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KLARAS VERHÄLTNISSE
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VOZ EN OFF
Lea.
Lea en voz alta.
Estimado cliente.
Con la plancha ligera de la compañía Buena Elección Usted y su ropa se plancharán
felizmente. Sobre cómo manejar la plancha, infórmese mejor en una de nuestras tiendas
especializadas Buena Elección o a través de un cliente satisfecho dentro de su círculo de
amigos Buena Elección.
Y ahora algunos consejos. No planche Usted personalmente la ropa de cama. Llévela a la
tintorería. Tampoco planche jeans o camisetas ni ropa ligera de verano, a menos que
prefiera ser considerado un excéntrico perfeccionista. Compre, en fin, tanta ropa que no
necesite plancha como sea posible. Así evitará dolores musculares crónicos e inflamaciones
de los tendones que pudieran provocar el monótono ir y venir de manos y brazos durante
horas enteras, así como las várices motivadas por estar de pie sin moverse frente a la tabla
de planchar. De esta manera mejorará significativamente no sólo su aspecto exterior sino
también su clima matrimonial. No debería planchar absolutamente nada más. Planchar roba
tiempo, es enervante y bastante inútil, como lo son, dicho sea de paso, todos los quehaceres
domésticos. Por tanto, renuncie por completo a su plancha. Llévela a una tienda de segunda
mano, ya logrará sacarle unos cuantos marcos con algunas monedas, o, si la ha adquirido
nueva de paquete, diríjase a su tienda Buena Elección con el pretexto de una reclamación y
exija le devuelvan el dinero pagado.
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Y entonces pensé, Godofredo,
Por eso quería pedirte...
Podrías conseguirme un crédito
En tu Banco.
IRENE Qué descaro.
Pero qué descaro,
Se pierde por dos años,
Una supone sabe Dios qué,
Y luego entra por esa puerta
Porque quiere dinero de nosotros.
CLARA De ti no aceptaría
Ni cinco marcos regalados,
Ni aunque me lo rogaras,
Pero el Banco puede hacer negocio.
GODOFREDO Contigo.
CLARA Tomás y yo nos vamos a casar.
Él puede ser mi fiador.
IRENE Pero no sin una razón.
Eso no pasa sin razón.
No te despidieron sin razón.
Qué
Pasó otra vez,
Clara.
CLARA Pues sí. Sin razón. Lo juro.
TOMAS Es que, por ejemplo, a un cliente,
Mientras estudiaba el manual del usuario de Clara
Se le quedó trabado el cuerpo
Dentro del tambor de su lavadora,
De modo que durante el proceso de secado
Su cabeza recibió grandes daños debido al continuo y rítmico golpe
Con la parte interior de acero del tambor,
Y sufrió sangramientos, heridas y
Cortadas en el cuero cabelludo.
Demandó a la compañía
Y tiene desde entonces un tinitus en el oído.
CLARA Cuando Tomás se pone nervioso, se vuelve un mentiroso crónico.
Mis manuales del usuario
Nunca han dañado a nadie.
TOMAS Y por suerte
El jefe de tu compañía
Lo ha impedido para el futuro.
CLARA Y a ti qué te pasa.
GODOFREDO Yo diría que
Hay cosas peores,
Mucho peores
Que un empleo limpio y bien remunerado,
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Con cierto nivel de responsabilidad,
En última instancia.
CLARA Manuales del usuario para secadoras,
No es precisamente un placer que satisfaga
Y ni hablar de un clímax.
IRENE Es que acaso te puedes dar el lujo
De escoger.
CLARA No.
GODOFREDO Yo me atrevería a decir
Que en los hogares alemanes
Acechan en todas partes potenciales fuentes de peligro,
Especie de bombas activadas, si me permites la expresión,
Debido a la carencia o a erróneos manuales del usuario.
Es por eso que hay tantos accidentes hogareños.
Tostadoras que se incendian,
Cables de planchas quemándose por negligencia;
Ollas de presión que explotan por falta de atención
Y devastan coc inas enteras, incluyendo a sus ocupantes.
Cocinas de gas, siempre cocinas de gas,
Una solita y pequeñita cocina de gas
Sin manual del usuario
Es capaz de volar por los aires a familias enteras,
Casas, bloques de viviendas, cuadras, barrios
Arden en un mar de llamas,
Un infierno sin manuales de uso y cuidado.
Hay que decir
Que has abandonado
Una profesión
De responsabilidad,
Eso no me gusta
Absolutamente nada.
IRENE Y quién va a escribir ahora
Los manuales del usuario,
Quién sabe si un saboteador.
CLARA En cualquier caso
No seré yo.
IRENE Eso es abandono del deber de atención
Hacia los objetos domésticos.
TOMAS De esa manera
Nunca se me ha ocurrido
Ver las cosas.
IRENE Y a quien no le baste una perspectiva como esa
No debería haber interrumpido
Sus estudios.
CLARA a Tomás Es que mi hermana es
Técnica de laboratorio con diploma de honor.
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Lo tiene por escrito.
Pero luego se tuvo que casar
Y convertir al hijo en su profesión.
A Irene Es que acaso no te satisface
Poder ponerle las inyecciones personalmente
A tu chiquillo
Cuando haga falta.
GODOFREDO Nada más llegas
Empiezan las discusiones.
Camina hacia la ventana.
Ya están aquí otra vez.
Mira el reloj.
Esa sí es una razón para irritarse.
Estarán pinchándose frente a nuestra propia casa.
Estará Carola arriba.
IRENE Sí.
GODOFREDO Si le da ahora
Por mirar desde la ventana.
Ojalá que no le dé
Por mirar desde la ventana.
IRENE Está durmiendo.
GODOFREDO Y cómo lo sabes.
Ve a ver.
IRENE Ahora no.
CLARA Voy yo.
Hace dos años que no la veo.
IRENE Ahora no.
La vas a despertar. Y luego se asustará.
No te va a reconocer.
CLARA Acaso ha cambiado tanto.
IRENE No vas a ir.
GODOFREDO a Clara Es igual de terca que tú.
Pausa.
Bueno.
Las cosas no son tan fáciles.
CLARA Por qué no. Por qué no son fáciles.
GODOFREDO Por ejemplo,
No tienes garantías.
CLARA Sí la tengo.
Tomás es mi garantía.
GODOFREDO Para el Banco
Eso apenas tendrá importancia.
Y cuál es su
Profesión.
TOMAS Ehh..., esto, lo otro.
CLARA Tomás...
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TOMAS Estudié para carnicero.
Silencio
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El orden
Para el que están previstas las cosas.
IRENE Pero Clara siempre
Ha pensado al revés,
Dormir de día levantarse de noche,
Como si viviera en el hemisferio equivocado de la Tierra.
CLARA Porque no tengo ahorros,
Nadie me regala alquiler, comida, electricidad.
Silencio.
Para esas cosas existen oficinas,
Es eso lo que están pensando.
Pausa.
Pero yo no quiero convertirme
En un caso para la tupida red social
Por la que este país está en boca de todo el mundo.
No quiero aceptar dinero ajeno
Y tener que vivir de eso,
Dinero que otra gente tiene puede pagar,
Porque tienen trabajo.
Soy una persona independiente y libre,
Poseo los derechos humanos,
No pueden torturarme
Concediéndome limosnas.
Debo poder ocuparme de mí misma,
Del mismo modo que los niños pequeños aprenden a usar la cuchara
Y a amarrarse los zapatos.
IRENE Tú,
Estoy segura de que tú
No pagas ni las cuotas de radio.
Pausa.
En el fondo mi hermana
No desea un puesto fijo.
Siempre rechazó las reglas.
Siempre faltaba a los primeros turnos
Porque no podía levantarse tan temprano a las siete;
Decía que iba en contra de su reloj interno.
CLARA Tú, en cambio, siempre eras puntual,
Una fanática del deber, como hasta los mismos maestros decían,
Y eso aún hoy
Te molesta.
