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Introducción
El Helicobacter pylori (H. pylori) es un tipo de bacteria que causa infecciones en el estómago. Se encuentra,
aproximadamente, en dos tercios de la población mundial. Es posible que se transmita por agua y alimentos
contaminados, pero los investigadores no están seguros. Puede causar úlceras pépticas y cáncer de
estómago.
Si usted tiene síntomas de una úlcera péptica, el médico le hará pruebas de sangre, aliento o heces para
ver si contiene H. pylori. El mejor tratamiento es una combinación de antibióticos y medicamentos que
reducen el ácido estomacal (llamados antiácidos). Usted tendrá que hacerse otra prueba después del
tratamiento, para asegurarse de que la infección haya desaparecido.
El H pylori ingresa a la pared mucosa del estómago y se adhiere al revestimiento del estómago.
El H pylori causa que se produzca más ácido estomacal. Esto daña el revestimiento del estómago, causando úlceras en
algunas personas.
Además de las úlceras, la bacteria H pylori causa una inflamación crónica en el estómago (gastritis) en la
parte superior del intestino delgado (duodenitis).
En ocasiones el H pylori puede causar cáncer de estómago o un tipo de linfoma estomacal poco frecuente.
La infección por Helicobacter pylori (H. pylori) es una infección bacteriana que
provoca inflamación del estómago (gastritis), úlcera gastroduodenal y ciertos
tipos de cáncer de estómago.
La infección está provocada por un tipo de bacteria llamada Helicobacter pylori (H. pylori).
Los síntomas de la infección por H. pylori consisten en indigestión (dispepsia) y dolor o malestar en
la mitad superior del abdomen.
Los médicos suelen basar el diagnóstico en los resultados de una prueba de aliento y en la
exploración del estómago utilizando una sonda flexible de visualización (endoscopia digestiva alta).
El tratamiento consiste en la administración de antibióticos.
La infección por Helicobacter pylori, un tipo de bacteria, es la causa más frecuente de gastritis y de úlcera
gastroduodenal (úlcera péptica) en todo el mundo. La infección es muy común y aumenta con la edad. A los
60 años, alrededor del 50% de las personas están infectadas. La infección es más frecuente entre las personas
de ascendencia africana, latinoamericana y asiática.
H. pylori se encuentra en las heces, la saliva y la placa dental. Las infecciones por H. pylori se pueden
transmitir de persona a persona, especialmente si las personas portadoras de la bacteria no se lavan las
manos minuciosamente después de cada deposición. La infección también puede producirse si una persona
se lleva la mano a la boca después de tocar un objeto (como una toalla) contaminado por heces infectadas.
Como la bacteria también se puede transmitir a través de los besos u otro contacto cercano, las infecciones
tienden a agruparse en las familias y entre las personas que viven en residencias de ancianos y otras
instalaciones supervisadas.
Las bacterias H. pylori crecen en la capa mucosa protectora del revestimiento gástrico, donde están menos
expuestas a los jugos gástricos, muy ácidos. Además, H. pylori produce amoníaco, que ayuda a protegerla del
ácido gástrico permitiéndole romper la capa de moco y penetrar en su interior. Prácticamente todas las
personas con infección por H. pylori desarrollan gastritis, que puede afectar la totalidad del estómago o solo
la parte inferior (antro). Esta infección puede a veces derivar en gastritis erosiva, y tal vez incluso en una
úlcera gástrica (estomacal). La bacteria H. pyloricontribuye a la formación de úlceras porque aumenta la
producción de ácido, altera las defensas normales del estómago contra el ácido gástrico y produce toxinas.
Síntomas
La mayoría de las personas con gastritis debida a una infección por H. pylori no desarrollan síntomas, pero
quienes sí los desarrollan presentan los típicos de la gastritis, entre los que se incluyen la dispepsia y el dolor
o malestar en la zona superior del abdomen.
Las úlceras causadas por la infección con H. pylori provocan síntomas similares a los de las úlceras causadas
por otros trastornos, incluyendo dolor en la parte superior del abdomen.
Diagnóstico
Análisis de sangre, aliento o heces
A veces, endoscopia digestiva alta
La presencia de H. pylori se puede detectar mediante análisis de sangre, pruebas del aliento y análisis de
muestras de heces. Sin embargo, dado que los análisis de sangre pueden seguir dando resultado positivo
hasta 3 años después de que la infección por H. pylori se haya eliminado, a menudo se utiliza la prueba del
aliento para confirmar el éxito del tratamiento.
A veces el médico emplea una sonda flexible de visualización (endoscopio) para hacer una endoscopia
digestiva alta con el objetivo de obtener una muestra de la mucosa gástrica para su examen al microscopio
(biopsia).
Pronóstico
En personas que no han sido tratadas con antibióticos, se estima que la probabilidad de recurrencia de la
úlcera gastroduodenal causada por una infección con H. pylori es mayor del 50% en el periodo de 1 año. Este
porcentaje disminuye a menos del 10% en personas que sí han sido tratadas con antibióticos. Además, el
tratamiento de la infección por H. pylori puede curar las úlceras que se han resistido a tratamiento previos.
