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HABLAR NUNCA ES UN ACTO INOCENTE

CAPITULO 1

Hablar nunca es barato, cada palabra que pronunciamos esconde consecuencias incalculables.

Para funcionar en la dinámica de la fe, es de vital importancia conocer la naturaleza de Dios y de su


palabra. No existe en la Biblia tal cosa como la fe muda, la fe siempre habla, pues no hay fe sin confesión.

2ª Corintios 4:13

Escrito está: “Creí, y por eso hablé." Con ese mismo espíritu de fe también nosotros creemos, y por eso
hablamos.

Cada vez que los discípulos le pidieron al Señor que les aumentara la fe, Él no les enseñó fórmulas
artificiosas o mitos raros; simplemente les enseñó a confesar la palabra, y esta palabra confesada
produciría fe en ellos. Me parece oír al Señor diciéndoles: “Si quieren fe, háblenle al monte que se traslade
al mar, háblenle al sicómoro que se desarraigue y se plante en el mar, simplemente activen la fe hablando
fe”.

Hay que reconocer que Dios es Espíritu, por lo tanto es abstracto e invisible, vale decir, que él no habita en
el mundo de nuestros cinco sentidos naturales, sino que los trasciende.

Dios no está sujeto al tiempo ni al espacio, El no responde a patrones físicos, Dios habita en el mundo
espiritual.

Juan 4:24

Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.

Las Tres Incorporaciones de Dios.

Si vamos a funcionar adecuadamente y con efectividad en la confesión de fe, es crítico entender que el
verbo o Cristo, es la palabra. Debido a que Dios es espíritu, necesitó incorporarse para que pudiéramos
conocerle y tener algún contacto con El.

Pero, ¿Qué significa incorporarse?, sencillamente adquirir un cuerpo. Si nosotros fuéramos despojados de
nuestro cuerpo, no tendríamos forma posible de expresarnos en este mundo, ya que por naturaleza somos
espíritu, y es solamente gracias a nuestro cuerpo, que podemos expresar todo lo que somos.

Juan 1:14

Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que
corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Quiero ilustrar este principio con el siguiente ejemplo: nuestros pensamientos son abstractos e invisibles,
así que supongamos que realizas un viaje de cinco horas sentado al lado de alguien desconocido, y durante
esas cinco horas dicha persona no pronuncia ni una sola palabra; tú no tendrías manera de saber que es lo
que él piensa, pero si esa persona comienza a hablar, sus pensamientos viajarán a ti a través de sus palabras,
es decir, que la palabra es la incorporación del pensamiento, la palabra viene a ser el cuerpo del
pensamiento.

Ahora bien, Dios se ha incorporado tres veces.

1.- La primera incorporación de Dios

Dios que es espíritu se incorporó en la palabra o Verbo, cuatro mil años antes de la encarnación.

Génesis 1: 3

Ydijo Dios: “¡Que exista la luz!" Yla luz llegó a existir.

Juan 1:1

En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.

Equivocadamente, los teólogos han transformado la palabra de Dios en un dogma y un credo. Han
convertido la verdad en una filosofía, pero eso es un concepto equivocado, pues la palabra es Dios y Dios
es la palabra. El está aquí en su palabra y Él habita en su palabra. La palabra es vida y una voz en tiempo
presente, no envejece. La palabra es Dios hablando, y es Dios mismo. La palabra de Dios es como su autor:
eterna, invariable, viviente y poderosa. La palabra de Dios es la emanación de Dios, de su mente y de su
voluntad.

La palabra de Dios es como su autor: eterna, invariable, viviente y poderosa.

En el hebreo antiguo encontramos el término Dabar, que se refiere a la palabra que sale de la boca de Dios,
y se puede traducir igualmente como palabra o cosa; esto significa, que cuando Dios declara que algo
ocurra o llegue a existir, esa palabra que él acaba de decir, es exactamente igual a la cosa que está
declarando.

Isaías 55: 10-11

Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo, y no vuelven allá sin regar antes la tierra y hacerla
fecundar y germinar para que dé semilla al que siembra y pan al que come,

Así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y
cumplirá con mis propósitos.

Cuando Dios dijo: “Sea la luz”, esa palabra que El pronunció fue como la luz misma, así que Dabar puede
ser traducido como palabra o cosa.

Hebreos 11:3

Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no
provino de lo que se ve.

Salmo 33: 6-9

Por la palabra del Señor fueron creados los cielos, y por el soplo de su boca, las estrellas.
Él recoge en un cántaro el agua de los mares, y junta en vasijas los océanos.

Tema toda la tierra al Señor; hónrenlo todos los pueblos del mundo;

Porque él habló, y todo fue creado; dio una orden, y todo quedó firme.

2.-La segunda incorporación de Dios

Ocurrió hace dos mil años, a través de la encarnación de su hijo. Déjame aportar un poco más a este
principio. En el libro de Génesis capítulo uno, vemos a Dios incorporándose en la palabra cuando dijo: ¡Sea
la luz!, cuatro mil años más tarde la palabra o verbo se encarnó en una persona como nosotros llamada
Jesucristo.

Juan 1: 14, 18

Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que
corresponde alHijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

A Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo unigénito, que es Dios y que vive en unión íntima con el
Padre, nos lo ha dado a conocer.

El Verbo fue incorporado en una persona viviente, y ésta persona fue Jesucristo hombre. La declaración de
Juan es clara y enfática, pues dice que el Verbo se hizo carne. Quiero objetivar esto un poco más: no dice
que Dios se hizo carne, tampoco dice que el Espíritu Santo se hizo carne, pero sí dice que el Verbo se hizo
carne.

Juan 1:1

En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.

¿Por qué la escritura sagrada declara que el verbo se hizo carne? Sencillamente porque no era carne, eso
significa encarnarse.

El Verbo es la incorporación de Dios.

Su palabra es el único conocimiento verdadero. Jesús no era un filósofo en busca de la verdad, Él es la


verdad; tampoco era un místico, Él es la realidad; Él no era un reformador, Él es un recreador; Él no fue un
visionario, Él es la luz del mundo. Nunca razonó, Él sabía y conocía.

Juan 6: 63-68

El Espíritu da vida; la carne no vale para nada. Las palabras que les he hablado son espíritu y son
vida.

Sin embargo, hay algunos de ustedes que no creen. Es que Jesús conocía desde el principio quiénes
eran los que no creían y quién era el que iba a traicionarlo. Así que añadió:

Por esto les dije que nadie puede venir a mí, a menos que se lo haya concedido el Padre.
Desde entonces muchos de sus discípulos le volvieron la espalda y ya no andaban con él. Así que Jesús
les preguntó a los doce:

¿También ustedes quieren marcharse?

Señor--contestó Simón Pedro--, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

Conocer su palabra es conocerlo a Él

Juan 5:39

Ustedes estudian con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida eterna. ¡Y son
ellas las que dan testimonio en mi favor!

Esta es una confrontación que tuvo Jesús con los fariseos, porque ellos cambiaron a la persona de Jesús por
el libro. Convirtieron a Dios en un conjunto de doctrinas, así que Jesús les dijo: “ustedes se pasan todo el
tiempo escudriñando las escrituras porque a ustedes les parece que en ellas está la vida eterna, pero la vida
eterna soy yo, y esas escrituras solo dan testimonio de mi. Dicho de otra forma se refieren a mi, anunciaron
mi venida, y ahora que yo estoy aquí, ustedes no quieren venir a mi para que tengan vida, dado que yo soy
la vida”.

Podríamos decir que la Biblia, es como la cáscara y Jesús es la fruta; cada vez que escudriñamos las
escrituras debemos tocarlo a Él, buscarlo y anhelarlo; y nunca debemos olvidar que él es galardonador de
los que le buscan.

3.-La tercera incorporación de Dios, es en el cuerpo de Cristo que es la iglesia.

Efesios 1: 22- 23

Dios sometió todas las cosas al dominio de Cristo, y lo dio como cabeza de todo a la iglesia.

Ésta, que es su cuerpo, es la plenitud de aquel que lo llena todo por completo.

La iglesia es el cuerpo de Cristo, destinada a expresarle y manifestarle en el mundo.

Este misterioso cuerpo es orgánico, corporativo, y global. El apóstol Pablo hace una sorprendente
declaración en el libro de Romanos.

