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PROCESO 68-IP-2013
VISTOS:
I. LAS PARTES.
A. HECHOS
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1. Manifiesta, que el signo tridimensional solicitado para registro es
distintivo y no constituye una forma usual de los productos que pretende
amparar.
C. CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA.
DECISIÓN 486
(…)
3
Artículo 134
(…)
(…)”
Artículo 135
(…)
b) carezcan de distintividad;
(…)
(…)”.
VI. CONSIDERACIONES.
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B. Registrabilidad de las marcas tridimensionales.
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empresa de los de otras. Las restantes funciones, se ha dicho,
se encuentran subordinadas a la capacidad distintiva del signo,
pues sin ésta no existiría el signo marcario”. (Proceso 04-IP-94.
Interpretación Prejudicial de 07 de agosto de 1995, publicada
en la Gaceta Oficial del Acuerdo de Cartagena Nº 189, de 18 de
septiembre de 1995. Caso: "EDEN FOR MAN").
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para la percepción sensorial o externa de los signos se utiliza
en forma más general el sentido de la vista, han venido
caracterizándose preferentemente aquellos elementos que
hagan referencia a una denominación, a un conjunto de
palabras, a una figura, a un dibujo, o a un conjunto de
dibujos”. (Proceso 132-IP-2004. Interpretación Prejudicial de
26 de octubre del 2004, publicada en la Gaceta Oficial del
Acuerdo de Cartagena N° 1146, de 1 de diciembre de 2004.
Marca: “DIADICON”).
La distintividad.
En conclusión, para que un signo sea registrado como marca debe ser
distintivo y susceptible de representación gráfica, de conformidad con el
artículo 134 de la Decisión 486; asimismo, debe ser perceptible, ya que, como
se mencionó, dicho requisito se encuentra implícito en la noción de marca.
Es importante advertir que el literal a) del artículo 135 de la Decisión 486, eleva
a causal absoluta de irregistrabilidad la falta de alguno de los requisitos que se
desprenden del artículo 134 de la misma normativa, es decir, que un signo es
absolutamente irregistrable si carece de distintividad, de susceptibilidad de
representación gráfica o de perceptibilidad.
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y susceptible de representación gráfica. De conformidad con el
artículo 135 literal b) de la Decisión 486, la aptitud distintiva es
uno de sus elementos constitutivos, como requisito esencial
para su registro, según el cual no podrán ser registrados como
marcas los signos que ‘carezcan de distintividad’.
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B. REGISTRABILIDAD DE LAS MARCAS TRIDIMENSIONALES.
“Un signo tridimensional es el que ocupa las tres dimensiones del espacio: se
trata de un cuerpo provisto de volumen; dentro de esta clase se ubican las
formas de los productos, sus envases, envoltorios, relieves. Sobre esta clase de
signos, el Tribunal ha manifestado lo siguiente:
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La frontera entre los diseños industriales y las marcas tridimensionales se encuentra dada por el
objetivo que persigue una y otra figura. Una forma tridimensional se puede registrar como marca si
persigue diferenciar claramente un producto de otros similares en el mercado, teniendo en cuenta su
origen empresarial, es decir, ser distintivo. El diseño industrial persigue que el titular del diseño de
manera exclusiva pueda incorporarlo en determinados productos, impidiendo que terceros lo exploten
comercialmente, pero en esencia no persigue la identificación del producto por parte del consumidor.
Además de lo anterior, el registro del diseño industrial se encuentra limitado en el tiempo (artículo 128
de la Decisión 486), mientras que el de la marca puede ser prorrogado indefinidamente. En
consecuencia, un signo tridimensional se puede registrar simultáneamente como marca o como diseño
industrial si cumple los requisitos para cada figura.
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(…)
(…)”.
En el literal f) del artículo 134 cuando señala que “La forma de los productos, sus
envases o envolturas” son signos que podrán constituir marca.
Por otro lado, las marcas tridimensionales tienen una gran importancia en el
mercado, ya que generan gran recordación en el público consumidor y, en
consecuencia, permite al consumidor diferenciar claramente los productos que
desea adquirir. Además, la tridimensional tiene por objeto influir en la conciencia
del consumidor para que se decida a adquirir el producto, ya sea por un envase
como en el caso particular, o por otro tipo de formas.