Tratamiento
Antibióticos y un inhibidor de la bomba de protones
La infección por H. pylori debe tratarse con antibióticos. El tratamiento más utilizado para la infección
por H. pylori consiste en un inhibidor (ver Fármacos utilizados en el tratamiento de las úlceras
gastroduodenales) de la bomba de protones para reducir la producción de ácido en combinación con dos
antibióticos, como la amoxicilina y la claritromicina, administrados dos veces al día durante 14 días.
La combinación de subsalicilato de bismuto (un fármaco similar al sucralfato), tetraciclina (un antibiótico),
metronidazol (un antibiótico) y un inhibidor de la bomba de protones es otra opción muy generalizada. Sin
embargo, este tratamiento requiere que la persona afectada tome un total de cuatro fármacos hasta 4 veces al
día durante un periodo de 14 días. Las personas que sufren úlceras duodenales o gástricas toman inhibidores
de la bomba de protones durante 4 semanas como mínimo.
Síntomas
La mayoría de las personas con infección por H. pylori nunca presenta signos ni síntomas. No
está claro por qué ocurre esto, pero puede que algunas personas nazcan con una resistencia
mayor a los efectos nocivos de H. pylori.
Cuando se manifiestan los signos y síntomas de la infección por H. pylori, estos comprenden:
Causas
Todavía no se conoce la manera exacta en que la H. pylori produce una infección. La bacteria
H. pylori puede transmitirse de una persona a otra por contacto directo con saliva, vómito o
materia fecal. La H. pylori también puede transmitirse a través de alimentos o agua
contaminados.
Factores de riesgo
El H. pylori a menudo se contagia en la infancia. Los factores de riesgo para la infección por
H. pylori están relacionados con las condiciones de vida en tu infancia, tales como:
Vivir en condiciones de hacinamiento. Si vives en una casa con muchas otras personas,
tienes más riesgo de una infección por H. pylori.
Vivir sin una fuente confiable de agua limpia. Tener un suministro confiable de agua
limpia y potable contribuye a reducir el riesgo de H. pylori.
Vivir en un país en vías de desarrollo. Las personas que viven en países en vías de
desarrollo, donde el hacinamiento y las condiciones de vida insalubres pueden ser más
frecuentes, tienen más riesgo de infección por H. pylori.
Vivir con una persona que tiene infección por H. pylori. Si vives con una persona que
tiene H. pylori, es más probable que también tengas H. pylori.
Complicaciones
Las complicaciones relacionadas con la infección por H. pylori comprenden:
Úlceras. El H. pylori puede dañar la mucosa protectora del estómago y del intestino
delgado. A causa de esto, el ácido estomacal puede producir una llaga abierta (úlcera).
Cerca del 10 por ciento de las personas con H. pylori tienen una úlcera.
Inflamación de la mucosa del estómago. La infección por H. pylori puede irritar el
estómago, lo que provoca una inflamación (gastritis).
Cáncer de estómago. La infección por H. pylori es un factor de riesgo importante para
ciertos tipos de cáncer de estómago.
Prevención
En regiones del mundo donde la infección por H. pylori y sus complicaciones son frecuentes,
los médicos a veces hacen análisis a personas sanas en busca de H. pylori. Existe una
controversia entre los médicos sobre si es beneficioso tratar H. pylori cuando no se observan
signos ni síntomas de la infección.
Consulta con tu médico si te preocupa la posibilidad de tener una infección por H. pylori o
piensas que tienes un gran riesgo de contraer cáncer de estómago. Juntos pueden decidir si te
será beneficioso un análisis para la detección de H. pylori.
Exámenes para H. pylori
La Helicobacter pylori (H. pylori) es la bacteria (microbio) responsable de causar la mayoría de las úlceras
duodenales y estomacales y muchos casos de inflamación del estómago (gastritis crónica).
Forma en que se realiza el examen
Hay varios métodos para analizar la infección por H. pylori.
Prueba del aliento (prueba del aliento con urea [PAU] marcada con un isótopo de carbono)
Hasta 2 semanas antes del examen, usted debe dejar de tomar cualquier antibiótico, medicamentos que contengan
bismuto, tales como Pepto-Bismol e inhibidores de la bomba de protones (IBP).
Durante el examen, usted traga una sustancia especial que contiene urea. La urea es un producto de desecho que el
cuerpo produce a medida que descompone la proteína. La urea utilizada en este examen ha sido convertida en
radiactiva, pero es inocua.
Si la H. pylori está presente, las bacterias convierten la urea en dióxido de carbono, el cual se detecta y se registra en su
respiración exhalada después de 10 minutos.
Este examen puede identificar a casi todas las personas que tienen H. pylori. También se puede emplear para confirmar
que la infección haya sido tratada por completo.
Exámenes de sangre
Los exámenes de sangre se usan para medir los anticuerpos contra H. pylori. Los anticuerpos son proteínas producidas
por el sistema inmunitario del cuerpo cuando este detecta sustancias dañinas como las bacterias.
Los exámenes de sangre para H. pylori solo pueden decir si el cuerpo tiene anticuerpos con esta bacteria. No pueden
determinar si usted tiene una infección actual o por cuánto tiempo la ha tenido. Esto se debe a que el examen sigue
siendo positivo durante años aun cuando la infección se haya curado. En consecuencia, los exámenes de sangre no se
pueden usar para ver si la infección se ha curado después del tratamiento.