Romanos 10:6-8

Pero la justicia que se basa en la fe afirma: “No digas en tu corazón: ‘¿Quién subirá al cielo?' (Es
decir, para hacer bajar a Cristo), O'¿Quién bajará al abismo?' “(Es decir, para hacer subir a Cristo de
entre los muertos).

¿Qué afirma entonces? "Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón." Esta es la palabra de
fe que predicamos:
Lo que Pablo está declarando aquí, es que en un sentido muy real y práctico, Jesús no está en el cielo ni
tampoco en el abismo, sino que él está en la Palabra de fe que tú y yo confesamos; esto quiere decir, que
cuando nosotros confesamos la Palabra de Cristo frente a un determinado problema, traes literalmente a
Cristo al escenario. ¿No es esto asombroso? La Palabra que nosotros pronunciamos, se convierte en el
vehículo en que Jesús viaja al lugar de tu necesidad, por el contrario si confesamos incredulidad,
pesimismo y negativismo, traemos literalmente el poder de las tinieblas sobre nuestras circunstancias.

1ª Timoteo 6:12

Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida eterna, a la que fuiste llamado y por la cual hiciste
aquella admirable declaración de fe delante de muchos testigos.
CAPITULO DOS

DICIENDO LO MISMO QUE DIOS DICE

Nuestras conversaciones siempre deben subir al nivel de la palabra de Dios. (Anónimo).

Hebreos 4:14

Por lo tanto, ya que en Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que ha atravesado los
cielos, aferrémonos a la fe que profesamos.

La Palabra profesar o confesar procede del término Griego “Homologeo”, y su significado básico es:
“diciendo lo mismo que Dios dice”. Todo el evangelio y la vida de fe, consisten en hacer coincidir
exactamente nuestras palabras con la Palabra de Dios. Por ejemplo: Si nos encontramos en una
circunstancia difícil, como lo es un hijo enfermo, Dios ya dijo: Que por su llaga, nuestro hijo fue sanado.
La confesión de fe consiste en que nosotros digamos lo mismo que Dios dijo, acerca de nuestro hijo
enfermo, (que ya ha sido sanado). Puede ser que tengamos dificultad en decodificar esto porque la fe no es
lógica desde el punto de vista humano, ya que la fe declara la respuesta o la solución y no el problema,
dicho de otra forma la fe declara cómo Dios desea que sean las cosas y no como son ahora.

En las Escrituras existe un vínculo inquebrantable entre la fe y nuestra confesión.

2ª Corintios 4:13

Escrito está: “Creí, y por eso hablé." Con ese mismo espíritu de fe también nosotros creemos, y por eso
hablamos.

¿Recuerdas el momento decisivo cuando Dios habló a Josué en la orilla del río Jordán, acerca de cómo
conquistarían la Tierra Prometida después de cuarenta largos años de incredulidad? Esto fue lo que Dios
habló:

Josué 1:8

Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él
está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito.

No existe tal cosa como la fe muda, la fe siempre habla.

Salmos 116:10

Aunque digo: “Me encuentro muy afligido", sigo creyendo en Dios.

Romanos 10:11

Así dice la Escritura: “Todo el que confíe en él no será jamás defraudado."

Cada vez que los discípulos le pidieron a Jesús que les diera fe, lo único que Jesús les dijo fue: Hablen
fe; no les dijo que ayunaran, ni que hicieran ceremonias extrañas, ni largas caminatas; solamente les
enseñó a hablar palabras de fe.

Marcos 11: 22-24


Tengan fe en Dios --respondió Jesús--. Les aseguro que si alguno le dice a este monte: ‘Quítate de ahí
y tírate al mar', creyendo, sin abrigar la menor duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá.

Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán.

Debemos llegar a un punto tal, de hablar tan naturalmente palabras de fe, como los incrédulos hablan
palabras de incredulidad El objetivo final de Dios, es que lleguemos a ser el domicilio de su Palabra.

Colosenses 3:16

Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros
con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón.

Somos lo que Dios dice que somos.

Romanos 8:17

Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos
con él, también tendremos parte con él en su gloria.

Juan 1:12-13

Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.

Éstos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios.

Tenemos lo que Dios dice que tenemos.

1ª Juan 5:12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.

Romanos 5:5 Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón
por el Espíritu Santo que nos ha dado.

Podemos hacer lo que Dios dice que podemos hacer.

Marcos 16:17-18

Estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán en nuevas
lenguas; Tomarán en sus manos serpientes; y cuando beban algo venenoso, no les hará daño
alguno; pondrán las manos sobre los enfermos, y éstos recobrarán la salud."

Filipenses 4:13

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.


CAPITULO TRES

LOS FUNDAMENTOS DE NUESTRA CONFESIÓN DE FE

Las dudas son nuestros traidores, Shakespeare.

Mientras más grande sea la autoridad legal de la persona que hace una declaración, más grande será el
impacto que producirá, por ejemplo: Si un amigo tuyo te dice que subirá el dólar, eso no cambiará en nada
tu vida, pero si el Presidente del Fondo Monetario Internacional dice que subirá el dólar, esa declaración
provocará un movimiento en todas las bolsas del mundo. Usaré otro ejemplo: Si alguien te dice que te va a
enviar a la cárcel, eso no significará mucho para ti, pero si un Juez de la Corte Suprema, dice que te va a
enviar a la cárcel, esa declaración cambiará toda tu existencia.

Mientras más grande sea la autoridad legal de la persona que hace una declaración, más grande será el
impacto que producirá.

Es lamentable y doloroso que millones de hijos de Dios no estén enterados de que nos ha sido dada
autoridad y poder. Jesús ya dijo: toda potestad me es dada en los cielos y en la tierra, por tanto vayan
porque quiero verlos triunfar y dominar.

Somos reyes que hemos olvidado nuestro linaje.

Somos aves que hemos olvidado que tenemos alas.

Somos señores de las circunstancias, pero ellas nos han convertido en sus víctimas.

¿Sabías que todas las Promesas de Dios, son tus Derechos Legales, los cuales establecen los fundamentos
de vuestra Confesión?

1ª Corintios 2:5

Para que la fe de ustedes no dependiera de la sabiduría humana sino del poder de Dios.

Quiero que consideremos algunos fundamentos de nuestra Confesión de Fe:

1) Lo que Dios hizo por nosotros en la persona de su Hijo Jesús.

Efesios 1:3 Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones
celestiales con toda bendición espiritual en Cristo.

2) Lo que nosotros somos para el Padre en Cristo Jesús.

Apocalipsis 5:10 De ellos hiciste un reino; los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro Dios, y reinarán
sobre la tierra."

3) Lo que el Señor puede hacer por medio de nosotros.

Efesios 2:10 Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales
Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.

4) Lo que la Palabra del Señor hará a través de nuestros labios.


Marcos 11:23-24

Les aseguro que si alguno le dice a este monte: ‘Quítate de ahí y tírate al mar', creyendo, sin abrigar la
menor duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá.

Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán.

5) Que hemos sido crucificados juntamente con él.

Gálatas 2:20

He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el
cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí.

6) Que hemos sido sepultados juntamente con él.

Romanos 6:4

Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Cristo
resucitó por el poder del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva.

Colosenses 2:12

Ustedes la recibieron al ser sepultados con él en el bautismo. En él también fueron resucitados


mediante la fe en el poder de Dios, quien lo resucitó de entre los muertos.

7) Que hemos sido resucitados juntamente con él.

Colosenses 3:1

Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha
de Dios.

Romanos 6:4 y 5

Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Cristo
resucitó por el poder del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva.

En efecto, si hemos estado unidos con él en su muerte, sin duda también estaremos unidos con él en
su resurrección.

8) Que hemos sido entronizados juntamente con él.

Marcos 16:19

Después de hablar con ellos, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Efesios 2:6

Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales,

9) Que somos la obra maestra de él.

Efesios 2:10

Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de
antemano a fin de que las pongamos en práctica.

Todo esto ha sido revelado en las Escrituras para que nosotros nos apropiemos de ello y en corto tiempo
nosotros y cada creyente pueda convertirse en un Señor del diablo
CAPÍTULO CUATRO.

MANTENGAMOS FIRME SIN FLUCTUAR NUESTRA CONFESIÓN DE FE

Si usted miente y luego dice la verdad,


La verdad va a ser considerada una mentira.
(JohnMason).

Hebreos 10:23

Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa.

