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EL REVÉS DE LA TRAMA

Rolando H. Schere

Arq. Rolando H. Schere Fundador del Estudio de Arquitectura Borthagaray-Gastellu-Marrée. Buenos Aires nace con un casco urbano rigurosamente cuadriculado con man- Figura 1: Plano de Garay
Prof. Titular por Concurso de la UNL y de la UBA. Electo Decano de la FADU – UBA, por dos zanas de 130 m de lado, separadas por calles de 9 m de ancho. Crece a expensas 1583.
periodos (1986-1990 / 1990-1994). Prof. Titular Emérito de la UBA (1993). Director del Instituto de las tierras trazadas por Garay como ejido y áreas de chacras y estancias, sobre Figura 2: Plano de Ozores
Superior de Urbanismo, Territorio y el Ambiente de la UBA (1994). Fundador y Presidente de las que se despliegan sucesivas ampliaciones de la cuadrícula. 1608.
FURBAN (1998). Director y Fundador del Centro de Creación Asistida por Ordenador UBA - La expansión horizontal entra en crisis a fines del siglo XIX, cuando se hace ne-
WORLD LABORATORY (1990). Director del Centro de Investigación Aplicada en la Percepción cesario crecer por densificación y no ya solamente por extensión. Como la tierra
Remota de la FADU-UBA (2004). Designado Doctor Honoris Causa, por el Consejo Superior de urbana ya estaba inexorablemente amanzanada, loteada y construída, se recurre
la UBA, según (CS) Nº 4313/08 (2008). a la estrategia de densificar por el crecimiento en altura. Quedó consagrado un
modelo de ocupación alta perimetral, con la esperanza de crear “corazones de
manzana” libres que formaran un espacio urbano calificado. Frente a los escasos
logros de esta estrategia, el autor explora la ciudad posible a partir de otra estra-
tegia de densificación de la manzana, consistente en su ocupación total en baja
Se presenta la tesis de que, ante la densificación, dentro del molde de las manzanas, calles altura, mediante pasajes, diagonales y otros recursos. La reflexión se apoya en
y fronteras entre lo público y lo privado determinados por Garay, Buenos Aires tuvo una ejemplos que testimonian la factibilidad de esta estrategia, hoy codiciados por la
encrucijada: crecer en altura, sobre las líneas de fachada de las manzanas, con un utópico excepcionalidad que representan dentro de un tejido tan uniforme, y por las
corazón libre, o aumentar el desarrollo de las fachadas, y explorar el interior de las man- oportunidades de calidad de vida que ofrecen.
zanas hasta el fondo de los lotes, con construcciones bajas, que mantuviesen las propor- Es una respuesta propia con profundas diferencias con las respuestas de otros
ciones y condiciones ambientales de los patios, de eficacia ya probada por siglos en modelos, como los de Londres, Berlín y Manhattan, al fenómeno de la concen-
ciudades andaluzas y propias y, por supuesto, en Buenos Aires. No se recorre este camino tración urbana.
por una vana historia contrafáctica, sino por la visión crítica del tejido de barrios porteños,
con patios interiores ambientalmente inadmisibles. A esta visión negativa del aventana- El trazado original-Garay urbanista
miento de locales a tales troneras, como del efecto fatal que la irrupción de altas medianeras Garay fundó Buenos Aires en 1580. Su plano de 1583 representaba un proyecto
provoca en el sistema espacial de toda una manzana de casas bajas, y del encerramiento de ocupación del territorio en el que convivía un casco urbano, con límites muy
que la generalización del tipo produce, el autor contrapone una lúcida observación de nu- precisos con respecto a su periferia rural (Figura 1).
merosos ejemplos de soluciones alternativas, de desarrollo interior de manzanas en base Fue un gesto claro y fuerte en el que aplicó el sistema común para las colonias;
a tipos bajos, que resisten la prueba de fuego, después de tantas décadas de construidos, las Leyes de Indias. Tenía un vacío descentrado, ubicado junto al río, era la plaza
de mantener su valor inmobiliario, y aún aumentarlo, pues son codiciados por sus parti- fundacional, el único espacio público, sede del poder político-militar: el fuerte y
cularidades y originalidad, como modelos muy atrayentes. Nada podrá hacerse ya con las el poder religioso: la Iglesia.
extensas secciones de Buenos Aires que están construidas, pero sí con los no menos ex- El casco urbano estaba amanzanado y cada manzana dividida en cuatro solares, que
tensos barrios bajos que están sintiendo presiones de densificación. Soluciones bajas al- adjudicó a los conquistadores y fundadores de mayor rango. A continuación comen-
ternativas, de las cuales la ciudad construida es un fecundo laboratorio, merecen ser zaba la periferia rural de quintas, chacras y estancias, que se extendía hasta Luján.
estudiadas, conservadas y su factibilidad económica explorada, para beneficio de toda la ur- Los ejes de ambas tramas se yuxtaponían y rotaban, para mantener la perpendi-
banidad argentina, que sigue por inercia los modelos porteños. El texto es un llamado a la cularidad con la ribera de los ríos (Figura 2).
experimentación, en investigación y en los propios talleres de las facultades.

(Figura 1) (Figura 2)