IRENE Y en resumidas cuentas,
Por qué no se ocupa de ti tu marido,
Tu futuro.
CLARA Es que hay personas
Que no están dispuestas a dejarse mantener,
Ni siquiera en un matrimonio.
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IRENE No hace falta que me digas esas cosas,
Esto tampoco es un burdel.
CLARA Y entonces, qué hay del crédito.
GODOFREDO Qué clase de carnicería es esa.
Anda bien, el negocio.
TOMAS Hace tiempo que dejé lo de carnicero;
El olor de la carne cruda,
Los cuerpos divididos por la mitad,
Colgando en el frigorífico,
El sonido del hacha
Despedazando los huesos,
Era demasiado para mí.
Me dediqué a actividades más pacíficas,
Primero fui barman,
Luego vendedor de ropa masculina,
Temporalmente chofer de una empresa de envíos por correspondencia,
Y ahora
Soy dueño de una tienda de baratijas.
CLARA Ya era hora.
IRENE Ah, antigüedades.
TOMAS No, baratijas.
En el edificio me llaman el basurero.
Vendo cosas viejas, rotas y malolientes,
Totalmente desvencijadas.
Cosas cuyo destino original,
Cuya razón de existir muchas veces ya no puede determinarse.
Me meto en desalojos de trastos, liquidación de viviendas, ventas de bienes.
Vivo de la basura de otras personas.
A veces aún vivas, a menudo ya muertas.
Elimino los desechos supervivientes.
IRENE Uhh. No sé.
Mejor carnicero.
GODOFREDO Y eso ofrece alguna
Perspectiva.
TOMAS Incluso una increíble,
Una perspectiva increíble.
Penetro en las vísceras
De las biografías humanas.
Cada vez
Que saco los trastos una vivienda,
Revuelvo capas acumuladas,
Bienes relictos,
Las costras de otras vidas.
Antropología aplicada se llama eso.
A partir de lo que alguien se deshace,
Lo que bota, arroja, abandona,
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Esconde u olvida,
Lo que colecciona, amontona, atesora y fortifica a su alrededor,
Puedo dibujarle a usted un rostro
Que es más preciso
Que la descripción de un terapeuta.
Pausa.
Su ropa por ejemplo,
Sí, eso que lleva puesto hoy por la noche,
Cuándo piensa meterlo en un saco
De ropa vieja.
Mañana, el mes que viene, el año que viene...
Ha estado usted alguna vez en una tienda de ropa usada,
No me refiero a una boutique de segunda mano,
Una escombrera de ropa vieja.
IRENE No.
TOMAS Por qué no.
IRENE No sé.
Huele mal.
TOMAS Si tomara su vestido
En mis manos,
Dentro de un año,
Estará zafado
A los lados,
Pues usted habrá subido de peso;
Huelo polvo antipolilla,
Pues usted le teme al bicho
Que pudiera estar escondido en sus escaparates,
Veo los bordes sudorosos
En el corte bajo los brazos y adivino
Que usted se altera con facilidad,
Y también hay algunas manchas pálidas
En su saya,
Y pienso que es esperma seco,
Pero de quién,
De su marido...
GODOFREDO Por supuesto que de su marido,
De quién va a ser.
A pesar de que usted espera ser concuño,
Me parece que va muy lejos...
TOMAS a Godofredo Y luego encuentro su abrigo
En el bolso de la ropa
Y qué me llama la atención...
Nada,
Absolutamente nada.
Ningún olor,
Ningún hilo que cuelgue,
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Ninguna costura rasgada,
Ningún hueco por quemaduras,
Nada de nada.
La tela simplemente
Se ha vuelto demasiado
Fina
Y transparente,
Una pieza raída.
IRENE A diferencia de eso la profesión de carnicero
Resulta sumamente decorosa.
GODOFREDO se levanta y va hacia la ventana
Todavía están ahí,
Dos están tirados en el suelo,
Uno casi yace,
Están fumando,
Una vista deprimente.
Regresa.
Tomás,
Quiero decirle,
Lo que usted hace me parece
Muy honorable.
La idea de que alguien ha muerto
En una casa,
Y usted va allá,
Así como así,
Bueno,
Es verdad que
Alguien tiene que hacerlo,
Pero aun así,
Revolver así las cosas.
Quizás el hombre murió
En el sofá,
Falleció,
Expiró,
Y ahí se encuentra una media
De él tirada,
A lo mejor,
Y en la ventana parpadean desde hace años
Las luces del árbol de Navidad eléctrico.
CLARA Que por ejemplo
Podrías comprar entonces
Donde Tomás.
GODOFREDO Sí, bueno, déjenme decir
Que eso me parece
Muy honorable ,
Lo que usted hace,
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Tiene hasta un componente de servicio social,
Hay que hacer un esfuerzo
Para sobreponerse,
Por no hablar de
Autodisciplina sí autodisciplina
Forma parte de eso,
Probablemente hasta me atrevería
A hablar
De grandeza humana,
Que tú dices, Clara,
Sí, sí,
Y si se tiene en cuenta
Que uno ya ha encontrado bellas cosas
Entre baratijas,
No,
Esto o lo otro,
Y cuando lo colocas en tu propia casa
Y lo limpias y quizás hasta lo pintas,
Prácticamente no huele más,
Es casi como nuevo,
O es que alguno de ustedes
Huele algo desagradable,
Qué dices tú, Clara.
Va hacia la ventana.
Por eso resulta tanto más lamentable
Que al Banco
Le resulten totalmente indiferentes
Sus esfuerzos profesionales,
El Banco no tiene conciencia,
Y el Banco tampoco tiene amigos,
Y por eso no otorga dinero por compasión
O acepta garantías por pura amabilidad,
No en la categoría de precios de ustedes.
Pausa.
El tercero ya se fue.
Pero dos de ellos
Todavía están tirados.
La mayoría de las preocupaciones
No son por uno,
La mayoría son por la niña.
Esos allá afuera también tienen padres,
Será que no se ocupan de ellos.
Pausa.
Ve a ver si Carola todavía duerme.
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CLARA Yo también quiero verla.
Vamos.
Silencio.
Silencio.
GODOFREDO Gracias.
Personalmente estoy muy contento.
En el Banco soy testigo de tantas miserias a cuatro manos.
Silencio.
Mi esposa grita cuando duerme.
Silencio.
Qué se podrá hacer.
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Nos está aniquilando a todos,
Lento pero seguro.
Si sorprendo aunque sólo sea una vez a mi hija,
Que no esté esperando por el ómnibus,
Sino que ande holgazaneando por ahí
En una casita de esas...
CLARA Vuestra hija
Seguro que no lo hará.
IRENE Por qué lo dices
Con ese tono tan irónico.
Por qué lo dices
Con ese tono tan irónico.
GODOFREDO A veces tengo miedo
De no poder controlar
Eso allá afuera.
Quisiera ofrecerle a mi familia
Un sostén,
Pero cada día
Voy a esa parada
Y tengo miedo
De que mis esfuerzos sean
Absolutamente en vano.
CLARA Miedo por qué, de qué
Una hambruna paneuropea,
Un diluvio, un terremoto, un deslizamiento de tierra,
Qué podría alterar el ritmo de vuestras vidas,
Para ello harían falta varias catástrofes naturales,
Todas juntas.
GODOFREDO Un crash bursátil,
Un crash bursátil mundial,
Eso sí sería una catástrofe.
IRENE Al fin y al cabo nuestro hermano
Se mató a jeringuillazos.
CLARA Sí,
Pero no lo hizo por desesperación,
Sino por el deseo de existir,
Porque gozaba de la embriaguez,
Hasta era un adicto al éxtasis,
Lo que tú no puedes entender,
Es que no le tenía miedo
A la vida,
A diferenc ia de ti,
Que tiene que tomarse un tranquilizante
Antes de cada orgasmo.
IRENE Es lo último que dices
En esta casa,
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Tú, puerca.
