REVISTA CUBANA OE PSICOLOGÍA Vol. 20, No.

3 , 2 0 0 3

PSICODIAGNÓSTICO DE RORSCHACH.
SU VALOR PRONÓSTICO
Dr. Jesús Dueñas Becerra.
Profesor-asesor y periodista del Hospital Psiquiátrico de La Habana
y Socio Honorario de la Scuola Romana Rorschach.

RESUMEN
Con apoyo en nuestra experiencia clínico-rorscharchiana, así como en los resultados del método de
investigación de la personalidad más completo y complejo que se conoce, hasta hoy, en el contexto de
las neurociencias contemporáneas, se hace una valoración objetiva de las grandes posibilidades, que
desde el punto de vista pronóstico, ofrece el Psicodiagnóstico de Rorschach a profesionales de la salud
mental que utilizan este eficaz instrumento como parte de la evaluación psicológica integral a los
pacientes que reciben atención especializada en cualesquiera de los niveles de nuestro Sistema
Nacional de Salud.

Palabras clave: Psicodiagnóstico de Rorschach. Técnicas psicodiagnósticas.

ABSTRACT
Based on our Rorschach-clinical experience, as well as on the results of the most complete and
complex personality research method known until now in the context of contemporary neurological
sciences, an objective assessment is made concerning the big possibilities offered by the Rorschach's
Psychodiagnosis, from a prognosis viewpoint, to mental health professionals using this efficacious tool
as part of the integral psychological evaluation of the patients attending any of the levels of our National
Health System.

Keywords: Rorschach's Psychodiagnosis, Psychodiagnostic Techniques.

"No sólo aprendemos de la escuela,

sino también de la vida".

Horacio.

Establecer, con precisión y exactitud, el valor Con apoyo en los indicadores metodológicos
pronóstico del Psicodiagnóstico de Rorschach esbozados por Carr (1984), y según mi modesta
(Adrados, 1998; Carr, 1984, Lara, 1998; Pagóla, experiencia (herencia intelectual y espiritual legada
1974; Rorschach, 1964), es - a mi juicio- uno de los por mis inolvidables maestros en la ciencia y el arte
más grandes problemas que nos plantea este de interpretar y calificar el Psicodiagnóstico),
método de investigación de la personalidad, desempeña una función decisiva la pericia clínico-
diseñado científica y artísticamente por el genial rorscharchiana del investigador (Portuondo,
psiquiatra suizo. 1970a,b), quien, como bien señala Carr (1984),
De acuerdo con Carr (1984), "son indicadores de deberá hacer una evaluación integral e integrada de
buen pronóstico en el Rorschach las respuestas de todas y cada una de las respuestas dadas por el
movimiento humano activas y bien percibidas sujeto (sano o enfermo) a la pregunta clásica que se
(relacionadas con la capacidad para identificarse y le formula a éste al comenzar la aplicación racional
simpatizar con los demás humanos); las de de este eficaz instrumento diagnóstico, y luego
movimiento animal (relacionadas con la expresión fusionar los resultados de dicha evaluación con el
de impulsos); el uso adecuado de la forma buena cuadro clínico o sociocultural que presenta la
como base de las respuestas (relacionadas con la persona, objeto y sujeto de pesquisa psicológica
capacidad de control y buena evaluación de la (Dueñas, 2000, 2 0 0 1 ; Dueñas, Pardillo, Marrero y
realidad); respuestas de sombreado y color lo Colli, 1998; Pardillo y Fernández, 2 0 0 1 ; Portuondo,
suficientemente adecuadas (relacionadas con la 1965; Roca, 2001). Y por último, realizar un
sensibilidad, la necesidad de afecto y la capacidad cuidadoso análisis del tipo vivencial rorscharchiano
para responder de forma emocional al ambiente). (Otaola, 1950; Pardillo y Dueñas, 2001), piedra
Todo ello en un protocolo de productividad y angular sobre la que se estructura todo el sistema
diversidad suficiente (que sugiere las de interpretación de esta útil herramienta de trabajo
potencialidades personales)". en el contexto de las ciencias neurales.
 Con base en estas coordenadas teórico-
metodológicas, ilustraré este trabajo con algunos
casos clínicos "archivados" en mi memoria sensible
por el impacto, que desde todo punto de vista
dejaron en mi ya larga trayectoria docente-
investigativa (casi 3 décadas), en el apasionante
campo rorscharchiano, que no obstante el hecho de
estar ya retirado de la actividad académica, cada día
me fascina más, a la vez que enriquece mi intelecto
y acaricia mi espíritu.
