You are on page 1of 6

Marco Teórico

Antecedentes

La fíísica claí sica comenzoí allaí por el anñ o 1688 con un libro publicado por el
britaí nico Isaac Newton (llamado Principia Mathematica o algo asíí), en el cual
especificaba 3 leyes de movimiento (todo cuerpo se mueve en líínea recta y a
velocidad constante cuando no es afectado por ninguna fuerza, cuando se aplica
una fuerza sobre un cuerpo este ejerce la misma fuerza pero en direccioí n
contraria, y que la aceleracioí n producida por una fuerza neta en un objeto es
directamente proporcional a la magnitud de la fuerza e inversamente
proporcional a la masa) y que tambieí n conteníía la ley de gravitacioí n de Newton
(dos cuerpos son atraíídos entre síí en proporcioí n inversa al cuadrado de la
distancia). Esto que puede sonar complicado en realidad se puede resumir en
unas pocas ecuaciones.

Con estas cuatro simples leyes se pudo explicar por primera vez hechos
aparentemente tan variados como el por queí las manzanas se caen de los aí rboles
y por queí la Luna gira alrededor de la Tierra. Newton tambieí n realizoí
observaciones sobre la naturaleza de la luz, alegando que la misma estaba
compuesta de partíículas (“corpuí sculos”) y rechazando la idea de que la luz
estaba compuesta de ondas, ya que las ondas necesitan un medio por el cual
desplazarse (por ejemplo, el sonido se desplaza por el aire, o cuando tiramos una
piedra al agua se ve que se generan ondas en el agua justo en el lugar donde
tiramos una piedra) y la luz se desplaza por el vacíío del espacio.

Pero la ciencia fue avanzando, y los instrumentos de medicioí n fueron mejorando.


Los datos obtenidos por los cientííficos demostraban que la luz se comportaba
como una onda, ero si esto ocurríía, entonces deberíía haber una “cosa” no
detectada hasta el momento, que cubre todo el universo, por la cual se desplaza
la luz. A esta cosa indetectable hasta entonces se la denominoí eí ter lumíínico. La
tierra y todos los objetos, incluyendo la luz, se deberíían desplazar a traveí s del
eí ter.

Un díía de 1881, un senñ or llamado Michelson realizoí un experimento con el fin de


calcular la velocidad de la tierra cuando se mueve a traveí s del eí ter (experimento
de Michelson-Morley). Para calcular esto, disparoí varios rayos de luz en varias
direcciones y calculoí el tiempo que tardaban en regresar con un aparato
inventado por eí l llamado interferoí metro. Teoí ricamente, los rayos de luz que
menos tardaran en regresar indicaríían la direccioí n en la que se mueve la tierra
dentro del eí ter (o sea, indicaríían el “adelante”), mientras que los que maí s
tardaran en llegar indicaríían el “arriba”. Grande fue la sorpresa de este tipo
cuando no descubrioí ninguna diferencia en los tiempos de recorrido de la luz: la
velocidad de la luz era constante midiera como se la midiera. Esto significaba una
cosa: la luz se movíía a una velocidad constante… ¿pero con respecto a queí ? Seguí n
la teoríía de newton, si yo voy corriendo a 20 km/h, la velocidad de la luz que yo
emito seríía 20km/h mayor de la luz que emitiríía si estoy quieto. Pero no, la luz
parecíía tener siempre la velocidad de 299.792,458 km/s, independientemente de
la velocidad de la tierra.

Acaí aparecioí un simple profesor alemaí n que trabajaba en una oficina de patentes
en Suiza. En el anñ o 1905 publicoí un ensayo titulado “Sobre la electrodinaí mica de
los cuerpos en movimiento” en el cual suponíía que la velocidad de la luz es la
misma desde donde se la mida: la velocidad de la luz es igual si la mido cuando
estoy parado o cuando estoy yendo a una velocidad de 100.000 km/seg o a
cualquier otra velocidad, un hecho que puede parecer antinatural. Decir esto
contradecíía las leyes de Newton, que estaban vigentes desde hacíía maí s de
doscientos anñ os.