GODOFREDO Tiene razón.
Tienes razón, Clara.
Tenemos miedo
De lo que nos pueda seducir,
Quizás deberíamos comernos simplemente
El corazón del enemigo.
CLARA Vamos, Tomás.
Se marchan.
En una iglesia. Una tarde en medio de la semana. Isabel y Tomás. Aparte de ellos un
chino, solitario y hundido en un banco.
Silencio.
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Y por qué, vamos a ver.
Es halagador
Para ti.
ISABEL Ajá.
Para ti no.
Pausa.
Para ti no.
TOMAS Aquí yo soy el impostor.
Tomás es malo.
Pero ante Dios
No podemos esconder nada,
Por eso no tenemos nada que esconder.
Se ríe.
Silencio.
Qué tranquilidad. Agradable. Silencioso.
ISABEL Este silencio me atemoriza.
Tiene algo que pesa.
De todas maneras uno se siente...
TOMAS Culpable...
Pausa.
Quiero mostrarte algo.
Aquí, mira...
Lleva a Isabel hacia una columna entre los bancos y señala hacia una inscripción.
TOMAS Ahí,
San Antonio ruega por nosotros,
Y ahí,
San Judas ruega por nosotros.
Pausa.
San Judas ruega por nosotros
Y encima de la pila de bautismo.
Pausa.
Cada domingo venía aquí cuando era niño,
Y a veces también días entre semanas temprano con mis padres.
Me gustaba arrodillarme ante esta columna
Y durante toda la misa miraba fijamente la inscripción,
Que me resultaba enigmática, definitivamente tallada en la piedra
Como las tablas de Moisés.
San Judas ruega por nosotros:
Acaso se referían al Apóstol
Y en ese caso, desde cuándo se permitía rogar a un traidor,
O es que sí se debía hacer, pedirle su intercesión,
Y por qué ese Judas era de pronto un santo,
Montones de enigmas sin resolver e irresolubles,
Sobre los que se rompía la cabeza el niño cada domingo.
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Si el traidor más grande de las leyendas bíblicas
Se había convertido en santo,
Aquello significaba acaso que había que imitarlo.
Había que ser primero criminal
Para que Dios se ocupara de uno,
Para ser digno de aparecer ante el juicio,
Donde se podía pedir perdón y redención.
Solo el que también conocía el lado oscuro
Sabía apreciar el otro mundo, quizás.
Esa idea no sólo era seductora,
Me hizo ver la religión de mis padres a una nueva luz,
Y sólo entonces le otorgó un sentido.
Toda esta complicada vida
Con sus trampas y durezas
Pareció estar de una vez contenida
En ella y comprendida.
Pausa.
No debí haber preguntado.
Un día pregunté:
San Judas ruega por nosotros.
Y mi omnisciente padre me explicó
Que no se trataba en lo más mínimo de aquel discípulo,
No se trataba de Judas Iscariote
Sino de un tal Judas Tadeo,
Un buen hombre de Aramea,
Insignificante y sin culpas.
Y ahí estaba aquella columna
Despojada de su herética inscripción,
En medio de toda su insipidez y desolación y mezquindad,
A la luz más opaca de la vida buena y sencilla.
Y blanco era otra vez blanco y negro negro,
Y las ovejas descarriadas regresaron arrepentidas al rebaño.
Pausa.
O sea que los héroes auténticos solo podía ser los buenos,
Que luchaban por el bien y por el bien morían.
Exactamente igual que en los Oestes.
Los santos cabalgaban solitarios en dirección a la puesta del Sol
Mientras las mujeres quedaban atrás saludando y llorando,
Actuando a la Virgen María,
Contenidas, entregadas, caritativas.
La fe católica es en principio
Una religión del Oeste,
Masculina y buena,
Y sólo los indios convertidos
Son indios buenos.
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Se sientan en un banco. De vez en cuando el chino vuelve la cabeza y los observa.
Pausa.
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ISABEL Piensas mucho.
Sobre las cosas equivocadas.
Eso te conduce a la parálisis.
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Crece hasta convertirse en amenaza.
Yo
Impartía clases de biología,
En una época
En la que se explicaba el origen de la vida
Frente a una charca en el jardín escolar,
Agua podrida, algas, renacuajos,
Y jacintos a la luz del sol primaveral en el alféizar de la ventana,
Hoy los niños de preescolar
Te muestran una simulación por computadora,
Fiesta de la vida.
Aquí huele
Extraño.
TOMAS Quiero saber para qué
Hago todas estas cosas.
ISABEL Pues sólo hay dos posibilidades,
El monasterio o los niños.
TOMAS asustado Niños.
ISABEL riendo Bueno, no conmigo.
No conmigo.
TOMAS Le voy a decir todo a Clara.
Se acabó.
De todas maneras. Todo.
Silencio.
Se besan.
Silencio.
TOMAS Me amas.
ISABEL Creo que sí.
TOMAS Creo creo.
Quieres quitarme mi sensación de culpa.
Pausa.
Me amas.
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Di que sí.
ISABEL Sí.
Pausa.
TOMAS sentándose
Qué liberación.
Pausa.
Le diré todo.
Se acabó,
De todas maneras todo.
Ahora yo lo huelo también
ISABEL se sienta y mira detrás del banco.
Dios mío,
Ahí hay un cerdo.
Creo que está muerto.
El chino viene.
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Irene sola en casa.
IRENE En los últimos tiempos duermo mal..., tan intranquila..., y anoche volví a soñar con
la china. Tenía un puesto en la plaza frente a la iglesia, uno igual que los de baratijas.
Gorras, bufandas, guantes, pañuelos. Estaba a un lado, ella misma bien arrebujada, la
capucha de algodón hundida hasta poco antes de las cejas, la bufanda con dos vueltas,
las manos en los bolsillos, inmóvil. Me gustó cómo me miró, la vista clavada en mí, me
miraba fijamente, sin pestañear, los ojos muy oscuros. Pausa. No lo sé, no sé si en
realidad era una china, quizás japonesa, sus rasgos eran asiáticos, el rostro ancho y
plano, los huesos de la mejilla un relieve, de frente su rostro causaba la impresión de una
moneda... Podía haber sido también una mongol. Pausa. No, su mirada no me gustó,
tenía algo que inspiraba temor. Me era desagradable. Porque me sujetaba con sus ojos.
Pausa. Era pequeña, más pequeña que yo, robusta como un campesino y con una
espalda de luchador.
Soñé que la seguía al interior de su tienda, que se hallaba detrás de su puesto, en el
sótano de una casa, la acera casi tapaba por completo las ventanas. Simplemente se
volvió y se fue, y sin decir una palabra yo la seguí hacia allá abajo, donde me esperaba,
y sin hacer ningún tipo de ceremonia me besó en la boca. Pausa. No tuvo que decir
palabra, tenía una fuerza que convertía lo que hacía en lo más normal del mundo.
Silencio.
Ese beso fue tan...tan...fue de una forma que yo pensé que me volvía loca.
Silencio.
En realidad nunca he hablado con ella.
En realidad nunca me le he acercado.
Silencio.
En realidad no me puedo imaginar que yo y una mujer...
Eso sería como encontrarme conmigo misma.
Se ríe.
CLARA Esa también es una posibilidad. Esa sí es una oportunidad muy muy singular,
absolutamente increíble. Estar desempleada. Cuándo tenemos una oportunidad como
esa. Al fin tengo ahora un tiempo infinito para pensar qué hacer con mi vida. Qué
sentido le doy. Qué significado. Y a mí. Qué objetivos me propongo. Tengo acaso
alguno. En ese caso, dónde están. Qué quise lograr una vez y qué he logrado. Preguntas
que uno se hace normalmente al final de su vida, empujado al fin hacia la estrechez de
los últimos días por la metafísica abjurada; colgando de la última gota, el
electrocardiograma a veces tiene sus intermitencias y el pánico se apodera de los
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ventrílocuos. Qué quise lograr una vez y qué he logrado. Dónde estoy. Quién soy. Para
qué estoy aquí. Y por último: qué hacer...
