You are on page 1of 5

Acta del día 17 de noviembre del 2017

Seminario Aristóteles
Pedro Pablo Calvo Navarrete
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Preámbulo.
Inicia la sesión. Se procede con la revisión del acta anterior y con el fin de esclarecer
algunos de los conceptos y nociones que se han ido forjando a lo largo de las ultimas clases
se hacen las siguientes precisiones:
a) Con respecto a la cuestión del acto de lo moviente y lo movido, se aclara que el
termino homoiosis se refiere a una simbiosis o asimilación de ambos en virtud del
movimiento mismo, el cual es considerado como numéricamente uno, aunque
discernible conceptualmente en activo y pasivo respectivamente. Por otra parte, se
explica que el termino cabe hace referencia al “estar junto a”, es decir; al simple
contacto entre el moviente y lo movido.
b) Por último, se explica que el tiempo, entendido como chronos, al igual que los
números (arithmos) se realiza en virtud de algo que enumera y algo numerado; pues
el tiempo en el sentido precisado se define como el número del movimiento según el
antes y el después.

Entrando en materia.
Modo de realidad del infinito.
Se explica, en primer lugar, que para Aristóteles resulta imposible la existencia de un
infinito en acto pues, como se demostró en el capítulo anterior, no hay manera de admitir la
existencia de un cuerpo sensible cuya magnitud sea actualmente infinita. Ahora bien, se
hace imprescindible, sin embargo, admitir un modo de ser del infinito – recordemos la
máxima: el ser se dice de muchas maneras - que permita aceptar consecuentemente la
hipótesis anteriormente expuesta, la cual afirma no solo el carácter potencialmente infinito
propio de la divisibilidad de la magnitud, sino también la infinitud implícita en la
naturaleza de los números; entonces ¿de qué manera puede existir el infinito?
La respuesta de Aristóteles, se observa, es clara: el infinito solo puede ser en potencia por
adición o por división, no obstante, se determina que la existencia potencial del infinito
nunca llega a ser en acto, pues a diferencia de la potencia del bronce que llega a ser una
estatua, aquella nunca es plena o absoluta, sino que, como el rio de Heráclito, permanece en
un constante devenir, en un continuo estar realizándose a cada momento. Es necesario
precisar, además, que el infinito no se realiza por sí mismo, sino que al igual que el tiempo
(chronos) y en virtud de su estrecho vínculo con los números, depende de una instancia
numeradora y de un algo que sea numerado. En este punto se determina que aquello que es
numerado, con respecto al infinito, es una suerte de continuidad que, en virtud de la
actividad de la instancia numeradora, se hace discontinua; pues aquel que enumera
“empaqueta” por así decirlo, unidades que en sí mismas son finitas y distintas entre sí: lo
que se toma – expone Aristóteles – es siempre algo finito y distinto, pues “en lo infinito
también es preciso que la parte que se tome no sea jamás la misma” (207a5) lo anterior,
aunque sea conceptualmente, siempre es distinto de lo posterior.

Clases de infinito.
Se han distinguido dos clases de infinito – siempre en potencia – uno por división, otro por
adición. Ahora bien, si una magnitud puede ser infinitamente dividida, entonces con
respecto al número siempre es posible pensar uno mayor que el precedente.
En este punto, es necesario aclarar que con respecto a la magnitud no puede haber una
adición infinita, pues como se ha acordado previamente, no existen cuerpos sensibles
infinitos en tamaño ni actual, ni potencialmente; entonces con respecto a la magnitud, el
infinito solo puede ser potencialmente por división mas no por adición; inversamente con
respecto a los números, no es posible admitir un infinito por división pues la unidad al ser
indivisible representa un límite; luego en los números no hay infinito potencial por división
sino solo por adición, pues siempre es posible tomar un número mayor de los que se han
tomado previamente.

Refutación de la existencia de un infinito actual.