Examen coprológico
Un examen coprológico puede detectar rastros genéticos de la H. pylori en las heces.
Este examen se puede emplear para diagnosticar la infección y confirmar la curación después del tratamiento.
Biopsia
Una muestra de tejido, llamado biopsia, se toma del revestimiento del estómago. Esta es la manera más exacta de decir
si usted tiene infección por H. pylori.
Para extraer la muestra de tejido, a usted le practican un procedimiento llamado endoscopia. Este procedimiento se
realiza en el hospital o en un centro ambulatorio.
Por lo regular, se toma una biopsia si se necesita la endoscopia por otras razones. Las razones incluyen diagnosticar la
úlcera, tratar cualquier sangrado o cerciorarse de que no haya cáncer.
Qué es
La bacteria Helicobacter pylori (H. pylori) es la causante de las úlceras pépticas (lesiones en las membranas
del estómago, el intestino delgado o el esófago). En este análisis, la muestra de materia fecal (heces) se
utiliza para determinar si hay antígenos H. pylori en el sistema gastrointestinal del niño. Los antígenos son
sustancias que estimulan al sistema inmunológico a reaccionar contra una infección.
Preparación
A diferencia de la mayoría de los análisis de laboratorio, la muestra de heces suele ser recolectada por los
padres en casa, no por un profesional de la salud en el hospital o clínica. Se le pedirá a su hijo que durante
las 2 semanas previas al análisis no tome ciertos medicamentos, como antibióticos, antiácidos, bismuto o
medicamentos para tratar úlcera péptica como inhibidores de la bomba de protones o agentes bloqueadores
H2.
Procedimiento
El médico o el laboratorio del hospital suelen entregar instrucciones por escrito sobre la manera en que se
debe recolectar la muestra de materia fecal. Si no le dan instrucciones, aquí tiene algunos consejos para
recolectar la muestra de heces de su hijo:
1. Asegúrese de utilizar guantes protectores y de lavar bien sus manos y las de su hijo al
finalizar.
2. Los niños más pequeños no siempre son capaces de avisar a sus padres cuando van a mover
el vientre. Por lo tanto, se utiliza recipiente plástico con forma de sombrero para recolectar la
muestra. Este dispositivo se puede colocar rápidamente sobre el inodoro o debajo de la cola de
su hijo para recolectar la muestra. El uso de un dispositivo de recolección puede evitar la
contaminación de las heces con agua o suciedad. Otra manera de recolectar la muestra
consiste en colocar una envoltura plástica floja sobre el asiento del inodoro. Después, la
muestra de materia fecal se coloca en un recipiente limpio y sellado para llevarla al
laboratorio.
3. También se puede utilizar un envoltorio plástico para forrar el pañal de un bebé o un niño
pequeño que aún no usa el inodoro. El envoltorio se debe colocar de manera tal que la orina se
derrame hacia el pañal y no hacia el envoltorio. No permita que la materia fecal toque el
interior del pañal descartable ya que la tela tiene por lo general propiedades antibacterianas
que pueden interferir con el resultado del análisis.
4. Su hijo no debe orinar dentro del recipiente. Si es posible, pídale a su hijo que vacíe su vejiga
antes de mover el vientre.
5. La materia fecal se debe recolectar en frascos de plástico, limpios y secos con tapas a rosca.
Quizás su hijo tenga que recolectar la muestra de heces una o más veces. Para obtener
mejores resultados, es conveniente llevar la muestra rápidamente al laboratorio. Si esto no es
posible, la materia fecal se debe refrigerar y luego llevar al laboratorio lo antes posible.
También es posible que el médico o la enfermera recojan una muestra de materia fecal insertando un
hisopo en el recto del niño.
Qué esperar
Cuando la muestra llega al laboratorio, se coloca una pequeña cantidad de materia fecal en tubitos. Se
agregan ciertas sustancias químicas y coloranter. Al final del análisis, la aparición del color azul indica que
existen antígenos H. pylori.
Riesgos
Ayudar a su hijo
La recolección de muestras de materia fecal es indolora. Explíquele a su hijo que la recolección de materia
fecal no le dolerá, pero que es necesario hacerlo con cuidado. Si su hijo es mayor, podrá recolectar la
muestra solo para evitar hacerle pasar vergüenza. Indíquele a su hijo cómo hacerlo correctamente. Si la
muestra se recoge mediante el uso de un hisopo, es posible que su hijo sienta una pequeña presión en el
recto mientras se realiza el procedimiento.
Gastritis
La gastritis ocurre cuando el revestimiento del estómago resulta hinchado o inflamado.
La gastritis puede durar solo por un corto tiempo (gastritis aguda). También puede perdurar durante meses
o años (gastritis crónica).
