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Santiago, Chile.
2009
INTRODUCCIÓN 5
I. ASPECTOS BÁSICOS DE LA SEXUALIDAD HUMANA 8
1. Construcción sociocultural de la sexualidad 10
2. Dominios de la sexualidad 12
3. Mitos en torno a la sexualidad 16
[3]
VI. COMPETENCIAS CONDUCTUALES 105
1. Habilidades para intervenir 108
2. Desde dónde intervenir 111
[4]
INTRODUCCIÓN
Esta temática surge con frecuencia en los procesos de tratamiento de las per-
sonas con consumo problemático de drogas. Los profesionales e integrantes de
los equipos requieren de conocimientos y herramientas técnicas para abordarla
adecuadamente.
[5]
Por estas razones, el Área Técnica en Tratamiento y Rehabilitación del Consejo
Nacional para el Control de Estupefacientes, CONACE, ha estimulado la ela-
boración de este documento con el objetivo de contribuir a mejorar los cono-
cimientos que, en materia de salud sexual, poseen los profesionales y técnicos
que trabajan en los programas promovidos de su gestión. Junto con ello, pre-
tende dar algunas herramientas que favorezcan el quehacer terapéutico y el
abordaje integral de un ámbito de la vivencia humana: la sexualidad.
El resultado es este manual que consta de ocho capítulos que sintetizan de for-
ma didáctica las diferentes dimensiones de la sexualidad y otorgan directrices
para un manejo clínico del tema.
[6]
capítulo seis expone algunas actitudes o habilidades requeridas en interven-
ciones sobre salud sexual. El séptimo aborda las competencias técnicas más
específicas para el trabajo individual y también propone actividades grupales
que permiten introducir el tema de la sexualidad.
Esperamos que este manual constituya un aporte a la labor que los equipos
técnicos realizan y sea el primer esfuerzo de un proceso continuo de forma-
ción y entrenamiento en la temática sexualidad y consumo problemático de
sustancias.
[7]
[Capítulo 1]
Aspectos básicos de la sexualidad
humana
[8]
[ Aspectos básicos de la sexualidad humana ]
pecado. La conducta sexual sólo era posible en el contexto del matrimonio. Así
aparecen los cinturones de castidad y se declara la Santa Inquisición. Un dato
más: las infecciones de transmisión sexual (ITS) que aparecen a fines de siglo XV
son interpretadas como un castigo celestial.
En plena época victoriana, las disidencias sexuales (la conducta sexual sin fines
reproductivos) constituyen un problema de orden público. La mayoría de las le-
gislaciones basadas en el Código Napoleónico las contemplan como un asunto
estrictamente privado, que sólo son merecedoras de sanción si se ejecutan con
violencia o con publicidad (delito de escándalo público).
Al término del siglo XIX el médico Richard Kraft-Ebing publica su obra Psycho-
patia Sexualis. En ella aparece por primera vez el término desviación sexual para
referirse a todos aquellos actos sexuales que no tenían como fin la reproduc-
ción. Kraft-Ebing defendió la comprensión y el tratamiento médico de las des-
viaciones sexuales. En adelante las disidencias sexuales son, además de pecado
y delito (atentados contra el pudor), un problema de salud.
[9]
1. Construcción sociocultural de la sexualidad
1. Bullough, Vern L. “Sex Will Never Be the Same: The Contributions of Alfred C. Kinsey.”
Archives of Sexual Behavior. 33(3): 277-286, 2004.
2. Masters, W.H., Johnson, V.E. y Kolodny, R.C. (1987). La Sexualidad Humana. Barcelona:
Grijalbo.
[10]
[ Aspectos básicos de la sexualidad humana ]
Los estudios provenientes desde las ciencias sociales demostraron que el papel
de las sociedades y sus formas de regulación de los comportamientos de hom-
bres y mujeres son fundamentales a la hora de analizar los determinantes de la
conducta sexual.
[11]
2. Dominios de la sexualidad
• el dominio biológico
• el dominio interaccional-social
• el dominio cultural
• el dominio psicológico
Función sexual es el mecanismo fisiológico que hace que nuestro cuerpo re-
accione frente a alguna estimulación (real o imaginada), con procesos de exci-
tación característicos para cada sexo. Por ejemplo, el hombre responderá a la
excitación con la erección de su pene y la mujer responderá con la lubricación
de la vagina.
[12]
[ Aspectos básicos de la sexualidad humana ]
A partir de las diferencias corporales que nos hacen hombres o mujeres y a tra-
vés de las vivencias personales y la interacción con los demás en un contexto
social determinado, vamos conformando nuestro autoconcepto y una visión del
mundo particular en función del sexo al que se pertenece.
Este dominio integra todos aquellos aspectos, reales y simbólicos, que mujeres
y hombres colocan en la interacción con otros. No necesariamente debe enten-
derse bajo el matiz de la seducción, ya que en cualquier interacción hombre-
hombre, mujer-mujer, mujer-hombre, existen reglas definidas e incorporadas
que dicen cómo debe ser nuestra conducta en estas situaciones, independiente
de la finalidad de la interacción (de trabajo, de amistad, de seducción, etc.)
Debemos señalar, sin embargo, que los roles genéricos han comenzado a variar
en las nuevas generaciones, producto de las transformaciones culturales que
han generado cambios también en este dominio.
Es por ello que la sexualidad también es social, en la medida que estos papeles o
roles asignados a hombres y mujeres que ponemos en juego en cada interacción
son influenciados por factores culturales, políticos, ambientales, económicos,
religiosos, así como por las costumbres, leyes, clase social y etnia, entre otros.
Esta característica es la que posibilita que el significado y valor de la sexualidad
y de todo lo relacionado con ella, pueda sufrir cambios conforme se modifica
también la cultura.
[13]
2.3. El dominio cultural
El dominio cultural de la sexualidad tiene que ver con el valor que una sociedad
o cultura le otorga y, en consecuencia, con el significado que sus miembros le
confieren a la misma. Esto es, por ejemplo, si esa cultura es capaz de aceptar el
desarrollo sexual de sus integrantes como proceso de crecimiento o si, por el
contrario, lo devalúa o reordena a partir de mandatos culturales restrictivos en
torno a la sexualidad. El tipo de arte de una cultura, el poder de la religión, el
valor de los estudios acerca de la sexualidad para las políticas públicas, la agili-
dad de proyectos de ley o su obstaculización, hablan también del valor que una
sociedad determinada otorga a la sexualidad.
El gran escritor mexicano Octavio Paz hace una bella definición al respecto al
decir que el erotismo es “sexualidad transfigurada”, es ceremonia, es represen-
tación. En este sentido, la sexualidad humana no es mero acto sexual, su fin no
sería la reproducción, sino el placer en sí mismo.
Liberados de sus relojes hormonales, en los seres humanos los actos copulatorios
reproductivos necesarios para la supervivencia de la especie, podrían ocurrir en
[14]
[ Aspectos básicos de la sexualidad humana ]
Lo que casi todos los seres humanos experimentamos se puede denominar me-
jor afectividad, que no es más que ser capaces de “afectarnos con”. La primera
experiencia de afectarse con alguna otra persona que tenemos los humanos es
física. Se llama cordón umbilical, lo poseemos todos durante los meses de vida
intrauterina y nos une a la mujer que nos lleva en su vientre. Al nacer, el nuevo
ser necesita el cuidado de otros humanos durante mucho tiempo o se muere.
Entre las personas involucradas aparecen respuestas afectivas evocadas por la
presencia de ese otro ser humano. Es necesario que la capacidad de “afectarse
con” se desarrolle (al igual que los otros componentes de la sexualidad), ya que
de ello va a depender su funcionalidad durante la vida adulta.
[15]
3. Mitos en torno a la sexualidad
Los mitos persisten a través del tiempo y adquieren notable fuerza al interior
del sentido común dado que permiten satisfacer una serie de necesidades, entre
ellas:
Una sociedad construye distintos tipos de lenguaje a través del cual se expresan
y acotan los contenidos sexuales. Entre estos encontramos el lenguaje formal
de la educación sexual, que se reviste de un fuerte componente biológico y re-
productivo; el lenguaje vulgar, que reduce la sexualidad a la acción, traduciendo
los significados de la situación sexual solo a su ejecución. El lenguaje erudito,
3. Flores Colombino, A., Diccionario de sexología, Ed. Fin de Siglo, Montevideo, 1997.
[16]
[ Aspectos básicos de la sexualidad humana ]
Ninguno de ellos ofrece respuestas para lo que ocurre en el contexto de las in-
teracciones sexuales comprendidas en un sistema cultural. Frente a estas falen-
cias, el sentido común elabora imágenes y preceptos para el comportamiento
sexual, a partir de los prejuicios y mitos tradicionales de las culturas locales.
• La superioridad masculina.
• La inferioridad femenina.
• La a-sexualidad infantil.
• La a-sexualidad de personas mayores y discapacitadas.
• El determinismo biológico de la orientación sexual.
[17]
En resumen:
El recorrido realizado contribuye a ampliar el concepto de sexualidad, más
allá de las determinaciones biológicas y fisiológicas que permiten la práctica
sexual y la reproducción. La sexualidad es un concepto comprehensivo, que
abarca la experiencia humana, presente en nuestra identidad, en nuestra
manera de ser hombre y mujer, en la forma que adoptan nuestras inte-
racciones, así como también en los significados que otorgamos a nuestras
experiencias sexuales.
[18]
[ Aspectos básicos de la sexualidad humana ]
Mitos sexuales
[19]
> El sexo anal entre hombre y mujer indica tendencia homosexual en el hombre.
> El hombre que goza cuando le estimulan los pezones y/o glúteos, tienen tendencias homosexuales reprimidas.
> Cualquier lesbiana preferiría a un hombre si fuese “todo un hombre” y si emplease la técnica sexual adecuada.
> La práctica de la masturbación produce eyaculación precoz, infertilidad, impotencia, debilidad, falta de memoria.
> La mujer no se masturba.
> Es peligroso tener relaciones sexuales durante la menstruación.
> La menstruación elimina tóxicos y purga las impurezas.
> La menopausia y la histerectomía son el final de la vida sexual de la mujer.
> El coito es la única forma normal de satisfacción sexual.
> El himen cierra totalmente la entrada de la vagina.
> La ruptura del himen es necesariamente sangrienta y dolorosa.
> El himen intacto es garantía de honestidad, integridad y excelencia conyugal.
> La esterilización reduce el apetito sexual del hombre o de la mujer.
Ideas fuerza
Para reflexionar:
Céntrese en su experiencia personal. Reconozca la influencia de la cultura en su
visión y significado de la sexualidad, a través de las siguientes preguntas:
1. ¿Qué mitos posee en torno a la sexualidad?
2. ¿Cuál es la definición que comúnmente hace de la sexualidad?
3. En términos sociales y culturales, ¿qué características observa en la
sociedad chilena respecto de la sexualidad?
[20]
[ Concepto de género ]
[Capítulo 2]
Concepto de género
Desde el punto de vista psicológico, las tres instancias básicas que influyen en
la definición de género son:
[21]
En términos tradicionales se habla de un género masculino y otro femenino, los
cuales se presentan como modelos sexuales de comportamiento que funcionan
de manera individual y social, a modo de representaciones que contienen las
principales nociones, conocimientos, prejuicios, normas y creencias, así como
valores y significados atribuidos al hecho de ser hombre o mujer. El rol de gé-
nero, o la forma en que públicamente se manifiestan las personas, indica a los
demás (y a sí mismas) cuán femenino o masculino resulta su comportamiento,
a la luz de la normativa que impere en la sociedad.
4. Health Canada. Exploring Concepts of Gender and Health. Ottawa, 2003. (Published under
the authority of the Minister of Health of Canada).
[22]
[ Concepto de género ]
1.1. La familia
Representa la primera instancia donde los niños y adolescentes aprenderán
acerca del género, identificando cuáles son las conductas que se esperan de
ellos por el hecho de haber nacido niño o niña. Además, reforzarán ciertos pa-
trones de conducta asociados al rol de género e integrarán los modelos y estilos
de relación entre los géneros, mediante la observación de las interacciones que
se desarrollan entre los adultos de la familia. Estas relaciones pueden ser más
o menos equitativas y se expresan en diferentes formas de la vida cotidiana.
1.2. La escuela
Es otra de las instituciones formadoras y reforzadoras del género; tanto los
conocimientos que se adquieren en las aulas, como la interacción entre el
profesor, los alumnos y éstos entre sí, llevan el sello social del género. Esta
[23]
transmisión de conocimientos se da, en muchos casos, de manera implícita.
Podemos encontrarlos en los juegos y rondas de los preescolares, en las
actividades propuestas por los textos, en los comentarios de profesores y
profesoras y en las tareas asignadas a niños y a niñas. Hay incluso objetos
escolares, tales como lápices, estuches, cuadernos etc., que son catalogados
como de niña o niño, de acuerdo a sus ilustraciones y colores.
[24]
[ Concepto de género ]
5. Lamadrid A., S. y Muñoz G., S. “La investigación social en sexualidad en Chile 1984-1994”,
serie Apuntes Docentes, PIEG, 1996.
[25]
No obstante lo tradicionalmente establecido, es posible apreciar en algunas
investigaciones6 que los entrevistados reconocen estar inmersos en una etapa
de transición y asistiendo a un cambio sociocultural donde los roles instituidos
son confrontados en su invariabilidad y rigidez. El género es, ante todo, un con-
cepto sociocultural y, por tanto, sujeto a transformaciones provenientes de los
cambios acontecidos en un contexto social más amplio.
Algunos ejemplos de este proceso, desde las referencias masculinas se oyen fra-
ses como: “no me gustaría ser ni tan fuerte ni tan canchero”, “lo conquistador
me gustaría cambiar, estoy cansado y aburrido de eso, a uno siempre le toca
tomar la iniciativa”, “a veces me canso de ser el sostenedor”, “quiero dejar de ser
el malo entre los niños”, “a veces me canso, mi mujer siempre espera que yo de-
cida”. Las mujeres, por su lado, afirman: “me gustaría ser más suelta de cuerpo,
darme más permiso”, “quiero que compartamos más las tareas, me cuesta dejar
que participe en la casa, pero hay que dejarlos”, “me siento bien aportando, a
veces pienso que me gustaría que él pudiera descansar”7.
6. De Aguirre, P., Díaz M. E, Díaz, M., Malinarich, A. Rojas, X., Sanhueza, A. ¿Y que pasa con los
hombres? DOMOS, 1991.
7. Ibid.
[26]
[ Concepto de género ]
Valga a título de ejemplo recordar que todos han participado de reuniones don-
de mujeres y hombres tienden a polarizar discursos en torno al orden estable-
cido. Entre risas y bromas, los hombres se vanaglorian de llevar bien puestos
los pantalones, de estar siempre listos para lo que venga, mientras las mujeres
apoyan esta forma de mostrarse como una especie de complicidad con su hom-
bre, quien debe aparecer bien macho ante los ojos de los demás. Ellas, por su
parte, se muestran devotas de las tareas del hogar y de sus hijos, recalcando
el sentimiento de culpabilidad que les genera el no poder pasar todo el tiempo
que quisieran con ellos. Sin embargo, al llegar a la casa, en el contexto íntimo,
es muy posible que la conversación cambie y se rescaten mayores complemen-
tariedades: él puede generar una conversación sobre la necesidad de compartir
más con los hijos, mientras ella le participa sus necesidades de logro laboral.
[27]
3. Mandatos sociales y comportamiento sexual
Para las mujeres, el rol establecido asocia la vida sexual a los atributos de exclu-
sividad y fidelidad. La práctica sexual aparece vinculada a la relación conyugal
(o convivencia). Lo sexual es vehículo de afecto y, por ende, de procreación. El
cuerpo como instrumento de placer sexual para sí misma es, al menos, ignora-
do; es un cuerpo al servicio de otro, que, en la medida que se pone al servicio
de los deseos de la pareja, obtiene a cambio afecto y atenciones: “si a él le hace
feliz, a mí me hace feliz”, “lo hago por él, porque no soporto que amanezca
malhumorado”. Dicho de otro modo, las proscripciones o prohibiciones inhiben
cualquier actividad o experiencia sexual previa al compromiso afectivo.
[28]
[ Concepto de género ]
8. Canales, M. CORSAPS.1994.
[29]
4. Enfoque de género en sexualidad
La sexualidad se refiere a la forma en que la cultura marca las pautas para vivir
los deseos y placeres eróticos, según las diferencias biológicas entre varón y
hembra: las visibles, de los órganos genitales y las relativas a la procreación.
El campo de la sexualidad se relaciona con la forma que cada cultura tiene para
normar la vivencia de los deseos y placeres eróticos y el género, la manera de
vivir como hombre o mujer. La influencia que ejercen la una en la otra es fun-
damental: el deseo y placer erótico cambian dependiendo de si se vive como
hombre o como mujer. Las sociedades humanas elaboran sistemas más o me-
nos complejos para definir los caminos a través de los cuales se buscará satisfa-
cer los deseos, cuáles serán los objetos en los que se encontrará satisfacción e,
incluso impregnarán las concepciones personales de placer sexual.
[30]
[ Concepto de género ]
sexuales que aseguren experticia; mientras que a las mujeres se les pide, si bien
ya no la virginidad, sí una cuota de perspicacia para resguardar su experiencia
sexual.
En muchas partes del mundo, y también en Chile, y quizás derivado de los cam-
bios culturales, se ha visibilizado la violencia ejercida contra las mujeres, la que
se potencia en la creencia que un género -en este caso el masculino-, tiene
privilegios por sobre el otro -el femenino-.
9. Cartagena, S. ¿Qué hay detrás la dificultad para aceptar que somos seres tan distintos?,
Trabajo final del Diplomado en Género y Desarrollo con especialización en Salud, CIEG,
Universidad de Chile, 2006.