LAS MANZANAS, LOS LOTES y LAS CASAS 161


1/ La Municipalidad fue crea- El origen de esta trama, surgió de la experiencia española en la construcción de La capitalización
da en el año 1854. “castros” durante la guerra contra los moros, y de la ciudad ideal de forma cua- En 1880, se concretó la capitalización de Buenos Aires y la Municipalidad de
drada ideada por Vitruvio. Buenos Aires. La Argentina entró en un período de enorme prosperidad y enri-
La ciudad colonial de América latina no había sido concebida como una obra de quecimiento, a un ritmo desconocido en otros países, que incentivó la inmigra-
arte. Era un objeto puramente funcional de carácter estratégico, con un trazado ción europea a tal punto, que en 1889 llegaron al puerto de Buenos Aires
utilitario, preparado para organizar la estructura estatal e imponer la dominación 300.000 inmigrantes. La mitad de la población era extranjera, se inscribieron 134
del territorio, instalar un centro administrativo, comercial y productivo, nexo sociedades anónimas y operaron enormes sumas en la Bolsa de Comercio.
entre la ciudad y el mercado monopólico español. Buena parte de esa prosperidad, estaba basada en operaciones de base espuria,
de carácter especulativo. Esto hizo crisis a principios de 1890.
El urbanismo de Rivadavia El aumento vertiginoso de la población, debido a la inmigración europea, puso
Bernardino Rivadavia, como ministro de Gobierno del gobernador Martín Rodrí- en crisis el dimensionamiento de la ciudad y la eficiencia de la manzana, para
guez y como presidente en 1826, buscó romper con la herencia colonial espa- responder a la densificación en sus formas tradicionales.
ñola. Para implementar su proyecto, trajo al país a un grupo de arquitectos La transformación fundamental se produjo fuera del área de la ciudad colonial.
franceses entre los que se encontraban Próspero Catelin, Pierre Benoit y Charles La introducción del tranvía a caballo facilitó el crecimiento de la ciudad sobre
Henry Pellegrini, junto con el ingeniero-arquitecto inglés James Bevans. sus periferias rurales, sus antiguas quintas y caminos de acceso, y se amanzana-
Rivadavia intentó preparar la ciudad de Buenos Aires, para que se convirtiera en ron los espacios residuales, que devinieron en áreas residenciales, mediante da-
una gran urbe y programó una expansión ordenada del plano fundacional. Una meros que comenzaron a entrecruzarse en forma desordenada.
de las tareas propuestas fue el perfeccionamiento de la trama urbana, con la ali- De ese ordenado desorden surgieron las innumerables atipicidades de la trama,
neación de calles y veredas. El ingeniero Felipe Berthés confeccionó en el año muchas de las cuales constituyen hoy lugares valorados: calles cortadas, pasajes
1822 un plano para el área central, y en 1824 el ingeniero español José María y calles inclinadas, interceptándose con las tramas regulares.
Ramón hizo lo propio con los suburbios. Pero las deformaciones de la trama, que La ciudad se fagocitó los pueblos adyacentes: Belgrano, Flores y Barracas, hasta
se habían producido en la periferia, habían sido de tal magnitud, que el proyecto entonces tres villas satélites.
terminó por ser abandonado.
Rivadavia proyectó el ensanche de ciertas calles: Corrientes, Córdoba, Santa Fe, De la aldea de parroquias a la ciudad de barrios
Belgrano e Independencia, que tendrían un ancho de 30 varas y constituirían El proceso de especulación sobre la tierra, hizo que las manzanas se subdividie-
una malla de avenidas hacia el Río. También dispuso el ensanche (no ejecutado) ran al extremo, se partieran los lotes, se pusieran en crisis los antiguos tipos de
de las calles del centro, y reglamentó la forma y medida de las ochavas. vivienda de patio central, que fueron reemplazados por tipos más angostos, de
estructura lineal y patios más pequeños.
La modernización después del período 1850-1880 Una característica fundamental de este proceso de densificación, fue que se re-
Caído Rosas, en 1853, se creó el Estado de Buenos Ayres..En ese entonces la ciu- solvió en forma generalizada con soluciones en horizontal, de una, dos y como
dad abarcaba una superficie suficiente para alojar a la mayor parte de la pobla- máximo tres plantas de altura.
ción. El espacio urbano se extendía hacia el oeste hasta la Plaza Miserere y las Los bordes de la manzana se cerraron sobre las líneas municipales sin dejar re-
actuales calles Jujuy y Pueyrredón, hacia el norte hasta la Avenida Santa Fe, y tiros, con fachadas continuas, impenetrables, que marcaban claramente el límite
hacia el sur hasta la Avenida San Juan. A partir de esa fecha se comenzó a ace- entre el afuera, la ciudad, lo público, y la interioridad de la manzana, el campo
lerar la tasa de crecimiento. Entre 1850 y 1914 la población de la Argentina creció de lo propio, lo privado. Las puertas de acceso y las ventanas a la calle fueron el
siete veces y hubo una intensa actividad fundacional en el interior del país. punto de contacto entre la casa y la ciudad.
Buenos Aires se convirtió en el principal mercado sudamericano de transaccio- “El estudio del doctor Glow estaba situado en el segundo piso en uno de esos edificios
nes ganaderas, de intercambio de industrias de origen rural y centro de conver- tan comunes en nuestros barrios centrales, construidos con el único propósito de
gencia de las redes de ferrocarriles y caminos. sacar de la tierra el mayor beneficio posible, sin tener para nada en cuenta el gusto
El impacto de la inmigración europea y el comienzo de la industrialización, hi- arquitectónico ni los preceptos higiénicos relacionados con la acción del aire y de la
cieron que el municipio1 intentara modernizar sus estructuras administrativas, luz sobre el organismo humano. Amontonar, en un espacio relativamente reducido,
y buscara solucionar sus problemas más urgentes: el adoquinado de calles exis- el mayor número de habitaciones que se pueda, es el único objeto que preside a este
tentes y el trazado de nuevas calles, la apertura de plazas y parques, la construc- género de construcciones, por otra parte muy útiles, sobre todo si atiende a que ellas
ción de servicios hospitalarios y educacionales, la vivienda y el puerto. contribuyen a concebir, durante las horas del trabajo, esa población activa y move-
Entre 1870 y 1880 Buenos Aires aceleró su proceso de transformación, con la eje- diza para la cual es la distancia uno de los más enojosos inconvenientes. Componíase
cución de importantes intervenciones, que modernizaron el antiguo casco colo- aquella en que el doctor tenía su estudio, de tres pisos idénticos, que daban en su
nial. Estas fueron obras de infraestructura. Comenzaron a funcionar las primeras parte interior, a un extenso patio embaldosado, cubierto por un gran techo de cris-
líneas de tranvías a caballo. tales opacos.
Estos crecimientos se reflejaron en la literatura contemporánea: Los balconajes corridos, las largas filas de puertas iguales, simétricas, numeradas, la
“¡Qué quieres que te diga, hombre! 150.000 inmigrantes al año significan algo. Pronto total ausencia de adornos, la escasa luz, todo daba a aquel patio el triste aspecto de un
la cifra ascenderá a 300.000.” pabellón penitenciario” (“La Bolsa”, Julián Martel, 1892).
“El hecho es que decidió venirse a América de incógnito a probar fortuna, resolución La puesta en crisis de la ciudad colonial, trajo como consecuencia que la clase do-
que no se avenía mal con su carácter, un tanto emprendedor y aventurero. Había oído minante intentara aplicar, para su desarrollo urbano, sus idealizados modelos eu-
hablar de Buenos Aires, de lo fácil que es enriquecerse en esta bendita tierra que sus ropeos “a la Francesa”. Estos tuvieron algunas características propias derivadas
amigas cocottes alababan... En Buenos Aires está mi salvación. Vámonos a Buenos del tipo de población y la todavía baja densidad, en comparación con los países
Aires” (“La Bolsa”, Julián Martel, 1892). de origen de dichos modelos, y el carácter periférico de Buenos Aires.

