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PERUANA
CURSO : Gastroenterología
ESTUDIANTES :
Agustín Vásquez Juan Diego
Agreda Gonzáles Santos
Angulo Ramos Randy Giordan
Armas Zamora Paola
NIVEL : IV
CICLO: : VII
Iquitos-Perú
2019
INTRODUCCIÓN
En Perú:
3. FACTORES DE RIESGO
4. CLASIFICACIÓN ETIOLÓGICA
I.-HEMORRAGIA DIGESTIVA ALTA VARICOSA
1.- VÁRICES ESOFÁGICAS: Dilataciones venosas del plexo submucoso del
esófago que aparecen para descomprimir el sistema venoso portal.
II.-HEMORRAGIA DIGESTIVA ALTA NO VARICOSA
1.- ULCERA PÉPTICA: Una o más lesiones consistentes en pérdida de sustancia
de la pared gástrica, cuya profundidad alcanza a la muscular propia, y pueden
estar situadas en cualquier segmento del esófago, estómago o duodeno.
3.- ESOFAGITIS: Inflamación del tercio inferior de la mucosa esofágica
producido usualmente por reflujo gastro - esofágico. Únicamente en esofagitis
graves se presenta una HDA y es raro que precise tratamiento endoscópico.
4.- LESIÓN DE MALLORY-WEISS: Desgarro de la mucosa del esófago distal y
cardias, secundario a la hiper presión producida por vómito.
5.- LESIÓN DE DIEULAFOY: Vaso sanguíneo superficial en la submucosa
(anormal) de gran tamaño que se rompe. La localización más frecuente es en la
parte alta del estómago, cuerpo gástrico o fundus. Por ello, cuando cede la
hemorragia es muy difícil de visualizar.
ETIOLOGIA FRECUENCIA
Ulcera péptica
gastrointestinal 40-50 %
Varices esofágicas 15-25 %
Erosiones gástricas y
duodenales 10-15 %
Síndrome de Mallory-
Weiss 5-15%
Esofagitis 5-10%
Tumores 3-4 %
Angiodisplacia 2-3%
Enfermedad de Deulafoy 1-2%
Esofagitis,
Angiodisplacia
Tumores benignos y malignos
Fístula aortoentérica
Hemobilia, hemosuccus pancreático
Diátesis hemorrágica
5. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
En una serie de pacientes con hematoquecia grave, el 74% tenía lesiones cólicas
(angiodisplasias, divertículos y neoplasias), el 11% lesiones gastroduodenales y
un 9% lesiones en el intestino delgado. En un 6% no logró demostrarse la lesión
responsable del sangrado.
Tampoco es excepcional que un paciente con HDA grave se presente con una
clínica de síncope, angor o disnea, antes de producirse la exteriorización
hemorrágica. Esta forma de presentación traduce la existencia de un fallo de
oxigenación cerebral, miocárdica o de insuficiencia respiratoria, que, por sí solas,
son indicativas de gravedad.
EVALUACIÓN INICIAL
Una urea elevada con creatinina normal es un dato sugestivo de HDA, aunque
no patognomónico.
El primer grupo, Forrest I, incluye a las úlceras pépticas con sangrado activo,
pulsátil (Forrest IA) o sangrado en napa desde el lecho ulceroso (Forrest IB).
El segundo grupo, Forrest II, incluye a úlceras sin sangrado activo al momento
de su observación, pero con signos o estigmas de sangrado reciente en el lecho
ulceroso, como el vaso visible (Forrest IIA) que se describe como una
protuberancia pigmentada de superficie lisa, de menos de 3 mm, la cual corres-
ponde a un pequeño coágulo ubicado sobre el defecto de la pared del vaso que
originó el sangrado y que proporciona una hemostasia inestable, el coágulo
adherido (Forrest IIB) definido como una lesión amorfa, roja, café o negra, de
tamaño variable, en general mayor a 5 mm, adherida al lecho ulceroso y que no
se desprende con aspiración o lavado del coágulo, señal de una hemostasia algo
más avanzada, y finalmente la mácula plana (Forrest IIC) la cual se describe
como una mancha pigmentada plana, sin relieve evidente en el lecho de la
úlcera.
Las lesiones tipo Forrest III corresponden exclusivamente a las úlceras pépticas
con fondo limpio fibrinoso, sin ningún tipo de protuberancia o cambio en
coloración.
Utilidad de la clasificación de Forrest
< 90 mmHg 3
Nitrógeno Ureico Urinario (BUN)
6,5 – 7,9 mmol/L 2
8,0 – 9,9 mmol/L 3
10,0 – 24,9 mmol/L 4
>25 mmol/L 6
Hemoglobina (hombres)
12,0 – 12,9 g/dl 1
10 – 11,9 g/dl 3
>10 g/dl 6
Hemoglobina (mujeres)
10,0 – 11,9 1
<10,0 g/dL 6
Otras Variables al ingreso:
Pulso ≥ 100 lpm 1
Melena 1
Síncope 2
Endoscopía terapéutica:
Ante una hemorragia digestiva alta se practica una endoscopia alta urgente
en el contexto de una supuesta hepatopatía, sospecha de fístula
aortoentérica o hemorragia que no remite de manera espontánea. Antes de
la endoscopia, se lavará el estómago a través de una sonda orogástrica de
gran calibre con solución salina o agua a temperatura ambiente para mejorar
la visualización de la mucosa. Las varices esofágicas sangrantes pueden
tratarse mediante la colocación endoscópica de bandas elásticas para
constreñir el punto sangrante o mediante la inyección directa de una solución
esclerosante, como morruato sódico. Estos tratamientos tienen unas tasas
de éxito inicial del 85% al 95% en el control de una hemorragia activa. La
ligadura con bandas elásticas quizá tiene una tasa de complicaciones inferior
a la de la escleroterapia. Para reducir las tasas de recidiva de la hemorragia
pueden recomendarse varias sesiones de ligadura con bandas elásticas o
escleroterapia. La utilidad de la endoscopia en el tratamiento de las varices
gástricas está peor definida, aunque en pequeño estudios se ha comunicado
que la escleroterapia, la inyección de trombina, la inyección de cianoacrilato
y la ligadura con lazo son eficaces. En caso de hemorragia no originada por
varices, la inyección local, la colocación de hemoclips o la cauterización
pueden lograr una hemostasia inicial eficaz y reducir el riesgo de repetición
de la hemorragia. Algunos metaanálisis también han indicado reducciones de
la mortalidad con el tratamiento endoscópico. Entre las soluciones que
detienen la hemorragia por una enfermedad no relacionada con varices
cuando se inyectan figuran esclerosante (etanolamina), vasoconstrictores
(adrenalina) y solución salina. Los métodos térmicos de cauterización son el
electrocauterio bipolar, la aplicación de una sonda térmica, la coagulación
con plasma de argón y el tratamiento con láser. La visualización endoscópica
de un vaso visible no sangrante o un coágulo adherente aumenta el riesgo
de recidiva de la hemorragia en un paciente con hemorragia de origen
ulceroso. Por tanto, ante una hemorragia importante secundaria a
enfermedad ulcerosa, debe realizarse un tratamiento endoscópico de los
puntos sangrantes activos, así como de los vasos visibles y coágulos
adherentes, que, cuando se quitan lavando, revelan vasos visibles o
hemorragia activa.
Conclusiones
Esta entidad es un problema frecuente en el mundo y es considerada
como causa mayor de morbilidad y mortalidad en todos los grupos etarios,
pero su incidencia es difícil de determinar, a pesar de la gran cantidad de
reportes que se encuentran en la literatura médica.