No sólo el individuo se hace esta pregunta: qué hacer... Esa es una cuestión decisiva para
toda la humanidad. Y entonces miro los grandes objetivos de la humanidad, que son... no
más guerras... no más enfermedades... no más hambre... no más sed... y... y... bueno, son
esos. A ellos hay que añadir subproblemas, el hueco de ozono, sida, racismo, cotización
de las acciones, rojos y verdes, y los albanos. Y me pregunto, cuál es mi lugar en medio
de toda esta problemática general, de este sistema global, donde todo está relacionado de
alguna manera con todo, es decir, conmigo también, yo también estoy metida en eso.
Dónde estoy y cuál es mi contribución a la solución de los problemas que nos ocuparán
en el próximo milenio.
Silencio.
Entra en escena Jorge (el médico).
Por eso he decidido
Ponerme
A mí,
A mí toda,
En espíritu y cuerpo,
Al servicio de la ciencia.
Para contribuir por lo menos de una forma pequeña menuda diminuta
A la supervivencia y progreso de la humanidad.
Esa es mi oferta.
Por este medio
Me pongo en la totalidad de mi persona
Al servicio de la investigación médica.
JORGE En esa idea
Está contenida
Una cierta poesía,
No.
Estar enfermo para otros,
Sufrir para otros
Para traerle por fin
La curación a los otros.
Eso es de gran belleza altruista
Pero apesta cual infierno
A egocentrismo.
CLARA Nada de martirio secreto
Ni tampoco masoquismo oculto.
Cuando digo
Para la ciencia
Lo digo de manera muy utilitaria,
Un cálculo racional de costo-ganancia,
Con el único pensamiento
De que mi vida
No haya sido en vano.
JORGE Ya lo decía
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Una que busca sentidos.
Se ríe.
CLARA Pragmatismo ideal.
JORGE Y qué ha hecho usted hasta ahora,
Quiero decir, cómo se ganaba el pan.
CLARA He soy fui
Redactora técnica
Instrucciones de servicio y de montaje
Manuales del usuario
Para equipos electrodomésticos,
Multilingües.
Pausa. Insegura.
Provoqué mi despido.
Las tareas que debía cumplir
No me satisfacían. Tengo derecho
A una actividad exigente,
Que me llene y lleve hacia delante.
JORGE Usted no está hablando en serio
Respecto a su solicitud,
No.
CLARA nuevamente bajo control
Claro que sí.
Claro que sí.
Pausa.
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Y me marcho enferma
Y usted trata
De volverme saludable.
Eso debería servirle de algo, supongo.
JORGE Como persona saludable
Usted no tiene ningún valor para nosotros,
Material humano inútil.
CLARA De verdad que no se puede hacer nada.
Estoy dispuesta a todo,
Experimentos genéticos, trasplantes de órganos, pruebas de vacunas.
Imagínese,
Un cuerpo absolutamente fresco desde el punto de vista anamnésico,
Sobre el que usted puede hacer inscribir cualquier enfermedad.
Carece usted acaso de fantasías creadoras.
Además soy muy propensa,
Seguramente estaría rápidamente
Entre las más enfermas,
Si no incluso entre los casos absolutamente
Perdidos.
JORGE Entonces puede regresar en cualquier momento.
CLARA Por favor.
Esta es una oferta única.
Nunca más tendrá una cosa así.
JORGE Es que usted no puede,
Quiero decir,
No debería hacerlo,
Y yo no puedo aceptarlo.
No puedo.
No se puede entregar gratis.
Va contra la ley.
Y probablemente también contra la ética de la investigación.
Ofrecer por nada un cuerpo vivo
Significa humillarlo.
Y aquí está usted de todas maneras
En el lugar equivocado.
CLARA Entonces no me ha entendido bien,
Qué cree usted.
No tengo nada que regalar.
Resultaría apropiada una indemnización,
Por lo menos,
Que me permita
Seguir con mi vida normal.
JORGE Bueno, entonces,
Ah, sí
En ese caso
Usted es una típica candidata
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A la prostitución farmacéutica.
CLARA Prostitución farmacéutica.
Y eso existe.
JORGE Sísí sísí,
Aproximadamente unos veinte mil conejillos,
Sísí al año,
Tan sólo en Alemania,
Amas de casa, estudiantes, desempleados,
Vidas aburridas, solitarias, endeudadas,
Entre ellos clientes habituales,
Los que necesitan darse un palo, quién sabe.
CLARA Y quién,
A dónde tengo...
JORGE Directamente a las compañías farmacéuticas.
De un lado los ensayos con animales, al lado los laboratorios humanos.
Si no está resfriada o embarazada,
No se droga,
Puede hacer su solicitud en cualquier momento.
Tres semanas arrojan como promedio
Más de cuatro mil marcos.
CLARA Me haré rica.
JORGE Hágase pagar su idealismo
bien caro.
CLARA Y entonces qué soy.
Farmaputa.
JORGE Su decisión.
Debe observar pausas, por supuesto,
Entre los distintos ensayos.
Igual que en los viajes largos,
Ir al volante sin interrupción...
CLARA ...Va contra la ley.
JORGE Exacto.
CLARA Sí.
Exacto.
Exactamente lo que busco, por así decirlo.
Pausa.
Magnífico.
Tendrá usted algunas direcciones.
Pausa.
JORGE Yo,
Yo la desaconsejo, por supuesto.
En su lugar no haría eso.
CLARA Necesito el dinero.
JORGE Efectos secundarios:
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Caída del pelo, vómitos crónicos, punzadas en el hígado,
Sangramiento estomacal, ataques de mareo, taquicardia...
CLARA A usted no tiene por qué importarle.
JORGE Podría ser.
Pausa.
Súbase la manga.
Clara lo hace.
Pausa.
Silencio.
CLARA Dígame,
Quién escribe todas las instrucciones de uso
De los aparatos médicos.
JORGE Hay personal especializado para ello.
Pausa.
Por lo que veo
Usted parece tener una relación indestructible
Con las enfermedades.
Debió haber estudiado medicina.
CLARA Otra oportunidad perdida.
JORGE La acompaño
A la colección de historia natural.
A veces buscan personal auxiliar.
CLARA Para qué.
28
Para sacudir el polvo.
JORGE Para los archivos.
Quiere.
Pausa.
Alégrese de tener
Un cuerpo saludable.
CLARA Sí.
Y también
Es bello.
Se marchan.
Pausa.
29
Y donde nuestros pies se toquen
Temblaremos de frío juntos.
Al amanecer miraremos cómo
Los cristales de hielo se derriten.
Cuando nos levantemos
Se habrá formado un charco de hielo derretido
Y estará goteando en el suelo.
TOMAS Sí. Quizás.
Silencio.
Silencio.
TOMAS Clara.
CLARA Sí.
TOMAS No vamos, no vamos a establecer aquí
Una situación duradera.
No.
Silencio.
CLARA Ya lo olvidé,
Que estuviste en casa de mi hermana
Con un cuchillo detrás de mi espalda,
Toda la noche.
Que ni siquiera querías ser mi marido,
Por qué.
Acaso estás avergonzado de mí.
Pero ya lo olvidé.
Al fin y al cabo estoy aquí.
Silencio.
30
Esto aquí, esto deberíamos verlo sólo como una base
Que nos prepara para el ascenso a la cima.
Los días de sacrificio yacen en la niebla,
En lo alto brilla el Sol.
Allá arriba está brillando de tal manera
Que apenas se puede soportar.
Tendremos que desnudarnos hasta la piel.
Silencio.
Pausa.
Silencio.
Tomás asiente.
Entra en escena Irene.
31
Fue la segunda y hasta ahora última vez
En mi vida.
Envolví los platos
En papel y papel y papel
Dentro de un cajón.
Y se rompieron de todas maneras.
Aquí hay un servicio de té
Para dos personas.