[31]
las religiones, y los medios de comunicación, entre otros. Tal como se vio
previamente, los hombres suelen aprender que se considera masculino ser
fuerte y dominante, no demostrar emociones y ejercer autoridad, especialmente
sobre las mujeres y los niños. Por otra parte, ellas suelen aprender que la mujer
es vista como un ser más emocional, a quien corresponden los roles de crianza
y cuidado de los otros.
La violencia de género se refiere a “todo acto que se ejerce contra la mujer por
el simple hecho de serlo y que tiene como resultado posible o real un daño
físico, sexual, psicológico o emocional, incluidas las amenazas, la coerción o la
privación arbitraria de la libertad, y todo ello con independencia de que se pro-
duzca en el ámbito público o privado”11.
Este tipo de violencia puede adoptar diversas formas, lo que permite clasificar
el delito de acuerdo con la relación en que éste se enmarca y el ejercicio de po-
der que supone, en las siguientes categorías: violación sexual, asedio sexual en
el trabajo y en las instituciones de educación, violencia sexual contra mujeres
detenidas o presas, actos de violencia contra las mujeres desarraigadas, tráfico
de mujeres, violencia doméstica, etc.
Estudios de diversas partes del mundo revelan que la violencia contra la mujer
es más común en lugares donde los papeles basados en el género están rígida-
mente definidos e impuestos y donde el concepto de masculinidad o patriarca-
do está ligado a la dureza, el honor masculino o la autoridad. Así por ejemplo,
10. Rico, Nieves. Violencia de género: Un problema de derechos humanos, Series CEPAL, Mujer
y desarrollo, 1996.
11. Asamblea General de Naciones Unidas, 1993.
[32]
[ Concepto de género ]
12. http://www.scielosp.org/pdf/gs/v18s2/revision1.pdf
[33]
En resumen:
El concepto de género alude a las diferenciaciones que culturalmente se ha-
cen en distintos ámbitos de la vida de hombres y mujeres. Estas diferencias
crean desigualdades que afectan la vida cotidiana de los seres humanos y
que también se reflejan en el ámbito de la vivencia sexual. En este sentido,
hoy asistimos a un cambio cultural que propicia roles de género más flexi-
bles, que permite que mujeres y hombres puedan escapar de una categoriza-
ción establecida y más rígida. En la medida que se adopte la perspectiva de
género en el análisis sobre los roles que impone la sociedad, será más fácil
evidenciar esas diferencias y propiciar mayor igualdad y autonomía respecto
de lo esquemas tradicionales y mayor enfoque en las necesidades personales.
Ideas fuerza
Para reflexionar:
Le invitamos a mirar su entorno social y personal para contestar las siguientes
preguntas
[34]
[ Salud sexual y derechos sexuales y reproductivos ]
[Capítulo 3]
Salud sexual y derechos sexuales y
reproductivos
[35]
• Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia
y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de
creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, indivi-
dual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza,
la práctica, el culto y la observancia.
• Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad
social y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación interna-
cional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la
satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensa-
bles a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.
• La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad hu-
mana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las liber-
tades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad
entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y promove-
rá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el manteni-
miento de la paz.
13. Valdés, T. y Faúndez, M.: “Diagnóstico de Salud Reproductiva en Chile”, Fondo de Población
de la Naciones Unidas y Foro Abierto de Salud y Derechos Reproductivos, publicación gra-
cias al aporte de la Fundación Ford, 1997.
[36]
[ Salud sexual y derechos sexuales y reproductivos ]
En respuesta a esta postura, surge una mirada que destaca la necesidad de pre-
ocuparse por el bienestar de las personas y no sólo de nacimientos y muertes;
por la discriminación que se ejerce contra la mujer; y una visión más compleja
de las decisiones reproductivas, que considera la participación de los hombres y
los múltiples factores culturales y sociales implicados. Esta nueva mirada rom-
pió con la lógica tradicional del alto crecimiento poblacional y permitió hacer
énfasis en la salud y derechos reproductivos de las personas.
[37]
En 1994, el Programa de Acción de la Conferencia Internacional de Población
y Desarrollo, efectuada en El Cairo, y la Plataforma de Acción de la Conferen-
cia Internacional sobre la Mujer, llevada a cabo en Beijing en 1995, retoman
el posicionamiento de estos derechos desde una perspectiva más integradora,
reconociendo a los derechos sexuales y reproductivos como inalienables y parte
integral e indivisible de los derechos humanos universales.
14. ETS: Enfermedades de transmisión sexual. Ese concepto posteriormente fue modificado por
ITS, es decir, infecciones de transmisión sexual.
15. Comité editorial, “La última palabra: Plataforma de acción de Beijing”, Revista Mujer Salud,
3-4, 1995, pág. 69.
16. Ibid., pág. 70.
17. Ibid., pág.70.
[38]
[ Salud sexual y derechos sexuales y reproductivos ]
Con el paso del tiempo se van percibiendo cambios en el modo de visualizar los
derechos en materia sexual. A medida que las discusiones desarrolladas en las
distintas conferencias prosperan, incluyendo la opinión de diversos grupos de
todas las naciones, se logra una visión preocupada en las personas, en sus de-
rechos y libertades individuales, más que en fundamentos políticos, religiosos
o económicos. Se avanza desde una visión restrictiva hacia una que incluye la
posibilidad de convivencia de las distintas formas de vivir, menos discriminado-
ra y más comprensiva.
Sin embargo, está pendiente gestar cambios más allá de aquellos referidos es-
pecíficamente a las mujeres. Aun no se cuenta con estrategias específicas para
abordar la salud sexual de los hombres o de aquellos grupos que no están en
edad reproductiva (niños y adultos mayores), como asimismo de los que tienen
distinta orientación sexual. Para éstos no han existido consensos mundiales que
incluyan sus necesidades, que les consideren en su derecho al ejercicio de una
sexualidad plena. Más allá de ello, las discusiones han continuado incluyendo el
tema de la salud sexual dentro del marco de los derechos reproductivos.
[39]
1. Concepto de salud sexual y sus alcances
18. World Health Organization (WHO/OMS) (1994) Programme of Action of the International
Conference on Population and Development. New York, United Nations.
19. Declaración del 13º Congreso Mundial de Sexología, 1997, Valencia, España. Revisada y pro-
bada por la Asamblea General de la Asociación Mundial de Sexología, WAS, el 26 de Agosto
de 1999, en el Congreso Mundial de Sexología, Hong Kong, República Popular China.
[40]
[ Salud sexual y derechos sexuales y reproductivos ]
Las personas participantes en el XIII Congreso Mundial de Sexología, Sexualidad y Derechos Humanos declaramos que:
La sexualidad humana es dinámica y cambiante, se construye continuamente por la mutua interacción del individuo
y las estructuras sociales, está presente en todas las épocas de la vida, como fuerza integradora de la identidad y
contribuye a fortalecer y/o producir vínculos interpersonales.
El placer sexual, incluyendo el autoerotismo, es fuente de bienestar físico, psíquico, intelectual y espiritual. Es parte de
una sexualidad libre de conflictos y angustia, promotora del desarrollo personal y social.
Por lo tanto, proponemos que la sociedad cree las condiciones dignas donde se puedan satisfacer las necesidades para
el desarrollo integral de la persona y el respeto a los siguientes derechos sexuales inalienables, inviolables e insusti-
tuibles de nuestra condición humana:
Derecho a la libertad. Excluye todas las formas de coerción, explotación y abusos sexuales en cualquier momen-
to de la vida y en toda condición.
Derecho a la autonomía, integridad y seguridad corporal. Este derecho abarca el control y disfrute del pro-
pio cuerpo, libre de torturas, mutilaciones y violencias de toda índole.
Derecho a la igualdad sexual. Se refiere a estar libre de todas las formas de discriminación. Implica respeto a
la multiplicidad y diversidad de las formas de expresión de la sexualidad humana, sea cual fuere el sexo, género,
edad, etnia, clase social, religión y orientación sexual a la que se pertenece.
Derecho a la salud sexual. Incluyendo la disponibilidad de recursos suficientes para el desarrollo de la investiga-
ción y conocimientos necesarios para su promoción. El SIDA y las ETS requieren de más recursos para su diagnósti-
co, investigación y tratamiento.
Derecho a la información amplia, objetiva y verídica sobre la sexualidad humana que permita tomar decisio-
nes respecto a la propia vida sexual.
Derecho a una educación sexual integral desde el nacimiento y a lo largo de toda la vida. En este proceso deben
intervenir todas las instituciones sociales.
[41]
Derecho a la libre asociación. Significa la posibilidad de contraer o no matrimonio, de disolver dicha unión y de
establecer otras formas de convivencia sexual.
Derecho a la decisión reproductiva libre y responsable. Tener o no hijos, el espaciamiento de los nacimientos y
el acceso a las formas de regular la fecundidad. El niño tiene derecho a ser deseado y querido.
Derecho a la vida privada. Implica la capacidad de tomar decisiones autónomas respecto a la propia vida sexual
dentro de un contexto de ética personal y social. El ejercicio consciente, racional y satisfactorio de la sexualidad
es inviolable e insustituible.
La sexualidad humana constituye el origen de vínculos más profundos entre los seres humanos y de su realización
efectiva depende el bienestar de las personas, las parejas, la familia y la sociedad. Es por lo tanto su patrimonio más
importante, y su respeto debe ser promovido por todos los medios posibles.
[42]
[ Salud sexual y derechos sexuales y reproductivos ]
La orientación sexual es una parte constitutiva de los seres humanos que alude
a la disposición afectiva, erótica y psicológica, hacia donde una persona dirige
sus deseos sexuales. Los términos derivados de esta conceptualización son los
siguientes:
20. Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS), “Declaración de Montreal: Salud Sexual
para el Milenio”. XVII Congreso Mundial de Sexología, julio, 2005.
21. Ortega, R., “Historicidad de la disciplina sexológica y concepto de sexualidad humana”. Do-
cumento de estudio Ikastola, 2005.
[43]
• Orientación heterosexual: individuos cuyo objeto de deseo sexual y afecti-
vo es una persona del sexo opuesto (hombre-mujer, mujer-hombre).
• Orientación homosexual: persona cuyo objeto de deseo sexual y afectivo
es del mismo sexo (hombre-hombre, mujer-mujer).
• Orientación bisexual: personas cuyo objeto de deseo sexual y afectivo pue-
de ser de su mismo sexo o del sexo opuesto (hombre-mujer u hombre,
mujer-mujer u hombre).
Personas que se identifican con una orientación sexual dada (homosexual, he-
terosexual o bisexual), pueden, en la práctica, no haber tenido conductas sexua-
les asociadas a dicha orientación. Así por ejemplo, hay quienes se reconocen a
sí mismos como heterosexuales o bien como homosexuales sin haber tenido
nunca una práctica sexual con nadie; asimismo, hay personas que habiendo
tenido prácticas con individuos de su mismo sexo, se declaran heterosexuales.
Por lo tanto, la orientación sexual de un individuo tiene más relación con la va-
loración subjetiva que él o ella realiza respecto de la dirección de su deseo, que
por su comportamiento sexual específico. Hoy, estos comportamientos no son
rígidos, existiendo diversas formas de vivir la heterosexualidad, la homosexua-
lidad y la bisexualidad.
2.1.1. Heterosexualidad
Es la orientación sexual más recurrente y socialmente aceptada por la mayo-
ría de las culturas; se considera socialmente esperable que hombres y mujeres
tengan una orientación heterosexual. Cuando ello no sucede (homosexualidad
o bisexualidad), se piensa comúnmente en la existencia de una desviación. Si
bien la heterosexualidad (relación hombre-mujer / mujer-hombre) parece ser
estadísticamente más frecuente, su ausencia no representa enfermedad.
2.1.2. Bisexualidad
En términos teóricos, significa similar interés sexual en compañeros hombres
o mujeres. Esta situación es considerada algunas veces como bisexualidad
[44]
[ Salud sexual y derechos sexuales y reproductivos ]
Es posible que se den actividades entre personas del mismo sexo en sujetos
con historia heterosexual (hombres que tienen sexo con hombres), como puede
ocurrir por falta de alternativas, en instituciones segregadas por sexo (interna-
dos, cárceles y otros) o por razones financieras, como ocurre en algunos casos
de personas que ejercen el comercio sexual, donde hombres que se reconocen
con orientación heterosexual, prestan sus servicios a otros hombres, a cambio
de dinero. De la misma manera, alguien con orientación homosexual puede te-
ner relaciones sexuales eventuales con personas del sexo opuesto, sin que esto
corresponda necesariamente a una autodefinición.
La experimentación adolescente con personas de uno y otro sexo puede ser ca-
talogada apresuradamente como bisexualidad. Sin embargo, en la juventud la
sexualidad es mucho más fluida que en etapas posteriores, vinculada justamente
a procesos de aprendizaje a partir de experiencias concretas. Es importante pensar
en este período como un tiempo en que las personas ensayan distintas formas de
comportarse y que esas conductas no necesariamente se proyectarán en el futuro.
A pesar de lo anterior, la bisexualidad es un término difícil de precisar. Por ello,
algunos investigadores o terapeutas prefieren el término prácticas sexuales bi-
sexuales, dado que muchos de aquellos que tienen contactos sexuales indis-
tintamente con hombres o mujeres, no están dispuestos a identificarse o ser
definidos como bisexuales.
22. “Coming out” se denomina al proceso por el cual algunas personas hacen más pública su
orientación de tipo homosexual.
[45]
2.1.3 Homosexualidad
Existen evidencias respecto a que la orientación homosexual, de la misma ma-
nera que la heterosexual, ha estado presente durante toda la historia de la hu-
manidad. Sin embargo, durante muchos años, se la entendió como una patolo-
gía o desviación.
Como podemos ver, los desafíos que representa la discriminación social son
diversos e implican a todos los sectores de nuestra sociedad25.
23. http://www.apa.org/topics/orientacion.html
24. V Informe Anual DDHH Minorías Sexuales Chilenas: 2006, Movilh Chile.
25. Para mayor información: www.mums.cl; www.acciongay.cl.
[46]
[ Salud sexual y derechos sexuales y reproductivos ]
En resumen:
El concepto de derechos sexuales y reproductivos se inscribe como eje an-
gular del concepto de salud sexual. Ésta es más que ausencia de malestar
o enfermedad ligada a la actividad sexual. Implica calidad subjetiva de la
vivencia sexual, capacidad para obtener placer del ejercicio de la sexualidad
y posibilidad de gozar de experiencias sexuales seguras, libres de coerción,
discriminación y violencia. La diversidad sexual o la aceptación y respeto por
la diferencia sexual, es un concepto que emerge como un derecho sexual, no
siempre reconocido y tolerado en nuestra sociedad.
Ideas fuerza
Para reflexionar:
En su experiencia personal,
¿En qué situaciones percibe vulnerados sus derechos sexuales y reproductivos?
¿Qué utilidad tiene el saber que otro es homosexual?
¿Qué derechos sexuales pudieran ser vulnerados con el consumo de drogas?
[47]
[Capítulo 4]
Desarrollo psicosexual
Las personas nacen sólo con un sexo. Cómo ser un hombre o una mujer en
una sociedad, se aprende. Durante el desarrollo psicosexual se conforma una
identidad y se aprende cómo actuar según el sexo, es decir, se aprende un rol.
En este proceso, además, se llevará a cabo un aprendizaje sexual. Los indivi-
duos aprenderán cómo activar los eventos fisiológicos ligados a la excitación,
el placer y el orgasmo, así como los mecanismos para producir determinadas
situaciones sexuales. Del mismo modo, en el marco otorgado por los permisos
y prohibiciones de cada cultura en particular, se aprenderá el momento, con
quién, el cómo y el dónde de la actividad sexual, es decir, las normas imperantes
en dicha cultura.
[48]
[ Desarrollo psicosexual]
En el camino para lograr la adultez sexual, niños, niñas y jóvenes deberán encon-
trar respuesta a una serie de interrogantes y tareas, cuyo resultado hará más o
menos posible el logro de una vivencia sexual adulta satisfactoria, responsable
e integrada. Esto no quiere decir que una vez superada la adolescencia, el de-
sarrollo psicosexual haya finalizado. Durante las etapas posteriores hombres y
mujeres enriquecerán, en el mejor de los casos, sus prácticas sexuales, o podrán
modificarlas de acuerdo a las exigencias contempladas para cada etapa futura.
Una vez que este primer nivel se ha definido, la presencia del cromosoma Y
determinará si las gónadas primitivas e indiferenciadas se organizan en testículos
o, en ausencia de un cromosoma Y, en ovarios. Aún en ausencia de ovario y, sin
necesidad de ninguna sustancia, los conductos de Müller (paramesonéfrico),
se desarrollarán en útero, trompas de Falopio y el tercio interno de la vagina.
En cambio, el desarrollo del varón requiere de la presencia de la testosterona
secretada por el testículo fetal que estimula el desarrollo de los conductos de
Wolff en conductos deferentes, vesículas seminales y conductos eyaculadores.
Además, se produce una sustancia que actúa inhibiendo las estructuras
müllerianas.
[49]
Los genitales externos se derivan de primordios que inicialmente son similares
para ambos sexos. Bajo la acción de los andrógenos sintetizados por el testículo
fetal, el tubérculo genital se desarrolla en el glande del pene, en tanto el pliegue
urogenital formará el cuerpo del pene y la uretra. En ausencia de andrógenos o
receptores, el tubérculo formará el clítoris y el pliegue y prominencias, la vulva
y la vagina. También bajo la influencia de la testosterona o en su ausencia, se
desarrollarán áreas en el hipotálamo que, posteriormente, regularán los patro-
nes de secreción hormonal: no cíclicos en el varón y cíclicos en la mujer.