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acceder al registro marcario y ante el carácter excepcional y
restringido de las causales de irregistrabilidad, la presentación
tridimensional del signo no sirve por sí sola para negar el
registro o para decretar su nulidad. Ahora bien , al no existir
norma alguna que contenga para los signos tridimensionales
una regulación especial en torno a los requisitos sustanciales
necesarios para acceder al registro, debe exigirse respecto de
ellos las mismas condiciones requeridas por el ordenamiento
en punto de cualquier otro signo marcario, esto es, la
distintividad, perceptibilidad y susceptibilidad de
representación gráfica. Con fundamento en lo expuesto, debe
tenerse en cuenta que el hecho de que no exista causal en
virtud de la cual se excluya per se la registrabilidad de los
signos tridimensionales, no implica que los mismos siempre
puedan acceder al registro pues si no cumplen los requisitos
esenciales de toda marca (distintividad y perceptibilidad) o si
no son susceptibles de representación gráfica -cuestión esta
última que sería de muy remota ocurrencia - , la oficina
nacional competente tendrá que rechazar la solicitud que los
contenga o, para el evento en que el registro se haya
concedido, el juez nacional deberá, de oficio o a petición de
parte, decretar su nulidad. Pero también debe advertirse que
la presentación tridimensional no impide la aplicación de las
causales de irregistrabilidad contenidas en los artículos 82 y
83 de la Decisión 344, obviamente siempre y cuando se
cumplan todos y cada uno de los supuestos de hecho
previstos para la procedencia de cada causal (...)’. (Exp. de
marca acta 161.077, noviembre 15 de 1934, P y M., 1934,
pág. 731). (Breuer Moreno, Obra citada, pág. 129)”. (Proceso
N° 23-IP-1998. Interpretación Prejudicial de 25 de septiembre
de 1998, publicada en la Gaceta Oficial del Acuerdo de
Cartagena N° 379, de 27 de octubre de 1998).
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Conforme a los criterios expuestos, le corresponde a la corte consultante
determinar si el signo solicitado es tridimensional y, en este caso, si puede ser
registrado como marca teniendo en cuenta si en su diseño existe distintividad
por la inclusión de elementos arbitrarios o especiales que provoquen en quienes
lo perciban una impresión diferente a la que se obtiene al observar otros signos
distintivos o diseños industriales.
a) Una forma usual de los productos, b) una forma usual de sus envases, c) una
forma o características impuestas por la naturaleza o la función del producto o
servicio. La conjunción disyuntiva “o”, presente en la redacción del artículo
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BAYLOS CORROZA Hermenegildo. “TRATADO DE DERECHO INDUSTRIAL” Segunda Edición.
Editorial Civitas S.A., Madrid 1993. Pág. 827.
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estudiado, sirve para expresar que la prohibición de registro existe al presentarse
cualquiera de los supuestos descritos anteriormente.
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“En otras palabras, las formas tridimensionales pueden
llegar a ser distintivas en la medida en que cuenten con
elementos diferenciadores que permitan identificar el
producto en el mercado, distinguiéndolo de sus similares.
Es decir, la forma tridimensional debe ser tan peculiar que
sirva por sí misma para distinguir un producto de los
equivalentes en el mercado e indicar su procedencia
empresarial (…)”. Proceso N° 84-IP-2003. Interpretación
prejudicial de 05 de octubre de 2003, publicada en la
Gaceta Oficial del Acuerdo de Cartagena N° 1002, de 28
de octubre de 2003).
(...)
(...)
(...)
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Finalmente por forma de presentación de un producto
hay que entender el aspecto externo o apariencia exterior
del producto que es captada por los consumidores (Prof.
José Manuel Otero Lastres, “Concepto y Tipos de Marca
en la Decisión 344, Memorias del Seminario Internacional
‘La Integración y Derecho y los Tribunales Comunitarios’,
Quito, Cuenca, Guayaquil, Trujillo, 1996, pág. 236)”.
(Proceso N° 113-IP-2003. Interpretación Prejudicial de 12
de noviembre de año 2003, publicada en la Gaceta Oficial
del Acuerdo de Cartagena N° 1028, de 14 de enero de
2004).
“En virtud de dicha figura, un signo que ab initio no era distintivo ha ganado tal
requisito por su uso constante, real y efectivo en el mercado. La Decisión 486
en el último párrafo de su artículo 135, consagra esta figura”.
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ACTAS DE DERECHO INDUSTRIAL. Instituto de Derecho Industrial. Universidad de Santiago de
Compostela. España 1990. Tomo 13-Año 1989-90. Pág.46.
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1. Momento a partir del cual opera el
fenómeno de la distintividad adquirida.
Si bien el sentido del último párrafo del artículo 135 establece el fenómeno de
la “distintividad sobrevenida” para antes de la solicitud del registro del signo,
dicho artículo debe analizarse o extenderse bajo el entendido de que la
distintividad sobrevenida se puede dar después de la solicitud del registro del
signo y, obviamente, después del registro mismo.