Hemos sido divinamente instruidos, para mantener y retener la confesión de la Palabra escrita de Dios, por
causa de que el mundo como sistema nos programó para confesar fracasos. Necesitaremos mucha
disciplina, tenacidad y la ayuda del Espíritu Santo para retener la confesión de la victoria. Mantener dicha
confesión, muchas veces significará desafiar lo que nos revelan nuestros cinco sentidos naturales.

Juan 8: 32 y 36

Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.

Así que si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres.

En esta ocasión, Jesús está declarando que hay dos clases de verdades, por las cuales podemos ser guiados:
una de ellas es la verdad sensorial, que tiene que ver con todo lo que percibimos a través de nuestros cinco
sentidos naturales, (visión, olfato, gusto, tacto y audición). Estos han sido los cinco educadores que ha
tenido el hombre por seis mil años, desde la caída de Adán; como por ejemplo: tradiciones, ideas, mitos,
pensamientos, convicciones, paradigmas, percepciones, creencias, etc., los cuales han llegado a través de
sus cinco sentidos naturales.

¿Recuerda usted los hechos que rodearon la resurrección de Lázaro, en Betania? Marta su hermana le dijo
al Señor: Hiede ya. Esa declaración indica que ella le creyó más a su nariz o a su olfato que a la palabra del
Señor. Jesús le respondió diciendo: “¡No te he dicho que si creyeres verás la gloria de Dios!”

La otra verdad, es la verdad revelada; esta llega a nosotros por una impartición divina de Dios a nuestro
espíritu; supera ampliamente lo sensorial y lo trasciende. Lo que Jesús realmente dijo aquí, es esto:
“Conoceréis la verdad revelada y la verdad revelada que es la mismísima persona de Cristo, te hará libre de
la verdad sensorial”.

Veamos un ejemplo práctico, el conocimiento sensorial declara que yo tengo una enfermedad compleja,
pero la verdad revelada me dice que yo fui sanado en la cruz del calvario; yo me aferro a esa Confesión en
presencia de una aparente contradicción que es el diagnóstico médico, pues Dios no es médico, Dios es
Creador.

1ª Timoteo 1:19

Y mantengas la fe y una buena conciencia. Por no hacerle caso a su conciencia, algunos han
naufragado en la fe.

No cancelemos nuestra primera Confesión De Fe con una segunda confesión de Incredulidad.


1ª Timoteo 6:12

Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida eterna, a la que fuiste llamado y por la cual hiciste
aquella admirable declaración de fe delante de muchos testigos.

La victoria final en cualquier asunto, dependerá de la tenacidad con que retengamos la Buena Confesión.
Jesús caminó en la luz de su confesión, él fue lo que confesó, por lo tanto no digamos no puedo, cuando
Dios dice que podemos.

Por lo tanto no digamos no puedo, cuando Dios dice que podemos.

Filipenses 4:13

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Cuando determinemos firmemente en nuestro corazón, aferrarnos sin fluctuar a la Palabra de Dios,
recibiremos todo tipo de ataques a nuestra Confesión y todo el infierno se levantará contra nosotros con una
crueldad inusitada, pero todo el cielo irrumpirá a nuestro favor. El diagnóstico de un médico, que a veces
más que un diagnóstico es una sentencia a la misma tumba. Además de las palabras negativas de un amigo,
la lástima que expresarán nuestros seres queridos, los propios sentimientos de nuestra alma, los
pensamientos depresivos asignados a nosotros desde las tinieblas. Todo esto conforma un armamento
mortífero, asombrosamente diseñado para pulverizar nuestra Confesión de Fe, por eso digo, que
necesitaremos toda la ayuda del Espíritu Santo.

En el Apocalipsis, el mensaje a las 7 Iglesias de Asia,

la frase clave que se registra es: “Al que venciere y persevere hasta el fin será salvo”. No es el que
comienza bien, sino el que termina bien
CAPITULO CINCO

CRISTO ES EL SUMO SACERDOTE DE NUESTRA CONFESIÓN

Por gracia eres salvo por medio de la fe, y ésta fe no es tuya, sino un regalo de Dios. (Apóstol Pablo)

El significado básico de la palabra Sacerdote es:

Acercar o eliminar, esto indica, que un sacerdote tiene la función asignada por Dios, de eliminar la
distancia que existe entre un hombre y Dios. En el Antiguo Testamento o Viejo Pacto, los sacerdotes
desarrollaron esta labor por miles de años, la gente traía el animal para el sacrificio, el sacerdote lo
sacrificaba; y a través de este sacrificio, acercaba a dicha persona a Dios. Las escrituras sagradas
reconocen solamente dos órdenes sacerdotales a saber: La orden de Aaron y la orden de Melquisedec.
Aaron ejerció bajo la ley, pero Melquisedec ministra la gracia.

Jesús fue ambos. En su ministerio terrenal abarcó un período de 33 años, él fue Aaron, ya que resolvió el
problema del pecado con su muerte; pero después que resucitó, él vino a ser Melquisedec el cual ministra
vida zoe al espíritu recreado del hombre.

Hebreos 5:10

Y Dios lo nombró sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.

Hoy, en el Nuevo Pacto, Jesucristo como nuestro Sumo Sacerdote, llamado Melquisedec, nos ha unido de
una manera orgánica y profunda con Dios.

Hebreos 3:1

Por lo tanto, hermanos, ustedes que han sido santificados y que tienen parte en el mismo llamamiento
celestial, consideren a Jesús, apóstol y sumo sacerdote de la fe que profesamos.

Hebreos 4:14

Por lo tanto, ya que en Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que ha atravesado los
cielos, aferrémonos a la fe que profesamos.

Si Yo le Confieso Delante De Los Hombres, Él Me Confiesa Delante Del Padre.

Mateo 10:32-33

A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi
Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré
delante de mi Padre que está en los cielos.

Resultará decisivo, entender con la mayor claridad posible lo que Jesús está declarando aquí, cuando lo
leemos, nos damos cuenta rápidamente que este es un pacto condicional que el Señor hace con nosotros,
estableciendo que lo que Cristo diga de nosotros delante de su Padre, dependerá absolutamente de lo que
nosotros digamos de Cristo, delante de los hombres.

Lo que Cristo diga de nosotros delante de su Padre, dependerá absolutamente de lo que nosotros
declaremos de Cristo, delante de los hombres.
Seré más específico aún y lo diré de esta manera: Si confesamos a Cristo que es el Verbo, o la Palabra de
Dios delante de los hombres, tocante a algún problema puntual, entonces El nos confesará delante del Padre
o más bien, El confesará delante del Padre todo lo que digamos, que esté de acuerdo con su Palabra.

Si confesamos la Palabra y obramos de acuerdo a ella, Jesucristo nos asegura lo siguiente: “Cuidaré
personalmente, que esa declaración de mi Palabra que acabas de hacer, llegue a mi Padre”. El significado
básico, en el idioma Griego Bíblico es: “Te conseguiré una audiencia personal con mi Padre”.

1ª Timoteo 6:12

Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida eterna, a la que fuiste llamado y por la cual hiciste
aquella admirable declaración de fe delante de muchos testigos.

1ª Juan 5:14-15

Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él nos
oye.

Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le
hemos pedido.

Si Yo lo Niego Delante De Los Hombres, Él Me Negará Delante Del Padre.

Hablar, nunca es un acto inocente, siempre tiene consecuencias para nosotros. Asombra pensar que una
confesión de incredulidad nos cierra todo acceso al trono del Padre. ¿Cómo se puede negar al Señor
delante de los hombres? Confesando otra cosa que no sea la Palabra escrita de Dios frente a un problema
determinado. Por ejemplo: Frente a un familiar enfermo, Dios dice: “Por su llaga somos nosotros sanados”,
si tú declaras con tu boca algo contrario a esto, estás negando al Señor delante de los hombres.

Asombra pensar que una confesión de incredulidad, nos cierra todo acceso al trono del Padre

Cuando afirma la Palabra que El te negará delante del Padre, lo que dice realmente es lo siguiente:

“ Me encargaré personalmente de que el Padre no te reciba en su presencia” . Esto explica entonces, el


porqué de tantas oraciones llenas de incredulidad que nunca han sido contestadas, aplicándose a cualquier
circunstancia que podamos atravesar. Quiero mostrarte un pasaje de la escritura que nos aclarará aún más
este principio.

Romanos 3:3-4

Pero entonces, si a algunos les faltó la fe, ¿acaso su falta de fe anula la fidelidad de Dios?

¡De ninguna manera! Dios es siempre veraz, aunque el hombre sea mentiroso. Así está escrito: “Que
seas tenido por justo en tus palabras, y que triunfes cuando te juzguen."