CLARA Nunca tomo té.
TOMAS Lo nuevo es demasiado delicado.
Lo práctico en las baratijas:
Si entre montones de piezas sueltas
Se rompe una,
No se afecta para nada el juego.
IRENE No quiero disculparme.
Pero olvidemos la discusión.
CLARA Para ser puerca
No soy rencorosa.
IRENE Hay una mujer allá abajo.
Creo que también tiene un regalo.
Lo está desempacando ahora mismo.
TOMAS No puede ser.
IRENE No sé dónde voy a ponerlo.
Me parece conocida...
Tienes ya un trabajo.
CLARA No.
IRENE Yo tendría una solución transitoria.
Trabajo fácil, bien pagado.
CLARA Y qué y dónde.
IRENE Cuidar niños.
CLARA No.
IRENE Cuál es el problema. Es un hombre de negocios. Porcelana.
El juego de tazas lo compré allí.
Agradable, sencillo, dinero rápido, de paso
CLARA No estoy calificada para eso.
IRENE Ridículo. Cosas de niños.
Se lleva en la sangre.
CLARA No. No. No.
IRENE No insisto.
32
Aquí tengo un regalo.
Un regalo adquirido en su tienda
Y sobre el que desgraciadamente me veo obligada
A hacer una reclamación.
En otras palabras, no cumple lo que promete.
Es basura
Mírelo usted mismo:
Extrae un corazón del pequeño paquete, aproximadamente del tamaño de un melón y lo
levanta con mucho cuidado; es rojo y henchido.
Este es el regalo de mi novio,
Ahora tengo que decir desgraciadamente
De mi exnovio.
Supuestamente
De vidrio muy valioso y sensible,
Delgado como un cabelo y muy frágil
Con un interior fino, misterioso y también sensible.
Nunca me he atrevido
Ni siquiera a tocarlo,
Por miedo a dejar manchas, alguna marca
O el más pequeño rasguño;
La más pequeña sacudida podría dañarlo.
He tenido más cuidado con este corazón
Que con un huevo crudo.
Pero ahora mi novio me ha abandonado.
Antes ardía incluso en el medio:
Exactamente aquí destellaba al ritmo de los latidos.
Esto, por supuesto, ya dejó de ser así.
Y para que la escena de despedida sea como debe ser,
En correspondencia con la pasión que vivimos una vez,
Quise arrojarle su corazón a los pies,
Para que se rompiera en mil pedazos brillantes y diminutos;
Con suerte
Uno le daría en el ojo
Y caería muerto,
El corazón rompiéndose sería su muerte.
Asumí entonces la pose de Brunildacar menmedea,
Que ya había ensayado ante el espejo,
Y después, mire usted:
Arroja el corazón con todas sus fuerzas al suelo, donde, tras rodar haciendo un sonido
sordo, se detiene cual si fuera un pedazo de arcilla.
No se rompe.
No se rompe en lo más mínimo.
Lanza el corazón contra la pared, donde, tras producir un ruido fuerte, se queda pegado
y luego cae al suelo suavemente, como en cámara lenta, la masa un tanto deforme pero
perfectamente reconocible todavía un corazón pleno.
Este corazón es irrompible,
33
Así que material valioso,
Porquería tan sólo,
Basura de la más burda.
A continuación lo tira contra el escaparate, la mesa, el techo, etc. Siempre se queda
pegado antes de caer suavemente al suelo.
Este corazón es duro como el cuero
Un corazón de cuero de mono duro, soso, a prueba de bomba;
Ni un rasguño ni una grieta
Ni siquiera abolladuras o manchas azules;
Es indestructible, amasable y sin sentimientos,
No siente dolores, no grita, es mudo.
Me han engañado;
Denuncio este corazón,
Exijo indemnización.
TOMAS No conozco este corazón.
Este corazón es original, un corazón extraño para mí.
No soy responsable,
Nunca se lo he vendido a nadie.
ISABEL Regalado.
TOMAS Tampoco regalado.
ISABEL Botado.
TOMAS Tampoco botado.
ISABEL Nadie lo querría así tampoco.
TOMAS Sin dudas este corazón es de
Látex polietilínico,
Un derivado del caucho termoplástico,
Inflamable apenas,
E impermeable,
Un corazón de seguridad;
Nunca he poseído un corazón así,
Nunca andaría por ahí
Con un artículo humorístico de tal índole.
ISABEL Pretende acaso decir
Que mi novio me engañó;
Pretende usted decir
Que mi novio es un mentiroso.
Pausa.
TOMAS Fue,
Quizás fue un mentiroso.
No lo sé,
No conozco a su novio.
ISABEL Tenga, quizás lo necesite alguna vez.
34
Isabel arroja el corazón a los pies de Clara y se marcha sin decir una palabra. Clara
aprieta el corazón contra sí.
Noche. En una calle lateral. Frente a un restaurante con el letrero "Hoy cerrado". Llueve.
CLARA Y ahora.
GODOFREDO Yo tampoco sé.
Silencio.
He pensado tantas veces en ti.
Y ahora esto.
CLARA No conozco el barrio.
Y tú.
GODOFREDO He pensado en ti.
He pensado tantas veces en ti.
Y ahora esto.
CLARA No puedo pagar un taxi.
Es que no tengo dinero.
GODOFREDO Me resulta tan desagradable.
Mi invitación.
CLARA Godofredo. Y ahora adónde.
GODOFREDO Yo tampoco conozco el barrio.
35
Necesito...
CLARA Te escucho.
Al chino Por cierto está mal dicho.
Fritos platos. Horneados platos.
Está mal por completo.
Lo correcto es
Asados y fritas
O platos asados y platos fritos
Qué tiene,
Rollitos y chop suey.
Mire, lo de horneado
Resulta muy problemático.
Horneado, eso provoca
Malentendidos.
Uno lo primero que se imagina son panetelas.
Disculpe mi insistencia.
Alguna vez diseñé menús
Para una cadena hotelera,
Una pedantería profesional.
CHINO Me parece más lindo así,
Da cabeza qué pensar,
Menú tiene que ser como poesía,
Si no el vino sabe antes de probarlo,
No a uvas,
Sino a rancio.
Le voy a dar también un ploma.
CLARA Disculpe.
Un plato, un plato,
Sí, un rollito.
CHINO Pues claro que un ploma.
Más tarde.
Se marcha.
CLARA A dónde va.
Yo sí que no
He pensado en ti.
Voy a comer algo ahora
Y espero que me invites.
Es que no tengo dinero.
GODOFREDO Eso va a cambiar, Clara.
Te voy a conseguir el crédito.
CLARA Condición.
GODOFREDO Ninguna.
CLARA Seguro.
GODOFREDO Seguro.
CLARA Magnífico. Gracias.
Pausa.
36
Nunca podré devolverlo.
Trabajo sólo algunas horas
De niñera,
Eso es...
Eso es rid ículamente humillante
Y ni siquiera un dinero de bolsillo.
GODOFREDO De eso hablaremos después.
Silencio.
Silencio.
Pausa.
GODOFREDO Nada.
Silencio.
No sé...
No quisiera tener más miedo. Tener que tener.
Que algo se vaya fuera de control. Sí.
Por eso tengo que empezar
A controlar las cosas
No tener más miedo de ser débil.
37
Eso no es lo que soy. Eso no es lo que soy
CLARA Tú no harás eso gratis.
Pausa.
GODOFREDO Ahora.
Agarrar al toro por los cuernos...
Clara,
Tomás te engaña
CLARA calla
GODOFREDO Clara.
Me has oído...
Entendiste lo que dije...
Do you speak english, parlez-vous français.
Tu – novio – te – engaña – con – otra.
CLARA calla
GODOFREDO Clara.
Va hacia ella, la agarra y la sacude y sacude.
CLARA Ah sí.
Silencio.
Ah sí.
Silencio.
38
No hay nada regado,
Para todo hay escaparates, gavetas y casillas,
Donde sea necesario una cerradura.