Causas
Las causas más comunes de gastritis son:
Ciertos medicamentos, como ácido acetilsalicílico (aspirin), ibuprofeno o naproxeno y otros fármacos similares
Consumo excesivo de alcohol
Infección del estómago con una bacteria llamada Helicobacter pylori
Las causas menos comunes son:
Consumo de cocaína
Estrés extremo
Infección viral, como citomegalovirus y el virus del herpes simple (ocurre con más frecuencia en personas con un
sistema inmunitario débil)
Un traumatismo o una enfermedad grave y repentina como una cirugía mayor, insuficiencia renal o el hecho
de estar con un respirador pueden causar gastritis.
Las úlceras pépticas en el estómago se llaman úlceras gástricas. Las úlceras que se producen en el duodeno se
llaman úlceras duodenales. Las personas pueden sufrir de una úlcera gástrica y duodenal a la misma vez.
También pueden presentar una úlcera péptica más de una vez en sus vidas.
Las úlceras pépticas son comunes. Cada año en los Estados Unidos, cerca de 500,000 personas desarrollan
una úlcera péptica.1
Las úlceras pépticas no son causadas por estrés ni por comer comidas picantes, pero ambas pueden
empeorar los síntomas de la úlcera. Fumar y tomar bebidas alcohólicas puede empeorar las úlceras y hasta
evitar que sanen.
¿Qué es H. pylori?
H. pylori es un tipo de bacteria—un germen que puede causar infección. La infección por H. pylori es común,
sobre todo en países en vías de desarrollo, y usualmente comienza durante la niñez. Los síntomas por lo
general no aparecen hasta alcanzar la edad adulta, aunque la mayoría de personas nunca presentan
síntomas.
H. pylori causa más de la mitad de las úlceras pépticas en todo el mundo.2 La bacteria causa las úlceras
pépticas al dañar el revestimiento mucoso que protege el estómago y el duodeno. El daño al revestimiento
mucoso permite que los potentes ácidos estomacales atraviesen el sensible revestimiento debajo del
estómago y duodeno. Juntos, el ácido estomacal y H. pyloriirritan el revestimiento del estómago y duodeno y
causan una úlcera.
Sin embargo, la mayoría de personas con H. pylori no desarrollan úlceras. Aún se desconoce porque la
bacteria causa úlceras en ciertas personas pero no en otras. Es probable, que el desarrollo de la úlcera
dependa de las características de la persona infectada; del tipo de cepa de H. pylori presente; y de otros
factores que los investigadores aún desconocen.
Otros estudios están investigando cómo se propaga la infección de una persona infectada a una persona no
infectada. Los estudios sugieren que al entrar en contacto con la materia fecal o el vómito de una persona
infectada, se puede propagar la infección H. pylori. Y también se ha encontrado H. pylori en la saliva de
algunas personas infectadas, de modo que la bacteria también puede propagarse por contacto directo con la
saliva de una persona infectada.
pérdida de peso
falta de apetito
hinchazón
eructos
náuseas
vómitos
Síntomas de emergencia
Una persona que tenga cualquiera de los siguientes síntomas debe llamar inmediatamente a un médico:
dolor de estómago agudo, repentino, persistente e intenso
heces sanguinolentas o negras
vómito con sangre o vómito que parece poso de café
Estos síntomas de “alarma” pueden ser señales de un problema grave, tal como
Después, el médico hará pruebas para ver si el paciente está infectado con H. pylori. Dichos exámenes son
importantes porque el tratamiento de una úlcera causada por H. pylori es diferente del tratamiento de una
úlcera causada por AINE.
Los médicos pueden diagnosticar H. pylori mediante una de tres simples pruebas no invasivas a través de la
sangre, el aliento o las heces del paciente. Debido a que las pruebas del aliento y las heces detectan H.
pylori con mayor exactitud que la prueba de sangre, algunos médicos prefieren usar una de estas dos
pruebas. Las pruebas descritas a continuación se realizan con facilidad, a menudo en un entorno ambulatorio
tal como un consultorio médico o laboratorio.
La prueba de sangre. Se extrae una muestra de sangre de la vena del paciente, que se examina
para detectar anticuerpos contra H. pylori. Los anticuerpos son sustancias que el cuerpo produce
para combatir sustancias nocivas e invasoras—llamados antígenos—tal como la bacteria H. pylori.
La prueba de aliento con urea. El paciente ingiere una capsula, líquido o pudín que contiene
urea “marcada” con un átomo de carbono especial. Luego de pocos minutos, el paciente respira
dentro de un recipiente, soltando dióxido de carbono. Si el átomo de carbono especial se
encuentra en el aire expulsado, H. pylori está presente, pues la bacteria contiene grandes
cantidades de ureasa, una sustancia química que descompone la urea en dióxido de carbono y
amoniaco.
La prueba de antígeno en heces. El paciente proporciona una muestra de heces, que se
analiza para detectar antígenos de H. pylori.
Técnicas invasivas
Si el paciente presenta cualquier síntoma de alarma, el médico ordena una endoscopia o tránsito
esofagogastroduodenal, conocido en inglés como “upper gastrointestinal (GI) series”. Muchos médicos
también recomiendan estas pruebas para pacientes que hayan sufrido los primeros síntomas de úlcera
péptica alrededor de los 50 años de edad. Las pruebas usualmente se realizan como un procedimiento
ambulatorio en un hospital, y ambos procedimientos son indoloros y permiten que el médico vea adentro del
estómago y duodeno del paciente.