[50]
[ Desarrollo psicosexual]
No es posible asumir que un factor sea más importante que el otro. Tanto la
influencia biológica prenatal, en términos de diferenciación sexual hormonal,
como la influencia post-natal, traducida en procesos de asimilación sensorial,
aprendizaje social y socialización diferencial, coinciden en una etapa definitoria
en el proceso de madurez psicosexual.
Una vez asignado el sexo, adquirir una identidad es el primer gran aprendizaje.
Ésta se construirá a partir de cómo nos ven los otros y cómo nos vemos a noso-
tros mismos. Estos dos elementos actúan en conjunto para adquirir la identidad
de género infantil.
[51]
acunarlos y jugar con ellas y ellos de forma diferente, son buenos ejemplos de
estas reacciones sociales.
Siendo aun muy pequeños (entre los 18 y 30 meses de edad), los niños co-
mienzan a identificarse con uno u otro sexo. Más tarde, con la instalación de
la constancia de objeto, alrededor de los 6 años, la niña, por ejemplo, es capaz
de identificarse: “yo soy igual a mi mamá” y percibir el proceso contrario: “y
distinta a mi papá”. Esto también lo harán los niños.
El aprendizaje del rol sexual o del cómo se actúa la identidad sexual, es una de
las principales tareas de la infancia. A través de los juegos infantiles y la imita-
ción a los adultos se inicia el aprendizaje y práctica de aquellas conductas que
se espera de ellos, dependiendo de si son hombres o mujeres. En este sentido,
es importante recordar que las características que definen lo que es masculino
o femenino han cambiado con los años y también varían de persona a persona.
Así, no es que existan juegos para niños y niñas diferenciados de manera natural
o biológica. Estos suelen depender de los gustos y características personales de
cada uno. Lo importante es que los niños perciban que lo que hacen está en re-
lación a su sexo. Esto varía también de acuerdo a cuan tradicional o liberal sea
la socialización familiar.
[52]
[ Desarrollo psicosexual]
Por otra parte, cuando los niños exploran sus propios cuerpos pueden identificar
diferentes sensaciones que produce éste al ser tocado, algunas de las cuales se-
rán placenteras. Estos acercamientos pueden iniciar la exploración genital, que
es un proceso natural que les permite tener sensaciones agradables, no exis-
tiendo aún una búsqueda intencionada de placer sexual. Sin embargo, durante
esta etapa será parte de sus aprendizajes el lograr discriminar en qué lugares se
realiza esta conducta y en cuáles no.
[53]
3. Tareas del desarrollo psicosexual en la adolescencia
[54]
[ Desarrollo psicosexual]
Los cambios hormonales son los responsables de la pubertad. Ésta tiene una
secuencia específica y se inicia en las mujeres entre los 9 y los 15 años más o
menos. En los varones, aparece aproximadamente dos años más tarde, es decir,
entre los 11 y los 17 años.
Dados los cambios corporales que están teniendo efecto y la sensación de inse-
guridad y asombro que les produce, hombres y mujeres tienden a mantenerse
separados por sexo. Estrechan los vínculos con miembros del propio sexo, sien-
do posible la aparición de juegos erótico-placenteros entre ellos, no indicativos
de futura definición de orientación sexual.
Quizás una de las primeras señales de advenimiento de este período es la apa-
rición del pudor. Por primera vez los púberes resguardarán su cuerpo desnu-
do, cerrando las puertas del baño y dormitorio, hasta ahora permanentemente
abiertas. A partir de ese momento todo se vuelve distinto; aparece el pudor en
una búsqueda de intimidad y refugio para el autoconocimiento, observando en
el propio cuerpo los signos de la sexuación. El hecho de que algún adulto come-
ta la indiscreción de hacer referencia explícita y directa a ello, o abra sin previo
aviso la puerta de su habitación, será vivenciado como una grave trasgresión a
su privacidad.
[55]
Es frecuente observar a los jóvenes púberes pasar largas horas ante el espejo
contemplando su propia imagen como si ésta les fuera desconocida y es que de
hecho en ese momento, contemplan a otra persona.
Este encuentro los sitúa en la diversidad con la que sus pares asumen los roles
prescritos, así como en el cuestionamiento necesario de aquellos. En este proceso,
las mujeres jóvenes poseen mayor aceptación de un rol sexual femenino más
flexible; ellas pueden adoptar roles que en el pasado eran catalogados como
masculinos (búsqueda de éxito profesional, independencia económica, iniciativa
amorosa, entre otros) e integrarlos como parte de su feminidad. Los jóvenes,
[56]
[ Desarrollo psicosexual]
27. Ministerio de Salud- Chile/OPS, “Conversemos de salud sexual. Manual para el trabajo con
equipos de salud de establecimientos de atención primaria”, Santiago de Chile. 2002.
Corona, E. “Algunas aportaciones al desarrollo de la infancia. La educación de la sexualidad
humana. Individuo y sexualidad”. CONAPO, México, 1982.
[57]
3.3. Aprendizaje de la normativa erótico/afectiva
Por tanto, durante este período los adolescentes necesitarán respuesta a dife-
rentes interrogantes relacionadas con la sexualidad y los afectos, como cuán-
do es propicio iniciarse sexualmente, cómo se dan las relaciones sexuales, qué
maneras existen para evitar tener hijos cuando no se desean, o cuáles son las
formas de expresar amor, entre otros temas.
Otra forma de aprendizaje durante esta etapa son los juegos grupales o de a
dos; como los juegos de los adolescentes varones donde miden sus penes o
competir por quién eyacula más lejos. Las mujeres pueden compararse des-
nudas, bailar apretado o darse besos en la boca. Esta conducta no se relaciona
con una orientación homosexual, sino con una conducta transitoria de carácter
exploratorio en un marco de conocimiento y confianza mutua.
[58]
[ Desarrollo psicosexual]
Por otra parte, es importante aclarar que durante esta etapa algunos adoles-
centes - hombres y mujeres- pueden también comenzar a sentir afecto y deseo
sexual por personas de su mismo sexo, lo cual puede ser el inicio de un proceso
complejo de aceptación futura denominado coming out, y la incorporación a
un grupo de referencia distinto: el homosexual. Hombres y mujeres jóvenes
pueden vivir esta etapa con mucha confusión, particularmente en una sociedad
que rechaza esta diversidad, por lo que podrán necesitar de mayor comprensión
y apoyo.
Comienza así una activa búsqueda de material gráfico y lectura erótica que
otorguen insumos para responder a estas preguntas. Luego, el deseo y la fanta-
sía sexual se intensifican haciendo posible que los jóvenes ensayen imaginaria-
mente sus primeras aproximaciones a la vivencia sexual.
[59]
En este juego se revela el tipo de estímulo que provoca la reacción erótica. En
general, en las jóvenes ésta se desarrolla en forma más paulatina, puesto que la
respuesta sexual en las mujeres se inicia más frecuentemente por estimulación
táctil. La mujer suele descubrir más pausadamente su reacción y conducta eró-
tica, basándose en la experiencia con sus parejas.
Llegado el fin de este período vital, el cual no será siempre gratificante y fácil,
hombres y mujeres transitan hacia la adultez, donde se enfrentarán a la difícil
tarea de construcción de pareja y/o creación de vínculos afectivo-eróticos con
un otro con el cual vivir y experimentar su sexualidad.
[60]
[ Desarrollo psicosexual]
Primera infancia:
Conformación de la identidad sexual. Ante la pregunta ¿quién soy? se consolida la categoría sexual a la que
se pertenece: hombre o mujer.
Segunda infancia:
Aprendizaje del rol sexual o del cómo actúa la identidad, sexual. Las preguntas son: ¿cómo me debo comportar
según mi sexo?, ¿qué implica ser hombre?, ¿qué hacen las mujeres? A su vez, comienza el establecimiento
de una normativa afectiva, es decir, los patrones, pautas o reglas que regularán la expresión de ciertos
comportamientos afectivos y sexuales dentro de los cánones que la cultura y las situaciones sociales van
delineando.
Pubertad:
Se establece el reconocimiento del propio cuerpo como fuente de sensaciones. Aparecen preguntas como:
¿por qué siento esto?, si yo lo siento ¿también lo siente él o ella? La normativa afectiva se enriquece, en
cuanto comienza a incorporar las pautas que regulan los comportamientos sexuales, en una sociedad en
particular, respecto de situaciones sexuales ligadas al placer, excitación y orgasmo.
Adolescencia:
Se produce el proceso de aprendizaje sexual general, respecto de las prácticas sexuales, formas de seducción
y cortejo consolidándose, al mismo tiempo, una normatividad afectiva anterior. En esta etapa el adolescente
se preguntará ¿es normal hacer esto?, ¿es correcto sentir de esta forma?, ¿qué ocurre cuando hago esto?, entre
otras interrogantes.
[61]
4. Vivencia sexual en la edad adulta
Por lo general, quienes atraviesan esta etapa han tenido experiencias eróticas
o, al menos, autoeróticas. Han aumentando su capacidad de intimar y de viven-
ciar con menos culpas y prejuicios su sexualidad; existe mayor conocimiento
del propio cuerpo y cómo éste siente. La conversación en torno a la sexualidad
puede resultar más fluida, facilitando la negociación y el establecimiento de
acuerdos respecto de las preferencias en materia sexual, con la posibilidad de
transformar el encuentro erótico en una instancia de desarrollo personal.
[62]
[ Desarrollo psicosexual]
Hay personas que toman la decisión de no tener hijos. Inclinan su vida a activi-
dades productivas y de distintos niveles de crecimiento y pueden desarrollar sus
capacidades creativas cuidando, educando, dirigiendo a otros y dando a los demás
al crear y realizar actividades de trascendencia personal, al ofrecer su ternura y
cuidados y su energía a la construcción de otra variedad de proyectos de vida.
[63]
5. La vida sexual en la mitad de la vida
Se estima que entre los 40 y los 65 años los individuos cursan la mitad de sus
vidas, etapa que suele reconocerse como una de las mejores de la existencia, en
cuanto se habría alcanzado mayor estabilidad (económica, afectiva, social, etc.).
Aparece como el momento de recopilación de la experiencia alcanzada, que
generalmente implica evaluar y reformular el proyecto de vida.
La vida erótica en esta etapa puede ser rutinaria y ausente, para el caso de
las parejas que dejaron a un lado su relación por dedicarse exclusivamente al
cuidado de los hijos. Por otro lado, esta etapa puede convertirse en una de las
[64]
[ Desarrollo psicosexual]
En el caso de los hombres, también suele haber ideas erróneas a este respecto.
Es frecuente escuchar a hombres que se preocupan porque ya no tienen una
segunda erección después de haber tenido relaciones sexuales, como solía ocu-
rrirles previamente. Incluso, que ahora tardan un poco más de tiempo en obte-
ner una erección inicial o necesitan mayor estimulación para mantenerla. Esto
es resultado normal de los cambios propios de la edad. Lo cual no significa que
la satisfacción y el placer obtenidos tengan que decrecer. A algunos hombres les
disminuye la producción de testosterona y esto puede influir su deseo sexual;
luego de comprobarlo por medio de estudios de laboratorio, la atención de un
endocrinólogo puede regular esta situación.
[65]
6. La tercera edad
En ésta, las personas mayores se enfrentan a una nueva autoimagen, con sus
limitantes y satisfacciones, que implica, la mayoría de las veces, un cuerpo po-
siblemente enfermo y con menor habilidad que en épocas previas.
[66]
[ Desarrollo psicosexual]
Aun cuando avance la edad de la persona, no hay razón para eliminar por com-
pleto la vida erótica como una dimensión deseable y asequible. Además, quie-
nes llegan a la tercera edad podrán haber aprendido, en el transcurso de la vida,
nuevas prácticas eróticas que pueden incorporar como alternativas al encuen-
tro coital, el cual puede verse dificultado. Las caricias genitales, así como la
actividad de frotamiento corporal pueden ser tan altamente satisfactorias que,
de hecho, son recomendables en las dos etapas anteriores.
En resumen
El desarrollo psicosexual es aquel proceso mediante el cual se desarrolla
la identidad de género, el rol genérico y se define la orientación sexual. In-
volucra también el aprendizaje de prácticas sexuales, de reproducción y la
forma en que se norma el afecto y el erotismo en cada sociedad o grupo
cultural. En este proceso participan determinantes biológicos y sociales en
momentos específicos del desarrollo, conocidos como período crítico. En
ellos, hombres y mujeres necesitarán responder a una serie de necesidades
en búsqueda de un status sexual.
[67]
Ideas fuerza
Para reflexionar:
a) Cuando era niño/a, ¿cuáles eran las principales inquietudes que tenía en el
plano sexual?
b) Durante la pubertad, ¿usted tuvo información sobre los cambios que irían
ocurriendo en su cuerpo?; si su respuesta es afirmativa, ¿de quién/es la ob-
tuvo?
c) ¿Cuáles eran sus principales inquietudes sexuales durante la adolescencia?
[68]
[ Salud sexual y autocuidado ]
[Capítulo 5]
Salud sexual y autocuidado
La salud sexual ha sido definida por la OMS/OPS28 como la “experiencia del pro-
ceso permanente de consecución de bienestar físico, psicológico y sociocultural
relacionado con la sexualidad. La salud sexual se observa en las expresiones
libres y responsables de las capacidades sexuales que propician un bienestar
armonioso personal y social, enriqueciendo de esta manera la vida individual y
social. No se trata simplemente de la ausencia de disfunción o enfermedad o de
ambos. Para que la salud sexual se logre es necesario que los derechos sexuales
de las personas se reconozcan y se garanticen”29.
Para llegar a esta definición de salud sexual, ha sido necesario recorrer una larga
historia. El origen de los debates se explicaría por la existencia de conceptuali-
zaciones donde la salud es definida sólo desde un punto de vista biológico y no
como una disciplina que aborde los comportamientos y los estilos de vida de
las personas. Esa visión biologicista no admitía definiciones relacionadas con un
marco de referencia valórico y proponían que se entendiera la salud en términos
de indicadores cuantitativos y condiciones claramente definidas30.
[69]
Los sistemas de valores, es decir, el conjunto de cosas que cada uno piensa que
deben ser -y que consideramos, son buenas- acompañadas de aquéllas que no
deben ser –y que para cada uno son malas-, están siempre presentes.
Expertos en estas materias concluyen que la actividad científica y, por consi-
guiente, la atención y la promoción de la salud basada en la ciencia, no pueden
llevarse a cabo desde una perspectiva totalmente desligada de los valores; en
consecuencia, las propuestas, definiciones y conceptos basados en valores re-
sultan inevitables.
[70]
[ Salud sexual y autocuidado ]
La sexualidad, por lo tanto, debe ser desarrollada en forma plena, libre, con-
gruente, responsable y armónica con el resto de las cualidades humanas. Éste
es, desde luego, un modelo ideal de desarrollo; en un sentido estricto, es muy
difícil que los individuos viva así su sexualidad. Sin embargo, constituye el desa-
fío para todos y cada en una sociedad que camina hacia una valoración positiva
de la sexualidad como aspecto esencial de nuestra naturaleza.
[71]
1. Factores protectores y de riesgo para la salud sexual
[72]
[ Salud sexual y autocuidado ]
En ella es posible identificar las características que adoptan las relaciones con
otros, tanto en términos de formas de vinculación como tipos y calidad de las
relaciones que un sujeto establece con su entorno afectivo cercano y su en-
torno relacional inmediato (grupos sociales de pertenencia, ámbito laboral o
educacional).
[73]
1.2.1. Familia
Entre los factores de riesgo para la salud sexual en el ámbito familiar es posible
identificar:
[74]
[ Salud sexual y autocuidado ]
Entre los factores de riesgo para la salud sexual asociados al grupo de pertenen-
cia es posible identificar:
[75]
1.2.3. Relaciones asociadas ámbito educacional y/o laboral
Entre los factores de riesgo para la salud sexual asociados al ámbito educacional
y/o laboral es posible identificar:
• Dificultades de adaptación.
• Sensación de inutilidad y desmotivación.
• Ambientes autoritarios o jerárquicos.
• Ausentismo y pasividad.
• Ausencia de modelos de referencia en los profesores/tutores/superiores.
• Experiencia de poca competencia: fracaso escolar y abandono temprano de
los estudios.
• Falta de preparación y de oportunidades; intereses y niveles de aspiración
bajos.
• Ausencia de programas de educación, consejería y atención en salud sexual
y reproductiva.
[76]
[ Salud sexual y autocuidado ]
Entre los factores de riesgo para la salud sexual asociados al ámbito social y
cultural es posible identificar:
[77]
2. Prácticas sexuales
Existen diversos tipos y una amplia gama de prácticas sexuales, las que van
desde las caricias hasta la penetración. Por lo general se cree que sólo se prac-
tica sexo al momento del coito. Sin embargo, todas las aproximaciones eróticas
hacia otra persona -e incluso hacia sí mismo- podrían constituirse en prácticas
sexuales. Así, a modo de ejemplo, se puede reconocer la existencia de algunas
formas que pueden adoptar las prácticas sexuales, como besos y caricias, la
estimulación de los órganos sexuales (sexo oral, masturbación hacia sí mismo
u hacia otro), la penetración (anal o vaginal), etc. La diversidad de prácticas
sexuales en el ejercicio de la actividad sexual de las personas habla acerca de la
amplitud o restricción de su repertorio sexual. Es decir, mientras más variadas
sean las prácticas sexuales ejecutadas, más amplio será su repertorio y, por el
contrario, mientras más reducido el número de prácticas sexuales que se reali-
cen, se entenderá el repertorio sexual como restringido.
[78]
[ Salud sexual y autocuidado ]
interior del conjunto de mujeres que han alcanzado como máximo nivel de
escolaridad, la enseñanza básica. También es posible identificar que las jóve-
nes cuya principal actividad son las labores del hogar, han tenido, en general,
una iniciación sexual más temprana. Por otra parte, son las estudiantes de
este tramo de edad quienes reportan una iniciación sexual más tardía, lo
que sugiere una asociación entre la edad de la primera relación sexual y el
proyecto de vida en la población femenina.