Lo que el Señor nos deja ver en esta escritura es que si no confesamos su palabra en un problema
determinado, y por lo mismo salimos derrotados de el, Dios sigue siendo veraz y nosotros mentirosos, ya
que el mismo fracaso evidencia que nos apoyamos en un fundamento falso.
CAPITULO SEIS

LA PALABRA QUE CONFESAMOS, ES UN INSTRUMENTO PARA ATAR Y DESATAR

La fe no es una píldora que tomamos, sino un músculo que usamos.

Anónimo.

Mateo 16:19

Te daré las llaves del reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo
que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.

Dios nos ha dotado de una poderosa llave para atar y desatar cosas, tales como: personas, situaciones y a
nosotros mismos; y esta poderosa llave es la confesión de la Palabra de Dios.

Ahora bien, el poder de atar y desatar está en la tierra y no en el cielo, necesitaremos gran responsabilidad
para usar correctamente nuestra lengua debido a que tendremos que rendir cuentas a Dios de eso.

Mateo 12:36-37

Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan
pronunciado.

Porque por tus palabras se te absolverá, y por tus palabras se te condenará."

Con nuestra confesión de fe, atamos la pobreza y desatamos la abundancia; atamos la tristeza y desatamos
el gozo; atamos la enfermedad, desatamos la salud abundante; atamos las imposibilidades, desatamos los
milagros; atamos la ignorancia, desatamos la sabiduría, etc. En cada momento de nuestra vida seremos
puestos frente a situaciones en las cuales tendremos que atar ciertas cosas y desatar otras, y todo eso se leva
a cabo con nuestra Confesión de Fe.

Dios nos programó para el éxito y El demanda que triunfemos.

1ª Juan 5:4

Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra
fe.

1ª Juan 4:4

Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes
es más poderoso que el que está en el mundo.

Efesios 4:29

Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria
edificación y sean de bendición para quienes escuchan.

Palabras corrompidas significan palabras no operativas, ociosas, sin función o efectividad. Si las palabras
que nosotros confesamos, no obran a nuestro tu favor, tendremos que dar cuenta por ellas.
Estas son algunas de las áreas en que podemos atar y desatar:

a.- Podemos atar y desatar seres humanos.

Juan 20:23

A quienes les perdonen sus pecados, les serán perdonados; a quienes no se los perdonen, no les serán
perdonados.

Lucas 13:16

Sin embargo, a esta mujer, que es hija de Abraham, y a quien Satanás tenía atada durante dieciocho
largos años, ¿no se le debía quitar esta cadena en sábado?

b.- Podemos atarnos o desatarnos a nosotros mismos.

Proverbios 18:20-21

Cada uno se llena con lo que dice y se sacia con lo que habla.

En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto.

Proverbios 13:2

Quien habla el bien, del bien se nutre, pero el infiel padece hambre de violencia.

c.- Podemos atar o desatar nuestras bendiciones.

Romanos 10:12

No hay diferencia entre judíos y gentiles, pues el mismo Señor es Señor de todos y bendice
abundantemente a cuantos lo invocan.

Proverbios 6:2

Si verbalmente te has comprometido, enredándote con tus propias palabras.

Romanos 10:9-10

Que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los
muertos, serás salvo.

Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo.

Fuimos creados por Dios a su imagen y semejanza, de manera que de la misma forma que Dios consigue
las más grandes victorias, así las conseguiremos nosotros.

a.- Tenemos que creer que lo que confesamos nunca volverá a nosotros sin fruto.

Isaías 55:11 Así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que
yo deseo y cumplirá con mis propósitos.
b.- Nuestra confesión deberá siempre estar cargada de fe.

Hebreos 11:3

Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se
ve fue hecho de lo que no se veía.

Todo el universo era una convicción y una certeza en el corazón de Dios, hasta que habló la palabra de fe y
luego se manifestó en algo real y físico, pues sus palabras desataron poder. De la misma manera nosotros
no veremos cosas ocurrir hasta que nos atrevamos a confesar la palabra creativa.

Salmos 33:6-9

Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.

El junta como montón las aguas del mar; El pone en depósitos los abismos.

Tema a Jehová toda la tierra; Teman delante de él todos los habitantes del mundo.

Porque él dijo, y fue hecho; El mandó, y existió.

¿Sabías que el Señor se gozará intensamente en vernos triunfar a través de nuestra confesión?

Juan 16:23-24

En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre
en mi nombre, os lo dará.

Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea
cumplido.
CAPITULO SIETE

GOBERNAMOS A TRAVÉS DE NUESTRA CONFESIÓN

Decide que algo puede hacerse y se hará, y entonces hallarás la manera. (Abraham Lincoln)

La palabra confesada es lo que en el Antiguo Testamento se denominaba Mashall, de cuyo término nace la
palabra Marshall, que era un juez del lejano Oeste. Un sinónimo de Mashall también es Proverbios.

El Proverbio o Mashall, era una palabra gubernamental con la cual se dirigía el pueblo. Salomón recibía de
parte de Dios un proverbio, y con el gobernaba al pueblo ese día.

Los profetas del viejo pacto gobernaban con el Mashall de Dios, este fue el caso de Jeremías.

Jeremías 1:7-10

Pero el Señor me dijo: “No digas: Soy muy joven, porque vas a ir a dondequiera que yo te envíe, y vas a
decir todo lo que yo te ordene.

No le temas a nadie, que yo estoy contigo para librarte." Lo afirma el Señor.

Luego extendió el Señor la mano y, tocándome la boca, me dijo: "He puesto en tu boca mis palabras.

Mira, hoy te doy autoridad sobre naciones y reinos.

La Palabra que confiesas se transforma en la espada del Espíritu.

En el libro de Génesis capitulo uno, vemos que el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas, pero
nada ocurrió hasta que Dios verbalizo la fe: “Dijo Dios”, y todo comenzó a suceder.

Este mismo principio es declarado por Pablo en Efesios.

Efesios 6:17

Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.

La palabra de fe que nosotros confesamos se convierte en la espada del Espíritu que reside en nosotros.
Digamos claramente que toda persona nacida de nuevo, tiene al Espíritu Santo morando dentro de su
espíritu humano recreado, y es desde allí que el Espíritu Santo quiere actuar con potencia para derrotar a
nuestros enemigos, resolver nuestros conflictos, producir abundancia en medio de la escasez etc., pero al
igual que un soldado en el frente de batalla, el Espíritu Santo no puede peleara nuestro favor sin una
espada. Ahora, ¿Cuál es nuestra participación en esta batalla? Proveerle una espada al Espíritu Santo, y
esa espada es precisamente la confesión que nosotros hacemos de la Palabra. Cuando nos paramos frente a
la adversidad y declaramos valientemente: “escrito está” y soltamos la palabra de Dios, en ese mismo
instante le hemos provisto al Espíritu Santo de la espada para que pelee la batalla por nosotros y salgamos
más que vencedores.
Con nuestra boca construimos victorias y también derrotas.

Cuando nosotros confesamos derrotas, fracasos o incredulidad, le proveemos de una espada al diablo y sin
quererlo, nos transformamos en su aliado, y de esta manera nos auto saboteamos, infringiéndonos a
nosotros mismos un daño mayúsculo.

Joel 3:10

Forjen espadas con los azadones y hagan lanzas con las hoces.

Que diga el cobarde: “¡Soy un valiente!"

Con nuestra boca construimos victorias y también derrotas.

Salmos 119:25

Postrado estoy en el polvo; dame vida conforme a tu palabra.

La Iglesia se Imponía y Gobernaba frente a sus enemigos Confesando la Palabra de Poder.

Hechos 12:24

Pero la palabra de Dios seguía extendiéndose y difundiéndose.

Hechos 13:49

La palabra del Señor se difundía por toda la región.

Hechos 19:20

Así la palabra del Señor crecía y se difundía con poder arrollador.

La confesión de la palabra de Dios es decisiva para lograr la victoria sobre cualquier asunto. Con ella
vencemos sobre:

1.- Satanas

Apocalipsis 12:11

Ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el mensaje del cual dieron testimonio; no
valoraron tanto su vida como para evitar la muerte.

2.- Nuestros enemigos

Isaías 54:17

No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ti; toda lengua que te acuse será refutada. Ésta es la
herencia de los siervos del Señor, la *justicia que de mí procede afirma el Señor.
3.- Nuestra propia naturaleza caída

Hebreos 4:12

Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos
filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos,* y juzga los
pensamientos y las intenciones del corazón.