Para la endoscopia, se seda levemente al paciente. El médico pasa un endoscopio— un tubo delgado, con una
luz y una cámara diminuta en su extremo—en la boca del paciente que pasa a través de la garganta al
estómago y duodeno. Con este instrumento, el médico puede examinar en detalle el revestimiento del
esófago, estómago y duodeno.
El médico puede usar el endoscopio para tomar fotos de úlceras o para extirpar un pequeño pedazo de
tejido—no más grande que el cerillo de un fósforo—para examinarlo bajo un microscopio. A este
procedimiento se lo conoce como biopsia. El tejido de la biopsia se examina para ver si presenta H. pylori.
Si una úlcera está sangrando, el médico puede usar un endoscopio para inyectar medicinas que ayuden a
coagular la sangre o guiar una sonda térmica que queme el tejido para detener el sangrado—un proceso
llamado cauterización.
Para un tránsito esofagogastroduodenal, el paciente beberá un líquido blanco y terroso parecido al yeso
llamado bario. El bario permite que el esófago, estómago, duodeno y cualquier úlcera aparezcan en una
radiografía. No es necesaria la sedación para este procedimiento.
Para eliminar a H. pylori se usan antibióticos. Los regímenes de antibióticos pueden diferir en todo el mundo
debido a que ciertas cepas de H. pylori se han vuelto resistentes a ciertos antibióticos, lo que significa que un
antibiótico que antes destruía a la bacteria, ya no es eficaz. Los médicos siguen atentamente las
investigaciones sobre tratamientos antibióticos para la infección de H. pylori para saber que estrategia de
tratamiento destruirá que tipo de cepa.
Los medicamentos que reducen el ácido estomacal comprenden los inhibidores de la bomba de protones
(IBP por sus siglas) y los antagonistas de los receptores de histamina (antihistamínicos H2). Estas medicinas
reductoras de ácido gástrico ayudan a disminuir el dolor ulceroso después de algunas semanas y favorecen la
curación de la úlcera. Los antihistamínicos H2 y los IBP actúan de diferentes maneras:
Los IBP suprimen la producción de ácido al interrumpir el mecanismo que bombea ácido hacia el
estómago.
Los antihistamínicos H2 bloquean la histamina, sustancia que estimula la secreción de ácido
gástrico.
Aunque los IBP no pueden eliminar la bacteria H. pylori, los estudios señalan que sí ayudan en combatir la
infección de H. pylori. Los estudios también indican que luego de cuatro semanas de tratamiento, los
pacientes que toman IBP sienten alivio del dolor en menos tiempo y presentan una mayor tasa de curación
que aquellos que toman antihistamínicos H2.
El subsalicilato de bismuto (Pepto-Bismol), recubre las úlceras, protegiéndolas del ácido estomacal. Aunque
el subsalicilato de bismuto puede eliminar a H. pylori, se usa con—y no en vez de—antibióticos en algunos
regímenes de tratamiento.
En los Estados Unidos, la terapia triple basada en claritromicina—o simplemente llamada terapia triple—es
el tratamiento estándar para tratar la úlcera causada por H. pylori. El médico receta el antibiótico
claritromicina, un IBP, y los antibióticos amoxicilina o metronidazol durante 10 a 14 días. Debido a estudios
que muestran tasas más altas de curación durante un tratamiento de 14 días, hoy en día, algunos médicos
recetan la terapia triple por este periodo más largo.
La terapia cuádruple basada en bismuto es otra estrategia de tratamiento que se usa en los Estados Unidos.
El paciente toma un IBP, subsalicilato de bismuto y los antibióticos tetraciclina y metronidazol durante 10 a
14 días. La terapia cuádruple de bismuto se usa para tratar a pacientes en varias situaciones, tales como en
situaciones en la que el paciente
malestar estomacal
diarrea
dolor de cabeza
sabor metálico en la boca
lengua oscura o heces negras
enrojecimiento al beber alcohol
sensibilidad al sol
Los pacientes deben hablar con su médico sobre cualquier efecto secundario molesto; el médico podría
recetar otras medicinas para eliminar la bacteria y curar la úlcera.
Aunque los antibióticos pueden curar entre 80 por ciento y 90 por ciento de las úlceras causadas por H.
pylori, eliminar la bacteria puede ser complicado. Los pacientes deben tomar todas las medicinas tal como
fueron recetadas, inclusive después de que el dolor de la úlcera péptica haya desaparecido.
Al menos 4 semanas después del tratamiento, el médico examina al paciente mediante una prueba de aliento
o de las heces para asegurarse que la infección de H. pylori fue curada. La prueba de sangre no es útil
después del tratamiento, ya que la sangre del paciente puede dar un resultado positivo para H. pylori incluso
después de que la bacteria fue eliminada.
Si la infección persiste, las úlceras pueden repetirse o, con menos frecuencia, se puede desarrollar cáncer del
estómago. De este modo, algunos pacientes necesitan más de una ronda de medicinas para eliminar la
bacteria H. pylori. La terapia cuádruple de bismuto es uno de varios tratamientos que se usan cuando el
tratamiento inicial no da resultado—una estrategia denominada terapia de “rescate” o terapia de
“salvamento”. Durante la segunda ronda de medicinas, el médico receta antibióticos diferentes a los usados
en la primera ronda. Sin embargo, la amoxicilina, se puede usar nuevamente para tratar la infección de H.
pylori ya que la resistencia a este antibiótico es poco común.
