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En el caso del seguro social, que son centros de la salud, es patético, la gestión es
algo aberrante, el pobre enfermo, pierde lo poco de paciente que le queda y agrava
más su situación de salud. Actualmente Essalud está tugurizado, con medicinas
básicas que no curan nada.
Las municipalidades están peor, un certificado domiciliario tiene que pasar por
cuatro manos: Uno que te entrega el formulario, otro que chequea y mira, otro que
fedatea y finalmente a mesa de partes si los 4 han estado de buen humor. Cobran a
la gente de servicios que no prestan, nadie cuida los parques por ejemplo. Las
Unidades de Gestión Educativa (UGEL) están igual.
La buena gestión o el buen administrador será el que sabe interactuar los dos
aspectos indispensables que tiene toda gestión: La estratégica, que son los objetivos
bien definidos y la operativa, que son las acciones y procedimientos para llegar al
objetivo y, si estos se amparan fundamentalmente en la realidad y necesidades del
usuario, será dialéctica y científica, dándole a la gestión, en nuestro caso,
educativa, una sensación y sobre todo definición amplia, fresca y cooperativa.
Por otro lado, un buen Director de institución educativa sólo debe tener tres
características básicas para empezar su labor de gestión. Lo demás lo dará la
práctica:
2.- Científico renovador.- Saber cuando aplica una directiva en todas sus letras y
cuando la conjuga con la realidad. Un buen gestor, distingue claramente, normas y
directivas de función y normas y directivas de consenso Los seguidistas a pie juntillas
deben renunciar o hacerles renunciar porque anulan la iniciativa y el espíritu
renovador. Cumplen por cumplir.
En los centros de estudios, los alumnos están sujetos al profesor, éste al Director,
quien ha su vez está sujetado por la UGEL (actuales Unidades de Gestión Educativa
Local) quien muestra sujeción al Ministerio de Educación, éste al gobierno de turno y
el gobierno por los que tienen el poder económico y éstos por el gran capital
financiero especulativo internacional y finalmente domina con pleno autoritarismo
“don dinero”, “don capital” (Que exageradamente ambicioso se vuelve capitalismo)
Pero, siempre subordinándose a lo político: Lo técnico se subordina a lo económico
y éste a su vez a lo político. Esta es la democracia que ha instalado el capitalismo.
Una democracia jerárquica, que se la ejerce de arriba hacia abajo, incluso cuando se
va a elegir gobernantes, su forma es determinada desde arriba. Por esta razón nos
alejan de lo político.
Los términos “democráticos” lo deciden los que tienen el poder de “don dinero”
Usando lo político como instrumento fundamental. ¿Por qué? Porque las
estructuras (economía) de la sociedad han sido organizadas de esa manera y la
superestructura (Política, educación, filosofía, religión, leyes etc.) se adecúan y se
adaptan para defender este sistema social y, ante cualquier conflicto extremo, está
el Estado como conciliador y las Fuerzas Armadas como soporte, brazo físico de
contención y represión, con estructura más autoritaria aún.
Se crea un hombre válido para todos los momentos, para todos los tiempos,
incluso para todos los países (esclavo, siervo, proletario, al final de cuentas
explotado). Se proclama solemnemente sus deberes y derechos; se exige el 100% del
cumplimiento de los deberes y, sus derechos, son simples declaraciones; mera
retórica para la ocasión.
Vale los dos motejos: “ese pobre hombre” o “ese hombre pobre”, no ha
participado, no ha decidido. Sólo cada 5 años, con su voto, es obligado a elegir a
alguien que le va a saquear sus impuestos, que después de ser su favorito, al final se
convierte en su enemigo.
Los maestros somos esclavos de lo que piensa una directiva, somos esclavos de la
administración y las incompetentes autoridades que no pueden cualificar una norma.
Estamos mediatizados por un mimetismo legal. La etiología no existe en nuestro
trabajo. No sabemos de psicología, menos de eugenesia infantil. El ínclito maestro
va desapareciendo.
Nuestra democracia es una gran mentira que hace centenas de años se tiene
como verdad.
Como se puede llamar Estado
democrático, a un Estado donde el Presidente de la República o un gobierno, no le
importa como vive una familia con menos de un dólar diario. Cómo enseña y vive un
maestro de a “china”. En este sistema, la democracia es una burda mentira. La
democracia presente es antidemocrática porque censura todo aquello que no se
alinea con sus objetivos. ¿Acaso la censura no es propia de los sistemas de gobierno
autoritarios? ¡Claro que sí!