Proverbios 21:23

El que refrena su boca y su lengua se libra de muchas angustias.


CAPITULO OCHO

UNA CLAVE PARA CONSTRUIR NUESTRA PROPIA FE

La fe puede rehacer tu futuro.

John L. Mason.

Es muy interesante descubrir en la escritura que cada vez que los discípulos le pidieron al Señor que
aumentara la fe de cada uno de ellos, él no les enseñó fórmulas artificiosas o mitos raros, simplemente les
enseñó a confesar la palabra que produciría fe, dicho de otra forma les enseñó a hablar fe.

Mateo 17:19-20

Después los discípulos se acercaron a Jesús y, en privado, le preguntaron:--¿Por qué nosotros no


pudimos expulsarlo?

Porque ustedes tienen tan poca fe --les respondió--. Les aseguro que si tienen fe tan pequeña como un
grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: ‘Trasládate de aquí para allá', y se trasladará. Para
ustedes nada será imposible.*

Marcos 11:22-24

Tengan fe en Dios --respondió Jesús--.

Les aseguro que si alguno le dice a este monte: “Quítate de ahí y tírate al mar', creyendo, sin abrigar
la menor duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá.

Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán.

La calidad de nuestras confesiones afectan de manera poderosa nuestro espíritu, y esto es debido a que la fe
y la incredulidad están hechas de afirmaciones, por lo tanto, la afirmación de una duda producirá duda y la
afirmación de la palabra de Dios, producirá fe aumentada, por ejemplo: Si tú dices: “no tengo fe”, la duda
surgirá como un gigante armado que vendrá sobre ti y te dominará.

La afirmación de una duda producirá duda y la afirmación de la palabra de Dios, producirá fe.

Efesios 4:29

Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria
edificación y sean de bendición para quienes escuchan.

Job 22:28

Tendrás éxito en todo lo que emprendas, y en tus caminos brillará la luz.


La Fe al igual que todo lo vivo, va creciendo.

2ª Tesalonicenses 1:3

Hermanos, siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes, como es justo, porque su fe se acrecienta
cada vez más, y en cada uno de ustedes sigue abundando el amor hacia los otros.

Dios desea profundamente que seamos ricos en fe.

Santiago 2:5

Escuchen, mis queridos hermanos: ¿No ha escogido Dios a los que son pobres según el mundo para
que sean ricos en la fe y hereden el reino que prometió a quienes lo aman?

Ahora bien, la fe se manifiesta más plenamente cuando cada uno de nosotros se escucha a si mismo
declarar la palabra de Dios.

Proverbios 18:20-21

Cada uno se llena con lo que dice y se sacia con lo que habla.

En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto.

Proverbios 13:2

Quien habla el bien, del bien se nutre, pero el infiel padece hambre de violencia.

Aquí se nos declara que toda persona come, se alimenta y se llena de sus propias confesiones.

Si leemos la palabra en voz alta, oímos a Dios mismo hablándonos.

Romanos 10:17

Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra deCristo.

Salmos 81:10

Yo soy el Señor tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto. Abre bien la boca, y te la llenaré.

1ª Timoteo 4:6

Si enseñas estas cosas a los hermanos, serás un buen servidor de Cristo Jesús, nutrido con las verdades
de la fe y de la buena enseñanza que paso a paso has seguido.

Cuando nosotros hablamos la palabra de Dios, él habla en nuestro hablar, cuando cantamos en el espíritu,
él canta en nuestro cantar, cuando oramos, él ora en nuestro orar.

Hebreos 2:12

Cuando dice: “Proclamaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré."


No existe tal cosa como la fe muda, no hay fe sin confesión y la única manera consistente de tener palabras
de fe en nuestra boca, es confesando la palabra de Dios.

2ª corintios 4:13

Escrito está: “Creí, y por eso hablé." Con ese mismo espíritu de fe también nosotros creemos, y por eso
hablamos.

Es sorprendente ver cómo la gente tiene fe en cosas equivocadas, ya que confiesan su temor y se vuelven
cada vez mas temerosos; confiesan su escasez de recursos y son dominados por un hábito de
mezquindad que gana supremacía en sus vidas, confiesan el fracaso y la inferioridad, y eso les roba sus
iniciativas y se les hace difícil sobreponerse a esa actitud mental negativa.

Determinémonos nosotros mismos por el poder del EspírituSanto, nunca, jamás nunca, decir que no
tenemos fe, en esos momentos cuando nada a nuestro alrededor parece motivarnos, es cuando debemos
ponernos en pie y declarar valientemente en el poder del Espíritu ¡Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece!
CAPITULO NUEVE

NINGUNA PALABRA DE DIOS ESTÁ VACÍA DE PODER

La palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo.

Isaías.

Toda palabra de Dios, está llena y saturada de poder. Poder significa: habilidad para realizar algo, de
manera que no existe poder en todo el universo que pueda anular tal habilidad , la cual Dios deposito en
nosotros, con el fin de que tú y yo confesemos la Palabra; al mismo tiempo, esta palabra confesada, se
convierte en un vehículo en el cual viajan las bendiciones de Dios a los lugares de necesidad.

Salmos 107:20

Envió su palabra para sanarlos, y así los rescató del sepulcro.

Salmos 119:43

No me quites de la boca la palabra de verdad, Pues en tus juicios he puesto mi esperanza.

Dios nos ha hecho Transfusores de Ambientes.

Nosotros podemos producir una transfusión de ambiente con nuestra confesión y de esta manera traer el
cielo ala tierra.

Mateo 6:9-10

"Ustedes deben orar así: “'Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre,

Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Podemos llegar a un hogar lleno de pesimismo y tristeza, y con la palabra, transformarlo en una fuente de
gozo y en un río del Espíritu. Podemos acercarnos a una persona depresiva,sacarla de ese infierno y
trasladarla a la misma gloria de Dios; esto es más extraordinario de lo que podemos imaginar. La Biblia que
tú y yo tenemos, comienza con una imposibilidad.

Nosotros podemos producir una transfusión de ambiente con nuestra confesión y de esta manera traer el
cielo a la tierra.

En realidad la Biblia comienza con algo bueno y hermoso que se echó a perder, pues dice que la tierra llegó
a estar desordenada y vacía, ya que no fue así como Dios la creó. Dios restauro todo este caos, confesando
la palabra de fe: cambió las tinieblas en luz, el desorden en orden, los abismos en océanos, y la tierra en
zona de productividad ¡aleluya! Estamos llamados a hacer lo mismo, y a tener los mismos resultados en
ambientes de caos y de tragedia. Somos transfusores de ambientes por la confesión de la palabra de fe.

Siempre me ha emocionado la historia de María, la madre de Jesús, que era una muchacha Hebrea como
cualquiera de su tiempo, la única diferencia con las demás era su fe. Cuando el ángel Gabriel la visitó
para anunciarle que había sido escogida entre millones de mujeres para ser la madre del Mesías ella no
dudó, pero preguntó al ángel, cómo se llevaría a cabo el proceso.
Lucas 1:34 y 38

¿Cómo podrá suceder esto --le preguntó María al ángel, puesto que soy virgen?

Aquí tienes a la sierva del Señor --contestó María--. Que él haga conmigo como me has dicho. Con
esto, el ángel la dejó.

María convino con la palabra, y por la fe estableció ese hecho en la tierra, el proceso fue el siguiente: La
palabra llegó a María, ella la recibió en su espíritu, luego se manifestó en su cuerpo, y de esta manera la
palabra fue implantada en su vientre.

Juan 1:4

En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad.

Hebreos 5:5

Tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino que Dios le dijo: “Tú eres mi
hijo; hoy mismo te he engendrado."

Una de las más grandes revelaciones que puede llegar a nuestra vida es el hecho de que la palabra de Dios
es su esperma y su semilla con la cual engendra vida a todo lo que está muerto, eso nos incluye a nosotros.

1ª Pedro 1:23

Pues ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante
la palabra de Dios que vive y permanece.

Juan 1:12-13

Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.

Éstos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de
Dios.

Tú y yo somos una nueva criatura que nunca antes existió, nacidas del Espíritu del Dios viviente, y portal
razón somos una simiente santa, pues hemos sido engendrados por su palabra que es espíritu y vida.

Juan 6:63

El Espíritu da vida; la carne no vale para nada. Las palabras que les he hablado son espíritu y son
vida.