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Figura 3: Buenos Aires - Casa La vivienda porteña generaba lotes de distinta profundidad máxima en la mitad de la cuadra, mínima
Chorizo. La edificación primitiva fue de adobe y de una sola planta, con fachada cerrada en las esquinas. Para los lotes de esquina, se crearon prototipos en forma de
hacia la calle y abierta hacia patios interiores. Esta noción de interioridad y “ele”, organizados alrededor de un solo patio.
de impermeabilidad de la manzana marcará la impronta característica de En los grupos más complejos de más de un nivel, las mismas células se fueron
nuestras ciudades. repitiendo en vertical, superponiendo casas chorizo lineales.
La vivienda colonial, en sus orígenes, se rigió por el esquema heredado de Es- Las fachadas a la calle se conformaban a partir de la agrupación de puertas, de a
paña, fue la vivienda pompeyana, romana de origen etrusco, respetada durante dos, tres, cuatro, cinco o más, daban entrada, desde la calle, en forma indirecta, ya
la dominación de los árabes, que en ese momento era un modelo exitoso en el sea a las plantas bajas mediante zaguanes, como a las de planta alta, por escaleras.
sur de España, por lo que se transportó a América. Estas viviendas, que a pesar de compartir un lote, tienen puertas de calle indivi-
A la casa se accedía por un zaguán que remataba en el eje de un patio. Interiormente duales, ambientes amplios y altos, que en algunos casos permiten la introduc-
se organizaba alrededor de tres patios. El primero, rodeado por las habitaciones ción de entrepisos, han pasado a ser codiciadas por su adaptabilidad, frente a
para recibir y el dormitorio de los padres, el segundo por los dormitorios de los reciclajes y refuncionalizaciones.
hijos. El tercero, por las habitaciones de servicio y la cocina. En el primer patio cre- Están construidas con mampostería de muro portante y un sistema mixto de bo-
cían las flores, en el segundo los frutales y en el tercero estaba la huerta doméstica. vedillas de ladrillo y perfiles metálicos para resolver los entrepisos y las cubiertas.
Con el tiempo y las sucesivas transmisiones de dominio, las fracciones de los so- Mediante la utilización de columnas metálicas de fundición, en reemplazo de los
lares se fueron dividiendo en lotes de dimensiones variables que iban desde las muros portantes, se crearon espacios de mayores dimensiones, aptos para otros
20 o más varas de frente hasta los más angostos de 10 varas, nuestros “8.66”. usos, entre ellos los comerciales.
Con la llegada de los “constructores” italianos, se comenzó a modificar la fiso- Existió un correlato entre los anchos de las calles y las alturas permitidas ya que,
nomía netamente española propia de la ciudad colonial, con una arquitectura para el dimensionamiento de las fachadas, el Reglamento de 1872 fijó una altura
anónima, dotada de la sabiduría propia de las arquitecturas populares. Nacida del máxima de 14 varas, o sea 12.12 m sobre las calles angostas, y de 20 varas, o sea
oficio de construir, de la repetición al infinito, con sutiles variaciones manifes- 17.32 m para las calles anchas, lo que equivalía a una planta baja y tres pisos altos.
tadas en pequeños gestos, y el uso de un catálogo virtual existente en la memoria Surgió un prototipo de uso mixto, la casa de renta, con la planta baja destinada
colectiva, fue “la casa” porteña. a locales de comercio y la planta alta con varios departamentos.
En los lotes de 10 varas se edificaron las casas más modestas, de una planta, con Tras la epidemia de fiebre amarilla de 1871, las familias aristocráticas abandona-
dormitorios alineados “a la italiana”, alternados con salas de mayor tamaño. En ron el barrio sur y se trasladaron definitivamente hacia el norte. Allí instalaron los
el fondo estaban los locales sanitarios, y un pequeño altillo al que se accedía por modelos de residencia importados, franceses y alemanes: el palacio y el petit-hôtel.
una escalera: era la casa criolla, la casa chorizo, era nuestra casa (Figura 3). La Avenida Alvear conformó la imagen de la otra ciudad, la ciudad del borde.
La casa chorizo fue la solución tipo, con la que se consiguió saturar la manzana, Con esto quedó establecido el marcado quiebre entre la zona sur y la zona norte.
un tipo característico tanto del centro de la ciudad, como de la periferia. Fue el Al comienzo de los 80 coexistían en Buenos Aires las casas individuales con lote
modelo de vivienda popular más difundido en el litoral pampeano, y en otros si- propio, las mansiones de lujo, los conventillos y las casas de vecindad.
tios del país. Tuvo fuerte incidencia en la formación de nuestras ciudades. Fue
una arquitectura que, sin buscarlo concientemente, propuso su propia estética El conventillo
y le dio imagen a la ciudad: la ciudad chorizo, la apoteosis de la horizontalidad. El Estado tuvo una política de inmigración y una política de educación para asimi-
Esta solución horizontal se fue acomodando profundamente, en la interioridad lar a los inmigrantes, pero no una política de vivienda para alojarlos, salvo durante
de la manzana. Constituyó un sistema que, con variantes, se ajustó a las distin- su estadía temporaria en el Hotel de Inmigrantes, donde permanecían desde su in-
tas ubicaciones dentro de la manzana, que dividida en cruz por sus diagonales, greso hasta encontrar trabajo y trasladarse a su nuevo lugar de residencia.
Las áreas donde residían los sectores populares tuvieron un crecimiento ge-
neralizado, sobre todo en los sitios cercanos a los lugares de trabajo, la indus-
tria y el puerto.
Surgieron distintos tipos de vivienda colectiva en alquiler, los conventillos e in-
quilinatos, que daban alta rentabilidad a sus propietarios.
El nombre “conventillo”, implicaba un contenido comunitario, de comunidad
religiosa, pero también un sentido despectivo de vivienda de segundo orden y,
antiguamente, se denominaban así las “casas de mujeres públicas”.
Su número fue tan grande que, hacia 1880, una quinta parte de la población, es-
taba alojada en 2.000 edificios.
Las antiguas casonas del barrio sur, construidas para una sola familia y abando-
nadas por sus antiguos propietarios, se transformaron en viviendas colectivas
habitadas por diez o más familias, en la mayor promiscuidad, con altos niveles
de hacinamiento y carentes de ventilación esta profunda transformación se pro-
dujo solamente en el espacio interior de la manzana, ya que las fachadas per-
manecieron inalteradas.
En los terrenos baldíos de los barrios marginales aparecieron casas de alquiler,
de construcción precaria de madera y chapa.
Dada la alta rentabilidad que obtenían sus propietarios, se construyeron nuevos
(Figura 3) conventillos prototípicos, de una o dos plantas, donde habitaban como mínimo

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Figura 4: Conventillo.1895. unas 150 personas, en habitaciones alineadas alrededor de un patio común, a lo
Foto S. Rimathé largo de una circulación central o lateral, con escasos servicios sanitarios, comu-
Figura 5: Conventillo-Planta. nes para todos sus habitantes, y foco de infecciones (Figura 4).
Figura 6: Casa de Vecindad, En cada habitación, de unos 20 m2 de superficie, en muchos casos vivía una fa-
1887. milia con una numerosa prole, en condiciones de hacinamiento.
Figura 7: Pasaje Verdier, De esta manera, el patio funcionaba como el lugar de estar común para sus ha-
Dean Funes 573. Planta. bitantes, especialmente los niños (Figura 5).
Figura 8: Pasaje Verdier. La calidad constructiva era pésima y fueron ejecutados por albañiles y construc-
Acceso. tores, en mampostería, aunque muchos de ellos eran de chapas y tablas viejas.
Figura 9: Pasaje Verdier. Habitar en ellos constituyó un estigma social marcado por sus contemporáneos:
Interior. “El conventillo es la olla podrida de las nacionalidades y las lenguas. Para los que lo
. habitan parecen dichas aquellas palabras: entran sin conocerse, viven sin amarse y
mueren sin llorarse” (Santiago de Estrada, 1889). (Figura 6) (Figura 7) (Figura 8) (Figura 9)
Junto con ésta visión, existió otra más optimista, que quiso ver en el patio del con-
ventillo el lugar donde la convivencia de españoles, italianos, rusos y judíos for-
jaban una nueva sociedad, no exenta de producción cultural propia, como el
lunfardo, el sainete y según algunos, el tango. Si bien estaban extendidos territorialmente dentro de la ciudad, podemos afirmar
La estadía en estas viviendas era transitoria, en la medida que las posibilidades que fueron soluciones excepcionales, atipicidades que no llegaron a conformar
laborales permitieran a sus habitantes pasar a otras viviendas más dignas, como una imagen de la ciudad, sino una alternativa que no negaba, sino que se com-
por ejemplo a una casa chorizo mínima. plementaba y mimetizaba, con la arquitectura de la “ciudad chorizo”.
También algunos industriales construyeron conventillos en alquiler, destinados Fue la escala máxima a la que llegó la ciudad chorizo, la ciudad horizontal.
a sus obreros, ubicados en las cercanías de sus talleres, lo que implicaba mejorar Fue un tipo con calidad urbana, donde claramente estaban definidos los límites
su rentabilidad, así como reducir los tiempos de traslado. entre cada una de las viviendas. Su distribución geográfica fue extensa: San
Telmo, Centro, Constitución, el eje a lo largo de la Avenida Rivadavia, Santa Rita,
Los “pasajes” residenciales Colegiales, Belgrano.
Como alternativa al conventillo, surgió un nuevo tipo, la agrupación de viviendas Sus propietarios fueron inversores particulares y compañías de seguros que los
denominada “Casa de vecindad”, con comodidades mínimas. Este tipo está de- construían como parte de sus activos fijos, destinados a renta.
finido en el diccionario de la Real Academia como “La que contiene muchas vivien- Sus autores fueron constructores y, en muchos casos, arquitectos, algunos de
das reducidas, por lo común con acceso a través de patios y corredores”. ellos muy renombrados. Estos tipos, que se utilizaron durante más de 30 años,
Esta tipo no fue muy generalizado, y hacia 1887 no alcanzaba el 1% de los con- fueron un nexo entre la arquitectura “popular” y la arquitectura “culta”.
ventillos, pero sirvió como modelo de transición hacia otras formas de habitar. En los sectores más densos de la ciudad, la tierra ya estaba subdividida, y el perí-
Ejemplo de “Casa de vecindad”, fue un proyecto para ocho unidades de tres ha- metro de la manzana ya no era suficiente para contener más viviendas en un des-
bitaciones cada una, agrupadas alrededor de patios y unidas por una circulación arrollo horizontal, por lo que fue necesario generar mayores perímetros de fachada.
central común, ubicadas en Alberti 317, pertenecientes al Sr. Julián García, cuyo Había ya pocos vacíos urbanos, los conjuntos de cuatro manzanas se habían des-
expediente fue presentado a la Municipalidad en 1886 (Figura 6). tinado a hospitales, las manzanas completas eran escasas y en general se desti-
Surgió otro tipo de vivienda colectiva de alquiler, denominado genéricamente naron a equipamiento urbano, edificios públicos o escuelas.
“pasaje”. Su nombre implica un carácter de “paso público”, y adoptaron formas Los mayores terrenos disponibles eran sectores de manzanas: cuartos en corres-
de penetración en la manzana que era, hasta entonces, compacta. pondencia con las esquinas, pasantes con salida a dos calles y ubicados en los sec-
tores medios, o lotes anchos y profundos con salida a una sola calle.
Los “pasajes” se asentaron en esos terrenos, creando fachadas interiores. La con-
tinuidad de las fachadas las incorporó al espacio semipúblico.
En general, los pasajes son sistemas circulatorios totalmente a cielo abierto, ca-
lles peatonales angostas, de unos cinco metros de ancho. El acceso era libre, sin
ningún sistema de control ni puerta, y la vereda exterior penetraba como conti-
nuidad del solado urbano.
La entrada al “pasaje” podía generar un corte en la línea de fachada marcado con
pequeñas ochavas, o tener pórticos de acceso, o estar cubierta por viviendas a la
manera de puentes, que actuaban como zaguanes urbanos (Figura 7).
Desde el pasaje se accede a las viviendas ubicadas en la planta baja, a través de
sus patios privados y, en caso en que tengan más plantas, por medio de escaleras
comunes con iluminación cenital vidriada.
La célula, fue la vivienda individual con patio, siempre de un piso. Su estructu-
ración fue la lineal a lo largo de un patio, o rodeándolo. La secuencia de habita-
ciones culminaba en los locales sanitarios, con un pequeño altillo, con una
escalera interior, aplicando el modelo de la casa chorizo. Los diversos tipos sur-
(Figura 4) (Figura 5) gieron de las dimensiones y ubicaciones de los terrenos disponibles.