Y las llaves
Se guardan en un cajón destinado para ello,
Que a su vez también se cierra,
Como si estuviésemos rodeados de cosas peligrosas
De las que tuviésemos que protegernos
Y estar vigilantes,
Para que no nos ataquen...
Clara, estoy enamorado de ti.
Pausa.
Puedo ayudarte.
CLARA No escucho nada.
Están cerrados.
Ni un ruido.
No huele a comida.
He perdido el Metro.
GODOFREDO Ya veremos cómo se desarrollan las cosas.
Carola ya es grande, se quedará con su madre.
Por supuesto que es un escándalo:
La hermana de mi mujer.
Pero pagaré por ambas.
CLARA Necesito dinero al contado
GODOFREDO Cuánto.
Tengo doscientos aquí.
CLARA No, el crédito.
Quiero todo el crédito al contado.
GODOFREDO Pagado.
CLARA Pagado.
GODOFREDO Me temo
Que eso sea un problema
Que momentáneamente
Está por encima de mí.
CLARA Puedes pensarlo dos veces.
GODOFREDO Y por lo demás.
Pausa.
Me gustaría irme de viaje
Por unos días.
Contigo.
CLARA Crees tú que me puedes comprar.
GODOFREDO No. Consolar.
CLARA Lárgate ahora. Lárgate.
El chino regresa.
39
CLARA Acabo de descubrir
Una laguna en el mercado.
Los rollitos de temporada.
Verano, otoño, de las cuatro estaciones...
CHINO El ploma:
GODOFREDO mientras se marcha Se dice plato, plato.
CHINO El jardín floreciendo
Todo el día cantando
Tu voz que me dice
Tanto que te amo.
La rosa muriendo
La ventana saltando
Tu boca que balbuce
Ya yo no te amo
Oscuridad.
Donde Irene.
40
Quizás incluso antes de despertar,
No como yo
Sólo en sueños;
Pues yo sólo me sentía bien
Cuando dormía.
Pausa.
41
Cuando quedé embarazada
Quise escondérselo a Godofredo, pero
En un instante embriagador y rebelde,
Y en la suposición repentina y equivocada
De reparar en un niño
El daño hecho...
No sé de dónde salió aquello,
Tan imprudente...
Se lo dije y
A partir de ahí ya todo estaba decidido.
Pausa.
Observaba a ese ser vivo extraño,
Miedoso sin cesar,
Tratando de descubrir cualquier señal de hastío, melancolía, temor, apatía,
Y no es difícil ver lo que quieres ver.
Mi propio malestar se incrementó,
Creí no estar en condiciones
De poder ayudar a la niña;
No me permití más
Aproximarme a cualquiera de sus sentimientos,
Por temor a fracasar ante ellos,
Y poco a poco nos fuimos alejando,
Y mantuvimos una relación respetuosa,
Como parientes lejanos,
Y hasta hoy ha sido así.
Pausa.
Y lo entiendo
Pero no puedo cambiar las cosas.
ISABEL Tendrás que dejar
A tu marido.
IRENE Yo...
Ríe.
Nunca podría
Pausa.
No puedo cambiar las cosas
Excepto en sueños.
Pausa.
Cómo se te ocurre.
Pausa.
Acaso he ido tras de ti
Para que me digas tales cosas.
ISABEL Sí.
Y te he esperado,
Te he estado esperando en la esquina de la casa de Tomás,
Para que puedas seguirme y echarme una sonrisa,
Y para que yo te pueda decir
42
Que debes abandonar a tu marido,
Y lo vas a hacer,
Y lo harás por mí.
IRENE ríe
Pausa.
Desde que Clara vino a vernos
Godofredo se ha vuelto muy pensativo.
Creo que lo siente por ella.
Primero desempleada,
Luego Tomás.
ISABEL Le dijiste
Que Tomás y yo...
IRENE Claro, por qué no.
ISABEL Así que ustedes dos
Están alegres por vuestro intacto matrimonio, eh.
En vuestra santurrona plaza de ejercicios de fidelidad, eh.
Si en algún momento
Se encendiera una llama tan solo del tamaño de un fósforo,
O si la presión en la olla subiera tan solo un mínimo,
Una inocente señal de algo de vida,
Entonces se dispararían inmediatamente los aspersores
Que eliminarían a fondo todo peligro de incendio,
De ahí el olor penetrante,
De ahí ese miasma mortal en el aire,
Que sopla incluso desde tus ropas.
IRENE Por qué te alteras de esa manera,
Nos pareció muy lisonjero
Para ti.
ISABEL A ustedes les pareció muy lisonjero,
Sí, ustedes dos...
Era contigo con quien quería hablar del asunto,
No con tu marido...
IRENE Bueno, una relación con un joven así...
Al fin y al cabo es...
Quiero decir,
Es lástima de Clara,
Pero en tu caso sólo se puede decir
Respeto ante el barco de vapor.
ISABEL No hay nada que respetar,
No hay nada lisonjero en eso.
Además ella se mudó para su casa,
Ella para la de él,
Y de todas ma neras hace mucho que se acabó.
Me despedí.
IRENE Estás celosa.
ISABEL Por supuesto que estoy celosa.
43
No estoy celosa en lo más mínimo,
No, no estoy celosa.
Pausa.
No de tu hermana.
IRENE De quién entonces.
Pausa.
ISABEL De tu marido.
Pausa.
De tu marido.
Silencio.
Silencio
Pausa.
44
Imita
MamámamáClaramequitómijuguete,
Por Dios, por Dios, como si fuera lo mismo.
Silencio.
Silencio.
45
Que de frente causaba la impresión de una moneda.
Era la cabeza de la Medusa.
Pausa.
Se dice que los anteriores dueños de la cisterna
Nunca se atrevieron a colocar la cabeza correctamente,
Por miedo a los dioses y a las gorgonas;
Pero sabían
Que su imagen,
El rostro verdadero de al revés,
Casi sonriente,
Lo podían mirar
Sin quedar convertidos en piedras.
Silencio.
ISABEL Mírame
Silencio.
Mírame.
Silencio.
Mírame.
IRENE lo hace.
9.1
Silencio.
46
CLARA Si el tiempo estuviera mejor
Nos habríamos podido ir a pasear.
Me gusta pasear de noche.
JORGE A mí no mucho.
Silencio.
Pausa.
47
JORGE No, no es así.
CLARA Y por qué
No puede tener hijos.
JORGE Clara...
CLARA Solo pregunto...
JORGE No creo que en realidad te importe.
48
Si yo la hubiese violado
No se habría asustado.
Ciegamente fiel, casi una pagana.
CLARA Es católica.
JORGE ríe.
Pausa.
Oscuridad.
9.2.
49
Artistas de la cuerda floja.
JORGE Y, lo hacían.
CLARA Él atravesaba aquello bajo cualquier tiempo,
Una prueba de valor.
Bajo la lluvia era, por supuesto, el momento más peligroso.
Yo no podía mirarlo. Nadie lo miraba en esos momentos.
Y él lo hacía de todas maneras.
Envuelto en su capa caminaba lentamente con los brazos abiertos
Por sobre aquel pilar resbaloso, por encima de las turbulentas aguas,
Un pequeño papalote encerado antes de levantar vuelo.
JORGE Y tú.
CLARA Yo también pasaba.
Sólo nosotros lo hacíamos.
Yo y mi hermano.
Los otros niños nos miraban
Y se sentían avergonzados.
JORGE Estás orgullosa de él
CLARA Sí. Claro
JORGE Y qué pasó con él.
CLARA Muerto.
Sobredosis...
Lo hecho tanto de menos.
Es casi como un dolor fantasma...
Seguramente se le habría ocurrido una idea para mí,
Siempre tenía una solución,
Siempre sabía cómo debían seguir las cosas.
JORGE Evidentemente no.