Dios nos ha constituido en el domicilio de su palabra.

Colosenses 3:16

Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros
con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón.

Cuando abrimos nuestra boca y confesamos la palabra, Cristo que es el Verbo, es liberado.
Romanos 10:8

¿Qué afirma entonces? "Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón." Esta es la palabra de
fe que predicamos:

Las palabras llenas de fe, promueven la fe de otros.

Salmos 119:130

La exposición de tus palabras nos da luz, y da entendimiento al sencillo.

Marcos 3:5

Jesús se les quedó mirando, enojado y entristecido por la dureza de su corazón, y le dijo al hombre:
Extiende la mano. La extendió, y la mano le quedó restablecida.

¿Recuerdas al hombre cojo de la ciudad de Listra a quien Pablo le infundió fe con la confesión de la
palabra?

Hechos 14:8-10

En Listra vivía un hombre lisiado de nacimiento, que no podía mover las piernas y nunca había
caminado. Estaba sentado,

Escuchando a Pablo, quien al reparar en él y ver que tenía fe para ser sanado,

Le ordenó con voz fuerte: ¡Ponte en pie y enderézate! El hombre dio un salto y empezó a caminar.

Pablo le ordenó levantarse derecho sobre sus pies, ahora bien, levantarse estaba más allá de su capacidad
mental o física, pero fueron las palabras de fe que Pablo dirigió al espíritu de este hombre, las que le
transfirieron fe , y al oírlas saltó y anduvo.

Isaías 50:4

El Señor omnipotente me ha concedido tener una lengua instruida, para sostener con mi palabra al
fatigado. Todas las mañanas me despierta, y también me despierta el oído, para que escuche como los
discípulos.

Tenemos el caso de Eneas.

Hechos 9:34

"Eneas --le dijo Pedro--, Jesucristo te sana. Levántate y tiende tu cama." Y al instante se levantó.

Es decisivo saber que lo espiritual afecta lo físico, así que Pedro con su boca, soltó la palabra de Dios sobre
el espíritu de Eneas, y eso desató el poder creativo.
1ª Juan 5:4

Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra
fe.

Los que vencen al mundo y le dan vuelta los sistemas al diablo, son hombres con lenguas de fuego,
inflamadas por el Espíritu Santo, que se atreven a hablarle a las montañas, y se atreven a abofetear al
enemigo con la confesión de fe. Debemos saber que la confesión de fe, hace al hombre invencible así como
Dios lo es.
CAPITULO DIEZ

NUNCA OREMOS EL PROBLEMA SINO LA RESPUESTA

La oración es pedir que llueva, la fe es salir con el paraguas.

John L. Mason.

Usaré el siguiente pasaje de la escritura como la base para entender qué significa orar la respuesta y no el
problema.

Marcos 11:22-24

Tengan fe en Dios --respondió Jesús--.

Les aseguro que si alguno le dice a este monte: ‘Quítate de ahí y tírate al mar', creyendo, sin abrigar la
menor duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá.

Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán.

Quiero tomar de los propios labios del Señor, la siguiente frase: “Todo lo que pidiereis orando, creéis que
lo recibiréis y os vendrá” espero que entendamos bien lo que el Señor está declarando aquí, El dice: Todo
lo que pidiereis orando, vendrá ¿qué significa todo? Todo significa todo, vale decirlo bueno y lo
malo. Seré más explícito, si oramos el problema, recibiremos problemas, pero si oramos la respuesta,
tendremos la respuesta. Todos hemos conocido gente que ora mucho y a pesar de eso, han permanecido
todo el tiempo atrapados en problemas que superan ampliamente su capacidad resolutiva, hay una razón
para ello, sus oraciones se han convertido en verdaderas fiestas de lástima en las cuales ellos han
encontrado un espacio para llorar sus desgracias. El Señor nunca nos dejó la oración para eso, sino que la
oración es nuestro derecho legal para establecerla victoria de Dios y llevar soluciones divinas a los lugares
de necesidad y de conflictos, digamos sencillamente que cuando nosotros oramos traemos a Dios al lugar
de nuestra necesidad.

La oración es nuestro derecho legal para establecer la victoria de Dios y llevar soluciones divinas a los
lugares de necesidad

No le digas a Dios cuan grandes son tus montes, por el contrario, dile al monte cuan grande es tu Dios.

La victoria es el énfasis correcto de la oración, por lo tanto debemos orar continuamente y con tenacidad la
respuesta y no el problema, no se trata de negar la existencia del monte o problema, debemos estar
plenamente conscientes de los problemas, pues no es sabio negar la existencia de los montes. Lo que
hacemos en la oración es negar el derecho que el monte tiene de obstruir nuestro camino, nos negamos a
aceptar algo temporal como lo definitivo.

2ª Corintios 4:18

Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo
que no se ve es eterno.

Por ejemplo: Si estás experimentando un fuerte dolor en tus piernas y alguien te pregunta ¿Cómo estás? No
digas: “de maravillas”, pues no hace falta negar el dolor o encubrirlo, simplemente habla lo que la palabra
de Dios dice acerca de tus piernas.
Joel 3:10

Forjen espadas con los azadones y hagan lanzas con las hoces.

Que diga el cobarde: “¡Soy un valiente!"

Esta es la paradoja de la Fe:

Decir que yo soy fuerte cuando soy débil, esta es la confesión de la fe: “Yo soy fuerte” no importa lo que
yo piense de mi mismo, yo soy fuerte. Sin que importen las opiniones de otro acerca de mi vida, yo soy
fuerte. Cuando me siento extremadamente débil, yo soy fuerte. A pesar de experiencias pasadas de haber
sucumbido a la debilidad, yo me levanto con un nuevo testimonio de fe y declaro que soy fuerte. No es solo
cuando me siento fuerte que yo digo que soy fuerte, sino que es cuando aún me siento débil que declaro,
soy fuerte.

Dios me ordena decir: soy fuerte, es decir lo que Dios dice acerca de mi vida. Este es el lenguaje de la fe.
Este es el lenguaje de la victoria ¿Quién soy? Yo soy fuerte. Cualquiera otra cosa que yo sea, soy fuerte.
Donde quiera que yo esté, soy fuerte.

Lo que yo confieso, poseo. Lo que digo es lo que recibo. Yo confieso: “soy fuerte” y poseo fuerza ¿Por qué
puedo estar tan seguro? Porque Dios declara que él es mi fortaleza. Yo nunca digo, “Yo soy débil” esto
sería desobediencia a mi Dios y contristaría al Espíritu Santo, esto mismo lo declara Pablo.

2ª Corintios 12:9-10

Pero él me dijo: “Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad." Por lo
tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder
de Cristo.

Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por
Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Romanos 4:18-19

Contra toda esperanza, Abraham creyó y esperó, y de este modo llegó a ser padre de muchas
naciones, tal como se le había dicho: “Así de numerosa será tu descendencia."

Su fe no flaqueó, aunque reconocía que su cuerpo estaba como muerto, pues ya tenía unos cien
años, y que también estaba muerta la matriz de Sara.

La Duda, Es El Ladrón De Las Más Grandes Bendiciones.

Santiago 1:5-8

Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos
generosamente sin menospreciar a nadie.
Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un
lado a otro por el viento.

Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor;

Es indeciso e inconstante en todo lo que hace.

El hermano de condición humilde debe sentirse orgulloso de su alta dignidad,

Duda de la gente, duda de tus sentimientos, duda aún de tus dudas, pero nunca dudes de Dios.

¿Sabes por qué es fácil creerle a Dios? Porque él nunca miente.

Mateo 24:35

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán.

Juan 10:35

Si Dios llamó 'dioses' a aquellos para quienes vino la palabra (y la Escritura no puede ser
quebrantada),

Si oramos el problema, quedaremos confinados al problema, pues cada palabra que confesamos es una
semilla que da origen a un fruto, y en esto también se cumple el principio divino: “Cada especie según su
género”.

Mateo 21:22

Si ustedes creen, recibirán todo lo que pidan en oración.

Podemos tener lo que deseamos si oramos lo correcto, es sorprendente comprobar como la inmensa
mayoría de los creyentes desean una cosa y oran otra. El Apóstol Santiago dice que no recibimos porque
pedimos mal, por ejemplo: Supongamos que usted entra a una tienda con el deseo de comprarse zapatos
blancos, y en el momento que el vendedor se acerca a usted para preguntarle qué desea, usted le contesta:
Quiero zapatos rojos. El vendedor le traerá zapatos rojos, eso a pesar del hecho de que usted interiormente
desea zapatos blancos. Dios nos ha diseñado para tener lo que pedimos, no lo que deseamos.

Si deseamos prosperidad no confesemos pobreza, si deseamos salud no confesemos enfermedad, si


deseamos gozo no confesemos tristeza, etc.

Dios nos ha diseñado para tener lo que pedimos, no lo que deseamos.

Nos servirá como lección lo que pasó con Israel en Cades Barnea.

Números 14:26-28

El Señor les dijo a Moisés y a Aarón:


¿Hasta cuándo ha de murmurar contra mí esta perversa comunidad? Ya he escuchado cómo se quejan
contra mí los israelitas.

Así que diles de parte mía: Juro por mí mismo, que haré que se les cumplan sus deseos.

Cuando vamos a orar, debemos ser extremadamente cuidadosos, ya que orar es esencialmente usar nuestro
derecho legal para decretar cosas, por eso en el viejo pacto se insistió tanto en esto, solo traeré una frase de
ese pacto hasta aquí: “La vida y la muerte están en el poder de la lengua y el que la ama comerá de su
fruto”, el Espíritu Santo, que reside en nuestro espíritu humano recreado, nos enseña.

Romanos 8:26

Asimismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu
mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras.

1ª Juan 3:22

Y recibimos todo lo que le pedimos porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.

1ª Juan 5:14-15

Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él nos
oye.

Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le
hemos pedido.

Nunca debemos confesar lo que sentimos: ¡Eso debilita nuestra fe!


CAPITULO ONCE

CUIDADO CON QUIEN NOS PONEMOS DE ACUERDO

La gente que dice que no se puede hacer, no debería interrumpir a quienes lo están haciendo.

Thomas Alva Edison.

Mateo 18:19

"Además les digo que si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que
pidan, les será concedida por mi Padre que está en el cielo”.

El Señor hace una sorprendente declaración acerca de un principio espiritual muy potente, y este principio
es el poder de un acuerdo.

El poder que genera un acuerdo, funciona para el bien, pero también para el mal, este es el caso de los

constructores de la Torre de Babel.

Génesis 11: 1-9

En ese entonces se hablaba un solo idioma en toda la tierra.

Al emigrar al oriente, la gente encontró una llanura en la región de Sinar, y allí se asentaron.

Un día se dijeron unos a otros: “Vamos a hacer ladrillos, y a cocerlos al fuego."

Fue así como usaron ladrillos en vez de piedras, y asfalto en vez de mezcla. Luego dijeron:

“Construyamos una ciudad con una torre que llegue hasta el cielo.

De ese modo nos haremos famosos y evitaremos ser dispersados por toda la tierra."

Pero el Señor bajó para observar la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo, y se dijo:
“Todos forman un solo pueblo y hablan un solo idioma; esto es sólo el comienzo de sus obras, y todo lo
que se propongan lo podrán lograr.

Será mejor que bajemos a confundir su idioma, para que ya no se entiendan entre ellos mismos."

De esta manera el Señor los dispersó desde allí por toda la tierra, y por lo tanto dejaron de construir la

ciudad. Por eso a la ciudad se le llamó Babel, porque fue allí donde el Señor confundió el idioma de
toda la gente de la tierra, y de donde los dispersó por todo el mundo.

El versículo 5 declara que Dios descendió para ver la construcción.

Nos puede resultar extraño que Dios haya descendido para ver una torre que era el símbolo de una rebelión
abierta en contra de él. El punto es este:
Dios siempre desciende donde hay acuerdo, ya sea para bendecir o para castigar.

Dios dijo: “Todos están de acuerdo en un solo propósito, y nada les hará desistir”, de modo que él
descendió y confundió sus lenguas; y esta confusión sirvió como un elemento disuasivo para romper el
acuerdo y de esta manera detener la construcción.

Tengamos Sumo Cuidado Con Nuestras Conversaciones.

A la inmensa mayoría de los seres humanos nos agrada mucho conversar.

Apenas nos levantamos en la mañana, habrá alguien con quien conversar, y durante todo el día hasta la
noche, estamos conversando con alguien, y más de alguna vez conversamos dormidos.

Las conversaciones crean realidades espirituales, y también decretan, y establecen cosas.

2ª Corintios 13:1

Ésta será la tercera vez que los visito.

"Que todo asunto se haga constar por el testimonio de dos o tres testigos."

Deuteronomio 17:6

Por el testimonio de dos o tres testigos se podrá condenar a muerte a una persona, pero nunca por el
testimonio de uno solo.

Las conversaciones crean realidades espirituales, y también decretan, y establecen cosas.

Las conversaciones producen un impacto tremendo en nuestro espíritu, pues tienen el poder de
aprisionarnos o liberarnos.

Proverbios

6:2 Si verbalmente te has comprometido, enredándote con tus propias palabras.

A veces, pensamos equivocadamente que esas conversaciones que hacemos en secreto no afectarán nuestro
entorno y nos apoyamos en una falsa seguridad de que después de haber hecho algún comentario en secreto
con alguien, todo ha terminado allí, y que no habrá ninguna consecuencia posterior; pero no es así.

Lucas 12:3

Así que todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad se dará a conocer a plena luz, y lo que han
susurrado a puerta cerrada se proclamará desde las azoteas.
Eclesiastés 10:20

No maldigas al rey ni con el pensamiento, ni en privado maldigas al rico, pues las aves del cielo pueden
correr la voz. Tienen alas y pueden divulgarlo.

Las conversaciones crean lazos.

Salmos 91:3

Sólo él puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas.

Proverbios 18:7

La boca del necio es su perdición; sus labios son para él una trampa mortal.

Respetemos a los médicos, pero pongámonos de acuerdo con Dios

Quiero usar un ejemplo cotidiano para corroborar el poder de un acuerdo:

Si tú declaras el síntoma de la gripe diciendo: ¡Parece que me voy a resfriar!

Y tu amigo te lo confirma diciendo: Te veo pálido y demacrado,

¿Cuál crees que será el resultado? ¡Gripe!.

Respetemos a los médicos, pero pongámonos de acuerdo con Dios; nunca olvidemos que Dios no es
médico, Él es creador.

Muchas veces el diagnóstico de un médico más parece una sentencia de muerte que otra cosa. Ahora bien,
no neguemos la enfermedad, pero confesemos salud, pues ella es nuestro derecho legal. Debemos estar
conscientes de la enfermedad, pero impresionados por nuestro gran Dios, y nunca estar conscientes de
Dios e impresionados por la gran enfermedad.

Nunca Nos Convirtamos En Buscadores De Simpatía.

Cuando le hablamos a otros de nuestros problemas, generalmente es para obtener su simpatía.

Es curioso, pero la mayoría de la gente se alimenta de la lástima y la simpatía de los demás, hay que vencer
esa necedad y esa actitud mezquina. Entendamos bien, la lástima y la simpatía nunca podrán ayudarnos a
que nos sanemos y que los dolores desaparezcan, ya que simpatía, es sólo otra persona sufriendo con uno,
pero Cristo no es alguien que sufre contigo, sino alguien que sufrió por nosotros. Seré bastante franco, lo
que nosotros necesitamos no es un simpatizador sufriendo con nosotros, sino un sustituto que ya ha sufrido
por nosotros.

Quiero advertirte de un error importante:

Muchas oraciones que se hacen por enfermos, consisten solamente en simpatía y lástima, eso nutrirá al peor
enemigo que todos tenemos, que es nuestro yo herido.

Lo que nosotros necesitamos no es un simpatizador sufriendo con nosotros, sino un sustituto que ya ha
sufrido por nosotros.
Lucas 10:19

Sí, les he dado autoridad a ustedes para pisotear serpientes y escorpiones y vencer todo el poder del
enemigo; nada les podrá hacer daño.

Finalmente, cuando alguien se acerque a nosotros para hablarnos mal de nuestro país, de nuestra ciudad, o
de nuestra iglesia; al instante cancelemos esas palabras en nuestro espíritu, y determinemos bendecir y
nada más que bendecir, cuando conversemos con otros.

Proverbios 11:11

La bendición de los justos enaltece a la ciudad, pero la boca de los malvados la destruye.
CAPITULO DOCE

LA CONFESIÓN ANTECEDE A LA POSESIÓN

El Señor es galardonador de los que le buscan.

Pablo.

Dios trabaja con un principio supremo, y ese principio es el siguiente: Lo que yo confieso, eso poseo.
Debemos saber que nadie vive más allá de lo que confiesa y nunca podremos sobrepasar nuestra confesión.

Job 22:28

Tendrás éxito en todo lo que emprendas, y en tus caminos brillará la luz.

Proverbios 12:14

Cada uno se sacia del fruto de sus labios, y de la obra de sus manos recibe su recompensa.

La confesión de fe crea realidades gloriosas, la confesión de duda, crea realidades funestas. Cuando
decimos que no tenemos fe, la duda surgirá como un gigante que nos dominará.

Diez Áreas Sumamente Importantes En Las Cuales Lo Que Confesemos Determinará Lo Que
Obtendremos.

1.- Si confesamos a Jesús como nuestro salvador poseeremos la Salvación.

Romanos 10:9-10

Que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los
muertos, serás salvo.

Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo.

2.- Si confesamos que por las llagas de Cristo somos sanados, poseeremos la sanidad.

Isaías 53:5

Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo,
precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.

3.- Si confesamos que Cristo nos ha hecho libres, poseeremos absoluta libertad.

Juan 8:36

Así que si el Hijo Los libera, serán ustedes verdaderamente libres.

4.- Si confesamos que Dios ha derramado amor sobre nosotros, poseeremos la habilidad de amar a otros.
Romanos 5:5

Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el
Espíritu Santo que nos ha dado.

5.- Si confesamos que en él somos valientes, poseeremos la intrepidez de un león en la lucha espiritual.

Proverbios 28:1

El malvado huye aunque nadie lo persiga; pero el justo vive confiado como un león.

6.- Si confesamos que estamos en él y él está en nosotros, poseeremos la presencia y la protección de Dios
en cada paso quedemos.

Hebreos 13:5-6

Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho:“Nunca
te dejaré; jamás te abandonaré."

Así que podemos decir con toda confianza: “El Señor es quien me ayuda; no temeré. ¿Qué puede
hacerme el ser humano?"

7.- Si confesamos que somos todopoderosos en Cristo, poseeremos la habilidad de Dios para resolver toda
clase de problemas.

Filipenses 4:13

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

8.- Si confesamos que la misma Unción que operó en Cristo, opera en nosotros, poseeremos los resultados
que destruyen todo yugo.

1ª Juan 2:27

En cuanto a ustedes, la unción que de él recibieron permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les
enseñe. Esa unción es auténtica --no es falsa-- y les enseña todas las cosas. Permanezcan en él, tal y
como él les enseñó

9.- Si confesamos que tenemos la Autoridad de Dios, poseeremos autoridad y poder para libertar a los
oprimidos.

Marcos 16:17

Estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán en nuevas
lenguas;

10.- Si confesamos que estamos conectados a la vida de Dios, poseeremos la vida zoe como la vid y los
pámpanos.

Juan 15:5 "Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho
fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.
CAPITULO TRECE

UNA LISTA DE LOS “NUNCA MÁS CONFESARÉ”

No hay nada más poderoso que una decisión, pues ésta te meterá en un mundo nuevo.

Lucas Márquez.

VEINTIDOS CONFESIONES NEGATIVAS QUE DEBES CANCELAR EN TU VIDA

1. Nunca más confesaré “No puedo” Porque todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Filipenses 4:13

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

2. Nunca más confesaré necesidad, porque “Mi Dios pues, suplirá todas mis necesidades según sus
riquezas en gloria en Cristo Jesús”

Filipenses 4:19

Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en
Cristo Jesús.

3. Nunca más confesaré falta de fe, porque “Dios ha dado a cada cual la medida de fe.

Romanos 12:3

Ayuden a los hermanos necesitados. Practiquen la hospitalidad.

4. Nunca más confesaré debilidad, porque “Jehová es la fortaleza de mi vida”

Salmos 27:1

El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá
amedrentarme?

Y “el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará”

Daniel 11:32

Corromperá con halagos a los que hayan renegado del pacto, pero los que conozcan a su Dios se le
opondrán con firmeza.

5. Nunca más confesaré la supremacía de Satanás sobre mi vida, porque “Mayor es el que está en mi que
el que está en el mundo”

1ª Juan 4:4

Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes
es más poderoso que el que está en el mundo.
6. Nunca más confesaré derrota, porque “Dios me lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús”.

2ª Corintios 2:14

Sin embargo, gracias a Dios que en Cristo siempre nos lleva triunfantes* y, por medio de
nosotros, esparce por todas partes la fragancia de su conocimiento.

7. Nunca más confesaré falta de sabiduría, porque “Cristo Jesús me es hecho sabiduría de Dios”

1ª Corintios 1:30

Pero gracias a él ustedes están unidos a Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría --es
decir, nuestra justificación, santificación y redención.

8. Nunca más confesaré enfermedad, porque “Por sus llagas yo soy sanado”

Isaías 53:5

Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue
sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

Y Jesús “mismo llevó mis flaquezas y cargó mis enfermedades”

Mateo 8:17

Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías: “Él tomó sobre sí nuestras
enfermedades y cargó con nuestras dolencias."

9. Nunca más confesaré preocupaciones y frustraciones, porque yo “estoy echando toda mi ansiedad
sobre El, porque El tiene cuidado de mi”.

1ª Pedro 5:7

Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.

En Cristo soy libre de cuidados.

10. Nunca más confesaré condenación, porque “ninguna condenación hay para los que están en
CristoJesús”

Romanos 8:1

Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús,

Yo estoy en Cristo; por tanto, estoy libre de condenación.

11. Nunca más confesaré esclavitud, porque “donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

2ª Corintios 3:17

Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Mi cuerpo es el templo del Espíritu Santo.

12. Nunca más confesaré soledad. Jesús dijo: “He aquí, yo estoy con vosotros siempre, hasta el fin del
mundo”

Mateo 28:20.

Enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes
siempre, hasta el fin del mundo.

Y “No te desampararé, ni te dejaré”

Hebreos 13:5

Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: “Nunca
te dejaré; jamás te abandonaré."

13. Nunca más confesaré maldiciones y mala suerte, porque, “Cristo nos redimió de la maldición de la ley,
hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo aquel que es colgado de un madero), para
que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la
promesa del Espíritu”

Gálatas 3:13-14

Cristo nos rescató de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito:
“Maldito todo el que es colgado de un madero."*

Así sucedió, para que, por medio de Cristo Jesús, la bendición prometida a Abraham llegara alas
naciones, y para que por la fe recibiéramos el Espíritu según la promesa.

14. Nunca más confesaré descontento, porque “he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi
situación”

Filipenses 4:11

No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que
me encuentre.

15. Nunca más confesaré indignidad porque “al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para
que nosotros fuésemos hechos justicia por Dios en El”

2ª corintios 5:21

Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos
la justicia de Dios.

16. Nunca más confesaré confusión porque “Dios no es Dios de confusión, sino de paz”

1ª corintios 14:33 Porque Dios no es un Dios de desorden sino de paz. Como es costumbre en las
congregaciones de los creyentes,
Y “Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que
sepamos lo que Dios nos ha concedido”

1ª Corintios 2:12

Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo sino el Espíritu que procede de Dios, para que
entendamos lo que por su gracia él nos ha concedido.

17. Nunca más confesaré persecución, porque “Si Dioses por nosotros, ¿quién contra nosotros?”

Romanos 8:31

¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?

18. Nunca más confesaré el dominio del pecado sobre mí vida, porque “la ley del espíritu de vida en Cristo
Jesús me ha librado de la luz del pecado y de la muerte”

Romanos 8:2

Pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.

19. Y “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”

Salmos 103:12

Tan lejos de nosotros echó nuestras transgresiones Como lejos del oriente está el occidente.

20. Nunca más confesaré frustración, porque “tú guardarás en perfecta paz a aquel cuyo pensamiento en ti
persevera; porque en ti ha confiado”

Isaías 26:3

Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía.

21. Nunca más confesaré temor al futuro, “Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio ni oído
oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios
nos las reveló por el Espíritu”

1ª Corintios 2:9-10

Sin embargo, como está escrito: “Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente
humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman."

Ahora bien, Dios nos ha revelado esto por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo examina
todo, hasta las profundidades de Dios.

22. Nunca más confesaré problemas porque Jesús dijo: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo
he vencido al mundo”
Juan 16:33

Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones,
pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
 

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