Esta es la base de la teoríía de la relatividad: todos los fenoí menos fíísicos se


producen del mismo modo en un marco de referencia inerte (por “inerte” se
quiere decir “a velocidad constante”). O sea, suponiendo que esteí en una
habitacioí n sin ventanas ni otro contacto con el exterior, seríía imposible
determinar si estoy en movimiento o no, ya que cualquier experimento que
realice daraí el mismo resultado independientemente del movimiento.
Obviamente asumir esto les costoí a los cientííficos, la mayoríía hasta se rehusaba a
aceptar la teoríía. Pero Einsten no se inmutoí , y en 1915 publicoí una extensioí n a su
teoríía de la relatividad (conocida como la teoríía general de la relatividad) en la
que tomaba en cuenta los efectos de la gravedad y otras yerbas. Hasta ahíí las
teoríías de Einstein eran soí lo eso: teoríías. Las manzanas se seguíían cayendo de
los aí rboles, la luna seguíía girando sobre la Tierra, lo demaí s poco importaba. Pero
en 1919 un eclipse solar permitioí comprobar que la luz era desviada por campos
gravitatorios fuertes (en este caso el del Sol), justo como la teoríía de Einstein y
no la de Newton habíía predicho. El nombre Albert Einstein se volvioí famoso de la
noche a la manñ ana. Su teoríía habíía logrado explicar la realidad mejor que la
teoríía de Newton.

La velocidad de la luz (y al contrario que el tiempo) síí es constante. Esto lo


habíían demostrado algunos anñ os antes que Einstein otros dos fíísicos, Michelson
y Morley.

Las leyes de la fíísica son las mismas mientras el sistema de referencia sea el
mismo e inercial. Esto es, ambos se mueven a una velocidad constante. Si una ley
se cumple en un sistema, tambieí n se debe cumplir en el otro.
La velocidad de la luz es una constante universal, que se define como c. Que era
constante lo habíían demostrado algunos anñ os antes otros dos grandes cientííficos,
Michelson y Morley.

Pero para llegar al famoso E = mc2 antes tenemos que entender dos conceptos
muy importantes: por un lado queí es exactamente la relatividad y por otro lado
entender el espacio-tiempo y coí mo define lo que se conoce como lííneas de
universo. Por uí ltimo, aunque no deduciremos los pasos matemaí ticos necesarios
para llegar hasta la ecuacioí n, veremos las consecuencias que tiene y coí mo se
relaciona dentro de la teoríía de la relatividad general. Vamos allaí .

Estudios Realizados
No hubo pruebas experimentales para la Teoríía de la relatividad general de
Einstein, hasta mucho despueí s de que eí sta fuera introducida en 1915. Los fíísicos
la aceptaron porque daba un explicacioí n consistente acerca de los adelantos en el
perihelio de Mercurio, y porque fue capaz de unificar la ley de gravitacioí n
universal de Newton, con la Relatividad Especial de una manera
conceptualmente simple. A pesar de la propuesta de Einstein de tres pruebas
claí sicas, la teoríía seguíía sin tener una prueba contundente hasta que se
desarrolloí un programa experimental de precisioí n que se inicioí en 1959. Este
programa ha probado la teoríía sistemaí ticamente en campos gravitacionales
deí biles y limitando significativamente las posibles desviaciones de la teoríía.
Desde 1974 Hulse y Taylor han estudiado campos gravitacionales maí s fuertes en
pulsares binarios. En estos ambientes, a escalas de sistemas solares tíípicos, la
relatividad general ha sido probada bastante bien.

Definición de términos

Tiempo: Dimensioí n fíísica que representa la sucesioí n de estados por los que pasa
la materia.

Espacio: Medio fíísico en el que se situí an los cuerpos y los movimientos, y que
suele caracterizarse como homogeí neo, continuo, tridimensional e ilimitado.

Movimiento: Cambio de lugar o de posicioí n de un cuerpo en el espacio

Gravedad: es una fuerza fíísica que la Tierra ejerce sobre todos los cuerpos hacia
su centro. Tambieí n se trata de la fuerza de atraccioí n de los cuerpos en razoí n de
su masa.

Observador arbitrario: cualquier ente capaz de realizar mediciones de


magnitudes fíísicas de un sistema fíísico para obtener informacioí n sobre el estado
fíísico de dicho sistema.

Relatividad: Teoríía seguí n la cual las leyes fíísicas se transforman cuando se


cambia el sistema de referencia; se demuestra que es imposible hallar un sistema
de referencia absoluto.