Casi las tres cuartas partes de la población más joven se ha iniciado sin nin-
gún tipo de protección. El 76% de las mujeres y el 71,3% de los varones de 18
a 29 años, declara que NO utilizó ninguna protección en su iniciación sexual.
[79]
En cuanto a diferencias por sexo, los datos señalan mayor predominio de
práctica sexual vaginal exclusiva en las mujeres (40.6%) que en los hom-
bres (31.1%). Si bien la incorporación de sexo oral en combinación con sexo
vaginal no parece mostrar diferencias entre hombres y mujeres, sí lo es
cuando se trata de la forma anal en combinación con el sexo vaginal, que
alcanza en los hombres a un 24.1% y en las mujeres al 19.2 %.
• Parejas sexuales. Del total de mujeres que han iniciado actividad sexual,
el promedio de parejas sexuales en la vida es de 1.9. Para los hombres, en
cambio, el promedio es de 8.2 parejas sexuales en la vida.
Por otro lado, es posible afirmar que a medida que se sube en el nivel edu-
cacional (básica, media y educación superior) tanto de hombres como de
mujeres, se aprecia un aumento en el porcentaje de multiparejas (más de
una pareja a la vez) en los doce meses anteriores a la encuesta. Sin embar-
go, el porcentaje de hombres con multipareja es mayor en todos los tramos
de escolaridad que el de mujeres.
[80]
[ Salud sexual y autocuidado ]
Todas las formas de placer serán válidas en la medida en que ambos miembros
de la pareja se encuentren de acuerdo32. En relación con las prácticas sexuales
se puede encontrar situaciones más esperables que otras, por ejemplo, es más
esperable que en Chile las mujeres refieran tener con mayor frecuencia práctica
sexual por vía vaginal, por una serie de consideraciones socioculturales. Pero
no existe un único patrón de cópula en los humanos, es decir, una sola forma
de tener relaciones sexuales. Así, el criterio de lo normal o anormal como pa-
trón estadístico no sirve a la hora de evaluar la vivencia sexual. En sexología, lo
normal tiene como límite la no trasgresión de la autodeterminación (lo que yo
quiero hacer) y el no daño a otros (no presionar a otros a hacer lo que quiero
que hagan o lo que no quieren hacer).
32. Ortega, R., “Historicidad de la disciplina sexológica y concepto de sexualidad humana”. Do-
cumento de estudio Ikastola, 2005.
[81]
Es importante recordar que las nociones de desviación de estándares de la fun-
ción sexual y de conceptos del papel sexual apropiado pueden variar entre las
diferentes culturas.
33. DSM-IV-TR (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Edición de texto
revisado),Mayo de 2000. USA.
[82]
[ Salud sexual y autocuidado ]
FÁRMACOS
Alteración de deseo sexual y una deficiente respuesta fisiológica
Anticonvulsivantes Fenitoina
inicial de excitación sexual.
Imipramina,
Disminución del deseo y anorgasmia en mujeres; en hombres
Antidepresivos amitriptilina y
afectación de todas las fases de la respuesta sexual.
sertralina
Disminución del deseo, anorgasmia, pérdida de la erección y
Neurolépticos Risperidona
disminución de la lubricación vaginal.
Codeína, heroína y Disminución del deseo, dificultad eréctil, retardo eyacultario en
Narcóticos morfina hombres y disminución del deseo en mujeres.
Por primera vez o uso esporádico mejoras en deseo y retraso en
eyaculacion. Su uso frecuente disminuye el deseo y sensaciones
Benzedrina, sexuales.
Anfetaminas Dexedrina.
Dosis altas o frecuentes, disminución de la líbido, anorgasmia,
pérdida de la erección.
DROGAS ILÍCITAS
Su uso aislado puede aumentar la sensación de placer.
Cannabis Marihuana, Hashish
Su uso frecuente disminuye del deseo y efectos negativos en
fertilidad.
Pueden generar aumento de deseo, dificultad excitatoria y
anorgasmia.
Drogas de diseño Speed, Éxtasis
Su uso frecuente provoca disminución de la libido, dificultad
eréctil y retardo eyaculatorio.
Su uso aislado puede aumentar el deseo y la sensación de
placer.
Cocaína Cocaína, Crack
Su uso frecuente provoca disminución de la libido, dificultad
eréctil y retardo eyaculatorio.
[83]
4. VIH/SIDA e infecciones de transmisión sexual (ITS)
Aquellas infecciones que tienen como vía de transmisión el contacto entre flui-
dos secretados por los genitales y/o en lesiones vinculadas a la zona genital
se denominan Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). Por supuesto, para que
exista riesgo de adquisición de una ITS la pareja sexual debe estar afectada por
una de estas infecciones.
Existen ITS de tipo bacterianas, las que son tratables y curables (sífilis y go-
norrea, por ejemplo) y las de tipo viral, las que si bien son tratables, no son
erradicables del organismo, por lo cual son potencialmente transmisibles con
posterioridad a ser tratadas (por ejemplo, condilomas y herpes). Las ITS más
frecuentes en Chile son los condilomas, sífilis y gonorrea.
Algunos alcances:
Entre los virus susceptibles de ser adquiridos por vía sexual se encuentra el
Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Para conocer acerca de éste, en pri-
mer lugar, es indispensable entender la diferencia entre VIH y SIDA, ya que la
mayoría de las personas creen que son lo mismo.
34. En caso de dudas, usted puede llamar a Salud Responde (fono: 600-360-7777) o consultar
la página www.icmer.org
[84]
[ Salud sexual y autocuidado ]
[85]
4.1.1. Vía sexual
En ella se pueden reconocer dos situaciones que pueden hacer posible la trans-
misión:
• La penetración anal y/o vaginal sin uso de preservativos, con o sin eyacula-
ción, realizada con una persona que tiene el VIH. Es una práctica de riesgo
bilateral, es decir, afecta a ambas personas y es considerada de alto riesgo
para la transmisión del VIH. El riesgo para la persona que es penetrada se
hace presente cuando las mucosas que recubren el ano o la vagina tienen
contacto con el semen y el líquido preseminal. El riesgo para la persona que
penetra se hace presente cuando la membrana que recubre el glande tiene
contacto con la sangre (sangramiento de la zona anal y sangre menstrual)
o el fluido vaginal. Es importante destacar que cuando se realiza la pene-
tración anal siempre habrá sangramiento, dada la ruptura de una cantidad
importante de vasos sanguíneos que se encuentran en esa zona.
[86]
[ Salud sexual y autocuidado ]
• Embarazo o gestación
• Parto
• Lactancia
[87]
4.2. Formas de prevenir el VIH
[88]
[ Salud sexual y autocuidado ]
Por último, es importante señalar que existen actividades sexuales que no con-
ducen a la transmisión de VIH, por ejemplo: abrazos, besos, caricias íntimas,
masturbación mutua, entre otras.
Las prácticas sexuales de mayor riesgo son las relaciones penetrativas -anales o
vaginales- y sin protección (condón). La razón de ellos es que durante este tipo
de relaciones suelen producirse pequeñas fisuras o traumatismos que pueden
constituirse en una puerta de entrada para el VIH.
[89]
• En caso de utilizar lubricantes, no deben ser productos que contengan acei-
tes como vaselina, crema para las manos o aceites para niños, ya que pue-
den debilitar el condón.
• Retirar el pene inmediatamente después de la eyaculación.
[90]
[ Salud sexual y autocuidado ]
5. Violencia sexual
En términos amplios, la violencia sexual puede ser definida como “toda actividad
sexual no voluntaria, forzada mediante la violencia física, o por cualquier forma
de coerción, agresión o abuso. Su práctica implica una relación de sometimiento
en la cual la víctima ha rechazado el acto sexual o en que no ha tenido capacidad
de consentir, esto último especialmente en el caso de niños pequeños. En el
caso de niños y niñas, es toda aproximación sexual, pues ellos y ellas no se
encuentran en condiciones de comprender y son conductas inapropiadas para
su desarrollo psicosexual. Se considera como abuso también la actividad sexual
inducida prevaliéndose de una situación de superioridad dada la particular
condición de la víctima, por trastorno o deficiencia mental, o por dependencia
económica, laboral, desamparo, inexperiencia o ignorancia”36.
La violencia sexual (VS) es uno de los abusos contra los derechos humanos y
una de las forma más críticas de la violencia contra las mujeres y las niñas y
niños. Atenta contra la dignidad y la libertad sexual de las personas, vulnerando
sus derechos sexuales o reproductivos, ya que anula o limita la voluntad perso-
nal de decidir acerca de la sexualidad y de la reproducción.
La sociedad reconoce que todas las personas tienen derechos humanos y, entre
ellos, el derecho a decidir acerca de la propia sexualidad. Por lo tanto, la violencia
sexual es un delito, independientemente de si ocasiona o no daño físico a la víctima.
Tal como se vio en el capítulo sobre género, la violencia sexual no puede ser
abordada sin considerar que los valores, actitudes, identidades y comporta-
mientos de hombres y mujeres dependen del contexto social, de los roles de
[91]
género predominantes y de lo que es socialmente permitido, prohibido, valo-
rado y negado en la búsqueda del placer sexual.
37. http://www.justiciachaco.gov.ar/pjch/CEJ/Libro_Aniversario/Contenido/Exposicion_2/PA-
NEL_1_TALLER_A/13-Capacitaci%C3%B3n_abordaje_Inter_Narv%C3%A1ez_Orban_y_
otros.doc
“Principales consecuencias a largo plazo en la salud de las mujeres víctimas de
violación”Montero, A; Caba, F.; González, E. Rev. SOGIA 2004; 11(2): 48-57.
http://www.unfpa.org.bo/biblioteca/nvio5.pdf
http://www.minjusticia.cl/pmg/documentos/mujer%20y%20conflicto%20armado%20in-
forme%202003.pdf
38. Alvarado-Saldivar, G., Salvador Moysen, J., Estrada-Martinez, S. y Terrones-Gonzalez, A.,.
“Prevalencia de violencia doméstica en la ciudad de Durango”. Salud pública Méx. 1998,
vol.40, n.6, pp. 481-486. ISSN 0036-3634.
Ramos-Lira, L. et al., “Violencia sexual y problemas asociados en una muestra de usuarias de
un centro de salud”. Salud pública Méx. 2001, vol.43, n.3, pp. 182-191. ISSN 0036-3634.
Miller, BA., Downs, WR., Testa, M. Interrelationships between victimization experiences and
women’s alcohol use. J Stud Alcohol 1993;11 suppl:109-117.
Hein D, Scheier J. Trauma and short-term outcome for women in detoxification. J Subst
Abuse Treat 1996;13:227-231.
http://www.eclac.cl/mujer/noticias/paginas/3/27453/BID.los%20costos%20de%20la%20
violencia.pdf
[92]
[ Salud sexual y autocuidado ]
en el segundo caso39, se sabe que los niños que sufren abusos sexuales tienen
escasa autoestima, incapacidad para rechazar las relaciones sexuales no desea-
das y comportamientos autodestructivos, entre ellos el abuso del alcohol y las
drogas. En las mujeres, la violencia impacta en su capacidad para cuidar de sí
misma y de sus hijos y, nuevamente, se asocia a conductas como el abuso de
drogas o alcohol.
39. http://www.paho.org/English/DPM/GPP/GH/Moreno.pdf
40. Se encuentra disponible el FONOFAMILIA de Carabineros de Chile (Fono 149). Este servicio
funciona en todo el país y su objetivo es atender a las víctimas de violencia intrafamiliar, en-
tregarles orientación y acoger denuncias. También puede consultar a FONO NIÑOS (Fono
147).
41. Perrone, R., y Nannini, M., 1998, Pág. 91.
42. Cáceres, Pamela. En Documento Delitos/Abusos Sexuales. Elementos jurídicos mínimos ne-
cesarios para su comprensión. Indicaciones para orientación., 2005. Elaborado para IKAS-
TOLA.
[93]
Desde 1874, año en que entró en vigencia el Código Penal chileno, el tratamien-
to legal de los delitos sexuales se mantuvo prácticamente invariable hasta ene-
ro de 2004, fecha en la que la Ley 19.927 introdujo importantes modificaciones.
Los principales cambios son los siguientes:
El acceso carnal tiene sanción penal siempre y cuando se lleve a cabo en alguna
de las circunstancias indicadas en el cuadro 1. Respecto de ellas, que la víctima
se halle privada de sentido, significa que se encuentra afectada por situaciones
exógenas que causan la pérdida momentánea de la capacidad para decidir (por
ejemplo: el uso de drogas, la ingesta de alcohol, un golpe, etc.). La circunstancia
de aprovecharse de su incapacidad de oponer resistencia se refiere a la incapaci-
dad o disminución física de la víctima respecto de su agresor, por ejemplo, algún
tipo de deficiencia física.
[94]
[ Salud sexual y autocuidado ]
Para la acreditación física del delito de violación la norma señala que se puede
acudir a cualquier servicio de salud del país, público y privado, pues todos están
facultados para realizar los primeros peritajes.
Cuadro 1
VIOLACIÓN (Art. 361 del Código Penal)
Presidio: Presidio:
de 5 años y 1 día a 15 años de 5 años y 1 día a 20 años
[95]
En términos generales, el estupro (ver cuadro 2) se puede explicar como la reali-
zación de un acto sexual aprovechándose de la inexperiencia de la víctima, o de
la prevalencia de autoridad frente a ésta. Legalmente se define como una con-
ducta de acceso carnal (vaginal, anal o bucal) en contra de una persona mayor
de 14 y menor de 18, concurriendo alguna de las circunstancias indicadas en el
cuadro. Nuevamente pueden ser autores de este delito sólo los varones.
Para que exista estupro, el estado mental de la víctima debe ser de tal entidad
que no llegue a configurar una hipótesis de enajenación o trastorno mental
completo, pues si así fuera, sería violación y no estupro. Por otra parte, abusar
de una relación de dependencia significa que el agresor se aprovecha de la po-
sición de superioridad de que goza respecto de la víctima, razón por la cual el
consentimiento de ella se encuentra viciado.
Cuadro 2
ESTUPRO (Art. 363 del Código Penal)
“Conducta de acceso carnal, por vía vaginal, anal o bucal.”
Si la persona es menor de edad pero mayor de 14 años
(entre los 14 y 18 años)
[96]
[ Salud sexual y autocuidado ]
Comete delito de abuso sexual (ver cuadro 3) el que abusivamente realiza una
acción sexual distinta del acceso carnal. Por ésta se entiende cualquier acto de
significación sexual y de relevancia realizado mediante contacto corporal con
la víctima o que haya afectado los genitales, el ano o la boca de la víctima, aún
cuando no hubiere contacto corporal con ella. Esto significa que, por ejemplo, la
introducción de objetos en el cuerpo de la víctima, no importando el contacto
corporal, también constituye abuso sexual. Pueden ser autores de este delito
tanto hombres como mujeres.
El artículo 366 del Código Penal amplía la definición del delito de abuso sexual
sancionando al que, sin realizar una acción sexual en los términos anteriores,
para procurar su excitación sexual o la excitación sexual de otro:
[97]
Cuadro 3
ABUSO SEXUAL (Art. 366 y 366 bis del Código Penal)
“... el que abusivamente realice una acción sexual
distinta del acceso carnal...”
Abuso sexual impropio
Abuso sexual propio (art. 366)
(art. 366 bis)
Si la persona es menor de
Si la persona es mayor de 14 años
14 años
Cuando se lleve a cabo en alguna de las circunstancias de la violación o el estupro: No es necesario que concurran
• Cuando se usa fuerza o intimidación. ninguna de las circunstancias
• Si la víctima se halla privada de sentido, o se aprovecha de su incapacidad de indicadas.
oponer resistencia.
• Si se abusa de la enajenación o trastorno mental de la víctima.
Presidio: Presidio:
de 3 años y 1 día a 5 años de 3 años y 1 día a 10 años
[98]
[ Salud sexual y autocuidado ]
Como vio en el capítulo II, los patrones culturales y las concepciones del rol
de género arraigadas en la sociedad pueden estar influyendo en que la vio-
lencia sexual se ejerza contra mujeres en nuestro país. Muchas parejas legal-
mente constituidas están fundadas en el modelo tradicional de masculinidad
(macho-viril-poderoso) y de feminidad (mujer-sumisa-dependiente). En ellas,
los derechos y obligaciones están desbalanceados, perteneciendo los primeros
casi exclusivamente al hombre y quedando a la mujer el papel de la sumisión
incondicional43.
Hay concepciones culturales que propician que al hombre como el único habili-
tado para mostrar sus apetitos sexuales, en lo cual estriba su imagen de macho
viril. La mujer, en cambio, es censurada en sus expresiones de deseo, debiendo
ocultarlos y responder pasivamente a los reclamos de su marido o pareja. En
este marco, el hombre tiene el derecho de satisfacer sus impulsos sexuales más
allá de los deseos de su pareja. El hombre usa no sólo su fuerza física, sino la
presión económica para lograr de su pareja lo que desea44.
Muchas relaciones sexuales, aún cuando tengan lugar en el marco del matrimo-
nio o de parejas estables, constituyen verdaderas violaciones. La mujer no elige
ni el momento ni las condiciones de la relación sexual. Está expuesta a relaciones
displacenteras, a malos tratos y al riesgo de enfermedades de transmisión sexual.
Frente al tema de la violencia sexual, tanto la ejercida contra los niños como
contra los adultos, los profesionales del ámbito psicosocial deben revisar sus
concepciones del ser hombre, mujer y niño/a y, especialmente los mitos exis-
tentes con respecto a éstos.
