el mundo divino y el mundo ma- oposición a ambos. Los mandeos poseen una abundante literatura,15 en la que en-
terial. No puede ser un hombre, sino un ser celeste y luminoso, emanado de lo tre otras cosas se da gran importancia al conocimiento y a un rito bautismal que
divino, intermediario entre la divinidad y los seres materiales, que actúe como se reitera cada semana. Entre sus principales obras se encuentra "El libro de
un medio para comunicar la redención al alma. De ahí la necesidad de la exis- Juan" que pretende ser una colección de sermones de Juan Bautista, en los que
tencia de mediadores que cubran el abismo entre un mundo y el otro. Estos me-
diadores obran la redención otorgando un conocimiento (= gnosis, en griego)
que le revela al alma cuál es su origen, el lugar hacia donde debe volver y le co-
munica los medios para salir de su degradante e ignominiosa situación.9 Para 11. R. BULTMANN, Ein JUdisch-christliches Psalmbuch aus dem ersten Jahrhundert, Monatschrift
los gnósticos, "la redención del hombre interior reposaría en la gnosis. Y esta für Pastoraltheologie 7 (1910) 23-29. El libro conocido como Odas de Salomón es una colección de
42 salmos escritos a finales del siglo I o en el II en Siria o el norte de Palestina por un autor cristiano
redención no sería corpórea, ya que el cuerpo es corruptible; ni psíquica, por-
de tendencia gnóstica. Según algunos investigadores, sería de fecha más tardía y su autor podría ha-
que también el alma ha nacido de la pasión; sino que tiene como habitación el
ber sido Bardesanes (+222) o alguno de sus discípulos. Ver: BRAUN, JT, I, 238-242. J. H. Charlesworth
espíritu; por ello la redención es necesariamente pneumática. Porque el hombre propone la hipótesis de que el autor de las Odas fue un miembro de la comunidad joánica que había
interior y pneumático se redime por medio de la gnosis, y le basta tener el co- pertenecido al grupo de los esenios (J. H. CHARLESWORTH, 'The Dead Sea Scrolls and the Gospel accor-
nocimiento de todas las cosas. Esta sería la redención verdadera".lO ding to John", en: Exploring the Cospel of John. In honor of D. Moody Smith (R. Aland Culpepper and
C. Clifton Black, edits.), Westminster John Knox Press- Luisville, Kentucky- 1996; 78-79. Texto:
Odas de Salomón (A. Peral 1 X. Alegre, traductores), en: Apócrifos del Antiguo Testamento (A. Diez
Macho, edit.), Cristiandad- Madrid- 1982; lll, 61-100.
8. Ver: G. fiLORAMO, Nag Hammadi, en: lNSTITUTUM PATRISTICUM AUGUSTINIANUM, Dicciona- 12. RuooLPH BULTMANN, Die Bedeutung der neuerschlossenen mandiiischen und manichiiis-
rio Patrístico y de la Antigüedad Cristiana (A. Di Berardino, dir.), Sígueme- Salamanca- 1992; II, chen Quellen für das Verstiindnis des Johannesevangeliums, ZNW 24 ( 1925) 100-147.
1494-1496. FREDERIK WJSSE, El corpus de Nag Hammadi, en: Comentario Bíblico Internacional (Wi- 13. R. REITZENSTEIN, Das Mandaische Buch des Herrn der Grosse und die Evangelienüberlie-
lliam R. Farmer y otros, edits.), Verbo Divino- Estella (Navarra)- 1999; 1128-1131. B. A. PEARSON, ferung, Wien- 1919; lo., Das iranische Erliisungsmysterium, 1921.
Nag Hammadi Codices, en: ABD, IV, 984-993. Esta biblioteca gnóstica ha sido traducida al castella- 14. G. SFAMENI GASPARRO, Mandeísmo, en: INSTITUTUM PATRISTICUM AUGUSTINIANUM, Diccio-
no: Textos gnósticos. Biblioteca de Nag Hammadi (A. Piñero, edit.), 3 vols.; Trotta - Madrid - nario Patrístico y de la Antigüedad Cristiana (A. Di Berardino, dir.), Sígueme- Salamanca- 1992;
1997/2000. En inglés: The Nag Hammadí Library. Third Completely Revised Edition (James M. Ro- II, 1342-1343. Dooo, lnterpretation, 115-130. K. RUDOLPH, Mandaeism, en: ABD, IV, 500-503.
binson, General Editor), Harper San Francisco - 1990. 15. La literatura mandea se conserva en un dialecto arameo propio, que por eso mismo es lla-
9. El tema del "mito gnóstico del Redentor" ha sido propuesto y desarrollado por varios auto- mado "arameo mandeo". Ha sido traducida y publicada: M. LIDZBARSKI, Das Johannesbuch des Man-
res, principalmente por R. REJTZENSTEIN, Das iranische Erliisungsmysterium, 1921. C. COLPE, Die re- diier, 2 vols., Berlín- 1905-15. Reirnp. 1965; lo., Mandiiische Liturgien, 1920; ID., Ginzá: DerSchatz
ligionsgeschichtliche Schule. Darstellung und Kritik ihres Bildes vom gnostischen Erliisennythus, oder das grosse Buch der Mandiier, Quellen der Religionsgeschichte 13, Gottingen- 1925. Reimp.
FRLANT 78, 1961. Ver: "El mito gnóstico del Redentor y la cristología joánica", ScHNACKENBURG, 1979. E. S. DROWER, Tite Haran Gawaite and the Baptism of Hibil-Ziwa, 1953; The Canonical Pra-
El, I, 470-485. yerbook ofthe Mandeans, 1959.
10. SAN lRENEO, Adv. Haer. I, 21, 4; SC, 264 (A. Rousseau- L. Doutreleau, edits.) 302-305.

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desenmascara al falso profeta Jesús. Su literatura, aun teniendo elementos muy glo II de la era cristiana, mientras que el Evangelio de Juan pertenece a los últimos
antiguos, tomó su forma definitiva en los siglos VII y VIII d.C., de modo que ya años del siglo I o comienzos del siglo II. "No conocemos ningún documento gnós-
tiene referencias al Islam. Esta datación y su tono anticristiano son obstáculos que tico que con algún grado de probabilidades pueda ser fechado con anterioridad al
impiden afirmar con certeza que estos libros hayan ejercido influencia en la com- período del Nuevo Testamento''.2l Aun en sus comienzos, es muy difícil que el mo-
posición del evangelio de Juan. vimiento gnóstico haya producido o por lo menos influenciado el Evangelio.
La posición de los que encuentran una relación entre el Evangelio de Juan La segunda objeción se presenta desde el contenido de los textos. R. E. Brown
y el gnosticismo se ve fortalecida por el hecho de que los comentarios más anti- resume los resultados a los que han llegado él mismo y otros investigadores 22 en los
guos a este Evangelio fueron escritos por gnósticos del siglo II: Ptolomeo, de la análisis de las obras gnósticas conocidas como Evangelio de la Verdad y el Evan-
escuela de Valentín, escribió un comentario al prólogo de Juan, l6 y Heracleón, de gelio de Tomás, encontradas en Nag Hammadí.23 El Evangelio de la Verdad ofre-
la misma escuela, comentó todo el evangelio.l7 ce grandes diferencias cuando es comparado con el evangelio de Juan, y elEvan-
También existen evidencias de que algunas corrientes del gnosticismo pre- gelio de Tomás aparece como la obra de un gnóstico incipiente. 24 Se llega a la
tendían dar autoridad a sus creencias atribuyéndolas a revelaciones recibidas a conclusión de que el evangelio de Juan no puede ser una composición gnóstica
través del apóstol Juan. En los ambientes gnósticos se difundían ampliamente los del siglo II; más bien parecería que los gnósticos han conocido y utilizado el
escritos apócrifos atribuidos a este apóstol. Entre los tratados encontrados en Nag evangelio de Juan.
Hammadí se encuentran tres copias de un Apócrifo de Juan (dos copias de la re- Además, las comunidades cristianas estuvieron siempre en actitud comba-
censión larga, y una de la recensión breve),l8 que ya era conocido por un manus- tiva contra las doctrinas de los gnósticos, como se puede constatar por los escri-
crito encontrado anteriormente.l9 Para los autores que sostienen el origen gnósti- tos de los Santos Padres, que invariablemente las condenaron y rechazaron los es-
co del evangelio de Juan, este habría sido elaborado por alguna de estas sectas critos que las sustentaban. Es totalmente inadmisible que el evangelio de Juan hu-
con el fin de justificar sus creencias opuestas a las de los sinópticos. biera sido recibido entre las Sagradas Escrituras en el caso de haberse producido
En conclusión, para algunos investigadores el evangelio de Juan no es el en alguno de esos medios.
fruto de una comunidad cristiana, sino que se produjo en un medio que cultivaba
las doctrinas gnósticas. Esta postura se ha mantenido hasta la actualidad porque El Judaísmo Helenista
algunos comentaristas han continuado en esta misma línea o por lo menos han ad-
mitido alguna dependencia de Juan con respecto a los gnósticos.20 Se entiende por judaísmo-helenista esta forma del judaísmo que, principal-
mente en la diáspora, ha sido marcado por la cultura griega. Es muy difícil trazar
La primera objeción que se presenta a los que sostienen el origen gnóstico del
una frontera entre esta forma del judaísmo y la de lengua y cultura hebrea, por-
Evangelio de Juan es la de la datación: el gnosticismo es conocido a partir del si-
que para la época del comienzo del cristianismo el territorio de Judea también ha-
bía sido invadido por la cultura griega, y por otra parte los judíos de la diáspora
16. SAN lRENEO, Adv. Haer. l, 8, 5-6; SC 264 (A. Rousseau-L.Doutreleau, edits.) 128-137. mantenían sus tradiciones y formas de vida, y en muchos casos evitaban la in-
17. Esta última obra se ha perdido, pero Orígenes conservó algunos fragmentos porque escri- fluencia del ambiente griego.
bió su comentario al Evangelio de san Juan, entre otras cosas para refutar la obra de Heracleón, de la Además, no se puede pensar que el judaísmo se desarrolló de una manera
que reproduce por lo menos 48 fragmentos. Clemente de Alejandría cita dos textos de Heracleón, pe- uniforme en toda la diáspora, debido a que el pensamiento y las religiones del
ro se duda si pertenecen al Comentario de Juan o a otra obra de este mismo autor.
18. The Apocryphon of John (Frederic Wisse, trad.), en: The Nag Hammadí Library. Third Com- mundo griego ejercieron sobre él influencias de distinto grado, según los diferen-
plete/y Revised Edition (James M. Robinson, General Edit.), Harper San Francisco- 1990; 104-123 tes lugares. Se debe atender también a que el fenómeno del sincretismo era domi-
19. Papyrus Berolinensis 8502. nante en el ámbito religioso, y llegó a manifestarse también entre algunos judíos,
20. "Si en este evangelio se refleja históricamente aquel desarrollo que desde los entusiastas
de Corinto y desde 2Tim 2, 18 conduce al gnosticismo cristiano, entonces su aceptación en el canon como es el caso de aquellos de Elephantina (Egipto), que junto a YHWH invoca-
de la gran iglesia tuvo lugar errare lzominum et providentia Dei. Contra todas sus intenciones, la igle- ban a otras divinidades.25
sia aquí, seducida por la imagen del Dios Jesús que camina sobre la tierra, atribuyó a los apóstoles la
voz fuera de aquí silenciada de aquellos que, una generación más tarde de nuestro evangelio, fueron
condenados como herejes" (ERNST KASEMANN, El testamento de Jesús. El lugar histórico del evange- 21. Dooo, Interpreta/ion, 98.
lio de Juan, Sígueme- Salamanca- 1983; 166-167. ID., Ketzer und Zeuge. Zumjohanneüchen Ver- 22. Ver, por ejemplo: BRAUN, JT, I, 106-121.
fasserproblem, ZTK 48 (1951) 292-311). "Juan usa el lenguaje corriente en los círculos gnósticos pa- 23. BROWN, EvJ, 1, 60.
ra expresar la concepción cristiana de la fe": BuLTMANN, Evangelium, 7-9 (de la cdic. 1964). PHILIPP 24. R. E. 13ROWN, The Gospel ofT/wmas and Sr. John's Gospel, NTS 9 (1962-63) 155-177.
VIELIIAUER, Historia de la literatura cristiana primitiva. Introducción al Nuevo Testamento, /o.1· apó- 25. Por ejemplo en los juramentos y en los saludos de las cartas, en los que invocaban a otras
crifo.\' y los padres llpo.wólicos, Sfguemc- Salamanca- 1991. deidades junto a YIIWII.

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Algunos investigadores26 ven el origen del Evangelio de Juan en el judaís- Pero también se deben señalar las diferencias:
mo helenista, representado principalmente en la comunidad judía de Alejandría
(Egipto), que tuvo una actividad intelectual y una producción literaria inmensa. • El 'Lagos' de Filón aparece en sus obras con distintas características: a
Ellos fueron los responsables de la traducción de la Biblia conocida como de los veces está en el mismo Dios, otras veces es exterior a Él, puede ser divi-
"LXX". Asumieron muchos conceptos de la filosofía griega y los llenaron de nue- no, como también un dios de segunda clase, etc.
vo sentido para entablar el diálogo con la cultura de su ambiente. La comunidad • La lectura alegórica del Antiguo Testamento ofrece semejanzas con la de
judía alejandrina heredó de los griegos la lectura alegórica que éstos aplicaban a Filón de Alejandría, pero también notables diferencias: el evangelio pro-
los poemas, las epopeyas, las tragedias, etc. y la utilizaron para leer las Sagradas pone solamente imágenes interpretadas alegóricamente, mientras que en
Escrituras. En los personajes que aparecen en estos textos vieron representados el filósofo alejandrino se trata de una lectura continua y detallada del An-
los "vicios", las "virtudes", las "actitudes", las "categorías de personas", etc. A tiguo Testamento hecha desde esta perspectiva. La alegoría de los autores
partir de esta identificación desarrollaron una doctrina filosófica o moral. En los helenistas deriva siempre en una ética, mientras que la del evangelio de
escritos de la corriente judea-helenista se desarrollan las elucubraciones sobre la Juan es invariablemente cristológica.29
Sabiduría personificada, que también se ve reflejada en el libro de la Sabiduría,
• Las semejanzas se explican más bien por el hecho de que tanto Filón co-
un libro que fue redactado por un escritor de esta comunidad, y muestra el gran
mo Juan parten del Antiguo Testamento, escriben bajo la influencia de la
esfuerzo por trasvasar la riqueza del pensamiento del Antiguo Testamento a las
corriente sapiencial y están inmersos en un mismo medio cultural. Pero
fórmulas fijas y precisas del pensamiento griego. Un exponente de esta corriente
en ningún caso se puede afirmar que algún texto de Juan dependa de un~
de pensamiento fue el gran filósofo judío Filón de Alejandría (aprox. 20 a.C. -50
interpretación de Filón.
d.C.). Finalmente, hay que recordar también que el judaísmo helenista se carac-
terizó principalmente por su actitud no conformista, por su oposición al Templo
y por la simpatía por el pensamiento griego.27 La literatura "Hermética"
Es innegable que se descubren correspondencias entre el Evangelio de Juan Se designa con el nombre de "Corpus Hermeticum" una colección de die-
y el mundo judío-helenístico. Por ejemplo: cisiete tratados referidos a un sabio egipcio, elevado a la categoría divina e iden-
• Las citas del Antiguo Testamento que se encuentran en el Evangelio de tificado con el dios Toth, llamado Hermes por los griegos. Es conocido como
Juan reproducen generalmente el texto de la versión LXX (con algunas po- "Hermes Trismegisto" (=Hermes tres veces grande).30 Estos tratados, de carácter
cas excepciones, en las que está de acuerdo con el texto original hebreo).28 teológico y filosófico, asumen ideas platónicas, estoicas y neo-pitagóricas, y las
presentan dentro del marco de la religión egipcia.31 Los investigadores sostienen
• En el prólogo del Evangelio (1, 1-18), Cristo es presentado con el título que estas obras se han originado entre los siglos 11 y V de la era cristiana.
de 'Logos', y se le asigna en la creación un papel semejante al que tiene
Ciertas semejanzas de la literatura "Hermética" con el vocabulario del evan-
el 'Logos' en los escritos de Filón de Alejandría, y al que tiene la Sabidu-
gelio de Juan ha llamado la atención de algunos estudiosos.32 Se ha investigado si
ría en los libros sapienciales del Antiguo Testamento.
existe alguna relación entre el medio hermético y el joánico, y se ha llegado a la
• En el Evangelio de Juan se lee alegóricamente el Antiguo Testamento (Je- conclusión de que las semejanzas son mínimas, y se pueden explicar muy bien co-
sús es el verdadero maná, la vid, la roca, el cordero pascual, etc.). Los au- mo un vocabulario corriente en los medios religiosos de la época. Tanto los escri-
tores de los Evangelios sinópticos, en cambio, aunque condicionados por tos joánicos como la literatura hermética reflejan un medio religioso común.33
las interpretaciones judías de su tiempo, buscan el sentido literal en el An-
tiguo Testamento. 29. "... un mundo de ideas que tiene gran semejanza con el del judaísmo helenístico así como
está representado por Filón. Pero el tratamiento de estas ideas es completamente diferente" (DODD,
Interpretation,73).
30. J. A. TRUMBOWER, Hermes Trismegistos, en: ABD, III, 156-157. G. FtLORAMO, Hermetis-
26. Entre otros, admiten la influencia del helenismo sobre Juan, en diferente medida, BARRETT, mo, en: INSTITUTUM PATRISTICUM AUGUSTINIANUM, Diccionario Patrístico y de /a Antigüedad Cristia-
GJ. DODD, lnterpretation. A. W. ARGILE, Phi/o and the Fourth Gospe/, ET 63 (1951-52) 385-386. R.
na (A. Di Berardino, dir.), Sígueme- Salamanca- 1992; 1, 1024-1025.
McL. WtLSON, Phi/o and the Fourth Go:,pe/, ET 65 (1953-54) 47-49. Rudolph Schnackenburg sostie-
31. Esta literatura ha sido traducida y editada: Hermes Trismégiste: Corpus Hermeticum (A. D.
ne que en el evangelio de Juan influyó el Helenismo, pero también el Judaísmo, tanto el fariseo co-
Nock y A. J. Festugiere, edits.), 4 Vols., París- 1945/1954. A. J. FESTUGIERE, La Révélation d'Her-
mo el sectario. No niega contactos con el vocabulario y la mentalidad de las religiones sincretistas del
mes Trismégiste, 4 Vols., París- 1949-1954.
paganismo (SCHNACKENBURG, EJ, 1, 147-179).
32. F.-M. BRAUN, "Hermétisme et Johannisme", RThom 55 (1955) 22-42, 259-299.
27. BROWN, EvJ, 1, 63.
33. Por ejemplo: DoDD, lnterpretation, 10-53: "un tipo de pensamiento religioso semejante al de
28. BRAUN, JT, 11, 20-21.
un aspecto del pensamiento joánico, pero sin ninguna apropiación de una parte o de la otra" (pág. 53).

18 19
Por otra parte, es evidente que la literatura hennética se ha desarrollado en . . d'ws de su tiempo.
. 37
las interpretaciones que eran comentes entre los maestros JU
una fecha posterior a la del evangelio de Juan, por lo que no se puede hablar de
Muchos autores sostienen que en el evangelio de Juan han ejercido su influencia
una influencia del "hermetismo" sobre el Cuarto Evangelio. En otro sentido, no . ' .38
las traducciOnes

arameas del Antiguo

1estamento, 11 amadas ' targum1m
'T'
hay indicios que dejen suponer que en la composición de la literatura "herméti-
ca" haya intervenido alguna influencia de origen cristiano. Por el contrario, se en- El "Targum" (plural: Targumim) es una traducción del texto del Antiguo Testa-
cuentran afirmaciones que indicarían una posición declaradamente en contra del mento al arameo. Cuando el hebreo dejó de ser la lengua comúnmente conocida
cristianismo, como podría ser la negación de la posibilidad de la encarnación. En por el pueblo, se hizo necesario traducir los textos bíblicos para las lecturas de la
la hipótesis de que los redactores del "Corpus Hermeticum" hubieran conocido el Sinagoga. Más que una traducción, el Targum es una paráfrasis en la que se intro-
evangelio de Juan, se podría admitir que lo han rechazado y han tomado una po- ducen elementos de interpretación y actualización del texto. En la época de la ac-
sición decididamente opuesta. tividad de Jesús y de los apóstoles, el común del pueblo difícilmente conocía el
texto original hebreo, y sólo tenía acceso al texto bíblico a través del Targum. 39
En el caso de que hubiera existido alguna relación entre la literatura hermé-
tica y el Evangelio de Juan, se podría proponer como hipótesis que el autor del El descubrimiento de los manuscritos del Mar Muerto, 40 ha permitido co-
Cuarto Evangelio ha utilizado intencionalmente un vocabulario afín al de los es- nocer un grupo religioso judío, de características sectarias y contemporáneo de
critos herméticos, con el fin de hacer llegar su mensaje a aquellos helenistas que Jesús, que en sus creencias y en sus expresiones había asimilado elementos que
se expresan a través de esos escritos.3 4 no tenían su raíz en el Antiguo Testamento ni se encontraban en las tradiciones
judías conocidas hasta el presente. Algunas expresiones consignadas en estos tex-
El Judaísmo Palestinense tos se corresponden con otras que se encuentran en el evangelio de Juan, como
por ejemplo "el espíritu de la verdad", "la luz de la vida",41 etc. Igualmente, mu-
Por judaísmo-palestinense se entiende esta forma que conservó el judaísmo chos conceptos del Evangelio de Juan, que en algún momento fueron atribuidos
en el territorio de Judea que posterionnente se llamó Palestina, y que se expresó a fuentes helenísticas o gnósticas más tardías, eran conocidos y utilizados en ese
preferentemente en lengua hebrea. Como se ha dicho más arriba, es difícil mar- mismo ambiente judío desde una época anterior al Evangelista. 42 Más adelante
car una frontera nítida entre este judaísmo y el helenista. Actualmente se insiste habrá que mencionar el caso particular del dualismo.
en que durante el siglo I el judaísmo palestinense, así como el helenista, presen-
A pesar de las grandes diferencias que existen entre el pensamiento del
taba un aspecto muy variado que estaba muy lejos de ser unifonne y monolítico.
evangelio de Juan y los sectarios de Qumrán, se debe reconocer que los escritos
Cada vez hay mayor consenso entre los autores de que el cuarto Evangelio, aun- de estos últimos ofrecen mayores y más impactantes paralelismos que los que se
que aparentemente el más helenizado, es el que conserva más elementos judíos tradi-
cionales.35 Es evidente que, entre los evangelistas, Juan es el que tiene menos citas del
Antiguo Testamento.36 Pero sin mencionarlo, continuamente trabaja con sus imágenes
y conceptos. Con menos citas, tiene mayor cantidad de referencias al Antiguo Testa- 37. BROWN, Evl, l, 67-69.
mento que los Evangelios sinópticos. Esto significa que el autor lo conoce muy bien. 38. Ver, por ejemplo, A. DIEZ MACHO, El Logos y el Espíritu Santo. Atlántida, l, 4 (julio-agos-
to 1963) 381-396. M. McNAMARA, The New Testament and the Palestinian Targum to the Pentateuch,
Por ejemplo, en el pasaje de las bodas de Caná, Juan no cita ningún texto del Antiguo PBI- Roma- 1966; J. R. DíAZ, Palestinian Targum and the New Tes/amen/, NovT 6 (1963) 76-77.
Testamento, pero retoma y desarrolla las ideas veterotestamentarias del festín mesiáni- BROWN, Evl, l, LXI.
co, las bodas de YHWH con su pueblo, el vino de los tiempos escatológicos ... 39. P. S. ALEXANDER, Targum, Targumim, en: ABD, VI, 320-331. Para una sencilla introduc-
ción al mundo de los targumim: PI ERRE GRELOT, Los targumes. Textos escogidos. Documentos en tor-
También se señala la influencia de las interpretaciones bíblicas del judaísmo no a la Biblia, 14; Verbo Divino- Estella (NavaiTa)- 1987.
en el Evangelio joánico. Cuando Juan alude a los textos del Antiguo Testamento, 40. J. H. CHARLESWORTH, The Dead Sea Scrolls and the Gospel according to John, en: Explo-
no siempre se refiere a ellos con el sentido que tienen en su contexto original, si- ring the Gospel of John. In Honor of D. Moody Smith (R. AJan Culpepper and C. Clifton Black,
no que con frecuencia los entiende así como se encuentran enriquecidos por la tra- edits.), Westminster John Knox Press- Luisville, Kentucky- 1996; 65-97.
41. "Entonces purificará Dios con su verdad todas las obras del hombre, y refinará para sí la
dición judía, tanto en su desarrollo dentro de la misma Sagrada Escritura, como en estructura del hombre arrancando todo espíritu de injusticia de su carne, y purificándolo con el espí-
ritu de santidad de toda acción impía. Rociará sobre él el espíritu de verdad como aguas lustrales pa-
ra purificarlo de todas las abominaciones de falsedad y de la contaminación del espíritu impuro" (1 QS
34.SCHNACKENBURG,E~ 1, 165.
4, 20-22); "Porque por el espíritu del consejo verdadero sobre los caminos del hombre son expmdas
35. W. D. DAVIES, Reflections on Aspects of the Jewish Background of the Gospel of John, en: todas sus iniquidades para que pueda contemplar la luz de la vida" (1 QS 3, 6-7). Traducción tomada
Exploring the Gospel of Jolzn. In Honor of D. Moody Smith (R. Aland Culpepper and C. C!ifton Black, de: FLORENTINO GARCÍA MARTÍNEZ, Textos de Qumrán, edición y traducción, Trotta- Madrid- '1993.
edits.), Westminster John Knox Press- Luisville, Kentucky- 1996; 43-64. 42. ANTONIO PIÑERO, "Qumrán y el Evangelio de Juan", en: Paganos, judíos y cristianos en
36. SCHNACKENBURG, El, I, 149-152. BROWN, Evl, I, 67-69. los textos de Qumrán (J. Trebolle Barrera, coord.), Trotta- Madrid- 1999; 300-303.

20 21
creía encontrar en otras fuentes (por ejemplo los gnósticos o el hermetismo).43
No se puede comprobar, sin embargo, que haya habido una influencia directa de
la comunidad de Qumrán sobre el autor del Cuarto Evangelio.44 Las coinciden-
cias reflejarían más bien un medio ambiente donde circulaban ideas religiosas
que eran comunes, y a lo más permitirían sospechar que algunos de los miembros
de la comunidad del Mar Muerto se han integrado más tarde en la comunidad joá-
nica y han aportado sus ideas y su vocabulario.

