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Simeón Cañas
Materia:
Introducción al Lenguaje
Catedrática:
Julia Margarita Montúfar
Alumno:
Adriana Guadalupe González Ayala 00223918
Fecha:
01 de noviembre de 2018
El mundo está poblado de símbolos, y estos se entienden a través del lenguaje. Pero si el
lenguaje ni los ordena, ni les da un sentido, ni los interpreta tampoco contribuye al
proceso de razonamiento de las personas, muchas veces no utilizamos palabras para
expresar nuestro asombro, nuestra molestia. Se considera "soez" cuando se hacen
manifestaciones lingüísticas de mal gusto, groseras, o con el propósito de ofender al
prójimo.
Las palabras soeces ingresaron a los hogares mexicanos y pueblan sus escuelas, trabajos y
calles. Un análisis realizado durante tres años, en los cuales encontró que 67.000 de ellos
utilizaron un derivado de “Chinga”, 33.000 emplearon la palabra “pendejo”, 21000se
refirieron a alguien masculino como “cabrón”, y 19.000 le dijeron a una dama “puta. Las
groserías están asociadas con menos mentiras y engaños a nivel individua
Cambiar esta dinámica seria lo de menos, pero no solucionaría el problema de fondo. Los
comunicadores y periodistas, como sujetos que son de la comunicación, diariamente
están creando estructuras de mensajes que forman a través de sus diferentes expresiones
verbales.
Lo que en unos contextos sociales puede ser visto como un síntoma de "mala crianza",
denunciando un origen social humilde que inhabilita para entrar en la "buena sociedad",
en otros puede tener un prestigio encubierto, por ejemplo, entre los hombres jóvenes,
asociado a actitudes machistas promovidas por el grupo. Independientemente de que el
lenguaje soez sea o no usado más frecuentemente por hombres que por mujeres, sí que
es así socialmente percibido, o al menos lo fue tradicionalmente, y como tal forma parte
de imaginario asociado al comportamiento "rudo y varonil".