43. Cáceres Pamela. En Documento Delitos/Abusos Sexuales. Elementos jurídicos mínimos ne-
cesarios para su comprensión.
Indicaciones para orientación, 2005. Elaborado para IKASTOLA.
44. Op. Cit.
45. Sernam: “Estudio de Prevalencia de la VIF en la Región Metropolitana y en la IX región”,
Santiago, 2001.
[99]
6. Aspectos importantes a considerar por los equipos de
trabajo
Frente a la evidencia de algún delito en materia sexual, para iniciar una inves-
tigación y un proceso judicial, es necesario realizar una denuncia. Ésta consiste
en poner en conocimiento de las policías o del Ministerio Público un hecho con
caracteres de delito (personalmente y en forma oral o escrita). Una vez hecha
la denuncia, el fiscal inicia la investigación de los hechos.
El Código Procesal Penal considera los delitos sexuales -y, en rigor, cualquier
delito cometido contra un menor de edad- como de “acción penal pública”,
esto significa que cualquier persona puede iniciar el proceso judicial a través de
una denuncia y los tribunales están obligados a investigar, aunque no exista un
particular que así lo solicite. Esto es así porque respecto de los derechos que la
Ley de Delitos Sexuales protege, el Estado se considera parte interesada y, por
consiguiente, investiga aunque los afectados no lo soliciten.
[100]
[ Salud sexual y autocuidado ]
[101]
7. Imagen corporal
En este capítulo se han analizado una serie de situaciones que afectan la vida de
las personas y, específicamente, la capacidad para vivir una sexualidad sana. La
pregunta que guía el último apartado de este capítulo es ¿cuál es la relación en-
tre todas estas situaciones (factores de riesgo y protectores de la salud sexual,
prácticas sexuales, ITS y VIH y violencia sexual) y el uso y abuso de drogas?
La imagen corporal -es decir, la percepción que las personas tengan de su cuer-
po- y el cuidado que éstas le proporcionan, son aspectos que se aprenden desde
el nacimiento y pueden modificarse a lo largo de la vida.
Las personas que poseen una buena autoimagen, tienden a cuidar mejor su
cuerpo y tienen mejores indicadores de salud sexual (capacidad de negociación
sexual, menor frecuencia de ITS/VIH-SIDA); incluso, tendrán mejor capacidad
de lidiar con este tipo de problemáticas, en caso de sufrir una de ellas.
En este sentido, podemos decir que el cuidado del cuerpo se constituye en una
conducta básica de autocuidado.
47. Martines, A., Meneses, A., Sarabia, D., La educación de la salud sexual de los adolescentes en
Canadá y Chile: una mirada desde las políticas públicas. http://www.inap.uchile.cl/gobierno/
publicaciones/meneses1.pdf.
[102]
[ Salud sexual y autocuidado ]
Esta conducta básica de cuidado del cuerpo tiene dos vertientes: por una parte,
posibilita que la persona sea capaz de tomar mejores decisiones para su salud, y
con ello más probabilidad de evitar el consumo de drogas. Pero por otra parte,
puede ser la puerta de entrada, la conducta primaria por la cual comenzar un
proceso de rehabilitación.
En resumen
La sexualidad es una cualidad del ser humano y gozar de salud sexual parece
ser un derecho. Pero el hecho de potenciar la salud sexual además conlleva
ejercerla de manera responsable, armoniosa y congruente.
Existen una serie de factores que pueden ayudar al bienestar sexual: la au-
toestima, una familia con vinculaciones afectivas positivas y una sociedad
que otorgue oportunidades educativas y laborales, entre otras. Por el con-
trario, cuando una persona tiene problemas con el consumo de drogas y/o
alcohol, no ha podido insertarse de manera adecuada en su ámbito laboral/
educacional y vive en un barrio conflictivo, entre otros posibles factores,
será más probable que su salud sexual se encuentre en riesgo.
Las personas que trabajan para ayudar a otras en diversos ámbitos de sus
vidas, deben poseer conocimientos respecto de los comportamientos sexua-
les que pueden convertirse en factores de riesgo y protección de la salud
sexual. Será necesario manejar información para orientar a otros en aquello
que se convierte en una trasgresión como en lo que se define como un com-
portamiento sexual sano. De esta manera, deben ser capaces de transmitir
información respecto de los comportamientos que evitan la transmisión del
VIH y otras ITS y de potenciar la reflexión que propicie la detección y el
rechazo a las manifestaciones violentas relacionadas con la sexualidad. Una
sexualidad sana solo será posible si ésta no es ejercida bajo cohesión, miedo
o intimidación.
[103]
Ideas fuerza
Para reflexionar:
Mirando el entorno social y personal puede responder las siguientes preguntas:
[104]
[ Competencias conductuales ]
[Capítulo 6]
Competencias conductuales
[105]
y reforzar conversaciones con nuestros usuarios respecto de inquietudes y
confusiones en este ámbito, independiente de la intervención específica que se
esté realizando.
Dado que nadie está ajeno a la forma en que las sociedades latinoamericanas
han construido su sexualidad, es aconsejable que los equipos encargados de
actuar como facilitadores de procesos educativos en sexualidad compartan y
conversen respecto de sus propios sistemas de valores sexuales, así como de
mitos y creencias que pudiesen entorpecer su labor, en un marco de respeto por
la diversidad presente en las distintas maneras de vivir la sexualidad.
[106]
[ Competencias conductuales ]
razonamiento), pero eso puede ser interferido por las emociones que en ese
minuto le perturben (a nivel afectivo). El mundo afectivo no funciona con las
reglas del mundo racional.
[107]
1. Habilidades para intervenir
[108]
[ Competencias conductuales ]
1.1. Flexibilidad
Es la capacidad para adaptarse y trabajar en distintas situaciones, con personas
y grupos diversos. Supone entender y valorar posturas distintas o puntos de
vista encontrados.
Es la capacidad para aceptar las diferencias. Implica valorar y respetar las dife-
rencias de significado, opinión y costumbres, adaptando el quehacer profesional
y los servicios ofrecidos, de modo de satisfacer las necesidades y respetar los
derechos de cada persona que consulta.
[109]
1.6. Resguardo de la privacidad y confidencialidad
[110]
[ Competencias conductuales ]
Para realizar abordajes en torno a la salud sexual existen diferentes niveles o po-
sibilidades de intervención, ya sea a través de actividades educativas, consejería
o intervenciones más específicas (terapéuticas). Ahora, es importante recordar
que estas actividades no sólo se orientan a resolver problemas presentes; sino
que prioritariamente buscan la promoción de una visión positiva e integrada de
la sexualidad como parte del desarrollo humano.
2.1. Educación
Cuando se menciona educación sexual, la mayor parte de la población, sea o no
profesional, tiende a equipararla con un proceso en el que, propositiva y activa-
mente, se contestan preguntas y se proporciona información, hasta ahora muy
relacionada con la reproducción y el riesgo. Sin embargo, la educación sexual es
algo más que esto.
[111]
definidos. Sin embargo, es la más importante por sus efectos en la vida de las
personas. Algunos ejemplos:
• La forma en la que los padres o aquellos que están cerca de un bebé viven
su propia sexualidad, será aprendida por el niño, dándole una percepción de
que ésta es una experiencia agradable o negativa.
• La manera en que son aceptadas o reprobadas las primeras exploraciones
corporales de niños y niñas. Si existe en la familia vergüenza ante el propio
cuerpo y nunca se nombra a los genitales, es poco probable que pueda
formarse un sentimiento de aceptación del propio cuerpo y de las sensa-
ciones que de él provienen, elementos indispensables para una plena salud
sexual.
• La manera en que se incentiva la continuidad de estudios superiores en
varones, en desmedro de este incentivo en niñas, con la idea de que éstos
serán los futuros mantenedores económicos de sus hogares.
• Como se privilegia el plato más grande de comida para los hombres de la
casa o se defiende (sin que lo pidan) a las mujeres del grupo, son también
formas menos explícitas de aprendizaje de la sexualidad.
Hay otro tipo de educación, la formal, que es aquella impartida dentro del sis-
tema escolarizado, ya sea mediante charlas o talleres, incluidas o no dentro
del currículo. Si bien es cierto que sería de gran conveniencia que en todos los
países existiera educación sexual formal, esta no excluye a la informal que se da
en la familia y la comunidad. Por otra parte, exige la capacitación de un amplio
número de profesores (que en ocasiones no se encuentran técnicamente prepa-
rados para responder en forma adecuada).
[112]
[ Competencias conductuales ]
• Participativos. Esto significa que su metodología debe permitir que los par-
ticipantes sean sujetos activos en la búsqueda de información, en su evalua-
ción y en las conclusiones a las que lleguen.
• Empoderantes. Es decir, que los talleres sean realizados desde ellos mismos:
con su lenguaje, sus modismos, derivados desde sus necesidades y liderados
por algunos de ellos. Siempre es aconsejable recurrir a pares como educadores.
• Integrales. Que tomen en cuenta todas las variables que influyen en una
problemática. Por ejemplo, si las conductas de autocuidado son difíciles de
implementar porque se entrecruza el tema de la pareja, entonces es nece-
sario incorporar también ese tema a los talleres. Si el alcohol y el abuso de
drogas son factores que impiden asumir conductas preventivas, entonces
debieran ser temas del taller. Así también, hay que cuidar otras variables
que afectan, como el machismo (habrá que integrar el tema de género), la
discriminación (se tendrá que incorporar estrategias para afrontarla), etc.
• Planificados. Esto quiere decir, formular objetivos por sesión, que sean rea-
listas de cumplir en un plazo acotado. Un número adecuado de sesiones,
de forma de asegurar que se mantenga la motivación e interés por asistir a
ellas. Del mismo modo, las sesiones no deben suspenderse, independiente
del número de asistentes. Pero no debe pasarse por alto evaluar el por qué
de las inasistencias, cuando éstas se vuelven frecuentes, pues puede ser ne-
cesario reevaluar las temáticas o metodologías utilizadas.
• Diferenciados. Es necesario considerar estrategias específicas para cada
grupo. Es cierto que en muchos lugares diseñar estrategias tan específicas
se hace difícil por falta de recursos. Sin embargo, es importante tener en
cuenta las diferencias en el diseño e implementación de las intervenciones
para llegar a un mayor número de poblaciones determinadas (niños, jóvenes,
adultos, adulto mayor)
• Comunitarios. Si bien sabemos que trabajar en grupos es lo más eficiente,
es necesario preguntarse si existe la posibilidad cierta que estas personas se
junten en este lugar o será necesario utilizar un espacio inserto en la comu-
nidad. ¿Podrán exponerse en confianza?
[113]
• Respetuosos de la diversidad. Ser capaz de adecuar las intervenciones con-
siderando que las experiencias, vivencias y sistemas de valores sexuales
pueden ser diversos.
2.2. Consejería
Este término proviene del inglés counseling, que se ha traducido y usado de dis-
tintas maneras —generalmente de forma incorrecta—, como aconsejamiento,
labor de consejo, orientación y acompañamiento.
[114]
[ Competencias conductuales ]
• Escuchar en forma activa. Prestar atención a todo lo que dice, hace y expre-
sa el consultante. Mantener el contacto visual y afirmar con la cabeza indi-
cando que escucha y comprende. Parafrasear y sintetizar lo que la persona
ha comunicado, de acuerdo con lo que el consejero interpreta y entiende.
[115]
• Expresar lo que observa. El consejero puede observar y sentir actitudes y ma-
neras de interactuar típicas del consultante en su medio externo. Si alguna de
estas actitudes se plantea como problemática por parte de la persona, puede
retomar la manera como ha actuado en la sesión y utilizarla como herramienta
de análisis.
• Identificar y aclarar. La persona que llega a pedir ayuda puede estar confundida.
El consejero está allí para clarificar lo que él le expresa. Puede trabajar sobre
temores o inquietudes que la persona tiene. Cuando logra identificar los
temores y lo que el consultante define como algo problemático, puede reducir
notablemente la ansiedad.
• Mantener el hilo. Es función primordial del asesor mantener el hilo del discurso,
ya que en ciertos estados afectivos es muy fácil que la persona disgregue su
conversación.
[116]
[ Competencias conductuales ]
Ideas fuerza
Para reflexionar
En un mundo cada vez más globalizado y tecnologizado, los sistemas de valores
sexuales se construyen tanto con información local como de otras partes del
planeta y las herramientas comunicacionales van traspasando la barrera de lo
presencial. En estas condiciones ¿qué se puede hacer para conocer el sistema de
valores de las nuevas generaciones?, ¿a qué desafíos impulsa esta construcción
de la vivencia sexual sin fronteras?
Cada vez que encontramos a alguien que piensa muy distinto suceden cosas en
nuestro comportamiento que muchas veces no podemos controlar, por ejem-
plo se nos cae la cara o nos genera mucha rabia. ¿Qué podemos hacer para no
intentar transgredir lo que el otro piensa y respetar nuestro sistema de valores?
[117]
[Capítulo 7]
Orientaciones técnicas para la acción
Manejo técnico de las principales necesidades en salud sexual
de las personas con consumo problemático drogas
Del mismo modo, abordar las preocupaciones y los problemas que atañen la
salud sexual resulta fundamental, no sólo porque éstos pueden quebrantar la
salud general de la persona, la familia y la sociedad, sino también porque pue-
den indicar, ocasionar o perpetuar otros trastornos en la persona, la familia y
la comunidad.
49. http://www.onusida.org.co/psicoactivos.htm
[118]
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
[119]
1.1. Recopilar información sobre la condición de salud sexual
[120]
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
Por tanto, para conocer las particularidades de este proceso será necesario:
[121]
psicosexual las personas van definiendo también, a partir del particular
proceso de socialización y de la influencia de las historias individuales, los
valores y principios sobre los cuales cimentará su accionar sexual. En este
sentido, indagar sobre el tema valórico implicará conocer los motivos y
explicaciones que las personas se dan para hacer o no hacer en el terreno
sexual, los contenidos asociados a determinadas decisiones tomadas en el
espacio sexual; los permisos y censuras que las personas colocan en el es-
pacio íntimo, entre otros.
Una forma de abrir una conversación respecto del tema será declarar que en
algunas situaciones las personas experimentan encuentros sexuales en los cua-
les no han podido decidir si desean participar de ellos o bien no han podido
consensuar hasta dónde desean llegar en esa interacción. Una introducción de
este tipo permite abrir un espacio menos limitado al concepto común de abu-
so sexual, al mismo tiempo que permite que la persona se pregunte de forma
más amplia respecto del nivel de consentimiento que ha podido ejercer en sus
relaciones sexuales.
[122]
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
[123]
a cabo habitualmente en el espacio sexual le ocasiona incomodidad o no le
gusta?
• Analizar conjuntamente el nivel de satisfacción que posee respecto de las
medidas de autocuidado que está implementado en el espacio sexual. Eva-
luar la habilidad para la autogestión del riesgo en materia sexual y repro-
ductiva es un punto relevante para apreciar la condición de salud sexual de
nuestro usuario. Preguntas tales cómo ¿considera apropiado utilizar me-
didas de protección para las ITS?, ¿qué medida utiliza actualmente?, ¿le
parece pertinente decidir el momento en el cual desea asumir su materni-
dad/paternidad?, ¿qué medida utiliza usted para prevenir un embarazo no
planificado?, ¿qué situaciones le parecen difíciles para gestionar el riesgo en
materia sexual? O bien, ¿puede describir alguna situación en la cual se haya
percibido capaz de negociar una práctica sexual sin riesgo?
• Evaluar la satisfacción autopercibida respecto de las habilidades de nego-
ciación expuestas en los encuentros sexuales. Las habilidades de negocia-
ción sexual se ponen en juego tanto respecto de respetar los límites per-
sonales de un encuentro sexual, como en la capacidad para consensuar el
momento, el tipo y forma que se desea tener un encuentro íntimo placen-
tero. Serán de utilidad preguntas tales cómo ¿en sus relaciones sexuales
puede usted solicitar un tipo de práctica sexual que sabe le reporta placer?,
¿puede describir cómo le hace saber usted a su compañero sexual que algo
no le está provocando agrado?, ¿se siente capaz de definir su experiencia
sexual de acuerdo a lo que le resulta apropiado hacer o no hacer con su
compañero sexual?
1.1.4. ¿Cómo poder evaluar si existe alguna enfermedad asociada al ámbito sexual?
[124]
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
Cuando se entrega información cara a cara sobre salud sexual significa que hay
un usuario que la solicita. Pueden existir infinidad de situaciones que la estimu-
len a ello. La labor del consultor será mejorar el nivel de información de esas
personas, de acuerdo a las necesidades específicas que surgen en dicha interac-
ción. Ahora bien, la acción de entregar información cara a cara puede dirigirse a
un individuo, pareja o familia.
50. Actitudes o “Competencias conductuales”. Para ver las definiciones, ir al capítulo VI.
[125]
Si bien es crucial que estos cuatro elementos estén presentes para satisfacer las
dudas e interrogantes de los usuarios, no es necesario que se den de la manera
secuencial que aquí se presenta.
Muchas veces las personas que requieren información comienzan haciendo pre-
guntas sobre algún asunto específico. Una de las formas de detectar lo que la
persona requiere saber es escuchando atenta y activamente lo que dice. Este
proceso es quizás el más decisivo, pues ayuda a delimitar el campo de acción del
profesional. Uno de los errores que se puede cometer, si no se escucha adecua-
damente, es responder aquello que no se está preguntando, o bien, responder
más información de la que la persona está preparada para recibir.
[126]
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
Ambos pasos son necesarios. Por ejemplo, si alguien pide información relativa
al Test de Elisa para detectar el VIH porque compartió una jeringa con una per-
sona que vive con el VIH, se le puede entregar la información que aparece en
el capítulo V relacionada con la transmisión. Pero, además, se le puede propor-
cionar más información, dependiendo de su pertinencia; por ejemplo, se le puede
decir que la única forma de averiguar si alguien adquirió el VIH es a través de exa-
men y que éste está disponible de forma gratuita en los servicios de salud del país.