Conclusión
Durante mucho tiempo, la investigación trató de encuadrar el Evangelio de
Juan dentro de un medio religioso-cultural único (o judaísmo, o helenismo, o
gnosticismo ... ). Todos estos intentos han fracasado porque el Evangelio permane-
ce como una obra multifacética. A lo largo del evangelio de Juan resuenan las
perspectivas griegas, judea-alejandrinas, judeo-palestinenses, gnósticas. Se po- CAPÍTULO 2
drían añadir algunas imágenes mesiánicas propias de los samaritanos (mesianis- Unidad y composición del Evangelio
mo samaritano) y algunos elementos que pueden provenir de la comunidad de
discípulos de Juan Bautista. Todas ellas se conjugan, no sin tensión, sobre el tras-
fondo de una obra que se presenta como un testimonio proveniente de un discí- La falta de unidad
pulo de Jesús. Una cosa es clara: todas estas resonancias están presentes en la
obra dándole una singularidad muy particular, pero ésta se distingue nítidamente Desde el punto de vista del aspecto literario, una primera lectura de Juan no
de todas ellas por su marcado centralismo cristológico. Su cristología y su valor presenta mayores dificultades. Sin embargo, una mirada más atenta descubre que
de testimonio hacen que el Evangelio de Juan sea una pieza única, que de ningu- es una obra evidentemente desordenada o, por lo menos, no muy bien elaborada
na manera se puede identificar o confundir con las corrientes de pensamiento que en su edición final. El lector va descubriendo que hay textos que no se correspon-
han contribuído a plasmar su vocabulario y su forma de expresión. Mucho más den con su contexto, que entre diversos textos existen evidentes contradicciones,
cuando se percibe que este Evangelio ha sido escrito en situación de polémica y que se producen sorprendentes cortes y hay falta de unidad en los relatos o en los
conflicto, en diversos niveles, con su entorno religioso y cultural. discursos. Se tiene la impresión de estar frente a una cantidad de elementos yux-
Todo esto lleva a plantear el problema de la unidad y la composición del tapuestos.
Evangelio. Esto se puede ilustrar con algunos ejemplos:
• El capítulo 20 finaliza con el epílogo del Evangelio (20, 30-31), que se
presenta como si allí concluyera toda la obra. Sin embargo el capítulo 21
continúa con la narración de las apariciones del Señor resucitado como si
no hubiera estado el epílogo. Al final de este capítulo 21 se da una nueva
conclusión del evangelio (21, 24-25).
• En 7, 23, en medio de una discusión con los Judíos, Jesús dice que desean
matarlo por haber realizado una curación en sábado, aludiendo al inciden-
te relatado en 5, 18, y que habría sucedido varios meses o tal vez más de
un año antes.
43. BROWN, EvJ; 1, 70-73. AA. VV. Jesus and the Dead Sea Scrolls (J. H. Charlesworth, edit.),
ABRL- Doubleday - New York, NY- 1993.
• La escena de la curación del ciego de nacimiento (9, 1ss) finaliza con las
44. F.-M. Braun sostiene que el autor del Cuarto Evangelio estuvo en contacto con esenios que palabras dirigidas por Jesús a los fariseos: "Si ustedes fueran ciegos, no
abrazaron el cristianismo, y también con "qumramitas" emigrados a Éfeso. Pero esto está lejos de tendrían pecado, pero como dicen: 'Vemos', su pecado permanece" (9,
comprobarse (F.-M. BRAUN, L'arriere-fonde judalque du quatrieme Évangile et la Communauté de 41). Inmediatamente después, sin ninguna interrupción, comienza el dis-
l'alliance, RB 62 ( 1955) 5-44).

22 .
'

~
23
curso sobre el buen Pastor: "Les aseguro que el que no entra ... " (10, lss). El relato quedaría mejor ordenado si el capítulo 6 siguiera inmediatamente
Este discurso, a su vez, se interrumpe después de 10, 18 con un comenta- después del 4, desplazando el capítulo 5, que estaría mejor ubicado despues de
rio del Evangelista: "A causa de estas palabras, se produjo una nueva di- comenzado el cap. 7. Algunos autores proponen cambiar el orden del evangelio
visión entre los Judíos. Muchos de ellos decían: 'Está poseído por un de- (caps. 4 - 6 - 5 - 7),2 como ya hizo Taciano en su armonía de los evangelios
monio y delira. ¿Por qué lo escuchan?'. Otros opinaban: 'Estas palabras ("Diatéssaron") escrita hacia el año 170. Pero se tropieza con la dificultad de que
no son de un endemoniado. ¿Acaso un demonio puede abrir los ojos a Jos ningún manuscrito del evangelio autoriza hacer este cambio, porque todos, desde los
ciegos?"' (10, 19-21). Estas últimas palabras remiten al capítulo 9 y son más antiguos, colocan el relato del capítulo 5 en el lugar tradicional (caps. 4, 5, 6, 7,
la continuación de 9, 41. El discurso del buen Pastor (10, 1-18) parece una etc.). También se ha presentado la hipótesis de que el orden original era 4- 5-7
interpolación que interrumpe la narración comenzada en 9, l. (correspondientes a las peregrinaciones a Jerusalén con ocasión de las tres grandes
fiestas litúrgicas), y que el capítulo 6 (una Pascua sin peregrinación) fue añadido en
• A partir del cap. 13 Juan desarrolla el proceso de la pasión, muerte y re-
una de las últimas ediciones del evangelio.
surrección de Jesús. En la primera parte se encuentra la narración de la
cena, que incluye el lavatorio de los pies, y concluye con un discurso de Es curiosa la falta de unidad que se descubre al comparar diversos pasajes.
despedida. En 14, 31 Jesús da una orden: «Levántense, salgamos de Por ejemplo:
aquí». Es evidente que aquí termina la cena. Pero en el versículo siguien-
te (15, 1) se continúa como si no hubiera existido esta interrupción, y sin • "Jesús bautizaba" (3, 22)
ninguna introducción comienza el discurso sobre la vid verdadera, hasta • " ... en realidad Él no bautizaba, sino sus discípulos" (4, 2)
16, 4a. A partir de 16, 4b se tiene un duplicado del capítulo 14 (reapare-
• "Si yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no valdría" (5, 31)
cen los mismos temas, el discurso presenta las mismas características,
etc.), que concluye en 16, 33; el capítulo 17 es la "Oración Sacerdotal", • "Aunque yo dé testimonio de mí mismo, mi testimonio vale" (8, 14)
que no parece ligada al contexto y podría estar en otro lugar del evange-
• "Simón Pedro le dijo: 'Señor, ¿a dónde vas?" (13, 36)
lio.! Las palabras con las que se retoma la narración en 18, 1 son la con-
tinuación natural de la orden dada en 14, 31: «Después de haber dicho es- • " ... y ninguno de ustedes me pregunta ¿a dónde vas?" (16, 5)
to, Jesús fue con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón. Había en
• "Yo rogaré al Padre, y Él les dará ... " (14, 16)
ese lugar una huerta y allí entró con ellos». Es evidente que entre 14, 31
y 18, 1 hay una serie de capítulos (15-16-17) que interrumpen la unidad • "No será necesario que yo ruegue al Padre por ustedes" (16, 26)
del relato.
• " ... Les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre" (15, 15)
• Se ha observado que el orden de la narración presenta dificultades entre
• "Todavía tengo muchas cosas que decirles ..." (16, 12)
los capítulos 4 y 7:
• En el capítulo 4 Jesús comienza un viaje hacia Galilea pasando por Sa-
maría (4, 3-4). La llegada a Galilea y la permanencia en este lugar que- Intentos de explicación
da consignada en 4, 45-54.
• En el capítulo 5 Jesús va nuevamente a Jerusalén (5, 1). Se trata de elaborar una hipótesis que explique satisfactoriamente estas irre-
gularidades. Se han presentado varios intentos:
• Al comenzar el capítulo 6 se dice que Jesús se halla en Galilea (6, 1).
• En el capítulo 7 Jesús está todavía en Galilea (7, 1) y parte nuevamen- Fuentes Múltiples
te hacia Jerusalén (7, 10). Mientras está en Jerusalén, en 7, 23 Jesús se
refiere a 5, 18 como si se tratara de un hecho reciente (como si no exis- Los cortes, desplazamientos, repeticiOnes, etc., que se encuentran en el
tiera el cap. 6 con su viaje a Galilea). evangelio de Juan tiene gran similitud con los fenómenos que se descubren en el
texto del Pentateuco. Por esa razón, algunos autores han tratado de explicar estos

2. Por ejemplo ScHNACKENBURG, El, tomo II, 24-29. Este autor traslada también el texto de 7,
l. R. Bultmann, por ejemplo, propone colocarla antes del Sermón de la Cena (BULTMANN, 15-24, y lo coloca después de 5, 47 (ibid. !88-190); coloca el texto 3, 31-36 entre 3, 12 y 3, 13 (1,
Evangelium, 371ss). 430-442); LÉON-DUFOUR, Lectura, l, 28, propone trasladar el bloque 5, 1-47 después de 7, 13.

24 25
cortes recurriendo a una hipótesis semejante a "la hipótesis documentaria" que se Ante esto, algunos investigadores han intentado restablecer el supuesto or-
aplica a aquel conjunto de libros del Antiguo Testamento) De la misma forma den primitivo.8 Unos lo han hecho reordenando los versículos, y a veces hasta
que los cortes, repeticiones y contradicciones que aparecen en el texto del Penta- cortando los versículos; otros han dividido en Evangelio en partes más o menos
teuco se han explicado por la existencia de distintas fuentes, documentos o tradi- iguales (lo que supuestamente serían las páginas de la edición original) y han
ciones que se han fusionado, así también se recurrió a la hipótesis de que el Evan- puesto estas 'páginas' en otro orden.9 Pero estos ordenamientos no cuet.ran con
gelio de Juan acumula elementos provenientes de diversas fuentes o -de una ma- el apoyo de ningún manuscrito. Todos los manuscritos existentes, también los
nera semejante- que una obra original recibió más tarde material de otro origen.4 más antiguos, tienen el texto en el mismo orden que se conserva hasta el día de
La más conocida de estas hipótesis es la de dos fuentes, que distingue entre hoy. Además, en el caso de que hubiera sido escrito sobre páginas, los textos nun-
el material narrativo y el discursivo: ca han quedado cortados en medio de una frase, como habría sucedido en el ca-
so de un desplazamiento accidental de los textos.
• una fuente de narraciones ('la fuente de los signos', que es mencionada con
frecuencia con el nombre que le dieron los alemanes: Sémeia-Quelle);
Varias Ediciones
• y una fuente de discursos ('discursos de revelación', que los alemanes lla-
maron: Offenbarungsreden).5 Los estudios realizados en 1939 por E. Schweizer,IO en 1947 por Ph.-H.
Menoud, 11 y en 1951 por E. Ruckstuhl12 detectaron características en la redac-
Esta hipótesis tropieza con una objeción: la "hipótesis documentaría" del Penta- ción que se reiteraban a lo largo de toda la obra, y llegaron a la conclusión de que
teuco argumenta a partir de las diferencias de estilo, vocabulario, teología, etc., que se no se puede hablar de varios autores dentro del Evangelio de Juan. La hipótesis
detectan en los distintos bloques. Pero las investigaciones sobre el texto del evangelio de los desplazamientos no llegaba a ser convincente. Era necesario buscar enton-
de Juan han llegado a la conclusión de que hay tal unidad de estilo y vocabulario que ces una explicación que tuviera en cuenta los dos fenómenos: la unidad de autor
no se puede pensar en varias fuentes o varios autores. Todo parece provenir de la mis- y los evidentes cortes y añadidos dentro del texto.
ma mano. La 'fuente de los signos', que en otros momentos tuvo mucha difusión en-
La teoría actualmente más difundida, y que parece la más aceptable, es la de
tre los comentaristas alemanes, en la actualidad es fuertemente cuestionada.6
las «Ediciones Múltiples».13 Los comentaristas coinciden en afirmar que el evan-
gelio de Juan es el resultado de un texto que, en el transcurso del tiempo, creció con
Los desplazamientos añadidos y notas provenientes del mismo autor. Inicialmente el libro fue más bre-
ve. Luego, el autor vio que debía añadir algunos textos frente a nuevas situaciones
Esta teoría sostiene que -por razones ahora desconocidas- se habría altera-
o nuevos interrogantes de su comunidad, o que era necesario elaborar aún más al-
do el orden de los textos de un evangelio que en su origen estaba redactado y or-
gunos temas que no habían sido correctamente entendidos o se prestaban a confu-
denado correctamente. Algunos comentaristas suponen que los cambios de orden
se produjeron por razones doctrinales, porque el evangelio actual es una nueva
obra elaborada con materiales sacados de un supuesto evangelio original. Otros
comentaristas han propuesto que el evangelio fue escrito originalmente sobre pá- 8. El primero que propuso esta hipótesis fue F. Spitta (Gottingen, 1893). Entre los comenta-
ginas sueltas, y no sobre un rollo, como era la costumbre. Los desplazamientos rios más modernos que recurren al reordenamiento del texto, se puede ver -por ejemplo- el Comen-
tario al Evangelio de Juan de R. Bultmann.
se habrían dado por un accidental desorden de las páginas.7
9. J. H. BERNARD, The Gospel according to St. Jo/m, Clark- Edinburgh- 1942. F. R. HOARE,
Original Order and Chapters of St. John s Gospel, Burns Oates- London- 1944. Los que reordenan
las 'páginas' muestran evidentes ejemplos de que esta clase de alteraciones se han dado en el Antiguo
3. Entre los iniciadores de esta corriente de interpretación de la composición del cuarto Evan- Testamento: el texto griego (LXX) del libro de Jeremías coloca los capítulos 46-51 del texto hebreo
gelio se encuentra J. Wcllhausen, más conocido por la "hipótesis documentaria" del Pentateuco. después del capítulo 25; y en el libro de los Proverbios, el fragmento 30, 1-14 está colocado después
4. Así A. Loisy (1921) y S. Hirsch (1936). de 24, 22; y 30, 15-31,9 viene después de 24, 34. Los manuscritos griegos del libro deBen Sirá (Ecle-
5. En la hipótesis de R. Bultmann se distinguen: la fuente de los signos (Sémeia-Quelle)- la siástico) colocan 33, 16-36, 10 delante de 30, 25.
fuente de los discursos (Offenbarungsreden) de origen gnóstico- una fuente diferente para el relato 10. E. SCIIWEIZER, EGO EIMI. Die religionsgeschichtliche Herkunft und theologische Bedeu-
de la pasión -y finalmente los aportes del "corrector eclesiástico" cuando el evangelio ya había que- tung der jolzanneischen Bildreden zugleich ein Beitrag zur Quellenfrage des vierten Evangeliums,
dado terminado. La fuente de los discursos no tenía valor histórico porque provenía de una fuente Gottingen, 1939.
gnóstica, a~optada por los discípulos de Juan Bautista. El autor del evangelio, que había sido discípu- 11. P11.-H. MENOUD, L'Évangile de lean d'apri!s les recherches récentes, Neuchatel, 1947.
lo del Bautista, puso luego estos discursos en labios de Jesús. 12. E. RucKSTUHL, Die literarische Einheit des Johannesevangeliums, Freiburg in der Sch-
6. Ver, por ejemplo: R. T. FORTNA, Signs/Semeia source, en: ABD, VI, 18-22. weiz, 1951.
7. Puede verse un resumen de las distintas posiciones en: N. URICCHIO, "La teoria delle tras- 13. Esta hipótesis está representada principalmente, con algunas variantes, por los trabajos de
posizioni nel Vangelo di S. Giovanni", B 31 (1950) 129-163. M.-E. Boismard, R. E. Brown, R. Schnackenburg y J. L Martyn.

26 27
sión, o que simplemente no habían sido tratados. Así se dieron varias etapas en la Jn 7, 53 - 8, 11
elaboración de la obra. Las diferencias entre los investigadores aparecen en el mo-
mento de querer precisar cuántas etapas se han dado hasta llegar al texto actuaJ.l4 Es el relato de Jesús y la mujer adúltera. Los antiguos manuscritos, algunas
versiones y todos los Santos Padres griegos desconocen este texto. Sólo se en-
Se debe reconocer también que ha intervenido un redactor final. Probable-
cuentra en los manuscritos griegos tardíos y en la tradición occidental (san Am-
mente el autor elaboró más de un ensayo para algunos capítulos del Evangelio. Eli-
brosio, san Agustín, san Jerónimo), y presentan gran cantidad de variantes textua-
gió luego lo que a él le parecía más conveniente y descartó lo demás. El responsa-
les. La Didascalía Apostolorum, un escrito del siglo III proveniente de la iglesia
ble de la última etapa de elaboración y composición del Evangelio fue la comuni-
del norte de Siria,l7 argumenta contra los rigoristas y alude al proceder de Jesús
dad, que asumió el Evangelio y agregó textos que originalmente pertenecían al
con la mujer adúltera para enseñar que se debe tener misericordia con los peca-
mismo autor, pero que él no había incluido en las etapas de composición de su
dores arrepentidos (n. 24). San Jerónimo incluyó la perícopa en la traducción la-
obra. La comunidad se interesó por conservar las obras completas de su maestro,
tina de la Biblia (Vulgata), y San Agustín trató de explicar la razón por la que no
guía y fundador, y por fidelidad a él optó por conservar los textos aun cuando ésto
se encontraba en los antiguos ejemplares de las Sagradas Escrituras: " ... algunos
rompiera la annonía del Evangelio. No le preocupó que la obra quedara mal termi-
de poca fe, o mejor dicho enemigos de la verdadera fe, creo que temiendo que se
nada o mal presentada, ni le interesó la annonía final del texto. Las razones por las
conceda a sus mujeres la impunidad en el pecar, borraron de sus códices aquello
que hicieron Jos añadidos no fueron de orden estético sino pastoral y teológico.
que hizo el Señor perdonando a la adúltera". 18 Pero esta explicación no es con-
Esta comunidad que concluyó el Evangelio es la que aparece representada vincente, porque en los manuscritos más antiguos no hay indicio de que la perí-
en el "nosotros" en las palabras finales del evangelio y que habla en tercera per- copa haya sido "borrada". Simplemente, no estaba.
sona refiriéndose al autor: "Este mismo discípulo es el que da testimonio de es-
Entre los manuscritos que conservan este texto, algunos lo colocan en el lu-
tas cosas y el que las ha escrito, y nosotros sabemos que su testimonio es verda-
gar tradicional (7, 53- 8, 11), pero hay varios que lo han ubicado en otros luga-
dero" (21, 24).
res diferentes del Evangelio de Juan (7, 36; 7, 44; 21, 25), e incluso dentro del
Aun después de concluida, la obra ha recibido elementos que actualmente Evangelio de Lucas (21, 38; 24, 53). A esto se añade que tanto el vocabulario co-
se consideran ajenos al Evangelio de Juan. Ellos son Jn 5, 3b-4 y 7, 53- 8, 11. mo el estilo indican que el autor de esta narración no es el mismo que el del res-
to del Evangelio de Juan. Por otra parte, la narración produce una interrupción
Jn 5, 3b-4 dentro del texto de los capítulos 7 y 8. Por estas razones es generalmente admiti-
do que esta perícopa no pertenece a este Evangelio. Por preocupaciones teológi-
Es el texto que dice: "Porque el Ángel del Señor descendía a la piscinal5
cas, estilo y vocabulario se asimila mucho más al evangelio de Lucas.
cada tanto y movía el agua. El primero que entraba en la piscina, después que el
Posiblemente se trata de una perícopa perteneciente a la auténtica tradición
agua se agitaba, quedaba curado, cualquiera fuera su mal". Este texto está ausen-
apostólica, que no fue incluida en ninguno de los evangelios canónicos. La resis-
te de los manuscritos más antiguos y de algunas versiones, incluidas las antiguas
tencia a admitirla se debería a que chocaba con la rigurosa praxis penitencial que
latinas y la Vulgata en su fonna original. Esto indica que no pertenecía original-
se observaba en algunos sectores de la iglesia de los primeros tiempos en los ca-
mente al Evangelio, y que ha sido añadido con posterioridad. Tal vez se trata de
sos de adulterio. 19 Más tarde, cuando se suavizaron las exigencias, se trató de en-
una glosa marginal, extraída de algún apócrifo, que algún copista introdujo en el
contrarle un lugar dentro de los evangelios, y finalizó en el capítulo 8 del evan-
texto del Evangelio con la finalidad de hacer más comprensible el v. 7. Estos ver-
gelio de Juan. Esta habría sido la perícopa conocida a principios del siglo JI por
sículos se omiten en la edición crítica del Nuevo Testamento griego, en la Neo-
Papías, a la cual alude Eusebio de Cesarea:
Vulgata, en muchas ediciones en lenguas modernas, y también en la lectura litúr-
gica.16 "El mismo escritor (Papías) expone también otro relato de una
mujer acusada de muchos pecados ante el Señor. que se contiene

14. R. E. Brown, en su Comentario, propuso cinco etapas. Posteriormente las redujo a tres
(BROWN, /ntr., 62-86). 17. J. QUASTEN, Patrología. l. Hasta el Concilio de Nicea, BAC- Madrid- 1978; 453-457. P.
15. Algunos manuscritos {A, K, 'l', etc.) tienen un extraño texto: en lugar de "descendía a la NAUTIN, Didascalía de los Apóstoles, en: INSTITUTUM PATRISTICUM AUGUSTINIANUM, Diccionario Pa-
piscina", dicen: "se bañaba en la piscina". trístico y de la Antigüedad Cristiana, 1 (A. Di Berardino, dir.), Síguemc- Salamanca- 1991; 11, 595.
16. Conservan el texto como original: D. MOLLAT- M.-E. BOISMARD (BJ)- M.-E. BoiSMARD- 18. SAN AGUSTfN, De cong. adult., !I, 7, 6; PL XL, 474.
A. LAMOUILLE, Synopse des Quatres Evangiles en Fra/u;ais 111 ( L' Évangile de lean); Du Cerf- Paris - 19. "Es verdad que algunos obispos que nos precedieron en nuestra provincia pensaron que no
1977; 152-153; y X. LÉON-DUFOUR: "Es más probable que este pasaje haya sido suprimido por ciertos se debía reconciliar a los adúlteros y excluyeron totalmente al adulterio de la penitencia" (SAN CIPRIA-
cspíriius preocupados por descartar cualquier devoción sospechosa" (LÉON-DUFOUR, Lectura, II, 24). NO DE CARTAGO [+ 258], Carta LV, 21; CCL IIIB 280).

28 29
en el 'Evangelio de los hebreos"' (Eusebio de eesarea, Historia
Eclesiástica, III, 39, 17; Se 31 (G. Bardy, edit.), 157).

La gran mayoría de Jos autores admiten que se trata de un texto de origen


sinóptico que fue interpolado dentro del evangelio de Juan.20
La Iglesia Católica reconoce que forma parte del canon de las Sagradas Es-
crituras, aunque no se sepa con certeza a cuál de Jos Evangelios pertenece. Es un
texto proveniente de la antigüedad que fue incluido en la versión Vulgata.

Conclusiones

Las investigaciones dan como resultado que dentro del Evangelio de Juan
no hay distintos autores ni se puede hablar materialmente de distintas fuentes, en-
tendidas como obras independientes que más tarde fueron fundidas en una sola.
Sin embargo, es posible que haya existido material preexistente, re-elaborado y
CAPÍTULO 3
adaptado por el autor. Se puede suponer con fundamento que en el Evangelio de
Juan se produjo el mismo fenómeno que es evidente en los sinópticos: el autor ha El problema del autor, fecha y lugar de composición
trabajado teniendo como base material oral y escrito que recibió de la tradición y
adaptó a su propia teología. Pero se diferencia de los sinópticos en su forma de
utilizar sus fuentes, porque las asumió y elaboró impregnando el material de su
propio estilo, hasta el punto que ahora es prácticamente imposible detectar las Ninguno de los cuatro Evangelios tiene indicaciones de quién es su autor.
fuentes de las que se sirvió. Los nombres que hoy llevan han sido puestos de forma convencional en el siglo
La obra no fue totalmente terminada por el autor sino por la comunidad. El II. La cuestión del autor del cuarto Evangelio es uno de los problemas más discu-
evangelio habría tenido una forma original sensiblemente más breve, y luego, por tidos en la investigación del Nuevo Testamento, y su solución tiene gran impor-
razones teológicas, fue ampliado mediante la inclusión de nuevos materiales. Los tancia para la Iglesia. Es de gran trascendencia saber qué respaldo apostólico tie-
cortes, repeticiones, aparentes contradicciones y textos fuera de Jugar que se en- nen las afirmaciones de este Evangelio que en tantos puntos doctrinales resulta
cuentran en el evangelio se explicarían por esta incorporación sucesiva de textos. completamente novedoso cuando se lo compara con los tres sinópticos (por ejem-
La comunidad donde se formó el documento joánico fue una comunidad plo la condición divina de Jesucristo).
polícroma, pasó por muchas etapas y así fue recogiendo distintos elementos. Es A partir de san Ireneo, (aproximadamente en el año 200), 1 se dice que el au-
un Evangelio que fue haciéndose a Jo largo del tiempo. Hubo dentro de ella dis- tor del cuarto Evangelio fue el apóstol san Juan, el hijo de Zebedeo. Desde enton-
cípulos de Juan Bautista; algunos discípulos nacieron en tierra palestinense, otros ces, esta opinión es unánime. Más que a la impresionante cantidad de autores pos-
son de origen samaritano; posteriormente se dio un desarrollo en un ambiente teriores a esta fecha que sostienen que este apóstol es el autor del cuarto Evange-
griego. Así, sucesivamente, se fueron añadiendo Jos distintos elementos que se lio, se debe prestar atención, en primer lugar, a lo que exactamente dijo san !re-
pueden reconocer en el transcurso de la obra.2l neo, y Juego, a los testimonios pertenecientes a la época anterior.
Todos estos elementos se ven reflejados en el estado actual del evangelio.
Los escritores del siglo 11
San Ireneo identifica al autor del Evangelio con el discípulo amado:

" ... y después Juan, el discípulo del Señor que se recostó sobre su pe-
20. D. Muñóz León incluye la perícopa y fundamenta su opción citando a Jos críticos que di- cho, editó el Evangelio cuando habitaba en Éfeso ... " (San Ireneo, Adv.
cen: "era parte del cuarto evangelio, pero fue suprimido porque su contenido, el perdón a la adúltera,
Haer. III, 1, 1; Se 211 (A. Rousseau- L. Doutreleau, edits.) 24-25).
podía extrañar en ambientes rigoristas" (D. MUÑÓZ LEÓN, Evangelio según san Juan, en: Comentario
Bíblico Latinoamericano - Nuevo Testamento (Armando J. Levoratti, dir.), Verbo Divino - Estella
(Navarra)- 2003; 634). l. No se tienen datos precisos sobre los años en que vivió. Se conjetura que podría haber sido
21. Este tema está ampliamente desarrollado en: BROWN, CDA. entre los años 140-195, aunque también se proponen otras fechas.