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Figura 10: Pasaje Sastre. Detallaremos los distintos sistemas utilizados, mediante ejemplos que aún hoy
Planta. 19 de Noviembre 1171 subsisten y que pueden ser visitados. Algunos de ellos presentan ciertas modi-
Figura 11: Pasaje Sastre. ficaciones, fundamentalmente en lo que hace a su accesibilidad, ya que se les ha
Figura 12: Pasaje Victoria, agregado puertas, debido a las condiciones de seguridad, están pintados en
Alsina 2311. Planta. forma despareja perdiendo unidad, o presentan patologías propias de su anti-
güedad o deformaciones. En la actualidad los pasajes se han transformado en
conjuntos de muchos propietarios, de improbable venta en bloque, lo que salva-
guarda relativamente su supervivencia.

En “cul de sac”
Fue una solución utilizada para terrenos de alrededor de 25 metros de ancho, con
salida a una sola calle. Constan de una calle central recta, y en su remate interior
podía haber una pequeña portería.
Ejemplos de este tipo son el “Pasaje Verdier” (Déan Funes Nº 573/93) de 1911 (Fi-
guras 8 y 9) el “Pasaje San Carlos” (Quintino Bocayuba Nº 151) ubicado frente a (Figura 16) (Figura 17) (Figura 18) (Figura 19)
la iglesia del mismo nombre, que posee una calle muy profunda y el “Pasaje
Suizo” (Vicente López Nº 1661).

Pasantes Parte de las viviendas estaban conectadas por un pasaje en forma de ele, con salida Figura 16: Pasaje Colombo,
El tipo se utilizó en terrenos ubicados en los sectores centrales de las manzanas, a dos calles, mientras las ubicadas en el sector de la esquina, tenían acceso desde la Avenida Rivadavia 2451.
con salida a dos calles paralelas. Los lotes de alrededor de 25 metros de ancho, vía pública. Este sector se percibía como una pequeña manzana segregada del resto. Figura 17: Pasaje La Estrella,
posibilitaron la creación de una calle central con viviendas a ambos lados. De El corazón del pasaje podía contener una portería como remate de una de las ca- Avenida Caseros 2475.
este modo, se partió en dos la manzana. lles, y tener escalones, para salvar desniveles naturales. Figura 18: Pasaje América.
El “Pasaje Sastre” (19 de Noviembre de 1899 Nº 1171) del año 1890, unió distin- Pertenecen a este tipo los pasajes “Rue des Artisans” (Arenales Nº 1239-Libertad Nº Figura 19: Pasaje Santama-
tos tipos de edificación, formando un conjunto que incluyó dos pequeñas man- 1240) del año 1887, obra del arquitecto Giuseppe Bernasconi; el “Pasaje Colombo” rina, México 750.
zanitas residenciales separadas por calles vehiculares (Figuras 10 y 11). (Avenida Rivadavia Nº 2451 - Azcuénaga Nº 34) de 1890 con tres plantas altas (Fi-
El “Pasaje Victoria” (Alsina Nº 2311/43 - Hipólito Irigoyen Nº 2314/44) fue cons- gura 16) “América-La Estrella” (Avenida Caseros Nº 2475-Catamarca Nº 2249/77)
truido por el arquitecto italiano Giuseppe Bernasconi en el año 1890, y tenía proyectado por los arquitectos Eduardo María Lanús y Pablo Hary en el año 1917,
una pequeña portería en el centro de la manzana (Figura 12 / figura 13, ver aper- propiedad de las compañías de seguros del mismo nombre (Figuras 17 y 18).
tura de capítulo). El “Pasaje Santamarina” (México Nº 750 - Chacabuco Nº 641) en el barrio de San
El “Pasaje General Paz” (Ciudad de la Paz Nº 561 - Zapata Nº 552) obra del inge- Telmo, fue propiedad de Ramón Santamarina. Se construyó en 1915, con pro-
niero-arquitecto Pedro Vinent, fue construido en el año 1925, presenta una su- yecto del arquitecto alemán Carlos Nordmann, que había venido a la Argentina
cesión de puentes cruzando el pasaje, y balconeos de terrazas y galerías, que le como director de obra de la Legislatura de la ciudad de La Plata. La “L” se confi-
otorgan una gran espacialidad interior. Se accede desde cada calle por pórticos guró por la existencia de dos lotes profundos ubicados en los puntos medios de
monumentales en forma de arco. (Figuras 14 y 15, ver apertura de capítulo). la cuadra, que se cruzaban en el corazón. En este caso tanto los accesos, como
determinados puntos del interior, estaban cruzados por viviendas en puente, y
En “L” producen al recorrerlo una particular atmósfera de luces y sombras, e interesan-
Se utilizaron en terrenos de gran tamaño, que abarcaban generalmente un cuarto tes sensaciones espaciales (Figura 19).
de manzana, uno de los solares de Garay.
En “U”
El “Pasaje la Piedad” (Bartolomé Mitre Nº 1525/63) fue el único en esa configu-
ración y data de 1888-1890. Su forma se debió a la preexistencia de un grupo de
viviendas, incrustadas en el corazón de la manzana y, debido a esto, se resolvió
con dos tipos de viviendas totalmente diferenciadas: las del frente, en bloque, y
las del fondo con galerías de acceso. La calle en “U”, con dos salidas a Bartolomé
Mitre, fue originalmente utilizada como acceso de carruajes (Figuras 20 y 21).
Esta manera en que los pasajes aprovecharon la interioridad de las manzanas,
desapareció en el siglo XX cuando, debido a la construcción en mayor altura, se
reglamentó la conformación de los “corazones de manzana” como espacios in-
construibles, consagrando nuevamente el centro como ámbito de lo privado.
Hoy los pasajes son valorados por las particulares condiciones de vida que ofrecen.

El pasaje vehicular
Hay un caso único en Buenos Aires que se construyó ya muy entrado el siglo XX,
en 1925, que es el “Pasaje Rivarola” (Bartolomé Mitre al 1300 - Pte. Perón al 1300)
(Figura 10) (Figura 11) (Figura 12) obra de Petersen Thiele y Cruz, propiedad de la compañía de seguros La Rural.