[127]
Otra posibilidad es hacer partícipe a la persona de su necesidad de información,
es decir, fomentar su empoderamiento. Esto implica reforzar y guiar la habili-
dad del usuario para que sea la misma persona quien obtenga la información,
otorgándole pautas de búsqueda e, incluso, acompañándola en dicho proceso.
[128]
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
[129]
La indagación de estos factores busca establecer una fotografía actual de la
persona con el fin de reconocer qué eventos biológicos, comportamientos, pen-
samientos, emociones, relaciones afectivas y sociales, factores culturales o aso-
ciados al entorno, puedan estar involucrados en la mantención o pérdida de su
estado actual de salud sexual y/o reproductiva.
Al realizar preguntas para indagar estos factores hay que tener en cuenta que
en la temática sexual existen algunos temas, áreas o palabras que pueden com-
plicar la especificidad del relato. As, en nuestro país es de uso común la utili-
zación de muletillas en el lenguaje que pueden inducir a error en la indagación.
Términos como tirar pueden reflejar comportamientos tan diversos como be-
sarse o tener una práctica coital.
Otra dificultad importante cuando se pregunta por los factores del individuo
puede estar en las preguntas relacionadas con las prácticas sexuales de las per-
sonas, que además de necesitar el encuadre ya mencionado, requieren de una
descripción mayor para no caer en errores de interpretación. Por ejemplo, si
sólo se habla de tener sexo o hacer el amor se puede llegar a prácticas tan
diversas como besarse, tocarse con o sin ropa, penetración vía oral, vaginal o
anal, etc. que podrían llevar a categorizar equivocadamente el comportamiento
como de riesgo o protector.
[130]
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
Entonces, para poder indagar sobre las prácticas sexuales de las personas, es
necesario preguntar por el comportamiento directo más que por categorías.
Por ejemplo, ¿has tenido relaciones sexuales (penetrativas, vaginales, orales o
anales)? Luego se puede preguntar por los comportamientos de cuidado o de
riesgo, como por ejemplo, ¿usas algún método anticonceptivo o condón (siem-
pre, en ocasiones)?, ¿en cuáles sí y en cuáles no?
Otra área que debe abordarse tiene relación con las diferencias de género de
los usuarios. Por ejemplo, si deseamos evaluar la capacidad y habilidad para ne-
gociar una práctica sexual consentida, hay que realizar este tipo de preguntas
tanto a hombres como mujeres. Si bien en Chile es mayor el número de mujeres
que se somete a prácticas sexuales no totalmente consentidas, los hombres no
están ajenos y los patrones de crianza más machistas limitan la toma de deci-
siones respecto del libre ejercicio de la actividad sexual.
[131]
Metodologías
[132]
Metodologías
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
[133]
Metodologías
Propósito de la actividad
Tiene por objetivo identificar los mensajes relativos a la sexualidad aprendidos
durante la socialización de género y la influencia de estos significados culturales
en las vivencias sexuales actuales de hombres y mujeres.
Metodología de aplicación
Para los efectos de identificar mensajes relativos a la sexualidad aprendidos
cuando eran niños, se divide el grupo en tres y se les invita a compartir situa-
ciones que recuerden haber vivido y/o escuchado en la infancia y en la ado-
lescencia, que contengan un mensaje explícito en relación con el cuerpo y la
sexualidad. Entre todos los integrantes del subgrupo elegirán una canción in-
fantil o popular en la cual se transmitan modelos del ser mujer, del ser varón y
del ejercicio de la sexualidad.
Cada subgrupo pone en común lo aportado por cada integrante en esa instan-
cia (incluyendo el cantar la canción elegida) y, a partir de allí, se analizan las
situaciones, mensajes y canciones. La idea es que cada subgrupo presente a los
demás participantes aquellos mensajes o situaciones más ejemplificadoras de
lo vivido por los miembros de ese grupo.
[134]
Metodologías
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
Metodología de evaluación
Nuevamente el grupo total se divide en los tres subgrupos anteriores. Se invita
a cada uno de ellos a escribir qué transformaciones consideran importantes de
realizar en términos de aprendizajes en sexualidad para las nuevas generacio-
nes que impliquen vivencias sexuales más placenteras y autodeterminadas. Los
subgrupos anotan sus comentarios en un papelógrafo, que luego es colocado en
algún lugar de la sala donde todos puedan leerlos.
Materiales a utilizar
- Papelógrafos
- Lápices
- Plumones de colores
Idea fuerza
[135]
Metodologías
Propósito de la actividad
Distinguir entre mitos y realidades relacionados con la sexualidad humana. En-
tender cómo los valores personales, que tienen su origen en las creencias o
mitos sobre la sexualidad, pueden intervenir en la vivencia y/o el asesoramiento
sobre salud sexual.
Metodología de aplicación
Explicar que en la vivencia sobre sexualidad y también cuando se intenta ayudar
a otros en esta materia se debe trabajar con aquello que las personas creen. Por
esto es importante la reflexión acerca de los conocimientos y valores relaciona-
dos a la sexualidad humana, para despejar mitos y realidades respecto al tema.
Mito: algo que no tiene fundamento en un hecho real, por ejemplo, un hombre
que gusta de caricias en los pezones es homosexual.
Realidad: tiene fundamento en un hecho real, de origen biopsicosocial, por
ejemplo, existen tareas del desarrollo sexual en las diferentes etapas del ciclo
vital.
[136]
Metodologías
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
De la siguiente lista verifique las respuestas y, junto a su equipo, distingan mitos y realidades.
Identifiquen cuáles son los puntos de mayor discusión o cuáles generaron mayor duda
ENUNCIADO CALIFICACIÓN
1. El sexo puede ser realizado por distintas personas, no sólo por aquellas R
saludables físicamente.
2. Todo acercamiento erótico debe terminar en coito para definirse como sano. M
4. Si se tienen relaciones sin penetración, sólo frotando el pene entre las piernas R
juntas de la mujer, hay riesgo de embarazo.
5. El tamaño del pene está en directa relación con la potencialidad erótica del M
hombre.
13. Las personas deben tener orgasmo en todas las relaciones sexuales para que M
sean satisfactorias.
[137]
Metodologías
De la siguiente lista indique el tipo de frase de la que se trate, ya sea de un Mito (M) o una
Realidad (R) según su propia experiencia y conocimientos.
ENUNCIADO CALIFICACIÓN
1. El sexo puede ser realizado por distintas personas, no sólo por aquellas
saludables físicamente.
2. Todo acercamiento erótico debe terminar en coito para definirse como “sano”.
4. Si se tienen relaciones sin penetración, sólo frotando el pene entre las piernas
juntas de la mujer, hay riesgo de embarazo.
5. El tamaño del pene está en directa relación con la potencialidad erótica del
hombre.
13. Las personas deben tener orgasmo en todas las relaciones sexuales para que
sean satisfactorias.
[138]
Metodologías
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
Metodología de evaluación
Cada participante elige una frase que haya contestado incorrectamente en la
hoja de trabajo individual y explica dónde la aprendió y de qué le podría servir
hoy saber la respuesta correcta.
Materiales a utilizar
- Hoja de trabajo para el responsable del equipo (con respuestas correctas).
- Hoja de trabajo para los participantes (en blanco).
Idea fuerza
Los mitos sobre sexualidad entorpecen la capacidad de asesorar y disfrutar
en materia sexual. Las realidades sobre sexualidad ayudan a fortalecer la
capacidad para vivir con bienestar la sexualidad y poder ayudar a otros a
vivirla.
[139]
Metodologías
Propósito de la actividad
Tiene por objetivo identificar y reflexionar respecto del grado en que las perso-
nas incorporan el placer en su cotidianeidad, como vehículo de bienestar y sa-
lud. Del mismo modo, la actividad pretende indagar respecto de los significados
y manifestaciones del erotismo como expresión de sexualidad.
Metodología de aplicación
• El facilitador invita a los participantes a conformar subgrupos cuyo número
dependerá del número de asistentes. Se recomienda que éstos no excedan
de seis personas.
• A continuación, el facilitador instruye a los participantes a realizar una con-
versación a través de la cual se identifiquen las actividades cotidianas que
produzcan placer. Los participantes listarán aquellas en una hoja de trabajo,
donde se incluirá una breve descripción del por qué se consideran activida-
des placenteras para aquellos que las han identificado.
• Los subgrupos expondrán a la totalidad de los participantes su trabajo,
mientras el facilitador anota en un papelógrafo las actividades identifica-
das por cada grupo.
• El facilitador pide a los participantes que identifiquen, de las actividades
escritas en el papelógrafo, aquellas relacionadas con el ámbito sensual y/o
sexual. El grupo total escucha las intervenciones de los participantes. El
facilitador fomenta el intercambio de opiniones.
• El facilitador entrega a cada participante una tarjeta en blanco.
• A continuación se instruye a cada participante para que, en pocas palabras,
escriba en la tarjeta que le ha sido entregada aquello que le sugieren las
expresiones placer sexual y goce sexual.
• El facilitador recoge todas las respuestas y las coloca en un papelógrafo. Se
analizan las connotaciones y significados que cada participante atribuyó a
ambas expresiones.
• El facilitador focalizará luego la conversación en aquellas emociones o sen-
saciones que se generan al escuchar o hablar de estos temas, fomentando la
libre expresión de las vivencias de los participantes en este ejercicio. El facili-
tador podrá entregar algunos ejemplos cuando el grupo no genere espontá-
neamente la conversación, del tipo a algunas personas hablar sobre placer o
goce sexual puede hacerlos sentir pudor, vergüenza, temor, alivio, etc.
[140]
Metodologías
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
Metodología de evaluación
Se entrega a cada participante una tarjeta de color, en la cual se le pide que, de
manera anónima, anote aquello que le otorga placer y disfrute sexual en una
relación sexual. Las tarjetas son colocadas en una bolsa. El facilitador pegará las
tarjetas en un papelógrafo que será expuesto en un lugar de la sala para que los
participantes puedan leerlo.
Materiales a utilizar
- Papelógrafos
- Lápices
- Plumones de colores
- Tarjetas de cartulina blanca
- Tarjetas de cartulina de color
Idea fuerza
Mujeres y hombres, independiente de su edad, sexo, condición social, reli-
gión y etnia, tiene derecho a una vivencia sexual grata, placentera y libre de
riesgos.
[141]
Metodologías
Propósito de la actividad
Esta actividad tiene por finalidad explorar las representaciones y actitudes que
los participantes tienen sobre el VIH/SIDA, y despejar mitos y prejuicios presen-
tes en el discurso social.
Metodología de aplicación
• El facilitador pegará tres tarjetas en las paredes de la sala, con las leyendas
“de acuerdo”, “en desacuerdo”, y “sin opinión”.
• El facilitador explicará que cada participante deberá ubicarse rápidamente
(sin pensar demasiado y sin ponerse de acuerdo con los demás) al lado del
cartel que mejor identifique lo que sienta o piense al escuchar cada una de las
afirmaciones que irá leyendo intercaladamente un participante voluntario.
• Una vez que cada participante se haya ubicado al lado de una de las tres
tarjetas, los subgrupos conformados se pondrán de acuerdo y argumenta-
rán durante dos minutos su elección al grupo completo.
• Cuando los grupos hayan terminado de exponer, se dejará unos minutos
para el debate.
• Se seguirá el mismo procedimiento luego de cada afirmación leída por un
participante.
• El facilitador dará por finalizada la actividad cuando se hayan abordado
suficientemente los principales mitos y prejuicios relacionados con el VIH/
SIDA.
[142]
Metodologías
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
Listado de afirmaciones
[143]
Metodologías
Metodología de evaluación
A través de la dinámica del correo (un papel donde cada participante anota
una idea y que se va traspasando de uno a otro) los participantes registren las
ideas que más les han impactado de esta actividad. Luego, al terminar la ronda
de anotaciones, el grupo completo elabora un mensaje resumido que reúne el
total de las ideas vertidas. El mensaje se escribe en un papelógrafo a gusto de
los participantes (uso de plumones de colores)
Materiales a utilizar
- Tarjetas de cartulina
- Tarjetas de papel para cada afirmación
- Plumones de colores
- Papelógrafo
Idea fuerza
Algunas de nuestras conductas y actitudes se sustentan en mitos y creen-
cias erróneas sobre el VIH/SIDA. Esto dificulta, por una parte, que cada per-
sona pueda percibir su propio riesgo y, por otra, favorece la discriminación
social hacia aquellos/as que viven con VIH.
Para el desarrollo de esta actividad se propone revisar los contenidos del apar-
tado “VIH/SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (ITS)” del capítulo V del
presente manual.
[144]
Metodologías
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
Propósito de la actividad
Tiene por finalidad analizar el nivel de conocimientos del grupo y definir los ni-
veles de riesgo para contraer el VIH que tienen las distintas prácticas sexuales,
introduciendo el término “sexo más seguro”.
Metodología de aplicación
• El facilitador entrega a los participantes un set de tarjetas con distintas
prácticas sexuales.
• El facilitador pedirá al grupo que ordene las tarjetas de menor a mayor
riesgo para adquirir el VIH y las coloque en el piso.
• Una vez colocadas en el piso, preguntará a los participantes si hay acuerdo.
De no ser así, se dará un minuto para reordenarlas.
• Luego, el facilitador instigará al grupo para que argumente sobre el orden
que se estableció, estimulando la discusión y agregando otras prácticas si
éstas salen del propio grupo.
• El facilitador despejará dudas, entregando y complementando información
cuando sea necesario.
Metodología de evaluación
Se pide a los participantes que se dividan en tres grupos. A cada uno de ellos,
se le invita a escribir los mecanismos de transmisión del VIH y, al menos, dos
medidas de prevención. Los subgrupos los anotan en un papelógrafo, que luego
es colocado en algún lugar de la sala donde todos puedan leerlos.
Materiales a utilizar
- Tarjetas de cartulina
[145]
Metodologías
Idea fuerza
El sexo más seguro se relaciona con todas aquellas estrategias que permi-
ten disminuir o eliminar el riesgo al momento de tener actividad sexual.
Conociendo cuáles son las prácticas sexuales que realmente implican ries-
go para adquirir el VIH, hay más posibilidades de escoger e implementar
medidas de prevención.
Para el desarrollo de esta actividad se propone revisar los contenidos del apar-
tado “VIH/SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (ITS)” del capítulo V del
presente manual.
[146]
Metodologías
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
Propósito de la actividad
Tiene por finalidad generar una reflexión individual y grupal acerca de las situa-
ciones de la vida cotidiana que se acercan o que develan violencia de cualquier
tipo (psicológica, física, sexual, de género, etc.). Está diseñada sólo para mujeres.
Metodología de aplicación
• El facilitador entrega a cada participante el cuestionario “¿Has sufrido vio-
lencia?”, otorgando cinco minutos para que cada una lo conteste. Se especi-
fica que el cuestionario es personal y que después de responderlo, cada uno
se lo debe llevar. El objetivo de contestar este cuestionario es motivar a las
participantes a reflexionar sobre distintas situaciones de la vida cotidiana
que, aunque puedan parecer inocuas, se constituyen en eventos agresivos.
• Luego se pedirá a los participantes que lean la hoja de trabajo. En la primera
parte de ella se presentarán 10 preguntas guías para la reflexión individual.
Se darán 10 minutos para esta actividad.
• A continuación, se forman grupos y se invita a cada participante a com-
partir con su grupo las reflexiones personales que le surgieron en torno al
tema, dejando 20 minutos para esta actividad.
• Posteriormente, el facilitador pedirá a cada grupo que responda las tres
preguntas siguientes de la hoja de trabajo.
• Cada grupo presentará en una transparencia las reflexiones y conclusiones
extraídas de la discusión.
[147]
Metodologías
Le solicitamos que marque con una cruz en el listado siguiente, aquellas situaciones que le ha tocado vivir.
Este cuestionario es anónimo y usted podrá llevárselo una vez contestado.
8. Has sido obligada o presionada para tener relaciones sexuales sin tu consentimiento.
9. Has sido manipulada o chantajeada para dar besos, abrazos sin tu consentimiento.
11. Has sido descalificada frente a tus hijos por ser mujer.
12. Has recibido insultos de carácter sexual como perra, puta, maraca, etc.
[148]
Metodologías
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
HOJA DE TRABAJO:
REFLEXIONANDO SOBRE MI APRENDIZAJE
I. Preguntas individuales:
Este es un ejercicio que necesita ser trabajado con mucha honestidad; si no desea responder alguna pregunta,
puede no hacerlo.
[149]
Metodologías
Metodología de evaluación
Nuevamente el grupo total se divide en los subgrupos anteriores. Se invita a
cada uno de ellos, a escribir qué transformaciones consideran importantes de
realizar en pro de una sexualidad más saludable para hombres y mujeres. Los
subgrupos anotan en un papelógrafo, que luego es colocado en algún lugar de
la sala donde todos puedan leerlos.
Materiales a utilizar
- Fotocopias del cuestionario
- Hojas de trabajo
- Transparencias
- Lápices para transparencias
- Retroproyector
Idea fuerza
Todos hemos recibido mensajes en relación a nuestra sexualidad y la sexua-
lidad de los otros. Estos mensajes pueden favorecer el autocuidado y el
cuidado de los demás en el ámbito sexual, o bien, no ser lo suficientemen-
te claros y directos, constituyéndose en un factor de riesgo para el abuso
sexual.
Para el desarrollo de esta actividad se propone revisar los contenidos del apar-
tado “Violencia Sexual” del capítulo V del presente manual.