En este punto de la clase se explican algunos argumentos que, a manera de conclusión del
tercer libro, permiten negar la existencia de un infinito actual.
a) En un universo infinito, la generación de una cosa supone la destrucción de otra,
pues no es admisible la generación absoluta, luego no es necesario que haya un
cuerpo sensible infinito para que haya generación.
b) Estar en contacto es distinto de ser finito, lo primero siempre es en relación con
algo, lo segundo no. Lo finito no es tal en relación con otro sino en virtud de su
propia forma; por tanto, no es necesario admitir que no hay límites últimos, luego
no hay un infinito actual.
c) El tiempo, el movimiento y el pensamiento nunca están dados como una totalidad
infinita, pues las partes que se toman en los tres casos son un mero pasar, pues no
permanecen. Por tanto, no hay infinito en acto.
d) No es posible una magnitud en acto infinitamente pequeña o infinitamente grande,
luego no hay infinito en acto.
Hasta aquí la discusión sobre el infinito.
Importancia y dificultades sobre el estudio del lugar.
Aquí se exponen las razones por las cuales se admite que el lugar existe, si bien no como
una sustancia, ni como una cosa; pues el suponer que el lugar es una cosa seria admitir que
una sustancia esta en otra sustancia: supuesto inadmisible para Aristóteles. Las razones que
llevan, pues, a concluir que hay un lugar, se precisan a continuación:
a) Se admite que todas las cosas están en algún “donde”.
b) La sustitución de un cuerpo por otro y la permanencia del lugar que llegan a ocupar
lleva a concluir que el lugar es distinto de aquellos cuerpos que están en él y los
cuales se reemplazan mutuamente. Esto se ejemplifica claramente con el ejemplo de
un recipiente en el cual primero hay aire y posteriormente agua: el recipiente ya sea
vacío o lleno permanece, el contenido no; por tanto, el lugar existe
independientemente de aquello que está en él.
c) Si bien, el lugar es relativo con respecto al individuo; pues la dirección de algo
cambia con respecto a nuestra posición – estamos arriba con respecto a la oficina de
coordinación, pero abajo con respecto a los trabajadores que impermeabilizan el
techo – no sucede lo mismo cuando se habla del desplazamiento de los cuerpos
naturales; pues estos son llevados ya sea hacia arriba o hacia abajo según sea su
naturaleza; así, mientras el fuego siempre se desplaza hacia arriba, la piedra al igual
que el hombre permanece confinada al ámbito de lo terrenal. Por tanto, el lugar, así
como las direcciones que lo determinan son independientes de la posición que
adopte un determinado individuo
d) Al sostener la existencia de un vacío, se admite la existencia del lugar; pues el vacío
por definición, es un lugar desprovisto de cuerpos.
Ahora bien, si el lugar existe se presenta la cuestión del modo en que existe; pues, por una
parte, parece poseer magnitud (longitud, anchura y profundidad) pero resulta imposible que
sea un cuerpo; por otra parte, no puede ser algo simplemente inteligible, pues de lo
inteligible no surge magnitud alguna. Además, no es posible atribuirle causación alguna,
pues no se identifica con ninguna de las cuatro causas previamente discernida, más aún es
imposible que un lugar este en otro lugar; entonces ¿qué es el lugar?

El lugar no es ni materia ni forma.


Se explica que si el lugar es aquello que contiene inmediatamente a un cuerpo; entonces lo
configura y lo limita, luego el lugar de una cosa es su forma. Por otra parte, si el lugar
resulta ser la extensión de una magnitud, entendida ésta como algo indeterminado e
independiente de la forma que pudiera llegar a determinarla; entonces el lugar es la materia.
Ahora bien, se ha admitido previamente que el lugar es separable de las cosas que contiene,
pero la forma y la materia no son separables de la cosa misma; luego el lugar no es ni la
materia, ni la forma.
Así mismo, si el lugar es semejante a un recipiente de cuyo contenido no es parte; entonces
el lugar no es parte de la cosa a la cual contiene, puesto que no es aquello que la configura;
es decir la forma, ni aquello de que está hecha; es decir la materia; por tanto, el lugar no es
ni una, ni otra.
De esta manera se prueba que el lugar no es ni forma, ni materia.

Una cosa no puede estar en sí misma, ni un lugar en otro lugar.


En este punto de la exposición se procede con el análisis conceptual de la preposición “en”
cuyo sentido más estricto –explica Aristóteles – es como una cosa está en un recipiente
(periéchon) o en un lugar. Se plantea entonces, la cuestión: ¿es posible que una cosa esté en
si misma? y si es posible ¿en qué sentido es posible?
Se menciona que es posible decir que un todo está en sí mismo cuando aquello que está en
algo (periechómenon) y aquello en lo cual eso está (periéchon) son partes de un todo. Se
expone, para dejar en claro este sentido, el ejemplo del ánfora-de-vino la cual, entendida
como un todo está en si misma, pues aquello que está en algo; es decir el vino y aquello en
lo cual esta ese algo; es decir el ánfora, forman parte de una sola y misma cosa; es decir el
ánfora-de-vino. Sin embargo, en sentido estricto una cosa no puede estar en si misma, pues
al estar separadas el ánfora y el vino no son partes, sino que cada una pose su propia
naturaleza, aquí comienza el análisis conceptual que lleva a cabo Aristóteles y en virtud del
cual será posible discernir entre lo contenido (periechómenon) y lo continente (periéchon).
Se puede suponer que tanto el ánfora como el vino están cada uno en sí mismos; entonces
cada uno de ellos será un todo. Así el ánfora será ánfora y vino (continente y contenido) y
el vino, por su parte, será vino y ánfora (contenido y continente). Incluso accidentalmente,
si el vino está en el ánfora y el ánfora está en si misma, entonces ambos ocuparan el mismo
lugar, por tanto, es imposible en ambos casos que una cosa este en sí misma.
Se concluye que, si bien en sentido estricto una cosa no puede estar en sí misma, esto no
impide que el lugar primario de una cosa este en otra cosa, si bien no en sentido locativo,
(como una cosa está en un lugar) al menos sí, del mismo modo en como una afección está
en un cuerpo. Sin embargo y a pesar de que se ha empezado a vislumbrar la definición
positiva del lugar, no ha quedado claro a que se refiere Aristóteles con este modo en que
una cosa puede estar en otra pues ¿a qué se refiere Aristóteles con el modo en que una
afección está en un cuerpo? Quizás podríamos plantearnos esta pregunta a manera de
preludio del siguiente capítulo y su consiguiente definición de lugar.
Hasta aquí la sesión de hoy.
.

You might also like