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Figura 20: Pasaje de la Pie- En este caso, la calle central se concibió como pública y vehicular, y partió en
dad, Bartolomé Mitre 1525. dos la manzana original. Se conservó la unidad y la simetría de las fachadas de
Planta. ambas veredas. Sendos pares de cúpulas marcaron los remates de las ochavas de
Figura 21: Pasaje de la Piedad. los accesos.
Figura 22: Pasaje Rivarola. Esta igualdad de fachadas a ambos lados de la calle, materializó uno de los ideales
Planta. de Haussmann planteados en sus teorías para la apertura de calles.
Figura 23: Villa Alvear. La falta de continuidad de la calle con respecto al resto de la trama urbana,
Planta. le confiere un cierto grado de privacidad, a pesar del carácter público de la
Figura 24: Villa Alvear. Calle. calle (Figura 22).
Figura 25: Villa Alvear.
Pasaje. Los barrios obreros
La necesidad de dar respuesta al problema de la vivienda llevó a intervenciones
de mayor escala en la ciudad. Estas abarcaron sectores que se incorporaron al
ámbito urbano, y tuvieron diverso grado de integración con las tramas linderas, (Figura 23) (Figura 24) (Figura 25)
en los que se ensayaron nuevas tramas para responder, con mayor eficiencia, a
las necesidades de densificación en horizontal.
“Se busca un campo, un campo cualquiera, no muy extenso, pero que esté, eso si,
cerca, lo más cerca posible de la capital. Enseguida se manda poblar ese campo, En estos casos se procedió a crear subproductos de la manzana tradicional, y se
quiero decir, se levanta en él una gran ciudad…Se anuncia por todos los medios de aumentó el número de calles, para obtener así manzanas más angostas, con te-
publicidad de que se pueda echar mano, el remate, el gran remate de la importante rrenos más pequeños.
villa… ¡Equis! Granulillo había formulado, en pocas palabras, todo el secreto, que ya
no lo es para nadie, del extraordinario precio que alcanzó la tierra en los famosos La “Villa Alvear”
tiempos de la especulación…dieron valor exorbitante a esa misma tierra que después En 1885 la Empresa Moreno, Mosconi y Cía. adquirió los terrenos ubicados entre
lo perdería hasta el punto en que lo vemos hoy, porque suspendidos bruscamente los las calles Costa Rica, Thames, Cabrera y Gurruchaga para construir una “ciudad
créditos de los Bancos, amaneció un día en que faltó el dinero, llegaron los vencimien- de obreros”, en tierras periféricas vecinas a la cuenca del arroyo Maldonado. Éste
tos, no se pudieron obtener nuevos descuentos, y la bancarrota necesariamente se constituyó un límite natural de Buenos Aires por mucho tiempo, debido a las tu-
produjo.” (“La Bolsa”, Julián Martel, 1892). multuosas inundaciones, que arrasaban con los caseríos asentados en sus orillas
Algunos empresarios industriales intentaron crear barrios obreros con viviendas y los pocos puentes que poseía.
con lote individual, en las cercanías de sus fábricas. Generalmente estas inicia- El barrio llevó el nombre de “Villa Alvear” en honor del primer intendente, el “in-
tivas terminaron en el loteo de la tierra, y la construcción de las viviendas por fatigable apóstol de la higiene”.
parte de los obreros. Las viviendas que éstos ejecutaron respondían al tipol de la Alvear colocó la piedra fundamental dicho año, y en el discurso inaugural se des-
casa chorizo, construidas en una sola etapa o en forma secuencial. tacó que el hecho de que “crear una ciudad dentro de la ciudad, era un fenómeno
La periferia de Buenos Aires, permitió plantear otro tipo de soluciones, alterna- nuevo, un rasgo de audacia en esos tiempos”.
tivas a la manzana tradicional. Para ampliar la trama en los vacíos a urbanizar, El emprendimiento fracasó, y en 1888 los terrenos fueron vendidos al Banco In-
se crearon los “barrios obreros”, de manzanas angostas, eficientes para densificar mobiliario, propiedad de don Antonio Devoto que encomendó el proyecto al ar-
con baja altura. quitecto Juan A. Buschiazzo (1858-1918) simultáneamente con la urbanización
de Villa Devoto. En estos terrenos, Buschiazzo realizó un trazado que continuó
la trama de calles preexistentes con su mismo ancho, e incorporó una red inter-
media de pasajes vehiculares angostos, de dos o tres metros de ancho, que divi-
dieron en dos las manzanas. Buschiazzo entendía que, conjuntamente con la
urbanización de la tierra, debía generar espacio público y creó en el corazón del
nuevo barrio una pequeña plazoleta (Figuras 23, 24 y 25).
Si bien no se construyeron las viviendas y fue un “negocio de tierras”, la potencia
del trazado desembocó en el actual desarrollo de “Palermo Viejo” que, sin nor-
mativa alguna de preservación, ha generado un evento urbano que vas más allá
del gesto que constituye, para derramarse sobre sus “vecinos periféricos”, “Pa-
lermo Soho”, “Palermo Hollywood”, etc. La estrategia de partir las manzanas
sería utilizada a lo largo de todo el siglo XX, en los barrios de viviendas unifami-
liares aunque, en muchos casos, sin generar vacíos comunes.

“Casas municipales”
Pocas fueron las iniciativas desde el Estado, para resolver el problema de la vi-
vienda de los sectores más necesitados.
En 1882 la Municipalidad proyectó un plano modelo, para ejecutar 40 o más
casas de inquilinato, pero muy poco fue lo que efectivamente se construyó con
(Figura 20) (Figura 21) (Figura 22) esta propuesta.

170 HABITAR BUENOS AIRES LAS MANZANAS, LOS LOTES y LAS CASAS 171
Figura 26: 1885, Casa de En 1883 Juan A. Buschiazzo, con el cargo de ingeniero municipal, presentó un
Obreros, 1º ubicación. proyecto para construir un conjunto en la manzana delimitada por Chavango
Figura 27: 1885, Casa de (hoy Las Heras) Larrea, Melo y Centroamérica (hoy Pueyrredón). Este proyecto
Obreros, 2º ubicacion. estaba conformado por una sola tira de viviendas, que fue reemplazado por otro
Figura 28: Pasaje Butteler. con dos cuerpos longitudinales, y una plazoleta entre ambos, sustituido por un
Planta. tercer proyecto, esta vez de tres tiras separadas por pasajes peatonales, con plazo-
Figura 29: Pasaje Butteler. letas exteriores y una plaza a escala urbana. De este proyecto se construyó un pe-
Plaza interior. queño sector, demolido hace algunos años, ubicado en la parte posterior de la
Figura 30: Colonia Obrera. manzana donde está la actual Facultad de Ingeniería (Figuras 26 y 27).
Nva. Pompeya.
Figura 31: Barrio de Construc- Los pasajes en los concursos
ciones Modernas. Foto supe- Los pasajes aparecieron también, en la resolución de concursos de anteproyectos
rior: Un pasaje típico. Ni se ha de vivienda económica organizados en la época. (Figura 30) (Figura 31)
previsto un arbolado normal. En 1899 la compañía de seguros de vida La Positiva, llamó a un concurso de an-
Foto inferior: Un conjunto tí- teproyectos para un conjunto de viviendas económicas, ubicado en la Calle Ur-
pico. ¡y se han destruido her- quiza entre Hipólito Irigoyen y Alsina, en un terreno de media manzana.
mosas quintas para hacer De acuerdo con las Bases: cuatro, con retiros de frente ajardinados, con fuertes verjas de mampostería, para
“ésto”! …“Deberá hacerse el mayor número de propiedades, sin que sufra la higiene, ni haya reconstruir las líneas de fachada.
falta de aire o de luz, no debiendo constar cada una de ellas más de 26 a 23 metros de Las esquinas y las calles diagonales tienen prototipos especiales, marcando las
fondo. La Compañía desea un proyecto de edificación sin el empleo de pasages.” ochavas y pegados a la línea municipal.
A pesar de esta prohibición, el anteproyecto presentado por Alfredo Massüe, El conjunto, a pesar de las deformaciones producidas con el paso del tiempo,
tenía un pasaje. sigue representando una valiosa solución, de gran vitalidad y su plaza es utilizada
En 1900, la sociedad La Paternal estaba desarrollando el barrio de obreros, que como referencia, por los vecinos (Figuras 28 y 29).
llevaría su nombre, loteando tierras que habían pertenecido a los jesuitas antes
de su expulsión. Para ello convocó a un concurso para el proyecto de viviendas La “colonia obrera de Nueva Pompeya”
económicas, en una de las manzanas, con frente a la Avenida Warnes. Siguiendo el modelo utilizado por sus pares europeos, las congregaciones reli-
Tanto el anteproyecto ganador, del arquitecto Alfredo Olivari, como todos los an- giosas católicas fueron importantes gestoras de pequeñas urbanizaciones que, si
teproyectos presentados, estaban resueltos con pasajes. bien no pretendían resolver el problema de la vivienda, actuaron como proyectos
La obra no se construyó, y se resolvió con un loteo tradicional, donde se constru- demostrativos de los modos de intervenir con escasos recursos en la construc-
yeron casas chorizo. ción de la vivienda obrera.
Por otra parte, reemplazaban a los municipios, que carecían de fondos para
El “Pasaje Butteler” construirlos.
En 1907, la señora Azucena Butteler donó a la Municipalidad de la Ciudad de La Conferencia de Señoras de San Vicente de Paul, entre 1912 y 1926, realizó un
Buenos Aires, la manzana delimitada por la Avenida La Plata al 2100, Avenida conjunto, a partir de la subdivisión de una fracción de tierra de tres hectáreas, en
Cobo al 500, Senillosa al 2000 y Zelarrayán al 500, para la construcción de un el barrio de Pompeya (Traful al 3600, Cachi al 500, Albert Einstein al 500).
grupo de casas para obreros. En esta fracción se proyectó un conjunto habitacional, un asilo, un consultorio
Este conjunto presentó una solución atípica e ingeniosa para la manzana, me- médico y un campo de deportes.
diante una plaza pública interior, con acceso desde las ochavas por calles públi- Las viviendas, en una manzana, con doble cinta concéntrica de unidades de dos
cas diagonales, una propuesta de singular potencia y significado. Las viviendas y tres habitaciones, resueltas en dos niveles.
son pequeños módulos de dos habitaciones y servicios, agrupados en islas de a Amplias veredas arboladas, con solado de vainilla calcárea, conforman el es-
quema circulatorio. Una torre-tanque de agua domina el centro del conjunto
(Figura 30).