Caso No. 1. Paciente del sexo masculino, de 19
años de edad, que a principios de 1976, asiste a la
desaparecida Consulta Externa (hoy Departamento
de Tratamientos Especiales) del Hospital
Psiquiátrico de La Habana, en compañía de su
progenitora, quien le refiere al doctor Gilberto Gumá
(mi venerado maestro de Rorschach), que su hijo se
"comporta de una forma muy extraña: ya no quiere
salir, ir a fiestas ni hacer vida social de ninguna
índole; y él era un 'niño' alegre, sociable, a quien le
encantaba ir a la playa, a fiestas (...)". Después de
entrevistar clínicamente al paciente, el doctor Gumá
me pide que le aplique el Psicodiagnóstico de
Rorschach (protocolo, psicograma e informe con
diagnóstico diferencial, de lo contrario, no aceptaría
mi criterio al respecto. ¡Así son de exigentes los
buenos maestros!) Cumplí al pie de la letra la
indicación del doctor Gumá, y cuál no sería mi
sorpresa cuando, en la lámina IV (lámina paterna
por excelencia), el paciente ve en el lateral superior
izquierdo de la lámina a "un hombre que está
despeñándose por un precipicio" (Parisi, 1999). De
inmediato, hago la interpretación analítica
correspondiente (este muchacho tiene in mentí
hacer un intento suicida y este acto parece estar en
relación con la figura paterna) (Dueñas, 2001;
Dueñas, Pardillo, Marrero y Colli, 1998). Le llevo al
doctor Gumá el protocolo, el psicograma y el
diagnóstico diferencial, lo discutimos entre los dos y
él está completamente de acuerdo conmigo en que
había que actuar con rapidez y sin pérdida de
tiempo (Parisi, 1999). Pero cuando se le notifica a la
madre que a su hijo debe valorarlo un psiquiatra, ella
aclara que "él está cumpliendo el Servicio Militar
Activo en una Unidad Militar". Conocedores de que
nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR)
ofrecen un excelente servicio médico a los miembros
de las FAR, tanto en las unidades militares como en
los hospitales docentes "Dr. Carlos J. Finlay" y "Dr.
Luis Díaz Soto" (Naval), se decidió enviarle el
informe rorscharchiano al médico de su unidad, para
que, mediante el uso de los canales reglamentarios,
lo remitiera al servicio de Psiquiatría del hospital "Dr.
Luis Díaz Soto". Este joven galeno, que en el
Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas "Victoria
de Girón", había sido alumno de la Dra. Elsa
Pradere, su profesora de Psicología Médica y
eminente rorscharchista fallecida hace ya algunos
años, no dudó un instante en hacer la remisión
solicitada. Lamentablemente, el psiquiatra que lo
atendió, furibundo detractor del Psicodiagnóstico y el
Psicoanálisis (no debe olvidarse que este incidente
ocurrió en 1976), creía que el Rorschach "sólo era
una prueba que servía más para especular
intelectualmente, que para diagnosticar y mucho
menos predecir lo que iba a ocurrir con el paciente
en un momento dado de la evolución de su presunta
enfermedad o conflicto emocional, que la mayoría de
las veces era un 'ingenioso' invento de quien lo
aplicaba" (párrafo de la nota enviada al médico de la
unidad). Y sin leer el informe ni remitirlo al servicio
de Psicología de ese prestigioso centro asistencial
militar, para corroborar o denegar los hallazgos
rorscharchianos, se limitó a examinar
psiquiátricamente al paciente y su conclusión fue:
"esfe soldado está apto para continuar en la Unidad
y el médico que lo remitió debe saber que nosotros
estamos aquí para atender a los pacientes con
afecciones psíquicas verdaderas, no para hacerles
caso a los resultados de una prueba que nada más
mide la imaginación de quien la hace" (párrafo de la
nota enviada al médico de la unidad). El joven volvió
a su Unidad Militar, y varios días después, cuando
estaba de guardia, con el arma reglamentaria se
hizo un disparo mortal a la cabeza, que lo privó de la
vida instantáneamente. Cuando me enteré de esta
dolorosa situación, que nos traumatizó a todos
(incluido al psiquiatra, quien no sabía cómo enfrentar a
la madre del difunto), me vi en la necesidad de solicitar
ayuda psicoterapéutica, porque aquel joven, de mirada
inocente y suplicante, no se me quitaba de la mente. Si
el psiquiatra (con quien luego establecí una óptima
relación tanto profesional como personal hasta su
prematuro deceso), hubiera leído el informe
correspondiente, estoy seguro de que hubiera valorado
-con la sagacidad clínica que lo caracterizara- el dato
de que el padre del paciente se había suicidado
cuando éste era sólo un niño, y que el medio
seleccionado para privarse de la vida había sido,
precisamente, la precipitación al vacío (parte del relato
hecho por la madre del paciente ante nuestra
insistencia de que nos explicara la relación que había
entre el padre y el hijo, y si aquel -alguna vez- había
atentando contra su vida en presencia del muchacho).