Por lo anterior, uno de los factores fundamentales para que opere la distintividad
adquirida es que el signo que se pretende solicitar para registro, que se solicitó
para registro o que se registró, ab initio no reúna el requisito de distintividad.
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Sobre el tema el profesor Otamendi ha dicho lo siguiente:
“Todo fabricante por lo general tratará de ganarse al público, de obtener una clientela. Podrá hacerlo si
sabe que los resultados de su esfuerzo podrán ser conocidos por el público a través de su marca. Sin
marcas esos esfuerzos serán vanos, el público no podrá distinguir los buenos productos de los malos.
Con esta breve descripción es fácil advertir que la marca es el vehículo de la competencia. La
competencia, sin ella, se verá seriamente trabada ya que se limitaría a la que los dueños de las marcas
pudieran realizar desde sus propios locales. Las marcas permiten que los productos se encuentren en los
lugares más diversos y compitan entre sí por su sola exposición al público.”
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o común o usual, o de consistir en un color no delimitado por una
forma específica, quien solicita el registro, o su causante, lo hubiese
estado usando constantemente en el País Miembro y, por efecto de
tal uso, el signo hubiese adquirido aptitud distintiva respecto de los
productos o servicios a los cuales se aplica. En la doctrina se explica
que ‘un término originariamente genérico puede llegar a dejar de
serlo y adquirir el carácter distintivo típico de una marca. Es el
supuesto conocido en el Derecho norteamericano como de
adquisición por el término genérico de un ‘secondary meaning’
(significado secundario) que confiere al signo el carácter distintivo
propio de la marca’. (BERCOVITZ, Alberto; ob.cit., p. 471).” (Proceso
92-IP-2004. Interpretación Prejudicial de 1 de septiembre de 2004,
publicada en la Gaceta Oficial del Acuerdo de Cartagena N° 1121, de
28 de setiembre de 2004).
Una de las características esenciales para que opere la figura estudiada es que
por efecto del uso constante en el comercio subregional, el signo hubiere
adquirido distintividad en un País Miembro respecto de los productos o servicios
que ampara.
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El Juez Nacional o la Oficina Nacional Competente, en su caso, se enfrenta al
problema de la prueba del uso real y efectivo. Los artículos comentados traen
algunos parámetros en relación que las cantidad de productos y servicios
comercializados los que se deben tener en cuenta para determinar si una marca
efectiva y realmente ha sido usada o no:
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4. Determinación de si el uso real y efectivo del signo no distintivo lo
ha convertido en un signo con aptitud distintiva. 6
Una vez probado el uso constante, real y efectivo de la marca, el Juez Nacional
o la Oficina Nacional Competente se enfrenta a dilucidar otro problema:
determinar si ese uso constante, real y efectivo del signo inicialmente no
distintivo lo ha convertido en un signo con aptitud distintiva.
Por lo expuesto,
C O N C L U Y E:
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A título ilustrativo, es pertinente citar la sentencia de 4 de mayo de 1994, caso Chiemsee, del Tribunal
de Justicia de las Comunidades Europeas. En este caso, el Tribunal al analizar el artículo 3, apartado 3,
de la Directiva 89/104/CCE, presentó algunas bases sobre la determinación del fenómeno de la
“distintividad sobrevenida”, a saber:
(…)
“Para determinar si una marca ha adquirido carácter distintivo debido al uso que se ha hecho de ella, la
autoridad competente debe apreciar globalmente los elementos que pueden demostrar que la marca
ha pasado a ser apta para identificar el producto de que se trate atribuyéndole una precedencia
empresarial determinada y para distinguir este producto de los de otras empresas.
Si la autoridad competente estima que, gracias a la marca, una significativa fracción de los sectores
interesados identifica el producto atribuyéndole una procedencia empresarial determinada, dicha
autoridad debe extraer la conclusión, en todo caso, de que la condición exigida para el registro de la
marca se cumple.
El Derecho comunitario no se opone a que, si tropieza con dificultades especiales para evaluar el
carácter distintivo de la marca cuyo registro se solicita, la autoridad competente pueda ordenar, en las
condiciones previstas por su Derecho nacional, un sondeo de opinión para recabar información en la
que pueda basar su decisión.” (Sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, de 4
de mayo de 1999. Asuntos acumulados C-108/97 y C-109/97).
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causales de irregistrabilidad señaladas en el artículo 135 de la
Decisión 486 de la Comisión de la Comunidad Andina.
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Leonor Perdomo Perdomo
MAGISTRADA
Proceso 68-IP-2013
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