Professional Documents
Culture Documents
Seminario Aristóteles
Pedro Pablo Calvo Navarrete
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
Preámbulo.
Inicia la sesión. Se procede con la revisión del acta anterior y con el fin de esclarecer
algunos de los conceptos y nociones que se han ido forjando a lo largo de las ultimas clases
se hacen las siguientes precisiones:
a) Con respecto a la cuestión del acto de lo moviente y lo movido, se aclara que el
termino homoiosis se refiere a una simbiosis o asimilación de ambos en virtud del
movimiento mismo, el cual es considerado como numéricamente uno, aunque
discernible conceptualmente en activo y pasivo respectivamente. Por otra parte, se
explica que el termino cabe hace referencia al “estar junto a”, es decir; al simple
contacto entre el moviente y lo movido.
b) Por último, se explica que el tiempo, entendido como chronos, al igual que los
números (arithmos) se realiza en virtud de algo que enumera y algo numerado; pues
el tiempo en el sentido precisado se define como el número del movimiento según el
antes y el después.
Entrando en materia.
Modo de realidad del infinito.
Se explica, en primer lugar, que para Aristóteles resulta imposible la existencia de un
infinito en acto pues, como se demostró en el capítulo anterior, no hay manera de admitir la
existencia de un cuerpo sensible cuya magnitud sea actualmente infinita. Ahora bien, se
hace imprescindible, sin embargo, admitir un modo de ser del infinito – recordemos la
máxima: el ser se dice de muchas maneras - que permita aceptar consecuentemente la
hipótesis anteriormente expuesta, la cual afirma no solo el carácter potencialmente infinito
propio de la divisibilidad de la magnitud, sino también la infinitud implícita en la
naturaleza de los números; entonces ¿de qué manera puede existir el infinito?
La respuesta de Aristóteles, se observa, es clara: el infinito solo puede ser en potencia por
adición o por división, no obstante, se determina que la existencia potencial del infinito
nunca llega a ser en acto, pues a diferencia de la potencia del bronce que llega a ser una
estatua, aquella nunca es plena o absoluta, sino que, como el rio de Heráclito, permanece en
un constante devenir, en un continuo estar realizándose a cada momento. Es necesario
precisar, además, que el infinito no se realiza por sí mismo, sino que al igual que el tiempo
(chronos) y en virtud de su estrecho vínculo con los números, depende de una instancia
numeradora y de un algo que sea numerado. En este punto se determina que aquello que es
numerado, con respecto al infinito, es una suerte de continuidad que, en virtud de la
actividad de la instancia numeradora, se hace discontinua; pues aquel que enumera
“empaqueta” por así decirlo, unidades que en sí mismas son finitas y distintas entre sí: lo
que se toma – expone Aristóteles – es siempre algo finito y distinto, pues “en lo infinito
también es preciso que la parte que se tome no sea jamás la misma” (207a5) lo anterior,
aunque sea conceptualmente, siempre es distinto de lo posterior.
Clases de infinito.
Se han distinguido dos clases de infinito – siempre en potencia – uno por división, otro por
adición. Ahora bien, si una magnitud puede ser infinitamente dividida, entonces con
respecto al número siempre es posible pensar uno mayor que el precedente.
En este punto, es necesario aclarar que con respecto a la magnitud no puede haber una
adición infinita, pues como se ha acordado previamente, no existen cuerpos sensibles
infinitos en tamaño ni actual, ni potencialmente; entonces con respecto a la magnitud, el
infinito solo puede ser potencialmente por división mas no por adición; inversamente con
respecto a los números, no es posible admitir un infinito por división pues la unidad al ser
indivisible representa un límite; luego en los números no hay infinito potencial por división
sino solo por adición, pues siempre es posible tomar un número mayor de los que se han
tomado previamente.