30 31
Otro texto de san Ireneo merece especial atención: Sin embargo, Eusebio de Cesarea contradice a san lreneo. Después de re-
producir este texto recién mencionado, dice:
"Todos los presbíteros que se han encontrado en Asia con Juan, el
discípulo del Señor; dan testimonio de que Juan ha transmitido es- " ... Esto es lo que lreneo dice. Papías mismo, en cambio, seg!Ín el
to, porque pennaneció con ellos hasta los tiempos de Trajano. Al- prólogo de sus tratados, no se presenta a sí mismo de modo algu-
gunos de ellos no solamente vieron a Juan, sino también a otros
1 no como oyente y como testigo ocular de los sagrados apóstoles,
apóstoles" (San Ireneo, Adv. Haer., 11, 22, 5; SC 294 (A.Rousseau- sino que enseña haber recibido lo referente a la fe de boca de quie-
L. Doutreleau, edits.) 224-225. nes los habían conocido" (Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiás-
tica, III, 39, 1-2; SC 31 (G. Bardy, edit.) 154).
En este último texto se introduce un dato que ha tenido consecuencias en el
momento de identificar al autor del evangelio: cuando san Ireneo dice " ... no sola- Para fundamentar esta crítica a san Ireneo, Eusebio cita a continuación el
mente vieron a Juan, sino también a otros apóstoles", sugiere que él entendía que texto de Papías al que acaba de hacer referencia:
Juan era uno de ellos. Aquí comenzaría a tomar cuerpo la tradición de que "el dis- "... si me salía al encuentro alguno que había tratado con los ancia-
cípulo amado", el autor del evangelio y el apóstol Juan son una misma persona.2 nos, le preguntaba curiosamente cuáles fuesen los dichos de los ancia-
Cuando Ireneo menciona al "discípulo Juan" o "Juan que habitaba en Éfeso", \ nos: qué dijeron Andrés, Pedro, Felipe, Tomás, Santiago, Juan, Ma-
se remite a la autoridad de san Policarpo de Es mima, a quien conoció siendo un mu- l teo. Y qué dicen Aristión y el Presbítero Juan, discípulos del Seíior"
chacho. Refiere cómo hablaba Policarpo del trato que había tenido con los apósto- E inmediatamente agrega este comentario:
les y con los que habían conocido al Señor, entre los que se encontraba Juan.
"Se Iza de observar que en estas palabras incluye dos veces el
"Policarpo no sólo fue instruido por los apóstoles y trató con mu- nombre de Juan. La primera vez junto con Pedro, Santiago, Mateo
chos de los que vieron a nuestro Señor; sino que fue instituido obis- y los demás apóstoles ... Pero luego, estableciendo una distinción
po en la iglesia de Esmima en Asia... " (San Ireneo, Adv. Haer. III, de lenguaje, coloca a otro Juan entre aquellos que están fuera del
,¡ 3, 4; SC 211 (A. Rousseau- L. Doutreleau, edits.) 38-39) _, \ ., número de los apóstoles, anteponiendo a un tal Aristión, al cual
1
" ... el beatísimo Policarpo ... los sennones que dirigía al pueblo, el \ · llama expresamente 'presbítero'.
trato familiar que él contaba haber tenido con Juan y con los de- De modo que por estos dichos se comprueba la verdad de la his-
más que habían visto al Señor. .. " (San Ireneo, Carta a Florino; en: toria de los que dicen que en Asia hubo dos personas que llevaron
Eusebio de Cesarea [+339], Historia Eclesiástica, V, 20, 6; SC 62 el mismo nombre de Juan, que en Éfeso hay dos sepulcros, y que
(G. Bardy, edit.), 62). todavía hoy se dice que ambos son de Juan{ ... }
Confiesa efectivamente Papías, del cual hablamos ahora, que él
En el único texto de san Policarpo que se ha conservado no se encuentra recibió los dichos de los apóstoles de labios de los que conversa-
ron con ellos, y dice que fue discípulo de Aristión y del presbítero
ninguna alusión a que este santo hubiera conocido a Juan el apóstoJ.3
Juan" (Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica, Ill, 39, 4-7; SC
San Ireneo afirma que también Papías, el obispo de Hierápolis muerto apro- 31 (G. Bardy, edit.) 154-155).
ximadamente en el año 130, fue compañero de Policarpo y discípulo de Juan:
Eusebio llega a la conclusión de que Papías hace una distinción entre dos
" ... Papías, que oyó a Juan y fue compañero de Policarpo, un hom- personas distintas, y que ambas llevan el mismo nombre Juan: el apóstol y el
bre venerable, atestigua en el cuarto de sus libros ... " (San Ireneo, presbítero. 4 Policarpo y Papías no conocieron al apóstol Juan, sino que fueron
Adv. Haer. V, 33, 4; SC 153 (A. Rousseau- L. Doutreleau- Ch.
discípulos del presbítero Juan, que residía en Éfeso.
Mercier, edits.) 416-417.
Si se prescinde de san Ireneo, en el siglo 11 se encuentran referencias a un
personaje de nombre Juan, al que invariablemente se Jo llama 'discípulo' o 'dis-
cípulo amado de Jesús'. En algún caso se Jo presenta como autor del cuarto Evan-
2. Al producirse la confusión entre Juan, el presbítero de Éfeso, con Juan, el Apóstol hijo de
gelio, pero en ningún momento se dice que sea un apóstol ni se lo identifica con
Zebedeo, se originó la costumbre de representar al Apóstol como más joven que los demás durante la
vida terrenal de Jesús. De este modo se podía justificar que hubiera vivido hasta los tiempos del Em-
'Juan, el hijo de Zebedeo'.
perador Trajano.
3. Eusebio de Cesarea (Hist. Ecl. V, 20, 8) dice que san Policarpo (+ 23-2-167) escribió varias
cartas, pero se conserva sólo la dirigida a los Filipenses (ver: Padres Apostólicos, versión, introduc- 4. Euschio de Cesarca, escribiendo en el siglo IV, da por supuesto que el autor del Evangelio
ciones y notas de Daniel Ruiz Bueno, BAC- Madrid- 1974; 661-671). es el Apóstol Juan.

32 :.B
Polícrates, el Obispo de Éfeso que vivió hacia finales del siglo 11, mencio-
liderazgo de un presbítero llamado Caio, que se oponía a Montano y a dos muje-
na a Juan, que habitaba en esa misma ciudad, identificándolo con el discípulo
res que lo acompañaban, y en medio de éxtasis y arrebatos místicos anunciaban el
amado de Jesús, el personaje anónimo que se menciona en la última parte del
retomo inminente de Cristo y la manifestación de la Jerusalén celestial. Se decían
cuarto evangelio. Pero no dice que sea el autor del evangelio. Dice, en cambio, inspirados por el Espíritu Santo y para sostener sus afirmaciones aducían textos
que Juan era un sacerdote judío: del evangelio de Juan y del Apocalipsis. Para oponerse a ellos, Caio rechazó estos
En Asia se han extingido los grandes astros que se levantarán en el libros,? y según algún testimonio de la antigüedad, habría dicho que eran obra del
último día, en la Pm·usía del Seíim; cuando venga del cielo con glo- hereje Cerinto. San Ireneo da a entender que Caio no era el único que rechazaba
ria para buscar a todos los santos: Felipe, uno de los doce apósto- el evangelio de san Juan, sino que se trataba de todo un movimiento.8
les, que reposa en Hierápolis, sus dos hijas que envejecieron guar- r-
. San Ireneo dedicó todo su esfuerzo en mostrar que el autor era uno de los
dando la virginidad, otra hija suya que después de haber vivido en
el Espíritu Santo fue sepultada en Éfeso. También Juan, el que des-
apóstoles de Jesucristo, y que su testimonio no difería del de los otros tres evan-
cansó en el pecho del Señor, fue sacerdote y llevó la lámina de oro, gelios. Desde entonces, siguiendo a san Ireneo, se admitió que el autor del cuar-
testigo y maestro, descansa en Éfeso" (Carta al Papa Víctor, en: to evangelio fue el apóstol san Juan, el hijo de Zebedeo. De esta forma se le re-
Eusebio de ecsarea, Historia Eclesiástica, III, 31. 3; V, 24, 2-3; Se conoció una autoridad igual a la de los tres primeros evangelios, e incluso mayor
31 (G. Bardy, edit.) 141-142 y Se 41 (G. Bardy, cdit.) 67-68). que la de Marcos y Lucas, puesto que éstos llevaban el nombre de discípulos que
no pertenecían al grupo de los Doce.
La lámina de oro mencionada parece ser la que llevaban los sacerdotes ju-
díos según el texto de Ex 28, 36/39, 30; Lev 8, 9.
r
1
Esta atribución fue sostenida en forma unánime desde el año 200 a lo largo de
toda la antigüedad y el medioevo cristiano, y se mantuvo hasta el siglo XVIII, cuan-
El "Canon de Muratori",5 que pertenece a la iglesia de Roma y se remonta do la crítica negó que el Evangelio perteneciera a una fuente apostólica, y lo atribu-
a mediados del siglo II, presenta a Juan como un "discípulo" que está junto con yó a autores del siglo II o III. La crítica racionalista del siglo XIX y de comienzos del
los apóstoles. Este "discípulo" debe componer el evangelio porque el apóstol An- XX declaró que era absolutamente imposible seguir sosteniendo que el apóstol Juan
drés recibe una revelación divina. En el momento de escribir su evangelio, la obra fuera el autor de este evangelio, como lo venía diciendo la tradición de la Iglesia.
del discípulo Juan debe ser supervisada por todos:
Los que negaban que el cuarto evangelio fuera obra de un apóstol pretendían
"El cuarto Evangelio es de Juan, uno de los discípulos. Cuando sus afirmar con esto que la obra no contenía de ninguna manera la predicación apostó-
condiscípulos y obispos lo exhortaban, dijo: 'Ayunen conmigo hoy Y lica y que no tenía ningún valor como testimonio de Jesús.9 No se encaraba toda-
durante tres días, y comuniquémonos unos a otros lo que le sea re- vía la posibilidad de que el evangelio contuviera tradiciones recogidas y elaboradas
velado a cada ww. Esa misma noche fue revelado a Andrés, uno de por un redactor posterior como se plantearía más tarde y en la actualidad.
los Apóstoles, que bajo el control de todos, Juan en su propio nom-
bre escribiera todas las cosas". (Canon de Muratori, líneas 9-16). Ante esto, la autoridad eclesiástica de la Iglesia Católica reaccionó afirman-
do que "debe reconocerse por autor del cuarto Evangelio a Juan Apóstol y no a
San Ireneo se esforzaba por mostrar el origen apostólico del evangelio, por- otro" (IV Respuesta de la Pontificia Comisión Bíblica: 29-5-1907; D(H) 3398).
que debía evitar que este se convirtiera en una propiedad particular de los. gnósti- A partir de este documento, esta afirmación fue mantenida comúnmente por los
cos. Él se encontraba ante dos fenómenos que de diferentes maneras dejaban el autores católicos. lO
evangelio de Juan en manos de los gnósticos: unos, como Ptolomeo y Heracleón, El Documento citado, como otros de la misma época, actualmente tiene sólo
que lo comentaban como si fuera obra de un gnóstico, y otros que lo rechazaban valor histórico, porque según una declaración de la misma autoridad, "como estos
diciendo que había sido escrito por un gnóstico. A estos últimos san Epifani~ los decretos proponen puntos de vista que no están ni mediata ni inmediatamente liga-
llama 'Alogos' .6 Constituían un movimiento nacido en la iglesia de Roma, baJo el dos con verdades de fe o moral, el investigador de las Sagradas Escrituras puede
continuar con sus investigaciones científicas con total libertad y aceptar los resul-
5. Se trata de un manuscrito del siglo VIII, perteneciente a la Biblioteca de Milán (Códice Am· tados de las mismas, conservando siempre el respeto a la autoridad docente de la
bros. J 101) que fue hallado y publicado en 1740 por L. A. Muratori. Contiene una lista de los libros del
Nuevo Testamento, con una breve reseña de cada uno. Está redactado en latín bárbaro, posiblemente tra-
7. EUSEBIO DE CESAREA, Historia Eclesiástica, VI, XX, 3.
ducido del griego. Está deteriorado en el comienzo, por lo que faltan las primeras líneas. Es opin~ón ge-
8. SAN IRENEO, Adv. Haer., III, 11, 9.
neralizada que este documento pertenece a la iglesia de Roma y que debe ser fechado antes del ano 200,
9. Así, por ejemplo, D. STRAUSS, Vida de Jesús (1835 ... ).
aunque algunos autores han defendido la hipótesis de que se originó en Oriente en el siglo IV (A. C.
10. En tiempos más recientes, esta opinión fue mantenida por J. CotsoN, L'éni¡;me du /Jisci-
SUNDBERG, "Canon Muratori: A Fourth-Century List", Harvard Theological Review 66 [1973] l-41).
1'/e que Jésus aimait, París, 1969; B. SOLAGES, "Jcan, Fils de Zébédéc ct l'énigmc du disciplc queJé-
6. SAN EPIFANIO, Panarion U; PG XLI, 887ss.
sus aimait"; Bu/l. de Litter. Eccles. 73 ( 1972) 41-50.

34
Iglesia" (Nota del Secretario de la Pontificia Comisión Bíblica).1 1 La conexión en- 13. 19; 8, 14; 12, 2; Gal 2, 9), nunca son mencionados en el evangelio de Juan, si
tre el cuarto Evangelio y Juan el hijo de Zebedeo no puede ser considerada como no es de forma indirecta ("los hijos de Zebedeo") en el "epílogo" que constituye
un dato decisivo para la fe. Lo que es verdaderamente importante es saber si esta el último capítulo (21, 2). No se ha encontrado una explicación satisfactoria para
obra tiene o no el respaldo de un testigo de los hechos y las palabras de Jesús. este silencio. Algunos la intentaron diciendo que el autor del evangelio era efec-
tivamente el mismo Apóstol Juan, pero que calló su nombre por humildad. 14 Sin
Los datos del Evangelio: el discípulo amado embargo, no sería un signo de humildad que para ocultar su propio nombre lo cu-
briera con el honroso epíteto de "discípulo amado del Señor".
En las palabras finales del evangelio, la comunidad responsable de la edi- Por otra parte, la única referencia que hace el Nuevo Testamento al nivel
ción definitiva de la obra señala al transmisor de la tradición que está consigna- cultural del apóstol Juan, hijo de Zebedeo, no abona la hipótesis de que él sea el
da en ella: "Este mismo discípulo es el que da testimonio de estas cosas y el que autor del evangelio, porque dice que era una persona "poco instruida y sin cultu-
las ha escrito, y sabemos que su testimonio es verdadero" (21, 24). La comuni- ra" (Hch 4, 13).
dad indica de esta forma que ha recogido la tradición proveniente de Jesús a tra- El autor del libro de los Hechos de los Apóstoles relaciona la comunidad de
vés de un discípulo que se distingue por el amor que le ha tenido el Señor. Este Éfeso con el Apóstol Pablo, y en ningún momento sugiere que Juan hubiera teni-
es un discípulo anónimo que aparece varias veces en el evangelio, sólo en la úl- do alguna actividad en esa ciudad. Igualmente san Ignacio de Antioquía, cuando
tima parte, y que invariablemente es designado como "el discípulo al que Jesús escribe a los efesios en una fecha próxima al año 11O, recuerda a san Pablo pero
amaba"12 (13, 23; 19, 26-27; 20, 2-8; 21, 7. 20). 13 Este discípulo es una persona no menciona a Juan.15
diferente del redactor del evangelio, porque es inaceptable que este se honrara a
Parecería, en cambio, que el Evangelio de Juan ofrece un indicio como pa-
sí mismo asignándose este título.
ra que el lector identifique a este "discípulo amado" de Jesús con otra persona que
Parecería que en el grupo joánico existió la costumbre de reconocer a cier-
no es el Apóstol. En el capítulo en el que se relata la resurrección de Lázaro hay
tos personajes por sus títulos, sin mencionar el nombre, porque de la misma ma- 'una triple indicación de que éste era amado por Jesús de una manera especial:
nera como se omite el nombre del "discípulo amado", se calla el de la Madre de
Jesús (2, l-5; 19, 25-27), y el del presbítero que firma las cartas 2 y 3Jn. "Las hermanas enviaron a decir a Jesús: «Señor, el que tú amas (phileis), es-
tá enfermo»" (11, 3).
Un fenómeno semejante se produjo en la comunidad judía de Qumrán, que
en sus escritos se refirió siempre a su fundador llamándolo "El maestro de la jus- "Jesús quería (egápa) a Marta, a su hermana y a Lázaro" (11, 5).
ticia", así como a su opositor lo designó invariablemente como "El sacerdote im- "Y Jesús lloró. Los judíos dijeron: «¡Cómo lo amaba (ephílei)!»" (11, 35-36).
pío", sin dar nunca el nombre propio de ninguno de los dos.
Las tradiciones posteriores han afirmado que el anónimo "discípulo amado" A estos textos se puede añadir la expresión usada por el mismo Jesús para
era el Apóstol Juan, el hijo de Zebedeo. Pero, como se ha visto, los autores más designar a Lázaro:
antiguos no han conocido esta identificación. Por otra parte, el texto del Evange- "Nuestro amigo (phílos)16 Lázaro ... " (11, 11).17
lio no ofrece apoyos suficientes para esta hipótesis.
El Apóstol Juan y su hermano Santiago, que son conocidos por los evange-
"- lios sinópticos y otros textos del Nuevo Testamento (Hch 1, 13; 3, 1-4; 3, 11; 4,

14. Por ejemplo J. DE MALDONADO (Comentarios al Evangelio de san Juan, lntrodución, BAC-
1J. A. MtLLER, Benediktinische Monatsschrift 31 (1955) 49-50. Madrid- 1954; 20). Este autor dice que esta es la opinión de san Juan Crisóstomo, san Agustín, san
12. En todos los textos, para decir 'amado', se utiliza el verbo ilgapao, excepto en 20, 2 don- Gregario y Beda. San Agustín dice que cuando Juan ocultó su nombre: "se expresó de manera que
de recurre al verbo philéii. No se ve que esta variación tenga algún sentido especial. evitaba la jactancia... porque estaba narrando lo que podía redundar en su mayor alabanza" (Comen-
13. En la escena al pie de la cruz, poco después de la mención del "discípulo amado" (19, 26- tarios al Evangelio de Juan, LXI, 4; PL XXXV, 1800).
27) se habla de un discípulo anónimo que es testigo de la efusión de agua y sangre del costado del Se- 15. "Yo sé a quiénes les escribo ... ustedes ... fueron iniciados a los misterios con Pablo, el san-
ñor (19, 35). Se discute si el autor del Evangelio habla de la misma persona o si se refiere a otro, pe- to ... " (SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA, Carta a /os Efesios, XII, 2).
ro parecería que continúa refiriéndose a la misma persona, ya que en el contexto no menciona a otro 16. El término "phílos", derivado del verbo phi/éo, se puede traducir por "amigo" y también
discípulo. Parece menos probable que el autor del Evangelio identifique al "discípulo amado" con los por "amado".
discípulos anónimos de 1, 35-40 y 18. 15. Sin embargo algunos autores aceptan esta identificación: 17. F. V. FtLSON, "Who Was the Beloved Disciple?", JBL 68 (1949) 83-88. J. N. SANDERS, 'Those
M.-É. BotsMARD, RB LXVII, 1960, 593; BROWN, CDA, 80; D. MuÑóZ LEóN, Evangelio según san Whom Jesus Loved (John 11, 5)", NTS 1 (1954-55) 29-41. Además de estas observaciones, Sanders relacio-
Juan, en: Comentario Bíblico Latinoamericano- Nuevo Testamento (Armando J. Levoratti, direct.), na la resurrección de Lázaro con la opinión de que el "discípulo amado" no moriría (Jn 21, 22). Una detalla-
Verbo Divino- Estella (Navarra)- 2003; 607. da bibliografía sohrc este tema en: C. SrtCQ, Agape en el Nuevo Tes/amento, Cares- Madrid- 1977; 1151.

37
Estos datos resultan muy sugestivos, pero no permiten afirmar con toda cer- que subyacen en los Evangelios sinópticos. Su material propio, en cambio, se re-
teza que Lázaro sea la persona designada como "el discípulo amado de Jesús".l8 fiere principalmente a la actividad de Jesús en Jerusalén y sus alrededores.

Origen judío del 'discípulo amado' El redactor

Se puede suponer con fundamento que el responsable de la tradición conte- El escritor que recogió las tradiciones del "discípulo amado" y las puso por
nida en el cuarto Evangelio (el "discípulo amado") es una persona de Jerusalén, escrito, también pertenecería al ambiente judío. Para investigar su procedencia y
que no pertenecía al círculo de los Doce. El mismo Evangelio da testimonio de el ambiente en que se compuso la obra es importante atender al aspecto lingüís-
que los discípulos de Jesús, o por lo menos algunos de ellos, pertenecían a Judea tico. En la actualidad no se admite que el evangelio de Juan haya sido escrito ori-
y no a Galilea (7, 3). Es una persona familiarizada con el paisaje de Jerusalén. En ginalmente en hebreo o en arameo, como se ha dicho alguna vez. 21 El autor usa
este Evangelio se contienen referencias a varios lugares que no son conocidos por correctamente la lengua griega, y en muchos lugares demuestra estar influencia-
los sinópticos, y que por otra parte son corroborados por la arqueología y por do por la versión LXX. Esto indica que su autor es una persona que se ha educa-
otras fuentes: las piscinas de 'Betsata' (5, 2) y de Siloé (9, 7); el pórtico de Salo- do en ambiente griego o que por lo menos ha vivido mucho tiempo en un medio
món en el Templo (10, 23); el torrente Cedrón y el jardín ubicado al otro lado, helenista. Al mismo tiempo, el autor del evangelio muestra que tenía conocimien-
frente a Jerusalén (18, 1); el 'lítóstrotos' (19, 13).'9 tos de la lengua hebrea y su expresión griega está teñida de semitismos. El evan-
El "discípulo amado" está muy familiarizado con el Templo y sus fiestas. gelio contiene muchos términos y giros que se encuentran también en los escri-
Con mucha frecuencia, de una u otra forma, relaciona a Jesús con el Templo de tos de la comunidad de Qumrán.
Jerusalén. Le ha dado al Evangelio un tono marcadamente litúrgico con las fre- Esto permite suponer con suficiente fundamento que el autor del evangelio
cuentes referencias a las fiestas. Esto lleva a valorar el dato aportado por Polícra- era un judío de la diáspora, y que es posible que en su niñez o juventud haya vi-
tes de Éfeso transcripto más arriba20 de que Juan era un sacerdote judío. vido en territorio judío y haya hablado hebreo o arameo.22
Si el evangelio recoge principalmente las tradiciones de Jerusalén, las de Ga-
lilea, en cambio, son muy pocas y se reducen a los dos milagros de Caná (2, 1-11 La comunidad
y 4, 43-54), al de la multiplicación de los panes (6, 1-15) y a la caminata de Jesús
sobre el agua (6, 16-21). A estos se puede añadir el relato de la pesca milagrosa, Las últimas palabras del evangelio muestran que el evangelista y el redac-
que aparece en el "epílogo" del Evangelio (21, 1-8). Sólo el milagro de las bodas tor no actúan aisladamente, sino que forman parte de una comunidad que en últi-
de Caná pertenece al material exclusivo de Juan, porque el de la multiplicación de ma instancia es la responsable final de la obra. Sus miembros se apoyan también
los panes, con la caminata sobre el agua, y la pesca milagrosa pertenecen también en el testimonio del discípulo amado, y afirman: "nosotros sabemos que su testi-
a las tradiciones de los sinópticos. El segundo milagro de Caná (la curación del hi- monio es verdadero" (21, 24). Estas palabras suenan de una manera semejante al
jo del funcionario real) parece ser una versión diferente del milagro de la curación testimonio del discípulo que se encuentra al pie de la cruz: "El que vio esto Jo
del sirviente del centurión de los evangelios sinópticos (Mt 8, 5-13 y Le 7, 1-10). atestigua: su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que tam-
El autor del Evangelio habría recibido estos relatos de tradiciones semejantes a las bién ustedes crean" (19, 35). Encontrándose muy distante de los hechos narrados
en el evangelio, tanto en el tiempo como en el espacio, la comunidad responsable
18. Algunos autores han propuesto otros nombres, pero estas hipótesis no han recibido mayor 21. C. F. BURNEY, The Aramaic Origin ofthe Fourth Gospel, Oxford- 1922.
aceptación. Por ejemplo Juan Marcos (P. PARKER, Jo/m and John Mark, JBL 79 (1960) 97-110), el
apóstol Tomás (J. H. CHARLESWORTH, The Be/oved Disciple. Whose Witness Valida/es the Gospel of 22. Sobre el problema de la identidad del "Discípulo amado", ver: R. ScHNACKENBURG, EJ, III
4~3-480. En est~ lugar niega la identidad entre Juan, el hijo de Zebedeo, y el "discípulo amado", mo-
John?, Walley Forge, PA, 1995), el apóstol Matías (E. L. Trrus, "The Identity of the belovcd disci-
ple", JBL (1950) 323-328), Teófilo, hijo del Sumo Sacerdote Anás (C. TRESMONTANT, Enquete sur dificando sus allrmaciones de los primeros tomos. R. E. Brown, en su Comentario al Evangelio de
l'Apocalypse. Auteur, data/ion, signiflcation, Paris, 1994; 293-294), o el joven rico (H. B. SwETE,
Juan, publicado en 1966, aceptó la identificación entre Juan, el hijo de Zebedeo, y el "discípulo ama-
"The disciple whom Jesus Loved", JTS (1916) 371-374). do". Pero algunos años más tarde modificó su postura y afirmó que la identidad del "discípulo ama-
19. El Evangelio contiene también referencias a otros lugares ubicados fuera de Jerusalén que do" pe;manece desc?nocida, y que ~s improbable que se trate de uno de los Doce (Las Iglesias que
los apostoles nos dejaron, DDB- B1lbao- 1986; nota 120). "Fue una figura menor durante el minis-
no son mencionados por los Sinópticos: la ciudad samaritana de 'Sicar' y el pozo de Jacob ubicado
en sus cercanías (4, 5-6), 'Betania del otro lado del Jordán' (1, 28), 'Caná de Galilea' (2, 1 y 4, 46), terio de Jesús, de muy poca importancia como para ser tenido en cuenta por la tradición oficial de los
'Ainon, cerca de Salim' (3, 23), 'Efraim' (11, 54). La ubicación de todas ellas es materia de discusión sinópticos. Pero desde el momento que esta figura adquirió importancia en la historia de la comuni-
~ad joánica (quizá fue el fundador de la comunidad), en el evangelio se presentó su imagen como
entre los comentaristas. 1deal, capaz de ser contrastado con Pedro como más cercano a Jesús por el amor" (R. E. BROWN, An
20. Carta al Papa Víctor, en: EUSEBIO DE CESAREA, Historia Eclesiástica, III, 31. 3; V, 24, 2- lntroduction lo the New Testament, Doubleday- New York- 1997; 369. Jo., Intr., 191 ).
3; SC 31 (G. Bardy, edit.) 141-142 y SC 41 (G. Bardy, edit.) 67-68.