Campos gravitatorios: campo de fuerzas que representa la gravedad. Si se


dispone en cierta regioí n del espacio una masa M, el espacio alrededor de M
adquiere ciertas caracteríísticas que no disponíía cuando no estaba M.

Agujeros negros: regioí n finita del espacio en cuyo interior existe una
concentracioí n de masa lo suficientemente elevada como para generar un campo
gravitatorio tal que ninguna partíícula material, ni siquiera la luz, puede escapar
de ella.

Materia: Componente principal de los cuerpos, susceptible de toda clase de


formas y de sufrir cambios, que se caracteriza por un conjunto de propiedades
fíísicas o quíímicas, perceptibles a traveí s de los sentidos.
Velocidad de la luz: La velocidad de la luz en el vacíío es por definicioí n una
constante universal de valor 299 792 458 m/s (aproximadamente 186 282.397
millas/s)2 3 (suele aproximarse a 3·108 m/s), o lo que es lo mismo 9.46·1015
m/anñ o; la segunda cifra es la usada para definir al intervalo llamado anñ o luz.

Constante universal: En ciencias se entiende por constante fíísica el valor de una


magnitud fíísica cuyo valor, fijado un sistema de unidades, permanece invariable
en los procesos fíísicos a lo largo del tiempo. En contraste, una constante
matemaí tica representa un valor invariable que no estaí implicado directamente
en ninguí n proceso fíísico.

Literatura asociada al problema

La visioí n que teníía Aristoí teles del movimiento de los cuerpos, dificultoí durante
mucho tiempo la comprensioí n de la gravedad. Aristoí teles creíía que la fuerza soí lo
se podíía aplicar mediante el contacto, la fuerza a distancia era imposible y para
que un cuerpo se mantuviera en movimiento uniforme se necesitaba una fuerza
constante. La visioí n que teníía Copeí rnico del Sistema Solar era importante ya que
permitíía una consideracioí n loí gica de la gravedad. Las leyes del movimiento
planetario de Kepler asíí como la comprensioí n del movimiento y caíída libre de los
cuerpos de Galileo, establecieron las bases para la Teoríía de la Gravedad de
Newton, que fue presentada en los Principia en 1687. La Ley de la Gravedad de
Newton se expresa por:

F = G M1M2/d2

donde F es la fuerza entre los cuerpos de masas M1, y M2 y d es la distancia entre


ellos. G es la Constante de gravitacioí n universal. Tras recibir su forma analíítica
definitiva por Euler, los axiomas del movimiento de Newton fueron reelaborados
por Lagrange, Hamilton, y Jacobi para convertirlos en meí todos maí s generales y
de mayor potencia, pero maí s alejados de la experiencia cotidiana. Se consideroí
que la Ley de la Gravitacioí n Universal de Newton habíía demostrado ser correcta,
gracias al trabajo de Clairaut y Laplace. Laplace consideroí la estabilidad del
Sistema Solar en Traiteí du Meí canique Ceí leste en 1799. De hecho, el asíí llamado
problema de los tres cuerpos, fue estudiado de forma extensiva en el siglo XIX y
no fue comprendido adecuadamente hasta mucho tiempo despueí s. El estudio del
potencial gravitatorio permitíía variaciones en la gravedad debidas a
irregularidades en la forma de la Tierra para ser estudiadas tanto teoí rica como
praí cticamente. Poisson utilizoí el enfoque del potencial gravitatorio para
desarrollar una ecuacioí n que, a diferencia de la de Newton, podíía resolverse bajo
condiciones bastante generales. La Teoríía de la Gravedad de Newton tuvo
bastante eí xito. No habíía muchas razones para cuestionarla excepto por una
debilidad, que era explicar coí mo sabíía cada uno de los dos cuerpos que el otro
estaba allíí. Maxwell en 1864 realizoí importantes comentarios sobre la gravedad.
En su principal obra Una Teoríía Dinaí mica del Campo Electromagneí tico (1864)
escribioí :

“...para explicar la acción electromagnética entre cuerpos distantes sin suponer la


existencia de fuerzas capaces de actuar directamente a distancias razonables.”
Al final de la obra, Maxwell comenta sobre la gravedad:

Despueí s de haber rastreado la accioí n en el medio circundante tanto de las


atracciones como de las repulsiones magneí ticas y eleí ctricas y de haber hallado
que dependen del inverso del cuadrado de la distancia, nos preguntamos
loí gicamente si las atracciones de la gravedad, que siguen la misma ley de la
distancia, no son tambieí n rastreables en la accioí n del medio circundante.