No sé por qué acude a mi memoria una frase
antológica de un talentoso arquitecto: "los arquitectos
cubrimos nuestros errores con enredaderas, pero los
médicos los cubren con tierra" (Moreno, 2001).
Caso No. 2.
Paciente del sexo masculino, de 18 años de edad,
soltero, estudiante de magisterio en la Escuela
Pedagógica "Presidente Allende" (Boyeros), acude,
en 1982, en compañía del doctor Ramón Romero,
exmédico del Hospital Psiquiátrico de La Habana, a
la consulta de Epileptología, porque desde su
adolescencia padece de crisis con pérdida de ¡a
conciencia. El Dr. Salvador González, J'Servicio de
Epileptología de nuestra institución, lo examina
desde el punto de vista neurológico, y
posteriormente, me pide que le aplicara el
Psicodiagnóstico de Rorschach .Al principio, me
 negué de forma rotunda a realizar una investigación
especializada cuando, desde la vertiente clínica
(Moreno, 2001; Roca, 2 0 0 1 ; Rodríguez, 1999) no
había la menor duda de que el paciente padecía de
crisis epilépticas generalizadas, muy bien descritas
por el familiar que lo acompañó al consultorio y que
había presenciado las crisis. No obstante, el
neurólogo insistió en que debía hacérsele el
Rorschach, porque "yo veo algo extraño en ese
joven y quisiera saber qué cosa es lo que hay detrás
de su epilepsia". En aquella época, con 20 años
menos y mucho más condescendiente de lo que soy
ahora, accedí a la solicitud del doctor González, y no
me arrepiento de haber tomado esa decisión,
porque, cuando ya estaba finalizando la fase de
aplicación, en la lámina IX (o de la inteligencia), el
paciente vio, en uno de los orificios centrales de la
mencionada lámina, "un ojo humano que me está
mirando a mí". De inmediato, suspendí la prueba,
porque ya no iba a dar más signos orgánicos
(Dueñas, Gutiérrez y Faure, 2003; Pardillo y
Fernández, 2001; Piotrowski, 1957) de los que había
dado hasta ese momento, y difícilmente pudiera
encontrar otra respuesta con tanta significación
patogénica como la que acababa de ofrecer. Sin
embargo, no especulé sobre ese importante
hallazgo, sino que, en el informe correspondiente,
después de referirme a los evidentes signos
orgánicos registrados en el protocolo y sugestivos
del diagnóstico rorschachiano de epilepsia (Bohm,
1968) me limité a sugerirle al médico de asistencia,
que vigilara sistemáticamente la evolución del
paciente por peligro de descompensación psicótica.
Y por supuesto, guardé celosamente el protocolo y
el informe en mi archivo personal. El neurólogo
comenzó a citar mensualmente al paciente, quien
con el tratamiento anticomicial estaba compensado
desde todo punto de vista, y al cabo de los 6 meses,
decidió espaciar más las consultas hasta hacerlas
una vez al año. En 1984, o sea 2 años después de
aplicársele el Psicodiagnóstico de Rorschach, el
doctor González se me acerca un mediodía y me
dice: "sabes quién está ingresado en la sala "Paco
Cabrera" con un síndrome de excitación psicomotriz
e ideas delirantes de daño y perjuicio. Nada más y
nada menos que el familiar del doctor Romero, aquel
paciente a quien yo tanto te insistí para que le
hicieras el Rorschach". Sin inmutarme en lo más
mínimo, porque aquel hallazgo rorscharchiano me
había advertido de lo que ocurriría más tarde o más
temprano, me limité a buscar en el archivo el
protocolo y el informe, y mostrárselos al doctor
González, para que no olvidara que, desde hacía 2
años, los resultados del Rorschach habían
pronosticado la eclosión de ese brote psicótico. ¡Sin
comentario! El paciente fue visto por el colectivo
técnico del servicio "Paco Cabrera", y después de
escuchar el parecer de los psiquiatras, el psicólogo y
el neurólogo, inteligentemente se concluyó que, por
su juventud (sólo tenía 20 años) y por ser el primer
brote psicótico que presentaba, se diagnosticaría
una epilepsia generalizada asociada a episodio
esquizofrénico agudo. Luego, el doctor Romero se
trasladó al Instituto de Nutrición e Higiene de los
Alimentos y nunca más supimos de su familiar, al
que me hubiera gustado repetirle el Rorschach
después de su egreso hospitalario..., pero por
razones ajenas a nuestra voluntad no pudo ser.