38
1
del escrito afirma que lo que se expresa en este libro no es fruto de su fantasía,
como una figura literaria que personifica la comunidad cristiana proveniente del
sino que se apoya en la autoridad de un discípulo que ha sido testigo ocular de es-
paganismo,27 o la misma comunidad joánica.28
tas cosas, que por su condición de 'amado' ha estado muy cerca de Jesús, y ade-
más "dice la verdad". A través de la figura del discípulo amado, el escrito es pre- El análisis del contenido del Evangelio, como también los testimonios ya
sentado con las características de un 'testimonio' dirigido a aquellas comunida- mencionados de la tradición más antigua, que fuera del marco del evangelio hablan
des formadas por discípulos que no conocieron a Jesús en los años de su minis- de la posterior residencia de este discípulo en Éfeso, llevan a concluir que detrás de
terio terrenal, y que son invitados a creer sin haber visto (ver 20, 29). la obra hay un personaje real, testigo de los hechos y palabras del Señor. Otra cues-
tión diferente es la forma en la que ha sido presentado literariamente. El redactor
En esta comunidad se han originado también las obras que se conocen co-
del evangelio, al hablar del 'discípulo amado', ha destacado aquellas características
mo "Primera, Segunda y Tercera Cartas de Juan".
que lo identifican como el discípulo ideal, de modo que su persona sirva de mode-
La comunidad honró con el título de "Discípulo amado del Señor" a aquél lo para los demás discípulos. Esta presentación no invalida su existencial real.
discípulo por medio del cual recibió la tradición que venía desde Jesucristo. El
Pero este personaje real es presentado como un "testigo" que da testimonio
evangelio afirma que todos Jos discípulos son amados por Jesús (13, 1; 13, 34;
para que los lectores "crean (sigan creyendo) que Jesús es el Mesías, el Hijo de
15, 9-10; 15, 12), pero la comunidad, llamándolo de esta forma, daba a entender
Dios" (20, 30; ver 19, 35). El autor real del evangelio permanece oculto, pero se
que éste era amado de una manera especial, y que por esa predilección estaba por
dirige a los lectores como el portavoz de un discípulo digno de fe. Se puede su-
encima de los demás discípulos. Este título tan honroso habla de la devoción con
poner que la confusión entre el autor real y el discípulo amado es intencional.
que la comunidad miraba al quehabía sido su fundador y guía.
Es necesario entonces que haya un testigo real, pero los lectores acceden a
Es posible que en una fecha difícil de precisar, pero que podría correspon-
su testimonio a través de la presentación que hace el autor real del evangelio. Ba-
der a la guerra judía y al~ destrucción de Jerusalén (año 70), "el discípulo ama-
jo la acción del Espíritu, este ha actualizado y adaptado para sus lectores las en-
do" se haya trasladado a Efeso, junto con su comunidad. Allí habría vivido hasta
señanzas del "discípulo amado". Cuando en el evangelio se anuncia que el Pará-
alcanzar una edad bastante avanzada,23 de modo que se originó entre los discípu-
clito cumplirá una tarea docente para que los discípulos vayan avanzando en la
los la convicción de que el "discípulo amado" no iba a morir (21, 23).24
comprensión de las palabras de Jesús, no está haciendo otra cosa que describir el
Partiendo del hecho de que el 'discípulo amado' no puede ser identificado proceso por el cual se ha gestado el evangelio de Juan. En última instancia "el
con el Apóstol Juan, hijo de Zebedeo, y de que además es totalmente desconoci- verdadero garante de la autenticidad del testimonio es precisamente el Espíritu.
do por los evangelios sinópticos, algunos autores han negado su existencia real, Y, en este sentido, el Paráclito es el más profundo autor del evangelio de Juan".29
afirmando que se trata de un personaje ideal, presentado por el autor del Evange-
La investigación, en su estado actual, distingue varias personas:
lio como el modelo de los discípulos de Jesús,25 o como uno de los artificios uti-
lizados para hacer aparecer esta obra tardía como un documento testimonial,26 o • El Apóstol Juan, hijo de Zebedeo y hermano de Santiago, que no sería el
"discípulo amado" y no tendría ninguna relación con el cuarto evangelio.
23. Los textos bíblicos dicen: "Nuestra vida dura apenas setenta años, y ochenta si tenemos
más vigor" (Sal 90, lO); "La vida de un hombre dura cien años a lo más" (Sir 18, 9). En realidad, di-
• El "discípulo amado", un discípulo de Jesús que vivía en Jerusalén y no
fícilmente se llegaba a los 70 años, y el que tenía 60 ya era un 'anciano'. Ninguno de los reyes de Ju- pertenecía al grupo de los Doce. Es posible que antes de concer a Jesús
dá superó los 66 años. haya sido discípulo de Juan Bautista. Durante la pasión de Jesús perma-
24. San Agustín refiere esta curiosa tradición: "Se encuentra en ciertas escrituras apócrifas, que neció en Jerusalén y fue testigo de la crucifixión. Después de la Pascua
cuando él (Juan) mandó hacer su sepulcro, estuvo presente y se hallaba completamente sano. Después
que la fosa fue excavada y preparada, se acostó en ella como si fuera un lecho e inmediatamente de-
formó una comunidad, a la que le transmitió la tradición de Jesús. Este
jó de existir. Los que entienden así las palabras del Señor ("Quiero que permanezca así hasta que yo discípulo ha dejado algún escrito (21, 30) que actualmente no se puede
venga"), dicen que no murió sino que aparentó estar muerto, y creyéndolo muerto, lo sepultaron dor- identificar, pero que debe haber sido asumido para la composición del
mido y así estará hasta que el Señor venga. El movimiento del polvo, que según se cree asciende des- Evangelio. Los comentaristas que sostienen que el "discípulo amado" y
de el fondo de la fosa hacia la superficie, impelido por la respiración del que allí duerme, es signo de
q.ue e~tá vivo. Considero que es inútil discutir sobre esta opinión. Que los que conocen el lugar vean
el evangelista son la misrr a persona, suponen que este escrito podrían ser
SI la tierra hace o padece este movimiento que se dice. Yo se lo he oído decir a gente que no carece los capítulos 1-20 del evangelio.
de importancia" (SAN AGUSTÍN, Comentario.\· al Evangelio de Juan, CXXIV, 2; CCL XXXVI, 681-
682). Las "escrituras apócrifas" mencionadas por san Agustín son los "Hechos de Juan" (números
111-!15). La historia del polvo en movimiento no pertenece a esa obra, pero está atestiauada por el
patriarca Efrén de Antioquía (+545) (PG Clll, 985-988). "' 27. BuLTMANN, Evangelium, 369ss.
25. Por ejemplo, A. LorsY, Le Quatriéllll' tvangile, 2c éd., Paris- 1921; 28. 28. Por ejemplo J. Kii<;I.ER, Der liinf(er. den Jesus liebte, SBB 16, Stuttgart- 1988.
26. Por ejemplo, H. KOSTER, lntrod11C'ciú11 al Ntlt'I'O 1htalllt'tt/o, Síguemc- Salamanca- 1988; 502. 29. J.-O. TuNí, Evang,clio según san Juan, en: J.-O. TUÑÍ- X. ALEGRE, Escritosjoánicos y car·
las catálim.v. lntroducci<Ín al Estudio de la Bihlia, 8; Vcrho Divino-- Estella (Navarra)- 1995; 144.

40
41
• El evangelista, La mayoría de los comentaristas actuales sostienen que el y Jo ponía en el mismo nivel que los otros tres. Varios autores del siglo 11 tienen
evangelista no es el "discípulo amado", sino un destacado miembro de la alusiones y reminiscencias que parecen indicar que conocían el evangelio de
comunidad formada por este. Era un cristiano de origen judea-helenista Juan. El primer escritor qua cita explícitamente un texto del evangelio es el Obis-
(¿Juan el Presbítero?), que vivió en Éfeso, y en tiempos del emperador po Téofilo de Antioquía, que reproduce el texto de Jn 1, 1-3 en una obra escrita
Trajano (entre los años 98-117) recogió la predicación (oral - escrita) del entre los años 170 y 183.33
"discípulo amado" y la consignó en el cuarto Evangelio. Es posible delimitar con bastante precisión la fecha más tardía en que se
puede haber compuesto el Evangelio (el 'terminus ad quem'), porque se poseen
• .El redactor. Después de la desaparición física del evangelista, un miem-
dos documentos que tienen una importancia decisiva.
bro de la comunidad se ocupó de dar forma definitiva al Evangelio, inclu-
yendo material escrito por el evangelista que no había sido editado en la El primero es un fragmento de papiro proveniente de Egipto, que se encuen-
obra original (¿caps. 15-17? ¿cap. 21?). En un análisis del evangelio es tra actualmente en la Biblioteca Rylands (Manchester- Inglaterra) y se identifi-
muy difícil diferenciar entre la obra del evangelista y la del redactor final. ca como p52. Contiene, de un lado, el texto de Jn 18, 31-33, y en el reverso los
Por esa razón, en este comentario se usarán los nombres de "evangelista" versículos 37-38 del mismo capítulo. Pertenece a una fecha en torno al año 125.
y "redactor" como equivalentes, sin pretender dar mayor precisión. El segundo documento son tres fragmentos de papiro provenientes de Egip-
to y de la misma época del anterior, que pertenecen actualmente al British Mu-
seum (Londres - Inglaterra). Estos papiros se identifican como Egerton2 y con-
Fecha y lugar de la composición tienen fragmentos de un Evangelio apócrifo que mezcla textos de los cuatro
El evangelio da claros indicios de que fue compuesto cuando ya había teni- Evangelios canónicos. Se detectan elementos extraídos del Evangelio de Juan en
do lugar la muerte de Pedro (21, 18-19), un hecho que probablemente sucedió du- la primera (5, 39. 45; 9, 29; 10, 31; 7, 30; 10, 39) y en la segunda página (3, 2 y
rante la persecución de los cristianos del año 64, aunque algunos testimonios de 10, 25). Desde el momento que el autor de este texto ya utilizaba este Evangelio,
la antigüedad dicen que fue en el año 67.30 A esto se debe añadir que el evange- se puede tener la certeza de que era conocido en Egipto a comienzos del siglo 11.
lio supone que la comunidad cristiana ya ha quedado separada de la sinagoga (9, De fecha más tardía, en torno al año 200, se tienen los papiros catalogados
22; 12, 42; 16, 2), por lo que no se puede pensar en una composición anterior a como Bodmer II (p66) y Bodmer XV (P75), que contiene el evangelio casi com-
los últimos años del siglo I. pleto el primero, y los capítulos 1-15 (con lagunas) el segundo. Estos manuscri-
San Justino Mártir (Roma, en torno al año 150) nombra a Juan solamente tos son originarios de Egipto y se encuentran en la Biblioteca Bodmeriana, en Co-
logny (Suiza).34
para atribuirle el Apocalipsis (Diálogo con Trifón, 81, 4), y cuando se refiere a los
evangelios cita unicamente los sinópticos. Sin embargo, no se puede sostener, co- Entre los investigadores se sostiene, de manera muy generalizada, que el
mo lo hicieron algunos investigadores, que el evangelio de Juan sea una obra de Evangelio fue escrito en la última década del siglo I, o a más tardar en los prime-
los siglos 11 o III. Como ya se ha visto, es mencionado por San Ireneo en la se- ros años del siglo 11. La existencia de estos manuscritos no permite fijar la fecha de
gunda mitad del siglo 11.31 Hacia el año 170, Taciano compuso el "Diatéssaron", publicación del cuarto Evangelio más allá de las dos primeras décadas del siglo 11.
que consistía en una armonía compuesta con elementos extraídos de los cuatro Desde los primeros tiempos se ha señalado a Éfeso como el lugar de com-
evangelios y tal vez de otras fuentes.32 Conocía, por lo tanto, al evangelio de Juan posición del evangelio de san Juan. Existe el testimonio de san Ireneo, que tam-
bién agrega el dato de que Juan vivió en esa ciudad en tiempos del Emperador

30. EUSEBIO DE CESAREA, Chronicon 1, 11, 0/ympiad. 211, dice que fue en el año XIV del go-
bierno de Nerón (años 67-68). SAN JERÓNIMO, De V!'ris Jllustribus, V, propone la misma fecha: "(Pa- avec la collaboration de A. Lamouille, Paris- Gabalda- 1992). Durante mucho tiempo, la iglesia si-
blo) ... en el decimocuarto año del reinado de Nerón, fue decapitado en Roma el mismo día que Pe- ria no conoció los evangelios sino bajo la forma unificada del Diatéssaron y san Efrén le dedicó un
dro. Fue sepultado en la vía Ostiense en el año 37 después de la pasión del Señor". comentario (siglo IV). Cuando Taciano fue declarado hereje, su obra fue destruida y prohibida en las
31. "... y después Juan, el discípulo del Señor que se recostó sobre su pecho, editó elEvan- Iglesias. En Antioquía, Teodoreto de Ciro (siglo V) requisó unas 200 copias que eran usadas por los
gelio cuando habitaba en Éfeso ... " (San Ireneo, Adv. Haer. III, 1, 1; SC 211 (A. Rousseau-L. Dou- fieles, y las reemplazó por los Evangelios separados. Sólo se conserva íntegramente en traducciones,
treleau, edits.) 24-25). y se han hallado algunos fragmentos griegos.
32. Es probable que la lengua original del Diatéssaron haya sido el griego, y que fuera tradu- 33. "... nos enseñan las Santas Escrituras y todos los inspirados por el Espíritu, entre los cuales
cido al siríaco por el mismo Taciano. Sin embargo, algunos autores sostienen que el texto original fue está Juan que nos dice: ·En el principio estaba el Lagos, y el Lagos estaba en Dios'. Muestra que al prin-
el siríaco, mientras que otros afirman que Taciano modificó, completó y tradujo al siríaco una Armo- cipio no estaba más que Dios y en Él estaba el Logos. Acontinuación dice: 'Y el Logos era Dios; todo
nía de los Evangelios que ya circulaba en griego (A. BELLINZONI, The Sayings of Jesus in the Writings fue hecho por Él, y sin Él no se hizo nada"' (TEÓFILO DE ANTIOQUÍA, Ad Autholycum libri 111, 11, 22).
of Justin Martyr, Leiden, 1967; W. PETERSEN, "Textual Evidence ofTatian's Dependence upon Justin's 34. Fragmentos del P66 se encuentran en la Biblioteca Chester Beatty (Dublin - Irlanda) y en
Apomnemoneúmata", NTS 36 (1990) 512-534; M.··E. BOISMARD, Le Diatessaron: De Tatien a Justin, el Institut fUr Altertumskunde (Colonia -Alemania).

42 43
Trajano (98 al 117 d. C), época que coincide con la datación del evangelio que se
ha propuesto más arriba:

"... editó el Evangelio cuando habitaba en Éfeso... " (San !renco, Adv.
Haer. III, 1, 1; Se 211 (A. Rousseau- L. Doutreleau, edits.) 24-25).
"La Iglesia de Éfeso, fundada por Pablo y en la que permaneció
Juan hasta los tiempos de Trajano, es un verdadero testigo de la
tradición de los apóstoles." (Id., Adv. Haer., III, 3. 4; se 211 (A.
Rousseau - L. Doutreleau, edits.) 44-45.

La mayoría de los autores acepta el dato de san Ireneo. Otros se inclinan por
Alejandría (por su difusión en Egipto) o por Antioquía u otro lugar de Siria. Tam-
bién se ha propuesto algún lugar hacia el este del lago de Tiberíades (Traconíti-
de, Batanea, Gaulanítide ... ), dentro del reino de Herodes Agripa IJ.35 Pero estos
argumentos han recibido poca aceptación.
En la actualidad es generalmente admitido que la lengua original del evan- CAPÍTULO 4
gelio de Juan es el griego. La hipótesis de que es una traducción del arameo36 no Características del Evangelio
ha tenido aceptación entre los especialistas.

El Evangelio de Juan y la historia


Aceptación en la Iglesia
La Iglesia proclama el carácter histórico de los Evangelios: "La Santa ma-
El evangelio de san Juan fue recibido sin reticencias por parte de toda la Igle- dre Iglesia ha mantenido y mantiene con firmeza y máxima constancia que los
sia, con excepción del grupo romano fonnado por el presbítero Caio y los 'Alagas'. cuatro Evangelios ... cuya historicidad afirma sin dudar... " 1 Pero no son obras his-
En el "Diatéssaron" de Taciano (siglo 11) es reconocido como uno de los cuatro tóricas en el sentido en que son históricas las biografías o los manuales que se es-
evangelios canónicos. En los escritos de los Padres, tanto de oriente como de occi- criben en la actualidad. El lector de los Evangelios puede sentirse defraudado si
dente, así también como en los cánones más antiguos promulgados por los sínodos quiere encontrar en ellos una obra como las mencionadas. Los historiadores, tra-
de las iglesias, el evangelio de san Juan aparece aceptado como evangelio canóni- bajando científicamente según las reglas de su disciplina, tratan de exponer deta-
co, junto a los tres sinópticos. Figura como parte de las Sagradas Escrituras en el lladamente los hechos precisando las coordenadas de tiempo y espacio, describen
llamado "Decreto del Papa Dámaso" (¿año 382? D(H) 180), que recoge los cáno- los personajes, exponen las causas y consecuencias de cada acción, muestran la
nes del Sínodo de Laodicea, celebrado entre los años 341 y 380; y en el Sínodo de documentación que garantiza la veracidad de sus afirmaciones.
Cartago del año 397 (D(H) 186), que repite la decisión del Sínodo de Hipona del Los Evangelios, en cambio, contienen una predicación. En ellos se expone
año 393; y que se reiterará más tarde en el Sínodo de Cartago del año 419. un dato de la fe en forma de narración, lo que se puede denominar "una teología
El Concilio de Trento, en la sesión IV, 8 de abril de 1546, definió solemne- narrativa". Los autores tienen como principal objetivo transmitir la predicación
mente el Canon de las Escrituras, en el que se incluye sin discusiones el evange- apostólica, hecha desde la experiencia de Cristo resucitado y bajo la iluminación
lio de Juan (D(H) 1503). del Espíritu Santo.2 Pero esta predicación no se desentiende de la historia ni la
trata como algo marginal. Por el contrario, tiene un interés especial en mostrar
que el Resucitado es el mismo Jesús de la historia. La historia no se expone co-
mo lo principal de la obra, pero constituye un elemento intrínsecamente ligado a
su mensaje central.
35. KLAUS WENGST, lllferpretación del evangelio de Juan, Salamanca, Sígueme, 1988; 84-95.
36. La hipótesis de un original arameo: C. F. BURNEY, The Ammaic Origin of the Fourth Gospel, l. CONCILIO VATICANO Il, Constitución Dogmática "Dei Verbum", V, 19.
Londres- 1922; C. C. ToRREY, "The Aramaic Origin ofthe Gospel of John", Hanm1R 16 (1923) 305-344; 2. PONTIFICIA COMISIÓN BíBLICA. lnstructio de historica evangeliorum veritate "Sancta Mater
J. DE ZWAAN, "John Wrote in Aramaic", JBL 57 (1938) 155-171. La cuestión ha sido estudiada por: S. Ecc/esia" (21-4-1964); AAS 56 (1964) 714; CONCILIO VATICANO II, Constitución Dogmática "Dei
BROWN, "From Bumey to Black. The Founh Gospel and the Aramaic Question", CBQ 26 (1964) 323-339. Veri>um ", V, 19.

44 45
Los autores no pretendían escribir historia, pero no dejaron de mostrar a Je- El evangelio de Juan, en cambio, es marcadamente histórico. Se diferencia de
sús dentro del marco histórico del siglo 1 de la era cristiana: los lugares y persona- las obras gnósticas porque el autor se esfuerza en ubicar los gestos y las palabras
jes mencionados, la situación del mundo judío dentro del imperio romano, las cues- de Jesús dentro del tiempo y del espacio. El autor quiere enraizar a Jesús en un con-
tiones que preocupaban a los distintos grupos judíos de esa época, y otros muchos creto marco histórico. En su Evangelio se encuentra una gran cantidad de referen-
elementos evidencian que los autores de los Evangelios no se referían a un ser mi- cias históricas, geográficas, lugares precisos, fechas, nombres, etc., incluso más
tológico ubicado fuera del tiempo y del espacio, sino que estaban hablando de un que en los sinópticos. Esas insistencias muestran claramente que el autor está inte-
personaje que había ocupado un lugar dentro de la historia humana y aportaban da- resado en afirmar que la revelación tiene lugar en un momento determinado de la
tos fidedignos acerca de Él y de las circunstancias en las que había vivido. historia. Jesús no es un personaje mítico, y es posible ubicarlo históricamente.
Es verdad que con los datos que aportan los Evangelios no se tiene material Aunque el Evangelio esté tan alejado de la comunidad de los Doce, sus da-
suficiente como para elaborar una "Vida de Jesús" en el mismo sentido en que se tos son muy precisos. Las fuentes que el autor maneja son de una calidad exce-
entienden hoy las biografías de los personajes de la historia. Sin embargo, esos lente, sus referencias son coherentes y se puede afirmar que sus tradiciones cuen-
mismos datos permiten tener certeza sobre la existencia, la actividad, la enseñan- tan con un fundamento sólido. Los lugares que él menciona, en la mayoría de los
za y los conflictos de Jesús. casos se pueden localizar, se dan las características que se señalan. Se puede con-
Los investigadores racionalistas que estudiaron los Evangelios a partir del fiar en los datos que Juan nos describe, aunque él esté narrando lejos del lugar y
siglo XVIII negaron la historicidad del contenido de estos libros porque no res- la fecha de Jesús .
pondían a sus exigencias cuando pretendían analizarlos según los cánones de la Juan conoce la geografía del territorio palestinense, aunque no se pueda
historiografía científica tal como era entendida en esos tiempos. Quisieron encon- afirmar con certeza que ha sido un testigo ocular de los hechos de Jesús. Ubica el
trar solamente historia, cuando en realidad estaban ante libros que contenían una pórtico de Salomón en el templo de Jerusalén (10, 23), da detalles de la piscina

1
teología narrativa, profundamente enraizada en la historia. de Betzatá (5, 2), que han sido corroborados por la arqueología. Menciona la pis-
Los problemas expuestos, referentes a los Evangelios en general, se presen- cina de Siloé (9, 7), el torrente Cedrón (18, 1), la ciudad de Sicar y el pozo deJa-
tan de una manera particularmente aguda cuando se trata del evangelio de Juan. cob en sus cercanías (4, 5-6), las fiestas judías de Pascua (2, 13; 6, 4; etc.), de los
El autor de este evangelio está más preocupado por los problemas de su propio Tabernáculos (7, 2), la de la dedicación del Templo (lO, 22). Hace referencia a la
tiempo que por los de la época de Jesús. En las situaciones que se presentan se enemistad entre judíos y samaritanos (4, 9).
reconocen los conflictos por los que atravesaba la comunidad joánica, y los opo- Si bien esta cantidad de referencias pueden servir para afirmar que el evan-
sitores de Jesús hablan como los adversarios de los cristianos de la comunidad gelio de Juan tiene garantías de estar apoyado en testimonios históricamente fie-
que produjo el evangelio, no como los de los evangelios sinópticos. Además, les, permanece siempre un interrogante cuando se encara el problema de los dis-
comparado con los sinópticos, el cuarto Evangelio se caracteriza por su aspecto cursos que aparecen en boca de Jesús. La sencillez de los discursos de los sinóp-
de «Evangelio de Revelación». Los 'reveladores' de la literatura gnóstica se ex- ticos choca contra la altura y poesía de los del evangelio de Juan. Más adelante
presan en discursos semejantes a los del Evangelio de Juan. Por esta razón, un crí- habrá que comparar el vocabulario y la forma de expresión de Juan, y al compa-
tico como R. Bultmann niega de plano el valor histórico de la enseñanza de Jesús rarlos con los sinópticos se llegará a la conclusión de que el evangelista "le pres-
consignada en este Evangelio: "El Evangelio según Juan no entra en considera- ta" a Jesús su propia forma de hablar. En el evangelio de Juan, Jesús habla con el
ción como fuente para la prédica de Jesús ... "3 mismo vocabulario y con el mismo estilo que el evangelista. Los discursos se
Pero los escritos gnósticos tienen características que los diferencian fundamen- ocupan de la temática que interesaba a su comunidad.
talmente del evangelio de Juan. El "Evangelio de Tomás", por ejemplo, hallado en la Los críticos afirmaron que estos discursos no eran más que "composiciones
biblioteca gnóstica de Nag Hammadí, se compone de 114 dichos de Jesús que no tie- teológicas del autor... puestas en boca del Señor".5 Esta clase de afirmaciones -he-
nen marco narrativo. Es una «colección de dichos» que llevan siempre como encabe- chas sin matices- no tiene en cuenta que en este evangelio los discursos están es-
zamiento: "Dijo Jesús ... " El autor de esta obra se desentiende totalmente de la histo-
ria.4 Lo mismo se puede decir del "Evangelio de Felipe", que pertenece también a la
5. "Los discursos que trae el cuarto Evangelio no son piezas históricas, sino composiciones
misma biblioteca gnóstica, y que se presenta como un largo discurso sin relatos. destinadas a cubrir con la autoridad de Jesús ciertas doctrinas simpáticas al redactor[ ... ) Son piezas
artificiales, que nos representan las predicaciones de Jesús, como los diálogos de Platón nos ofrecen
las conversaciones de Sócrates", ERNESTO RENAN, La Vida de Jesús, Buenos Aires- 1943; 21-22 (El
origina/francés es de 1863). La Pontificia Comisión Bíblica, en la respuesta del 29 de mayo de 1907
3. R. BULTMANN, Jesús, Sur- Buenos Aires- 1968; 15. (D(H) 3400), reprobó la afirmación de que los discursos de Jesús en el evangelio de Juan eran "com-
4. R. TREVJJANO, Estudios sobre el Evangelio de Tomás, Ciudad Nueva- Madrid- 1997. posiciones teológicas del autor... puestas en boca del Señor".