Las personas solían pensar que beber leche ayudaba a sanar las úlceras pépticas. Los médicos saben hoy en
día, que aunque la leche puede ayudar a sentir un breve alivio de la úlcera, también aumenta el ácido
estomacal que podría empeorar la úlcera. Los pacientes deben hablar con su médico sobre tomar leche
mientras la úlcera se está curando.
lavarse las manos con agua y jabón después de usar el baño y antes de comer
comer alimentos que hayan sido bien lavados y cocinados adecuadamente
beber agua de una fuente sana y limpia
Puntos para recordar
Una úlcera péptica es una llaga en el revestimiento del estómago o el duodeno.
La mayoría de úlceras pépticas son causadas por H. pylori. Otra causa común es el uso de los
AINE, tal como la aspirina y el ibuprofeno.
Ni el estrés ni la comida picante causan úlceras. Sin embargo, fumar y tomar bebidas alcohólicas
puede empeorar las úlceras y evitar que sanen.
El malestar abdominal de la úlceras pépticas
– es un dolor sordo o ardiente
– se presenta cuando el estómago está vacío—entre las comidas o en la noche
– se puede aliviar brevemente al ingerir comida, en el caso de las úlceras duodenales, o al tomar
antiácidos, en ambos tipos de úlceras pépticas
– puede durar de minutos a horas
– va y viene por varios días o semanas
Una combinación de antibióticos con medicinas que reducen el ácido es el tratamiento más eficaz
para las úlceras pépticas producidas por H. pylori.
Es necesario hacerse exámenes médicos después del tratamiento para asegurarse de que la
infección de H. pylori desapareció.
Para ayudar a prevenir la infección de H. pylori, las personas deben
– lavarse las manos después de usar el baño y antes de comer
– comer alimentos que hayan sido preparados adecuadamente
– beber agua de una fuente sana y limpia
Referencias
[1] Ramakrishnan K, Salinas RC. Peptic ulcer disease. American Family Physician. 2007;76(7):1005–
1012.
[2] Helicobacter pylori and peptic ulcer disease; economics of peptic ulcer disease and H.
pylori infection. Centers for Disease Control and Prevention website. www.cdc.gov . Accessed February
23, 2009.
Ensayos Clínicos
El Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK por sus siglas en inglés) y
otras organizaciones del Instituto Nacional de Salud (NIH) conducen y ayudan en la investigación de muchas
enfermedades y condiciones médicas.
Que son ensayos clínicos, y serian una buena opción para usted?
Los ensayos clínicos son parte de la investigación clínica y a la raíz de todos avances médicos. Los ensayos
clínicos buscan maneras nuevas de prevenir, detectar o tratar enfermedades. Los investigadores también
usan los ensayos clínicos para estudiar otros aspectos de la atención clínica, como la manera de mejorar la
calidad de vida de las personas con enfermedades crónicas. Averigüe si los ensayos clínicos son adecuados
para usted.
Esta información podría contener contento sobre medicinas y las afecciones que estas tratan cuando se
toman según las indicaciones. Durante la preparación de esta publicación, se incluyó la información más
actualizada disponible. Para recibir información al día, o si tiene preguntas sobre cualquier medicina,
comuníquese con la U.S. Food and Drug Administration (Administración de Medicamentos y Alimentos,
FDA por sus siglas en inglés). Llame gratis al 1-888-463-6332 (1-888-INFO-FDA), o visite su sitio web
en www.fda.gov (en español: www.fda.gov/AboutFDA/EnEspanol ). Consulte al proveedor de atención
médica para obtener más información.
El Gobierno de los Estados Unidos no apoya ni prefiere ningún producto ni compañía en particular. Los
nombres comerciales, patentados y de compañías que aparecen en este documento se usan únicamente
porque se consideran necesarios en el contexto de la información provista. Si algún producto no se
menciona, la omisión no significa ni implica que el producto no sea satisfactorio.
Descripción general
La infección por la bacteria Helicobacter pylori (H. pylori) ocurre cuando un tipo de bacteria
denominada «Helicobacter pylori» (H. pylori) infecta el estómago. Esto ocurre comúnmente en
la infancia. La infección por H. pylori es una causa frecuente de las úlceras pépticas y puede
estar presente en más de la mitad de la población mundial.
La mayoría de las personas no se da cuenta de que tiene una infección por H. pylori porque
nunca se enferma por ella. Si presentas signos y síntomas de úlcera péptica, es probable que
el médico te realice análisis para detectar infección por H. pylori. Si tienes una infección por
H. pylori, puede tratarse con antibióticos.
Síntomas
La mayoría de las personas con infección por H. pylori nunca presenta signos ni síntomas. No
está claro por qué ocurre esto, pero puede que algunas personas nazcan con una resistencia
mayor a los efectos nocivos de H. pylori.
