Professional Documents
Culture Documents
net/publication/260085516
CITATION READS
1 1,014
1 author:
SEE PROFILE
Some of the authors of this publication are also working on these related projects:
All content following this page was uploaded by Roser Cirici Amell on 09 February 2014.
ORIGINALES
There were no significant changes in other subscales; tar la autoestima y disminuir los grados de ansiedad y
all of them tended to decrease except for the Pa, depresión en este colectivo.
which tended to increase. The personal satisfaction En este artículo se presentan los resultados de una in-
mean for participation in the groups was 9.06 (1-10). tervención grupal cognitivo-conductual para mujeres
CONCLUSIONS: The results showed that therapeutic que han sido o están siendo víctimas de violencia de gé-
groups were an effective intervention for wome who nero.
were victims of gender violence. Women
participating in the study showed better depression,
anxiety (state and trait) and hysteria outcomes, and SUJETOS Y MÉTODO
reported a high subjective satisfaction with therapy.
El estudio se ha realizado en el Centro de Salud Men-
Key words:
Gender violence. Therapy groups. Behavioural-cognitive intervention. tal de Sant Cugat del Vallès del Hospital Mútua de Te-
rrassa.
INTRODUCCIÓN Sujetos
La muestra estaba compuesta por 39 mujeres que es-
taban sufriendo o que habían sufrido violencia de géne-
Una de cada 10 mujeres es víctima de violencia por ro por parte de su pareja o ex pareja, todas ellas adultas
parte de la pareja en España, según los datos de la III y procedentes del Centro de Asistencia Primaria de Sant
Macroencuesta realizada en 2006 por el Instituto de la Cugat del Vallès. Se disponía del consentimiento infor-
Mujer1. La prevalencia de mujeres sometidas a violen- mado de todas ellas en relación con la utilización de sus
cia física por sus parejas en algún momento de sus vidas datos para el presente estudio. Los criterios de exclusión
es del 10 al 69% en el mundo y del 18 al 58% en países fueron retraso mental, drogodependencias y trastorno
europeos. Suelen coexistir la violencia física, la psíquica mental severo (esquizofrenia, trastorno esquizoafectivo,
y la sexual2. trastorno bipolar, depresión mayor con síntomas psicóti-
Las secuelas que conlleva la violencia ejercida contra cos y trastorno límite de la personalidad). El 70% de la
las mujeres incluyen numerosos síntomas físicos y psi- muestra recibía tratamiento psicológico ambulatorio en
cosomáticos, así como síntomas psíquicos relacionados el mismo centro, con una frecuencia de visitas que osci-
con el estrés crónico: ansiedad y crisis de pánico, depre- laba entre los 35 y los 45 días, por presentar clínica de-
sión, baja autoestima, sentimientos de culpa, flashbacks, presiva, ansiosa o dificultades de adaptación a diversos
hiperactivación, pesadillas, bloqueo emocional, falta de estresores. El 55% de la muestra además recibía trata-
asertividad, etc. El maltrato favorece también la apari- miento psicofarmacológico consistente en fármacos an-
ción de enfermedades o síntomas de origen inespecífico tidepresivos (inhibidores de la recaptación de serotoni-
(dolor crónico, fibromialgia, cefaleas, cansancio, dolo- na) y/o fármacos ansiolíticos.
res musculares, problemas ginecológicos, síndrome del De media, la edad de las pacientes era de 46,85 años,
colon irritable, etc.) y empeora las enfermedades exis- habían iniciado la relación de pareja a los 21,66 años y
tentes3. Se ha visto que estas mujeres presentan más an- la duración de la relación era de 24,88 años. El prome-
siedad que depresión4 y que el tipo de trastorno de an- dio de hijos por mujer era de 2,15. En la tabla 1 se pue-
siedad más comúnmente asociado a la violencia domés- de observar la descripción de la muestra en cuanto a es-
tica es el trastorno por estrés postraumático5. tos y otros datos sociodemográficos.
La violencia de género requiere un abordaje integral a
diferentes niveles, relacionado tanto con la prevención, Instrumentos de medida
la identificación y la intervención con víctimas y maltra- Se realizó una entrevista estructurada para recoger di-
tadores, como relacionado con aspectos legales. En versos datos sociodemográficos (edad actual, edad de
cuanto a la intervención con mujeres maltratadas, diver- inicio de la relación de pareja, duración de la relación de
sas entidades y organismos han desarrollado programas pareja, número de hijos, estado civil, lugar de nacimien-
dirigidos a este fin, pero aún son pocos los estudios pu- to, enfermedad del marido, situación laboral de la mujer
blicados sobre su efectividad. Uno de ellos encontró que y nivel económico de la pareja; además datos sobre vio-
la práctica de la meditación era útil en mujeres supervi- lencia psicológica, económica, física, de control y se-
vientes de violencia ejercida por su pareja6. No obstan- xual). Asimismo, se utilizaron los siguientes cuestiona-
te, no hay evidencia suficiente sobre la utilidad de estas rios:
intervenciones para estas mujeres7.