[150]
Metodologías
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
Propósito de la actividad
Su finalidad es explorar el grado de conocimiento del propio cuerpo en tanto
cuerpo biológico, relacional, reproductivo e instrumento de placer y disfrute
sensorial.
Metodología de aplicación
• El facilitador invita a los participantes a formar grupos divididos por sexo
(en el caso que sean grupos mixtos).
• Se entregará a cada grupo una sábana de papel (formada por dos o más
papeles kraft unidos) que permita dibujar una figura humana en tamaño
real y un set de lápices de tres colores diferentes.
• El facilitador explicará la actividad a realizar. Les contará que la tarea será
descubrir cuánto sabemos de las potencialidades de nuestro cuerpo.
• El facilitador invita a cada grupo a dibujar el cuerpo de una mujer o de un
hombre, según la conformación del grupo. Para ello, uno de lo/as parti-
cipantes se coloca sobre la sábana de papel mientras otro/a demarca el
contorno del cuerpo con un lápiz.
• A continuación el facilitador explicará al grupo que el cuerpo posee infinitas
posibilidades, en términos de capacidades y sensaciones. Hará referencia a
que el cuerpo es una infinita sábana sensorial, que nos provee de distintas
vivencias y sensaciones. Por último, enfatizará que la sensualidad es más
que el intercambio sexual, del mismo modo que el acto sexual es más que
una herramienta de procreación.
• El facilitador pedirá a cada grupo que converse respecto de aquellas partes
del cuerpo que les han entregado sensaciones agradables en términos sen-
suales, de goce a través de los sentidos. Solicitará que cada grupo analice,
de acuerdo a su experiencia personal, qué partes del cuerpo participan en
el funcionamiento sexual y cuáles en el proceso reproductivo. Posterior-
[151]
Metodologías
[152]
Metodologías
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
Metodología de evaluación
A través de la dinámica del correo (una tarjeta donde cada participante anota
una idea y que se va traspasando de uno a otro) hacer que registren las ideas
que más han impactado de esta actividad. Luego, al terminar la ronda de ano-
taciones, el grupo completo elabora un mensaje resumido que reúne el total
de las ideas vertidas. El mensaje se escribe en un papelógrafo, a gusto de las
participantes (uso de plumones de colores).
Materiales a utilizar
- Tarjetas de cartulina en blanco
- Lápices de tres colores para cada grupo (rojo, azul y amarillo)
- Papelógrafo y papel kraft
- Cinta adhesiva
- Plumones de colores
Idea fuerza
Hombres y mujeres están dotados físicamente para expresar la sexualidad
de múltiples formas. Por otra parte, la reproducción involucra determina-
dos órganos para ambos sexos, siendo un derecho el elegir el momento
para ejercer la opción reproductiva.
[153]
Metodologías
2. 8. Nuestra casa
Actividad de reflexión grupal en torno al autocuidado y valoración personal
Propósito de la actividad
Revalorar la importancia de cuidar y proteger el propio cuerpo, como medida de
autocuidado y estima personal.
Metodología de aplicación
• El facilitador solicitará a los participantes dividirse en dos grupos. Si el gru-
po total es superior a 20 personas, se podrá dividir en cuatro subgrupos.
• Al primer grupo (o a dos de ellos) se le pedirá que dibujen, en un papelógra-
fo, una casa propia, con todas las cosas que les gustaría que tuviera.
• Al segundo grupo (o a los dos restantes) se le pedirá que dibujen, en un
papelógrafo, una casa arrendada.
• El facilitador solicitará a cada subgrupo que liste en un papelógrafo aparte,
el trato que cada grupo le dará a sus casas (por ejemplo, si la pintarán y
cada cuánto tiempo, si le harán jardín, si la alfombrarán, si colocarán cale-
facción central, así como todas las cosas que proyectarán hacer para man-
tener la casa, o bien si no harán nada, pues es arrendada y nadie le pagará
los gastos, etc.).
• Cada grupo expone su trabajo en plenaria. Una vez terminadas las expo-
siciones, el facilitador hará la siguiente pregunta ¿En que se parece la casa
propia a una persona que siente su cuerpo como propio? ¿y que pasa en el
otro caso?
• El facilitador invita nuevamente a los grupos ya conformados a analizar,
por separado, qué cuidados entregamos a nuestro cuerpo. Todos los grupos
conversan e intercambian experiencias respecto a las actividades que desa-
rrollamos para cuidarnos y protegernos.
• El facilitador puede instigar la conversación con los siguientes ejemplos:
qué tipo de alimentación nos procuramos, qué tanto ejercitamos el cuerpo,
cuántas veces chequeamos nuestro estado de salud, cuánto seguimos las
indicaciones médicas cuando estamos enfermos, cuántas veces le dedica-
mos un momento de cariño al cuerpo y, por último, cuántas veces somete-
mos a nuestro cuerpo y a nuestra persona a riesgos innecesarios?.
• Se realiza la puesta en común por parte del grupo completo, liderado por el
facilitador, quién preguntará a los participantes que cosas han descubierto
en relación al cuidado del propio cuerpo. La reflexión deberá encaminarse
a instalar la idea que el cuerpo es la expresión más explícita de nuestro ser,
[154]
Metodologías
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
Metodología de evaluación
El facilitador solicita a cada participante que, en forma individual, anote en la
hoja que se le repartirá, aquellas acciones que cada uno realiza para cuidar su
cuerpo y su persona en el ámbito sexual y reproductivo.
El facilitador explicita que la hoja quedará para ellos y en forma anexa los invita
a hacer un compromiso escrito, en la misma hoja, consigo mismos en torno al
autocuidado en materia sexual y reproductiva.
Materiales a utilizar
- Papelógrafos
- Lápices
- Plumones de colores
- Hojas blancas o de colores
Idea fuerza
Mujeres y hombres tenemos derecho a una vivencia sexual y reproductiva
grata, placentera y libre de riesgos, así como acceso a información y medios
que nos permitan tal vivencia.
[155]
Metodologías
Propósito de la actividad
Tiene por objetivo evaluar y potenciar el reconocimiento del propio cuerpo
como un lugar que requiere de cuidados y que puede convertirse en el primer
paso hacia un estilo de vida más saludable.
Metodología de aplicación
• El facilitador entregará dos hojas a cada participante; una deberá contener
la silueta de un cuerpo y la otra, el contorno de rostro (Hoja de Rostro).
• Es deseable que la sala donde se realice la actividad tenga un clima de tran-
quilidad (por ejemplo, que la luz sea tenue o que exista música ambiental
que induzca a la relajación).
• El facilitador dará la siguiente instrucción: “Pensemos en nuestro cuerpo.
intentemos tomar conciencia del él. ¿Cómo estamos?, ¿qué parte de él nos
duele ahora?, ¿hay alguna ropa que nos incomode?, ¿qué músculos están
relajados y cuáles está algo tensos?, ¿cómo están nuestros ojos, nuestra
lengua?” etc. La idea es que los participantes puedan detectar su actual
estado corporal.
• Posteriormente, el facilitador deberá inducir recuerdos en los participantes,
en las siguientes secuencias temporales: hace un mes, hace un año y hace
10 años. Un posible comienzo para esta inducción sería: “Ahora que sabe-
mos cómo nos encontramos hoy, intentemos recordar cómo estábamos
hace un mes atrás, qué cosas han cambiado de nuestro cuerpo, cuáles han
permanecido iguales”. Es importante que el facilitador sea capaz de dar pis-
tas del cambio o permanencia, aludiendo a ciertas partes del cuerpo como:
color y largo del pelo, piel, altura, peso, lunares, tatuajes, arrugas, etc.
• Luego de pasar por las tres etapas, el facilitador les solicita a todos que
señalen en la silueta dibujada en la hoja, las partes del cuerpo que han cam-
biado (por ejemplo, con lápiz rojo) y aquellas que se han mantenido (con
lápiz azul). Luego hace lo mismo con la Hoja de Rostro. Será de especial cui-
dado que el facilitador pueda inducir con la mayor cantidad de detalles el
recuerdo de la cara, pues será esta hoja la que posteriormente se utilizará.
• Se les entrega un espejo y se solicita que cada participante reconozca si se
produjeron los cambios que había consignado en la Hoja del Rostro. Se les
invita a mirar también otros gestos de la cara como: sonrisa, guiño de ojos,
[156]
Metodologías
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
Metodología de evaluación
El facilitador solicita a cada participante que entregue sus opiniones de la acti-
vidad en plenario y que evalúe
Materiales a utilizar
- Hojas con perfil de cuerpo y de cara.
- Lápices rojos y azules por cada participante.
- Espejos (en su defecto, se puede dejar la mitad de la actividad para ser reali-
zada posteriormente a que los/las participantes puedan acudir a un espejo)
- Deseable: música ambiental
Idea fuerza
El cuerpo y la cara constituyen la primera fuente de nuestra identidad. Al
ser cuidados, también estamos fortaleciendo nuestra identidad y la valori-
zamos positivamente.
[157]
Metodologías
2.10. La fábula
Actividad de reflexión grupal
a partir de un breve relato, extraído del libro “Ética para Amador”, de Fernando Savater, que
pone en escena el tema de las decisiones y lo que ello implica en términos de costos y beneficios.
Propósito de la actividad
La actividad tiene por objetivo reflexionar sobre la libertad de elegir con la que
cuentan los seres humanos, a pesar de los obstáculos o presiones externas. A
partir de un texto general, los participantes deberán reflexionar respecto del
proceso de toma de decisiones en el ámbito sexual y reproductivo, así como de
las habilidades que poseen para ello.
Metodología de aplicación
• El facilitador invita a los participantes a conformar subgrupos cuyo número
dependerá de la cantidad de asistentes. Se recomienda que cada grupo no
exceda de seis personas.
• A continuación repartirá a cada grupo una hoja con el texto La Fábula.
• El facilitador invitará a los participantes a escuchar activamente el relato
que les leerá.
• Efectuada la lectura, el facilitador solicitará a cada subgrupo que analice
el texto leído y elabore una reflexión grupal sobre la base de las siguientes
preguntas:
* ¿Con qué se puede identificar esta fábula?
* ¿Se han visto en alguna situación parecida?
* ¿Cómo se aplica el contenido de la fábula en el terreno de las de-
cisiones que tomamos en materia sexual?
* ¿Qué han hecho (o harían) frente a una disyuntiva de este tipo en
el terreno sexual, por ejemplo respecto de tener o no actividad
sexual, o bien respecto de con quién tener actividad sexual, o qué
tipo de actividad sexual deciden tener?
* ¿Han analizado los costos y beneficios de sus decisiones en mate-
ria sexual?
• A continuación, el facilitador indica a los participantes que tendrán 20 mi-
nutos para conversar y elaborar las conclusiones del grupo a partir de las
preguntas contenidas al final del texto.
• Una vez que los grupos hayan terminado, el facilitador resumirá en un pa-
pelógrafo las principales conclusiones de cada grupo, colocando especial
[158]
Metodologías
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
Metodología de evaluación
Se entrega a cada participante una tarjeta de color, en la cual se le pide ano-
te aquello que más le cuesta al momento de tomar una decisión en el plano
sexual. Las tarjetas son colocadas en una bolsa. El facilitador las pegará a conti-
nuación en un papelógrafo que será expuesto en un lugar de la sala para que los
participantes puedan leerlo y escribir mensajes o soluciones a las dificultades
planteadas por el grupo. Todos los participantes leen el papelógrafo una vez
terminada la sesión.
Materiales a utilizar
- Hoja con el texto La Fábula con las preguntas para la reflexión grupal
- Papelógrafo
- Lápices
- Plumones de colores
- Tarjetas de cartulina de color
Idea fuerza
Mujeres y hombres tienen derecho a hacer valer sus decisiones en el ámbito
sexual y reproductivo.
[159]
Metodologías
Fábula
“Un barco lleva una importante carga de un puerto a otro. A medio tra-
yecto, le sorprende una tempestad. La única forma de salvar el barco y
la tripulación es arrojar por la borda el cargamento que, además de im-
portante, es pesado. El capitán se plantea el problema siguiente: ¿debo
tirar la mercancía o arriesgarme a capear el temporal con ella en la bo-
dega, esperando que el tiempo mejore o la nave resista?... desde luego,
si arroja el cargamento lo hará porque prefiere afrontar eso a enfrentar
el riesgo, pero sería injusto decir sin más que quiere tirarlo. Lo que de
verdad quiere es llegar a puerto con su barco, su tripulación y su mer-
cancía, eso es lo que más le conviene. Sin embargo, dadas las circuns-
tancias, prefiere salvar su vida y la de su tripulación a salvar la carga,
por importante que sea. ¡Ojalá no se hubiera levantado la maldita tor-
menta!, pero la tormenta no puede elegirla, es algo que se le impone,
algo que pasa, quiéralo o no. Lo que en cambio puede elegir es el com-
portamiento a seguir en el peligro que amenaza. Si tira el cargamento
por la borda lo hace porque quiere... y, a la vez, sin querer. Quiere vivir,
salvarse y salvar a los hombres que dependen de él, salvar su barco, pero
no quisiera quedarse sin la carga ni el provecho que representa, por lo
que no se desprenderá de ella sino muy a regañadientes. Preferiría sin
duda no verse en el trance de tener que escoger entre la pérdida de sus
bienes y la pérdida de su vida. Sin embargo, no queda más remedio y
debe decidirse: elegirá lo que quiera más, lo que crea más conveniente.
Podemos decir que es libre porque no le queda otro remedio que serlo,
libre de optar en circunstancias que él no ha elegido padecer”.
[160]
Metodologías
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
Propósito de la actividad
Su objetivo es explorar y socializar las significaciones que los jóvenes tienen con
respecto a la sexualidad.
Metodología de aplicación
• El facilitador introducirá la actividad diciendo que cada uno tiene ideas y
vivencias personales relacionadas con la sexualidad y que ésta es una invi-
tación a conectarse con ellas.
• Entregará a cada participante una hoja de trabajo y les pedirá que reflexio-
nen y la respondan individualmente y en silencio. Enfatizará que las res-
puestas son anónimas, por lo que se les invita a utilizar letra imprenta y
legible.
• Una vez que todos hayan terminado, el facilitador recogerá todas las hojas
y las repartirá al azar en el grupo.
• El facilitador entregará a cada participante scotch para que peguen las ho-
jas en alguna pared de la sala.
• Luego, los invitará a dar una vuelta por la sala leyendo las reflexiones de los
compañeros.
• El facilitador invitará a reflexionar respecto de lo que han podido descubrir
en la lectura de las hojas de todos los participantes. Fomenta la validez de
todas y cada una de las experiencias, reconociendo que la sexualidad es un
área del desarrollo que reviste particular interés durante la adolescencia, ca-
reciendo muchas veces de espacios y personas con quién conversar de ella.
[161]
Metodologías
1. La sexualidad es para mi
3. Cuando quiero tener más información para mi primera relación sexual, la encuentro en
8. Necesito saber más de
9. La masturbación es para mí
10. Cuando tenga actividad sexual me protegeré con/ me protejo con
11. Me parece anormal en una actividad sexual que
[162]
Metodologías
[ Orientaciones técnicas para la acción ]
Metodología de evaluación
Se pide a los participantes que se dividan en tres grupos. A cada uno de ellos se
les invita a escribir qué transformaciones culturales y aprendizajes consideran
importantes de abordar para que los adolescentes tengan vivencias sexuales
más placenteras y autodeterminadas. Los subgrupos las anotan en un pape-
lógrafo, que luego es colocado en algún lugar de la sala donde todos puedan
leerlos.
Materiales a utilizar
- Hojas de trabajo
- Scotch
- Papelógrafo
- Plumones
Idea fuerza
Cada persona tiene una vivencia particular de la sexualidad, donde se jue-
gan saberes, dudas, expectativas, valores. Aún así, es posible distinguir ex-
periencias que son comunes a la vivencia sexual de los adolescentes.
[163]
[Capítulo 8]
Respondiendo a situaciones concretas
Aspectos claves a desarrollar frente a situaciones específicas de los consultantes
En este capítulo se sintetizan algunos temas que los equipos de trabajo han su-
brayado como aquellos que, más allá de ser frecuentes, los enfrentan a desafíos
personales y relacionales en su quehacer laboral.
En las siguientes páginas hay afirmaciones que pueden ser conocidas respecto
de vivencias relacionadas con la salud sexual y reproductiva de los usuarios. Se
revisarán en el contexto de la mejor actitud frente a ellas, a favor de la vivencia
de a quién se asiste
El término negociación sexual alude a aquella interacción que define los límites
de la actividad sexual que se desea llevar a cabo, de forma de no pasar a llevar
los propios deseos ni de imponer la propia voluntad al compañero sexual.
[164]
[ Respondiendo a situaciones concretas ]
El uso y abuso de sustancias puede poner en jaque las habilidades para relacio-
narse de forma equitativa y asertiva y ello no sólo producto del estado alterado
como resultado del consumo sino, más importante aún, dada las variables rela-
cionales, de poder y emocionales vinculadas al contexto de adicción.
Visto desde esta perspectiva, la negociación como tal resulta un estándar de-
masiado elevado de logro, en un contexto de consumo, dependencia y code-
pendencia. Ello, sin embargo, no implica que no puedan existir transacciones de
algún tipo en materia sexual, ya sea por miedo, por evitar el reproche o la culpa
o para autogestionar el riesgo, entre otras.
• Ser capaz de escuchar y aprehender esa particular realidad, sin poner juicios
o filtros, producto de lo que para el profesional es o debiera ser una relación
sexual acordada y consensuada, es decir, de mutuo acuerdo.
• Evitar o dejar suspendida la definición (“estás siendo abusada”) para ceder
espacio a las propias definiciones de quién está viviendo esa situación.
• Favorecer el relato para descubrir el significado particular que la actividad
sexual está teniendo para esa persona (qué gana, qué pierde, qué manejo
está intentando hacer).