Caso No. 3.
Adolescente del sexo masculino, de 17 años de
edad, desocupado, "rebelde", algo irónico, pero de
una gran belleza espiritual (como pude comprobar a
posteriori), paciente de la Lic. Ada Bueno Roig,
psicóloga del Dpto. de Tratamientos Especiales del
Hospital Psiquiátrico de La Habana. La licenciada
Bueno Roig me pidió que le aplicara el Rorschach,
porque ella tenía grandes dudas diagnósticas, y
según los datos que sobre el paciente le había
proporcionado su tía (conocida escritora, periodista y
muy amiga de la psicóloga de asistencia), ella
pensaba lo peor (¿esquizofrenia?). Si bien el
protocolo quedó archivado en la historia clínica, sí
conservo copia del informe rorscharchiano:
Actitud ante la prueba.
El paciente viene dispuesto a la situación de
prueba, y en todo momento se muestra cooperador
con el examinador. Desde que el paciente llegó al
consultorio, manifestó que conocía la prueba,
porque, en Holguín, se la habían aplicado. No
obstante, su desenvolvimiento ulterior demostró que
la desconocía totalmente.
No se observan signos orgánicos, pero sí
elementos psicóticos (contaminación, M_), que si
bien es cierto que, por ahora, no desempeñan una
función determinante desde la vertiente diagnóstica
dada la juventud del paciente, sí la tienen desde el
punto de vista pronóstico. Buen rendimiento
intelectual, pero algo disminuido por la presencia de
fenómenos especiales: estropeo, confabulación, dr.,
etc. Relaciones interpersonales distorsionadas,
fraccionadas y percibidas desde una óptica
deshumanizada. Tipo vivencial: introversivo (6
respuestas M bien vistas y 2 mal vistas), expresión
de inteligencia y gran riqueza interior (espiritualidad),
pero alejado por completo de la realidad, ya que vive
en un mundo de fantasía, que, al parecer, sólo
existe en su imaginación (se compara -
¡¿inconscientemente?!- con músicos y pintores
geniales). Yo inflado, agigantado, que se cree
mucho más de lo que es. Rasgos fóbicos y
paranoides. Tendencia a los estallidos emocionales,
los cuales puede evitar o controlar una vez
desencadenados. Represión de la afectividad, pero
muy susceptible al impacto emocional del medio.
Buena identificación psicosexual. Violentos conflictos
con la figura paterna (lo identifica con el diablo).
Impresión diagnóstica
Personalidad mal estructurada debido a fisuras
educativo-formativas.
Recomendaciones PSICOGRAMA
Psicoterapia (individual o de grupo, según el parecer Total de respuestas: 50
de la psicóloga de asistencia y vigilar evolución). Originales: 3 (1 más 2 J 6%
Populares: 1 20%
t é c
Comentarios al margen. Globales: 3 W 2 DW 12%
Después de interpretar y calificar el protocolo Detalles usuales: 13 2 6 %
Rorschach, y por último discutir el informe Detalles raros: 20 4 0 %
correspondiente con la licenciada Bueno Roig, Detalle usual pequeño: 12 24%
defendí el criterio de que el paciente ni estaba Detalle interior: 1 2 %
psicótico en ese momento ni lo estaría... por ahora,
ya que un protocolo Rorschach con 6 respuestas M Tipo vivencial: 2 M - 1 CF (coartativo)
(bien vistas), constituyen escudo y espada de la
personalidad contra cualquier tipo de noxa que (FM más M) más (FC más C más C ) 14%
pueda comprometer la integridad corporal, psíquica, R
social y espiritual del ser humano. Por otra parte, su VIII más IX m á s X 30%
buen rendimiento intelectual (algo disminuido, pero R
no dañado) y gran riqueza interior (espiritualidad) le A más H más At más Sex 32%
permitirían salir airoso del problema vocacional R
(quiso ingresar en la Escuela Nacional de Arte, pero Respuestas F (17 Fmás 2 1 F J 76%
no lo aceptaron), que estaba afrontando en ese M: 2
momento y que estaba "combatiendo" con las F M : 5 10%
defensas yoicas de un adolescente que, al parecer,
Fm:2 4%
no conoce la frustración, y cree que, por el hecho de
CF: 1 2 %
tener una madre y una tía que viven para satisfacer
sus "caprichos", el micromundo que lo rodea debe FK: 1 2 %
subordinarse por completo a sus deseos. Después de Fe: 1 2 %
este razonamiento, fundamentado casi índice de realidad: 2 {por debajo de lo normal, que
exclusivamente en el análisis in extenso que hiciera debe ser 4 o más).
