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Te has preguntado ¿por qué es tan terco tu hijo(a)? Seguramente sí, porque a nadie le gustan
los berrinches. Vamos a hablar de este tema y delimitar el rango de edad en donde esto es
“normal” y de qué pasa cuando ya son más grandes y se siguen comportando así.
¿QUÉ ES UN BERRINCHE?
Para Niños de Ahora, los berrinches no existen, al menos no de la forma en que comúnmente se
asimilan porque son expresiones que conllevan un trasfondo que va mucho más allá de querer
dominar al adulto.
Es decir, se trata de un comportamiento disfuncional que dice entre líneas: hay algo que quiero
y necesito expresar, pero no sé cómo hacerlo porque no hay una buena conexión conmigo
mismo y tampoco con el otro.
Desde este lugar, lo que hace un niño de dos años, uno de nueve, uno adolescente de 15 o un
adulto de 50 es ¡exactamente lo mismo!”
Normalmente esa falta de conexión (si no se hace consciente y se trabaja para solucionar el pro-
blema) tiende a crecer y a agudizarse hasta convertirse en un círculo vicioso en donde el niño
hace berrinche, el papá o la mamá se enganchan y terminan explotando.
INCHES?
¿POR QUÉ EXISTEN LOS BERR
Recuerda, cuando los niños comen muchos alimentos procesados, pero sobre todo azúcar,
es común que tengan picos de comportamiento inaceptable.
Algunas veces a los papás se les olvida observar cuál es el proceso por el que está pasan-
do su hijo en ese instante.
2. IMPOTENCIA
Todos necesitamos llenar nuestras vasijas (en nuestro entrenamiento avanzado hablamos
ampliamente de este tema) la de la valía, la pasión, la confianza y la de la conexión.
Cuando un niño pequeño tiene deficiencias en alguna de sus vasijas tiende a expresarlo
con los recursos propios de su edad.
Los niños no cuentan con el vocabulario de un adulto para expresar lo que necesitan; para
decir que tienen la necesidad de explorar el mundo. Al no poder comunicar lo que les dicta
su impulso vital se llenan de impotencia y ésta no tarda en manifestarse en un comporta-
miento disfuncional: berrinches e incluso algunos tienden a pellizcar, morder o golpear.
Por ejemplo:
Los niños van registrando hasta dónde llega la capacidad de respuesta de sus padres ante
sus acciones. Se da cuenta de quién y cómo lleva el timón del barco. Los berrinches son
una especie de termómetro para medir la temperatura de tu carácter.
Por ejemplo:
Mediante los berrinches el niño prueba y se da cuenta bajo qué circunstancias tiene poder
sobre sus padres.
LOS BERRINCHES?
¿QUÉ HACER PARA COMBATIR
Por ejemplo:
Si no te gusta que tu hijo te pida todo gritando, no le pidas las cosas gritando.
Pregúntate ¿Cuál es el comportamiento que quieres que imite? y ¿Qué puedes cambiar
para que tu hijo imite lo mejor de ti?
Las palabras provocan tensión y tienden a desencadenar una lucha de poder que sin duda
terminará en un enganche y en una explosión.
Cuando hay líneas claras de lo que sí... y de lo que no se hace en casa y eres consistente
con eso, es muy difícil que te salgas de ahí.
Cuando no tienes las líneas bien establecidas y no eres consistente, dejas el margen inde-
finido y seguro los hijos sabrán aprovecharlo.
Con este sistema bien establecido, todos los días tu hijo sabe qué esperar. Si el ritmo es
flexible, pero amoroso y los niños fluyen sin batallar.
Cuando las necesidades del niño, de ir hacia adentro e ir hacia afuera, están siendo cubier-
tas y respetadas él o ella se sentirá seguro y satisfecho.
5. OBSERVACIÓN
Para la mayoría de los papás este punto, a pesar de que es obvio, no lo es tanto, a la hora
de la acción porque acaban cediéndole el poder a sus hijos. Si los hijos toman una posición
de poder, prueban los límites y buscan el control entonces:
Hay que bajar a su altura, tomarlos de los hombros (firme y amorosamente) y decirle con la
mirada “yo soy el adulto y tú eres el hijo(a) y aquí yo estoy al mando”, seguramente el niño
va a tratar de evadir para continuar dominando, pero va a llegar un momento, mientras sos-
tienes la mirada, en que tendrá que asimilar el mensaje y devolverte tu lugar.
Cuando hay momentos en donde hay que tomar una decisión (en la que seguramente te
encontrarás con su oposición), y no te sientas con la seguridad suficiente, es momento de
actuar desde el amor, de empoderarse, de ser firme y consistente con la línea clara.
Tip:
En una hoja de papel ubica y escribe una lista de aquellas cosas en las que
tengas dudas y no tengas la firmeza suficiente para poner un límite claro. Al
lado escribe qué crees que haría el amor. Verás en tus respuestas cosas muy
diferentes a las que normalmente haces.
Quizá despejaste algunas dudas y ahora tienes más claridad sobre lo que tu hijo real-
mente está necesitando de ti.
Imagino que te surgieron nuevas preguntas y es normal sobre todo cuando hablamos
de berrinches porque en esta etapa lo que hagas va a marcar profundamente lo que
suceda en su desarrollo.
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