Los “Barrios de Construcciones Modernas”


Fueron la operación de mayor envergadura, que se implementó a principios del
siglo XX en Buenos Aires. Se creó un gran número de barrios, que incluyeron
la construcción de las viviendas. Su extensión territorial y la trama urbana pro-
puesta, conformaron piezas urbanas.
Aquí se aplicó la solución de multiplicar el número de calles, para crear manza-
nas angostas: las denominadas “manzanas tallarín”. El lote se llevó a su mínima
expresión y desapareció el modelo de la vivienda chorizo de una planta, que fue
reemplazada por la vivienda de dos plantas, con un agrupamiento denso, con
apareamiento lateral y doble crujía, aplicando el modelo de casa inglesa.
También se eliminó el concepto de patio, o fondo dentro de la vivienda, de ma-
nera que todos los vacíos se concentraron en la estructura circulatoria: las calles.
(Figura 26) (Figura 27) (Figura 28) (Figura 29) Estas ideas fueron criticadas por los urbanistas de la primera modernidad de la

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Este proyecto presentaba una trama compleja de plazas, plazoletas, calles diago-
nales, avenidas, calles principales y pasajes.
En 1882, los arquitectos Nicolás y José Canale proyectaron y construyeron la
nueva ciudad de Adrogué (Partido de Almirante Brown). La planta tenía cuatro
calles diagonales que se cruzaban en el centro, donde ubicaron los edificios pú-
blicos, que también proyectaron (Figura 33). Este proyecto tuvo similitudes con
el de Bevans.
A causa de la declaración de Buenos Aires como Capital de la República, en 1882
se creó la nueva Capital para la Provincia de Buenos Aires: la ciudad de La Plata.
En ésta se ejecutó el primer proyecto de ciudad de gran escala con diagonales,
con una red calificada de avenidas, bulevares y calles secundarias, y un conjunto
de áreas verdes públicas de distintas dimensiones, que abarcó desde la plaza al
parque urbano.
En el proyecto no se puso en crisis la manzana. Por lo contrario, ésta fue su mó-
dulo básico. Se decidió utilizar la manzana aún antes de diseñar la trama urbana.
(Figura 32) (Figura 33) Cuando se convocó al concurso internacional para el diseño de sus principales
edificios públicos, simultáneamente se estaba proyectando la trama, pero se de-
finió que cada edificio público ocuparía una manzana, lo que posibilitaría el uso
de retiros, a fin de generar unidades autónomas, con visión en perspectiva.
Figura 32: J. Bevans-Proyecto Argentina, tal es el caso de Fermín Bereterbide, que observó la superexplotación En 1888, Juan A. Buschiazzo proyectó Villa Devoto, la urbanización de una
de una ciudad con diagonales. de la tierra, y la falta de espacios verdes urbanos de estos conjuntos. Su crítica lo quinta propiedad de Antonio Devoto, ubicada en el borde del nuevo límite de
Figura 33: 1882, Pueblo de llevó a la formulación, tanto de conjuntos con espacios vacíos interiores, como Buenos Aires, con plazas, calles, diagonales y manzanas.
Alte. Brown. a la creación de nuevas urbanizaciones con plazas públicas (Figura 31). En 1907, el arquitecto francés Joseph Bouvard (1840-1920) arquitecto municipal
Sin embargo, las viviendas de las “manzanas tallarin” tienen gran aceptación, por y director de Parques y Paseos de París, fue contratado por el intendente de Bue-
la escala de los barrios, en los que se recupera el uso de la vivienda individual, nos Aires, Carlos de Alvear, para realizar propuestas sobre la ciudad. Bouvard ela-
con alta densidad. boró un proyecto integral, en el que superpuso una retícula de avenidas
diagonales, convergentes y concéntricas, sobre toda la ciudad existente: “para
La ciudad con diagonales volverla más pintoresca”. Debemos consignar que Bouvard incluyó propuestas
La Ciudad de Buenos Aires, la ciudad fundacional, tuvo un solo vacío que era su preexistentes para la construcción de las diagonales Norte y Sur, que convergían
centro: “la plaza”. En esta pequeña escala de ciudad peatonal, no había diversi- sobre la Plaza de Mayo.
ficación de roles entre las calles. Fuera del casco fundacional se produjo la rota- El proyecto generó grandes controversias entre sus contemporáneos, y solo se
ción de la trama por un criterio de economía, para enfrentar las quintas al Río, aplicó parcialmente en el centro de la ciudad, con la materialización de la Dia-
con terrenos muy profundos y de poco ancho, para economizar los caminos. gonal Norte y en mucha menor escala de la Diagonal Sur.
Los proyectos posteriores con calles diagonales, aparecieron con el objeto de me- La obra, que requirió 30 años para ejecutarse y sirvió para remarcar la centralidad
jorar la conexión de los centros con los bordes. Con ellos surgió la diversificación de la Plaza de Mayo, tenía como eje la Avenida de Mayo. Su “fracaso” está mar-
de las calles, con distintos anchos, bulevares, plazas y áreas verdes, en condicio- cado por la anulación del proyecto.
nes de mayor complejidad, que incluyeron el concepto de perspectiva urbana. Dentro de las múltiples encomiendas que tuvo Bouvard en la Argentina, estuvo
Estos proyectos, si bien no pusieron en crisis la existencia de la manzana, impli- la de la urbanización de la Quinta Hale, ubicada en el predio comprendido por
caron una diversificación en sus formas y, en algunas propuestas, una variación la Avenida del Libertador, Agote, Avenida Las Heras y Agüero. En este sitio, un
relativa de sus dimensiones. borde alto de la ciudad, Bouvard diseñó una pieza urbana con independencia de
En 1828 el ingeniero-arquitecto James Bevans presentó el primer proyecto de la trama, que recuperó como espacio verde para la ciudad la zona de las barran-
trazado diagonal que se tenga registrado en el país. El propósito de ese proyecto cas, continuando la Plaza Alvear y la Plaza Francia. Una avenida central, nace en
fue la creación de nuevos pueblos. la intersección de las Avenidas Las Heras y Pueyrredón, remataba en una terraza
Bevans proyectó un módulo urbano de unos 800 metros de lado, que determi- mirador sobre el parque. Hoy, algunas de esas calles interiores, terminan en es-
naba tres tipos de manzanas: las rectangulares de 136 metros por 220 metros, calinatas peatonales (una sobre Agote y otra sobre Agüero). La atipicidad del
las triangulares de 117 por 97 por 148 metros y las trapezoidales de 200 metros área, conocida como “La Isla”, es muy valorada, lo que se refleja en los precios
de base mayor, 60 metros de base menor y 205 y 145 metros en cada uno de sus de las propiedades.
lados (Figura 32). Finalmente, las diagonales, como subsistema jibarizado del propuesto para
Estudió el parcelamiento de las manzanas y el proyecto de las posibles viviendas, La Plata, se utilizaron en los trazados de los pueblos nuevos que se crearon en
que incluía el de las viviendas en esquina, resueltas en una o dos plantas. la provincia de Buenos Aires, como el de General Alvarado, donde se incor-
Las calles eran anchas, de 15, 40 metros y las veredas de 3,20 metros. poraron bulevares, plazas centrales y periféricas, que tienen como célula
Con anterioridad, hubo otro proyecto, el “Plan de la Capital de las Colonias In- madre nuestra manzana.
glesas en el Río de la Plata”, que fue publicado en Inglaterra.
Fue proyectado por ingleses con fecha estimada en el año 1806, por lo que se le Las ideas de Haussmann
adjudicó estar emparentado con las invasiones inglesas y ser una propuesta de Uno de los modelos europeos adoptados en la transformación de nuestras ciu-
modificación de la planta urbana de Buenos Aires. dades, fue el que aplicó Haussmann en París.