CLARA Fue un accidente, un accidente, un accidente,
Porque era imprudente, porque no tenía medida, porque
No tenía miedo, porque pensaba que era invulnerable,
Porque no quería contentarse con esta cotidianidad
Que ahoga y oprime, tan triste y sin...
Felicidad...
JORGE Clara Clara Clara.
Te voy a ayudar.
Te buscaré trabajo.
Te diré lo que harás.
Pausa.
Duerme ahora.
Te dejaré aquí algunas tabletas, para que te calmes.
Oscuridad.
9.3.
50
De noche. Clara desvistiéndose.
51
CLARA Lo dices por primera vez.
JORGE Sí, lo sé.
CLARA Quiero decir, a mí es la primera vez.
JORGE Sí, lo sé.
CLARA Y qué quieres que te diga.
JORGE No sé.
Silencio.
Pausa.
52
CLARA Pero Tomás no querrá.
JORGE Sí querrá
CLARA Cómo lo sabes.
JORGE Lo he observado.
Confía en mí.
Él querrá.
Silencio.
Pausa.
Pausa.
Silencio.
Silencio.
53
Virgen Santa, vaya escenas las que puede hacer.
Y mi suegro al lado
En la sala.
Muy desagradable.
Pausa.
10
54
La habitación ya es suficiente sorpresa.
Un espacio, uno confortable,
Debería estar hecho de forma tal
Que el ojo pueda reposar sobre él
Con cierta satisfacción,
Recorrerlo y reposar,
Por decirlo de alguna manera un efecto óptico de descanso habitacional.
Por tanto en una habitación así
Deberían encontrarse sobre todo cosas
Sobre las que la vista
Descanse contemplativamente
Con cierto placer.
En ese sitio
Uno preferiría en realidad
Cerrar ambos ojos.
Ni como vendedor de baratijas
Puedo ver una ganancia
En estos objetos.
No en la práctica
Y ni hablar
De la estética.
Silencio,
Clara.
Pausa.
En realidad no soy nada.
Ni como vendedor de baratijas
Tengo valor alguno.
No soy nadie. Nada. Nadie.
Escrito en minúsculas.
Un nadie escrito en minúsculas.
Y eso que mis antepasados son húngaros.
Mis abuelos emigraron de Hungría,
Y mi padre, un húngaro nacido en Austria,
Viajó incluso a Hódmezövasarhely,
Extra,
Para traer a una húngara nacida en Hungría,
Porque de allí son los gansos,
Los famosos gansos para la famosa pasta de hígado de ganso,
Y las muchachas de allá tienen que ser muy fuertes
Para poder rellenar los gansos que se resisten a la estrangulación.
Mi padre pensaba que
Una muchacha con músculos en el brazo
Como un pesista y dedos fuertes,
Que logra vencer el cuello de un ganso renuente,
También podría enfrentarse a él.
Pues mi padre se veía a sí mismo
55
Como testarudo, pescuezudo.
No estoy hecho como él.
Para mi carácter
No bastó el ganso relleno.
Pausa.
Y de verdad
Que mi padre conoció a mi madre
En una iglesia.
Bueno, más bien en una capilla.
Cuidaba gansos
En una capilla derruida
Cerca de Kyskunfélegyháza.
Llamando a las cosas por su nombre
Era incluso una ruina,
No lejos de Jakabszállás;
El cielo era el techo,
Moho rojo formaba una alfombra en el suelo.
Bueno, muy romántico.
Se conocieron
En la ruina,
Poco a poco,
Y cuidaban los gansos.
Fui procreado
En una ruina.
De ahí mi predilección por las baratijas
Y mis dientes malos.
Silencio.
Estoy solo.
Pausa.
Clara.
Quiero que me perdones.
Es verdad, eres como una
Hermana para mí.
Eso no está mal.
Por una hermana
Se tienen también sentimientos tiernos.
No se le quiere hacer daño,
Se la quiere proteger.
Pausa.
A veces pienso que
Hago muchas cosas solo
Para que alguien me perdone después.
Pausa.
Pero muchas veces las cosas resultan distintas.
56
11
CLARA Durante unos instantes el silencio es total. Sólo estamos sentados ahí, yo en el
medio, y nuestras manos yacen unas sobre otras, como si fuéramos niños perdidos en el
mar, que ahora contemplan desorientados el horizonte infinito de olas. Hay silencio. Está
bien, pienso, voy a hacerlo. Algo que nunca he hecho. Y es como un destino casual. Es
decir, sucede así y podría ser una intención. Es decir, no tendría que hacerlo, lo podría
evitar. Depende de mí. ¿Depende de mí?
Miro a Tomás, que con sus cabellos largos causa hasta cierto punto la impresión de una
muchacha. Y eso no me facilita mucho las cosas que digamos. Me inclino hacia él y lo
beso, rápido. Esa es mi despedida, Tomás. Esta es mi última vez, en la que te engaño, tal
y como tú lo hiciste antes. Pero me tendrás que mirar, espero que que me. Me vuelvo a
reír, pero esta vez no me pueden ver, escondo tan bien la risa en la boca que no logra
salir, es sólo mía, me la trago, y allí, dentro de mi pecho, salta sobre el diafragma como
en un trampolín. No se trata del sentimiento; durante tanto tiempo pensé que en última
instancia eso es lo que hace posible todo, mi sentimiento, qué equivocación, es mucho
más fácil vivir según decisiones, y el sentimiento se doblegará. Sentimieeento, cuánto
odio esa palabra. Me río. Esta vez en voz alta. Se asustan. Jorge pone ojitos duros,
espera mi decisión, todavía no está seguro de lo que haré, le gustaría obligarme, le
gustaría doblegar mi voluntad, se lo veo en la cara, cómo se esfuerza en hacerme sentir
su voluntad. Es un tonto, ya no siento por él otra cosa que sordera, la risa en mi pecho
me llena de sordera, no sabe que sólo yo tengo el control, que no haré nada por darle el
gusto, que lo usaré. Cerraré los ojos para sonsacarle sus deseos, y cuando los abra veré
ante mí sus rasgos olvidados de sí, que me mirarán suavemente, rogantes, porque
dependen de mis movimientos, de mis sonidos. Sabré cuán lejos puedo ir, de qué soy
capaz, a sangre fría, eso te lo debo a ti.
Sentimieeento, lentamente lo dejaré morir con ayuda de ellos y no me asustará cuán
poco duele.
Pero mi ternura será para Tomás, aun cuando ya no lo amo más, toda la dulzura de la
que soy capaz. Porque no lo amo ya, le daré una última vez lo que ha perdido. A él, al
más joven, más suave, más cobarde y falso de nosotros tres; a él, que desprecia a Jor ge y
lo envidia por los escrúpulos que él, Jorge, no tiene, pero que es capaz de reafirmar en
medio del temperamento efervescente y hacer valer para él. Tomás amará a Jorge y lo
idolatrará por lo que tienen en común, su bien cuidado aspecto exterior, la va nidad con
que hablan, el deseo de que los días de incesante movimiento, de plena belleza y
sorpresas no cesen nunca, de no tener que dormir nunca más. Después de esta noche
también Jorge dejará de amarme y para Tomás habré caído definitivamente en los
abismos del pasado...
57
12
Silencio.
58
Y de repente un sobresalto y un llanto,
Y yo, yo no me di cuenta...
Creo que la leche estaba muy caliente,
Tiene que haber estado muy caliente,
Le quemé la garganta al niño,
Y no lo pensé,
Simplemente no lo pensé,
Y entonces estuvo claro para mí
Que nunca más yo...
A ti te ha pasado eso alguna vez...
Silencio.
CLARA Tú...
59
Pausa.
Vaya gusto maleable el de ustedes.
Las cosas se toman como vienen, eh.
A Irene Parece que tu formación como laboratorista
Ha valido la pena.
Todo parece indicar la existencia de un caso de cuidado.
A Isabel
Ya en la edad de retiro.
De ahora en adelante loma abajo
Hacia la fría y húmeda tumba.