del tipo vivencial rorscharchiano (Otaola, 1950; Tipo aperceptivo: W DW Dr
Pardillo y Dueñas, 2001; Pardillo y Fernández, 2001),
la licenciada Bueno Roig le sugirió a la tía del
paciente, que éste debía regresar al hogar materno y
seguir en su provincia natal el tratamiento por ella H : 3 6%
indicado; recomendación que fue cumplida al pie de Hd: 8 14%
la letra, y luego de varios meses, el paciente volvió A: 8 16%
para decirle a su psicóloga (a mí no me pudo dar la Ad: 11 22%
buena nueva, porque ya me habían concedido la Mapa: 1 2 %
liberación definitiva del Centro Provincial de At: 3 6%
Psicodiganóstico de Rorschach), que había logrado Nat. : 5 10%
matricular Pintura y Escultura en la Escuela Provincial Obj. : 6 12%
de Arte en Holguín, y que le iba muy bien en sus Veg. : 2 4 %
estudios. Según me contó la licenciada Bueno Roig, Arq. : 1 4 %
era otra persona, alegre, lleno de optimismo, y quizás Mancha: 1 2 %
lo más importante, un poco más maduro desde el
punto de vista conductual. Imagínese usted, estimado Fenómenos especiales.
lector, ¡qué hubiera sido de este adolescente si Confabulación
hubiera recibido el diagnóstico de esquizofrenia! Crítica al objeto
Perseveración ordinaria
Paciente No. 4. Perseveración temática
Paciente del sexo masculino, de 23 años de edad, Simetría
estudiante de un centro de educación superior, que Tendencia a la perserveración de zona
está presentando graves problemas de asimilación y interpretada
comprensión en las materias que cursa, así como Conciencia de interpretación disminuida
comportamiento pueril y "extraño" para un joven de Diminutivos.
esa edad, según me refiere su profesor-guía, quien
solicita con carácter urgente evaluación psicológica INFORME
mediante el Rorschach, para decidir su permanencia Actitud ante la prueba: el sujeto viene dispuesto a
en el centro o separación (temporal o definitiva) por la situación de prueba y se muestra cooperador con
prescripción médica. De este paciente, sí conservo el investigador en todo momento u ocasión.
el psicograma y el informe que le rendí al profesor- Se observan signos orgánicos y psicóticos (índice
guía. de realidad por debajo de lo normal, fenómeno
especial ae confabulación y exceso de respuestas
dr, que es una forma arbitraria de percibir la
realidad). Rendimiento intelectual disminuido como
consecuencia de las alteraciones perceptuales que
presenta el paciente, y que - a l parecer- son
expresión de un trastorno orgánico-cerebral, que
hasta ahora (y que yo sepa) no ha tenido
manifestaciones clínicas. No se constatan
alteraciones en la memoria ni en la atención.
Pensamiento con tendencia a la rigidez e intereses
variados. Hay cierta inclinación hacia las relaciones
interpersonales, pero las percibe de forma
fraccionada, es decir, distorsionada, lo que - a mi
juicio- se halla en íntima relación con el tipo vivencia!
coartativo que tiene el paciente. Rasgos obsesivo-
compulsivos (da, "religiosamente", 5 respuestas a
cada lámina), paranoides, hipocondriacos e Con apoyo en este razonamiento científico-
histeroides. Necesidad de afecto, de contacto físico.
Impulsividad. Tensión interior (angustia). Tendencia
a los estallidos emocionales. Afectividad algo
desorganizada. Impresiona como una persona
susceptible al impacto emocional del medio.