Desde nuestro centro de salud mental se ha diseñado y – Beck Depression Inventory8 (BDI), para evaluar la
aplicado un programa grupal con el objetivo de aumen- depresión, con 21 ítems y 4 opciones de respuesta cada
30 Psiq Biol. 2008;15(2):29-34
Ayats Plana M et al. Grupos de terapia para mujeres víctimas de violencia de género
uno y una puntuación global del nivel de depresión (mí- po como al finalizarla. La entrevista estructurada de re-
nimo 0 y máximo 63). cogida de datos se administró al inicio y el cuestionario
– State-Trait Anxiety Inventory9 (STAI) para evaluar de satisfacción al final. Los resultados se analizaron con
el nivel de ansiedad, con 40 ítems de 4 opciones de res- el programa estadístico SPSS versión 12.0 utilizando
puesta cada uno (escala tipo Likert) y dos puntuaciones, medidas paramétricas y se realizó la prueba de la t de
una de ansiedad estado (E) y otra de ansiedad rasgo (R), Student para muestras relacionadas.
con un intervalo comprendido entre 0 y 100 (centiles).
– Minnesota Multiphasic Personality Inventory10
(MMPI), versión abreviada (Mini-mult), el cual está for- RESULTADOS
mado por 8 subescalas de contenido psicopatológico.
Las puntuaciones, obtenidas en notas T se consideran De la muestra evaluada, el 100% de las mujeres habí-
patológicas si superan el punto de corte de 70. an sufrido violencia psicológica; el 98,7%, violencia de
– Cuestionario de satisfacción de la terapia grupal, control; el 82,1%, violencia económica; el 74,4%, vio-
elaborado expresamente para esta terapia, con una pun- lencia física, y el 66,7%, violencia sexual (fig. 1).
tuación individual comprendida entre 1 (sin satisfac- En la tabla 2 se pueden observar los resultados del
ción) y 10 (satisfacción màxima). STAI, el BDI y el MMPI. Se encontraron mejoras esta-
dísticamente significativas en el STAI, tanto en ansie-
Procedimiento dad estado (STAI-E antes, media ± desviación estándar
Se aplicó un programa de intervención cognitivo-con- de 88,03 ± 18,79; STAI-E después; 70,49 ± 22,22) co-
ductual de 20 sesiones, de 90 min cada una, con una du- mo en ansiedad rasgo (STAI-R antes, 82,11 ± 22,76;
ración total de aproximadamente 5 meses. Los grupos se STAI-R después, 68,69 ± 21,46), con unas diferencias
reunían con una periodicidad semanal y participaban en- de 17,54 (STAI-E) y de 13,43 (STAI-R) puntos de me-
tre 6 y 8 mujeres en cada grupo. Los objetivos generales dia entre las evaluaciones antes y después de la inter-
de la intervención fueron incrementar el bienestar perso- vención. Las puntuaciones del BDI también mejoraron
nal, fomentar las conductas de independencia personal y significativamente, con una diferencia antes-después de
facilitar el acceso a ayuda social y/o institucional. Las 10,14 puntos de media (BDI antes, 26,58 ± 10,28; BDI
participantes presentaban diferentes situaciones perso- después, 16,44 ± 9,31).