Cuando se manifiestan los signos y síntomas de la infección por H. pylori, estos comprenden:
Náuseas
Pérdida de apetito
Eructos frecuentes
Hinchazón
Adelgazamiento involuntario
Pide una consulta con el médico si notas signos o síntomas persistentes que te preocupen.
Busca atención médica de inmediato si tienes:
Vómitos con sangre o de color negro, o vómitos con la apariencia de granos de café
Causas
Todavía no se conoce la manera exacta en que la H. pylori produce una infección. La bacteria
H. pylori puede transmitirse de una persona a otra por contacto directo con saliva, vómito o
materia fecal. La H. pylori también puede transmitirse a través de alimentos o agua
contaminados.
Factores de riesgo
El H. pylori a menudo se contagia en la infancia. Los factores de riesgo para la infección por
H. pylori están relacionados con las condiciones de vida en tu infancia, tales como:
Vivir en condiciones de hacinamiento. Si vives en una casa con muchas otras
personas, tienes más riesgo de una infección por H. pylori.
Vivir sin una fuente confiable de agua limpia. Tener un suministro confiable de agua
limpia y potable contribuye a reducir el riesgo de H. pylori.
Vivir en un país en vías de desarrollo. Las personas que viven en países en vías de
desarrollo, donde el hacinamiento y las condiciones de vida insalubres pueden ser más
frecuentes, tienen más riesgo de infección por H. pylori.
Vivir con una persona que tiene infección por H. pylori. Si vives con una persona que
tiene H. pylori, es más probable que también tengas H. pylori.
Complicaciones
Úlceras
Las complicaciones relacionadas con la infección por H. pylori comprenden:
Úlceras. El H. pylori puede dañar la mucosa protectora del estómago y del intestino
delgado. A causa de esto, el ácido estomacal puede producir una llaga abierta (úlcera).
Cerca del 10 por ciento de las personas con H. pylori tienen una úlcera.
Prevención
En regiones del mundo donde la infección por H. pylori y sus complicaciones son frecuentes,
los médicos a veces hacen análisis a personas sanas en busca de H. pylori. Existe una
controversia entre los médicos sobre si es beneficioso tratar H. pylori cuando no se observan
signos ni síntomas de la infección.
Consulta con tu médico si te preocupa la posibilidad de tener una infección por H. pylori o
piensas que tienes un gran riesgo de contraer cáncer de estómago. Juntos pueden decidir si te
será beneficioso un análisis para la detección de H. pylori.
Diagnóstico
Las pruebas y procedimientos usados para determinar si tienes una infección por H. pylori son:
Prueba del aliento. Durante la prueba del aliento, debes tragar una pastilla, líquido o un
alimento fácil de digerir que contiene moléculas de carbono marcadas. Si tienes una
infección por H. pylori, el carbono se libera cuando la solución se digiere en el estómago.
El cuerpo absorbe el carbono y lo expele cuando exhalas. Debes exhalar dentro de una
bolsa, y el médico utiliza un dispositivo especial para detectar las moléculas de carbono.
Estas muestras se analizan para detectar la presencia de H. pylori. Por lo general, esta
prueba no se recomienda solo para diagnosticar una infección por H. pylori, ya que es
más invasiva que una prueba del aliento o un análisis de heces, aunque puede usarse
para diagnosticar úlceras por H. pylori o cuando es necesario descartar otros trastornos
digestivos.
Tratamiento
Por lo general, las infecciones por H. pylori se tratan con, al menos, dos antibióticos diferentes
a la vez para evitar que las bacterias se vuelvan resistentes a un determinado antibiótico.
Además, el médico te recetará o recomendará un medicamento para inhibir el ácido a fin de
que cicatrice el revestimiento del estómago.
Los medicamentos que pueden inhibir el ácido son:
El médico puede recomendarte análisis de H. pylori al menos cuatro semanas después del
tratamiento. Si los análisis muestran que el tratamiento no tuvo éxito, puedes someterte a otra
ronda de tratamiento con otra combinación de antibióticos.
Consulta con tu médico de atención primaria si tienes signos o síntomas que indican una
complicación de la infección por H. pylori. El médico puede analizarte y tratarte por la infección
por H. pylori o derivarte a un especialista que trate enfermedades del aparato digestivo
(gastroenterólogo).
Como las consultas pueden ser breves y suele haber mucho para hablar, es aconsejable que
te prepares bien para la consulta. La siguiente información te ayudará a prepararte para la
consulta y a saber qué esperar del médico.
Cuando programes la consulta, asegúrate de preguntar si hay algo que debas hacer con
anticipación, como restringir tu dieta. Antes de la consulta, sería conveniente que hicieras una
lista de respuestas a las siguientes preguntas:
Además de las preguntas que hayas preparado para hacerle al médico, no dudes en hacerle
otras que se te ocurran durante la consulta.
Es probable que el médico te haga una serie de preguntas. Estar listo para responderlas
puede darte tiempo para tratar otros temas que quieras abordar. El médico puede preguntarte
lo siguiente:
¿Tomas analgésicos de venta libre, tales como aspirina, ibuprofeno (Advil, Motrin IB y
otros) o naproxeno sódico (Aleve)?