Ambivalencia con respecto a la figura paterna (en
ocasiones, es capaz de bloquearlo, tanto desde la
vertiente intelectual como emocional. No obstante,
se identifica afectivamente con él). Confusión en
relación con la identificación sexual.
CONCLUSIONES
SÍNDROME ORGÁNICO-CEREBRAL en un sujeto
que, ante una situación estresante o traumática,
puede incursionar en el campo de la psicosis,
porque la estructura de su personalidad es bastante
frágil, y por ende, carece de defensas yoicas, para
enfrentar con éxito situaciones adversas u hostiles.
RECOMENDACIONES
• Realizar EEG Digital (Cartografía cerebral
incluida), para el pesquisaje de alteraciones
estructurales del Sistema Nervioso Central
(SNC).
• Vigilar evolución.
Como se trataba de una persona joven, cuyo
futuro - d e s d e la vertiente académica- dependía de
los hallazgos rorscharchianos, decidí llevar el
protocolo a un ateneo clínico docente, donde
participaron los profesores Jorge Pardillo
(Especialista Principal del Centro Provincial de
Rorschach de Camagüey) y Arístides Guerra (Socio
Honorario de la Scuola Romana Rorschach), dos
expertos rorscharchistas, quienes junto con los
demás asistentes a esa inolvidable discusión
diagnóstica, no sólo estuvieron de acuerdo con la
calificación e interpretación del protocolo, sino
también avalaron con su autorizada firma el informe
correspondiente.
Observaciones finales.
Los hallazgos rorscharchianos no tienen por qué
coincidir, en el 100% de los casos, con la realidad
clínica que presenta el sujeto en el momento de
aplicársele el Psicodiagnóstico, porque,
precisamente por su inobjetable valor predictivo
(Adrados, 1998; Carr, 1984; Lara, 1998; Pagóla,
1974; Rorschach, 1964), a veces anteceden al
cuadro clínico. Ahora bien, dado el caso de que no
pueda establecerse la correlación con la clínica
(Moreno, 2001; Roca, 2 0 0 1 ; Rodríguez, 1999),
dichos hallazgos, con el discurrir del tiempo, nos
conducirán a la verdad relativa (sí, porque en
ciencia no hay ni puede haber verdades absolutas,
pues de cometerse el desafortunado error de
aceptar que las hay, estaríamos negando su
carácter dialéctico, que en última instancia, la
caracteriza e identifica como ciencia y no como
dogma).
humanista ("brújula" que guía, tanto mis días claros
como mis noches oscuras, no sólo desde la vertiente
profesional, sino también personal y espiritual), le
recomendé al profesor-guía no tomar - p o r el
momento- ninguna medida definitiva, pero sí realizar
el estudio electroencefalográfico cuanto antes, para
precisar el tipo de alteración estructural del SNC,
•que de acuerdo con los signos orgánicos moderados
(Dueñas, Faure y Barranco, 2003), registrados en el
protocolo Rorschach, presentaba este joven. Por
razones que todavía no he llegado a comprender, el
estudiante -al parecer influido por un profesor, quien
nunca estuvo de acuerdo conque se le hiciera
ningún tipo de evaluación médico- psicológica- dijo
que hacerse ese estudio iba en contra de su
integridad corporal y moral (¿?), que él no estaba
"loco", y por consiguiente, pediría el traslado para
otro centro en su provincia de origen. Pero, como
"la verdad llega cojeando (...) poco a poco, de la
mano del tiempo" (Goicochea, 1952), el profesor-
guía me notificó, meses después, que el citado
alumno había logrado trasladarse de centro y
mantenerse allí, a duras penas, durante un
semestre. No obstante, fracasó de forma rotunda
en el intento: desaprobó todas y cada una de las
asignaturas que integran el diseño curricular de la
carrera que cursaba, y finalmente, hubo que darle
baja académica por prescripción médica. Lo que
nunca llegué a saber fue si se hizo el EEG Digital o
no y con qué diagnóstico el facultativo que lo
atendió recomendó su separación definitiva de los
estudios superiores.
He decidido finalizar este artículo con una cita
antológica del desaparecido rorscharchista
hispanocubano, Dr. Juan A. Portuondo (1965): "El
Test de Rorschach'(...) enfoca (...) la personalidad
total del paciente desde un punto de vista totalista,
estructural y dinámico. (No) es una muestra aislada
(ni estática), sino siempre un intento de comprensión
psicodinánima y global de la personalidad (que nos
permite evaluarla) en todas sus características y
modalidades básicas, integrada en un gran todo
psicodinámicamente significativo"
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