You are on page 1of 4

Acercamiento mítico Mala Onda

Rodrigo Suárez

A pesar que la novela de Fuguet es de un marcado tono pragmático y contingente,


donde se procura describir un momento específico de la época y de una clase en decadencia,
un tema aparentemente alejado de connotaciones míticas-sagradas, es posible detectar
algunas estructuras arquetípicas sustentadoras del relato. Es claro que la novela no se ajusta
a las concepciones más comunes sobre los relatos de naturaleza épica (románticos, por
ejemplo). El protagonista aquí no es un hombre valiente, fuerte, maduro y justo. Es un
adolescente perdido en un mundo que no acepta por falso e hipócrita. Es contradictorio,
desmesurado e inseguro, muchas veces débil. Debe pasar diversas pruebas para lograr la
recuperación del sentido de la existencia. Esto ocurre a través de la iniciación que se discutirá
más adelante.

Es interesante notar la relación que se establece entre las estaciones y las fases de
los mitos. El invierno se asocia a la muerte del tiempo cíclico, el final del mundo. Las fuerzas
disociadoras terminan de sumergir al cosmos en el caos primordial, en la noche tenebrosa.
Aquí ocurre la muerte del héroe o el dios. Las fiestas rituales de los pueblos primitivos
encarnan el advenimiento del caos, peor su objetivo es procurar el renacer del mundo.
Actualizando el proceso mediante ritos, asegura la continuación del mundo. En estas fiestas,
todos se disfrazan y se intercambian roles y sexo. El rey se transforma en pordiosero y
viceversa. Los hombres se visten de mujeres, etc. Todo es caótico, exacerbado. Abunda el
derroche y la embriaguez.

En la novela estas características de fase terminal y caótica se presentan a través de


la decadencia general de un determinado estamento de la sociedad chilena; los excesos de los
amigos de Matías en cuanto a drogas, alcohol, sexo y dinero; la crisis de la familia (figura
del padre-adolescente y mujeriego, madre-amante de tío) y la falta de comunicación; la
existencia de un toque de queda imperioso, etc. Sin embargo, el ciclo no se detiene aquí. La
primavera está por llegar (recordemos que la última fecha del libro corresponde al 14 de
septiembre). En términos míticos, esto implica la creación del mundo y el renacer del héroe,
la derrota de las fuerzas oscuras y malignas. También, estamos en los umbrales de una nueva
década (1980) que a Matías “le huele bien” y en el comienzo de una nueva etapa política del
país.

Al final del libro, cuando la catástrofe familia se ha consumado, el padre de Matías,


reconciliado con su hijo, le dice: “…Hagamos una cuestión bien hecha: pongámosle fin a
todo esto. No debo permitir que le hagas a eso, se supone… Jalemos lo que hay que jalar y
mañana será otro día. Mañana empezamos con algún orden. Con alguna moral…” (286, el
subrayado es mío). De nuevo se manifiesta la idea del cierre de una fase terminal y el
advenimiento de una nueva, más positiva, más ordenada.

En la narración hay varios elementos o símbolos que valen la pena señalar cómo
están relacionados con el héroe. Uno de los más importantes es el mar y, paralelamente, el
agua. El mar se asocia con la vida, con la muerte y la resurrección. En el paseo a Reñaca, el
sopor y el aburrimiento lo embargan. Está al lado de sus amigos, seres falsos que idolatran a
un gringo. Solo zambulléndose en el agua logra recuperar la fuerza necesaria para llevar a
cabo su decisión de alejarse del grupo.

El cerro o la elevación es escenario frecuente de los momentos asociados a la


espiritualidad, la iluminación y el amor. El ascenso en bicicleta con Antonia, aunque termina
mal, revela las facetas más positivas del protagonista: su ansia por un amor trascendente,
romántico, más allá de la pura carnalidad. La escena final donde Matías pondera su
reinserción en el mundo y la vuelta del sentido también transcurre en la cima del San
Cristóbal.

A lo largo de toda la historia, Matías sufre experiencias iniciáticas importantes para


el desarrollo de la novela. El propósito de los ritos es introducir el novicio a un mundo de
valores culturales y espirituales. Debe pasar diversas pruebas para acreditar su entrada a la
madurez y aprender comportamientos, técnicas e instituciones de los adultos. El problema
radica en la visión sumamente negativa que posee Matías de su entorno familiar. Por eso se
rehúsa a crecer como lo dice en varias partes. Pero tampoco divisa otra solución al dilema de
preservar o volver a su inocencia ante la realidad corrupta que amenaza con engullirlo,
convertirlo en uno más de los falsos y apestosos que detesta. Esta amenaza inminente es la
mala onda.