46 47
trechamente ligados con los hechos que se narran. El autor del evangelio no los ha ción: "No es Moisés el que les dio el pan del cielo. Mi Padre les da el verdadero
presentado en forma abstracta y atemporal, sino que les ha puesto un marco geo- pan del cielo ... " (6, 32-33); "Sus padres, en el desierto, comieron el maná y mu-
gráfico y cronológico, y los ha presentado como discursos realmente pronuncia- rieron ... " (6, 49); " ... no como el que comieron sus padres y murieron ... " (6, 58).
dos por Jesús. Quienes pretendan leerlo con los criterios actuales de una 'historia' En el contexto de la fiesta de las Chozas (7, l. 14. 37), la fiesta de la luz, en
podrán acusarlos de anacronismo, o de que no responden a las palabras tal cual las la que se realiza el rito del agua, Jesús se revela como la luz (8, 12) e invita a be-
pronunció Jesús. Pero quienes se acercan a ellos sabiendo que pertenecen a un ber de Él (7, 37).
'evangelio' saben que estos discursos expresan la interpretación creyente de los di-
En la Pascua de la muerte de Jesús, después de indicar que ésta sucede en
chos del Señor: la comunidad primitiva no podía referirlos si no era asociándolos
la tarde de la víspera de la fiesta (19, 31. 42), se introduce la referencia a que no
a la memoria del Jesús de la historia. Juan relata los hechos y las palabras deJe-
se quiebra ningún hueso del Señor (19, 36). Esta indicación se refiere al cordero
sús así como se contemplan desde la fe, una vez que se ha tenido la experiencia de
que en aquellos tiempos los judíos debían sacrificar en la tarde de la víspera de la
la Pascua y se ha recibido la iluminación del Espíritu que les hace comprender el
Pascua (Ex 12, 46). Mediante estas referencias, el evangelista presenta a Jesús co-
verdadero sentido de lo que el Señor hizo y dijo antes de ascender al Padre.
mo el verdadero Cordero Pascual.
El autor designa los milagros de Jesús como "signos" (2, 11; 4, 54; etc.) y
Simbolismo quiere llevar al lector a verlos en esta nueva dimensión, orientándolo para que ha-
ga un cambio en su mirada. Para eso selecciona aquellos que están más cargado
El autor trabaja con elementos simbólicos y lo hace de forma constante. De de valor simbólico y los muestra como reveladores de la persona y la misión de
esta forma elabora su pensamiento: partiendo de las realidades terrenas, se eleva Jesús. El autor enumera sólo los dos primeros (2, 11 y 4, 54). Con los restantes
hasta las celestes, de lo natural a lo sobrenatural revelado y manifestado en ellas. no lo hace, aunque sigue hablando de signos y al final se refiere a todos en for-
Esto explica que lea el Antiguo Testamento valiéndose de la alegoría de raíz ale- ma global (12, 37; ver 20, 30-31). Los distintos milagros(= signos) son diferen-
jandrina, tratando de encontrar el valor simbólico de las cosas, buscando la refe- tes maneras de presentar la persona de Jesús. Para orientar al lector, algunos de
rencia invisible del símbolo visible. los signos son acompañados por una declaración: después de la multiplicación de
Esto aparece claramente en los distintos títulos con que Cristo se revela. El los panes Jesús dice: "Yo soy el Pan" (6, 35); antes de la curación del ciego de
Señor se presenta con el solemne "Yo soy" seguido de un nombre: el pan (6, 35), nacimiento, Jesús proclama "Yo soy la luz" (9, 5); y en el momento de la resu-
la luz (9, 5), la puerta (1 O, 9), el pastor (1 O, 11), la resurrección y la vida ( 11, 25), rrección de Lázaro, declara: "Yo soy la resurrección y la vida" (11, 25).
el camino, la verdad y la vida (14, 6), la vid (15, 1). Para acceder a la revelación En el Evangelio de Juan, el lenguaje simbólico es propio de Jesús. El Señor
es necesario traspasar el lenguaje del símbolo. En estos casos, tras estas figuras siempre recurre a este lenguaje para referirse a las cosas celestiales, con toda la
que aluden a la condición divina de Cristo están aquellas realidades necesarias riqueza y el valor simbólico de las imágenes y palabras que utiliza. Jesús elige los
para la existencia humana. Frente a cada necesidad, Jesús es la única respuesta términos con que se designan las realidades terrenales, corruptibles y perecede-
verdadera que sacia el corazón del hombre y le da reposo, el único que realmen- ras, para hablar de las celestiales, que son además eternas. Pero sus interlocuto-
te garantiza la vida, la luz, el pan, el acceso a Dios, etc. res no alcanzan a percibir el verdadero sentido de estas expresiones y entienden
En los relatos se aprovechan elementos que tienen carga alegórica. Un . -erróneamente- que Jesús habla de cosas terrenales. Mientras permanecen adhe-
ejemplo puede ser el cambio de luces: el diálogo de Jesús con Nicodemo se rea- ridos a lo temporal y corruptible, no acceden a las realidades eternas. Solamente
liza de noche (3, 2); el encuentro con la samaritana es a pleno mediodía (4, 6); la fe permite traspasar los signos para acceder a la revelación de Jesús: "Si no
cuando Judas sale de la cena es de noche (13, 30); los enemigos van a buscar a creen cuando les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo creerán cuando les hable
Jesús en la oscuridad (con antorchas y lámparas) 18, 3; Jesús es proclamado Rey de las cosas del cielo?" (3, 12).
a mediodía (19, 14); María Magdalena busca el cadáver de noche (20, 1). Los
cambios de luz se relacionan siempre con la fe.
La liturgia le ofrece también sus símbolos. Por ejemplo, en 6, 4 se indica la Las caracterizaciones
Pascua, que sirve de marco para una escena en la que Jesús va al otro lado del mar
(6, 1), seguido de una multitud (6, 2), sube a una montaña (6, 3), un diálogo que Los personajes que intervienen en el relato son presentados de tal forma que
recuerda las palabras de Moisés a Dios (6, 7), un alimento milagroso que recuer- sirven como modelos representativos de distintos grupos de personas. Principal-
da el maná (6, 11-12), etc. Todas estas coordenadas remiten al acontecimiento del mente se desarrollan las figuras que encarnan distintas actitudes ante Jesús: Ni-
éxodo, y permiten entender mejor la finalidad del discurso que viene a continua- codemo se puede identificar como el judío erudito, la mujer samaritana como los

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paganos que llegan a la fe; el ciego curado es el hombre que va pasando de la in- (11, 48). Los lectores saben que las autoridades religiosas judías intervinieron pa-
credulidad a la fe; Tomás es el que llega a la fe partiendo de la duda ... 6 ra que Jesús fuera condenado a muerte, e igualmente los romanos incendiaron el
' templo y destruyeron el país.
El doble nivel de lenguaje y los malentendidos Un ejemplo deslumbrante de la ironíajoánica lo constituyen las escenas de
la pasión en las que Jesús, en forma de burla, es declarado Rey por Pilato y es sa-
El doble nivel de lenguaje y los malentendidos constituyen una constante en el ludado como tal por los soldados (19, 2-3. 14. 19).7
cuarto Evangelio. Con las mismas palabras Jesús y sus interlocutores hablan de co-
sas diferentes. Jesús utiliza una palabra para hablar de cosas divinas, y sus interlocu-
tores entienden la misma palabra como referida a cosas terrenales. En el diálogo con El dualismo
su Madre en las bodas de Caná, la Madre se refiere al vino que falta en la fiesta, y
Jesús responde hablando del vino abundante del banquete celestial (2, 3-4); Jesús ha- En todo el Evangelio está presente un vocabulario que manifiesta una for-
bla de la necesidad de nacer de lo alto, y Nicodemo se pregunta cómo puede volver ma dualista de encarar las realidades: vida-muerte; luz-tinieblas; alto-bajo; ver-
al vientre de su madre para poder nacer otra vez (3, 3-4); Jesús habla del agua que dad-mentira; carne-espíritu; etc.
Él dará, y que brota hasta la vida eterna, y la samaritana replica que Él no podrá sa- Varios comentaristas han señalado que este dualismo proviene de la filoso-
car agua del pozo porque este es muy hondo (4, I0-11); Jesús dice que Él tiene el fía griega (en particular de los pitagóricos y platónicos) o de las religiones orien-
alimento que consiste en cumplir la voluntad de su Padre, y sus discípulos se pre- tales, principalmente de Irán, y que es propio de los escritos gnósticos. Como se
guntan quién le habrá traído de comer (4, 32-34); cuando muere Lázaro, Jesús habla ha indicado, esta ha sido una de las razones por las que algunos comentaristas
del sueño, y los discípulos dicen que habrá que despertarlo ( 11, 11-12), etc. sostuvieron que el Evangelio de Juan era un escrito gnóstico.
Conociendo esta forma de expresarse del autor del Evangelio, el lector de- El descubrimiento de los manuscritos de la comunidad de Qumrán ha mos-
be estar siempre atento para preguntarse por el significado de las palabras de Je- trado que mucho antes que los gnósticos, en tiempos de los orígenes del Nuevo
sús, y de los hechos y objetos que aparecen en los discursos y relatos. Una lectu- Testamento y en el territorio de Judea, los miembros de ese grupo religioso ex-
ra que no tuviera en cuenta o no explorara la dimensión significativa del lengua- presaban sus convicciones religiosas con esquemas dualistas, y utilizaban un vo-
je joánico perdería gran parte de su sentido. cabulario idéntico o semejante al que se encuentra en el evangelio de Juan. En
esos escritos se habla de la luz y de las tinieblas, de la verdad y de la mentira; de
la vida y la muerte; de la carne y del espíritu; etc. La literatura gnóstica no es el
La ironía único punto de referencia con el que se puede comparar el evangelio de Juan, des-
de el momento que su vocabulario es semejante al que mucho tiempo antes ya se
Se destaca la ironía con la que trabaja el autor del evangelio. Esta consiste utilizaba de ambiente judío y se seguía utilizando en la época de Jesús, como
en poner en ridículo a ciertos personajes, haciéndolos hablar erradamente de cues- consta por los manuscritos de Qumrán. 8
tiones que ellos ignoran, pero que son conocidas por el lector. Por ejemplo, el lec-
Con respecto al dualismo metafísico, originado en algunas corrientes filo-
tor conoce desde las primeras palabras del evangelio que Jesucristo viene de Dios,
sóficas, este se explicaba por la oposición entre el alma y el cuerpo. Pero el que
y que ha estado desde toda la eternidad con Dios. Pero hay muchas personas que
provenía de la religión del Irán, era de carácter ontológico: lo material es lo mal-
ignoran el verdadero origen de Jesús, y hablan magistralmente como si lo supie-
vado y perverso, fruto del principio malo; y lo espiritual es lo luminoso, puro,
ran: el pueblo afirma conocer el origen de Jesús (6, 42; 7, 27); Natanael se expre-
santo, fruto del principio bueno.9 En el Evangelio de Juan, en cambio, el dualis-
sa como si conociera el origen de Jesús y dice despectivamente que nada bueno
puede venir de Nazaret (1, 46); cuando Jesús anuncia que irá a donde los judíos no
pueden ir, la gente se pregunta a qué país irá (7, 35-36; ver 8, 22). De una manera 7. Un 'status quaestionis' del desarrollo de las investigaciones sobre la ironía joánica se pue-
parecida hablan los fariseos en el interrogatorio que sigue a continuación de la cu- de leer en: R. ALAN CuLPEPPER, Reading Johannine Irony, en: Exploring the Gospel of John. In Ho-
ración del ciego de nacimiento ("Nosotros sabemos ... " 9, 24. 29. 31). nor of D. Moody Smit (R. AJan Culpepper and C. Clifton Black, edits.), Westminster John Knox Press-
Louisville, Kentucky- 1996; 193-207.
Los sumos sacerdotes y los fariseos dicen que si dejan que Jesús siga ac- 8. ANTONIO PIÑERO, "Qumrán y el Evangelio de Juan", en: Paganos, judíos y cristianos en los
tuando "vendrán los romanos y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación" textos de Qumrán (J. Trebolle Barrera, coord.), Trotta- Madrid- 1999; 300-303.
9. En la religión de Zoroastro se trata de dos divinidades opuestas que se combaten recíprocamen-
te: Ahriman, que es causa de todo lo malo, y Ormazd, que es causa de todo lo bueno. Antonio Piñero (o.c.,
6. R. KYSAR, John, The Gospel of, en: ABD, III, 917.
302) cita este texto del himno de Zoroastro: "Al principio existen los dos Espíritus, el bueno y el malo. Por

50 51
mo se resuelve siempre en actitudes morales o de fe. El rechazo de la Revelación
Mt Me Le He Jn Cartas
en Cristo se presenta como el mundo de la tiniebla, de la muerte, de la mentira ...
Vida (zoe) 7 4 5 8 36 13
Mientras que aceptar a Cristo es entrar en la luz, en la vida, en la verdad ... El es-
píritu y la carne no equivalen al alma y al cuerpo, sino que· en todos los casos es Amar (agápao) 8 5 13 o 37 31
siempre todo el ser humano según la actitud que asuma frente a Jesús.'El criterio Amor (agápe) 1 o 1 o 7 21
es la aceptación de Cristo, la referencia a Él como revelación de Dios. Amar (philéo) 5 1 2 o 13 o
Luz (jOs) 7 1 7 10 23 6
Tiniebla (skotía) 2 o 1 o 8 6
El vocabulario y la forma de exposición Verdad (aletlzeia) 1 3 3 3 25 20
Verdadero (a!Cthés) 1 1 o 1 14 3
Entre las características que más se destacan en Jos escritos de Juan está su Verdadero (alethinós) o o 1 o 9 4
vocabulario peculiar. Este es un aspecto por el que el evangelio de Juan se distan- Mentira (pseudos) o o o o 1 2__
cia de los sinópticos. En labios de Jesús, o en Jos textos propios del evangelista o Mundo (kósmos) 9 3 3 1 78 24
del autor de las cartas aparece con frecuencia gran cantidad de términos que es- Padre (pater) 64 18 56 35 137 18
tán ausentes en los sinópticos o se cuentan sólo unas pocas veces. Al mismo tiem- Judío (iudáios) 5 6 5 79 71 o
po, en los sinópticos hay palabras cargadas de densidad teológica que aparecen Testimoniar (martyreo) 1 o 1 11 33 10
reiteradas veces, pero que están completamente ausentes o sólo se presentan al- Testimonio (martyría) o 3 1 1 14 7
guna vez en el evangelio o en las cartas de Juan. También se encuentran palabras Testimonio (martyrion) 3 3 3 2 o o
que aparecen tanto en Juan como en los sinópticos, pero en muy distinta propor-
ción o con distintos significados.
Juzgar (kríno) 6 o 6 21 19 o
Condenar (katakríno) 4 2 2 o 0 11 o
Puede ser muy ilustrativo comparar la cantidad de veces que aparecen algu- Permanecer (meno) 3 2 7 13 40 27
nos términos en el evangelio y Cartas de Juan con la frecuencia de los mismos en
Conocer (ginósW) 20 12 28 16 56 26
Mateo, Marcos y Lucas/Hechos: lO
Creer (pistéuo) 11 14 9 37 98 9
Fe (pístis) 8 5 11 15 o 1
Enviar (pémpo) 4 1 10 11 32 o
Glorificar (doxázo) 4 1 9 5 23 o
Recibir (déjomai) 10 6 16 8 1 o
Evangelio (euangélion) 4 8 o 2 o o
Evangelizar (euangelízo) 1 o 10 15 o o
Reino (basileia) 55 21 46 8 5 o
Bautismo (baptísma) 2 4 4 6 o o
Hacer penitencia(metanoéO) 5 2 9 5 o o
Conversión (metánoia) 2 1 5 6 o o
Parábola (parabole) 17 13 18 o o o
obra de esos dos los inteligentes escogen el bien y los necios lo contrario. De entre esos dos Espíritus el
Orar (proseújomai) 15 10 19 16 o o
Malo maquina realizar las peores cosas. Pero el muy santo Espíritu[ ... ) está unido con !ajusticia, y así han Oración (proseuje) 2 2 3 9 o o
obrado todos aquellos que por medio de las buenas acciones han complacido al Señor sabio ... ". Ayunar (nestéuo) 8 6 4 2 o o
10. Los datos han sido tomados de: The Exhaustive Concordance to the Greek New Testament
(Jolm R. Kohlcnberger Ili - Edward W. Goodrick -James A. Swanson, edits.), Zondervan - Grand
Escriba (grammateus) 22 21 14 4 0 12 o
Rapids, Mi.- 1995; edición realizada sobre: The Greek New Testament (K. Aland, M. Black, C. M. Saduceo (saddoukaios) 7 1 1 5 o o
Martini,B. M. Metzger andA. Wikgren). Fourt revised edition; UBS- 1993. El texto de esta edición Publicano (telones) 8 3 10 o o o
de The Greek New Testament coincide con el de las ediciones 26' (K. Aland, M. Black, C. M. Marti-
ni, B. M. Metzger, A. Wikren), UBS- 1979) y 27' del Novum Testamentum Graece (K. Aland, J. Ka-
ravidopoulos, C. M. Martini, B. M. Metzger), UBS- 1993. 1]. Sólo aparece dos veces en una perícopa que no se considera joánica (Jn 8, 10. 1J ).
12. Sólo aparece en una perícopa que no se considera joánica (Jn 8, 3).

52
53
, . son D'
Los adversarios enfrentados en esta po1emtca . tos y e1 mun do. 14
El evangelio de Juan se diferencia también de los sinópticos por la forma de
exponer su material. Los sinópticos recogen los elementos narrativos, los yuxta- El término ·mundo' aparece en el evangelio de Juan con varios sentidos. En
ponen y los alternan con discursos que se componen a partir de los logia, que ge- algunos textos indica el lugar de la habitación de los hombres, o la creación,
neralmente son muy breves. Juan, en cambio, contiene muy pocos relatos, gene- o la humanidad, en forma neutra, sin hacer ningún juicio sobre ellas: ''todo el
ralmente muy extensos, y algunos de ellos con gran dramatismo. Sus discursos mundo va detrás de Él" (12, 19); en otros indica la humanidad presentada en
desarrollan una sola idea y son mucho más homogéneos. Por lo general, alcanzan forma positiva: "Dios amó tanto al mundo ... para que el mundo se salve ... "
movimiento cuando intervienen los oyentes, que manifiestan su incomprensión y (3, 16-17; 12, 47); " ... da la vida al mundo" (6, 33. 55); "para que el mundo
entran en diálogo con Jesús. crea ... " (17, 21) etc.
Ésto no es más que un reflejo de lo que se puntualizaba al comienzo con En otros textos -que son la mayoría- encarna a la humanidad que se resiste a
respecto al problema joánico. aceptar a Jesús como el que revela al Padre, y manifiesta actitudes agresivas
contra Él y sus discípulos. En estos casos el término "mundo" tiene sentido pe-
Los investigadores que se dedican al estudio de lo evangelios sinópticos no yorativo: "El mundo no Jo conoció ... " (1, 10); " ... no puede recibir el Espíritu"
dejan de preguntarse por las "ipsissima verba /esu", y tratan de reconstruir lo que ( 14, 17); "el mundo Jos odia... antes me ha odiado a mí... ustedes no son del
Jesús dijo en lengua aramea, y que las tradiciones representadas en los evange- mundo ... " (15, 18-19); el mundo no conoció al Padre (17, 25); "mi realeza no
lios sinópticos recogieron, elaboraron y consignaron en griego. En muchos casos es de este mundo" (19, 36); en su oración por Jos discípulos, Jesús "no ruega
se puede llegar a resultados bastante convincentes.13 En el evangelio de Juan la por el mundo ... " (17, 9); etc. 15
situación es completamente diferente, porque como se desprende del cuadro ex- Parecería que la comunidad que produjo el evangelio ha 'pasado por distintas eta-
puesto más arriba, se ponen en boca de Jesús el mismo vocabulario y las mismas pas. Después de una época en la que tuvo una mirada optimista sobre el_mundo,
formas de expresión que utiliza el evangelista. Jesús no habla como en los evan- las experiencias negativas provocaron un cambio en su forma de cahficar al
gelios sinópticos, sino como Juan. En su evangelio aparecen con frecuencia en la- "mundo", y esto se manifiesta en sus expresiones, finalmente pesimistas.
bios de Jesús términos que tenían gran importancia en el mundo helenista, como
'luz', 'verdad', 'vida eterna'. Algunos textos presentan a "la luz" y "las tinieblas" com~- los adversari~s
en conflicto, retrotrayéndose al drama del primer día de la creacton: la luz ha bn-
llado en las tinieblas, y éstas se han negado a recibirla (Gen 1, 3; Jn l, 5); "En es-
El juicio to consiste el juicio: la luz vino al mundo y los hombres prefirieron las tinie_blas
a la luz ... " (3, 19; ver 11, 46). En el vocabulario de Juan, heredado del Anttguo
El Evangelio de Juan se presenta bajo la forma de un gran juicio. La venida Testamento, la luz es la revelación de Dios. Dios mismo es la luz inaccesible, que
_de Jesucristo al mundo tiene como finalidad la realización de este juicio: "He ve- se revela a este mundo. La revelación no queda reducida al plano intelectual, co-
nido a este mundo para un juicio... " (9, 39). Recurren con frecuencia los términos mo podría suceder entre los griegos o en el mundo gnóstico. La revelación de
de carácter forense, como "testigo", "acusación", "juicio", "condena", etc. El tono Dios, la luz, aporta la vida a la humanidad: es una revelación salvífic~ ..La vida
de la obra revela que se ha escrito en medio de una polémica con ciertos ambien- de Dios es luz para los hombres (1, 4). En el encuentro de la luz con las tmteblas se
tes. También los evangelios sinópticos presentan a Jesús en un enfrentamiento produce un conflicto, porque los hombres "prefieren las tinieblas a la luz" (3, 19).
continuo con los diversos grupos religiosos de su tiempo (fariseos- saduceos- he- Las tinieblas (opuestas a la luz) encarnan el poder de la muerte, son figura de la
rodianos). Pero el autor del evangelio de Juan ya no está preocupado por los ad- oscuridad del sepulcro. La opción por la luz o por las tinieblas se ubica principal-
versarios de Jesús durante su vida terrena, sino con los que se oponen al cristianis- mente en el orden moral, se refiere ante todo a la actitud de los hombres.
mo en su propio tiempo. Por eso en este evangelio aquellos grupos se esfuman ca-
si hasta desaparecer, para presentar las polémicas de Jesús en otros términos.
14. H. SCHLIER, "Mundo y hombre en el evangelio de Juan". Problemas Exegéticas Fundamen-
tales en el Nuevo Testamento; Fax- Madrid- 1970; 317-333.
15. R. Schnackenburg distingue tres sentidos de "mundo" en los escritos joánicos: además ~el
sentido positivo y del negativo, hay un tercer sentido: "una realidad peligrosa de la que es preCISO
13. Ver, por ejemplo: J. JEREMIAS, Teología del Nuevo Testamento, voL 1, Sígueme- Salaman- guardarse; no es totalmente mala ni neutral, y no digamos ya buena [... ] en razón del pecado Y. del
ca- 1974; 13-57. En la actualidad se tiende a mostrar que la certeza nacida de la re-traducción al ara- alejamiento de los hombres respecto de Dios, es un espacio t.enebroso ... pero. en .cuan~o humam.da~
meo es vulnerable: "¡,Cómo distinguir una palabra dicha por Jesús en el año 29 de una palabra dicha necesitada de redención, el kósmos llega a convertirse en objeto del amor m•sencord10so de D10s
(R. SCHNACKENBURG, El concepto de mundo en lJn 2, 15-17; Excursus 6 de: Cartas de Juan. Versión,
por un discípulo en el año 33?" (J. P. MEtER, A Marginal Jew. Rethinking the Historical Jesus. 1: The
roots ofthe Problem and the Person, New York- Doubleday- 1991; 178). introdr~cción y comentario; Herder- Barcelona- 1980; 166-169).