Sin embargo Maxwell indica que existe una paradoja causada por la atraccioí n de
cuerpos semejantes. La energíía del medio debe ser disminuida por la presencia
de los cuerpos y Maxwell afirma:
Dada mi incapacidad para comprender en queí manera un medio puede tener
dichas propiedades, no puedo seguir esta direccioí n en la buí squeda de la causa de
la gravedad.

En 1900 Lorentz conjeturoí que la gravedad podríía ser atribuida a acciones que se
propagan a la velocidad de la luz. Poincareí , en un artíículo publicado en Julio de
1905 (enviado díías antes del artíículo de Einstein de la Relatividad Especial),
sugirioí que todas las fuerzas deberíían transformarse de acuerdo a las
transformaciones de Lorentz. En este caso, destaca que la Ley de la Gravedad de
Newton no es vaí lida y propone ondas gravitacionales que se propagan con la
velocidad de la luz. En 1907, dos anñ os despueí s de proponer la Teoríía Especial de
la Relatividad, Einstein estaba preparando una revisioí n de la Teoríía Especial de la
Relatividad cuando, de repente, se preguntoí en queí manera habríía que modificar
la gravitacioí n de Newton para que encajara en la relatividad especial. En este
momento se le ocurrioí a Einstein lo que eí l describioí como la idea maí s feliz de mi
vida, es decir que un observador que estaí cayendo desde el tejado de una casa no
experimenta campo gravitatorio. Como consecuencia propuso el Principio de
Equivalencia:

“…debemos suponer por tanto la equivalencia física completa de un campo


gravitatorio y la correspondiente aceleración del marco de referencia. Este
supuesto extiende el principio de relatividad al caso del movimiento uniformemente
acelerado del marco de referencia.”

Tras el importante avance del Principio de Equivalencia de 1907, Einstein no


publicoí nada sobre la gravedad hasta 1911. Fue entonces cuando comprendioí
que la curvatura de la luz en el campo gravitatorio, de la que en 1907 supo que
era una consecuencia del principio de equivalencia, podríía ser comprobada con
observaciones astronoí micas. En 1907 pensoí uí nicamente en teí rminos de
observaciones terrestres donde existíían pocas posibilidades de verificacioí n
experimental. En ese momento tambieí n se discutioí el desplazamiento al rojo
debido a la gravedad, la luz que surge de un objeto masivo seraí desplazada hacia
el rojo por la peí rdida de energíía en su escape del campo gravitatorio. Einstein,
publicoí maí s artíículos sobre la gravedad en 1912. En estos comprendioí que las
transformaciones de Lorentz no aplicaríían en este marco maí s general. Einstein
tambieí n comprendioí que las ecuaciones del campo gravitatorio estaban
obligadas a ser no lineales y que el principio de equivalencia parecíía mantenerse
soí lo de forma local. Este trabajo de Einstein indujo a otros a presentar teoríías
sobre la gravedad. Los trabajos de Nordstroö m, Abraham y Mie fueron
consecuencia de los intentos, hasta entonces infructuosos, de Einstein de
encontrar una teoríía satisfactoria. Sin embargo Einstein comprendioí sus
problemas:

Si todos los sistemas acelerados son equivalentes, entonces la geometríía


euclidiana no puede contenerlos a todos.

Einstein recordoí entonces que habíía estudiado la Teoríía de las Superficies de


Gauss cuando era estudiante y comprendioí suí bitamente que los fundamentos de
la geometríía teníían trascendencia fíísica. Consultoí con su amigo Grossmann quien
pudo informar a Einstein de los importantes desarrollos de Riemann, Ricci (Ricci-
Curbastro) y Levi-Civita. Einstein escribioí :

“…durante toda mi vida nunca había trabajado tan duro, y me he visto imbuido por
un gran respeto hacia las matemáticas, cuya parte más sutil, en mi simple
orientación, hasta ahora siempre había considerado como un puro lujo.”

You might also like