ISABEL Era sólo un cálculo biliar.
Muy pequeño.
Eso no tiene que ver para nada con la edad,
Hay casos de jóvenes con diecisiete años
Que piden llevar a casa sus vesículas operadas
Después de bañarlas en resina líquida
Para usarlas como pisapapeles,
Como recuerdo de la fragilidad
De nuestros órganos internos,
Y la colocan sobre el escritorio,
En una fila junto con el cálculo renal, el apéndice,
Algún que otro diente de leche enchapado en oro;
No es cuestión de edad,
Es una cuestión de la constitución personal
Y de la disposición general.
Y sobre todo una cuestió n
De actitud espiritual.
Yo por mi parte
No ansío
Tener ante mis ojos
En la misma mesa
Las distintas partes que componen mi persona;
Creería que me habría
Disuelto de alguna manera,
Disociado, sí,
Hasta medio multiplicado incluso.
Pero esas bolas de resina
Sólo se pueden producir
Si esas dolorosas piedras
Como en mi caso
No se pueden romper a martillazos ultrasónicos,
O convertir en polvo con ayuda del láser,
Y sacarlos del cuerpo por esfuerzo propio
Y enviarlos al alcantarillado.
Pero también es absolutamente cierto
Que sin necesidad de un certificado de
60
Autenticidad biológica-orgánica
Se puede vivir más de cien años,
Con una cadera plástica, un intestino de goma
E incluso con un corazón artificial.
La vejez sólo hay que entrenarla;
Yo por ejemplo recibo en el restaurante
Un plato de la tercera edad,
A ustedes les ha llamado la atención
Que un plato de la tercera edad es casi idéntico
A un plato de niños,
Imagínense esa humillación,
No, no lo es,
Es parte del entrenamiento,
El que sobrevive al palto de la tercera edad
Lo sobrevive todo.
Con tal dignidad,
Mi querida Clara,
Usted sólo puede soñar.
IRENE Y a propósito.
Yo de verdad
Pienso
Volver a trabajar.
Pausa.
CLARA En qué.
IRENE En el parque de diversiones.
En la tienda de souvenirs
Buscaban una vendedora.
CLARA Y te aceptaron
A ti.
IRENE Jefa de venta
Ya es un comienzo.
CLARA Y Carola.
IRENE Puede quedarse muy bien con Godofredo.
CLARA a Isabel.
Otra vez ha tenido
Usted suerte.
Nada de niños en el matrimonio.
ISABEL Puede tutearme
Y decirme "mi cuñada".
CLARA No pudiste buscar
Una amiga de mejor gusto.
A Isabel
Usted pequeña y arrogante hija de puta
No necesita empinar su pecho vulgar
61
De tanto orgullo desbordante
Por haber arruinado la familia de mi hermana.
ISABEL Debería estarme
Un poco más agradecida
Al fin y al cabo
Le hice un favor.
CLARA Un favor.
Porque me engañó.
Qué significa eso.
ISABEL Bueno... engañar...
Liberar...
La liberé de su amante.
Un sabueso horriblemente devoto.
TOMAS Isabel Isabel te estuve buscando toda la noche y la noche anterior y todos los días
y noches...
ISABEL Lo que usted haya hecho
Con eso
Es su problema.
Se marcha rápidamente para no encontrarse con Tomás.
TOMAS tras ella Isabel Isabel te amo Isabel te he estado esperando...
IRENE también tras ella, a Clara
Ahora ya lo sabes
CLARA sola Pobre Godofredo.
13
62
Yo.
Esperé una respuesta. Qué pasará. Qué debo hacer. Inútilmente.
Un niño de dos padres. Fue lo que pensé. Eso sí será lindo. Tiene lo mejor de nosotros
tres. Lo único que lo diferenciará de los otros de su especie será: que nacerá con dos
corazones. Cuando aguzo el oído, escucho una vez latir un corazón luego el otro, una
vez el corazón rápido y claro, luego el corazón oscuro y lento. Un corazón de día, un
corazón de noche. Puede ser una ventaja en la vida. Más tarde. No.
63
Antes alguno de nosotros
Se caía dentro de la recién abierta tumba.
Porque llovía y resbalaba sobre la hierba,
Porque estaba borracho o era miope;
Hoy algunos vuelan por el aire
Porque un marcapasos explotó en el horno.
Pausa.
Sepulturero se ha vuelto una profesión triste.
Ya no honramos a los muertos,
Ya no, dándoles aquello
Que llevaban en el corazón.
Un anillo, un amuleto, una imagen, una muñeca, una jarra.
Sino que los destripamos
Y les arrancamos lo que los mantenía con vida;
La máquina cardiaca tiene que
Ser extraída de ellos,
Para que el aparato de incineración
No corra peligro.
CLARA Yo yo yo yo también quisiera ser incinerada.
Pausa.
Sí asunto limpio.
Pausa.
No hay nada que decir en contra.
Silencio.
14
64
Clara sola, en la calle, frente a un pedazo de parque. Un extraño se acerca, espera un
momento, luego se une a ella.
Silencio.
CLARA Yo sí.
Silencio.
Silencio.
Se marchan.
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Pensión de Clara.
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Y si te portas bien
Una cantidad tremendamente buena.
En el caso del dinero se produce además
Una multiplicación a partir de sí mismo.
Y eso, eso es por lo menos casi
El precio de la propiedad de una casa.
CLARA En la Baja Baviera quizás.
GODOFREDO Bueno, más no se podía sacar
En este momento.
CLARA Todas las mentiras y falsificaciones y engaños
Por sesentayochomil.
Podrías haber mentido
Por medio millón,
Tampoco lo podría devolver,
Pero podría haberme largado con él.
GODOFREDO Este no es tu crédito.
No es ni un crédito.
Simplemente lo desfalqué. Bueno, no fue fácil.
CLARA Robado.
GODOFREDO Sí. Y es sólo el comienzo.
Sólo estoy empezando.
Ya se asombrarán.
CLARA Arriesgas tu trabajo
Y montas todo un fraude
Por unos miserables sesentayochomil.
Sabes tú cuánto tiempo pueden vivir dos personas con esto.
GODOFREDO Sólo para ti Clara
Todo es para ti.
Eso te sacará de lo peor.
CLARA Qué te crees
Que tú eres el Robin Hood
Del negocio bancario o qué.
GODOFREDO No te preocupes.
El asunto es seguro por completo. Nunca se enterarán.
CLARA Godofredo, yo no quiero eso.
GODOFREDO No tienes que gastarlo todo enseguida.
Puedes ahorrar una parte.
Y esto es sólo el comienzo.
Clara, querías eso, te querías largar.
Porque, yo me iría contigo, en cualquier momento.
Sólo tienes que decirlo. Depende de ti.
CLARA A dónde.
GODOFREDO Africa quizás.
Un bello recorrido.
Y luego, vivir algo peligroso,
Algo excitante.
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Podemos hacer un safari
En el Parque Nacional...
CLARA Y luego.
GODOFREDO Luego, no pienso tan lejos.
He dejado tras de mí
Mis planes futuros;
Trabajosamente me he reconquistado
Mi espontaneidad originaria.
Enfrentaré las inseguridades
De los nuevos días con...
Con confianza y combatividad.
Devorar el corazón del enemigo.
Demasiado tarde ya.
Yo no escondería el dinero debajo de la cama,
La sirvienta podría encontrarlo.
CLARA Aquí no hay ninguna.
GODOFREDO Pero ladrones quizás.
Hasta pronto.
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Clara sola.
Clava el corazón en la pared.
Luego hace un paquete postal con los fajos de billetes y escribe sobre el mismo Para el
chino sin nombre, lo coloca de forma bien visible encima de la mesa.
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Coloca la carta en un sobre y lo sujeta también a la pared. Escribe encima: Indicaciones
para el uso. Ábrase después de mi muerte.
Luego se sienta en la cama, ingiere tabletas, se queda dormida.
17
FIN
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