SS
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La luz está en constante conflicto con las tinieblas, y este conflicto llega a gunos suponen que el término 'judío' podría designar simplemente a los 'judeos',
su momento culminante cuando la Luz, que es Cristo, se hace presente en este es decir a los habitantes de Judea, para diferenciarlos de los 'galileos' (11, 19. 31.
mundo y se enfrenta con el poder de las tinieblas. Jesús afirma que Él es el Hijo 33 ... etc.).16 Pero hay textos (6, 41. 52) en los que Jos habitantes de Galilea tam-
de Dios igual al Padre, que es el único que ha visto a Dios y puede revelar al Pa- bién son llamados 'judíos'.i7
dre. La revelación de Jesús como Palabra de Dios entre los hombres, se realiza en El evangelio utilizaría el término 'judío' para designar a todos aquellos ju-
un contexto donde una parte de la humanidad se resiste a aceptar esa revelación. díos que no aceptan a Jesús, y que se diferencian de sus discípulos o se oponen a
La presencia y el ministerio de Jesús (hechos y palabras) provocan un "juicio": ellos. Se debe observar, no obstante, que en el evangelio de Juan el término 'ju-
"Yo he venido a este mundo para un juicio ... " (9, 39). El autor crea la imagen de dío' no aparece siempre con esta acepción peyorativa. El evangelista ha retenido
una inmensa sala de juicio, que se va ampliando y abarcando a una mayor canti- el texto en el que este nombre aparece unido al mayor elogio: "La salvación vie-
dad de sujetos.
ne de los judíos" (4, 22). En varios textos indica la comunidad religiosa judía, sin
La afirmación de Jesús viene avalada por una serie de testigos: Juan Bau- proyectar sobre ella ninguna sombra polémica, como por ejemplo cuando se re-
tista ha dado t~stimonio, el Padre también da testimonio en favor de Jesús porque fiere a las "fiestas de los judíos" (2, 13; 5, 1; 6, 4; 7, 2; 11, 55). El nombre 'israe-
las obras que El realiza dan testimonio de que el Padre está en Él y Él está en el lita' es usado en l, 47 como un título honorífico. Algunos personajes, que son pre-
Padre, las Escrituras contienen la Palabra de Dios, que también da testimonio de sentados como "judíos", aparecen rodeados de una luz positiva, como sucede con
que Él es el Hijo de Dios. El Paráclito, como Abogado o Defensor, dará "testimo- Nicodemo, "notable entre los judíos" (3, 1), que defendió a Jesús ante los fariseos
nio" (15, 24), presentará pruebas irrefutables contra el "mundo" (16, 8) y hará (7, 50-51) y junto con José de Arimatea se ocupó de sepultarlo (19, 38-42).
condenar al "príncipe de este mundo" (16, ll).
Las razones por las que los judíos atacan a Jesús y discuten con Él en el
El "juicio" que el mundo ha comenzado contra Jesús se continúa con los evangelio de Juan no son las mismas que aparecen en los evangelios sinópticos
discípulos. Estos discípulos fueron elegidos por Jesús (15, 16. 19), que los ha sa- (la interpretación de la Ley, su poder de perdonar los pecados ... ). En este evange-
-cado del mundo (15, 19) y por eso mismo ya no pertenecen al mundo (15, 19; 17, lio, el motivo de la persecución es "porque llamaba a Dios su propio Padre, ha-
14. 16). Ellos tienen la misión de seguir siendo "testigos" y recibirán el odio del ciéndose igual a Dios" (5, 18; ver 10, 33; 19, 7). También los rasgos agresivos
mundo (15, 25- 16, 4a). que muestran los judíos no se corresponden con los de los otros evangelios. Los
Se debe tener en cuenta, sin embargo, que el enfrentamiento con "el mun- 'judíos' de los que habla Juan parecen tener más bien las características que co-
do" y "las tinieblas" no se debe plantear en términos sociológicos, como si se tra- rresponden al judaísmo posterior a la destrucción de Jerusalén. En los primeros
tara de comunidades antagónicas. El autor de Un debe alertar a los lectores para tiempos del nacimiento del cristianismo, los discípulos de Jesús permanecían in-
que estén atentos y no permitan que el mundo y las tinieblas se introduzcan den- tegrados en la comunidad judía, y las polémicas tenían lugar dentro del ámbito de
tro de la comunidad cristiana (Un 2, 9-11. 15-17; 4, 1-6). la sinagoga, como aparece en el libro de los Hechos de Jos Apóstoles. La comu-
nidad joánica, que contaba en su seno con miembros venidos del judaísmo al mis-
mo tiempo que otros que provenían del paganismo, tenía una cristología más de-
Los judíos sarrollada, que reconocía la divinidad de Jesús. Por esa razón los judíos los acu-
saban de ser blasfemos (ver 10, 33), hasta que en una fecha difícil de precisar, to-
En otros momentos, los adversarios de Jesús son designados como "los ju- dos los seguidores de Cristo fueron excluidos de la comunidad judía.18
díos". En el evangelio de Juan se habla como si Jesús y sus discípulos no fueran ju-
díos (" ... se encontraban los discípulos, por temor a los judíos... " [20, 19]; "Jesús
dijo a los judíos ... " [8, 31; ver 13, 33]; etc.). Jesús no es llamado 'judío' sino sólo 16. En este caso serían "judeas", que se distinguirían por su adhesión a un mesianismo tempo-
ralista y triunfalista, contra el que reaccionaría el autor del evangelio de Juan. S. SABUGAL, Jristós. In-
por extranjeros: la samaritana (con tono de desprecio, 4, 9), y Pilato (18, 33-34).
vestigación exegética sobre la cristologíajoánica. Herder- Barcelona- 1972; 236. R. PtETRANTONIO,
En los diálogos del capítulo 9, 'los judíos' (9, 18. 22) son los mismos que 'los fa- "El Mesías Asesinado. El Mesías ben Efraim en el Evangelio de Juan", RevBib 44 (1982) 8. lo., "Los
riseos' (9, 13. 15. 16. 40). Como los demás grupos religiosos (saduceos, escribas, 'ioudaioi' en el evangelio de Juan" RevBib 47 (1985) 27-41.
zelotes, herodianos) no son mencionados en el evangelio de Juan, los 'judíos' se- 17. P. Grelo! no acepta que por 'ioudaioi' se deba entender 'habitante de Judea' (P. ÜRELOT,
Les Juifs dans l'Évangile selon lean. Enquéte historique et réjlexionthéologique, CahRB 34; Paris-
ría el término que cubriría todos estos grupos. Particularmente designaría a las au-
Gabalda- 1995).
toridades religiosas de Jerusalén (los padres del ciego de nacimiento -que se su- 18. Se ha dicho en otros momentos que los cristianos habrían sido expulsados de la Sinagoga
pone que eran judíos- "tenían temor a los judíos, que ya se habían puesto de acuer- por un "Sínodo" judío realizado en la ciudad de Iavne (Iamnia) en torno al año 90. No hay pruebas
do para excluir de la sinagoga al que reconociera a Jesús como Mesías" 9, 22). Al- de que este sínodo se haya realizado. La inclusión de la bendición número 12, contra los herejes (bir-
kat ha-minim), en las Dieciocho bendiciones (Shemoneh 'ezreh) es presentada a menudo como un in-

56 57
El autor del evangelio describe los conflictos que tiene en su propio tiempo
con los miembros de la comunidad judía, y los proyecta hacia el pasado. Desplie- los reconoce como verdaderos judíos porque no son hijos de Abraham, sino 'hi-
ga lo que estaba implícito en los gestos y palabras del Jesús de los sinópticos, y jos del diablo', que "era homicida desde el principio" (8, 44).21 Este tema se pro-
de esta manera muestra c~mo la fe de los cristianos en Jesucristo el Hijo de Dios sigue en la Primera Carta, en la que vuelve a tratar el tema del "homicidio", rela-
se fundamenta en lo que El realmente hizo y enseñó estando entre los hombres. cionándolo esta vez con el pecado de Caín, "que era del Maligno" (Un 3, 11-15).
El evangelio fue escrito en el momento en que se producía la escisión den-
tro del mundo judío. Los discípulos de Jesús no eran reconocidos como ·~udíos",
Juan Bautista y sus seguidores
y el "judío" era un enemigo de Jesús y adversario de los cristianos. Se vivía en-
tonces en un clima de enfrentamiento y amargura. Los "expulsados de la sinago-
ga" habían quedado en una situación de desarraigo, no pertenecían al mundo pa- Ciertos rasgos del evangelio permiten ver que el autor muestra una especial
gano, pero tampoco gozaban de la protección que les brindaba anteriormente la preocupación por la persona de Juan el Bautista. Este es presentado de tal forma,
comunidad judía. 19 Las represalias de los "judíos" contra los judíos que continua- que su imagen difiere tanto de la que aparece en los evangelios sinópticos que al-
ban siendo cristianos podían llegar a ser muy severas. El evangelio habla de con- gunos han pensado que en realidad el evangelista estaba polemizando con el Bau-
denas a muerte ("Serán expulsados de las sinagogas, más aún, llegará la hora en tista o con sus seguidores.22
que los mismos que les den muerte pensarán que tributan culto a Dios" 16, 2). En los evangelios sinópticos se tiende a enaltecer a Juan el Bautista. Su fi-
Muchos judíos dudarían antes de integrarse en la comunidad cristiana, y los que gura es un elemento estructurante de la tradición contenida en estos evangelios,
ya se habían adherido a la fe, temerían las agresiones de los otros judíos. Será por que siempre comienzan con su predicación (Mt 3, 1; Me 1, 4; Le 3, 2). Los hechos
esa razón que el evangelio presenta repetidas veces a personas que no se mani- del Nuevo Testamento lo tienen como punto de referencia (Hch 1, 22; 10, 37; 13,
fiestan como discípulos de Jesús porque "tienen temor a los judíos" (7, 13; 9, 22; 24-25). Mateo afirma que él es Elías (Mt 11, 14; 17, 13), y se conserva su elogio
19, 38; 20, 19) o para no ser expulsados de la sinagoga (9, 22; 12, 42),20 al mis- que dice: "Es más que un profeta[ ... ] no ha nacido ningún hombre más grande que
mo tiempo que reitera la exhortación: "No se turben ... " (14, l. 27). A los que ca- Juan el Bautista" (Mt 11, 9. 11; Le 7, 26. 28). Él es el que bautizó Jesús, y al final
recen de valentía para declararse cristianos en medio del ambiente hostil, el evan- de su vida recibió la gloriosa corona del martirio (Mt 14, 3-12; Me 6, 17 -29).
gelio les muestra el ejemplo positivo de Nicodemo, que comienza hablando ocul- En el evangelio de Juan, el Bautista recibe como único título el de "Testigo",
tamente co~ Jesús ("de noche" 3, 2), luego s~ atreve a defenderlo en público (7,. él ha venido a dar testimonio (1, 7. 19. 33. 34). En este gran juicio que se presen-
50-51), y fmalmente se declara en favor de El cuando después de muerto le rin- cia en el evangelio de Juan, el Bautista es el primer testigo que se presenta a dar
de los últimos honores y lo lleva a la sepultura (19, 39-42). testimonio en favor de Jesús. Pero al mismo tiempo se pone especial cuidado en
Pero "el temor a los judíos" habrá llegado a causar la deserción de algunos dejar bien claro que es inferior a Jesús: Juan Bautista afirma, con expresiones re-
miembros judíos de la comunidad joánica. A estos judíos que se han vuelto atrás cargadas y reiterativas, que no es el Mesías (1, 20; 3, 28), "no era la luz, sino el
después de haber creído en Jesús, el evangelista los trata con una rigurosidad inu- testigo de la luz" (1, 8), Jesús es la Palabra (1, l. 14), pero Juan es sólo una voz
sitada. Desde el momento que se adhieren a los que ponen en peligro de muerte (1, 23). Juan vino primero, pero Jesús es anterior a Juan (1, 15. 30). Al final de su
a los demás cristianos, se los hace solidarios con los que mataron al Seiíor. No se actuación se dice que él habló de Jesús, pero no hizo ningún signo (10, 41).
En un interrogatorio formal, ante los enviados de Jerusalén Juan Bautista
afirma que él no es Elías ni el profeta (1, 21). El evangelio de Juan no lo descri-
dicio de esta expulsión. Esta plegaria no habría alcanzado su forma definitiva antes de la destrucción be como el predicador escatológico, y omite el relato del bautismo de Jesús rea-
de Jerusalén en el año 70, pero es difícil fijar una datación segura. No consta que haya sido n•dacta- lizado por Juan, como también el del martirio del Bautista y los elogios que le
da contra los cristianos. Tampoco se puede afirmar que los judíos hubieran promulgado 1111 dt•creto
"universal" contra los cristianos, pero es posible que hacia fines del siglo 1 en algunos lugttrl'~ se hu-
bieran to!nado m~didas violentas contra éstos. Cuando el evangelio de Juan allrma que lo' judlos que
se adhenan a Jesus eran expulsados de la Smagoga (9, 22; 12, 42; ver: 16, 2), estada adt•llutlando a
tiempos de Jesús la situación particular de la comunidad joánica (Ver: E. SclliiHIJ(, lli.1t 111 ¡11 dt•l¡me- 21. Se ha dicho más de una vez que el evangelio de Juan afirma que 'los judíos son hijos del
b/o judío en tiempos de Jesús, Cristiandad- Madrid- 1985, 1!, 594-599). diablo'. El texto al que se hace referencia es 8, 44 ("ustedes tienen por padre al diablo"). Esta palabra
.. 19. Los judíos, como religión autorizada por los romanos, estaban cX<'l'plutHio~ dt• la uhliga- tan dura, leída en su debido contexto, no está dirigida contra todos los judíos, sino contra los judíos
cton de parl!ctpar en los cultos paganos. Cuando los judíos cristianos quedaron fuer a dt• la 1 11111 uni- que antes creyeron en Jesús (8, 31), pero han vuelto a unirse con los adversarios de la comunidad, y
dad judía, perdieron el beneficio de esta excepción. por eso se los presenta como cómplices de los que querían matar a Jesús.
20. Algunos textos de los evangelios sinópticos reflejarían la misma situuci<~ll: MI IU, 12-33; 22. Es exagerado decir que el evangelio de Juan se escribió para polemizar contra Juan el Bau-
Me 8, 38; Le 9, 26; 12, 8-9. tista o sus seguidores, como se ha sostenido en otro tiempo (ver: W. BALDENSPERGER, Der Prolog des
vierten Evangl'iiums, seinpolemisclt-apo/ogetisclter Zweck; Freiburg- Mohr (Siebeck)- 189tl).

58
59
prodigan los sinópticos. Los silencios del evangelio de Juan revelan que tiene in-
terés en quitar relieve a la persona del Bautista.
Se puede suponer con fundamento que el autor del evangelio se encuentra
ante personas que hasta ese momento han seguido solamente a Juan, y dándole
excesiva importancia, lo colocan por encima de Jesús.23 Con sentido pastoral, el
evangelista trata de atraerlos a las filas de Jesús. Pero no se ve que denigre al Bau-
tista, sino por el contrario, Jo presenta como un 'testigo' de Jesús y otorga gran
importancia a su testimonio. Por esa razón opta por presentar al Bautista en for-
ma que puede parecer polémica, para mostrar que a pesar de su grandeza, reco-
noció que era inferior a Jesús y que debía cederle el lugar: "Es necesario que Él
crezca y que yo disminuya" (3, 30). El verdadero Esposo de la comunidad es Je-
sucristo, y Juan Bautista no es más que "el amigo del Esposo" (3, 27-29).
Contradiciendo los datos de los sinópticos, que presentan a Jesús eligiendo
a sus primeros discípulos entre los pescadores del lago de Galilea (Mt 4, 18-22;
Me 1, 16-20; Le 5, 8-11), Juan afirma que éstos fueron reclutados entre los discí- CAPÍTULO 5
pulos de Juan Bautista (Jn l, 35-51). Se puede entender que la comunidad joáni- Relación con los sinópticos - Relación con las Cartas de Juan
ca contaba entre sus miembros a antiguos seguidores del Bautista.24 Esta presen-
cia explicaría la preocupación del autor del Evangelio por valorar el papel del
Bautista como precursor y como testigo. Relación con los evangelios sinópticos
Los conflictos y las polémicas del tiempo del autor del evangelio se antici-
pan y se presentan como sucedidas en la época en que actuó Jesús. De esta for- Las opiniones de los Padres
ma, los enfrentamientos que los cristianos de la comunidad joánica tienen con los
Las diferencias entre el evangelio de Juan y los sinópticos fu~ron advert~­
judíos están en continuidad con los que Jesús tuvo con las autoridades religiosas
das desde los primeros tiempos de la Iglesia. Los Padres de la Igle~Ja Y l~s ~nti­
de Jerusalén, y la fe de la comunidad se apoya en las palabras y en Jos hechos de
guos escritores cristianos, a partir del momento en que se comenzo a atnbmr el
Jesús.
cuarto Evangelio a Juan, uno de los Apóstoles de Jesús, daban por supuesto que
no podía haber discordancia entre el Evangelio de Juan y los otros. Se esforz~ron
entonces en armonizar los datos de uno con los de los otros, e intentaron exp~1car
las diferencias diciendo que Juan pretendía completar Jos datos de los tres pnme-
ros Evangelios. Si los sinópticos se había~ ocupa~o de lo 'hu~ano', Juan c~ntem­
plaba el aspecto 'divino' del Señor, o si Io_s ~nmeros ~ab1an narrado solo los
acontecimientos del último año de la vida publica de Jesus, Juan relataba los he-
chos de los primeros años, antes de que el Bautista fuera encarcelado:

"En cuanto a Juan, el último, sabedor de que lo corporal estaba


ya expuesto en los Evangelios, estimulado por sus discípulos ~ ins-
pirado por el soplo divino del Espíritu, compuso un Ev_angelw es-
piritual" (Clemente de Alejandría [¿+215?], en: Eusebio ~e Cesa-
23. Cuando Pablo llegó a Efeso, encontró gente que conocía sólo el bautismo del Bautista y no
el de Jesús (Hch 19, 2; ver 18, 25). Es muy sugestiva la coincidencia de que estos seguidores del Bau- rea, Historia Eclesiástica, VI, 14, 7; SC 41 (G. Bardy, ediL) 107)
tista se encuentren en el mismo lugar en el que la tradición ubica el origen del evangelio de Juan. "Consta claramente que estos tres, es decir, Mateo, Marcos Y Lu-
En el "Libro de Juan" de los mandeos, Juan Bautista es presentado como opuesto a Jesús, pe- cas, se ocuparon sobre todo de la humanidad de nuest:o Seño_r !~­
ro no se puede saber con certeza si esta concepción se puede remontar a la época del evangelio de
sucristo, según la cual es Sacerdote y Rey... En cambw, la dlVlm-
Juan. En una obra del siglo III, se habla de discípulos de Juan Bautista que lo reconcen como Mesías
y por lo tanto como superior a Jesús (Recognitiones pseudo-clementinae, /, 54 y 60; PG I, 1238 y
dad de Cristo, por la que es igual al Padre ... asumió enca:ecerla
1240). sobre todo Juan, que como águila se detiene en lo que Cnsto h_a-
24. BROWN, COA, 68-70. bló de más sublime, sin descender a tierra, salvo en raras ocasw-

60 61
nes" (San Agustín [+430]. Concordancia de los Evangelistas, IV, tenido que tendría como finalidad oponerse a las enseñanzas de los sinópticos. 1
10, 11; PL XXXIV, 1223).
En la actualidad, dejando de lado esas opiniones vertidas en otro tiempo y ya no
"Los otros tres evangelistas caminaban sobre la tierra con el Se- sostenidas, o por lo menos mantenida en una forma matizada, los investigadores
liar como hombre y dijeron pocas cosas de su divinidad. Este otro, se preguntan si Juan conoció los sinópticos, y en caso afirmativo, cuál es el nivel
como si le fastidiara caminar sobre la tierra, así como lo expresó de dependencia que tiene de ellos.
al comienzo de su discurso, no sólo se levantó sobre la tierra y so-
bre todo el espacio del aire y del cielo, sino también sobre todo el Por ejemplo, ha llamado la atención la semejanza entre el detalle de los dos-
ejército de los ángeles y sobre todo el ordenamiento de las potes- cientos denarios necesarios para comprar pan (Jn 6, 7 y Me 6, 37); el perfume de
tades invisibles, y llegó hasta Aquél por quien fueron hechas todas nardo puro y su valor de trescientos denarios (Jn 12, 3. 5 y Me 14, 3. 5); etc.
las cosas, diciendo 'En el principio estaba la Palabra, y la Pala- Algunos autores han sostenido que Juan ha conocido alguno o algunos de
bra estaba junto a Dios, y Dios era la Palabra. Ella estaba al prin- los sinópticos y ha utilizado su material para componer su obra. 2 Las preferencias
cipio junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por Ella y sin se han volcado principalmente hacia los evangelios de Marcos y de Lucas. Muy
Ella nada se ha hecho'. Predicó cosas consonantes con este prin- poco se ha dicho sobre Mateo. Junto a estas opiniones, merece un lugar especial
cipio tan sublime, y habló de la divinidad del Se1ior como ningún
la del P. M.-É. Boismard, según la cual el redactor final del evangelio de Juan se-
otro". (Id., Comentarios al Evangelio de Juan, XXXVI, 1; CCL
XXXVI, 323). ría Lucas. Las críticas suscitadas han servido al autor para modificar y matizar es-
ta hipótesis.3
"Juan ... transmite en su Evangelio escrito lo que Cristo obró an-
tes de que el Bautista fuera encarcelado, mientras que los otros Pero al analizar los textos en los que habría indicios de dependencia de al-
tres evangelistas recogen los hechos posteriores al encarcelamien- guno de los sinópticos, estos autores han detectado también que en esos mismos
to del Bautista" (Eusebio de Cesarea [+339]. Historia Eclesiásti- textos aparecían grandes diferencias. Por eso se preguntan si Juan conoció a los
ca, III, 24, 12; SC 31 (G. Bardy, edit.) 132). otros evangelios en su estado definitivo, o en algún estadio previo, o si solamen-
"Cuando (Juan) leyó los libros de Mateo, Marcos y Lucas, apro- te tuvo acceso a alguna de sus fuentes.
bó el relato de los hechos y afirmó que habían dicho la verdad, pe- La hipótesis más ampliamente difundida es la de los autores que sostiene la
ro observó que habían relatado la historia de un solo año después independencia de Juan con respecto a los sinópticos, y afirman que las similitudes
que Juan Bautista fue encarcelado, es decir; el año de la Pasión. con estos se explican satisfactoriamente por la tradición oral y por las ideas difun-
Omitiendo aquel año que ya había sido tratado por los otros tres, didas en el ambiente religioso en el que se encontraba el evangelista.4 Los aparen-
narró los acontecimientos anteriores al tiempo en que Juan Bau-
tes puntos de contacto se veritican siempre en contextos donde junto a los elemen-
tista fue llevado a la cárcel. Esto es claro para quienes leen los
cuatro evangelios con atención. Y también elimina la disonancia
tos propios de Juan aparecen también grandes discrepancias, de modo que nunca
que parece tener Juan con los otros" (San Jerónimo [+419 ó 4201, hay evidencia de que el evangelista utilice los evangelios sinópticos y dependa de
De Víris llustribus, 9: PL XXIII, 623). ellos. A los autores que intentan justificar las semejanzas entre Juan y los sinópti-
cos defendiendo la dependencia literaria se les reprocha que se ocupen solamente
Pero estos intentos de explicación ya no son aceptados por los investigado- del nivel literario y no valoren suficientemente la importancia de la tradición oral.
res y comentaristas actuales. Basta con una simple lectura del Evangelio de Juan
para ver que no hay indicios de que esta obra pretenda completar los datos de nin-
guna otra. En ningún momento el autor manifiesta a los lectores que esté en su in- l. H. WiNDISCH, Johannes tmd die Synoptiker, Leipzig- 1926.
2. Por ejemplo: conoció el evangelio de Marcos (E. K. LEE, Sr. Mark and the Fourth Gospe/,
tención el querer ampliar algo de lo que ellos ya saben. Mucho menos aceptable NTS 3 ( 1956-57) 58-58); conoció el evangelio de Marcos, y probablemente el de Lucas (BARREIT, GJ);
es la división entre los hechos "humanos" de Jesús, de los que se ocuparían los si- conoció el de Lucas (1. A. BAILEY, 7/¡e Traditions common to tite Gospels of Luke and Joltn, SNT-
nópticos, y la "divinidad" de Cristo que sería tratada solamente por Juan. Es ver- VII, Brill- Leiden- 1963; E. ÜSTY, Les points de contact entre le récit de la passion dans .milll Luc
dad que en el evangelio de Juan el acento sobre la condición divina de Jesús está et dans saint lean, Mélanges J. Lebreton, RSR 39 (1951) 146-154); con respecto a Mateo: H. F. D.
SPARKS, St. Jolm's Knowledl(e of Matthew: The Evidence of Jo. 13, 16 and 15, 20, JTS N.s. 3 (1952)
mucho más marcado que en los otros, pero en estos no está totalmente ausente.
58-61.
3. M.-É. BOISMARD, Saint Luc etla rédactíon du quatrihne évangile, RB 69 (1962) 185-211.
Discusiones actuales Puede verse una crítica: A. VANHOYE, B 55 (1974) 554-560.
4. Esta hipótesis ha ganado lugar sobre todo a partir de la publicación de: P. GARDNER-SMITH,
(\ L os rac10na
. 1·Jstas 11ab'Jan propuesto que el evangeho
· de Juan no provenía de Saint Jo/m mul the Synoptic Gospe/s, Cambridge- 1938. En la misma línea: C. H. Dooo, Tite Inter-
preta/ion ofthe Fourth Gospel, University Press- Cambridge- 1953; lo., Historical tradition in the
una fuente apostólica, sino de la filosofía o del gnosticismo., También se ha sos- Fourth Gospe/, University Press- Cambridge- 1963.