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Haussmann abrió, en el centro de Paris, bulevares y calles arboladas, que ayu-
daron a la creación de una arquitectura homogénea a lo largo de dichas avenidas.
Por otra parte, incorporaron la perspectiva barroca, con el remate visual sobre
obras de arquitectura. El intendente Torcuato de Alvear, buscó plasmar en su
obra municipal los modelos europeos y especialmente el parisino, anhelado por
la clase dominante argentina para su ciudad capital.
El legado más singular de esta corriente fue la creación de la Avenida de Mayo,
un bulevard francés, una noción que no existía en la ciudad colonial, e introdujo
la calle como evento dinámico, como sitio de paseo, así como de unión entre dos
vacíos: La Plaza de Mayo, la fundacional, y la Plaza Lorea. Años más tarde el
evento se completó con la perspectiva barroca, materializada entre la Casa de
Gobierno y el Palacio del Congreso.
El proyecto fue realizado en 1885 por el arquitecto Juan A. Buschiazzo. Para im-
plementarlo se expropió una franja de 30 metros, en el corazón de las manzanas
delimitadas por las calles Rivadavia y Victoria (Hipólito Irigoyen), en coinciden-
cia con el eje de la Plaza de Mayo. (Figura 34) (Figura 35)
La primera avenida que así se creó en la Ciudad de Buenos Aires, tuvo la edifi-
cación de mayor altura de la ciudad y la más prestigiosa.
Hubo, sin embargo, en la materialización de la Avenida de Mayo, diferencias
respecto a sus modelos parisinos, una noción de diversidad, que le otorgó la das en hormigón armado, el material del nuevo siglo, por arquitectos que todavía Figura 34: Galerias Pacífico.
construcción “lote por lote”, con los particulares tipos edilicios que surgieron no sabían cuál podía ser el lenguaje propio de este material, aunque sabían que Planta.
del loteo original de la manzana. debían enfrentarse a “la Academia”. Cada una de estas torres fue, en su mo- Figura 35: Galerias Pacífico.
El corte de los lotes generó algunos edificios poco profundos y con gran desarro- mento, el rascacielos más alto de la ciudad. Acceso.
llo de fachada sobre la avenida, y otros con frente a dos calles y plantas bajas pa-
santes, que derivaron en pasajes cubiertos, como fue el caso del “Pasaje Conclusiones
Roverano” (Avenida de Mayo 560 - Hipólito Irigoyen 561) del año 1878, am- Buena parte de los ejemplos de Buenos Aires descriptos en capítulo fueron pro-
pliado por el arquitecto Eugenio Gantner en 1912-1918, que posee una inédita ducto de decisiones de diseño, tomadas en determinado momento histórico y
conexión con el subterráneo, el Pasaje “Urquiza Anchorena” (Avenida de que subsisten en la actualidad junto con tantos otros ejemplos, de condiciones
Mayo 747 - Rivadavia 742/50) del ingeniero Esteban Sanguinetti, del año 1921 y calidades similares, que su detección sería motivo de un catálogo.
y el “Pasaje Barolo” (Avenida de Mayo 1370 - Hipólito Irigoyen 1373) del arqui- La ciudad, en definitiva, es la suma de las decisiones tomadas en el pasado, de
tecto Mario Palanti, de 1921. sus persistencias, y de las intervenciones actuales.
Se trata, por lo tanto, de asimilar dos lecciones: la primera es la del manejo que
El pasaje comercial deben tener las persistencias valorables (el patrimonio). La segunda son las en-
Hubo otra manera de atravesar la manzana, que fue el tipo del “pasaje comer- señanzas que nos dejan éstas, para realizar nuevas propuestas.
cial”, que albergó los primeros sueños consumistas del siglo XIX. Su cubierta de Todos los pasajes descriptos son persistencias de edificios, conjuntos, calles
vidrio y acero, nacida de los invernaderos, fue el punto de contacto y de conflicto o sectores urbanos que se valoran como tales por sus particulares calidades,
entre arquitectos e ingenieros, con la nueva tecnología que aportó la Revolución formas de vida propuestas, escala, valores afectivos y hasta sensaciones ins-
Industrial. criptas en la memoria colectiva y que son difíciles de describir, existe un pro-
Constituyó un tema global, signo de la metrópolis moderna, utilizado en otras blema de conservación de los mismos como tales, de evitar su deterioro, de
capitales: Moscú, Bruselas, Londres y, en forma masiva, en Paris, donde su re- “entenderlos”, permitir intervenciones que los potencien, que los revitalicen,
petición llevó a conformar un barrio. con niveles de intervención variables de acuerdo con cada elemento o sitio de
También se empleó en Buenos Aires, aunque en forma parcialmente frustrada. valor patrimonial.
El inconcluso “Le Bon Marché Argentino” (hoy Galerías Pacífico) del año 1888, No se trata de poner “en formol” el objeto de valor patrimonial, sino en estado
ubicado en la manzana delimitada por las calles Florida al 700, Córdoba al 500, de revitalización. Las experiencias de excesivo congelamiento han tenido como
San Martín al 700 y Viamonte al 500, tiene una planta en cruz, a imitación de su consecuencia la pérdida de objetos de valor patrimonial.
similar de París y por la crisis de 1890 no se llegó a construir su cubierta vidriada. En el campo de lo público, la normativa APH (Áreas de Protección Histórica de
En la década del 1940, ya como galería comercial, el Estudio Aslan y Ezcurra le la ciudad de Buenos Aires) de los noventa buscó hacer pasar el eje de la protec-
construyó una cubierta a media altura y una cúpula central con pinturas. Fines ción más allá “edificio suelto” y llevarla hasta el “área”, al sector urbano. Para
de siglo XX, recibe su cubierta de cristal, ya como shopping, lo que nos confirma ello se realiza el relevamiento de un área y se fijan los niveles de flexibilidad de
la persistencia cíclica de estos espacios globales (Figuras 34 y 35). intervención compatibles con cada edificio.
El tipo del “pasaje comercial” se recicló en el basamento de dos obras, como la Montada sobre esa normativa se realizó, con éxito, la intervención del PRAM
Galería Güemes (Florida 171-San Martín 160) proyectada por el arquitecto Fran- (Programa de Revitalización de la Avenida de Mayo) sobre el conjunto de la ave-
cisco Gianotti en el año 1915 y el Pasaje Barolo (Avenida de Mayo 1370-Hipólito nida. Este modelo fue aplicado en acciones similares en otros países de Latino-
Irigoyen 1373) proyectada por el arquitecto Mario Palanti en el año 1919 con una américa, y en forma masiva, en España.
nave abovedada. En ambos casos la cubierta vidriada del siglo XIX, se reemplazó En nuestro país el gran enemigo de estas operaciones es y ha sido la disconti-
por una torre, paradigma global de la metrópolis del siglo XX, y fueron ejecuta- nuidad de la tarea del Estado, que deja truncos los proyectos o instala nuevos