nales en cuanto a la convivencia con el agresor: algunas Se observaron mejoras estadísticamente significativas
convivían con él, otras se acababan de separar y otras en depresión e histeria, con diferencias antes-después de
hacía tiempo que ya no vivían con él. Se aplicaron téc- 6,03 y 4 puntos de media, respectivamente (depresión
nicas para reconstruir la autoestima y para incrementar antes, 79,38 ± 13,21, y después, 73,35 ± 15,38; histeria
la toma de conciencia sobre la situación de violencia. antes, 76,85 ± 11,21, y después, 72,85 ± 13,67). En hi-
También se utilizaron técnicas de autocontrol emocional pocondría, aunque no hubo cambios significativos, la
para tratar la ansiedad, la depresión y los síntomas de diferencia se aproximó de manera importante a la signi-
estrés, así como técnicas de asertividad y de resolución ficación, que fue de 3,35 puntos de media (antes, 71,09
de problemas. ± 14,12; después, 67,74 ± 13,85). En el resto de las su-
Los instrumentos BDI, STAI y MMPI-versión breve bescalas del MMPI-versión breve la tendencia de las
se administraron tanto antes de iniciar la terapia de gru- puntuaciones fue a disminuir, excepto en la de paranoia
Psiq Biol. 2006;15(2):29-34 31
Ayats Plana M et al. Grupos de terapia para mujeres víctimas de violencia de género
66,7
74,4 Sexual
Física
82,1 Económica
De control
89,7 Psicológica
100
0 50 100
Porcentaje
n = 39
Figura 1. Tipos de violencia.
y de manía, que fue a aumentar, aunque muy discreta- jer de unos 46 años, con 2 hijos y con una relación que
mente (diferencia antes-después de 0,706 y 0,353, res- había empezado a edad temprana y de aproximadamente
pectivamente). Por otro lado, todas las puntuaciones 25 años duración. Podía convivir o no con el maltrata-
medias del MMPI-versión breve, tanto antes como des- dor, y su procedencia solía ser de Cataluña o del resto
pués, superaron el punto de corte de 70, excepto en las del estado. Asimismo, podía pertenecer a cualquier nivel
subescalas de histeria posterior (media, 67,74) y de ma- económico y tener trabajo remunerado o no. En cuanto a
nía antes y después (media, 58,26 y 58,62, respectiva- la situación de la pareja, casi la mitad de la muestra te-
mente). nía problemas de alcoholismo y más de un tercio no pre-
La media de satisfacción personal de la participación sentaba ninguna enfermedad conocida por la mujer. Es-
en el grupo fue de 9,06 puntos, con un intervalo de 7-10 tos datos apoyan la evidencia de que el maltrato se pue-
(fig. 2). de producir indistintamente en cualquier nivel
socioeconómico, en cualquier situación laboral y en
cualquier condición de enfermedad del marido, si bien
DISCUSIÓN los problemas de alcoholismo ocupan un lugar impor-
tante.
Los resultados indicaron que los grupos terapéuticos En relación con el perfil clínico, las mujeres de la
fueron una intervención efectiva para el tratamiento de muestra estudiada mejoraron en los grados de ansiedad,
mujeres víctimas de violencia de género. tanto en ansiedad del momento (estado) como en ansie-
El perfil sociodemográfico de la mujer maltratada en dad general (rasgo), lo que indica una disminución en la
el área de Sant Cugat del Vallès correspondía a una mu- activación y en las preocupaciones. Por otro lado, el
Porcentaje
infravaloración e insatisfacción, tendencia al llanto, irri- 30
tabilidad, insomnio, fatigabilidad y pérdida de apetito,
entre otros. 20
La mejora en la histeria indicaba una disminución im- 10
portante de los síntomas somáticos y, por lo tanto, un
0
probable aumento en la comprensión psíquica de los
7 7,5 8 8,5 8 8,5 10
propios problemas.
Satisfacción
Es importante tener en cuenta también la mejora en n = 39
los síntomas hipocondríacos, ya que probablemente es-
Figura 2. Satisfacción con la terapia.
taba indicando una disminución en las preocupaciones
en cuanto a la propia salud física, aunque la diferencia
no llegó a ser significativa. En relación a la paranoia,
con una tendencia muy discreta a aumentar, indicaría un como problemas económicos, cambios de residencia,
grado de desconfianza que sería adaptativo en la situa- procesos judiciales, cambios laborales, muerte de algún
ción de maltrato, ayudando a protegerse y a disminuir familiar cercano, etc. A pesar de ello, en la muestra se
los sentimientos de culpabilidad en estas mujeres. Y en constató una amplia diversidad en referencia a dichas
relación a la manía, las puntuaciones fueron poco inter- circunstancias. Además, el tratamiento psicofarmacoló-
pretables, ya que se situaron dentro de la normalidad. gico y/o psicológico que parte de las mujeres realizaban
Por último, es preciso tener en cuenta la magnitud individualmente pudo haber tenido un efecto en su evo-
global de las puntuaciones del MMPI: la mayoría de lución, lo que no se controló. Sería recomendable llevar
ellas (todas excepto la hipocondría después y la manía a cabo un estudio de este tipo con el control de dichas
antes y después) se podían considerar patológicas, aun variables.