62 63
1

1
del siglo II, procedente de la iglesia de Roma, enumera también 1 y 2Jn entre los
libros del Nuevo Testamento. S En los siglos III y IV las tres cartas ya eran cono-
Relación con las cartas de Juan " , cidas ampliamente tanto en oriente como en occidente. Pero Orígenes9 y Eusebio 1
"C rt " y la Epts- de Cesarea!O indican que solamente lJn era admitida por todos, dejando a 2 y 3Jn
. distingue entre la a a
Al tratar de los géneros litera~os: se toman como intercambiables. Por como textos discutidos. La versión siríaca del Nuevo Testamento llamada "Pes-
, n los termmos se , . 1
tola", 5 pero en el uso com~ , 1. distinción entre ambos termmos. - hitta" (siglo IV) carece de las cartas 2Pe, 2-3Jn y Jud, de modo que la iglesia de
esa razón aquí no se observara a l on del Nuevo Testamento se con Siria conoció solamente la primera carta de Juan. Como consecuencia de las con-
Además del evangelio de Juan, en e.. ~:~tas Primera, Segunda y Terce~a d_e troversias teológicas del siglo V, esta iglesia se dividió: los sirios del este (Meso- 1
. e conocen como 'l Muchos termt- potamia y Persia) adoptaron el nestorianismo y conservaron la versión "Peshitta";
servan tres escntos que s . stán muy cerca de aque . . .
n" y que por su estilo y su ~enguaJe e t n también en estos textos (co~~cel, tienen, por lo tanto, sólo Un. Los sirios del oeste, en cambio, se hicieron monofi- 1
Jua , , . d 1 vangeho se encuen ra ue tambten se
nos caractensttcos e e . . d d Padre, mundo, etc.), aunq r sitas ('jacobitas"), y por orden del obispo Philoxeno de Mabbug revisaron la ver-
testimoniar/testimonio, tmzebl~, v~ ~~:minos que son frecuentes en el e.vang~ ~~ sión "Peshitta" (año 508) y le añadieron algunos libros faltantes, entre estos 2-3Jn.
1
ueden señalar algunas ausenClaS e ri zcar!gloria, juzgar. judío, envrar, e c .. En la época del Concilio de Trento, Lutero, Calvino, Erasmo, el cardenal
p l . tas no se encuentran: ley, glo fi , . rn·ba Por su estilo se aseme- Cayetano y otros, en vista de las dudas que habían existido en los primeros años
(en as car d. xpuesto mas a · , d
Esto se puede constatar en el cua \~oe a que por exigencia del ll_lismo genero e del cristianismo, cuestionaron 2 y 3Jn. Pero el Concilio las incluyó en el Canon 1
. ma's a los discursos del evange , y nte la fonna narratiVa. de los libros sagrados (D(H) 1503). A pesar de las dudas de los Reformadores, las
Jan , t t \mente ause . ·
los escritos, en las cartas esta o a de Juan responden al género hterano Biblias editadas por los protestantes incluyen las tres cartas de Juan. 1
Sólo las Cartas Segunda y Ter,cera t das las caracterísicas de las cartas de Desde los primeros siglos de la Iglesia se admitió que lJn era obra del mis-
epistolar. A pesar de su br~vedad, re~~:;d: ser designada tradicionalmente co7:- mo autor del evangelio. No sucedió lo mismo con las otras dos, porque algunos 1
la época helenística. La P~mera, a puí se la seguirá Uamando de e.sta f?rma so autores sostuvieron que pertenecían a otra persona que se identificaba como "el
'carta'' pertenece a otro genero. :e;alecido a lo largo de toda la hlstona. presbítero". Esta opinión, expuesta por san Jerónimo, JI fue asumida por el De-
mente porque es el uso que ha p . s del cristianismo, mientras que las creto del Papa Dámaso (¿año 382?): "del apóstol Juan, 1 carta, del otro Juan pres- 1
La Un fue conocida desde los codmler;~·ls reticencias podóan explicarse por bítero, 2 cartas" (D(H) 180).
, idamente acepta as. .s , . . ld das con el nom-
otras dos no fueron rap_ b todo pon.¡ué no v¡enen respa a b't o" En tiempos más recientes no ha habido unanimidad en la afirmación de que 1
brevedad de los escntos, y s~ re l mente se autodenomina "el pres 1 er . el autor del evangelio y el de !Jn sean la misma persona. Los que admiten un so-
la · d lgmen que so a 'ble
bre de un apóstol, smo e a. . l . Jo II utilizan expresiones que posJ - 1
Algunos escritores cnstlanos de s.lgd. n el origen de esos textos.6 San !re-
mente han sido tomadas de Un_, pelr8o0)noa:e::s de algunas referencias que no s~l~ 8. "¿Qué hay entonces de admirable, si Juan tan constantemente manifiesta cada una de estas
.b. do en torno al ano • , . lJn Lo hace en tres u 1
neo (escn ¡en . ro en citar explJc¡tamente 1 y . ., mediados cosas también en sus epístolas, diciendo de sí mismo: "Lo que vimos con nuestros ojos, hemos escu-
del todo claras, es el pnme ., "7 El "Canon de Muraton 'de chado con nuestros oídos, y las manos han palpado, esto es lo que escribimos"? Así entonces él no
o "Contra las HereJ!aS . sólo se declara como testigo ocular y oyente, sino también como escritor en orden de todas las mara-
gares de su trat ad villas del Señor" (líneas 26-34 ). "La Epístola de Judas y las dos del nombrado Juan se reciben en la
1
(Iglesia) Católica" (Líneas 68-69).
\ 9. Según EUSEBIO DE CESAREA, Hisroria Eclesiástica, VI, 25, 10; SC 41 (G. Bardy, ediL) 127.
. . 21 escritos del 1
" " ístola" para destgnar a . !0. EUSEBIO DE CESAREA, Historia Ec/esiástica,!II, 25, 2-3; SC 31 (G. Bardy, edil.) 133.
1 - . . . nte los términos "carta y ep . 6-30) Apocalipsis (2-3). Stn 11. "Juan el apóstol... escribió una epístola que comienza «Lo que fue en el principio, lo que
5. Se usan mdtsttntame¡· entos de Hechos (15, 23-29. 23, 2 . . y retensiones literarias.
tgunos ragm . d fnatano sm P · oímos, y vimos con nuestros ojos, y contemplamos, y tocamos con nuestras manos, acerca de la Pa-
Nuevo Testamento y a 'to privado destinado solo a un es lb' ~na obra literaria, con ara- 1
labra de vida>>, que es aprobada por todos los eclesiásticos y eruditos. Las otras dos, la que comienza
embargo, la "carta" es un escr.t por escrito. La "epístola"' en cam w. _es ero de lectores. Sobre esto:
. a conversacton . . ce a gran num . , .. «El Presbítero a la señora Electa y a sus hijos>>, y la otra que comienza <<El anciano al querido Caio,
equtvalente a un _ _ blícada para que a1can . d t) Hendnckson- 1 c.l-
riencia de carta, destmada a ser/ puA -. r East (Lionel R. M. Strachan. tra uc . ' a quien amo en verdad», se afirma que son de Juan el presbítero, a quien le pertenece el otro sepul-
L' t¡ro m t te 1K1en · •
1
cro que se muestra hoy en Éfeso, aunque algunos piensan que son dos memorias del mismo Juan
AWLF DEISSMANN, ¡g11 - Policarpo (+ 23-2-
S 228 230 · ede cttar a san . Evangelista. De este asunto discutiremos cuando siguiendo el orden lleguemos a Papías ... " (SAN JE-
body, Ma.- 199d; d l~do ~Iros testimonios más díscuubdlesd_se -~~ los falsos hermanos y los que lu- RÓNIMO, De Viris lllustribus, 9, PL XXIII 623-625). Al referirse a Papías, después de citar el conoci-
6. De¡an o e d IJn 4 2 3 y 2Jn 7, cuan o tce. ... . ¡·'votos porque todo el <¡uc 1
d palabras e • · • 1 hombres n ·• do texto, Jerónimo comenta: "en esta lista de nombres aparece que uno es Juan, que se indica entre
167). que repro uce be del Señor, los que extravtan a os " (SAN poucARI'<) DE EsMll\NA.
ócritamente llevan el nom r 'd en la carne es un antlcnsto ... los apóstoles, y otro el anciano Juan, que es enumerado después de Aristion. Decimos esto por la opi-
P · to ha vem o ' nión, sostenida por algunos, de que las dos últimas cartas de Juan no son del apóstol sino del preshí-
no confiese que Jesucns . 111 16. 8 (2Jn 7-X; 1
Carta a los Filipenses, VI,:- ~IIJ ?iJn 11); lll, 16, S (Un 2, 18-19 y 21-22), y , tero ... " (ibid. 18; PL XXlll, 637).
7. Estos lugares son. l, 1 ,
IJn 4, l-2; 5. 1).

64
lo autor para las dos obras señalan las semejanzas de vocabulario y de estilo. 12
Otros, en cambio, sostienen que las dos obras pertenecen a autores diferentes, Y
para probarlo se detienen en las diferencias que existen entre ~mbas, ~anto en el e~­
tilo y vocabulario, como en el contenido teológico. 13 Estas diferencias, que a pn-
mera vista parecen tener mucho peso, dejan de ser impactantes cuando se tiene en
cuenta que se están comparando escritos de diferente longitud; que uno incluye
grandes partes narrativas, mientras que el otro es solamente exhortativo: que pue-
de haber transcurrido mucho tiempo entre una obra y la otra; que las Circunstan-
cias y la finalidad no son las mismas; etc. Las diferencias entre el evangelio y lJn
no son mayores que las que existen entre distintas cartas auténticas de san Pablo.
Por otra parte, se debe observar que los argumentos de los que defienden
una u otra posición parten -en gran medida- del supuesto de que detrás del evan-
gelio y IJn se encuentra un único redactor que ~antiene su estilo Y. su teolo~ía, Y
lo expresa con idéntico vocabulario. En la actualidad, los comentanstas sostienen
que estas obras se deben a una comunidad. No se puede exigir, por lo tanto, una CAPÍTULO 6
rigurosa precisión en la conservación de las mismas características en todos los Las tres Cartas de Juan
escritos. La discusión sobre la unidad de autor ha quedado en gran parte supera-
da, desde el momento que el interés que antes se tenía por el autor se ha despla-
zado hacia la comunidad joánica. La Primera Carta de Juan
Con respecto al autor de 2 y 3Jn, la tradición referida por san Jerónimo ha
sido prácticamente abandonada, y es generalmente admitido que las. tr~s ca~as No obstante haber sido considerada desde los tiempos más antiguos como
son obra del mismo autor o provienen de la misma comunidad. Las comCidencias una carta o epístola, el escrito que se conoce con el nombre de "Primera Carta de
de vocabulario y de estilo son tan grandes que difícilmente se puede pensar que Juan" carece de las características propias de una carta: nombre del remitente,
tengan origen diferente. Esta semejanza es mayor entre 1 y 2Jn, porque en ambas nombre de los destinatarios, saludos, noticias personales, despedida. No pertene-
se toman los mismos temas teológicos. Las diferencias que se señalan se pueden ce al género literario epistolar.
explicar si se tiene en cuenta que los dos escritos pertenecen a distintos géneros De los destinatarios, sólo se sabe que son creyentes: "les he escrito estas co-

1
literarios. sas, a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios ... " (5, 13). Pero muchos ma-
nuscritos de la tradición latina pretenden precisar algo más, y presentan este texto
como una "epístola" dirigida a los habitantes de Partía ("Epistula ad Parthos"). No
se conoce el origen de esta designación, difundida en occidente por el comentario
de san Agustín: "Diez tratados sobre la epístola de Juan a los Partos".!
Muchos intentos se han hecho por clasificarla dentro de un determinado gé-
nero, pero no se ha. llegado a un resultado que sea satisfactorio para todos los co-
mentaristas. Como ya se ha dicho más arriba, no tiene características que la iden-
tifiquen como perteneciente al género literario epistolar, fuera de estar redactada
en segunda persona. Tampoco es un tratado, porque no expone un tema para de-
sarrollarlo ordenadamente, sino que se refiere a ciertas situaciones conocidas só-
lo por los lectores a los que está dirigida. Para ser una diatriba deberían interve-
nir los diálogos con los opositores.
Parece muy aceptable definir la !Jn como un comentario al evangelio de
12. La unidad de autor ya había sido defendida con este mismo argumento por Dionisia deA!e- Juan. No es un comentario del texto, versículo por versículo, sino de los grandes
jandría (+265): EuSI BIO DE CESAREA, Historia Eclesiástica, VII, 25, 17-21; SC 41 (G. Bardy, edtt.)
208-209.
13. C. H. Do•ld, H. Conzelmann. l. SAN AGUSTÍN, In Epistolam /oannis ad Parthos tractatus decem, PL XXXV, 1977-2062.

66 67
CAPÍTULO 8
Esbozo de una "Teología de Juan": 2- La Vida

Cuando en los escritos joánicos se trata sobre el final de todas las cosas (lo
que es llamado "la escatología") el acento está puesto fuertemente sobre el aspecto
presente: la escatología ya realizada (el juicio se realiza por la presencia de Cristo
en el mundo: 3, 19; los que no creen ya están condenados: 3, 18; los que creen no
son condenados: 5, 24; la vida eterna ya está presente: 3, 36; 5, 24; 6, 47 ... ). No fal-
tan textos que testimonian una concepción más coherente con la presentación que
se encuentra en los demás escritos del Nuevo Testamento (la "escatología futura"),
como son las referencias al "último día" y a la futura resurrección (5, 29; 6, 39. 54;
etc.). Algunos textos intentan conciliar estos dos puntos de vista ("llega la hora, y
ya es ahora... " 4, 23; 5, 25; 16, 32). Algunos han creído ver en esto una oposición
entre la concepción joánica y la sostenida por las demás comunidades cristianas del
siglo I. Bultmann, por ejemplo, atribuye los textos joánicos que favorecen la "esca-
tología futura" a la mano de un "redactor eclesiástico" que ha intentado armonizar
las enseñanzas del evangelio de Juan con las de la gran Iglesia.
Es verdad que en el evangelio de Juan el acento está colocado sobre la pre-
sencia actual de los bienes escatológicos. Pero no se puede afirmar que los textos
que favorecen la escatología futura son añadidos posteriores, como pretendeóa R.
Bultmann. Este fenómeno de la yuxtaposición de textos que favorecen la escato-
logía presente y la futura se encuentra también en los evangelios sinópticos, don-
de se habla de una escatología futura al mismo tiempo que se dice que el Reino
ya está presente (los muertos resucitan ... ver Mt 11, 2-6/Lc 7, 18-23). En la pre-
dicación de Jesús se habría dado esta doble perspectiva; las tradiciones se hahrían
encargado de acentuar con mayor fuerza uno u otro de los aspectos.

107
La vida eterna la cumplen les da la vida en este mundo y en el mundo futuro", y a continuación
se citan varios textos del libro de los Proverbios referentes a la Sabiduría.4
Se ha visto más arriba que el término 'vida' (zoe) es usado con mucha fre- En el evangelio de Juan se mantiene la afirmación de que la vida eterna es
cuencia en la literatura joánica (24 veces en los evangelios sinópticos y Hechos, una prerrogativa divina: El Padre es el que vive (6, 57) y dispone de la vida (5,
y 49 veces en evangelio y cartas de Juan).! 21. 26). Jesucristo vive por la vida del Padre (5, 26; 6, 57), y posee la vida desde
Cuando se quiere expresar el concepto de 'vida', en el evangelio y cartas de la eternidad (l, 4).
Juan se establece una cuidadosa distinción entre dos términos griegos. Se utiliza Los seres humanos, por el contrario, poseen solamente la psyje, que debe fi-
el término zoi! para referirse a la vida divina, la vida eterna. No solamente es una nalizar necesariamente en la muerte, y por eso son considerados como muertos
vida de duración infinita, sino más bien es la vida que posee la plenitud o totali- (5, 25) que habitan en los sepulcros (5, 28). Dios ama al mundo, y no se compla-
dad que corresponde a las cosas que se encuentran en el ámbito de lo divino. Por ce en la destrucción de sus creaturas;5 por el contrario, ha enviado a su Hijo Je-
esa razón muchas veces se le añadé el adjetivo 'eterna' (aionios).2 sucristo para que comunique la vida eterna a los seres humanos: "Dios amó tan-
Cuando trata de la vida mortal, la vida humana, el autor recurre al término to al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en El no mue-
griego psyje. Esta es la vida que tiene su término en la muerte, que con frecuen- ra, sino que tenga vida eterna" (Jn 3, 16).
cia se menciona o se alude en el contexto en el que se usa el término psyje. Por La resurrección y la vida eterna, anunciadas en los últimos libros del Antiguo
ejemplo: "El buen pastor da su vida (psyje) por las ovejas" (lO, 11); "El que ama Testamento, ya se han hecho presentes en la persona de Jesucristo: "Yo soy la resu-
su vida (psyji!) la perderá, pero el que odia su vida (psyji!) en este mundo, la con- rrección y la vida" (11, 25; ver 14, 6; Un 5, 20). Jesucristo ha recibido del Padre la
servará para la vida eterna (zoe aionios)" (12, 25); "Pedro dijo ... Yo daré mi vida potestad de dar la vida eterna a los mortales (5, 21. 26; 6, 57; 17, 2) y fue enviado a
(psyje) por ti. Jesús respondió: ¿Darás tu vida (psyje) por mí?" (13, 37-38); etc. este mundo para que los seres humanos puedan alcanzar la vida divina. Él vino "pa-
Los seres humanos poseen solamente la vida temporal, que finaliza inexo- ra que las ovejas tengan vida (zae) y la tengan en abundancia" (10, 10). Esta es tam-
rablemente en la muerte. La Escritura testifica que al primer hombre se le dijo bién la finalidad con la que escribe el autor del evangelio. En el epílogo se dice que
"Eres polvo y al polvo volverás" (Gen 3, 19). La perspectiva de la destrucción y esta obra ha sido escrita para que los lectores, mediante la fe, "tengan vida (zae)"6
la corrupción del sepulcro han aterrado siempre a la humanidad, sin excluir a los (20, 31). Igualmente, al finalizar la primera carta, el autor dice que ha escrito a los
autores del Antiguo Testamento. 3 Solamente las obras más tardías del Antiguo que ya creen "para que sepan que tienen vida eterna (zoe aionios)" (Un 5, 13).
Testamento dieron lugar a alguna esperanza para el futuro. El libro de la Sabidu- Los que oyen la voz del Hijo de Dios y creen (5, 25), pueden salir del se-
ría introdujo la idea de 'inmortalidad' (3, 1; 5, 5. 15; 15, 3). Los libros de Daniel pulcro (5, 28) y "pasar de la muerte a la vida (zoe aionios)" (5, 24), como queda
y 2Mac hablaron de una resurrección al final de los tiempos (Dan 12, 1-3; 2Mac ilustrado con el 'signo' de la resurrección de Lázaro (11, 43-44). Los que reciben
7, 9. 11. 14. 23. 29. 36; 12, 43-45). Los fariseos creían que habría una resurrec- la vida eterna ya no morirán jamás, porque nadie las puede arrebatar de las ma-
ción "en el último día" (Jn 11, 24), idea que no compartían los saduceos (Mt 22, nos de Jesús y de Dios (10, 28-29).
23; Hch 23, 8). Por el nacimiento natural se obtiene la vida de la 'carne': "Lo que nace de la
El Antiguo Testamento relaciona la vida con el cumplimiento de los man- carne es carne" (3, 6). La condición mortal es propia de la 'carne', entendiendo por
damientos ("Ustedes cumplirán mis preceptos y mis leyes, porque el hombre que este término la forma de existencia que se caracteriza por ser débil y corruptible.
los cumple vivirá gracias a ellos" Lev 18, 5; ver: Dt 30, 15-16. 19-20; Sal 119, La obtención de la vida eterna no es un simple cambio consistente sólo en una pro-
93; etc.), y también con la adquisición de la Sabiduría ("Aférrate a la instrucción, longación de la duración de la vida, sino un cambio sustancial que afecta a todo el
no la sueltes, guárdala bien, porque ella es tu vida" Prov 4, 13; "el que me en- individuo, y para expresarlo se acude a la metáfora del nuevo nacimiento.
cuentra ha encontrado la vida" Prov 8, 35; ver: Sir 4, 12). Esta relación se con-
serva en el Judaísmo rabínico. Se dice: "Grande es la Ley, porque a aquellos que 4. Pirqe Abbot, VI, 7. Ver también: "la Torá, en la que reside la vida de la eqad venidera" (Me-
kilta de Rabbí Ismael. Comentario Rabínico al libro del Éxodo (T. Martínez Sáiz, edit.), XIII, 3, Es-
tela (Navarra), Verbo Divino, 1995; 91); "las palabras de la Torá son la vida de esta edad y de la edad
venidera" (Pesiqt. l02b).
l. En una proporción menor el verbo correspondiente 'vivir' (zaii): 30 veces en los sinópticos 5. "Dios no ha hecho la muerte ni se complace en la perdición de los vivientes" (Sab 1, 13).
y Hechos, y 18 veces en evangelio y cartas de Juan. La actitud de Dios ante la muerte de los humanos se ilustra con la escena de Jesús llorando ante la
2. En el gnosticismo también se utilizaba el término zoé para designar la vida divina, que era tumba de Lázaro (Jn 11, 35).
verdadera y por lo tanto eterna. Esta vida no tenía ninguna conexión con las realidades de este mun- 6. Algunos manuscritos y versiones añaden en este lugar el adjetivo "eterna". La edición del
do, que son corruptibles. Novum Testamentum Graece (Nestle-Aland), Deutsche Bibelgesellschaft- Stuttgart- 1995 (27• cd.),
3. Ver, por ejemplo, Sal6, 6; 30, 10; 40, 20; 88, 6. 11-13; Is 38, 18-19; Qo 3, 18-22; etc. siguiendo a otros manuscritos de gran importancia, lo omite. Pero el sentido es el mismo.

108
creer no se puede realizar si no precede una acción del Padre. El evangelio lo expre-
En el diálogo de Jesús con Nicodemo, para hablar de este nuevo ~acin:ien­ sa diciendo: "Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió ... Está es-
to, se juega con la posibilidad que ofrece la ambigüedad del ~dverb10 gnego crito en el libro de los Profetas: «Todos serán instruidos por Dios»" (6, 44-45. 65).
'ani5then, que admite distintas traducciones: de nuevo, desde amba, de_sde lo al- El evangelio y la primera carta de Juan expresan el acto de fe recurriendo
to. Jesús habla de la necesidad de nacer 'ani5then (3, 3) y Nicodemo entiende que principalmente al verbo pistéui5 (creer, tener fe),9 que en la versión griega del An-
debe "nacer de nuevo, siendo ya viejo" (3, 4). Jesús le aclara, mediante una pará- tiguo Testamento (LXX), salvo una excepción,10 traduce siempre el hebreo
frasis, que se trata de un nacimiento "desde lo alto": "del agua y del Espírit~" (3, 'amán (apoyarse, afirmarse). Muchas veces se usa el verbo para decir que se
5). Por este nuevo nacimiento el ser humano llega a ser verdaderamente hiJO de "cree que ... (hoti)", y de esta manera se introducen las afirmaciones que corres-
Dios, no engendrados por la carne sino por el mismo Dios (1, 12-13), que depo- ponderían a la "confesión de fe" de los discípulos: creer "que Yo estoy en el Pa-
sita su germen en él (ver lJn 3, 9). dre y el Padre está en mí" (14, 10); "que Tú me has enviado" (17, 8); "que Jesús
Un aspecto novedoso de la teología joánica es que la vida eterna no queda es el Hijo de Dios" (30, 31); etc. Pero en la mayoría de los casos, apartándose de
solamente como una promesa que se posterga para el futuro, sino que es una rea- la forma normal de la gramática griega y de la versión LXX, los textos joánicos
lidad que ya se adelanta y se hace presente: "El que cree en el Hijo tiene vida eter- colocan a continuación del verbo pistéui5 la preposición eis (hacia, en dirección
na" (3, 36; ver 3, 15. 16; 5, 24; 6, 47. 54; lJn 5, 13. En todos estos ~~sos el ve~­ a ... ) rigiendo un nombre (Dios, Jesucristo ... ), un termino equivalente ( ... en su
bo 'tener' está en tiempo presente). La insistencia en la actual poseswn de la vi- nombre), o un pronombre( ... en mí, ... en Él).ll Esta forma de utilizar el verbo da
da eterna hizo pensar a muchos que el evangelio de Juan se detenía en_ la idea de a la fe un aspecto personal a la vez que dinámico: creer es dirigirse hacia alguien;
una "escatología ya !ealizada", excluyendo de esa forma toda per~pec;Iva de ~n_a apoyarse, afirmarse, volcarse sobre una persona (Dios o Jesucristo). Será por esa
futura resurrección.? Pero la reiterada afirmación de "Yo lo resucitare en el ulti- razón que evita el sustantivo pístis (fe), que·tendría un aspecto más estático.12 Se
mo día" (6, 39. 40. 44. 54) permite ver que esta idea no se excluye, aun cuando observa que en algunos casos el evangelista utiliza el verbo pistéui5 seguido de
no esté tan destacada como la otra. 8 dativo para referirse a la fe en personas o en cosas (2, 22; 4, 21. 50; 6, 30;). Al-
Después de la muerte de Lázaro, Jesús consuela a Marta diciénd~le qu~ s~ gunos autores suponen que con este cambio de vocabulario se intenta describir
hermano resucitará (11, 23). Marta confiesa ante Jesús que su hermano resucitara una fe que sería simple confianza en una persona, pero sin llegar a ser verdade-
en la resurrección del último día" (11, 24), manifestando así que comparte la fe de ramente salvífica. Pero otros, atendiendo a las excepciones, suponen que no hay
los fariseos. Jesús le responde con su proclamación: "Yo soy la resurrección Y la diferencia entre las dos formas de utilizar el verbo.
vida", y añade que "el que cree en Mí, aunque muera, vivirá" _(11, 25), con lo, que Además de utilizar el verbo pistéui5 (creer), y manteniendo el aspecto diná-
confirma la fe de Marta. Pero finaliza diciendo: "todo el que vive y cree en MI, no mico, el evangelio de Juan expresa la misma idea mediante algunas metáforas es-
morirá jamás", y con esto agrega una corrección y una novedad a la fe ~e Marta. paciales, como por ejemplo "venir" (5, 40; 6, 35. 37. 44. 45; 7, 37 ... ), "acercarse,
Los creyentes ya tienen la vida eterna y no deberán temer a la muerte física. llegar" (6, 37) o "seguir" (8, 12; 10, 27). Estas figuras se complementan con otras
El Padre ha puesto todos los seres humanos en las manos de Jesucristo (10, como son los actos de "escuchar" (5, 25; 10, 27) y "ver" (6, 40).
28-29), para que Él les dé la vida eterna (10, 10; 17, 2), en abundancia (10, 10). Na- Para expresar la idea de "creer en Jesucristo", en el evangelio de Juan tienen
die puede arrebatarlos de las manos de Jesús y de las manos del Padre (10, 28-29). especial relieve las metáforas que aluden al acto de recibir un alimento, como el
pan y el agua, mediante los verbos "comer" (6, 50-51) y "beber" {4, 14; 7, 37). En
el Antiguo Testamento la Sabiduría divina e invita a los hombres a partiéipar _de un
banquete que ella ha preparado con pan y vino (Prov 9, 1-6), o se ofrece ella mis-
La fe ma como alimento (Sir 24, 19-22). También Jesús invita a recibir un alimento pre-
sentado bajo la figura de un pan que tiene dos aspectos: el pan que se recibe me-
Para poder pasar de la condición mortal a la vida eterna es necesario ~ner fe
en Jesucristo (3, 15. 16. 36; 5, 24; 6, 40. 47; 11, 25), y mantenerse unido a El (lJn
5, 11-12). Esta es una afirmación fundamental del evangelio de Juan. Pero el acto de 9. El verbo pistéuo se encuentra 71 veces en los evangelios sinópticos y Hechos, mientras que
en el evangelio y primera carta de Juan está 107 veces.
10. Jer 25, 8, donde traduce el verbo "escuchar".
7. c. H. DODD, Le Kérygma apostolique dans le /Ve évangile, RHPR, XXXI (1951) 26_5-274. 11. La construcción pistéuo eis aparece 38 veces en el evangelio y primera carta de Juan, mien-
R. BULTMANN, Die Eschato1ogie des Johannes-Evangeliums, en: Glauben und Verstehen, 1, Tübmguen tras que está sólo 8 veces en todo el resto del Nuevo Testamento.
12. El sustantivo pístis (fe) está 39 veces en los sinópticos y Hechos, y sólo una vez en los es-
- 1933. .
8. En el comentario de R. Bultmann al Evangelio de Juan se omite esta cláusula porque se atn- critos joánicos ( lJ n 5, 4 ).
buye a la mano de un corrector eclesiástico (BULTMANN, Evangelium, 162. 174-177).
111
110
diante el acto de creer (6, 35), y el pan que se recibe comiendo su carne y bebien- no se ha manifestado todavía. Sabemos que cuando se manifieste, seremos seme-
do su sangre (6, 51. 53-54). El Pan -en los dos sentidos- es el mismo Jes~cristo jantes a Él porque lo veremos tal cual es" (3, 2).13
(6, 34. 48. 51), y para obtener la vida eterna es necesario alimentarse de El me- Mientras llega ese momento, en el transcurso de esta vida la semejanza con
diante la fe y mediante la Eucaristía. Este pan posee una cualidad que no tuvo el Dios se hace visible por el comportamiento. Los hijos de Dios viven de una for-
maná que comió el pueblo de Israel en el desierto, ni la tie!len los alimentos de es- ma diferente: "El que dice que permanece en Él, debe proceder como Él" (Un 2,
te mundo: los que reciben a Jesucristo y se alimentan de El tendrán la vida eterna 6); "Si ustedes saben que Él es justo, sepan también que todo el que practica la
(6, 49-51. 57-58), y no volverán a tener hambre ni sed (4, 13-14; 6, 34). justicia ha nacido de Él" (lJn 2, 29); "se purifica, así como Él es puro" (3, 3). Es-
ta nueva forma de vida no es consecuencia de un esfuerzo exclusivamente huma-
no, sino que tiene su raíz en un elemento divino presente en el creyente desde su
La vida de los discípulos nuevo nacimiento, que lo impulsa a obrar a semejanza de Dios mientras lo prote-
ge y defiende de la fuerza del mal: "El que ha nacido de Dios no peca, porque el
Se ha dicho más arriba que la vida que viene de Dios y otorga Jesucristo germen de Dios permanece en él, 14 y no puede pecar, porque ha nacido de Dios"
es "eterna", no solamente porque supera la muerte y dura infinitamente, sino (Un 3, 9); "Sabemos que el que ha nacido de Dios no peca, sino que el Hijo de
principalmente porque tiene la cualidad que le corresponde a todas las cosas que Dios lo proteje y el Maligno no le puede hacer nada" (Un 5, 18).15
pertenecen a la divinidad. Esto implica que quienes ya en el presente están vi- Los rasgos de Dios que más se destacan en la primera carta de Juan son que
viendo la "vida eterna", con la presencia y la actuación deben manifestar "ras- "Dios es luz" (1, 5) y "Dios es amor" (4, 8. 16), y los nacidos de Dios deben re-
gos divinos". flejarlos en su manera de comportarse.
Es innegable que el autor de la Primera Carta de Juan está en franca polé- "Dios es luz" es una expresión con la que se indica el mundo luminoso de
mica con miembros de la comunidad que concentran toda su atención en el cono- la divinidad, que es inaccesible para los seres humanos,l6 pero que sin embargo
cimiento de Dios, pero no consideran importante el comportamiento. En esta for- se ha hecho conocer por medio de Jesucristo. El autor hace esta afirmación para
ma de encarar la fe cristiana se descubren los primeros síntomas de deformación
que acabará en el gnosticismo de los siglos siguientes. El texto enfrenta a aque-
llos que hacen alarde de conocer a Dios y estar en la luz, de haber pasado de la 13. Los traductores y comentaristas no están de acuerdo sobre la forma de entender este versí-
muerte a la vida, de haber nacido de Dios ... para indicarles que todo esto debe ma- culo: ¿la semejanza con Dios permitirá verlo tal cual es? ¿o la visión de Dios producirá la semejanza
con Dios?
nifestarse por medio de una señal externa que es la de amar al prójimo (Un 2, 3- 14. Esta frase presenta varias dificultades para su traducción e interpretación. El término pue-
5; 2, 29; 3, 9. 14; 4, 8). El mandamiento de Dios no es solamente creer en la con- de ser tomado en sentido literal (el semen) o translaticio (la posteridad o el poder generativo), por lo
dición divina de Jesucristo, sino también amar a los herman9s (3, 23). que no es claro qué puede ser este "germen (spémta) de Dios". Es evidente que referido a Dios no se
puede tomar en sentido literal ¿Se debe entender entonces que "el spérma de Dios" es "la descenden-
La primera carta de Juan fue escrita "para que los que creen sepan que tie- cia de Dios, los hijos de Dios" o "el poder generativo procedente de Dios"? Además, a quién se refie-
nen vida eterna" (Un 5, 13). Por eso presenta un programa de vida para los que re cuando dice "permanece en él": ¿Permanece en Dios? o ¿permanece en el cristiano? Según se res-
han nacido de Dios y en consecuencia son hijos de Dios. ponda a estos interrogantes, la frase puede significar que los hijos de Dios se mantienen alejados del
pecado porque "los hijos de Dios permanecen en Dios" (así: J. DE WAAL DRYDEN, "The Sense of sper-
En el Antiguo Testamento, el título de 'hijo de Dios' era una nota distintiva ma in 1 John 3:9. In Light ofLexical Evidence", Filología Neotestamentaria 11 (1998) 85-100) o por-
de los que por diversos motivos eran especialmente amados y protegidos por que "hay un poder generativo, procedente de Dios, que permanece en el cristiano". Finalmente, el tér-
Dios. El autor de la primera carta manifiesta su asombro porque ahora los creyen- mino spérma, entendido como poder generativo, se interpreta también de diferentes maneras. El ju-
tes no solamente "se llaman", sino que verdaderamente "son hijos de Dios": "el daísmo helenista, teniendo como antecedente ellogos spennatikós de los estoicos, no dudaba en apli-
car a Dios antropomorfismos como "engendrar" y "depositar el semen" cuando se refería al modo en
Padre ... quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos realmente ... que Dios creaba las almas o traía a la existencia a Jos virtuosos (Filón de Alejandría). Estas ideas pa-
desde ahora somos hijos de Dios ... lo que seremos no se ha manifestado todavía" saron luego a los gnósticos. Algunos autores piensan que en este texto de la primera carta de Juan, ba-
( 1J n 3, 1-2). Por su condición de hijos, los creyentes ya son semejantes a Dios en jo la imagen del ~pénna se está hablando de la nueva vida o la nueva naturaleza que recibe el cristia-
no. Entre los Santos Padres se habló de una fuerza divina (Dídimo el ciego, Máximo el confesor). Al-
este mundo, y esto les da seguridad ante el día del juicio (4, 17).
gunos autores entienden que es la Palabra de Dios, como en 1Pe 1, 23 y Sant 1, 18 (san Agustín, Lu-
Saliendo al paso de cualquier tentación de un excesivo optimismo que ha- tero, de la Potterie); otros piensan que es el Espíritu Santo, como en 3, 24 y 4, 13 (Calvino, Schnac-
ga olvidar la precariedad de la situación actual del hombre, el autor aclara que to- kenburg, Schulz). Ver: BROWN, Epl, 408-411. S. SCHULZ, spénna, etc. (Judaism- The New Testa-
davía no se manifiesta plenamente lo que implica la cualidad de hijos de Dios. ment), en: TDNT; VII, 543-547.
15. Ver: l. DE LA POITERIE, La impecabilidad del cristiano según IJn 3, 6-9, en: l. DE LA POTll'~IE
Sólo en la contemplación final alcanzarán una semejanza con Dios que los colo- -S. LYONNET, La vida según el Espíritu, Sígueme- Salamanca- 1967; 203-224.
cará en una situación por encima de su actual condición humana: "lo que seremos 16. Dios "habita en una luz inaccesible, ningún hombre lo ha visto ni lo puede ver" (llim 6. 16).