Vaso de bebida de Yogur desnatado natural Boniato, calabacín y zanahoria al Biscotes blancos
avena tibia + vapor con merluza. aceite de oliva
+ Compota de manzana sin + +
Biscotes blancos con azúcares añadidos Yogur desnatado natural Pera al microon
queso fresco
Conclusiones
La figura del médico es importante tanto en la detección como en el
tratamiento adecuado de la infección por Helicobacter Pylori.
La alimentación tiene un papel clave: una dieta blanda o de protección gástrica
adaptada a la persona y al tratamiento que pueda estar realizando, contribuye a una
mejor evolución, la reducción/erradicación de los síntomas y molestias y recuperación
de la mucosa digestiva y de las funciones gástricas.
Una dieta para la gastritis provocada por Helicobacter Pylori debe estar elaborada
y supervisada por un dietista-nutricionista, con el fin de que el tratamiento sea
existoso y evitar riesgos como pueden ser las carencias nutricionales (vitamina C,
vitamina B12, etc.).
HELICOBACTER PYLORI
Test del aliento con urea marcada con carbono 13. Esta prueba consiste en tomar una pastilla
de urea que está “marcada” con C13, un isó En presencia del Helicobacter pylori, este
descompone la pastilla de urea liberando el C13 que pasa a la sangre y de aquí a los pulmones,
expulsándose con el aliento. Esto permite analizar el aire expulsado e identificar las moléculas de
C13 en un aparato, considerando que el test es positivo (es decir, hay infección por Helicobacter
pylori) al detectar determinada cantidad de C13. Previamente a la toma de la pastilla de urea
marcada se hace una determinación “basal” del aliento. Además el test es mucho más fiable si se
utiliza el llamado “protocolo europeo”, esto es, administrando previamente un poco de ácido
cítrico (zumo de limón) que mejora la capacidad de detección. Este test es considerado el mejor
para el diagnóstico, pues tiene un coste aceptable, no es molesto para el paciente y alcanza una
fiabilidad muy alta.
Determinación del antígeno de Helicobacter pylori en heces. Consiste en buscar en las heces
del paciente la presencia del antígeno del Helicobacter pylori.Esta prueba es más incómoda, pues
precisa de la toma de esa muestra fecal que el paciente tiene que entregar. Aunque es muy fiable,
el consenso de expertos determina que debe analizarse mediante un método determinado,
llamado ELISA monoclonal, para alcanzar una fiabilidad parecida al test del aliento.
Test invasivo (endoscopia digestiva alta). En muchas ocasiones es necesario realizar una
gastroscopia para poder examinar directamente el estómago por dentro. En estas circunstancias es
posible determinar la presencia del Helicobacter pylori tomando una pequeña muestra del tejido
gástrico y realizando un test de ureasa, que es un test parecido al del aliento, en el que se pone
en contacto la muestra de tejido con un medio que contiene urea marcada. En caso de tener la
infección, el pylori descompondrá la urea y el medio tomará un color determinado que indica su
presencia. Para asegurar su detección, existen unas normas para la toma correcta de esas biopsias
en cuanto a número y localización (sistema Sydney). También es posible analizar la presencia
del Helicobacter pylori directamente al microscopio al examinar las biopsias de tejido gástrico
con tinciones histoquímicas e incluso con técnicas más específicas como la inmunohistoquímica,
si bien ésta última no es de uso frecuente.
Una vez diagnosticada la infección y tratada como se verá más adelante, es necesario confirmar que se
haya eliminado la infección. Para ello tal y como se indicó al principio, habrá que esperar al menos 4
semanas sin tomar antibióticos y 14 días sin consumir omeprazol o derivados. El test del aliento con C13
es la mejor opción para confirmar la erradicación de la infección, pudiendo usarse la detección de
antígeno en heces monoclonal como alternativa.
TRATAMIENTO – HELICOBACTER PYLORI
Ante todo, queremos anunciar que la información recogida en este apartado NO sustituye a la valoración
del médico que presta la asistencia, quien adecuará los regímenes de tratamiento e indicaciones a cada
paciente.
La infección por el Helicobacter pylori se ha relacionado con la gastritis crónica, la úlcera péptica y el
cáncer gástrico. Se estima que el 50% de la población en nuestro país presenta esta bacteria.
Dada la magnitud de la patología asociada a este germen, se han organizado a lo largo de los últimos
años, reuniones de expertos a nivel nacional e internacional para abordar el problema, estableciendo unas
recomendaciones de tratamiento que se plasman en diferentes guías. En el caso de España, el último
documento ha surgido de la IV Conferencia Española de Consenso sobre el tratamiento de la infección
por Helicobacter pylori publicado en 2016. En el se han realizado modificaciones sobre el consenso
previo atendiendo a un problema de gran importancia como son las resistencias antibióticas del germen.
Por eso se dan unas pautas de tratamiento, que a priori tienen una mayor tasa de eficacia frente
al Helicobacter pylori, optimizando el uso de estos fármacos.
A QUIEN TRATAR:
En la III Conferencia Española de Consenso sobre el tratamiento de la infección por Helicobacter
pylori, se hacen unas recomendaciones sobre a quién ofrecer el tratamiento, que se mantienen en la
actualidad: