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DEFINICIÓN DE TÉRMINOS

1. Accidente de Tránsito.
Evento de naturaleza culposa que, como consecuencia directa de la circulación de vehículos,
cause daño a personas o cosas.
Se clasifican en:
a. Choque
b. Atropello
c. Caída
d. Volcadura
e. Incendio
f. Despiste
g. Otros que se deriven como consecuencia de la interpretación de la definición expresada.
2. Accidente de tránsito en cadena
Suceso en que participan por lo menos tres vehículos en traslación y toman contacto uno detrás
del otro.
3. Accidente de tránsito con fuga
Figura penal considerada, cuando uno de los participantes en forma voluntaria abandona el lugar
de los hechos con la finalidad de ocultarse en el anonimato, impidiendo su identificación.
4. Accidente de tránsito mixto
Denominación del suceso que combina un accidente simple y uno múltiple.

5. Accidente de tránsito múltiple


Suceso en que participan por lo menos dos vehículos en traslación, o un vehículo en traslación y
un peatón, o cuando existe interacción de dos o más personas como sujetos activos.
6. Accidente de tránsito simple
Suceso en que participa un solo vehículo en traslación con una relación directa o indirecta del
elemento humano.
7. Acera
Parte de la vía destinada al tránsito de peatones.
8. Alcoholemia
Presencia de alcohol en la sangre, su nivel puede ser medido con pruebas en aire espirado.
9. Atropello
Es el accidente de tránsito que consiste en la colisión entre vehículo y peatón.
10. Autopista
Carretera de tránsito rápido sin intersecciones y con control de accesos.
11. Berma
Parte de una carretera o camino contiguo a la calzada, no habilitada para la circulación de
vehículos y destinada eventualmente a la detención de vehículos en emergencia y circulación de
peatones
12. Cadena de eventos
Eslabonamiento sucesivo de los hechos o evolución del accidente hasta la posición final,
concebido también como el desarrollo de las fases del accidente de tránsito.
13. Caída
Es el accidente de tránsito que consiste en la caída de una persona de un vehículo en movimiento.
14. Calzada
Parte de la vía destinada a la circulación de vehículos y eventualmente al cruce de peatones y
animales
15. Carril
Parte de la calzada destinada al tránsito de una fila de vehículos
16. Climatérico
Intervención del elemento medio ambiente en el tránsito cuando es peligroso por alguna
circunstancia. Difiere en concepto de climático o climatológico.
17. Conductor
Persona habilitada para conducir un vehículo por una vía.
18. Contacto Inicial
Es el primer toque entre las unidades participantes en un accidente en el momento en que entran
en conflicto
19. Cotejo de Niveles
Es el estudio comparativo de daños y/o lesiones que evidencian las unidades participantes en un
accidente, para permitir establecer la relación entre causa y efecto.
20. Croquis
Es el dibujo o diseño ligero no sujeto a escala.
21. Crucero peatonal
Parte de la calzada destinada para el cruce de peatones.
22. Choque
Es el accidente de tránsito que consiste en la colisión entre un vehículo en traslación y otro objeto
que puede tratarse de un vehículo en situación fijo o móvil, entendiéndose asimismo la colisión
contra un animal.
23. Derecho de Paso
Prerrogativa de un peatón o conductor de un vehículo para proseguir su marcha en precedencia a
otro peatón o vehículo.
24. Desenganche
Es la separación de las unidades colindantes después del máximo enganche. En este evento
termina por completo toda fuerza recíproca entre los participantes en el accidente.
25. Despiste
Como accidente de tránsito, está referido a la salida del vehículo de la porción circulable de la vía,
con resultados dañosos.
26. Detención
Inmovilización del vehículo por emergencia, por impedimento de circulación o para cumplir una
disposición reglamentaria.
27. Diagrama
Es el dibujo hecho a escala que representa gráficamente el detalle secuencial del accidente.
28. Distancia del tiempo de reacción
Es el espacio o distancia comprendido entre la percepción del estímulo y el inicio de la respuesta.
29. Dosaje Etílico
Es la prueba que permite determinar la concentración alcohólica en la sangre. Se entiende como el
análisis de la sangre extraída y en otros casos cuando la norma lo contempla por medio de
alientómetros, alcoholímetros o similares.
30. Estacionar
Paralizar un vehículo en la vía pública, con o sin el conductor, por un periodo mayor que el
necesario para dejar o recibir pasajeros o cosas.
31. Evidencia
Es todo vestigio material, biológico o físico que como indicio o prueba contribuye a establecer o a
demostrar algo del accidente.
32. Examen Toxicológico
Es la prueba que se realiza para verificar la absorción o ingestión por individuo de sustancia tóxica.
33. Incendio
Es el accidente de tránsito que consiste en la inflamación parcial o total de un vehículo en marcha,
cuyo origen debe obedecer a fallas del vehículo o consecuencia del evento.
34. Inspección Técnico Policial
Es el examen detallado, ordenado y completo de un determinado escenario.
35. Intersección
Es el área comprendida dentro de la prolongación o conexión de las porciones circulable de los
ramales que se cruzan en ángulo.
36. Línea de parada
Línea transversal marcada en la calzada antes de la intersección que indica al conductor el límite
para detener el vehículo acatando la señal correspondiente (Línea de detención).
37. Llanta
Elemento físico que unido al aro conforma la rueda. Puede ser neumática, maciza, de metal u otro
material.
38. Maniobras Evasivas
Es la acción que toma la Unidad de Tránsito con el fin de desviarse de la trayectoria a un
accidente, evitando o disminuyendo las consecuencias.
39. Máximo Enganche
Es la continuación del contacto inicial, cuando la mayor fuerza de presión recíproca actúa entre las
unidades que colisionan.
40. Peatón
Es toda persona que circula caminando por una vía pública.
41. Posición final
Es el lugar y/o orientación en que se detienen finalmente las unidades de tránsito después del
accidente sin que haya habido aplicación de fuerza alguna que no ha intervenido en el evento
dañoso.
42. Punto de Referencia
Elemento que sirva para la fijación de las evidencias, confección del plano y diagrama de colisión.
Debe tener las siguientes características: fijo, identificable y visible.
43. Reconstrucción
Es la reproducción de las distintas fases del accidente, desde la etapa previa al conflicto hasta la
posición final.
44. Reacción
Es la respuesta a un estímulo.
45. Rueda
Unión de la llanta con el aro, que colocada en el eje permite la rotación de éste y la traslación del
vehículo.
46. Señal de Tránsito
Dispositivo, signo o demarcación colocado por la Autoridad competente con el objeto de regular,
advertir o encauzar el tránsito.
47. Tiempo de reacción
Magnitud física que representa al valor numérico de la respuesta del individuo como elemento del
tránsito, que se expresa convencionalmente en segundos.
48. Tránsito
Conjunto de desplazamientos de personas, vehículos y animales por las vías terrestres de uso
público.
49. Transporte
Traslado de personas o bienes de un lugar a otro, como parte de un sistema de servicio dentro del
desarrollo de una sociedad, que requiere elementos como infraestructura, vehículo, operador, etc.
50. Unidad de Tránsito
Se llama así toda persona, animal, vehículo, u objeto fijo o móvil que encontrándose en la vía de
circulación participa en un accidente de tránsito.
51. Vehículo
Artefacto de libre operación que sirve para transportar personas o bienes por una vía.
52. Vehículo automotor
Vehículo de dos ruedas o más que tiene motor y tracción propia.
53. Vehículo de emergencia
Vehículo utilizado para prestar servicio de auxilio en forma inmediata conforme a ley.
54. Vehículo oficial
Vehículo asignado a autoridades, los de su comitiva y los encargados de su protección y
seguridad, conforme a ley.
55. Vía
Carretera, vía urbana o camino rural abierto a la circulación pública de vehículos y/o peatones, y
también de animales.
56. Vía de acceso restringido
Vía en que los vehículos y las personas solo tienen oportunidad a ingresar o salir de ella, por los
lugares y bajo las condiciones fijadas por la Autoridad competente.
57. Vía Privada
Vía destinada al uso particular.
58. Vía Pública
Vía de uso público, sobre la cual la autoridad competente impone restricciones y otorga
concesiones, permisos y autorizaciones.
59. Volcadura
Es el accidente de tránsito que consiste en el vuelco de un vehículo en traslación sobre su eje de
equilibrio transversal (campana) o longitudinal (tonel).
60. Zona de Seguridad
Área dentro de la vía, especialmente señalizada para refugio exclusivo de los peatones (Isla de
refugio)
61. Zona rígida
Área de la vía en la que se prohíbe el estacionamiento de vehículos las 24 horas del día.

PRINCIPIOS REGULADORES DE LA CIRCULACIÓN


Los principios que regulan la circulación de peatones y vehículos, dentro de un marco de seguridad,
constituyen la base, el fundamento, para alcanzar la finalidad aludida, creando derechos y obligaciones.
1. PRINCIPIO DE CONFIANZA
Este principio está basado en el estricto cumplimiento de las normas de circulación. Es la
CONFIANZA, que debe tener toda persona que los demás han de respetar las normas de
circulación. Es el DERECHO, que se tiene de pensar, que los demás usuarios van a actuar y
comportarse dentro de lo reglamentario. Es la GARANTÍA inspirada en la mutua confianza de un
comportamiento basado en el respeto.
Este Principio no es absoluto. Se complementa con otro Principio, el Principio de Seguridad, que
se impone cuando se prevé que por parte del otro usuario, dadas sus manifestaciones externas,
se puede presentar una conducta antirreglamentaria. La prudencia está a cargo de todos los
usuarios de la vía, pero si uno de los dos es imprudente, obliga al otro a extremar sus medidas de
prudencia.

2. PRINCIPIO DE SEGURIDAD
Este principio se impone cuando el otro usuario actúa contraviniendo las normas de circulación,
pero tiene que haber una manifestación externa del peligro, y darse cuenta por parte del otro
usuario de este peligro, haciéndose necesario ceder el derecho, para evitar un daño o para
disminuirlo. Obliga a un máximo de prudencia, de diligencia, contra la imprudencia o negligencia
por parte del otro así esté dentro de la confianza que le brinda un derecho, por seguridad, por
humanidad, ante una maniobra riesgosa o peligrosa del otro, no puede ampararse en el derecho y
no tratar de evitar el accidente. El peatón no debe cruzar a mitad de cuadra, pero si el conductor
se percata que lo está haciendo, debe tomar sus medidas preventivas para evitar el accidente.
El Principio de Seguridad no es otra cosa que la denominada “Circulación a la Defensiva”.

3. PRINCIPIO DE INTEGRIDAD PERSONAL


Se entiende por este principio que la normativa que regula la circulación, no puede exigir al
usuario algún tipo de acto que comprometa su integridad física. Se entiende que al cumplir el
sujeto una norma de tránsito está realizando un acto lícito, y todo acto lícito protege al sujeto de
derecho, y el sujeto en el tránsito no puede estar ajeno a este amparo.
Es así, que ante un riesgo el reglamento no puede obligar a un conductor que ejecute una frenada
brusca en una pista mojada y en bajada. Para ello hay que tener en cuenta cuando se encuentra
en un estado de necesidad, al no haber originado la situación peligrosa y resultaría absurdo exigir
una acción que a manera de auto sacrificio, comprometa su integridad o seguridad personal. Es
por ello que cuando se encuentra en el estado de necesidad, se ve en la obligación de causar un
daño menor para evitar otro daño mayor.

4. PRINCIPIO DE SEÑALIZACIÓN
Cuando existe alguna anormalidad, obstáculo o variación en la circulación, debe estar
debidamente señalizada. Este Principio de Señalización está ligado al Principio de Confianza,
puesto que mientras no haya una señal que indique la alteración de la normalidad, el usuario
puede confiar, en que puede circular con la seguridad de no encontrar ningún obstáculo.

ELEMENTOS DEL TRÁNSITO


Los elementos que participan en el tránsito son: El hombre, la Vía, el Vehículo y como un elemento
condicionante el Medio Ambiente.

1. EL HOMBRE
Es el elemento más importante que interviene en el tránsito, que como tal es de naturaleza
sumamente compleja.
El hombre tiene una serie de facultades naturales, que pueden llegar a convertirlo en un buen
usuario de la vía; pero es indiscutible que estas facultades por sí solas no son suficientes, sino
que se hace necesario adquirir ciertas habilidades y aprender reglas. Las habilidades que pueda
adquirir a través del aprendizaje estarán siempre vinculadas con la operación y funcionamiento
del vehículo o con su sola circulación peatonal y con las normas que dicta la autoridad para
organizar y controlar el tránsito en general.
El Elemento Hombre interviene en forma directa cuando participa activamente en el tránsito como:
a. OCUPANTE
1) Conductor.- Cuando conduce o se encuentra a cargo del control físico de un
vehículo.
2) Cobrador.- Como el encargado de recibir el valor del pasaje.
3) Pasajero o simplemente ocupante.- Cuando se traslada de un sitio a otro, haciendo
uso de un vehículo, abonando o no una cantidad de dinero por el servicio.
b. PEATÓN
Es toda persona que transita a pie, es decir que utiliza la vía de circulación o superficie
transitable sin hacer uso del vehículo, por sus propios medios.
El Elemento Hombre interviene en forma indirecta, cuando sin necesidad de encontrarse
en la vía o superficie transitable y/o vehículo, diseña y construye vehículos, construye la
red vial, dicta las normas y condicionamientos a cumplirse para hacer un correcto uso de
vía y vehículo; participa en la evaluación de los postulantes a licencia de conducir; impone
medidas educativas y correctivas, entre otras.
En conclusión el hombre es el gran responsable del tránsito por ser el elemento que piensa
y finalmente porque es quien puede evitar el accidente.
2. LA VÍA
La vía está considerada como el espacio físico delimitado por los límites de propiedad; dentro de
esto se denomina “porción circulable”, al espacio de la vía destinada al tránsito de vehículos por
razones de derecho o costumbre.
a. PARTES DE LA VÍA.- Entre las principales se consideran las siguientes:
Vereda o acera.- Parte de la vía designada para el tránsito de peatones, comprendida
entre el sardinel o el lindero lateral de la calzada y la línea de propiedad adyacente.
Sardinel.- Límite o borde de la acera colindante con la calzada. Está construido a nivel
superior de la pista.
Berma.- Parte de la autopista o carretera, contigua a la calzada, destinada a la detención
de vehículos por emergencia, y que sirve además como soporte de la base y capa
superficial de la pista.
Calzada o Pista.- Parte de la vía de circulación destinada para el tránsito de vehículos.
Canal – Sendero o Carril.- Porciones longitudinales de la calzada que tienen por finalidad
canalizar y ordenar la corriente vehicular en columnas de marcha.
Cuneta.- Zanja construida al costado de la vía, para recibir y conducir las aguas que
discurren desde la calzada.
Crucero de Peatones.- Parte de la calzada señalada para el paso de peatones.
Isla de Seguridad.- Parte de la calzada destinada para el refugio o detención momentánea
de los peatones.
Alcantarilla.- Rejilla en la calzada que sirve para dejar pasar las aguas de lluvias o aniegos
con conexión a un desagüe.
Pretil.- Murete o valla que se coloca al costado de los puentes u otros pasajes para
seguridad de los transeúntes.
Separador.-
1) Separador Central.- División objetiva y física de las calzadas para facilitar el
ordenamiento vehicular, que puede estar constituida por líneas, botones, hitos,
sardineles, cunetas, plantas o arbustos.
2) Separador lateral
Aplicable en vías donde existen pistas auxiliares o de servicio.

b. MATERIAL
1) Pavimento
a) Asfalto.- A base de brea y alquitrán, con buena fricción para el frenaje.
b) Cemento.- La superficie es lisa, brilloso y no porosa no contribuye a un buen
frenaje.
2) Afirmado
Tierra aplanada y prensada para conservarla dura, provoca polvo por el viento y
paso de los vehículos que atenta contra la visibilidad.
3) Ripio – Cascajo
Piedra chica, partida y presionada formando una capa sin ligamento o pegamento
entre las piedras. Dificulta el tránsito peatonal.
4) Piedra
Conjunto de piedras presionadas ligadas con un pegamento que forma su base.
5) Adoquín
Piedras pulidas en la parte que va a servir de superficie de la calzada. Se
mantienen fijas por medio de la mezcla que las une.
6) Ladrillo
Piedras utilizadas principalmente en vías privadas por su vistosidad y colorido.
7) Huellas
Ante la falta de habilitación de una calzada, las huellas paralelas coincidentes con
las dimensiones de los ejes de los vehículos, facilitan el recorrido de vehículos.
8) Mixto
Cuando una pista tiene porciones de diferente material. Ejemplo cemento y asfalto.
3. EL VEHÍCULO
Es el artefacto construido por el hombre y que tiene como finalidad el transporte de personas y/o
cosas de un lugar a otro, sin importar el tipo de tracción que le dé movimiento ni el tipo de
superficie que utilice para su traslación.
Su clasificación se encuentra contenida en el Reglamento Nacional de Vehículos y las normas
que estandarizan la clasificación vehicular.

Anexo I del Reglamento Nacional de Vehículos y la Directiva Nº 002-2006-MTC/15 “Clasificación


vehicular y estandarización de características registrables vehiculares”, aprobada por Resolución
Directoral Nº 4848-2006-MTC/15 publicada el 24.08.2006, modificada por Resolución Directoral Nº 5634-
2006-MTC/15 publicada el 20.10.2006.

Categoría L
Vehículos automotores con menos de cuatro ruedas.
L1 Vehículos de dos ruedas, de hasta 50 cm3 y velocidad máxima de 50 km/h.
L2 Vehículos de tres ruedas, de hasta 50 cm3 y velocidad máxima de 50 km/h.
L3 Vehículos de dos ruedas, de más de 50 cm3 o velocidad mayor a 50 km/h.
L4 Vehículos de tres ruedas asimétricas al eje longitudinal del vehículo, de más de 50 cm3 o una
velocidad mayor de 50 km/h.
L5 Vehículos de tres ruedas simétricas al eje longitudinal del vehículo, de más de 50 cm3 o velocidad
mayor a 50 km/h y cuyo peso bruto vehicular no exceda de una tonelada.
Categoría M
Vehículos automotores de cuatro ruedas o más diseñados y construidos para el transporte de pasajeros.
M1 Vehículos de ocho asientos o menos, sin contar el asiento del conductor.
M2 Vehículos de más de ocho asientos, sin contar el asiento del conductor y peso bruto vehicular de
5 toneladas o menos.
M3 Vehículos de más de ocho asientos, sin contar el asiento del conductor y peso bruto vehicular de
más de 5 toneladas.
Los vehículos de las categorías M2 y M3, a su vez de acuerdo a la disposición de los pasajeros se
clasifican en:
Clase I Vehículos construidos con áreas para pasajeros de pie permitiendo el desplazamiento
frecuente de éstos.
Clase II Vehículos construidos principalmente para el transporte de pasajeros sentados y, también
diseñados para permitir el transporte de pasajeros de pie en el pasadizo y/o en un área
que no excede el espacio provisto para dos asientos dobles.
Clase III Vehículos construidos exclusivamente para el transporte de pasajeros sentados.

Categoría N
Vehículos automotores de cuatro ruedas o más diseñados y construidos para el transporte de mercancía.
N1 Vehículos de peso bruto vehicular de 3,5 toneladas o menos.
N2 Vehículos de peso bruto vehicular mayor a 3,5 toneladas hasta 12 toneladas.

N3 Vehículos de peso bruto vehicular mayor a 12 toneladas.


4. MEDIO AMBIENTE
Se considera que en todo accidente de tránsito intervienen los elementos Hombre, Vía y Vehículo,
y no siempre se tiene en cuenta las condiciones climatéricas.
En la casuística emergen accidentes ausentes de uno de los tres primeros elementos enunciados,
lo que no sucede con el ambiente, el que no solamente está siempre presente en todo accidente
sino que, inclusive, puede tener especial relevancia en el suceso.
Algunos de los fenómenos naturales que participan en el tránsito son: el aire, el viento, la nieve, el
granizo, la escarcha, la humedad, el rocío, el brillo solar la lluvia, la niebla, la neblina, el frío, el
calor, entre otros.

A. CLASIFICACIÓN DE LOS ACCIDENTES DE TRANSITO


1. ACCIDENTES DE TRANSITO SIMPLES
a. CHOQUE
1) Frontal.- Cuando el vehículo que colisiona lo hace con su parte anterior.
2) Angular.- Cuando el vehículo que impacta lo hace con cualquiera de sus vértices
(posterior o anterior).
3) Lateral.- Cuando el vehículo que impacta lo hace con cualquiera de sus lados
(derecho o izquierdo).
4) Posterior.- Cuando el vehículo que colisiona lo hace con su parte trasera.
b. VOLCADURA
1) Tonel.- Es el vuelco de un vehículo en traslación que gira sobre su eje de equilibrio
longitudinal.

2) Campana.- Es el vuelco de un vehículo en traslación que gira sobre su eje de


equilibrio transversal.

c. INCENDIO
(ver definición de términos)
d. DESPISTE
1) Parcial.- Cuando las ruedas del vehículo no pierden total contacto con la porción
circulable.
2) Total.- Cuando todas las ruedas del vehículo pierden contacto con la porción
circulable.

2. ACCIDENTES DE TRANSITO MÚLTIPLES


a. CHOQUES
1) Frontal.- Se configura en forma genérica, cuando las partes exteriores de ambos
vehículos entran en contacto entre sí. A su vez, el choque frontal puede ser:
a) Céntrico.- Cuando el eje longitudinal de los vehículos se alinean.

b) Excéntrico.- Cuando el eje longitudinal de los vehículos se alinean y puede


ser:
- Derecho
- Izquierdo.

2) Embiste.- Cuando el vehículo que colisiona lo hace con su parte frontal contra la
parte lateral del otro. Cuando el eje longitudinal del primer vehículo se alinea con el
eje transversal del otro, se le denomina choque en "T". Los choques por embiste
según el lado y la parte en que se producen pueden ser:
a) Lateral Derecho.- Cuando el vehículo que recibe el impacto lo hace por el
lado derecho.
b) Lateral izquierdo.- Cuando el vehículo impactado recibe al impactado por su
lado izquierdo.
Dependiendo del alineamiento o no de los ejes de equilibrio la nominación es de la
siguiente forma:
- Céntrico

- Excéntrico

3) Alcance.- Es la colisión que se produce entre dos vehículos en traslación, que


circulan en el mismo sentido, impactando con su parte frontal el que transita por
detrás, contra la parte posterior del que recorre por delante. Por la forma del
impacto, estos pueden ser:
- Céntrico

- Excéntrico (Derecho o Izquierdo).

4) Lateral.- Es la colisión que se produce entre dos vehículos en traslación, donde sus
partes laterales toman contactos entre sí. De acuerdo a la forma del impacto y
sentidos de circulación de los vehículos, pueden ser:
a) Positivo.- Cuando los vehículos circulan en sentido opuestos y sus partes
laterales entran en contacto en forma longitudinal.

b) Negativo.- Cuando los vehículos circulan en el mismo sentido y sus partes


laterales toman contacto entre sí en forma longitudinal.
c) Topetazo.- Cuando los vehículos circulan en el mismo sentido y sus partes
laterales toman contacto entre sí en forma transversal.

b. ATROPELLO
1) Con proyección.- Se configura cuando el vehículo impacta al peatón y lo proyecta
ya sea hacia adelante (sentido de circulación del vehículo) o hacia los lados (del
vehículo).

2) Con volteo.- Cuando el vehículo impacta al peatón y por la forma de la carrocería


aunada a la acción del peatón, lo eleva y éste cae sobre el vehículo, pudiendo rodar
hacia atrás o a los lados del mismo.

3) Con aplastamiento.- Esta clase de atropello se configura, cuando cualquiera de las


ruedas del vehículo pasan sobre cualquier parte del cuerpo del peatón.

4) Por compresión.- Esta clase se produce cuando un vehículo al impactar a un peatón


lo presiona en forma mecánica contra cualquier objeto que se encuentra
permanente o transitoriamente fijo en la vía.

5) Por arrastramiento.- Cuando un vehículo arrastra a un peatón al engancharse


cualquier parte, sea de su cuerpo o vestimenta, con alguna parte del vehículo.

6) Por encontronazo.- Cuando el peatón impacta contra el vehículo.


c. CAÍDA.- En este tipo de sucesos la caída se puede producir dentro o fuera del vehículo
pero siempre como consecuencia de la circulación.

3. ACCIDENTES DE TRANSITO MIXTOS


(ver definición de términos)
4. ACCIDENTES DE TRANSITO EN CADENA
(ver definición de términos)

LAS FASES DEL ACCIDENTE DE TRANSITO


Conocida como la cadena de eventos, expresa el desarrollo en etapas o fases que corresponden a una
serie de momentos que comienzan generalmente, con la percepción del riesgo y termina con la posición
final de las unidades de tránsito participantes.

1. FASE DE PERCEPCIÓN
Es cuando la persona mediante los órganos de los sentidos, aprecia, analiza, selecciona y valora
un peligro, con el fin de tomar una medida evasiva, considerando las circunstancias del momento
y lugar.

a. PERCEPCIÓN POSIBLE
Es el momento y lugar en que la persona como conductor, peatón u ocupante, debió o se
dio cuenta, a modo de advertencia del riesgo o situación anormal que podía culminar en un
accidente.

b. PERCEPCIÓN REAL
Es el momento y lugar en que la persona como unidad de tránsito, interpreta y valora el
riesgo que pueda concretarse o no en un accidente.

2. FASE DE DECISIÓN
Corresponde a la reacción del Elemento Hombre tratando de evadir la situación de conflicto,
desarrollando acciones y/o maniobras destinadas a eliminar los riesgos.

3. FASE DE CONFLICTO
Comprende el momento y espacio en que se llega a consumar el accidente. Solamente en los
choques y atropellos dentro del área de conflicto se produce las sub fases de Contacto Inicial, el
Máximo Enganche y en la mayoría de las veces el Desenganche, hasta que las Unidades de
Tránsito adoptan sus posiciones finales.
L ALCOHOL Y LA CIRCULACIÓN

Son diversos y numerosos los factores que pueden contribuir a la ocurrencia de un accidente de tránsito.
Dentro del contexto de los factores susceptibles de causar el siniestro, el alcohol, según todas las
estadísticas e indicios científicos, parece tener una especial relevancia, junto con la distracción, la velocidad
inadecuada y la fatiga. Es por ello que el conocimiento de todo lo relacionado con el consumo de bebidas
alcohólicas y la conducción es fundamental para lograr una mayor seguridad vial.

A. Breve apunto histórico sobre el alcohol

El uso y abuso de etanol se remonta a la antigüedad. En algunas pinturas rupestres paleolíticas como las de
la cueva de la Araña (Bicorp, Valencia, V milenio antes de Cristo) aparece ya la figura de una mujer
extrayendo miel de un enjambre de abejas. La miel, por fermentación originaba la hidromiel, que era una
bebida embriagadora.

En el Neolítico, el hombre aprendió a obtener cerveza a partir de la cebada. La cultura vitivinícola en los
puebles ribereños de la cuenca mediterránea ya es notoria a partir del II milenio antes de Cristo, tanto en el
antiguo Egipto como en las culturas griega y romana, el uso y abuso del vino era bien conocido y ya existen
algunos documentos que describen cuáles son sus efectos y de qué manera altera la conciencia.

En la época romana y en el Medioevo ya se empieza a considerar un problema la combinación del alcohol y


la conducción; prueba de ello son las leyes que dicta la reina Isabel la Católica, castigando duramente a los
conductores bebidos. No obstante, es en la revolución industrial cuando los accidentes derivados del
consumo de alcohol y las enfermedades producidas por su abuso empiezan a tener una envergadura
preocupante.

Durante todo el tiempo, los patrones de consumos se han modificado continuamente, pero al entrar en
escenario la motorización masiva de las sociedades, es cuando el alcohol desgraciadamente adopta un
papel preponderante y de exclusiva responsabilidad en gran porcentaje de los accidentes de tránsito, lo que
lo convierte en uno de los factores de riesgo a la hora de orientar las políticas de prevención de accidentes.

B. Descripción del alcohol y su consumo

El alcohol etílico o etanol responde a la fórmula CH3-CH2-OH, tratándose, pues, de una sustancia de bajo
peso molecular Pm=46. Es una sustancia líquida a temperatura ambiental, de elevada volatilidad y es
fuertemente hidrófila y en consecuencia lipófoba, es decir, insoluble en grasas.

El alcohol es una droga psicodepresora de carácter sedante hipnótico, cuyo origen es la fermentación
anaeróbica de los hidratos de carbono. La tecnología de la fermentación destruye sus propiedades dietéticas,
excepto la caloría (7,1 Klcal por gramo), y en su elaboración están permitidos más de 70 aditivos, por lo que
se puede considerar como una “sustancia no alimenticia adulterada”. Sin embargo, la tradición y la costumbre
pueden más que la realidad, y el alcohol sigue formando parte de nuestra dieta alimentaria, extendiéndose
su uso a muchas actividades. De hecho, en la historia de la humanidad, el alcohol ha sido una de las drogas
permitidas por casi todas las sociedades occidentales y su uso se encuentra tan insertado en nuestra vida
diaria, que en casi todas las celebraciones se encuentra presente como un “invitado especial e infaltable”.

Como se ha comentado anteriormente, la sustancia básica de las bebidas alcohólicas es el etanol o


alcohol etílico. Existen dos tipos de bebidas alcohólicas: las fermentadas y las destiladas. Las bebidas
fermentadas son las procedentes de frutos o cereales: uvas, manzanas, peras, cebada, etc. Por la acción de
ciertas sustancias microscópicas (levaduras), el azúcar que contienen se convierte en alcohol. Por ejemplo,
el vino es el producto resultante de la fermentación de las uvas frescas o del mosto. La cerveza se obtiene a
partir de la malta cervecera, procedente de la transformación de la cebada. Para conseguir el sabor amargo
se le añade lúpulo.
Las bebidas destiladas se consiguen eliminando, mediante calor, una parte del agua contenida en las
bebidas fermentadas. El principio básico de ésta reside en que el alcohol se evapora a 78 grados. Tienen,
por consiguiente, más cantidad de alcohol que las bebidas fermentadas. De entre las más conocidas
tenemos el brandy, que deriva de destilados del vino, criado en vasijas de roble o la ginebra que resulta de la
destilación de macerados de enebro y otros cereales, etc.

El porcentaje de alcohol que contiene una bebida es el grado alcohólico. Así, por ejemplo, cuando se dice
que el vino tiene 12 grados significa que el 12% de esa bebida es alcohol puro, o sea, que un litro de vino de
12 grados contiene 120 cc de alcohol. En las bebidas fermentadas el grado alcohólico oscila entre 4 grados
de la sidra, a los 5-6 de la cerveza, o los 12 o 20 grados de los diferentes tipos de vino. En cambio, en las
bebidas destiladas, la cantidad de alcohol suele oscilar alrededor de los 40-45 grados. Puede establecerse
cierta equivalencia entre el consumo de una jarra de cerveza de 380 ml, un vaso de vino de 180 ml, y una
copita de licor de 25 ml.

Lamentablemente, el consumo de alcohol se ve rodeado de una aureola de tópicos y creencias erróneas, en


la que, tal vez los consumidores de mayor abuso encuentran una buena justificación para continuar con este
nocivo hábito. En este contexto, es necesario hacer algunas precisiones de interés sobre el alcohol.
 No es un alimento.
 No aporta elementos nutritivos.
 No sirve para combatir el frío.
 No es un estimulante.
 No aumenta el apetito ni el crecimiento.
 No previene las enfermedades del corazón.
 No aumenta la potencia sexual.
 No incrementa la lactancia materna.

El abuso del alcohol lo convierte en una droga peligrosa, pese a que beber sea una costumbre socialmente
aceptada y forme parte de muchas relaciones personales. De hecho, todos sabemos que en la actualidad no
se puede entender parte de la dinámica social sin el alcohol; prueba de ello son las masivas campañas de
publicidad, la facilidad para su adquisición, los intereses económicos existentes, las fuertes costumbres de
uso, las modas en cuanto el tipo y forma de beber y en muchas ocasiones los escasos conocimientos sobre
sus efectos.

Algunos estudios revelan que los hombres beben cuatro veces más que las mujeres, pero en una sociedad
donde cada vez toma mayor protagonismo el rol de la mujer, el consumo de alcohol en este género se está
masificando, no obstante que históricamente las mujeres siempre estuvieron más apartadas del uso de
bebidas alcohólicas. El consumo de alcohol aumenta en las clases acomodadas y se bebe más en los fines
de semana y en pueblos pequeños más que en grandes ciudades. De igual forma, parece haber una relación
directa entre consumo de alcohol y de tabaco.

También es importante resaltar que los jóvenes (y otros sectores de la población) se acercan cada vez más al
denominado “modelo nórdico” de consumo de bebidas alcohólicas, modelo importante de conocer en el
ámbito de la seguridad vial y que se caracteriza por:

 Consumir compulsivamente alcohol, sobre todo los días festivos y fines de semana, especialmente en las
vísperas.
 Bajo consumo por las mañanas, alto consumo por las tardes y por las noches, en compañía de amigos y
conocidos.
 Aumento de la ingestión de bebidas destiladas y sobre todo de grandes dosis de cerveza, que se ha
convertido en la bebida predilecta en los estratos socio- económicos medio, siendo el consumo más
peligroso el referido a licores embotellados con preparaciones de alcohol y saborizantes artificiales a bajo
precio, que ha generado un consumo masivo entre la población, mayormente jóvenes que se inician en
su consumo, así como de aquellos de escasos recursos económicos.
 Incremento cada vez mayor del grupo de consumidores de edades muy bajas, así como de los
abstemios. Frente a estos últimos está el grupo de los bebedores excesivos que cada vez aumenta más
la cantidad que toma.

El consumo abusivo de alcohol produce numerosas alteraciones orgánicas, algunas de las cuales pueden ser
extremadamente peligrosas para la salud y otras pueden afectar de manera directa o indirecta a la
conducción. Entre ellas podríamos destacar las siguientes:

 Cerebro: Encefalopatías, degeneración difusa del tejido cerebral, hemorragias, etc.


 Embarazo: Puede producir en el feto anomalías craneofaciales, alteraciones de los músculos
esqueletales, deficiencias del crecimiento, anomalías cutáneas o enfermedades congénitas del corazón.
 Hígado: Puede traer consigo un aumento del volumen del hígado, hepatitis, degeneración adiposa y
atrofia del hígado, cirrosis y numerosas disfunciones hepáticas.
 Sexualidad: Impotencia y alteraciones en las glándulas sexuales.
 Corazón: Alteraciones del pulso cardiaco, miocardiopatía.
 Digestivo: Daño intestinal, gastritis y úlceras de estómago.
 Piel: Contribuye a que se tenga mayores infecciones y alteraciones en la piel.
 Intestino: Impide la absorción de diversas sustancias.
 Sangre: Reduce la producción de glóbulos rojos y enlentece la circulación.
 Páncreas: Inflamación y pequeñas hemorragias.

A su vez, el alcohol puede ser causa de importantes alteraciones psíquicas: deterioro intelectual, pérdida de
memoria, cambios en el estado de ánimo, degradación de la propia imagen, psicosis agudas con celos,
paranoias, alucinosis, etc.

ALCOHOL, SEGURIDAD VIAL Y ACCIDENTES DE TRÁNSITO

La presencia del alcohol como causa en los accidentes de tránsito ha preocupado desde hace mucho tiempo
a los más diversos investigadores, estando todos de acuerdo en destacar su importante contribución a la
siniestralidad. Y es que ha sido reiteradamente demostrado que la coincidencia de beber y conducir es causa
de un gran número de accidentes, de tal forma que si se dan los dos factores, la probabilidad de que se
produzca un siniestro es tan alta, que se podría hablar, más que de “accidentalidad”, de “predictibilidad”.

El alcohol multiplica notablemente el riesgo de accidente de tránsito, al modificar la aptitud y la actitud del
conductor y en general todas las capacidades psicofísicas que son necesarias para una conducción libre de
riesgos.

Además es necesario añadir que el accidente en que se encuentra implicado el alcohol es de resultados más
lesivos, debido en parte a la reducción de la respuesta al trauma (que incrementan el riesgo de sufrir lesiones
mortales), así como por las circunstancias que lo rodean: más velocidad, accidentes nocturnos, volcaduras,
etc.

Se une a todas estas variables un hecho ciertamente peligroso y sobre el que se ha reflexionado poco: la
ausencia en bastantes ocasiones de consecuencias funestas ante la conducta de beber, conducir y sufrir un
accidente. En efecto, cuando el conductor, por determinadas circunstancias transgrede la norma y se
conduce bajo los efectos del alcohol y no ocurre ninguna consecuencia desagradable, sino que por el
contrario alcanza metas “satisfactorias” sin accidentes o sanciones, su conducta se verá reforzada y se
producirá un proceso de disonancia cognitiva que con un cambio de actitudes hacia la aceptación del riesgo.
Dicho de otra manera, la conducta de conducir y beber, dado que no ha desembocado en nada negativo
(accidente o sanción) se instala en el comportamiento. Éste es un hecho importante que debería ser tenido
en cuenta a la hora de explicar por qué determinadas personas manejan vehículos bajo los efectos del
alcohol.
A. La alcoholemia y sus determinantes

La determinación de la impregnación etílica se realiza valorando la tasa de concentración de alcohol presente


en la sangre, o de alcoholemia. Es decir, el volumen de alcohol presente en la sangre, expresado éste en
gramos de alcohol por cada mil centímetros cúbicos de sangre o el equivalente en aire espirado.

1. VARIABLES QUE AFECTAN A LA ALCOHOLEMIA

La alcoholemia, sus efectos, la velocidad de difusión, la absorción y desaparición del alcohol, entre otros,
dependen de una serie de variables muy importantes de conocer y entre las que podríamos destacar las
siguientes:

a. La cantidad de alcohol ingerido

Lógicamente, a mayor cantidad de alcohol ingerido (sin tener en cuenta otras variables de las que se
hablará posteriormente), mayor será el grado de intoxicación alcohólica, dependiendo lógicamente de
la concentración alcohólica de la bebida

b. La rapidez con que se ingiera la bebida.

Cuanto más rápido se ingiera la bebida, mayor es la velocidad de difusión y la cantidad total de
alcohol que pasa a la sangre. Es decir, la ingesta rápida – especialmente con estómago vacío - de una
cantidad importante de etanol produce en condiciones normales una elevada alcoholemia de ascenso
rápido. La ingesta lenta, con el estómago lleno, produce una alcoholemia de ascenso más lento y
pueden no aparecer síntomas de intoxicación aguda, incluso con elevadas alcoholemias.

c. Las condiciones del alcohol que se toma

Algo muy importante y desconocido es el hecho de que el alcohol ingerido esté por ejemplo,
gasificado o caliente, en cuyo caso es posible que favorezca la rapidez de la alcoholemia, dado que
puede repercutir sobre la absorción por la posible dilatación de los capilares del estómago. Igualmente
y de manera contraria, el alcohol frío puede que retarde en alguna medida la velocidad de la
alcoholemia.

d. Tener el estómago vacío o lleno.

Narran las crónicas que fue la reina Isabel la Católica quien recomendó que en las posadas y paradas
de carruajes, cuando se tomara alcohol, se pusiera encima del vaso de bebida un plato de comida que
lo tapara (tapa) con el fin de que ello dilatara la velocidad de la alcoholemia. Sea cierto o no, la verdad
es que el principio es válido.

La rapidez de absorción depende del alcohol que llegue hasta el intestino delgado, de tal manera que
distintos aspectos como, por ejemplo, presencia de alimentos en el estómago – entre otros - influyen
en la velocidad de absorción. Es decir, la absorción es más lenta para la cerveza y vino que para
bebidas destiladas, y si se ingiere con alimentos.

En definitiva, cuando el tubo digestivo está vacío, la cantidad de alcohol que pasa a la sangre es
mayor y lo hace más rápidamente. Sin embargo, cuando el tubo digestivo contiene alimentos la
difusión del alcohol se verifica en menor cuantía y velocidad. De tener el estómago vacío a tenerlo
lleno, el tiempo de paso del alcohol a la sangre puede oscilar entre quince minutos y una hora
aproximadamente. Las grasas dificultan también la difusión del alcohol, haciéndola más lenta y en
menor cantidad. Por tanto, el ayuno enlentece la oxidación del etanol, mientras que la insulina, la
fructosa y los aminoácidos la favorecen.

e. La edad
La edad tiene también una considerable importancia en el tema de la alcoholemia y especialmente en
los efectos del alcohol sobre la persona. Diversos estudios refieren que las personas menores de 16-
18 años y los mayores de 65 años tienen peor defensa orgánica frente al alcohol y son, en general,
más sensibles a sus efectos, de manera que controlan peor los deterioros que este tóxico produce en
las capacidades psicofísicas necesarias para conducir.

En este contexto es necesario añadir, además, que a iguales cantidades de alcohol consumido, son
mayores sobre los efectos en los conductores con poca experiencia, ya que no tienen todavía
consolidada la actividad motriz y refleja que se adquiere con la experiencia dilatada. Además, esto
suele coincidir con el hecho de tratarse habitualmente de personas de menor edad a los que por lo
tanto se añadiría el problema comentado anteriormente.

f. La tolerancia al alcohol
El tema de la tolerancia al alcohol merece ser especialmente considerado. Consumir alcohol
frecuentemente hace que disminuyan sus efectos, aun siendo la cantidad ingerida la misma. El
sustrato anatómico y bioquímico del metabolismo del etanol en el organismo puede ser modificado,
produciendo su proliferación mediante la ingestión reiterada de alcohol, lo que da lugar a una
inducción enzimática. La consecuencia es que hay una aceleración y aumento del metabolismo del
alcohol, por lo que el individuo tolera en la sangre y en los tejidos dosis mayores que un sujeto normal.
Estos sujetos salen perjudicados al aplicar tasas de alcoholemia con carácter general. Esto explica por
qué en los conductores inexpertos y en los que beben con poca frecuencia, el aumento del riesgo de
accidente comienza con unos niveles mucho más bajos, mientras que para los que beben de manera
habitual son necesarios generalmente niveles más elevados.

g. El sexo de la persona
En condiciones normales de peso y edad y con el mismo nivel de alcohol ingerido, las mujeres pueden
presentar tasas más elevadas de alcoholemia. Al explicar la fórmula de la alcoholemia aludíamos al
factor de reducción y oscila entre 0,60-0,76 para el hombre y 0,50-0,60 para la mujer, pudiéndose
situar el término medio en 0,68 y 0,55, respectivamente.

La concentración en los tejidos de una cantidad de alcohol determinada, dependerá –entre otras
variables como el peso- de la proporción de tejido adiposo de la persona, puesto que al no repartirse
prácticamente el alcohol en él si es abundante, el alcohol deberá distribuirse en mayor cantidad en el
resto de los tejidos. Esta es una de las razones por la que las mujeres alcanzan mayores
concentraciones de alcohol en la sangre que el hombre, a igualdad de los demás factores.

Lo mismo ocurre con el agua que tiene el organismo. Una vez en el torrente circulatorio y a través de
éste, el alcohol se reparte por el organismo, distribuyéndose por los tejidos proporcionalmente al
contenido de agua en éstos. Las mujeres tienen aproximadamente entre 0,5-0,6 litros de agua por kilo
de peso; los hombres, entre 0,6-0,7. Por este motivo, con la misma cantidad de alcohol ingerido, en
los varones se produce una menor concentración de etanol.

En este punto es necesario resaltar también que aunque el hígado sea el principal lugar en donde se
produce el metabolismo del alcohol, ocurre un fenómeno de primer paso en el estómago. A nivel de la
mucosa gástrica, la actividad de la enzima alcohol deshidrogenasa es menor en las mujeres que en
los hombres, lo cual explica también por qué en las mujeres se alcanzan mayores niveles de alcohol
en sangre que en los hombres, a igualdad de peso, cuando se ingieren las mismas cantidades de
alcohol.

h. El peso de la persona
Con la misma cantidad de alcohol y a igualdad de condiciones, su distribución y concentración es
diferente en una persona gruesa que en una delgada, algo que se contemplaba también en la fórmula
de la alcoholemia. En realidad, la cuestión es bastante simple y lógica: a mayor peso habrá mayor
cantidad de tejido donde repartir el alcohol y por lo tanto su concentración será menor y al contrario.
Es en definitiva un problema relacionado con el volumen de masa disponible para la distribución del
alcohol.

i. La hora del día


El sujeto tiene unos ciclos en su actividad biológica, que varían sensiblemente de la noche al día o de
la mañana a la tarde. Por el día – en general, todos los mecanismos biológicos están más activos que
por la noche. Por ejemplo, una persona que haya bebido seis cubas libres y se acueste a dormir ocho
horas se levantará con un índice de alcoholemia muy superior al que tendría durante el día (estando
activo también ocho horas. Ello es debido a la lentificación que se produce en la metabolización del
alcohol durante el sueño.

j. Las circunstancias personales


Todo aquello que de alguna manera sobrecargue al organismo de forma importante puede tener
incidencia sobre la alcoholemia y sus efectos. El cansancio excesivo, una dura jornada laboral, la
menstruación, no haber dormido adecuadamente, tener alguna enfermedad, la tensión nerviosa y el
estrés, al estar tomando medicación, el tomar demasiado café o fumar en exceso, inciden en la
intoxicación del organismo.

2. LA METABOLIZACIÓN DEL ALCOHOL Y LA CURVA DE LA ALCOHOLEMIA.

La intensidad de la alcoholemia varía en el tiempo como resultado de los procesos de absorción,


distribución y eliminación por parte del cuerpo. El alcohol, una vez ingerido, puede ser absorbido a lo largo
de todo el tracto gastrointestinal desde la boca hasta el recto; no obstante, la absorción se lleva a cabo
mayormente a través del estómago, intestino delgado, duodeno y yeyuno, detectándose en la sangre a
unos cinco minutos de ingerido. Alcanza su máximo nivel plasmático entre los 30 y los 90 minutos,
atraviesa con facilidad la barrera hematoencefálica y pasa al líquido cefalorraquídeo.

La rapidez de absorción depende del alcohol que llegue hasta el intestino delgado, de tal manera que
distintos aspectos ya comentados como, por ejemplo, la presencia de alimentos en el estómago, la
velocidad de ingestión, cantidad de alcohol ingerida y característica de la bebida consumida influyen en la
velocidad de absorción.

Cuando el tubo digestivo está vacío – como se ha dicho anteriormente, el volumen de alcohol que pasa a
la sangre es muy alto y llega muy rápidamente, pudiendo oscilar entre quince minutos (con el estómago
vacío) y una hora aproximadamente (con el estómago lleno).

Cuando el alcohol llega a la sangre se reparte por todo el organismo, por los tejidos según el contenido de
agua que se tenga. Así la mayor proporción de alcohol se encuentra en la sangre y el cerebro y la menor
estará en los tejidos óseos y adiposos.

Es necesario precisar que el proceso de oxidación del etanol reúne una serie de características
destacables, que si bien no puede ser considerado como un patrón, por existir variables que podrían
modificar los resultados, es importante conocerlo:

 Se ha calculado que, por norma general, cada hora se metabolizan entre 0,1 y 0,2 cc por litro,
estableciéndose el término medio en 0,15 cc por litro, lo que equivale a 0,12 g/l. Es decir, la tasa de
alcoholemia descenderá, teniendo en cuenta las variaciones individuales en 0,12 g/l cada hora
aproximadamente.
 La velocidad de oxidación no se modifica por la cantidad de alcohol ingerido. Se verifica, para cada
persona y situación, a una velocidad constante, esto es, siempre se oxida una misma cantidad de
alcohol por unidad de tiempo. Aunque hay variaciones individuales, por término medio no son muy
importantes.
 En caso de fallecimiento la oxidación se interrumpe y pese a las complicaciones que existen, se
puede determinar la concentración de alcohol que había en el momento de la muerte, incluso varias
horas después del fallecimiento.
Para estudiar las variaciones en la concentración de alcohol en sangre a lo largo del tiempo se utiliza la
curva de alcoholemia, que nos da una idea aproximada de cuál es el tiempo prudencial que se necesita
para conducir un vehículo, después de haber ingerido una determinada cantidad de alcohol.

Una curva típica de alcoholemia tiene tres fases claramente diferenciadas:


a. Fase de intoxicación o fase ascendente: consecutiva a la ingestión fuertemente ascendente por la
rápida difusión del alcohol en la sangre.
b. Fase de equilibrio (meseta): muestra un vértice o meseta que se corresponde con la máxima
concentración de alcohol en sangre. Representa el equilibrio entre la difusión y la desaparición del
alcohol.
c. Fase de desintoxicación o fase descendente: es una recta lentamente descendente que muestra la
velocidad constante de desaparición del alcohol, una vez que éste se ha repartido por todo el
organismo.

Como ya se vio anteriormente, el ingreso, distribución y desaparición del alcohol de la sangre puede verse
influenciado por múltiples circunstancias y estas variaciones lógicamente se reflejarán en la curva de
alcoholemia.

3. LA MEDICIÓN DE LA ALCOHOLEMIA

a. La medición mediante aire espirado

Realizar un análisis de sangre a un conductor o usuario de la vía para determinar su nivel de


alcoholemia puede plantear diversos problemas: extracción adecuada, necesidad de personal
especializado, almacenamiento de la sangre, traslado y conservación de la misma, carestía de la
analítica, tiempo de obtención de resultados, etc., por lo que se han desarrollado métodos más
sencillos e igualmente fiables, entre los que está el del aire espirado.

El método del aire espirado se basa en el hecho de que el alcohol se elimina por vía respiratoria y que
su concentración en aproximadamente dos litros de aire espirado equivale a la que existe en un
centímetro cúbico de sangre. Es necesario tener en cuenta que esta transformación y medición es
posible porque el alcohol etílico es una sustancia volátil y pasa con facilidad del estado de disolución
en la sangre al de volatilización en los alvéolos pulmonares.

Para la determinación de la alcoholemia en el aire espirado, los actuales alcoholímetros utilizan un


proceso basado en las propiedades combustibles del alcohol. El proceso es muy sencillo: el alcohol
que se encuentra en el aire pasa por una célulafuel o de ignición donde el alcohol entra en combustión
la energía genera este proceso, transformándose en electricidad que se refleja en una pantalla
numérica en el que ya se indica la cantidad de alcohol encontrada, en miligramos de alcohol por litro
de aire espirado, con lo que se puede hacer una equivalencia en sangre.

En cuanto al análisis de la alcoholemia mediante orina, es un método que se ha desechado bastante,


ya que a los problemas logísticos que plantea, como en el caso de la extracción de sangre
(almacenamiento, traslado, conservación, etc.), se añade el hecho de que la cantidad de alcohol que
se puede detectar en la orina puede estar alterada y enmascarada por múltiples circunstancias y no
necesariamente guardar una relación directa y fiable con el nivel de alcohol en sangre.

b. La medición mediante extracción de sangre

La técnica más antigua para la determinación de la alcoholemia en sangre se basaba en la volatilidad


del alcohol y su capacidad reductora, realizándose la destilación para recoger el alcohol que se
encontraba en la muestra.

Dentro de los múltiples métodos actuales se pueden diferenciar dos grupos:

1) Los métodos específicos, que son aquellos que se basan en las propiedades características del
alcohol etílico, siendo estos:
a) Métodos CROMATOGRÁFICOS. Métodos físicos basados en la separación de las distintas
sustancias de una mezcla al atravesar un determinado medio. Pueden ser en papel, en capa
fina, líquida o de gases (éste es uno de los más eficaces, aunque resulta muy costoso).
b) Métodos ESPECTROFOTOMÉTRICOS. Se trata de métodos físicos basados en la emisión o
absorción de determinadas longitudes de onda del espectro que son específicas para cada
tipo de sustancia.
c) Método de ALCOHOLDEHIDROGENASA, método biológico por el cual el alcohol es
metabolizado por enzimas específicos, sin existir interferencias de otras sustancias. La
cantidad final de alcoholemia se mide por espectrofotometría de visible ultravioleta. Se trata de
un método muy perfecto aunque caro, ya que los enzimas, al perder actividad con el tiempo,
deben renovarse y es necesario el uso del espectrofotómetro y otros materiales de laboratorio.

2) Los métodos basados en reacciones de oxidación-reducción, en los que básicamente se utiliza el


poder reductor que tiene el alcohol etílico. Son inespecíficos y existen varios sistemas, entre los
que destacan los siguientes:
a) Método de NICLOUX, que consiste en eliminar las posibles sustancias presentes en la sangre
y que pudieran falsear la evaluación final. Para ello se llevan a cabo tres destilaciones de la
muestra, previas a la obtención de los datos definitivos sobre la tasa de alcohol. Los
resultados obtenidos corresponden fielmente al nivel de alcoholemia. El problema de este
método es que precisa mucho tiempo, hay que tener el equipo apropiado para la destilación y
requiere la extracción de una gran cantidad de sangre.
b) Método de WIDMARK, que consiste básicamente en una reacción de óxido-reducción a base
de hiposulfito, el cual se gasta al oxidar el alcohol contenido en la muestra. La tasa de
alcoholemia está en función del hiposulfito gastado. Es un método sencillo que puede hacerse
en cualquier sitio pero tiene el inconveniente de que el hiposulfito es una sustancia muy
inestable y debe prepararse en cada análisis o determinación de alcoholemia.
c) Método de CAVET. Es similar al modelo anterior; basado en la oxidación del alcohol, pero
usando dicromato. Contando con el dicromato de la pureza adecuada, se hacen fácilmente los
análisis en cualquier pequeño laboratorio, aunque este método tiene la posibilidad teórica de
que otras sustancias presentes eventualmente en la sangre den lugar a un gasto adicional de
dicromato que elevaría el resultado final de alcohol en sangre, con lo que ello significa para la
calidad de la medición.

En relación con los distintos métodos, es muy importante poner de manifiesto que hay que
procurar que tanto la determinación como la valoración de la alcoholemia sean fiables. La
fiabilidad de los procedimientos de análisis dependerá de la metodología, control de
calidad e instrumentación utilizada. Los equipos empleados en las pruebas en sangre y
especialmente en el aire espirado deben corresponder a criterios establecidos de
homologación, y deberá quedar constancia de que las pruebas se han realizado
correctamente. La valoración de los resultados es especialmente importante cuando
aquellos están muy próximos de la tasa legal, cuando el cálculo retrospectivo puede ser el
determinante de la conclusión, o cuando la autoridad y el conductor discrepen sobre las
conclusiones.

4. Las pruebas complementarias. El diagnóstico clínico

Con el fin de complementar las pruebas de alcoholemia, bien por aire espirado, bien por extracción de
sangre, se pueden hacer: pruebas u observaciones adicionales que establezcan de entrada o
posteriormente la existencia de una intoxicación por haber ingerido alcohol.

Entre la sintomatología externa más común que puede aparecer tras la intoxicación alcohólica y que
puede servir en un principio de gran orientación y ayuda para descubrir si se ha ingerido alguna bebida
alcohólica estaría la siguiente:
a. Síntomas a nivel ocular: Irritación conjuntival (ojos enrojecidos); alteraciones pupilares (pupilas
dilatadas, contraídas o de distinto tamaño); nistagmus (oscilación de los globos oculares en dirección
variable horizontal, vertical, diagonal o circular); reflejo pupilar torpe (las pupilas necesitan mucha luz
para contraerse o lo hacen lentamente).
b. Irregularidades y alteraciones respiratorias: Dificultades para respirar sobre todo si se hace un
esfuerzo, aparición de hipo y en casos extremos existe una fuerte alteración respiratoria.
c. Conductas anómalas como: irritación, ganas de polemizar con facilidad, insolencia, indiferencia,
fuerte excitación, especial tendencia a la discusión, somnolencia, alteraciones de la memoria,
confusión de hechos recientes, desorientación espacio temporal, etc.
d. Síntomas externos como: irregularidades en la vestimenta, olor a alcohol en la ropa o cuando se
habla, vómitos, etc.
e. Alteraciones de la motricidad y coordinación: marcha oscilante y tambaleante, caídas, dificultades
para darse la vuelta, dificultades para coger objetos, problemas para realizar tareas complejas
motrices como ponerse la ropa, etc.
f. Síntomas en el habla y la boca: boca seca y pastosa o salivación excesiva (sialorrea), titubeos,
tartamudeos, habla ininteligible, etc.

Existe una amplia variedad de pruebas muy sencillas, valuadas por nuestra actual legislación, que son
complementarias de las observaciones anteriores y pueden servir como indicios para determinar que
un conductor o usuario de la vía presumiblemente está bajo los efectos de alguna bebida alcohólica:

 Tocarse la punta de la nariz con los dedos índices con los ojos cerrados.
 Extender los brazos hacia delante mostrando los dorsos y las palmas de la mano.
 Detectar algunos signos en los ojos: exploración del nistagmo, siguiendo con los ojos un punto
fijo.
 Hacer caminar sobre una raya recta de 10 metros juntando el talón con la punta del otro pie.
 Ver si el conductor se mantiene en pie con los ojos cerrados durante 15 segundos, etc.

Finalmente, es necesario poner de manifiesto que existe toda una serie de mitos y concepciones
populares, respecto de algunos “trucos” que se pueden utilizar para alterar las pruebas de alcoholemia,
especialmente si estamos hablando de mediciones con alcoholímetros. Entre estos falsos mitos destacan
los siguientes:

 El hacer ejercicio ayuda a rebajar los niveles de la alcoholemia.


 Tomar menta o cualquier otro tipo de hierba.
 Masticar un grano de café.
 Beber algo de aceite.
 Fumar abundantemente.
 Ponerse determinados tipos de sustancias con spray en la boca.
 Beber gran cantidad de agua después de haber ingerido alcohol.
 Tomar caramelos o cualquier otro producto con azúcar, etcétera

B. Efectos del alcohol sobre las capacidades psicofísicas del conductor

El alcohol produce múltiples alteraciones en casi todas las capacidades psicofísicas de los conductores,
alteraciones que deterioran seriamente la precisión que es necesaria para manejar un vehículo sin riesgos.

Pese a la creencia popular y contrariamente a lo expresado en la normatividad, el alcohol resulta peligroso


para la seguridad vial consumido en tasas bajas (0,3 g/l – 0,5 g/l), ya que en ese caso el conductor no suele
tener objetivamente conciencia del peligro y por lo tanto no adopta las precauciones necesarias y sube su
nivel de tolerancia al riesgo. No obstante, con tasas más altas se incrementan las posibilidades de sufrir un
accidente.

En definitiva el consumo de alcohol tiene repercusiones en el comportamiento del conductor, al infravalorar


los efectos que el alcohol tiene sobre su capacidad de rendimiento al volante, esto se presenta
principalmente en los jóvenes y sobre todo cuando van acompañados de otras personas.

El conductor que está bajo los efectos del alcohol suele tener una falsa seguridad en sí mismo e incluso en
ocasiones un sentimiento subjetivo de creer que tiene una mejor capacidad para conducir aumentando la
tolerancia al riesgo, lo que le lleva a tomar decisiones más peligrosas a lo habitual.

El alcohol disminuye también el sentido de la responsabilidad y la prudencia mientras que aumenta las
conductas impulsivas, agresivas y descorteses, por lo que es más fácil involucrarse en situaciones agresivas
con el resto de los usuarios de las vías.
DROGAS Y CONDUCCION

Actualmente no se dispone de información valedera respecto del impacto en la siniestralidad por el consumo de
otras drogas o sustancias, fundamentalmente motivado por la dificultad de medición y por tanto de su registro y
parámetros. En todo caso, cualquier droga legal e ilegal, diferente al alcohol deteriora la capacidad de conducir,
incluso de cantidades moderadas e incrementan el riesgo de accidente.

A. Breve apunte sobre las drogas

Seguramente, el hombre de la antigüedad debió quedarse sorprendido al notar que las palomas picoteaban
las semillas de ciertas plantas con particular interés, o que los jabalíes y los gorilas desenterraban y comían
las raíces de un arbusto africano para después brincar frenéticamente a su alrededor.

El contacto del hombre con sustancias que actúan sobre las emociones, la percepción o el estado de ánimo
es, probablemente, tan antiguo como la humanidad misma. Los nombres dados a algunas plantas dejan ver
el buen conocimiento que se tenía de sus efectos: a la amapola se le llamó “la planta de la alegría”, al alcohol
el “elixir de los dioses” y a la planta de la marihuana “el dulce de las palomas”.

No obstante, el descubrimiento de los principios activos de las drogas, y su utilización no terapéutica, inicia a
partir del siglo pasado una escalada imparable en la masificación del uso y abuso de las drogas.

Según la OMS, “droga” es toda sustancia que, introducida en el organismo por cualquier vía de
administración produce una alteración de algún modo, del natural funcionamiento del sistema nervioso central
del individuo y es, además, susceptible de crear dependencia, ya sea psicológica o física. Así, se trata de
productos que producen alteraciones tanto en el ámbito cognitivo, como afectivo y comportamental, viéndose
afectados, por ejemplo, el nivel de activación, la percepción y la atención, el estado de conciencia, el estado
afectivo, etc.

Las drogas o medicamentos tienen un límite que se denomina margen de seguridad, en el cual puede pasar
de tener un efecto terapéutico a ser letal. La aspirina, por ejemplo, puede ser mortal para los adultos a partir
de tres gramos, la quinina, a partir de bastante menos y el cianuro de potasio desde una décima de gramo.
Los hipnóticos, pueden ser tan peligrosos que de hecho constituyen una de las formas más frecuentes de
suicidio.

Las drogas general efectos cada vez menos intensos si se mantiene el consumo de la misma dosis, lo que
hace que el enfermo tenga que aumentar progresivamente la dosis. A este hecho se le denomina tolerancia.
Los farmacólogos de principio de siglo entendían que la familiaridad quita su aguijón al veneno. Es decir,
cuando se consume una droga de forma regular, el organismo se va adaptando progresivamente a la misma,
de tal modo que los efectos que originariamente se experimentaban al consumir esa droga terminarán por
desaparecer. Cuando esto ocurre, el organismo necesitará cantidades mayores de esa misma droga para
obtener los efectos que antes conseguía con dosis más pequeñas. Con el aumento de la tolerancia se puede
ir escalando desde el uso hacia el abuso para llegar posiblemente a la dependencia.

Si se carece de la droga se produce el síndrome de abstinencia, estado que da lugar a importantes


alteraciones psico fisiológicas. La gravedad del síndrome depende del tipo de droga, pero se puede afirmar
que aquellas que son capaces de generar una dependencia física con mayor rapidez son las que provocan
síndromes más intensos. Finalmente, se puede decir que existe drogo-dependencia cuando después de una
etapa de consumo del tóxico se tiene un fuerte impulso a tomarlo en forma continua o periódica, con el fin de
experimentar su acción o para evitar los efectos de su privación.

B. Clasificación de las drogas psicoactivas

Las drogas psicoactivas se pueden clasificar con arreglo a muy distintos criterios.
1. Depresoras o Psicolépticas
Son aquellas que al ser consumidas producen depresión de las funciones psíquicas y biológicas. Esto no
significa que produzcan tristeza o estados psíquicos de depresión, sino un retardo o disminución de los
impulsos. Actúan, pues, sobre el Sistema Nervioso Central disminuyendo la activación. Dentro de este
grupo estarían drogas como el alcohol, los opiáceos (morfina, codeína, heroína, metadona o pentazocina,
entre otras), los hipnóticos y sedantes (barbitúricos y no barbitúricos). Generalizando se podría decir que
estas drogas producen como efectos principales sedación, relajación y sensación de bienestar.

Respecto de su repercusión para la seguridad en la conducción, hay que resaltar que al menos afectan a
la atención, a la percepción visual y a la capacidad de identificación de estímulos, necesarias para una
conducción sin riesgos. Su marcado carácter desinhibido, junto con la relajación, se traduce en un
enlentecimiento en el procesamiento de la información y de las respuestas del sujeto cuando maneja un
vehículo.

2. Estimulantes o Psicoanalépticas

Son sustancias cuyo efecto es el de la estimulación y que producen un estado de excitación o


aceleramiento de las funciones psíquicas o biológicas. Actúan, pues, sobre el Sistema Nervioso Central
aumentando la activación, como es el caso de las anfetaminas y derivados, la cocaína, las xantinas (té,
café) y las drogas de diseño como el éxtasis.

Los efectos que producen de euforia, alerta intensificada e hiperactividad provocan en el individuo una
tendencia a sentirse especialmente capaz para la conducción. Otras consecuencias de significada
gravedad para el manejo de vehículos son la disminución de la sensación de fatiga, el exceso de
confianza y la disminución de la capacidad para tomar decisiones y valorar los riesgos, lo que suele
desembocar en unas conductas de riesgo muy peligrosas.

3. Alucinógenas o Psicodislépticas

Son aquellas drogas que pueden alterar notablemente la percepción, provocando en el sujeto distintas
distorsiones perceptivas, ilusiones y alucinaciones de intensidad variable. En este grupo se incluirían,
entre otras, drogas como el cannabis y sus derivados (marihuana, hachís y aceite de hachís), los
alucinógenos (LSD, psilocibina, mescalina y peyote), los inhalantes (disolventes, colas, pegamentos,
ciertos sprays y aerosoles, etc.), y ciertos tipos de fármacos (antidepresivos, corticosteroides,
anticolinérgicos, betabloqueantes, etc.).

Las drogas psicodislépticas se caracterizan en general por sus fuertes efectos en el Sistema Nervioso
Central, produciendo una desviación del tono psicológico más que un incremento o disminución del
mismo, y tienen una serie de características comunes:
 Pequeñas dosis producen grandes efectos.
 Predominan los cambios en el pensamiento, percepción y humor en comparación con otros efectos.
 Su rasgo más característico es su influencia en la percepción de los colores.
 Se tiene conocimiento de estar bajo los efectos de la droga, es decir, se mantiene la objetividad en
cuanto a la separación entre el mundo interno-externo en el sujeto que los consume.

Estas drogas producen fuertes estados de desorientación témporo-espacial que, junto con las
sensaciones subjetivas de bienestar, relajación y perturbación, provocan una disminución de la reacción
ante los estímulos generando distracciones de todo tipo. Sus consecuencias negativas para la conducción
radican en los estados alterados de conciencia, las alteraciones perceptivas, las dificultades para fijar la
atención y una notable disminución de los reflejos y de la coordinación motriz en general.

C. Implicancia del consumo de drogas en la conducción y la seguridad vial

El consumo de drogas afecta significativamente a la conducción, y lo hace de diversas maneras. Los efectos
que tendrán las drogas en el conductor, tanto en el ámbito físico como del comportamiento, depende de todo
un complejo conjunto de variables, de entre las que se podrían destacar: la cantidad y la calidad de tóxico,
que se ha ingerido, la edad y el estado psicofísico general del individuo, las posibles mezclas simultáneas o
cíclicas con otros productos, el tiempo de toma de la sustancia, el estado psicológico en el momento de la
ingesta, la vía de ingestión y el proceso metabolizador y el tipo de sustancia o droga de que se trate.

En cualquier caso, veamos detenidamente algunas de las drogas de uso más frecuente y sus posibles
efectos sobre el que maneja un vehículo.

SUSTANCIAS EFECTOS CONSECUENCIAS PARA LA


CONDUCCION
Depresoras del sistema Psicolépticos
Nervioso Central
Opiáceos  Relajación  Error en la toma de decisiones.
 Morfina  Sedación  Alteración en la capacidad de
 Codeína  Sensación de identificación.
 Heroína bienestar  Percepción visual deficiente
 Metadona  Enlentecimiento en el
 Pentazocina procesamiento de la información

Alcohol
Hipnóticos y sedantes
Estimulantes del Sistema Psicoanalépticas
Nervioso Central
Anfetaminas y derivados  Euforia  Sobrevaloración de las propias
anfetamínicos  Estimulación capacidades.
excesiva
Cocaína y “crack”

Xantinas
 Té
 Café
Drogas de diseño
Perturbadoras del Sistema Psicodislépsicas o psicomiméticas
Nervioso Central
Depresoras derivadas del  Distorsiones  Dificultad para fijar la atención
cannabis perceptivas  Alteración de la coordinación
 Ilusiones motora
Alucinógenos  Alucinaciones  Trastornos de la personalidad
 LSD  Relajación  Disminución de los reflejos
 Mescalina  Euforia
Nicotina
 Disolventes
 Colas
Otros fármacos
(antidepresivos,
corticosteroides,
anticolinérgicos,
butabloqueantes, etc.)

D. Clasificación, efectos y consecuencias del abuso de drogas más comunes.

1. El Opio
El opio figuró durante siglos entre los ingredientes habituales de todo tipo de preparados medicinales. El
opio se obtiene del fruto maduro de la adormidera Papaver somniferum. Cuando las semillas están
todavía inmaduras, en la cápsula de esta planta se practican incisiones por las que rezuma un látex
blanco que al contacto con el aire se vuelve marrón y consistente. Una vez fermentado y refinado se
puede fumar o ingerir.

Históricamente ha sido ésta una de las drogas más usadas –poco actualmente- por sus propiedades
analgésicas y sedantes. Aunque el opio no deteriora al organismo tan rápidamente como otras drogas, es
un tóxico que genera una fuerte dependencia.

Esta droga produce un estado similar a la embriaguez y efecto euforizante, que puede llevar a una menor
apreciación del riesgo, alteración de la percepción y cierta somnolencia, con disminución de la capacidad
para reaccionar ante los estímulos aversivos. Finalmente, es necesario advertir que al principio del
consumo de esta droga, si hay movilidad después de haberla fumado, pueden aparecer incluso mareos,
náuseas y vómitos, que lógicamente dificultan de manera notable el manejo de un vehículo.

Los posibles efectos inmediatos producidos por los opiáceos son analgesia, braquicardia, hipotensión,
sedación y sensación de bienestar, arritmias, vasodilatación periférica, depresión respiratoria –que llega al
coma en casos de sobredosis -, náuseas y vómitos. Todos estos efectos, lógicamente, pueden dificultar
de manera notable el manejo de un vehículo. Es importante destacar también que entre los efectos
adversos en la conducción se encuentra la rigidez muscular que producen.

En los casos de consumo regular de opiáceos habría que añadir a lo ya dicho que las capacidades del
conductor drogodependiente pueden verse notoriamente deterioradas por los efectos crónicos del
consumo habitual, tales como infecciones, estreñimiento, malestar generalizado, por citar sólo algunos
ejemplos. Asimismo, la irritabilidad, ansiedad, malestar, escalofríos, calambres y temblores, pánico, y la
tendencia compulsiva a la administración de la droga, entre otros síntomas (fiebre, náuseas, lagrimeo,
mocos, bostezos, pérdida del apetito) que componen el síndrome de abstinencia de estas sustancias
dificultan gravemente, e incluso impiden en muchos casos, desarrollar las tareas exigidas por la
conducción.

2. La Morfina
Es un alcaloide del opio, generalizado como medicamento analgésico en la Guerra Civil Norteamericana,
pasó a ser sustituida posteriormente por la heroína y la cocaína. La morfina es uno de los estupefacientes
más violentos. Una vez introducida en el organismo pasa fácilmente a la sangre y a los tejidos, creando
rápidamente tolerancia y dependencia.

Los posibles efectos dan lugar a la aparición de somnolencia (morfina viene del griego Morfeo, dios de los
sueños), disminuye las funciones sensoriales –vitales para conducir -, puede alterar la vista por su acción
sobre el músculo liso de la pupila, rebaja la capacidad de respuesta, aumentando por el contrario el
tiempo de reacción y deteriora de manera notable las posibilidades de prestar atención y dificulta la
concentración entre otros peligrosos efectos.

3. La Heroína
Se trata de una sustancia semi-sintética derivada de la morfina (diacetilmorfina), pero que tiene una
acción más rápida y poderosa que ésta. Se administra por inyección endovenosa y raramente por
inspiración nasal. Esta droga genera rápidamente una fuerte adicción y dependencia; de hecho, en pocas
semanas puede producir en el consumidor el síndrome de abstinencia.

Las posibles repercusiones se dan en un primer momento por un intenso shock y puede incluso tener una
acción convulsiva, con aparición de calambres. Aunque no tiene los efectos hipnóticos de la morfina,
facilita por el contrario las conductas arriesgadas y violentas, sobre todo cuando aparece el síndrome de
abstinencia. La heroína repercute también negativamente en la visión –por contracción de la pupila -, a la
vez que altera la reactivación del conductor. En todo caso, manejar un vehículo bajo los efectos de la
heroína es bastante difícil y altamente peligroso, con posibilidad casi segura de sufrir un accidente de
tránsito.
4. El Tabaco
El tabaco habitualmente es calificado de droga menor. Fumar, no sólo tiene graves consecuencias para la
salud, sino que también puede ser peligroso para la conducción. En el humo de los cigarrillos existen más
de 3,000 sustancias, de las que se conocen unas 1,500. De entre ellas, la nicotina –alcaloide que crea
dependencia -, el monóxido de carbono y el alquitrán, son las que más afectan a las capacidades
psicofísicas del conductor.

El tabaco es especialmente peligroso cuando se conduce porque, disminuye los reflejos y la capacidad de
reacción y por tanto repercute negativamente en la atención y en la toma de decisiones. El humo de los
cigarrillos irrita los ojos y contribuye al cansancio ocular del conductor, pudiendo incluso llegar a producir
una reducción en la visión. Con independencia de esto, cuando se conduce, el solo encender un cigarrillo
o simplemente mantener uno entre los dedos, puede interferir en situaciones cruciales para las exigencias
de una conducción atenta y segura, siendo causa muy frecuente de distracciones.

5. Las Xantinas
Las xantinas son un producto con gran tradición histórica, conocidas y utilizadas desde tiempos muy
remotos. Los tres principales alcaloides, la cafeína, la teofilina y la teobromina, se encuentran
respectivamente en el café, las hojas de té y el cacao, cuyo uso es casi tan antiguo como la humanidad.

En principio, y debido a su escasa capacidad para producir trastornos del comportamiento, estas
sustancias tienen una menor importancia en relación con la seguridad. No obstante, en determinadas
circunstancias, su consumo puede producir irritabilidad e insomnio o enmascarar los efectos de la fatiga,
entre otras alteraciones. Por otra parte, también puede producirse, tras un consumo masivo de xantinas,
un “efecto rebote” que puede sorprender al conductor.

6. La Cocaína

La cocaína es el principal alcaloide que se extrae de las hojas de coca. Durante siglos los indios
americanos han masticado las hojas de la planta, bien en ceremonias religiosas o para aliviar el hambre y
el cansancio provocado por trabajar en las altitudes. Las hojas de coca sólo mantienen una pureza entre
el 0,5 y el 0,7 % de cocaína, de manera que masticada, o en infusión no produce problemas con esta
forma de consumo.

Los efectos sistémicos de la cocaína incluyen un aumento de la contracción cardiaca, aumento de la


presión arterial y tasa cardiaca, dilatación de las pupilas, vasoconstricción periférica, aumento de la
temperatura corporal, relajación de la musculatura bronquial, y aumento de la presión venosa central. Es
un anestésico local y vasoconstrictor de las membranas mucosas. El apetito se reduce, pero cuando
desaparece el efecto de la cocaína existe un fenómeno de rebote, con un aumento notable del apetito. Es
importante conocer que la acción de esta droga aparece entre dos y cinco minutos después de aspirar, y
se prolonga durante media hora larga antes de ir declinando.

En cuanto a los posibles efectos inmediatos de la cocaína sobre las capacidades de los conductores, la
intoxicación aguda por esta sustancia provoca la desaparición de las inhibiciones y un fuerte estado de
excitación eufórica, sensación subjetiva de energización, audacia y competitividad, hiperexcitación y
taquicardia, lo que contribuye a disminuir la percepción del riesgo y a disparar la tendencia a aumentar las
conductas arriesgadas, la transgresión de las normas y el abuso de la velocidad excesiva o inadecuada.

Los efectos de la cocaína hacen que el conductor experimente una sobrevaloración de sus capacidades y
vivencias y un exceso de autoconfianza y omnipotencia que le impiden evaluar adecuadamente los
riesgos a tomar, en consecuencia, las decisiones correctas. Por ejemplo, un conductor bajo los efectos de
la cocaína siente que su coche es más potente y que frena mucho mejor, lo que suele desembocar en
accidentes derivados de exceso de velocidad.

La cocaína deteriora y altera la percepción produciendo numerosos errores de captación sensoperceptiva,


frecuentes estados de confusión e incluso alucinaciones con delirios. También ocasiona alteraciones en la
visión que, unidas a una cierta pérdida del control psicomotor y a sus efectos sobre la atención y la
concentración pueden fácilmente desencadenar un siniestro.

El consumo de la cocaína asociado a la heroína (llamado speed ball) y el alcohol (especialmente el


whisky) tiene unos efectos imprevisibles sobre las capacidades senso perceptivas y de procesamiento de
información del individuo, lo que predispone fácilmente al accidente.

El error de la persona que consume cocaína es pensar que esta solo actúa mientras persisten los
síntomas placenteros, cuando realmente la función psicomotora está alterada durante varias horas.
Aunque es difícil decir cuando el individuo puede volver a conducir sin peligro, tras consumir cocaína debe
esperar al menos 6 horas antes de intentar manejar un vehículo.

Es importante dejar claro que el consumo de esta droga con el objetivo de mantenerse despierto en la
conducción es muy peligroso, ya que su efecto se pasa a la hora aproximadamente y el sueño aparece de
repente cogiendo por sorpresa al conductor.

7. El Cannabis
Ampliamente conocida y considerada dentro de todas como la “más inofensiva”, esta planta se consume
de tres maneras:
 Fumando directamente las hojas y los tallos secos de la planta, una vez desecados y triturados
(marihuana).
 Existe un preparado más potente, que se obtiene sacando la resina de la planta, y que es presentado
luego en forma de tabletas, barras o bolas (hachís).
 También puede extraerse del cannabis un líquido (aceite), altamente concentrado en
tetrahidrocannanbinol, que se aplica a los cigarrillos en forma de gotas.

Los derivados del cannabis dan lugar a una sensación de relajación, bienestar y somnolencia, efectos que
pueden alterar las capacidades psicofísicas de los conductores. En un primer momento puede dar lugar a
una sensación de euforia y una especie de estado de ebriedad. Posteriormente, sobre todo en altas dosis,
genera hipersensibilidad, con alteraciones perceptivas del espacio y del tiempo y de la información
sensorial, siendo bastante común que se dé una alteración en la visión, de los colores (elementos
fundamentales de las señales).

También puede verse notablemente alterada la capacidad general de reacción del conductor y aparecer
conductas agresivas con el resto de usuarios de la vía. En su etapa final da lugar a dificultades para fijar
la atención, dando lugar a la aparición del adormecimiento y la fatiga.

Asimismo, es importante destacar que este tipo de drogas de masivo consumo produce una sensación
subjetiva de seguridad y de convicción que la hacen especialmente peligrosa a la hora de conducir. La
desinhibición más acentuada en el área de la fantasía y de las manifestaciones verbales, junto con la
hilaridad, la sensación de creatividad y agudeza, provoca en los individuos una elevada y peligrosa
dependencia.

Es importante destacar también que tanto el hachís como los alucinógenos en general provocan que el
conductor pierda el sentido de la trayectoria, en especial al salir de las curvas, pudiendo colisionar de
frente, al invadir el carril de las curvas, pudiendo colisionar de frente, al invadir el carril contrario con
cualquier otro vehículo.

8. El Acido Lisérgico (LSD-25)

La dietilamida del ácido lisérgico, más conocida como LSD-25, es una sustancia semisintética, de origen
vegetal, incolora, inodora e insípida, en un principio, se probó como estimulante circulatorio y respiratorio
sin obtener gran éxito.
De todos los alucinógenos, el LSD no sólo es el más usado, también es el más potente. Veinte
microgramos (0,000020 g) son suficientes para provocar efectos notables, es decir, un gramo de LSD
equivale aproximadamente a unas diez mil dosis; en realidad, de una dosis tan diminuta sólo llega al
cerebro una cantidad aún más pequeña. Sin duda, es una de las drogas más fuertes que se conocen.

Sus efectos físicos son leves y casi inapreciables: piel escarapelada (“carne de gallina”), dilatación de las
pupilas, sudoración, disminución de la coordinación muscular y de la percepción del dolor. En cambio, los
efectos psíquicos son de gran intensidad y se inician generalmente entre 45 minutos y una hora después
de la toma, siendo sus efectos más comunes la distorsión de la percepción, alucinaciones, alteraciones
emocionales, taquicardia, hipertensión, hiperflexia y temblor. Como efectos secundarios, se presenta
elevación de la temperatura corporal, ansiedad y pánico.

Su inconveniencia para la conducción se produce por la deformación del entorno del conductor, con
presencia de fuertes ilusiones, alucinaciones (visuales, táctiles, gustativas, auditivas) y profundas
alteraciones visuales, especialmente del relieve –las señales, por ejemplo, pueden cambiar de color, de
forma de tamaño, o de perspectiva.

9. Los Inhalantes
Muchos productos de uso general, tanto doméstico como industriales, se inhalan para producir
intoxicación. De los que más se abusa son:
 Pegamentos y colas de contacto de secado rápido.
 Pinturas, lacas, quitapinturas, líquidos para corregir errores tipográficos y sus correspondientes
disolventes.
 Productos derivados del petróleo, líquidos para mecheros (incluidos el gas butano), anticongelante,
líquidos para limpieza en seco, laca para el pelo y acetona para quitar el esmalte de las uñas.
 Gases propulsores de los aerosoles, incluyendo desodorante, purificadores de aire, insecticidas,
sprays de pinturas.
 Alcohol medicinal, limpiadores de metal, detergentes, betún de zapatos y tintes.

Todos estos productos, una vez inhalados pueden alterar rápidamente algunas funciones físicas y
psíquicas del organismo. El uso de los inhalantes, lamentablemente está muy extendido entre los
adolescentes. Dependiendo del tipo de sustancia de que se trate los resultados varían, pero en todo caso,
muchas de ellas pueden afectar negativamente al conductor, produciendo síntomas tan peligrosos para
el manejo de un vehículo como calambres en las extremidades inferiores, embriaguez, ansiedad, cierta
inconsciencia, alucinaciones, vértigo, descoordinación motora, desorientación espacio-tiempo,
perturbaciones visuales, etc.

Pueden producir una depresión en el Sistema Nervioso Central durante aproximadamente dos o tres
horas, provocando hilaridad, aturdimiento, mirada vacía, excitación e irritabilidad y pueden alterar
rápidamente algunas funciones físicas y psíquicas del organismo que son importantes en la conducción.

10. Las anfetaminas


Las anfetaminas pertenecen al grupo de las aminas simpaticomiméticas de acción directa por lo que
actúan liberando los neurotransmisores adrenérgicos. Su administración produce una estimulación muy
intensa del Sistema Nervioso Central provocando en el individuo sensación de bienestar, confianza y
autosatisfacción, junto a una serie de efectos más concretos que van desde la euforia, aumento de la
actividad psíquica, aparición de movimientos repetitivos y estereotipados, disminución de la sensación de
fatiga (el conductor, al no contar con este indicador, puede acabar experimentando un agotamiento agudo
de graves consecuencias, tanto para su salud como para la seguridad del entorno vial), incremento del
umbral del sueño (puede retrasar su aparición pero no evitarlo más allá de un límite, por lo que llega a
producir, de rebote, una necesidad imperiosa de dormir).

La intoxicación aguda por administración de anfetaminas suele dar lugar a graves efectos, tanto centrales
(inquietud, irritabilidad, euforia e hiperactividad; y después depresión, fatiga y somnolencia), como
periféricos (alteraciones cardiovasculares y alteraciones digestivas, vómitos, náuseas, anorexia y dolores
abdominales).

11. LAS DROGAS DE DISEÑO


Este tipo de drogas van asociadas a un esquema generacional de entender la diversión, junto con la
tendencia en los últimos años a buscar nuevas formas de expansionar la conciencia. Aunque no son nada
nuevas, la aparición de estas drogas llamadas de diseño ha penetrado fuertemente en los sectores más
jóvenes de la sociedad, llegando a convertirse en drogas, en algunas ocasiones de obligado consumo
para poder mantener el ritmo impuesto por el ambiente.

De todas estas sustancias, las que se utilizan con más frecuencia son las feniletilaminas. A este grupo
pertenecen la 3-4 metilendioximetanfetaminas (MDMA), que se conoce comúnmente con el nombre de
“Éxtasis” (también denominada “Droga del amor”, “Adán” o “Madame”). Los trastornos que producen las
pastillas pueden agruparse en seis: psicosis, depresiones, ataques de pánico, flashbacks, trastornos de
conocimientos y de memoria.

Entre sus efectos negativos que en función de las dosis y otros factores, pueden afectar directamente a la
seguridad: se encuentran los siguientes: problemas de concentración y atención, depresión y ansiedad e
insomnio; distintas alteraciones perceptivas (una mayor sensibilidad a la luz, dificultades de acomodación
visual, visión borrosa, etc.); ilusiones y seudoalucinaciones (percepción de “movimientos” en la periferia
del campo visual, flashes, manchas de luz); en algunos casos, también aparecen alucinaciones auditivas,
así como efectos analgésicos-anestésicos y sensación de ligereza corporal y flotación.

Es habitual ver a los consumidores de este tipo de tóxicos bebiendo agua continuamente por la elevación
de temperatura que producen las drogas de diseño.

ANFETAMINAS Conducta violenta Psicosis


anfetaminica
Hiperexitación Alucinaciones
Temblor Delirio paranoide
CANNABIS Alteraciones de aprendizaje
Alteraciones del razonamiento
Deterioro de la memoria
COCAÍNA Agitación Trastornos
neuropsíquicos
Confusión Trastornos
psiquiátricos
Incapacidad para concentrarse Trastornos del
sueño
LSD – 25 Alucinaciones
(incluso meses Ilusiones
después de
haber ingerido)
OPIÁCEOS Ansiedad Irritabilidad
Pánico Malestar
Escalofríos Náuseas
Temblores Lagrimeo
Fiebre Pérdida del
apetito

E. Fármacos y Conducción

1. Introducción
Una de las características definitorias de la civilización actual es la utilización masiva de fármacos por
parte de los seres humanos. Efectivamente, son muchas las toneladas de medicamentos que se
producen y consumen al año en los distintos países del mundo (la OMS conceptualiza drogas, fármacos y
medicamentos como sinónimos). Con ello, la humanidad ha conseguido eliminar una gran cantidad de
enfermedades, ha logrado mejorar la calidad de vida y, en definitiva, ha podido alargar la duración de la
misma.

Sin embargo, es necesario también tomar conciencia de los riesgos que se derivan de la utilización
incontrolada de los fármacos, sin la información, medidas y precauciones necesarias, riesgos debido a los
efectos secundarios añadidos que éstos suelen tener y que en algunos casos pueden convertirlos en
sustancias altamente peligrosas.

Precisamente algunos de estos efectos secundarios repercuten de manera muy directa en la alteración de
las capacidades necesarias para realizar una conducción exenta de riesgos. Esto demuestra cómo
muchas sustancias de utilización frecuente y aparentemente ajenas a la conducción pueden estar, en
algunos casos, íntima y negativamente relacionados con ella. En este sentido, resulta curioso observar
cómo existe una clara conciencia social de los peligros que trae consigo el manejo de vehículos bajo los
efectos del alcohol, mientras que por el contrario se desconoce que conducir bajo la acción de
determinados fármacos puede resultar tanto o más peligroso. Ello puede que se deba a la falta de
información y la complejidad técnica que conlleva un conocimiento adecuado de los efectos de los
distintos grupos de medicamentos.

Algunos de estos fármacos de uso más habitual tienen efectos secundarios que repercuten en la
conducción.

 Cardiotónicos: utilizados para los trastornos cardiacos. Pueden dar lugar a algunas dificultades en la
visión, desasosiego, aparición de vértigos, alteración en la percepción de los colores o cierto estado
de cansancio.
 Antihistamínicos: de utilización en resfriados o alergias. Pueden producir dificultades en la
concentración, cierto estado de inquietud e incluso somnolencia.
 Antitusígenos: de utilización para tratar la tos seca. Pueden producir somnolencia.
 Antihipertensivos: medicamentos utilizados para el control de la tensión elevada. En algunos casos
aparece inquietud, vértigo, alteraciones del equilibrio, somnolencia, estados de embotamiento y
dificultades en la visión.
 Hipoglucémicos: fármacos utilizados frecuentemente por los diabéticos. Pueden producir en algunos
pacientes lipotimias, mareos, fatiga muscular y debilidad general.
 Analgésicos: fármacos indicados para combatir el dolor leve. Son los más vendidos. Hay que
diferenciar de aquellos que son periféricos (no narcóticos, por ejemplo, la aspirina), de los centrales,
es decir, los analgésicos opiáceos (narcóticos, por ejemplo, la codeína). Su uso abusivo y sin control
médico es uno de los grandes riesgos de estos medicamentos aparentemente inofensivos. Pueden
producir somnolencia, disminución de la agudeza visual, visión borrosa, sensibilidad al
deslumbramiento, y estados de euforia y disforia.
 Espasmolíticos: fármacos indicados para dolores en cólicos (intestinales, nefríticos, hepáticos,
menstruales, etc.). producen visión borrosa, palpitaciones, hipotensión postural y estados de
confusión.

Esta lista, que podría hacerse bastante más extensa, tanto en el número de fármacos, como en la
sintomatología derivada de los mismos, muestra cómo muchas sustancias de utilización frecuente y
aparentemente ajenas a la conducción pueden estar, en algunos casos, íntima y negativamente
relacionadas con ella. Sin embargo, entre todos los medicamentos, son los psicofármacos, las sustancias
que en condiciones normales pueden producir efectos más perjudiciales sobre la conducción.

Los psicofármacos o psicotropos son sustancias legales que actúan sobre el comportamiento de los
individuos, y normalmente son utilizados como correctores de los trastornos psíquicos.
Sin olvidar que muchos medicamentos comunes pueden afectar de manera directa o indirecta al manejo
del vehículo, ciertamente los psicofármacos (denominados en el lenguaje popular como “medicamentos
para los nervios”) son los que tienen una especial repercusión en el comportamiento del individuo y por lo
tanto en la actividad de conducir.

2. Factores que influyen en el efecto de los fármacos sobre la capacidad de conducción

Además de los efectos directos de los fármacos sobre las capacidades psicomotoras, tenemos que tener
presente que existe una serie de factores que modulan esos efectos, bien inhibiéndolos, bien
poteciándolos. También es importante destacar que no todos los efectos son negativos, ya que la salud
del individuo y sus aptitudes pueden verse mejoradas por la utilización de los fármacos.

a. La aparición de efectos indeseables


No todas las personas presentan los mismos niveles de susceptibilidad a los efectos de los fármacos.
Aunque la mayoría de los efectos indeseables son bien conocidos, sin embargo, la intensidad y la
frecuencia con que esta sintomatología puede manifestarse no es la misma en todas las personas.

b. Polifarmacia
La prescripción conjunta de varios fármacos es un factor a tener en cuenta ya que la posible
interacción entre fármacos puede traer como consecuencia un deterioro para las capacidades en la
conducción. Los pacientes crónicos consumen dos o más medicamentos, circunstancia que se da
fundamentalmente en la población de mayor edad. La cuestión se agrava cuando se combina el
alcohol y los fármacos, pues los efectos sí que están claramente relacionados con un deterioro
significativo sobre el comportamiento y sobre las habilidades necesarias para conducir un vehículo.
Aquí es preciso destacar el riesgo que se corre al combinar alcohol con depresores del Sistema
Nervioso Central, en especial los tranquilizantes cuyos efectos proporcionan al individuo una
desorganización de las respuestas que generan un alto riesgo de accidente.

c. La automedicación
Un porcentaje considerable de la población consume medicamentos que no han sido prescritos por el
médico. Los analgésicos, los antiinflamatorios no esteroides y antibióticos, son aquellos que
comúnmente se adquieren hacen sin receta.

3. Implicancia del consumo de psicofármacos en la conducción y la seguridad vial

Los psicofármacos son los medicamentos que pueden tener mayores efectos en la conducción. Pueden
ser clasificados de muy distintas formas: atendiendo a su peligrosidad, a su estructura química o por sus
efectos sobre el comportamiento humano.

DISMINUYEN EL TONO PSIQUICO


Ansiolíticos
Inhiben los estados de ansiedad.
Sedantes
Disminuyen la vigilancia.
Hipnóticos
Permiten recuperar el sueño profundo a los insomnes.
Analgésicos
Suprimen la sensación de dolor sin pérdida de conciencia.
Antipsicóticos
Mejoran la coordinación de ideas, el funcionamiento vital.
Amortiguan los síntomas de la esquizofrenia
Anestécicos
Anulan total o parcialmente la sensibilidad del cuerpo.
AUMENTAN EL TONO PSIQUICO
No analépticos
Incluyen sustancias como las anfetaminas que sobreestimulan la vigilancia e
inhiben los estados de ansiedad.
Psicoestimulantes
Proporcionan mayor vivacidad psíquica y aumentan la memoria y la capacidad
de concentración.
Antidepresivos
Apaciguan el sufrimiento moral y restauran el impulso vital. Se utiliza en
el tratamiento de la depresión.
Timoestabilizantes
Equilibran el estado de ánimo en las personas con psicosis maniaco-depresiva.
El más conocido y eficaz son las sales de litio.
a. Los tranquilizantes – sedantes
Los tranquilizantes ejercen una acción depresiva de la actividad psíquica. Se utilizan en trastornos
como las alucinaciones, psicosis, delirios, agitaciones extremas o como anticonvulsionantes
(neurolépticos), o en determinados estados neuróticos, de tensión y angustia (ansiolíticos).

Todos ellos son depresores del Sistema Nervioso Central, y, al igual que el alcohol, tomados de forma
abusiva provocan embriaguez, disminución de las inhibiciones y de la capacidad de razonamiento. La
combinación de tranquilizantes y alcohol puede convertirse en una mezcla de inesperadas
consecuencias. En gran número de casos ha sido la causa de estados de coma y de muerte por paro
respiratorio.

El adicto a los tranquilizantes no se ajusta a un modelo fijo, ni sabe que es drogadicto. Puede tomar
“valium”, por ejemplo, para soportar el estrés, enfrentarse a las exigencias diarias de la vida, dormir, o
sencillamente relajarse.

Entre algunos de los efectos más importantes que pueden tener los tranquilizantes – sedantes sobre
la acción de conducir se puede mencionar los siguientes:

 Sedación, puede variar desde el sueño ligero a la hipnosis total.


 Reducción importante en los niveles de alerta.
 Disminución en el tiempo de reacción.
 Visión borrosa.
 Enlentecimiento de las respuestas motrices.
 Repercusiones en la coordinación motora.
 Disminución de los reflejos.
 Alteración de muchas funciones fisiológicas importantes.

En definitiva, la acción negativa de los tranquilizantes – sedantes sobre el conductor se produce,


fundamentalmente, cuando estos fármacos llegan a disminuir con exceso la actividad y excitabilidad
del sistema nervioso necesarias para un adecuado funcionamiento de las complejas habilidades que
requiere la conducción.

b. Los estimulantes

Son sustancias que tiene un efecto activante sobre el Sistema Nervioso Central, bien elevando el tono
psicológico y el nivel de vigilia (anfetaminas) o actuando directamente sobre el estado de ánimo
(antidepresivos). Se utilizan, generalmente, en la terapia de los estados depresivos y cuando es
necesario elevar el tono vital y el estado de vigilia.

Los estimulantes, sobre todo las anfetaminas, son muy utilizados en nuestra sociedad. Un uso
correcto de las mismas, con una aplicación terapéutica, no tendría que tener efectos negativos sobre
la conducción. Ahora bien, en muchas ocasiones se hace un uso abusivo, incontrolado e
irresponsable de estas sustancias (por ejemplo, pérdida de peso), pudiendo aparecer algunos graves
trastornos físicos y del comportamiento entre los que cabe destacar:

 Sensación subjetiva irreal de una mayor capacidad para conducción.


 Mayor desprecio del riesgo y las situaciones de peligro.
 Aparición de un cuadro caracterizado por el insomnio y la inquietud motriz.
 Alteraciones en la actividad refleja (exaltación).
 Aumento notable del nivel de violencia y conductas agresivas.
 Efectos de rebote de depresión y somnolencia.
 Los conductores con abuso habitual de este tipo de sustancias suelen acabar teniendo graves
dificultades para la concentración y el razonamiento complejo.

Al igual que ocurre con la cocaína, las anfetaminas estimulan el Sistema Nervioso Central,
provocando euforia, energía, viveza y confianza en sí mismo. Incrementan la capacidad para realizar
cualquier actividad, sea física o mental, así como la resistencia a la fatiga.

El efecto más peligroso relacionado con la tarea de conducir es una sobrevaloración de las propias
aptitudes, tomando decisiones precipitadas, a la vez que hay una tendencia a transgredir los
diferentes tipos de órdenes y normas. Cuando ha pasado el efecto de la anfetamina y no se dispone
de más dosis e entra generalmente en una fase de depresión y fatiga, acompañado de una etapa
paranoide derivada de la propia fase de latencia.

Investigaciones recientes demuestran que los estimulantes, en especial las anfetaminas, pueden
mejorar la ejecución en tareas simples, mientras que impiden el desarrollo de tareas más elaboradas
como es la conducción, es más y como se ha comentado anteriormente, la sensación de
autoconfianza que pueden producir correlaciona con numerosos errores tanto cognitivos como
motores, muy presentes en los accidentes.
DINAMICA DEL ACCIDENTE

Nociones de Física.

La dinámica, como parte de la mecánica, es aquella rama de la Física que estudia el movimiento y las fuerzas
que intervienen en él. En todo accidente interviene un movimiento o conjunción de movimientos, y de ellos
resultan una serie de fuerzas que actúan de muy distintas maneras.

Para poder entender la forma como se producen los accidentes y valorar debidamente los variados elementos
que en ellos intervienen, hay que tener una idea de las diversas fuerzas que intervienen en el movimiento de
los vehículos, o los que se derivan en los accidentes de tránsito.

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA DINÁMICA

Isaac Newton dejó como legado a la posteridad, una serie de principios físicos que resultan de suma
importancia en el estudio de la dinámica.

PRINCIPIO DE INERCIA

El primer principio de Newton indica que, un cuerpo en estado reposo permanece en ese estado, y un cuerpo
móvil permanece en movimiento uniforme y rectilíneo, en tanto que ninguna fuerza actúe sobre ellos. La fuerza
de inercia es la resistencia de los cuerpos a cambiar del estado reposo al de movimiento y viceversa.

La fuerza de inercia es proporcional a la masa del cuerpo y a su aceleración


Fi = m x a
Este principio es el que hace que los cuerpos sigan hacia adelante, según la velocidad de los vehículos, en el
caso de un impacto de la parte anterior de la estructura. Cuando se aplica los frenos, el peso recae sobre los
ejes delanteros y en forma inversa sucede en una desaceleración.

Las personas u objetos que se encuentren en el interior de un vehículo se ven desplazados de adelante hacia
atrás, de izquierda a derecha y contribuye a la inestabilidad del propio vehículo.

PRINCIPIO DE LA CONSERVACION DE LA CANTIDAD DE MOVIMIENTO.

La variación de la cantidad de movimiento es proporcional a la fuerza externa que la produce y tiene lugar en la
dirección de la recta según la cual actúa dicha fuerza. Si un vehículo cambia de dirección, no por efecto del giro
de las ruedas, sino del impulso de una fuerza externa, se puede establecer la dirección de donde ha procedido
la fuerza y su intensidad o impulso.
Si un vehículo ha sido desplazado en forma lateral, en sentido perpendicular al de su marcha, podemos afirmar
que el impacto se ha producido en el mismo sentido de desplazamiento. Si existe un desplazamiento de la parte
trasera hacia un lado, podemos averiguar que la dirección de la fuerza ha sido de adelante a atrás y excéntrica
respecto al centro de gravedad.

Teorema de la conservación de la cantidad de movimiento

"Si sobre un sistema no actúan fuerzas exteriores, su cantidad de movimiento permanece constante". Es decir:
este teorema relaciona el impulso con la cantidad de movimiento exige que el impulso de las fuerzas exteriores
(las interiores se anulan por efecto de la acción y la reacción) sea igual a la variación de la cantidad de
movimiento.
Si no hay fuerzas externas, el impulso total es nulo: y en consecuencia la variación de la cantidad de
movimiento es 0; permaneciendo Ésta constante:

. q = mv = constante
Este principio hay que tenerlo en cuenta en la reconstrucción de accidentes de tránsito cuando, como
consecuencia de una colisión los vehículos salgan proyectados en una dirección que forme ángulo distinto de
180 grados con la trayectoria seguida al inicio.

PRINCIPIO DE ACCION Y REACCION.

A toda acción se opone una recién igual y de sentido contrario. De otro modo: las acciones mutuas entre dos
cuerpos siempre son iguales y de sentido contrario.
En los accidentes de tránsito este principio se aplica en los choques, por ejemplo un vehículo que impacta
contra una pared cuanto más velocidad lleve (acción), mayor deformación sufrirá (reacción).

Esta tercera ley de Newton se encuentra muy relacionada con los accidentes de tránsito y se expresa de la
siguiente manera:
F=mxa
Siendo: F= Fuerza, m= Masa y a= Aceleración

Es decir que la fuerza que actúa sobre un cuerpo en reposo, es igual a su masa por la aceleración que adquiere
dicho cuerpo.

LA FUERZA DE GRAVEDAD

Esta fuerza es de gran importancia pues interviene en un vehículo tanto en movimiento como estado de reposo.

Ley de gravitación universal de Newton

"Todos los cuerpos se atraen entre sí con una fuerza directamente proporcional al producto de sus masas e
inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre sus centros de masas".

Campo gravitatorio terrestre.

Según la Ley de gravitación universal de Newton, la tierra atrae a todos los cuerpos situados en el exterior
de ella con mayor fuerza cuando más próximos están a ella. A este fenómeno se le llama gravedad terrestre.

Centro de Gravedad o Baricentro.

Se le conoce como el punto donde se considera concentrado el peso de un cuerpo.

El centro de gravedad de un vehículo no se mueve mientras éste realiza un movimiento uniforme sin
aceleración, debido al Principio de Inercia.

En toda colisión se ejerce una fuerza sobre el vehículo siguiendo una determinada trayectoria. Si esta fuerza
se ejerce sobre una línea que pasa por el centro de gravedad, en el vehículo se produce una aceleración o
desaceleración en la prolongación de la línea sobre la que ha actuado la fuerza. Pero si ésta se ejerciera, de
modo que no pasa por el centro de gravedad, en el vehículo se ocasionaría un movimiento de rotación que
tendrá como centro el de gravedad y se dirigirá en el mismo sentido en el que actúa la fuerza, según el
Principio de Conservación de la cantidad de Movimiento

Peso de un cuerpo.

"Es la fuerza que actúa sobre un cuerpo debido a la influencia de la Tierra". Tendríamos lo siguiente:
P=mx g
En la dirección el peso es vertical y de la misma dirección es la gravedad; el peso de un cuerpo
disminuye conforme aumenta su altura, siendo este motivo el porque un vehículo presenta mayor
esfuerzo al subir una pendiente; en las inclinaciones la velocidad de un vehículo aumentar o disminuir
respectivamente debido a la relación entre la aceleración, la gravedad y el ángulo de inclinación.

V = ang x g
siendo:
V = velocidad.
Ang = Angulo de la inclinación(+ o -) En %.
g = Aceleración debido a ala gravedad.

En el plano inclinado es el aspecto longitudinal de la calzada (inclinación, pendiente o gradiente),


como en el plano transversal (corona de la carretera). En este último, el vehículo tiende a desplazarse
desde el plano superior (central) al inferior (lateral) que está más bajo; este se corrige mediante un
giro del timón realizado por el conductor.
g=Px i

siendo:
g = gravedad.
P = peso.
i = ángulo de inclinación transversal en %.

El no corregir esta trayectoria en una carretera da lugar a la denominada "huella del sueño", en donde
se observa una rodada libre ligeramente inclinada hacia un lado, pudiendo terminar en un accidente.

ENERGÍA CINETICA.

Teorema de las Fuerzas Vivas.

energía cinética: Es un magnitud escalar cuyo valor es:

Ec = (m v)2 m : masa del punto material


2 v : velocidad.

El trabajo realizado por las fuerzas que produce o modifica el movimiento de un cuerpo, es igual a la
variación de la energía cinética de este (teorema de las fuerzas vivas), la fórmula que expresa el teorema
es:

A = 1 m v _ 1 (m v)2
2 2

y si el móvil parte del reposo (Vo = 0):

A = 1 (m v)2
2

ENERGÍA POTENCIAL.

"Energía potencial es la capacidad o aptitud de los cuerpos para producir un trabajo, por su forma,
posición, composición química, etc."

Cuando soltamos un cuerpo a una cierta altura, adquiere una velocidad y por tanto, una energía cinética
que mide el trabajo realizado por el peso del cuerpo, cuando éste cae (energía potencial gravitatoria).
PRINCIPIO DE CONSERVACIÓN DE LA ENERGÍA.

En el campo de los accidentes de tránsito, este principio es de la mayor importancia, pues un vehículo
que circula a una velocidad cualquiera, posee una energía cinética que al colisionar con algún objeto no
se puede perder, sino que se transformara en calor, desplazamiento, deformaciones, etc. Cuando mayor
sea su velocidad, mayor energía habrá de transformarse, entre otras cosas, en daños materiales y
corporales.

Se puede decir entonces que: “EL TRABAJO DE LAS FUERZAS EXTERIORES A UN SISTEMA, SE
EMPLEA INTEGRALMENTE PARA INCREMENTAR SU ENERGÍA”.

ENERGÍA POTENCIAL DE GRAVITACIÓN

Energía potencial de gravitación en el campo terrestre es la aptitud que tiene el peso de los cuerpos para
realizar un trabajo al caer estos.

La energía potencial de gravitación o trabajo que puede realizar un cuerpo en su caída, es igual al peso
por lo alto, cualquiera que sea el camino recorrido.

Todos los cuerpos del Universo, tienden a adquirir las posiciones de menor energía potencial. Los
cuerpos, en el campo gravitatorio terrestre, tienden a pasar de las mayores a las menores alturas.

La energía cinética o fuerza viva en sí misma es difícil de concebir, para lograr un elemento comparativo
se acude a la llamada Energía Potencial de Gravitación, que es la que posee un cuerpo en virtud de su
posición: es decir un cuerpo de masa m, situado a una altura h sobre el suelo, posee una energía
potencial de:

Ec = m x h x g
El cálculo de esta energía cinética en relación con la energía potencial puede apreciarse en el siguiente
cuadro:

VELOCIDAD ALTURA PROPORCIÓN


25 K/h 04 METROS CASA DE 1 PISO
50 K/h 08 METROS EDIFICIO DE 3 PISOS
75 K/h 22 METROS EDIFICIO DE 8 PISOS
100 K/h 39,40 METROS EDIFICIO DE 13 PISOS
125 K/h 61,30 METROS EDIFICIO DE 21 PISOS

Dichas relaciones se obtienen igualando la energía cinética a la Potencial, de la siguiente manera:

1 m v2 = m g h luego:
2

h= v2 = v2
2g 19,62
Así, si un vehículo circula a 100 km/hra, es decir, a 27.8 m/seg, si impacta a esa velocidad con una roca
indeformable e inamovible, los daños que se ocasionarían serían iguales que si este vehículo cayera
desde 39.40 metros de altura, según se deduce de la fórmula anterior.

h= 27,80 = 39,40 m
19,62

ROZAMIENTO

"El rozamiento es una fuerza que se opone al movimiento de los cuerpos, al deslizarse o al rodar sobre la
superficie de otros"

Resistencia a la rodadura.

Al hacer rodar un cuerpo sobre una superficie horizontal se observa que el cuerpo después de más o
menos tiempo, se para, lo que indica la existencia de un par de fuerzas de resistencias a la rodadura de
sentido contrario al que hace girar el cuerpo.

LA FUERZA DE FRICCIÓN: ADHERENCIA Y ROZAMIENTO.

No solo basta que el motor imprima fuerza a las ruedas motrices para hacerlas girar, pues su
deslizamiento sobre la calzada provoca el rozamiento del neumático, por lo tanto la fuerza del motor que
arrastra el vehículo debe ser mayor que la resistencia opuesta al movimiento por los elementos que, en el
movimiento rectilíneo uniforme, son los siguientes:

- La resistencia de rodadura.
- La resistencia del aire.
- El peso propio.

Se entiende por fuerza de fricción aquella que se origina por el roce de la rueda contra la superficie del
suelo. Esta fuerza no se ejerce en una sola dirección, sino que es doble, por un lado, existe la fricción
longitudinal, es decir aquella que actúa en la dirección del eje longitudinal del vehículo, importante en el
arranque y en el frenado. La otra es la fuerza de fricción lateral, que impide el desplazamiento transversal
en el sentido de la marcha y permite ejercer la dirección sobre el vehículo. Cuando mayor esfuerzo se
radique en una de ellas, menor será la otra, por ello cuando una rueda queda bloqueada, la fuerza de
fricción se apoya íntegramente en el sentido longitudinal y, por lo tanto se pierde la fuerza lateral.

Si el blocaje se realiza sobre la rueda traseras exclusivamente, estas pierden la fuerza de fricción lateral,
por lo que el vehículo se apoyar sobre las ruedas delanteras; si el centro de gravedad se desplaza de la
línea directriz, el vehículo tendera a desplazarse de costado adelantando la parte trasera hasta ponerse
con el eje longitudinal perpendicular al sentido de marcha e incluso a invertir este, produciéndose el
denominado "culateo".

LA FUERZA DEL VIENTO

La fuerza del viento no representa gran problema si actúa contra el eje longitudinal del vehículo, en su
propia dirección o en la contraria, pues lo único que resulta es una acción aceleradora o retardante.

Pero si este actúa lateralmente se producen fuerzas que actúan de manera desconcertante para el
conductor. Para corregir el impulso lateral del viento ha de emplearse la dirección del vehículo, con el fin
de que la fuerza de fricción lateral compense la eólica.
Para corregir el efecto de la fuerza lateral del viento hay que girar levemente la dirección, aumentando así
la fricción lateral. Estos movimientos del vehículo bajo la acción de la fuerza lateral del viento pueden
producir choques, despistes, colisiones y en general toda clase de accidentes.

La fuerza lateral del viento puede también producir accidentes al volcar camiones cargados con gran
volumen y poco peso, en los que el centro de gravedad está muy alto. Esto ocurre con las cargas de paja,
que suelen alcanzar mucha altura en los camiones y suponen poco peso.

De lo anterior dicho, se puede deducir la importancia que tiene la aerodinámica de los vehículos.

ENERGÍA FRENANTE

Este término se emplea para definir la cantidad de energía desarrollada por los neumáticos en la fase que
va desde el punto de colisión hasta el punto de posición final de los vehículos que han colisionado, o
desde que actúa sobre los frenos hasta el punto de colisión o hasta la posición final según los casos.

La fórmula es la siguiente:
Ef = p . cf . D;
Donde D = m . g . D . cf
Siendo:
P = Peso del vehículo.
cf = Coeficiente de adherencia.
D = Distancia recorrida desde el punto de colisión hasta la posición
final.
g = Aceleración debida a la gravedad terrestre.
m = Masa.

Relación entre la fuerza viva y la energía frenante.

Los dos términos, fuerza viva y energía frenante tienen un valor equivalente, por lo que puede establecer
una conjunción de las fórmulas, de la que resultaría lo siguiente:
Ec = p . v2 y E = p . cf . D
2g
que es igual:

P1 . v2 = P2. cf . D
2g
Siendo:
P1 = Peso del vehículo que colisiona.
P2 = Peso del vehículo contra el que se colisiona.
V = Velocidad del vehículo que colisiona.
cf = Coeficiente de adherencia.
D = Distancia de desplazamiento.
g = Gravedad. Equivale a 9.8 m/seg2

Este es en caso de que uno solo de los vehículos lleve velocidad y el otro está parado.

Si ambos llevan velocidad, la fórmula sería la siguiente:

Ec1 + Ec2 = Ec3


1 m1 . v12 + 1 m2 . v22 = 1 . (m1 + m2) . v3
2 2 2

m1 . v12 + m2 . v22 = (m1 + m2) . v3

también puede aplicarse en el caso de que un vehículo está detenido, puesto que sería:
m1 . v12 + m2 . 0 = (m1 + m2) . v32

m1 . v12 = (m1 + m2) . v32

En donde: El sufijo 1 responde al vehículo que colisiona, el sufijo 2 al vehículo contra el que se
colisiona y el 3 la velocidad resultante.

La velocidad resultante V3, viene dada por la fórmula general de la velocidad.

V3 = V2 . cf . g . D

Estas fórmulas son de gran interés para la reconstrucci¾n de accidentes de tránsito.

FUERZAS DE CHOQUE Y ENERGÍA PERDIDA

Los cuerpos se dividen en elásticos y blandos o inelásticos. Los primeros son aquellos que después de
un choque recobran su forma primitiva. Los blandos son los cuerpos que se deforman después del
choque sin recobrar su primitiva forma. Los vehículos pertenecen al grupo de los cuerpos inelásticos, y
esta circunstancia hay que tenerla en cuenta cuando se analicen las fuerzas del choque.

"La cantidad de movimiento antes del choque es igual a la cantidad de movimiento después del choque,
por no actuar sobre el sistema fuerzas exteriores”

m1 . v1 + m2 . v2 = (m1 + m2) . v
en donde:

V = m1 . v1 + m2 . v2
(m1 + m2)

"La energía cinética antes del choque es mayor que la de después del choque, transformándose su
diferencia en energía de deformación y calor". La variación de energía es:

Ec = 1 m1 . v12 + 1 m2 . v22 - 1 (m1 + m2) v2


2 2 2

EL ESPACIO. EL TIEMPO. LA VELOCIDAD Y LA ACELERACIÓN

CONCEPTOS Y FORMULAS QUE LAS RELACIONAN.


Velocidad Media.- Es un intervalo de tiempo determinado, “es el valor medio del espacio recorrido sobre
la trayectoria, en cada unidad de tiempo".

Si “e” es el espacio y “t” el tiempo de recorrido, la fórmula de la velocidad media es:


v = e
t

Movimientos rectilíneos

Movimiento rectilíneo uniforme.- Al no haber variación de dirección, ni de velocidad, no existe aceleración


normal ni tangencial. "Es un movimiento cuya trayectoria es de una línea recta y su velocidad constante".

Siendo constante la velocidad, el cociente del espacio al tiempo es el mismo, cualquiera que sea el valor
de este último:
v = e de donde e = v.t y t = e
t v

Ecuación general del movimiento rectilíneo y uniforme

En el caso de que el origen de los espacios no coincida con el de los tiempos, es decir, que al comenzar
a contar el tiempo t, el móvil tenga un desplazamiento eo a partir del origen, la ecuación que nos
determina la distancia al punto de origen es:

e = eo + v . t

Movimiento rectilíneo y uniforme acelerado.

"Es un movimiento cuya trayectoria es recta y su aceleración constante"


Su ecuación es la siguiente:

v = a.t

e = 1 a . t2
2

v = v2 . a . e

Transformación de velocidades en Km/h a m/s

El investigador de los accidentes de tránsito, tiene que lidiar a cada instante con vehículos que circulan a
una velocidad determinada en kilómetros/hora y el tiempo que tarda en recorrer una distancia pequeña
ante una situación de riesgo. Necesita entonces, conocer los segundos que tardó en reaccionar un
conductor a partir del Punto de Percepción Posible.

Para estos cálculos, hay que saber convertir los Km/h en m/s y viceversa. La operación se resuelve de
varias formas: Utilizando la fórmula que relaciona la velocidad con el espacio y el tiempo:
o haciendo una simple regla de tres.
v = e
t

En conclusión, de cualquier forma que lo hagamos, obtendremos lo siguiente:


- Para pasar de km/h a mt/seg., basta multiplicar la velocidad en Km/h por 0.277
V = (Km/h) x 0.277 = v (m/s).
- La forma que resulta más sencilla es la de convertir los kilómetros en metros y la hora en segundos,
aplicándola directamente en la velocidad a convertir; de modo que tenemos lo siguiente:

72 K/h m/s
72 Km = 72000 m
1 hora = 3600 seg
72000 72
3600 3,6
20 m/s

- Efectuando la operación inversamente, se convierte los m/s a Km/h.


20 m/s K/h
20 x 3,6
72 K/h

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