176 HABITAR BUENOS AIRES LAS MANZANAS, LOS LOTES y LAS CASAS 177
proyectos en reemplazo de los anteriores, con catastróficos resultados. Nin- donde se recuperan algunas de las bondades y calidades de los viejos “pasajes”.
guna operación sobre el patrimonio es exitosa si no tiene un seguimiento en Hemos asistido en los últimos años al proceso cíclico de intento de la huida de
el largo plazo. la ciudad, en pos de dudosas mejoras de las calidades de vida, al amparo de la se-
En el campo privado, en los últimos años, se ha instalado con fuerza en nuestro guridad, que ha hecho proliferar el “barrio cerrado”. Este fenómeno, unido al
país la costumbre de realizar intervenciones respetuosas sobre el patrimonio. del shopping, en lo comercial de viviendas, también cerrado, ha sido tema de per-
También tenemos ejemplos en Buenos Aires de sitios que se han recuperado es- manente fricción con la ciudad.
pontáneamente, y potenciado, sin necesidad de normativas que los protejan, Parecería ser que la recuperación económica de los últimos años, ha servido
como es el caso ya señalado de Palermo Viejo y su entorno, donde la conservación para que la ciudad, revitalizada, pueda luchar con éxito por tratar de mantenerse
de la edificación existente, reciclando los usos, sin expulsión de sus habitantes y de mejorar.
originales (cosa que no ocurrió en el Pelourinho en Salvador de Bahía, Brasil, en
donde la población original del barrio histórico fue desplazada a otros sitios).
Aún las sustituciones de edificación existente por otra con características que Bibliografía:
las hacen integrarse con lo existente, han revitalizado el barrio y su entorno, lle- “Los Planos más antiguos de Buenos Aires. 1580-1880”, A. Taullard, Peuser, 1940.
vándolo a una ampliación natural. Pero también vemos que ha llegado el mo- “¿Qué es el Urbanismo?”, F. H. Bereterbide y Ernesto E. Vautier. Ed. Concejo Deliberante. Buenos Aires .1932
mento de proteger al barrio de sus éxitos, ya que el “mercado”, montado sobre “Repensando la ciudad de América Latina, Prácticas urbanísticas europeas en América Latina”, Jorge E.
esta situación, puede llevar a la instalación de “emprendimientos” de tal escala Hardoy, Grupo E “Lámparas y adoquines” Eduardo J Sarrailh.
y cantidad que destruyan los lugares en lo que se instalan. Ed. Latinoamericana. Bs. As. 1988.
Indudablemente, admitido el hecho de que el Buenos Aires del siglo XXI no es “Pasajes”. Rolando H. Schere. Ed. Colihue. Del Arco Iris. Bs. As. 1998.
el mismo que el del XIX, subsiste el hecho del que la escala de los sitios es un “Historia de la Habitación Humana”, E. M. Viollet le Duc. Edit. Victor Lerú. Bs. As. 1945.
factor a respetar, si no queremos que se destruyan. En ese sentido la irrupción “La Casa Porteña”. Blas Matamoro. CEAL, 1971
indiscriminada del tipo “torre” en cualquier sitio de la ciudad, puede tener resul- “La Casa Criolla”. Dr. Arq. Roberto de Gregorio, NABUKO, 2006.
tados catastróficos. “6000 años de Hábitat”, Norberto Shoenauer, Gustavo Gili.
Puerto Madero ha sido una experiencia positiva, a partir de una acción pública, “Lámparas y Adoquines”, Eduardo J. Sarrailh, en “Buenos Aires, Historia de 4 Siglos”, José Luis Romero/Luis
con la instalación de un proyecto, producto de un concurso público, para la re- Alberto Romero, Bs. As, 2000.
vitalización de un sitio existente degradado, disparando la iniciativa privada y re- “Las ciudades en América Latina”, Jorge E. Hardoy, Paidós, Bs. As. 1972.
gulándola mediante un proyecto madre y una normativa. “La Encrucijada de la Arquitectura Argentina 1822-1875. Bevans y Pellegrini” Alberto de Paula y Ramón
Allí conviven varias estrategias: el respeto por el patrimonio instalado, como es Gutiérrez, UNNE, 1983.
el caso de los depósitos de los docks y otras construcciones industriales que se “Ciudad y campo entre dos siglos”, Fotografías de Samuel Rimauté. AA.VV. Ediciones de la Antorcha. 2007.
conservaron y se reciclaron, los lagos interiores como corazón, y por otro lado la “1º Jornadas de Historia de la Ciudad de Buenos Aires-La Vivienda en Buenos Aires”, “La Vivienda Obrera
recuperación de la calle, el paseo como parte importante de la ciudad, y el reto- en Buenos Aires en la década de 1880” Elisa Radovanic-Alicia Busso, MCCA, 1985.
mar el concepto de la “manzana”, como célula urbana. “Guía de Cartografía Histórica de la Ciudad de Buenos Aires. 1854-1900” Instituto Histórico de la Ciudad
Otro tema, no menor, es la inclusión en este proyecto urbano, del área verde, de de Buenos Aires. 2003.
los vacíos y la existencia de la perspectiva urbana y las vistas largas, inexistentes “La Bolsa” Julián Martel. Ediciones Estrada. Bs. As. 1946. 1º edición 1891.
en la ciudad colonial. Este hecho hace que aún las enormes torres nuevas, como
elementos segregados de la trama, tengan una perspectiva tal, que puedan con-
vivir en armonía con el resto de esta nueva pieza urbana.
Hemos hablado ya de la persistencia de tipos como la casa chorizo y sus deriva-
dos, que posibilitan intervenciones, reciclados, aún con fuertes modificaciones
hasta de usos no residenciales, que hacen que se puedan adaptar a las condicio-
nes de vida actuales, con calidad de vida, transformados en PH, concepto que se
repite en nuevas construcciones bajas, herederas de nuestras “casa de vecindad.”
Hemos visto en los últimos años intervenciones sobre algunas calles singulares,
como es el caso de la ex Rauch, hoy Enrique Santos Discépolo, resto de la traza
del ferrocarril que recorría “La Porteña”, la de la Calle Tres Sargentos e incluso
sobre la Diagonal Norte, ejemplos todos donde la peatonalización total o parcial
y un buen trabajo y diseño de los solados crea particulares condiciones de calidad
que potencian sitios de la ciudad.
En estos casos, como en otros, la incorporación de un solado común a calle y ve-
redas, rompiendo con nuestra fortísima tradición de calles, donde veredas y pvi-
mento están segmentadas por cordones, crea inéditas condiciones de unidad,
beneficiosas para la ciudad.
Vemos también que es posible que nuevas actitudes de “diseño” en la conviven-
cia entre arquitectos y mercado provoquen que la vivienda colectiva en altura se
transforme nuevamente en objeto de diseño que agrega “patrimonio” a la ciudad.
En algunos barrios periféricos de la ciudad, y en áreas más cercanas de municipios
de la primera corona vemos aparecer nuevas intervenciones, de menor escala,

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