Con esto en mente, aplicaremos las pruebas más características de la iniciación y su


relación con la evolución de Matías.

1. Revelación de la sexualidad. Matías ya conoce esa experiencia a través de Cassia, las


empleadas del cerrito, la Vasheta, y las prostitutas. Sin embargo, ante su padre se siente
incómodo porque aún no es su igual (como lo son sus compañeros de ducha). Solo después
de reconciliarse con su papá puede desnudarse sin pudor. Ha logrado pasar a otro estamento.

2. Aislamiento o separación. La separación de la madre, del hogar, de la seguridad es uno de


los fundamentos de este rito. Hay varias manifestaciones del corte con lo anterior en la novela
como el viaje a Brasil, sin embargo, el más importante es la huida de casa. Matías está solo
en el mundo y debe valerse por sí mismo (aunque anda con la chequera de su padre). Hay
emociones fuertes como el terror experimentado en una zona peligrosa de la ciudad justo
antes del toque de queda, Matías efectúa una especia de descenso al infierno.

3. Frecuentemente, existe la presencia de maestros supervisadores de esta fase. Podemos


incluir en esta categoría a Cassia (lo inicia en la experiencias con drogas fuertes), y otros. El
más significativo es el propio Holden Caulfield, al cual Matías reverencia e imita casi
completamente. Otra manifestación del aislamiento, es el que Matías emprende por su cuenta,
alejándose de sus amigos, rompiendo los lazos ya podridos que los unen. Ya se encuentra
alejado de su familia y solo espera un acontecimiento para separarse. Debe renunciar a la
Cassia y rechazar a su profesora después de la desilusión que sufre. Quiere juntarse con Paz,
pero ha desaparecido.

4. Circuncisión. En la novela este proceso tiene connotaciones cómicas e incluso paródicas.


Los efectos del Calorub después de una fogosa noche con Vasheta podrían asemejarse a esta
prueba. Refuerza esta idea, su condición de judía.

5. Purificación. El novicio debe entrar al rito sagrado con el cuerpo y el alma limpio de
elementos tóxicos o negativos. Matías se sumerge en el mar (valor regenerador del agua) y
frecuentemente habla de sacarse el alcohol y la droga mediante la transpiración (calor de la
playa). Además toma un sauna con su padre donde bota las toxinas consumidas durante el
día. El descenso del cerro al final, también incluye la purificación mediante el viento helado.

Resumiendo, podemos ver como Matías, a pesar de su renuencia, termina por aceptar su
nuevo papel de adulto. Ha sufrido el camino iniciático de separación, transformación y
regreso. El cambio lo siente en cuanto a los engranajes nuevos, más firmes que posee. Intuye
la separación definitiva que se estableció entre él y su estado natural (de niño). Al mismo
tiempo, se ve a sí mismo como el héroe de la nueva realidad que se avecina. Siente que lo
necesita su padre y está dispuesto a salir adelante con él. De este modo, se inserta en un nuevo
sentido del mundo que le da fuerzas para “enfrentar lo que me espera allí abajo” (295). El
elemento de la evasión ha sido reemplazado. Ante una crisis, Matías recurría a la cocaína
para refugiarse en el “paraíso” recordando su experiencia con Cassia.

Conclusiones

Con el estudio de estos rasgos mitológicos, podemos acercar el acontecer histórico, la


experiencia generacional a los grandes arquetipos del pensamiento humano. En la novela, la
crisis de los discursos ideológicos tradicionales, manifestado a través de la incredulidad
política, el desmembramiento de la familia, la confusión y la falta de sentido serían los
indicios de la fase final de un ciclo temporal, nacido en algún momento histórico del país, en
el siglo XX o en los albores del pensamiento humano (si llevamos la analogía más allá del
texto). Sin embargo, un nuevo ciclo se avecina cuyos fundamentos no se basan tanto en un
concepto de “sociedad” o macrocosmos, como en la relación cercana e inmediata con
personas concretas. La esperanza de Matías radica en la posibilidad de ser héroe
microcósmico, de manejarse en un ambiente que no lo devore, sentir que alguien lo necesita.

Bibliografía

Fuguet, Alberto. Mala Onda. Ed. Planeta: Buenos Aires, 1991.

You might also like