• Ayudar a reconocer las variables que pueden estar definiendo esa relación
no consensuada, para elaborar mejores actuaciones en ese mismo esce-
nario de manera de dejar a un lado visiones paralizantes y rígidas, como
podría ser la de víctima y victimario.
[165]
resulta una habilidad en falencia o donde no es posible ejercerla. Es más, la
habilidad de negociación sexual es un claro déficit en gran parte de las mujeres,
vinculado a la forma en la que se significa la entrega sexual, la cual aumenta
la vulnerabilidad física y psicológica. Muy probablemente en cada persona se
puede encontrar vivencias donde la negociación sexual no ha estado presente.
2. ¿Qué hacer, cuando una persona usa su cuerpo y la actividad sexual como
instrumento de transacción?
En cada una de estas situaciones lo común tiene que ver con la vulnerabilidad
presente, sobre todo al considerar que este tipo de prácticas acentúa la dificul-
tad para negociar un sexo protegido (en términos de exposición a ITS y VIH) y
placentero (posibilidad de derivar gratificación de la experiencia sexual).
Estas vulnerabilidades pueden acumularse de manera potencial, cuando existen
otro tipo de desigualdades, por ejemplo, de edad, de género, socioeconómicas
o de poder.
Así, frente a un usuario que nos relata una experiencia de este tipo, no cabe el
prejuicio o el sermón moral como práctica posible desde su rol como facilitador.
[166]
[ Respondiendo a situaciones concretas ]
Las prácticas sexuales están definidas a partir del sentido y significación que la
persona le da a su sexualidad y su vivencia sexual en un contexto específico,
en este caso, el contexto del consumo de drogas y la deprivación o carencia de
sentido.
Es posible que lo más evidente tenga que ver con un sentido práctico: con-
seguir droga o evitar que otro se interponga en la consecución de ésta. Pero
es probable también que el sentido sea diferente y más vinculante, como por
ejemplo, sentirse validado en un espacio donde ser un drogadicto no importe.
O bien, sentirse necesitado por alguien, o quizás sentir que es una buena forma
de pagar o expiar sus culpas, o gozar de ciertos privilegios que en su condición
de consumidor no podría acceder.
Incluso, es probable que el sexo, en este contexto, tenga más que ver con cariño
o agradecimiento, que con atracción o sentido de placer.
Con estos elementos diversos queda en evidencia que el quehacer del profesio-
nal deberá estar encaminado a:
[167]
3. ¿Es el aborto inducido una situación que empaña la vivencia sexual imposibili-
tando una actividad placentera en el futuro?
Así, una mujer con mayores y mejores recursos personales y sociales es capaz
de vivir la situación de embarazo no deseado de forma menos traumática, en
parte porque se sabe con mejor red de apoyo y con habilidades personales que
le permitirán afrontar en mejores condiciones esa situación. Puede ocurrir que
opte por un aborto. Cualquiera sea su decisión, generalmente ella obedece a
una elección. En muchas ocasiones una mujer en esta condición de elegir puede
percibir que existen nuevas oportunidades de ser madre, como también futuras
posibilidades de ejercer control sobre su fecundidad. Su reacción emocional será
producto de la tristeza acorde a la pérdida que ha decidido enfrentar.
51. Médicos del Mundo, “IX Informe de Exclusión social”, España, 2005.
52. Family Care International, Fichas informativas sobre salud sexual y reproductiva, New York,
2000.
53. OPS/OMS, “Taller sobre Género, Salud y Desarrollo. Guía de Facilitadores”, Washington, D.C:
1997.
[168]
[ Respondiendo a situaciones concretas ]
Probablemente una mujer con consumo de drogas es una persona que se per-
cibe a sí misma con escasa capacidad para ejercer control, para decidir a favor
de su beneficio; una mujer con experiencias poco exitosas para hacer frente a
decisiones, con experiencias de desamparo y autodestrucción. En este sentido.
es posible pensar que la situación de hacer frente a un embarazo no deseado
sea vivida psicológicamente con mayor vulnerabilidad.
[169]
Las reacciones pueden ser diversas. Como acompañantes de este proceso se
puede caer en la postura compasiva, paternalista, moralista, victimizadora o
sólo preocuparse de los aspectos técnicos a entregar para que la situación no se
repita (información sobre métodos de regulación de la fecundidad).
4. ¿Cómo apoyar a una mujer que siente disminuida su imagen corporal como
objeto de deseo y esto obstaculiza su goce sexual?
Desde esta perspectiva, es posible que cuando se instala de forma estable una
autoimagen disminuida -en términos de atractivo sexual-, esto se relacione con
[170]
[ Respondiendo a situaciones concretas ]
un bajo estado anímico que empaña la autoimagen en forma global, o bien con
una extrema focalización en sentimientos y pensamientos autodestructivos
que entorpecen o actúan como filtros frente a la retroalimentación que otros
puedan realizar respecto de los propios recursos eróticos.
Identificar y anclar en ella lo que aún identifica como recurso erótico, es otra
buena práctica. Probablemente, su extrema focalización en la imagen física ha
dificultado que recupere y refuerce aquello que existe en ella como recurso
erótico independiente de su cuerpo, por ejemplo, su movimiento, su cadencia,
su capacidad para sentir, su risa, su mirada, su capacidad para hacer sentir al
otro cosas gratas. Todo ello es parte del atractivo sexual de una persona y, en
muchos caso, poseen mayor fuerza que el sólo cuerpo como objeto erótico.
Apoyar la construcción de una imagen sensual renovada, que contenga los re-
cursos identificados, sin negar aquello que se ha perdido y aceptando los cam-
bios y modificaciones corporales, puede ser un ejercicio desafiante que impli-
que una atención positiva en el campo erótico.
Recuperar el permiso para disfrutar el contacto corporal, para volver a sentir los
matices y diferencias de las diversas caricias, abrir la experiencia a los refuerzos
[171]
que otro pueda realizar en función de los recursos puestos en escena, pueden
ser instigados promoviendo experiencias conscientes sin utilización de sustan-
cias, que más bien tienden a menoscabar la capacidad sensitiva que a exaltarla.
5. ¿En qué consiste el apoyo técnico con jóvenes respecto de su vivencia sexual?
A la hora de brindar apoyo sobre la temática sexual a jóvenes hay que tener
presente que todas las personas poseen aprendizajes y experiencias relacio-
nadas con la vivencia sexual desde su nacimiento. Las formas de crianza, el
conocimiento y valoración del cuerpo, lo permitido y lo prohibido del compor-
tamiento propio o el de otros, es un aprendizaje que se hace día a día desde el
momento de nacer. Por tal razón, a la hora de brindar apoyo y acompañamiento
en esta temática, es importante que los técnicos y profesionales conozcan, res-
peten y valoren este aprendizaje ya adquirido.
Temas como una sola pareja, tener sexo cuando se está realmente seguro o ena-
morado o tener relaciones sexuales después de cierta edad, pueden ser ideas
que reflejan la idea del profesional sobre la vivencia sexual y no representar en
absoluto los valores del joven y, por tanto, sentirse conducido a una vivencia
que les es ajena e impuesta.
[172]
[ Respondiendo a situaciones concretas ]
Cuando se trabaja con jóvenes que tienen problemas con el consumo de sus-
tancias, es necesario redoblar los esfuerzos por ver aquellos comportamientos
propios de la juventud, que no se cruzan con el consumo de tal o cual sustancia.
Los jóvenes, como se espera en una sociedad como la nuestra, pueden llegar a
ser (no siempre, ni en todos los casos) más trasgresores de normas y compor-
tamientos sociales que el resto de la población; pueden vivenciar y demostrar
sus emociones con mayor ímpetu o exponerse más a situaciones o comporta-
mientos de riesgo, ya sea por desconocimiento, por imposición o por opción,
que en otras edades o etapas de vida. Así también, poseen una ética y valores
sexuales propios, comportamientos de cuidado (algunas veces poco efectivos,
como el coito interrumpido para evitar un embarazo no deseado) y opciones de
vida que han facilitado o entorpecido hasta hoy la mantención de su estado de
salud asociado a su sexualidad, que va más allá del hecho de ser un consumidor
de tal o cual sustancia.
Para poder ser un referente consultivo de estos jóvenes es necesario contar con
conocimientos sólidos en salud sexual y reproductiva, ser empático, respetuoso
de la diversidad, privilegiar la escucha por sobre los consejos, respetar la confi-
dencialidad, darse el tiempo para conocer las éticas y valores de los jóvenes, no
intentar cambiarlos, sino mostrarles que existen otras formas de vivir la sexua-
lidad que pueden ser integradas a su proyecto de vida y que pueden favorecer
una vivencia sexual más grata y más relajada55.
[173]
En nuestra sociedad, hablar de salud sexual, y especialmente de sexo, puede
provocar reacciones muy diversas a cualquier edad; reírse, ruborizarse, o no
querer hablar son respuestas que se dan con mucha frecuencia y los jóvenes
no son la excepción. Es por eso que es necesario, a las habilidades del monitor,
sumar un espacio de significación, donde lo que ellos saben u opinan cuenta,
es válido, es factible darse permiso para aprender de ellos, reforzar sus buenas
ideas y sus recursos.
Para esto se debe tener mucho cuidado de no imponer visiones, creencias y va-
lores sociales o personales que se consideran más validos u oportunos sólo por
el hecho de ser los propios o imperantes en la sociedad actual.
[174]
[ Respondiendo a situaciones concretas ]
56. Cuadro adaptado de La Guía Nacional para la Educación Sexual Integral para la Juventud
Hispana/Latina. Kindergarten-Grado 12, del Consejo de Información y Educación Sexual de
los Estados Unidos (SIECUS), 1995.
[175]
Habilidades Personales
Identificar y vivir de acuerdo a sus valores.
Ser responsable de su propio comportamiento.
Practicar la toma de decisiones efectiva.
Comunicarse efectivamente con la familia, sus pares y parejas.
Comportamiento Sexual
Disfrutar y expresar su sexualidad a lo largo de su vida.
Expresar su sexualidad de manera congruente con sus valores.
Disfrutar de los sentimientos sexuales sin tener necesariamente que llevarlos a cabo.
Discriminar entre los comportamientos sexuales que realcen su vida y aquellos que son dañinos para sí mismo y/o para
otros.
Expresar su sexualidad mientras respeta los derechos de los demás.
Buscar nueva información para realzar su propia sexualidad.
Entablar relaciones sexuales que se caractericen por su honestad, equidad y responsabilidad.
Salud Sexual
Usar anticonceptivos de manera efectiva para evitar embarazos no deseados.
Prevenir el abuso sexual.
Actuar de manera consistente con sus propios valores cuando tenga que lidiar con un embarazo no deseado.
Buscar cuidado pre-natal al principio del embarazo.
Evitar contraer y transmitir enfermedades sexuales, incluyendo el VIH.
Practicar comportamientos de promoción de la salud tal como exámenes médicos regulares, auto-exámenes de los senos y
testículos, e identificación temprana de posibles problemas.
Sociedad y Cultura
Demostrar respeto por las personas con diferentes valores sexuales y estilos de vida.
Reconocer que el habitual estrés intergeneracional y los conflictos de valor entre los miembros de la familia son
acrecentados por los diferentes grados de aculturación
Ejercitar su responsabilidad democrática para influir en la legislación sobre temas sexuales.
Evaluar el impacto de la familia, cultura, religión, medios de comunicación y mensajes sociales, sobre sus propios
pensamientos, sentimientos, valores y conductas relacionadas con la sexualidad
Promover el derecho de todas las personas a recibir información precisa sobre la sexualidad.
Evitar conductas que exhiban prejuicio e intolerancia.
Rechazar estereotipos sobre la expresión sexual de diversos grupos culturales.
Educar a otros sobre la sexualidad.
[176]
[ Respondiendo a situaciones concretas ]
[177]
Así también, es importante reconocer cuál es el grado de tolerancia que el pro-
fesional tiene con este tema. Si ese grado de tolerancia es bajo y se ve enfrenta-
do a situaciones relativas a la orientación sexual, quizás es necesario apoyar sus
conversaciones o intervenciones con otros integrantes del equipo de trabajo.
Esta recomendación no es sólo válida para los casos referidos a la orientación
sexual; sino que para cualquier tema que provoque rechazo o lo afecte, el apoyo
o supervisión con los demás integrantes del equipo es una herramienta impor-
tante de tomar en cuenta.
Esta situación puede existir de distintas formas. Por una parte, el reconocimien-
to público en nuestra sociedad para las personas que se reconocen como ho-
mosexuales o bisexuales (por ejemplo, en su entorno familiar) puede conver-
tirse en un camino de incomprensiones, rechazos y desuniones. El consumo de
drogas puede estar asociado a evadir este tipo de sentimientos, como forma
de mitigar el dolor que experimentan. En este sentido, la recomendación es
ser realistas. Ni el consumo permite que ese rechazo social no exista ni es tan
probable que aún enfrentando de la mejor forma al entorno social, se esté libre
de discriminaciones. Es importante partir aceptando que no es una tarea fácil
aceptar la diferencia en cualquier tipo de situación. Sólo como ejemplo: imagí-
nese viviendo en una sociedad donde la mayoría de la gente es homosexual y
resulta que usted pertenece a la minoría, es decir, es heterosexual. ¿Cómo ex-
plica que usted es diferente? Incluso no es necesario hacer ciencia ficción, sólo
preguntarse ¿cómo llegó a ser heterosexual (en caso que lo sea)?, ¿qué hicieron
sus padres para que usted fuese heterosexual?, ¿qué juegos le enseñaron para
llegar a este estado de heterosexualidad?, ¿cómo fue su primera experiencia de
este tipo? La misma incomodidad que producen estas preguntas en usted, po-
drían incomodar a alguien con orientación homosexual, pues esta orientación
[178]
[ Respondiendo a situaciones concretas ]
sexual no se elige. Así, la labor profesional debiese estar enfocada a evaluar las
situaciones que la persona quiere enfrentar y la forma de hacerlo de manera
realista, tolerando grados de frustración, así como previendo algunos aciertos.
Otra situación que puede ser contenida por esta pregunta es aquella en que las
personas que están en tratamiento incursionan, sólo bajo la influencia de dro-
gas, en conductas sexuales con otras del mismo sexo. Algunos podrán decir que
esa persona es homosexual, pero que sólo en ese contexto es capaz de develar
su orientación verdadera. Quizás puede ser así, pero también es importante
recordar que muchas personas que consumen drogas manifiestan comporta-
mientos diferentes a los que haría si estuviese sin consumo. Por ejemplo, hay
personas que refieren sacar personalidad y despliegan habilidades sociales des-
conocidas en ellas; otras son capaces de calmar su ansiedad y se vuelven más
tranquilas; o también hay quienes incurren en conductas delictivas o de alto
riesgo que no son parte de su repertorio (violencia o conducir a altas velocida-
des, por ejemplo). Entonces, nuevamente la recomendación de buena práctica
es tener cautela con hacer interpretaciones de la orientación sexual de la perso-
na. Esa conducta –tener actividad sexual con personas del mismo sexo- debiese
ser tratada tal como las otras conductas: hacer presente que se está haciendo
algo que no se haría en otro estado, evaluar los riesgos de dicha conducta e
intentar prevenirlos, entre otras acciones.
Por último, otra situación relativa a este tópico puede estar relacionada con
aquellas personas que sienten culpa de que otra se defina como homosexual.
Por ejemplo, pudiera suceder que una madre o padre que, producto del
consumo de drogas, no estuvo particularmente presente en la crianza de sus
hijos y uno de ellos manifiesta ser homosexual. O el mismo caso aplicado a un
hermano mayor quien se reprocha no haber cuidado a su hermano que hoy
es homosexual. Es importante considerar que las personas que se recriminan
por este efecto tienen, al menos, dos situaciones que enfrentar: una es que
tienen una percepción de que la homosexualidad es un déficit, defecto o
daño (nadie se culparía de algo positivo); la otra, es que la homosexualidad
es provocada o determinada en algún grado por la presencia o ausencia de
los padres, madres o cuidadores, en general. Un dato interesante de manejar
es que, en la mayoría de las ocasiones, ante la revelación de la orientación
homosexual de un hijo, la madre o el padre se pregunten qué hicieron mal. La
buena práctica, en este caso, es ser respetuoso de esta inquietud de la persona.
En un primer minuto, intentar convencerlo de lo contrario no tendrá mucho
efecto. En un segundo momento, es interesante informar que hay personas
[179]
homosexuales con diferentes biografías de vida: personas que fueron bien
cuidadas, personas que nacieron y se criaron en ambientes con pocos recursos
económicos, personas con alto nivel cultural, grandes científicos, de diversas
razas, etc. Son muy diversas las condiciones de las personas homosexuales. Por
otra parte, sería una tarea a largo plazo enfrentar los mitos o creencias que se
tienen de las personas homosexuales, por ejemplo, que son hipersexuadas, que
no discriminan con quien se juntan, que no tienen deseos de formar familias o
estar en pareja, que les gusta la vida sin responsabilidades, entre otros mitos.
Tal como el resto de la población, las personas homosexuales presentan gran
diversidad de gustos y preferencias y es seguro que no son todas iguales.
[180]
[ Fuentes de referencia ]
Fuentes de Información
Para finalizar este manual, se entregan una serie de fuentes de referencia a las
cuales se puede acceder para profundizar los temas tratados o hacer consultas
más específicas. Se han dividido por temas.
• Otra instancia que a nivel nacional trabaja en torno a los derechos, ciuda-
danía y prevención del VIH/SIDA es la Corporación Chilena de Prevención
del SIDA, quienes cuentan con el portal web www.acciongay.cl
[181]
2. Sexualidad y procreación. La Iglesia Católica
[182]
[ Fuentes de referencia ]
[183]