IU
112
mostrar que "en Él no hay tinieblas", y que los cristianos deben caminar en la luz
(1, 5-6). "Caminar en la luz" es amar a los hermanos (2, 10), y los que no aman añade la conjunción kathos, repetida en todos estos casos, se debe entender que
a los hermanos "permanecen en las tinieblas" (2, 9). Esta enseñanza de la Carta "Porque Cristo los ha amado, los discípulos deben amarse ... ". Es un mandamien-
está dirigida a aquellos que creen conocer a Dios porque han escuchado las ense- to diferente del contenido en la Antigua Ley: "Ama a tu prójimo como a ti mis-
ñanzas de Jesucristo, pero se sienten satisfechos con este conocimiento y no lo mo" (Lev 19, 18b). El mandamiento nuevo se "da" porque es gracia, es partici-
manifiestan en sus obras, especialmente en la práctica de la caridad. par del amor divino, y tiene una nueva dimensión, ya no se trata de amar "como
Con esta misma preocupación, ~1 autor va más adelante y proclama que "El a ti mismo", sino de amar como ama Cristo y porque Cristo los ha amado ("co-
que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios, pero el que no ama no ha conocido mo [kath6s] yo los he amado").
a Dios, porque Dios es amor" (4, 7-8J{Dios mostró su amor a toda la humanidad L_El amor recíproco entre los discípulos tiene como causa y modelo el amor
cuando envió a su Hijo Único pa~~ q~e se entregara como víctima por los peca- de Jesús por ellos: "como yo les he amado" (13, 34; 15, 12)J En el mundo griego
dos de los que estaban en la muerte, y así les otorgara la vidj. Est.t!_~!!~O se pro- y romano se decía: "No hay mayor amor que dar la vida por las personas que se
dujo antes_que los seres hug¡.?_llQS hubieran dado una señal de amor a ºi~s: Pios ama" (15, 13). 17 Jesús ha dado la vida por sus discípulos, y así ha mostrado la di-
ªmó primero (4, 19). "Si Dios nos amó tanto, también nosotros dd)emos amar- mensión del amor que tiene por ellos: Él tiene "el mayor amor". Ellos también
nos los unos a los otros" ~~JI). deben amarse hasta el punto de dar la vida unos por otros: "En esto hemos cono~··
En el(.!~ª!1geliqdeiul!_'! se habla de un "mandato, mandamiento" que Jesu- cido el amor: en que Él entregó su vida por nosotros. Por eso, también nosotros
cristo ha ,recibido del Padre. Para expresarlo, se utiliza el término griego entole debemos dar la vida por nuestros hermanos" (Un],_¡_~):
(mandamiento) y el verbo correspondiente entéllomai (mandar, ordenar). Este
"mandamiento" consiste en "dar la vida para recobrarla de nuevo" (lO, 17 -18),
incluye todo lo que Jesús debe decir y hablar (12, 49). No solamente 'se refiere' El pecado
~la vida eterna que el Hijo debe dar a la humanidad, ~ino qÚe el mándamiento
'~es" la vida eterna (12, 50). La voluntad del Padre de salvar a la humanidad, otor- La l!I\tit(;!sis de la respuesta de la fe es el pecado (hamartía). Salvo las ex-
gándole la vida eterna mediante la entrega del Hijo Único, es recibida por Jesús _cepciones que se encuentran en Jn 8, 24 y 20, 23, en el evangelio de Juan se uti-
como un "mandamiento". Porque Él ama al Padre, hace lo que el Padre le ha or- liza siempre el término en singular.l8 Este pecado consiste en la falta de fe, el re-
denado (enetéilato: 14, 31; ver 15, 10) y entrega su vida por todos .. Estos textos chazo de la revelación divina que se da en Jesucristo (15, 22).'El Hijo de Dios se
muestran claramente que el "mandamiento" no se puede entender como una im- ha revelado para que los hombres teng!!:n vida, y el pecado consiste en rechazar
posición, sino como una d~Cislóií de la voluntad amorosa del Padre que es asumi- esta vida y preferir la muerte (8, 21.24)1 Es el pecado del mundo (1, 29). Expre-·
da, también con amor, y llevada a cabo por el Hijo sándose de esta manera, el evangelista da a entender que no entiende por "peca-
!_Jesucristo, que hizo suya la decisión amorosa del Padre, ahora hace partici- do" cada uno de los actos individuales de pecado ~ino un estado colectivo en una
par a sus discípulos de ese mismo amor proveniente del Padrt?:' "Como (kathos) situación de perdición definitiva. En la Primera Carta dice que el pecado se iden-
el Padre me amó, así también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi tifica con la iniquidad ('anomía) (Un 3, 4). Este término 'anomía fue usado en la
amor" (15,jl). La conjunción kath._ijs, usada en este caso, además del sentido co- antigüedad y en la versión LXX según su sentido etimológico: una acción contra
rriente de comparación (como), señala un aspecto de causalidad (porque), de mo- la ley o sin la ley. 19 Pero en los textos bíblicos de carácter apocalíptico del Nue--
do que la frase citada ~ puede entender: "Porque el Padre me amó, yo los he vo Testamento (Mt 7, 23; 13, 41; 24, 12; 2Tes 2, 3. 7),20 como también en la li-
amado a ustedes ... ". l-a fue_!za y el dinamismo del amor del Padre, depositado en teratura extra-bíblica,~! el término "iniquidad" ('ano mía) se utiliza para designar
Jesús, se extiende ahora a los discípulos. En el "Sermón de la cena" Jesús vuelve
a hablar del amor, expresándolo como 'mandamiento', cuando dice a sus discípu-
17. Textos semejantes se encuentran en Platón (Symp. 179B), Aristóteles (Eth. Nic. IX, 8), Sé-
los: '"Les doy un mandamiento (entoli!) nuevo: ámense los unos a los otros. Así
neca (Ep. 1, 9, 10), Filóstrato (Vil. Apol. VII, 11 y 14), etc. (Ver: G. STAHLIN, Friendship in Antiquity,
como (kathos) yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros" (13, en: TDNT; IX, 153-154).
34); "Este es mi mandamiento (entole): ámense los unos a los otros, como 18. Es más frecuente el término en plural en la Primera Carta (Un 1, 9; 2, 2. 12; 3, 5; 4, 10).
(kath6s) yo los he amado" (15, 12); "Lo que yo les mando (entéllomai) es que se 19. Ver: W. ÜUTBROD, 'anomía, 'anomos, en: TDNT, IV, 1085-1087.
20. l. DE LA POTTERIE, El pecado es la iniquidad (lJn 3, 4), en: l. DE LA PoTTERIE- S. LYON-
· amen los unos a los otros" (15, 17)./~Si los discípulos "guardan" este mandamien-
NET, La vidn según el Espíritu, Sígueme- Salamanca- 1967; 67-86. S. LYONNET, The Notion of Sin
to, "permanecerán" en el amor de Jesús, así como (kath6s) Él ha guardado el man- in the Johannine Writtings, en: S. LYONNET- L. SABOURIN, Sin, Redemption, and Sacrijice. A Bibli·
damiento del Padre y ha permanecido en su amor (15, 10)1 A ellos les "da" el cal and Patristic Study. Analecta Biblica, 48; PIB- Roma- 1970; 42-43.
mandamiento que Él a su vez recibió del Padre. Con el matiz de causalidad que 21. Fuera de la Biblia, por ejemplo: " ... en el tiempo de la iniquidad de lsrc~el..." (Te.,·tamrnto
de Dan VI, 6); " ... hasta ahora los espíritus de verdad y de iniquidad disputan en el corazón tld hom-

114
115
_g situ_ación de corrupción gener~l_ que precederá el final de los tiempos., Cuando
la Primera carta de Juan-dice que "el pecado (hamartía) es la iniquidad ('ano-
mía)", está equiparando el pecado con la gran corrupción del final de los tiempos,
-y_los que lo cometen son señalados como pertenecientes al diablo (Un 3, ~)·
Cuando se utiliza el término en plural, como sucede frecuentemente en Un, es
porque se tiene en vista principalmente la vida de los individuos dentro de la co-
munidad, más que la situación de pecado que afecta a todo el mundo.
En 1}11 se presenta a Jesús como víctima expiatoria por los pecados de todo
el mundo (Un 2, 2; ver 4, 10). En Jn 20, 23; Un 1, 9; 2, 12 se dice que "perdo-
na" los pecados (haphiémi), una expresión tomada del lenguaje litúrgico (Lev 4,
20; 19, 22; ver Num 14, 19), que se utiliza para decir que los pecados "se perdo-
nan" cuando los sacerdotes ofrecen las víctimas.
El redactor de la Primera Carta establece una distinción entre un "pecado que
es para la muerte" (Un 3, 16) y un "pecado que no es para la muerte" (v. 17). La
expresión "pecado para la muerte" parece reflejar una ley del Antiguo Testamento, CAPÍTULO 9
que ordena excluir del pueblo, extirpar, a los que pecan deliberadamente (Num 15, El plan del Evangelio
30-31). En estos casos no estaban previstos los sacrificios expiatorios. En cambio
los que pecaban por inadvertencia no eran condenados a muerte, y se podía ofre-
cer sacrificios por ellos (Lev 4, 1-35; Num 15, 22-29). Los comentaristas no están
de acuerdo al tratar de precisar qué es lo que intenta decir el autor de la Primera
Carta cuando habla del "pecado para la muerte". Es claro que tiene en la mente el Los manuscritos confeccionados en la antigüedad no tienen las caracteósticas
pecado de negar que Jesucristo es el Hijo de Dios, que quienes lo cometen ya no de los impresos actuales, que penniten ver a simple vista el plan y la distribución de
verán la vida eterna (ver Jn 3, 36; 8, 24; lJn 5, 12; etc.), pero se discute si se refie- una obra. Hoy se utilizan distintos tipos de letras, se dejan espacios entre párrafos y
re a algún otro pecado en particular (por ejemplo el homicidio: Un 3, 15). entre capítulos, se numeran las distintas partes de la obra, se colocan notas al pie de
El autor de la Primera Carta tampoco especifica cuál es el pecado "que no página, etc., de manera que el lector esté informado sobre el plan que se ha propues-
es para la muerte". Los que cometen este pecado pueden recuperar la vida gracias to el autor, pueda tener una visión general de la forma en que va exponiendo su pen-
a la oración de otros miembros de la comunidad (Un 5, 16-17)./E,{l_otro momen- samiento y distinga entre lo que es central y lo que es secundario.
to de la carta, al mismo tiempo que exhorta a los lectores para que no pequen, Los manuscritos antiguos, por el contrario, carecían de estos recursos y
consuela a los que pecan diciéndoles que "tienen un Paráclito, Jesucristo el Jus- mostraban solamente un texto uniforme del principio al final, generalmente sin
to, que es víctima propiciatoria por nuestros pecados y no sólo por los nuestros, espacios intermedios e incluso sin algo tan normal en la actualidad como son los
sino también por los del mundo entero" (Un 2, 1-2):\.De esta forma muestra que espacios para separar las palabras y los signos de puntuación.
no todo pecado es "para la muerte".
Las modernas traducciones de obras antiguas tratan de presentarlas según
1J.esucristo vino con la misión de quitar el pecado del mundo (Jn 1, 29; Un los criterios actuales: separan las palabras y ponen signos de puntuación, nume-
3, 8). Él se entregó como víctima propiciatoria, y su sangre borra los pecados del ran partes, separan secciones, colocan títulos y subtítulos. Esto sucede también
mundo entero (Un 1, 7; 2, 2; 4, lQl.l con los libros que componen la Biblia. Por esa razón el lector debe recordar que
estos recursos, así como la numeración de capítulos y versículos, no fueron pues-
tos por el autor sino por editores y traductores posteriores. En un estudio serio de
la Sagrada Escritura es necesario prescindir de todo esto y prestar atención sola-
mente al texto bíblico.
Para establecer el plan de una obra literaria de estas características, es ne-
cesario atender a los datos objetivos que el autor ha puesto dentro de su obra pa-
bre ... " (IQS IV, 23); "En Jos últimos días se multiplicarán Jos falsos profetas y Jos corruptores ... por- ra que el esquema resultante corresponda al que se pretendió en su redacción. Se
que creciendo la iniquidad... " (Didajé, XVI, 3-4). debe sospechar de todo intento de establecer un plan "por temas", porque en la

116 117
autor comienza en 2, 11 diciendo: "Este fue el comienzo de los signos ... ", y con-
mayoría de los casos este podría ser acusado de subjetivismo, desde el momento cluye la primera parte constatando que "A pesar de los muchos signos ... " (12, 37).
que respondería a inquietudes y conceptos propios del lector.
En los capítulos siguientes este término no vuelve a reaparecer. Sólo se introdu-
Antes de proceder a la fijación de la estructura del evangelio, es necesario cirá una sola vez en el epílogo de la obra (20, 30). Por este dispar uso del térmi-
prestar atención a que la obra tiene dos epílogos. El autor dice las palabras de 20, no, la primera parte de la obra se suele llamar: "Libro de los signos".
30-31 como si allí terminara toda la obra, pero a continuación recomienza la na-
Una mirada más atenta sobre estas dos partes, permite apreciar que la pri-
rración para concluir con otras palabras finales en 21, 24-25. No se puede pensar
mera viene precedida de un "prólogo" (1, 1-18) y concluye con un "epílogo" (12,
en eliminar del evangelio el capítulo 21 porque se encuentra invariablemente en
37-50). Igualmente la segunda tiene también un "prólogo" (13, 1) y un "epílogo"
todos los manuscritos y por su estilo y características pertenece a los mismos re-
(20, 30-31). El análisis de los textos mostrará que el primer "prólogo" (1, 1-18)
dactores finales del evangelio. Pero es generalmente admitido que fue añadido
introduce a toda la obra y no sólo a la primera primera parte. Igualmente, el epí-
con posterioridad, una vez que la obra había quedado concluida en 20, 31.
logo de 20, 30-31 se refiere a la totalidad del evangelio, y no solamente a los ca-
Se considera entonces que el evangelio ocupa los capítulos 1 - 20. El capí- pítulos 13-20. Se podría establecer un esquema de la siguiente forma:
tulo 21 fue añadido como un nuevo epílogo y no formó parte del plan del redac-
tor de la(s) primera(s) edición(es) de la obra. Sin embargo, debe ser tomado en Prólogo de la obra ( 1, 1-18)
consideración, desde el momento que aparece en la edición definitiva, y se en-
cuentra en todos los manuscritos y versiones.
PRIMERA PARTE ("Libro de los signos": capítulos 1-12)
Cuerpo de la primera parte ( 1, 19 - 12, 36)
Plan "literario" Epílogo de la primera parte (12, 37-50)

Todos los comentaristas admiten como hecho evidente que al final del ca- SEGUNDA PARTE ("La hora": capítulos 13-20)
pítulo 12 hay un corte en el relato. En 12, 36 el autor se detiene en su narración
Prólogo de la segunda parte (13, 1)
para hacer un evaluación del ministerio de Jesús hasta ese momento (12, 37-50):
"A pesar de los muchos signos que hizo en su presencia, ellos no creyeron en Cuerpo de la segunda parte (13, 2- 20, 29)
Él..." (12, 37ss). Después de estas consideraciones, retoma el relato de manera so-
lemne: "Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de Epílogo de la obra (20, 30-31)
pasar de este mundo al Padre ... " (13, 1). No se puede negar que el autor ha que-
rido dividir la obra en dos partes (capítulos 1-12 y 13-20).
"EPÍLOGO" (capítulo 21)
Esta división queda corroborada por indicios de carácter temático y lingüís-
Cuerpo (21, 1-23)
tico. La forma en que se desarrolla el tema de la "hora" coincide con esta divi-
sión del texto del evangelio. Ya se ha hablado antes de la importancia de este con- ,. Epílogo (21, 24-25).
cepto en la obra joánica. Se indica varias veces que hay una "hora" que todavía
no ha llegado (2, 4; 7, 30; 8, 20). En 12, 23. 27 se anuncia que "la hora" halle-
gado, y el capítulo 13 comienza diciendo solemnemente que Jesús sabía que "ha- Plan "temático"
bía llegado su hora de pasar de este mundo al Padre". Se puede admitir que el au-
tor ha colocado de esta forma un indicio para una primera gran división del tex- Como un ejemplo de un plan establecido a partir de los temas que trata el
to. El evangelio quedaría dividido en dos grandes partes: autor del evangelio, se presenta aquí el que ofrece C. H. Dodd en su obra sobre
el Cuarto Evangelio.! Este autor admite, con todos los comentaristas, la gran di-
Primera parte: Antes de "la hora", del capítulo 1 al 12. visión de la obra en dos partes, "el libro de los signos" (1-12) y la "narración de
Segunda parte: "La hora", del capítulo 13 al 20. la pasión", con el Apéndice (13-21).
El "epílogo" (capítulo 21).

Con respecto al vocabulario, el término "signo" tiene una relevancia parti-


cular en los capítulos 1-12 del evangelio. En estos capítulos aparece 16 veces. El l. Dooo, lnterpretation.

119
118
El evangelio se divide de la siguiente forma: Prólogo de la obra (1, 1-18)

EL "LIBRO DE LOS SIGNOS" SEMANA INICIAL (1, 19-2, 12)


Proemio: Prólogo y Testimonio (cap. 1) Pri~er día (1, 19-28)
Primer episodio: El nuevo comienzo (2, 1 - 4, 42) Segundo día (1, 29-34)
Segundo episodio: La Palabra que da vida (4, 46- 5, 47) Tercer día (1, 35-42)
Tercer episodio: El Pan de Vida (cap. 6) Cuarto día (1, 43-51)
Cuarto episodio: Luz y Vida. Manifestación y rechazo (capítulos 7 y 8) Tres días después (2, 1-12)
Quinto episodio: Juicio por la luz (9, l- 10, 21; con un apéndice: 10, 22-39)
Sexto episodio: La victoria de la vida sobre la muerte ( l1, 1-53) SERIE DE FIESTAS LITÚRGICAS
Primera Pascua (2, 13 - 4, 54)
Séptimo episodio: La vida a través de la muerte. El sentido de la cruz (12, 1-36)
Epílogo del libro de los signos (12, 37-50) Una fiesta (5, 1-47)
Segunda Pascua (6, 1-71)
EL LIBRO DE LA PASIÓN Fiesta de las Tiendas (7, 1- 10, 21)
Los discursos de despedida (capítulos 13 - 17) Fiesta de la Dedicación ( 1O, 22 - 11, 57)
Escena dramática de apertura (13, 1-30)
Diálogo sobre la partida y el retomo de Cristo (13, 31 - 14, 31) SEMANA DE LA PASCUA (CAPÍTULOS 12- 20)
Seis días antes de la Pascua (12, 1-ll)
Discurso sobre Cristo y su Iglesia (capítulos 15- 16)
Al día siguiente (12, 12-50)
La oración de Cristo (cap. 17)
Antes de la fiesta de Pascua (13, 1- 18, 27)
La narración de la Pasión
La Víspera de la Pascua (18, 28- 19, 42)
El primer día de la semana (20, 1-25)
\llan "litúrgico"
Ocho días después (20, 26-29).
Sin perder de vista este esquema, se puede observar que los datos cronoló-
gicos litúrgicos ofrecen otra clase de indicios para establecer un plan de la obra. "EPÍLOGO" (Capítulo 21).
Bl autor, sistemáticamente, ha puesto las fiestas litúrgicas judías como marco de
~scenas y discursos del evangelio. El relato comienza con una sucesión de días
Este segundo esquema destaca de una manera especial la preocupación li-
que cubren el transcurso de una semana. A continuación, se sucede una serie de túrgica del autor del evangelio y se fundamenta en datos objetivos que se encuen-
fiestas litúrgicas. Finalmente, se indica que se está en el comienzo de la semana
tran en su obra. Pero se puede objetar:
que culmina con la Pascua. Estos datos permitirían establecer otro esquema:
• No toma en cuenta el corte evidente que se encuentra entre los capítulos
12 y 13 y que responde a una intención del autor. La última semana que-
da dividida de una manera violenta por este corte, sin que aparezca una
razón que lo justifique.

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