con una mejora significativa en las subescalas comenta- Un 30% de las mujeres que cumplían criterios de in-
das previamente. clusión para la terapia grupal no llegaron a empezar el
Por otro lado, las mujeres que participaron en la tera- tratamiento por diversos motivos, entre ellos, la incom-
pia de grupo se vieron subjetivamente beneficiadas por patibilidad de horarios con la actividad laboral, el miedo
ella, que resultó en un importante grado de satisfacción. a las represalias por parte de la pareja y porque no acep-
En conclusión, se puede afirmar que la intervención taron realizar la terapia grupal.
grupal cognitivo-conductual para mujeres víctimas de El índice de retención durante la terapia grupal fue
violencia de género se mostró efectiva: disminuyeron moderadamente bueno, de un 85%. Sin embargo, es im-
significativamente los grados de ansiedad y depresión, portante tener en cuenta los casos de abandono como
los síntomas somáticos y, en menor medida, los sínto- una limitación de los resultados encontrados. Los cam-
mas hipocondríacos. Además, las mujeres mostraron bios de domicilio y la actividad laboral fueron las cau-
una gran satisfacción con esta terapia. sas mayoritarias de abandono a lo largo de la terapia.
Los resultados hallados en este estudio deberían, Otras causas fueron la enfermedad propia o la de algún
pues, alentar no sólo a seguir utilizando este tipo de te- familiar cercano.
rapia en nuestra institución, sino también a invertir más Cabe señalar también las limitaciones sobre los cues-
recursos humanos y económicos a un nivel más amplio tionarios utilizados para la evaluación. El cambio en an-
para facilitar su aplicación en todos los contextos de sa- siedad rasgo del STAI entre las evaluaciones antes y
lud mental. después del grupo indica una limitación de este inventa-
rio, ya que, según el modelo teórico del que parte, este
tipo de ansiedad tendría que mostrar estabilidad. En
LIMITACIONES cuanto al MMPI, las puntuaciones fueron mayoritaria-
mente patológicas tanto antes de la terapia grupal como
En este estudio se detectaron algunas limitaciones que después, aunque estas mujeres no mostraban ningún
habría que tenerlas en cuenta tanto en la interpretación y trastorno mental severo valorado mediante la entrevista
generalización de los resultados como en futuras inves- clínica. Por lo tanto, podemos considerar que este inven-
tigaciones. tario sufre limitaciones en el sentido de sobrevalorar la
En primer lugar, cabe mencionar que no se controla- psicopatología, al menos en este colectivo.
ron las circunstancias o acontecimientos ambientales vi- Por último, el tamaño modesto de la muestra y que no
vidos por las mujeres durante el período de tratamiento, hubo seguimiento postintervención son otros factores a
Psiq Biol. 2006;15(2):29-34 33
Ayats Plana M et al. Grupos de terapia para mujeres víctimas de violencia de género
tener en cuenta, los cuales alentan a seguir trabajando en 4. Bradley F, Smith M, Long J, O’Dowd T. Reported frequency
of domestic violence: cross sectional survey of women atten-
la ampliación de las muestras y el seguimiento de las ding general practice. BMJ. 2002;324:271-4.
pacientes en los próximos estudios sobre la violencia de 5. Campbell JC. Health consequences of intimate partner violen-
género. ce. Lancet. 2002;359:1331-6.
6. Kane KE. The phenomenology of meditation for female survi-
vors of intimate partner violence. Violence Against Women.
2006;12:501-18.
BIBLIOGRAFÍA 7. Ramsay J, Richardson J, H Carter Y, L Davidson L, Feder G.
Should health professionals screen women for domestic vio-
1. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. III Macroencuesta lence? Systematic review. BMJ. 2002;325:1-13.
sobre la violencia de las mujeres. Informe de Resultados. Ma- 8. Beck AT, Steer RA. Inventario de Depresión de Beck. Ma-
drid: Sigma Dos; 2006. nual. 1997.
2. World Report on Violence and Health. Geneva: WHO; 2002. 9. Spielberger RL, Gorsuch RL, Lushene RE. Cuestionario de
p. 89-121. ansiedad estado-rasgo. Manual. 3.a ed. Madrid: TEA; 1988.
3. Ending violence against women. Population reports. Series L. 10. Kincannon, JC. Prediction of the standard MMPI scale scores
n.o 11. Baltimore: Johns Hopkins University School of Public from 71 items: The Mini-Mult. J Consult Clin Psychol.
Health. Population Information Program; 1999. 1968;32:319-25.